Drabble 1987 [five nights at freddy's]

NOTA DE LA AUTORA: Hola (nwn)/ Antes de que lean mi fic, me disculpo porque sea muy largo (tengo el presentimiento de que especialmente a quien tiene que juzgarlo por la actividad le da especial flojera que sea así de largo) y porque... es un asco (?) Estoy casi completamente segura de ello. Debido a una de mis teorías favoritas, no pude limitarme a narrar el suceso de la mordida, sino irme todo lo más atrás que conozco de la historia. Así que... lo siento, de nuevo. Espero que les guste o que al menos no parezca una pérdida de tiempo.
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El año 1987 fue uno de los años más... interesantes de mi vida.

Desde los tan o no tan remotos tiempos de auge de la compañía Fazbear Entertainment, y su famosa pizzería Fredy Fazbear’s Pizza, me mantuve bajo un techo y con comida gracias a que decidieron darme el empleo de medio tiempo como guardia de seguridad.

Tuve muy buena suerte de tener la opción de trabajar turnos diurnos o nocturnos a mi gusto, ya que en ese entonces aún estaba estudiando, y los horarios de mis clases y mi tiempo “libre” para hacer tareas variaban.

Recuerdo haber sido un fiel admirador del Fredbear’s Family Dinner, su comida y sus animatrónicos, desde siempre, sobre todo por Foxy, que siempre ha sido mi favorito. Aunque no me impactó del todo la noticia de que cerraría; aunque si fue un poco sorprendente que alguien más lo comprara, ampliara y le cambiara el nombre.

¿Qué decir? Supongo que el asesinato que tuvo lugar en Fredbear’s se fue olvidando. Y que buena suerte la del asesino, quien, por esto, se dio el lujo de cometer otro asesinato: Este tuvo lugar en la primer pizzería Fazbear’s, solo que esta vez involucro a cinco niños cuyos cuerpos nunca se hallaron. Aunque pienso que los trabajadores pudieron y debieron haber adivinado su ubicación antes que los clientes de la pizzería, quienes notaron el mal olor y los fluidos corporales saliendo de los animatrónicos. Oh vaya, así es como el asesino hace que cierre otro buen restaurante.

Oh, pero, Fazbear Entertainment abrió otra pizzería: Un local mas grande, animatrónicos nuevos, supongamos que mejor pizza y una reputación renovada de la completa nada. Los animatronicos nuevos tienen la novedad de verse más adorables, claro, e incluso se mueven por todo el lugar durante el día (y la noche, ya que no se les programó para “descansar” como los humanos... Y debo añadir aquí que, por una razón que todos desconocemos, los animatrónicos viejos también se movían de noche); pero además incluyen la capacidad del reconocimiento facial y están conectados a una base de datos sobre los criminales del área. Vaya medida de seguridad, ¿ah? Y pensar que en sus inicios los animatrónicos se limitaban a “bailar” y “cantar”, mientras que con esa segunda pizzería terminaron como piezas de bodega.

En esta segunda pizzería me dieron la tarea de grabar mensajes de voz de advertencia para los nuevos guardias de seguridad nocturnos: Esos pobres ingenuos que ignoraban que los animatronicos habían declarado un odio total a los que portaran el uniforme. Durante un tiempo, los que solicitaban el empleo recibían siempre un mismo mensaje de mi pate al iniciar su turno, dándoles indicaciones sobre sus herramientas de trabajo, el establecimiento y los animatronicos.

El mensaje terminaba con la frase “Ten una buena noche, y te hablaré mañana”, pero siempre renunciaban al día siguiente.

Un día del año 1987, en esa segunda pizzería de Fazbear Entertainment, fue contratado un sujeto llamado Jeremy Fitzgerald. Me sorprendí bastante cuando, después de su primera noche, me pidieron que grabara otro mensaje para él.

Volvería.

Pobre ingenuo.

Mi segundo mensaje para el tal Jeremy incluía un poco de información extra sobre lo mismo del local y los animatrónicos. Además le mentí diciéndole que sabía que no tendría problemas con su primera noche, más bien burlándome de la idea de que quisiese seguir trabajando ahí. También añadí algo sobre mi terror a la marioneta. Recuerdo alguna vez tener que estar al pendiente de darle cuerda a la caja de música. Ugh, no me gustaba que saltara de ahí de día, mucho menos de noche.

Para mi asombro, después de su segunda noche, vaya, vaya, volvería.

En el tercer mensaje insistí con eso de “no tener problemas”. También, ahora que recuerdo, tanto en el mensaje anterior como en el tercero, mencioné mi favoritismo hacia Foxy y cómo intentaron rediseñarlo con una apariencia femenina a la que apodaban Mangle. Y, en parte porque me lo pidieron mis jefes, y en parte por mi propia seguridad, tuve que pedirle a Fitzgerald que ignorara los rumores de los asesinatos ocurridos en los establecimientos anteriores y de los que podrían culpar al establecimiento actual. Aunque hace mucho que no se sabía del asesino, no había que confiar.

Sorpresa, sorpresa. Fitzgerald volvía una cuarta noche.

Para el cuarto mensaje, me pidieron mencionarle a nuestro guardia nocturno que se estaría investigando el lugar, pero que lo viera como “cosa rutinaria” y no olvidara ignorar los rumores. Se sospechaba que el asesino tramaba algo nuevo y se estaban tomando precauciones extra. Qué bien para el asesino que sólo se sospechaba que tramaba algo, pero no se sabía que ya había hecho algo: Otra parte del mensaje decía que parecía haberse alterado el reconocimiento facial de los animatrónicos nuevos, ya que estaban actuando extraño con los adultos. Pero esas alteraciones no se podían hacer solas. ¿A qué hora se harían? Hmm... ¿Quién los haría? Hmm...

Y Fitzgerald vino una quinta noche.

El quinto mensaje que grabé le informaba que el local estaba cerrado y no se suponía que nadie entrara, y que, por alguna razón, especialmente no se les permitía entrar a los empleados viejos. También escuché y le dije a Fitzgerald que había un nuevo puesto en el turno de día y que probablemente él lo tomaría. Por último, le dije que estarían buscando al dueño del primer restaurante, Fredbear’s. Jeje, que pérdida de tiempo.

La semana de Fitzgerald terminaba esa noche. Pero volvió una sexta noche.

Esta vez sé por qué: Aunque se lo reclamé en el sexto mensaje que me vi obligado a enviarle, “olvidé” darle el memo de que el lugar iba a cerrar por un tiempo, debido a que el asesino había robado un animatrónico sin endoesqueleto que estaba guardado junto con los otros viejos “por si acaso”: Se trataba de un traje del animatronico principal, Freddy, el oso, pero era de color dorado. Le sugerí que terminara su turno, porque era más seguro que salir a esas horas. Además le dije que teníamos un último evento antes de cerrar temporalmente: Una fiesta de cumpleaños en la que Fitzgerald tendría que estar, trabajando en el turno de día. Le dije específicamente que portara su uniforme y se quedara cerca de los animatrónicos. Me despedí en la grabación diciendo que probablemente yo tomaría el turno nocturno cuando el lugar reabriera.

Me contaron (pues no estuve ahí) que durante la fiesta de cumpleaños, el animatrónico que quería parecerse a un zorro atacó a Fitzgerald, dándole una violenta mordida a la cabeza. Más tarde, me dijeron el drástico resultado de ese ataque: Fitzgerald perdió su lóbulo frontal, pero sobrevivió. Actualmente debe llevar una vida bastante dura, si es que sigue vivo.

Aunque, de todos modos, el plan del asesino de algún modo funcionó.

Al haber alterado la base de datos a la que estaban conectados los animatrónicos nuevos (aunque no estaba seguro de que el zorro estuviese conectado también) e introducido a ella los perfiles del resto de sus compañeros de trabajo, iba a salvarse el pellejo; ya que habían logrado averiguar que el asesino portaba un singular uniforme morado correspondiente al de los guardias de seguridad. Todos pensarían que un animatrónico no tiene motivo para atacar a un guardia de seguridad, excepto los que supieran de las sospechas sobre el famoso asesino. Pero ahora, el verdadero asesino está libre, buscando que las investigaciones cesen para darle buen uso al Freddy dorado que robó.

¿Cómo puedo asegurar cada pensamiento y acción del asesino?

¿Quién es el asesino?

Ahora que lo pienso, no por nada Foxy sigue siendo mi favorito... Jeje.

Jeje... Hmm...