Mitología Griega Último viaje [One-shot | Odisea]

Τελευταίο ταξίδι
La historia del último viaje

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Hace tiempo que dio inicio… Aquello que desde siempre me ha atormentado desde la juventud, sin percatarme mi infancia se hizo más difusa, pues a pesar de tener todo escrito en aquel papel que siempre he cargado, mis memorias olvidan todo lo pasado…

Lentamente susurraba todo lo que había leído en aquellas desgastadas páginas y sin comprender nada al todo yacer escrito en diversas lenguas… más de 500 páginas gastadas relatando diversas desventuras en mi odisea… ¿Cuánto tiempo he estado fuera de mi propio hogar? ¿Cuál es mi lengua materna?...

Seguía leyendo, acompañado por mi pequeña vela, la eterna noche no tenía fin, el frío me invadía, mis ojos se sentían cada vez más agotados, en un momento todo perdió su luz, fui cegado por la absoluta oscuridad, deje de sentir, no volví de leer mi odisea…

Sin percatarme he perdido décadas de mi vida, yo, el héroe quien combatió en una antigua guerra, yo, quien en algún momento fui más que un sucio vagabundo…

Mi astucia, mi destreza, mis engaños, mis malas mañas… Simplemente todo se ha vuelto difuso, las remanencias de ese glorioso pasado han quedado muy atrás, mi esencia… todo se esfumó…​

Desperté, el sonido de las aves me hicieron cobrar mi consciencia, mi cuerpo yacía en su natural estado, me remoje el rostro al poco después, contemplé mi descuidado aspecto, pues las cicatrices de mis constantes viajes y mi aspecto demacrado me hacían lucir como un vagabundo, mis zapatos abroche y allí me quedé perplejo…

La cicatriz, dicha marca remanente de mi pasado, la única muestra de que mi infancia es propia, de que mis anotaciones son reales y no un mero cuento propio… No obstante, seguía sin recordar mi lugar de origen, es más, ni siquiera sé cómo me llamo…

Aquel inexplicable miedo me absorbió más de lo que hubiese anhelado, pero ya ni para sucumbir a la desesperación tengo derecho, pues interrumpido fui a los minutos, me levanté al poco después y al abrir la puerta observe dichosa silueta, quien entre sus brazos traía una bufanda tejida completamente a mano.

Ella responde al nombre de Pinelópi, cuando no me embarco en mis viajes ella viene aquí, simplemente me entrega lo que ha tejido durante todo ese tiempo y se larga, constantemente me percato de la herida de su corazón, pero al no reconocerla solo me aisló…

Así fue como aprovechando aquella bufanda que me asfixiaba el cuello tal cual serpiente, di inicio a esta nueva travesía, surque los mares y tierras, me aventure en resolver los enigmas de estos nuevos territorios nunca antes descubiertos.

No obstante, allí me di cuenta… que por mas que siguiera explorando el mundo, jamás me quedaba conforme, nada me hacía sentirme mejor conmigo mismo, por lo que todo carecía de sentido…

Seguí navegando por los extensos mares, la neblina me impedía divisar lo que se encontraba más allá, sin importar seguí adentrándome a lo desconocido, todo se hacía oscuro, el mar dejaba de tener su celeste habitual y se convirtió en un profundo azul marino…

El eterno frío me abrazó, sentí una brisa en forma de susurros que bruscamente golpeaba mi cuello, no obstante al voltear nada vi, fui absolutamente cegado por toda esa oscuridad que se formó, suplique ayuda, pero mi séquito hace mucho que murieron.. La soledad me sucumbió, esa amarga sensación, esas heridas se abrieron…

El mar de un rojo se tiño, la bufanda en una serpiente auténtica se volvió, la cicatriz en mi rodilla se extiende, todas las heridas psicológicas de aquella antigua guerra se hicieron presentes, todos mis errores del pasado me confunden, mis engaños y astucia en mi contra juegan, la brusquedad con la que el barco se mueve a causa del caótico océano hace que la realidad se resquebraje…

Todo se volvió borroso, me sentí tan mareado que no pude más, vomité sangre, el fuerte zumbido quebró mis oídos, mi boca fue silenciada, mis manos inertes son, respirar yo dejé… Allí quedé, en aquel laberinto en extenso mar…

Solamente mi esencia se mantuvo, pensé que aquí todo acabaría, deseaba que así fuese, darle un fin a este sin sentido de eterna odisea, pues mi destino era jamás encontrarme a pesar de todo lo que realice…

En absoluto silencio suplique, mi salvación, los dioses que en antaño me salvaron, no obstante nada conseguí… Pues al parecer Poseidónas y Ádis en mi contra conspiraron, jamás fui capaz de recordar quien se supone que soy…

Mi esencia dejó de sentirse, mi physis se extinguió, deje de pensar y por ende existir, mi inerte cuerpo en las profundidades del mar tragado fue… Al infierno esa masa carente de vida llegó, no obstante a pesar de dejar de existir en el plano mortal, seguí allí…

ーOulízes… Despierta, aún no te has ganado el trascender al plano ideal…ー​

Desperté, el sonido de las aves me hicieron recobrar mi consciencia, mi cuerpo yacía en su natural estado, me remoje el rostro al poco después, contemplé mi descuidado aspecto, pues las cicatrices de mis constantes viajes y mi aspecto demacrado me hacían lucir como un vagabundo, mis zapatos abroche…

Observe como si nada mi cicatriz que fue parte de mi niñez… No obstante, seguía sin recordar mi lugar de origen correctamente, es más, solamente soy capaz de recordar mi nombre, Oulízes…

Aquella única memoria me absorbió más de lo que hubiese anhelado, pero ya ni para sucumbir ante la incertidumbre tengo derecho, pues interrumpido fui a los minutos, me levanté al poco después y al abrir la puerta observe a Pinelópi, quien entre sus brazos traía otra de sus bufandas tejidas completamente a mano.

Algo no cuadra, es como si ya hubiese vivido esto, así que para despejar dudas me embarqué en una nueva odisea, con la búsqueda de resolver todas las dudas que tuve en mi pesadilla, surcar mar y tierras, hasta quedarme varado en pleno océano… ¿Neblina? ¿agua de un azul marino?... Esto es absurdo… nuevamente todo lo volví a experimentar, mis sentidos se me fueron arrebatados, nuevamente todo se tiñó de un vivo rojo, yo quien fui alguna vez rey…

Sucumbió ante este último viaje sin final…​