Me llamo Jack, estoy aquí en la cárcel, me han encerrado por robar una misera barra de pan para comer. Vi en la tele que un millonario había robado nose cuantos millones a las personas y a Hacienda. Al ver esto pensé que ami por robar una barra de nada no me pasaría nada si me pillabán. Error. Ahora estoy aquí metido muriendome de asco en esta celda sucía y de mal olor. Es increible que aún personas crean en la justicia cuando a mi me ha pasado esto, y no solo a mi, por lo que he podido comprobar, la mayoría de estas personas estan por algún caso como yo. Aún soy muy jovén, tengo solo 23 años, sin estudios ni trabajo. Soy huérfano y no tengo familia por lo que me busco la vida robando. El cárcelero dice que ha llegado mi hora, que tienen que quitarse gente de prisión para no tener que alimentar a gente ya que muchos pobres se dejan encerrar por este motivo. Pienso que me van a liberar, pero veo que me llevan por un pasillo hasta una sala donde hay una silla conectada a un aparato. La silla eléctrica...Me siento y me conectan todos los aparatos al cuerpo. Antes de que me vaya les hare una pregunta. —¿Aún creen en la justicia?. Este pequeño relato es una ''critica'' a la justicia que encierra personas por robar una barra de pan o otra cosa para subsistir mientras que muchas personas estafan millones. Espero que hayan disfrutado con el relato y mi crítica. Gracias por leer.