Berserk [One Shot] ¿Cuál es tu camino?

¿Cuál es tu camino?​

Me miro los pies descalzos, cansados y heridos de tanto caminar por el frio y pedregoso suelo. Mis manos al igual que los pies están sucios y con arañazos, en mi pecho aún sigue el vestigio de sangre de una herida recién abierta que predomina sobre mis antiguas cicatrices.



Mi mano derecha sujeta una espada rota que poco más podrá hacer en la batalla, mis ojos cansados buscan la luz entre tanta penumbra, todo está oscuro, solo puedo distinguir mi propio ser de forma poco fiable, pues estoy cansado y sudado.

Me siento sucio, aunque eso nunca ha sido un problema para mí, pues en participado en largas batallas y he hecho largos viajes bajo soles abrasadores y demás inclemencias, pero…esta suciedad que siento no es precisamente la de mi cuerpo.


Empiezo a caminar arrastrando los restos de mi espada, a cada paso que voy cada vez está más oscuro si es que eso es posible, aprieto la empuñadura de la espalda con más fuerza, es casi doloroso para mí por mucho que me cueste creerlo. ¿Por qué vivo?, vivo para luchar en el campo de batalla… ¿Es eso?, la espada es lo único en lo que he podido confiar desde que era niño, no conozco otra forma de vida y quien me haya intentado convencer de lo contrario está equivocado.

Gambino…el hombre que me crio es un traidor, el me vendió…el me obligo…era lo único parecido a un padre que yo había conocido ¿Me traiciono él? O…¿Le traiciones yo?, después de todo yo le mate, pero solo era un mocoso asustado luchando por sobrevivir a toda cosa y alzar la espada eran tan automático para mi entonces que casi no me percate de cuando le atravesé el cuerpo y su sangre me salpico.


Sigo caminando sintiéndose desamparado, hacía años que no tenía este sentimiento, pero repentinamente me detengo…oigo una voz que me está llamando, veo un poco de luz, es una figura y es femenina.


Kiasca, ella está ahí mirándome seria con su armadura y la mano derecha reposando de manera tranquila sobre la empuñadura de su propia espada, de pronto me sonríe al ver mi cara de sorpresa. Es la única mujer que ha despertado interés en mi ¿Causo yo el mismo efecto en ella?, quiero pensar que sí, me hice ilusiones al principio, pero hay momentos en los que no estoy tan seguro de ello. Para mi Kiasca es valiosa es lo único valioso en mi vida que no significa muerte…

Ella empieza a caminar haciéndome un gesto, es evidente que quiere que la siga y no me demoro en hacerlo, pero parece que no logro caminar a su lado por mucho que me esfuerce, me quedo atrás siguiéndola.


Veo a lo lejos un estandarte ondeando en un viento que mi piel no logra sentir, es el estandarte de la banda del halcón, la banda de Griffith, él nos guía…nos guía para cumplir su sueño, pero su sueño no es el mío, solo le ofrezco mi espada hasta encontrar mi propio camino, ¿Pero debo seguir luchando para él?, la amistad…para el…no significa nada…


Ellos no son mis amigos…un amigo de verdad seguirá sus propios sueños…

¿Pero cuál es mi sueño?, no lo sé, aun no sé cuál es mi camino.

Al levantar la de Kiaska, ya cerca del estandarte puedo ver a nuestros amigos, pero después de un parpadeo contengo el aire, el estandarte está manchado de sangre y todos nuestros amigos…todos ellos están…muertos.

Corro hacia sus cuerpos y me arrodillo en lo que solo es un mar de sangre, esto no debería ser así, esto es…


Les sacrifico para conseguir mi sueño, estoy destinado a tener mi propio reino si para ello tengo que usar estas herramientas de carne, así lo hare.


-¡¡Griffith!!- grito con todas mis fuerzas


Allí esta con su largo cabello ondeando ligeramente, se ve suspendido en el aire por unas alas de halcón, alas que están teñidas de la sangre de nuestros compañeros, sus ojos están abiertos de forma casi imposible como los de un loco y ahora sus brazos más largos de lo normal agarra por detrás las muñecas de Kiasca, intento desesperadamente llegar hasta ella, tengo que alcanzarla…como sea. Mi brazo izquierdo es atrapado, trato de liberarlo desesperadamente, mi ojo derecho se ve cegado por una garra poco a poco con este veo todo rojo mientras miro a ambos apretando la mandíbula mientras intento llegar.

Ella me mira…me mira y suplica…


¡No mires!


-¡Kiasca!- me despierto jadeando sudoroso, maldición ha sido otra pesadilla…pero mezclada con los recuerdos de ese fatídico día. Solo consigo aferrar a la Kiasca actual que duerme junto a mí, es tan distinta ahora…desde ese día su mentalidad como la de una niña ahora casi le impide hablar, solo deja salir vocales sueltas hay veces que ella me teme...

Posa las manos en mí quejándose un poco por el agarre, pero se queda quieta, verla así…sin poder luchar es…


¡No mires Guts!


Pronto te encontrare Griffith y cuando lo haga…usare tu sangre para ofrecérsela a nuestros compañeros, traidor…

Seré yo quien te sacrifique esta vez para poder cumplir mi propio sueño


Aquellos días en que luchábamos juntos, reíamos juntos todos…parecen un sueño…un sueño dorado…


¿Cuál es mi camino?, ya lo sé…


Mi camino es el de la espada, ya deberías saberlo