Consejo ¿Cómo escribir una historia de horror?

Para escribir una historia de horror, a tomar en cuenta los siguientes puntos:

1.- La enorme diferencia entre el horror y el terror es que en el primero las tensiones se centran más en el aspecto visual (en este caso imaginario) de situaciones bizarras o grotescas, que alteren el aspecto psicológico del lector. El terror en cambio se dedica a contar hechos espeluznantes, que pongan en riesgo la integridad de algo o alguien.

2. Existen diferentes tipos de horror. No pretendo hacer una guía estricta, sólo sugerencias para que se ayuden ustedes mismos a escribir su propia historia.

3. Lo principal es evitar los clichés. Hay escenas demasiado gastadas ya, que hemos visto decenas de veces en películas o libros: lo que hacemos convencionalmente es acudir a ellas cuando estamos faltos de ideas, como un recurso único de forma subconsciente. Al momento de escribir una historia hay que tener en cuenta que los lectores son difíciles de impresionar en su mayoría y que necesitamos innovar en lo mayor posible.

4. Yo sugiero partir desde una idea zafada o grotesca. A diferencia de otros géneros, éste se centra en el impacto de una o más escenas en el lector. Imaginar una escena macabra en nuestra mente y luego hacer girar la trama en torno a ella (o incluyéndola como algo secundario pero no menos importante) es una buena idea para desarrollar un cuento de horror.

5. Es poco común que el género del horror vaya completamente separado del terror, a menos que se trate de hacer un experimento bastante disciplinario. Por ende, deberíamos procurar que vayan de la mano lo más posible y así logramos el doble de resultados. Es cuestión de experiencia y de buen manejo de recursos, y lo lograremos.

6. Anota en una hoja aparte las escenas a desarrollar de modo secuencial. Hasta una palabra es válida para describir lo que va a ir ocurriendo paso a paso. Esa hoja te la quedas tú para no perder la secuencia, aunque es bastante válido hacer saltos temporales sorpresivos, sin que con ello pierdas la coherencia de lo que estás narrando.

7. Puedes asimismo anotar una lista de tus personajes e irlos tachando si es que deseas eliminarlos poco a poco durante el transcurso de la historia (éste es un recurso muy recomendable en un relato de horror-terror, siempre y cuando les imprimas el suficiente carisma a cada uno de ellos).

8. ¡No todo lo que te horrorice a ti le va a horrorizar a todo el mundo! Piensa si lo que estás tratando de expresar como antagonista realmente causará el mismo impacto en tus lectores que en ti mismo. Podría tratarse de una fobia personal que no tenga ninguna repercusión en el resto de las personas. Revisa por qué tuviste esa idea y si es necesario replantear el enemigo al que se enfrentan tus personajes, hazlo.

9. En el horror, lo más importantes es el elemento visual. Debido a que estás escribiendo una historia y no realizando un filme, necesitas pulirte en tus descripciones. El terror exige expectativa, situaciones en las que a uno mismo le temblarían las rodillas. Por supuesto, lo primero que hay que hacer es tratar de hacer al personaje en cuestión muy identificable con los lectores, de tal modo que un simple "crujir de la madera bajo sus pies" haga estremecerse a quien esté sumergido en la historia. A este punto se le añade que el horror, a su vez, exige una representación bastante gráfica de todo aquello que resulte perturbador. Trata de que la imagen mental que posees puedas representarla con lujo de detalles (aunque sin excesos que estorben a la atención) para que el lector no se pierda nada de lo que tú estás pensando.

10. Olvídate de los cementerios y de las mansiones embrujadas. Sé innovador. Pocas personas se sienten identificadas con estos lugares: desarrolla tu trama en un sitio sorpresivo, en donde a todos nos horrorice de buenas a primeras. ¿Qué tal representar una sombría escena justo en la habitación del personaje? ¿En un baño público o en la escuela? Lugares concurridos por la mayoría de nosotros, en donde en nuestra vida real jamás imaginaríamos que nos podría ocurrir algo, pero en tu historia nos insertas miedos horribles sobre lo que podría llegar a ser en las peores pesadillas.

11. Mete una escena grotesca, o varias. Algo que simplemente nos vuele los sesos de lo bizarro. Pero no exageres, no recurras tanto a este recurso o se hará cansino y dejarás de ser imprevisible. Para este punto necesitas ser sumamente ocurrente e ingenioso, y no meter "a la fuerza" algo que simplemente no encaja con la historia de una forma natural. Ése es el impresionismo al que se refiere el horror.

12. Los giros imprevistos en la historia son lo mejor para mantener la expectativa. Necesitarás recurrir continuamente al suspenso para mantener interesados a tus lectores, para forzarlos a continuar el siguiente párrafo y no dejar la lectura a medias. En contraposición, necesitarás reducir las descripciones innecesarias o de relleno. Una historia de terror/horror es algo delicado de escribir, y de pronto no podemos darnos demasiadas licencias como haríamos en una romántica o de drama. Necesitamos medir prioridades.

13. ¡A veces una frase contundente y fría puede paralizar los corazones más firmes que todo un párrafo de descripciones terroríficas! Piensa muy bien en el impacto de tus palabras.

14. Evita el exceso de misterio: si te la pasas ocultando muchas cosas eso termina por aburrir. Recuerda que el terror es gráfico: el recurso más apreciado son las escenas por demás explícitas. Está bien, por ejemplo, ocultar concienzudamente quién es el asesino, soltando pequeñas pistas para que sólo los más perspicaces puedan deducir poco antes del final quién podría ser (añadiendo otros sospechosos).

15. Es molesto hacer demasiados contrastes entre tus personajes. Si todos están encerrados en un viejo hospital oscuro y pones como antagonista un psicópata misterioso, lo que no deberías hacer es caracterizar a tus personajes "buenos" con marcadas diferencias como lo son: el miedoso (y por contraposición, el valiente), el inteligente, el que siempre comete torpezas, etc... dado que esto sólo crea etiquetas a las cuales después no podrás dejar de recurrir, aparte que se hace demasiado previsible quién podría sobrevivir a las situaciones y quién no. Otra cosa vinculada a este punto es que el protagonista no debería ser perfecto. En la vida real todos tendríamos miedo si estuviésemos encerrados en un lugar semejante. Por tanto, no podemos hacer contrastes tan notorios en el tema de la valentía, o de la astucia. Permitamos que nuestro protagonista también cometa sus errores.

16. Trata de no meter demasiados personajes involucrados. Es tentador meter quince personajes en un lío para irlos matando poco a poco, pero a la larga, aparte que aburre, desvía muchísimo la atención del lector por tratar de acordarse quién es quién. Además, se corre el riesgo de no caracterizar apropiadamente a cada uno. En contraposición, es un poco flojo meter sólo uno o dos: no habría opción a muertes inminentes o a darle derecho al lector de que elija a alguien con quien identificarse. No los forcemos.

17. Eviten el gore. Eso difícilmente causa impresión. La sangre en un relato es un recurso valiosísimo, y es triste cuando se abusa de ella al grado de quitarle la importancia que podría tener. ¿Qué mayor tensión que ver de pronto una huella sanguinolenta en la ventana, o una mancha de sangre en medio de la habitación? ¿Podría contra eso una historia llena de sangre, tripas y otras cosas desagradables? Se pierde el sentido, simplemente.

18. Deberías poner más de un sobreviviente, para que no resulte predecible que sólo el protagonista sobrevivirá. Esto además crea una atmósfera de tensión: ¿quiénes podrán salir de ese lío? ¿Mi personaje favorito logrará salvarse? O bien, puedes hacer que el protagonista sorpresivamente muera, pero tendrías que saber manejar bien un final triste y no dejarlo cliché.


__

Cualquier otro aporte, pueden realizarlo.