Título del fic: ¡Sálvese quien pueda; padres a la vista! Resumen: Una actividad en la escuela que pondrá a medio mundo de cabeza. Descubran cómo Ranma y Akane sobrevivirán a esta nueva aventura. Fandom: Ranma 1/2 Advertencias: Ninguna Raiting: K+ Tipo: Serie Los personajes que aparecen en esta historia pertenecen a Rumiko Takahashi y escribo sin ninguna intención de lucro. ¡Sálvese quien pueda: Padres a la vista! Era una mañana como cualquier otra en casa de la familia Tendo. Y al decir normal es que tenemos a un par de testarudos jovencitos discutiendo por ver de quién fue la culpa de que ya sea demasiado tarde para llegar temprano a la escuela, una chica corriendo de casa para no escuchar la discusión del día, un panda devorando la comida del descuidado joven, una muchacha sonriente porque estén compartiendo el desayuno y al padre de familia; preocupado por la manera de comer de los huéspedes. -Ranma, ni siquiera se te ocurra. No tenemos tiempo de comer, debemos irnos de inmediato si queremos alcanzar llegar a tiempo a la escuela- Lo Jalaba Akane de la trenza para que el chico no fuera a sentarse a comer. -Pero Akane, tengo mucha hambre. No podemos irnos sin desayunar- Haciendo un esfuerzo sobrehumano por acercarse a la mesa y arrebatarle a su padre alguno de los tazones con comida robados. -Akane, si comen rápido, aún pueden desayunar y llegar temprano a la escuela- Les recomendó Kasumi alegremente. -Claro, hazle caso a kasumi, ella siempre tiene la razón- Tratando de que la atención se dirigiera a la chica y él poder darle un par de bocados a su arroz. -Anda, Ranma, vamos, a la hora del almuerzo te daré un poco del mío y así no pasarás hambre- Dicho esto, siguió tirando de Ranma hasta que el resto de la familia los perdió de vista. -¿Viste eso Genma? Nuestros hijos cada día se llevan mejor, ya hasta comparten la comida. Si siguen, así muy pronto tendremos un nieto- Soun desbordaba lágrimas de felicidad. -Mi hijo es un conquistador- Respondió el panda por medio de un cartel. -Me alegro de que vaya a haber un miembro más en la familia- Kasumi, comentó feliz, mientras comenzaba a recoger los platos de la mesa. Por las calles de Nerima -Si me desmayo en medio de la clase de Educación física será por tu culpa- corría agitado, Ranma.- Además es lunes, y hoy salimos aún más tarde que los otros días de la semana. -No es para tanto, además, alcanzaste a coger uno de los tazones, así que no tienes el estómago tan vacío- Aseveró Akane molesta por la acusación de su prometido. -De todas formas me prometiste la mitad de tu desayuno- Trató de recalcar el acuerdo que ella había convenido y evitar hacer una pelea más grande en donde terminaría perdiendo todo. -Está bien, no lo olvidaré- Suspiró resignada, Akane, quién seguía corriendo al paso de su prometido. -El esfuerzo valió la pena porque llegaron justo unos segundos antes de que la puerta de entrada a la escuela se cerrara automáticamente. Ambos sonrieron aliviados por esto. Al entrar al inmueble notaron como este lucía vacío, tal como si no hubiera clases. -Oye, ¿ya te diste cuenta de que no hay nadie en los pasillos?- Comentó Ranma curioso. -Si, esto es muy extraño- Akane abrió la puerta de un salón cercano. -Tampoco hay nadie aquí. -A lo mejor el director está dando otro de sus tontos anuncios en el patio de la escuela. Vamos a averiguar qué pasa ahora.- Los dos dieron media vuelta para salir del edificio y dirigirse hacía allá. Al llegar vieron a todos los estudiantes de la preparatoria reunidos en el patio, escuchando sin ganas el informe del director. .- . . Y como les estaba comentando, es inaceptable que esta situación se siga dando de esta manera en una escuela tan prestigiosa como la nuestra. En vista de que el número de embarazos entre estudiantes de este plantel ha ido peligrosamente en aumento, he decidido hacer algo al respecto.- Tomó nota de algunos papeles que tenía en el escritorio antes de continuar- De manera que como no podemos mandar a esterilizar a todos los varones de este plantel, ni hacer que las chicas deseen hacerse monjas, he decidido copiar…cof…tomar la iniciativa de otras escuelas en hacer que los alumnos tengan la oportunidad de conocer las responsabilidades, el sufrimiento y la tortura a la que se someterán si tienen un hijo antes de tiempo.- Rió escandalosamente por la genial idea que acababa de tener.- -¿De qué está hablando ese viejo loco?- Ranma estaba dudoso de las palabras dichas por el director. -Dice que está preocupado por que tengamos hijos antes de terminar nuestros estudios, pero conociéndolo, es simplemente otra manera de hacernos sufrir- Le respondió Hiroshi, que había llegado desde el principio de la conferencia. -Y dígame, Director ¿cómo piensa hacernos recapacitar?- Gritó Akane desde su lugar, haciendo que la atención de todo el alumnado se dirigiera hacia ella. -Muy bien jovencita, veo que estáis muy interesada en el tema… ¿Es que tu y tu prometido ya empezaron a tener relaciones?- El Director se acercó a la orilla del podium, en interés por saber la respuesta- -¡Por supuesto que no!- Gritaron al unísono Ranma y Akane, quienes lucían tan rojos como unos tomates maduros. -Está bien chicos, comprendo que no quieran decirlo frente a todos- volvió a reír como poseso- No se preocupen, prometo no decirles nada a mi querida hija y a mi apuesto hijo Tachi.- uno de los acompañantes del director le susurró algo al oído para que volviera al tema de la reunión- -…pues bien, mi idea consiste en entregarles a cada uno de ustedes un bebé virtual que realiza todas las actividades de un niño normal: comen, lloran, hacen sus necesidades, y en el caso de los que ustedes tendrán; contarán con un dispositivo explosivo que se detonará si no lo cuidan bien. -Todos los estudiantes comenzaron a murmurar sobre el dañado estado mental del director. Este pidió silencio para añadir - Sin embargo, como toda tortura…cof…aprendizaje tiene una recompensa, en esta actividad también la habrá…los bebés estarán con ustedes una semana completa, quienes al final lo entreguen sano y salvo, tendrán créditos extras en las materias que están cursando, el resto; tendrá que raparse y cargar con un cartel en el cuello que diga: "soy un futuro padre irresponsable", ¿no es divertido?- Al pobre hombre le empezaron a llover bolas de papel, libretas y unas cuantas mochilas en señal de total desaprobación - Muy bien, eso es todo por hoy, en unos momentos, unos encomendados pasarán a todos sus salones para hacerles entrega de sus nuevos tormentos. Que tengan un buen día- Dicho esto, desapareció. -Vaya, ese Director si que sabe cómo echarnos a perder el día, ¿no lo crees?- Le comentaba Ranma a Akane mientras se dirigían nuevamente al salón de clases. -No lo sé, después de todo es algo para nuestro bien, y hasta podría resultar divertido- A ella no le desagradaba del todo la idea, le gustaban mucho los niños y era un buen ejercicio para saber qué tal le iría si tuviera un bebé de verdad. -¿No me digas que tu quieres uno de esos bebés?- Ranma le sonrío burlesco- Deberías de pensarlo un poco más, que mira que el pobre terminaría envenenado con tu comida o con los pulmones destrozados por ti al estarle sacando el aire- comenzó a reír sin parar, provocando la furia de la muchacha, que de un solo golpe lo dejó estampado en la pared. - ¡Eres un grosero! Y para que lo sepas, soy bastante capaz de cuidar a un niño, lo creas o no- Bufó molesta la joven. - Está bien, está bien, yo sólo lo decía por la seguridad del niño, me preocupa tu futuro hijo, aunque no sea de verdad- el joven se ganó otro golpe, esquivándolo a duras penas. Akane decidió cambiar de táctica. - ¿y tu si podrás cuidar bien de tu hijo, Ranma?- Preguntó en el mismo tono en el que él se lo había preguntado. - Por supuesto que sí, ¿dudas de mis dotes para cuidar a mi hijo?- Sonrió confiado el joven- Todos los Saotome tenemos un instinto nato para eso. ¿Acaso no lo sabías?- - Pues yo puedo asegurar que el detonador del tuyo haría explosión antes de que terminara el primer día. ¿Te imaginas?, con tantas prometidas encima de ti, el pobre bebé terminará aplastado debajo de esa bola de locas. - Si el mío explota por eso, el tuyo no sobrevivirá a su primera comida. - ¡Bueno, ya basta! Dejemos de pelear- se exaltó la chica- tengo una idea, hagamos un reto para ver cual de los dos puede cuidar mejor a los bebés, ¿qué te parece? - Bien, por mi está perfecto. Ya verás cómo gano en menos de un día- El espíritu de lucha del joven Saotome estaba a su máxima potencia- Con lo rápido que Akane entraba en desesperación a la menor provocación, sería cuestión de minutos ganarle el reto. Entraron al salón y ya se encontraban ahí los encargados de los que habló el Director. Haciendo entrega de los bebés al grupo. Jóvenes, llegan justo a tiempo. Pasen- Les exhortó a entrar una tierna señora con una lista de los alumnos en mano. A su lado estaban un par de trabajadores más, haciendo entrega de los muñecos mientras la mujer los apuntaba en el registro. Uno a uno fue pasando al frente. La actitud de cada uno de ellos también era muy variada. Había quienes se quejaban por la pérdida de tiempo, grupos de amigas que lo asimilaban como el jugar a las mamás con niños mucho más reales, alumnos indiferentes y otros a los que la idea les fascinaba. La entrega de bebés virtuales prosiguió hasta que solo quedó uno de estos en las manos de uno de los ayudantes. -Saotome, Ranma. Venga aquí por su hijo- Llamó el encargado. El joven pasó a frente, el adulto colocó una pulsera de metal negro en la mano de Ranma, cogió al muñeco y encendió un interruptor que tenía colocado en la espalda y lo entregó a Ranma, quién recibió en manos a un pequeño niño de tez blanca, ojos almendrados y cabello negro. -Gracias- Replicó y volvió a su sitio. -Bueno, jóvenes, eso es todo. Recuerden que todos tienen una pulsera con lo que sus movimientos estarán siendo monitoreados, así sabremos como tratan al bebé, e incluso, si llegan a golpearlo. Ellos deben ser alimentados seis veces al día y necesitan ser cambiados de pañal el mismo número de veces. -¿Alguna pregunta o comentario que tengan sobre esto?- exhortó la encargada, dispuesta a responder las inquietudes del alumnado. Alguien al fondo del salón preguntó si se podían mojar al tener circuitos eléctricos y un detonador en el interior. -Claro, están hechos de un material muy resistente y permeable. Es más, si llegan a hacer explosión, lo más seguro es que el muñeco sea lo único que quede en pie. –Todos quedaron fríos con la declaración- Bueno, espero que los cuiden bien y que vuelvan sanos y salvos el próximo lunes. -¡Oiga! Disculpe, falta que me entreguen uno de esos muñecos a mi- Se acercó Akane a la mujer, que estaba a punto de dirigirse a la salida del aula. La señora volvió al frente del salón, interesado en averiguar la razón del olvido. Dime ¿cuál es tu nombre, jovencita?- Sacando la lista de nombres de su bolso. -Akane Tendo- Exclamó con firmeza. -Akane Tendo..humm- Recorrió la lista de nombres cuidadosamente, señalándolos con el dedo para no pasarse ninguno.- Ah, aquí estás- Leyó la indicación a un lado del nombre de la chica.- Aquí dice que tienes un prometido que está junto contigo en el grupo ¿cierto? -Hemm…sí- Se ruborizó un poco por la confianza con la que hablaba la extraña- ¿Qué tiene que ver él en todo esto? -Hazlo venir, tengo una noticia para ustedes dos. Akane volteó a ver a Ranma, quien la observaba desde su asiento atentamente. La joven le hizo señas con la mano para que fuera a su lado.- La encargada aprovechó la mano libre de la chica para ponerle una pulsera de metal rojo, similar a la de su prometido. -¿Qué pasa, Akane? ¿Se dieron cuenta de que no cumples con los requisitos para que te dieran uno?- Ranma le mostró el muñeco que le habían dado a él para presumirlo y comenzó a reír para ser callado por un golpe en las costillas. -¡No seas bruto! Ella me dijo que quiere platicar con nosotros. -Jóvenes, calma- Les convino la trabajadora- A ella no le fue asignado un bebé porque recibí un mensaje donde se especificaba que ustedes están comprometidos y viven en la misma casa, por lo que, el señor Director ordenó que las responsabilidades de ese muñeco- Apuntando al objeto en las manos de Ranma- sea para ambos, en vista de que ya son una pareja, habrá un mayor unión entre ustedes ¿no es una idea maravillosa? Cuidar a su hijo junto a la persona que aman- Luciendo sumamente emocionada por Ranma y Akane, palmeándoles los hombros. Estos quedaron hechos unas piedras por todo lo que acababan de escuchar. Continuará Notas Hola a todos n_n este es uno de mis historias de cuando empecé a escribir, y el primero en subir a esta página. Por eso, si algo en esta publicación no está bien, les pido el enorme favor de decirme para que pueda editarlo. Gracias n_n
Ho por dios adoro todos tus FF, ya me los he leído hasta el último capítulo, se muy bien que los publicas en otra página. http://www.sgteam.com Eres Lizeth ¿Verdad? Waa que gusto leerte. Me encanto quiero continuación por favor.
Que buena historia!! Me encantó, tiene mucha emoción y me hizo reir también. No me puedo imaginar lo que pasará con el muñeco bebé teniendo de padres a Ranma y Akane. Espero la continuación. Saludos
Gracias por comentar n_n Fernandha, síp, soy Lizeth de ese foro, sólo que ahora también me vine para acá jeje n_n Ikane, gracias por leer n_n el fic ya está terminado, así que puedo decirte que faltan muuuchas cosas XDD para los pobres padres u_u...XD Los personajes que aparecen en esta historia pertenecen a Rumiko Takahashi y escribo sin ninguna intención de lucro. ¡Sálvese quien pueda: Padres a la vista!Misión: No se lo cuentes a nadie. Los chicos no esperaron a que la clase terminara y salieron corriendo del salón. -¿Qu-qué es lo que vamos a hacer ahora? Si nos ven llegar con él a casa nos van a querer casar de inmediato- Ambos estaban en la azotea de la escuela ideando algo para que no se dieran cuenta en casa del muñeco que ahora tenían por hijo. -Bueno, si logramos que no llore no habrá problemas, ¿ne?- Akane sacó un instructivo de su morral- Mira, el punto 873 dice que se puede lograr el cuidado perfecto si al bebé se le atiende de manera excelente y este no llora ni una sola vez. -¿Estás loca?- Ranma quedó mosqueado con la explicación de la chica- Esos los trajo el Director. Será un desafío si no explotan aunque los tratemos bien- El joven terminó por sentarse derrotado con el bebé sobre las piernas. Por la adrenalina de los hechos ni siquiera recordaba el pacto del desayuno. -Lo que podemos hacer es que yo llegue primero y distraiga a todos mientras tú subes a tu habitación con él. Tienes la ventaja de que tu papá se mudó a la habitación de la tía Nodoka y de que yo soy la que te despierto todos los días. No habrá problemas porque nadie nos descubra. ¿Qué te parece?- Sonrió por la idea. -No es mala, pero de una vez te digo que no pienso quedarme con el muñeco todos los días. Te recuerdo que también es tuyo.- Ranma se molestó un poco al creer que Akane quería dejarle todas las obligaciones únicamente a él. - Honestamente no me acuerdo ni siquiera de haberte dado un abrazo- Se jactó Akane con diversión al ver que su prometido se había enfadado. -Pues yo no recuerdo ningún beso tuyo- Contraatacó rápidamente. -¿Ah si? Si mi memoria no me falla, jamás he estado embarazada de un tipo como tú. -Nunca mejor dicho, yo no recuerdo haber tenido relaciones conti…conti- De manera inexplicable, a Ranma se le fue la voz cuando su cerebro puso atención a lo que su boca estaba diciendo. El pobre se puso rojo y comenzó a echar humo de las orejas de la vergüenza. -Ba-¡Basta!...De-debemos seguir pensando en el plan…eh… sí, en el plan- Akane le miró de reojo tímidamente para evitar que Ranma se diera cuenta de que estaba igual de sonrojada que él. -Sí…hemm…claro, ¿En qué estábamos? -En que te ibas a quedar con él hoy, mientras pensamos en algo mejor ¿Te parece bien? -Creo que sí. Pero ya sabes el trato. Las campanas que indicaban el fin de la hora del almuerzo sonaron y los chicos entraron al edificio para llegar al salón. Allí todo era un caos con el llanto de decena de bebés, cuya mayoría ya contaba con un nombre provisional y el bullicio de los alumnos por conocer a cada uno de los hijos de los compañeros de salón. El grupo completo posó su atención en los recién llegados. Sentían una envidia infinita porque eran los únicos que podrían estar cuidando el muñeco en equipo. Haciéndola una actividad de lo más sencilla. -Akane, ven, queremos ver al tuyo- Yuka y un grupo de amigas más estaban ansiosas de conocer al niño Saotome. Ella avanzó unos pasos hacía sus amigas y se giró con Ranma para decirle que le siguiera. El chico se quedó parado en la puerta, ensordecido por tanto grito, llanto y algarabía del resto de sus amigos – Yo-yo…hemm…me voy de aquí. No soporto todo esto- Acto seguido aventó al bebé a los brazos de Akane, quien apenas alcanzó a atraparlo en el aire. -¡Kyaaaaa! ¡¿Qué rayos pasa contigo?- La joven pudo distinguir un leve resplandor rojizo recorriendo el cuerpo del muñeco. -¿Qué más da? Es de plástico. No le pasará nada. -¿No le pasará nada?- Akane se acercó a donde el estaba lo más tranquila y relajada que pudo- Ranma, ¿leíste la regla 276, verdad? -Dice que no le debemos alejar más de dos metros de cualquiera de los objetivos…ahora que lo pienso, ¿no te encontrabas más lejos de esa distancia, verdad?- Ranma comenzó a reír nerviosamente a la vez que retrocedía para dirigirse a los pasillos. -Ranma, sólo te voy a decir dos cosas- Akane siguió los pasos de él, mostrando la mejor de sus sonrisas- No puedes tratar así a un bebé, sea real o no y, lo más importante ¡No quiero explotar por tu culpa!- Mandando a volar a su prometido con un puñetazo mientras con el otro sosteía al pequeño. El muñeco comenzó a llorar sonoramente por tanto movimiento. -Ya, pequeño, ya- Lo colocó sobre su pecho para darle pequeños golpecitos en la espalda con la palma de las manos. Haré que se comporte bien antes de que se te acerque nuevamente a ti- Volviendo al salón de clases. -¿Qué sucedió, Akane? ¿No quiere reconocer a tu hijo?- Yuka y Sayuri supusieron que Ranma habría hecho enojar bastante a su pobre amiga para que esta lo mandara a volar de esa forma. -¿Eh?..Oigan, no se lo tomen todo tan en serio. Al final de cuentas es una actividad más de la escuela jejeje- Sin dudarlo, sus amigas estaban más que comprometidas con el ejercicio. -Pero, Akane, así es más divertido. Te aseguro que imaginando que es de verdad, será más fácil cuidarlo. ¿No lo crees?- Le expresó Sayuri, quien le daba uno de los biberones a su bebé. -Ti-tienen razón. Trataré de hacerlo como ustedes, chicas- Akane también se dispuso a darle de comer a su pequeño pelinegro. -¿Y cómo se va a llamar el tuyo? Porque es vital bautizarlos antes del primer día. -Yo no… bueno, nosotros no- Akane pensó que todo lo que habían hablado desde que le recibieron fue ver la manera de ocultarlo. Después le vino a la memoria lo dicho por sus compañeras- La verdad es que no le hemos puesto nombre…hemm…porque Ranma y yo deseamos pensarlo muy bien antes de decidirlo. Esto provocó la risa desenfrenada de las tres. -Así se habla, Akane. Hay que domesticar a ese caballo salvaje. De camino a casa. Ranma y Akane volvían por el trecho de siempre a su casa. Al ser los únicos con "privilegios", los dejaron limpiando el salón a ellos solos. Y con todo el desastre de pañales mojados, y biberones olvidados aparte de la basura cotidiana, limpiar todo aquello fue un verdadero desafío. -. . .Entonces eso será lo que haremos. Tú te quedas afuera, yo entraré y me encargaré de distraerlos. ¿Está bien?- Al regresar Ranma de su viaje sobrevolando el planeta, decidieron hacer una tregua por el bien de los dos. -Muy bien, sólo encárgate de que sea una buena excusa. No quiero que nos vayan a descubrir- Ranma cargaba una pañalera especial con las cosas del bebé, mientras ella lo traía en brazos. -No te preocupes, recuerda que soy buena actuando- Akane le guiñó un ojo en complicidad. -Sí, lo sé. Pero no está demás prevenir. Llegando a la casa, Ranma se quedó oculto tras la barda de la vivienda y Akane entró sigilosamente. Dejó sus zapatos en la entrada de la casa y encendió las luces del pasillo y del patio, clara señal de que la casa estaba completamente sola. Akane se alegró y salió rápido para darle la noticia a Ranma de que podía pasar sin peligro alguno. -Ranma, date prisa, no hay nadie- Akane no quería tentar a la suerte y que el resto de la familia fuera a llegar en ese preciso instante. -¿En serio? jeje, qué bien, así las cosas se facilitan más- El joven salió de su escondite con el bebé en brazos. -Sip, parece que todos se fueron. La luz del pasillo estaba apagada. -¿A dónde crees que irían? Porque se me hace muy sospechoso que hayan salido todos al mismo tiempo- Ranma siempre solía actuar con cautela para no caer en los planes de la familial. La última vez que se entrometieron con ellos llegaron demasiado lejos. -No lo sé, a lo mejor decidieron dejarnos solos. Ya sabes cómo son- -Jeje, sí, tienes razón. Y de seguro que como ya casi nos graduamos, empezarán a dejarnos aún más tiempo a solas- Aunque no lo comentara, Genma no paraba de comentarle acerca de tener serias pláticas de hombre a hombre. -y… ¿eso te fastidia?- Akane le miró fijamente en espera de una respuesta. -Bu-bueno…no precisamente…yo…pienso que es mejor que entremos a la casa. Está muy frío aquí afuera. Decidieron irse directamente al cuarto de Ranma para dejar ahí al muñeco y el resto de los accesorios que venían con él. Al pasar por el comedor vieron cómo también estaba en penumbras. -Oye, recuerda no olvidar llevarme algo de la cen…- -¡Sorpresa! – La chica encendió la luz del comedor y ambos observaron atónitos cómo el resto de la familia estaba allí para darles la bienvenida con un enorme cartel que decía:"Bienvenidos a los nuevos padres", serpentinas, globos y la espuma de un par de botellas de champagne destapadas en el momento. -¡¿Qué…qué es todo esto?- Los recién llegados se quedaron con los ojos cuadrados al ver todo el alboroto y, sobre todo, al leer el cartel. -Chicos, no sean tan modestos. Sabemos que quieren ser padres y que ya están practicando con uno de esos bebés realistas que están de moda.- Los felicitó, Nodoka. -Así es chicos, no tienen por avergonzarse. Eso significa que están madurando y me alegro mucho por ello- Kasumi no podía evitar estar feliz por los jóvenes. -¿Lo ve Saotome? Le dije que ya miraba amor desde que los vi hablando de compartir el desayuno en la mañana. ¡Esto es maravilloso!. Ahora si tendremos boda- Soun y Genma lloraban mares de felicidad, abrazándose efusivamente por tal acontecimiento, -Pe-pe-pero ¿quién les dijo eso?- El pobre de Ranma luchaba por no aparentar nerviosismo, ocultar el bebé tras su espalda y no decir alguna tontería que los liara más. -Vamos, cuñadito, no tienes porque apenarte. Después de todo, ustedes dos ya están comprometidos- Nabiki salió de su escondite detrás del resto de la familia con un muñeco de cabellos castaños y ojos marrón en brazos. -¡Tú!… ¿a ti también te dieron uno?- Akane preguntó con sorpresa. El Director dijo que se les iba a entregar a todos los estudiantes, Mas no se le pasó por la cabeza que a Nabiki le darían uno igual que al resto. -Seguro, yo también necesito aprender de responsabilidades. El día de mañana vendrán varias niñeras para que pueda escoger a la mejor y que me ayude a cuidarlo el resto de la semana. -Eso no se hace Nabiki. La actividad es que lo cuides tú, hermana- Akane le exclamó con un tono ve voz inquisidor. -Así es, hija. Todos te ayudaremos, pero no llamarás a nadie- Nodoka exclamó firme. -Era una broma, jeje, no iba a hacer tal cosa- Nabiki sintió un escalofrío recorrerle la espalda- Dejemos esa discusión para otro momento, ¿Cómo se va a llamar su hijo? El mío se llamará Kentaro. -E-eso no es urgente ahora.- Ranma respondió nervioso y sacando a la luz lo que ocultaba. Con tanta evidencia en contra, era imposible seguir negándolo. -No importa, tienen hasta mañana para pensarlo- Añadió Nodoka- Hija, quiero platicar unos momentos contigo antes de comenzar el festejo… ¿Genma? -Está bien, tía. Lo que usted diga. -Ranma, tenemos que hablar seriamente sobre un tema, ven conmigo al Dojo- Habló, Genma muy serio. -De acuerdo. Pero de una vez te informo que el haber aceptado esta actividad no quiere decir que esté pensando en casarme con Akane. -Lo sabemos, hijo, lo sabemos- Genma aprendió con los años a seguirle la corriente para lograr sus objetivos. Dojo Tendo -¿Y qué es lo que quieres decirme, papá?- Ranma se sentó en el piso de madera del lugar. -Mira, voy a ser muy claro contigo- Se sentó frente a su hijo y se acomodó las gafas en su lugar- Lo que quiero decirte es que aproveches estos días para demostrarle a Akane que serías un buen padre y ella se enamore aún más de ti. -¡¿Qué? ¿A quién le interesa eso?- Ranma se exaltó y tomó a su padre de las solapas dispuesto a acabar con él- A mi sólo me preocupa hacerlo bien para mejorar en mis notas. Nada más- Ratificó molesto. -Hijo, no te pongas así. Al contrario, debes de aprovechar. A todas las chicas las vuelven locas los chicos a los que les gustan los niños, y Akane no es la excepción. ¡Te lo aseguro! -¿Tu-tú crees?- Ranma soltó a Genma de su agarre para poner atención. -Por supuesto. Servirá para que le demuestres a ella que no eres tan insensible, inmaduro, arrogante, pervertido…- Fue interrumpido por Ranma, quién lo volvió a coger de las solapas. -¡Oye! No necesitas decirme todo eso.- Totalmente furioso. -Ranma, lo digo por tu bien... Además- Genma volvió a la postura seria del principio- -¿Además qué?- Ranma quedó picado de la curiosidad. - Tu madre cree que si no logras superar esta prueba es porque no eres lo suficientemente varonil. Y sabes perfectamente lo que eso significa. -Sí, lo sé- Ranma quedó pensativo con esto- Trataré de hacerlo lo mejor posible. Que conste que sólo es por las notas y para demostrarle a mi madre que soy todo un hombre.- Un aura de batalla empezó a emanar del chico. – Ya verás, Akane, haré que veas que puedo llegar a ser un buen padre- Dijo para sus adentros -¿Y qué es lo que tengo que hacer, papá? -Toma nota: tienes que ver que no te molesta levantarte a media noche a darle de comer al bebé, participa con ella en la limpieza y baño del bebé. Y así aprovechas también de estar junto a ella ¿eh pillo?- Esto le valió un zape por parte de su hijo. -¡Deja de decir esas cosas! Ya te dije por qué lo hago- Ranma se tranquilizo para seguir con la conversación- Cuéntame más. Dime, ¿en qué le ayudabas a mi mamá cuando yo estaba pequeño, papá?... -El joven buscó con la vista por todo el lugar al susodicho- ¿papá?- Pero el sabio consejero ya había huido con rumbo desconocido. Habitación de Akane. -Hija, te llamé porque quiero platicar sobre esto contigo- Nodoka incitó a Akane para que se sentara en la cama, ya que la chica había estado dando vueltas por el cuarto sin parar desde que entraron. -Sí-sí,- Rápidamente obedeció- Se sentía nerviosa por lo que le fuera a decir Nodoka y porque todos los planes se habían estropeado gracias a la ayuda de su hermana. -Yo sé que Ranma no te es tan indiferente y… -¡Eso no es cierto!- fue interrumpida rápidamente por Akane. -Akane, no importa si te es indiferente o no. Este es un buen momento para demostrarte que puedes hacerte cargo de un niño. Es el paso más importante en la unión de una pareja y ustedes tienen la oportunidad de vivir con esa experiencia mucho antes de vivirla en la realidad. -Sí, tiene mucha razón- Recapacitó. -Al final, aunque no te cases con mi hijo. Esta vivencia te servirá de mucho. ¡Te lo aseguro! Aprenderás a tener muchísima más paciencia y lograrás crear un vínculo muy especial de intimación con tu compañero. -A mi no me afecta si tengo un vínculo con Ranma o no. Además, le podría asegurar que el muy ingrato me dejará sola con todo esto. Es un irresponsable. -De todas maneras trata de intentarlo. Te prometo que mi hijo participará junto contigo. Recuerda que si el se propone una meta no descansará hasta alcanzarla. ¿Quién no te dice que su principal objetivo es dejarte claro que sería el perfecto padre de tus hijos?- -Tía, qué cosas dice- Akane se sonrojó al escuchar lo dicho por su tía. -Recuérdalo, por esta semana, eres la madre del hijo de Ranma y nadie deberá interponerse en eso. No lo permitas de ninguna manera. Y demuéstrale a él que te convertirás en la mejor del mundo. -¿Usted lo cree?- Akane aún sentía algo de inseguridad por todo lo hablado. -No tengo la menor duda. Basta decirte que hasta ahora lo llevas de maravilla- Nodoka se acercó más a Akane para acariciar los cabellos del muñeco en manos de Akane.- Debemos empezar vistiéndolo como un verdadero miembro de la familia. ¿Tienes guardado algo de ropa de cuando eras un bebé? -Síp, creo que mi papá guardó ropa de cada una de nosotras- suspiró feliz- Ahora mismo voy a buscarla. Un rato después, durante la fiesta de celebración por la llegada del par de niños, Ranma y Akane decidieron escaparse de todo esa parafernalia y comentar sobre todo lo sucedido. Sin duda no sucedían acontecimientos así todos los días. Ambos se encontraban ahora en el techo de la casa, un lugar que no era espiado por los demás miembros de la casa; dándoles privacidad. -¿Y qué te dijo tu papá, Ranma?- A Akane le interesaba saber qué le diría Genma a su hijo. -¿Eh? Nada en especial. Tú sabes, el me pidió que fuera con él y luego huye de las conversaciones.- y…Hemm ¿Qué te dijo mi mamá a ti?- Le miró a los ojos por una explicación. -Bu-bueno, me dio algunos consejos para que cuidemos mejor al bebé. Nunca están demás. -Claro, todo lo que nos sirva para lograr superar al resto que sea bienvenido. -Jejeje, sí, tenemos que salir vivos de esto- Akane se tomó con humor el combativo comentario de su prometido. -Eto… ¿y no te dijo nada sobre…nosotros?…me-me imagino que querrán aprovechar esto pa-para juntarnos- Ranma jugueteó con los dedos de sus manos. Akane mintió- No, nada. Y por esto no te preocupes, si no te interesa ayudarme lo entenderé- La joven aún traía al bebé en brazos, vestido ahora con un mameluco blanco de cuando Akane estaba muy pequeña. -¡Oye!, yo no he dicho que no quiera ayudarte- Bufó Ranma enfadado- Yo…yo quiero hacerlo- Clavando los ojos en su prometida. -¿Es-estás seguro?- Ella también miró detenidamente a su compañero. -Má-más que nunca- se acercó un poco más a donde ella estaba. -¿Cuál crees qu-que sea el primer paso?- Akane se puso nerviosa por la aún más cercana presencia del chico de la trenza. El muchacho recordó las palabras de su padre sobre el cariño de las mujeres por los niños- Pienso qu-que deberíamos…er…ponerle un nombre a nuestro hijo ¿na?- Pudo sentir el cálido aliento emanando de su prometida, abriéndose camino entre el frío viento que hacía en esos momentos. -¿Qué nombre te gustaría a ti?- De un momento a otro dejó a su boca responder automáticamente mientras ella se dejaba perder en el movimiento de los labios de Ranma al hablar. Continuará.
Ho por dios te amo *----* (Sabía que tenías que ser tú, un buen FF nunca se me olvida °-----°'') Me encanto la continuación, aun que ya he leído completamente la historia me sigue emocionando como la primera vez. La forma en que manejas los sentimientos del joven Saotome y la menor de las Tendo, me encanta. Quiero continuación por favor. At: Fer-chan. PD: Buen día.
Gracias por comentar n_n y a propósito, ya vi que tienes un fic en esta seccion o.o... Prometo pasar a leerlo en estos días. :) Los personajes que aparecen en esta historia pertenecen a Rumiko Takahashi y escribo sin ninguna intención de lucro.. ¡Sálvese quien pueda: Padres a la vista!Misión: ¡No me dejes!..-¿Cuál crees qu-que sea el primer paso?- Akane se puso nerviosa por la aún más cercana presencia del chico de la trenza. El muchacho recordó las palabras de su padre sobre el cariño de las mujeres por los niños- Pienso qu-que deberíamos...er...ponerle un nombre a nuestro hijo ¿na?- Pudo sentir el cálido aliento emanando de su prometida, abriéndose camino entre el frío viento que hacía en esos momentos. -¿Qué nombre te gustaría a ti?- De un momento a otro dejó a su boca responder automáticamente mientras ella se dejaba perder en el movimiento de los labios de Ranma al hablar. -¿Kenji?... No soy bueno para esto- Expuso nervioso. -Me gusta mucho- murmuró, Akane. -O podríamos nombrarlo Tatewaki, así no lo extrañaremos cuando la actividad se termine. -¡Eres un tonto!- Akane se alejó de inmediato del lado de Ranma y le golpeo sin mucha fuerza en el hombro. -Oye, sólo bromeaba, ¿te imaginas?- Ranma imitó a Kuno con sus ojos de borrego a medio morir- "Akane, mi amor, me haz hecho el honor de ponerle mi hermoso nombre a tu hijo. Te concedo el honor de casarte conmigo"- Rió a carcajada suelta el muchacho. -No digas eso, voy a tener pesadillas por tu culpa- La joven intentó disimular una sonrisa por la broma de su prometido. -Entonces será Kenji Saotome, a partir de esta noche y hasta que explote. -Ran-ma- La peliazul le miró con ojos asesinos. -No te disgustes, se llamará así hasta que lo entreguemos sano y salvo la próxima semana. Los jóvenes siguieron platicando un rato más, poniéndose de acuerdo en la habitación de quién se quedaría Kenji esa noche. Siendo equitativos con las labores de cuidarlo. -Chicos, ¡vengan a cenar!- Kasumi les llamó desde el patio de la casa. -No-no tenemos mucha hambre, hermana- Akane se asustó un poco al verse descubierta en el tejado junto a Ranma. -Tienen que comer algo. Necesitarán mucha energía para resistir la noche- -Está bien, Kasumi, bajaremos en un momento- Contestó Ranma y la hermana mayor se retiró del lugar. -¿Quieres volver a la fiesta?- preguntó con curiosidad, Akane. -No, pero me muero de hambre- soltó el chico sin pena, alzando los hombros. -Si, creo que yo también tengo un poco de apetito. No nos caerá mal un bocadillo. El joven se puso de pie con el bebé y le ofreció la otra mano a Akane para ayudarla en levantarse del tejado. Ambos se dirigieron con cuidado a la ventana de la habitación del chico. -A propósito ¿para qué ocupamos energía? -No lo sé, pero no tengas cuidado, mi familia y tus papás tienen unas ideas tan extrañas que trato de no hacerles mucho caso. Al bajar al comedor vieron una mesa repleta de comida y otra dispuesta con regalos para el bebé. Estaba toda la familia presente, vestidos de gala; más algunos vecinos invitados. -¡Qué bueno que decidieron venir! Los presentes ya se están retirando, pero no se quieren ir sin conocer al nuevo miembro de la familia y saber cómo lo van a llamar- Se acercó Soun a los recién llegados. -Se va a llamar Kenji, papá...y... hemm ¿Qué está haciendo toda esta gente aquí?- Le dijo casi en un susurro a su padre para que los demás no pudieran oírla. -Ya te lo dije, hija, vienen a compartir esta inmensa alegría con nosotros- Su padre tomó al muñeco de las manos de Akane y lo alzó frente a todos, cuan Rafiki alzando a Simba en la película del Rey León. -¡Miren todos! ¡Este es Kenji, nuestro heredero Saotome-Tendo!- El padre de familia empezó a desbordar lágrimas de la emoción. Todos los presentes se quedaron sin habla cuando apreciaron que el "heredero" no era más que un muñeco vestido como el que tendría cualquier niña del vecindario. Muy despacio fueron avanzando hacia la puerta, la mayoría recogiendo el regalo que habían traído, hasta que en la casa quedaron sólo miembros de la familia. -Bueno, chicos, ustedes disfruten de la fiesta ¿Quieren algo de comida?-Kasumi se ofreció amable. -Gracias, Kasumi. ¡No hemos comido en todo el día!- Se acercó Ranma ansioso. -Puedes comer lo que gustes, recuerda que la celebración es para ustedes y para Nabiki- La chica le ofreció un tazón vacío al joven y le invitó a que escogiera los alimentos de su gusto. Ranma se dedicó a "celebrar" de su muy peculiar forma. Un rato después, Akane tomó asiento a su lado, puso a Kenji en sus piernas y cogió otro tazón para servirse algo de la comida ella también. -Sírvete un poco de este. Está delicioso- Ambos comían avorazados por no probar alimento desde la hora del desayuno y poco les importó el ir y venir que se escuchaba en la planta alta de la casa, ni las conversaciones vagas y sin sentido que entablaban los demás familiares con efecto de mantenerlos el mayor tiempo posible en el comedor. -¡Listo, chicos! Ya todo está preparado- Nodoka se acercó a ellos, ventilándose con uno de esos pequeños abanicos japoneses pues se le veía algo cansada y acalorada. -¿Para qué, tía?- Akane bajó el tazón para ponerle atención a la madre de Ranma. -Sí mamá, y ¿qué son todos esos ruidos que se escuchan allá arriba?- -¡Qué pregunta, hija!, hemos mudado todas las pertenencias de mi hijo a tu habitación. Así no habrá problemas de estar yendo de cuarto en cuarto cada vez que llore el niño. Akane quedó con la cara desencajada al escuchar la respuesta de su tía. Ranma, se atragantó con una albóndiga de pulpo, digerida en un mal momento. -¡¿Pero por qué? ¿Quién les dio permiso de meterse en mi cuarto? Ranma di algo- La chica rozó el brazo de su compañero en aras de que este dijera algo que los exonerara de pasar la noche juntos. -Akane tiene razón, mamá- El joven todavía se golpeaba el pecho esperando que la albóndiga terminara de bajar a su estómago- La actividad no implica que tengamos que compartir la habitación- -Estas equivocado. Kasumi dormirá hoy con Nabiki para ayudarle con su hijo. ¿Qué te hace pensar que ustedes no van a necesitar ayuda?- Les respondió tratando de hacerlos entrar en razón. -Así es Ranma, la tía Nodoka está en lo correcto, los tres ocupamos ayuda, y si es gratis, ¿por qué no aceptarla?- Nabiki lucía feliz por la conveniente ayuda que iba a recibir. -¡Nabiki! No te metas- Interrumpió Akane. -Chicos, no se exalten- La Sra. Nodoka hacía esfuerzos sobrehumanos para soltar la risa por los vanos esfuerzos por desligarse de la responsabilidad y no compartir el cuarto. -Ya te lo he dicho, mamá. Sí digo que no voy a dormir con ella es porque no voy a hacerlo- Golpeó la mesa con el puño cerrado, intentando dar mayor convencimiento. -Estoy de acuerdo, yo tampoco lo quiero conmigo- Sentenció la chica. -Será mejor que no intentes nada extraño o te mandaré a volar lo más lejos que pueda ¿entendiste?- Toda opción para evitar que su prometido terminara en su cuarto se fue al traste y ahora lo tenía acomodando una colchoneta y cobijas para pasar ahí la noche. -No tienes que pedirlo. No pienso acercarme a ti ni aunque me paguen- Mirando de soslayo a Akane. Como método previsor, colocaron la antigua cuna de Akane entre la cama de esta y los tendidos del joven. Él se molestó un poco por la exagerada resolución de ella, pero si así se evitaban más problemas de los que ya había, mejor. Akane tomó su pijama y salió con rumbo al baño a cambiarse de ropa. Luego fue el turno de Ranma, quien se dio una ducha rápida antes de volver a su nuevo dormitorio. 11:00 PM La residencia Tendo se encontraba totalmente en silencio. Después de terminada la fiesta no quedó señal o indicio de que un festejo se hubiera celebrado allí. En la habitación de Akane, esta dormía plácidamente en su cama. A un lado de esta; se encontraba la cuna y, abajo, en el suelo, Ranma, tendido sobre un par de colchas, que al parecer no le afectaba en lo absoluto, porque estaba sumido en el mismo profundo sueño de su prometida. Sin ninguna antelación, el muñeco comenzó a emitir pequeños gimoteos para rápidamente pasar a un estruendoso llanto que sobresaltó a los jóvenes padres. -Akane, ¿el bebé está llorando?- El chico todavía estaba adormilado y divagaba entre sí de verdad era kenji o era su trastornada imaginación, alucinando después de todo lo acontecido en el día. -Sí, es la hora en que le toca comer de nuevo- La chica se desperezó, tomó a kenji en sus brazos y se lo entregó a Ranma mientras ella iba a preparar el alimento del niño. Este se quedó sentado con Kenji, viendo el descompasado caminar de su prometida; presa del cansancio, rumbo a la mesilla donde tenían la leche, agua y el calentador eléctrico. Ella conectó el calentador y vertió cerca de 2 litros de agua, empezando a destilar borbotones por los bordes, debido a que el aparato no tenía tal capacidad. -Oye, Akane, es demasiada agua ¿no crees? Debe ser sólo la cantidad necesaria para un biberón.- -¡Cállate! Yo sé lo que hago- Le contestó fastidiada. -Está bien, sólo quería evitar que en lugar de circuitos eléctricos, el niño terminara relleno de agua- El joven tenía el muñeco a la altura de su pecho y ya estaba pensando en un "Bloqueo de Kenji" por si se llegaba a necesitar. Akane dejó de prestarle atención a su prometido, vació parte del agua en ebullición al biberón de plástico y comenzó a echarle cucharada tras cucharada de la leche en polvo. El chico puso cara de diversión, sin duda la predicción que había echo en la mañana acerca de que el niño no sobreviviría su primera comida con Akane se estaba cumpliendo con cabalidad- "Es de los dos"- Pensó y su rostro cambió a uno de total terror porque el muñeco se fuera a descomponer. Su prometida ahora sacó un tarro transparente, lo abrió y añadió varias cucharadas a la mezcla blanca. Ella echó un vistazo a Ranma, pero no pudo distinguir entre la tenue luz el atemorizado estado de este. -¡Lo vas a matar! ¡¿Qué rayos es eso?- Se levantó del suelo e ir donde estaba Akane. -Nada, es azúcar. Le dará sabor a la leche. El joven leyó la etiqueta del frasco- "Sal"- Akane, siéntate, yo lo prepararé. Acto seguido, Ranma le dio a Kenji y él comenzó la preparación desde el principio, siguiendo unos sencillos pasos que venían en la receta del instructivo. -¡Toma! Aquí tienes- El joven de la trenza le extendió el biberón a su prometida. Se veía tan tierna con su pijama amarilla, los ojos adormilados y el cabello alborotado; acunando a Kenji en sus brazos. - Gracias- le dedicó una sonrisa que hizo al muchacho sonrojarse. Acto seguido introdujo la mamila del biberón en la boca del muñeco para que este comenzara a absorber el vital líquido. El joven se dejó caer sobre sus tendidos a observar, sin decirse nada, más no se acostó hasta que Akane dejó a Kenji ya tranquilo en su cuna y ella volvió a su cama. Los dos quedaron dormidos en un santiamén. 2:00 AM Kenji empezó a hacer unos extraños sonidos, Segundos después comenzó a llorar nuevamente, con el mismo ímpetu de hacía unas horas. Esta vez los chicos se despertaron mucho más rápido, tejiendo la ventajosa idea de que el otro hiciera el trabajo. -¡Es tu turno!- Dijeron ambos al unísono. -No, es el tuyo- Reprochó a Ranma- yo fui la que me levanté hace rato. -Si, pero yo terminé preparando el biberón- Respondió el joven. -Flojo. -Atenida- -¡Inservible!- Contraatacó la chica, sentándose en la orilla de la cama con efecto de distinguir mejor a su oponente. -humf-Bufó el chico, quien también se incorporó- Si yo lo atiendo el punto es mío, y ya tendré un 2 - 0 a mi favor. Los dos se echaron miradas taladrantes y se abalanzaron como padres preocupados y amorosos sobre la cuna de Kenji para ver qué necesitaba. Esta vez al pequeño le tocaba cambio de pañal. Lo pusieron sobre el escritorio de Akane, acondicionado con los artículos necesarios en la limpieza del muñeco. El chico pretendía acompañar a su prometida en todo el proceso y sólo retrocedió mareado cuando esta retiro el oloroso pañal a su hijo. -¡Con un demonio! ¡Esa cosa se está pudriendo!- Vociferó, abriendo la ventana del cuarto, esperando que entrara aire fresco. -¡Oye! Eso a lo que llamas "cosa" es tu hijo y, de una vez vete acostumbrando, que todavía faltan seis días y yo no pienso limpiarlo todo el tiempo.- El prefirió cruzarse de brazos y no agregar nada más. Una vez retirado el pañal, lo enrolló formando una pelota y lo tiró al cesto de basura. Después continuó limpiando la piel del bebé, tirando también las toallitas utilizadas. Ya sin el penetrante olor, el joven se acercó de nuevo, ayudándole a poner el pañal y el mameluco blanco que vestía. Esta vez fue Ranma quien lo acomodó nuevamente en su cuna y lo arropó con una suave manta beige. Utilizada por Akane cuando era una bebé. Akane se recostó de nueva cuenta en su cama, viendo a través de las rendijas de la cuna a su prometido cubriéndose de pies a cabeza con la cobija y colocando la almohada sobre su cabeza, intentando no escuchar un solo ruido. Ella también se protegió con sus mantas y quedó dormida, vencida por el sueño. 5:00 AM Tenemos a un bebé desesperado, llorando a todo pulmón en búsqueda de que alguien le ofreciera alimento. Un "padre" más dormido que despierto se puso de pie, trastabillando hasta el lugar donde se encontraba la maravillosa fórmula que detendría el llanto de su hijo. Mientras tanto, Akane también se puso de pie, tomó al niño y presa del cansancio Se derrumbó sentada sobre los tendidos de su prometido. El joven volvió con biberón en mano tropezando a cada instante con todas sus pertenencias esparcidas por el cuarto. Repitieron el mismo procedimiento, haciéndose muda compañía, igual que la primera vez. Cuatro minutos que a él se le hicieron eternos pasaron, cerró sus ojos y en un par de minutos más, Ranma ya estaba roncando quedamente. Akane tenía los ojos entrecerrados, celebrando en su interior que el joven no resistiese, ahora ya tenía un punto a su favor. Una vez que se hubo terminado la leche, Kenji, la joven intentó ponerse de pie y dejarlo en su cuna, pero sus pies estaban entumidos, los brazos le pesaban terriblemente y mantener los ojos abiertos era toda una batalla…que no ganó, cayendo dormida junto a Ranma. Y así es como terminó el primer temible día: los dos chicos durmiendo en el suelo, sobre la colcha del joven, abrazando al pequeño Kenji en medio de los dos. Escuela preparatoria Furinkan. Un anciano de pelo ya canoso, complexión robusta y vestir formal, se encontraba tomando asistencia en el salón F5. -...Saotome, Ranma- El silencio se hizo presente -Tendo, Akane- Tampoco hubo respuesta -Toriyama, Seto... ¡Vaya!, será mejor que me olvide de dar clases por hoy- El anciano echó un último vistazo al salón antes de salir, y ver que no estaba presente ni un sólo alumno al salón a pesar de ser casi las nueve de la mañana. Al llegar al salón de maestros se encontró con todos sus compañeros de profesión. -Kiddo, ¿tampoco asistió ningún alumno a tu clase? - preguntaron con curiosidad al recién llegado. -No, hoy no vino nadie- El maestro tomó asiento- Los jóvenes hoy en día ya no saben que pretextos inventar para faltar a clases. Si siguen así; los reprobaré sin miramientos. 09:00 AM. Casa Tendo Los avanzados rayos de la mañana golpeaban los ojos de los desvelados chicos, que pretendían de cualquier manera seguir durmiendo lo más posible y así recuperar energías. Más al parecer nadie estuvo consciente de la titánica labor de estos dos durante la noche porque comenzaron a tocar con insistencia la puerta. -Ranma, Akane, el desayuno se les va a enfriar. Ya es muy tarde- una voz femenina llamó desde el otro lado del cuarto. El joven pelinegro abrió los ojos pesadamente, de hecho, todo él se sentía pesado. Terminó de enfocar bien la mirada y descubrir que tenía al pequeño a un lado y a Akane un poco más allá. Esta aún no se despertaba, manteniendo el brazo extendido, alcanzando en un fuerte abrazo al bebé y a Ranma. -Ya-ya vamos- No recibió contestación, pero escuchó los pasos alejándose hacia la planta baja. Akane volvió a la conciencia, se restregó los ojos con las manos y recorrió con las manos el panorama, palpando un par de bultos a un lado de ella; encontrándose con que durmió en el piso, con Kenji y su prometido. -Tt-tú te quedaste en el suelo. Y-yo no tuve nada que ver- Espetó en su defensa, Ranma. Apartándose de la chica. -Ssí, te entiendo- Por primera vez en el tiempo de conocerla, no reaccionó violentamente- Creo que no soporté muy bien el último llanto del niño- sonrió apenada. Él también le sonrió en solidarización, aunque en verdad, estaba pensando en lo cierto que resultaban las palabras de su padre al decir que los niños volvían más comprensivas a las mujeres. -¿En qué piensas?- Sacó de sus divagaciones al chico. -¿Eh?-Ranma checó la hora en el reloj despertador de Akane- En que no pusiste la alarma que nos despertara. -¡Cielos! Lo olvidé. De igual forma creo que no hubiéramos ido. Aún tengo un sueño terrible. -Muy cierto, yo no querría ir tampoco. Por cierto; Mamá vino hace unos momentos, quiere que vayamos a desayunar. -Vamos, hay que coger fuerzas para el resto del día- Los dos se pusieron de pie con el muñeco en brazos. -Sabes una cosa- le dirigió la mirada a su prometida- creo que al fin empiezo a entender a qué se referían con el: "necesitan energías" En la mesa sólo ellos dos comieron, pues el resto ya andaba en sus actividades cotidianas. Por lo que alcanzaron a escuchar, Nabiki y Kasumi estaban aún dormidas en su cuarto. Sin duda tampoco la habían pasado de lo mejor. Un rato después, se pusieron a ver televisión, pero al tener tantas horas sin nada que hacer más que cuidar al pequeño, se aburrieron muy pronto. El chico se acercó más a Akane. -¿T-te gustaría s-salir a dar un paseo?- Preguntó muy nervioso. -¿Qué? - La joven abrió los ojos a más no poder- ¿te sientes bien? - Po-por supuesto que sí, s-sólo trataba de ser amable- Contestó de mala gana- Te pregunto porque no hemos dormido bien y, a no ser que salgamos un rato, nos quedaremos aquí encerrados todo el día cuidando a Kenji. -Comprendo, es cierto. Yo también quiero salir a relajarme un poco. Me parece bien que salgamos a pasear- Entusiasmada por la comprensiva actitud de su prometido. Se quedaron unos momentos más en la sala viendo la televisión. Después entrenaron un poco en el Dojo. Turnándose en el cuidado del muñeco. Al terminar de practicar Akane se fue a cambiar de ropa y volvió, dándole tiempo al joven para que hiciera lo mismo. Mientras tanto, ella fue al cuarto a introducir todo lo necesario en el cuidado del niño en la pañalera -Akane, ya estoy listo. Ya podemos irnos- El joven entró a la habitación. Ambos lucían ropa muy cómoda, ideal para salir de paseo sin batallar con corbatas o tacones incómodos. Aún así, los dos se quedaron prendados unos instantes el uno con el otro. -Est-estupendo. Yo ya terminé de recoger lo necesario- Reaccionó Akane- Le pasó la pañalera a Ranma y ella cogió a Kenji. Salieron en silencio de la habitación y pasaron inadvertidos por el comedor. Abandonando la casa sin que nadie los viera. Llegaron al parque cercano, tomando asiento en una de las bancas vacías que había a lo largo del lugar. Todo estaba tranquilo; muchas parejas paseando de la mano, personas deportistas andando en bicicleta, niños felices divirtiéndose con los juegos, parejas remando en canoas en un pequeño lago y padres disfrutando de la compañía de sus hijos, haciendo picnic. -Se respira mucha paz en estos sitios, nada que ver con el estruendo de la casa. -Sí, normalmente ya es muy estresante, pero con estos bebés es todavía peor. te dije, ayer l...- el muchacho fue interrumpido. -Hola ¿podemos ver al niño?- Se acercó una chica con su novio a donde estaban Ranma y Akane -Bu-bueno,lo-lo que pasa es que - La joven pensó fugazmente en que si miraban que era un muñeco de plástico los tildarían de locos. -Ranma se quedó serio, esperando ver que reacción tenían los entrometidos. La joven de cabellos castaños no le dio tiempo de pensar y levantó la manta que cubría parte de la cabeza de Kenji. -Je je je - la chica jaló a su novio lejos de ahí- Ryo, camina, re-recuerda que tenemos qu-que llegar temprano a casa. Ni siquiera se despidieron de los prometidos, aunque estos ya intuían el por qué. -¡Qué exagerados! No era para tanto - suspiró Ranma. -No les prestes atención, Ranma, simplemente no esperaban que fuera un juguete- le calmaba la joven. -De seguro piensan que estamos locos y no están tan errados. Puedo apostar que terminaré en un manicomio para la semana que entra ¿Irás a visitarme?- Le dijo con guasa el muchacho. -Nop, la verdad es que no- Le sonrió Akane. -¿po-por qué no? - puso cara de puchero el muchacho. -Es fácil, lo más lógico es que si tu terminas en uno de esos sitios yo también tenga una reservación allí. El chico soltó una carcajada incontenida con la respuesta de la peliazul y esta lo secundó -Sabes, ayer no te dije qu-que te mirabas mu-muy bien con el bebé en brazos- El joven miró fijamente a su prometida. -¿En-en serio l-lo piensas?-preguntó nerviosa por la confesión y por la penetrante mirada del chico. -S-sí, estoy bastante seguro- colocó una de manos sobre la de Akane, que palmeaba el pecho del bebé y con la otra tomó la barbila de la jovencita, acercándose lentamente.-"Es tan suave"- pensó al recorrer sus mejillas con la yema de los dedos. -...Ranma- Suspiró Akane dejándose llevar por él. -¡Ranma! ¡¿Qué hacer tú junto a chica violenta? - Una furibunda Shampoo salió de entre unos arbustos. -¡Shampoo! ¡¿Có-cómo llegaste aquí? - Saltó Ranma hasta el otro extremo de la banca. -Ir a buscarte a tu casa y decirme que haber salido de paseo con esta- Dirigiéndole una mirada asesina a la acompañante de Ranma. -Oye ¿A quién le llamas "esta"? - Se puso de pie al instante para contraatacar a la agresora. -A ti. Acosadora. Dejarlo en paz- -Por favor, calma, no se peleen- El joven se interpuso entre las dos. -No defenderla, Ranma. Ella pagar por obligarte a salir con ella. -Yo no lo obligué a nada, el vino por cuenta propia para ayudarme a cuidar al niño- -¿bebé?- Sólo entonces, Shampoo reparó en el bulto que Akane llevaba en brazos. -¿Qué significar esto? ¿Cuándo tenerlo?...Ranma, saber muy bien que no poder tener hijos con nadie más que conmigo. -Tranquila- le contestó sarcástica- Es sólo un muñeco de plástico para una actividad en la escuela. -Si ser actividad para escuela, hacerla tú sola y dejar en paz a mi Ranma- La joven de cabellos morados se acurrucó en los brazos del azorado chico. -No se puede, la actividad es en equipo y me tocó realizarla junto a él- Molesta al ver lo encimosa de la joven china. -Ranma, vayamos a tomar un helado y dejarla a ella con estorboso muñeco- le dijo con voz melosa. -No-no puedo, es una actividad de los dos y tengo que ayudarla- Trataba de que ninguna de las dos se fuera a enojar, porque fuera cual fuera, él saldría perdiendo. -Si tu querer, yo poder deshacerme de él- se ofreció gustosa. -¡Claro que no!- respondió asustado- El muñeco que trae tiene un explosivo en el interior y si lo destruyes, ella y yo quedaremos hechos cenizas. -¡Oigan, chicos! ¿Qué hacen allí?- Ukyo pasaba por el lugar. -"¡No puede ser! Otra prometida más"- pensaba Akane en sus adentros -Ukyo, llegar en buen momento. Chica del mazo engatusar a Ranma con bebé. -Akane, Ranma ¿cómo pueden hacerme esto. Un par de días que me tomo de vacaciones y regreso para descubrir que ya tienen un bebé. ¡Esto es imposible!- La joven se acercó y constató lo dicho por la china. -Es para una actividad de la escuela y tenemos que hacerlo en equipo- Fue el turno del muchacho para dar explicaciones- Si hubieras ido ayer, también te habría tocado uno a ti- Tratando de sensibilizar a la joven de largos cabellos castaños y bonitos ojos azules. La chica quedó pensativa unos segundos- Entonces mañana iré a pedir uno de esos y tú serás mi compañero- Se entusiasmó con la idea de cuidar a un bebé junto a su Ran-chan. -¡Tu no pedir nada! Ya tener suficientes problemas con uno de esos- Explotó Shampoo. Ukyo ignoró el comentario de la amazona- Akane, disfruta lo que queda del día con Ranma, que a partir de mañana, él sólo se dedicará a darle atención al mío. La joven cocinera retomó el camino rumbo a su casa, haciendo planes con el bebé que tendría en brazos mañana. Shampoo observó molesta la retirada de su enemiga. Al parecer todo lo que ideaba le salía contraproducente. Esperaba ayuda para pensar en un plan que ayudara al pobre de Ranma a quitarse ese peso de encima y lo único que había logrado era tener un problema extra. La amazona regresó a la realidad para enfrentarse de nuevo a los chicos, pero Ranma aprovechó la situación para coger a su prometida en brazos y salir corriendo lo más rápido posible rumbo al Dojo. Al llegar, la dejó de pie en medio del pasto, tratando de tomar aire y recuperarse de la extenuante corrida- Es- Eso estuvo cerca. -Menos mal que la hemos dejado atrás- Suspiró aliviada, Akane. -¡Ranma! ¿Por qué huir de mi?- Apareció de nuevo Shampoo, brincando del techo de la casa. -¡Ya déjanos en paz! - Akane ya estaba fastidiada con tanta interrupción. -Tú no meterte en pláticas ajenas. Yo estar hablando con aireen- farfulló. -Shampoo, tienes que entender- hablo el chico lo más serio que pudo, con un plan en mente- A mi no me interesa estar cerca de esa flaca desgarbada. Lo único que quiero es aumentar las notas en la escuela. ¡Te lo aseguro! -¿Eso ser cierto?- Se acercó más a él, haciendo que este retrocediera hasta toparse con las piedras de la orilla del estanque. -Claro que sí, no podría ser de otra forma- Le sonrió galante. -Ranma, no seas mentiroso- Pasó Genma en su forma de panda gigante, con un letrero que traía impresa dicha inscripción. Entrando en la casa despreocupadamente. -Bu-bueno...y-yo...esto...es por la actividad...no pi-pienses mal- Carraspeó de los nervios Ella notó el nerviosismo del chico e intuyó que estaba mintiendo. Cambió su rostro de rencor a una de facciones alegres- Ranma, dejarte tranquilo esta semana para que cuidar muy bien de bebé junto a Akane. -¿En serio?- Ranma tomó las manos de la chica con emoción. La chica volvió a cambiar sus gestos al de una asesina serial- pagármela muy caro, Ranma- Shampoo le dio un empujón con uno de sus bomboris, haciendo que este cayera al estanque de la casa- Esto no quedarse así- Volteó hacía Akane para dedicarle otra de sus fulminantes miradas. Shampoo se fue saltando molesta por el techo de los tejados aledaños, rumbo al Neko Hanten. El joven salió a flote de la fría agua como la exuberante chica pelirroja y con el bebé mojado, pero en perfecto estado, lo que le hizo sentirse reconfortado. Por hoy habían resultado afortunados. -Ranma ¿estás bien?- Akane lo miraba desde la entrada al patio. -Si, el bebé no se ha hecho daño. Observa- le sonrió, mientras le mostraba al muñeco escurriendo agua a chorros. -Bien merecido tenías ese baño- La chica le sacó la lengua para burlarse de su remojado prometido por llamarle de aquella forma. El muchacho puso al muñeco en el pasto para él sujetarse bien y salir de ahí. En cuanto salió del estanque y se puso de pie, un sonoro clic puso en alerta a Ranma. Asustado vio a Kenji en el suelo. Estaba completamente normal. -Rastreando objetivo...- El mensaje provino desde la pulsera metálica de Ranma- -¿Qué fue eso, Ranma?- La chica intentó avanzar hacía él con incertidumbre. -N-no te acerques, Akane!- le detuvo, Ranma- Puede ser peligroso. -...Objetivo no identificado... autodestrucción programada en: diez segundos...nueve... -¿Autodestrucción? -¡El muñeco va a explotar!... ¡Voy a explotar!- Grito alarmado el muchacho. Akane no hizo caso a Ranma y se acercó de inmediato para averiguar qué sucedía. La cuenta regresiva de la pulsera del chico se detuvo unos segundos- Objetivo dos encontrado...continua autodestrucción de objetivo uno no identificado: ocho... -¡Demonios! ¡Esta cosa no me reconoce estando transformado!- Ranma comenzó a jalarse la pulsera, esperando que esta se rompiera por la fuerza, pero esta no cedió y parecía haberse ajustado a la nuevas formas del chico. -¡No te des por vencido!- Akane intentaba ayudarle, intentando coger el brazo del muchacho para ayudarle a forzar la pulsera, más el joven no mantenía el brazo quieto- ¡Trata de tirar con más fuerza. -Siete... -¡Akane, tienes que huir de aquí! ¡Esto sólo me quiere a mi!- -Pe-pero n-no- -¡Que te largues!- Le gritó con total frustración la pelirroja. No quedaba nada de tiempo y no iba a permitir que la chica se hiciera daño con la explosión. -Seis... La peliazul le clavó los ojos llenos de coraje y nerviosismo. Para su sorpresa, no respondió nada, se limitó a soltarle el brazo a Ranma y salir corriendo rumbo al interior de la casa. Ranma duró un segundo ensimismado con la reacción tan indiferente de Akane; no deseaba que se quedara a su lado y se lastimara, más le sorprendió que saliera corriendo sin más. Emergió de su ensoñación y volvió una vez más a su objetivo de romper el metal en su muñeca, ya enrojecida con tanto jaloneo. -...Cinco... La pequeña pelirroja dejó de luchar contra el metal y cayó desplomada sobre el pasto. Titiritando del frío al traer la ropa empapada y por el pavor de explotar. -...Cuatro...-Ranma echó un último vistazo al interior de la casa antes de cerrar los ojos...y esperar. Por su mente pasó el destruir al muñeco, pero llegó a la conclusión de que si lo hacía, ella pagaría las consecuencias igual que él. -...Tres...-Cerró con más fuerza los ojos, frunció la nariz y apretó tanto la mandíbula que los dientes empezaron a rechinar por la presión. -...Dos...uno...cero... Continuará.
Hee. Si ese fue mí primer FF xD Aún no lo he terminado, y la primera temporada no está muy bien narrada que digamos x///x, y gracias. Me gustaría saber que te parece x] Cap 3: ¡OMG! Me encantó. Tan bellamente redactado como siempre, y el final. !Ho! ~ que sorprendente. ¿Explotará? o ¿No explotará? Adoró cada vez más este FF, realmente no recuerdo mucho los detalles del Fanfic, completo pero me gustó. Cada capítulo y él final. Esperaré el siguiente. Y espero me puedas avisar. Adiós. At: Fer-chan.
Los personajes que aparecen en esta historia pertenecen a Rumiko Takahashi y escribo sin ninguna intención de lucro.¡Sálvese quien pueda: Padres a la vista!Después de la tormenta llega el ciclón.— — —-Cero… -¡Ranma!- El joven abrió los ojos, levantando la vista levemente al creer reconocer entre los robotizados sonidos, el sonar de la dulce voz de Akane ¿sería una especie de último deseo antes de morir?... Pero no vio nada, tenía la visión totalmente deslumbrada al mantener los párpados apretujados y el cuerpo tensado por tanto tiempo. A la multitud de colores se añadieron otros más metálicos y que reflejaban mejor la luz, seguido de un estruendoso impacto y una cálida sensación recorriendo todo su cuerpo. Antes de caer al suelo escuchó a lo lejos una ensordecedora explosión, bien dicen que cuando más lejos suena algo, es que más cerca está… luego perdió la consciencia y todo su alrededor oscureció sin poder evitarlo. — — — — -… Ahora, vamos con un enlace en vivo a Nerima con Naoko Sakasaki, quien nos informará más sobre estos extraños acontecimientos… Naoko ¿nos escuchas? El reportero que viajaba con la joven le tocó el hombro para que prestara atención a la cámara. -. . . Si, escucho- Acomodando el auricular en su oreja. -Hola, muy buenas tardes, nos encontramos en la entrada del Hospital Fujimori Center, a donde han trasladado a cinco de las víctimas que han sido lesionadas en una serie de peculiares explosiones en los alrededores de la preparatoria Furinkan…- Reportaba para la televisión una chica de edad media, cabello negro hasta los hombros y ojos verdes. - Me han informado que los cinco presentan unas leves quemaduras pero, ¿sabes algo sobre el motivo de estas?- preguntó interesado el noticiero, un adulto de edad avanzada. -Por supuesto. Se ha dado a conocer por familiares de las víctimas que estas explosiones se suscitaron al estar en contacto con unos peligrosos muñecos programados para ser detonados si las víctimas no hacían buen uso de estos- Hablando con cierta angustia en su voz. -Dime ¿la policía tiene idea de a quién se le ocurriría semejante aberración?-El hombre mayor estaba feliz en sus adentros, por fin una buena noticia que subiría el rating de su programa. -Hasta el momento no se tiene en la mira a ningún responsable, pero la pol… ¡espera un segundo! –La chica se tocó el auricular- Me están informando que uno de los pacientes ha despertado, vamos para allá – La transmisión quedó por un instante fuera del aire, volviendo con la misma reportera corriendo por las escaleras rumbo a uno de los cuartos del hospital. Al entrar se podía observar el área completamente esterilizada, a varios pacientes vestidos con largas batas blancas, con pies y brazos vendados, y alguien al fondo con el pie enyesado. El camarógrafo enfocó al recién vuelto a la consciencia y Naoko acercó el micrófono- Hola, somos del programa: Tokio Noticias. ¿Cómo te sientes? El joven encuestado, un muchacho de cabellos oscuros y grandes ojos se sobresaltó un poco con la presencia de la chica. Observó a los visitantes detenidamente y recorrió el cuarto con la vista porque no recordaba cómo había llegado a esa cama, hasta que vio sus manos enrojecidas y se dio cuenta de que no traía puesta la pulsera de metal -¡¿Dónde está?- preguntó alarmado. -¿Qué buscas? Dinos, ¿en qué te podemos ayudar?- La reportera y su compañero se acercaron más al joven. -¡¿L-la pulsera? ¡El bebé! ¡¿Dónde están?- El herido comenzó a desvariar y a temblar de los nervios. -Calma, todo estará bien. El doctor dijo que ya estabas fuera de peligro. No tienes heridas graves- Intentaba apaciguarlo, Naoko. El muchacho hizo oídos sordos, cogió la videocámara para sorpresa de los visitantes y desbordó en llanto- ¡Mao! ¡Te juro que soy un buen padre! ¡El perro salió corriendo con el bebé y no lo pude alcanzar! ¡Perdóname!- Lágrimas descontroladas del joven cayeron sobre el aparato, el cual hizo corto y la transmisión se perdió. Neko Hanten La joven de cabellos púrpura se encontraba en su restaurante fregando los platos con tanta intensidad que se podía oír el crujir de estos, amenazando con quebrarse en cualquier momento. -Shampoo, ¡tienes que lavarlos más cuidadosamente o van a romperse! -No importar ahora. Estar furiosa porque airen estar jugando a ser papá con tonto bebé de plástico…y lo peor es que ser junto a Akane. -Eso se puede solucionar muy rápido ¿Por qué no lo destruiste?- A la anciana le parecía extraño que su nieta no buscara la manera rápida de solucionar sus problemas. -Porque muñeco tener explosivo y activarse junto con Ranma y Akane. Yo querer deshacerme de bebé y chica violenta, no de futuro esposo. Cologne, con sus años de experiencia y sabiduría en acabar con obstáculos que se entrometieran con sus objetivos, meditó las circunstancias del problema para idear un buen plan que ayudara a su nieta.-En ese caso, lo mejor que puedes hacer es ponerte de parte de ellos y usar una buena estrategia para estar a su lado. -¡¿Qué? Yo no querer ayudar a Akane. Además ser bastante torpe. No querer explotar por estar junto a ella.- -Esa es la idea, querida Shampoo, estarás junto a ellos, les ayudarás y te mostrarás de lo más servicial, pero sin que se den cuenta, realiza lo imposible para que le salga todo mal. Así, al final mi yerno se dará cuenta de que Akane no capaz de cuidarse ella misma ni a su bebé, y tendrá una razón más para elegirte a ti. -¡Ser buena idea! Ir inmediatamente a ofrecer mi ayuda- El aura combativa de la joven estaba en su máximo apogeo. Sólo esperaba que estuvieran despiertos en la casa Tendo para empezar con su cometido ese mismo día. -¡No! Todavía no es el momento. Aún tenemos muchas cosas de qué hablar. Dojo Tendo. Al anochecer -¿Todavía no despierta?- La madre de Ranma entró a la habitación y observó a su hijo recostado en el futón desde hacía ya varias horas. Estaba tapado con una cobija de pies a cabeza y se podía verle titiritando a pesar del grueso de estas. - No. Creo que se llevó una impresión muy fuerte y la fiebre no le ha bajado ni un par de grados- La joven se desvió la mirada hacía su prometido para no causar mayor sospechas. Si bien le había salvado de volar en pedazos, poco faltó para romperle la cara con el golpe de la tetera. Al verlo caer en el suelo desmayado pidió auxilio, y los mayores vinieron a socorrerlo, evitando muy prudentemente indagar en la causa del accidente. -Yo diría que lo golpeaste muy fuerte- Dijo Nabiki, a un lado de Akane y de Kasumi, quien observaba divertida las escena. -¡No lo hice a propósito!- -Basta, despertarán a Ranma y él necesita descansar después de todo lo que ha pasado. -Tía Nodoka tienen razón ¿Por qué no vas a dar la vuelta, aunque sea a la otra cuadra, para que te distraigas un poco y dejes respirar a Kasumi? Ella ha estado cuidando a Kentaro la mayor parte del día. -Porque es más divertido y productivo estar aquí- La mediana de los Tendo no se fijó que a Kasumi si le agradó la idea de salir. Se levantó de la duela con el pequeño muñeco en brazos y se dispuso a salir en compañía de su "sobrino"- Además, quiero ver la cara de mi cuñadito cuando se entere de que tu lo dejaste deforme. La pulsera negra de Nabiki dio un clic y una voz robótica, similar a la proveniente de la pulsera de Ranma se escuchó- Objetivo alejado de base. Nabiki volteó instantáneamente hacía su mano. -Kasumi se llevó a tu bebé- Akane le señaló a su hermana la puerta abierta. -¡Mi bebé!- salió corriendo a tropezones- ¡Kasumi! ¡Espérame, voy contigo! El joven Saotome se removió un poco por fin, al escuchar tanto escándalo. En sus sueños, el muñeco cambiaba su cara a una demoníaca y horripilante, explotando sin poder hacer nada… y abría los ojos para descubrirse en la misma situación una y otra vez, incluyendo la voz en cuenta regresiva. -¡Exploto! ¡Exploto! ¡Exploto!- Tomó asiento sobresaltado. Transpirando y envuelto en escalofríos por la alta temperatura de su cuerpo. Pasados unos segundos se relajó e inspeccionó. No, al parecer no estaba en los infiernos. A su lado estaba Akane con P-chan en brazos y una versión angelical del temible muñeco de sus sueños en un portabebé a una corta distancia de la joven. -¿Qu-qué pasó?- Volvió súbitamente a la realidad terrenal, descubriendo que tenía adolorido el cuerpo y le dolía hacer cualquier clase de gestos con la cara. -Estuviste a punto de hacerte puré, pero alcancé a llegar a tiempo con la tetera-La joven pasó por la frente del muchacho una compresa fría. -Gra-gracias, supongo- El chico torció la cara en lo que se suponía era una sonrisa, más el pinchazo de dolor por el golpe no lo dejó. -¡Ah! Me duele la cara ¿por qué?- sobándose la nariz. Akane se sonrojó apenada- Bu-bueno, es que no iba a llegar a tiempo a donde estabas. Así que…yo…yo…arrojé la tetera con todas mis fuerzas y, ahem…ahí es donde cayó- apuntando al entrecejo del pelinegro. -No eres muy delicada que digamos -Pues te salvé la vida- Contraatacó molesta, apretando con más fuerza al cerdito entre sus brazos. -Y casi me causas un traumatismo- El muchacho le frunció el ceño, antes de acordarse de que le dolía mucho, además, la fiebre lo tenía bastante débil. -¿Sabes que me dijo este desconsiderado?- Akane alzó a P-chan en lo alto- ¡Qué te largues! hablando en tono deformado intentando imitar a Ranma. El joven quedó mosqueado por la burla, pero decidió darse por vencido hoy, se dejó caer al futón y, tanto el cansancio como la enfermedad, lo hicieron volver a dormitar rapidamente. El pequeño cerdito estaba bastante triste, ni siquiera contaba con energías para atacar a Ranma. Desde que había dado con el Dojo Tendo al atardecer percibió en los ojos de Akane un brillo especial que no tenía antes- ¿Cómo rayos es que ella sentía felicidad siquiera de estar cerca de ese patán? y, peor aún, cuidando un muñeco en su compañía. Bueno, cuando volviera a su forma humana se aseguraría de proponerle a su amada peliazul ser él quien le ayudara a cuidar al muñeco y que desechara al joven Saotome. -Akane, escuche voces ¿ya despertó mi hijo?- La madre del joven asomó por la puerta. -Sí, estuvo despierto unos minutos, pero ya se volvió a dormir. -¡Vaya! Creo que le hizo mucho mal haber estado tanto tiempo con la ropa empapada. Tú no te preocupes por nada. Yo te ayudaré a cuidar a Kenji hoy. — — — — La mañana llegó y ahora, sin pretextos ni excusas habían tenido que asistir a la escuela. Ranma se recuperó completamente de su fiebre y tenía más energía que nunca. La peliazul, en cambio, apenas podía sostenerse en pie, presa del sueño, cansancio y un poco molesta por el llanto de bebés y los ya inaudibles quejidos de sus compañeros, quienes lucían igual o peor de desvelados que ella. -Ahum… ¡Qué bien dormí anoche!- El joven Saotome se retorcía mientras bostezaba a sus anchas. Como oso en hibernación, no había vuelto a abrir los ojos en toda la noche. -¡Claro!, como tu roncaste toda la noche estás de maravilla. Yo estoy que me duermo en cualquier segundo. -Ranma se sonrojó de la pena. Incluso en sus sueños, sintió como le frotaban suavemente la frente con una compresa fría para ayudar a que se recuperara. Su madre y ella no tuvieron mucha oportunidad de cerrar los ojos.- N-no quise causarte molestias. -Descuida, tampoco lo hice todo yo sola. Tu mamá me ayudó a cuidar del bebé…y de ti- Le calmó la chica. -Igual me siento al-algo culpable. Te prometo que ahora seré yo el que me encargue de él. La joven le miró con ternura. Sin duda Ranma no se detendría para superar el reto, porque seguía dudando que lo hiciese por gusto. Cerró lentamente los párpados, aún con la sonrisa en los labios. En pocos minutos se fue deslizando en el pupitre hasta quedar con la cabeza entre los brazos. -Akane, no te duermas- El chico le tocó la cabeza. -Shh…te va descubrir aquí la tía Nodoka- Ranma se quedó divagando en qué estaría soñando la joven durmiente. -¡Buenos días jóvenes!- Entró el maestro, depositó los libros que portaba sobre el escritorio y se recargó en una de las orillas de este- Me alegro ver que su sentido de responsabilidad, amor y disciplina por esta escuela ha vuelto- Comentó en tono sarcástico. El muñeco comenzó a gimotear de forma queda y Ranma lo balanceó suavemente entre sus brazos para evitar que aumentara el sollozo. Kenji, lejos de calmarse, pasó a inundar el aula con su estridente llanto. Llamando la atención del maestro y contagiando con su sonido al resto de los bebés en el salón. -Saotome ¿por qué no me extraña?- Inquirió molesto, dedicándole una mirada acusadora. -Es- es el bebé. No sé cómo calmarlo- El muchacho meció al bebé con un poco más de ímpetu, esperando que diera efecto. -Jovencito…Usted es una amenaza para la sociedad, pero su hijo es una verdadera epidemia. Salga inmediatamente del salón y no vuelva hasta que los dos estén en disposición de tomar la clase. Ranma salió al pasillo y ahí esperó pacientemente hasta que la clase terminara. Empezaba a ver con malos ojos al niño por tranquilizarse al instante de abandonar el salón. Luego se debatió en si le habrían programado al muñeco así por ser para él o era mera casualidad del destino. En eso perdió su tiempo hasta que la alarma del receso timbró y todos sus compañeros de salón salieron rumbo a la cafetería. Entre la multitud distinguió a Akane, quien ya lucía algo más descansada que hacía un rato. Como no tuvieron oportunidad de tomar el desayuno se dirigieron a la azotea hambrientos para tomar el almuerzo traído de la casa. Al avanzar por los pasillos una rosa atravesó la ventana y se clavó en la pared. -Mira, trae una nota ¿qué dice?- observando el maltrecho papelito que tenía clavada la flor en el tallo. El muchacho tomó la rosa y cogió el papel: "Te espero urgentemente en la azotea de la escuela. PD: Tu amor"- Ranma palideció por la desventura. -¿Qué dice? Te has puesto blanco- Akane se preocupó de que Ranma recayera en su fiebre. -Bu-bueno. Alguien me está esperando urgentemente en la azotea- El joven detuvo su andar- Será mejor que vayamos a otro lado. No quiero encontrarme con algún problema como que Ukyo no llegó a clases por andar consiguiendo otro de estos muñecos. Ya tengo suficiente con uno. -¿Será Kodachi?- Hizo memoria, Akane. -No lo creo. La flor es roja- Le corrigió Ranma. Ambos dieron marcha atrás y bajaron las escaleras para salir al patio. Contrario a lo que imaginaban, al llegar a la explanada, observaron una enorme caja de regalo roja de más de 3 metros cuadrados. -Ranma, mi amor, me alegro que hayas venido tan rápido a mi llamado. Sabía que captarías las pistas de que era yo y morirías por saber noticias mías- Kodachi, La Rosa Negra apareció vestida con su uniforme sobre la caja. -¿Qué estará haciendo ella aquí?- Le susurró Akane a su prometido. -Ni idea, pero ya viste que ahora manda rosas rojas ¿a qué se deberá?- Secreteándole también a la chica -Quizá el Director se acabó el presupuesto del tinte para las flores en conseguir estos bebés virtuales-señalándole al muñeco en brazos de la joven. -Si, eso ha de ser. Kodachi ¿qu-qué haces en la escuela?- Ranma y Akane retrocedieron veloces cuando la menor de los Kuno tomó uno de los listones del moño, indicando que en cualquier momento abriría el regalo. -Ranma, no seas tímido. Mi hermano ha llegado a casa con un latoso plebeyo de plástico y me ha dicho que tú también has osado cuidar uno. Como verás, yo no puedo permitirte semejante barbaridad, por eso…-La chica brinco a tierra jalando el listón del moño, cayendo las cuatro tapas de la caja de regalo al suelo. Al caer las tapas de madera, se descubrió que en su interior había 8 carreolas con sus respectivos ocupantes. Bebés "reales" de todo tipo de color de piel, cabello, color de ojos, entre otros. Cualquiera diría que eran un catálogo andante de niños. -Como te decía, no puedo permitir que te conformes con cuidar a un desastroso niño de juguete. Por eso, como tu futura fiel esposa he decidido que si quieres practicar cuidados y responsabilidades para con nuestro futuro y amado hijo, nada mejor que practicar con un bebé de verdad hohoho- Kodachi soltó su carcajada loca mientras a los pobres chicos se les fue la boca al suelo. -¿D-de dónde sacaste todos esos bebés?- Akane salió de su estupor. -Las mamás de todos estos niños estuvieron de acuerdo en prestármelos al decirles que mi tierno prometido deseaba probar el cuidar un bebé para no cometer ningún error a la hora de que tengamos al nuestro. -Kodachi, no digas tonterías. Casi puedo apostar los has robado a todos ellos- El joven empezó a sudar la gota gorda al imaginar el aumentar la dotación de pañales de uno a una docena. -Te equivocas amor, todas las madres están sumamente orgullosas y agradecidas de que yo: Kodachi Kuno, "La Rosa Negra" haya escogido a los bebés de ellas entre el resto del proletariado. En medio de la discusión estaban cuando un sonido similar al de un temblor empezó a sacudir la tierra. Todos los presentes voltearon al horizonte y pudieron constatar que una visible nube de polvo se acercaba a todo galope. -¡Allí está! ¡Atrápenla, no la dejen ir!- Era una turba de mujeres enfurecidas las que venían en dirección a ellos. Sin discutirlo ni un segundo, llegaron a la conclusión de que eran las madres de los pequeños raptados. -Amor, debido a que ha surgido un imprevisto tengo que salir un momento, volveré en cuanto pueda- La gimnasta salió huyendo del lugar en medio del tornado de pétalos rojos característico de ella. Un pequeño grupo de mujeres se fue en búsqueda de la usurpadora mientras que el resto se quedó a rescatar a los bebés. -Mi amado Sasuke, no dejaré que ninguna loca vuelva a pedirme verte- una regordeta señora tomaba en brazos a uno de los infantes. Las otras chicas verificaban que los demás criaturas también estuvieran bien. -¿Los niños son de ustedes?- Se acercaron los jóvenes a ellas. -Si- contestó otra de las afectadas- Estábamos descansando mi bebé y yo en el parque cuando viene esa chica loca y me cloroforma. -A mi me dijo que su prometido le exigía tener un niño rápidamente- ¿No serás tu verdad?- Otra de las mujeres le interrogó inquisidora. -No-no ¿cómo creen?- El muchacho avanzó hacía atrás. -Pues yo lo ví platicando con esa maniaca- Sentenció alguien más. Todas las mujeres empezaron a desbordar una tremenda aura roja y volvieron a alzar los palos y otros objetos que traían como arma. -¡Akane, corre!- Ranma la tomó de la mano y salieron en estampida hacia el interior del edificio con todas las madres detrás de ellos. Al entrar a la escuela perdieron de vista a las mujeres, pero se dieron cuenta que ukyo salía en ese momento de la oficina de dirección con un bebé en brazos, una pulsera metálica negra puesta en la mano y otra pulsera roja abierta, seguramente para la pareja que eligiera. -Ranchan, qué bueno que te encuentro- Los jóvenes se detuvieron un momento a coger aire. -Ukyo…tu… conseguiste que…te dieran uno- Preguntó la menor de los Tendo totalmente descompasada por la carrera. -Así es Akane- Poniéndole cara de pocos amigos- si pensabas que ibas a lograr que Ranma fuera para ti sólo por obligarlo a cuidar de tu bebé estás muy equivocada- Luego cambió a una expresión de total armonía y felicidad para dirigirse al chico. – Ranchan, ahora se un buen niño y salúdame. El joven atolondrado estiró la mano sin pensarlo dos veces, siendo aprovechado por la castaña, quien acercó la pulsera libre, con intenciones de colocársela. Afortunadamente Akane se dio cuenta y consiguió bloquearla, mandando a volar el metal por los aires. -¡De prisa! ¡Corre!- Esta vez fue Akane quien apuró a Ranma para salir del lugar. Ukyo no perdió tiempo y se apresuró a recoger la pulsera del suelo. -¡Ryoga! ¿Qué te trae por aquí?- La joven descubrió al chico de la pañoleta indagando con alumnos en el pasillo el paradero de Akane. -Estoy buscando a Akane y Ranma. El muy sinvergüenza la está obligando a cuidar a un mocoso a la fuerza y vengo a ayudarla. -¡Van rumbo a la azotea!- Le confió Ukyo, con la esperanza de que el chico le fuera de utilidad. El par de prometidos llegó al lugar mencionado, al parecer ahí estaban seguros del resto de la humanidad, sólo que no contaban con que Kodachi todavía seguía por ahí, con un nuevo objetivo bajo la manga. -¡Ranma, mi amor! Al parecer mi querido hermano me ha mentido al decirme que deseabas un hijo. En vista de eso, dejaré de insistir con ello y, para tu completo agrado, te ayudaré a deshacerte del estorbo que trae Akane en brazos.- La chica se abalanzó sobré la peliazul con su listón, Ranma alcanzó a tomarla en brazos y aterrizar en otra de las esquinas del lugar. -Cariño, no seas tímido. Deja que te ayude- Los chicos retrocedieron, topando con la reja que servía de barda en la azotea.- Nuevamente lanzó su listón. Este tomó la forma de una filosa vara capaz de atravesar una pared. El chico tomó una varilla suelta, dispuesto a bloquear el ataque, pero un bombori se le atravesó al listón, evitando que impactara contra los jóvenes. -¿Estar bien?- Kodachi saltó a uno de los pilares cercanos y Shampoo, aparecida de repente con el objetivo de comenzar la táctica trazada con su abuea, relajó un poco su defensa. -Si, gracias. Estuvo cerca- El joven soltó a la peliazul para evitar ahora una pelea entre la amazona y la menor de los Tendo. -No ser problema, Shampoo no permitir que aireen explotar- Akane sintió celos, pero no era el momento de sacarlos a relucir. -Ranchan, qué bueno que te encuentro. No me dejaste darte un regalo que conseguí especialmente para ti- Ukyo y Ryoga llegaron al lugar de reunión. Ella sacó de las solapas de su traje la pulsera roja aun abierta con clara intención de colocársela a su prometido. -¡Ranma! Eres un mujeriego, ¿cómo te atreves a aceptar obsequios ajenos cuando tienes a tu dulce prometida a un lado? ¡La vengaré y pagarás caro por esa ofensa!- El joven arrojó su paraguas sobre Ranma, el cual lo esquivo fácilmente rodando hacía un lado. Ryoga rápidamente se barrió para cogerlo, pero salió volando cuando Kodachi le enlazó una pierna y lo mandó a volar, estrellándolo en una pared de concreto. -Oye, kodachi ¡Déjalo en paz!- La cocinera arrojó su pala con una mano, cortando el listón que sujetaba la pierna del chico de los colmillos. En su acción, soltó la pulsera que traía en manos. Shampoo observó la pulsera cayendo al suelo y un malvado plan se le vino a la mente cuando vio a Ryoga aún inconsciente recargado en la pared en la que se estrelló.- Tú serás quien ayude a Ukyo con su muñeco-pensó con astucia la amazona, abalanzándose sobre su metálico objetivo. Akane se dio cuenta de sus intenciones, y también se arrojó con Kenji para atraparla antes que la joven china. -¡No lo hagas! ¡Van a salir lastimados!- Ranma corrió alarmado detrás de su prometida. La peliazul atrapó la pulsera antes que Shampoo y se escabulló para que esta no le diera alcance. Kodachi desde su lugar les arrojó una bomba, haciendo que Shampoo, Ukyo, Akane, Kenji y Ranma salieran expulsados por el campo de energía de la explosión. -¿Es-están bien?- Ranma protegió con su cuerpo la caída de su prometida y del bebé -Sí, sí, no le ha pasado nada a él ni a mí- La joven se sujetaba con fuerza de la camisa china del joven, aunque era evidente que ya no iban a caer más abajo. -Me alegro. ¡Vamos! ¡Ponte de pie! Tenemos que salir de aquí- Ryoga, Ukyo y Shampoo por fin se repusieron, con todas las energías y distintas razones para ir por los herederos Saotome-Tendo. -¡Ranma!, ¡No te dejaré escapar con Akane!-Ryoga arrojó su paraguas. -Akane ¡Ni siquiera pienses que podrás irte con Ranchan así de tranquila!- Ukyo lanzó su espátula hacía ella. -¡Ya basta! ¡Darme esa pulsera!- Shampoo blandió sus bomboris contra Ryoga, Ukyo y Kodachi. -¡Qué entrometidos son! ¡Resígnense a perder malvados plebeyos!- La joven Kuno sacó varias clavas de la manga. (1) -¡Bien, es hora salir de aquí!- Ranma metió la mano en la pañalera que portaba y tiró de dos poderosas armas que traía consigo: el talco y la leche en polvo. Aprovechó la densa capa de polvo que se formó y le instó a Akane para que dejara la pulsera antes de salir huyendo. Ella obedeció y la lanzó al aire. El resto la vio, entre la polvareda y a su manera trataron de cogerla, saliendo volando toda clase de objetos y explosivos intentando darle alcance. Un listón la anudó, un paraguas lo cortó y la pulsera salió rebotando al chocar con una pala de metal. Seguían sin ver nada, pero oyeron claramente el clic característico de cuando la pulsera se ha cerrado. Ukyo deseaba que el metal hubiera ido a parar a la mano de Ranma. El joven y Akane trataron de divisarse esperando que no fuera ninguno de ellos el portador de la mala suerte. El aire por fin disipó los restos del alimento y del talco, pudiendo apreciarse todos entre sí. Voltearon asombrados al ver a manos de quién había ido a parar la pulsera. -¿Sh-Sh-Shampoo? — — — Continuará (1) Clavas son los garrotes de madera que utiliza Kodachi en la gimnasia (y fuera de ella u_u) son varas de madera con uno de los extremos más grandes que el resto, en donde pueden tener púas u otra cosa que dañe. Hola a todos, tanto tiempo sin pasarme por aquí. Lamento mucho la tardanza, pero en verdad que apenas si he podido levantar la cabeza con tanta tarea, y a eso hay que sumarle que soy de escritura lente y de ideas vagas U_U Sip, mi pepe grillo sigue sin dar las antenas. La verdad es que estaba pensando dejar la pulsera en manos de Ryoga, pero al estar escribiendo la historia se me fue el teclado para otro lado. Igual no todo está tan "perdido" por ese lado. Gracias por seguir dejando sus comentarios n_n son bien recibidos y valorados
Hola soy nueva en tu fic, el cual me parecció de lo más interesante debo agregar, es genial eso de Ranma y Akane tengan que cuidar bebes de juguete me pareció muy original tu fic, y me han gustado todas las contis que has puesto espero ver la siguiente pronto y si no te molesta avisarme. ¡¡Saludos y sayonara!! :)
Hola Kahory n-n gracias por comentar, me alegro que te haya gustado la historia n__n Los personajes que aparecen en esta historia pertenecen a Rumiko Takahashi y escribo sin ninguna intención de lucro. ¡Sálvese quien pueda: Padres a la vista!Este sentimientoEl joven y Akane trataron de divisarse esperando que no fuera ninguno de ellos el portador de la mala suerte. El aire por fin disipó los restos del alimento y del talco, pudiendo apreciarse todos entre sí. Asombrados, voltearon al ver a manos de quién había ido a parar la pulsera. -¿Sh-Sh-Shampoo?-. Exclamaron todos al unísono, viéndola observar hipnotizada su brazo, levantado todavía en el aire, como esperando terminar de asimilar tal suceso. -¡No puede ser!-. La joven amazona comenzó a tirar con fuerza del objeto metálico con el afán de librarse de él. -¡No lo hagas! Vas a hacerte daño-. Akane le sugirió con su amplia experiencia en cómo hacer explotar a su prometido en 10 segundos. -¡Mi pulsera! ¡¿Ya viste lo que provocaste? ¡No era para ti!– Ukyo, con muñeco en brazo; se llevó la mano libre a la cabeza, intentando controlar su coraje al ver que el brazalete había caído en la persona equivocada. Shampoo se puso de pie para encarar a la cocinera, con un estado de ánimo no más relajado que el de esta- ¡Yo no pedir ponerme esta maldita cosa! En todo caso, esto ser tu culpa por tratar de amarrar a aireen con un truco tan sucio-. Inquirió con molestia. -¿Ah, si? ¡Pues devuélvemela ahora mismo!- La castaña se echó encima de la amazona para jalonearle la mano, intentando desprender el metal y hacer que Ranma se la pusiera. Al final terminaron luchando en una carambola, en medio de una cortina de polvo en la que nadie parecía querer intervenir. -Creo que ya es la hora de que vaya a tomar mi té-. Kodachi aprovechó la confusión de todos los presentes para arrojar una última dotación de pétalos de rosa y salir huyendo del lugar, dejando el eco de su característica risa retumbando los oídos de todos los chicos. El resto del grupo volteó a verla cuando percibieron los pétalos navegando en las fuertes corrientes de aire, pero decidieron que era mejor dejarla ir. Ya habría tiempo después para enfrentarle por tanta locura que había ocasionado. -Akane, Ranma ¿Ustedes se encuentran bien?-. Ryoga se acercó a la pareja, preguntando incómodo por la cercanía que había entre el joven Saotome y su dulce amor. -¡¿Cómo preguntas eso? ¡Pudiste lastimarla con tu paraguas! -Le increpó con furia el chico de la trenza. Además de que sintió el desespero rondando cerca ante tanto enemigo junto, probablemente le molestaba un poco el que trataran de robar la atención de su prometida. -Yo sólo quería protegerla, porque parece que tú no puedes hacerlo- Señalándolo, amenazante, con su utensilio de guerra. -¡Por supuesto que la estaba cuidando! ¡No estoy pintado!- Vociferó un Ranma bastante colérico y con un aura de batalla emanando de su interior. Estaba teniendo bastantes problemas defendiendo a su "nueva familia",como para que vinieran a decirle que no lo estaba haciendo bien. -Oigan, ¡ya basta! no es para tanto-. Akane se interpuso entre los dos al notar los pensamientos pulverizadores que se mandaban el uno al otro sólo con mirarle a los ojos. Ukyo y Shampoo dejaron de pelear, cayendo al suelo exhaustas. Era inútil, ninguna podía noquear a la otra y la pulsera no saldría de su mano ni aunque utilizaran aceite. "Un momento", pensó la chica de los okonomiyakis, al ver que ya no había razón para quedarse ahí. Disimuladamente colocó al bebé en el suelo y se levantó de igual manera. –Bueno, no lograremos nada peleando, será mejor que dejemos las cosas en paz.- Dirigiéndose a la amazona. Luego dio media vuelta y se dirigió hacia los herederos del Dojo y a Ryoga. –Nos vemos luego, chicos, fue un placer verlos pero, tengo que ir a atender unos pendientes del restaurante-. Acto seguido se encaminó hacía la puerta de la azotea, dispuesta a bajar de ahí. -¡Oye! Estarte olvidando del muñeco- Le llamó la amazona desde el suelo, al voltear a un lado y descubrirlo abandonado. Ukyo aceleró el paso para la sorpresa de los demás. Shampoo se levantó furiosa, cogiendo al muñeco para perseguir a la madre que osaba abandonar a su hijo. – ¡Espera! ¡No dejarme con esto sola!- Y las dos se perdieron dentro del edificio con rumbo e historia desconocida. -¿Crees que vayan a estar bien?-. Cuestionó Ranma, con una gota enorme sobre su cabeza. -Sí, no te preocupes, al final del día acabarán siendo buenas compañeras-. Le tranquilizó Akane. –Son buenas amigas, aunque no lo reconozcan. -Eso espero-. Suspiró el chico -Oye, Akane, ¿y por qué aceptaste cuidar a tu hijo con Ranma? ¿Te ha obligado? Porque si es así, puedo vengarte-. Aunque la verdad es que cuando llegó al Dojo la encontró tan preocupada por la salud de ese tonto, que era mínima la atención que le puso a P-Chan. Tendría que hacer algo para ganarse a la joven antes de que su eterno enemigo la terminara por conquistar. -¡Yo no la obligué a nada, puerquito!-. Contraatacó, Ranma enfurecido por las palabras tan inquisitivas de su amigo. -¿A quién le dices así?-. Ryoga apuñó su mano en un gesto de querer enfrentarse al muchacho. -Ran-ma- Declaró amenazante Akane. Su prometido retrocedió rápido. –Ryoga, el no me obligó a nada, este muñeco nos lo dieron en clases para una actividad, en serio-. Cambiando visiblemente a un humor más alegre cuando empezó a mecer a Kenji. -En ese caso, yo podría ayudarte a cuidarlo. Porque dudo mucho que Ranma lo haga bien. -¡Claro que sí lo hago! Además, no necesitamos nada de ayuda, ¿Verdad, Akane?-. Esperando que la peliazul se pusiera de su lado. -Bu-bueno, no lo ha hecho tan mal-. Confesó, su prometida al chico de los colmillos. -¿Y tú cómo vas? Me imagino que excelente-. Cuestionó a la mujer de sus sueños. -Es más complicado de lo que pensé, pero me estoy divirtiendo mucho-. Le sonrió apenada a Ryoga. -Entonces espero que Ranma te ayude, porque si no, tú sólo avísame y yo lo pongo en su lugar-. Le ofreció con gusto y ganas de hacer enfadar al joven Saotome. -Ja, si no fuera por mí, el muñeco ya estaría envenenado desde el primer día-. El chico abrió su boca sin pensar, recibiendo un golpe a las costillas por parte de Akane. -¡No digas esas cosas!, que gracias a ti también hemos estado a punto de explotar-. Inquirió furiosa. -Akane, ¿T-te gustaría salir a to-tomar un helado?, así aprovechas y dejas que mi amigo Ranma demuestre lo bien que sabe cuidar del niño. -No sabes lo que te echas encima- Farfullo, Ranma, visiblemente molesto. La chica miró de reojo a su prometido, verlo con esa actitud tan prepotente y arrogante le hizo aceptar la propuesta de Ryoga. A ver si así aprendía a pensar mejor lo que decía. -Está bien, acepto ir contigo-. Acto seguido, le entregó a su prometido el muñeco-. Dijiste que hoy te harías cargo de él, ¿no? Creo que podrías empezar a demostrarlo desde ahora, señor "padre perfecto" El pelinegro se quedó mosqueado con la aceptación de Akane. Hijo en brazos, y viendo como su prometida se llevaba a Ryoga, colapsando de la emoción, rumbo al salón de clases. Durante el resto de la jornada estudiantil, no sucedió ningún evento que sacara de sus cabales a los muchachos. Ukyo ya no apareció para la siguiente clase y Ryoga tomó su lugar mientras esperaba la hora de salida. En su pupitre, Ranma los observaba con ojos inquisitivos, escrutando cada movimiento que Akane y Ryoga hacían. Por cosa de arte divina…o de "Padre en constante progreso", el pequeño bebé no dio problemas en clases y, por tanto, no le complicó la existencia a Ranma. Una vez que terminaron las clases, el chico se fue sin decir nada al Dojo Tendo, mientras que Akane y Ryoga se dirigieron a una de las cafeterías cercanas a comprar los helados, y de ahí a algún parque para disfrutarlos. — — — El Neko Hanten estaba en su mejor temporada, luciendo en todo su esplendor al no tener ninguna mesa vacía. Con media docena de meseros yendo y viniendo sin descansar para atender las órdenes de la clientela, ansiosa por devorar los deliciosos alimentos que ahí cocinaban. Hasta este sitio, llegaron Shampoo, Ukyo y su bebé. Estuvieron buena parte del día arreglando sus diferencias de la mejor forma que conocían, peleando e intentando matarse. Al final, decidieron probar hacer una tregua entre ellas y preocuparse por la inconveniente cercanía que debían estar teniendo Ranma y Akane. -¿Así que se quedarán aquí y cuidarán juntas a ese bebé?- La anciana Cologne inspeccionó la maleta de Ukyo en el suelo y al pequeño de cabellos rubios y enormes ojos verdes en sus brazos. -Sí, abuela. Su nieta es una muy buena amiga y ha dicho que quiere ayudarme- Derrochando una extrema felicidad -Eso no ser cierto. Yo no ser tu amiga- Shampoo le dio un zape en la cabeza a la castaña. Esta le devolvió un puño sin fuerza a las costillas. -No le haga caso. Creo que está igual o más nerviosa que yo. Lamento los inconvenientes pero, he mandado fumigar el restaurante y estará listo hasta dentro de tres días-. Suspiró con tristeza al pensar en la pérdida monetaria que tendría. -Bueno, está bien. Pasa. Tenemos la habitación de huéspedes desocupada. Podrás quedarte allí el tiempo que sea necesario-. Le sonrió la abuela. Ya había escuchado de esos famosos bebés gracias a Shampoo y, le resultaba divertido ver cómo le iba a su querida nieta. -Muchísimas gracias abuela. Le aseguro que no le daremos problemas. ¿Verdad?- La joven cocinera volteó hacia su ahora compañera. -Claro, no saber de nosotras hasta terminar actividad- Shampoo recogió la maleta del suelo y subieron las viejas escaleras de madera que conectaban al segundo piso, sitio en donde se encontraban los dormitorios de las mujeres Chinas y, de ahora en adelante, el hogar provisional de la también cocinera. -"Sentirlo mucho, pero en ningún momento pedir acompañarte en práctica. Ser mejor que irte acostumbrando a cuidarlo sola"-. Eran los metódicos pensamientos de la amazona, mientras cargaba sin dificultad la maleta de su huésped. -"Shampoo…la verdad es que no tenía intenciones de cuidar a mi hijo contigo, pero viendo las circunstancias, espero que podamos sacar algún provecho de esto"-. Pensaba Ukyo. Las dos chicas terminaron de llegar al cuarto que habitarían de ahora en adelante. Definitivamente el negocio de comida China dejaba buenas ganancias porque la habitación estaba muy bien amueblada. Una cama matrimonial a la derecha, un guardarropa enorme, el tocador con un espejo enorme que abarcaba casi toda la pared derecha, una ventana que parecía robar toda la luz del sol y, una infinidad de objetos más. Todo con el inconfundible estilo del país de donde provenían ellas. -¿Cómo parecerte el lugar?- Shampoo le dedicó una amplia sonrisa. — — — Ryoga y Akane terminaron por ir al mismo parque al que habían ido ella y su prometido el día anterior. El sitio estaba exactamente igual, el ambiente tranquilo y relajado con el agradable fresco que el balanceo de los árboles provocaba. Muchísimas personas disfrutando de la compañía de sus familias y niños divirtiéndose como nunca. Sin embargo, en todo el rato que llevaban ahí, Akane sentía que algo faltaba, no sabía qué, disfrutaba inmensamente de la compañía de su buen amigo, pero comenzaba a creer que tanta serenidad no era para ella. Además, hasta le empezaba a parecer que Ranma en verdad se estaba tratando de comportar bastante bien, bueno, por lo menos mientras no habría su bocota. En fin, intentó olvidarse por unos momentos de su prometido y de su hijo para tomar un respiro de todo el tiempo que les faltaba con la actividad. — — — -Akane, cariño, aprovechemos estos momentos a solas sin el entrometido de Ranma para disfrutar nuestro amor. -¡Claro que si! Soy tan feliz junto a ti, Ryoga-. Akane detiene su marcha para observar con mayor detenimiento al apuesto joven. Su cuerpo ceñido bajo esa camisa amarilla, los pantalones verde oscuro y esa banda en la cabeza que le proveían de un estilo inigualable y atrayente. -Sería tan dichoso si aceptaras venir conmigo y abandonaras a ese tonto. -Iré a donde tú vayas, mi vida. Ya no me detiene nada con ese cretino, ¡huyamos ahora mismo si tú quieres!-, Akane se puso de puntillas con intenciones de acercarse al rostro de Ryoga-. Quiero quemarme con el fuego de tu amor. -Me haces el hombre más dichoso sobre la tierra- La tomó de la estrecha cintura y la atrajo hacia él, pegando con suavidad sus labios. Akane, colocando las manos en el pecho de Ryoga, lo separó un poco para mirarlo fijamente a los ojos y, con una sonrisa, unirse de nuevo a él en un beso más apasionado. — — — -¡Ahh!- Ranma se puso de pie bruscamente, haciendo añicos el lápiz que traía en la mano. Al levantarse tan rápido, también había terminado lastimándose los muslos con la orilla de la mesa en la que estaba, lanzando improperios a diestra y siniestra. Los gritos de este hicieron que Kenji "despertara" de su siesta y comenzara a llorar sonoramente. El muchacho lo sacó de su cuna y comenzó a mecerlo con suavidad, mientras sus dientes rechinaban con rabia. –¡No te preocupes, no dejaré que seas de él!-. Ranma siguió balanceándolo hasta que se hubo calmado. -No lo dejaré. "Ya es muy tarde y no llega" Ranma se encontraba en la habitación de su prometida desde hacía horas, intentando hacer la tarea del día siguiente mientras su retorcida imaginación traía a él las más descabelladas escenas de la chica con Ryoga. Era una tontería, él no debería de estar preocupado por eso, se decía, a quién le importaba lo que hiciera su prometida. -¡Ya estoy en casa!- Era Akane, que regresaba ya de su cita, aún era bastante temprano, pero había preferido regresar y ayudar en el cuidado de Kenji. El joven, al escucharla, salió disparado con el bebé, escaleras abajo para encontrarla -¿Qué horas son estas de llegar?-. Empezó a recriminar cuan ama de casa desesperada. -yo…bueno-. Akane vio interrumpida hasta la labor de quitarse los zapatos porque Ranma había ido a parar enfrente de ella sin darle tiempo a nada. -Me lo imagino. Seguro que pasaste toda la tarde con ese puerco de Ryoga ¿no? Y uno aquí preocupado cuidando a tu hijo-. Con los ojos clavados en Akane para analizar mejor sus reacciones. -Oye, no seas grosero, no le llames así. Además, tu mismo me dijiste en la mañana que hoy cuidarías del niño. -Sí, pero no sabía que te aprovecharías de eso para salir huyendo con quién sea a la menor provocación-. El chico resopló con molestia. -¿Acaso estás celoso?- Akane se acercó peligrosamente a Ranma, quien instintivamente dio un paso atrás. -N-no, ¿cómo crees? S-sólo me preocupan Ukyo y Sha-shampoo, no se fueron muy felices que digamos. No quisiera que fueran a tomar revancha contra ti...cof…alguno de nosotros y…hemm…nos tomaran desprevenidos-. Con un sonrojo visible por verse descubierto en su mentira. -¡Vamos! No estaba sola. Ryoga y yo fuimos a comer un helado.- El chico pareció arder por dentro durante algunos instantes, luego, poco a poco ese aura roja de batalla se fue esfumando hasta que sólo quedó rastro del enojo en los puños cerrados y la cara de asesino que mostraba. -¿A dónde vas ahora?- Akane le vio confundida al verlo dar media vuelta y dirigirse a las escaleras, con rumbo a su cuarto. -No se tú, pero alguien en esta casa tiene que preocuparse por la tarea de mañana- Y sin más, se perdió frente a la sorprendida muchacha. — — — En el Neko Hanten las cosas no estaban más tranquilas. El cuarto de Ukyo lucía ahora como un verdadero campo de batalla en las que las armas eran los pañales mojados del muñeco y sus artículos de limpieza. Además de otra infinidad de objetos, regados sin tregua por todo el lugar. Ukyo se encontraba dándole la espalda a la puerta abierta y Shampoo de frente. Y ciertamente, ahora no les importaba que todos los gritos y maldiciones se escucharan en la planta baja. -Todo esto es tu culpa- La joven amazona apuntaba con el dedo a Ukyo, ondeándolo de un lado a otro, a pesar de que su oponente no se movía de su sitio. -Shh…eso no es cierto-. Ukyo trataba de hablar lo mejor que su adormecida boca le permitía-, Yo seria incapaz de ponerle un somnífero a tu okonomiyaki-. Defendiéndose mientras trataba de enfocar la vista, "¡Con un demonio! ¿Cuántas Shampoos eran!" -Oh…tú hacerlo… ¿Cómo pudiste?- La chica intentó levantarse para atacar a su amiga, pero el piso no dejaba de moverse, así que prefirió seguir con sus ataques verbales. -Tú también le pusiste algo a mi bebida-. Contraatacó Ukyo. Ese adormecimiento y el no poder pensar con claridad sólo podía ser obra de la China. -Eso no importar. De seguro que intentar aprovecharte para escapar y dejarme tu bebé, ¿no? -No, eso no es cierto. Recuerda que hicimos un pacto. -¡Pues tu no cumplirlo!…Además, el niño ni siquiera parecer tuyo, mucho menos de aireen- Rió a carcajada suelta al remarcarle los rasgos tan distintos que tenía el muñeco con cualquiera de ellos. Esta burla enfureció con creces a Ukyo, quién tomó uno de los talcos del bebé y lo arrojó a la cara de la amazona. La cual estornudó infinidad de ocasiones antes de responder; cogió uno de los pañales y lo lanzó contra la osada visitante. -¿Por qué están haciendo tanto escándalo? Van a espantar a la client…-La abuela, quien había ido a la habitación para mediar los gritos de las chicas, no pudo terminar su oración porque el proyectil que Shampoo tiró fue a parar a su cabeza. -¿Ab-abuela?-. Preguntando con un temblor en la voz al ver de quién se trataba. — — — En el Dojo Tendo ya todos estaban en sus cuartos. La mayor parte de sus habitantes se encontraban bastante cansados y desvelados por los dos retoños que habían arribado a la casa. Y aunque causaban una gran alegría y un motivo insuperable para juntar a cierta pareja rebelde, cobraban un precio muy caro. El simple hecho de que durmieran juntos hacía felices a los entusiasmados patriarcas, quienes no disimulaban su interés en casarlos inmediatamente, sólo detenidos por el brillo de una katana que, con su temido silbido, aconsejaba no estropear la situación. -Ranma, ¿Ya no estás molesto?-. Ambos se encontraban en la habitación de Akane, terminando la tarea entre los dos. Ella escribiendo y él, aportando una que otra idea sobre el tema. Fuera de ahí, el joven apenas y decía alguno que otro monosílabo, evitando voltear a verla. -Toc, toc, ¿estás ahí?-. Preguntó con humor al no recibir contestación. -No, no estoy molesto-. Espetó con desgana. La verdad es que con esa horda de prometidas sueltas, no podía darse el lujo de confiar en la seguridad de Akane y, teniéndola lejos eso era algo imposible. Aparte estaba ese mal amigo de Ryoga, intentando por todos los medios quedarse con su prometida, "¡¿Qué se creía?" -Sabes, te va a parecer una tontería pero, ahora que estuve en el parque los extrañé. Creo que empiezo a acostumbrarme al niño-. Volteó desde su mesa de estudio a la cama donde se encontraba su prometido, sonriéndole algo apenada por la confesión. Se veía tan lindo cargando al pequeño en sus fornidos brazos, que comenzaba a preguntarse si así trataría a uno de verdad, con el mismo cuidado, con el mismo cariño… -Bu-bueno, si tú quieres podemos ir algún día de estos-. Soltó con timidez extrema, la cual ocultó posando la vista en su hijo. Observándolo con atención, por fin caía en cuenta de que el pequeño tenía cierto parecido con él. Su cabello rebelde azabache y unos enormes ojos chocolate mirando fijamente hacia el frente. De una le entró una curiosidad enorme por saber si así sería el suyo… -Claro, por qué no-. Sonrió feliz. "…con ella" Correspondiéndole con otra tierna sonrisa. — — — En el pequeño patio del restaurante, bajo el amparo de la lluviosa y fría noche que azotaba la ciudad, se encontraban Shampoo y su nueva "amiga", intentando resguardarse bajo las marquesinas del lugar para dormir un poco. La abuela, en una ligera exaltación por el húmedo pañal de su biznieto, las había echado de su cuarto por esta noche, o por varias más, dependiendo de cuánto les tomara a las jóvenes respetar a las nobles y desvalidas ancianas. -Oye…Shampoo, ¿Te puedes acercar un poquito más?-. Ukyo imploró, tartamudeando por las corrientes de aire que azotaban el ambiente. -S-sí, está bien. Pero sólo por esta ocasión-. No había mucho que rechistar, ella también estaba congelada y por lo menos junto a su aliada no sentiría tanto el tormentoso clima. Afortunadamente, el bebé estaba bien. Cuidado por Cologne dentro de la casa, en un cuarto con chimenea que daba justo detrás de donde se encontraban las chicas, previniendo cualquier problema por la lejanía del niño con ellas. Continuará Notas PD: Ranma me pidió que dijera que de ninguna manera estaba celoso. U_U Bueno, ¿qué digo? Lamento haber tardado tanto en actualizar, pero de verdad que me bloqueé con la continuación de la historia (sip, la mención a la ausencia de mi pepe grillo no era por publicidad U_U) Aparte de eso, me involucré en un nuevo proyecto que, afortunadamente ya terminé. Creo que a final de cuentas lo que me hace falta es volver a la escuela. Necesito la presión para escribir XD Sip, cada uno de los capítulos anteriores ha sido tecleado en un momento en el que tenía tarea, exámenes u otro asunto de esos. Este capítulo no me ha quedado tan bien, pero lo he puesto como un pasaje de transición a lo que viene, esperando que con la entrada a la escuela, no tarde mucho en traerlo.
Hola me encanta tu historia ojala pronto vea las continuacion ya estoy asnciosa.. vas muy bien... ranma es uno de mis animes muy favoritos.
Los personajes que aparecen en esta historia pertenecen a Rumiko Takahashi y escribo sin ninguna intención de lucro. ¡Sálvese quien pueda: Padres a la vista! Amor es: mandar a quien se deje. Parte 1 Era un nuevo día en Nerima, el sol ya comenzaba a iluminar las calles con sus mechas de fuego, mitigando un poco el intenso frío que la lluviosa noche había dejado, y el dojo Tendo no era la excepción. Un chico de unos 18 años, vestido con su pijama verde oscuro y libre de toda cobija, dormía a pierna suelta cuando el despertador comenzó a timbrar incesante. El joven, removiéndose de su lugar, cogió el artefacto y lo aventó a una de las esquinas de la habitación. —¡Rayos! Ya no se puede dormir a gusto en esta casa—. Terminó de despertar, muy malhumorado, y en sus facciones se podían apreciar las señales de que no había descansado nada bien. Con su mano, palpó el resto del espacio en el futón buscando al muñeco, sin encontrar rastro alguno de él. Esto hizo que terminara de abrir los ojos espantado. En una búsqueda desesperada, lanzó las cobijas y las almohadas para todos lados y no lo encontró. Un rastro de angustia y terror por perder al bebé fue formándose en su rostro. En un movimiento, miró hacia la cama de su prometida, ella tampoco se encontraba en su sitio. —¡Dios! ¡Akane me va a matar!— Salió corriendo desesperado de la habitación, con rumbo al comedor, esperando que fuera ella la que hubiera tomado a Kenji y no uno de tantos enemigos que esperaban el momento más oportuno para atacar. Miró al final de las escaleras y observó que se encontraba ahí, ajena a todo lo que pasaba arriba, con una alegría que se podía observar hasta donde estaba Ranma, haciéndolo perder por unos instantes el motivo de su desespero. Sin embargo, al bajar la vista y notar que la chica no traía el muñeco en los brazos volvió a entrar en pánico. Ahora si estaban en problemas. —¡Tenemos que encontrarlo! ¡Vamos a explotar! ¡Vamos a explotar!- Repitió con insistencia mientras hacia aspavientos con las manos y bajaba los peldaños como un caballo desbocado. —Ranma, ¿Sucede algo con el niño? — Preguntó Akane con total tranquilidad. —¡¿Qué?! ¡¿No lo tr…¡Ahh!—. El pelinegro no alcanzó a terminar la frase, totalmente desencajado por el cuestionamiento perdió el equilibrio y acabó de bajar los últimos escalones rodando, para quedar a los pies de la chica. —¿Estás buscando algo?—. Le sonrió como quién acaba de hacer una travesura, sacando al muñeco de su escondite, en su espalda. —¡¿Tú?!— Soltó con indignación desde el piso. —Calma. Es sólo que empezó a llorar y te veías tan cansado por hacerte cargo de él toda la noche, que quise darte un pequeño respiro. Por eso salí con el bebé del cuarto—. Tratando de apaciguar a su prometido, quien no dejaba de echarle una mirada de pocos amigos. —No-no importa, la próxima vez avisa —dijo, ya más calmado— no es divertido levantarte sin saber dónde está el control remoto de la bomba que traemos encima. —Está bien. Te lo prometo—. Extendiendo su mano libre para ayudar a su prometido a ponerse de pie. —¡Ah! Mira, ¡qué tiernos! Ya hasta se cogen de la mano— Llegó Nabiki hasta donde ellos estaban. Al escuchar lo que decía su hermana, soltó a Ranma en el aire, quien volvió a caer en el suelo. —¡No digas tonterías, hermana! Sólo lo ayudaba a levantarse. —Así es, no estábamos haciendo nada malo—. Aseguró el pelinegro, estirando los brazos para tronarlos y acomodarse los huesos zafados. —Pues por el golpe que te has llevado, creo que preferirías ponerse de pie solo—. Se rió, burlándose de los chicos. —La gente de esta casa ya no sabe qué inventar para burlarse de los demás—. Se dio la media vuelta indignada y se dirigió al comedor sin mirar atrás. Nabiki le siguió, mientras Ranma iba a su habitación y se cambiaba de ropa, luego se fue al comedor para acompañar a las hermanas y desayunar. A la chica de cabellos castaños, no le pasó para nada desapercibido el hecho de que Ranma se había ido a sentar automáticamente a un lado de su prometida, con todo y que el resto de la mesa estaba desocupado. —Por lo visto, les ha sentado bastante bien el hecho de estar juntos, parece que ni el cansancio les afecta, ¿Verdad Kentaro?—. Decía Nabiki, hablándole con disimulo a su bebé. —Pues nosotros no podemos decir lo mismo—. Le replicó Akane sonrojada. Y era cierto, la joven ya tenía bastantes marcadas las ojeras y se le notaba el cansancio en el cuerpo. —No se preocupen —les sonrió— tengo un buen plan, y si todo resulta bien, hoy haré el negocio de mi vida—. Los prometidos se miraron con curiosidad, sin entender las palabras de la mediante de los Tendo. —¿Vas a vender a tu bebé?—. Preguntó Ranma con mucha curiosidad. —Esa es la idea —contestó en broma. Claro que, tratándose de Nabiki, todo era posible—, Bueno chicos, nos vemos a la hora del almuerzo, tengo que platicarles sobre los planes de nuestros padres también. Será muy divertido, ya lo verán —. Sin más, se levantó, recogió su mochila y se marchó. —Esto es raro—. Espetó Akane, mientras comía con prisa su desayuno. —Sí, pero siempre que no quiera fotos de nosotros o de nuestro bebé, no tengo ningún inconveniente. —Tienes mucha razón—. Le sonrió a Akane con un brillo especial en la mirada y una sonrisa que trataba de ocultar dándole bocados a su desayuno. —¿Sucede algo?—. Ya que había notado el extraño cambio en la cara de Akane tras la pregunta. —No, nada—. Respondió dulce. Claro que no dijo que en sus adentros, le había encantado la forma en la que ahora se refería el muñeco. Demasiado sobreprotector para ser Ranma. Ambos terminaron su almuerzo y también salieron rumbo a la escuela. Al igual que todos los días, Ranma corriendo por la barandilla y Akane sobre la acera, con el bebé en brazos, no iba a arriesgarse a que Ranma cayera al canal junto con el pequeño. — — — Al llegar a la esuela, el panorama lucía bastante hostil y desalentador, jóvenes dormidos bajo los árboles, en los pasillos, colgados de la ventana, y por supuesto, en los pupitres de los salones. Akane no podía dejar de sentir un poco de pena por esos chicos, mientras Ranma se alegraba en sus adentros al ver que iba bien en su camino. Al final de la semana, en la escuela y en su casa le tendrían que reconocer que lo había hecho bastante bien. En cuanto entraron a su aula, vieron que las cosas no estaban muy diferentes que en el resto de la escuela. "madres" desesperadas, padres "agobiados" y niños llorando a todo pulmón. En especial uno, que se alcanzaba a escuchar desde el fondo, entre todos los demás, al acercarse, vieron a una chica castaña y a otra de cabellos púrpuras, dormidas sobre sus asientos. —Shampoo, Ukyo, ¿están bien?—. Ambos se acercaron a ellas y akane les tocó los brazos con cuidado para despertarlas. —Abuela, no quiero ir a la escuela—. Balbuceaba la amazona, mientras manoteaba con los brazos, intentando "alejar" a la anciana imaginaria. —¿Chicos? ¿Qué hacen aquí?—. Preguntó Ukyo, volviendo de la inconsciencia y acurrucando al bebé para que dejara de llorar. —Aquí estudiamos—. Le sonrieron los dos. —¿Qué está haciendo Shampoo en la escuela?ó con inquietud el pelinegro. —La abuela le dijo que viniera para ayudarme, pero nos hemos desvelado bastante—. Bostezo presa del cansancio. —El bebé no las dejó dormir, ¿no? Así nos pasó a nosotros. —Sí, eso mismo—. Le esbozó una media sonrisa con los ojos entrecerrados. —No te preocupes ´—trato de tranquilizarla, Ranma—. Verás que en cuanto convivan un poco más con él, aprenderán a tenerlo bajo control. Ukyo evitó decir que el motivo del desvelo de ella y su compañera en realidad se debía a la abuela y su poca tolerancia con ellas como madres primerizas. Habían estado toda la noche cubriéndose apenas con el pequeño tejaban de la casa y cartones, ya que no podían buscar otro lugar donde se pudieran resguardar, gracias a que Cologne tenía al bebé. —Buenos días, chicos, ¿cómo amanecieron?—. Entró el profesor Nakamura, un anciano de cabellos blancos, regordete y con un semblante de lo más alegre. Por su lado, la respuesta de los alumnos fue un silencio sepulcral, digno de cualquier velatorio. —¡Vamos! No se sientan mal, ¡arriba esos ánimos! Ya sólo les queda cuidar a esos niños hoy, mañana y el domingo, ¿a poco no se han ido rápido los días? Esta vez la contestación fue una treintena de ojos con un fulgor rojizo y aspecto de asesinos sobre el carismático maestro, quien dándose cuenta de las circunstancias, decidió cambiar de tema. -Creo que será mejor que pasemos a las clases —carraspeó nervioso— estuve pensando en qué utilidad darle a su estadía con los bebés a mi clase de literatura y redacción, así que no se me ha ocurrido una ida mejor que hacer que elaboren un escrito contando su vivencia con los muñecos, qué les pareció esa experiencia y qué tanto valoran ahora los métodos de protección. —Eso es una tontería—. Murmuró Ranma con fastidio. —¿Decía, jovencito?—. El rostro del apacible maestro se tornó serio, mientras se acomodaba los anteojos. —Que es una tontería. Todos aquí ya estamos muy cansados y lo único que deseamos es que llegue el lunes para dejar esta actividad atrás-. Añadió Ranma, cruzando los brazos para darle más veracidad a sus palabras. —Eso es verdad pero, mientras tanto, añada a su proyecto el explicar a detalle si la madre del hijo que trae en manos lo tendría con la joven Tendo y por qué. Lo mismo va para usted—. Dirigiéndose a Akane al verla esbozar una sonrisilla por el castigo de su prometido. Ranma se quedó completamente sonrojado y con la boca abierta, mientras en sus adentros soltaba algunos improperios. Akane, por su parte, sólo desviaba la mirada con vergüenza. El hasta ahora dormido resto del grupo, despertó justo para escuchar lo último y burlarse de los prometidos por la mala suerte que tenían. Cosa que el maestro hubiera castigado si no fuera porque los demás alumnos no estaban por parejas. Ya encontraría la manera de hacerlos pagar. — — — A la hora del receso, Ranma y Akane subieron a la azotea para esperar a Nabiki, quien les había propuesto que se reunieran ahí para darles la exclusiva de su sorpresa. Mientras esperaban, no hicieron otra cosa que comentar sobre el trabajo que les había encomendado el maestro al grupo. De cierta forma no debería ser tan difícil, teniendo en cuenta que ya llevaban varios días cuidando al muñeco y conocían paso a paso todo lo que debían hacer para mantenerlo en buen funcionamiento. —¿A ti qué te parece la tarea que no-nos han dejado?—. Cuestionó con nerviosismo el chico, sin fijar por mucho tiempo la vista en su prometida. —Supongo que bien —Akane se ruborizó y agradeció que Ranma no la estuviera observando—. Sólo trataré de omitir unas cuantas cosas. —Humm… El problema llegaba con la última parte del proyecto, en especial para Ranma, quien no había dejado de pensar qué demonios iba a escribir ahí. No podía negar que a pesar de todos los inconvenientes pasados no le disgustaba para nada la actividad, pero era algo que no podía reconocer ante nadie, ni siquiera a través de un papel. "Creo que lo mejor será que no lo entregue" fue lo mejor que se le ocurrió al muchacho. —Ranchan, Akane, ¿qué hacen aquí?—. Shampoo, Ukyo y el muñeco de ambas llegaron hasta donde estaban los chicos meditando el tema de la tarea. —Na-nada, sólo estábamos desayunando y esperando a que llegara Nabiki; dijo que tenía algo muy importante que decirnos. —Ranchan, espero que no sea comida de Akane, aún eres muy joven para morir envenenado. —Sí, desear que ser por eso y no estar haciendo cosas raras. Ya saber que no deber aprovecharte de aireen sólo por ser obligado a cuidar de tu bebé. —Yo no me estoy aprovechando de nadie—. Farfulló Akane con molestia. —Hola chicos, ¿cómo les va?-. Llegó Nabiki con el grupo, y para sorpresa de todos, no traía al bebé en brazos. —¿Qué-qué pasó con tu bebé, hermana?—. De Akane y Ranma, fue ella la primera en salir del asombro al ver que Nabiki venía con las manos vacías. —¿Recuerdas el plan de la mañana?...pues ha funcionado a la perfección— sonrió con una alegría y entusiasmo que cualquiera del resto de atribulados alumnos envidiaría. Para enmarcar lo hecho, les mostró ambas manos al grupo. —¿Dos pulseras?—. Cuestionó Ranma al ver cómo ahora Nabiki lucía la pulsera negra en una mano, y otra de color rojo en el otro brazo. —Así es…¡Kuno, date prisa! no tenemos todo el día—. La mediana de los Tendo gritó con voz de mando y por la puerta de la azotea llego el "Rayo azul del Furinkan" con un semblante de condenado a muerte y cargando a dos muñecos. Akane y Ranma se quedaron con los ojos cuadrados cuando vieron que uno de los bebés que cargaba Kuno era Kentaro, el hijo de Nabiki; también hicieron un enorme esfuerzo por no estallar en carcajadas al voltear a un lado y ver al heredero Kuno: un muñeco con cabellos negros, tipo afro y vestido con la clásica indumentaria de su padre. —¡Oh! mi amada Akane! Dichoso el lucero de la mañana que con sus hermosos rayos ilumina tu rostro y me permite apreciarte en todo tu grandísimo esplendor. Ranma se puso a la defensiva de inmediato, pero prefirió no decir nada. —Ku-kuno… ¿qué haces con el bebé de mi hermana Nabiki?—. Preguntó Akane, todavía sorprendida por el hecho. El hijo del director pareció revivir aún más con la atención que le proporcionó la chica de los cabellos azulados. —Verás, lo que pasa es que a tu inteligentísima hermana se le ha ocurrido un brillante plan para descansar un poco de nuestros hijos… ¿ves? —mostrando a como pudo, ambas manos y dejando a la vista que él también traía dos pulseras: negra y roja—. Hemos decidido compartir responsabilidades y gracias a la ayuda de mi generoso padre, conseguimos unirnos… ¿no es una idea genial?... Al resto de los presentes se les cayó la boca al suelo. Ni siquiera sabían qué hacer con uno; dos ya era un caos. —Tener cuidado, Nabiki, ese chico ser un tonto y poder hacerte explotar en cualquier momento. —Sí, Shampoo tiene razón. Yo no me fiaría de él por nada—. Ukyo secundó la opinión de la amazona al saber la personalidad autodestructiva de Kuno. —No se preocupen, estaremos bien—. Les tranquilizó la chica amante de los negocios. En ese momento, Kentaro, el hijo de ella comenzó a llorar sonoramente por falta de alimento. Instintivamente el grupo volteó hacia Nabiki, esperando verla levantarse de su lugar y dirigirse a donde se encontraba Kuno de pie, para darle de comer a su bebé. Momento que no llegó, en cambio, el ahora padre de dos, sacó una campanilla dorada de entre sus ropas, y a como pudo, la agitó en lo alto. —¡Sasuke!— Gritó con todas sus fuerzas. A los pocos segundos, el fiel ninja, sirviente y derivados, apareció con una mesilla llena de biberones, pañales y todo lo requerido para la limpieza y el cuidado de un digno heredero de la realeza. Kuno se acercó a la mesa rodante de metal, y entre los dos hombres comenzaron a cambiar a los dos niños, así como prepararles el alimento a toda prisa. —¿Ven? Eso es a lo que llamo: saber hacer negocios—Riendo con fingido disimulo. —Eso es abusar de la gente, hermana—. Akane le miró con indignación. Kuno podía ser un tonto y un terco, pero esto era demasiado. ¿Pues qué fue lo que le prometiste para que aceptara semejante trato?—. A Ranma le movió la curiosidad por saber que haría al idiota de kuno decir que sí. —Fácil, le dije que le ayudaría a cuidar del suyo y un par de fotografías…hemm…un tanto especiales, jeje. —No tienes vergüenza—. Reclamaron los prometidos al unísono. —La vergüenza es un don del que se puede prescindir si hay un bien mayor—Les corrigió la chica castaña. —Señorita Nabiki, su hijo ya está cambiado y le hemos dado su comida. Ya puede venir por él—.Informó Sasuke desde su lugar en la mesita, limpiandose las manos llenas de talco en el delantal qu traía puesto. La ahora compañera del kendoísta, se levantó de su asiento y fue a recoger a su hijo —Gracias. Kuno se encargará de pagarte por el favor— le sonrió y volvió junto a los demás. —Bueno, lo que yo quería informarles era que este domingo habrá una celebración por la despedida de nuestros hijos. La han organizado nuestros padres y todos quedan invitados —Sonrió feliz al imaginar todas las ganancias que obtendría ese día. —Esto es una exageración—. Farfulló con desgano el chico. —¡Allí estaremos!—. A Shampoo, Ukyo y Kuno, la idea en cambio les pareció genial. —Ran-Chan, así podré demostrarle a tu mamá que seré una buena esposa para ti—. La cocinera iba a ponerse de pie para abalanzarse sobre el pelinegro, pero Shampoo la jaló del cinto de los pantalones. —Tú no demostrarle nada. Ser yo la que comprobar ante madre de Ranma que ser la mejor—.Dijo Shampoo con molestia. —Chicas…—Akane iba a decir algo, pero un par de miradas asesinas le instaron a guardar distancias. —Tú no te metas, Akane. Esto no es asunto tuyo. —¡Oigan! Para que lo sepan, yo estoy cuidando un muñeco con…con…—Otra vez fue silenciada con la mirada penetrante del dúo de mujeres. —Calma, bellas jovencitas. No os preocupeis. Yo le demostraré a mi hermosa flor reflejante del manto de la noche, que soy el mejor padre de todos, mandará a volar al inútil de Ranma y aceptará casarse conmigo. Así ustedes serán libres para quedarse con él. —¡Kuno, deja de decir tonterías! —Explotó el pelinegro lleno de coraje—. Si no fuera por Sasuke, tu muñeco ya hubiera muerto de hambre. —¿Ah, si? Pues si no fuera por Akane, tú también habrías explotado desde el primer día—. Ranma se sonrojó unos instantes al recordar que el kendoísta tenía una pizca de razón en sus palabras, pero rápidamente volvió al ataque. —Ese no es tu asunto, verás que al final de la semana, mi hijo será el único que quede en pie. Soy el mejor de todos ustedes, de toda la escuela, y se los voy a demostrar—. Remarcó con firmeza, para enojo de todos los presentes, excepto Akane, que ya estaba acostumbrada a los ataques de ego que tenía su prometido. —Eres un vil canalla, Saotome. Te reto a un duelo para que te quede claro con quién te estás enfrentando—. Apuntando a Ranma con su katana. —Será un placer—. Espetó lleno de orgullo y confianza. —Ranma, nosotras también te retamos. No podemos permitir que creas que puedes ganarnos en una actividad como esta—. Shampoo y Ukyo también se levantaron a la defensiva con los comentarios del chico. Akane y su muñeco, instintivamente se acercaron a Ranma al ver lo tenso que se había puesto el ambiente en tan poco tiempo. —Chicos, este no es lugar para resolver esta clase de discusiones. ¿Qué tal si nos reunimos al atardecer en el Dojo y arreglamos esta disputa civilizadamente?—. Nabiki trato de mediar los ánimos, a la vez que pensaba en cómo sacaría ventaja de eso. —Está bien, por nosotras no haber problemas—. Remarcaron la amazona y Ukyo. —Por mi tampoco es problema…además, justo ahora es el tiempo de tomar mi té. Disfruta los últimos momentos de paz, Ranma, porque esta tarde acabaré contigo y con el plebeyo del que eres padre —El heredero del director dio la vuelta con su hijo para marcharse—. ¡Sasuke! ¡¿Dónde estás?! ¡Es hora de mi té! Al resto del grupo les salió una gota gorda al ver resuelta que tenía la vida Kuno. El timbre de la escuela se dejó escuchar y el grupo se dispuso a regresar a los salones de clases. —Bien, entonces no lo olviden, nos veremos al atardecer—. Recalcó Ukyo. Luego le murmuró algo al oído de Shampoo y ambas sonrieron. —Vernos más tarde aireen, ahora tener asuntos pendientes que resolver, pero esto no quedare así—. Todos bajaron de la azotea; Nabiki se fue a su área y los prometidos a la suya, pero las dos cómplices se siguieron de paso. A saber a dónde irían y con qué fines. — — — Al atardecer llegó y los chicos volvieron al Dojo. Ranma subió al techo a esperar con impaciencia a sus adversarios, mientras Akane descansaba en el comedor. Se había vestido con un conjunto deportivo por si la situación ameritaba algún reto físico. Quién sabe qué clase de pruebas se les ocurriría hacer para intentar ganar el primer lugar en esa singular lucha de padres. El timbre sonó con insistencia, y en un santiamén, la chica ya tenía a un lado a su prometido, vestido con sus ropas Chinas de costumbre, una tetera de agua caliente en una mano y un balde de agua fría en la otra. —Akane, ¿estás lista? la guerra está por comenzar—. Sonriendo con satisfacción y una llameante valentía recorriéndole las venas mientras apretaba con fuerza las agarraderas de los contenedores. Continuará