¡Qué estupidez!

¡Qué estupidez!

¡Qué estúpido! –me repetí por enésima vez– ¡Realmente estúpido!

Ahora lo veía todo claro y sonreía como una boba. ¿A veces no has pensado en qué tus amigos te hacen el vacío? ¿Y no has tenido ganas de gritarles a la cara: ¡ESTOY AQUÍ!?

Me acuerdo de hace una semana, cuando me caí por las escaleras y se me hinchó tanto el tobillo. La verdad es que no me caí, me tiré para intentar captar la atención de mis compañeros. El plan funcionó, pero sólo en su justa medida: se preocuparon un poco y punto. Al día siguiente, el vacío habitual. ¡Qué rabia!

No sé muy bien cómo y cuando empezó, fue más bien gradual, cómo si fuera desapareciendo y difuminándome poco a poco. Pude aguantar hasta que mi novio también empezó a evitarme. Eso fue el detonador de la bomba, por eso me tiré. Si no funcionaba tenía pensado “caer” de más arriba, ¡pero mi maldito tobillo no me dejaba ni andar!

Cada vez me estresaba más y me enojaba con más facilidad. Esa última semana estuvieron más pendientes de mí, pero ni me di cuenta. Ayer me llevaron mis padres al médico para que diera el vistazo bueno a la articulación. Ya puedo andar con tranquilidad, pero ¡Dios!, aún me molesta el hinchazón. Sin la venda apretando tengo una peor sensación. Me fui directamente a mi cuarto y me dediqué a aburrirme y marginarme.

Hoy, ya al borde de la desesperación, no tenía ganas ni de despertarme, pero en fin… ¿puedes resistirte teniendo a la persona más querida esperando junto a ti? Durante la mañana mi novio me ha hecho compañía, pero la verdad es que no hemos hecho nada: sólo tenía ganas de contemplarle la sonrisa e intentar adivinar el motivo de su “abandono”. Se ha quedado a comer en casa. Mis padres no paraban de hablar y reír, demasiado, como escondiéndome algo. Él hacía lo mismo. Yo callaba, ¿creía que sólo con eso ya estaba satisfecha? ¡Y un cuerno!

Esa hora me ha agotado, pero después había quedado con una amiga (se ve que todos se habían fijado en mí de repente). Fui cogida de la mano de él, respondiendo con monosílabos a sus preguntas.

Estaba distraída mientras mi cabeza iba pensando en cosas varias cuando se me encendió la bombilla. “¿Podría ser…?” susurré al llamar al timbre.

-¡¡FELICIDADEEES!! –fue mi bienvenida.

Qué estupidez pensar que me ignoraban. Al final, sólo me quedó decir:

-Pero venga, ¡mi aniversario fue hace dos semanas!




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NOTA: Momento de inspiración de temática no muy original xD. ¿Resultado? Que opinen los lectores ;).



PD: Siento mucho que se vea demasiado oscuro para el fondo negro :(.