¡Pobres los Ricos!

¡Pobres los Ricos!

Cantidad de palabras: 1,830+título

¡Hola!
¿Cómo pasaron la semana santa? Espero que muy bien.

Algunos ya sabrán de que va toda está historia; pues siempre anduve detrás de ellos contándole acerca de la historia y asdf. Bueno equis.

Ésta es mi próxima historia basada en el famoso cuento de hadas, llamado: Cenicienta. En su mayor defecto, está basada en la telenovela de Floricienta.

Tardé tanto para publicar esta historia, que ya la tenía pensada y escrita desde hace mucho. Pero tuve muchos contratiempos y fue por la loca idea de querer un corrector (beta) y le pedí el favor, muy avergonzadamente, a Sandritah, pero la pobre está tan ocupada con los estudios que me dio cosita estarle recordando acerca del beta.
También opté por pedirle el favor a mi súper amiguis, la cotorra Annie de hacerme la corrección; pero al final, preferí publicarlo tal y como está, con errores y demás cosas que aún suelo cometer a la hora de escribir… Así que cualquier consejo no me vendría mal ;).

En mis tres historias largas de InuYasha, contando ésta; siempre he querido un beta y al final termino publicándola sola :(.
Así que ésta no iba a hacer la excepción. Por cierto, para aquellas lectoras que aún leen mi anterior fic; no se preocupen que lo terminare tarde o temprano. Ya tengo pensado el final, pero aún no me fluye a la hora de escribir. Paciencia por favor :).

Usaré a muchos personajes de la historia, prácticamente a todos. Espero que no se confundan, algunos saldrán poco a poco.


Agradecimientos a:
Kaoru Hitachiin; quien me ayudo con las imágenes del fic.
Sandritah; que a pesar de todo me dio algunos consejos y demás.
Anneliese Florencia; por darme locas ideas y asdf.


Título: ¡Pobre los Ricos!
Fandom: InuYasha.
Parejas: Inuyasha&Kagome; Sango&Miroku; entre otras que poco a poco se irán viendo.
Tipo: UA.
Clasificación: T.
Género: Romance—comedia—musical—fantasía—drama.
Advertencias: Los personajes no me pertenecen, son de Rumiko Takahashi

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¡Pobres los Ricos!​

Capítulo 1.​

“Pobres los ricos que tanto tienen, que ya ni saben lo que no tienen” el show de aquel grupo musical había dado inició. Estaba conformado por Kagome, Sango y Koga. La castaña tocaba con el sintetizador, el joven apuesto con la batería y, Kagome, era la vocalista.

“Les faltan sueños, les faltan ganas, les falta el tiempo, le falta el alma. Le sobra el miedo de perder algo, les sobran kilos, le sobran panza. Les falta el tiempo de la esperanza, les falta el aire de las mañanas. Les falta el viento sobre sus caras, les sobran todo y no tienen nada” Pronto comenzaría el coro donde seguía Sango sin dejar de tocar su instrumento musical, mientras que Koga mantenía el ritmó de la canción con su batería, tocando a diestra y siniestra. Y, sí pensaban que estaban tocando en un concierto; están equivocados. Aquel grupo era novato y tenían la oportunidad de tocar en una lonchería, que estaba ubicada en el barrio donde vivía Kagome junto con los demás.

“No tengo nada y tengo, tengo todo, soy rica en sueños y pobre, pobre en oro…Y qué me importa si con la plata no compro amigos, ni amores, ni lunas, ni almas, ni soles”

“Que suerte tengo de ser tan pobre. Me sobran cielos, me sobran soles. Me sobran sueños para soñarlos y la esperanza de concretarlos. Me sobran ganas para cantarte, me sobran besos para besarte. Pues tengo todo el tiempo del mundo; porque me sobra cada segundo. Todo lo mío es compartido, todo lo mío son mis amigos…”

Kagome se movía de aquí para allá, tratando de montar la pequeña coreografía que le tenía a su canción. Agarraba el micrófono con mucho ánimo y cantaba con fuerza. El público hacía sus compras mientras contemplaba el pequeño mini-concierto que había en la lonchería. La joven cantante se paseaba por todo el lugar, bailándole al público sin parar de cantar.

“No tengo nada y tengo, tengo todo, soy rica en sueños y pobre, pobre en oro…Y qué me importa si con la plata no compro amigos, ni amores, ni lunas, ni almas, ni soles”

Al finalizar la canción, sé dejó escuchar los aplausos de los presentes, pidiendo como de costumbre que cantaran otra canción; pero el dueño de la lonchería solamente dejaba que aquel grupo sin nombre cantara una sola canción, ya que esos tres jóvenes trabajaban en la tienda sirviendo, limpiando y atendiendo.

— ¡No lo puedo creer! ¡Salió mejor que nunca! —exclamó Sango guardando los instrumentos junto con Kagome y Koga.

—Sí, cada día tocamos mejor. Y todo por la linda voz de Kagome—piropeó Koga mirando a la recién nombrada, ésta por su parte se sonrojo y asintió, afirmando que cada día que pasaban iban mejorando.

El lugar donde guardaban los instrumentos era un cuarto viejo, donde el dueño de la lonchería les daba la oportunidad de ensayar allí. Al cuarto había entrado un joven albino, de ojos dorados. Miró a los tres integrantes del grupo y soltó una sonrisa irónica.

— ¿Tú quién eres?—preguntó Koga mirando con odio al otro joven.

—Jah, que idiota. Pues yo soy el único que puede tocar en está lonchería—contestó mirando los instrumentos—. Que instrumentos tan baratos y de mala calidad.

—Mira perro rabioso; será mejor que le bajes a tus humos sino quieres que esa linda carita quede desfigurada—desafió Koga con arrogancia mientras cerraba los puños de su mano.

—Jah. Por favor, no me hagas reír lobo sarnoso. Aquí el único que te golpeara soy yo—Inuyasha cerró su puño y lo dirigió con mucha fuerza al rostro de Koga, volteándolo por completo.

Koga cayó al suelo por culpa del golpe; el joven se levantó furioso y le devolvió el golpe a Inuyasha, pero con más fuerza. El albino limpió la sangre que comenzaba a salir de su boca para seguir con la batalla. Ambos chicos se golpeaban a diestra y siniestra. Las chicas no sabían qué hacer, sí detener la pelea o llamar a alguien para que lo hiciera. Kagome no lo pensó dos veces y sé interpuso entre la batalla, pero su intervención la llevó a recibir un golpe por parte de Inuyasha…

***

Nos ubicamos en una hermosa mansión perteneciente al hombre más poderoso del país: Naraku Taisho. Empresario y político; junto con su gran cantidad de “hijos insoportables” como solía llamarlos su esposa Kagura. Una ex modelo de gran belleza, que desde que se casó con Naraku se fue a vivir a la mansión junto con sus dos hijas; Kikyo y Abi. La primera la prometida de Inuyasha, el hijo rebelde de Naraku que, desobedeciéndole se introdujo en el mundo de la música.

—Podrían jugar en el jardín—gritó Kagura al sentir una pelota de futbol rebotar en su cabeza. Los pequeños se echaron a reír por ver la irá de su madrastra que tanto odiaban.

—Madre, no les prestes atención. Son solamente niños, recuerda que hay que tratarlos por lo que son—comentó Kikyo acercándose a su madre con fina elegancia y glamur. Si algo era lo que distinguía a esa joven, a parte de su belleza y palidez; era su elegancia y expresión de seriedad.

— ¡Estos mocosos! Un día de estos les diré a Naraku que los manden a un internado y así nos desaremos de una vez por todas de sus rebeldías.

—No es para tanto mamá, mejor vayamos a la alberca—sugirió Kikyo para retirarse de la sala junto con su madre, y dirigirse a la alberca donde se encontraba Abi tomando sol.

Kohaku, Souta, Hakudoshi y Rin continuaron con su juego de pelota, sin importar a quién pegaba o quebrara. Por otra parte, la hermana gemela de Hakudoshi; Kanna, leía sus típicos libros de alto nivel, prohibiéndose jugar como cualquier niña de su edad.

Un chico vestido elegantemente, de ojos azules. Bajaba por las escaleras principales de la mansión, que daban directo a la salida. Su nombre era Miroku y por la forma en la que iba, terminaría en un burdel de mala muerte malgastando el dinero con cualquier prostituta que se le cruzara. Típico de él. Tal vez llegaría al siguiente día luego de haber participado en una orgía con su mejor amigo y la prostituta.

En la alberca se encontraba Abi junto con Kagura y Kikyo. El trío de brujas comenzaron a charlar sobre el mismo tema, el cual era casar a Kikyo lo antes posible con Inuyasha. Este trío de mujeres era conocido para los chicos como las Brujas; como solían decirles cuando se metían con ellos, técnicamente el autor de dicho apodo había sido Hakudoshi. Desde el día en que la bruja mayor (Kagura) lo acusó ante su padre de algo que él no había cometido, y como el niño es la cabeza macabra del resto de los pequeños, los convenció de llamarlas brujas. Cada una había hecho algo que les desagradara a los chicos.

Kikyo trató de cambiar el tema, ya que odiaba que su madre tomara decisiones por ella. Aunque Inuyasha como esposo era un buen partido.

— ¿Cuándo contrataran nuevamente a otra niñera?—preguntó Kikyo aplicando protector solar sobre su cuerpo.

—No lo sé, creo que Inuyasha se encargara de hacer un casting—comentó Kagura sacando su abanico.

—Ya es justo que traigan a otra niñera para que cuide de esos montruos insoportables—habló Abi seguido de risas por parte de las otras dos. Causaba gracia al saber lo poco que duraría esa niñera. Las últimas habían salido o locas, o con alguna parte del cuerpo rota. Esos niños eran el demonio en persona, sobre todo Hakudoshi.

***

— ¡Auch!—sé quejó Kagome mientras era ayudada por Sango a levantarse del suelo. El golpe había ocasionado que de su nariz botara sangre. Rápidamente la castaña trajo un pañuelo y lo puso en la nariz de su amiga.

—Vez lo que has hecho perro rabioso. ¿Kagome te encuentras bien?—Koga alzó entre sus brazos a la joven y salió del cuarto—. Hay que llevarte al hospital para que te revise.

—Sino es mucho pedir, te podrías ir de aquí. Ya has ocasionado muchos problemas—dijo Sango.

—Pero no fue mi intención. ¡Nadie la mando a meterse! Bah, mejor me largo de aquí— Inuyasha agarró su guitarra y sé fue de la lonchería.

Sango por su parte alcanzó a Koga en el hospital; por suerte, no había sido nada grave. Le habían puesto una venda en la nariz de Kagome para que dejara de botar sangre y no se notara el golpe.

Inuyasha camino a la mansión, maldecía todo a su pasó. No podía creer que esos pobretones le quitaran su lugar, y tanto que le costo ser aceptado en esa lonchería, todo por haberle dado una buena cantidad de dinero al dueño. “Eso es” Pensó Inuyasha retrocediendo para volver a la lonchería. Convencería al dueño con una buena cantidad de dinero, para que botara a Kagome y los demás sin la cantante no podrían hacer nada y el lugar quedaría solamente para Inuyasha.

Mansión Taisho.

—Inuyasha no llega para recibir a las chicas—comentó Sesshoumaru tomando asiento frente al escritorio de su padre—, tengo que ir a la empresa y ese inútil aún no llega.

—No te preocupes hijo, tarde o temprano llegara. Recuerda que el casting comenzara a las dos, aún queda tiempo, pero podrías irte para la empresa mientras yo lo espero—contestó Naraku revisando algunos papeles que tenía encima de su escritorio.

Sesshoumaru se levantó y se retiró del despacho, seguido por su mano derecha. Un hombre feo, enano y gruñón.

—Amo Sesshoumaru—llamó Jacken mientras seguía a su amo por detrás, al ver que no volteaba continuó—. Usted cree que su hermano Inuyasha haga bien en elegir a la nueva niñera.

El joven hombre miró a su acompañante, para luego continuar su camino hasta donde se encontraba la limusina esperándolo. Jacken guardó silenció y le abrió la puerta a su amo, para luego montarse él e indicarle al chofer que marcharan rumbo a las empresas Taisho.

Kagome había salido del hospital con una venda sobre la nariz. No paraba de hablar sobre el chico que le ocasionó el golpe, si lo volvía a ver juraba que lo mataría con sus propias manos. ¿Quién se creía ese engreído para tratarlos así? No era el dueño de la lonchería ni nada por el estilo.

—Que bueno que llegaron, necesito hablar contigo—dijo el dueño del lugar mirando a Kagome, ella por su parte parpadeó saliendo de sus pensamientos.

— ¿Qué ha pasado?—preguntó Kagome inquieta.

— ¡Estás despedida!—sentenció el dueño de la lonchería dándole la carta de renuncia.

Kagome, Koga y Sango no entendían aquella decisión del dueño. Los tres se miraron confusos, mientras que un albino observaba aquella escena con una sonrisa de satisfacción sobre su rostro.

—Adiós Kagome. Nadie se mete con Inuyasha Taisho—rió alejándose del barrio, le esperaba un largo día para poder escoger a la nueva niñera que cuidaría de sus hermanos… continuara.

¿Qué tal el primer capítulo?
Espero que les haya gustado.

Criticas, consejos, halagos; lo que sea son bien recibidos :pena:

He aquí la canción que canta Kagome y los demás al principió del capítulo.
Pobre los ricos