Gritos, conflictos, desacuerdos… En mi morada siempre creí ser el mejor, y menosprecie a mi prójimo. Más en un día fresco, me recosté bajo un árbol de un parque a sentir la brisa del norte. Y caí bajo un soñoliento sueño. Al despertar observe como al otro extremo, del parque violaban a una mujer, mi corazón latía fuertemente y me sentía inseguro. Quería ayudarle pero mis piernas no se movían, me sentía tan patético, al ver como una mujer tenía a que ya desdichada suerte. Estaba temblando, no pude coger coraje para ayudarle. Y corrí bajo la lluvia que silenciaba sus gritos; me detuve en medio de la lluvia y mis lágrimas se desbordaban de mis ojos. Los gritos de la mujer pidiendo ayuda aun resonaban en mis oídos. Se sentía impotente por ser tan patético y no poderla ayudar, corrí hasta mi casa, con lágrimas en los ojos. Saque las llaves de mi casa, y se resbalaron entre mis dedos; mis manos aun temblaban era patético. Al entrar con temor, seré la puerta de golpe; mis tíos y abuelos corrieron a la entrada y me preguntaron ¿A dónde avía estado?, me quede en silencio y seque mis lágrimas y me dirigía a mi habitación. Entre en mi habitación entre los reproches de mis familiares, que atravesaban las paredes, no podía dejar de pensar en lo que había ocurrido. Me lamente toda la noche por ser tan patético. Al dormirme recordé fragmentos pequeños, de lo bien que lo pasaba con mi madre y padre cuando era pequeño, el olor del pasto, la comida de mi madre, la sonrisa de mi padre. Y también cuando todos éramos felices. Además recordé lo cálido que era ese sentimiento. Creo que fue la única vez que llore cuando dormía, una hermosa calidez resbalaba por mi rostro; en pequeñas gotas. Al despertar solloza mente, escuchaba como mi familia lloraba y corría por la casa; tan abrumada. Abrí la puerta de mi dormitorio, me acerque a mi abuelo; al verme mi abuelo bajo la cabeza escondiendo su rostro. Fue la primera vez que vi como mi serio y gruñón abuelo, se encorvaba y derramaba lágrimas en su entorno. Me preguntaba ¿Qué sucedía?, al ver los rostros pálidos y sollozos de mi familia, un sentimiento de triste albergó mi corazón. Y una lágrima se resbalo por mí rostro la seque rápidamente, y con una sonrisa pregunte: ¿Qué pasa decidme?, ¿Por qué esas caras? Guardaron silencio por un momento, volteando la mirada; mi abuelo se acercó me cogió en sus brazos y yo con un nudo en la garganta, le pregunte: ¿Qué sucede? Me susurro al oído tu madre a muerto…