One-shot ¡Mirishira Romeo and Cinderella!

Solo una pequeña aclaración "Pesamiento", "recuerdo" ahora si ewe

¡Mirishira Romeo and Ciderella!​

Nos conocimos hace catorce años, desde entonces no nos hemos separado nunca pero yo comencé a sentir algo por ti, algo que va más haya de la amistad, en realidad me he enamorado de ti. Tus cabellos dorados con como el sol, tus ojos azules son como el mismo cielo cuando me miras, cuando estoy junto a ti soy la persona más feliz del mundo. Me encanta verte sonreír al verte me siento tan feliz.

—¡Len, espera! —gritaba mientras corría hacía él —Casi te vas sin mi, que malo eres —El me miraba mientras me reía un poco.

—¿Te quedaste dormida, de nuevo?—Solamente me mira y yo asentí —Me imagine es más, ahora iba ver algo que se me quedó en mi casa y luego iba a regresar a verte o más bien a despertarte —Los dos reímos un poco.

—De acuerdo entonces vamos a tu casa, que ya te ahorre el camino de vuelta a la mía—Comencé a caminar mientras venía hablando con el—“¿Algún día te darás cuenta de lo que siento?” —Pensaba mientras veía sus hermosos ojos azules.

—Llegamos —Sin darme cuenta llegamos a su casa, los dos entramos a esta—Espera aquí ¿Si?

—De acuerdo pero ¿No quieres que te ayude a buscar?—Lo mire con una sonrisa mientras el viento que entraba por la ventana ondeaba mi largo cabello azabache lo cual me molestaba un poco.

—No te preocupes, se donde lo esta—Sonrío y se dirigió a cerrar la ventana—De nada—Me dijo estando aun de espaldas para luego verme y sonreír—Se que no te gusta que tu cabello se ondee al viendo.

—Gracias, como siempre me conoces tan bien—Me sonroje un poco mientras desviaba la mirada para que no me viera.

—Ya regreso ¿Si?—Lo vi irse hacía su cuarto, mientras tanto me queda viendo todo a mi alrededor.

Estaba en la sala de paredes amarillas claro, con unas dos ventanas junto a mí y la otra estaba al frente

—“Parece como si estuviéramos vinculados”—Pensé, sin darme cuenta sonreí—Len… “Te amo"—susurré mientras suspiraba

—¿Qué pasa? — Me sobre salte por el susto que me había dado — ¿Te asuste? —Se rio un poco

—Si me diste un buen susto pero bueno ¿Encontraste lo que estabas buscando?

—Sí, aquí esta—Mostro una pequeña cajita—¿Para que me llamabas?

—¿Ah? ¿De qué hablas?—Lo miré confundida

—Dijiste mi nombre, ¿para qué me querías?—Me puse nerviosa puesto que no sabía que responder el solo me miraba algo confundido

—E-Es que quería… “Me alegro de solo haber pensado te amo… y no haberlo dicho” que me des tu opinión, quería recogerme el cabello—Suspiró y lo mire esperando a que me creyera

—Recuerdo que hace años llevabas una trenza ¿No?—Se dirigió a la puerta y la abrió, mientras me hacía una seña para que saliera de la casa

—Sí, de pequeña siempre lo tenía recogido… No sería mala idea volverme hacer una trenza—Me separe mi cabello en tres mechones para hacerme la trenza

—¿Te la harás ahora? Vaya no pierdes el tiempo, será mejor que vayamos—Seguimos nuestro camino hasta el castillo para entonces ya había terminado de hacerme la trenza la cual caía delicadamente sobre mi hombro derecho hasta un poco más bajo de mi pecho

—Termine, por fin—Sonreí de nuevo mientras Len me miraba y yo me perdía en sus ojos


—De acuerdo, te conozco desde hace tiempo que me gustaría…—Parecía nervioso

—“¿Será que sientes lo mismo que yo?” Vamos, dímelo que no te miedo—Sonríe algo nerviosa esperando su respuesta, la respuesta que marcará nuestros destinos

—Bueno yo quiero que…—Las puertas del castillo se abrieron y de ellas salió una hermosa joven de cabellos rubios y ojos azules como los de mi amado—Conozcas a mi prometida

—“¿Su… pro…me…ti…da?”—Esas palabras fueron un golpe directo a mi corazón—¿De verdad? —Sonreí falsamente y trate de ocultar mis lágrimas, di unos cuantos pasos hacía atrás —Lo siento… recordé que tengo que hacer algo… ¡Te… Los veo más tarde!

—Espera no…—Ya era tarde salí corriendo mientras lloraba sin mirar atrás.

—No te preocupes, amor ella estará bien—Lo abrazo y sonrió inocente—Te amo… Len

—Yo también te amo, Rin—Correspondió al abrazo—Muy pronto seremos tan felices


Los observe desde lejos, los celos y la tristeza me inundaban. Yo lo empecé amar mucho antes que ella, ¿por qué tenía que acabar así? Yo… yo lo amo pero veo que el no a mi, sin poder seguir viendo más esa escena salí sin rumbo alguno

—¡Len, Len ven aquí necesitamos tu ayuda!—Alguien gritaba a lo lejos

—Lo siento querida, me necesitan. Nos vemos, en un rato —Sonrió, se separó y se despidió de ella— ¡Ya voy! —Se fue del lugar dejando a la bella doncella sola.

—“Iré a… divertirme un rato”—Pensó ella mientras caminaba tranquilamente por el pueblo, se dedicaba a sonreír de forma coqueta e inocente a todos los hombre que veía—Buenos días—Decía con una voz tan dulce.

No se adonde fui a parar, solo sabía que no podía dejar de llorar entonces la volvía a ver, a esa chica, a esa bella doncella que me había quitado a… mi Romeo… No podía creer lo que veía, le coqueteaba a todo hombre que se le cruzará al frente.

—“¡Qué asco de chica!”—Pensé mientras la observaba, entonces vi… como Len se acercaba a ella corriendo y a la abrazaba—“Me gustaría… ser tu Julieta… porque tu ya eres mi Romeo”.

—Rin, aquí estabas ¿Quieres ir algún lugar?—Sonrío un poco sonrojado mientras se percató de que los miraba y me sonrío—¡Gis, ven acércate!

—¡Muchas felcidades!—Lo miré—¡Juntos forman una hermosa pareja!—Le dije a él con un tono monótono y una falsa sonrisa.

—Gracias, espero que tu también encuentres la felicidad así como yo—Sonrío y observo a su prometida la cual solo… se encontraba callada observando todo lo que pasaba—¿Qué pasa querida? ¿Por qué no hablas?

—E-Es que… n-no soy de muchas palabras… p-perdón —Oculto su cara en el pecho de él, ella se dio cuenta de mis sentimientos… lo hace apropósito.

—Descuida, amor no hay problema—Me miró—Nos vemos luego, tengo que irme.

—S-Si… y-yo igual—Mira hacía el suelo tratando de contener de nuevo mis lágrimas.

—Len… —Se acercó a sus labios y lo beso, obviamente él le correspondió.

—M-Mejor me voy…—Dije con hilo de voz mientras alzaba la mirada y veía la mirada de ella totalmente en blanco. —Perdonen… no quiero hacer mal tercio—Salí corriendo hacía el bosque, parece cuando mis pies ya no podían más—¿No recuerdas la promesa que nos hicimos de pequeños?—Seguía llorando sin parar—Eso fue tan hermoso para mí. Alguien excepto yo, alguien excepto tú ¡El telón de esta historia no puede caer aún!—Trate de darme esperezas.

Así desde ese momento, fueron pasando los días, los días se hicieron semanas y las semanas se hicieron meses en todo este tiempo los amantes se veían más mientras yo me quedaba sola, llorando sin parar. Una pobre Julieta.

—¡Gis, ¿cuánto tiempo?!—Sonrío al verme yo le devolví la sonrisa

—Tienes razón casi no nos hemos visto en estos meses—Baje la mirada

—Sabes… Quiero que vengas a mi boda—Puso una mano en mi hombro—¡Gracias por todo! Estoy contento de que nos hayamos amigos.—Sonrío de manera inocente.

—¡Querido!—Lo abrazo por la espalda—Te estaba buscando tenemos que ir a invitar a todos.

—Tienes razón amor, me tengo que ir. —Sonrío de nuevo—Espero que puedas ir a la boda—Se da la vuelta para poder abrazarla de la forma correcta

—Espero que vayas, no sería lo mismo si no fueras—Sonrío pero de alguna forma sentí que no era sincera.

—Es verdad, tienes que venir—En su pecho rodeando esta el, mientras ella observa esta situación con una mirada en blanco.

—C-Claro… —Ellos se marcharon mientras yo los observaba—“No tengo ningún lugar pada poder interferir con aquel error.” —Pensé mientras corrí de nuevo hacía el bosque nuevamente—No es justo, ella todos los días esta buscando el favor de todos los hombres…con una sonrisa coqueta, siempre esta fingiendo ser coqueta e inocente… No hay duda… de que es un asco de chica… —Me decía a mi misma entre sollozos— Pero no importa… lo que piense no se lo puedo decir a el aunque me esta muriendo de celos porque yo… soy más fea que ella no te gustaré si vez.

Tristeza, enojo, amor ardiente, se convierten en dolor y ahora perforan mi cuerpo. Me gustaría regresar en el tiempo donde todo era mejor. Poco tiempo paso hasta que llego el día de la boda, el peor día de todos para mi pero para el… sería el mejor de su vida.

—¿Por qué Dios es a veces tan cruel?—Me dije a mi misma mientras estaba mirando como hacían sus votos.

—Prometo amarte por el resto de mi vida, porque eres la persona que más amo en este mundo—Comentó mi amando para luego poner el anillo en el dedo de Rin… su amada Cinderella.

—Prometo siempre serte fiel, mi amado—Coloco el anillo en su dedo… y sellaron su amor con un beso.

Después de los votos en la boda, los dos amantes comenzaban a amarse más en público como si yo no estuviera ahí. Yo no quiero ser notable, no quiero que se den cuenta. Ella es Julieta y no lo soy yo.

—“Es injusto... yo… te amé mucho antes de que ella te conociera… así que… ¿Por qué este final tan inesperado?” —Pensé mientras observaba tu hermoso perfil desde lejos mientras el recordaba tus palabras—“¡Gracias por todo! Estoy tan contento de que hayamos sido amigos”… —Comenzaron a brotar de nuevo las lágrimas— “Pero yo… ¡No quería oír esa frase tan cruel!”


De nuevo ellos dos se veían con bastante frecuencia que me quedaba sola, llorando sin parar.

—“No soy más que… una pobre Julieta.”—Pensé mientas corría de nuevo hasta el bosque, hasta una parte que en la que nunca había estado y observe un risco no muy alto pero de igual forma alto, me acerque a este y me puse al filo dándome la vuelta—“Todo ha terminado ya. Te daré tragedia… Sayonara… Romeo” Aquel pensamiento que nunca fui capaz de decirle.... Ahora vuela sobre el cielo lejano... como una fantasía—Cerré mis ojos de color café y me lancé por el risco—“Sayonara Romeo… Romeo”.