*¡Luces, Camara y Confusion!*

*¡Luces, Camara y Confusion!*

¡LUCES, CÁMARA & CONFUCIÓN!​

PROLOGO​

Ryoma está en las nubes porque recien empezo su noviazgo con la hermosa Sakuno, y el que nunca pensaba estar en una relacion con alguien y menos con la hermosa pelirroja. Y cuando ella lo desafia a un juego de verdad, consecuencia, beso o promesa, Ryoma le asegura que siempre será sincero.
Pero las cosas empiezan a complicarse cuando llega un equipo de filmacion a Tokio y el sueño de Ryoma de trabajar en un set de cine se hace realidad. Tomoka, es una estrella adolescente y al momento de conocer a Ryoma lo adopta como su asistente personal y empieza a mostrarse interesada en el...
¿Podrá Ryoma conservar su trabajo sin poner en riesgo su relacion con Sakuno?​

Personajes:
Ryoma: es un chico de 16 años de edad, uno de los chicos mas lindos del pueblo. Alto de un buen fisico y unos ojos color ambar que derriten a cualquier chica con su mirada. Lo que mas le gusta es tomar fotografías y poder convertirse en director de cine.​

Sakuno: es una chica de 16 años, bien desarrollada para su edad y deja a culquier chico en las nubes con solo mirarla. Posee unos hermosos ojos rubis y una cabellera pelirroja con ondas.​

Tomoka: es una estrella de cine, con solo apenas 17 años de edad. Es alta, delgada, de cabellera rojiza. Y al momento de llegar a Tokio y conocer a Ryoma se siente muy atraida por el y hará lo que sea para pasar tiempo con el.​

 

Re: *¡Luces, Camara y Confusion!*

Hola a todas!!! Muchas gracias por su apoyo en esta nueva historia que me anime a publicarla :o...
Como verán es algo muy distinto a lo que estan acostumbradas, espero que les valla gustando como se va desarrollando. Y sin mas que decirle, aquí les dejo el primer capitulo. :P

Capitulo 1 – Tomando Fotografías

— Ni lo sueñes, Ryoma – dijo Ann - ¿Qué crees que somos? ¿Estúpidas?

— No – respondió el peliverde – Pero ¿Por qué no quieren?

Sakuno, Ann, Becca, Momoshiro y Ryoma se encontraban descansando en la playa ubicada a las afueras de Tokio, un par de días antes de las vacaciones de verano. Eran las seis de la tarde, la luz era perfecta para unas cuantas fotografías, y no había nadie mas que ellos alrededor. Y lo único que el peliverde había pedido era que se quitaran la ropa y posaran desnudas contra las rocas. Esta de acuerdo en que empezaba a refrescar, pero aparte de eso, no veía cual era el problema.

— Porque solo quieres vernos desnudas, por eso – dijo Becca.

— No es así – insistía el ambarino – Es arte, para mi carpeta de presentación.

Era verdad lo que decía. Necesitaba tener lista una carpeta con variedades de fotos para cuando fueran sus futuras entrevistas para las universidades. Ya que Ryoma pensaba estudiar cine, y poder llegar a ser un Director muy reconocido, y consideraba esencial tener una buena selección de fotos para mostrar en las entrevistas.

Aunque sabia que Becca tenia algo de razón en lo que decía. Para su edad estaba claro que gran parte de el quería poder ver a las chicas desnudas, pero otra solo lo hacia por las fotos.

— Veo que estás muy callado. ¿Qué piensas tú? – dijo Ann.

Momoshiro le sonrió con aire descarado.

— Creo que deben hacerlo. Es por el arte.

— Si claro – repuso Ann – Y ¿Cuál seria exactamente tu aporte?

— La apreciación – dijo Momo – El arte necesita un público.

Sakuno soltó una carcajada.

— Tú también quieres vernos desnudas.

— Seguro – dijo Momo.

De pronto Becca se levantó de la arena, donde estaba sentada, caminó hacia Ryoma y se detuvo con las manos apoyadas en las caderas.

— De acuerdo – dijo – Lo haré si tú también lo haces.

— ¿Cómo dices? – dijo el peliverde.

— Si tú y Momo se desnudan, nosotras también lo haremos.

— No hables por todas – intervino Ann.

— Si – dijo Sakuno – No nos incluyas.

— Miren – habló Ryoma – No quiero una pose sensual ni nada de eso. Les aseguro que serán fotos artísticas, todo se basa en las formas y las texturas. – termino diciendo el ambarino.

Ann hecho a reír.

— Buen intento Ryoma. Eso no lo había oído nunca.

Después de un rato Ryoma se sentó sobre la cerca que estaba detrás de ellos y contempló el mar. Su día estaba resultando toda una frustración. Ese día era su cumpleaños. Se suponía que debía ser divertido, con una gran celebración, pero nada de nada.

-----------------------------FLASH BACK-----------------------------------​

Esa mañana se había levantado lleno de expectativas, como es habitual cuando uno cumple años. Bajó a la cocina esperando lo mejor: un desayuno completo con sus cosas preferidas, regalos sobre la mesa, algunas tarjetas de felicitaciones… Pero nada. No había nada.
Nadie le preparó ni una tasa de café. Es mas nadie se encontraba en casa.

Su padre había salido a comprar el supuesto “diario”, y su mamá había salido a hacer las compras de la mañana. De todas ellas solo una persona se acordó de su cumpleaños y era su Hermanita menor Amy y su prima Nanako que vivía con ellos y a la vez hacia de niñera de Amy.

— El tío me dijo que te vería más tarde – dijo Nanako – Y por cierto Feliz Cumpleaños.

Y eso fue todo. Y el peliverde que pensaba que cumplir dieciséis era importante. Un gran día. Uno especial en el que no se puede pasar por alto. En fin decidió no seguir lamentándose y partir hacia el colegio.

Una vez en la escuela, las cosas estaban como siempre… No hubo ningún anuncio especial de cumpleaños, ni le dieron el día libre, pero eso era de esperarse. Pero al menos sus amigos y su novia, no lo habían olvidado.
Se juntaron en el recreo y le dieron sus regalos…
Sakuno había llevado un termo con chocolate caliente y un pastel cubierto con chocolate y adornado con algunas frutillas y crema (el favorito de Ryoma). Hasta ahí todo bien.

Ann y Becca le regalaron un CD de su banda favorita; Momoshiro le compró un DVD de la versión completa de “El Juego del Miedo” su película favorita. Una vez terminado de comer el pastel, Sakuno le dio su regalo, un libro de fotografías increíble. Era uno de esos enormes libros pesados que cuestan una fortuna. Las fotos son el blanco y negro, algunos paisajes y cuando se mira con mas detenimiento te das cuenta que un leño que flota en el agua es un brazo o una pierna.

----------------------------- FIN FLASH BACK -------------------------------​

Después de recordar su maravilloso día, por así decirlo, decidió hacer un ultimo intento antes de darse por vencido.

— Vamos – dijo el ambarino caminando hacia ellos – En serio. Y ¿A quién mas podría pedírselo?

— Pídeselo a Momo – sugirió Ann con una sonrisa.

— Es flaco. No tiene curvas – respondió – Las chicas tienen mejores formas. La idea es que yo pueda tomar fotos diferentes para mi carpeta de presentación. Eso puede ayudarme a entrar a la universidad y a salir de aquí.

— ¿Por qué te quieres ir de aquí? – preguntó Sakuno, señalando la costa que se extendía por muchos kilómetros – Este lugar es un paraíso.

— Cuando ya has fotografiado cada centímetro, cada rincón, árbol, roca, personas… Hay todo un mundo más allá. Estoy ansioso por empezar a explorarlo.

Becca camino y se paró delante de Ryoma…

— ¿Me oíste Ryoma? Dije que me desnudaré si tú también lo haces. ¿Estas conmigo Sakuno?

Sakuno miró a Ryoma desde la arena donde estaba sentada.

— Lo pensaré. Quizás.

— Sería divertido – dijo Momo - ¿Qué te parece?

— Olvídenlo – murmuró el peliverde – Buscaré a alguien que no ponga tantas condiciones para posar.

De ninguna manera iba a desnudarse junto con las chicas. De todos modos tenia otra idea para las fotos.

— ¿Y si probamos otra cosa? – propuso el ambarino – No llevará mucho tiempo.

La idea era buena, decidió sacar fotos de sus cabellos, sería una toma de texturas. El cabello corto de y rubio de Ann contrastaba de un modo maravilloso con el de Sakuno, que es largo y rojizo, junto a ella estaba el de Becca que era castaño oscuro a la luz del atardecer y para acabar el cabello puntudo con tonos violáceos de Momoshiro.

Al terminar el efecto quedó genial…

— ¿Ya podemos levantarnos? – pregunto Becca

— Si, gracias chicos. Estuvieron increíbles.

— Muero de hambre – dijo Momo.

Ann, Becca y Momo iban subiendo el acantilado para regresar a sus casas. Sakuno los observó algo nerviosa…

— Deberíamos irnos también, ¿no crees?

— Aun es temprano. – dijo el peliverde tomando de la mano a Sakuno.

Se quedaron sentados un momento, tomados de la mano y contemplando el mar. Hace poco más de un mes que empezaron a salir, pero en los últimos Sakuno a estado distante, distraída, como si no quisiera estar con Ryoma.
El peliverde empezaba a pensar que le había molestado que les haya pedido a las demás que se desnudaran. Pensó en una manera para saber si esta molesta o no, y se inclinó para besarla… Ella se apartó y miró la hora

— Realmente deberíamos irnos – dijo poniéndose de pie para partir.

----------CONTINUARA----------​

Hasta aquí les dejo el capis. Espero que les haya gustado :)...​

 

Re: *¡Luces, Camara y Confusion!*

Capitulo 2 – Cumpleaños Sorpresa

— Bueno, está bien – respondió el peliverde y empezó a guardar sus cosas.

Sabía que no debía insistir cuando las chicas están de mal humor, pero de algo si sabía, era de que a Sakuno le pasaba algo. Ryoma pensaba que la pelirroja ya no quería estar a solas con el, tal vez ya no quería salir con el.

Cuando llegaron al pie de la escalinata que subía al acantilado, Sakuno se volteó hacia Ryoma…

— Oye, ¿te acuerdas del verano pasado cuando jugamos aquí por primera vez a Verdad, Consecuencia, Beso o Promesa?

El peliverde asintió

— Bien, entonces… ¿Verdad, consecuencia, beso o promesa? – preguntó la pelirroja.

— Bueno, no voy a elegir consecuencia porque me harás hacer alguna locura, como meterme corriendo al mar con toda la ropa puesta. Tampoco beso, porque no quiero besar a nadie más que no seas tú. Verdad tampoco porque ya lo sabes todo sobre mi, entonces… Parece que solo me queda la última opción: promesa.

— De acuerdo – dijo Sakuno pensando un momento – Creo que lo mas importante en cualquier relación, ya sea de amigos, de pareja o lo que sea, es ser sincero respecto de lo que uno siente. Entonces como elegiste promesa. Promete decirme la verdad, aunque duela, sea lo que sea, y yo también lo haré.

— De acuerdo, lo prometo.

En ese momento sonó el celular de Sakuno, lo sacó de su bolsillo trasero de sus jeans y se alejó unos pasos. Hablaba en voz muy baja, como si no quisiera que Ryoma oyera.

Unos minutos después volvió a donde estaba el peliverde…

— ¿Con quien hablabas? – le preguntó el peliverde.

— Con nadie – respondió la pelirroja, ruborizándose ligeramente – Digo, era solo mamá que quería saber donde estábamos… donde estaba. Le dije que no tardaría y que pasaría primero por tu casa.

Ryoma se daba cuenta de que Sakuno estaba mintiendo, pero decidió no insistir en saber.

Sakuno iba inusualmente callada mientras caminaban de regreso por las calles iluminadas a esas horas de la noche.

A Ryoma que no le gustaba que estuviera callada, cuando siempre es ella la que suele hablar más que todos, decidió hablar…

— ¿Te pasa algo? – le preguntó mientras iba abriendo la puerta de su casa.

— Claro que no – respondió la pelirroja, entrando en la casa.

— El libro que quieres esta en la sala – dijo el peliverde cuando llegaron al vestíbulo de su casa – Está en el librero, en el estante de arriba, creo. Ve a buscarlo yo ya vuelvo.

Lo que el ambarino había dicho era mentira, lo que el quería era algo de tiempo a solas para serenarse y pensar, y prepararse para recibir la noticia que Sakuno tenia para el.

Después de que pasó un buen rato arriba, decidió bajar. Se dirigió al vestíbulo donde se supone que había dejado a Sakuno y al llegar no la encontró ahí, estaba todo oscuro. Oyó un clic y la sala se llenó de luz.

— ¡¡SORPRESA!! – exclamaban como unas veinte personas.

De la nada aparecieron cabezas detrás del sofá, detrás de las cortinas, debajo de la mesa, etc. La mitad del barrio estaba allí, escondida en su casa. Todos sus parientes, tías/os, primos, su mamá y papá…

Y todos empezaron a cantarle el Feliz Cumpleaños. Cuando dejaron de cantar Sakuno se acerco al peliverde que estaba mas que sorprendido…

— Feliz Cumpleaños Ryoma – dijo Sakuno, tomándole de la mando y depositando un beso en sus labios.

— Entonces… no vas a… he… ¿no vas a dejarme? Pensé que después del juego, verdad, consecuencia, beso o promesa, cuando me dijiste que teníamos que ser sinceros, te referías a que era hora de que termináramos.

Sakuno miró al ambarino muy confundida…

— ¿Dejarte? De ninguna manera. ¿Por qué habría de hacerlo? No hace mucho que empezamos a salir.

— Estabas encargada de traerme a casa a tiempo, ¿verdad? ¿Por eso actuabas tan rara?

Sakuno asintió…

— Sí. Lo siento. Tu mamá llamó cuando estábamos en la playa y me dijo que te trajera rápido porque algunos de tus parientes se estaban comiendo todo y no iba a quedar nada para ti.

— Vamos hijo – dijo su papá – Ven a abrir tus regalos.

Sobre la mesa había una pila de regalos. Uno en particular llamó la atención de Ryoma. Estaba envuelto al estilo tradicional de la familia Echizen: en papel de periódico y atado con una cinta roja.

Todos se pusieron alrededor de la mesa mientras el peliverde rompía el envoltorio. Miró a su papá y le dirigió una amplia sonrisa cuando el ambarino vio lo que había adentro…

— ¿Es la que querías? – preguntó.

Ryoma asintió. Se quedo sin palabras. Era una filmadora digital, de último modelo.

En ese momento, volvieron a apagarse las luces y su mamá entró trayendo un pastel con dieciséis velitas encendidas. Todo el mundo empezó a cantar el Feliz Cumpleaños.

— Apágalas y pide un deseo – dijo su madre mientras ponía el pastel sobre la mesa, delante del ambarino.

El pastel estaba decorado en forma de una cámara. Miró alrededor, a todas las personas que se encontraban con él.

Este es un cumpleaños de primera, pensó Ryoma, cerrando los ojos y pensando que deseo pedir.

El peliverde sonrió. Mi familia es genial aunque un poco loca. Todas estas personas que están aquí esta noche son geniales. Mis amigos, mi novia… ¿Qué más podría pedir?

----------CONTINUARA----------​

Hola a todas las lectoras... :saltarin:
Lamento la demora pero aqui esta la continuacion aunque un poco corta pero al fin la pude traer, porque el colegio me saca mucho tiempo y mas las anteriores semanas porque las he tenido cargadas de examenes.
Pero como ya terminaron prometo actualizar lo mas pronto que mi cabezita lo permita. Sin mas que decirles BAY, y espero que sea de su agrado este capitulo... xD​

 

Re: *¡Luces, Camara y Confusion!*

Hola a todos... Aqui les traigo la continuacion del capitulo, perdonen la demora *verguenza*...
Espero que sea de su agrado xD

Capitulo 3 – Cosas Inesperadas

Al día siguiente de su cumpleaños Ryoma se levantó muy temprano y se dirigió a la playa para tomar unas cuantas fotos y probar como serbia su nueva filmadora. Quería realizar unas cuantas tomas del lugar a esa hora de la mañana, mientras el pueblo iba cobrando vida al paso de las horas.

Sin embargo, aquella mañana el ambiente se veía tristemente distinto. El cielo estaba cargado de nubes oscuras que amenazaban lluvia y no había mucha luz. Por lo que Ryoma decidió que era mejor regresar a casa y desayunar antes de que fuera hora de ir al colegio.

Y entonces…

El peliverde iba subiendo las escaleras deprisa, de a dos escalones por vez, cuando pisó mal y cayó hacia atrás. Apenas logró darse la vuelta para no caer de espaldas y sin pensarlo extendió los brazos para no aterrizar de cara y romperse la nariz.

Al escuchar el ruido su madre se asomó por encima de la baranda de la planta alta…

— ¿Qué fue todo ese alboroto? – Preguntó su madre y luego vio a Ryoma tendido en el suelo - ¿Estas bien?

El peliverde se levantó…

— Si, no me rompí nada.

— ¿Qué te pasó?

— Iba subiendo rápido y me resbalé.

Ryoma se fue a la cocina y sacó la videocámara de la mochila para ver si se había dañado. Estaba seguro de que no tendría nada malo, puesto que hoy en día las hacen muy resistentes, pero de inmediato se dio cuenta de que algo no estaba bien. La imagen a través de la lente se veía distorsionada.

Al oír los pasos de su madre por las escaleras, se apresuró a guardar la cámara en su mochila. No quería decirle nada hasta estar seguro de que se había roto, no quería arruinarle el día.

Una vez en la escuela, Ryoma se encontró con Momoshiro…

— A veces hay que tener cuidado con lo que se desea – dijo el peliverde a Momo, durante la hora del almuerzo – Inesperado no significa necesariamente inesperado en el buen sentido, divertido. Inesperado puede significar un total y absoluto desastre.

— ¿De qué hablas? – preguntó Momo.

— De lo inesperado. Fue el deseo que pedí cuando soplé las velitas en mi cumpleaños.

— Cierto. Y ¿Qué pasó?

— Lo peor que podía pasar: se me rompió la cámara nueva cuando me caí de las escaleras. A mí, Ryoma Echizen, que uso cámaras desde los 5 años. A mí que me cuelgo de los acantilados, trepando por las rocas, y siempre con una cámara encima y jamás se me cayó ninguna, ni una sola vez. Ahora me regalan una fabulosa, nueva, último modelo y ¿qué hago? Tropiezo en las escaleras, salgo volando, aterrizo en el piso y…
Kaput.

Al cabo de un día angustiantemente largo en la escuela, Ryoma y Momo salieron a buscar una tienda de fotografía a las afueras de Tokio.

— Lo siento amigo, se daño la lente – dijo un hombre en una tienda.

— Pero ¿se puede arreglar? – Preguntó el ambarino – Es muy importante.

El hombre volvió a mirar la lente…

— Puede ser, pero no será barato. Por lo que te costaría, te convendría comprarte una nueva.

Al salir de la tienda Ryoma se fue a buscar a Momoshiro, que había ido por otra calle para comprar unos pastelitos. Al cruzar la calle y, al doblar la esquina, divisó a Momo mirando una tienda. Levantó la vista e hizo señas de que se acercara

— Oye, ven a ver esto – dijo Momo, y luego al ver la cara del peliverde - ¿No traes buenas noticias?

Ryoma, meneo la cabeza…

— No, lo que haré es buscar un trabajo para los sábados. Trabajaré en las vacaciones. Me las arreglaré.

Momoshiro empezó a sonreír…

— No es gracioso Momo.

— Lo sé. No sonrío por eso. Sonrío porque alguien allá arriba debe estar velando por ti.

— Si, claro. Y ¿dónde estaba ese alguien cuando me tropecé y caí?

— Mira en la vidriera – dijo Momo – Los avisos – dijo, señalando una cartelera a la izquierda del escaparate – Veras un pequeño milagro, eso creo.

¿Alguna vez quiso trabajar en cine? Aquí esta su oportunidad.​

Se necesitan: extras, choferes, asistentes de producción,​

personal de limpieza y cocineros.​

Deben ser del lugar.​

Disponibilidad entre el 14 de abril y el 5 de mayo.​

¿Quiere saber más? Llame al 07365 88921 y pregunte por Sandra.​

— Es la respuesta a mis plegarias – dijo el ambarino - ¿Dónde irán exactamente a filmar? – pregunto Ryoma a Momo, pero el ya estaba llamando por su teléfono y preguntando por alguien llamada Sandra.

Al cabo de unas horas Ryoma y Momoshiro se encontraban en una oficina diminuta que el equipo de producción había alquilado por un par de días para entrevistar al personal.

El tipo que hacia la entrevista miró a Ryoma con cara de No trates de pasarte de listo. No parecía mayor de veinte años. Estaba reclinado en su silla, con un par de anteojos de sol a pesar de estar dentro y de que el día estaba nublado. Su nombre era Atobe, asistente de producción. Lo habilitaba para darse aires de importancia, eso era obvio. Pero para Ryoma no presentaba ningún problema, ya que el podía soportar a un idiota como él si eso implicaba la oportunidad de ser parte de un equipo de filmación durante esas semanas.

— ¿Transporte?

— Sí, tengo una bicicleta.

— ¿Móvil?

— Sí, también tengo teléfono.

— ¿Disponibilidad?

— Las veinticuatro horas por día durante las tres semanas.

Ryoma hablaba en serio. Quería entrar. La oportunidad de trabajar en cine era un sueño hecho realidad para el.

En la ciudad se había corrido la voz acerca de la producción el mismo día que Ryoma y Momo vieron el aviso, y todo el mundo quería participar de alguna manera.

En el colegio, el último día de clases, todos hablaban de la producción y todos querían ser parte de la acción. Era muy raro que hubiera trabajo durante estas vacaciones, especialmente antes de que comenzara el verano. De modo que la oportunidad de ganar dinero extra a esa altura del año era algo que no se podía dejar pasar.

Sakuno, Ann y Becca se habían anotado para lavar platos y ayudar en los remolques con la comida. Y a las tres les habían prometido que podrían ser extras en cualquier escena. Momoshiro tampoco iba iba a perderse la oportunidad de ganar algo de dinero, y se había anotado para lavar autos dos días a la semana.

Pero Ryoma quería trabajar en el centro del asunto. Quería ser asistente de Producción.

----------CONTINUARA----------

 

Re: *¡Luces, Camara y Confusion!*

Hola a todas las seguidoras de mi FF xD...
Aqui les traigo la continuacion que todas ansiaban leer, perdón por la demora. Espero que sea de su agrado y les informo que para el proximo capitulo ya aparecera Tomoka en escena... No se lo pueden perder ;).
Sin mas que decir les dejo leyendo el capitulo numero 4.


Capitulo 4 – El Mundo del Espectáculo

Al lunes siguiente… Ryoma y Momo se dirigieron montados en sus respectivas bicicletas a su primera experiencia en el maravilloso mundo del cine.

El ambarino se sentía fantástico, de lo mejor. Ese era su sueño y estaba a punto de hacerse realidad. Trabajaría en el cine y conocería a gente famosa.

Ambos se habían enterado de que Tomoka, la estrella adolescente del momento, haría el papel de la protagonista. Momo estaba en el séptimo cielo, pues tenía una foto de Tomoka en la pared de su habitación. Al menos la tenía hasta que retiró todas las imágenes de chicas para que Ann no se pusiera celosa cuando entrara a su cuarto.

Ryoma se encontraba ansioso de poder ser parte de ese mundo. Sentía que ese era el principio del resto de su vida.

Cuando llegaron les habían dicho que se presentaran en la oficina que se había montado en el estacionamiento.

— ¡Mira esto! – exclamó Atobe cuando entraron y vieron por primera vez el set de filmación.

— Parece como si hubiera llegado el circo – respondió el ambarino, mientras estacionaba su bicicleta y observaba todos los remolques, camiones y autos que habían ocupado el estacionamiento en los últimos días.

El set era mucho más grande de lo que se habían imaginado y ya había mucha actividad. Gente yendo y viniendo de aquí para allá muy ocupadas… había obreros que cargaban escaleras, cables y cajas de herramientas; otros llevaban los vestuarios a los camerinos; y por últimos los actores se veían mas relajados esperando en la tienda comedor, bebiendo té y repasando sus guiones.

Un tipo apareció y les señalo a los chicos hacia donde debían dirigirse… La oficina de producción donde Ryoma debía estar. Y Momo se fue al fondo del estacionamiento para empezar su trabajo de lavar autos bajo la mirada atenta del personal de vigilancia.

Mientras Ryoma se dirigía a la oficina en busca de Atobe, vio a Ann y Sakuno, que lo saludaban desde el comedor con un remolcador lleno de bocadillos.

— No estaría mal pasar a saludar – pensó el ambarino.

— Hay de todo – dijo Sakuno, señalando el carrito lleno de platos – Hay tocino, panecillos, café, frutas. Lo que quieras. Ann y yo no hemos descansado desde que empezamos. Todo el mundo a estado comiendo sin parar.

— Mmm – respondió Ryoma – Dame un sándwich de tocino.

— Enseguida – dijo Sakuno, tomando el tocino.

Justo cuando Ryoma estaba dando el primer bocado, apareció una mano encima de su hombro.

— ¿Ya holgazaneando? – dijo Atobe.

— Nuuoo – protestó el ambarino, con la boca llena de tocino.

— Son las ocho y cuatro minutos. Debías estar aquí a las ocho – dijo Atobe mirando el reloj.

— Y estuve – respondió el peliverde – Iba para allá.

Atobe hecho un vistazo al sándwich que tenía Ryoma en la mano.

— Sí, ya lo veo.

Sakuno lo miró con lastima, como si la culpa fuera de ella. Luego fue a poner pan en una tostadora.

— Bien – dijo Atobe – Primera tarea. Algunos de los actores son fanáticos de la vida sana y no comerían nada de esto – señalo la comida que había en la mesa – Solo comen alimentos orgánicos. Entonces, Ryoma, supongo que si tendrán cosas orgánicas aquí ¿verdad?

— Si, creo que si.

Si, por supuesto quería decir Ryoma. Conseguir alimentos orgánicos no seria un problema. El papá de Becca tiene un almacén y vende de todo; algunos productos se los vende el papá de Ann, de su huerta

— “Creo que si”, no sirve – replicó Atobe – Debes estar seguro. Necesitamos comida que no haya sido rociada con productos químicos y que no contenga aditivos. Tomoka, por ejemplo, no comerá otra cosa cuando llegue. Y sólo come pan sin trigo. – seguía diciendo Atobe – Bien, aquí tienes las lista. Supongo que tendrás que ir hasta el centro – prosiguió, con una sonrisa burlona – De modo que te daré hasta la hora del almuerzo.

— Pan comido – pensó Ryoma.

Solo tardaría diez minutos en llegar al almacén del padre de Becca, y otros diez en regresar. Pero no hiba a dejar que Atobe se enterara. Obviamente pensaba que le había encomendado una tarea horrible que le llevaría horas realizarla. Pero Ryoma consideró mejor no desengañarlo.

Mientras se dirigía a si bicicleta, se dio cuenta de que no le había dado la lista, de modo que volvió y fue a buscarlo a la oficina de producción. Atobe estaba allí con dos chicas que trabajaban en limpieza…

— Olvidaste esto, ¿No? – sonrió con aire burlón.

— En realidad, tú olvidaste dármela – replicó – Y necesito dinero para pagar todo esto.

Atobe contó algunos billetes y se los entregó…

— Muchísimas gracias, señor.

Una de las chicas rió y Atobe quedó perplejo un momento, como si no estuviera del todo seguro de lo que estaba pasando…

— Idiota – pensó el ambarino mientras se iba.

Atobe tubo yendo y viniendo a Ryoma de la ciudad una y otra vez, todo el día. Diciendo que un actor quería agua mineral, pero solo de marca. Al rato Atobe le dijo que un actor quería café descafeinado y al regresar con el café, le dijo que otro quería té verde. Y Ryoma se empezó a darse cuenta de que Atobe se estaba burlando del él. Porque podría haberse organizado una lista de compras ms larga, para que pudiera conseguir todo en un solo viaje. Pero eso no habría sido divertido para él.

Al cabo de unas dos horas de idas y vueltas, ya solo faltaba media hora para que Ryoma terminara su día de trabajo.

— ¿Qué quieres que haga ahora? Preguntó el peliverde.

Atobe sonrió.

— Tomoka llegará el fin de semana. Su camerino necesita un poco de limpieza – dijo – Por aquí – señalando un remolque grande que estaba a la izquierda del estacionamiento.

Cuando empezaron a caminar hacia el remolque, Ryoma hizo un saludo militar a sus espaldas y empezó a marchar tras de él como si fuera un oficial del ejército y él un soldado.

— Ella tiene sus instalaciones privadas – explicó Atobe, mientras subían a una enorme casa rodante.

Por dentro era fabulosa, como una de esas habitaciones que se ven por la televisión en los programas de decoración: simple, de buen gusto, todo en colores suaves y muebles minimalistas.

— A mí me parece que esta todo limpio.

— Así se ve, pero a la gente de limpieza les faltó limpiar esta parte – abrió una puerta sobre la derecha del remolque.

— Huele como si aquí hubiera estado un cerdo – dijo el peliverde tapándose la nariz con la mano.

El hedor del cuarto de baño era un asco. Era impensable que una chica como Tomoka lo usara. Probablemente demandaría a la producción.

— Lo dejaron cerrado y obviamente no lo limpiaron desde la ultima vez que se usó – explicó Atobe – Hay que airearlo, fregarlo, desinfectarlo… Quiero que huela a rosas cuando termines.

Dicho todo eso se fue. Ryoma echó otro vistazo al cuarto maloliente. Supuestamente debía terminar a las seis, pero esa tarea le llevaría horas.

Luego se dirigió al remolque de limpieza y se encontró con Momo, que se preparaba para irse a casa.

— Si tengo que lavar un auto más, creo que quedaré sin manos – dijo Momo, mostrando todas sus manos arrugadas.

— ¿Un día duro? – preguntó Ryoma.

— Sí… Bueno, en realidad no. Estuvo bien. Aquí hay gente agradable y nos hemos divertido. Es solo que lavar autos se vuelve aburrido después de los primeros. Pero lo compensé al conocer a algunas de las chicas que maquillan. ¿Ya las viste?

Ryoma meneó la cabeza…
— Unas bellezas. Como las chicas que venden maquillaje en las grandes tiendas. Una de ellas, siempre me pregunta si descansé, si tomé algo y cosas así. Creo que quiere llevarme a su casa para protegerme.

— Que no te atrape Ann.

— Lo sé – respondió Momo – Me ha estado vigilando como un halcón. Pero no te preocupes, solo es un poco de diversión. Y ¿cómo fue tu día?

Y así Ryoma le contó todo a Momo sobre los viajes a la ciudad y sobre la última tarea que le había dejado Atobe.

— Que mal. Vamos, te ayudaré a llevar algunas cosas.

Juntaron algunos productos de limpieza del armario y luego, con guantes de goma y cubo en mano, se dirigieron a la casa rodante de Tomoka.

— Uau, qué olor – dijo Momo con una mueca - ¿Quiénes estuvieron aquí? ¿Un montón de fanáticos del fútbol que comieron huevos al curry?

— Parece que si. Bueno, gracias por ayudarme a traer las cosas. Supongo que ya te vas.

— Si, ya terminó mi turno – dijo Momo echando un vistazo al cuarto – Esto te llevará horas.

— Ya lo creo. Será mejor que empiece…

Momo suspiró.

— Diablos, no puedo dejarte con todo esto. Te daré una mano. El trabajo compartido es más venidero.

— Te debo una. Gracias.

Y así terminó el primer día de trabajo de Ryoma, limpiando en cuatro patas y en un baño muy sucio…

----------CONTINUARA---------- ​