One-shot ¡len para presidente!

¡Len para Presidente!
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Sentía mi cuerpo sudar mientras veía a los demás pasar, los nervios no bajaban mientras apretaba con cierta fuerza las hojas de mi discurso, al igual que Gakupo, yo no quería estar ahí, pero en mi mente formulaba un plan para no ser electo presidente de clase, sólo que debía ser sumamente cuidadoso para ejecutarlo.


El primero en pasar fue Gakupo que dio un discurso bastante formal, habla de no querer ser electo pero realmente se gana los meritos de que todos quieran votar por él, e inclusive vi a algunas chicas sonrojarse.


Posteriormente fue Luki-san, él cual no dio un gran discurso pero fue lo suficientemente satisfactorio para que algunos alumnos aplaudieran, se le notaba de lejos aquellos nervios, supongo que a la vez seguía preocupado por el asunto con Mikuo.


Hablando de Mikuo, él dio su discurso después de ellos dos, bueno… fue… no sé qué tan correcto sea hablar de hacer una escuela con “juegos de azar y mujerzuelas”, a decir verdad me dio pena ajena de sólo escucharlo y no pude evitar preocuparme cuando vi a una profesora sacarlo de la oreja.


Finalmente, pero no menos importante, Defoko-san se paró frente a todos y sin decir más de una oración le guiñó el ojo a la audiencia y finalizó, era el discurso más corto de la historia y a la vez muy amigable, no pude evitar sonreír para posteriormente levantarme.


Di unos ligeros pasos para pisar mi agujeta desatada y tropezar, las hojas se regaron en el suelo y mi rostro quedó marcado con la madera del piso, me reí levemente y con nerviosismo empecé a recoger mis hojas para posteriormente atarme la agujeta. Algunas carcajadas se soltaron pero nuevamente todos guardaban silencio, di un ligero trago de saliva y empecé a caminar al estrado, donde nuevamente se cayeron las hojas.


— Lo siento… —dije con una sonrisa tímida para volver a levantar las hojas— emm… veamos —escuché algunas carcajadas mientras entre el revoltijo que ahora se hallaba en mis manos, buscaba la primera hoja— yo… —tosí un poco.


Levemente el sonrojo inundo mis mejillas, para lagrimear un poco y al tratar de leer tirara el micrófono el cual no sólo hizo un ruido estruendoso, sino que del susto di un paso hacia atrás y caí de pompas al suelo con todas las hojas encima.


— Cuanta torpeza —comentó un profesor mientras está vez los alumnos ya no guardaban la compostura y reían libremente.


— Lo siento… —volví a sonreír y me levanté para empezar a leer— m-mi… mi… ¡Nombre! —dije fuertemente, sin sentido, mi rostro completamente rojo— ¡Es Kagamine Len! —grité.


— Joven —hablo un profesor— puede bajar la voz, con el micrófono se le escucha perfectamente.


— ¿Eh? Si… —suspiré para tratar de seguir hablando— emm… música, escuela, presidente… Gakupo, Luki-san… Mikuo —empecé a tartamudear mientras mi cuerpo temblaba y no podía parar de decir palabras al azar, sin ser capaz de leer lo que realmente tenía escrito.


— ¿En serio lo nominaron? —comentó por ahí un chico— es realmente un niño.


— Y-yo… esforzarme para —mi boca se torció para soltar un suspiro enorme y tomar aire una vez más— ¡Yo soy Kagamine Len! Y he sido nominado para la presidencia, no soy el mejor alumno, ni el más apuesto, ni el más valiente y mucho menos el más maduro —todos guardaron silencio— p-pero… —mis ojos lagrimearon con un rostro totalmente sonrojado— ¡Daré lo mejor de mí! Para que ustedes y yo, como alumnos podamos salir adelante en esta nuestra institución. Sea estudiando, trabajando, divirtiéndonos, sea como sea el medio, yo… ¡Daré lo mejor para que eso sea posible! —sin decir más hice una inclinación un tanto exagerada— ¡Por favor confíen en mí!


Di unos ligeros pasos lejos del estrado, para nuevamente tropezar conmigo mismo y caer azotando contra las sillas, me dolía un montón el cuerpo al mostrar tanta timidez y torpeza, pero sonreía al saber que mi plan podría funcionar.