One-shot de Pokémon - ¡Frío hielo, ardiente llama!

Miedo, auténtico terror. Miles de personas nos observan. Intento concentrarme, miro a mi Pokémon. Noir, mi Weavile, parece muy seguro de sí mismo. La brisa hace ondear una pequeña pluma irisada tras su oreja, que una vez perteneció a un viejo amigo nuestro. Observo a mi contrincante, Sapphire, y su Pokémon, un gran Charizard. Aunque no quisiera mostrarlo, sabía que Noir tenía algo de miedo. Aunque claro, ¿quién no tendría miedo en su lugar? Un Pokémon acostumbrado a bajas temperaturas teniendo que luchar contra aquel enorme dragón que arrojaba grandes llamaradas, logrando que el público lo aclamara. Noir me miró sonriendo para darme seguridad. En ese momento, el árbitro dio comienzo al combate.

Antes siquiera de que pudiera pensar en qué ataque lanzar contra el gran dragón, Sapphire ya había ordenado a su Pokémon el primer ataque, y una asombrosa llamarada se dirigía hacia Noir. Le dije que lo esquivara, mas fue rozado en un costado por el fuego, provocando que cayera a un lado. Noir se posicionó con torpeza de nuevo en pie, y le ordené usar bola sombra. Noir concentró energía oscura en sus zarpas y arrojó con fuerza su ataque hacia el Charizard, el cual pareció incluso "acudir" al ataque. Charizard golpeó con su cabeza la oscura esfera y ésta se deshizo por completo. Noir retrocedió un poco ante aquel acto, pero enseguida retornó su expresión serena de siempre y se preparó para el siguiente ataque.

Noir se lanzó contra Charizard, con intención de usar garra metal contra él, mas el enorme dragón alzó sus alas y saltó al cielo, esquivando así el ataque del pequeño Weavile. Observé como Charizard planeaba unos segundos en el aire, tras lo cual se lanzó en picado contra Noir. Noir no logró esquivar el ataque y fue golpeado con fuerza y arrojado unos metros. La pluma irisada de Noir cayó al suelo. El pequeño Weavile se alzó a duras penas, escupiendo un poco de sangre, y miró con fiereza a Charizard. Observé también al gran dragón anaranjado y a su entrenadora, que sonreía con seguridad. Si no queríamos ser derrotados debíamos poner en práctica alguna táctica...

Lo sabía, sabía que Noir y yo pensábamos lo mismo. Por cómo giró su rostro hacia mi con una media sonrisa en su rostro y el pequeño asentimiento con la cabeza que hizo antes de girar de nuevo la cabeza hacia Charizard. Bien, era ahora cuando el verdadero combate daba comienzo.

Un viento frío empezó a soplar en el estadio. Comenzó a nevar fuertemente y el viento se movió cada vez a mayor velocidad, dando lugar a una fuerte ventisca. Charizard no parecía muy afectado por ella, pero esa no era mi idea. Porque nadie en todo el estadio podía ver más de un metro ante sí.

Tampoco yo veía demasiado, pero sabía lo que estaba sucediendo. Noir había usado doble equipo y se había ocultado en la ventisca. Se movía con absoluta libertad entre el fuerte y frío viento y despistaba con sus dobles a Charizard. De vez en cuando se oía un fuerte rugido, y yo sabía que Noir había golpeado a Charizard con garra metal. Podía entre el viento escuchar la voz de Sapphire, que intentaba sin mucho éxito dar órdenes a su Pokémon.

La ventisca amainó, y Noir se situó desafiante frente a Charizard. Los dos Pokémon estaban exhaustos. Ordené a Noir usar bola sombra, al mismo tiempo que Shappire ordenaba a Charizard usar lanzallamas. Los dos ataques colisionaron, provocando una gran nube de humo y fuego. Charizard surgió de ella y alzó el vuelo llevándose a Noir con él. Parecía con intención de soltarlo y dejarlo así caer al suelo. Claro que nosotros no pensábamos permitírselo, y aún nos quedaba un as en la manga.

Noir se tensó y su mirada adquirió un brillo de locura. Charizard lo miraba extrañado, mas no cesaba su ascenso. Cuando Noir gritó y surgió de su interior una gran y poderosa onda de oscuridad, Charizard no pudo hacer más que recibir el ataque de lleno. Pulso umbrío era un ataque bastante poderoso, y la cercanía de Charizard aumentó el daño. Pero todo tiene alguna pega, y en esta ocasión era que Noir caía junto a Charizard desde unos veinte metros de altura.

Noir cayó al suelo, y Charizard un poco más lejos. Ninguno de los Pokémon se movía, y el publico pareció contener la respiración. Un poco más lejos, una pluma irisada era mecida levemente por el viento. De repente uno de los Pokémon se alzó. Era Charizard, aunque a duras penas lograba moverse. Miré a Noir, lo llamé con fuerza. Lágrimas amenazaban con salir de mis ojos cuando el público comenzó a gritar entusiasmado y el árbitro se dispuso a dar por finalizado el combate. Pero entonces Noir alzó la zarpa derecha y se tumbó mirando hacia el cielo. Reí levemente, eso era lo que siempre hacía cuando quería descansar de un entrenamiento. Charizard lo miró con extrañeza y luego se preparó para continuar el combate. Noir me miró y pude percibir un matiz azulado en sus ojos, casi como el mar... Y recordé que, poco antes de llegar hasta aquí, había enseñado a Noir un ataque por si luchaba contra algún Pokémon de tipo fuego. Bien, no estaría mal probarlo, ¿cierto?

El suelo se humedeció, se escuchó en todo el estadio un sonido que aumentaba por momentos. Comenzó a alzarse una gran masa de agua en forma de ola tras Noir, ante la mirada atónita de Sapphire y su Pokémon. La ola se cernió sobre Charizard y el estadio se llenó de agua, arrastrándome también a mí unos metros. Al retirarse el agua, Charizard estaba completamente debilitado. Noir se acercó a un pequeño objeto, una pluma, que se mecía en el agua restante. Se la colocó tras la oreja. Cuando el árbitro dio por finalizado el combate el pequeño Weavile se desplomó en el suelo, agotado.