Long-fic de Pokémon - PMDverse: Dance of Gods

Tema en 'Fanfics de Pokémon' iniciado por jonan, 14 Septiembre 2018.

  1.  
    jonan

    jonan Jonan1996

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    Título:
    PMDverse: Dance of Gods
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    2324
    Bueno, después de un par de años he vuelto con una historia nueva, un pequeño proyecto de desahogo. Mi anterior Fanfic quedó inconcluso en gran parte por lo ambicioso del proyecto y al final se quedó en un tercio de lo que era.
    Con esta nueva idea me meto en un nuevo mundo, el de Mundo Misterioso, y tras aprender la lección con mi anterior Fanfic no tengo pensado alargar este trabajo más de veinte o veinticinco capítulos. Tengo pensado subir un capítulo todos los viernes. Espero que sea de vuestro gusto y que tenga un buen recibimiento.



    1º Capítulo: “La línea”

    El joven Kecleon desde muy joven soñó con salir de Villa Camuflaje para llegar a ser uno de los famosos Equipos de Rescate. Desde que nació escuchó hablar del Equipo A.C.T. y aquella nublada mañana un Wingull tiró el periódico en el que avisaba de que el equipo estaba a punto de captar el Rango Lucario.

    La aldea, compuesta por pequeñas casas viejas rodeadas de gigantes pilares de piedra grisácea, estaba totalmente dedicada a las secretas artes ninjas. La Villa Camuflaje era el lugar de origen de los mercenarios más poderosos de la región y muchos acababan en las filas del ejército del gran Reino del Viento, dirigido por el temible Trio de las Nubes.

    En la Villa había cuatro maestros y aquellos que lograban vencerlos pasaban automáticamente a ser parte del grupo mercenario de la localidad o eran enviados a la capital. Estos cuatro maestros eran Zoroark el invisible, Castform de la niebla, Ariados infalible y el huracán Shiftry. Aquel día Kecleon se dirigió a donde los cuatro para despedirse. Ver el periódico y tomó una decisión.

    – Grandes Maestros. – Comenzó el Pokémon arrodillado ante los cuatro, los cuales estaban sentados en cuatro tronos de madera. – No es nueva la idea, más de una vez lo he expresado a los cuatro vientos, pero hoy he tomado la decisión. Mañana al amanecer comenzará mi nueva aventura lejos de Villa Camuflaje.
    Los cuatro se miraron mutuamente y solo con la mirada se entendieron. No había pegas.
    – Joven Kecleon. – El Shiftry se levantó de su lugar. – Lamentaremos tu marcha. Tienes unas grandes habilidades para el camuflaje y en un futuro posiblemente podrías haber llegado a alcanzar el nivel de Zoroark. Pero a fin de cuentas tu voluntad no es ser un maestro ninja. Sea cual sea tu meta, te deseamos toda la suerte del mundo.

    – Muchas gracias maestros. Estaré eternamente agradecido a vosotros.

    – Despídete de tus compañeros. Mañana a la mañana Pidgeot te sacará de la Villa. Cualquier cosa que te sea necesaria pídela sin problemas.

    – Espera. – Dijo Zoroark antes de que le joven se retirara. – Tengo un regalo para ti.

    – ¿Un regalo?

    – Toma. – El Pokémon de un salto se colocó en frente y le dio un pañuelo. – Es un Pañuelo Seda. Ayudará a que los ataques tipo Normal se potencien.

    – Gracias.

    De esa forma Kecleon partió de la Villa Camuflaje tras despedirse de sus compañeros Nincada, Tangela y Bellsprout. Pidgeot comenzó a volar y rápidamente lo llevó fuera de la oculta grieta en el suelo donde estaba oculta la aldea. Este boquete en el suelo estaba rodeado por un frondoso y oscuro bosque.

    – Puedes dejarme en el bosque. – Dijo Kecleon.

    – Este bosque está lleno de peligros. Será mejor que por lo menos atravesemos el bosque. – Le respondió el Pokémon volador. – Este bosque ayuda a que la Villa Camuflaje siga en paradero desconocido. Además, tardarías tres días en salir del bosque, suponiendo que salgas vivo.

    El camaleónico Pokémon observó bien el bosque de enormes robles que se perdían en el horizonte. Miró abajo y pudo ver que en el bosque se hallaban enormes sombras, muchas de ellas peleando.

    – La mayoría de los Pokémon que ves son familias peleando. Una vez me atacó una pareja de Scolipede desde tierra, caí y casi no lo cuento. Menos mal que Shiftry me salvó. Aunque dicen que el verdadero enemigo es el Hydreigon de Lerna.

    – ¿Lerna?

    – Existe una región pantanosa al este que antiguamente debía ser un hermoso estanque. Pero desde que llegó aquel Hydreigon ese pantano debe haberse convertido en un auténtico infierno. Una vez Zoroark se debió enfrentar a él, pero salió muy malherido.

    – Debe ser toda una bestia…

    – Lo es.

    El rápido vuelo se alargó una hora más atravesando el bosque. La pareja habló sin parar a sabiendas de que no iban a volver a verse. Pidgeot fue uno de los primeros amigos que hizo en la villa y prácticamente él lo había criado y entrenado.

    – Oye Kecleon.

    – Dime.

    – Durante estos años… ¿has sabido algo de tus padres?

    – No. – Respondió en un tono más serio. – Zoroark me dijo que dos Kecleon me dejaron en la Villa al no poder cuidar de mí, pero que de querer conocerlos él me diría dónde encontrarlos.

    – ¿Y quieres saberlo?

    – No le he dicho nada al maestro porque no creo querer hacerlo.

    – Entiendo. Estamos llegando al destino.

    Pidgeot aterrizó en un pequeño campo de trigo, momento en el que el compañero se bajó y se puso frente a él. Sin decir una sola palabra se abrazaron fuertemente. Pidgeot, emocionado, no pudo evitar derramar una lágrima.

    – Te echaré de menos. – Dijo Pidgeot.

    – Muchas gracias por todo. Ojala el destino vuelva a juntarnos.

    – Ojalá. – Sonrió. – Tengo una última cosa para ti. – Sacó un sobre la bolsa que llevaba bajo el cuello. – Si algún día quieres saber quiénes son tus padres solamente tienes que abrir el sobre. Zoroark me dijo que en el futuro seguro que querrías saberlo.

    – ¿Por qué?

    – Me dijo que preguntarías eso. Me respondió que los Kecleon de este mundo no son de color morado.

    – ¿Cómo?

    – Nunca has visto a otro como tú, normal que no me entiendas. Tú solo guarda la carta en tu mochila. Kecleon, tu viaje comienza aquí. Buena suerte.

    – Gracias buen amigo. Espero que pronto venzas a los dos maestros que te faltan para poder ser un importante mercenario.

    – Hasta la próxima.

    Y con otro abrazo comenzó el viaje a través de un camino al lado de un campo de amarillo trigo. Su objetivo era la Plaza Pokémon, lugar de origen de los Equipos de Rescate. Caminó durante toda la tarde sin parar lleno de vitalidad.

    En el camino se encontró con una familia de Shroomish y Breloom granjeros que lo saludaron educadamente. Preguntó por la dirección y le dijeron que en cuestión de un mes llegaría al destino. Poco después se encontró con un extraño Xatu apoyado en un poste que tenía la mirada perdida y solamente repetía Xatu una y otra vez. No fue la última vez que vio al Pokémon en las siguientes horas, lo que hizo que se sintiera incómodo.

    Cuando el sol desapareció comenzó a preocuparse ya que en todo el día no había visto una aldea. Los carteles indicaban que estaría a punto de llegar, pero él no veía nada. Estuvo pensando en dormir bajo un árbol, pero el Xatu que lo seguía volvió a aparecer. Kecleon se le acercó al Xatu por detrás, ya harto de que le persiguiera. En el último segundo éste giró su cabeza de forma aterradora, haciendo que Kecleon saliera corriendo. Corrió tanto que al fin llegó a una pequeña aldea.

    Cuatro granjas de madera y adobe mirando al centro de una plaza componían la aldea. En el centro de la plaza había una hoguera rodeada por las gentes del lugar. Estos causaban un gran alboroto, pero el susto de Kecleon era tal que ni se dio cuenta. Cuando llego abajo y se chocó contra un Slaking dejó de correr.

    – ¿Estas bien pequeño? – Dijo el enorme Pokémon.

    – Si… sí. – Respondió nervioso mientras se levantaba de un salto. – ¿Qué celebráis?

    – Esos dos de ahí buscan a alguien que sea capaz de sacarlos del círculo. – Vio un Riolu cabalgando a un Cranidos. – Quien gane se llevará 500 Poké.

    Riolu reía sin parar sobre el Cranidos que correteaba de un lado para otro intentando atrapar a un ágil y elegante Roselia. Éste lanzó un Energibola que de un salto Cranidos esquivó. No se esperaba la Hierba Lazo que vino después y se tropezó, casi llegando a salir del círculo dibujado en el suelo.

    – ¡Vamos compañero! – Gritó Riolu.

    – Este es tu fin. – Dijo Roselia con actitud prepotente.

    – No, no. – Respondió Cranidos desde el suelo poco antes de lanzar un fino pero directo Rayo Hielo con el que el Pokémon retrocedió varios metros. Miró al suelo y vio como había cruzado la línea.

    – Y ya van tres victorias. – Dijo Riolu arrogante entre carcajadas. – Para el siguiente subiré la apuesta a mil Poké.

    Un Vigoroth insistía a su padre Slaking que quería participar, pero este se le negaba. Un Flaaffy miraba con ansias a Riolu, pero no se atrevía a dar el paso. Todos murmuraban pero nadie se atrevía.

    – ¡Yo me presento voluntario! – Dijo Kecleon, dando un paso al frente.

    – Que pequeñín más atrevido. – Vaciló Cranidos.

    – Adelante. Que comience la fiesta. – Dijo Riolu.

    Kecleon se colocó en el círculo y comenzó a preparar el puño, un poco atrasado. Cranidos se abalanzó con todas sus fuerzas mientras su cabeza cogía un color azulado.

    – ¡Vamos! – Gritó Riolu.

    El Cabezazo Zen de Cranidos chocó brutalmente contra el Puño Certero de Kecleon, el cual hizo que el primero saliera por los aires contra la hoguera en el centro del círculo. Tanto Riolu como Cranidos se retorcieron de dolor por las quemaduras, mientras que Kecleon los miraba a la espera de un nuevo ataque.

    – Ese cabrón es fuerte… – Dijo Riolu.

    – Gracias. – Respondió Kecleon con absoluta calma.

    – ¡Vamos! – Gritó Cranidos. Kecleon volvió a preparar su puño.

    – ¿Otra vez lo mismo?

    La pareja se iba acercando mientras que el cuerpo de Riolu iba cogiendo un tono rojizo. Kecleon se abalanzó contra el Cranidos para sacarlo con su puño, pero Riolu se interpuso recibiendo todo el golpe. Kecleon salió volando al chocar contra el Contraataque de Riolu. Casi se salió del círculo, pero con varios veloces saltos entrenados en Villa Camuflaje logró evitar la derrota.

    – Eres ágil… – Dijo Riolu.

    – Estáis bien coordinados. – Respondió Kecleon algo dolorido.

    – Acabemos esto. – Dijo Cranidos impaciente.

    El Pokémon prehistórico usó Poder Pasado, lanzando una esfera banca que Kecleon esquivó sin dificultad. Kecleon usó Lengüetazo, estirando su lengua hasta agarrar la pata de Cranidos y tirarlo al suelo. Después, saltó sobre la pareja y los echó afuera con un fuerte Cola Férrea.

    Los espectadores no tardaron en aplaudir al ganador.

    – Bien jugado. – Dijo Riolu algo dolorido mientras los dos se levantaban.

    – Gracias. – Respondió. Los otros dos se dirigían a donde su mochila se hallaba.

    – Toma. Los 1000 Poké. – Lanzó la bolsa.

    – Me vendrán bien para el viaje.

    – ¿Tú también eres un aventurero? – Preguntó Cranidos.

    – No. Me dirijo a la Plaza Pokémon. Quiero crear mi propio Grupo de Rescate.

    – ¿Otro loco admirador del equipo A.C.T.? – Vaciló Riolu.

    – Algo así.

    De una de las cabañas salió una imponente Slaking y llamó a su familia compuesta por su marido, cuatro Vigoroth y siete lentos Slakoth. Se había hecho tarde y la cena se enfriaba.

    – Riolu, Cranidos. ¿Queréis venir a cenar? – Preguntó el padre.

    – Claro.

    – Kecleon. Tú también puedes venir. Necesitarás un lugar dónde descansar esta noche.

    – Muchas gracias señor.


    *****​


    A dos días de distancia un grupo de diez Mightyena descansaba al lado de un riachuelo. Uno de ellos tenía un tamaño algo mayor y su cola era muchísimo más grande. Éste era el macho alfa del grupo.

    – Vosotros cuatro, ir a vigilar la zona. Que nadie se acerque. – Dijo el intimidante Pokémon. – Tú y tú, cerca hay nidos de Fearow. Ir a buscar la cena.

    – Alfa. – El segundo al mando del grupo se le acercó. – Estamos muy cerca del comprador de la Acuamónica. Deberías ir pensando la forma de atacar la Montaña Serpentea.

    – No te preocupes. Mañana nos acercaremos poco antes del amanecer y haremos un rastreo. Echando una partida de póquer en Villa Tortuga un borracho me dijo que la montaña estaba protegida por fuertes Pokémon tipo planta. La montaña debe ser todo un bastión lleno de túneles, pero acercarse no es difícil gracias al bosque que lo rodea.

    – Entonces lo ideal sería encontrar una forma oculta de entrar rápido, robarlo y salir.

    – Así es y creo tener un plan, pero necesito que no vayáis hasta arriba de cocaína.


    *****​


    La familia y los tres invitados cenaron, una extraña cena al combinarse la lentitud de los Slakoth con la vitalidad de los Vigoroth. Tras la cena tanto Riolu como Cranidos salieron afuera para preparar su próximo viaje a solas.

    – La Colina Salvaje está a un día de distancia. Desde ahí podremos llegar a la Montaña Serpentea enseguida. – Dijo Riolu sentado en un tocón de madera.

    – ¿Te fías del plano que te dio ese Metang?

    – No tenemos nada mejor para robar el tesoro.

    – Según tu plan será cosa de entrar y salir. Espero…

    – Iremos viendo sobre la marcha. Primero tenemos que llegar a la Colina Salvaje.

    De repente, Kecleon salió de la cabaña para hablar con la pareja. Los dos se quedaron en silencio mirando cómo se acercaba.

    – ¿Puedo hablar con vosotros? – Dijo el Pokémon.

    – Sí, claro. ¿Qué sucede?

    – ¿Mañana en qué dirección partiréis?

    – Hacia Colina Salvaje.

    – El viejo Slaking me ha dicho que es una ruta bastante complicada. ¿Queréis hacer juntos la travesía?

    – Claro. Eres un buen combatiente, nos serás de ayuda y encima el viaje nos será más ameno. Pero hay una última cosa que deberías saber.

    – Dime.

    – Nuestras aventuras no siempre son del gusto de todos y algunas personas ponen precio a nuestras cabezas. Pero tranquilo, los cazarrecompensas no te harán nada. Solo nos buscan a nosotros.

    – Solo será un día de travesía, no creo que vaya a suceder nada. En la Colina Salvaje nos separaremos.

    – Perfecto.

    Los tres hablaron durante un rato para preparar el viaje sin darse cuenta de que Xatu los vigilaba desde lo alto de la casa con una ligera mueca en su pico.

    – Parece que a este trio le espera un interesante futuro.
     
    Última edición: 15 Septiembre 2018
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    LizzaRade

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    Usualmente cuando me dicen Kecleon y Mundo misterioso automáticamente pienso en las tiendas del juego e.e Pero resulta que es una aventura con un Kecleon de protagonista, no lo negaré, está interesante lo que presentas. Also, el par de Riolu y Cranidos me cayó bien, se siente que son de esos aventureros que quieren sentir algo de emoción, aunque ahora sus cabezas tienen un precio xD

    También el hecho de que con esto hasta se explicaría porque los Kecleon de la tienda te parten la madre cuando les robas un objeto en los mapas, ¡porque están bien entrenados xD! Pensar en eso... me gusta :bulbi:

    Ahora vamos con unas cosillas técnicas:
    Es incorrecto dejar un espacio entre el primer guión y el enunciado del personaje. Asi como un espacio entre el guión y el enunciado del narrador, en este caso, imagina que estás usando un paréntesis, separas la idea del que narra del dialogo del personaje aclarando su acción mientras habla. Y los signos van después de cerrar el enunciado: —Dialogo —narrador—. Dialogo.

    En teoría, el texto que cité quedaría así:

    —Grandes Maestros. —Comenzó el Pokémon arrodillado ante los cuatro, los cuales estaban sentados en cuatro tronos de madera—. No es nueva la idea, más de una vez lo he expresado a los cuatro vientos, pero hoy he tomado la decisión. Mañana al amanecer comenzará mi nueva aventura lejos de Villa Camuflaje.
    Error de dedo, pero son cosillas que se corrigen con el tiempo :) ahí debería ser "Una vez Zoroark se debió enfrentar a él, pero salió muy malherido."

    Eso, está interesante lo que presentas, no me molestaría seguir leyendo esta historia, porque le veo potencial.

    Chau!!
     
  3.  
    jonan

    jonan Jonan1996

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    Antes de nada, quiero dar las gracias a LizzaRade por su comentario y lo tendré en cuenta de ahora en adelante. Espero que este segundo capítulo sea de vuestro agrado.

    2º Capítulo: “El cañón”


    Amaneció en Pueblo Cuatrocaminos y el trío no se hizo esperar para partir. Había un día entero hasta la Colina Salvaje y el camino era muy peligroso. Slaking los advirtió del peligro por ser un cañón rocoso en el que las emboscadas eran habituales a manos de los Durant y Trapinch. Les aconsejó atravesarlo por el riachuelo que cruzaba la ruta.

    –Al anochecer llegaréis a una enorme edificio con forma de Oddish. Decirle a la vieja curandera que vais de mi parte.

    –Gracias. – Respondió Kecleon.

    –Señora Slaking. La cena estaba riquísima. No puedo esperar a comer estos bollos hechos por ti.

    –No hay de qué. – Dijo encantada. – No solemos tener unos visitantes tan amables por aquí.

    Tras una cálida despedida por parte de la familia partieron hacia la Colina Salvaje. Riolu, imposible de estar callado, contó todas sus aventuras y desventuras en cuestión de tres horas y en ese momento incluso dio tema de conversación. Para cuando se quisieron dar cuenta, tras cruzar un breve túnel, ya se encontraban en el cañón del que se les había advertido.

    –Este silencio me pone tenso. – Comentó Cranidos.

    –Estad atentos. Los Trapinch pueden atacarnos por sorpresa bajo nuestros pies.

    –Deberíamos buscar una forma de bajar al riachuelo como nos dijo Slaking.

    Los tres se acercaron al acantilado para buscar una manera de descender, pero para su sorpresa el riachuelo estaba seco. Además bajar era imposible por aquella caída de treinta metros.

    –Parece que la cosa se complica. – Dijo Kecleon.

    –Subiros sobre mí. – Dijo Cranidos. – Tengo un mal presentimiento.

    –Esto me recuerda a cuando fuimos atacados por ese grupo de Cacturne asesinos. – Continuó Riolu imposible de callarse.

    –Cállate. – Ordenó su amigo. – Van a escucharnos y caeríamos rápido en una emboscada.

    –Oye... qué es eso. – Preguntó Kecleon al ver un extraño pico rocoso lleno de agujeros al otro lado del cañón.

    –Parece que es un hormiguero. Será mejor que avancemos sin que nos vean.

    Continuaron por el camino sobre Cranidos a paso ligero. De vez en cuando se encontraban algún boquete que conducía al laberinto creado por los Trapinch y Durant. El camino se fue estrechando y los agujeros aumentaban. De vez en cuando algún Vibrava los sobrevolaba pero sin más percances.

    –El sonido de esos Vibrava es bastante molesto. – Opinó el Riolu mirando a uno que comía los restos de un Trapinch.

    –Pues eso de ahí creo que te va a molestar más. – Respondió el camaleón que veía como una tormenta de arena se les acercaba por detrás.

    –¡Agarraos! – Gritó Cranidos y acto seguido salió a todo correr intentando escapar de la tormenta.

    –Necesitamos un refugio. – Dijo Riolu.

    –El único refugio es la casa de unos habitantes poco amistosos. – Respondió Kecleon nervioso. – Pero tengo otra idea.

    –¿El qué?

    –El maestro Castform me enseñó Danza Lluvia.

    Kecleon creó en su mano una esfera azulada que lanzó al cielo. La esfera empezó a crear oscuras nubes que fueron cerrando el cielo del cañón junto con una leve lluvia que comenzó a pelear con la tormenta de arena.


    *****​


    –¡Alpha! ¡Tenemos que retirarnos! – Decía el segundo al mando que observaba como los otros siete lanzaban sus potentes ataques a una pared metálica en medio de un largo pasillo circular de paredes de madera.

    –Nos falta poco para llegar a la Acuamónica. – Decía un líder sudoroso y nervioso. – ¡Aguantad!

    –Hemos perdido ya a uno. En cuanto nos encuentren estamos jodidos.

    –Dejadme.

    El Pokémon se abalanzó con su fuerte mandíbula y con un Triturar agarró la cerradura. Agitó fuertemente su cabeza y tras unos segundos escupió el metal arrancado. La puerta se abrió de par en par.

    –Oh... mierda... – Dijo el segundo al ver a Mudsdale, conocido como el Dios del Vino, protegiendo la Acuamónica junto con su séquito, un Arbok y un Pyroar hembra.

    –¿Pensabais que ibais a metérsela doblada a Serperior? Habéis caído en su trampa y ahora moriréis entre terribles sufrimientos.

    Mudsdale pegó un gran salto y se colocó sobre uno de los Mightyena. Intentó esquivarlo, pero el otro era demasiado rápido y su cabeza quedó incrustada en el suelo con el potente Pisotón. Otro Mightyena intentó atacarlo por la espalda pero usó Fuerza Equina y con una potente coz lo lanzó contra la pared, así debilitándolo.

    –¡Retiraros! – Dijo Alpha mientras daba un paso al frente.

    –Lo siento. Pero ninguno saldrá vivo de aquí. Terremoto. – Dio un pequeño golpe al suelo con el que todo el túnel tembló. El equipo del Alpha se vio realmente acabado.


    *****​


    –Nos hemos librado de la Tormenta de Arena, pero no del peligro. – Dijo Riolu al ver un Flygon y dos Vibrava frente a ellos.

    –Siento deciros que habéis entrado en nuestro territorio. En una situación normal os echaríamos y se acabó, pero tenemos que alimentar a nuestros pequeños.

    –Siento decirte que no van a ser vuestro alimento. – Dijo una voz tras el trio. Miraron y vieron un Durant de color más rojizo liderando a una veintena.

    –Marchaos si no queréis salir heridos. – Respondió Flygon iniciando en su mano un Puño Fuego.

    –¿Se os ocurre alguna forma de escapar? – Susurró Riolu.

    –¡Marchaos vosotros del cañón! Este es nuestro hogar. – Respondió el Durant. – Compañeros, atacad.

    Los Pokémon de acero atacaron con Eco Metálico atrapando en las insoportables ondas a los dos tríos. Riolu, Cranidos y Kecleon se retorcieron doloridos y apenas sin poder moverse. Kecleon comenzó a recordar sus viejas lecciones en la Villa Camuflaje.


    *****​


    –Veo que has aprendido Poder Pasado. – Dijo Zoroark a Kecleon frente a una cascada de agua cristalina a la que los Pokémon le lanzaban ataques. –¿Puedes repetírmelo?

    –Claro maestro Zoroark. –Rápidamente preparó una gran esfera de color blanco entre sus manos y la lanzó contra la cascada y deteniendo el curso del agua unas pocas milésimas de segundos.

    –Bien, bien... Ven conmigo. –Zoroark comenzó a caminar hacia su caseta, la cual estaba en lo alto de la cascada. El hogar del Pokémon era una humilde casa de madera y adobe a la cual se llegaba por una escalera de piedras que ascendía junto con la caída del agua.

    –Jamás había estado en su casa maestro.

    –Es porque los aprendices solamente podéis entrar para aprender una fácil pero muy útil lección.

    El Pokémon Siniestro se acercó a un gran arcón de madera y la abrió. Hizo un gesto a Kecleon para que se acercara. Éste se acercó y vio que estaba lleno de unos artefactos en forma de disco.

    –Estas son las MTs. Con estos instrumentos podrás aprender algunos nuevos movimientos. Es así como podrás ir perfeccionando las cuatro artes que enseñamos los maestros. –Cogió uno de los discos de color marrón. –Esta es la MT Avalancha. Al igual que Poder Pasado es un movimiento tipo roca, pero más potente.

    –¿Puedo aprender todos los movimientos que quiera?

    –Es más complicado, algunos movimientos no se ajustan a determinados Pokémon. En tu caso creo que existe un set de movimientos muy bueno para habilidades ninja.


    *****​


    –Voy a atacar a Flygon. Encargaros de los Vibrava y salimos a toda ostia.

    Kecleon acto seguido lanzó un Rayo Hielo al Flygon que, desprevenido por el Eco Metálico, no pudo esquivar el ataque. El doloroso golpe hizo que cayera al suelo, además de congelar una de sus alas. Seguido Riolu y Cranidos se separaron. El primero usó Palmeo, golpeándolo con su brillante mano y lo lanzó barranco abajo. El segundo usó Cabezazo Zen y lo estampó contra una pared. Los Durant, sorprendidos, dejaron de atacar. Riolu y Kecleon se volvieron a montar en Cranidos y partieron a toda velocidad hacia el final del cañón.

    –Dejadlos marchar. Tenemos a Flygon. –Dijo Durant mientras se acercaba al malherido Pokémon.

    –¿Qué van a hacer con él? –Preguntó Kecleon mientras miraba atrás.

    –Seguramente se lo coman. A él y a sus dos secuaces. –Respondió Riolu, por primera vez en un tono serio. Mientras, el camaleón miraba como los Durant se abalanzaban contra sus presas. –No es nuestra guerra. No podemos hacer nada.

    En cuestión de dos horas lograron salir sanos y salvos al final del cañón. En el lugar donde este se ensanchaba el cañón y los hierbajos comenzaban a predominar se encontraron con una gran presa, motivo por el que el agua no circulaba por el riachuelo.

    –Es una presa enorme. –Exclamó Kecleon al ver el gran muro de rocas y madera.

    –Estamos cerca. –Comentó Cranidos.

    –¿Cómo lo sabes? ¿No se suponía que jamás habíais atravesado estas tierras?

    –Nos dirigimos a la Montaña Serpentea, lugar donde vive Serperior, el Dios de la Agricultura. Su poder sobre la agricultura en gran medida es gracias a las presas que tiene construidas. Estas son controladas por su séquito de Bibarel y Bidoof.

    –Entiendo. –Kecleon tuvo gran interés por conocer los motivos que la pareja tenían para llegar a esa montaña, pero quedó callado no queriendo entrometerse.

    Finalmente llegaron a la cabaña mencionada por Slaking en la Colina Salvaje. La casa con forma de Oddish era enorme, tanto como un castillo, y la piedra azulada con la que estaba construida encajaba a la perfección con el Pokémon que imitaba. Esta casa estaba situada junto al lago creado por la presa, por lo que lo que un día fue Colina Salvaje ahora era un palacio junto al pantano. Al fondo se apreciaba una empinada montaña con forma de volcán tras un frondoso bosque.

    Llamaron a la puerta y tras unos largos segundos. Los pasos de un gran Pokémon se escucharon, tan grande como la puerta que imitaba la boca de un Oddish. Finalmente esta fue abierta por una Miltank de dos metros de altura y vestida con una blanca túnica que sorprendió al trío.

    –Hola. ¿En qué puedo ayudaros?

    –Buenas tardes. Slaking de Cuatrocaminos nos dijo que podríamos alojarnos en su casa durante esta noche. Hemos cruzado el cañón y ha sido un viaje algo turbulento.

    –¿El cañón? ¿Y seguís vivos? Por supuesto que podéis quedaros. Pasad.

    Entraron en la casa y vieron un gran salón con una gran mesa y una veintena de sillas. Tras ellos había una mesa y un asiento del tamaño de la Miltank. Las paredes, en cambio, estaban cubiertas por grandes armarios llenos de libros, pociones e ungüentos y apenas había huecos que se aprovechaban para las ventanas.

    –Siento el jaleo que hay, pero pronto cenaremos. Tampoco sois los únicos visitantes de hoy, aunque él no ha tenido tanta suerte. – La sala estaba llena de Paras, Parasect, Oddish, Gloom y Bellossom que estaban siendo guiados por un viejo Vileplume que preparaban la cena. –¡Chicos! Tenemos dos invitados más.

    Tras ello Vileplume los acompañó hasta sus aposentos, una pequeña habitación con varias camas de paja.

    –Estas son las camas de los invitados. No metáis mucho ruido que el invitado está descansando. Cualquier cosa que necesitéis no dudéis en pedírmelo.

    –Gracias. –Dijeron los tres al unísono.

    –Vileplume, creo que ya me encuentro mejor. Me gustaría andar un poco. –Dijo una voz desde el interior de la sala.

    –Mightyena, se te pueden abrir las heridas. Túmbate. –El Pokémon finalmente llegó a la puerta, lleno de cicatrices, vendajes algo ensangrentados y le faltaba un ojo.

    –Ah, invitados. Hola. Soy Mightyena, un placer.
     
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    jonan

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    Aventura
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    1953
    3º Capítulo: “La Acuamónica”


    A la mañana siguiente Riolu y Cranidos salieron de la casa alarmados. Aprovechando de Kecleon estaba dormido se plantaron fuera del Oddish gigante y se sentaron junto al pantano.

    –Ese Mightyena... – Comenzó Riolu.

    –Sí. Es el de ese cartel de busca y captura que vimos, el criminal llamado Alpha.

    –Escuché hace tiempo que es uno de los secuaces de Sir Malamar. Es un tipo peligroso.

    –Anoche dijo que perdió a todos sus compañeros tras un ataque. Quizás también fuera tras la Acuamónica. El dios Serperior y sus seguidores pudieron ser los causantes de sus heridas.

    –Oye... –Dijo una voz. Miraron atrás pero no había nadie. –¿Qué es la Acuamónica? – Kecleon dejó de usar su camuflaje.

    –Ah... Estas despierto. –Susurró Cranidos. Después ambos se miraron unos segundos.

    –Vamos a robar la Acuamónica. Uno de los siete tesoros robados en nuestro continente natal. Nos llegó la noticia de que un tal Don Persian había vendido el objeto a el Dios Serperior, el cual vive en la Montaña Serpentea.

    –¿Dios Serperior? ¿Estáis locos?

    –¿Lo conoces?

    –Mi maestro Ariados se enfrentó a él y estuvo a punto de morir. Serperior fue capaz de aguantar los venenos y casi lo mata estrangulándolo.

    –Bueno, no necesitamos encontrarnos con el Dios de la Agricultura para robarlo. –Intervino un algo nervioso Riolu.

    –¿Y quién es ese Alpha?

    –Es un peligroso mercenario contratado por Sir Mala mar. Dicen que su recompensa ronda los 80.000 Poké.

    –¿Dijisteis que vuestras cabezas tenían precio no?

    –Riolu 17 y yo 15.000 Poké. –Se adelantó Cranidos a sabiendas de cuál iba a ser la siguiente pregunta.

    –Es fuerte...

    –Por suerte está muy malherido. –Dijo Riolu. –No será un peligro.

    –¿Alguna pregunta más? –Quiso Finalizar el Pokémon fósil.

    –¿Qué es la Acuamónica? ¿Y cuáles son esos siete tesoros?

    –Bueno, eso es más complicado.


    *****​


    Un año atrás, en las inmediaciones del Mar Insondable el dúo perseguía a la famosa ladrona Robber Princess sobre una vieja barca de madera. Ésta última viajaba a través una peligrosa tormenta, pero Riolu al timón estaba completamente decidido de que iban a atrapar a la ladrona.

    –No llegaremos a tiempo como para atrapar a esa maldita Kirlia.

    –Estamos en los dominios de Kyogre. No te preocupes, con llevarnos su cadáver será suficiente para conseguir los 35.000 Poké.

    –Eso si sobrevivimos a ese remolino. – Dijo Cranidos mientras sentía una gota de sudor frío en su espalda. –Da media vuelta.

    –Es tarde. Estamos ya en la corriente. Además, el contacto nos dijo que la entrada no iba a ser tan fácil.

    –Pero solo nos dijo que tuviéramos cuidado con los Kingdra.

    –Pues ahí nos esperan.

    La pequeña y vieja embarcación fue arrastrada por la gran corriente en espiral que se introducía en el mar. Navegando por estas corrientes se hallaba un centenar de Kingdra que protegían la entrada, Pokémon que vieron la embarcación y no dudaron en acercarse.

    –¿Qué hacéis aquí? –Preguntó uno de ellos.

    –Hemos sido arrastrados por la corriente. –Respondió Cranidos.

    –Nadie se acerca a estos dominios. A no ser de que seas un insensato o un intruso.

    –El insensato es él. –Bromeó señalando a Riolu.

    –Entonces tú eres el intruso. –Kingdra no dudó en atacar a Cranidos con un Hidrobomba.

    Riolu se interpuso y usó Contraataque, haciendo que el movimiento se volviera hacia el atacante. Kingdra recibió el ataque, pero apenas le afectó.

    –Estáis perdidos. –Dijo Kingdra mientras todos los Pokémon acuáticos cargaban sus Hidrobomba.

    –¡Venimos tras una ladrona! ¡Quiere robar la Acuamónica! –Gritó Cranidos segundos antes de recibir el ataque.

    Ambos Pokémon cayeron debilitados junto con la barca que fue destrozada en mil pedazos.

    Algunas horas después Riolu despertó encerrado en una jaula construida con bello coral rosado. Se levantó algo dolorido y vio que su compañero estaba junto a él. Cranidos al ser tipo roca estaba mucho más malherido.

    –Veo que te has despertado... –Dijo una voz. El Pokémon observó más allá de la jaula, pero todo estaba muy oscuro. Apenas podía observar unas paredes de azulado coral y un suelo cubierto por un nivel de agua de un metro. La jaula estaba superando el agua.

    –¿Nos habéis salvado? –Preguntó Riolu a una sombra que se le acercaba. Era Kingdra y venía acompañado de dos Corsola.

    –Tu compañero dijo algo de una ladrona.

    –Así es. Somos aventureros y vamos tras la recompensa de esa ladrona. La última noticia q teníamos de ella decía que se dirigía a por la Acuamónica.

    –¿Cómo una simple ladrona iba a robar algo del palacio del gran Kyogre?

    –No lo sé. Pero hasta ahora ya ha robado tres de los siete tesoros. No deberíais subestimarla.

    –Cuéntame más.

    –Se hace llamar Robber Princes. Es una Kirlia que suele vender sus habilidades para robar objetos así. Es muy inteligente y a menudo aprovecha su atractivo para engañar. Es toda una mujer fatal.

    –Parece que la conoces muy bien.

    –Ya me ha engañado un par de veces... –Dijo Riolu algo avergonzado.

    –Está bien. Cuando os recuperéis os llevaremos fuera del Mar Insondable. Pero no os quiero ver jamás por aquí.

    –Gra... Gracias.

    –Soldados Corsola. Quiero que reforcéis la sala del tesoro.

    –Sí señor. –Ambos acompañantes se retiraron.

    Kingdra se retiró de los calabozos y también se dirigió a la sala del tesoro, lugar donde estaba custodiada la Acuamónica. Esta sala era la más profunda del lugar y estaba frente a la sala de Kyogre, el cual no estaba en sus aposentos.

    Llegar a la sala circular y vio como dos filas circulares de Corsola y algunos Kingdra vigilaban el objeto situado en medio de la sala. Las paredes eran de cristal, solamente separadas por columnas de coral blanco. A través del cristal podía avistar se todo el lecho marino.

    –General Kingdra. ¿Qué es eso? –Dijo otro de los Kindras.

    El Pokémon observó a través del cristal y vio como una enorme sombra se les acercaba, una sombra mucho mayor que el mismo Kyogre.

    –¿Qué hace ese Wailord? –Comentó en voz alta otro de los Kingdra.

    Sobre el Wailord se apreciaba otro Pokémon, pequeño, pero rodeado por un aura rosada.

    –¡Están controlando al Wailord! ¡Todos a cubierto! –Ordeno el General Kingdra.

    El Wailord se estampó contra el cristal, destruyéndolo y dejando entrar una potente corriente de agua que desplazó a los Pokémon de dentro. En medio d la confusión entró Kirlia flotando y hábilmente esquivó los tres ataques que le lanzaron. Cogió la Acuamónica y huyo flotando en sus poderes Psíquicos.

    –¡Tras ella!

    La persecución llegó a flote, fuera del remolino. Los Kingdra atacaron pero fue inútil contra el Protección.

    –Gracias por la Acuamónica. –Dijo Kirlia mientras se reía.

    Después, uso el artefacto, el cual cogió un tono azulado. Mientras soplaba el objeto el cielo se oscureció. Rayos comenzaron a caer del cielo junto con un terrible viento. El oleaje se volvió imposible de navegar y los Kingdra no pudieron perseguir a la ladrona.


    *****​


    –Los siete tesoros eran objetos creados por Pokémon legendarios. En el pasado fueron usados para ayudar a los Pokémon en y tras las batallas contra los Titanes Pokémon. Cuando la paz fue restaurada los objetos volvieron a sus creadores. Ahora esos siete artefactos están en manos desconocidas por culpa de esa Kirlia, siete artefactos capaces de imitar los poderes de los mimos Pokémon legendarios. –Explicó Cranidos.

    –Seguimos la pista de Kirlia y al parecer fue contratado por Don Persian para robar los artefactos. Después fueron vendidos.

    –Y el Dios Serperior es el comprador de la Acuamónica.

    –Así es. –Afirmó Cranidos. –Como Dios de la Agricultura seguramente quiera usarla para controlar las lluvias del continente, además de destruir a sus propios enemigos.

    –Eso es malo... Muy malo.

    –¿Acaso quieres unirte a esta aventura? –Dijo Riolu algo emocionado. –Eres fuerte, podrás ser de gran ayuda.

    –Creo que entiendes los riesgos. Por lo que entendería tu negativa. Pero es cierto que nos puedes ser de gran ayuda. –Dijo Cranidos en un tono más afable de lo normal.

    –Tendría que pensármelo.

    –Antes de decidir por lo menos deberías escuchar nuestro plan y tomar una decisión. Pero tienes hasta el mediodía para decidirlo. Cuando el sol esté en lo más alto partiremos a la Montaña Serpentea.

    –De acuerdo. Os escucho.

    –¡Bien! –Exclamó Riolu emocionado. –Hace unos días obtuvimos este plano...


    *****​


    En el interior del castillo Mightyena se acercó al gran despacho de Miltank. Estaba a punto de empujar la puerta cuando se le abrió de par en par. Allí estaba el Pokémon de gran altura.

    –Deberías estar descansando.

    –Lo sé. Pero necesitaba hablar contigo con urgencia.

    Miltank se lo pensó un momento y dejó pasar al Pokémon. Cerró la puerta y se dirigió a una gran montaña de paja cubierta por una blanca manta para tumbarse.

    –Soy conocedor de tu situación.

    –Y yo d la tuya. Por eso me dirigí moribundo a tu hogar. Sabría que jamás dejarías a nadie morirse en las puertas de tu casa.

    –Lo dices con mucha seguridad. – Miltank cogió una botella de Leche Mu–Mu y se la bebió de trago. –¿Quieres un poco? Me la he ordeñado hace poco, todavía está caliente.

    –No... –Respondió Mightyena. –Gracias.

    –Que te haya salvado la vida no quiere decir que estés a salvo. En cualquier momento podría aplastarte y matarte.

    –Quería preguntarte sobre los planes de Serperior y Mudsdale.

    –¿Mudsdale?

    –Fue él quien nos derrotó.


    *****​


    Mudsdale, el Dios del Vino, usó Terremoto. Los circulares pasillos de la Montaña Serpentea comenzaron a temblar, algunos incluso a derrumbarse.

    –¡Alpha! ¡Huye! Eres el único que puede conseguir la Acuamónica. –Gritó uno de los Mightyena.

    –No pienso dejaros atrás.

    –¡Que te vayas joder! –Gritó otro. –Nosotros te cubriremos.

    –Jefe, lo importante es la misión. Sin la Acuamónica Don Persian logrará su objetivo. ¡Vete! –Grito su compañero más fiel.

    Los Mightyena se pusieron en fila y cubrieron a su líder. Acto seguido atacaron a sus oponentes.

    –Mierda... –Dijo Alpha en voz baja. –¡Compañeros! Ha sido un placer vivir aventuras junto a vosotros.

    El Mightyena salió corriendo por los circulares pasillos. Debía huir y pocos eran más veloces que él. Se encontró algunos Quilladin que derrotó con facilidad. Varios giros en los pasillos y finalmente llegó a una bella sala con grandes ventanas sin cristal alguno. Solamente tenía que saltar y caer en uno de los árboles del frondoso bosque.

    –¿Qué te parece la sala de invitados? ¿No es hermosa? –Mightyena se giró y vio como un gigantesco Serperior entraba por a circular puerta. –Veo que acabas de descubrir por qué los pasillos son circulares. –El Pokémon soltó una breve carcajada.

    –Me marcho. –Dijo nervioso Mightyena poco antes de saltar por la ventana.

    El enorme Serperior abrió la boca y soltó un gran tornado de aire y hojas que atrapó al Pokémon Mordisco y lo lanzó por los aires a varios kilómetros de distancia.


    *****​


    –Serperior y yo nos conocíamos bien. Pero sus ansias de poder fueron la que nos separaron. –Explicó Miltank. –Si ha hecho un trato entendería todo. Las presas, la Acuamónica y el laboratorio de Mudsdale del Gran Desierto. Los mismos Tranpinch del cañón cercano de aquí fueron desplazados por el laboratorio de Mudsdale.

    –¿Ese trío va a por la Acuamónica no?

    –Así es.

    –Debo advertirles.

    –¿Un criminal como tú ayudando?

    –Adiós.

    Mightyena salió corriendo a la salida. Una de las heridas causadas por la caída se le abrió, pero ni eso lo detuvo. Finalmente salió de la casa y vio como el trío hablaba junto al lago.

    –Oye, vosotros. ¿Vais a robar la Acuamónica? –La pregunta alertó a Cranidos y Riolu, los cuales pegaron un salto y se prepararon para combatir. – Tranquilos, no quiero combatir. Solo quería daros cierta información. Podéis creerme o no, pero cuando os halléis ahí quizás sea la única forma que tengáis de salir vivos.
     
    Última edición: 28 Septiembre 2018
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    Plushy

    Plushy PokéWriter Usuario VIP Comentarista destacado

    Acuario
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    Oh my, cómo no le había dado amorsh a esta historia antes :<3:
    Aprovecho a comentar que igual no me puedo volver a pasar hasta que esto vaya en el cap 20

    Hay muchas cosas que me gustan de esta historia y debo destacar:

    Se aleja de la fórmula de los fics de MM que si bien aquí están destacando trabajos diferentes en su momento era cosa de buscar en FF y toparse con puras historias en plan "prota adolescente agnsty muere y es llevado al magico mundo de los pokemon a vivir su aventura... el prota es un eevee/riolo chaini y todos lo aman" o algo así.

    Dentro de eso el prota no es uno que normalmente la gente selecciona

    Ese Kecleon me cae bastante bien: no es el típico prota gritón e impulsivo que siempre la caga, aunque no se ha revelado mucho de su carácter se puede ver que es alguien disciplinado por el entrenamiento que ha recibido, que sabe en qué momento ser powah y que se piensa las cosas. Por otra también me gusta que es muy de moral gris, es como que entiende que este mundo es lugar hostil y cruel y que no puede jugar a ser la madre Teresa para salvar a todos los que se les cruza, está el ejemplo del Flygon, en otra clase de historia hubiese dicho que era muy cruel y que tenían que rescatarlo a cualquier costo.

    El tono de la historia está interesante porque es oscuro pero no es edgy: los pokémon más fuertes que tienen dominio directo sobre los elementos naturales tienen sus feudos, los pokémon se comen entre ellos y aunque hay pokémon amables como la familia de Slaking, en su mayoría cada quién vive por su cuenta y se rasca las garras con lo que tiene.

    Los tesoros por los que van tienen un peso argumental interesante.

    También me gustan Riolu y Cranidos como par (y debilidad por los Riolu/lucario que no son buenazos heróicos)

    Realmente no tengo nada que objetarle a la historia en lo técnico, se agradece que los episodios sean más o menos cortos, que la exposición esté bien medida y no sólo aventar información cuz DEPPESTLORE y que parece que no va ha haber pudor para mostrar cosas crudas. Ya que RamenBlaze y Doc tienen fics de MM se los paso al costo.
     
  6.  
    DoctorSpring

    DoctorSpring Disgregrador

    Tauro
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    Muy buenos días, señor Jonan.

    La verdad es que debo decir que su fic me esta agradando bastante.

    Lo primero es lo primero; me encanta que hayas elegido a un pokémon tan impopular como kecleon y le hayas dado un trasfondo interesante. La mayoría estamos acostumbrados, incluso en los fics más "desconocidos", que los protagonistas sean pokes más o menos conocidos como el afamado riolu, un inicial (se muerde la lengua), una eeveelución (se muerde la lengua de nuevo) o pikachu, así que es bien recibida la novedad en este aspecto.

    Me choca un poco que el kecleon que tiene el sueño de ser rescatista (no explorador, específicamente rescatista) deje morir de manera horrible a alguien sin apenas protestar. Lo hubieras mostrado intentándolo o cualquier cosa para poder creernos el sueño del prota y la supuesta admiración que tiene por un equipo de rescate.


    Siguiendo con los personajes, el dúo cranidos-riolu me parece una dinámica interesante que no recuerdo haber visto en ningún otro fic. Técnicamente es un luchador montando un dinosaurio lo cual me parece genial y algo que da para batallas muy épicas


    También cabe mencionar el mundo que es muy interesante y me gustaría conocer más de él. Una especie de universo donde hay pokémon con más o menos raciocinio que otros, donde tenemos la seguridad de que los dioses existen porqué están en la tierra, además de objetos mágicos que pueden imitar el poder de los legendarios que por culpa de una femme fatale están repartidos por el mundo.

    Estoy ansioso por saber lo que pasará.

    Saludos.

    .

     
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  7.  
    jonan

    jonan Jonan1996

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    PMDverse: Dance of Gods
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    Antes de nada, gracias a Plushy Berry y a Doc por vuestros comentarios, impresiones y consejos, me animáis a seguir con esta historia. Espero estar a la altura de vuestras expectativas y la de todos los lectores y poder sorprenderos semana a semana. Dicho esto, aquí tenéis el capitulo, algo más largo que el resto, pero mucho más dinámico. Disfrutarlo y aprovecho para comentar que es probable que la semana que viene haya doble capítulo.



    4º Capítulo: “Lealtades y deslealtades”


    El sol se hallaba en lo más alto cuando Cranidos y Riolu se dispusieron a partir. Acabaron los últimos preparativos y miraron al edificio a la espera de que Kecleon saliera.

    -¿Crees que ha decidido quedarse? -Preguntó Riolu.

    -Era una opción. Deberíamos partir.

    -Lástima. Me gustaba ese Kecleon de color tan peculiar.

    -Vamos.

    Riolu se montó sobre Cranidos y partieron hacia el bosque a superar antes de llegar a la Montaña Serpentea.


    *****​


    -¿Vas a ir con la pareja de aventureros? -Preguntó Miltank mientras Kecleon hacia sus preparativos.

    -Tengo que preparar unas cosas antes de partir.

    -Pues rápido. Esos dos acaban de partir.

    -Veo que has pedido algunas cosas. Plantas medicinales, venenosas, carbón... ¿Qué estás tramando?

    -Sería un error no llevar nada a un lugar tan peligroso. En Villa Camuflaje me enseñaron algunos artilugios que pueden sernos de ayuda.

    -He oído que quieres fundar tu propio equipo de rescate.

    -Así es.

    -Hace una semana un Togepi fue capturado. Desconozco los motivos de por qué lo capturaron, pero puede ser tu primer rescate.

    -Gracias Miltank. Espero que ayudarnos no te meta en problemas.

    -Tranquilo, ese Serperior no podrá conmigo. -Respondió entre carcajadas.


    *****​


    Anochecía en el bosque y las verdes hojas comenzaron a adquirir tonos más anaranjados. La frondosidad del bosque impidió que fueran descubiertos, pero estos ya estaban cara a cara con la Montaña Serpentea. Aprovechando una salida de agua el dúo entró en la montaña tras abrir una rejilla de acero. A través de aquel alcantarillado natural se adentraron. Giraron varias veces en aquella red de tuberías laberínticas y finalmente llegaron al lugar indicado en el plano obtenido varios días atrás.

    -Estamos bajo la sala de la Acuamónica, confirmada por Mightyena. -Dijo Riolu.

    -Una vez cojamos el artefacto tocará correr mucho, esperemos que ese Mudsdale no nos descubra.

    -Allá vamos.

    Empezaron a excavar de forma ascendente con sus zarpas. La corriente de agua ayudaba a que esa tierra que caía se apartara de en medio facilitando el trabajo. Poco a poco y sin meter mucho ruido en menos de una hora se plantaron bajo la roca circular que sostenía la Acuamónica.

    -Hemos llegado. ¿Cómo lo hacemos? -Preguntó Riolu en voz baja.

    -Abre un poco más el agujero y dejaremos que la piedra se caiga junto con el tesoro. Después la coges y te montas sobre mí.

    -Perfecto.

    -¡Hidrobomba!


    *****​


    -¿Me has llamado? -Dijo Mudsdale algo molesto.

    -Así es. -Respondió Serperior descansando en sus aposentos. -Quería discutir de Proyecto 02Z.

    -¿Qué quieres saber?

    -Una vez lo pongamos en marcha no habrá vuelta atrás. Los futuros sucesos de Odyssey City serán los que desencadenen la tormenta. Sin embargo, el hecho de que Sir Malamar haya intentado robar la Acuamónica me preocupa, mientras que a ti parece darte igual.

    -Ese mafioso de Sir Malamar es solo un mafioso dueño de media docena de barrios con aires de grandeza. No es un problema como podría serlo Don Persian. Te recuerdo que ha vendido seis de los siete tesoros y parece que quiere quedarse con la Herbicorneta.

    -Admito que Don Persian pueda ser un problema. Pero lo que estas ignorando que han atacado a mi palacio a pocos días de comenzar con la operación y ese hecho me hace dudar de tu lealtad.

    -¿Acaso me estas llamado traidor? -Mudsdale dio un paso al frente sin sentir temor alguno.

    -No te pongas así. Un Lluevehojas sería suficiente como para matarte aquí y ahora. Espero que no trames nada con el Proyecto 02Z. Avisado estas. Puedes volver a vigilar la Acuamónica.

    -Hasta luego... -Dijo ofendido mientras se daba media vuelta.

    -Espera. ¿Estás seguro que tu laboratorio del Gran Desierto es seguro?

    -Desde que desterré a esos Flygon y creé esta tormenta de arena que rodea el complejo es imposible entrar o salir salvo con mi permiso.

    -¡Dios Serperior! ¡Intrusos en la sala de la Acuamónica!

    Serperior salió despedido. Mudsdale, en cambio, se quedó al ver que en la ventana lo esperaba uno de sus mensajeros, Hot-Hot.

    -Noticias Dios Mudsdale.


    *****​


    -Hola. Soy Ludicolo, el vigilante del alcantarillado.

    Cranidos y Riolu se hallaban en el centro de la sala. La Acuamónica estaba a un metro de ellos, tirada en el suelo. Tras ellos tenían a Ludicolo y en la salida un Chesnaught, mientras que numerosos Quilladin entraban en la sala y los rodeaban.

    -Estamos jodidos... -Susurró Cranidos.

    -Si Kecleon estuviera aquí seguro que se le ocurría algo.

    -Hemos estado en peores. Kecleon no es el único con el ingenio para salir de éstas.

    -Pues habrá que pensar rápido porque Mudsdale y Serperior estarán en camino.

    -¿Recuerdas cómo iban a escapar los Mightyena?

    -Claro.

    -Excavemos hacia arriba, cada uno por su lado, y nos juntaremos en la plaza superior. Tú encárgate de la Acuamónica.

    -Perfecto. -Finalizó Riolu muy sonriente.


    *****​


    Kecleon aprovechando la confusión saltó desde uno de los árboles de bosque a una ventana por la que entró a la Montaña Serpentea. Aprovechando su casi total invisibilidad avanzó a través de los pasillos, recordando el plano y los consejos de Mightyena, hasta que divisó una puerta metálica de la que no sabía nada. Al no aparecer tampoco en los mapas, decidió abrirla.

    Calentó su mano para crear un Puño Fuego y derritió la puerta. Ésta se abrió con total facilidad tras derretirse toda la cerradura.

    Tras la puerta se hallaba la armería del castillo. Kecleon, sorprendido, se preguntó para que Serperior necesitaba tantas armas de fuego, desde simples pistolas y fusiles hasta cañones. El almacén se perdía en la oscuridad.


    *****​


    -Ts... Tú. -Dijo una voz débil y temblorosa proveniente de una oscura celda. -¿Puedes sacarme?

    -¿Quién es? -Respondió Cranidos algo nervioso.

    -Soy Togepi. Ese maldito Serperior me apresó y necesito escapar de aquí. Me van a ejecutar.

    -Lo siento, pero en un lugar cómo este nadie es de fiar.

    -¿Piensas huir por los cielos? Porque yo se conducir ese vehículo. –Cranidos recordó las indicaciones de Mightyena.

    -Aparta de la puerta.

    Cranidos se abalanzó contra puerta con todas las fuerzas, reventando esta con su robusta cabeza.

    -Gra... Gracias - Dijo Togepi muy débil.

    -Estás raquítico.

    -Lo sé. Llevo algunos días sin comer.

    -Anda, monta sobre mí.


    *****​


    -Lo siento Riolu. Pensabais que escaparíais, pero este no es más que vuestro inevitable final. -Decía Serperior, el cual se acercaba lentamente hacia Riolu. -Fuisteis muy ingeniosos usando Excavar, pero esta montaña está a prueba de ese tipo de ataques. Yo mismo excavé este laberinto que es la Montaña Serpentea.

    -Bueno... Parece que este es el fin. -Dijo Riolu con una mueca en el rostro y la Acuamónica en mano.

    Por detrás Chesnaught y Ludico lo aparecían, mientras que el Serperior arrimaba su gran cabeza más y más.

    -Este es el fin que espera a gente como vosotros. Sin últimas palabras, con el cuerpo aterrorizado y nadie preocupándose por tí. Al final todos morimos solos.

    -Que dramático todo. -Vaciló Riolu al discurso del Dios.

    -¿Cómo osas hablarle así? -Preguntó Ludicolo.

    -Oso porque he estado tantas veces al borde de morir que tendría al Dios de la Muerte aburrido. Eso sí existiera ese dios. -El Pokémon comenzó a lanzar carcajadas sin preocupación alguna. Estas carcajadas resonarían en todo el edificio.

    Serperior, molesto, se abalanzó para devorar a Riolu.

    -Oye, Riolu. ¿Qué andas? -Le dijo Kecleon bajo sus pies, el cual había llegado usando Excavar.

    -Ostia. Vamos, vamos.

    Riolu se lanzó al agujero junto con Kecleon, pero este último lanzó un orbe de cristal a la boca de Serperior en un último instante.

    Ambos Pokémon llegaron a otra planta más segura.

    -¿Qué andabas con Serperior? ¿Casi te mata? -Dijo Kecleon preocupado.

    -¡Has venido! -Respondió Riolu muy emocionado.

    -¡No te he preguntado eso!

    -Por cierto. ¿Qué le has tirado a la boca? -Kecleon se echó las manos a la cara.

    -Un veneno que he creado con Mandrágora, Veneno de Ariados y algunas Bayas para potenciarlo. Calculo que en diez minutos le hará efecto. Sino lo mata por lo menos tendrá una diarrea de muchos días.

    -Creo que nunca me había alegrado de verte.

    -¿Sabes usar esto? -Preguntó Kecleon mientras sacaba una pistola de su mochila.

    -¿De dónde lo has sacado?

    -Hay un arsenal entero. He cogido una porque podría sernos útil.

    -Hace años que no llevo un arma encima, pero antes tenía bastante buena puntería. Déjamela, es muy peligrosa, solamente deberíamos usarla en una situación de vida o muerte.

    -Está bien.

    -Mientras creo que tú deberías llevar la Acuamónica. Se dispara mejor con dos manos.


    *****​


    Cranidos y Togepi finalmente llegaron a lo alto de la montaña, un pequeño cráter rodeado de cañones, cuatro torres de vigilancia y siete zeppelines.

    -¿Cuál robamos?

    -El pequeño. Era mío. Esta la mercancía descargada, por lo que nos será muy fácil huir.

    Ambos Pokémon se montaron en el pequeño Zeppelin, con la parte inferior de madera pintada en negro y dorado y el globo en negro con líneas elegantes granates y doradas. Togepi se bajó y empezó con los preparativos, aunque su débil estado no ayudaba.

    -¿Qué hago? -Intentó ayudar Cranidos.

    -Suelta esos amarres. En un minuto estaremos en el aire.

    -Aún tengo que esperar a un compañero.

    -¿Qué?

    -No pienso irme sin ellos.

    -Mierda... Entonces protege las entradas. Cárgate a todo el que intente romper el Zeppelin.

    Cranidos se bajó de un salto y se abalanzó contra los Quilladin que venían. Con su Cabezazo Zen no tuvo problemas hasta chocarse con el Desenrollar de Chesnaught.

    -Habéis llegado muy lejos. -Dijo el inicial.

    -Tú en cambio no llegarás tan lejos. -Cranidos usó su robusta cabeza para golpear la pared, la cual crujió como si de una cáscara de huevo se tratará. El techo de la salida se desplomó cubriendo de escombros a Chesnaught. Una vez los escombros lo cubrieron intentó deshacerse de las rocas, pero Cranidos lo remató con un constante ataque Avalancha.

    Tres Quilladin aparecieron por detrás e intentaron atacar al Zeppelin, pero Togepi consiguió deshacerse de ellos con un Llamarada.

    -¿No te he dicho que me cubras? -Se quejó Togepi.

    -¡Son demasiados coño!

    De repente, dos conocidos gritos se escucharlo por la entrada que quedaba aún sin cubrir. Eran Kecleon y Riolu, los cuales estaban siendo perseguidos.

    -¿Son tus amigos?

    -¡Sí!

    -¡Corred! -Gritó Kecleon.

    -¡Poned eso en marcha! -Continuó Riolu.

    Su perseguidor, Mudsdale, apareció furioso, tanto que destrozó parte de la salida llevándosela por delante.

    -¡No saldréis con vida! ¡Os sepultaré aquí y ahora! -El Pokémon usó Avalancha, ataque que repelieron entre Cranidos, Riolu y Kecleon atacando al mismo tiempo y destruyendo las rocas.

    -Es demasiado fuerte. Ni siquiera los tres juntos vamos a poder. -Dijo Riolu recordando lo que dijo Mightyena.

    -Si no nos damos prisa Serperior llegará y estaremos acabados. -Dijo Cranidos.

    -¿Está es una situación de vida o muerte no? -Dijo Kecleon mirando a Riolu.

    -No insinuarás...

    -El arma.

    -Usaré todas mis fuerzas para deteneros. Como si tengo que reducir esta montaña a escombros. ¡Terremoto!

    El Pokémon saltó para golpear la tierra y hacerla temblar, pero dos hábiles disparos en sus piernas lo detuvieron. Todos miraron a Riolu, el sostenía su caliente arma con las dos manos.

    -Maldito... -Dijo Mudsdale malherido en el suelo y con dos piernas ensangrentadas. -Me las pagarás.

    -¡Todos a bordo! -Gritó Togepi desesperado.

    Pero el peligro no había cesado. El suelo empezó a temblar bajo ellos, lo que los hizo retroceder un paso. Del subsuelo, entre el zeppelín y el trío, apareció el imponente Serperior de varios metros de largo.

    -¿Qué demonios hacéis con ese arma? ¿De dónde la habéis sacado? -Preguntó alarmado.

    -De tu enorme arsenal. -Respondió Kecleon, una noticia que sorprendió a Mudsdale.

    -¿Cómo? -Dijo éste último alarmado. -Tenías pensado traicionarme no?

    -¿Qué? ¡No!

    -Entonces explícame lo sucedido en el Gran Desierto. Por qué justo cuando han entrado estos tres me han alertado de que una Kirlia ha entrado a mi laboratorio del Gran Desierto y ha robado el proyecto 02Z.

    -¿Qué? -Dijo el otro Dios muy molesto.

    -¡Explícame lo que ocurre!

    Aquel tenso silencio en los que los dos Dioses se miraban fijamente fue interrumpido por un ruido proveniente del estómago de Serperior. Pronto comenzaría a sentir agudos dolores que le dificultaba mantenerse de pie.

    -Creo que no va a ser suficiente como para dejarlo inconsciente. -Susurro Kecleon.

    -¿Es tu veneno? -Dijo Riolu.

    -Deberíamos atacar al mismo tiempo. Ahora mismo su estómago debe ser una bomba de relojería.

    -¿Puño Fuego? -Propuso Cranidos.

    -Puño Fuego. -Respondieron los otros dos al unísono.

    Cranidos se abalanzó con un Cabezazo Zen contra el estómago, mientras que los otros dos pegaron con su ardiente puño. Serperior no pudo resistir el golpe y entre terribles dolores, lágrimas en los ojos y sin equilibrio alguno cayó hacia atrás para luego retorcer se de dolor en el suelo.

    Los tres salieron corriendo y se montaron en el Zeppelin, momento en el que Mudsdale, desesperado en el suelo, apuntó un Poder Oculto que Togepi detuvo con facilidad con Poder Pasado.

    -¿Listos? ¡Vamos! -Togepi tiró de una palanca y el fuego hizo que el vehículo flotara en el aire.

    -¡Esperad cabrones! -Era Ludicolo lo que se había sujeto a una de las cuerdas que colgaban.

    -Lo siento mucho pero no se admiten más viajeros a bordo. -Togepi apuntó una Llamarada que lanzó contra el Pokémon, el cual recibir el ataque y salió despedido contra el suelo con graves quemaduras.

    -¡Lluevehojas!

    -Mierda.

    Serperior en el último momento intentó hacer un último esfuerzo para detenerlos, pero Togepi en el último momento pegó un golpe al timón con el que lo esquivó, aunque uno de los dos depósitos de combustible sufrió un pequeño corte.

    -Problemas. -Dijo Togepi.

    -¿Qué ocurre?- Respondió Cranidos.

    -Uno de los depósitos ha sido agujereado. No podremos viajar tan lejos. El único lugar cercano en el que poder descender es en Odyssey City.

    -¿La gran metrópolis? -Preguntó Kecleon.

    -Así es. -Respondió Cranidos. -Pero teniendo la Acuamónica en nuestras manos es un lugar muy peligroso. Es una ciudad llena de criminales, mafiosos y mercenarios. Es más, tanto Sir Malamar como Don Persian pelean por la ciudad constantemente.

    -En cuanto sepan que la tenemos intentarán robárnosla, sino es algo peor.
     
    Última edición: 13 Octubre 2018
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    jonan

    jonan Jonan1996

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    5º Capítulo: “Odyssey City”


    El zepelín de Togepi se acercaba a la metrópolis en la noche, aunque poco tiempo faltaba para el amanecer. Los cuatro disfrutaban del paisaje, una gran ciudad de enormes rascacielos de hormigón y cristal iluminada por luces de todos los colores posibles.

    –Oye Togepi... ¿Por qué estabas encerrado? – Preguntó Cranidos.

    –Lleve unas mercancías a la Montaña Serpentea y no me dejaron salir de ahí.

    –¿Mercancías? – Dijo Kecleon.

    –Sí.

    –¿Armas? – Togepi se mantuvo unos segundos en silencio.

    –Sí. El dios no quería que dijera nada por ahí y m encerró. Al amanecer iban a ejecutarme.

    –¿Y sueles encocarte a menudo? –Interrumpió Riolu. –He encontrado lo tuyo. –Sacó una bolsa llena de polvo blanco.

    –Eso no es coca.

    –¿Speed?

    –Metanfetamina.

    –¿Entonces sólo estás así de raquítico por el mono? –Preguntó Cranidos.

    –Cuando lleguéis a Odyssey City olvidadme.


    *****​


    Odyssey Strip, la segunda calle principal de la ciudad, era el lugar idóneo para la fiesta, el juego, las drogas, el sexo y cualquier negocio oscuro que se pudiera pasar por la cabeza de un Pokémon.

    Don Persian, con sus elegantes andares y un pequeño traje negro, iba acompañado por su seguridad, un Rhyperior y un Nidoqueen. Según iba avanzando la gente se apartaba sin dudarlo, todo fuera que la ira de Persian cayera sobre uno de ellos.

    Un pequeño Wingull se acercó a Nidoqueen y le dio un mensaje al oído. Después fue a donde su jefe para comunicárselo.

    –Señor. Los científicos Magmortar y Electivire han acabado las investigaciones sobre la Herbicorneta. Dicen que en un par de semanas el proyecto estará listo.

    –Gracias Nidoqueen. Es una información excelente. Por favor, quiero que tú mismo los lleves a cenar a cenar al Magikarp Dorado y que no se preocupen por nada. Quiero que se den un buen festín.

    –Sí señor. Pero hay más. El robo en el Gran Desierto a manos de Kirlia fue todo un éxito y mañana mismo tendrá el proyecto de Mudsdale. –Encantado, Persian se relamió los labios. –También se ha escuchado que unos Mightyena intentaron robar en la Montaña Serpentea. Aunque es imposible saber si lo lograron.

    –Entiendo lo que me quieres decir. Seguramente sea Alpha, enviado por Sir Malamar, para robar la Acuamónica que le vendimos a Serperior.

    –Debemos tener cuidado son Sir Malamar. Se está entrometiendo demasiado en nuestros asuntos y parece que no le va a importar entrar en una guerra de mafias. –Opinó Rhyperior.

    –No tenéis de qué preocuparos compañeros. En dos semanas no habrá ser que pueda pararnos en todo el mundo.


    *****​


    –Sir Malamar. El consejo está reunido.

    –Gracias Ambipom. Acudiré inmediatamente. Pero antes quiero que le des esta carta a Beta. Es la siguiente misión. – Dijo mientras sellaba la carta con cera caliente y un sello con forma de Malamar.

    –De acuerdo. –Ambipom cogió la carta con una de sus manos y se retiró.

    El edificio principal desde donde el Malamar variocolor organizaba sus negocios se hallaba en la otra punta al Odyssey Strip, en su Hotel Malamar, una gigantesca pirámide de acero y cristal sobre el océano. En lo alto de ésta se hallaban sus aposentos, al igual que su ascensor personal.

    Cogió este ascensor y usó una llave especial para bajar a la planta menos veinte, la cual estaba bajo el océano. Abrirse las puertas y una gran sala de cemento a oscuras lo esperaba. Apenas unas pequeñas antorchas daban un poco de iluminación. En medio de la sala una gran mesa redonda y doce Malamar lo esperaban.

    –Bienvenidos a mi hotel. Cualquier cosa que necesitéis podéis decírmelo.

    –¡Déjate de cortesías! ¡Qué ha ocurrido en la Montaña Serpentea! –Dijo el más viejo de ellos.

    –Mande uno de mis escuadrones y fracasó. Tengo sobornado a la mensajería Pelipper por lo que pronto nos enteraremos de lo ocurrido con detalles.

    –Pues veo que no te has enterado de lo del Gran Desierto. –Dijo otro con actitud prepotente.

    –Hombre. Esa es tu especialidad, saber todo lo que ocurre antes que nadie, Knock Knower.

    –Robber Princess ha robado el proyecto que Mudsdale estaba creando en su laboratorio del Gran Desierto.

    –Eso es un gran problema. ¿Sabes de que se trata el proyecto?

    –Solamente he escuchado un rumor. Un rumor que dice que el proyecto se trata de ser vivo capaz de controlar toda la red eléctrica de Odyssey City.


    *****​


    El sol ya vagamente asomaba por las montañas del norte cuando llegaron a una vieja chatarrería a las afueras de la ciudad. Éste era el hogar de Togepi y entre la chatarra tenía una pequeña plaza preparada donde aterrizar.

    –¿Vais a devolver la Acuamónica? –Preguntó Kecleon.

    –Así es. –Dijo Cranidos. –Enviaremos un Wingull para avisar a Kingdra y mañana mismo devolveremos el artefacto. Hasta entonces la custodiaremos.

    –Está bien. Entonces me quedaré unos días. Quiero conocer Odyssey City.

    –Realmente no te pierdes nada, pero nosotros estamos encantados de que os quedéis.

    –Bueno, si estos días consigues algo de dinero podrías pagarte un billete de barco para acercarte a la Plaza Pokémon. –Propuso Riolu.

    –No le hagas caso. Sólo son tonterías suyas.

    –Me gustaría saber más al respecto...


    *****​


    Haciendo diferentes quehaceres al trío se le hizo mediodía. Momento en el que un carruaje impulsado por un Rapidash y guiado por un Pokémon encapuchado entró en la ciudad. El carruaje entró en la ciudad y rápidamente enfiló el Odyssey Strip hacia el Hotel Imperial, hotel regentado por Don Persian.

    Era Kirlia, la cual venía a entregar el Proyecto 02Z.


    *****​


    –Dios del Mar, lo veo algo pálido. –Dijo Gyarados, uno de los seis generales del Dios del Mar, un Empoleon con la cresta en forma de tridente enorme y afilada. Éste, a parte del Gyarados, estaba rodeado por una Dragalge, un Tentacruel de considerable tamaño al que llamaban Kraken, un orgulloso Vaporeon que no prestaba atención alguna, un viejo Kingdra con la piel muy decolorada y finalmente un Sharpedo de unos quince metros de largo al que llamaban el Megalodón.

    –¿Otra vez sientes el poder de la Acuamónica? –Le dijo el sabio Kingdra.

    –Creo que está más cerca que nunca. Mi pulso se acelera y un hormigueo rodea mis aletas.

    –¿Quieres que vayamos en busca de ella? –Dijo Tentacruel.

    –Gyarados. Encárgate. Si mi cuerpo no me engaña creo que estará en un lugar cercano a Odyssey City.

    –Sí gran Dios. Te traeré la Acuamónica cuanto antes.


    *****​


    –Sir Malamar. Ha llegado el informe de Knock Knower. –Dijo Ambipom.

    Malamar, el cual comprobaba su arsenal de armas, no tardó en leerlo detenidamente. Todos los detalles del atraco estaban explicados, incluso la identidad del trío.

    –Gracias Ambipom. Es una información muy importante. Es por eso quiero que avises a Beta de un cambio en la misión. La principal pasará a ser secundara. La prioridad ahora será la Acuamónica.


    *****​


    Don Persian tenía un informe sobre la mesa que leía detenidamente con unas gafas graduadas.

    –Riolu y Cranidos... ¿Dos ladrones de poca monta robando la Acuamónica acompañados de un Kecleon?

    –¿Quiere que nos encarguemos de ellos?

    –No. Eso levantaría sospechas. Avisen a los cazarrecompensas de la ciudad. Vamos a subir el precio de estos tres a 150.000 Poké. Luego simplemente tendremos que matar al que lo encuentre para encubrirlo.


    *****​


    Finalmente la noche llegó a la ciudad y el trio fue a festejar su triunfo en la Montaña Serpentea. Para ello acudieron a un elegante y famoso restaurante el cual tenía la mitad sobre el mar, de esa forma los Pokémon acuáticos no tendrían que salir del agua. Este lugar se llamaba el Magikarp Dorado y su símbolo era un Magikarp variocolor.

    El Magikarp Dorado era famoso no sólo por su delicioso pescado, sino también por tener un ring de combate en el centro en el que cualquiera podía presentarse.

    Pero no sólo buscaban festejar, sino también era el lugar de reunión para devolver la Acuamónica.

    El trío, sobornando a uno de los porteros Conkeldurr, logró un sitio bueno para comer muy cerca del ring. Para su sorpresa, estaban al lado de un Magmortar y un Electivire que en ningún momento prestaban atención al combate, sino que hablaban de un extraño proyecto genético.

    La cena fue transcurriendo y el lugar cada vez estaba más lleno. Llegó el momento en el que Riolu se separó y se acercó a la barra en busca de una botella de Bourbon.

    –Hacía tiempo que no veía un Riolu tan bello por aquí. –Dijo una voz junto a él. El Pokémon no necesitó girar la cabeza para saber que la voz pertenecía a Kirlia.

    Mientras tanto, en la mesa los otros dos conversaban.

    –¿No tienes la tentación de participar?– Dijo Cranidos a su compañero Kecleon. –Suelen tener muy buenas cantidades de dinero.

    –Lo cierto es que no. No tengo por costumbre usar la violencia por deporte o diversión. Es una lección enseñada por mi maestro Ariados. ¿Y tú? ¿No te apetece participar?

    –¡Señoras y señores! ¡Aquí tenéis el premio de la noche! ¡La Flauta Hielo! –Dijo el presentador Loudred.

    –Justamente hoy estoy con ganas.
     
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    DoctorSpring

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    Buenos dias, Jonan.

    El fic esta volviéndose mucho más interesante, sobre todo ahora que sabemos que las armas de fuego existen y se esta gestando una guerra de mafias.

    Antes de cualquier otra cosa, he notado unos cuantos detalles técnico; el primero es que me parece que hay demasiado dialogo y poca descripción. Mientras estaba leyendo estos últimos dos capítulos, había veces que no sabía quien hablaba con quien y solo me enteraba de lo que pasaba por los diálogos de los personas, además de uno que otro párrafo de descripción que dejabas por ahí.
    Algunas escenas como el encuentro de Cranidos con el Togepi drogadicto y la huida de los cuatro pokémon pudieran haber quedado mejor si hubieras descrito el ambiente y la situación con más detalle.

    Tambíen note que algunos puntos hubieran estado mejor como comas, aparte de que el Ludicolo aveces era nombrado como Ludíco. Supongo que eso fue por el corrector del word aunque de todas formas debes tener cuidado con eso.

    Ahora hablemos de la historia; me gusta que hayan diversas organizaciones con intereses que chocan entre sí, por lo que espero que esto vaya por buen camino. La inclusión de las armas y drogas a algunos les podría parecer demasiado chocante, pero para mí va ser interesante ver como esto choca con el concepto de criaturas mágicas lanzando rayitos por la boca.

    Sin más que añadir por el momento, estoy dispuesto a seguir este fic que tiene conceptos bastante novedosos para el estándar de los fics de MM, al menos en español.

    Saludos.




     
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    jonan

    jonan Jonan1996

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    6º Capítulo: “Noche en el Magikarp Dorado”


    Cranidos, emocionado, se lanzó al cuadrilátero. Junto con él luchaban otros quince combatientes que tendrían que ir superando las fases hasta llegar a la final.

    Cranidos, entre los combatientes, observó que uno de ellos era el famoso luchador de sumo del Reino de las Nueve Islas, un orgulloso Snorlax que se reía de todo el mundo.

    –Llevarme ese trofeo va a ser pan comido. –Decía a los Munchlax que lo acompañaban.

    Pero su mirada fue rápidamente desviada con el último combatiente que se presentó. Era un Landorus que con total tranquilidad se acercó al cuadrado.

    –Perdona, señor Loudred. Me gustaría presentarme. –Dijo algo tímido.

    –Claro. –El Pokémon se dio media vuelta. –Espera... Tú eres...

    –Dejémoslo en Landorus.

    Los combates comenzaron y Cranidos no tuvo problemas para vencer a un Hawlucha y un Braviary, los cuales se llevó por delante con un Testarazo que los sacó del campo.

    Así es como llegó a la semifinal, donde tenía que luchar con un pequeño Sandile.

    Kecleon estaba viendo todo este espectáculo y también se quedó mirando al curioso Landorus. Le recordaba mucho a una de las estatuas que había en Villa Camuflaje.

    Fue en este momento en el que observó que un equipo de rescate se hallaba en el restaurante, equipo liderado por un Lickitung. Para su sorpresa el equipo iba acompañado del conocido Togepi. Extrañado de que se fueran a la parte de atrás decidió perseguirlos.

    –¡Qué comience el combate!

    Cranidos se abalanzó con su potente Cabezazo Zen, ataque que Sandile atacó directamente con un potente Mordisco que repelió el cabezazo con facilidad. Cranidos retrocedió unos metros rasgando el suelo con sus pezuñas.

    Sandile contraatacó con Bofetón Lodo, ataque que dio de lleno en uno de los ojos de Cranidos cegándolo. Después, el pequeño se lanzó de nuevo con triturar, agarrando la robusta cabeza del fósil viviente. Uno de los dientes comenzó a clavarse levemente en el otro ojo cegándolo completamente. Desesperado pegó un enorme salto y en el aire activó su Cabezazo Zen para luego estampar a Sandile contra el suelo.

    Ambos se repusieron casi al momento, pero éste último golpe dañó algo más a Sandile, a pesar de que Cranidos tenía un ojo ensangrentado. El otro ojo se liberó del Bofetón Lodo, por lo que su visión se recuperó considerablemente.

    –Voy a acabar con esto. –Dijo Cranidos algo nervioso. Se lanzó a toda velocidad, con el cuerpo rodeado por una fuerte aura azulada. –¡No podrás aguantar este Testarazo! –El golpe le dio de lleno a Sandile, el cual salió despedido hacia los límites del cuadrilátero. Con sus últimas fuerzas se agarró al suelo para no cruzar la línea que confirmaría su derrota. Cranidos se dio por vencido.

    –¡Uno! –Comenzó Loudred. Cranidos sonrió levemente. –¡Dos!

    –Espera... –Dijo Sandile muy malherido. El otro se giró y vio como el pequeño sonreía levemente mirando fijamente a su objetivo. Intentaba levantarse pero sus piernas temblaban demasiado.

    –¡Y!

    El cuerpo de Sandile se rodeó por una cegadora luz que sorprendió a todos los presentes. Todos estaban en silencio mientras el cuerpo de Sandile se metamorfoseaba.

    –No puede ser... –Susurró Cranidos.

    Sandile se convirtió en un ser bípedo mucho más alto. Había evolucionado en Krokorok.

    –Esto sí que ha sido inesperado. –Rio Krokorok incrédulo.

    –No va a quedar así. –Cranidos volvió a lanzarse con su Testarazo.

    –No me golpearás.

    Al recién evolucionado se le iluminaron los ojos de azul. Acto seguido, los pies de Cranidos fueron detenidos con una montaña de arena que lo ligó al lugar con fuerza. Finalmente, Krokorok usó Excavar en el aire, convirtiéndose así en un taladro humano que dio de lleno en Cranidos. Éste intentó aguantarlo pero las heridas hicieron mella en él y cayó debilitado. La gente, emocionada, aplaudía el combate, hasta ahora el más emocionante.

    Cranidos, en el suelo, recordó un viejo combate que perdió de la misma forma.


    *****​


    Tanto Cranidos como Riolu habían sido criados en la Cueva de Cristal, un entorno en el que crecieron bajo circunstancias muy duras. Cranidos y su robusta cabeza lo llamaban el Rompebeldum por todos a los que había vencido de un solo golpe. Riolu en cambio era un lobo solitario que no socializaba con nadie salvo para combatir. Lo llamaban el Invicto hasta que se enfrentó a Cranidos. Ambos lucharon durante treinta horas y reunió gran expectación en la zona, hasta que finalmente ambos cayeron inconscientes del cansancio. De esa forma se hicieron amigos y decidieron ir en busca de aventuras.

    En una de sus primeras aventuras de encontraron con un Tyrunt tan competitivo como Riolu. Pero Tyrunt no quería pelear con Riolu, quería pelear contra Cranidos.

    Así fue como en medio de la pelea Tyrunt se convirtió en Tyrantrum, venciendo así con facilidad a Cranidos y casi dejándolo al borde de la muerte. Fue en ese momento cuando el recién evolucionado le dio dos opciones a Riolu.

    –Todo tu dinero y tus objetos o la vida de tu amigo.

    Así fue como el lazo entre Riolu y Cranidos se intensificó y duró los siguientes años llenos de aventuras y desventuras.

    Aun así el rencor de Cranidos hacia Tyrantrum seguía sin resolverse, en gran parte porque le robó el único recuerdo que le quedaba de su padre, un pequeño colgante hecho con una de las pezuñas de su difunta madre.


    *****​


    –Gran combate. –Dijo Krokorok mientras se acercaba a la mesa donde Cranidos se recuperaba de sus heridas.

    –Gracias. Pero he de decir que hasta tu sorpresa la cosa estaba sentenciada.

    –Así es. En mi tierra tenemos un dicho. –Un leve risa salió de su boca. –No hay combate finalizado hasta que uno acaba debilitado. No es un dicho muy bueno, pero por lo menos rima. –Soltó otra risa pero más profunda.

    –Estoy deseando combatir de nuevo.

    –Y yo. Y yo.

    –Deberías descansar para la final.

    El Krokorok se sentó junto a Cranidos. Pasaba una camarera Lopunny por alado, a la que el Pokémon tipo tierra le alzó la mano.

    –Señorita. Una botella de licor de avellana para esta mesa.

    –Sí, caballero.

    Pasaron un par de minutos en los que ambos Pokémon estaban en silencio. El resto de los presentes no paraban de celebrar aquel jolgorio, mientras el campo de combate esperaba el siguiente combate de la semifinal, Landorus versus Snorlax.

    –¿Tienes algún interés en el trofeo? –Preguntó Cranidos mientras se reponía.

    –No. Si gano no tendré ningún problema en dártelo.

    –Entonces... ¿Por qué tanto entusiasmo en conocerme?

    –He visto a tus compañeros. Un Riolu, un Kecleon y un Cranidos... Casualmente hoy han salido tres nuevas recompensas con vuestro nombre.


    *****​


    Riolu y Kirlia, apoyados contra la barra y con cierta distancia entre ellos, no giraban la cabeza para hablar en ningún momento.

    –Me han comunicado que tienes la Acuamónica.

    –¿Quién ha pagado tus servicios esta vez? Mucho estas tardando en traicionar a Don Persian. Cuando lo hagas seguramente te matarán.

    –La vez que nos conocimos me dijiste lo mismo. Bueno, la segunda vez que te quité el trofeo.

    –No habrá tercera.

    –Eso me lo volverás a decir poco antes de la cuarta.

    –Entonces parece que va a ser una noche entretenida.


    *****​


    Kecleon se había metido a la parte traerá del Magikarp dorado tras Togepi, el cual parecía en problemas. El estrecho callejón, con una pared cubierta de contenedores malolientes llenos de restos de Magikarp, estaba muy a oscuras y apenas se apreciaba nada.

    –Nos debes mucho dinero Togepi. ¿Qué has hecho con el dinero que el Dios tenía que haberte dado? –Dijo Lickitung estampando a Togepi contra la pared.

    –No... No lo tengo. Ese cabrón se llevó las armas y me encerró. Casi ni lo cuento de no ser por tres locos que se colaron y robaron...

    –Hey, vosotros. Dejadlo en paz. –Dijo Kecleon mientras daba un paso al frente.

    –¿Y tú quién demonios eres?

    –Kecleon, vete. No es tu problema.

    –Os he dicho que lo dejéis en paz. Equipo de Rescate de pacotilla. Sé quiénes sois, Equipo Lengüetazo. Ese equipo corrupto que vende sus servicios como rescatadores al mejor postor.

    –¿Acaso sabes qué es un equipo de rescate? –Dijo Roserade, uno de los compañeros de Lickitung.

    –¿Qué me quieres decir?

    –Los equipos de rescate por supuesto que salvan gente. Claro, aquellos que tienen el dinero de mandar un aviso de rescate y ofrecer una buena recompensa. ¿Acaso te creías que salvábamos a todos por mera caridad? –Respondió el tercero del grupo, un Weavile.

    –Solo esos hijos de ricachones que se creen cómo funciona el mundo son los que son rescatados. Esos y aquellos que tienen una señal de aviso, los que han conseguido una Señal de Aviso. –Finalizó Lickitung.

    –No... –Dijo Kecleon, aguantándose las lágrimas. –No quiero escuchar más.

    –¿Y ahora qué vas a hacer?

    –¿Conocéis la MT06?

    –¿Tóxico?

    –Hasta luego. –La boca del Kecleon, muy enfadado, liberó una fugaz ráfaga morada de veneno imparable.


    *****​


    –¿Eres cazarrecompensas? –Preguntó Cranidos.

    –No. Solo un aventurero con curiosidad.

    Snorlax y Landorus se prepararon para el combate. El séquito de Snorlax lo animaba con fiereza, mientras que Landorus lo miraba con inocencia.

    –Buena suerte campeón. Yo no caeré tan fácil como tus otros oponentes. –Dijo Snorlax mientras movía sus manos como si empujara el aire.

    –Gracias. Buena suerte a ti también.

    –¡Qué comience el combate!

    Landorus no tuvo compasión alguna. Sabía que su oponente era fuerte y no se iba a contener. Con el puño listo para golpear se propulsó contra su oponente a una velocidad que a la mayoría les costó seguir.

    –¡Machada!

    Snorlax, incrédulo, salió despedido contra una de las paredes del Magikarp Dorado para después desplomarse en la zona acuática. La gente, incrédula, se quedó en completo silencio mirando a Landorus.

    –Estoy jodido. –Dijo Krokorok


    *****​


    El equipo Lengüetazo se hallaba envuelto en un ardiente veneno doloroso que les hizo retorcerse. Kecleon, impasible, iluminó su puño y lo mantuvo así unos segundos.

    –¡Qué haces cabrón! –Gritó Lickitung.

    –Puño Certero.

    Kecleon asestó un golpe en la cabeza de Lickitung, incrustando su cabeza en uno de los contenedores metálicos de la calle. Después se giró y miró al Roserade y al Weavile, los cuales se abalanzaron contra Kecleon.

    –Hasta luego.

    Kecleon sentenció la partida con un potente Llamarada que calcinó a los dos enemigos. Después se giró a donde Togepi, el cual estaba en shock.

    –¿Estas bien Togepi?

    –Si... Es solo que no estoy acostumbrado a que me salgan mal los negocios. Si no hubiera sido por Serperior...

    –No culpes a otros de tus negocios ilegales. Ya sabes a lo que te enfrentas vendiendo armas y consumiendo...

    –¿Quién te crees que eres para hablarme así?

    –El que te acaba de salvar el culo.


    *****​


    Sir Malamar se hallaba en su despacho a oscuras observando los carteles de la recompensa del trío que robó la Acuamónica. Estaba esperando a que Knock Knower llegara a su despacho con una información de gran urgencia. El ascensor por fin se abrió y éste camino a toda velocidad.

    –Estamos en problemas. Persian está a punto de lograr su objetivo.

    –¿Qué objetivo?

    –Quiere usar la Herbicorneta para crear un nuevo Pokémon, uno hasta ahora jamás visto. Un arma biológica.

    –Maldita sea...

    –Si Don Persian logra su objetivo dudo que podamos pararlo.

    –Así es. Además tienen ese dichoso Proyecto 02Z – El Malamar se quedó pensativo uno segundos hasta que soltó un terrorífico grito. –¡Ambipom!

    –Sí, señor. –El Pokémon apareció a toda velocidad.

    –Avisa a todos mis hermanos. Entramos en guerra. Vamos a atacar la base de operaciones de Don Persian.
     
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    jonan

    jonan Jonan1996

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    7º Capítulo: “La guerra se avecina”


    –¡Krokorok ha sido debilitado! –Dijo Loudred tras dos golpes asestados por Landorus. –¡El ganador es Landorus!

    Tanto Cranidos como Krokorok sabían cuál iba a ser el resultado del combate. Aquel Landorus era demasiado fuerte. El fósil viviente recogió a su nuevo compañero y lo sentó junto a él mientras descansaba. Su preocupación no solo estaba dirigida a su compañero, sino al hecho de que aquel fuerte Pokémon había obtenido la Flauta de Hielo, uno de los Siete Tesoros robados.

    Aquel objeto tenía el poder de Articuno, el poder de sepultar ejércitos enteros bajo la nieve.


    *****​


    –Hola. Soy Landorus. –Dijo por teléfono. –La misión ha sido un éxito, tengo la Flauta.

    –Buen trabajo hermano. Tornadus y yo hemos conseguido las otras dos Flautas. Ahora mismo poseemos el poder de Articuno, Moltres y Zapdos. Nuestro plan está en marcha.

    –¿Sabéis algo de nuestras posiciones al este?

    –La derrota de Serperior nos ha ayudado a avanzar en la guerra. A pesar de ello la batalla continua. Aunque con las tres Flautas le ganaremos el territorio a el Dios de la Agricultura con facilidad.

    –Entonces la guerra es inevitable...

    –Entonces el mundo temblará ante el poder de los tres príncipes del Reino del Agua.


    *****​


    Kirlia y Riolu no dejaban de estar en tensión, cada uno elaborando la estrategia de la noche. La preocupación, por un lado, recaía sobre el hecho de que ninguno del trío tenía la Acuamónica a mano, hecho que mosqueaba a Kirlia. Por el otro, Riolu veía que esa mujer cerca ponía en peligro devolver el artefacto. Realmente quien se lo llevara no le importara, siempre y cuando no quisiera hacer un mal uso. Pero la idea de que Kirlia se lo llevara le enervaba la sangre.

    –Parece que hoy juegas con blancas. –Dijo Kirlia sin contexto alguno.

    –Qué más da que yo juegue primero.

    –Cierto. Siempre acabaré ganando. –Dijo la bella mujer mientras miraba a Riolu con superioridad. Este último miró a la otra y observó el bello vestido rojo que llevaba. Se levantó y se acercó a la espalda de la mujer, rozando así su mano por la cintura. –¿Quién te ha dado permiso para tocarme?

    –Perdona. –Dijo Riolu mientras le robaba el revolver a Kirlia sin que se diera cuenta.

    –Veo que sigues enamorado de mí.

    –Claro que sí... –Finalizó en un tono irónico mientras se disponía a marchar. Sabía perfectamente que iba a perseguirlo, pero tampoco podía hacer nada por evitarlo. El plan ya estaba en marcha, no tenía nada que hacer, y para cuando se diera cuenta la Acuamónica estaría a miles de kilómetros.

    –Oye... Perdona. ¿Sabes dónde está el baño? –Dijo una voz tras él. Se giró y vio un Watchog que lo apuntaba con una pistola.

    –Sí, creo que está al fondo a la derecha.

    –Ahí no está el baño.

    –Ah... Siempre suele estar ahí. –Se burló Riolu.

    –Dame la Acuamónica. –Respondió Watchog algo molesto.

    –¿Acuaqué?

    –Deja de vacilar. –El Pokémon accionó el martillo del arma.

    –Oye... flacucho. Ese Riolu me pertenece. –Dijo Kirlia mientras se acercaba. Estiró su brazo para coger el arma que llevaba escondida, pero ésta no estaba. Al ver que no tenía armas decidió ponerse en posición defensiva.

    Watchog alargó sus brazos y unas espadas azuladas comenzaron a girar sobre él. Después, su cuerpo si iluminó en un tono anaranjado. Acto seguido se lanzó contra Kirlia con el puño listo para atacar mientras que su mano desprendía unas pequeñas chispas negruzcas. El golpe dio de lleno en Kirlia lanzándola contra una de las paredes. Se giró para atacar, pero este fue detenido por un tiro en el hombro de Riolu.

    –Cabrón... –Dijo Watchog mientras se retorcía de dolor.

    –Cariño... podías haberle disparado antes... –Dijo Kirlia dolorida mientras usaba sus poderes psíquicos para regresar al lugar.

    –No te vengas arriba, aún no ha acabado. Este tío es Beta, uno de los secuaces de Sir Malamar. Por lo menos veo que no ibas a traicionar a Don Persian por Sir Malamar.

    –Qué pesado con que voy a traicionarle.

    –¿Entonces por qué iba Don Persian a recuperar el objeto que vendió?

    Inesperadamente la zona subacuática del restaurante se iluminó por unos breves segundos, continuado por un pequeño temblor en el suelo. Todos se quedaron mirando a la gran sombra que venía debajo del mar. Sus dudas pronto se resolvieron al ver como un gran Gyarados sacaba su cabeza del agua mientras devoraba un Kingdra. Le costaba masticarlo, pero la fuerte mandíbula de Gyarados por fin pudo romper el cuerpo, haciendo que la cabeza de Kingdra y parte de la cola cayeran al lado de Riolu, Kirlia y Watchog. La gente, aterrada, se alejó corriendo del lugar creándose un gran alboroto.

    –Kindra... –Susurró Riolu al ver que su contacto había sido cruelmente asesinado. Después, miró la mandíbula del Pokémon, viendo que uno de los colmillos retenía la Acuamónica.

    –Así que la teníais escondida bajo el agua para que ese Kingdra la recuperara... –Le dijo Kirlia.

    –Eso ya no es importante. –Riolu saltó y se quedó cara a cara con Gyarados. Seguido lo golpeó con Palmeo, pero Gyarados ni se inmutó. Gyarados se rió de la debilidad de su oponente, justo antes de golpearlo con Hidrobomba. Riolu salió despedido contra la pared.

    Kirlia entró en acción con Hoja Mágica. Las brillantes hojas verdosas golpearon a Gyarados llamado su atención. Éste se disponía a atacarla cuando otro ataque lo interrumpió. Era Watchog usando desarme, éste también en la cara.

    Riolu, Kirlia y Watchog se colocaron frente al temible Gyarados listos para combatir por la Acuamónica.


    *****​


    Kecleon y Togepi, llamados por el jaleo del interior, entraron a toda prisa. Rápidamente vieron el combate contra Gyarados.

    –Mierda... –Exclamó Kecleon al ver la Acuamónica en el colmillo de Gyarados. – Lo siento, pero tengo que entrar.

    –¿Acaso estás loco? ¿No has visto quien es ese Gyarados?

    –¿Qué?

    –Es uno de los secuaces del Emperador del Mar. No hay quien navegue por ciertas partes del mar sin su permiso. Se Gyarados es demasiado fuerte.

    –Más motivo para que ayude. Además, pronto vendrán los secuaces de Don Persian. Creo que este local es su territorio.

    –Esos ya están. ¿Acaso no ves al Electivire y al Magmortar que están en esa esquina observando? –Togepi señaló a los dos Pokémon que seguían comiendo tranquilamente en su mesa.

    –Hasta luego Togepi. –Dijo mientras comenzaba a correr.

    –¡Espera! –Te ayudaré.

    –¿Sabes combatir? –Dijo Kecleon algo sorprendido.

    –¿Por qué pones esa cara imbécil? Yo antes de dedicarme a estos negocios entrenaba muy duramente para vencer a un viejo amigo.

    –¿Y qué pasó?

    –Qué me tendió una trampa, pusieron precio a mi cabeza y tuve que dejar todo atrás. La droga y las armas vinieron después.

    –Ya me contarás todo luego. Vamos a por ese cabrón.


    *****​


    Cranidos y Krokorok habían salido tras Landorus, todo a causa de las sospechas del primero.

    –¿Por qué lo perseguimos? –Preguntaba Sandile.

    –Porque tengo un mal presentimiento sobre ese Pokémon. Creo que no tiene buenas intenciones.

    –Hombre, la situación no ayuda a confiar en él.

    Los dos se hallaban en el puerto clandestino de Odissey City, situado al oeste de la ciudad. El Pokémon Legendario se encontraba frente a un enorme hidroavión con el morro en forma de cabeza de Skarmory. Landorus subía al hidroavión en compañía de un Pidgeot, un Crobat, un Tropius, un Gliscor y un Talonflame.

    –Esos cinco... –Dijo Cranidos. –Son los generales del Reino del Viento.

    –¿Los conoces? –Respondió Krokorok.

    –El Reino del Viento lleva en constante conflicto con el Dios de la Agricultura y el Emperador del Mar durante una década. Parece que tienen algún plan en marcha con la Flauta de Hielo.

    –¿Intentamos entrar?

    –No... Sería toda una locura. Solo el mismo Landorus podría con nosotros dos.

    Landorus entró al vehículo y comenzó una reunión con sus cinco generales. En una sala cerrada a cal y canto y alrededor de una redonda mesa de oscura madera se juntaron. Landorus presidía la mesa. En frente tenía a Pidgeot, el cual tenía una esfera atada por el cuello. A la derecha se hallaban Crobat, de enormes alas, y una Tropius ligeramente más grande de lo normal. A la izquierda estaba Gliscor, con unas pinzas cubiertas de metal, y Talonflame variocolor, con tonos algo marrones en la parte inferior de su cuerpo.

    –En la frontera con el territorio de Serperior hemos avanzado considerablemente. –Comenzó Tropius. –Es cuestión de días que lleguemos a al Montaña Serpentea.

    –En cuanto al proyecto UB–04, está todo en marcha. –Continuó Crobat. –La capital entera se alimenta por una fuente de energía interminable. Incluso las armas de la muralla están listas para la guerra contra el Emperador del Mar.

    –Muchas gracias. Parece que todo está listo. En menos de un mes, si el Emperador del Mar no admite su sumisión, entraremos en guerra. Pidgeot, envíale el ultimátum. Talonflame, Gliscor, avisad a mis hermanos.


    *****​


    Riolu, Kirlia y Watchog atacaron simultáneamente a Gyarados con Onda Certera, Hoja Mágica y Rayo simultáneamente. El ataque le hizo un gran daño, pero al verse con el objeto en sus manos decidió huir bajo el agua.

    –¡Maldito! –Dijo Riolu. –¿Qué hacemos? Tu eres la inteligente.

    –¿Yo? ¿Me ves sabiendo bucear?

    –Para robar la Acuamónica no tuviste problemas.

    –Puedo perseguirlo pero no tengo nada que hacer contra él en un combate imbécil.

    –¿Podéis dejar de discutir pareja? –Dijo Watchog exasperado.

    –¡Cállate! –Le respondieron al unísono.


    *****​


    Al ver toda esta situación, antes de juntarse con Riolu, Togepi agarró a Kecleon para detenerlo.

    –¿Qué sucede ahora?

    –El Equipo Lengüetazo suele usar una lancha para hacer sus negocios en el puerto clandestino. He visto que está tras el restaurante. Déjame conducirla y pillaremos a ese Gyarados. –Kecleon se quedó unos segundos pensativo. Quería avisar a Riolu, pero seguramente Kirlia les persiguiera.

    –¡Vamos!

    Los dos partieron hacia la parte trasera del restaurante en busca de la lancha.


    *****​


    –Ya que no he podido obtener la Acuamónica por lo menos le llevaré vuestras cabezas al jefe. –Dijo Watchog algo malhumorado. Parecía que el disparo en el hombro apenas le dolía. –Danza Espada. –Volvió a usar.

    –Cuidado Kirlia.

    –Tú eres el único que debe tener cuidado. –Respondió con una sonrisa peleona.

    Watchog se tiró sobre Kirlia clavándole sus dos colmillos en el brazo. Ésta, sin dejarse llevar por el dolor, iluminó sus ojos en un tono azulado. Acto seguido el cuerpo de Watchog fue rodeado por un aura azulada que lo hizo elevar para después ser estampado brutalmente contra el suelo. Fue a levantarse cuando recibió un sopapo por parte de Riolu que lo lanzó contra una pared. A pesar de los golpes, el atacado se recompuso con relativa facilidad.

    –Es resistente... –Dijo Kirlia mientras observaba su ensangrentado brazo.

    Watchog volvió al ataque con todas sus fuerzas, esta vez contra Riolu, con el brazo iluminado en un aura blanca. Mientras corría a toda velocidad a por Riolu, este último sonrió ligeramente.

    –¡Sobrevive a mi retribución! –Gritó Watchog buscando sentenciar el combate.

    Riolu se iluminó de un aura roja. Recibió el golpe, pero ni se inmutó. En cambio Watchog notó como los huesos de su puño se fisuraron ligeramente para después salir despedido hacia atrás.

    –Lástima que haya usado Contraataque.

    –Hijo de... –Dijo Watchog al ver que su hombro izquierdo y su mano derecha estaban heridas. –Solo me queda una opción.

    Esta vez atacó a Kirlia e intento triturarla con su potente mandíbula. Consiguió esquivarlo, pero Watchog la agarró de una pierna y la lanzó contra el suelo, para luego ponerse sobre ella. Watchog lanzó de nuevo su ataque Triturar, pero esta vez con intenciones de destrozar la cabeza de Kirlia. Se vio acabada, por lo que solamente cerró los ojos y esperó su final.

    El sonido de una bala le obligó a abrir los ojos. Su rostro estaba lleno de sangre y sesos. Sobre ella, la cabeza del Watchog con un agujero en cada sien. ¿El tirador? Riolu, el cual comenzó a hiperventilar.


    ******​


    En su mansión se encontraba Don Persian, un edificio escondido en medio de un frondoso bosque rodeado por un abrupto cráter rocoso. La mansión, de elegante estilo victoriano, era enorme. Pero aún más sorprendía la inmensa red subterránea llena de laboratorios, arsenales y otras salas desconocidas para la mayoría de los trabajadores.

    –Señor. –Dijo Rhyperior, acompañado de Nidoqueen.

    –Dime.

    –Me acaban de comunicar que Sir Malamar ha reunido sus efectivos y tienen intenciones de atacar nuestra ubicación. Seguramente mañana al amanecer los tengamos aquí. ¿Cuáles son las órdenes?

    –Traedme a Electivire y Magmortar ya mismo. Que activen el proyecto 02–Z y pongan la ciudad patas arriba. Después quiero que creen a Mewtwo cuanto antes mientras nosotros defendemos la mansión. Nos espera una dura batalla, por lo que preparad todo el arsenal.

    –¡Si Don Persian! –Dijeron Rhyperior y Nidoqueen al unísono.
     
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    DoctorSpring

    DoctorSpring Disgregrador

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    Parece que las cosas están poniéndose interesantes; las mafias de la ciudad están creando sus propias criaturas y están a punto de entrar a guerra por lo que va formarse un buen desastre. Sigo diciendo que aun te falta un poco de descripción; no pido que te eches diez párrafos para describir el suelo pues las historias de acción necesitan de una narración fluida, pero se agradecería que nos contarás más detalles en ciertas escenas, sobre todo en las más calmadas como los diálogos entre personajes.

    Siguiendo con la historia, me gustó la interacción entre Riolu, Kirlia y Watchog donde cambiaban de bandos mientras transcurría la pelea, así como la batalla que tuvo kecleon contra el equipo de rescate corrupto. Me gustaría saber más sobre la historia de Togepi que pinta interesante, también sobre el colgante que le robaron a Cranidos.

    Sin más que agregar, espero que sigas escribiendo la historia porque en estos próximos capítulos se ve que se va armar la balacera.

    Saludos.
     
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    jonan

    jonan Jonan1996

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    8º Capítulo: “La oscuridad que se cierne sobre el mundo”


    Riolu y Kirlia se miraban fijamente sin pronunciar una sola palabra.

    –Debería marcharme. –Dijo Kirlia.

    –Deberías. Antes de que te mate.

    –Qué miedo... –Dijo Kirlia burlona mientras se acercaba a la mejilla de Riolu y le daba un beso. Después, salió corriendo por la puerta.

    Se sentó en el suelo y suspiró sin saber exactamente qué hacer. Por la puerta trasera aparecería su compañero Cranidos acompañado de Krokorok.

    –Hola pareja. ¿Dónde estabais? Nos han robado la Acuamónica.

    –¿Qué? –Dijo Cranidos sorprendido. –¿Kirlia?

    –No. Un Gyarados. Ha matado a Kingdra. –Respondió mientras señalaba los pedazos descuartizados.

    –Dios... cada vez todo está peor. El Landorus era uno de los tres príncipes del Reino del Viento. Están intentando reunir las tres flautas al parecer.

    –Esto se está poniendo muy feo.


    *****​


    Togepi conducía la lancha robada al Equipo Lengüetazo, una veloz barca con forma de Tympole que podía incluso sumergirse. Los dos observaban dónde se encontraba el Gyarados aprovechando los primeros rayos de luz que salían en el horizonte marino.

    –¡Mira! –Dijo Togepi al ver como una sombra serpenteaba en la superficie marina.

    –Es Gyarados. Mucho cuidado. Es realmente fuerte.

    –¿Qué tal llevas los ataques tipo eléctrico?

    –Algo tengo.

    –Tengo un plan.


    *****​


    Don Persian caminaba por un largo pasillo a oscuras en las que únicamente unas pequeñas lámparas viejas alumbraban débilmente el camino. En su boca tenía un disco de extraños colores. Su mirada estaba llena de convicción y parecía que nada ni nadie lo harían retroceder.

    El pasillo acabó dando lugar a un enorme laboratorio en el que Magmortar y Electivire trabajaban sin cesar junto con numerosas de sus evoluciones. Persian avanzó hasta el final, rodeando un enorme cilindro metálico al que muchos cables y tubos estaban conectados. En la zona inferior tenía una pequeña abertura donde poder meter un objeto.

    Finalmente llegó al final de la sala, donde había una gran pantalla acompañada de un centro de control lleno de luces y botones. Electivire y Magmortar se acercaron con dos llaves y las insertaron en dos ranuras. Girarlas y la maquina empezó a emitir más luces y sonidos.

    –Don Persian. Puede insertar el Proyecto 02–Z.

    El Pokémon metió el extraño disco de su boca en un ranura y después pulsó un botón rojo. La enorme pantalla comenzó a desprender luces de diferentes colores, muy hipnóticas y que casi causaban ataques epilépticos. Cuando cesaron un Pokémon apareció en la pantalla. Era Porygon Z.

    –¿Cuáles son mis órdenes? –Dijo con una voz robótica. Don Persian, con una sonrisa de lado a lado, no esperó.

    –Mis órdenes son...


    *****​


    –¿Qué ocurre ahora? –Dijo Riolu al ver que las luces del Magikarp Dorado se habían apagado. Al poco, en el exterior comenzaron a escucharse diferentes ruidos de choques, cristales rotos y gritos.

    Riolu, Cranidos y Krokorok vieron que no sólo el Magikarp Dorado, sino que toda la ciudad estaba apagada. Edificios, alumbrado eléctrico, semáforos y todo objeto eléctrico había sido apagado. Le caos no tardó en desatarse.

    –¿Tendrá que ver con eso? –Preguntó Krokorok al ver cómo más de un centenar de tanques flotantes salían del mar y continuaban tierra adentro en dirección al bosque.

    –Son las tropas de Sir Malamar. –Respondió Riolu al ver que estos vehículos tenían el símbolo del casino de Sir Malamar.

    –Seguramente se dirijan a por Don Persian.


    *****​


    La lancha con forma de Tympole se abalanzó contra Gyarados el cual, extrañado por que alguien le persiguiera, alzó su cuerpo y giró su mirada. Togepi, sin temor alguno, empezó a derrapar en el último momento, Kecleon así aprovechando para saltar contra el rostro de Gyarados con un Trueno cargado que dio de lleno en la cara.

    Togepi no esperó y volvió a recoger a Kecleon. Vio que Gyarados apenas estaba dañado, por lo que decidió atacar por su cuenta. Alzó sus pequeños brazos y comenzó a cargar una esfera que posteriormente se convertiría en un potente cañón eléctrico.

    –Electrocañón.

    El ataque dio de lleno en Gyarados, el cual gritó de forma estremecedora. Al abrir su boca, en uno de los colmillos, ahí estaba la Acuamónica. Unas pequeñas chispas salieron de su cuerpo, confirmando que estaba paralizado.

    –Apenas le hemos hecho daño... –Dijo Togepi preocupado.

    –Necesitamos un campo de batalla donde poder movernos. – Kecleon observó la tranquila mar. Abrió su leve boca y surgió de ella una pequeña esfera azulada. Con el Rayo Hielo comenzó a congelar el agua alrededor de Gyarados.


    *****​


    Las tropas de Sir Malamar llegaron al bosque donde la Mansión Don Persian se hallaba. Sus poderosos tanques comenzaron a avanzar entre los árboles.

    –Mucho cuidado. Don Persian tiene una peligrosa Red de túneles bajo el suelo. Podrían emboscaros en cualquier momento. Si veis alguna entrada o agujero tirad granadas. – Dijo Sir Malamar por el transmisor.

    Algunos de sus secuaces se bajaron de los tanques para continuar andando con sus armas en mano. Poco a poco avanzarían por aquel bosque lleno de trampas.

    Un pequeño Machop avanzaba por delante de un Machoke y un Jynx cuando, de repente, pisó una mina y salieron volando por los aires en mil pedazos.

    Los tanques se libraban de las trampas. Uno de ellos cruzó entre dos árboles, cortando así un cable que les lanzó un potente bazucazo.


    *****​


    Don Persian observaba su obra en el gran cilindro metálico de aquella sala.

    –Con el ADN extraído de la Herbicorneta no tendremos problemas en finalizar el trabajo. –Dijo Electivire mientras traía el artefacto en sus manos y lo metía en la ranura inferior. –En pocas horas Mewtwo estará listo.

    –¿El proyecto 02–Z funciona?

    –La ciudad está completamente apagada. Porygon Z ha pasado toda la energía de la central eléctrica a nuestras instalaciones. Ahora mismo nada podría detenernos.

    Nidoking, Nidoqueen y Rhyperior aparecieron por la puerta a todo correr.

    –¿Qué ocurre? –Dijo Persian tranquilo.

    –Estamos repeliendo con éxito el primer ataque de Sir Malamar en el bosque. –Comenzó Nidoking. –Pero vienen más.

    –Pues repeledlos.

    –Deberías verlo... –Respondió Nidoqueen.

    Se acercaron a la gran pantalla que habían usado anteriormente y pusieron la imagen del segundo ataque de Sir Malamar. Siete gigantescas arcas voladoras de metal, equipadas con decenas de cañones, se acercaban directos a ellos.

    –Eso podría ser un problema. –Dijo un a voz tras ellos. Era Kirlia.

    –Si tuvieras la Acuamónica lo tendríamos más fácil. –Le dijo Persian en un tono muy seco. –Apresadla.

    Rhyperior cogió un arma que tenía junto a él, un pequeño cañón paralizador, y la disparó en la cara, dejándola inconsciente.

    –Metedla en una jaula.

    De repente, una de las máquinas comenzó a sonar de forma alarmante. Una luz morada no paraba de salir de la pantalla.

    –¿Qué demonios ocurre ahora? –Dijo Nidoking nervioso.

    –Se acerca el invitado. –Dijo Persian, ahora en un tono de preocupación y sudando frío.


    *****​


    Sir Malamar, junto a sus compañeros, se hallaban en diferentes tronos, sentados, observando en ataque. Pero uno estaba vacío, el de Knock Knower.

    –¿Creéis que nos ha traicionado? –Dijo uno.

    –Seguramente sepa algo que lo haya acojonado. Siempre ha sido un cobarde. –Dijo el más anciano.

    –Ese no es nuestro problema. Cuando acabemos con Don Persian ya nos encargaremos de esos problemas.

    –Sir Malamar. –Interrumpió uno de los operarios. –Algo está saliendo sobre la mansión.

    Miraron al frente y vieron como una sustancia morada aparecía sobre la Mansión Don Persian, substancia que formaba un torbellino.

    –Parece ser que es un agujero de gusano.

    –Qué demonios...


    *****​


    Gyarados, al verse rodeado por el hielo, decidió sumergirse bajo el agua.

    –¿Va a huir? –Preguntó Togepi. Kecleon, en silencio, observó la alargada sombra bajo el hielo.

    –No. –Dijo al ver que se acercaba. –Aparta un segundo.

    Togepi retrocedió varios metros, mientras que Kecleon echó su puño derecho atrás mientras que estiraba el izquierdo para apuntar. De repente, un haz de luz rodeó su puño y esperó.

    Gyarados, a toda velocidad, pegó un salto brusco y se lanzó contra Kecleon listo para devorarlo.

    –Genial. –Dijo Kecleon e hizo una pequeña muesca. El Pokémon saltó contra la boca de Gyarados sin miedo alguno.

    –¿Qué haces? –Preguntó Togepi preocupado.

    Kecleon atacó directamente a la cara de Gyarados lanzando su rostro de lado y chocándose así contra el hielo. Se sumergió por la fuerza del golpe, pero aprovechó su cola para golpearlo con Cola Dragón en el último segundo.

    En el agua nadó rápido, esta vez a por Togepi. Saltó de nuevo con Triturar, mientras que el otro rodeo su cuerpo con un aura blanca.

    –Doble Filo.

    Gyarados, en el último segundo, esquivó el ataque girando sobre si mismo. Chocó contra el hielo y se impulsó para morder a Togepi.

    –¡Togepi! –Gritó Kecleon preocupado.

    –Mierda... –Dijo Togepi al notar como uno de los colmillos de Gyarados clavándose en su pequeño cuerpo. Estiró su brazo al interior de la boca intentando coger la Acuamónica, pero no llegaba. Inesperadamente su cuerpo se cubrió de un potente haz de luz que deslumbró a Gyarados.


    *****​


    Giratina apareció del agujero de gusano de forma imponente y cayó frente a la entrada de la mansión levantando una gran polvareda.

    –¿Quien tiene mi Cuerno Roca? –Preguntó muy malhumorado.

    –¡Giratina! ¡Soy yo quien te ha llamado! Tengo tu Cuerno Roca. –Dijo un temeroso Don Persian acompañado de Nidoqueen y Nidoking.

    –¿Tu? ¿Diminuto ser blancucho? –Giratina estiró su cabeza hacia el Pokémon tipo normal.

    –Aquí la tienes. –Don Persian hizo un gesto para que Nidoking depositara lentamente el artefacto frente a Giratina.

    –Gracias. –Dijo encantado con su aterradora voz. –Venid, Orden Distorsión. Cogedla.

    Del oscuro agujero de gusano tres Pokémon aparecieron y cayeron del cielo. Primero cayó un Bisharp empuñando un Honedge y un Machamp de pie, agrietando el suelo de forma considerable. Después, un veloz Crobat se unió a ellos. Machamp, con total seriedad, se acercó al Cuerno Roca y lo cogió en sus manos.

    –Gran... Gran Giratina. –Dijo Don Persian tembloroso. –¿Ves ese ejército que se avecina? Vienen a apoderarse de tu poder.

    –¡Qué! – Respondió furioso. –No lo permitiré.

    Giratina saltó por los aires y a toda velocidad viajó en dirección a las naves que se aproximaban. Don Persian no pudo evitar hacer una pequeña muesca.


    *****​


    –El mundo se está yendo a la mierda. –Dijo Riolu preocupado al ver las grandes naves de Sir Malamar sobrevolar la ciudad por un lado y Giratina acercándose por el otro.

    Giratina usó Golpe Umbrío, desapareciendo en una negra esfera que se creó de su frente para aparecer tras las naves. El aura negra destruyó el primero de los transportes haciéndolo caer sobre el mar.

    –Tenemos que marcharnos de aquí o moriremos. –Alertó Cranidos. Lanzó su boca contra el brazo de Riolu para tirar de él.

    Los cañones de las naves apuntaron a Giratina. Dispararon, pero Giratina los esquivó con facilidad levitando entre los edificios. Los bombardeos destruyeron muchos de los edificios, algunos de ellos incluso derrumbándose.

    El Pokémon legendario cargó un morado Esfera Aural y la lanzó contra la sala de control de otro de los vehículos voladores. Éste también cayó rápidamente, está vez contra la zona del puerto.

    –Ya es tarde. Estamos... Perdidos. –Sentenció Riolu mientras veía como la nave iba a aplastarlos.


    *****​


    –Retirada, retirada, retirada. –Repetía uno de los Malamar.

    Sir Malamar estaba pálido sin saber qué hacer. No entendía nada.

    Algunos Malamar optaron por huir flotando, idea inútil al ser debilitados y estampados contra el suelo o devorados por Giratina.

    –Que bien saben estos Malamar. –Resonaba en la sala acompañado de gritos de horror.

    Derrotado, Sir Malamar se acercó al cristal para echar un último vistazo a una destrozada Odissey City. De repente, una sombra lo cubrió. Ésta se movía y pronto frente a él vería la gran cabeza del legendario.

    –Hola, gran Dios del Mundo Distorsión. –Dijo con una voz leve y conteniéndose las lágrimas en los ojos.

    El cristal que lo separaba del legendario fue reventado por una negra aura que envolvió rápidamente a Sir Malamar.


    *****​


    –No me jodas... –Dijo Kecleon mientras observaba que Togepi estaba evolucionando.

    –¡Viento Feérico! –Gritó Togetic mientras apuntaba hacia el interior de la boca de Gyarados.

    El gran tornado rosado dio de lleno en el interior del oponente, causándole un gran dolor interno. Gyarados gritó de dolor, liberando a un Togetic herido en el estómago. La herida no paraba de sangrar, pero era capaz de aguantar el dolor.

    –¿Estás bien? –Le preguntó Kecleon.

    –Es soportable.

    –Esto está yendo demasiado lejos. –Dijo Gyarados más furioso que nunca. –Danza Dragón.

    El Pokémon se rodeó de una bella aura rosada que liberó un brillante polvo sobre su cuerpo. Después pegó con su cola un gran golpe sobre el hielo despedazando todo en cuestión de segundos.

    –¡Terremoto!

    Kecleon y Togetic corrieron hacia la lancha en forma de Tympole mientras veían como el hielo se rompía cada vez más cerca. Togetic empezó a flotar en el aire, por primera vez en su vida.

    –Agárrate a mis pies. –Le dijo el hada, orden que Kecleon cumplió de inmediato.

    En el aire, desprotegidos, solamente pudieron observar la gran boca de Gyarados que se había lanzado hacia ellos. Era el final, iban a ser devorados. Kecleon, desesperado, lanzó un ataque Trueno contra Gyarados.

    El ataque, al impactar, creó una gran nube de humo. De la nube Gyarados seguía impasible hacia la pareja en el aire. Kecleon simplemente esperó a recibir el ataque.

    De repente, dos negros ojos aparecieron cubriendo su campo de visión.

    –Xatu.


    *****​


    Electivire y Magmortar habían acabado su proyecto. Asombrados y a la vez emocionados no podían esperar a ver el resultado.

    Pulsaron un botón y lo que era un cilindro metálico comenzó a descender para dejar uno de cristal al descubierto. El segundo estaba lleno de un líquido grasiento que cubría a la poderosa creación, Mewtwo.


    *****​


    Giratina, tras su demostración de fuerza volvió a la mansión Don Persian y se volvió a colocar en el mismo sitio junto con la Orden Distorsión.

    –Gran Giratina...

    –¿Si?

    –Tenemos un último regalo. –Rhyperior trajo a una aterrada Kirlia, la cual estaba esposada. –Un sacrificio.

    –Me vas a caer bien. Acabo de destruir una flota junto a una ciudad y ahora me das más comida. –Dijo entre carcajadas.

    –No... Por favor... –Suplicó Kirlia.

    Pero Giratina no entendía de suplicaciones y arrojó su potente aura negra contra ella para hacerla desaparecer.

    –Parece que ya hemos acabado pequeño. –Dijo Giratina mientras que Persian contenía su enfado. –Nos volveremos a ver.

    Del subsuelo una explosión interrumpió la marcha del legendario. De la gran polvareda un nervioso y desorientado Mewtwo salió, encontrándose cara a cara con Giratina.

    –¿Quién... Quién eres? –Le preguntó Mewtwo aterrado.

    –Bienvenido al mundo, Mewtwo. –Le dijo Giratina por telequinesis. –Eres un Pokémon muy fuerte. Tienes un poder aterrador.

    –¿Yo? ¿Un Pokémon? Yo solo soy una herramienta para traer la paz. –Le respondió con su poder mental.

    –Claro, claro... –Se rio Giratina en voz alta. –Qué interesante y patético al mismo tiempo. Pero tranquilo. Volveré para que seas libre y desates todo tu poder.

    Giratina junto con sus tres secuaces atravesó el portal de regreso al Mundo Distorsión finalizando así la visita del Dragón Legendario.


    *****​


    Gyarados llegó a la residencia submarina el Dios del Mar, Empoleon. Con la Acuamónica en la boca, se dirigió directamente a la sala del trono, lugar donde Empoleon se encontraba recién levantado de la cama.

    –¿Lo tienes? –Le dijo nervioso en cuánto lo vio. Gyarados solo tuvo que escupir el artefacto, el cual cayó a los pies del otro.

    Los demás generales se pusieron a la par haciendo referencia al emperador.

    –Que comience la época del Imperio Marino.

    –Pues empecemos por acabar la guerra contra esos malditos príncipes del Reino del Aire.


    *****​


    –Mewtwo parece haberse tranquilizado. –Dijo un malherido Magmortar afectado por la explosión. Junto a él estaba Electivire debilitado.

    –¿Dices que nos es obediente? –Preguntó el Don con curiosidad.

    –A saber... Ahora mismo su cerebro está madurando a una gran velocidad. Los primeros días van a ser cruciales para adoctrinarlo.

    –Eso suena bien... Muy bien... Habéis hecho un gran trabajo, descansad todo lo que necesitéis. –Persian trajo agua y unas bayas para los dos malheridos.

    Volvió a su despacho junto con Nidoking, Nidoqueen y Rhyperior donde no se esperó a poner las cosas en orden.

    –Parece que nos hemos quitado el asunto de Giratina de encima. –Comenzó Nidoking.

    –Así es. Desde que Kirlia sacó ese maldito objeto sabíamos que Giratina nos buscaría, por eso mandamos esa señal especial a su mundo.

    –Tengo noticias de la Acuamónica. –Continuó Rhyperior. –Al parecer la ha robado uno de los generales del Emperador del Mar.

    –¿Crees que seguirá con sus deseos de extender su imperio? –Preguntó Nidoqueen intrigada.

    –No lo sé. Pero lo más seguro es que vayan a usar la Acuamónica para acabar la guerra contra el Reino del Aire.

    –Hablando del Reino del Aire. –Interrumpió Rhyperior. –El Landorus ganador del torneo en el Magikarp dorado es uno de los tres príncipes. Parece que todo el mundo se está fortaleciendo mucho.

    –Estaba pensando... –Continuó Don Persian con la mirada perdida en la ventana. –¿Sabéis algo del Heatran al que le vendimos su propio tesoro? ¿El Tambor Fuego?

    –Más allá de los problemas que había causado en el Monte Ígneo no sabemos nada más. Nos juró venganza, pero seguramente serían habladurías de una vieja leyenda. –Opinó Nidoking.

    –La verdad opino lo mismo, pero creo que deberíamos tenerlo más vigilado. –Dijo Rhyperior mientras iniciaba a apuntar las cosas en una pequeña libreta.

    –¿Y cuál sería el siguiente paso? –Preguntó Nidoqueen curiosa.

    –Esperar. Aún tenemos que completar el proyecto de Mewtwo. Por lo demás, únicamente debemos esperar a que el mundo haga su movimiento. Vendimos el Terracímbalo y la Aeromelódica a ese Bagon y ese Larvitar, pero realmente tengo un mal presentimiento al respecto.


    *****​


    Cerca de Villa Camuflaje, en el bosque que rodeaba la protegida villa, existe una zona pantanosa en la que vive una terrible bestia. Ésta era un Hydreigon de gran tamaño y normalmente vivía solo. Pero aquel día siete Pokémon lo visitaron.

    –¿Quién anda ahí? –Dijo éste al ver que alguien se acercaba.

    –No parece que el exilio te siente mal. –Dijo el primero en aproximarse, un Dragonite de color verde pálido. –Este es un lugar bastante reconfortante.

    –Ah, eres tú. ¿Qué demonios quieres?

    –Venimos a ofrecerte guerra. Sé de sobra que lo echas de menos. –Le dijo Garchomp, el cual apareció saltando de árbol en árbol.

    –No me interesa.

    –No me jodas Hydreigon. Sabes de sobra que siempre nos ha encantado la guerra. –Le dijo un siempre furioso Tyranitar.

    –¿Pero qué demonios planeáis?

    –Venganza contra los legendarios. –Dijo Kommo–o. –Recuperar nuestra supremacía, como la que teníamos antes de que los Legendarios nos desterraran.

    –¿Y qué os hace pensar que podemos ganar?

    –Ahora tenemos algo nuevo. –Dijo Goodra mirando a los cielos. Metagross y Salamence descendieron con dos objetos. –Ahora tenemos el Terracímbalo y la Aeromelódica.
     
    Última edición: 22 Diciembre 2018
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    jonan

    jonan Jonan1996

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    PMDverse: Dance of Gods
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    Aventura
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    15
     
    Palabras:
    2003
    9º Capitulo: “La torre de Xatu”


    Kecleon se despertó sobre una cómoda cama echa con una gran montaña de paja cubierta por una sábana. Miró a su alrededor y vio que había otras cuatro camas similares en las que descansaban Cranidos, Riolu, Togetic y Krokorok.

    –¿Qué demonios ha ocurrido? –Susurró pensando en sus últimos recuerdos. –Iba a morir y...

    Se levantó de la cama y salió de aquella pequeña y acogedora habitación iluminada por una pequeña bombilla que colgaba del techo. A los lados había dos ventanas de arco las cuales mostraban estar en las alturas rodeados por verdes pastos y, al fondo, unas altas y azuladas montañas con sus cimas nevadas.

    Cruzó un largo pasillo a oscuras hasta llegar a otra iluminada sala circular donde un Xatu y una bella Braixen se encontraban tomando el té. Xatu, con sus siniestros movimientos de cabeza, la giró para mirar a Kecleon.

    –¿Quieres unirte a tomar el té? Braixen hace un té rojo exquisito.

    –Si... –Dijo Kecleon nervioso. –Me encantaría.

    El Pokémon se unió a los tres sentándose sobre un pequeño cojín. Mientras, Braixen le sirvió el té muy seria. Kecleon no pudo evitar fijarse en que era muy bella.

    –¿Tu nos salvaste? –Dijo Kecleon mientras se llevaba un sorbo a la boca.

    –Así es.

    –¿Desde cuándo me llevas vigilando?

    –Desde que saliste de Villa Camuflaje.

    –¿Por qué?

    –Porque de los catorce millones de futuros posibles que he observado el mundo no será destruido en tan solo nueve.

    –Qué?

    –Y en esos nueve futuros alternos todos sobrevivís a esta pasada noche. Vosotros, despojos de la sociedad, sois los finos hilos que mantienen el mundo de los Pokémon intacto.

    –¿Ese te lleva marihuana? –Dijo Togetic desde la puerta junto con el resto.

    –No. No lleva.

    –Lastima... –Dijo Togetic vacilón. Mientras todos se sentaban alrededor de la mesa. Braixen comenzó a servirles el té.

    –¿Eres el dios de la sabiduría no? –Dijo Cranidos pensando en cómo los había salvado de morir aplastados.

    –Así me llaman.

    –No me jodas... el que lo ve todo... –Dijo Riolu emocionado.

    –¿Acaso no es evidente? –Dijo Braixen al ver la insolencia de Riolu.

    –Os he querido reunir para encaminaros por el único camino posible que tiene este planeta de salvarse. Es por eso que debéis ir al Monte Ígneo en busca de Heatran.

    –No entiendo. ¿Por qué debemos ir? –Dijo Krokorok, el cual no entendía nada.

    –Porque los sucesos que os esperan allí serán los que os guíen en la aventura de vuestra vida. Después de los sucesos, si seguís vivos, no volveréis a ser los mismos. Pero os aseguro que lograréis aquello que tanto deseáis.

    –¿Aquello que deseamos? –Preguntó Togetic escéptico.

    –Así es. Tú. Togetic. –Xatu giró su cabeza y lo miró para después cerrar los ojos. –Lucharas contra ese Noivern.

    –¿Qué? –Dijo Togetic asombrado.

    –Todos acabaréis enfrentándoos a vuestros miedos. Riolu y Kirlia, Cranidos y Tyrantrum, Krokorok y su hermano y tu Braixen habrás saldado tu deuda.

    –¿Qué? ¿Yo también debo partir? –Respondió Braixen alarmada.

    –Así es.

    –Pero debo estar aquí. Entrenando para ser una importante sacerdote en el futuro.

    –Ya no. Para saldar tu deuda y llegar a ser mejor que tu madre solamente te falta partir. Ha llegado la hora de tu viaje.


    *****​


    Kecleon y Cranidos se hallaban en lo alto del edificio donde se encontraban. Observaron que se encontraban en una muy alta torre ligeramente estrecha. Ésta estaba colocada en un estrecho valle, un fiordo de robustos muros. La pareja miraron torre abajo y vieron que esta estaba construida sobre el ancho río que finalizaba en el mar.

    –Es un bello sitio. –Dijo Cranidos observando el lugar con detalle.

    –No es muy reconfortante cuando te empiezan a hablar del fin del mundo.

    –¿Qué opinas sobre el dios de la sabiduría?

    –Creo que tiene buenas intenciones y que nos dice la verdad. Lo que no se es hasta que punto dice la verdad.

    –Opino lo mismo pero... sabe mucho sobre nosotros. Quizás debamos aceptar la misión e ir al Monte Ígneo.

    –Togetic dice que desde que Moltres se largó de esa montaña se ha vuelto en un territorio más peligroso. –Dijo Kecleon.

    –Además, Heatran no es que nunca haya tenido fama de amigable. Recuerdo cuando intentamos evitar que Kirlia robara el Tambor Fuego en el Volcán Gigante que casi acabamos sepultados por una erupción. Su poder destructivo es aterrador.


    *****​


    Togetic y Braixen bajaron por una escalera de caracol rocosa hasta llegar a una altura media. Allí giraron y por otro estrecho pasillo llegaron a un gran balcón el cual tenía un gran globo apoyado. El zepelín era blanco y tenía dibujados los mismos símbolos que tiene el cuerpo de un Togepi.

    –Dice Xatu que sabes manejarlo. –Le dijo Braixen a un emocionado Togetic.

    –Así es. Pero... ¿Realmente es para mí?

    –Claro. De alguna forma tendremos que viajar.

    Los dos se montaron para dirigirse a un pequeño control con varios botones, palancas y un timón.

    –¿Tiene propulsores de ácido nitroso?

    –Creo que sí.

    –Es maravilloso... –Togetic babeaba mientras miraba a todas partes cual niño pequeño en una juguetería.

    –Hay otra cosa para ti. –El tono de Braixen se volvió más serio. –Xatu me ha dicho que sufres una adicción a la cocaína.

    –Eso no es problema tuyo. –Togetic agacho la cabeza y miró su ligeramente temblorosa mano.

    –Déjame ayudarte. Tengo una poción...

    –¡No necesito tu ayuda!

    –Siento discrepar.

    –Aparta. –Togetic machó flotando malhumorado y dejó atrás a la starter.

    –Lo que hagas me da igual, pero si mi vida va a depender de tus habilidades de conducción siento un cierto temor.

    –Pues entonces no vengas. –Dijo mientras seguía marchándose.

    –¡Créeme que no lo hago por gusto, panda de degenerados sin aprecio alguno por la vida! –Togetic se detuvo en seco para después girarse.

    –Quizás Xatu quiera que te haga caso...


    *****​


    El curioso e inquieto Riolu no dudó en adentrarse por las estrechos y oscuros pasillos laberínticos de la torre. De vez en cuando, en las intersecciones, una pequeña antorcha iluminaba los pasillos. Riolu, tranquilo, estaba oculto gracias a la oscuridad y los pasos de los habitantes del lugar resonaban en los pasillos.

    En uno de los cruces de caminos observó que de una de las salidas provenía una gran luz blanca cegadora. Llevaba mucho rato a oscuras, por lo que pensó que la luz del día le estaba deslumbrando. Pero no, otra cosa emanaba la misma luz solar. El Pokémon no se hizo esperar para ver qué era.

    La sala, de planta circular, tenía una pequeña columna con bellas decoraciones de rosas cinceladas. En ella una bella orbe de cristal estaba apoyada, orbe en la que un extraño fuego verde líquido parecía fluir.

    –Es precioso... –Susurró Riolu mientras se acercaba al artefacto sin poder quitarle ojo.

    –¿No pensarás llevártelo? –Dijo un Krokorok tras de sí.

    –¿Me has seguido?

    –Así es.

    Los dos estuvieron unos leves segundos mirándose fijamente.

    –Xatu habrá visto que ha sucedido esto. Si me lo llevo me y le importa me lo impedirá y se lo daré. Si no le importa pues algo valioso que nos llevamos.

    –¿Acaso sabes lo que es?

    –¿Acaso lo sabes tú?

    –¿Sabes por qué Xatu es el dios de la sabiduría? ¿Cuándo los titanes fueron desterrados por los legendarios y después los legendarios se apartaron de la sociedad?

    –Los dioses aparecieron y se dice que Xatu fue el primero, el dios de la sabiduría.

    –Así es, un Pokémon capaz de ver el futuro. Lo que pocos saben es que fue discípulo de Celebi. Según su maestro, la capacidad de ver el futuro de Xatu junto con el poder del tiempo de Celebi lo hacían uno de los dioses más poderosos.

    –¿Crees que ese orbe es el poder de Celebi? –Dijo RIolu mientras estiraba su mano hacia el objeto.

    –¡Eres estúpido!

    Riolu tocó el objeto y comenzó a sentir un gran dolor que le obligaron a cerrar los ojos.


    *****​


    Riolu abrió los ojos, pero ya no estaba en la torre de Xatu, sino que en medio de una ciudad medieval fortificada. En frente de sí Giratina, intimidante, luchaba contra tres haces de luz, una roja, una azul y una amarilla destruyendo el castillo sobre el que combatían a su paso. A Giratina cinco sombras lo acompañaban mientras que a las tres haz de luz los acompañaban otras tres.

    Su atónita mirada no pudo evitar mirar a la derecha, al mar, al ver algo aún más terrible. Un gigantesco tsunami se acercaba hacia él. Acto seguido Riolu salió por los aires por la fuerza de una erupción volcánica que sucedió a su izquierda.

    –Qué demonios... –Susurró dolorido.

    Se levantó del suelo y vio lo que tenía a sus pies. Su amigo Cranidos, el peculiar Kecleon, Togetic, Krokorok y Braixen estaban tirados, muertos, con la mirada perdida. Riolu no pudo evitar retroceder mientras sudaba frío. Rápidamente se abalanzó contra su compañero entre lágrimas.

    –¿Qué ocurre? –Dijo entre sollozos.

    –¡Riolu! –Resonó una voz en su cabeza.


    *****​


    –¡Riolu! –Gritaba Krokorok preocupado al ver el trance en el que Riolu se había metido.

    –¿Dónde estoy? –Dijo Riolu desorientado en el suelo.

    Xatu inmediatamente se teletransportó al lugar. A los pocos segundos aparecieron el resto.

    –¿Qué ha visto? –Dijo Xatu intrigado mientras movía el cuello de forma desagradable.

    –Una ciudad... –Dijo medio inconsciente. –Destruida...

    –Necesita descansar. –Dijo Braixen y corrió donde el Pokémon para socorrerlo. En brazos comenzó a llevárselo.

    –¿Qué es eso? –Preguntó Cranidos enfadado.

    –Es el Orbe de Celebi. Vale para viajar en el tiempo, aunque solamente pueden usarlo los más fuertes y de forma limitada. Riolu al no poder controlar su poder seguramente haya visto algún traumático suceso de su vida, ya fuera del pasado o del futuro.

    –¿Dices que ha podido ver el futuro? –Dijo Cranidos confuso y todavía enfadado.

    –Teniendo en cuenta la pálida cara que tenía seguramente fuera algo que no ha vivido. –Opinó Krokorok. –Su futuro.

    –Os recomiendo que no volváis a tocar la Orbe. Ni tenéis el poder para controlarla y viajar en el tiempo, ni deberíais vivir tiempos que no son vuestro presente.


    *****​


    Anochecía de nuevo en el valle. Braixen cuidaba a Riolu junto con Kecleon, el cual estaba algo celoso de Riolu.

    –¿Le ha bajado la fiebre? –Le preguntó Kecleon mientras Braixen llevaba su pata a la frente del dormido Pokémon.

    –Así es. Está mucho mejor, solo necesita descansar. Mañana al amanecer podremos partir.

    –Bien. –Dijo contento. –Avisaré al resto.

    Kecleon marchó y en cuanto perdió de vista la sala Xatu se teletransportó a ésta.

    –¿Ha dicho algo? –Dijo intrigado por la visión de Riolu.

    –Nada que no sepas. –Respondió arisca. –Aunque estaría bien que me dijeras si Riolu realmente va a tener secuelas.

    –¿Sigues enfadada porque te he mandado con estos jóvenes?

    –Dilo bien. Me has echado.

    –¿Querías superar a tu madre? Pronto lo lograrás y quien sabe, si sobrevivimos tal vez seas mejor que ella.

    –Tu tan esperanzador como siempre...

    –En cuanto a secuelas... ¿Secuelas? Tranquila. Solamente pasara tres o cuatros días malos. En cuanto evolucione se le pasará.


    *****​


    Riolu descansó toda la noche y al amanecer todos estaban preparados para partir. Togetic al timón del zepelín finalizaba los últimos preparativos mientras el resto subían las cosas a bordo. Xatu, afuera del vehículo volador, los observaba con cierta sonrisa.

    –Dama y caballeros. Buena suerte en el Monte Ígneo y con Heatran. Recordar que hoy inicia el verdadero viaje de vuestra vida. Estoy seguro de que acabaréis salvando el mundo. Aunque no nos podamos relajar, de esos catorce millones de futuros alternos que analicé, solo en un millón partíais de esta forma. Las nueve posibilidades de sobrevivir siguen intactas. Mucha suerte.

    –Bien, tenemos novecientos noventa y nueve mil novecientas noventa y un posibilidades de morir. Genial. –Dijo Riolu irónico.

    –Lo mejor es que no sabemos muy bien a lo que vamos. –Le respondió Kecleon en el mismo tono. –Es hora de arrancar. –Togetic le respondió asintiendo y acto seguido el Pokémon puso en marcha los motores rumbo al Monte Ígneo.
     
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    jonan

    jonan Jonan1996

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    10º Capítulo: “El Monte Ígneo”


    El zepelín se acercaba al Monte Ígneo, un enorme volcán que sobresalía de una gran planicie de roca negra como la noche. De la cima grandes ríos de lava caían montaña abajo, lenta pero arrasando todo a su camino. Un extraño ruido metálico repetitivo también salía de lo más alto junto con una gran columna de oscuro humo.

    –Parece el infierno. –Dijo Cranidos.

    –¿Puedes dejarnos en la cima? –Preguntó Braixen mirando a Togetic.

    –Las rocas que sobresalen en la cima, junto con el aire caliente que expulsa el volcán... lo veo imposible. Aterrizaré cerca de la entrada. –Respondió mientras señalaba una entrada rectangular de gran tamaño.


    *****​


    –Es enorme... –Dijo Riolu al observar la entrada, un gran boquete en la roca de forma rectangular, la cual tenía numerosas brechas junto con algunos pequeños ríos de lava. Algunos de estos ríos se habían enfriado creando pequeñas y hermosas líneas de negra obsidiana.

    –Hace calor... –Opinó Kecleon.

    –Pues yo estoy a gusto. –Respondió Braixen disfrutando el calor emanado de la roca líquida.

    –Deberíamos andar con cuidado. Es un lugar muy peligroso. –Recordó Togetic.

    –Tranquilos, no es necesario que entréis. –Dijo una voz. El sexteto miraba al cielo confuso sin saber de dónde provenía la voz.

    –Aquí no seréis bien recibidos. Demasiados visitantes tenemos hoy en la montaña. –Respondió otra voz, similar a la anterior pero ligeramente más aguda.

    –¡Salid de vuestro escondite! –Grito Krokorok.

    Uno de los desconocidos Pokémon usó Ala de Acero contra una roca que sobresalía en la montaña, partiéndola y dejándola caer sobre el equipo.

    –¡Cuidado! –Gritó Cranidos.

    –Dejádmelo a mí. –Dijo Riolu. De un solo salto se puso frente a la roca, iluminó su brazo y la destruyó con un ataque Machada.

    –¡Vendaval! –Gritó la voz de un Pidgeot que agitó las alas para atacar a Riolu.

    Los cientos de pedazos, sumados al ataque tipo volador, dieron de lleno a un indefenso Riolu que se estampó contra el suelo.

    –¿Estas bien? –Preguntó Kecleon rápidamente.

    –Si... –Le dijo mientras se levantaba del suelo. –La cabeza me da vueltas...

    –Ponte detrás. –Dijo un Cranidos preocupado.

    Braixen se lanzó contra el Riolu con un pequeño vial que sacó de su cola y se lo ofreció a la boca. Kecleon miró como Braixen socorría a Riolu demasiado cerca.

    –Toma Riolu. Bebe esto, es para el dolor de cabeza. –Le decía Braixen mientras unas pequeñas gotas caían dentro de su boca.

    –Os hemos dicho que no os aceptamos en la montaña. Demasiada gente ha venido ya a hacer daño. –Dijo un Pidgeot que voló hasta interponerse entre la puerta y el grupo de Kecleon. Poco después dos Pidgeotto se pusieron junto a él.

    –Somos seis contra tres. No tenéis nada que hacer. –Dijo Cranidos intentando evitar el conflicto.

    –¿Estás seguro?

    De repente, una veintena de Pidgey aparecieron de los escondites, entre la lava y las rocas. Estos gritaban con ira intentando intimidar al grupo.


    *****​


    –El nuevo jefe nos ha dicho que necesitamos el Tambor Fuego pero... ¿Para qué? –Decía un Weezing en la sexta planta del Monte Ígneo.

    –Ese no es nuestro problema. Solamente somos trabajadores. –Le respondió Crobat.

    –Con este nuevo ascenso ya no. –Dijo Skuntank. –Ahora somos los terceros en la lista. Ahora tenemos el puesto Gamma. Parece que dejar de ser el Equipo Calavera y unirse a Knock Knower nos ha salido bastante bien.

    –¿Sabes algo del puesto Beta? –Dijo el murciélago.

    –Lo tenía Watchog, pero después de lo ocurrido en el Magikarp Dorado a saber a quién se lo han asignado.

    –Oh mira, un Numel. –Dijo mientras observaba un pequeño bañándose en lava.

    –Gaséalo. –Dijo Skuntank sin piedad. Weezing lo obedeció inmediatamente y mató a Numel con sus tóxicos gases mientras los otros dos observaban sin inmutarse. –Ojala un día llegue al puesto Alpha, aunque superar a ese Mightyena va a ser complicado. Desde que lo convirtieron en un monstruo...


    *****​


    –Me pido al Pidgeot. –Dijo Cranidos dando un paso al frente y muy sonriente.

    –Deja que te abra camino. Yo me encargo de los Pidgey. –Braixen se puso a la par de Cranidos.

    –Habrá una veintena.

    –Suficientes.

    Braixen sacó el palo que asomaba en su cola dejando al descubierto lo que realmente era un báculo con un extraño objeto de color morado en su parte superior. Éste era un incienso que liberaba un exótico aroma con el que los poderes psíquicos de Braixen se potenciaban.

    –¿Qué es eso?

    –Es un Incienso Raro. Pero tranquilos, no lo voy a usar. –Alzó el báculo y comenzó a generar una llama. Después comenzó a girar el palo en el aire. –¡Giro Fuego!

    La llama comenzó a crecer en el cielo alrededor del grupo hasta convertirse en un gran torbellino que atrapó a unos descuidados Pidgey que gritaron de dolor.

    –Es fuerte... –Susurró Kecleon sorprendido.

    –¡Wow! –Exclamó Cranidos.

    Los jóvenes pájaros cayeron calcinados al suelo para sorpresa de Pidgeot y los dos Pidgeotto.

    –¡Cabezazo Zen! –Gritó inesperadamente Cranidos con su robusta cabeza rodeada por un haz de luz mientras corría directamente a su oponente.

    –No caeré tan fácil. –Respondió Pidgeot. –Ataque rápido.

    Pidgeot se lanzó con fuerza dejando una leve aura blanca por el camino. La cabeza de Cranidos, iluminada de azul, tenía su objetivo fijado. Colisionaron con fuerza y sus caras no pudieron evitar expresar dolor. Cranidos cogió impulso y remató su ataque. El golpe de Cranidos, más fuerte, hizo salir volando a Pidgeot hacia el interior de la cueva a través de la entrada. El fósil viviente salió tras él.

    –Cabrones... –Dijo uno de los Pidgeotto.

    –¡Vamos! –Le gritó el otro.

    Ambos alzaron el vuelo. El de la derecha comenzó a girar sobre el otro mientras aumentaba la velocidad. El otro comenzó a agitar las alas para crear una nube de arena.

    –Cuidado. –Dijo Kecleon esperando ver que hacían.

    –Creo que van a combinar los ataques. –Dijo Togetic.

    –Ataque Arena. –Dijo uno mientras se alzaba arena del suelo. Ésta, poco a poco, comenzaba a girar en un torbellino a causa del movimiento del otro Pidgeotto.

    –Ciclón. –El otro creó un gran torbellino de ligero tono morado que se unió a la arena creando una draconiana tormenta de arena.

    Togetic se lanzó contra el torbellino flotando por los aires con mucha seguridad. Todos lo miraron como si se hubiera vuelto loco. Su cuerpo comenzó a envolverse por una cegadora luz blanca.

    –Brillo mágico.

    Togetic entró de lleno en el torbellino, recibiendo los ataques de lleno mientras lo intentaba contrarrestar con el ataque tipo hada. El haz de luz poco a poco fue haciéndose más grande hasta deshacerlo por completo. Los Pidgeotto reaccionaron con asombro.

    –Vamos a por él hermanito.

    –Vamos.

    Los pájaros se lanzaron contra Togetic, el cual flotaba en el aire.

    –¡Ataque ala! –Gritaron al unísono mientras embutían sus alas de una blanca aura.

    –Voy a matar dos pájaros con una piedra. Poder pasado.

    Cargó el ataque entre sus manos, una esfera blanca y esperó hasta que estuvieran casi encima.

    –Poder pasado.

    La bola colisionó contra los dos, tirándolos al suelo hasta estamparse contra el suelo, debilitados.


    *****​


    Piso 1.

    Pidgeot salió de la roca donde su cuerpo había sido incrustado bastante dolorido.

    –Sois duros cabrones... –Dijo y escupió algo de sangre.

    –Estas a tiempo de poder rendirte. –Le ofreció Cranidos.

    –Lo siento, pero eso no puedo permitirlo. Verás lo que es la velocidad de un Pidgeot. –El Pokémon se preparó para atacar.

    –646,4 metros por segundo. –Respondió Cranidos inesperadamente.

    –¿Qué?

    –La velocidad máxima de un Pidgeot.

    –Ah...

    –Anda, atácame.

    –Si... mejor... Tajo aéreo.

    Pidgeot estiró sus alas y de un brillante polvo blanco creó dos círculos brillantes que giraban sobre sí mismos de forma cortante. Después las lanzo contra Cranidos.

    –Testarazo. –El fósil viviente, corriendo, se rodeó de un potente aura azulada que se perdía tras de sí.

    –Bofetón lodo. –Pidgeot de un aletazo tiró algo de barro que asestó de lleno en los ojos de Cranidos. El enemigo no cedió el paso.

    Pidgeot, con facilidad, esquivó el ataque de Cranidos alzando el vuelo. El otro simplemente destruyó una gran roca volcánica en mil pedazos, pero el lodo en sus ojos aún no se quitaba. Después, el pájaro comenzó a agitar sus alas con gran fuerza. Un huracán de gran tamaño apareció frente a Cranidos.

    –Vendaval.–Dijo Pidgeot mientras observaba como la ventolera se acercaba al otro.

    –¿Qué ocurre? –Exclamó ciego notando el aire chocando contra su cuerpo. En una milésima de segundo en la que observó la gran columna de aire acercarse reaccionó desesperadamente. –Ventisca.

    La boca de Cranidos se abrió liberando una gélida mezcla de viento y nieve. Ésta chocó con fuerza contra el Vendaval disolviéndolo en cuestión de segundos.

    –Mierda. –Dijo Pidgeot antes de que el ataque le diera de lleno. El Pokémon cayó al suelo, aparentemente debilitado.

    Tras Cranidos se escucharon pasos. Se giró y observó cómo sus compañeros se acercaban con total calma.

    –¿Has acabado? –Dijo Riolu.

    –¿Estas bien? –Le respondió.

    –Me duele la cabeza un poco pero estoy bien.

    –Toma Riolu. Deberías tomar esto. Es para el dolor de cabeza. –Dijo Braixen sacando un pequeño frasco de su cola.

    Riolu inmediatamente se bebió el líquido rosado del interior y en cuestión de segundos su dolor se desvaneció.

    –Sabe a licor malo y fuerte. Pero funciona de cojones.

    –Oye... –Dijo una leve voz rota. Era Pidgeot. –Oye...

    –¿Qué sucede? –Dijo Cranidos mientras se acercaba a él.

    –Tened cuidado. Hoy hay muchos visitantes en el volcán. Ah... Y buena suerte si os encontráis con mi hermano. –Dijo con dificultad antes de caer debilitado.


    *****​


    Piso 2.

    Tras cruzar la primera planta y subir las escaleras continuaron el camino hacia Heatran. El segundo piso era muy parecido al primero, pero se podía observar que cuanto más arriba se hallaban mayor era la presencia del fuego y la lava. Los Pokémon de la planta, algún Pidgey, Magby, Numel o Slugma no les hacían mucho caso y como mucho se apartaban del camino del grupo.

    El camino lo hacían en silencio, aguantando el calor y los sudores. En un momento dado vieron una pequeña estatua de un Slugma totalmente calcinada.

    –Es una estatua perfecta... –Dijo Riolu inocente.

    –No es una estatua... –Respondió Braixen en un tono serio.

    –¿Cómo?

    –Es un cadáver de Slugma. Cuando se detienen su cuerpo se enfría y si lo hace del todo acaban muriendo. –Explicó Togepi.

    –Aun así existe una posibilidad... –La starter, sin dilación alguna, empujó la estatua y la partió en mil pedazos. Todos reaccionaron sorprendidos.

    –¡Qué haces! –Le gritó Cranidos.

    –Lo has rematado... –Le dijo Krokorok incrédulo.

    –Callad anda.

    Entre los escombros una pequeña mancha de lava cayó y comenzó a moverse. Poco a poco comenzó a alzarse y coger forma hasta que abrió los ojos. Era un minúsculo Slugma.

    –Los Slugma mientras mantengan una mínima parte de su cuerpo pueden mantener la conciencia y de lo que quede pueden regenerar su cuerpo.

    –Gracias. Me has salvado la vida. –Le dijo el pequeño con una voz aguda.

    –De nada. Ahora ve a una fuga de lava y regenérate bien.

    –Vale, gracias. No sé cómo agradecerlo.

    –No hay de qué.

    –Bueno, aun así, en agradecimiento, os diré un pequeño secreto. Si camináis recto y veis una cascada de lava, atravesadla. Encontraréis un mural increíble que merece la pena verlo.

    –Gracias Slugma. –Le dijo Braixen con una sonrisa de lado a lado.

    –¿Vamos a ir? –Preguntó Riolu con cara de aburrido.

    –No tenemos prisa. –Le dijo Kecleon.

    –Quizás esté bien verlas. –Propuso Cranidos.

    –Si Heatran nos mata todo esto dará igual, así que ver un poco de arte puede estar bien. –Extendió Togetic.

    –Pues vamos... –Finalizó Riolu.

    Caminaron hasta la indicación dada por el pequeño Slugma, una pequeña cascada de lava. Braixen, con Psíquico, movilizó algunas rocas y las puso al borde de la caída. De esta forma la lava se dividió en dos dejando en medio el paso libre a una pequeña galería en forma de tubería.

    Entraron y vieron la cristalina obsidiana cómo había sido agujereada hasta llegar a una sala circular con un gran mural grabado. En el centro aparecían las Aves Legendarias frente a un Quagsire de gran tamaño con corona. Entre ellos se apreciaban tres flautas. Al rededor salían escenas de combates, entre ellas las de Dragonite contra Articuno, Salamence contra Zapdos y Hydreigon contra Moltres.

    –Es increíble... –Susurró Braixen.

    –Esos son Articuno, Zapdos y Moltres. –Opinó Kecleon.

    –¿Los conoces? –Dijo Cranidos sorprendido a sabiendas de que en Villa Camuflaje apenas aprendían nada del exterior.

    –Mis maestros nos hablaban de una gran batalla entre los titanes y los legendarios. La Batalla de...

    –La Batalla de los Seis Vientos. –Lo interrumpió Braixen. –Cuando los Pokémon se rebelaron contra los titanes los Pokémon legendarios fueron a la ayuda. Se dice que en esa época, cerca de aquí, existía una bella ciudad con un gran castillo en la cima de un monte. Tres de los titanes, Dragonite, Salamence e Hydreigon atacaron la ciudad, pero las tres Aves Legendarias ayudaron en la defensa de la ciudad ganando la batalla. El rey debía ser un amante de la música y sus habitantes le crearon tres bellas flautas, tan bellas que el rey quiso darlas a las Aves Legendarias en agradecimiento. Éstos, viendo que la guerra no había acabado, decidieron conceder poderes a la flauta. Al tocar las flautas una crearía grandes ventiscas capaces de cubrir de hielo una gran ciudad, otra tormentas eléctricas que podían arrasar ciudades y la tercera una lluvia de fuego que traería el infierno al mundo.

    –Y ahora los príncipes del Reino del Viento tienen la Flauta de Hielo. –Dijo Krokorok bastante preocupado.

    –Que optimista suena todo... –Vaciló Riolu.


    *****​


    Piso 3.

    Tras su pequeño desvío llegaron al piso pero su paso se vio rápidamente cortado por un elegante Pidgeot, variocolor, de hermosos colores dorados. A la altura de su cuello llevaba un collar de perla blancas del que sobresalía una

    –¿Vosotros sois los que habéis vencido a mi familia? Lo siento pero debo echaros de la casa de Heatran.

    –Venimos a verlo. –Dijo Cranidos calmado. –Por cierto, yo vencí a tu hermano. Nos avisó que vendrías.

    –A Heatran no le gustan las visitas. Ya bastante gente se ha colado hoy no permitiré que paséis de aquí.

    –¿Estás dispuesto a morir por él?

    –Por supuesto. Él cuida el volcán, él nos ayuda a vivir en paz, él nos mantiene un hogar. Desde que Moltres marchó esto ha estado muy ajetreado y Heatran nos ayudó a volver a la normalidad.

    –Te aseguramos que solamente queremos hablar con él. –Intentó razonar Braixen. –Nos han enviado a hablar con él.

    –No sé si será verdad o no. Pero tendréis que pasar por encima de mí. Adelante, Megaevolución.


    *****​


    Mientras tanto, en el Piso 11 tres Pokémon habían rodeado a un joven Torkoal.

    –Dicen que los Torkoal tienen mucho azufre en el cuerpo. –Dijo uno de ellos.

    –Seguro que es todo un manjar. –Dijo otro.

    –De... Deteneos. –Dijo el pequeño aterrorizado.

    –Coraza Trampa.
     
  16.  
    jonan

    jonan Jonan1996

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    11º Capítulo: “Evoluciones y Megaevoluciones”


    Empoleon, emperador del mar, caminaba por su gigantesco palacio acuático junto con su general Tentacruel, Pokémon gigante conocido como el Kraken.

    –¿Y dices que esos sicarios son de fiar? –Dijo Empoleon escéptico.

    –Son tres asesinos que fueron expulsados de la mismísima Isla Tapu.

    –¿La isla de la fuente de la Megaevolución?

    –La misma. He visto algunos de sus trabajos como piratas y hay que decir que son realmente fuertes. Estoy seguro de que nos traerán el Tambor Fuego.

    De repente, Vaporeon apareció corriendo y con urgencia al fondo del largo pasillo.

    –¿Qué ocurre? –Preguntó Empoleon mientras el general Vaporeon llegaba a donde ellos.

    –Tenemos... visita... –Dijo todavía sin haber recuperado el aliento. –HA venido Knock Knower acompañado de Alpha y parece que los rumores son ciertos. Mightyena ha sido modificado.

    –¿Modificado?

    –Será mejor que lo veáis con vuestros ojos.


    *****​


    La gema del cuello de Pidgeot se iluminó para después lanzar cuatro rayos que lo rodearon mientras su cuerpo se envolvía en un brillante aura blanca. Su cuerpo comenzó a crecer superando los dos metros de alto, sobretodo su dorada cresta y alas que cogieron una coloración morada.

    Todos observaban la transformación salvo Kecleon el cual veía que el lugar no era tan común como lo parecía. Para empezar estaban en un piso bastante abierto, apenas había paredes, solamente alguna dura roca saliente de la lava y la única zona lisa era el círculo rodeado de lava en el que se hallaban.

    –Cuidado. Creo que es una trampa.

    –¿Qué está sucediendo? ¿Jamás había visto esto? –Dijo Krokorok sorprendido.

    –Yo sí... Es el límite de poder de un Pokémon... la Megaevolución. –Respondió Togetic muy serio.

    –No es solo la Megevolución. Estamos en su trampa. –Dijo Kecleon observando a todas partes.

    –¡Onda Ígnea! –Gritó Pidgeot sin piedad alguna.

    El Pokémon dobló las alas para luego extenderlas de un golpe seco que lanzó una ardiente onda rojiza. El sexteto no pudo evitar el ataque y recibió el caliente ataque. La piel de Kecleon no aguantó el ataque y comenzó a quemarse levemente. El resto aguantó el ataque sin problemas, nada más lejos de una molestia, salvo Braixen que más allá de sufrir el ataque la fortaleció gracias a su habilidad Mar de Llamas.

    –Es mi turno. –Dijo con una sonrisa de lado a lado. –Llamarada.

    La Pokémon sacó su gran vara de la cola y comenzó a agitarla en el aire mientras se generaba una pequeña estrella de fuego de cinco puntas. Después, la lanzó, la cual viajó a una vertiginosa velocidad mientras crecía hasta impactar de lleno contra Pidgeot, el cual gritó de dolor.

    –Cabrona...

    Enfurecido, el pájaro se abalanzó contra Braixen, chocando contra ella y arrastrándola fuera del terreno de combate. Iban directos contra una roca. Braixen cerró los ojos y comenzó a mover de nuevo la vara. Su cuerpo, junto con el de Pidgeot, se rodeó de un aura azulada que los detuvo.

    –Psíquico.

    La starter no se hizo esperar para lanzarlo contra una dura roca de obsidiana que reventó en mil pedazos. El tremendo golpe lo hizo gritar de dolor.

    Incrustado en la roca la miró con ira a Braixen, la cual usaba sus poderes Psíquicos para flotar en el aire.

    –¡Vendaval! –Hizo el Pokémon volador aprovechando que todavía había rocas en el aire, así lanzándolas contra la otra.

    Braixen no pudo evitar el ataque, siendo dañada por las afiladas rocas y cayó directa a la lava.

    –Mierda. –Exclamó mientras se veía cerca de la lava.

    –Tranquila... –Dijo una voz que la cogió en brazos.

    Togetic había ido al rescate de ella mientras que Kecleon, agarrado de la pierna de la hada, se acercó y se abalanzó contra Mega–Pidgeot. Este último ya estaba de pie sobre la roca contra la que se le había estampado. En medio de un mar de lava con puntuales salientes de roca ambos Pokémon se miraban fijamente.

    –Gracias Togetic. –Dijo Braixen agradecida por salvarla. En ese momento sintió que las manos de Togetic temblaban ligeramente. –¿Sientes el mono de nuevo?

    –Así es. Tienes...

    –Claro.

    Ambos se bajaron a una zona segura y Braixen rápidamente sacó una poción de tonos morados de su cola. Togetic no tardó en bebérsela y poner una cara de asco.

    –No es que tenga un sabor muy bueno pero por lo menos ayudará a superar la adicción. Iré dándote dosis cada vez menos frecuentes hasta que se te pase.

    –Vale, gracias Braixen. –Togetic se lanzó contra el Pokémon y le dio un abrazo.

    Por otra parte Kecleon comenzó a cargar un ataque Poder Pasado, pero Mega–Pidgeot no se hizo esperar y se lanzó con Agilidad, duplicando su velocidad. Para cuando Kecleon se dio cuenta tenía al oponente delante de sus narices, el cual lo atacó con Ala de Acero.

    Kecleon salió volando, pero éste, en el aire, usó Tumba Rocas para generar unas rocas donde caer. Después, no se hizo esperar y lanzó un ataque Sincrorruido. Su cuerpo lanzó una onda de colores similares a las de un arcoíris. Nadie fue afectado por el ataque salvo Pidgeot, el cual parecía estar bastante dolorido.

    Kecleon intentó rematar lanzando de nuevo un ataque Poder Pasado, pero Pidgeot en el último monto lo esquivó para luego hacer Movimiento Espejo. Un portal circular se abrió frente a él para luego volver a lanzar un Poder Pasado. Kecleon, intentó esquivarlo pero recibió el golpe en el aire.

    Cuando volvió a abrir los ojos vio como Pidgeot se le había lanzado para placarlo. Sin poder evitarlo, Kecleon fue arrastrado por los aires. Iluminó su mano de una azulada aura y comenzó a pegar una y otra vez a su oponente con Puño Hielo. Un golpe en la cara de Pidgeot le obligó a soltar al camaleón, el cual cayó en suelo firme. Pero aquel suelo era diferente, era arenoso.

    –¿Arena? –Dijo Pidgeot extrañado.

    –Bienvenido a mi trampa. –Dijo una voz desde el subsuelo. –Bucle arena.

    Krokorok, el cual había preparado la zona con Ataque Arena, iluminó sus ojos en un tono azulado. La arena comenzó a moverse y a agarrar las patas del Pokémon.

    –¡Ahora! –Gritó Krokorok.

    Entre las sombras Riolu apareció a toda velocidad sobre Cranidos, los dos con sus cabezas iluminadas.

    –¡Cabezazo Zen! –Dijeron al unísono.

    Riolu le dio cabeza con cabeza, mientras que Cranidos le golpeó en el estómago. Sangre salió de la boca de Pidgeot, el cual intentaba aguantar el ataque, pero acabó saliendo despedido.

    –¡Ah! –Exclamó Riolu de dolor al sentir de repente un gran dolor de cabeza. No pudo aguantarlo, llevándose las manos a la cabeza y comenzando a retorcerse de dolor por el suelo.

    Mega–Pidgeot chocó contra la pared con los pies y aprovechó la debilidad de Riolu para atacarlo con Ataque Ala. En el último instante y con una tremenda potencia la iluminada cabeza de Cranidos y la brillante ala de Pidgeot chocaron creando un tremendo estruendo que se escuchó en todo el piso. Aparentemente Pidgeot iba a vencer pero el cuerpo de Cranidos se iluminó de un cegador brillo.

    –No puede ser... –Dijo Pidgeot al ver que su oponente estaba transformando.

    El dolor de Riolu cesó un poco y miró sorprendido como su compañero evolucionaba en un ser de gran tamaño.

    –Rampardos... –Susurró Riolu con cierto temor.

    –Esto si qué es interesante. –Dijo Rampardos al ver cómo había crecido de tamaño. –Veamos lo poderoso que soy. ¡Cabezazo Zen!

    Rampardos se lanzó con todas sus fuerzas contra el Pokémon iluminando de nuevo su cabeza azulada. Ahora más robusta y con mayor velocidad, Pidgeot no solo recibió el ataque, sino que el oponente fue estampándolo muro tras muro hasta encontrarse una enorme columna de obsidiana que no pudo romper pero en la que lo incrustó casi debilitado.

    –Idiota... si rompes... rompes esta columna...

    Intentó atacar con un Ataque Ala que Rampardos recibió, aunque apenas le hizo daño. Los otros cinco no tardaron en llegar, Kecleon, Togetic y Braixen sorprendidos por la reciente evolución.

    –Kecleon, acaba el combate. –Dijo Rampardos mientras se retiraba.

    –Puño Hielo. –Kecleon golpeó el estómago con un golpe seco que hizo caer debilitado a la Megaevolución. Volvió a su forma original y cayó al suelo.

    –Parece que ya está. –Dijo Krokorok.

    –O no... –Kecleon miraba a la columna de Obsidiana, la cual estaba comenzando a crujir. –¡Corred!

    –¡Subiros a mí! –Gritó Rampardos y obedecieron inmediatamente, todos salvo Kecleon que se quedó mirando a Pidgeot.

    –¡Qué haces! –Le dijo Riolu.

    –Me lo llevo.

    Kecleon cogió en sus brazos al Pokémon volador y de un salto de montó sobre Rampardos. Éste inmediatamente salió corriendo hacia las escaleras mientras los demás observaban como la columna reventaba. El techo comenzó a resquebrajarse y varias rocas comenzaron a caer el del techo.

    El Pokémon fósil los esquivaba con rapidez y al fondo observaban las escaleras.

    –No vamos a llegar. –Dijo un preocupado Krokorok al ver que las escaleras iban a ser sepultadas.

    –Eso habrá que verlo. –Respondió una segura Braixen mientras alzaba su báculo. –Psíquico.

    Rampardos, apurando, paso bajo las enormes rocas que iban a sepultar la entrada, rocas sujetas por los poderes psíquicos de Braixen.


    *****​


    Piso 4.

    –Gracias Braixen. –Dijo Kecleon entre risas junto con Riolu, Rampardos y Togetic que también se reían.

    –¿Estáis locos? Casi morís aplastados por salvar a ese Pidgeot. –Dijo Braixen molesta.

    –Tampoco podíamos dejarlo así. –Respondió Rampardos entre risas.

    –No sé cuál de los cuatro está más loco...

    –La evolución le ha afectado a la cabeza. –Añadió Togetic mientras recuperaba el aliento.

    –Deberíamos continuar... –Continuó Krokorok. –Los pisos cada vez serán más difíciles.

    Montados sobre Rampardos, salvo Togetic que iba flotando, cruzaron la sala en total calma, siendo ignorados por Pokémon ígneos como Magby, Magmar, Numel, Camerupt, Slugma y Magcargo.

    –Buenos días. –Les dijo una amable Camerupt acompañado de su marido y los dos pequeños Numel. –Si vais a visitar a Heatran hoy parece que se ha levantado de mal humor.

    –De visitarle deberíais estar listos para combatir. –Respondió el otro Camerupt. –Deberíais prepararos.

    –Hasta llegar a él parece que tendremos duros oponentes. –Comentó Kecleon.

    –Así es. En el sexto piso no paséis por el territorio de los Mag. Son duros oponentes.

    –¿Queréis otro combate? –Dijo Togetic viendo el rostro de Cranidos y Riolu.

    –Acabamos de salir de un combate duro... –Comentó Braixen. –Bueno, no se para qué me molesto.

    –Pueden causaros graves quemaduras, tened cuidado si pensáis enfrentaros. –Dijo la preocupada madre.

    –Muchas gracias familia. –Dijo Kecleon.

    –De nada, veréis un cartel a la entrada del territorio de los Mag.


    *****

    Piso 5.

    Llegar al piso y curiosamente observaron un Shuckle frente a ellos el cual intentó apartarse del camino de los protagonistas. Todos se quedaron mirando entre ellos unos largos segundos hasta que el pequeño reaccionó introduciéndose en su caparazón. Krokorok, vacilón, se acercó al tembloroso Pokémon lentamente.

    –¿Qué te pasa?

    –No... No me comáis.

    –Vale. No te comeremos... de momento.

    –No...

    –¿Sabes que los Shuckle tienen un zumo en su interior bastante rico? –Dijo Braixen siguiendo el tono burlón de Krokorok. –Dicen que tiene propiedades diferentes según el color del Shuckle. Éste tiene un zumo curativo.

    –No bebáis mi zumo. Es de mala educación.

    –Tiene razón. Vámonos. –Dijo Krokorok entre risas.


    *****​


    Piso 6.

    No tuvieron mucho que caminar hasta encontrarse una pequeña losa de piedra donde el nombre del territorio de los Mag estaba gravado junto con un "no pasar".

    –¿Una vez entremos no tendremos escapatoria no? –Dijo Kecleon.

    –Les diremos que solo venimos en busca de un buen combate. –Respondió Rampardos.

    –¿En qué momento nos hemos vuelto tan peleones? –Comentó Braixen.

    –Lo que sí es curioso es cómo Rampardos ha cambiado desde que ha evolucionado. Ahora es más... agresivo. –Observó Kecleon.

    –Los Cranidos al evolucionar pierden parte de su masa cerebral y tienen a ser más agresivos. –Les explicó Riolu, –Antes de venir al continente siempre equipaba una Piedra Eterna para no evolucionar. Pero al final la necesidad de hacernos más fuertes venció. Si los dos evolucionábamos yo pasaría a ser el responsable y él el alocado.

    –Por lo que dijo Xatu no debe faltar mucho para que evoluciones. –Dijo Braixen mirando a Riolu. –Vuestras intenciones seguro que pronto se cumplirán.

    –Espero que tengas razón. –Unos pocos segundos de silencio detuvieron la conversación.

    –¿Y los dolores de cabeza? –Preguntó Rampardos. –Parece que cada vez son más fuertes.

    –Son a causa de haber tocado el orbe en la torre de Xatu. Al haber usado un ataque tipo Psíquico su cerebro ha tenido que hacer un mayor esfuerzo y al no estar en buen estado eso le ha causado un gran dolor. –Explicó Braixen. –Pero cuando evolucione sus neuronas volverán a su sitio, estarás bien pronto.

    –Jodido Xatu... podría habernos dicho eso. –Dijo Krokorok enfadado. –Nos estamos jugándonos la vida.

    –No le des más vueltas. –Finalizó Braixen. –Llevo años con él y siempre es así.

    Todos bajaron de Rampardos y se quedaron mirando a la losa. Sabían el combate que les esperaba. Pero si no ganaban, seguramente tampoco podrían conseguir lo que buscaban, ni detener el fin de la historia conocida. Las palabras de Xatu entraban en conflicto con sus lógicas, cada vez con más fuerza.

    –¿Entramos? –El silencio fue interrumpido por Kecleon.

    –Vamos. –Dijo Togetic con seguridad.

    Entraron por un largo pasillo con cierta estrechez. Dos grandes paredes rocosas los rodeaban, por lo que estaban en un lugar apropiado para recibir una buena emboscada. Pero no fue así. Por fin acabó el estrecho paso y vieron tres oponentes a la esperan. Un gran Magmortar y dos Magmar. La pareja echaba humo por los suelos creando un gran suelo cubierto por un molesto humo negro.

    –Parece que tenemos seis intrusos.
     
  17.  
    jonan

    jonan Jonan1996

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    12º Capítulo: “Combate en el territorio de los Mag”


    Los Magmar de ambos lados continuaban emanando el humo negro que comenzaba a coger una altura mayor. Magmortar alzó sus cañones por brazos y lanzó dos chorros luminosos que crearon un sol sobre el campo de batalla.

    –Día Soleado.

    La zona era una sala circular rodeada por una gran plataforma rocosa sobre la que empezaron a aparecer Pokémon de toda la sala. El alboroto causado era tremendo, en gran parte gritos de ánimo hacía el trío.

    –¿Es un espectáculo? –Dijo Krokorok sorprendido.

    –Parece que solo hay dos formas de salir de aquí. –Dijo Kecleon. –Y una de ellas no me gusta nada.

    –¿Hemos venido a combatir no? –Dijo Riolu.

    –Tranquilos, no os quitaré mucho el protagonismo. –Añadió Rampardos.

    Inesperadamente de negra nube los dos Magmar aparecieron con el puño brillando.

    –Puño Certero. –Dijeron al unísono.

    Ambos golpearon a Krokorok y Riolu lanzándolos hacia atrás.

    –Cuidado. –Dijo Kecleon temiendo el ataque de un Magmortar oculto tras el humo.

    –¡Rayo Solar!

    El potente ataque salió directo a Rampardos, dándole de lleno en la cara y tirándolo también hacia atrás hasta caer sorbe Krokorok y Riolu.

    –¿Cómo es posible que haya atacado sin cargar? –Se preguntó Togetic.

    –Han usado Día Soleado. –Dijo Braixen mirando al cielo y observando el pequeño sol sobre el campo de batalla.

    –Estamos en desventaja. Debemos idear algo. –Propuso Kecleon mientras que el trío veía que tenían a los Magmar a izquierda y derecha. Magmortar seguía oculto preparando su próximo ataque. De repente, un aura comenzó a verse entre el humo.

    Uno de los Magmar atacó a Kecleon con otro Puño Certero que no dio tiempo a cargar gracias a un Golpe Bajo que Kecleon asestó en el estómago del otro. No pudo evitar escupir algo de saliva dolorido.

    El otro Magmar saltó con Puño Trueno a por Togetic, el cual quiso atacar con Psicocarga pero era demasiado tarde. Del puño también salió volando y bastante dolorido contra la pared. La gente comenzó a gritar con fuerza.

    Braixen, sola, vio como cuatro rocas brotaban alrededor de ella para luego aplastarla con fuerza.

    –¡Tumba Rocas! –Gritó Magmortar. Braixen cayó al suelo hasta apoyarse con la rodilla y una mano en el suelo.

    –Cabrón... –Dijo y escupió sangre.

    El Magmar que había arrinconado a Togetic caminaba hacia él para rematarlo.

    –Este es tu fin. Polución.

    El Pokémon se dispuso a atacar al Hada cuando inesperadamente se desvaneció. Rampardos, con su potente Testarazo lo arrastró con fuerza hasta estamparlo contra la pared del fondo, justo detrás de Magmortar. Magmar no pudo evitar caer debilitado. Durante unos segundos se quedó dolorido por el daño de retroceso.

    Riolu y Krokorok no dudaron en ir contra el otro Magmar. Se levantaron del suelo y tras una breve mirada alzaron sus manos. Se concentraron, iluminando sus cuerpos de un tono azulado. Después, sobre Magmar aparecieron numerosas ondas del mismo tono azul que liberaron una veintena de rocas que los sepultaron.

    –Avalancha.

    La gente que observaba el combate gritó de emoción.

    Rampardos, tras recuperarse, se giró al ver a Magmar debilitado y apuntó su próximo objetivo, Magmortar. Con todas sus fuerzas e intentando acabar el combate de un solo ataque, el Pokémon tipo roca volvió con Testarazo. Magmortar cargó su cañón izquierdo con un ataque Demolición y de un manotazo golpeó a Rampardos en la cara tirándolo al suelo.

    –Es fuerte... –Exclamó el Pokémon desde el suelo.

    –¡Viento feérico! –Dijo Togetic mientras generaba una brisa suave que limpiaba el humo del lugar.

    –Sois realmente interesantes. –Comentó Magmortar viendo cómo lo rodeaban. –Humareda.

    El Pokémon levantó sus dos cañones y lanzó un chorro similar a la lava que se esparció por todo el campo. Todos miraban extrañados. Hasta que esta explotó el campo entero. Todos quedaron en el suelo doloridos.

    Kecleon fue el primero en levantarse, el cual vio que tenía a Magmortar prácticamente delante. Éste comenzó a correr contra él a toda velocidad mientras cargaba otro ataque Demolición. De un salto golpeó desde arriba a Kecleon, pero lo esquivó en el último momento. Intentó cargar otro ataque pero para cuando se dio cuenta tenía el cañón de Magmortar apuntándolo a la cara.

    –Lanzallamas.

    Kecleon, en un último intento, cargó una pequeña esfera azulada que ascendió al cielo rápidamente.

    –¡No! –Gritó Riolu al ver que su compañero estaba en peligro.

    Magmortar atacó envolviendo de una potente llama al pequeño Kecleon y haciéndolo desaparecer. La esfera azulada dispersó el Día Soleado y comenzó a generan unas oscuras nubes que acabarían en una potente llovizna. El lanzallamas perdió potencia, lo que hizo que la silueta de Kecleon fuera visible. Sufriendo un dolor inaguantable el pequeño Pokémon aguantaba en pie, avanzando contra el cañón. En una de sus manos cargó una esfera blanca, Poder Pasado, y se la metió por el cañón creando una gran explosión.

    Durante unos largos segundos no se veía nada, solamente humo y fuego que salía despedido. Todos corrieron a ver qué había sucedido. Primero se encontraron al gran Magmortar debilitado. Después se escucharon unos intentos de hablar de una persona. Era Kecleon, que intentaba pedir ayuda, pero su cuerpo entero se encontraba completamente calcinado.

    –¡Qué cojones hacías! –Dijo Braixen preocupada. Riolu se acercó y puso su oído en la boca del moribundo.

    –Eso... me ha... pi... pillado por sorpresa. –Susurró a duras penas.

    –¿Tenéis algo para las quemaduras? –Dijo Krokorok al público desesperado.

    –Na... nadie sale vivo de estos combates. –Dijo un pequeño Slugma muy nervioso.

    Los demás intentaron buscar algo de ayuda, pero fue en vano.

    –¡Rampardos, ven! –Gritó Braixen. –Montémoslo sobre Rampardos y busquemos un Shuckle. Su zumo puede ayudar a Kecleon.


    *****​


    Piso 7.

    Braixen sudaba mucho, miraba a todas partes en busca de un Shuckle y los nervios no ayudaban. Kecleon agonizaba de dolor sobre el lomo de Rampardos.

    –A ver, a ver, a ver... –Dijo Braixen intentando centrarse. –¿Qué sabemos de los Shuckle?

    –Comen bayas y hacen zumos. –Dijo Togepi nervioso.

    –Pero estamos en medio de un volcán. Aquí no hay bayas. –Respondió Rampardos. –¿No?

    –Pero un zumo cualquiera no valdrá, necesitamos uno para las quemaduras. –Braixen empezó a mirar su cola y a revolverla en busca de materiales. –Necesitamos el Zumo de Shuckle mezclado con unas bayas que curen las quemaduras... Por ejemplo una Baya Safre. –Sacó una de su cola.

    –¿Entonces sólo con eso vale? –Preguntó Riolu.

    –No. Las quemaduras son graves. Necesitamos una Baya Caoca para intensificar el efecto y algo más... una Baya Yapati. Con eso el cuerpo de Kecleon no ayudará.

    –¿Y cómo conseguimos esas dos bayas? –Dijo Krokorok preocupado.

    –No lo sé.

    –¿La Baya Yapati se pude conseguir por mutación no? –Respondió Togetic.

    –¿Cómo?

    –Con una Baya Grana y una Drasi podemos conseguir una Yapati.

    –¿Cómo sabes todo eso? –Dijo Braixen sorprendida.

    –Pasé mucho tiempo en un Cartel de la Droga y usaban mucho las bayas. Un año fue suficiente para aprender todo sobre bayas. Por cierto, la Baya Grana se puede crear cruzando una Baya Ango y una Pabaya. Aunque no sé si tenemos tanto tiempo... tardaríamos doce horas. Pero a Yapati es peor. Tarda 96 horas.

    –No nos vale. No podemos tener a Kecleon en este estado durante cuatro días. Lo puedo curar y nos aguantaría veinticuatro horas. Es lo que os puedo dar de tiempo para encontrar esas dos Bayas.

    –Salimos flotando por uno de las aberturas, cogemos el zepelín y vamos a por las Bayas. –Propuso Togetic.

    –¿Es posible? –Preguntó Riolu.

    –No hay otra. –Dijo Braixen. –La Baya Caoca puede encontrarse en la Costa Relieve, hablad con el alcalde Aurorus.

    –Pues vamos, ya. Nosotros seguiremos avanzando pisos. Me agarro a tu pata y vamos. –Dijo Riolu con total seguridad.

    –Pues marchad ya mismo, no hay tiempo que perder. –Dijo Rampardos. Los dos miraban a Braixen.

    –¿No le habéis escuchado? ¡Vamos!

    Togetic alzó el vuelo y Riolu saltó a su espalda para agarrarse. Después salieron despedidos por un orificio que los empujó hacia afuera por la potente corriente de aire caliente.


    *****​


    Piso 8.

    Avanzaron el paso y no tardaron en llegar al octavo piso. Despacio, al ritmo de Rampardos, no paraban de escuchar los gritos de dolor de Kecleon. Junto a él Braixen lo curaba con gasas, ungüentos y todo lo que tenía a mano.

    Krokorok avanzaba ligeramente por delante atento de que nadie los atacara. En uno de los vistazos observó como una familia de Rapidash corrían a lo lejos.

    –Caballeros. Cuidado con los Rapidash. Suelen ser muy competitivos, aparte de rápidos.

    –Ahora somos menos y tenemos a un herido. Deberíamos evitar el combate y buscar rápido un Shuckle. –Dijo Braixen. –No hay tiempo que perder.
     
  18.  
    jonan

    jonan Jonan1996

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    13º Capítulo: “Ayuda”


    Togetic y Riolu apenas tardaron dos horas en llegar a la Costa Relieve, una pequeña ciudad junto a un enorme acantilado de cien metros de altura que se alzaba del mar. Dejaron el zepelín en a entrada sur y corriendo entraron en el poblado compuesto por dos calles. Tras llegar a una verde rotonda giraron a mano izquierda para coger la calle más principal que acababa en un saliente del acantilado. A ambos lados estaban las diferentes casas, así como algunos restaurantes, tiendas de ropa y hoteles.

    La gente los miraba extrañado al no ser temporada de vacaciones. Entre los habitantes sobre todo se veían Onix, Dragalge, Binacle, Dwebble y Clauncher. Cuando se encontraban llegando al final del acantilado vieron una escalera descendiente que acababa en una pequeña playa a la sombra del acantilado. Parecía que el revuelto mar iba a comerse la playa en cualquier momento.

    –Que lugar más curioso. –Dijo Togetic.

    –Y hermoso. –Respondió Riolu.

    Buscaron el lugar, alguna casa o algo, pero no había nada salvo una alargada grieta en la dura roca. Parecía venir una tenue luz azulada del interior y una frescura heladora. Sin dudarlo entraron. La roca de las paredes enseguida se volvió en hielo. Según iban avanzando el frío era mayor y aunque en un principio no se dieron cuenta, las gélidas formaciones que rodeaban tenían forma de mesas y asientos.

    Finalmente llegaron al fondo de la cueva, lo que era una pequeña habitación tras una puerta de tamaño considerable. Entrar y vieron a un enorme Aurorus acompañado por siete jóvenes Amaura que leían papeles sin parar sobre sus asientos de hielo.

    –¿Qué hacéis aquí? No es horario de recibir gente. –Dijo uno de ellos.

    –Malditos turistas. –Dijo otro.

    –Por favor, necesitamos ayuda. La vida de un amigo pende de un hilo.

    –Lo siento, pero está cerrado. –Dijo otro de los Amaura más compresible.

    –Necesitamos una Baya Caoca. Por favor, ayudadnos.

    –¡Marchaos! A este paso os mandaremos a la cárcel criogenizados.

    –Hijos. Calmaros. –Dijo el viejo Aurorus. –No os puedo ayudar a obtener una Baya Caoca.

    –¿Cómo? ¿No tienes?

    –No quedan en el pueblo. Solamente solemos tener en verano, en la temporada de turistas. Su zumo suele usarse para hacer cócteles. Aun así, podéis conseguir Bayas Caoca de la misma forma que nosotros, en el mar conocido como la Tranquilidad Turquesa. A menos de media hora existe una zona de bancos de arena en las que nacen los árboles de Baya Caoca. Solo existe un problema.

    –¿Cuál?

    –Ampharos, el Dios del Trueno. Esos bancos de arena son parte de su territorio. Si os descubre acabaréis fulminados por sus rayos.

    Riolu y Togeic se miraron unos pocos segundos. Después, salieron del lugar.

    –¿A dónde vais? –Dijo uno de los Amaura.

    –A por esa baya.


    *****​


    Braixen se encontraba nerviosa al ver que un viejo Heatmor se acercaba directamente hacia ellos. Este tenía un andar lento y cojeaba ligeramente, por lo que aparentemente no era una amenaza. Rampardos y Krokorok lo miraban fijamente de forma poco amigable.

    –Mi señor Heatran me ha enviado para llevaros a un lugar. Admirado por el valor de vuestro compañero quiere ayudaros. Si queréis el zumo de Shuckle seguidme.

    El Pokémon ígneo se giró y cogió un camino diferente, lento, y con su cojera.


    *****​


    Los Amaura movían papeleo sin cesar nerviosos bajo la mirada de Aurorus.

    –Jefe. He encontrado un extraño movimiento de Cristales Z.

    –Qué casualidad... –Dijo otro. –Yo también he visto algo. Un Cristal Z bastante raro ha sido comprado.

    –Yo también he visto una transacción. –Comentó otro.

    –Y yo.

    –¿Pero quién es el comprador? –Dijo Aurorus mosqueado.

    –Red Cubone.


    *****​


    –Chicas. Os sorprendería saber de lo que un Cubone es capaz de hacer con su hueso. –Dijo un pequeño Cubone vestido de mono rojo con dos Buneary, una a cada lado. Ambas soltaban una leve carcajada.

    –Oh... Red Cubone... ¿podrías enseñarnos lo que hay debajo de tu cráneo? –Preguntó una de ellas.

    –Creo que ya se quien no va a probar mi hueso.

    Cubone caminaba hacia un carruaje tirado por un Arcanine, carruaje con una tremenda caja fuerte sobre él. Sobre la caja se encontraba un pequeño Nuzleaf con una espada.

    –¡Red Cubone! –Dijo el Pokémon furioso. –Ven aquí cabrón, voy a matarte.

    –Oh dios... otro pobre infeliz. Señoritas, permitidme.

    El Pokémon alzó su hueso y apuntó al joven Nuzleaf. Después, accionó un pequeño botón oculto que hizo que la parte superior se abriera. Acto seguido una bala salió despedida atravesando la cabeza del oponente. Éste cayó muerto para atrás. Las dos Buneary gritaron horrorizadas y salieron corriendo.

    –Se lo dije... –Susurró Arcanine.

    –¿Nos vamos? –Le preguntó Red Cubone a Arcanine mientras se acercaba al cadáver y lo apartaba sin ningún miramiento.

    –Cuando quieras. Tenemos que llevar el cargamento a donde el Maestro de la Casa.

    –Tengo ganas de probar unas buenas prostitutas en la Casa del Maestro.

    –¿Y el mapa?

    –Eso... Tengo ganas de robar el mapa a la Isla Tapu en la Casa del Maestro.


    *****​


    Togetic y Riolu abandonaban en zepelin la bella Costa Relieve y su enorme acantilado. En alta mar, en línea recta, no tardarían mucho en llegar a su destino. Veían numerosos bancos de arena que sobresalían de las bellas y tranquilas aguas de la Bahía Turquesa, color de las aguas que le daba nombre.

    –¿Si Ampharos nos descubre qué vamos a hacer? –Preguntó Riolu temeroso.

    –Huir, como sea, y a ser posible con la Baya Caoca.

    Los bancos de arena aumentaban y al fondo comenzó a aparecer una pequeña isla rocosa en forma de cono que se alzaba tanto que su parte superior estaba cubierta de negras nubes tormentosas que de vez en cuando descargaban algún rayo.

    Riolu cogió unos prismáticos y comenzó a observar los alrededores en busca de árboles. Togetic, mientras tanto, guiaba el vehículo con cautela sin acercarse demasiado a la isla rocosa del fondo.

    –¡Mira! –Dijo Riolu al ver una palmera de Bayas Caoca. –A babor.

    –Creo que deberías mirar tú a la derecha. –Dijo Togetic preocupado. –Las nubes se extienden... hacia nosotros.


    *****​


    Heatmor llegó hasta una pared rocosa en la que no parecía haber nada, salvo tres pequeños orificios en forma de gota en la que las puntas apuntaban al centro. Heatmor metió su zarpa en ella y todos observaron que encajaba perfectamente. Bruscamente giró su brazo y sonó como si dos duras y porosas rocas rozaran.

    Una enorme losa de roca se abrió lentamente dejando pasar hacia una zona contigua. Heatmor entró primero y al poco rato los demás. Observaron que habían entrado a una sala nueva muy iluminada y que no se parecía en nada a las demás.

    Era una media cúpula rodeada de obsidiana y no entraba ni un solo río de lava o rayo de luz natural. La luz provenía de un extraño artefacto metálico que giraba sobre sí mismo, muy parecido a un sol pequeño. El suelo era de tierra, muy similar al del bosque cercano, al igual que unos pocos árboles. Junto con estos también había algún árbol de Bayas Aranja. Junto con las paredes el nivel de tierra aumentaba en terrazas, algunas con casas de puertas circulares incrustadas en las paredes. La sala estaba lleno de Shuckle, llegando a haber más de doscientos y de todos los colores imaginables.

    –Profesor Heatmor, hoy no es día de clase. –Decían dos pequeñas crías, una roja y otra verde.

    –Hoy traigo unos amigos invitados. –Dijo el viejo amablemente. –Tenemos que hablar con el Jefe Shuckle.

    Las niñas marcharon felices y con andares lentos a jugar a la charca de agua, aunque muchos miraban el gran tamaño de Rampardos. Heatmor reinició su paso hacia una casa en frente de ellos, un orificio circular en la pared de tierra más alta del lugar.

    –¿Qué es este lugar? –Preguntó Braixen curiosa.

    –Heatran creó este lugar para los Shuckle. Aquí podréis encontrar Shuckle de todos los variocolores imaginables.

    –¿Entonces es cierto lo de sus zumos?

    –Así es. Pero se agradecería que no les saquéis el zumo sin su permiso. Es un poco de mala educación tocar sus partes íntimas...


    *****​


    Riolu rápidamente cogió una soga y la ató con fuerza a un saliente del zepelín. Después cogió el otro extremo y se lo ató al tobillo.

    –¿Qué haces?

    Riolu saltó del vehículo directo sobre el banco de arena en el que estaban los árboles con las bayas, tres árboles, una con una baya, otra con tres y otra sin bayas. La cuerda se tensó y le dejo a apenas tres metros sobre su objetivo.

    –¡Baja!

    Las nubes oscuras estaban casi encima y se apreciaba que estaban cargadas de electricidad. Inesperadamente, de lo alto de la isla rocosa, una tremenda luz cegadora salió la cual se mantuvo durante unos largos segundos.

    –¡Ampharos! –Resonó con fuerza.

    –Puñeta... Susurró un Riolu a la espera de que Togetic le bajara.

    Éste pegó un golpe al timón para que el zepelín girara sobre sí mismo, un movimiento demasiado brusco para Riolu el cual se dio de lleno contra las palmeras. Se quedó a la par de las Bayas Caoca, pero el tambaleo era demasiado fuerte como para poder cogerlas.

    –Riolu... –Dijo Togetic al ver que las nubes ya estaban encima.

    –¡Ahora! –Gritó Riolu al coger dos bayas, una con cada brazo.

    Togetic pegó otro golpe al timón y apretó la palanca de los propulsores para salir a toda velocidad. Riolu, colgado boca abajo, mantenía las bayas con fuerza.

    Largos segundos de silencio se escucharon hasta que una tremenda columna eléctrica salió tras el zepelín, haciendo desaparecer el banco de arena en medio de una cegadora luz. Pokémon marinos comenzaron a flotar, muertos, a causa de la descarga eléctrica.

    –¡Corre! –Gritó Riolu desesperado.

    Togetic activó una segunda palanca con la que activar todos los propulsores del zepelín. Después, salió corriendo a coger al cabo que sostenía a Riolu y comenzó a tirar con fuerza. Las oscuras nubes tampoco se quedaban atrás y los perseguían.


    *****​


    Braixen y Krokorok entraron en la casa junto a Heatmor, mientras que Rampardos se tuvo que quedar fuera por no entrar. Curiosos, unos cuantos Shuckle se le acercaron al no estar acostumbrados a ver un Pokémon tan grande y robusto.

    Mientras tanto, en el interior, el tono amigable de los Shuckle no se repetía con el Jefe Shuckle, el cual era de color dorado. En una de sus patas sostenía un viejo pero robusto bastón de madera de roble. Su mujer, una Shuckle de color azul, servía el té mientras tanto. Los cinco se sentaron alrededor de una mesa redonda, aunque la habitación tenía poca altura para Braixen, Krokorok y Heatmor, por lo que tenían que encorvar la espalda.

    –Heatmor, siempre serás bien recibido aquí, pero sabes que no tenemos tanto gusto para los invitados.

    –Heatran ha decidido hacer una excepción. Necesitan ayuda.

    –Nuestro compañero está gravemente herido... –Dijo Braixen.

    –Lo he visto. Los andares de Rampardos nos han alertado de vuestra llegada antes de que me salieran arrugas.

    –¿Puedes ayudarnos? –Dijo Krokorok.

    –¿Qué sucederá si no os ayudamos?

    –Entonces lo tomaremos por la fuerza. –Krokorok dio un golpe en la mesa y miraba fijamente al Shuckle. Éste tomó un trago al té ignorando la mirada.

    –Dicen que no hay nada más duro que el cascarón de un Shuckle. –El Jefe observaba su té mientras lo removía. –¿Recuerdas aquella vez que un Sharpedo casi me devora? –Se rió mirando a su esposa.

    –Kecleon casi se mata venciendo a ese puñetero Magmortar y vete dando por hecho que vamos a llevarnos un Zumo de Shuckle. Por las buenas, por las malas, a vuestra elección. –Amenazó Braixen.

    –¿Magmortar? Vaya... un duro combate seguro. Una vez vi a ese trío pulverizar un Bellsprout. Fue una imagen muy desagradable. Da gusto ver que alguien les ha vencido de una vez. –El Pokémon se levantó del lugar y se dirigió a un arcón.

    –Estad tranquilos. Os ayudaré.


    *****​


    Riolu al final llegó a bordo con la ayuda de Togetic. El zepelín viajaba a toda velocidad por los cielos, pero los perseguidores no se quedaron atrás. El Dios del Trueno se acercaba, de pie, sobre su compañero Aerodactyl y acompañado por mar junto con seis Mantine.

    –¿Quién ha osado entrar en mi territorio? –Dijo Mega–Ampharos con una sádica sonrisa en su rostro.
     
  19.  
    jonan

    jonan Jonan1996

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    14º Capítulo: “El Dios del Trueno”


    Mega–Ampharos se acercaba a toda velocidad acompañado de su oscura tormenta eléctrica. Éste llevaba una bella armadura de plata que cubría toda su parte superior. En su brazo izquierdo tenía una pequeña pulsera y debajo llevaba un cinturón, también de plata, que sostenía la Megapiedra. Su pelaje era extremadamente largo incluso para un Mega–Ampharos y las rojas orbes de su cola brillaban con gran fuerza.

    –Ese Ampharos no es muy normal. –Dijo Riolu nervioso.

    –Es el puñetero Dios del Trueno. –Respondió Togetic.

    De repente, Ampharos cargó en sus manos una esfera rojiza que se convertiría en un potente rayo directo. Togetic giró de golpe esquivando el ataque por los pelos.

    –¡Joya de Luz! –Gritó entusiasmado por el combate.

    –Si nos llega a dar eso nos vamos a pique y no podremos salvar a Kecleon. –Dijo un Togetic el cual desesperadamente intentaba pensar una forma de escape.

    –Piensa algo Togetic. Yo intentaré proteger el zeppelín.

    –¡Mantine, Hidrobomba! ¡Aerodactyl, Poder Pasado! y yo Trueno.

    –Oh, mierda. –Dijo Riolu al ver lo que se avecinaba.

    –Encárgate de los Mantine, yo del Aerodactyl. –Dijo Togetic mientras soltaba una mano del timón.

    Aerodactyl abrió su boca y una esfera blanca empezó a formarse en su boca para luego ser lanzada. Togetic alzó su brazo y apuntó en dirección al ataque que se aproximaba.

    –Hoja Mágica.

    El torbellino de hojas salió con fuerza contra el Poder Pasado el cual reventó a pocos metros del zeppelín creando una gran nube oscura. Ampharos y Aerodactyl estaban ocultos.

    Riolu usó Protección en el aire creando una gran coraza esférica. Los Hidrobombas provenientes del mar chocaron lanzando hacia arriba el zeppelín. Togetic observó dónde estaba Ampharos, viendo como su cuerpo se rodeaba de electricidad y con las dos manos manejaba el trueno que iba de lleno hacia ellos a toda velocidad.

    –Eso no podemos esquivarlo. –Sentenció Togetic.


    *****​


    Red Cubone sentado sobre la caja fuerte y Arcanine tirando de ella viajaban por un estrecho camino desde el cual se veía el Monte Ígneo en el fondo. Arcanine intentaba no mirar a la ubicación, mientras que Red Cubone no podía seguir callado.

    –¿Tú naciste en el Monte Ígneo no?

    –Así es.

    –¿Por qué te fuiste? Eras de los más fuertes de allí.

    –Cuando Moltres marchó del Monte Ígneo dos Magmortar intentaron apoderarse del lugar. Esos cabrones casi me matan y bueno, me echaron del lugar.

    –Si te apetece podemos ir a cargárnoslos.

    –No es necesario. Además, uno de ellos ahora es científico de Don Persian. Dudo que esté por el Monte.


    *****​


    El Jefe Shuckle salió de la casa acompañado de Braixen y Krokorok. Rampardos, con el agonizante Kecleon encima, se unieron. Todos juntos fueron hasta el estanque que había en aquella sala y observaron que el fondo de este tenía una vitrina cristalina llena de pequeños tarros. Algunos Shuckle de la zona se acercaron a ver qué ocurría.

    –Guardamos los diferentes Zumos de Shuckle bajo el agua para mantenerlos frescos. Sino se estropearían rápido.

    El Jefe saltó al agua y tiró de un asa sacando la vitrina hacia afuera. Luego simplemente cogió dos pequeños tarros de cristal, uno con un líquido rojo y otro con uno anaranjado.

    –Guárdalo bien. –Le dijo mientras estiraba su pata hacia Braixen con el tarro rojo.

    –¿Para qué es el Zumo naranja? –Preguntó Krokorok.

    –Para las quemaduras. Pero no es muy fuerte. –Respondió el Shuckle mientras se dirigía a donde Kecleon. –¿Puedes bajarlo? –Le dijo a Rampardos.

    Bajarlo con cuidado y Shuckle se quedó muy sorprendido al ver el completo cuerpo calcinado de Kecleon.

    –Ha salido vivo... pero por poco... –Susurró. Abrió el tarro y vertió la mitad dentro de su boca. Después, derramó la otra mitad sobre el rostro.

    –Tengo pensado curarlo con una mezcla de Zumo de Shuckle, Baya Safre, Caoca y Yapati. Ahora mismo tenemos a dos amigos buscándolas.

    –Puede funcionar... pero no os quedan más de 18 horas. Tal vez ahora con el Zumo Naranja tengáis 20 horas.


    *****​


    El trueno chocó contra el zeppelín de lleno haciendo que Riolu y Togetic se temieran lo peor. Pero el globo no fue afectado.

    –¿Qué demonios ha pasado? –Dijo Riolu sorprendido.

    –Jodido Xatu... –Dijo Togetic. –El zeppelín es inmune a los rayos.

    –¿Qué?

    –Ese cabrón vería el puñetero futuro y prepararía un globo a prueba de electricidad.

    –Dios... –Suspiró Riolu. –A este paso me van a matar del susto.

    –¡Cuidado! –Gritó Togetic al ver que Ampharos, furioso, preparaba otro ataque.

    –¡Gigavoltio destructor!


    *****​


    Un pequeño y rápido Wingull de alas blancas con bandas verdes interrumpió la calma del viaje de Red Cubone y Arcanine.

    –Hombre Wingull. –Dijo Arcanine al verlo. –¿Nos traes noticias?

    –Recompensas.

    –Krokorok 25.000 Poké. –Comenzó Cubone a leer en voz alta. –Togepi 190.000, Cranidos 178.000, Riolu 180.000 y Kecleon 150.000 Poké.

    –Qué equipo más interesante...


    *****​


    –¿Un ataque Z? ¿Cómo se esquiva eso? –Preguntó Riolu con miedo.

    –¡Coge el timón!

    –¿Qué?

    Togetic avanzó al borde del vehículo y apuntó su boca al mar que tenían bajo ellos. Después, lanzó un potente Lanzallamas contra el mar.

    –¿Qué hace? –Se preguntaron los Mantine que veían frente a ellos la gran columna de fuego.

    Las llamas colisionaron contra el agua liberando una gran columna de caliente vapor.

    Ampharos agitó sus brazos en el aire mientras que su pulsera comenzó a liberar electricidad que iba extendiéndose por su cuerpo. El Electrostal Z lo rodeó de una potente aura eléctrica que se liberó en forma de un potente cañonazo que iba directo al zeppelín.

    La gran columna de calor empujó de forma ascendente al zeppelín logrando esquivar el ataque por los pelos.

    –Ese Togetic es ingenioso. –Opinó Aerodactyl.

    –Está siendo una persecución entretenida. Me están alegrando el día. –Respondió Aerodacty contento.

    Togetic volvió la mando del zeppelín relevando a un sudoroso Riolu.

    –¿Dónde aprendiste Lanzallamas?

    –Le gané una partida de póquer a un tutor de movimientos en el Casino Trigal.

    –Oh... Bueno, no eres el único que conoce movimientos gracias a un tutor. Verán lo que me enseñó el Hitmonchan del Avión 212.

    Riolu se acercó a la parte trasera del zeppelín y observó a Ampharos sobre Aerodactyl. Alzó sus brazos rápidamente y aún más rápido los bajó lanzando una onda en forma de media luna.

    –Onda Vacío.

    El ataque, inesperadamente, golpeó en Aerodactyl. Resistió el ataque con relativa facilidad, aunque no fue lo suficiente como para impedir que Ampharos se cayera al mar.

    –¡Señor del Trueno! –Gritó Aerodactyl preocupado por el Dios mientras volaba en picado hacia abajo.

    El Dios del Trueno cayó al mar sin que el fósil volador pudiera recogerlo.

    –¿Estas bien? –Le preguntó uno de los Mantine.

    –¿Vamos a por ellos? –Dijo otro.

    –Vamos a matarlos.

    –No, no y no. Ha sido un combate entretenido. Dejadlos marchar. –Finalizó el Dios del Trueno.


    *****​


    –Jefe Shuckle. –Dijo una agradecida Braixen frente a la puerta de la casa del Pokémon.

    –¿Eres aquella Fennekin que seguía a todos lados a Xatu? ¿La hija de Indomable Delphox? –Le respondió muy directo. Ella asintió. –¿Sabes que tu madre hace años estuvo aquí? Se entrenó muy duramente contra Moltres.

    –La verdad, no se mucho de mi madre. Conozco alguna de sus aventuras, pero no sabía que había estado por esta zona.

    –Pues sí. Vino aquí con idea de aprender sobre los Zumos de Shuckle.

    –Y... ¿Yo podría aprender sobre esos zumos?
     
  20.  
    DoctorSpring

    DoctorSpring Disgregrador

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    (Esta critica pertenece al capítulo 8 y 9, los demás tendrán la suya pronto)

    Buenos días, lamento la tardanza, estaba un poco ocupado.

    La historia sigue avanzando de forma interesante, considerando la aparición de Mewtwo (un proyecto realizado por Don Persian, entendí esa referencia :v), Porigon-z y por si fuera poco, Giratina. La escena de la torre de Xatu esta bien lograda, dan ganas de seguir leyendo al ver las cosas vaticinadas por el pájaro y la visión de Riolu. Se nos presenta un nuevo personaje que va ir con el grupo de los protagonistas, al menos un rato. Me pregunto como le va ir a nuestros pokémon en el monte ígneo, supongo que tendré que seguir leyendo

    La verdad es que no tengo mucho que comentar, los dos capítulos me parecen bastante buenos, salvo algunos detalles como que la muerte de Kirlia la podrías haber dotado de más dramatismo, después de todo era una personaje más o menos importante. Esa escena me pareció que hubiera quedado mejor con más descripción y un ritmo más lento.

    Sobre la ortografía, no he encontrado nada destacable, tal vez algunos dedazos que le pasan a cualquiera y no arruinan la historia.

    Eso es todo por ahora.

    Saludos.
     
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