[Gremio] Salón Principal

El Salón Principal sigue igual de concurrido que siempre. Las puertas se abren de repente, y más gente ingresa al mismo. Entre ellos se destacan un humano joven, apuesto y alto, con el cabello rubio ondulado y ojos azules, portando un laúd de proporciones casi cómicas a su espalda, su rostro con facciones finas y bien delineadas. Sus orejas son un poco puntiagudas, denotando algún tipo de ascendencia élfica o feérica, y su sonrisa podría cautivar a cualquiera. Sobre sus hombros, una pequeña gnoma, enfundada en un vestido celeste, con el pelo del color de la naranja, atado en una pequeña coleta, y ojos de un suave color verde, se encuentra sentada y leyendo con bastantes ganas un libro enfundado en cuero; una pequeña mariposa color violeta, con un extraño brillo antinatural, gira a su alrededor. Detrás y completando el panorama, una elfa, con el cabello negro atado en una trenza que cae sobre su hombro, la nariz pecosa, vestida en una armadura de cuero y telas de colores terrosos, lleva su arco en la mano y camina arrastrando los pies, en una clara señal de cansancio. Parecen tener una charla entre ellos, y mientras sus acompañantes se dirigen raudos a la Recepción, seguramente para completar algún formulario o trámite, la muchacha se deja caer sobre una de las sillas, y les hace señas a algún mesero para que le traiga algo de beber, mientras suspira.

De la Recepción también salen varios personajes interesantes, algunos de ellos con aspecto de haber vuelto de una misión, otros pidiendo autorización para marcharse a una, o simplemente inscribiéndose en la institución. Del último grupo, se destaca una pareja, que salió conversando amigablemente de allí. Un humano, que por sus ropas parece algún tipo de noble, con un elegante sobretodo, toda su ropa terminando en juntas de metal, probablemente oro y plata. Posee un monóculo en el ojo derecho, aunque tal vez sea más para impresionar que por necesidad. La que lo acompaña es una joven con una caperuza negra, piel rosada y pelo blanco como la nieve, atado en dos trenzas. Sus ojos son de un extraño color rosado, y el vestido debajo de la caperuza parece ser de un fuerte color rojo. Ambos parecen mantener una conversación agradable mientras se dirigen hacia una de las mesas del lugar, sentándose cerca del Tablón de Anuncios, seguramente esperando o tal vez más misiones o a que alguien escoja una.

Contenido oculto

¡Inyección de NPCs!

 

Belfurgirgen

Apoyé mis manos con dedos entrelazados sobre la mesa y me quedé observándola, con una ceja ligeramente alzada. No por su excusa de por qué la ropa no se podía modificar con magia, sino por el hecho de que había hecho alusión a que ésta y el latrocinio podían sincronizarse sobre de buena forma…

¿Acaso era una insinuación para que formáramos un equipo? Bebí el último trago de cerveza con el ceño fruncido, cosa que se acentuó cuando me preguntó por qué quería ser un aventurero.

—Me convertí en aventurero por un deseo poco original: obtener fama —respondí, encogiéndome de hombros—. Pero hablo de que me reconozcan como a un héroe. Al contrario, quiero ser el ladrón más respetado de Erä —hice aparecer una moneda de oro que escondía en una mano y la hice girar sobre la madera hinchada de cervezas derramadas—. Que yo sepa, ningún Gnomo ha logrado tal hazaña.

Y hubiera caído en la gentileza de devolverle la pregunta aunque no me interesara por qué esta chiquilla se hizo aventurera, pero la caída de una daga sobre la moneda hizo que nos volteáramos. Me encontré de frente con unos ojos reptilianos. Se trataba de un Dragonborn que estaba teniendo dificultades para leer las misiones del Tablón. Medité la respuesta un momento.

—No veo por qué no —y señalé a Marisa—. Ella es la que sabe leer aquí. Leerá para los dos encantada.

En ese momento no deseaba abocarme a una tarea tediosa como ayudar a leer. Pero los acompañaría para ver qué resultaba más atractivo de allí.

 

Marisa Margatroid

Estaba a punto de hacer una épica introducción de mi espectacular y nada trillado pasado cuando una daga se clava en mi salida estelar. Dirijo la mirada hacia el torpe cara reptil culpable de tan vil pecado. Se dirigió a nosotros de forma bastante educada para ser un cara reptil, no parecía un mal tipo, quizás, probablemente. Belfurfagugen o como se llame le respondió dejándome a mí el plato principal. Sonrío. Es la hora de ser la protagonista. Cierro la Guía del Buen Aventurero, me levanto, pongo los brazos en jarra e hincho el pecho con orgullo.

—Por supuesto que te ayudaré, respetado cara reptil. Dejad que yo, Marisa Margatroid, una aventurera novata normal y corriente os ilumine el camino hacia la gloria. ¡Seguidme!

Y como autonombrada líder del grupo me dirijo hacia el Tablón de Misiones exagerando cada paso triunfal que doy.

 

Marisa Margatroid

Volvemos al Salón Principal (o eso creo, no me he asegurado de que me estén siguiendo, pero si a estas alturas no me están siguiendo tengo un problema serio). Me siento en el primer taburete que encuentro libre y empiezo a hablar.

—Creo que aún no he explicado el objetivo de nuestra primera misión, chicos. Nuestro cometido será escoltar a un mercader en su viaje desde Alharzan, que no sé dónde está, hasta Semblante, que tampoco tengo ni puñetera idea de dónde está. Para obtener más información de la ruta y contactar con nuestro cliente debemos acudir a un tal Pietro en la Hermandad de Artesanos, que por si os lo preguntabais tampoco sé dónde está; aunque intuyo que estará en la ciudad —hago una pausa para tomar aire y continúo—. El mercader saldrá en tres días así que tenemos tiempo para prepararnos. Deberíamos ir de tiendas para compra el equipamiento que necesitemos: víveres, armas y armaduras, munición, pociones y lectura para el camino. Además yo necesitaría un tiempo para pasarme por la Biblioteca y el Arcanum. Cosas de brujas —dejo un espacio para que comenten si tienen que ir a algún otro sitio o si tienen más sugerencias y prosigo—. Como todo esto nos llevara un tiempo lo más apropiado sería partir mañana al alba, hablaremos con el Pietro ese y nos pondremos manos a la obra. ¿Alguna duda?

Contenido oculto: Citas a los implicados

Bruno EVF Morde

 

— Solo he entendido que hay que escoltar a alguien a algún sitio. Nada que no haya hecho antes —comenté con una sonrisa

Todo estaba siendo tan rápido que apenas me daba tiempo a reaccionar, imaginé que tendría que acostumbrarme y deseé que no fuera así. ¿Quién me mandaría a mí salir de mi bosque...?

— Por cierto, no me he presentado —recordé entonces—. Me llamo Argus.

 

Onreifni

Al llegar al Salón Principal del Gremio de los Aventureros me dirigí sin preámbulo a la Ventanilla de Recepción, observaba a mi alrededor y el ambiente fiestero y el ruido me molestaba un poco. Esperé a que una de las Recepcionista estuviese desocupada para ir al lugar.

 

Onreifni

Una vez volví al Salón Principal observé mis alrededores y me di cuenta que la Biblioteca se encontraba por las escaleras que llevan a la parte superior. —Perfecto —comenté mientras caminaba al lugar. —No hay nada mejor que estudiar las artes oscuras de Golondir. —exclamé.

 

Clementine

Con una sonrisa y gran entusiasmo ojeaba la voluminosa guia, tal cual como mis primeros cuentos obsequiados, lo mas interesante fue al darme cuenta como faltaban hojas a la guia...no pensé que eso era todo.

—mmmm...¿estará cerca la bruja de hace rato?

Aun sentia curiosidad por como serian mis compañeros pero debia ser precavida a la hora de iniciar aventuras.

—oh la biblioteca— Claro la fuente sacra de las artes ocultas ¡no debia dejar pasar aquella oportunidad! No lo pense más y decidí dar un vistazo aquel santuario de sabiduria¡Que emoción!

 

Onreifni

Tras bajar las escaleras volví a estar presente en el Salón Principal, con toda el barullo que eso conllevaba. Unos borrachos comenzaron a caerse a golpes mientras los otros compañeros no hacían nada respecto al tema. Los miré realmente molesto, el ruido me disgustaba pero no podía unirme yo también a una batalla donde sin duda, estaría en desventaja.
—Calma tu mente, son simples juguetes para divertirme con ellos más adelante. —suspiré.

Caminaba hacia la sala de entrenamientos, quería probar mis nuevos hechizos.