[Gremio] Recepción

—Oh, no lo había tomado en cuenta —mi gato se ríe de mí —. En ese caso, creo que tomaré la misión siete. Aunque el cliente no parece muy amigable con los aventureros.

Observo mejor el papel de la misión, pienso que el responsable podría terminar siendo un topo o conejo. Y el que solicitó el trabajo no creo que lo crea, si mi suposición acaba siendo cierta. Felis maulla, dándome ánimos.

—Sí, definitivamente tomaré esa misión —me cruzo de brazos, a esperar la respuesta de la encargada.

 

Encargada del Gremio

— Muy bien, esta parece ser mucho más indicado para ti. Por favor, préstame tu chapa así puedo registrar tu nombre y tu rango. Y la de tus compañeros, si irás acompañado.— dijo la joven, tomando el papel de la misión y extendiendo la mano, esperando recibir la chapa.

 

Canis

Felis tomó mi placa, y se la entregó a la encargada. Se sienta a esperar a que se la devuelva.
-No iré acompañado. Conmigo y Felis podremos vigilar mejor. Entre menos, menos probable que nos vea el perpetrador -《que insisto es un topo o conejo》

 

Encargada del Gremio

— ¡Excelente, aquí tienes tu chapa!— comentó la encargada, devolviendo el pedazo de porcelana con una sonrisa. Luego agregó.— Parece que todavía no tienes equipamiento. Te recomendaría acudir a la tienda para al menos buscar un equipo inicial. Si no puedes costearlo, puedes pedir prestado equipamiento sin problema. Luego tendrás que devolverlo y pagar una parte de tu recompensa como alquiler, eso sí. Puedes dirigirte a la tienda por la puerta que se encuentra a la derecha del Salón Principal, la que es de hierro. Si no quieres buscar equipamiento y sientes que estás bien tal cual estás ahora, prosigue con la misión.

>> Si necesitas algo más, ¡solo avisa!— anunció, antes de volver a sus papeles.

 

Clementine

Tras casi una eternidad en la espera o al menos eso senti la adorable recepcionista dio su aprobación y un formulario para llenar. No pude evitar reir un poco con lo de "leer" ¿acaso no distinguen a una hechicera de vocación cuando la ven?

Como sea llene con entusiasmo la forma y dirigi la mirada a aquella puerta ¿seran más papeleo? Espero que no, aun así en mi pecho no puedo evitar sentir algo latente...claro a parte de mi corazón.

—Gracias cariño...—agradeci y con una sonrisa me despedi de la chica sin importar si responde o no, se ve que trabaja duro la pobre.

De acuerdo ha llegado el momento de enfrentar el inicio de esta aventura.

 

Marisa Margatroid

Regreso a la Recepción para decirle a mi secretaria favorita que estamos a punto de emprender nuestra primera gesta. Desde el principio pensé en tomar una misión con sello verde, pero teniendo en cuenta que somo un grupo equilibrado de tres personas puede que un sello águila amarillo se ajuste a nuestras habilidades. Somos una hechicera bruja, un ladrón bajito y una mascota. ¿Qué podría salir mal? Dejo el panfleto de la misión ante la recepcionista y expongo la mejor de mis sonrisas, que son todas, naturalmente.

—Hola de nuevo, señorita. Mis dos compañeros —los cuales ni me he molestado en confirmar que me han seguido— y yo vamos a tomar esta misión. Dime, encanto, ¿el sello amarillo del águila se nos queda grande o nos viene como anillo al dedo?

Contenido oculto: Offrol

Bruno EVF Morde lo suyo es que os hubiese preguntado si queríais hacer esa misión, pero Marisa es Marisa. Disculpadla.

 

Encargada del Gremio

— Bueno, es una misión con sello amarillo, pero tal vez no tendrían demasiados problemas, considerando que son tres.— dijo la Encargada, con un dejo de duda en la voz. Sin embargo, se recompuso rápidamente y volvió a esgrimir su dulce sonrisa habitual.— Pero si están seguros, ¡no puedo detenerlos! Además de que la misión entra dentro del rango permitido. Ahora necesito que me presten las chapas de cada uno, para registrar su nombre y su rango, por favor.

La joven extendió su mano, para recibir las tags de cada uno de los aventureros.

 

Marisa Margatroid

Cierta expresión de la recepcionista me hizo dudar durante una milésima de segundo. Fue una sutil advertencia de que nuestra misión sería plausible, sin embargo deberíamos ser cautos. Es bueno saberlo, pero no me preocupa tanto. ¡No hay nada que una fantástica bruja como yo no pueda hacer! Le entrego a la señorita recepcionista mi insignia de aventurera de rango porcelana. En ese momento me doy cuenta de algo terrorífico, algo de lo que sospecho que nadie se ha preguntado hasta ahora, algo con lo que sería incapaz de seguir viviendo si no lo supiera, algo de vital importancia para el curso de la historia.

—¡Santo cielo! —exclamo alzando la voz como quien ha tenido la revelación del siglo— ¡No conozco tu nombre, señorita recepcionista! Porque supongo que también tendrás un nombre por el que te gustaría ser llamado, ¿verdad que sí, señorita recepcionista?

Tras esa pregunta de magnitud universal solo resta que mis compañeros entreguen su insignia.

 

Sin siquiera saber cómo, acabé metido en una misión que ni siquiera sabía en qué consistía junto con las dos personas a las que la daga interrumpió en la mesa. Y tampoco sin saber nada, acabé entregando la chapa en la recepción. Aproveché para intentar, al menos, saber algo importante:

— ¿Dónde puedo conseguir un arco y flechas?

Contenido oculto

Sí, ya sé que está el tema de la tienda hecho y tal. Pero Argus no sabe dónde está, así que lo roleo para que le expliquen al pobre

 

Canis

Regreso de la tienda, donde compré mis armas, y me acerco al mostrador, donde tres aventureros parecen estar aceptando una misión.
—Disculpe, encargada, ¿dejó el cliente de la misión que tomé una dirección o cómo llegar a su granja? O algo que me pueda ayudar.

 

Encargada del Gremio

La joven se sorpendió ante tantas peticiones, y levantó las manos por reflejo, como para frenar las preguntas, mientras soltaba una sonrisa incómoda. Se recompuso luego de unos segundos, y se alisó el uniforme.

— Para conseguir cualquier tipo de equipamiento, sean estas armas, armaduras o equipamiento aventurero propiamente dicho, puedes dirigirte a la Tienda, pasando por la puerta de hierro que puedes hallar a tu derecha. Les recomiendo que todos lo hagan, si no han pasado por allí ya. Lo mejor sería que se encuentren preparados para lo que sea que les aparezca en el camino.— dijo, mientras tomaba las chapas de Marisa, Argus y Belfurgigen, y anotaba los nombres y rangos de cada uno.— Listo, ya pueden partir. ¡Tengan cuidado!

Les ofreció las tags con una sonrisa, mientras se dirigía hacia Canis.

— Oh, es el granjero Holmes, tiene una reputación. Dirígete hacia las afueras de Alharzan, por el Cinturón Verde que rodea la ciudad. Allí cualquier granjero podrá dirigirte hacia su huerta. Pero te advierto: ten cuidado. Sus quejas son insoportables.— dijo, con tono cansado, como si tuviera malos recuerdos.

Luego, otra pregunta llegó a sus oídos, que hizo que se sonrojara levemente, dándole un aspecto rosado a sus blancas mejillas. Apartó la mirada, se acomodó un mechón de pelo detrás de la oreja, y con un tono de voz suave y bajito, dijo:

>> Me...me llamo Amapola.

Al parecer, la pregunta la había tomado por sorpresa.

 

Marisa Margatroid

Dejo escapar una sonrisa mezclada por la dulzura y la picaresca. Jamás habría sospechado ese lado tierno de la recepcionista. Si fuese un chico estoy segura de que ya tendría pie para un cortejo cuanto menos interesante, pero no lo soy así que nada de cortejos ni ligoteos. De todas formas esta chica me ha caído bien, a pesar de nuestro primer contacto algo áspero he descubierto un corazoncito oculto tras la profesionalidad.

—¡Qué bonito nombre, Amapola! ¡Hoy estás de suerte! Oficialmente te nombro mi primera amiga en el Gremio de Aventureros. Ahora tenemos que irnos —agito al aire el panfleto de la misión y pongo una voz que aparente ser interesante—, hay una misión que cumplir. Nos vemos, Amapola.

Me despido de la recepcionista con un chasquido de dedos y miro a mis compañeros, Belfirfungeigen, quien lleva todo el tiempo sin decir una sola palabra, y nuestra mascota draconiana, quien ha mostrado unas dotes sociales mayores que las del gnomo. Supongo que no todos pueden ser tan carismáticos como una servidora, qué le vamos a hacer. Me dirijo hacia ellos.

—Perfecto, ya nos han aceptado la solicitud. Deberíamos hablar sobre los detalles de la misión. Vayamos al Salón Principal, podremos hablar allí con más calma.

Y, como antes, sin comprobar si me seguían o no, fui directa al Salón Principal.

 

Canis

Al escuchar a la recepcionista, mis temores se confirman. Los humanos son siempre tan incómodos. Por eso prefiero los animales. Suspiro pesadamente.

—Le agradezco la información. Partiré de inmediato.

Salgo hacia el cinturón verde. Con mi gato al hombro.

 

Clementine.

Aturdida pero renovada asi fue como salí de aquel cuarto, observo mi mano al sentir aquel hormigueo, sin duda aquello era el fulgor de la magia en estado puro.

—ja tan solo esperen y veran— vitoreaba con un pequeño aplauso y entonces desvie mi mirada a la adorable recepcionista ...parecia que unos colegas ya tomaban su primera labor ¿acaso uno de ellos era una bruja tradicional ¡como en los cuentos! Mi interes por la rubia era considerable pero algo me decia que debo saludar a nuestra trabajadora secretaria.

—Cielo santo jamas imaginé tan maravillosa sorpresa— le dije con gentil sonrisa —¿segura no guardais algo más?

No sabia que más vendrá pero mi intuición augura unos pequeños detalles en la iniciación.

 

Onreifni

Una vez en el lugar una bella recepcionista me atendió y una de sus compañeras comenzó a rellenar mi ficha de aventurero mientras me daba la bienvenida al lugar.
—Tst, sólo escribe rápido. —le respondí y contestaba bruscamente todas sus preguntas respecto a mis datos personales.
—Espero no haber tomado una mala decisión al venir aquí —reproché una vez acabada la recolección de datos personales.
Me indicaron una puerta extraña y me dirigí al lugar.

 

Clementine

No importa cuantas veces lo viese, no dejaba de asombrarme la velocidad de la chica a penas di una mirada fugaz un tipo demonio se registro, iba a saludar cuando un golpe seco me detuvo.

—¿Un libro?—lleve mi dedo indice al menton y cai en cuenta de haber recibido una chapa y la famosa guia de aventureros, si la chica ni se despeina a la hora de tramitar la inscripción... Me recuerda a las chicas incansables de nuestras granjas...mamá solía reprocharles su lentitud.

Le quise invitar a una pronta reunion pero sabia que estaba siendo una inoportuna al hablarle, asi sin más dilación me dirigi al salón del gremio, algo me dice que grandes tesoros aguardan tras sus muros.