Timothy Boyd Por suerte, Suzumiya no tardó mucho en levantarse para ofrecerse como voluntaria y, por alguna razón había sentido que había sido bastante obvio que ella se hubiera ofrecido. O bueno, tan siquiera para él era un poco obvio teniendo en cuenta que ella había sido la que había estado con la señora Limpita cuando había llegado a la pseudo cocina-comedor. Además del hecho de que los demás tampoco parecían muy interesados en eso, Walsh estaba perdida en el periodico, el vaquero estaba entretenido comiendo y la última chica no parecía tener mucho interés en... convivir, por ahora. —Gracias, no se si yo había logrado verlo... —Esperó hasta que ella tomara la delantera y la siguió en silencio hasta la puerta que, en efeto estaba entre abierta —, ¿gustas pasar primero?
Suzumiya Konoe No nos tomó demasiado tiempo alcanzar la puerta del cuartucho. Recordaba su ubicación exacta con gran precisión... supuse que tendía demasiado a fijarme en los detalles por nimios que fueran estos. La desazón de Akiyama-san o el nerviosismo de mi compañero no me pasaron desapercibidos precisamente. Pero aunque era lo suficientemente empática para compadecerme de los pesares ajenos, decidí no decirle nada a Timothy por el momento. La puerta estaba entreabierta como cabría esperar por lo que tan solo habría que empujarla un poco para ingresar dentro. Timothy me preguntó si quería adelantarme. —Oh ¿yo?—cuestioné con cierta sorpresa. ¿Estaba siendo cabelloroso o solo le preocupaba que podía encontrar dentro? Sin embargo, sonreí gentilmente al poco tiempo—. Por supuesto. Aguarda un momento, por favor. Sujeté la bandeja con tan solo una mano cuidando de no derramar ni tirar nada al suelo en un torpe descuido, y golpeé suavemente la puerta con los nudillos de la mano contraria. Entrar sin avisar no sería lo correcto. —¿Disculpe? ¿Se puede?—inquirí—. Somos los Salvadores Boyd y Suzumiya. Traemos el desayuno. >>Con su permiso. Y solo entonces, habiendo avisado de antemano de nuestra llegada, empujé la puerta e ingresé en el cuartucho. Esperaba que Timothy me siguiese.
Timothy Boyd Ladeó su cabeza con cierta confusión al escuchar lo primero, ¿era tan dificil de creer que le estaba cediendo el paso? —¿Sí? —Respondió con el mismo tono que voz de ella, haciendose un par de pasos hacia un lado para darle más libertad de paso, si terminaba diciendole que no, pues no habría más remedio que entrar el mismo —, claro, de igual forma no creo que podamos ir a otro lado... Menos con las charolas, tan solo se podía volver a la cocina para dejarlas allí y que no fueran prácticamente un estorbo para nadie. Una vez que ella se adentró al lugar, después de unos segundos finalmente la siguió, ya lo había presentado así que...realmente no pensaba decir mucho, quizás tan solo un leve asentimiento de cabeza para saludar si alguien realmente llegaba estar allí. Contenido oculto No sabia si debia volver a postear de nuevo but, aca esta /?
Al cruzar el umbral de la puerta, Konoe y Tim vieron lo que había dentro. Se trataba de un espacio pequeño, iluminado escasamente por el brillo del sol que entraba por una ventana estrecha y solitaria, protegida por barrotes. La humedad había provocado enormes manchas que invadían tanto los muros como el techo, mientras que los tablones que componían el suelo se quejaban ruidosamente al ceder bajo sus pasos. Por otra parte, no había muchos muebles allí. Al fondo, cerca de la ventana, había un escritorio negro con diversas cosas encima. Una pequeña biblioteca de madera se hallaba apoyada en una de las paredes laterales; un archivador de grandes cajones metálicos ocupaba lugar en la pared opuesta. Y en el centro de la habitación, una alfombra grande y descolorida. Pese al deplorable estado, se notaba que era un despacho. Pero allí no había nadie. Al parecer, el Comisario Woody tardaría un poco más en llegar. Contenido oculto: Data ¡Bienvenidas al Despacho del Comisario! Tal y como les había adelantado, esto es un mini-juego de investigación. No se tratará de recabar pruebas para resolver un crimen o algo similar; sin embargo, la información que aquí obtengan ayudará a revelar un poco más el contexto que rodea a sus personajes y, además, les darán pistas sobre lo que podría llegar a suceder en un futuro (al igual que sucede con "Kai" o los artículos del Diario Escurridizo, que no están puestos por mero azar). En parte es por meterles hype (?), pero se trata sobre todo de hacer avanzar la historia. Ya saben lo que deben hacer: Investigar las cosas marcadas en negrita, sobre las cuales les ampliaré datos. Su objetivo es investigar todas las pistas presentes en el despacho. Notas importantes: *No pueden retirarse sin haber investigado todo. *La alfombra no se podrá investigar hasta que hayan hecho lo propio con todo lo demás. ¡Suerte
Suzumiya Konoe —Oh. Eso fue lo único que salió de mis labios cuando descubrí el interior de la habitación. Estaba... vacía. El Comisario Woody no se hallaba allí. Lo que había, sin embargo, era un ambiente lúgubre, desolado. La luz trémula que alcanzaba a colarse por las rejas de la ventana elevando una columna de polvillo en el aire, sembraron mi corazón de soledad. Una lámpara se balanceaba ligeramente a un lado y a otro haciendo que su luz temblara por toda la habitación. Ese era... ¿el despacho del comisario? Miré sobre mi hombro para asegurarme que Timothy había entrado detrás de mí. Dejé la bandeja sobre una mesita. —Se le va a enfriar el desayuno...—murmuré. Y entonces eché un vistazo crítico a mi alrededor. Era un cuarto pequeño, pero definitivamente se trataba de un despacho. Tenía un escritorio, un librero y un archivador. Y una alfombra descolorida en el centro del cuarto. Mi corazón dio un salto. ¿Puede que esto fuese como el misterio de Kai? Le había prometido a Alisa-san investigarlo. Era una persona curiosa por naturaleza. Supongo que debía culpar a las novelas del señor Doyle. —Quizás esto no sea muy protocolario—me disculpé entonces—. Pero siento curiosidad por saber más del comisario. Echar un vistazo rápido no lo notará nadie ¿cierto? Me mordí ligeramente el labio inferior. >>Siento hurgar en sus cosas. Más que a mi compañero, aquellas palabras estaban dirigidas a mí misma. Con curiosidad e interés me aproximé al escritorio.
Timothy Boyd El cruzar por la puerta lo dejó bastante decepcionado, alguna parte de su cabeza habría creído que aunque el espacio se hubiera visto bastante pequeño por fuera, por dentro... sería algo más grande o daría la ilusion de serlo por la forma en la que las cosas estaban acomodadas. Pero lamentablemente no era ni una ni otra opción que había recurrido su cabeza. La misma humedad presentada en la cocina, se encontraba en ese mismo despacho y tanto el techo como la madera parecían tener repercusiones por lo mismo, cada paso que tuvieron que dar para adentrarse hubiera alertado a cualquiera que estuviera lo suficientemente cerca, por suerte no había demasiados muebles, quizás lo suficientes para que el comisario tuviera sus cosas ordenadas y al mismo tiempo sin la necesidad de llenarlo demasiado y sentirse muy atrapado. —Bueno, quizás luego pueda calentarlo... no será lo mismo, sí, pero lo podrá comer caliente. —Dejó el contenido de su charola sobre el escritorio para poder conservarla, suponía que tenían que devolverla, ¿no? Cuando Suzumiya sugirió revisar sus cosas... a su manera, no pudo evitar verla con cierta sorpresa, prácticamente le había arrancado las palabras de sus labios, no había esperado ese lado ¿entrometido? De ella hacia las cosas de los demás. Quizás era más interesante de lo que la había juzgado en un principio. —No lo sientas, será bastante interesante saber que encontramos... eventualmente sabríamos esa clase de cosas... ¿no? ¿Qué podía decir? La curiosidad se lo comía vivo, no había vivido en esa ciudad mucho tiempo y tampoco sabía mucho de la policía, eso le daba muchas ganas de aprovechar el escenario que tenía enfrente, así que, mientras su compañera se encargaba del escritrio, él se dirigió a la pequeña biblioteca.
En el escritorio había una lámpara de estudio oxidada, con la que el Comisario seguramente leía por las noches el montón de papeles desordenados que Konoe tenía enfrente. Pese a que parecía imposible encontrar algo de sentido entre tanto lío, hubo algunas cosas que lograron llamar la atención de la joven policía. Había una hoja con símbolos raros, así como también una libreta cerrada y unos papeles escritos en un idioma incomprensible. La biblioteca tenía tres estanterías. Las dos inferiores estaban abarrotadas de novelas de misterio, pero la estanterías de arriba estaba ocupada por otras cosas. Tim vio dos botellas con una sustancia verde en su interior. Había también una serie de protarretratos: uno con la fotografía de un hombre gordo, otro con una foto grupal y por último, una foto de un hombre y un animal. Por último, notó un sobre abierto, cubierto de polvo.
Suzumiya Konoe Le sonreí cordialmente a Thimothy desde el escritorio del comisario. —Quizás—respondí—. El deber de un policía es analizar a los sospechosos. El problema es que el señor Woody no es uno de ellos. El escritorio contenía una lámpara de metal—a la cual acerqué la mano y encendí para que iluminase un poco más la habitación cerrada—, topándome con un montón de papeles dispersos. Entre toda aquella entropía, sin embargo, algo llamó poderosamente mi atención. Mis ojos se abrieron ligeramente de la impresión mientras sentía a mi corazón acelerarse. Sin dudas era curioso. —Quizás no sospechoso, pero sí bastante interesante—seguí hablando en voz alta, más conmigo misma que con el salvador Boyd—. Me pregunto si será algún tipo de código o lengua extraña... Con la mano en el mentón observé aquella hoja con símbolos, intrigada. ¿Cual era su significado? No parecía chino, alfabeto cirílico o ninguna lengua existente conocida. ¿Quizás era un código creado por el propio comisario?
Timothy Boyd —Bueno, todos tienden a ser sospechosos en un punto de sus vidas, mientras no sepas algo de alguien, siempre se mantendrá una sospecha de algo, ¿no crees? —Y no significaba que no confiara en ellos o algo así, simplemente creía que cuando alguien no sabía algo de la persona con la que próximamente trabajaría, siempre se mantendría aquella "sospecha" que eventualmente intentarías curar al llegar a conocer a esa persona mejor. La biblioteca si bien pequeña, parecía guardar muy bien las colecciones de los libros de misterio, pero por la forma en la que estaban acomodados en la parte de abajo le parecía hacer creer que tampoco los sacaba a menudo. O bueno, si realmente los leía a menudo, no encontraba nada incómodo tener que agacharse por ellos. —Bastante interesante... ¿qué crees que contengan estos? —Preguntó tomando con cuidado las respectivas botellas, mostrandoselas con una mueca de fingida sorpresa —, en cuento a lo tuyo, quizás sea algo que los demas policias se han inventado para comunicarse...
Konoe Suzumiya Me encontraba cavilando en silencio pero las palabras de Timothy llamaron mi atención. Le miré por encima de mi hombro. Se hallaba sosteniendo unas botellas con una extraña sustancia esmeralda en el interior. —¿Algún tipo de bebida alcohólica? Esa sustancia verde... parece absenta sin diluir—comenté—. Pero dudo que el comisario esté tomando algo así. Según cuentan, Vang Gogh cortó una de sus orejas bajo los efectos de esa bebida. Estuvo prohibida por siglos por considerarla capaz de producir alucinaciones. Podía tratarse de algún de compuesto químico, tal vez. Pero no podía estar segura al verlo tras una botella. Aquel cuatucho era sin dudas curioso. Y aunque una parte de mí sentía que no debería estar cotilleando las cosas de un superior, mi intriga y deseo de saber era mucho mayor que mi arrepentimiento. Ahora solo deseaba llegar al fondo de la cuestión. "En cuanto a lo tuyo, quizás sea algo que los demas policias se han inventado para comunicarse..." Sonreí. —Justo eso estaba pensando, salvador Boyd—dije—. ¿Puede que tenga que ver con Infiltrado? Quizás sea una forma sencilla y segura de comunicación. Si no sabes lo que dices, no pueden descubrirte. Muchos soldados y espías atrapados por bandos enemigos usaron códigos para comunicarse sin ser detectados durante la historia, especialmente durante la Guerra Fría. Me incliné sobre la mesa pero si tocarla, con interés. >>Puede que se trate de eso. Hay más papeles escritos aquí...
