Dead End Zone

Séptimo​

Cuando estaba a punto de colgar ante la idea de que eso no iba a funcionar, se sorprendió cuando por fin escuchó su voz, preguntando algo tan obvio que lo obligó a reir, ¡estaba frente a ella! ¿cómo no podía saber lo que había pasado? —¿Qué pasó? No lo sé... no lo sé... ¡caí por un agujero en el suelo! —gruñó palpando las paredes para procurar no resbalar —Pero... luego recordé que tú encontraste una lámpara cuando estabamos en el edificio que nos conocimos, pero bueno, gracias por no ser mi pequeño sol en esta estúpida cueva...

¿Era el mejor momento? No, pero vamos... tenía que decirle aquello, en su mente, él se había caido por su culpa.

—Iré por un el camino de la izquierda, parece ser curvo pero... no quiero estar arrastrarme por allí, ¿tú por dónde vas?

 

Décimo

Tras echar un vistazo, pude darme cuenta de que por aquí no encontraría nada útil. No me sentí francamente decepcionado, por lo que decidí avanzar hacia la izquierda.

—Primero, segundo, tercero, cuarto...— Contaba con mis dedos—. Quinto, sexto, séptimo, maldito octavo...

Todos enfrascados en esta meta carente ¿Qué motivaba a un individuo aspirar ser dios? Ambición, egoísmo, buena fe, esperanza, amor, odio. Todas esas eran excusas sin sentido. Mi razón era, sin duda alguna, la única legítima: mi solución ahondaba en el problema de raíz, el problema de la existencia. ¿Qué tan difícil era convencer a los sobrevivientes del suicidio? Si en últimas instancia este es el único camino racional.



Energía: 18/20
Hambre: 9/15
Sed: 9/15

 

Octavo

La emoción embargó mi cuerpo en cuanto llegué al piso inferior; aquella acción había sido, sin duda, estúpidamente temeraria, y ahora que lo había hecho podía afirmar sin lugar a dudas que de haber cometido el más mínimo error, habría terminado en un resultado fatal. Hasta allí llegaban mis razonamientos, sin embargo.

Me encontraba tan agitado y alterado que me era difícil pensar en cualquier cosa con el menor grado de complejidad, y dada mi situación actual, decidí explorar un poco el piso, caminando hacia mi derecha. Caminar podría ayudar a calmarme un poco.

Aunque lo que verdaderamente deseaba era poder salir al aire libre: este lugar me daba escalofríos.

Octavo:
Energía: 6/20
Hambre: 7/15
Sed: 7/15

 

Séptimo, obviando el camino estrecho que se abría ante él, continuó avanzando hasta llegar al siguiente conducto. Mientras avanzaba hacia el cruce, pudo percatarse de una luz, la primera que vio en todo su trayecto, alumbrando el área al que se dirigía. Su estado anímico actual le impidió pararse a pensar, su cuerpo se movió solo, y al doblar la esquina asomando solo el rostro la luz lo enfocó: alguien estaba allí.

Una voz distorsionada resonó a través del eco de aquella estrecha cueva, y lo último que viste fueron unos ojos rojos que se iluminaron ante tu presencia.

—Te encontré.

Solo tienes dos opciones, llegas a un punto crucial de tu superviviencia: luchar, o huir (tirada de huída).

Tu diario se tiñe de rojo, alarmándote:

DEAD END

El camino que escogiste parecía ser largo, pero llano. No encontraste demasiadas rocas obstaculizando tu paso, y la anchura era suficiente como para caminar con total tranquilidad. Sin embargo, al cabo de un rato, puedes percatarte de que debes estar a bastante profundidad en aquel entramado de simas, dado que la única salida que el camino te daba, era trepar por una serie de rocas húmedas hasta alcanzar el hueco hacia un nivel superior. La opción de regresar por tus pasos eran viable, pero la curiosidad siempre estaba ahí, insistente.

¿Qué deberías hacer?

>Trepar hasta el hueco contiguo (Destreza)
>Buscar a tu alrededor (Vista Lince)
>Regresar sobre tus pasos al camino de la derecha.

Y mientras caminaba hacia la derecha, Octavo notó cientos de puertas y ventanales mientras caminaba en medio de la oscuridad, con la luz que provenía del exterior como único seguro. Sin embargo, cuando quería acercarse a una de ellas, estas se encontraban completamente cerradas. Como si fueran un mero adorno en aquella pared extraña. No obstante, algo llamó su atención: un sonido provino del piso de abajo, como si alguien se hubiese caído. ¿No estaba solo allí? ¿De quién se trataría?

¿Qué debería hacer?

>Bajar hacia el piso inferior
>Explorar todas las puertas del piso (Suerte)
>Continuar hacia la izquierda

 

Décimo

El camino estaba despejado y llano; sin embargo, algo no dejaba de generarme un nudo en la garganta... Era como si algo o alguien estuviese cerca, observando. ¿Sería acaso algún poseedor de diario? La posibilidad hizo que me contemplara indefenso. La única arma que tenía me la había arrebatado ese infeliz de Octavo. De alguna u otra forma mi único medios para sobrevivir eran mis palabras y mi diario del futuro. Había logrado forjar una tregua temporal (¿a que no está mal?)... Y también huir de un asesinato producto de tal "alianza". No bastaba, ¡no para un aspirante a dios!

—Y por aquí no parece haber nada realmente útil...—dije, mientras echaba sin mucha esperanza otro vistazo alrededor de ese lúgubre escenario apocalíptico (Vista Lince)

Contenido oculto

ok, ese fue mi último intento, malditos dados

Energía: 17/20
Hambre: 8/15
Sed: 8/15

 

No, definitivamente la oscuridad te impedía ver si de verdad había algo útil que pudieses rescatar de allí. Sin embargo, al tardar un poco más en abandonar aquel lugar, puedes percatarte de que el goteo insistente del techo parece volverse más fuerte, como si ya no se tratase de una simple acumulación de la humedad del subsuelo. Creíste que quizás aquel dato te sirviese para comprender mejor tu situación, dado que tampoco sabías a cuánta profundidad te encontrabas, y podía ser peligroso.

Comienzas a andar hacia alguna direción, y sientes el suelo más mojado que antes, tus zapatos aún resisten el agua pero de seguir así, acabarán empapándose. ¿Qué estaba pasando?

¿Qué deberías hacer?

>Seguir el ruido del goteo a través de las paredes (Supervivencia)
>Trepar hasta el hueco contiguo (Destreza)
>Regresar sobre tus pasos al camino de la derecha.

 

Octavo

A mi alrededor habían cientos de puertas y ventanales que, en una primera instancia, habían logrado espantarme. Parecía una de esas películas de terror.

Pronto comprobé, sin embargo, que en su mayoría no era más que decoración inamovible e inservible.

Aún así, eso no calmó por completo mis nervios, que se alteraron aún más al escuchar un ruido en el piso de abajo. ¿Qué había sido eso?

Entre aquello y seguir en un piso lleno de puertas y ventanales, preferí bajar a comprobar qué era lo que había ocasionado aquel ruido. Consumí, además, una bolsa de aperitivos y mi botella de agua para reunir fuerzas.

>>Bajar hacia el piso inferior.

Octavo:
Energía: 5/20
Hambre: 9/15
Sed: 14/15

 

Séptimo​

Energía:12/20​

Hambre:11/15
Sed:9/15
Vida:81​

Su ilusión de ver una luz después de tanta oscuridad de la cueva, no duró prácticamente ni un segundo, porque en el instante en que esa voz hizo eco en aquella cueva deseó volver estar en la oscuridad de la cueva sin tener mucho sentido de la dirección. Despegó con lentitud el celular de su oreja y gruñó al ver aquel mensaje, aunque realmente no le hacía demasiado ruido, tan solo lo enojaba y le daban ganas de que el diario se diera cuenta que no se iba a dejar matar tan fácil.

—Dame un respiro niña, es de mala educación interrumpir llamadas telefónicas... —suspiró, sacando su mano libre su arma —Scout, es mucho mejor que acabes sin una salida a lo que estoy viendo ahora. Hablámos luego, creo que tengo que hacerme mi camino.

Colgó la llamada y le sonrió a la fuente de su amenaza. Tendría que pelear.

 

Gracias a su linterna, Tercera pudo reparar en detalles que no habría visto de haber corrido la suerte de los otros jugadores. Mientras avanzaba por aquel camino que resultaba una única vía por el momento, sin más desvíos, pudo percatarse de un agujero erosionado por el que podía esconderse adentrándose un poco, dado que no tenía salida. Era un mero escondite que estaba bien conocer, por si llegase a necesitarlo en algún momento. Sin embargo, sabía que no había tiempo que perder, tanto por su salud como por el estado del objeto luminoso, y supo que era hora de continuar avanzando.

No obstante, a lo lejos, pudiste escuchar una voz durante escasos segundos, sin llegar a reconocerla. ¿De quién se trataría?

¿Qué debería hacer Tercera?

>Aprovechar el escondite para descansar (Ocultar) (puedes elegir las otras opciones después de acabar el descanso)
>Continuar avanzando sigilosamente (Sigilo)
>Dar vuelta atrás (Acierto)

Octavo optó por la vía más arriesgada: acercarse a conocer el origen de aquel ruido. Sin embargo, quien arriesga no gana, y al bajar las escaleras que se abrieron ante él en mitad de su camino, en medio de aquella oscuridad y alumbrado ténuemente por la luz de uno de los ventanales, exactamente iguales que los del piso anterior, Octavo pudo ver la figura de un niño. Al parecer se le había caído uno de tantos objetos que llevaba consigo, quién sabía por qué, y el jugador pudo comprobar que en efecto, no tenía pinta de ser un niño normal.

¿Qué debería hacer Octavo?

>Luchar
>Hablar (Psicoanálisis)
>Huir

Aquel ser de ojos rojos solo le miraba, con una especie de... extremidad arrancada de cuajo en su boca. Dado que todo estaba oscuro, Séptimo solo podía guiarse por sus ojos. Sus terribles ojos rojos.

Cuando quiso darte cuenta, se movió a toda velocidad hacia él.

>>Fuerza (15) + Ataque de carga (Dos acciones, +10 fuerza) + Ataque normal (Una acción, +5 fuerza) = 30.




Murumuru Demonio
Salud: 100/100
Fuerza: 15
Defensa: 7
Agilidad: 15
Constitución: 0

 

Séptimo​

Una cosa tenía clara, y era que ya no estaba lidiando con la niña malcriada que no le compartió de su comida y además lo había despertado de su sueño aquella vez, simplemente tenía a esa cosa de ojos rojos, probablemente deseando su muerte al igual que él había hecho a muchos a lo largo de su vida, sin hablar claro de... aquel brazo que colgaba sobre su boca.

¿Lo bueno? No era de tercera, a fin de cuentas, dudaba que la scout tuviera alguna clase de habilidad de esconder el dolor de una mutilación por teléfono, así que... esperaba que fuera otro jugador.

—¿No quieres darme esa mano? Quien sabe, quizás sea de ayuda... —Y sin más que pudiera añadir, la versión satán de murumuru ya se había lanzado hacia él. En definitiva, a esa cosa no debían gustarle las bromas.

- Stats -​

Fuerza: 12
Defensa: 9
Agilidad: 8
Constitución: 1
Vida: 81 - 17 = 64
30 - 9 (defensa) - 4 (corpulencia) = 17 ​

>>Fuerza (12) + Ataque normal x2 (+10 fuerza) + Espada Ninjato (+10) = 32.

​

 

En cuestión de un instante, Séptimo tenía los ojos rojos rodeándole a una velocidad increíble, siendo capaz de seguirle con la vista a duras penas. Sin embargo, pudo escuchar un quejido, y supo que su golpe había impactado de lleno. Había que tener cuidado con aquel ser, que sin duda, ya no tenía nada de Murumuru.

>>Fuerza (15) + Ataque normal (Una acción) (5 fuerza) + Postura de guardia (Dos acciones) El personaje se prepara para bloquear un ataque dirigido a él. Lanza un dado de suerte = 20

Murumuru Demonio
Salud: 75/100
Fuerza: 15
Defensa: 7
Agilidad: 15
Constitución: 0

 

Séptimo
​

De nuevo otro golpe de su parte y una nueva queja a añadir a la lista.

¿Era malo pensar que prefería el combate con la pseudo ninja? Así era razonable la cantidad de dolor que podía causar tu oponente, pero allí con la pequeña satán era bastante diferente, quizás por su velocidad o porque simplemente era la ayudante de un Dios, pero esos golpes estaban claramente fuera de ser normales, o tan siquiera nada soportables como para no quejarse.

- Stats -
Fuerza: 12
Defensa: 9
Agilidad: 8
Constitución: 1
Vida: 64 - 7 = 57
20 - 9 (defensa) - 4 (corpulencia) = 7

>>Fuerza (12) + Ataque normal x2 (+10 fuerza) + Espada Ninjato (+10) = 32 - 5 (bloqueo) = 27.​

 

El cuerpo seguía moviéndose sin detenerse por los golpes, a pesar de ser tan fuertes que a esa altura, si se tratase de un humano normal, ya casi estaría desplomado en el suelo. Sin embargo, su oponente no tenía nada de humano, tal y como pensaba.

¿Pero él, a aquellas alturas de la vida, sería muy diferente?

>>Fuerza (15) + Ataque normal (Una acción) (5 fuerza) + Postura de guardia (Dos acciones) El personaje se prepara para bloquear un ataque dirigido a él. Lanza un dado de suerte = 20

Murumuru Demonio
Salud: 48/100
Fuerza: 15
Defensa: 7
Agilidad: 15
Constitución: 0

 

Séptimo
​

—¡Tranquilizate un poco! —gruñó frunciendo el ceño tratando de centrarse en una conversación que probablemente fuera unilateral, pero funcionaba para él, tan siquiera se distraía un poco con todo. —¿No recuerdas ese escondite? ¿Mis charlas con tu amigo Deux?

...Quien no parecía estar muy presente...

- Stats -
Fuerza: 12
Defensa: 9
Agilidad: 8
Constitución: 1
Vida: 57 - 7 = 50
20 - 9 (defensa) - 4 (corpulencia) = 7

>>Fuerza (12) + Ataque normal x2 (+10 fuerza) + Espada Ninjato (+10) = 32 - 5 (bloqueo) = 27.​

 

...

—¿Deus? —la voz de Murumuru sonaba ronca, daba escalofríos. Después de un breve silencio, como si las palabras de Séptimo captasen su atención, se volvió a lanzar hacia él sentenciando la frase—. Deus está muerto desde hace mucho tiempo.

>>Por eso estoy aquí.

>>Fuerza (15) + Ataque de carga (Dos acciones, +10 fuerza) + Ataque normal (Una acción, +5 fuerza) = 30.

Murumuru Demonio
Salud: 21/100
Fuerza: 15
Defensa: 7
Agilidad: 15
Constitución: 0

 

Décimo

Sospeché, tras mi fallida búsqueda, que me encontraba en una especie de fosa... ¿De entre tantos escondites tenía que tocarme uno del cual era casi imposible salir? Como con la humanidad, dios me había dejado a mi suerte en un agujero miserable. La idea me hizo tanta gracia, ¡Décimo pronto coronado como dios!, ¡hasta podría llamarme un dios bondadoso? En última instancia lo hacía por los que sufren, por aquellas existencias si no alienadas inundadas de desdicha... llevando la carga de su existencia sin que si quiera lo hayan deseado.

—¡Pronto no habrá dolor... Ni dicha!

Si bien toda esta agua no me hacía sentir muy a salvo, una potencial salida seguía ahí y yo no viviría para siempre. Fue con bastante destreza que intenté trepar hasta el hueco contiguo que se había presentado ante mí, ¡un gran aspirante a dios!, ¡sin duda alguna!


Dado (1) + Destreza (3) = Acción realizada (4)

 

Séptimo
​

—¡Mira, si que puedes hablar!—Comentó en un tono algo más nervioso al escuchar lo siniestra de esa voz, nada parecido a la de la irritante murumuru, eso combinado con los ojos realmente imponía algo de terror —¿Muerto? No puedo haber muerto ya... y si lo estuviera, ¿por qué querrías tú matarnos?

- Stats -
Fuerza: 12
Defensa: 9
Agilidad: 8
Constitución: 1
Vida: 50- 17 = 33
30 - 9 (defensa) - 4 (corpulencia) = 17

>>Fuerza (12) + Ataque normal x2 (+10 fuerza) + Espada Ninjato (+10) = 32

​

 

El agua continuó filtrándose en el interior de aquella fosa, pero Décimo había logrado salir de aquella trampa acuática gracias a la destreza que le caracterizaba. Sin duda, el medio que les rodeaba no iba a ponerles fácil la supervivencia, y el jugador podía notarlo a medida que avanzaba. El nuevo conducto rocoso que se abría a su paso, sin embargo, parecía ser algo más diferente al de abajo. En este, al fondo, podía ver una luz muy débil, pero luz al fin y al cabo. Como si la salida estuviese cerca, o por el contrario, alguien más se encontrase por allí. Pero a medida que avanzaba, nuevos conductos desviaban su paso, haciéndole dudar de qué camino seguir. En uno de ellos, incluso, podía advertir el eco de varias pisadas. En la restante, sin embargo, no podía escuchar nada.

¿Qué debería hacer?

>Seguir el camino de la luz.
>Seguir el camino de las pisadas.
>Seguir el camino silencioso.

Aquella silueta oscura dejó escapar una mueca horrible, similar a una sonrisa irónica. Ladeó la cabeza una vez el golpe de Séptimo impactó en ella, y estuvo así, varios segundos, hasta que aquella tirita que tapaba su frente se despegó y cayó al suelo. Gracias a la luz que desprendían sus ojos, pudiste comprobar que en su frente tenía dibujado un "1".

—Porque nosotras estamos destinadas a ganar este juego de nuevo —sentenció, con sus ojos más abiertos que nunca. Su mirada penetrante caló en el jugador, antes de que desapareciese de allí por completo, y volviese a estar a salvo—. Y recuerda, humano, que los demonios no morimos tan fácilmente.

>Ahora os toca a vosotros sufrir nuestra ira.

Una vez más, el silencio volvió a reinar en aquel conducto frío y oscuro.

[+1 en fuerza y defensa por vencer a Murumuru demonio]