Explícito de Naruto - Liar.

14-Advenimiento

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Sus orbes se perdían en cada rincón del hogar al ingresar sin consentimiento alguno, buscando un entretenimiento mientras el hombre que la acompañaba la observaba de arriba abajo, cargado de lascivia y vulgaridad. Lo odiaba como en algún momento odió a todo hombre que se le acercaba.

—¿Quieres hacerlo aquí? —. La gruesa voz le erizó la piel al instante, sintiendo como su garganta se quedaba sin la lubricación que proporcionaba la saliva al pasar. Sus pupilas esmeraldas se concentraron en las violetas, curvando los labios para crear una sonrisa forzada.

En el momento que Hidan iba a acercarse peligrosamente a ella se escucharon pasos en el segundo piso, alertando a Sakura sobre la presencia de Naruto. Al parecer esa noche su amado rubio si estaba en casa. Hidan se relamió los labios al ver cómo la expresión de la mujer cambiaba.

—Pein dio una orden, y créeme que deseo, como el diablo anhela al infierno, cumplirla —susurró la Haruno, con la voz tan densa para parecer creíble.

Sakura empezó a subir los escalones, encontrándose con la puerta de una habitación abierta. Podía suponer que Naruto se estaba vistiendo, porque el olor a jabón y loción se instaló en sus fosas nasales. Maldijo en su mente el estar con Hidan en el hogar de su amor, porque probablemente, si estuviera sola, entraría a cogérselo en la misma bañera de ser necesario; pero sabía que ahora lo que vendría sería lo complicado.

Hidan abrió la puerta con fuerza y Naruto, con la toalla envuelta en su cintura y su rubio cabello húmedo volteó, levantando una de sus cejas al ver a un desconocido parado en el marco de la puerta de su habitación.

—¿Cómo entraste?

Hidan sonrió de lado, sacando el revólver y apuntándole en su dirección. Cargando el arma. Naruto frunció el ceño y levantó los brazos, sin entender un carajo. ¿Acaso estaba siendo víctima de un robo? En un momento escuchó los disparos, incrédulo de que pasara semejante cosa en su propia casa. Cerró los ojos por reflejo y volvió a abrirlos, presenciando cómo el pesado cuerpo masculino caía frente a él, dejándolo reconocer a la silueta femenina que estaba tras éste.

—¿Sakura? —susurró incrédulo.

La mujer pasó por encima del cuerpo de Hidan, agitada por la adrenalina que aún sentía.

—Naruto, debes irte —murmuró acariciando las facciones masculinas de su anatomía—. Sólo, móntate al auto que está en la esquina de tu casa, y no preguntes nada.

Hidan gruñó aún consciente. Dos de las balas se habían acomodado en su tórax, dando paso a que el carmín decorara la tela que llevaba como camiseta.

—Maldita zorra.

Sakura caminó hasta él y pisoteó una de sus manos con la punta de sus tacones. Colérica al recordar la noche de la violación.

—Dije que me las cobraría, pedazo de mierda.

El Uzumaki sujetó a Sakura de la cintura, jalándola hacia él.

—¡¿Qué demonios está pasando Sakura?!

El pecho de la Haruno subía y bajaba al soltarse del agarre de Naruto, cargando nuevamente el arma para accionarla repetidas veces contra el cuerpo de Hidan, siendo 3, 4, o más balas las que recibió, porque ella no quedó satisfecha hasta quedar sin munición alguna, asegurándose de su muerte. Volteó a ver al otro hombre, sintiendo que era observaba como una total desconocida. ¿Acaso el iris azul comenzaba a reflejar una emoción diferente al deseo o amor?

—Naruto —la voz femenina lo hizo caer en la realidad nuevamente—. ¿Me amas?

La garganta masculina tragó, moviendo la manzana de adán, confundido. ¿Por qué la mujer que estaba frente a él sólo se limitaba a hablar de amor en un momento como este? ¿Acaso estaba loca? La voz viril carraspeó, dándole la espalda para vestirse rápidamente.

—Voy a llamar a la policía.

El rostro de Sakura palideció ante la respuesta evasiva a su pregunta, apretando el arma descargada que aún tenía entre manos.

—¡¿Me amas o no maldita sea?!

La tardía respuesta de Naruto la hizo impacientar. La cólera formó parte de su círculo vicioso, al igual que los celos, pensando en la mujer que estaba en el psiquiátrico. ¿Acaso Naruto no le respondía por qué amaba a esa cobarde? Relamió sus labios, ignorando por completo el cuerpo muerto que yacía en el suelo. La irracionabilidad la controlaba cuando las cosas no salían de acuerdo a su plan, provocando que soltara un comentario fuera de lugar.

—Sasuke entendería.

Naruto frunció el ceño en demasía.

—¿De qué estás hablando? —Naruto al ver la sonrisa burlona en los labios de la mujer que lo había reclamado como suyo se sintió ofendido, sujetándola de los hombros para sacudirla— ¡¿Qué mierda tiene que ver Sasuke en esto?!

♥♥♥ ♥♥♥

Sasuke llegó a casa después de a verse quedado un fin de semana en la de sus padres, pues su madre se había empeñado a forzarlo a ir para pasar un tiempo en familia, encontrándose con Itachi incitándolo a hacer algo peligroso. ¿Llevar a Sakura a casa? ¿A su amante? De verdad que eso lo excitaba, pero no era imbécil para nada, aunque, podría hacerlo sólo una y última vez, ya que hace bastante no la veía, y que mejor que presumiéndola con su hermano mayor.

Al abrir la puerta se encontró con Ino fumando en la sala.

—¿Shikamaru te pegó ese vicio?

Ino frunció el ceño, apagando el cigarrillo. La verdad no le gustaba la nicotina, pero quiso probar lo que el Nara no ha podido dejar.

—¿Qué te importa a ti si pruebo o no lo que consume Shikamaru?

Sasuke sonrió con sorna.

—No es que me importe, siempre y cuando no andes de puta abriéndole las piernas para que te pruebe también.

La rubia sintió como su orgullo fue atacado, levantándose del mueble, porque dos podían jugar el juego de lo irónico. Y más si la relación estaba en pique hacia la caída, por la falta de atención de su esposo y las preguntas que ella provisionó y él ignoró en la última cena familiar.

—Oh Sasuke, si supieras lo bien que me prueba no dirías eso.

La sala se quedó en completo silencio, atacando la filada mirada del azabache a los orbes azules que no hacían más que terminar la osadía en su contra, arrepintiéndose, porque esos rosados labios no decían más que la verdad, mirando a su costado con las manos en su pecho, arrepentida.

—¿Siempre fuiste tan perra Ino? —cuestionó el hombre caminando hasta ella— ¿o estás jugando con mi paciencia?

La Uzumaki indignada apretó los puños. Oh sí, ellos necesitaban decirse las cosas a la cara, porque ella estaba harta de sus mentiras de mierda, que bastante las tenía contadas, volviendo su espíritu imponente.

—¿Y el reloj de oro blanco? ¡¿Dónde diablos está el reloj de oro blanco?!

Sasuke recordó aquella joya, pero no tenía idea de cómo Ino sabía de ella.

—¿Acaso estás husmeando en mis cosas? —. La voz viril se escuchó con tanta fuerza que la paralizó, poniéndola nuevamente a su merced, sin la necesidad de gritar. Caminó hacia ella y la sujetó de la muñeca—. No quiero escuchar de nuevo que buscas en mis malditas pertenencias —. Ino sollozó y lo empujó, siendo su fuerza inútil al cuerpo alto de Sasuke, el cual no apartaba esa fuerte mirada de ella.

El respeto se había perdido, pero ella aún no entendía el porqué de ello.

♥♥♥ ♥♥♥

Naruto llevó las manos a la cabeza por el estrés que no lograba controlar al no entender ni un carajo. Lo único que apaciguaba el revoltijo en su estómago era el viento de la ventanilla que chocaba con su rostro, estando con un completo desconocido, pues Sakura prácticamente lo había llevado obligado a ese auto, quedándose ella en su departamento con ese hombre muerto.

—Para —. Sasori levantó una ceja—. ¡Para maldita sea!

Sasori detuvo el auto y vio como el rubio se bajó a vomitar. Probablemente era la primera vez que sentía la muerte tan cerca, y por ello su reacción. Y pensar que la Haruno sintiera algo por un cobarde como ese. El Uzumaki volvió a entrar al asiento del copiloto, hablando nuevamente.

—¿A dónde vamos?

—¿Confías en Sakura?

Naruto no supo qué responder, limitándose a quedarse con la mirada al frente al escuchar el motor del auto, poniéndose en marcha nuevamente. Sasori continúo conduciendo en la luz de la noche. Se sentía indiferente, como de costumbre, pero en esta ocasión no dejaba de galopar una imagen en su cabeza, una imagen de Sakura, y eso sólo sucedió cuando Pein se la llevó y regresó toda estropeada. Quizá, era un presentimiento, o tal vez, ya estaba loco

♥♥♥ ♥♥♥

Deidara luego de matar los hombres que cuidaban de Naruto, colocó el arma que accionó Sakura entre las manos de uno de sus guardaespaldas, para de esta manera inculparlo de la muerte de Hidan. Sakura asintió y salieron de la propiedad, montándose a la moto del rubio que la llevó lejos del lugar del crimen.

—Sakura —la mujer apretó la chamarra de cuero—. Si Pein nos descubre, estaremos muertos.

—Deidara —susurró al ver los árboles sacudirse por el fuerte viento de la noche—. Tú nunca estuviste aquí.

El rubio sintió como su corazón latió, frenando la motocicleta en seco.

—¡No voy a ver cómo te lanzas a la boca del lobo sola!

—No te estoy preguntando —. Levantó el visor del casco polarizado, mostrando una sonrisa—, porque esto no tiene que ver contigo, y mucho menos con Sasori.

Deidara frunció el ceño en demasía, apretando el muslo de la mujer con fuerza. ¿Ella acaso sentía que se acercaba el fin? Gruñó y devolvió sus manos al manubrio, acelerando en demasía. Era extraño, nunca se había sentido tan inquieto como ahora. ¿Qué mierda le sucedía?

♥♥♥ ♥♥♥

Ino respiraba frenéticamente en el balcón, frustrada por la reciente discusión, hundiéndose en sus pensamientos por bastante tiempo. El celular sonó y entró a casa, cogiéndolo al ver el número de su madre en la pantalla.

<<¿Qué sucede mamá?>>

<<Ino, tu hermano —. Los sollozos de la mujer que le dio la vida no permitían que entendiera claramente, sintiendo el vacío bajo sus piernas en un instante—. ¡Naruto está desaparecido!>>

La rubia tragó saliva al sentir su pulso nervioso desbocado.

—¡Sasuke! ¡Sasuke! —repitió constantemente el nombre de su esposo, el cual bajó las escaleras mientras se colocaba una camiseta, con su semblante de costumbre, levantando una ceja en signo de pregunta —, Mi hermano, Naruto, Naruto —Su voz se quebró en un instante.

El Uchiha frunció el ceño, quitándole el celular de las manos para hablar con Kushina, porque ahora él era el que no entendía un carajo.

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Notas de autor:

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Jajajaja, yo también digo lo mismo, que se case pero conmigo (?) Shikamaru es un amorrrr.

Pire: Me siento así cuando escribo este fanfic: Lo de Sasuke al conocerse con ella ya casi vendrá (?) Quiero ver tu opinión con respecto a este, qué crees que va a pasar, porque me mata cuando sacan teorías, soy adicta a ellas jajaja.

Un abrazo <3

 

15-Lapsus

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Sasuke se levantó de golpe ante las pesadillas nocturnas que comenzaban a acosarlo, divisando el cuerpo de su esposa a su lado, la cual luego de interminables lágrimas por la desaparición de Naruto, al fin, concilió el sueño. El Uchiha pasó su mano por su propio cabello, exasperado, porque ya era la tercera vez que se despertaba, siendo las cuatro de la madrugada. Se levantó de la cama y bajó las gradas, dirigiéndose al balcón. Ya eran tres veces que soñaba con Sakura llorando, y él, sin poder alcanzarla en ningún momento.

Sacó su celular y marcó su número, entrando al buzón de llamadas. Frunció el ceño ante la sensación de su estómago, porque sentía lo que su madre le recalcaba cada que algo malo a él o a Itachi le pasaba. Un mal presentimiento.

Fue a la cocina por un vaso de agua y se recostó en el mármol del mesón, perdiéndose en sus recuerdos.

Flash back:

La mujer de hebras rosadas ingresó a su oficina sin el permiso de su secretaria, la cual corrió tras ella tratando de detenerla, pero ya estaba adentro, lo que lo hizo fruncir el ceño ante la desconocida.

—Sasuke, lo lamento, ella ingresó pese a que le dije que necesitaba una cita previa.

Los orbes azabaches se encontraron con los esmeraldas, fundiéndose en un instante. Las venas se tensionaron en su cuerpo al ver como la joven estaba de agitada, haciéndole una seña a Matsuri para que saliera de su oficina.

Sakura caminó hasta su escritorio y abrió todos los cajones a su paso, sacando un paquete de bolsas que tenían con el logo de la empresa, respirando varias veces. Sasuke incrédulo ante la osadía de esa mujer curveó la ceja. La desconocida estaba teniendo un ataque de pánico. Luego de que respirara lentamente en aquella bolsa de papel se tranquilizó, observando con sus orbes esmeraldas al hombre frente a ella, de arriba abajo.

Caminó recuperando su compostura hasta la manija de la puerta, abriéndola. Sasuke miró el hombre que estaba parado frente a ella.

—Estás muy lenta Sakura.

Sasuke escuchó el nombre de aquella fémina.

—Discúlpame Pein.

♥

Al terminar su trabajo bajó por el ascensor, siendo preso de los pensamientos sobre la desconocida mujer. Se relamió los labios y sonrió de lado al tan solo pensar tenerla a sus pies, porque una chica como ella, para tener la osadía a entrar y salir como si nada de su oficina... bastante interesante para él.

Al salir del ascensor caminó y se montó a su carro, observando en el asiento del copiloto a la joven que había visto hace un par de horas, haciéndose preguntas sobre cómo había ingresado en el. Incrédulo la recorrió, y ella, ella lo sujetó de las solapas de su camiseta, jalándolo y besándolo como si fuese dueña de él. Sus orbes azabaches capturaron los jade. La empujó hacia atrás y desajustó su corbata.

—¿Y tu novio?

Sakura rio levemente.

—¿Qué novio?

♥

Los cuerpos desnudos respiraban incesantes en los asientos del autor. Sakura recorrió el rostro de Sasuke con delicadeza, sonriéndole.

—¿Dónde estuviste toda mi vida?

El Uchiha sonrió sacarronamente.

—Eso me pregunto yo.

Ella era una tentación, y él, un pecador.

Fin del flash back.

♥♥♥ ♥♥♥

Sakura se bajó de la motocicleta e ingresó a la cabaña que estaba a las afuera de la ciudad, encontrándose con Sasori y Naruto sentados en el sofá carmín que decoraba de forma simple aquella sala con aspecto antiguo. Caminó hasta el rubio y se arrodilló frente a él, abrazándolo como si fuera lo más preciado en ese momento. Naruto quedó estático por unos minutos, cediendo sutilmente a sujetarla de los antebrazos para que se levantara, abrazándola ahora él a ella al rodea su cintura y recostar la cabeza en su vientre. Las delicadas manos se posaron en sus hebras doradas, acariciándolas.

—Perdóname.

Los orbes azules subieron hasta los esmeralda, cayendo gotas salinas a su rostro al resbalar de las mejillas femeninas.

—Sakura…

Naruto se levantó y limpió sus lágrimas, besando su pómulo derecho con cariño. Sasori observó ambivalente y sacó un cigarrillo de su bolsillo, encendiéndolo y retirándose del lugar, encontrándose con Deidara que estaba sentado en el césped observando el lago frente a la propiedad.

—Viejo, siento que todo va a acabar.

Sasori lo escuchó atento, exhalando el humo.

—Probablemente...

♥♥♥ ♥♥♥

Naruto la besó impaciente. Sakura dejó que se deshiciera de toda su ropa que estaba llena de sangre. Lo sintió empujarla hacia atrás, cayendo con suavidad a la madera. El rubio descendió y se instaló en su sexo, tapándole la boca para que los hombres afuera no la escucharan gritar ante los círculos que ejercía con su lengua, de arriba abajo, de derecha a izquierda.

El Uzumaki al sentir que terminó subió, y ella le susurró.

—No me dejes sola Naruto.

El Uzumaki se adentró en ella, besándola.

La Haruno rasguñó su espalda, disfrutando cada estocada que propiciaba a su ser, viniéndose en un mar de lágrimas. Naruto limpió cada una de ellas, esparciendo suaves besos por todo su rostro.

—No lo haré Sakura.

—Tengo miedo, Naruto...

♥♥♥ ♥♥♥

Shikamaru se encontraba en la oficina, guardando varias copias de seguridad sobre el historial clínico de Hinata Hyüga. Comenzó a sentir su estómago retorcerse, pues lo que había visto no era nada de lo que estaba digitado en aquellos documentos que se certificaban como legales, pero al menos, tenía un peldaño más.

Flash back:

La Hyüga tenía la mirada perdida al estar sentada en la silla de ruedas mientras el Nara la paseaba por el parque del hospital, sentándose en una banca con ella frente a él. La tomó de la mano y trató de buscar que los perlados orbes se centraran en sus azabaches, notando que no podía tan siquiera centrar su punto de atención.

—Hinata, trata de que tus labios tiemblen.

La Hyüga con todas sus fuerzas logró hacerlo, obteniendo un asentimiento de cabeza de Shikamaru.

—Tiembla tu labio inferior cuando tu respuesta a mi pregunta sea positiva, de lo contrario permanece inmóvil.

El viento sacudió sus hebras azabaches, y aunque trató de mover su cuerpo para apartarse el cabello le fue imposible. Trató de centrarse en la voz de Shikamaru al sentir que tenía una oportunidad, una mísera oportunidad de salir de ese infierno.

—¿Te tienen vigilada?

Shikamaru notó su labio temblar y divisó a los enfermos que estaban recibiendo visitas, centrándose en la enfermera que estaba a unos metro de ellos.

—¿Naruto sabe de esto?

Observó cómo permaneció estática, suspirando al recordar la clase de derechos legales, examinando recuerdo a recuerdo sobre los casos que trató por sustancias psicoactivas ilegales, ajustando los engranajes en su cabeza terminó pensando en una que encajaba en su perfil.

—Fenciclidina, polvo de ángel… —murmuró y el labio femenino tembló. Shikamaru observó ambivalente el lugar, observando como la enfermera de cabello rojo se acercaba diciendo que se había acabado el tiempo para la visita, llevándose a Hinata.

Fin del flash back

Asuma movía sus dedos impacientes en el teclado del computador al ver cómo, el que alguna vez fue su alumno en la universidad se veía estresado.

—¿Qué harás?

—Agrupar cargos para que no pueda ver la luz del sol nuevamente.

♥♥♥ ♥♥♥

Pein observó el cuerpo de Hidan en el suelo, dándose vuelta con Kisame tras él.

—¿Qué crees Pein?

Los orbes anillados se centraron en el pomo de la puerta, abriéndola para salir del lugar. Kisame rio burlón al ver cómo el ceño de su jefe se fruncía levemente mientras remangaba las mangas de su traje.

—Esperaré a que vaya a mi oficina.

Los afilados dientes formaron una sonrisa siniestra.

—Parece que la pequeña perra se salió con la suya, ¿no es así Pein?

♥♥♥ ♥♥♥

1 semana después.

—Naruto me llamó…

Sasuke curvó una ceja.

—¿Ya apareció?

Ino negó con la cabeza y llevó su palma al corazón, como si tuviera un mal presagio en su organismo.

—Que está bien... que no lo buscáramos más —susurró nerviosa al no entender por qué su hermano mayor llamó para solo decir esas palabras, además de que le dijera a mamá que la amaba con toda su alma, y a ella también—. Sasuke, ¿la prostituta tendrá que ver con esto?

El Uchiha frunció el ceño en demasía y azotó el vaso contra el mármol.

—Deja de decir estupideces Ino.

Sasuke salió del apartamento en camino a casa de sus padres, con la cabeza hecha mierda al Sakura no contestarle el celular, y con el imbécil desaparecido no podía negar que había insinuado lo mismo que estaba pensando Ino. Llevándolo a martirizarse la mente al pensar en que tal vez ese par había huido a tener una vida juntos.

<<Maldita sea>>

Necesitaba verla, necesitaba cogerla, necesitaba amarla, explorarla y proclamarla. Naruto podía irse al mismísimo infierno. Condujo a toda velocidad hacia la casa de ella, llegando en menos de lo que demoraría normalmente. Bajó de su auto y tocó la puerta un par de veces, al no ser abierta cogió las llaves que escondía ella en el florero colgado en la pared, ingresando.

Sus orbes azabaches fueron presos de un sentimiento jamás vivido al recorrer la casa. Estaba deshabitada, vacía, sin nada. Tiró las llaves del auto contra la pared, colérico.

Lo iba a matar… necesitaba matarlo, necesitaba encontrarlo. Él asesinaría a Naruto Uzumaki, porque Sakura Haruno era suya.

Abran los ojos, que la realidad es más disparatada de lo que la raza humana piensa.

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Sé que dije que en un mes pero ya estamos en el arco final, así que los capítulos no serán muy extensos amigas mías <333

Y yo quiero hacer una pregunta: ¿Qué creen que sucederá? (?)

Gracias infinitas por leer.

 

16-Fe

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Acaso, ¿tu vida vale más que la mía?

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​

Sakura miró ambivalente el rifle de asalto que se encontraba escondido en un hueco que había cavado Deidara y Sasori antes de que fueran a aquella cabaña, sonriendo. Pues podía jurar que sin problema alguno ella cabría ahí. Se perdió de nueva cuenta en sus pensamientos sin previo aviso, denotando los detalles del arma enterrada por si en algún momento los que la estaban buscando llegaban ahí, pero estaba exhausta, cansada y preocupada.

—Sakura.

La mencionada volteó y chocó con aquellos orbes ceniza.

—Sasori —rio levemente— ¿por qué tienes esa cara? Parece que hubieras visto un fantasma.

Sasori frunció el ceño al ella darse cuenta de su preocupación.

—¿A dónde vas?

La mujer suspiró y miró su reloj en la muñeca mientras jugaba con su cabello, pues antes de ir a ese lugar debía hacer algunas cosas mucho más importantes.

—Es mejor que no lo sepas.

—¿No irás a…?

Sakura caminó y posó su dedo índice en los labios varoniles, dedicándole una sonrisa aparentemente dulce, pues si se era lo suficientemente observador, se daría cuenta de lo amargo que se escondía tras ella.

—Llévanos al aeropuerto, necesito ponerlo a salvo.

Sasori asintió, entendiendo que se refería al Uzumaki, pues él mismo había arreglado los papeles legales como buen estafador que solía ser. Ambos se encaminaron al interior de la cabaña en busca de las maletas.

♥♥♥ ♥♥♥

Sasuke observó incrédulo los papeles que Ino había colocado de un golpe en la mesa.

—Quiero el divorcio, Sasuke.

—Vaya que revolcarte con Shikamaru te ha puesto a funcionar las neuronas, Ino.

La palma de la rubia fue directo a la mejilla masculina, siendo detenida en el aire. Los orbes azabaches la miraban ambivalente mientras que los azules no hacían más que irradiar ira. Porque ella estaba harta, estaba cansada, y aunque si era una mujer infiel, porque sí se estaba viendo con Shikamaru a escondidas no podía evitar sentir ese gran apego hacia el Uchiha, el cual no hacía más que maltratarlo o ignorarla.

—Vete de mi apartamento, Sasuke.

El hombre sonrió con ironía, soltándole la muñeca.

—Espero y tu hermano haya muerto, Ino.

Ino sintió su rostro arder ante el punzante comentario.

—¡Vete de mí maldito apartamento!

♥♥♥ ♥♥♥

—¿Por qué Sakura?

—Porque si no te vas del país van a matarte, Naruto.

—Entonces vayámonos juntos.

La mujer acarició sus mejillas y besó sus labios en un corto beso, sintiendo él su vértigo como una sensación desconcertante que ella le transmitió.

—Sakura, ¿qué pasa? Sólo vayámonos, yo puedo llamar a mi madre a que me haga la transacción de mi dinero, podríamos vivir en paz en cualquier otro lugar.

—Y lo haremos, sólo que yo debo resolver asuntos pendientes —mordió su labio inferior, dudosa—. Tú espérame, y promete, que por nada del mundo volverás a este país… yo iré por ti.

Al bajarse del auto ingresaron al aeropuerto, registrando el vuelo de Naruto, el cual se estaba negando a irse sin ella, porque extrañamente, tenía un muy mal presentimiento. Sakura lo sujetó de las solapas de su camisa y lo besó, empinándose para juntar su frente con la de él mientras inhalaba su aroma a cítricos, recordando todo lo que habían vivido juntos hasta ahora.

—Te amo Naruto —susurró recostando su rostro en el hueco de su cuello—. Te amo.

Naruto acarició las hebras rosadas.

—Sakura, prométeme que no harás ninguna locura —suspiró— con eso, estaré tranquilo hasta que llegues a mi destino.

Los orbes esmeraldas se iban a cristalizar, agachando ella la cabeza para abrazarlo una vez más.

—Lo prometo Naruto —sus dedos se perdieron en la cabellera dorada, repitiendo una y otra vez sus palabras—. Lo prometo.

Cuando la hora del vuelo llegó y Naruto abordó, Sakura se quebró.

♥♥♥ ♥♥♥

Sasuke condujo hasta la casa de sus padres, pues aunque podía pagarse cualquier hotel, o hasta quedarse en el apartamento que legalmente era de ambos, sentía que debía ir a esa casa, como un impulso del inconsciente que siente que debe estar en ese lugar antes de algo, pero no sabía qué demonios era ese algo. Pero si tenía seguro una cosa, y es que sus instintos jamás le fallaban.

Al llegar notó que su padres estaba supervisando a unos trabajadores que estaban dejando organizado el patio, pues al parecer su hermano mayor vendría con su mujer a pasar el fin de semana.

♥♥♥ ♥♥♥

Kisame rio burlón al escuchar los tacones contra la madera, pues la única mujer que tenía permitido entrar a aquella oficina era la misma a la que tanto estaban buscando. Por mar y tierra, sin obtener ninguna pista.

Sakura ingresó y Pein la miró. El tiempo se congeló en un instante hasta que el hombre se decidió a hablar.

—Sasori, tiburones hambrientos —Sakura tragó pesado ante la abominación de esa afirmación—. Deidara, explosivos en su garganta —. El corazón se le estrujó nuevamente, apretando los puños— Sakura…

—¡Pein! —. soltó impulsiva al no querer escuchar la preparación de su muerte, respirando lo más calmada posible para no denotar su nerviosismo—. Hagamos un trato.

El hombre levantó una ceja, enfocándose completamente en ella al verla tan insignificante como una muñeca que podría pisar en cualquier momento, no más que una hormiga que estorbaba su paso, y eso lo hizo despertar interés en la osadía de la mujer.

—Te escucho.

La garganta de Sakura se resecó, tragando saliva para tratar de apaciguar el galopeo incesante de su corazón aterrado.

—Mi vida a cambio de la de Sasori y Deidara.

Pein se levantó del escritorio y caminó hasta ella, deslizando la yema de sus dedos por sus brazos desnudos.

—¿Estás jugando conmigo Sakura?

La joven sintió como tiró de su cabello, haciéndola caer al suelo de rodillas. Kizame salió de la oficina, dejándolos solos.

—Por favor —suplicó.

Pein se colocó en cuclillas acariciando las hebras rosadas a su largo para terminar sujetándola del mentón.

—¿Te gustó la experiencia de ser violada, Sakura?

Un escalofrío la recorrió por completo, quedándose estática. El hombre sin expresión alguna se levantó y le dio la espalda, desajustándose la corbata.

—Un día Sakura —cedió y ella se sorprendió—. Sácalos del país en un día y no volveré a buscarlos, pero a ti, te espero aquí mismo a las 2:00pm, si no regresas iré por ellos.

♥♥♥ ♥♥♥

Sasori miró por el retrovisor la posición que adoptó Sakura al abrazarse a ella misma mientras las lágrimas amargas resbalaban por sus mejillas, frenando él en seco para salir del vehículo y pasarse a la parte trasera, jalándola de la cintura para abrazarla con fuerza.

—Asesinémoslo.

La mencionada negó con la cabeza, porque sabía que asesinar a ese hombre era imposible, y si en tal caso se lograra, tendría a toda la mafia sobre ellos, y si eso sucedía, no habrían tratos de por medio.

—Sasori, necesito que Deidara y tú se pierdan —suplicó al saber que el hombre se iba a sentir incierto ante tal cosa.

—No nos iremos a ningún lado sin ti —sus dedos limpiaron las lágrimas de su exnovia.

—Entonces, están despedidos, Sasori.

El hombre sintió una aguja en su cuello, sintiendo como poco a poco perdía la noción del espacio. Sakura lo abrazó con fuerza, tratando de calmar su propia respiración. Porque ella, no permitiría que Pein le pusiera las manos encima a sus subordinados, a sus hermanos sin vínculos sanguíneos.

Respiró profundo y sacó su celular.

<<Kabuto. ¿Cuánto dinero quieres por sacarlos del país y nunca más dejarlos volver?>>

♥♥♥ ♥♥♥

Sasuke notó como la noche llegó, mirando el cielo estrellado. La brisa cálida del verano chocó con sus mejillas mientras bajaba sus orbes a la piscina que tenía en frente, inhalando el aroma de los postres que estaba preparando su madre para él e Itachi que estaba con su esposa.

Al secarse con la toalla el cabello azabache volteó su rostro, chocando con los orbes esmeraldas. Sintió su corazón escéptico, y sin pensarlo murmuró su nombre.

—¿Sakura?

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Quería agradecerles enormemente por sus comentarios, de verdad que son muy preciados para mi persona, me ponen sentimental puesto que no creí que la historia fuera a agradar y a desesperar tanto, jaja. Un gran abrazo, nos vemos en el final.

 

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debo decir que por favor cuando lean el capítulo escuchen la canción, ya que fue la que me inspiró esta historia, y quería compartirlo con ustedes.
Saludos y gracias por leer

Cap 17-Miedo/Ofuscamiento

​

Su corazón latió escéptico al verla ahí de pie, detallando el cómo ella lo observaba como si suplicara su invitación, a lo cual él cedió sin titubear.

—Sakura —ella dudosa caminó hasta él, aferrándose a su torso en un abrazo que fue correspondido poco a poco.

El Uchiha aún estaba incrédulo de que aquella mujer se osara a aparecer en la casa de sus padres después de tanto tiempo sin dar señal de vida. Los orbes esmeraldas se cristalizaron al sentir un agarre firme en su cintura por parte de su amado, y así permanecieron unos minutos.

—Lo lamento —susurró la frágil voz, acariciando las mejillas ajenas—. ¿Me extrañaste?

—Como un maldito demonio, Sakura.

Sasuke rompió el abrazo y la sujetó de la mano, presentándola como su novia a Itachi y a sus padres, los cuales quedaron sorprendidos en demasía ante la declaración pública.

—Hijo, ¿y Ino?

—Madre, vamos a divorciarnos —Sakura sintió como su corazón latió ambivalente ante la cantidad de emociones que se desbordaban por esas palabras, apretando la mano del Uchiha; el cual continuó con su habla—. Estaré con Sakura de hoy en adelante.

Itachi sonrió y colocó su mano en el hombro de su hermano menor, apoyándolo públicamente para después acariciar la cabeza de la Haruno.

—Bienvenida a la familia, señorita.

Las mejillas de la jovencita ardieron furiosamente ante la vergüenza de la situación, ante la emoción de un deseo cumplido, de uno que no fue sublimado y mucho menos olvidado.

El padre de Sasuke la saludó cortante y se adentró a la casa nuevamente, la madre de Sasuke le ofreció una bebida y pastelitos mientras Itachi la invitaba a entrar a la piscina con la mujer que parecía su esposa. Los orbes esmeraldas se encontraron con los azabaches.

—No dudes Sakura —la voz gruesa la hizo tragar pesado, y ella, se sintió primeriza en algo nuevamente.

El cielo estaba perfectamente despejado, las estrellas despabilaban un brillo hermoso y el ambiente era completamente cálido. Protegida, así se sentía al ser presa de aquel par de brazos fuertes. Tranquilidad, al ver a Itachi jugar con su pareja en el agua. Calma, al escuchar la respiración de Sasuke en su espalda. Amnesia, deseaba padecerla.

—Quiero estar contigo, Sasuke.

—Ya lo estamos, Sakura.

Las horas pasaron y llegó la media noche, al quedar ambos solos subieron a la recamara de Sasuke. Sakura relamió sus labios.

—¿Por qué estás nerviosa? —su respiración se posó rápidamente en la nuca de ella al cerrar la puerta y abrazarla por atrás, respirando suavemente contra su piel que no demoró en erizarse, provocando una sonrisa ladina de parte del Uchiha.

—Porque ahora no eres mi amante, si no mi pareja —susurró mordiendo su labio inferior al obtener una de las cosas que tanto quiso al conocerlo.

Le pertenecía, Sasuke Uchiha le pertenecía completamente.

Sakura dio vuelta sobre sus talones y se posicionó frente a él, acariciando sus facciones como si fuera un tesoro que debía proteger. Ese gesto enojó al hombre un poco, pues debía ser él el que la protegiera a ella, y no ella mirarlo con esos orbes llenos de compasión.

—¿Y tú Sakura? —susurró acorralándola contra el escritorio—, ¿me perteneces?

Maravillosamente tóxicos.

Los labios rosados fueron humedecidos sin dar respuesta alguna por unos minutos, hasta que decidió hablar.

—Reclámame como tuya Sasuke, y te perteneceré —murmuró cruzándosele por la mente Naruto—. Por esta noche...

Y por esta vida.

—¿Por esta noche? —el ceño se frunció y él la sujetó de las caderas—. Por siempre.

Sakura sintió su corazón frenético al embelesarse perdidamente en las esferas oscuras. Al estar en la habitación de la casa de los padres de él, la cual había sido tan prohibida como negada. Y ahora, ahora se sentía bienvenida, y hasta reclamada como propiedad pública hacia la familia de Sasuke. Empezaba a sentirse ansiosa.

El dedo índice de la mano derecha de Sasuke se posicionó en su mentón, elevándolo. Sus labios se unieron y él con su otra mano apretó sus hebras rosadas, obligándola a abrir la boca para ingresar su lengua. Una intensa corriente pasó por la espina dorsal de Sakura ante el acto. La dejó deambular dentro de su boca, aferrando sus uñas a su espalda al sentir como la mano que estaba en su mentón bajaba a su intimidad, palpándola por dentro del short.

Un gemido escapó de los labios femeninos, colocándose colorada al verlo con esa sonrisa sacarrona en los labios.

—Hace tiempo Sakura, no te escuchaba —arrastró la lengua por la carne sensible de su cuello, mordiendo y chupando para dejar marca a su paso.

Los pies de la mujer se separaron del suelo al ser sentada en el escritorio y despojada de sus prendas. Observó el cómo se deslizó hasta sus muslos, besando por encima de las bragas húmedas. Sakura llevó su mano izquierda a su boca y la derecha al cabello azabache por el placer que comenzaba a inundarla al ser removida la tela.

—Demonios Sakura —carraspeó e introdujo dos de sus dedos mientras lamía el botón.

Al ser sometida al orgasmo se dejó recostar contra la pared rendida, viéndose en unos minutos cargada hacia la colcha mientras Sasuke daba suave besos a sus mejillas.

El Uchiha dejó caer la pantaloneta y se posicionó entre las piernas de ella. Sus ojos se capturaron nuevamente entre sí.

—Sasuke.

—¿Hm?

—Te amo...

Ante las palabras de ella introdujo su miembro, callándola en el acto ante la sensación que se apoderó en su estómago hacia tales palabras. La embistió y la besó apasionadamente, sin dejar de verla retorcerse bajo él. Lo tenía loco.

El Uchiha gruñó al sentir las paredes contraerse y se dejó venir en ella. La respiración era acelerada y los cuerpos sudaban. Se dejó caer a su lado y acarició su rostro de porcelana.

—Yo también te amo Sakura.

La Haruno se aferró a él al ver que conciliaba el sueño. Dios, daría un brazo o una pierna si pudiera quedarse el tiempo congelado en aquel momento. Lágrimas rebeldes se apoderaron de sus orbes al mirar el reloj en el nochero.

3:00am

Debía irse.

Observó la tranquilidad de Sasuke al dormir y sonrió con ternura, inclinándose para darle un suave beso. Seguido, comenzó a vestirse y peinarse, porque dentro de unas horas debía estar pagando la cuenta que le estaba cobrando la vida.

♥

Las esferas negras se abrieron ante la luz que se colaba por las cortinas del ventanal. Despertó y frunció el ceño al ver que la mujer que, ya había proclamado como su novia se había ido. Se levantó y buscó su celular en los cajones del escritorio desordenado, llamándole; para su sorpresa, estaba timbrando el sonido contra la madera de su nochero.

Ella había dejado su teléfono.

Colgó molesto y notó que el móvil volvió a sonar, haciéndolo ver el nombre de la llamada entrante.

<<Naruto>>

♥

Se miró frente al espejo mientras bebía una botella de agua.

11:55 am

Había llegado el momento. Sasori, Deidara. Fieles, siempre a ella. ¿Cuánto amor le mostraron, cuánto la quisieron y ayudaron? Una emoción la invadió y se dejó caer de cuclillas al mármol, pues bien sabía que podía a ver tenido una vida con Naruto en el otro país, o con Sasuke que ya había hecho su relación pública.

Hiperventiló y lloró como una desquiciada, tirando todo lo del cuarto de hotel a su paso. Asustada, lo estaba.

—Maldita muerte —susurró— ¡Tremenda hija de puta eres! —se miró nuevamente al espejo, mordiendo su labio inferior que no dejaba de temblar. Debía componerse, antes de salir.

♥

¿Qué posees del mundo?

Desorden

Los tacones golpearon la madera ante cada paso que daba. No estaba asustada, ya no estaba atemorizada. Continuó su andar al recibir una llamada desde su otro teléfono móvil, en la cual le comunicaban que Sasori y Deidara estaban a salvo. Rezaba y esperaba que no la buscaran nunca más.

Colgó y rompió el aparato electrónico. Respiró profundamente y acomodó su largo cabello, abriendo la puerta de madera, encontrándose con Pein, Kizame y Obito, el que se encontraba remplazando la perdida de Hidan, provocando que una tenue burla se colara por su rosados labios al recordar la sensación vivida de apretar el gatillo varias veces para verlo caer.

—Andas muy risueña, Sakura, ¿a qué se debe? —cuestionó Pein mientras Kizame cerraba con seguro la puerta. El silencio abarcó la habitación por unos instantes, escuchándose solamente las manecillas del reloj.

—Es un secreto Pein.

Obito sonrió ladino ante la osadía que portaba esa mujer.

—¿Secreto? Ya veo —los orbes anillados se pasearon hasta lo de Obito, el cual presionó el botón de la pared sin titubear.

La estantería de alcohol se abrió y dio paso a una bodega con poca luz y ventilación. Pein caminó hasta ella y la sujetó de la muñeca, guiándola adentro con sus hombres siguiéndolos. Sakura recordó a Naruto por el acto caballeroso, y enseguida la zarandeó el miedo. No volvería a verlo, nunca más.

Sus ojos verdes detallaron las esposas sujetadas con barrotes a la pared, tragando pesado, lo cual no pasó desapercibido para ninguno.

—Ven muñeca —susurró la voz gruesa de Kizama, el cual le pidió que extendiera las manos y ella acató sin titubear al pensar en Sasori, escuchando los grilletes ajustarse a sus muñecas, impidiéndole que realizara movimientos con las manos.

Obito esparció algunos condones en una de las bancas que estaban en el espacio. Pein observó ambivalente a la mujer que cumplió sus órdenes desde el momento que la conoció. Los orbes anillados se apoderaron de los esmeralda, sujetándola del mentón para depositar un beso en su mejilla, sentenciándola al alejarse y sentarse frente a ella.

Kizame sacó una navaja de su bolsillo, rasgando la blusa y la falda que traía como vestimenta, cayendo las prendas al suelo.

Los tres hombres observaron el cuerpo femenino descubierto, ascendiendo a su mirada perdida al saber lo que se venía.

—Ya que hicimos un trato —la voz viril de Pein hizo que ella enfocara su atención en él—. Recibirás lo que Deidara y Sasori no.

Las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos al ver los cuchillos y agua hirviendo que traía Kizame en una bandeja. El escozor en su piel apareció ante el quemar. Un grito ahogado escapó de sus labios ante el dolor, recordando el día que encontró a Deidara con las costillas rotas por una equivocación en su trabajo. Lo protegería, con su vida. Sintió como una mordaza fue amarrada en sus labios para evitar los gritos desgarradores.

Su respiración estaba completamente desquiciada ante la sensación, esperando desesperadamente que se acabara su tortura. Cuando el agua hirviendo acabó y su piel emanaba el color rojo por las quemaduras observó el tomar de los cuchillos por parte de Obito, el cual cortó su piel sin piedad alguna, dibujando en sus muslos la marca de la organización.

—Inicia Obito.

El joven asintió ante las órdenes de Pein y abrió uno de los preservativos. Sakura trató de relajarse al recordar a Sasuke, porque no quería sufrir, no más.

Las penetraciones fueron profundas, fuertes, agresivas.

Su delicado cuerpo temblaba al él terminar su acto de profanación. Y desnuda, herida y acabada miró a Pein, el cual desajustaba su corbata para sujetar lo último ofrecido en la mesa con rodachines que había acabado de traer Kizame. Su corazón galopó con fuerza al ver que él lo haría, él terminaría con su vida.

<<Sasuke... Naruto...>>

Agonizando recordó, el amor que ella siempre regaló.

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"Cada imagen cuenta una historia: algunas veces no nos gusta el final, otras veces no podemos entenderlo"​

Los orbes perlados quedaron sorprendidos al ser trasladada al hospital principal de la ciudad. Observando el cómo se llevaban a la enfermera a su cargo un par de policías, los cuales le leían sus derechos.

Tragó pesado al ser sacada en la silla de ruedas, hasta que reconoció a su primo.

—¿Neji? —se sentía mareada porque el cuerpo le pedía la dosis de lo que sea que le inyectaban cada cierto tiempo.

El Hyüga la miró comprensivo y acarició sus hebras azules mientras Tenten la cubría con una manta para ser subida a la ambulancia en donde revisarían su caso.

—Shikamaru se hizo cargo de todo, no te preocupes Hinata —Tenten entrelazó sus manos con las de Neji—, hablaremos con Hiashi en cuanto estés mejor.

El sonido de la ambulancia se hizo presente y el camino largo, al menos para la mujer que había pasado presa en su cabeza tanto tiempo. Al parecer sus labios probarían una vez más la libertad.

♥

Deidara frunció el ceño en demasía al marcar incesante el número de Sakura.

—Por un maldito demonio, ¡No contesta!

Sasori parecía tranquilo, pero por dentro estaba hecho mierda. No sabía si ir a buscarla porque probablemente ya estaba muerta, pues ya habían pasado dos días que permanecieron inconscientes por la droga que Kabuto utilizó para evitar errores en el último trabajo que le había encomendado la Haruno.

—Vamos Sasori, vamos a buscarla —habló Deidara nuevamente, decidido.

Los orbes café ceniza permanecieron ambivalentes; y su cuerpo, sin mover un músculo.

—No.

Los ojos azules chocaron agresivamente con los de él, sujetándolo impulsivamente de las solapas de la camisa mientras lo sacudía un par de veces.

—¡¿No?! —gruñó colérico— ¡¿Ahora eres un cobarde, maldito?!

Sasori se zafó de su agarre y lo empujó con fuerza, bajando la mirada hacia el suelo, enfocándose en la madera como un aislamiento para el sufrimiento.

—Ella ya no está Deidara —susurró y el rubio golpeó su rostro de un solo puño.

Sasori limpió la sangre de su labio inferior reventado, sintiendo nuevamente un golpe pero ahora en su estómago, el cual lo mandó al suelo. Deidara incrédulo continuó golpeándolo, porque ella seguía viva, ¡debía seguirlo!

—¡Cállate! —gritó furioso—. Tú no la amas lo suficiente, por eso dices eso...

Akasuna frunció el ceño y se apoyó en la pared, pateándolo para quitarse a su amigo de encima. Sus venas se brotaron y su razón se cegó, golpeando ahora él a Deidara.

—No te atrevas a decir que no la amo —gruñó rencoroso, parando en un momento al ver el suelo manchado por el carmín de la sangre de ambos; caminó hacia atrás y recostó la espalda contra la pared, resbalándose para dejarse caer en el suelo. Deidara estaba frente a él en la misma posición, ambas respiraciones estaban agitadas en exceso por la pelea—. Sólo... sé que ella ya no está con nosotros.

Ante la sentencia el rubio iba a volver a pararse a molerlo a golpes, pero se frenó al ver como se deslizaban lágrimas silenciosas por aquellos orbes cafés.

♥

Apagó el cigarrillo en el cenicero al entrar al juzgado, observando al jurado y por supuesto, el juez que estaba frente a él. Miró hacia atrás antes de meter las manos en los bolsillos y se encontró con Ino sentada en el poco público que estaba presente. Sabía que esto traería consecuencias, pero había conseguido protección garantizada de otro país al estipular todas las pruebas que tenía en mano.

Caminó hacia el juez y dio un último suspiro.

—Asesinatos en primer, segundo y tercer grado. Tortura; agresión agravada, violación forzada, terrorismo. ¿Continúo?

Shikamaru observó a la abogada del hombre que estaba acusando mientras exponía las pruebas a la corte. La abogada del acusado sugirió un trato a cambio de la pena de muerte, el cual hizo que Shikamaru frunciera el ceño. Temari, esa mujer no esperaba encontrársela defendiendo basura como esa.

—Escuchamos.

—El acusado dará testimonio sobre la banda criminal de la cual hizo parte, pero a cambio, exigimos que la pena de muerte para su caso sea derrocada, además de eso, el derecho a una reevaluación de las pruebas, ya que pueden estar presuntamente manipuladas.

El Nara se masajeó los hombros, antes de objetar aquella calumnia. Porque él no perdería este caso, o de lo contrario, estaría muerto antes de irse del país.

El juez que respondía al nombre de Jirayja golpeó la madera luego de recibir los avistamientos del jurado.

<<Pein es encontrado culpable>>

♥

Sasuke tragó pesado al ver la primera página del periódico. Dejó la taza de café y sintió como su familia en la mesa voltearon a verlo. Él aún continuaba escéptico de la información que trataba de ingresar a su cabeza. Itachi observó de reojo y sus orbes carmín se encontraron ambivalentes.

—Necesito aire —murmuró el Uchiha menor y se levantó, saliendo de la casa hacia el jardín con el trozo de papel arrumazado en su puño. Itachi salió tras él y lo vio caer en cuclillas al césped, descansando su cabeza en su brazo derecho sin dejar de empuñar el izquierdo.

Su corazón comenzó a latir con frenesí, sintiendo una pequeña parte del impacto que estaba sintiendo su hermano menor. Quedó estático al no saber si caminar hacia él, observar de lejos, o dejarlo solo.

Los recuerdos taladraron su cabeza ante el hecho ocurrido.

<<¿Me amas Sasuke?>>

<<Te amo Sakura>>

<<¿En verdad Sasuke?>>

<<Más de lo que piensas>>

Lágrimas silenciosas resbalaron de los orbes ónix, experimentando por primera vez una sensación abrumadora y desconocida, pero incontrolable. Sus cuerdas vocales emitieron un grito ahogado al morder con fuerza su antebrazo izquierdo. Itachi al final solo se quedó observando, el cómo de un momento a otro su hermano se levantaba y caminaba hacia la salida, quitándole el seguro al auto.

Caminó hacia el periódico y lo sujetó, leyendo la primera página.


"Mujer de 26 años fue encontrada mutilada a las afueras de la ciudad, para más detalle dirigirse a la pág. 6"

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"Nunca permitas que el futuro te perturbe, lo encararás si debes hacerlo, y con las mismas armas con las que hoy combates el presente"
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Dos años después.


Itachi bebió de la taza de café mientras firmaba un contrato con sus dos nuevos inversionistas, visualizando el comportamiento de cada uno permaneció sereno, pues ya había hablado con ellos varias veces, desde cosas sumamente importantes hasta las más banales.

—Es un placer, Itachi.

—Igualmente, Sasori, Deidara.

♥

Ino besó apasionadamente a Shikamaru, mientras se apropiaba de él por las solapas de su camisa.

—Dios, ¡claro que sí, acepto! —con los ojos llenos de lágrimas lo abrazó, recordando en un momento fugaz una escena similar a ésta, pero con otro hombre. Esa historia pasada se sentía ajena a ella.

Shikamaru sonrió satisfecho al acabar de mudarse en un departamento que compraron juntos. Y aunque se habían ido del país él se las arregló para volver sin problema alguno, y aunque le costó quemarse las neuronas contra la organización pudo desarticularla, luego de la sentencia de Pein.

♥

Hinata continuaba con su terapia psicológica, yendo a la citas con su primo o la novia de éste, pues debía llevar un control por la disminución y ya desaparición de medicinas, recordando que a las personas culpables e implicadas en ello se les había dado 10 años de prisión... Karin, aún recordaba el nombre de su enfermera que en ese momento debe de estar pudriéndose en la cárcel.

¿Y Naruto? Realmente ya no pensaba en él... Ahora el dueño de su corazón era otro.

♥

Los orbes azules denotaron el atardecer mientras bebía la limonada del popote. Aún se sentía un poco perdido y confundido. Había asistido a la segunda boda de su hermana, pero ahora si veía que la amaban. Sonrió al sentir la mano de Shikamaru golpearle el hombro de manera amistosa.

—Deberías bailar Naruto —comentó el Nara con su perfecto traje—. Además, hay varias chicas interesadas en ti.

—Aún pienso en ella Shikamaru —comentó con sinceridad. El Nara negó levemente, pues no era secreto alguno que los orbes azules no despabilaban brillo alguno desde hace un buen tiempo.

El recién casado sacó una libreta y un bolígrafo de su bolsillo, escribiendo una nota y dejándose a Naruto sobre la barra libre, dándose vuelta para dejarlo ahí sentado, solo. El Uzumki sujetó el papel y sonrió dolido.

<<Cementerio central, lápida #203>>

Se levantó de la silla y guardó la nota en su bolsillo delantero, despidiéndose de su hermana de manera fraternal para irse a aquel sitio en su auto. Cuando quitó el seguro se percató del periódico dejado en el retrovisor, sujetándolo y leyéndolo.

<<Hinata Hyüga y Kiba Inuzuka han declarado su amor>>

Rio brevemente por aquella noticia de celebridades, pues su amigo si merecía a la dulce mujer que lloró lágrimas de sangre por él. Además, actualmente llevaban su amistad como en los viejo tiempos, los tres. Abordó luego de despejar su mente y condujo entre el ocaso del atardecer, llegando en aproximadamente veinte minutos por hacer algunas paradas y comprar algunas rosas, rojas y negras.

Al llegar se bajó y cargó los ramos en sus brazos. Buscó la tumba y llegó hasta ella, acariciando la lápida. Se sonrojó levemente al recordarla.

Aquella melena rosada.

La piel blanquecina de porcelana.

Las mejillas tenuemente carmín.

—No pude seguirte Sakura —susurró y dejó el racimo de rosas rojas sobre la cerámica, sintiendo cómo el viento sacudía sus cabellos dorados—. Pero aun así, me siento preso… Por volverte a ver.

El iris azul se fijó en la lápida que estaba al lado de su mujer amada, dejando las rosas negras sobre aquella.

—Pero tú si la seguiste, ¿no, Sasuke?

Fin​