Dead End Zone

Contenido oculto: No, no me confundí de rol (?)

Al abrir los ojos, Tercera y Séptimo dejaron de ver las puertas del centro comercial frente a ellos, para contemplar un paisaje post-apocalíptico que parecía sacado de una pesadilla. Se encontraban solos, en un terreno níveo y bajo un cielo de extrañas tonalidades que no parecía de su propio mundo. Sin embargo, a pesar de la extensión de la zona, podían notar cómo una extensa cadena montañosa limitaba el nuevo terreno que tenían a su disposición. Sin duda, la zona había disminuido lo suficiente como para hacer más fácil el encuentro entre jugadores. A lo lejos, lo que más destacaba del paisaje era aquel castillo que irradiaba una luz cegadora desde el pináculo, que casi parecía tocar el cielo. El terreno era escarpado, y un gran acantilado les separaba de dicho destino por un puente colgante.

Voces podían escucharse en la lejanía, se estaban acercando. ¿Sería lo mejor buscar un lugar donde esconderse? ¿Avanzar? ¿Idear un plan de ataque?

>>Dirigirse hacia el puente (Suerte)
>>Rodear el acantilado (Destreza)
>>Idear un refugio para descansar (Supervivencia)

***
​

Décimo no entendía cómo, pero había aparecido en lo que parecía ser una especie de caverna, un orificio o saliente ubicado en algún lugar entre las montañas, o quizás en el acantilado. Lo cierto es que no podía identificar su posición, y menos comprender el lugar al que había ido a parar. No obstante, aquel lugar se veía difícil de acceder desde su saliente, dado que una profundidad abismal lo separaba del suelo, y por lo que parecía, debía encontrar otra salida adentrándose en el interior de la caverna. No podía escuchar a ninguno de los otros jugadores, pero sentía que estaban más cerca que nunca.

¿Qué debería hacer?

>>Adentrarse en busca de una salida (Vista lince)
>>Buscar objetos para su supervivencia (Recolector de alimentos)
>>Continuar descansando (Podrás usar cualquiera de las opciones anteriores una vez acabe tu descanso)

***​

Cuarto no sabía dónde se encontraba. El suelo era liso y frío, y todas las paredes a su alrededor estaban teñidas de un color azabache que impedía diferenciar nada a su alrededor. Sin embargo, el aparente pasillo en el que se encontraba contaba con numerosos ventanales de los que provenía una luz leve, lo suficiente como para alumbrar la estancia. Con dificultad, e intentando guardar la calma, caminó hacia estas, y pudo contemplar un enorme paisaje montañoso cubierto de un manto níveo que, desde aquella altura, formaba unas excelentes vistas. Pero sentía que se encontraba en una tesitura peligrosa, y no era el momento de quedarse embobado. Sabía que tarde o temprano le encontraría, podía intuir que todo había sido obra de Deus para agilizar el juego o algo así.

¿Qué debería hacer?

>>Guardar la calma (Autocontrol)
>>Avanzar con cuidado (Sigilo)
>>Esconderse (Ocultar)

***
​

Octavo, al abrir los ojos, sintió un fuerte viento mecer su ropa y cabello. Una luz cegadora le impedía ver bien a su alrededor, y con cuidado logró ponerse en pie, intentando comprender su situación. Un cielo extraño le recibió sobre su cabeza, y por lo que podía notar, se encontraba a una altura excepcional. Desde allí podía ver todo el paisaje que se había formado a su alrededor, como si se encontrase en lo más alto de un edificio. Frente a él, un intenso halo de luz no dejaba de irradiar aquel flujo de energía que parecía portar. Por precaución, optó que la mejor opción era alejarse lo máximo posible. Sin embargo, cuando iba a intentar averiguar dónde se encontraba exactamente, pudo contemplar cómo una sombra se desvanecía frente a él con un ruido sordo. Al acercarse, logró ver que se trataba de aquella chica de antes, la jugadora.

Parecía... muerta. ¿Habría desfallecido, o habría sido a causa de algún golpe fatal? Sea como fuere, el jugador tomó sus pertenencias, sabiendo que dejaba atrás a una víctima más. Ahora tan solo quedaban cinco jugadores en pie.

¿Qué debería hacer?

>>Buscar la forma de bajar (Ingenio)
>>Investigar la zona (Vista lince)
>>Tener precaución (Sentir el peligro)

Cuenta atrás para la muerte de Deus: 23 días
(DEAD END 28 DE JULIO)​

Contenido oculto

Aclaro que solo podéis acceder a una de las respuestas, osea que no podéis coger una y luego otra. Tras la elección, aparecerán otras nuevas. Y sí, Deus morirá exactamente el 28 de julio. Ni más, ni menos. ¿Por qué? Porque es la fecha exacta en la que muere en el anime, y god, es que nos viene perfecta xD Por lo tanto responderé rápidamente a los post sin esperar, ya no os restaré nada (pero sí que hay que seguir usando medidores), pero ojo, porque contáis con una oponente más: Murumuru. Y ella puede aparecer en cualquier momento y atacaros. Si no la enfrentáis en el tiempo que se os de (ya se dirá en su momento), el personaje morirá. Así que cuidadín.

Nekita Amane Lucas Diamond Juanjomaster Fabian

 

Séptimo ​

Energía: 12/20
Hambre: 8/15
Sed: 9/15
Vida:83​

Acercarse a su nuevo punto no lo hacía sentir demasiado cómodo, aunque trataba en lo máximo que podía de ignorar ese silencio sepulcrar, las constantes miradas y aquella sensación de extrañeza, él tenía una misión específica: llegar al centro comercial y así, ponerse relativamente a salvo. Además, tenía la confianza en que estaría lo suficiemtente atento para defenderse de alguno de sus no tan fanáticas personas que ahora los miraban más asustados que nunca.

Claro, hasta que aquellos vientos, gritos de la gente a lo lejos y el repentino agarre de la scout en su camisa le hicieron saber que estaban en un peligro que probablemente no fuera con lo que él pudiera pelear. Se aferró con ligereza también a ella al rodearla con uno de sus brazos mientras miraba con algo de nerviosismo a su alrededor, casi maldiciendo a Deux de algún posible daño hacia ellos de esas malditos agujeros y claro, ¡de estar causando un fin del mundo sin avisar!

¿No se supone que había una relación de comunicación entre ellos? En algún punto Séptimo tendría que ir a reclamarle un par de cosas.

Finalmente todo aquello acabó, no hubo gritos, vientos o nada que indicara un peligro asegurado dado que habían sido transportados a un lugar un poco más frio, más extraño que a su "mundo real", se separó de la scout con cuidado y lentitud a la dada desconfianza de su nuevo terreno a explorar.

—Tendré que acompañarte en esa decisión, con suerte el instinto natural de los scouts navegar en esta clase de cosas, ¿no?

O tan siquiera, lo deseaba.

​

 

Séptimo y Tercera optaron por no arriesgarse, pues nada podía asegurarles que el puente colgante aguantaría lo suficiente su peso como para llevarles tan fácilmente hacia el otro lado. El relieve era escarpado, y la nieve hacía que las rocas se encontrasen humedecidas, pero aún así decidieron que la mejor opción sería rodear el acantilado que les separaba del otro lado. La pared de piedra que formaba los alrededores del acantilado se unía ligeramente en una zona, y esto no pasó desapercibido por ambos jugadores. Por muy descabellado que sonase, había una forma de evitar usar el puente, y esa era arriesgarse a descender ligeramente por la pared de piedras escarchadas y avanzar lo suficiente como para alcanzar de un salto el otro lado. Por suerte el risco contaba con ciertas zonas en las que podían poner los pies y las manos, pero el abismo seguía quedando bajo sus pies, y la tensión era latente.

Una vez llegaron caminando hacia el área límite del acantilado, decidieron quién seria el primero en bajar y apegarse con todas sus fuerzas al saliente de piedras, seguido por su compañero. El camino era largo, por lo que pasaron varios minutos con sus cuerpos tensados lo suficiente como para aferrarse con sus vidas a aquellas rocas que les evitaban una muerte segura. Por un momento, varias rocas diminutas se resquebrajaron a su paso, y la nieve caía de vez en cuando en sus rostros debido al lugar donde ponían las manos, por lo que debían ir lentos si no querían perder el equilibrio. Por suerte, su destreza era tal, que aguantaron con una enorme entereza aquella peligrosa tarea, lo suficiente como para alcanzar, en medio de su camino hacia el siguiente saliente, lo que parecía ser la abertura a una cueva un metro más abajo, en la pared del mismo acantilado.

Aquello les sorprendió. Los elementos que propiciaban el relieve de las rocas habían dotado de varios orificios a la pared que podían tener su propia salida, pero nada les aseguraba que aquello fuese cierto, y definitivamente se desviarían del camino.

¿Qué deberían hacer?

Adentrarse en la cueva (no requiere de acción, es una vía libre a seguir)
Continuar el camino aferrándose a las rocas (Corpulencia)
Regresar a la superficie del terreno (Autocontrol)

 

Con esfuerzo, ambos pusieron todas sus fuerzas en bajar lo suficiente como para alcanzar el hueco que daba hacia el interior de aquella cueva particular, logrando ponerse a salvo por al menos un tiempo. La presión de saber que estaban literalmente al borde de la muerte les había hecho hecho adquirir un estado alterno: la adrenalina. Con el corazón bombeando a toda velocidad, se sentían más ágiles que nunca, pero quizás en ese estado podían pasar desapercibidas ciertas cosas debido a que su atención se veía disminuida. El sentido de supervivencia les había dotado de capacidades temporales que podrían aprovechar por el momento.

Podían escuchar suaves goteos a través de las estalactitas del techo, lo que indicaba que se encontraban cerca de un acuífero o de corrientes subterráneas. Quizás, siguiendo dicho goteo, podrían descubrir alguna salida, pues toda agua que entra, debe hacerlo desde algún orificio en el terreno.

Continuar por el camino húmedo (Supervivencia)
Tratar de relajarse y descansar (Autocontrol)
Salir de la cueva y regresar al camino rocoso (Suerte)

 

Séptimo

Energía: 11/20​

Hambre: 7/15​

Sed: 8/15
Vida:83​

​

​

Si en algún punto le hubieran dicho que sentiría más miedo a la muerte sería bajando en la pared de un acantilado que estando literalmente dentro de un juego de muerte, probablemente hubiera reído como nunca antes y luego al encontrarse en esa situación en carne propia, hubiera maldecido a su "yo" del pasado por haberse equivocado.

Por suerte no había pasado aquello, y su "yo" del pasado no tendría ninguna necesidad de ser insultado.

Con sorpresiva sorpresa destreza por parte de su compañera lograron llegar juntos a la cueva en cuestión, su corazón latía con velocidad dandole un gran sentimiento de que podía hacer todo, o tan siquiera, todo lo relacionado a escalar o bajar esa clase de terrenos como todo un profesional. El goteo del agua dentro de la cueva llegó a sus oídos antes de que pudiera sentarse a descansar un poco, a decir verdad, le parecía mucho más sensato averiguar primero hacia dónde se dirigía ese camino, porque si el destino estaba a su favor, probablemente encontrarían algo más que una salida.

—Sigamos ese camino humedo —detuvo su habla por un segundo, dejando escapar una pequeña risa en el proceso antes de continuar —, con suerte habrá una salida y una fuente de agua para nosotros...

 

En aquel instante, las cualidades de la "scout" se hicieron notorias, y se encaminó la primera siguiendo el rastro de humedad que podía notar tocando con su mano la pared rocosa del interior. A medida que avanzaban, la oscuridad los consumió en su totalidad, viéndose alejados de la entrada y sin ninguna antorcha o linterna con ellos.

Oh, espera, ¡Tercera sí contaba con una!

Decidió detenerse para rebuscar en su mochila, dejando de caminar justo en el momento en el que notó cierta hendidura en el terreno que su acompañante no vio venir. Segundos más tarde, Séptimo caía por lo que parecía ser un conducto en pendiente hacia otra de las simas, creada por la erosión del agua en el terreno, separándose así de su acompañante por primera vez desde que iniciaba el juego. Tercera gracias a sus habilidades de supervivencia detuvo sus pasos en el momento justo, sin poder hacer nada por detener la caída de su compañero hacía quién sabía dónde. Pero aquello solo podía significar algo: aquella no era la única cueva, y había infinidad de conductos que podían enlazar con la salida.

¿Qué debería hacer Tercera ahora?

Continuar hacia la derecha
Continuar hacia la izquierda
Regresar sus pasos hacia el exterior (Suerte)
Descansar (Autocontrol)

***​

Cuando la caída hubo terminado, Séptimo no tenía idea de a dónde había ido a parar. Todo se encontraba oscuro, y en ese instante deseaba haber conseguido él también otra de aquellas linternas que había logrado adquirir Tercera. La caída le había producido ciertos rasguños (dos), pero no debía ser para tanto. El problema es que ahora se encontraba solo, perdido y sin luz con la que guiarse, pero alcanzaba a tantear el terreno para continuar avanzando. Con suerte, lograría alcanzar la salida pronto.

¿Qué debería hacer Séptimo ahora?

Descansar (Autocontrol)
Curarse (puedes usar objetos curativos y usar el post como uno de descanso)
Avanzar hacia el norte
Avanzar hacia el sur

 

Séptimo​

Energía:15/20
Hambre:6 + 8 = 14/15
Sed:7 + 5 =12/15
Vida:81​

​

Avanzar antes de Tercera había resultado en ser una muy mala idea, antes de que siquiera pudiera darse cuenta había caido en un pseudo conducto de la cueva, aparentemente solo. Sean maldijo en todo su trayecto a todas las cosas que rondaban su mente hasta que finalmente tocó el suelo, y si antes su corazón se había acelerado de la emoción, ahora solo latía de incertidumbre.

Se revisó el cuerpo con cuidado en busca de daños tan solo se limitó a bufar, por el momento no se gastaría una venda en eso así que, mejor prefirió comer algo de su pan acompañado con leche, estaba seguro que no era hora del desayuno pero... tenía hambre.

—Maldición tercera... —gruñó sentandose en el suelo mirando el agujero por donde había caído —Mas vale que te encuentre antes de salir de esta estúpida cueva...

Descanso.

 

Octavo

—¿Q-Qué ha pasado? —me pregunté, cuando el viento azotó con fuerza mi rostro, revolviéndome el cabello. Me encontraba ahora en un lugar altísimo, y una potente luz me enceguecía de tanto en tanto, por lo que podía intuir que, casi con seguridad, me encontraba en lo alto de un faro. ¿Pero cómo rayos había llegado allí? Lo último que recordaba era estar en la estación del metro, y toparme con alguien cuando comenzaron a caer esferas oscuras del cielo, arrasando con todo.

Mis cavilaciones, sin embargo, se vieron interrumpidas con un ruido sordo: Aquella persona que había visto antes se encontraba ahora sin vida. Tomé todas sus pertenencias, agradecido de no ser yo quien le quitase la vida... ¿Pero quién había sido entonces?

Con precaución agudicé mis sentidos, tratando de sentir si había algún peligro cercano.

Octavo:
Energía: 8/20
Hambre: 9/15
Sed: 9/15

 

Décimo

De pronto mis ojos se abrieron y tuve esa terrible sensación de cuando te quedas dormido, sin saber por cuánto tiempo. Todo era producto del extremo agotamiento, pero... ¿Qué demonios había pasado?

Miré a mi alrededor, aún confundido y con torpeza en mis movimientos.El escenario había cambiado... preguntar cómo, a estas alturas de mi vida, era pecar de ingenuo. Lo que me importaba realmente era saber Cuánto tiempo había dormido en ese maldito almacén. ¿Acaso mis súplicas a Deus habían tenido real efecto?Nuevamente esa extraña sensación interrumpió cualquier intento de pensar las cosas. Me sentía adormecido... quizás solo estaba soñando.


(Descanso 3/4)

 

A aquella altura, sus sentidos se encontraban opacados por el fuerte sonido del viento, que evitaba que escuchase algo más, y la cegadora luz que le obligaba a entrecerrar los ojos la mayor parte del tiempo. Sin embargo, aún aturdido por aquellos sucesos tan particulares, fue capaz de intentar alejarse lo suficiente como para percatarse de que, efectivamente, estaba solo en aquella... ¿azotea? ¿Techo? ¿Y de dónde provenía esa enorme fuente de luz azul que tenía sobre su cabeza?

Lo más importante ahora, dado que sabía que no había peligro cerca por el momento, era comenzar a moverse, investigar. Saber si sus enemigos se encontraban cerca o en verdad estaba solo allí. Sin embargo, al agudizar sus sentidos para saber si se encontraba en peligro, pudo percatarse de algo más. El borde de aquella azotea era curvo, y si se arrastraba por él con el suficiente cuidado, llegaría al piso que se encontraba debajo, lo que parecía ser el alfeizar de un enorme ventanal.

¿Qué debería hacer?

>Dirigirse hacia el ventanal (Destreza)
>Recurrir a otra solución (Ingenio)
>Ocultarse allí por el momento (Ocultar)

Pero estaba tan conmocionada y alterada por todos los sucesos, que Tercera fue incapaz de descansar. Esto produjo que su cansancio fuese aún mayor, y su cuerpo lo notó (pierdes -5 en energía). El estado de adrenalina comenzaba a desaparecer, pero le estaba pasando factura tanto física, como mentalmente. Tenía que tener cuidado si no quería llegar a bloquearse.

¿Qué debería hacer ahora?

>Continuar hacia la derecha
>Continuar hacia la izquierda
>Regresar sus pasos hacia el exterior (Suerte)

 

Séptimo​

Energía:14/20
Hambre:13/15
Sed:11/15
Vida:81​

Con las energías recobradas en su sistema y estomago lleno, Séptimo finalmente se levantó para dirigirse hacia el norte suponía que era lo ideal puesto que allí es donde quería avanzar en primer lugar con la Scout, donde esperaba encontrara lo más rápido que pudiera, porque si ella no había caído con él significaba que sí sabía lo que estaba haciendo y eso podría darle una oportunidad de salir de allí.

—¡Más te vale que no te pierdas Scout! —No había seguridad alguna que ella pudiera oírla pero... no quería quedarse con aquella advertencia en su boca, necesitaba moverse rápido.

Los primeros pasos se dieron y tan rápido como comenzaron se detuvieron, ¡el teléfono! ¡El maldito teléfono! Sin pensarlo dos veces lo sacó de su bolsillo y tecleó el número de Tercera, antes de volversea poner en marcha de nuevo, murmurando múltiples veces que por su bien le atendiera la maldita llamada.

 

Décimo

¡Despierta!

Y así desperté, agitado. Mis movimientos pasaron de torpes a bruscos. Miles de pensamientos explotaron en mi descansada mente: ¿qué había pasado?, ¿qué lugar era este?, ¿por qué aún no me había movido?

Me puse de pie, con mucha más facilidad, pues ahora me sentía hasta cierto punto renovado: había dejado de sangrar y mi cuerpo ya no temblaba. Probablemente todo esto era manifestación de un cambio de las reglas del juego de supervivencia que apuntaban a acabar con él en cuanto antes. Si los participantes no se mataban entre sí, el medio lo haría sin duda. Yo, Bastian, el décimo aspirante a dios, no podía quedarme atrás, ¡al menos no de nuevo! Ajusté mis lentes, arreglé mi cabello, estiré mis extramidades. Pronto todo cambiaría. Pronto traería la nada para acabar con el sufrimiento de mis hermanos y hermanas.

(Descanso 4/4)

 

Octavo

Y allí estaba yo, el octavo aspirante a Dios, contemplando el peligro borde que estaba frente a mí y por el cual, lamentablemente, estaba contemplando bajar. No era solo que estuviese en un lugar desconocido a una altura enorme —¿No bastaba ya con eso?—, sino que además cada cierto tiempo aquella luz me quitaba la visión momentáneamente.

Todo un indicativo de que bajar por allí era una mala idea. Y aún así, haciendo más gala de destreza que de ingenio, comencé mi descenso por esa parte.

—Este juego al final ha terminado con toda la cordura que me quedaba, ¿Bajar por un espacio tan angosto y peligroso? incluso si gano, me pregunto si tendré aún las facultades mentales para desempeñar un buen trabajo.


Octavo:
Energía: 7/20
Hambre: 8/15
Sed: 8/15

 

Décimo

Completamente renovado, y con la convicción de un auténtico aspirante a dios, analicé mis opciones. Si bien mi ubicación actual funcionaba como un refugio, las campanas del fin del mundo ya habían sonado. Esto solo podía significar que los miembros sobrevivientes en este juego solo podían estar más ansiosos por elevarse que nunca. Esconderse no era una opción si inevitablemente me buscarían para acabar conmigo. Debía actuar... ¿o no?

—Si es que esto no termina con un vencedor... Si es que el espacio y tiempo tal y como lo creemos conocer acaba ahora mismo... ¿Será la nada en vez de algo?

Después de haber pasado por tanto... Quizás dejar que el juego acabe sin un vencedor era el camino más fácil para mi cometido. ¿Pero era acaso posible? No podía dejarlo a la suerte, mucho menos teniendo en cuenta a ese imbécil de Octavo y a la nada confiable Murumuru. Debía actuar... ¿o no?

Sujeto a mi incógnita, di un vistazo a mi alrededor (recolector de alimentos), con la leve esperanza de encontrar algo útil antes de seguir mi camino, si es que acaso lo tenía.



Energía: 19/20
Hambre: 15/15
Sed: 15/15

 

Tanteando el terreno a duras penas, Séptimo decidió escoger el aparente camino que le dirigiría hacia el norte, a pesar de que allí abajo, en medio de aquella oscuridad, era difícil orientarse. No podía escuchar a nadie, pero cierta opresión en el pecho le hacía sentir que, definitivamente, no estaban solos en aquel entramado de conductos. Avanzando, pudo ver como primeramente se le abría un camino hacia la derecha, uno que a simple vista parecía algo más estrecho, y debería recorrerlo en cuclillas hasta llegar a una salida más ancha, pero si continuaba andando hacia el norte, se le abría otro camino hacia la izquierda, algo más curvo. Estaba tan alterado que no fue capaz de detenerse a pensar en otra opción.

¿Qué debería hacer?

>Avanzar hacia la derecha
>Avanzar hacia la izquierda

Octavo debía poseer unas verdaderas facultades físicas para poder realizar la acción que estaba cometiendo. A pesar de lo peligroso que se veía, el joven primeramente colocó sus pies tras el muro que servía como barandilla, lo suficientemente bajo como para traspasarlo sin problemas, y acto seguido, sujeto al muro hasta que este llegó a su fin, se agachó para poder utilizar aquella bajada resbaladiza. Corta, sí, pero que con un movimiento fatal podría acabaría pereciendo.

Dejó caer su cuerpo en tensión, con la espalda pegada a la rampa, hasta sentir como descendía poco a poco. En el último segundo se impulsó lo suficiente, colocando su cuerpo en la dirección adecuada, y saltó hacia el alfeizar de la ventana de aquel piso inferior. Por suerte se sujetó al ventanal con fuerza, y no fue difícil abrirse paso dado que al parecer, era fácil de remover. Una vez en el interior de lo que parecía una amplio oscuro pasillo, iluminado por aquella luz azulada del piso superior, sintió su corazón latir con fuerza. Sin duda, la adrenalina aún se sentía en su cuerpo (Octavo adquiere el estado alterno).

Acelerado, detenerse a pensar no era una opción en aquel instante. ¿Qué debería hacer?

>Avanzar hacia la derecha
>Avanzar hacia la izquierda
>Descender hacia el siguiente piso

Con su linterna, pudo avanzar con total seguridad hacia la dirección escogida por la joven, agotada pero con los ánimos suficientes como para continuar avanzando. Todo a su alrededor parecía completamente solitario, y era incapaz de escuchar a nadie más en la distancia, mucho menos vislumbrar algún halo de luz. Sin embargo, sabía que las pilas no eran eternas, y debía aprovecharlas al máximo. Gracias a su luz, pudo notar que se abrían tres caminos ante ella: uno si continuaba avanzando como hasta ahora, y otras dos vías nuevas.

¿Qué debería hacer?

>Avanzar hacia el norte
>Continuar su camino
>Avanzar hacia el sur

Pero allí, definitivamente, no parecía haber nada. O al menos, nada que pudiese vislumbrar, pues la oscuridad más absoluta lo tenía rodeado por completo. Debía estar en el interior de alguna cueva, pero, ¿en dónde exactamente? ¿Habría algún portador cerca de él, estaría de verdad solo en aquel extraño lugar?

Con las energías renovadas, y una vez más en pie, era hora de comenzar a avanzar, o no saldría nunca de aquel lugar. ¿Qué debería hacer?

>Continuar hacia la izquierda
>Retroceder hacia la derecha

Contenido oculto

Fabian, creo que te estás equivocando xD Los post de descanso, como indican las guías, sirven para restaurar tu diario y tu energía al completo, no restaura el hambre y la sed. Por lo tanto, durante los post de descanso, el hambre y la sed continuan descendiendo