Otro Intercambio Silencioso

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Serie de AU de un colectivo que estoy realizando con Asdfghjklñ
Este vendría a ser el tercer shot

Intercambio Silencioso​

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Camino con paso firme, mirando hacia el frente con el rostro en alto y las manos metidas en sus bolsillos. Tenía los ojos fijos en su camino, mordiendo su labio inferior y clavando las uñas de sus manos en la tela de sus pantalones deportivos.

Había jurado que nadie lastimaría nunca a su hermano; y si algún alma deseosa de una condena en el infierno deseaba herir a Noah, pues tendría que vérselas con él. Y Cameron nunca dejaba pasar una oportunidad para dar su merecido a los malditos oportunistas.

Giró lentamente hacia la derecha, caminando por el pequeño jardín por el que había visto pasar muchas veces a su hermano en los últimos meses, y observó la puerta de madera. La miró por unos segundos, simplemente contemplando el tono amarillento de la misma y, con una pequeña inhalación, golpeo levemente con su puño izquierdo. Espero con paciencia unos segundos, dando un paso hacia atrás y sacando su mano derecha del pantalón.

Cuando la puerta por fin se abrió, logró ver como el rostro sonriente del desgraciado rápidamente perdía toda alegría. Una pequeña sonrisa apareció en los labios de Cameron cuando notó como su rostro se tornaba tan blanco como el papel.

—Hola, Mike, creo que tú y yo tenemos asuntos que discutir.

Lo miró a los ojos fijamente, notando sus acciones antes de que su cuerpo pudiera realizarlas, y trabó la puerta con su pie derecho antes de que pudiera cerrarla en su cara.

—Oh, no. Yo no he dicho que pudieras irte tan temprano compañero, ¿por qué no hablamos un poco?

—No hay nada de que hablar, Cam —tartamudeo, mordiéndose la lengua un par de veces y escapando de la afilada mirada que caía sobre su rostro.

—Yo creo que sí, Mike —susurró lentamente, agarrando la puerta y abriéndola con firmeza. —¿Por qué no damos un paseo?

Mike miró a todos lados, el pánico creciendo en su cuerpo y los latidos de su corazón elevándose con rapidez. Respiró con fuerza, contando mentalmente y girándose para mirar a Cam. Empezó a salir, agarrando la puerta con fuerza, sintiendo como el sudor bajaba por su espalda. Y en un segundo, sonrió con superioridad mientras lanzaba un puño contra el rostro de Cameron. Estaba tan seguro de que le rompería la nariz y podría esconderse en su casa como la maldita rata escurridiza que era, que no notó como el brazo de Cam se elevaba para esquivar su brazo y otra mano lo tomaba de la camisa que llevaba en ese momento.

Lo siguiente que sabe, es sentir la pared contra su espalda y el aire escapando de sus pulmones.

—No debiste intentar eso, Mickey —murmuró Cameron contra su oído, elevándolo unos centímetros del suelo y cerrando la puerta con una de sus piernas. —Tenía pensado tener una pequeña charla contigo, pero parece que deseas tener una mucho más larga.

Una gran sonrisa se plasmó en sus labios, alejando su rostro del oído de Mike y viendo como la realización de la estupidez que había cometido le caía como un balde de agua helada encima suyo.

—No sabía que eras tan hablador —y un puño se estampo en el estómago de Mike, quitándole una vez más el aire. No le permitió recuperarse, no había pasado de un segundo cuando un segundo puño arremetió contra su rostro, y la mano que lo sostenía en el aire lo liberó. Mike cayó contra el suelo, grandes bocanadas de aire intentando entrar en sus pulmones al mismo tiempo y fallando lastimosamente en el intento.

Intentó escapar, la maldita sanguijuela intentó escapar por el piso, más Cameron se agachó hasta el piso y se sentó encima de Mike.

—Te lo advertí —un puño golpeó su quijada—, te dije que lo cuidarás —otro impactó contra su ojo izquierdo—, ¡tenías prohibido lastimarlo, maldito desgraciado!

Y de pronto Cameron se cegó, recordó el rostro de Noah. Sus lágrimas empapando su rostro, sus sollozos escapando de su cuerpo y lastimando su garganta. El cabello enmarañado y su mirada perdida, esa mirada que tanto odiaba y que le aseguraba que nuevamente se había cerrado en sí mismo. La furia nació dentro de su pecho, creció y se desbordó, escapando de su cuerpo por cada poro de su piel. Ahogándolo dolorosamente y arremetiendo contra él.

No esta seguro de cuantos golpes le dio, de cuantas cosas le gritó ni cuanto tiempo estuvo respirando agitadamente. Cuando volvió a enfocar sus ojos, sentado todavía encima de Mike, observó con curiosidad aquel rostro que descansaba contra el piso. El labio inferior partido, el superior del doble de su tamaño original, su ojo izquierdo hinchado y sangre escapando de su nariz y ceja derecha. Algunas otras zonas estaban manchadas de sangre, el cabello pegado a su frente y un pequeño hilo de saliva mezclada con sangre escapaba de sus labios lastimados.

Cameron lo miró fijamente, notando como de pronto el único ojo que podía abrir se movía, y un destello de color verde lo miraba con pánico. Oh, se sorprendió, no se había desmayado.

—Dime Mickey, ¿aprendiste la lección?

No tuvo que esperar mucho, Mike rápidamente afirmó con su rostro y cerró su ojo llorándo con fuerza.

—Me alegra haber podido tener tan bella charla contigo —Cameron se levantó, abriendo la puerta y saliendo de esa casa con lentitud. Caminó de vuelta hacia su hogar, escondiéndo sus manos ensangretadas en sus bolsillos y estirándo su cuello para quitar toda tensión que había acumulado.

Respiró hongamente, cerrándo los ojos por unos segundos y sintiéndo como lentamente su cuerpo se sentía más liviano.

Cuando los volvió a abrir, la noche pareció brillar con un poco más de fuerza bajo las estrellas.