Long-fic de Naruto - Inesperado Infierno. 【 Sasuke x Hinata 】

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Inesperado Infierno
—Sasuke U. & H. Hinata—

Hinata tenía algo que decirle a Naruto, sin embargo alguien se interpuso en su camino.

Advertencias: CRACK PAIRING! | UA. | Un poco de OoC en los personajes.

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Disclaimer:
Naruto © Masashi Kishimoto.
Inesperado Infierno © Adilay Fanficker. | Azidahara Himelric.
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Notas:

Les voy a explicar brevemente esto.

En mi página oficial “Adilay Ackatery” he expuesto una sección llamada versus de parejas crack, donde yo me comprometía a hacer un fic sobre la pareja ganadora, saliendo brevemente de mi zona de confort; y en esta ocasión ganó la pareja SASUHINA.

Honrando mi promesa les presento este pequeño fic.

Espero les guste.

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PRÓLOGO
EL DÍA QUE TODO CAMBIÓ​

—Naruto-kun… yo…

Suspiró y lo volvió a intentar.

—Naruto-kun… quisiera decirte que…

Vamos Hinata, ¿qué pasa?

Hinata negó (rindiéndose) con la cabeza mientras se sentaba en una de las mesas para los alumnos de la escuela, ya lo había practicado bastante ayer en casa, enfrente de su espejo, ¿por qué no podía hacerlo hoy?

¿Será acaso porque hoy tienes que decírselo a él en su cara?

Dios si no se calmaba pronto esto se iba a poner feo.

—¿Qué haces aquí? —Preguntó alguien atrás suyo haciéndole dar un respingo.
—¡Sasuke-kun! Cielos… me has asustado.
—Se supone que todos los alumnos deben estar ya afuera de las aulas, ¿qué haces aquí?

Hinata jugó con sus dedos.

—Bu-bueno… e-es… yo… es q-que v-voy a en-encontrarme con…
—¿Naruto? —Preguntó frunciendo el ceño—, ¿eres tú quien quería verlo?
—¿Có-mo lo sabes?
—Escuché a Sakura decirle a Naruto que no sé quién quería verlo; él sigue entrenando.
—Ya veo…
—No tardará.
—S-sí.

Desde que lo vio por primera vez, Hinata supo que Sasuke nunca iba a dejar de intimidarla aun cuando no fuese la intención de él hacerlo; él no era un mal sujeto, de hecho le había ayudado en algunas ocasiones, como por ejemplo cuando se echó a sí mismo la culpa cuando ella por un desafortunado resbalón, tiró por accidente un ordenador en la Sala de Computación.

»¿Cómo creen que la Señorita Perfección va a querer hacer algo malo en la escuela? Pues yo la empujé. Y ya sé por dónde es detención, no se preocupen, puedo llegar yo solo.

Él tuvo problemas con sus padres y con la escuela, pero en ningún momento le recriminó a ella nada. Eso fue lo más sorprendente que haya visto Hinata en su vida.

Nadie había hecho algo así, no por ella al menos; y aun así…

Ese acto tan increíble y a pesar de llevar años conociéndose, Uchiha Sasuke no dejaba de causarle la misma sensación de incomodidad y nerviosismo cada vez que la miraba con ese par de ojos oscuros como la noche. Siempre ocultando sus sentimientos y pensamientos a todos excepto a Naruto (y Sakura, a veces).

Pero con ella nunca ha hablado de forma profunda, simplemente lo necesario, por eso le sorprendía ahora que estuviese ahí parado enfrente de ella sin Naruto o Sakura de por medio.

—¿Estás nerviosa? —Preguntó de pronto.
—¿Eh? ¿D-disculpa?
—Escuché a Sakura e Ino decir que hoy ibas a confesarte a Naruto. ¿Estás nerviosa? ¿O le temes a algo? —Se cruzó de brazos.
—N-no e-es-estoy ne-nerviosa.

Y por primera vez en su vida, Hinata vio a Sasuke reírse, no con burla o arrogancia, sino con… algo no malicioso.

Qué raro…

—Deja te ayudo a relajarte un poco —se acercó, la tomó por los hombros y acercó su rostro al de ella—. Te pido una disculpa por adelantado.

El corazón de Hinata se paralizó ahí donde estaba. No supo qué contestarle.

—¿Te incomodo?
—U-un poco… —él acercó sus labios hasta los de ella; y los pegó levemente antes de soltarla y reincorporarse.

¿Desde cuándo había sido tan alto? Le costó subir la mirada hasta él; Sasuke sonreía levemente.

—Jamás había odiado a nadie tanto como a Naruto —desvió su mirada—, y eso que es mi mejor amigo. Es ridículo y aún más porque él no sabe el por qué quiero ahorcarlo desde hace tiempo. —Soltó una risa nerviosa y después la miró a ella de nuevo—. Si te hace daño, puedes decírmelo. Cuídate, Hinata.

Y se marchó con las manos en los bolsillos del pantalón oscuro.

¿Qué diablos…?

Segundos… minutos… y quizás hasta horas… Hinata no lo supo con honestidad, cuánto tiempo había pasado antes de que Naruto llegase agotado y sonriente.

—¡Disculpa por la demora, Hinata! Sakura-chan me dijo que tenías algo importante qué decirme —tomó aire y se acercó a ella—. ¿Hinata?

Se supone que hoy se iba a declarar; que hoy quizás Naruto iba a abrazarla bajo el crepúsculo (como en sus incontables fantasías de ayer) y finalmente iban a estar juntos como ella siempre lo deseó desde pequeña, cuando lo conoció en el jardín de niños.

Pero ahora estaba caminando sola, después de huir patéticamente de Naruto pidiéndole disculpas por haber olvidado lo que le iba a decir: su confesión.


Otras palabras diferentes a esas parecieron haber sido censuradas; censuradas, por los labios de Uchiha Sasuke.

»Cuídate, Hinata.

Llegó a su casa, ignoró a su padre y hermana, se encerró en su habitación y se acostó en la cama con una mano aferrada a la blusa de su uniforme.

¿Por qué late tan rápido?

No era posible que por algo así su confesión haya quedado olvidada. Tampoco podía ser posible que Uchiha Sasuke la haya besado sabiendo que ella estaba enamorada de Uzumaki Naruto, su mejor amigo.

¿Es que acaso está loco?

Además, Sakura, la amiga de ambos parecía estar interesada en Sasuke.

¿POR QUÉ NO DEJAS DE PENSAR EN ESO?

Sasuke era intimidante, era arrogante, era frío y a veces, hiriente. Pero con ella nunca había sido nada de eso. Él la trataba hasta cierto punto, con respeto, como se esperaría del hijo de una de las más prestigiosas familias de Konoha.

Nunca malas palabras para ella; nunca le había alejado con ironías cuando le preguntaba por algo (usualmente por Naruto) cuando lo hacía con otras chicas sin mucho esfuerzo que no dejaban de hostigarlo día y noche.

Hinata siempre se preguntó el por qué, pero siempre fue demasiado cobarde como para preguntárselo personalmente a pesar de que la curiosidad ya comenzaba a comérsela viva.

»Te pido una disculpa por adelantado.

¿Por qué se disculpó? ¿Por haberla asaltado antes de que ella le pidiese una oportunidad a Naruto? ¿O por… algo más?

»Cuídate, Hinata.

¿En qué rayos estaba pensando él ahora?

Su celular emitió el sonido típico de la llegada de un nuevo mensaje de texto.

Al verlo se encontró con algo que la dejó temblando; y no en el mal sentido.

El dobe me dijo que no le dijiste nada, que saliste corriendo del aula apenas llegó.
¿Por qué no…?
¿He sido yo? Te he ofendido, ¿cierto?
Lamento mucho haberte molestado.

—Sasuke.​

Ella más descontrolada que nunca (emocionalmente) escribió con sus temblorosas manos:

No te disculpes.
No me ofendiste.
Debemos hablar.

—Hinata.​

A los 6 minutos, una respuesta llegó a ella.

No pudo creer que en todo ese tiempo haya estado viendo el celular como una idiota. Acostada bocarriba y con su respiración entrecortada. Y con las mejillas enrojecidas.

Lo sé.
Nos vemos mañana.

—Sasuke.​

Respondió con un cortante “sí” y después se fue a dar una ducha, y aún acostada en la bañera, su corazón no dejaba de palpitar alocadamente.

—Sasuke-kun… —susurró abrazándose.

Mañana todo se decidiría.

Mañana todo cambiaría para ella.

Mañana ella y Sasuke iban a hablar seriamente.

Sonrió un tanto triste.

—Perdón, Naruto-kun…

—FIN DE PRÓLOGO—​

Es todo por hoy, ¿qué les parece para ser mi primer fic de esta pareja? 7w7

¿Reviews?

 

CAPÍTULO
I
MÁS HUMANA DE LO QUE CREEN​

Hoy pudo haber sido un día como cualquier otro. Levantarse, bañarse, vestirse, perfumarse, alistarse y desayunar algo ligero para marcharse al instituto caminando nunca resultó un gran desafío.

Pero el día de hoy algo había cambiado.

La osada maniobra de Uchiha Sasuke había cambiado las cosas, y no precisamente a su favor. Cuando Hinata atravesó las puertas de la escuela supo que no era la misma de ayer, y lo confirmó apenas vio a Naruto charlando amenamente con Sakura.

Ese pinchazo de incomodidad y celos se implementó con fuerza en su corazón.

Muchos a su alrededor la tachaban de inocente, tímida, retraída, indecisa… delicada.

Lo que olvidaban era que ella era humana, y como cualquier otra humana Hinata era propensa a estar experimentando sensaciones muy propias de un mortal cualquiera; la furia, los celos y las ganas de estampar su puño contra alguien eran emociones que, aunque bien escondidas, estaban ahí siempre que veía a Naruto hablando con Haruno Sakura de lo que fuese. Aun cuando Sakura terminase golpeándolo, él siempre daba la impresión de no importarle el dolor físico…

Hinata apretó los puños al ver el dichoso (y ya rutinario) golpe a la cabeza rubia y la sonrisa risueña de Uzumaki Naruto inundar los pasillos; verlos tan felices de ese modo sólo hizo que aumentaran las ganas insanas de Hinata por querer amarrarlos y colgarlos a ambos.

Por divertirse así frente a ella, por sonreírse de ese modo, por demostrarle una vez más a Hyūga Hinata que su presencia bien podría valer poco menos que un yen, era porque Hinata quería quemarlos con los ojos ahora mientras caminaba en su dirección.

Porque para el colmo, estaban enfrente de las puertas del edificio escolar como si quisieran restregarle en la cara el “somos felices y nos vale una mierda si te parece o no… ¡ah! Pero no olvides que somos tus amigos”.

—Are… ¡Hinata! ¡Ven! —Exclamó Ino con actitud jovial, quien al lado de Sakura, le hizo señas para que se acercase.

Maldi… ah, no puede ser…

Lo que Hinata trataba de evitar, lo previsto ocurrió; Sakura e Ino la arrastraron hasta el baño de mujeres y comenzaron el fastidioso interrogatorio típico de colegialas chismosas.

Preguntas vanas…

“¿Te declaraste?”.

“¿Qué te dijo?”.

“¿No te habrás desmayado, verdad?”.​

Y de todo esa masacre emocional (porque le recordaban una y otra vez sus dudas respecto al Uzumaki, y actualmente con el chico Uchiha) una sola respuesta cortante pero sincera.

“No pude hacerlo”.​

Ambas demostraron sentir pena por ella, le palmearon la espalda y negaron con la cabeza intentando darle ánimos. Pero sus palabras vacías y sin verdaderas emociones de empatía le introdujeron a Hinata un peor humor del esperado.

¿Y ellas qué saben?​

Yamanaka Ino jamás había sufrido un rechazo sentimental en su vida, desde la escuela primaria fue una jovencita con pretendientes que salían hasta por debajo de la tierra, y aún con varios rechazos en su haber, de ella hacia chicos desde atractivos hasta poco agraciados, ella se atrevía a darle el típico discursito barato sobre: “Mereces a alguien que te valore, nena”.

No era novedad enterarse de que su actual novio, un chico cuyo nombre Hinata nunca recordaba, le era infiel, así como Ino le era infiel a él en el más profundo de los secretos. Y que ambos estaban en una relación poco saludable y bastante vulgar si le preguntaban a Hinata únicamente porque les gustaba guardar las apariencias, o simplemente estaban más mal de la cabeza de lo que la chica Hyūga intuía.

Por otro lado estaba Haruno Sakura…

“Ese idiota no te merece…”.​

¿Y ella qué sabía de merecer?

A pesar de ser amigas desde hace ya bastante tiempo, y a pesar de que Sakura desde hace un par de años sabía del amor que Hinata le profesaba a Naruto, ¿por qué seguía dando la pinta de estar coqueteando con él en frente de todo el mundo? Esos guiños, esas muecas de falsa indignación hacia un chiste del chico Uzumaki, esos golpes típicos de una niñata de telenovela que al final termina quedándose con el chico problemático; todo eso era tan vomitivo que Hinata se preguntaba cómo es que aún no le había dicho lo idiota que se veía haciéndose la interesante con Uzumaki Naruto… y Uchiha Sasuke.

Todo en ellas era tan cliché… y previsible…

—Hinata… ¿te sientes bien? —Preguntó Ino notando que Hinata empezó a temblar—, vamos chica, sé que encontrarás a alguien mejor; no desperdicies tu juventud con Naruto, él es un tonto.

¿Qué sabían ellas…?

Exacto. Nada.

—S-sí… entiendo —musitó Hinata dejando escapar un suspiro, uno que se confundió con un gemido de dolor.

—Pobre de ti —masculló Ino abrazándola cual madre sobreprotectora.

Sakura se les unió en el abrazo y Hinata sólo hizo lo que hacía mejor: se mantuvo ahí mientras su cabeza vagaba por otro lado.

¿Realmente había visto a Sakura coqueteando con Naruto o fue sólo su mente haciéndole una jugada rebuscada?

Y luego estaba Sasuke…

A quien por cierto, no había visto al llegar.

…​

Y Sasuke nunca llegó.

A penas irse el profesor en medio del toque de salida, Hinata levantó sus libros, vio a Sakura organizando a los alumnos que se quedarían a hacer limpieza en el aula y mirando de reojo a Naruto, se acarició los ojos para después salir del aula.

De nuevo estaban sonriéndose…

Naruto estaba haciendo chistes malos, Sakura fingiendo molestia sonreía por lo bajo, y Hinata nuevamente sentía que una mano le agarraba sus entrañas para apretarlas sin piedad.

Afuera de la escuela, al lado del letrero que ponía “Konoha High School”, Hinata apoyó la espalda, alzó el puño y lo estampó contra el muro. Algunos alumnos que salían la miraron apenas un segundo antes de seguir caminando. Las emociones que estaban revoloteando en Hinata no eran buenas y ella lo sabía bien.

Era como si…

—Hey… ya terminaron las clases, ¿no?

Hinata se separó del muro como si se hubiese quemado y miró enfrente con los ojos bien abiertos por la sorpresa.

—Sasuke-san…

—FIN DE CAPÍTULO—​

Disculpen por el capítulo tan corto, pero lamentablemente son así hasta el capítulo 4. :( Como dije, este es un fic pequeño (o así se concibió en un principio) y sin mucha narración. Espero de corazón que no les moleste.

En cuanto a qué papel va a tomar Sakura sólo quisiera clarar que no soy conocida por hacer bashing a los personajes y aunque ella no me agrade del todo tampoco la tomaré como una vil villana. Por otro lado, Sasuke, voy a intentar mantener su personalidad lo mejor que pueda. ;) Muchas gracias por sus comentarios y espero les haya gustado esta parte.

Saludos.

 

CAPÍTULO
II
FALSAS ESPERANZAS DE UN FRÍO CORAZÓN​

—Sasuke-san…

Frente a Hinata, con las manos adentro de los bolsillos y una pose despreocupada, Sasuke la miraba con un semblante nada usual en él. Verlo, y recordar lo que había pasado el día de ayer fue para ella un golpe a su corazón, el cual sin pedirle permiso comenzó a latir más rápido de lo usual.

Bom, bom; bom, bom… bom… bom…

—¿Y bien? ¿Dónde quieres hablar? —Dijo desviando la mirada por un segundo.

Si bien Hinata no podría jamás jactarse de conocer a Uchiha Sasuke, sabía que esas reacciones no eran típicas de él y eso era porque lo había visto rodeado de una gran infinidad de mujeres y nunca le notó tan inquieto. Sus ojos oscuros no la veían a ella, sus manos aún se mantenían adentro de los bolsillos del pantalón, su pecho subía y bajaba sin ritmo y quizás lo imaginaba, pero Hinata podría jurar que Sasuke estaba sudando. Y hoy no hacía demasiado calor.

—A… aquí e-está bien.

No tartamudees ahora.

Caminaron hasta encontrar una sombra adecuada enfrente de la escuela; un pequeño parque lleno de gente y comercios móviles de comida chatarra. Bajo el árbol había una banca de metal, el sólo pensar en sentarse ahí con esa minifalda que llevaba le hacía temblar anticipadamente. Pero lo resistió.

Dios, qué incómodo.

Se sentaron, miraron sin saber qué decir a su alrededor, y cuando Hinata creía que iban a quedarse ahí varados hasta el anochecer. Él habló primero.

—Sé que no debí haber frustrado tu confesión al do… digo… a Naruto —suspiró como si hablar le costase más que pelear contra los chicos de la escuela rival con la cual tenía malas relaciones, al igual que Naruto—. Pero… no pude evitarlo. Por un segundo guardé las esperanzas de él te rechazara…

Un pinchazo fue a dar al corazón de Hinata, aunque muy en el fondo, ella pensó que quizás él no haya estado tan equivocado y eso era porque nunca en su vida pensó que Naruto la trataba de forma diferente a las demás chicas; ni siquiera le había contado un chiste como a Ino y Sakura, nunca había bromeado o jugado con ella. Pero el escucharlo de alguien que no sabías que te notaba, era un tanto más doloroso que saberlo de antemano.

—Suena cruel, pero eso sentí —se acomodó en el respaldo de la banca, mirando las hojas verdes en el árbol y continúo—: sin embargo, apenas escuché a Sakura decir que había hablado con Naruto sobre ti, y el saber que él estaba pensando en ti como una buena chica, me hizo pensar que quizás… y sólo quizás… Naruto no dudaría en intentarlo.

Hinata no sabía qué decir. Por un lado su corazón se alimentó de una esperanza formada por sospechas (pero a final de cuentas eso era mejor que no tener nada) y por otro lado su estómago se revolvía emocionado por lo que escuchaba por la propia boca de Uchiha Sasuke. El chico al que se le había apodado (irónicamente y quizás, de forma injusta) el chico de hielo, el muchacho que de rara vez la miraba siquiera; era irreal que él estuviese diciéndole lo que Hinata estaba pensando que estaba diciéndole.

¿Él de verdad…?

¡Y es que Hinata no podría siquiera el pensar en creer que él sentía algo por ella, no era lógico si de rara vez cruzaban palabra! O quizás sí y era él quien se negaba a dar un paso… ¿y si no?

Pero es que ese beso… su primer beso…

Se aferró fuertemente a su falda con su maletín en brazos. Sus mejillas comenzaban a arder y su corazón ansiaba por salir y saltar alrededor del parque. No es que estuviese enamorada de Sasuke, pero es que tampoco estaba acostumbrada a lidiar situaciones como esas.

Es tan confuso…

—Actúe egoístamente porque no quería que él pensara en poder intentar algo contigo; no pude contenerme —rio con burla—, incluso pensé que tú no serías capaz de decírselo. Creí que te desmayarías o huirías… ¡pero no!

Hinata por poco saltó con ese grito, entonces lo vio mirándola por encima de su oscura melena. Se veía decepcionado, agitado, cansado y con un brillo irónico en sus ojos, le sonrió torcidamente.

—Practicabas, practicabas tu declaración una y otra vez. ¡Siempre Naruto, siempre él! —Se incorporó de golpe y se giró para encararla con el calor del momento que al parecer estaba sacándolo de quicio—. ¡¿Qué diablos viste en él?! ¡Dime qué hizo para ganar tu atención! Hinata…

Ella no se había dado cuenta de que estaba conteniendo la respiración hasta que él dejó de mirarla para observar el piso.

—¿Qué fue, Hinata? Explícamelo… porque no lo entiendo. —Se rio de nuevo, está vez con más ironía que burla, y después agregó finalmente—. Puedo entender los negocios de la compañía de mi familia pero no puedo comprender los motivos que te hacen amar a Naruto de la forma en la que lo haces. Eres fiel a él y no entiendo el por qué si él… no lo entiendo…

Díselo… quiere saberlo…

Con el corazón en el puño, Hinata tragó saliva (la poca que tenía) e inhaló aire para darse valor.

—¡Y-yo! —Guardó silencio por un segundo y lo intentó de nuevo—. Ho-honestamente… Naruto-kun para mí… es muy especial porque… porque creo que… ¡Sakura-san dice, que para enamorarse no necesitas razones! —Se aferró más al maletín y finalizó con—: Y yo no creo ne-necesitas razones para amar a Naruto-kun…

Eso fue patético…

Vio a Sasuke alzar un poco la cabeza.

—¿Sakura? ¿Hablas de Haruno Sakura?
—S-sí…
—Ella no sabe nada del amor —soltó de pronto; algo en su voz le dio escalofríos a Hinata. Como si una bestia gruñese adentro de una jaula—. Y si te dijo eso… no es menos hipócrita de lo que pensaba.

¿Pero qué?

—¿Pero de qu-qué e-estás…?
—¡Sasuke-kun!

Sin que Sasuke o la propia Hinata lo viesen venir, Sakura se abalanzó sobre el cuello de Sasuke atrapándolo por la espalda. Éste no dijo nada pero Hinata lo vio tensarse apenas la oyó.

—No sabía que estaban aquí, apenas salimos de limpiar e Ino-cerda se escapó con Sai… ya luego arreglaré cuentas con ella. Ahora, ¿qué hacen aquí los dos solos?
«¿Solos?» Hinata miró de lado a lado y era cierto, algunos vendedores aún permanecían ahí pero no había gente alrededor, ni mujeres pasando con las compras ni niños jugando en el parque. Estaban Sasuke, Hinata, Sakura y…

Un suspiro se escapó de la boca de Hinata.

—Naruto-kun.
—¡Ah, Sasuke-teme! ¡Suelta a Sakura-chan ahora mismo! —Exclamó apuntándolo con el dedo.

Sasuke se levantó quitándose los brazos de la chica Haruno aún ante el reclamo de ésta a Naruto.

—¡Cierra el pico, idiota! ¿No ves que Sasuke-kun y yo estábamos a punto de hablar un poco? —Puso las manos en su cadera enfrentando al rubio.
—Pero Sakura-chan.
—Ehm… me-me retiro —Hinata se levantó acomodándose la falda.
—Hinata, perdona no te había visto —dijo Naruto riendo, poniendo una mano atrás de su nuca y mostrándose avergonzado.

Auch…

—N-no importa, ya me iba.
—También me voy.
—¡Espera Sasuke-kun!
—¡Un minuto, teme! ¡No creas que no me di cuenta del por qué faltaste a clases! ¡Incluso tuve problemas por tu culpa!
—Cállate.
—¡Ah no! ¡Ahora me escuchas! Mañana mismo el entrenador quiere verte para charlar sobre tu castigo.
—¿Castigo? —Susurró Hinata, pero evidentemente su voz quedó opacada por el grito de Sakura.
—¡Eres un mentiroso! ¡Sasuke-kun nunca es castigado a menos de que tú estés involucrado! ¡Sasuke-kun…!
—Le rompió la nariz en dos partes a Amano Jun.

El silencio se hizo presente por un par de segundos.

—¿Qué?
—Lo que escuchaste, Sakura-chan; Sasuke-teme quiso lucirse y el idiota terminó rompiéndole la nariz a un recién llegado. El entrenador estaba colérico cuando llegamos, y me pidió decirle a Sasuke que se presentase mañana con Itachi o sus padres, ambos —remarcó lo último—. ¡Y lo peor fue que tuve que ser yo quien aguantase su malhumor! ¡El infeliz me hizo correr durante casi una hora sin derecho a descanso! ¡Me duelen las rodillas! Y no es porque no aguante el entrenamiento pero después de eso me hizo hacer cien abdominales y sesenta sentadillas. Estoy muerto, y todo por culpa de este presumido.

Sakura miraba a Sasuke sorprendida. Por no decir indignada.

—Sasuke-kun, ¿es cierto lo que dice Naruto? ¿No lo es, verdad? —Sasuke mantenía sus ojos únicamente en Naruto, quien parecía inmune a su mirada afilada—. ¿Sasuke-kun?
—Iré mañana con Itachi. En vez de quejarte de la fuerza de los demás, ¿no crees que deberías entrenar la tuya? —Sonrió arrogante.
—Soy más fuerte que tú y lo sabes.
—O quizás la fama ya se te subió a la cabeza. No deberías subestimarme.
—No, tú no deberías sobrestimarte, considerando que has faltado varias veces al entrenamiento.
—Lo que se sabe de memoria es inútil seguir practicándolo. La mediocridad se genera por el deseo de permanecer estancado en lo que sabes. Tú deberías conocer eso muy bien.
—Teme… —gruñó.
—¡Basta ya! ¡Naruto! —Exclamó Sakura poniéndose entre ambos.

El rubio giró su cabeza.

—Sasuke-kun… creo que estuvo mal que hirieses a ese pobre chico, no era necesario romperle…
—Las artes marciales son así —la cortó Sasuke—, ¿o es que acaso eres de esos típicos idiotas que creen que el saber pelear es cómo preparar el maldito té con muñecas? Las artes marciales son para el entrenamiento físico y mental, y si el idiota de la nariz rota no lo ha entendido desde ya, me aseguraré de romperle alguna otra cosa para que pueda comenzar a comprenderlo. Además, ¿cómo te atreves? Dime, ¿cómo diablos te atreves a pararte frente a mí para poder hablarme de lo que está bien o lo que está mal, eh, Sakura?
—Sasuke —masculló Naruto.

Iracundo, Sasuke dio media vuelta y empezó a caminar.

—¡Mas te vale venir mañana, imbécil! —Le gritó Naruto. Sakura no dijo nada mientras se sentaba en la banca, soltando un suspiro—. ¿Estás bien, Sakura-chan? —Naruto se sentó junto a ella.
—No.
—¿Cuándo me dirás lo que pasó, eh?

Y como una hoja a merced del viento, Hinata también se fue de ahí sin siquiera intentar despedirse. No después de ver cómo Naruto pasaba un brazo por los hombros de Sakura, quien lloraba sin responder a la última pregunta del rubio.

¿Qué había pasado?

Hinata pudo ver los ojos de Sasuke: ira, descontrol, dolor.

Esas cosas no se adquirían por nada y era más que claro que Sasuke y Sakura tenían una historia bien guardada; y si Naruto tampoco no lo sabía, eso quería decir que era un problema pesado. Mucho.

»Ella no sabe nada del amor.

Había algo…

»Y si te dijo eso… no es menos hipócrita de lo que pensaba.

Oculto en esas palabras.

Y el pensar en siquiera en descubrirlo, le hacía a Hinata un hueco en no sólo su estómago, sino en todo el torso.

—FIN DE CAPÍTULO—​

Wow, estoy asombrada por el recibimiento que ha tenido este fanfic. Sinceramente estoy muy feliz porque se me haya recibido tan calurosamente; intento editar los capítulos lo mejor que puedo para su comodidad, y aunque sé que me falta mucho para poder usar a Sasuke y Hinata como pareja, haré mi esfuerzo.

Quise dejarle a Hinata su personalidad, pero también intentar crear una base más humana en ella, ni blanco ni negro. Quisiera manejar tal cual la idea de no hacerla exageradamente tímida, no sé, pero no me gusta cuando se abusa de eso. Espero no irme para el otro extremo XD.

¡Muchísimas gracias por todos sus comentarios, en serio son bien recibidos y ojalá que les haya gustado este! Como dije, los capítulos son cortos hasta el cuarto capítulo, espero no aburrirlos mientras tanto jajaja.

¡Saludos y besos a todos(as)!

 

CAPÍTULO
III
PENSAMIENTOS QUE HIELAN LA MENTE​

Hinata despertó, tomó una ducha, desayunó algo ligero y posteriormente se marchó al instituto caminando. Lidiar con la noche anterior fue difícil porque no pudo conciliar el sueño después de lo que había presenciado en el parque. Incluso por la un poco más de la madrugada, Hinata tenía la leve esperanza de que Sasuke le mandase algún mensaje de texto pidiéndole reunirse con él de nuevo, pero dicho mensaje nunca llegó.

Ni ese ni ningún otro por parte del chico.

Ella estuvo varias veces mirando el celular hasta que sus ojos se rindieron y se quedó dormida con el celular en la cara. Ahora se tallaba los ojos, intentando no bostezar y se adentró a la escuela; como siempre fue una de las primeras en llegar y en sentarse en su sitio. Lo que no sabía era que su suerte no iba ser mejor que la de ayer.

De eso se pudo percatar cuando una sombra la cubrió.

—Hinata.
—¿Naruto-kun? —Hinata alzó la mirada encontrándose con el rubio.

Alto, firme y con una mirada seria, poco usual en él, Hinata trató de ignorar el golpeteó de su corazón adentro de su pecho.

Por otro lado era extremadamente curioso verlo llegar tan temprano en estos días. Uzumaki Naruto era experto en llegar tarde y tener la suerte de no encontrar al profesor en turno para ser castigado por ello.

Ah… sí, y también por pasar de largo cuando se trataba de Hyūga Hinata sin ningún problema.

—¿Podemos hablar después de clases? —Preguntó él con ese tono serio que a ella la ponía tan nerviosa.
—Eh… sí… sí, claro…
—Bien, porque quisiera saber algunas cosas.
—¿Eh?
—¡El apocalipsis se avecina, señores! ¡Corran por sus vidas y pasen con sus familias las pocas horas que nos quedan! —Exclamó Yamanaka Ino al fondo, llegando con un estilo cool y riendo como toda una chica fiestera.

Siempre vivaz y hermosa. Ino sonrió con burla al ver a Naruto.

—Cierra la boca, Ino. Llegué temprano eso no quiere decir que se avecina el apocalipsis —refunfuñó Naruto recibiendo una sonora carcajada por parte de Ino quien alzó los ojos demostrándole no creerle ni una sola palabra.
—Eso dices tú; buenos días, Hinata.
—Buenos días, Ino-san.
—¿Cómo que Ino-san? —Ino se quejó—. Hinata, somos amigas, ¿cuántas veces he de decirte que las formalidades únicamente cuando estemos frente a los aburridos de nuestros padres, eh? —Tomó asiento atrás de Hinata, sonriéndole.
—Alguien se levantó de buen humor —se burló Naruto, dispuesto a pelear con Ino.

¿Ven? Para el chico era completamente fácil ignorar la presencia de Hinata, en un segundo le pedía hablar después de clases y al siguiente ya estaba dándole la espalda para gritarse con otra persona.

—¿Y eso qué, zopenco? ¿Acaso no puedo?
—Claro, si es que tu cabello huele al jabón —dijo lo último con un tono tan burlón que Hinata no comprendió del todo la situación.

¿Qué tenía de malo que el cabello de una chica oliese así? Y al parecer no era la única con esa duda pues Ino frunció el ceño.

—Eso quiere decir que tomo un baño al despertar —respondió inevitablemente molesta—. Que tú ignores lo que es una bañera hasta después de siete días, no es mi problema.
—Te equivocas, me baño todos los días también, entrene o no. Pero aquí la diferencia es que el olor de ese jabón que llevas suele ser muy común en los moteles —sonrió burlándose, se llevó una mano a la cara como si necesitase cubrirse la nariz y agregó—: Deberías tener cuidado, la gente podría malpensar.

Y mientras Naruto se marchaba riéndose creyendo suya la victoria, Ino le gritaba agitando su mano.

—¡EL ÚNICO CON LA MENTE LO SUFICIENTEMENTE SUCIA Y RETORCIDA PARA HACERSE ESAS IDEAS ESTÚPIDAS ERES TÚ, DEGENERADO! —El fino rostro pálido de Ino lucía rojo. Aunque uno no podría decir si era por la ira o la vergüenza.

Era curioso ver cómo las peleas entre ambos rubios habían estado subiendo de nivel desde que salieron de secundaria. A Hinata aún se le hacían raros algunos comentarios que Naruto hacía, y cuando les preguntaba a Sakura o Ino estas le reprendían por ser tan inocente a estas alturas de su vida.

—Ino-san…
—¡Qué dijiste!
—Na-dana… no, quise decir… na-nada, I-Ino…

Luego de una pequeña charla donde Ino se la pasó hablándole a Hinata sobre algunos lugares que podrían visitar durante las vacaciones de verano (suponiendo que el padre de Hinata le permita salir) ambas chicas decidieron alista sus cosas para iniciar las clases.

Poco después ingresaron los demás alumnos, Sakura llegó 3 minutos antes de que lo hiciera el profesor en turno. Durante gran parte del tiempo Hinata vio a Sakura y Naruto hablar amenamente, Ino se había levantado de su sitio y se había tomado su tiempo para hacerle burla a la chica Haruno por haber llegado más tarde que Naruto.

»¿Llegaste temprano? —Le preguntó Sakura a Naruto.
»Je, je, je sí… no es la gran cosa —respondió este nervioso, sonriendo y tallándose la nuca.

Hinata achicó su mirada sobre ambos, sintiendo cómo un gran Alien malévolo quería salir de su estómago.

«No es la gran cosa» Hinata remedó la voz de Naruto adentro de su mente, apretó el de sus libros entre las manos, pensando (molesta) en lo ridículos que se veían. Segundos después se reprendió por ello.

Pero por muy irritante que fuese la emoción que la presencia de Naruto y Sakura (ambos felices) le causase, lo que a Hinata la traía un poco más preocupada era que el profesor ya había entrado al aula, la campana ya había dejado de tocar y Sasuke aún no aparecía.

El recuerdo del joven moreno la puso a temblar. Porque no comprendía en lo absoluto al chico. Misterioso y con un aura elegantemente oscura, Hinata se sentía incapaz de leer siquiera sus ojos, los cuales en la mayor parte del tiempo lucían enojados. Como si algo lo molestase de tiempo completo.

Su pequeño lapsus de timidez y temblor aumentó al doble cuando Naruto le mandó una mirada de reojo antes de sentarse atrás de Sakura luego de ser reprendido por el profesor por no callarse.

Al poco tiempo se dio cuenta de que él a veces la miraba por encima del hombro desde su asiento. Y Hinata se sentía atrapada cada vez que lo descubría.

Después de que el profesor notificase las asistencias, empezó el trabajo. Y durante todo ese tiempo Hinata no pudo evitar mirar de soslayo a Naruto quien luego de haberse aburrido mirándola, estaba picando a modo de juego la espalda de Sakura con el lápiz.

Esos dos se veían más alegres que de costumbre. Sakura por su parte reía quedamente pidiéndole al chico que parase.

Hubo un tiempo en el que si Naruto jugaba así con ella, la chica Haruno le hubiera gritado que era un pesado y terminaría golpeándole la cabeza. Ahora Hinata no comprendía nada de lo que estaba pasando.

Inconsciente de sus actos, la joven apretó su propio lápiz con fuerza, y con un nudo grande formándose en su estómago terminó el ejercicio asignado antes de tiempo y lo entregó al profesor.

—Bien hecho, Hyūga. No esperaba menos de ti —dijo severo.

Había que admitir que si bien esos halagos la hacían sonrojar, también la llenaban de confianza. Porque no importaba si no recibía esos cumplidos por parte de su padre; lo que a Hinata le hacía sentir bien era saber que no todos pensaban como el viejo Hiashi. Sí, porque hasta ella lo llamaba así cuando no lo tenía enfrente.

Aunque el 99% de la gente a su alrededor pensase que era una perita en dulce todo el tiempo la realidad era que hasta una chica tan tierna como Hinata también era capaz de sentir emociones negativas aunque no lo desease, como cualquier otro ser humano sus emociones a veces tomaban caminos distintos y no la dejaban funcionar como el robot bien educado que su padre esperaba que fuese.

Era espantoso tener que ocultar sus sentimientos. Desde la tristeza hasta el enojo, el fastidio y el aburrimiento, o el desánimo y la felicidad. Su padre había hecho un buen trabajo educándola como una chica elegante de sociedad que al final podría terminar siendo una abogada o una doctora, pero en estos minutos Hinata se sentía como un saco de papas vacío. Sucio e ignorado.

Cuando la campana tocó para el anuncio de la hora del almuerzo, el celular de Hinata sonó justamente antes de que Ino le preguntase si iba a comer en la cafetería junto con ella, Sakura y Naruto.

—E-en un momento voy —dijo acomodando sus cosas en su maletín. Al terminar revisó el teléfono cuando todos los alumnos ya se habían marchado.

Era un mensaje de texto:

Ve al gimnasio, ahora.
—Sasuke.

Hinata no tardó en mandar una respuesta al número que ya tenía entre sus contactos. Su corazón latía nervioso por la demanda.

¿Por qué ahí?
—Hinata.

Ansiosa, se quedó esperando por un par de minutos una respuesta, luego fue hasta su casillero para dejar algunos libros y aligerar el peso de su maletín, esperó un poco más, recargada en la puerta de su casillero.

Al final terminó resignada a que quizás Sasuke no iba a darle respuesta alguna.

Hasta llegó a pensar que lo había molestado.

Sintiendo algo más que hambre adentro de su estómago, Hinata fue con pasos indecisos a la cafetería, necesitaba comer algo y no estaba en sus planes regresar a clases sin haber probado nada delicioso antes. Al llegar entre tanta gente reunida, Hinata trató de ubicar a los 3 jóvenes que (se supone) estarían esperándola en una de las mesas.

No fue difícil para Hinata hallarlos ya que los 3 se veían bien, riendo entre ellos y sin mostrarse preocupados por su ausencia. Con un hueco en el estómago, y no precisamente por la comida, Hinata fue a formarse para pedir su almuerzo. Para cuando iba ya a ser su turno escuchó un pequeño alboroto.

—¡Hey, fórmate!
—¡No te metas en la fila!

Tratando de no parecer muy entrometida, echó una miradita atrás cuando…

—Insolente —dijo Sasuke cruzado de brazos formado justamente atrás de ella.
—¿Sa-Sasuke-san?

Sin pedirle opinión Sasuke la tomó de la mano y la arrastró afuera de la cafetería; fue sólo por un segundo pero pudo alcanzar a ver a Naruto mirándolos salir.

—¡Es-espera! ¡Sasuke-san!

No se detuvo por más que Hinata trató de soltarse; algunos alumnos los veían antes de regresar a sus asuntos, otros los seguían con los ojos hasta donde tuviesen que doblar una esquina. Y de ese modo fue que Sasuke terminó por llevándola al gimnasio.

—¡Ya basta, me lastimas! ¡Sasuke-san!

Entonces la soltó. La pobre Hinata estuvo a punto de resbalar y caer pero aun así no le gritó como se merecía por su trato violento.

—Eso fue muy brusco…
—¿Eso crees? —Sasuke le daba la espalda, sostenía las puertas del gimnasio con fuerza y con los hombros tensos.

Hinata quiso gritarle más por su descortesía, por su brusquedad al llevarla así y además por su irresponsabilidad al jalarla de ese modo tan comprometedor (cual novio celoso y posesivo) enfrente de todo el mundo, pero esa timidez suya que ella tanto detestaba se lo impidió; no pudo abrir la boca, simplemente se quedó ahí viendo a Sasuke respirar agitadamente igual que ella.

—Acaba de terminar la reunión con Itachi…

¡Cierto!

Se supone que hoy, Itachi (el hermano mayor de Sasuke) y el entrenador iban a reunirse para arreglar el problema que había tenido el menor de los Uchiha con el tal Jun.

—Ehm… s-sí… —Sasuke la miró inquisitivamente.
—¿No preguntas por qué?
—¿Q-quieres que lo haga? —Devolvió ella la pregunta de inmediato.

Sasuke pareció meditarlo antes de que su rostro formase una mueca graciosa, pero desconocida para Hinata y por lo tanto, un poco extraña.

—¡No! —Respondió con acentuando la mueca—. Odio a las entrometidas —masculló al final torciendo la boca.
—De a-acuerdo. E-en-entonces no preguntaré —Sasuke volvió a mirarla pero esta vez con seriedad; como si algo lo hubiese irritado.
—De todos modos te lo voy a decir —declaró cruzándose de brazos.

Hinata no supo qué decir.

Vio a Sasuke sentarse en el piso lustroso del gimnasio junto a la mochila que este llevaba ese día… es verdad, ni Sasuke ni Naruto usaban maletines como el resto de los alumnos; ambos usaban mochilas negras pero cada uno mantenía la suya en estados diferentes. Mientras Naruto usaba la suya, vieja, sucia y con un llavero de flor de cerezo, Sasuke la mantenía limpia, en buen estado y aunque vieja, permanecía con sin distintivo alguno como el de su mejor amigo.

Pensó en el llavero de la flor… hace mucho que Hinata le había dejado de tomar importancia.

»Ne, Sakura. ¿Eso que cuelga en la mochila de Naruto no es tu llavero?
»Sí es ese, lo que pasa es que se avecina su cumpleaños y cuando le pregunté qué era lo que quería me pidió el llavero.
»¿Y por qué se lo diste? —Quiso saber Ino mientras Hinata se mantenía al margen de la conversación.
»Porque era eso o un beso. Y tuve que elegir.

Hinata escuchó las risas en su cabeza; ese día Sakura le dijo que el llavero sólo simbolizaba la amistad que sostenía con Naruto desde hace años y que no le prestase mucha atención puesto que sólo era una baratija.

Una baratija sus…

—¿En qué piensas?
—¿Eh?
—Te perdiste por un minuto entero. —Sasuke abrió la mochila y sacó dos bolsas, una se la lanzó a Hinata—. Anda, come.

Ella lo vio desenvolver un sándwich con cuidado, para cuando Hinata abrió lo que Sasuke le regaló vio que era otro sándwich igual de bien envuelto.

—Siéntate —no dijo nada más y empezó a comer sin ella.

Aún desconcertada, Hinata tomó asiento al lado de Sasuke, un poco lejos de él para no hacer esto más incómodo para ella. Comió sintiendo mucha pena por comer del almuerzo de un chico que no era su novio… pero a final de cuentas, un chico que la había besado, sin darle todas explicaciones por las que sentía que se moría.

Su boca se entretuvo masticando mientras escuchaba a Sasuke rebuscar en su mochila, y a su corazón latir fuertemente.

—Ten, bebe —le tendió un jugo de naranja con un popote flexible.
—Gra-gracias…

Ambos terminaron en silencio, Sasuke metió la basura en la bolsa de su sándwich (la cual refundió sin cuidado adentro de su mochila) y esperó a que ella terminase lo suyo para poder continuar con la plática.

Hinata se quedó sólo con el jugo, el cual le costaba terminar.

—Itachi me dijo que debería cambiar de instituto.

Ella lo miró sorprendida, al girar su cabeza hacia Sasuke vio que él también la miraba a ella con ese gesto tan serio que le hizo pensar si el que su corazón latiese debería preocuparle o no.

Sasuke desvió la mirada.

—Pero falta sólo un año para la graduación así que le dije que no. No quiero empezar de nuevo después de todo lo que he pasado aquí, ¿y para qué? Para salir de ese nuevo instituto un año después —suspiró—. Itachi se molestó un poco pero, ¿qué le vamos a hacer?
—Ya veo…

Hubo otra pausa casi incómoda para Hinata, que Sasuke rompió sin ninguna dificultad.

—Hinata, ¿puedo ser honesto contigo?

Esa pregunta la desconcertó. ¿Honesto? ¿Acaso normalmente no lo era? ¿O acaso era una pregunta retórica?, Hinata tragó saliva antes de responder.

—S-sí…
—Estoy pensando seriamente en convertirme en un asesino.

…​

La campana al término de la hora del almuerzo sonó. Los alumnos ingresaron al aula y mientras Ino y Sakura platicaban sobre qué hacer este fin de semana, Naruto miraba por el pasillo hasta que notó a Hinata atrás de Sasuke, quien con su mochila en el hombro caminaba despreocupado.

—Teme… —lo llamó pero el chico pasó de largo. Hinata con la cabeza baja intentó escapársele pero Naruto la retuvo del codo—. No te vayas a ir después de clases —le dijo soltándola.

Ino y Sakura seguían en su charla sin haberse percatado de ambos; sorprendido, Naruto vio cómo Sasuke escribía en su celular y poco después Hinata miraba el suyo, escribía y Sasuke miró volvía a mirar s u celular y volvía a escribir. Hinata repitió sus acciones con un semblante más nervioso de lo usual pero por otro lado Sasuke se veía muy normal como si no estuviese haciendo nada extraño.

¿Qué diablos?

…​

—Bien eso es todo por hoy, que tengan un buen día.
—Gracias, sensei —respondieron todos al unísono.

Hinata se sentó acomodando sus cosas en el maletín. Pensaba en los mensajes que se guardaban en los celulares de ambos:

¿Qué quería Naruto de ti?
—Sasuke.

•

No lo sé.
Dice que quiere hablar conmigo.
—Hinata.

•

¿De qué?
—Sasuke.

•

No lo sé.
—Hinata.

•

¿Y tú quieres hablar con él?
—Sasuke.​

Después de eso el profesor en turno llegó y los interrumpió; poco después entro el otro profesor y definitivamente ya no pudieron hablar más. Pero ahora, mientras recogía sus cosas, Hinata se percató de que Naruto estaba a un lado suyo con los brazos cruzados.

—Ven.

Indecisa e intimidada por la presencia del rubio, Hinata abrió la boca sin saber exactamente qué decir pero antes de que pudiese ocurrírsele algo más o menos bueno, alguien más habló por ella.

—Lo siento dobe, pero Hinata viene conmigo —dijo Sasuke al otro lado de Hinata.

Si antes Hinata no se había percatado que Naruto y Sasuke (ambos mucho más altos que ella) medían casi lo mismo, ahora podía verlo claramente ya que ambos estaban cara contra cara. Y ninguno lucía precisamente feliz.

—Fin de Capítulo—​

Jajaja no sé ustedes pero yo por un segundo me imaginé a Sasuke y Naruto peleando en una piscina de barro jajaja.

Disculpen, pero a veces mi imaginación es un tanto boba. En fin. Espero puedan disculparme también por los capítulos tan cortos, pero como dije eso es temporal. Sinceramente no soy de hacer capítulos muy largos pero seguiré esforzándome para traerles calidad en este fic.

El pasado de Sasuke con Sakura se aproxima lentamente, para desgracia de nuestro querido "princeso vengador" en este universo no tiene excusas para volverse loco y hacer tonterías variadas. Además estoy seguro que charlar con Hinata le hace bien (claro si aquello fue hablar jajaja).

Veo que ellos dos no son de muchas palabras, y hacerlos hablar con toda confianza como si hubiesen sido amigos de toda la vida, y más luego de todo lo que ha pasado, creí que sería un poco extremista entonces iremos poco a poco. ¿Les parece bien? No quisiera forzarlos a nada.

¡Por cierto! La pregunta del día: ¿Qué creen que pase en el siguiente capítulo?

¡Hagan sus apuestas!

¡INFINITAS GRACIAS POR SUS REVIEWS Y SU APOYO! ¡LO APRECIO MUCHÍSIMO!

¡Volveré... con otro episodio! :MUAJAJAJAJ:​