Fantasía El Hijo del Primer Sabio

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por joseleg, 11 Febrero 2018.

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    joseleg

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    El Hijo del Primer Sabio
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    En esta historia voy a tratar de mezclar elementos narutescos mezclados en un mundo parecido al nuestro. La historia tratará de Dio, el hijo del gran Sabio Tales, el único mortal que ha logrado pasar los límites físicos a los cuales fueron atados los hombres, regresando con la habilidad de dominar uno de los principios fundamentales, el agua y la manipulación de los cuerpos líquidos.

    Varios años antes del inicio de la historia Tales empleó sus poderes para mejorar su ciudad y enseñar a las personas comunes y corrientes que no era necesario adorar a los dioses, los hombres debían y podían responder por si mismos, sin embargo solo le enseñó a su hijo único la manera para poder ejecutar las proezas a las cuales la plebe llamaba hechicería y el llamaba simplemente como habilidades metafísicas.
     
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    joseleg

    joseleg Usuario común

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    La caída de Mileto

    Hay de ti Mileto que has escuchado las dulces palabras de aquel que no respeta a los dioses, tus pérfidas prácticas han llegado a los oídos del gran Rey, y por designio del único Ahura Mazda han sido encontrada culpable del mas alto crimen al interior de los cuatro confines de la Tierra, tu ateismo no será perdonado, desde el momento en que expulsaste a todos tus sacerdotes, y aboliste todo el respeto a los dioses, por tu pecado de hubris habrás de ser castigada.



    “¡¿Que sentido tiene tu rebelión contra los dioses si morimos aquí? ¡padre!”

    Eran las palabras de un joven muchacho de piel aceitunada que se encontraba de frente a un hombre viejo de barba cana, ambos se encontraban en un gimnasio privado, una construcción de estilo yauna diseñada para el mejoramiento de la condición física.

    “El Principio Metafísico no fue creado como un arma, sino como un medio para entender el mundo, esas fueron las primeras palabras con las que te introduje a la filosofía hijo mio, nosotros amamos el conocimiento por el conocimiento mismo, emplear la Metafísica como un arma de guerra la corrompería”

    “Los persas se encuentran a las puertas de la ciudad ¡padre! Si no ayudamos todos ¡moriremos de todas formas!”

    Dicho esto, el muchacho tomó una espada de bronce corta y se marchó.

    El viejo se levantó taciturnamente, mientras que su larga toga se extendía hasta sus pies.

    “No somos dioses”



    “Dio, al fin ¿tu padre se unirá a nuestra lucha?”

    Quien preguntaba era un guerrero de la ciudad, era llamado Duris el de brazos fuertes, quien estaba encargado del reclutamiento.

    “Mi padre no luchará”

    Contestó Dio, pero luego se señaló a si mismo.

    “Pero yo también poseo el conocimiento de la Metafísica”

    Al decir esto, todos los miembros de la leva de la ciudad reunidos en la plaza se empezaron a pasar la voz, algunos con alegría, otros ignorantes de la fama del padre de Dio se preguntaban ¿cual era la importancia?



    “El padre del señor Dio” comenzó hablando uno de los soldados de infantería pesada “hoplita” que organizaba a las levas de grajeros que habitaban fuera de las murallas “es el gran sabio de Mileto, el señor Tales”

    “El hechicero” dijo uno.

    “La encarnación del dios del agua” decían otros.

    El hoplita le dio risa ante aquellas expresiones “El señor Tales encontraría esas expresiones ofensivas, el siempre dice que lo suyo es la Metafísica, el control del mundo físico a partir de principios fundamentales que se encuentran por debajo de ella, pero que no necesitan ser pedidos a ningún dios, pero si, en términos prácticos a eso, todos nosotros lo llamamos magia”.

    “Son solo patrañas” repuso Antio, un joven soldado de leva, al cual se le había dado unicamente un escudo de bronce, una lanza y una daga, aunque para su desagrado fue asignado a la unidad de Dio, justo en frente de la muralla donde las inmensas torres de asedio se acercaban, se trataba de la peor posición posible, pero ante aquella imagen, casi todas las posiciones defensivas de las murallas estaban mal, el ejército del gran rey se extendía como una marea de mil naciones, un hormiguero bullente que había levantado mas de una docena de torres de asedio.

    En ese momento irrumpieron portadores con unas grandes ánforas con aceite inflamable, las posicionaron en todo el frente del muro, donde se suponía que debían ubicarse la primera fila de defensores. Los arqueros de las torres ya estaban cerca de estar al alcance, pero Dio no dio la orden de formar el muro de escudos.

    “¡No teman!”

    Esas fueron las únicas palabras de Dio para sus compañeros, justo antes de que los primeros dardos arremetieran, luego, realizó una serie de pases con sus manos, como si estuviera realizando unos encantamientos, mientras decía.

    “Arte metafísico, principio líquido de manipulación, espejo de agua”

    De pronto la humedad contenida en el aire se condensó formando un enorme espejo de agua, que aunque fue atravesado por las flechas, su dirección e ímpetu si fue alterado, la mayoría de los dardos terminó por impactar con los muros.

    “Arte metafísico, principio líquido de manipulación, columnas de líquido”

    Dicho esto, el aceite contenido en las ánforas exploto y se elevó formando unas columnas de aceite.

    “Enciéndanlas”

    dijo Dio mientras sus pupilas se tonaban de un intenso color azulado, y las venas y arterias cercanas a su piel manaban cierto resplandor, que se notaba no era para nada placentero. Los arqueros encendieron sus flechas con algunas antorchas colocadas estratégicamente y después arrojanron sus dardos contra cada una de las columnas, las cuales se encendieron.

    Dio entonces levantó la mano, mientras la altura de las columnas de fuego se elevaba mas y mas, hasta que cada una cayó, nueve de las torres de asedio recibió el impacto del aceite en llamas, pero otras no fueron impactadas de lleno, el aceite llovió desde el cielo quemando a los portadores, que aunque estaban protegidos con sus escudos terminaron quemados horrendamente. El ataque del ejército Persa había sido detenido de plano, o eso era lo que pensaban los defensores, cuando vieron como cientos de miles de hombres salían de la masa principal con poco mas que torres, los arqueros en las murallas se apresuraron a hacer su mejor esfuerzo, pero a pesar de que cada uno de ellos pudiera matar a 30 o 40 hombres, aun cuando cada roca o ladrilló le partiera la cabeza a un atacante, aun cuando cada defensor en el muro pudiera matar a su ves a 40 atacantes antes de caer exhausto, aun así nunca podrían con aquel numero.

    Dio por su parte no pudo percatarse de tan pavorosa situación, pues estaba en el cuelo semi-inconciente, su cabeza daba vueltas por haberse esforzado demasiado. En ese momento llegó Duris.

    “¿Donde está Antio al que llaman el pastor?”

    “Aquí estoy señor”

    “¿El señor Dio está bien?”

    “Si señor” contestó el soldado “lo hemos llevado al interior de una de las torres, y la mitad de nuestra unidad lo resguarda, “¡fue increible lo que hizo!”

    “Lo sé” contestó Duris “pero ahora ni los dioses salvarán nuestra ciudad, sin embargo ahora hay esperanza, con la caída de las torres el gran rey debió despejar el asedio en la puerta sur, la caballería del rey ya está lista para salir, pero necesitaremos de mas personas para romper el cerco, así que toda tu unidad, así como las demás levas de campesinos han sido elegidas, lleven al rey al puerto mas allá del rio, y una vez echo eso, desechen sus armas y retírense a sus montañas, una vez que el gran rey tome el control de Mileto, ustedes no serán lastimados.

    “¿Y que será del señor Dio?”

    “El rey ha ordenado que tanto el señor Tales como su hijo viajen con el a las ciudades occidentales, pero el señor Tales se ha negado, ha dicho que ha visto el futuro de su arte convertido en un arma de guerra, así que prefiere morir y ver al joven Dio morir con la ciudad”

    “Pero señor”

    “Lo se” repuso Duris “lleva al señor Dio con el rey, estoy seguro que cuando el rey le diga lo sucedido entenderá que hicimos todo lo posible, ahora ve Antio, protege al señor Duris como si fuera una de tus ovejas.

    Antio asintió y dio ordenes para que su unidad abandonara la defensa de la muralla, se retiraron poco antes de que las primeras oleadas de persas, medos, armenios y sirios arremeter con todo lo que tenían.
     
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  3.  
    Dark RS

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    Saludos.

    Primero, me parece que pudiste hacer la aclaración en el mismo post que el primer capítulo, antes de comenzarlo, así no contarían como dos capítulos.
    Continuando, ten un poco de cuidado cuando usas las comas. Además, la siguiente oración me molestó por como está escrita; “Los persas se encuentran a las puertas de la ciudad ¡padre! Si no ayudamos todos ¡moriremos de todas formas!”, no sé por qué pusiste solo esas partes entre signos de exclamación, me parece que todo debería estar incluido, o será que así habla el protagonista. Por cierto, sé cuando viene del verbo saber lleva tilde; "Lo sé". A parte de esos puntos, diría que le prestas mucha atención a lo que escribes y que lo revisas antes de publicarlo.

    En lo que se refiere a la historia, comienza en un punto crítico para el protagonista, y toda su ciudad. Un ataque de esa índole posiblemente deje grandes pérdidas que hará que Dio se cuestione el camino a seguir, o busque venganza, aunque me adelanto a los hechos, es pronto para saberlo. Las habilidades metafísicas parecen dejar secuelas al momento de ser utilizadas, lo que lo hace algo distinto a Avatar (el del último maestro aire, no el otro con los na'vi).

    Pronto para decir que dirección tomará la historia, o que personajes serán constantes. Solo falta esperar a ver que sigue.

    Continúa escribiendo.
     
  4.  
    Cygnus

    Cygnus Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    No estoy versado en Naruto, así que confío que todos los elementos que retomes de ese universo los expliques en su debido momento.

    La premisa es muy interesante y el mundo en donde enfocas tu historia también lo es. Héroes que controlen algún elemento natural en todas sus manifestaciones ya lo hemos visto bastante en otros lados, pero haberte inspirado en Tales de Mileto, el filósofo del agua, me pareció muy atrapante y divertido. Me gustaría ver que él también participe en las luchas contra los enemigos, pero viendo su perspectiva, de que su Metafísica se está convirtiendo en un arma de guerra, quizá sea improbable.
    Ahora mismo lo que quisiera sería conocer un poco más a Dio, porque si bien ya vi lo que es capaz de hacer (que es muy impresionante y todo), aún no veo la razón de apoyarlo como lector. No sé por qué tengo que estar de su lado. Entonces quisiera conocer su visión, entender la situación de Mileto en general, y sentirme parte de la historia más allá de narrar batallas épicas. Pero bueno, eso espero verlo en los siguientes capítulos.
    Sé que es un universo paralelo, pero como mencionas nombres y lugares reales, de pronto me incomodan algunos anacronismos que hay en la historia, desde el mismo Tales hablando de un término tan posterior como la Metafísica, pero eso debe ser cosa mía. Cuestión de acostumbrarme.

    Por lo pronto voy a quedarme leyendo. Me parece interesante, como dije, y creo que puede sacársele mucho jugo a esta idea. Resta ver qué será de Dio ahora y cómo seguirá participando en la guerra con su talento.
     
  5.  
    Plumas de Cuervo

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    Hola!

    Me he pasado a leer tu historia y debo decir que es interesante lo que quieres hacer. Me ha gustado el estilo que has usado para narrar, muy de la época; se siente casi como leer a Homero. A pesar de que apenas es el comienzo se ve que la historia tiene mucho potencial, y espero que lo sepas aprovechar para que cuando llegue a término te encuentres realmente satisfecho con tu trabajo.

    Hay varias cosas que quiero señalar, en primero algunos detalles de ortografía que noté, cosas menores.

    «una construcción de estilo yauna diseñada para el mejoramiento de la condición física.»
    No puede encontrar la definición de 'yauna', no sé si esté mal escrito.

    «pues estaba en el cuelo semi-inconciente»
    La palabra correcta sería 'suelo'

    Estoy de acuerdo con Dark RS en que el primer post fue innecesario, fue algo que pudiste agregar antes del primer capítulo a modo de aclaratoria.

    En cuando a la estructura te podría sugerir lo siguiente.

    En vez de colocar los textos entre comillas (") puedes hacer uso del guión largo (—) [Alt+0151 desde tu teclado en Windows]. Así es mas sencillo ubicar cuales textos son dialogos.

    ¿Donde está Antio al que llaman el pastor?
    — Aquí estoy señor.
    — ¿El señor Dio está bien?
    — Si, señor —contestó el soldado— Lo hemos llevado al interior de una de las torres, y la mitad de nuestra unidad lo resguarda, ¡fue increible lo que hizo!

    — Lo sé —contestó Duris—, pero ahora ni los dioses salvarán nuestra ciudad, sin embargo ahora hay esperanza, con la caída de las torres el gran rey debió despejar el asedio en la puerta sur, la caballería del rey ya está lista para salir, pero necesitaremos de mas personas para romper el cerco, así que toda tu unidad, así como las demás levas de campesinos han sido elegidas, lleven al rey al puerto mas allá del rio, y una vez echo eso, desechen sus armas y retírense a sus montañas, una vez que el gran rey tome el control de Mileto, ustedes no serán lastimados.

    Algo que me hubiese gustado es que hablaras de la ciudad, que la describieras. No sólo la parte estructural, sino su gente, sus costumbres, su economía. También que ubicaras al lector de forma temporal, saber en que año transcurre todo; y como fue que comenzó este conflicto. Esto a modo de Prólogo.

    Me causó confunción de que hablas de dos reyes, uno fuera de la muralla y uno dentro de la muralla. No tendría lógica ni sentido que un rey externo venga a castigar a la ciudad por sus actos.

    Como punto negativo podría decir que no me gustó eso del 'pase con las manos' para usar las artes metafísicas, se sintió muy Naruto, al igual que los encantamientos tuvieran nombre. Pienso que debió usar solo sus manos para controlar el elemento, sin encantamientos ni palabras de más; y usar la descripción para mostrar como se comportaba dicho elemento. Porque la gente piensa que es 'magia' y hay que tratarla como tal, pero si el 'Bibidi Babidi bu'; no sé si comprendas mi idea.

    Como ya mencioné, me encanta la idea que tomaste para este original, solo hay que trabajarlo más, tener cuidado con los pequeños detalles y verás que el resultado será excelente.

    Espero seguir leyéndote. Éxitos y saludos~
     
  6.  
    joseleg

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    Los nestoridas

    El pentecontero del rey exiliado de Mileto avanzaba como una flecha por el mar sin que fuera perseguido por las fuerzas persas. Los penteconteros eran las galeras estándar de los reyes griegos y habían estado en uso desde hacía cientos de años, aunque habían rumores de un nuevo barco diseñado en Ática. Se trataba de un barco largo impulsado por 50 remeros, un timonel un una decena de soldados profesionales, mas una carga limitada, aunque también se podía impulsar a vela.

    —La invasión de los bárbaros ha llegado en muy mal momento —dijo el rey mientras se encontraba recostado tomando un poco de vino reducido con agua, pero antes del placer estaba dispuesto a analizar la situación lo mas sobriamente posible.

    —Mi señor, las otras 7 naves que habíamos enviado unos días antes se encuentran en el puerto de Quios, pero con la cercanía del Imperio Persa, no creo que nos dejen quedar allí mucho tiempo.

    El rey suspiró profundamente mientras abrazaba a su hetaira favorita, mientras comenzó a narrar una historia que parecía no venir al grano.

    —Un primo lejano de mi padre es un noble de Ática, estoy seguro de que la habrás escuchado Teo —dijo el rey a su capitán de mayor confianza, le llamaban Teotimos el de los pies ligeros— si mas no recuerdo su nombre es… —el rey tardó un instante relativamente extenso tratando de recordar el nombre de este oscuro familiar —Hipócrates, casi lo había olvidado, tonto bastardo, hace unos treinta y algo de años fue a ver los Juegos Olímpicos, pero cuando estaba realizado una ofrenda a los dioses, las ánforas con carne y vino hirvieron espontáneamente, entonces uno de los siete sabios le dijo que bajo ningún motivo debía tener un hijo varón. Como un buen griego, desestimó la advertencia, y su hijo varón se ha convertido en nuestra tabla de salvación.

    —¿Como es que alguien que está maldito por los propios Dioses puede ser nuestra salvación?

    —Peisistrato es un hombre ambicioso, y hace unos 7 años que hemos estado en contacto, le he ofrecido oro, armas, soldados y otros recursos para armarse y destruir esa abominación llamada democracia —dicho esto el rey tomó un poco mas de vino —pero es un inepto idealista, estoy seguro que a penas tenga el control de Ática pasará por el cuchillo a los miembros de las familias mas importantes. Sin embargo, nosotros seremos recibidos con hospitalidad y estaremos en su circulo social cercano, evidentemente nos mantendremos a la sombra para que la sangre de los nobles no manche nuestra reputación, y cuando su gobierno ya no sea mas tolerable por las gentes nobles... tu lo matarás y dirás que lo hice yo, entonces los nobles nos alabaran y seré reconocido como el nuevo rey de Atenas y de Mileto en el exilio, desde allí guiaremos a los griegos en defensa contra el Imperio Persa que ya toca a nuestras puertas. Luego haremos que nuestro magi eduque adecuadamente a los hijos de las familias mas nobles, con un escuadrón de magos estoy seguro que pondremos de rodillas a las ciudades estado rápidamente, después de todo, ¿quien se opondría a aquellos que blanden los poderes de los mismos dioses?

    Teotimos suspiró, había muchas incertidumbres en el plan del rey, pero era la única antorcha en la penumbra que se había hecho en la vida de Teo, a demás si el plan tenía éxito pondría fin a las guerras internas griegas. Cuando Teotimos se salió a la cubierta se encontró al hijo de Tales en la borda vomitando. Cuando el muchacho le vio de reojo con molestia, este le dijo.

    —Hazlo tanto como desees, porque nosotros ya lo hemos hecho, lo hicimos al ver nuestra ciudad incendiada.

    Dio se irguió nuevamente mientras se pasaba el brazo por la boca.

    —¿A donde nos dirigimos?

    —Nos dirigimos al puerto de Quios, de allí zarparemos lo mas rápidamente al puerto del Pireo en Ática.

    —¿Que demonios vamos a hacer en Atenas? Se supone que ellos han expulsado a los reyes y ahora se gobiernan por magistrados elegidos por elección pública. Cuando el señor Lysagoras toque puerto le cortaran el cuello como si fuera un cordero de holocausto.

    —Esas son las órdenes de su majestad el rey.

    Dio permaneció en la cubierta externa mientras miraba a los remeros, se preguntaba porqué estos hombres no mataban al rey y a los pocos soldados a bordo y luego ponían rumbo a algún puerto en otras tierras donde posiblemente tendrían una vida mas justa.

    —¿Ya te recuperaste? —preguntó Antio saliendo de las cubiertas inferiores.

    —¿Y quien es usted? —Preguntó Dio.

    —Mi nombre es Antio, se supone que iba a combatir bajo tus órdenes, pero te desmallaste después de hacer tu acto de Poseidón, muchos de nosotros pensamos que en verdad eras un dios.

    —No soy un dios, es solo la aplicación práctica del conocimiento —repuso Dio de manera un poco drástica, pero entonces Antio le impidió el paso.

    —Eso lo se muy bien mi señor —contestó Antio también de manera drástica—pero lamentablemente se supone que ahora debo servirte, gracias a ti mis hermanos pudieron salir vivos de Mileto, a cambió juré a Atenea que te seguiría y protegería.

    —No deberías hacer votos a estatuas de piedra —repuso Dio —son solo muñecos, los dioses no miran nuestros actos desde otro mundo, ese mundo solo exíste en la fatansia de los sacerdotes.

    —¿Eso lo dice alguien capaz de darle ordenes al agua?

    —Yo solo soy un hombre —contestó Dio —y nada nos impide argumentar que los dioses no fueran individuos como yo, solo hombres con algún conocimiento, o ¿a caso te creíste que mi padre fue el primero? O ¿que yo soy el único que queda?

    Antio quedó intrigado.



    Cuando llegaron a Quios, unos días mas tarde, la situación del puerto era un poco frenética, muchos estaban nerviosos de que el Gran Rey creara una flota para invadir las islas del Egeo, tal vez debido a aquella atmósfera tan tensa es que Dio y Antio pudieron bajar a relajarse en una taberna local. Quios era una isla relativamente grande, aunque como la Grecia continental, se trataba de un área montañosa, por lo que sus comunidades u caseríos estaban en la costa, su economía de pescadores y comerciantes se concentraba en un único puerto del mismo nombre que se organizaba cuadriculadamente como la mayoría de las colonias griegas. Sus calles eran rectas y bien planificadas, e incluso estaban organizadas en orden alfabético por lo que era fácil llegar a cualquier lugar con pocas indicaciones.

    —Nos siguen de lejos —dijo Antio.

    —Corrección mi humilde Sombra —repuso Dio quien ya se había hecho a la idea de ser seguido por Antio, a quien le dio el nombre de Sombra —me siguen a mi.

    Una vez en la taberna, no tardaron en enterarse de unas cuantas cosas. Al parecer la tan afamada democracia de Atenas no era mas que una tapadera para la continuación del gobierno de la nobleza sobre las masas de trabajadores pobres, se decía por todas partes que el sabio Solón que se había inventado aquel gobierno, se dio cuenta que tarde o temprano la plebe también lo descubriría, la farsa conllevaría a una revuelta y a una guerra civil y decidió marcharse. Tal profecía se cumplió, en los últimos 10 años la situación se había tornado tan despótica, que unos pocos meses atrás un hombre se había hecho con el poder realizando un golpe de estado, su nombre Peisistrato, ahora tirano de Atenas.

    —Así que el nuevo tirano de Ática es un familiar lejano de nuestro rey —dijo Antio mientras tomaba un poco de vino mezclado con agua mientras admiraba a unas muchachas que lo servían.

    —Un familiar lejano sigue siendo tan cercano como un desconocido —repuso Dio quien le había mencionado a Antio que la familia noble de Peisistrato y del rey Lysagoras descendían del héroe Nestor, el rey sabio de los Aqueos a quien el propio Odiseo respetaba en sabiduría sobre la suya misma—el rey sabía que posiblemente Peisistrato no le recibirá bien si no le lleva un presente digno de reyes.

    —¿Como un mago?

    —Ya te dije que no soy un mago, soy un filosofo

    —Es la misma vaina viejo, si le das ordenes al agua es la misma vaina.

    —Como sea, ¿sabes lo que significa no?

    —¿Que Diokles hijo de Tales es el regalo digno de reyes? Seguro que te piden enseñarle tus secretos a una tropa de élite o algo así, creo que si le sigues el juego te harás famoso, rico e influyente, y con el tiempo tendremos el poder suficiente para enfrentar a los persas.

    —Eso sería una posibilidad… —dijo Dio para si mismo mientras tomaba un sorbo de vino, entonces sintió algo, era como una luz en una oscuridad que nadie veía, y cuando su atención se centró en esa luz sus ojos se encontraron con la de un hombre cubierto por una capucha que se encontraba sentado solo en una esquina, estaba enfundado en una coraza de cuero endurecido y repujado, con botas de caballería y una espada recta al estilo ático en bandolera.

    —Deberías estar mirando a las muchachas —dijo Antio con una mirada rayada.

    —No es eso —contestó Dio levantándose y dirigiéndose hacia aquel hombre.

    —¿Quien eres tu? —preguntó Dio.

    El hombre le miró y se quitó la capucha, se trataba de un hombre joven,era un poco mas viejo que Dio aunque ya tenia una barba espesa y una amplia melena oscura que se ensortijaba en los hombros.

    —Quien pregunta por la identidad de alguien generalmente se presenta primero —dijo el hombre.

    —Yo soy Diokles de Mileto hijo de Tales.

    El hombre tomó otro sorbo de vino y luego miró a los ojos de Dio, este sentía algo familiar en aquella figura, era como si le conociera de antes.

    —Llámame Anaxímenes de Mileto hijo de Eurostrato —dijo el hombre sonriendo, ante aquellas palabras Dio quedó sorprendido.

    —¿Anaxímenes? No sabia que siguieras vivo

    —Supongo que pensaste que tu padre había matado a mi maestro —dicho esto Anaxímenes sacó la espada y la puso en el cuello de Dio, ante lo cual Antio sacó una daga y la puso en el costado de Anaxímenes.

    —Parece que tienes un sirviente hábil a pesar de ser un simple campesino.

    —Es una Sombra eficiente —repuso Dio mientras que un hilillo de sangre salia de su cuello.
     
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  7.  
    joseleg

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    Gracias, trataré de tener en cuenta tus aportes.
    Yauna es una deformación de Ionia, la región donde estaba la ciudad de Mileto y según otros relatos fue la expresión despectiva empleada por los persas para referirse a todos los griegos en general, en las novelas de Alexandros se emplea bastante. Ionia (satrapy) - Wikipedia

    Por otro lado la magia y la metafisica no son conceptos claros para los personajes, pues a penas están aprendiendo a usarla, y a teorizar sobre ella.
     
    Última edición por un moderador: 17 Febrero 2018
  8.  
    Plumas de Cuervo

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    Nuevamente por acá.

    Ha sido un capítulo ligero, como de enlace entre la huída y lo que vendrá después. Ha sido importante porque se ha reflejado la situación en la que se encuentra esa Grecia antigua con la invasión de los Persas y otras cosas de índole interna.

    Me llama la atención que cuando dices que los personajes no distinguen entre magia y metafísica en este capítulo haces el uso de la palabra magia en vez de metafísica como en los anteriores.

    Se nota que has cuidado usar las palabras correctas adecuadas al momento histórico que presentas, en cuanto a cultura y geografía, así como palabras propias de la época. Pero no todo es perfecto y tuviste un pequeño desliz cuando usaste la frase:

    —Es la misma vaina viejo, si le das ordenes al agua es la misma vaina.

    Hay que tener cuidado con eso,. dudo que los antiguos griegos usaran la frase 'es la misma vaina'.

    En cuanto a la estructura veo que has seguido los consejos, eso es bueno. No noté errores, o al menos no tan perceptibles. La única observación que podría realizar es que deberías hacer los comentarios y el capítulo en el mismo mensaje, con una separación definida, obviamente; para que no hayan mensajes de más en la publicación.

    Hasta el próximo capítulo. Éxitos~
     
  9.  
    Cygnus

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    Me gusta la intención del relato, ahora ha aparecido Anaxímenes quien seguramente será el "mago" que controle el elemento aire. No comprendo por lo pronto cuál es el conflicto que tiene éste contra Dio, ni por qué lo sigue o por qué lo ataca, pero seguramente se aclarará. Me pregunto si Anaxímenes funcionará como un contrapeso del manejo elemental que posee Dio.
    Por lo pronto la subtrama del rey no me parece tan atractiva pero quién sabe, a lo mejor se desvela que es otro elementalista mucho más poderoso que Dio, o quizás este tal Antio revele que tiene también ciertas capacidades especiales.
    Oh, me gustó mucho lo que comentó Dio sobre los viejos dioses. Es una perspectiva interesante y funciona muy bien en este relato: los dioses no fueron sino hombres capaces de controlar los elementos, que se volvieron mito.
    Vuelvo a decir que tengas cuidado con los anacronismos: la descripción que realizas de la taberna no es una propia de la Antigua Grecia. Las tabernas como las que mencionas, con vino, mujeres atractivas y demás, sólo aparecieron hasta el esplendor del Imperio Romano, antes eran más como tiendas o depósitos.
    En fin, continúo leyéndote.

    Saludos.
     
  10.  
    Aldo MV Gallardo

    Aldo MV Gallardo Sonríe, amigo mio.

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    Buenos días, tardes o noches

    Mi primer comentario, WOW, bueno, empezamos.

    Quisiera decir que toda la ambientación de la historia me parece muy bien pensada.
    El hecho de que los grandes sabios y filósofos, o simplemente gente con los conocimiento necesarios puedan ser maestros de las artes metafisicas (O magia, para no darnos de fribolos), me parece una idea increible.
    Al inicio de la historia comentaste que tendrías referencias a Naruto, pero cuidarías de no hacerlas evidentes (Yo también creo que ese comentario debió estar anexado sutilmente en el primer capitulo). Sin embargo yo no veo una referencia a Naruto, es mas, cuando estaba leyendo no podía dejar de pensar en FullMetal Alchemist.

    Por otro lado, me pareció fascinante la perspectiva que tiene Dio sobre los dioses. Es algo que enserio me atrapo, no se, me parece que esta muy bien implementado.

    Hablando de los términos que utilizas, madre mía, tengo que tener Google abierto para poder entender que esta pasando, en donde esta pasando, quienes están participando. No es nada malo, pues da un tono muy cierto a la historia, sin embargo aveces me corta la lectura. Por cierto, me agrada que hayas puesto los guiones a los dialogos, el primer capitulo fue un poco extraño estar leyendo con comillas. Bien hecho.

    Me llama la atención el caos que se esta llevando a cabo en el mundo en general y sobretodo me llama mucho la atención ese dilema sobre el uso adecuado de la magia.

    Ojala siga avanzando de manera adecuada, te seguiré leyendo y comentando, nos vemos.
     
    Última edición: 23 Mayo 2018
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    joseleg

    joseleg Usuario común

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    Bueno es que magia en ese contexto lo introduciré como el arte de los magos, pero como los originales, una casta de sacerdotes de medio-oriente.
    Y bueno con lo de vaina, pues no estoy escribiendo en griego, a demás quiero enfatizar que Antio es alguien de estracción humilde, así que debe emplear un lenguaje poco culto.

    Muchas gracias, en cuanto a lo de las tabernas, debo confesar que simplemente lo propuse como algo intuitivo, los griegos eran una sociedad comercial y es natural que los viajeros deban poder hospedarse en lugares donde hay vino y mujeres. Esto me llevó a realizar la consulta y al parecer en la grecia clásica si existian casas de vino, de hecho en la ágora de Atenas se excavó una, a demás parece ser que lo que se creía que eran casas de ricos eran probablemente casas de vino.
     
    Última edición: 22 Febrero 2018
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    joseleg

    joseleg Usuario común

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    Desterrados

    —Llámame Anax —repuso Anaxímenes retirando la espada y ofreciéndole la empuñadura a Dio.

    —A pasado tiempo señor Diokles —continuó Anax mientras que Dio no tomaba la espada, pero entonces la expresión de Anax se hizo mas sombría —dudo que tu padre te hubiera enseñado a usarlo de manera correcta para la defensa o el ataque, y creeme, lo necesitarás si quieres sobrevivir esta noche.

    En ese momento una muchacha se acercó a ellos, su piel aceitunada y cabello recogido le daba una imagen de gracia humilde que de algun modo enternecía el corazón y disminuía los ímpetus violentos.

    —Mis señores, esta casa sirve con hospitalidad a todos los que ingresan en ella, pero se les recuerda que no deben iniciar peleas, o de lo contrario deberemos convocar a la guardia de la ciudad y su capitán deberá responder por los daños que aquí se realicen.

    Los tres hombres suspiraron guardando las armas.

    —Ha pasado tiempo joven señor Diokles.

    —Sabes que detesto que me llamen así —contestó Dio —solo dime Dio como antes.

    —¿Que sucede aquí? —preguntó Antio mientras guardaba su daga.

    —Al inicio mi tonto padre le enseñó a unos cuantos en su escuela de filosofía algunas pinceladas de lo que el llama el arte que controla al mundo físico o metafísica, entre ellos había dos personas, un muchacho a quien el consideraba como su hermano menor llamado Anaximandro hijo de Praxiades y el joven genio Anaxímenes hijo de Eurostrato. Anaximandro era su mejor discípulo, pero también con el tiempo se convirtió en su mas férreo crítico, el decía que las habilidades y secretos de mi padre le había arrebatado a los Dioses debían emplearse para proteger a los griegos de la invasión persa, pero mi padre respondió que emplear su arte para la guerra solo traería penas. Con el tiempo Anaximandro aprendió algunas artes metafísicas sin permiso de mi padre y este… creí que habían muerto junto con otros discípulos jóvenes como Anaxímenes, ¿que sucedió?

    —Tu padre nos desterró —contestó Anax mientras observaba ingresar a un grupo de hombres grandes de piel hirsuta ingresar a la casa de vino, sus vestimentas eran indudablemente orientales, pero uno de ellos resaltaba sobre los demás —solo eso, le dijo a mi maestro que si quería usar las artes metafísicas para la guerra, pues que lo intentara, pero solo.

    Mientras Anax continuaba con el relato de como los desterrados de la escuela de Mileto decidieron marcharse a otras tierras, Antio sintió que sus instintos le hablaban al oído, sabía muy bien que la atmósfera del lugar se hacia mas tenso, las meseras parecían ocultarse en las habitaciones traseras, mientras que el encargado recogpia todo lo de valor.

    —Mi maestro se dedicó a meditar para alcanzar la iluminación, a diferencia de tu padre cada vez que hacia un descubrimiento nos los enseñaba, pero un día dijo —lo único real es el Apeiron… No entendí sus palabras, pero después de eso ¡se hizo aun mas pacifista que tu padre! Se encerró en una cueva, no bebía y no comía, parecía que no sobreviviría y sin embargo... lo hizo. Yo me dediqué a seguir mi propio entrenamiento, entonces me di cuenta de la verdad.

    —¿Cual verdad? —preguntó Dio

    — ¿Recuerdas el sello en el medallón que tu padre tenia colgando en el centro del gimnasio?

    —Si, me hacia verlo mientras meditábamos las posiciones de mano para regular el flujo de agua junto con nuestro propio pensamiento.

    —En efecto —dijo Anax — ¡la clave es la geometría!, existen ciertas formas geométricas que se conectan a nuestras mentes una vez que hemos despertado nuestras habilidades, la función de las posiciones de mano es recordar esas formas para poder ejecutar una determinada habilidad, tu padre decía que el agua era el todo, el elemento básico, pero eso es una farsa, yo encontré algo mas.

    Antio intento interrumpir a Anax pero este continuó cambiando el tema.

    —Cuando escuché la invasión persa me dirigí a Mileto con la esperanza de que tu padre hubiera entrado en razón, pero parece que no logre llegar a tiempo, aunque a cambio me tope con tigo y con ellos.

    —¿Ellos? —se preguntó Dio.

    —Persas —repuso Antio intentando levantarse, pero Anax le contuvo.

    —No pelearán aquí —dijo Anax —saldremos todos como si nada y los enfrentaremos en las calles, pero antes… comeremos algo de pescado salado, esta casa sirve el mejor de todo Qios, o eso me dijo el comerciante que me trajo aquí.



    La noche en Quios era fresca debido al viento salino del mar, para los griegos eso era el mejor olor del mundo.

    —Parece que quien nos sigue es alguien importante —dijo Antio.

    —Es un inmortal —dijo Anax arrojándole la espada a Dio quien la tomó en el aire —asumo que solo sabes levantar agua... y hacer el truco de la lámina de agua para aumentar el enfoque de objetos a larga distancia y de cosas pequeñas.

    Antio recordó entonces las habilidades que había empleado Dio en el sitio de Mileto.

    Dio suspiró molesto.

    —Estoy trabajando en algo…

    —Es difícil —contestó Anax soltándose la capa —los sellos son como un código de una máquina, si no aplicas los correctos no pasa nada, y aun cuando los ejecutaras, si en tu mente no está la figura geométrica correcta tampoco lograrás nada.

    Dicho esto un grupo de hombres les rodeó desde varias calles, en apariencia parecían griegos de las costas del Egeo oriental, todos cubiertos con mantos de lana de baja calidad y sombreros de ala ancha, portaban lanzas y dagas, y entre ellos una figura enorme de casi cuatro codos de altura, mientras que la estatura de la mayoría de los hombres a penas si sobrepasaba los tres codos por poco, su barba era espesa y excelentemente peinada, y sus ojos negros, estaba cubierto por una capa fina, debajo de la cual llevaba un manto hermosamente hecho con muchos colores, llevaba una espada de hoja ancha de bronce y lo que parecía ser un escudo ligero.

    —Inmortal — dijo Dio

    —En nombre de su majestad, rey de reyes, señor de los cuatro rincones de la Tierra, demando que Diokles hijo de Tales se rinda ante mi y retorne a Mileto inmediatamente.

    Dio entonces levantó la espada de Anax.

    —Tendrás que llevar mi cadáver bárbaro, ¡jamás me inclinaré ante tu rey bárbaro!

    —¡Tonto yauna! —dijo el inmortal sacando la espada —el rey te invita, serás recibido generosamente si viajas por buena voluntad, pero si decides ir en contra de su voluntad deberé acabar con tigo —luego de eso el inmortal hizo una señal y seis guerreros avanzaron con sus lanzas.

    Entonces Dio notó las posiciones de mano que realizó Anax, eran realmente complejas, pero se notaba muy bien la seguridad en la posicion de los dedos y la rapidez con que se ejecutaban.

    —Arte metafísico, principio gaseoso de manipulación, gran presión de mano —dicho esto Anax avanzó contra uno de los guerreros y extendió su mano contra la punta de una de las lanzas, pero cuando la punta estaba por atravesarle la mano ocurrió una tremenda explosión de presión de aire que partió la lanza en astillas y elevó al lancero varios codos de altura, la presión fue lo bastante grande como para tirar al piso a los otros guerreros que avanzaban.

    Antio aprovechó el polvo que levantó aquella técnica para infiltrarse, tomar una lanza y matar a los guerreros enemigos, así que cuando el polvo de disipóyacíanseis cuerpos, cinco muertos con el cuello abierto por la lanza de Antio y uno con las costillas rotas retorciéndose en el piso sin poder respirar, fue una muerte lenta.

    —¿Le temes al agua inmortal? —dijo Anax mientras elevaba su mano en una figura semejante a una garra, como si sostuviera una copa de vino —te mostraré lo que puede hacer el elemento de la batalla, ¡el verdadero origen de todo lo que existe!
     
    Última edición: 25 Febrero 2018
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    Cygnus

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    De verdad que me encanta el planteamiento tan ingenioso. Creo que a estas alturas puedes tirar a tu gusto del hilo de esta idea.
    De acuerdo, entonces "Anax" es también un aliado de Dio, aunque tienen sus notables diferencias entre ellos... aunque Anax puede hacer lo suyo, sigo pensando en que el poder de Dio es mayor con respecto a aquél. Pero seguramente ambos son grandes combatientes.
    Puedo ver que reservas algo especial para Anaximandro, ¿cómo será que el poder de "lo indeterminado" tome forma física?
    Cuando salieron los inmortales, pensé que jugarías con ese nombre también y de verdad serían inmortales, pero al final sí murieron xD
    En fin, por ahora con lo que me quedo es con el descubrimiento de la geometría, que seguramente almacene poderes insospechados.

    Cuidado con la palabra "contigo", la sueles separar "con tigo".
     
  14.  
    Bettle Red

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    Me he pasado por acá ya que varias ocasiones he visto que tu historia es comentada frecuentemente y dije: "¿por qué no?"

    La historia en sí me gusta, tienes un planteamiento bastante interesante al mezclar un poco de realidad con la ficción y eso es algo que me puede encantar o chocar en los escritos, en este caso me gusta mucho como vas manejando la historia.

    Comienzo a odiar a Dio. Normalmente me caen bastante mal este tipo de personajes jóvenes (o no tanto) inexpertos que creen que pueden "hacerlo mejor" sin embargo suelen ser los más interesantes por el desarrollo y crecimiento que tienen a lo largo de la historia así que habrá que esperar.

    Me da gracia ver que los personajes y el ambiente se inspiran en Grecia y sus filósofos además que la historia promete ser larga y, al parecer, con cambios abruptos dentro de la trama.

    Por alguna razón que desconozco, o que aún no comprendo, hay partes donde la lectura se me hace muy pesada o difícil de entender, creo que en algunas podrías darles más fuerza con un poco más de énfasis. En especial el primer capítulo se me hizo pesado y un poco soso:

    Me causó mucho, bastante conflicto. Es un diálogo muy fuerte en cuanto a palabras y sentimientos que debe expresar pero siento que no se reflejó como debía, pueden hacer falta signos de exclamación en la parte:
    "¡Hay de ti Mileto que has escuchado las dulces palabras de aquel que no respeta a los dioses!"
    "¡tu ateismo no será perdonado!"

    La verdad que es el único capítulo que realmente no me gustó porque la lectura se me hizo chocante y pesada, sentí que además de la falta de énfasis metiste muchos elementos importantes de golpe, un bombardeo de información que no creí necesaria aunque puedo entender que lo hiciste para introducirnos a la historia.

    Los capítulos posteriores se me hacen más ligeros a pesar de ser relativamente más largos por la manera en que describes y haces que sean los mismos personajes quienes nos ponen en contexto.

    Me gusta mucho la historia y me parece interesante así que estaré por acá más seguido.
     
  15.  
    Plumas de Cuervo

    Plumas de Cuervo Usuario común

    Acuario
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    Nuevamente me pasó por acá a comentar. Es mi segundo intento porque se fue la luz justo cuando comenzaba a escribir.

    Comprendo que le quieras dar al protagonista un origen humilde, pero hay que saber usar las palabras adecuadas pero el término: ' es la misma vaina' no tienen tantos siglos de uso. Ese tipo de modismos desdibujan el contexto de la época en que estas basando tu escrito.

    Bueno, el comienzo del capítulo no me llamó mucho la atención, quizás por el ambiente del encuentro. La historia no logró atraparme y me da la impresión de que hay un vacío en esa historia.

    Hay un detalle durante la conversación, son pequeños pero igual afectan a la trama. En una parte los personajes indican que van a comer, pero no hay narrativa de esa parte, tampoco cuando abandonan el estrablecimiento y son abordados por los persas. Hacen falta algunas descripciones durante la conversación de los personajes para hacer un seguimiento de los acontecimientos. Algo que noté que parece estar fuera de época son los 'sombreros de ala ancha'

    Encontré unos detalle para que corrijas.
    las meseras parecían ocultarse en las habitaciones traseras, mientras que el encargado recogpiatodo lo de valor.

    aunque a cambio me tope con tigo y con ellos.

    así que cuando el polvo de disipóyacíanseis cuerpos

    Como ya he dicho antes, tienes un excelente proyecto entre manos, y la idea que presentas es muy novedosa; sólo hay que cuidar algunos detalles para que el resultado sea bueno.

    Hasta pronto.
     
  16.  
    joseleg

    joseleg Usuario común

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    Inmortal
    Tales se encontraba meditando en el centro del gimnasio de su villa cuando un grupo de soldados ingresaron. Aunque aparentaban solo vestir unos mantos adornados con purpura y oro, y unos pantalones estrafalarios, finísima, y algunos griegos dirían “afeminadamente” adornados, se podía escuchar claramente el tintineo del metal debajo, así como el peso que ejercían sus pisadas en el suelo. Todos llevaban barbas perfectamente peinadas y trenzadas con cordones fijos que daban un aspecto ondulado como de estatua, no podía saberse si llevaban yelmos ya que sus cabezas estaban cubiertas por mandos de seda fina y otros materiales que le daban una apariencia acolchonada. Posteriormente ingresó un hombre de avanzada edad de barba blanca, también perfectamente cuidada y un turbante de los que empleaban los pueblos del lejano oriente, su manto blanco estaba orlado con figuras de oro y plata, y se apoyaba en su andar por un largo báculo blanco, sus ojos casi habían perdido su luz, pero se posaron sobre el también envejecido Tales.

    Los sirvientes estaban absolutamente aterrados pues el núcleo del ejército persa se había estacionado en frente a la villa, una compañía de caballería pesada conocida como catafractos, cubiertos de los pies a la cabeza con placas de metal y una cota de mallas debajo, incluso sus rostros estaban ocultos detrás de unas máscaras de cota de malla, placa o ambas, por lo que solo sus inexpresivos ojos podían verse de vez en cuando, incluso los caballos estaban cubiertos con una pesada armadura, a demás de ser enormes, mas grandes que cualquier raza de caballos que hubiera visto algún griego normalmente. En medio de los jinetes se encontraban los coloridos inmortales, la guardia personal de Ciro, la única sección verdaremante profesional y permanente del ejército persa, y aunque habían muchas leyendas para el origen de su nombre peculiar, nadie los sabía realmente en Anatolia. Su característica principal se basaba en el hecho de ocultar la naturaleza pesada de su armamento protector, por lo general las infanterías pesadas de élite llevaban sus armaduras metálicas a la vista, para que el brillo del metal y su manufactura atemorizara al enemigo, pero con los inmortales era diferente, solo podía escucharse el tintineo del metal, o la profundidad de su pisada, pero nada mas, nisiquiera hablaban o arengaban, eran silenciosos como si se tratara de autómatas, lo cual les daba un aire inhumano.

    Los inmortales invadieron la villa de Tales y formaron a todos frente al amo del lugar, incluyendo a Adresteia, la esposa de Tales, una mujer ya de avanzada edad, a quien sin embargo los inmortales trataron con gran respeto. Posteriormente todos fueron arrodillados, mientras que el sátrapa de Cilicia ingresaba como heraldo, vestía como un inmortal, pero a demás llevaba una capa blanca.

    —Arrodíllense, pues están a punto de estar en presencia del Gran Rey, Rey de Reyes, Rey de Persia, Rey de Anshan, Rey de Media, Rey de Babilonia, Rey de Sumer y Acad, Señor de Anatolia, Rey de las Cuatro Esquinas del Mundo, su majestad imperial Ciro II —dicho esto el sátrapa se postró, realizando una inclinación profunda llamada prosternación que los griegos detestaban de manera particular.

    Ciro ingresó en ese momento acompañado con parte de su séquito, unas concubinas se encontraban a su lado riendo y señalando lo bonita que era la decoración de la casa, a pesar de tener una estética tan simple.

    —Existe una gran belleza en la simpleza —dijo Ciro en una de las mil lenguas habladas en su basto imperio. A simple vista, Ciro no era tan imponente, su vestimenta aunque regia no era estrafalaria, de algún modo su persona compaginaba de manera perfecta con aquella villa, elegante, pero simple, imponente, pero ecuánime —mis queridas damas, debo atender un asunto importante en este momento, por el momento me gustaría que llevaran a la señora de la casa a mostrarle algunos de los regalos que tenemos para la ilustre persona que es el señor Tales.

    Las muchachas asintieron y se llevaron a Adresteia por las buenas, ya que varias hablaban griego jónico con bastante fluidez.

    —Anaquistis, ¿que me puedes decir el famoso sabio yauna? —dijo Ciro en persa.

    —Si no estuviera vestido como un bárbaro, por Ahura-Mazda juraría que posee la misma presencia que un maestro magauno — respondió el mago inclinándose ante la presencia de Ciro.

    —¿Se tan poderoso? —preguntó Ciro para si mismo un poco sorprendido, mientras recordaba como sus torres de asedio de vanguardia caían al suelo como palillos ardientes —si, sin duda es poderoso.

    —El no provocó ese incendio —interpuso Anaquistis.

    —¿Un discípulo quizá?

    —Era mi hijo —contestó Tales terminando su meditación, luego se levantó y realizó una reverencia al estilo griego, una reverencia entre iguales. Esto ofendió a varios de los inmortales que no temieron en levantar las lanzas, pero Ciro con un gesto les ordenó controlarse.

    —Perdónalos, son muchachos humildes que no reconocen el brillo de la genialidad cuando lo tienen en frente —dijo Ciro —¿pero porqué enviaste a tu hijo?

    —No lo hice —contestó Tales —fue una decisión que el tomó como hombre.

    —Una rebelión filial —repuso Ciro mientras con un gesto ordenaba a unos sirvientes traer una mesa y alimentos —si, supongo que lo entiendo, aunque al mismo tiempo debo confesar que siento algo de envidia, para aquellos de sangre real, una rebelión filial contra los padres también involucra una guerra, muchos muertos, una guerra civil.

    Mientras Ciro decía esto, los sirvientes crearon todo un banquete en un instante, había cordero asado y frutas tropicales de toda Anatolia.

    —Dado que Creso me espera a unos cuantos estadios de aquí, iré al grano —dijo Ciro mirando de reojo a su mago —¿cual es tu intención?

    —Me gustaría saber primero la suya mi señor —contestó Tales, los cortesanos que ya se habían acomodado alrededor así como los inmortales empezaron a murmurar sobre la falta de modales del yauna, pero Ciro los cayó con tan solo un gesto de su cabeza, como si se tratara de un león que solo le basta moverse un poco para poner en fuga a todos los herbívoros a su alrededor.

    —Creso rey de Frigia me declaró la guerra y levantó la región occidental de Anatolia en mi contra, tu rey se unió a su campaña, pero mis espías me indicaron que se demorarían en reunir a los hombres suficientes, así que invadí este territorio antes de que el ejercito de hoplitas pesados de las tierras yauna pudiera ser convocado para apoyar a mi enemigo. No tengo nada en contra de los yauna, pero dado que he conquistado el territorio deberán reconocer mi hegemonía. Una vez derrote a Creso regresaré a mi capital y dejaré aquí a un sátrapa, por lo que me indican mis ministros, ustedes se rigen por leyes civilizadas, así que les dejaré tal como están, pagaran los mismos impuestos y podrán reverenciar a sus dioses yauna, aunque mis sacerdotes y mi mago estén en contra.

    —Los dioses yauna son demonios —interpuso Anaquistis —y no hay peor demonio que la nada, pues es la encarnación del mal Ahrriman, y es al dios al que tu sirves — agregó Anaquistis señalando a Tales.

    —Yo no digo que los dioses no existan —dijo Tales —solo que no son necesarios para entender, explicar y controlar la naturaleza misma.

    —¡Blasfemia!

    —Basta Anaquistis —interpuso Ciro —te dije que bajo mi tutela aumentaríamos el numero de sirvientes de Ahura-Mazda y así lo hemos hecho desde hace cinco años, pero eso se hará bajo mis términos, puedo matar por oro y tierras, pero jamás lo haré para agregar falsos sirvientes a nuestro señor.

    Anaquistis bajó la cabeza sujetando el bastón con firmeza.

    —¿Y bien? — dijo Ciro.

    —Si la vida en Mileto sigue como antes —dijo Tales —mi vida seguirá igual que antes.

    —Genial —contestó Ciro —lamentablemente no podrá ser, tus habilidades particulares son demasiado grandes como para dejarlas seguir sin curso apropiado.

    —¿Piensa matarme?

    —Claro que no —contestó Ciro riendo jovialmente mientras partía una presa de codorniz —no soy un bárbaro yauna, vendrás con migo como parte de mi séquito, te nombraré consejero de asuntos yauna. Tu y los tuyos tendrán una vida buena en Babilonia, a cambio… Mileto no tendrá que pagar ningún impuesto, y a demás ayudaré a reconstruir los templos a sus dioses yauna y también a tu religión particular sin dios.

    —Supongo que es el mejor curso de acción —contestó Tales.

    —Sin embargo deberías escribirle a tu hijo que pare su rebelión juvenil, que regrese a tu lado, a mi servisio le esperará una vida de significado histórico.

    —Mi hijo desea combatir empleando lo que le he enseñado —dijo tales con vergüenza.

    —Y de seguro impresionará a muchos, pero si se topa con un inmortal no puedo garantizar su seguridad.

    —¿A que se refiere?

    —Le contaré un pequeño secreto —dijo Ciro quien ya tenia a varias bailarinas danzando para entretener a la corte, los sirvientes de Tales ya estaban recibiendo parte del banquete y recibiendo un trato regio dedicado exclusivamente para dignatarios tribales de las mil naciones del imperio —¿sabe porqué llamamos a mi guardia inmortales?

    —Muchos dicen que cuando uno cae, otro le reemplaza inmediatamente en las líneas —dijo Tales, ante lo cual Ciro entro en carcajadas, casi saliéndose de la silla —¡si!, si, eso, ese mito es gracioso, ¿a caso no hace lo mismo cualquier infantería medianamente entrenada?

    —Es cierto —contestó Tales

    —La razón recae en la armadura que no puedes ver —dijo Ciro —mi mago Anaquistis creó un metal con propiedades místicas, protege contra la magia, y sana las heridas en batalla mas rápido, a demás de disminuir el dolor por aquellas que recibe, por eso parecen recibir daños y daños sin inmutarse, y combatir por días sin cansarse, como si no murieran nunca, inmortales fue el nombre que le dieron los Medos a mis muchachos cuando los combatieron, y se dieron cuenta que un inmortal valía 100 guerreros de las estepas.



    —Arte metafísico, principio gaseoso de manipulación, gran presión de mano —dicho esto Anax avanzó contra uno de los guerreros y extendió su mano contra el pecho del inmortal. Se levantó una gran cantidad de polvo mientras que el tanto de este era destruido en mil pedazos, pero algo estaba mal. Antio avanzó justo por el costado y lanzó una estocada que provocó que el inmortal desviara instintivamente su postura, desviando al mismo tiempo la dirección del tajo de su espada corta, la cual solo alcanzó a rasgarle el cuello a Anax. El inmortal retrocedió, ya que el polvo no le dejaba ver adecuadamente, y entonces lo vieron, una hermosa armadura de placas con un color antinatural, un prístino azul cristalino que parecía danzar con la luz de la luna y las estrellas. La coraza, los guanteletes, las hombreras y las grebas no lucían especialmente gruesas o imponentes, pero era evidente que el ataque de viento de Anax había sido neutralizado místicamente.

    —La última vez que vi algo así —dijo el inmortal en un perfecto griego ático —fue cuando tomamos Alamut y matamos a la mayoría de los magos rebeldes, algunos hacían lo que tu —dijo el inmortal señalando a Anax, mientras los tres griegos veían como su supuesta ventaja táctica se desvanecía, ahora se sentían como niños combatiendo a un enorme oso que habían subestimado en fuerza, inteligencia y valor.
     
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    Cygnus

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    Interesante. Supongo que Tales cede al rey Ciro pensando primeramente en la ciudad de Mileto, mientras que se teme que Dio, impulsado por sus ideales de utilizar la metafísica en la guerra, pueda echar el pacto a perder.
    Me alegra eso de que le hayas dado una buena utilidad al nombre de los Inmortales, la verdad es que ese nombre parecía hecho para este fic.
    Me llama la atención ver al rey persa tan jovial, incluso obrar con tanto beneplácito, es supongo una faceta con la que no estamos muy bien habituados, principalmente porque todas las crónicas que conocemos son griegas... aún así, me cuesta calzarle palabras como "Genial" cuando se expresa. Al considerarse un dios en la Tierra, según la usanza persa, esperaría un discurso sumamente exigido.
    Me gusta que intentes explotar todos los elementos de la época para utilizarlos en este "universo paralelo", aunque de pronto no me gusta tanto que ahondes en dar lecciones de historia (como por ejemplo, la descripción tan puntillosa de los catafractos, supongo que todos sabemos cómo lucían y si no, ahí está Wikipedia), pues la historia está sirviendo para tu relato y no al revés, está lleno de licencias necesarias para que la trama de los poderes metafísicos fluya. Yo preferiría que lo que hubiese fueran guiños a la historia real... pero bueno.
    Pues esta vez no se habló nada de Dio y muy poco de Anax, así que queda esperar qué más pasará con ellos ahora que se han enfrentado a los Inmortales, y si las acciones de Dio desatarán un conflicto mayor.
     
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    joseleg

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    Escapando

    Antio fue el único que no se quedó estúpidamente paralizado, lanzó una, dos y tres estocadas con su lanza, a las que el inmortal respondió con sus correspondientes figuras, era evidente que existía una compatibilidad en sus movimientos. Sin embargo, aunque la habilidad de Antio fue mejor por un instante, lo suficiente como para que la punta de su lanza realizara un leve corte en el cuello de su hábil contrincante, pero en aquel instante la resistencia física de Antio comenzó a flaquear. Anax estaba bloqueado, cualquier ataque que intentara sería bloqueado por aquella extraña armadura.

    —Arte metafísico, principio líquido de manipulación, espejo de agua —dicho esto Dio puso sus manos como si las extendiera, de forma tal que sus palmas apuntaba hacia abajo, y dicho esto el piso debajo de Antio y el inmortal comenzó a hacerse mas frágil.

    —¿Lodo? —se preguntó Anax al ver que en el momento en que el inmortal daba una fuerte pisada para lanzar la estocada que hubiera empalado a Antio, pero su pie se hundió en las lozas, y el lodo le impidió levantarlo de nuevo por lo que su alcance y fuerza disminuyó, Antio aprovechó el instante, tomando la lanza por la punta opuesta para conseguir el máximo alcance, y lanzó una estocada que le atravesó el cuello.


    —¿Son inmortales en apariencia entonces? —preguntó Tales.

    —Todos los hombres son mortales —contestó Ciro —si fueran realmente inmortales serían dioses, y aquí entre nos —repuso Ciro susurrando — no me obedecerían, pero mis inmortales tienen una tasa de mortalidad mas baja que cualquier otra unidad de combate en el mundo conocido. Tan baja es su tasa de mortalidad que podemos entrenar reemplazos en grandes cantidades, lo cual nos permite elegir a los mejores, a lo largo de estos cuatro años eso ha implicado que cada vez que cae uno de mis inmortales, no solo es reemplazado inmediatamente con hombres frescos de Persia, sino que mis nuevos reclutas poseen un mayor nivel de entrenamiento, una mayor disciplina, una mayor nobleza, y una mayor educación.




    —¿Que haces? —preguntó Anax al ver que Dio empezaba a despojar al inmortal de su extraña armadura —no hay tiempo para tomar un botín de guerra, los soldados que escaparon regresarán pronto.

    Dicho esto comenzaron a escucharse arengas en el puerto principal, así como un gran incendio.

    —Este tipo era inmune a tu arte metafísico —expuso Dio mientras retiraba las correas de la coraza —¿quieres que podamos saber por que? O ¿acaso prefieres terminar empalado por la lanza de uno de los 10 000 inmortales restantes?

    —Que no deberían ser —interrumpió Antio casi exhausto, sosteniéndose con su lanza ensangrentada como si fuera un bastón, astaba casi sin aliento y le costaba decir cualquier palabra — ¿9 999?

    —Se supone que tan pronto uno de los 10 000 cae, es reemplazado por otro, siempre habrán 10 000 inmortales, desde que Persia sea el imperio que gobierna al mundo —dijo Dio.

    —El puerto principal está ocupado por tropas persas —dijo Anax.

    —No te veo preocupado —repuso Antio.

    —Mi barco no está en el puerto principal —contestó el comenzando la marcha —apurémonos, estas latas son todo menos ligeras, y es probable que el barco que me trajo zarpe a penas se enteren que los persas han ocupado esta isla.

    —¿Por que hasta ahora? —dijo Antio.

    —Probablemente era una trampa para atrapar al señor Lysagoras, si se hubiera sabido que Quios estaba ocupado, probablemente el pentecontero real hubiera tomado otra ruta.

    Cuando llegaron, los marinos griegos casi les atraviesan con unas jabalinas hasta que vieron la cara de Anax.

    —¡Sois unos pedazos de cabezas huecas! —repuso Anax arrojando las partes de la armadura que el llevaba. En ese justo instante, la galera comenzó a desplazarse, pues las amarras ya se habían cortado de un tajo.

    Dio se arrojó con todo lo que tenía, pero Antio estaba que ya no podía mas, arrojó primero las grebas que le habían tocado en suerte, y finalmente se lanzó sobre la borda trasera de la galera, y casi cae al mar, sino es porque Anax, Dio y otros marinos le toman las manos y lo suben a la cubierta exterior.




    Al día siguiente el comandante de la guarnición secreta de tropas persas pudo encontrar el cuerpo de su hermano, yacía en medio de un lodazal compuesto por agua y su propia sangre coagulada, su noble armadura le había sido arrebatada. Se arrodilló, lloró y luego comenzó a orar a Ahura-Mazda.

    —Datamas fue imprudente —dijo un segundo inmortal que regresaba con una tropa de mercenarios frigios que se habían estado reuniendo en Quios por algunos meses mezclándose con la población local, el movimiento había sido realizado con una mesura increíble, aprovechando que la isla era un puerto muy movido donde era difícil para la población local tener referencia de quien iba y quien regresaba.

    —Juro que mataré al yauna que mató a mi amado hermano —dijo el primer inmortal, el cual era el mas viejo de los tres.

    —Dejalo estar —dijo el segundo inmortal quien se veía que era el segundo al mando, pero quien se preocupaba mas por ejercer ese mando para lograr los objetivos estratégicos que le habían sido encomendados por el generar Haxamenes —según los informes los yauna que mataron a Datamas han partido con rumbo desconocido.

    —Pero sabemos sus nombres, y sabemos que son magi, escucha mis palabras Dastan, algún día encontraré al asesino de mi hermano, algún día mataré a Diokles hijo de Tales.

    —Datamid —repuso Dastan mirándolo a los ojos, no como su subordinado o su hermano menor, sino como un funcionario investido con poder por parte del emperador —debes recordar que ese acto de venganza debe servir a los propósitos del Gran Rey, si alguna vez olvidaras eso —repuso Dastan levantando su lanza con pomo de plata hacia el cuello de su hermano mayor —yo mismo te mataré.

    —Jamás olvidaré tu advertencia, hermano…




    —¿Y ahora qué? — Preguntó Antio rompiendo el inquietante silencio.

    —Debemos everiguar de qué esta hecha la armadura del inmortal —dijo Anax.

    —¿Copiarla? —repuso Antio.

    —Y crear un arma para contrarrestarla —adicionó Dio tomando una parte del guantelete, la artesanía de la placa era impecable, no podía verse la huella del martillo, era como un espejo.

    —¿Y le preguntamos al primer herrero que nos encontremos? —preguntó Antio.

    —No creo que exista un herrero en toda Grecia capaz de fabricar esta cosa —contestó Dio arrojándola.

    —Tal vez mi maestro sepa —contestó Anax.

    —¿Que no se había vuelto loco el viejito? —contestó Antio, quien se quedó en silencio cuando Dio le hizo una expresión.

    —Confío que cuando el vea esta arma, y sepa que el maestro Tales ha caído en manos bárbaras cambie de opinión, así que nuestro destino es claro —dijo Anax poniéndose de pié —debemos viajar a las montañas de Arcadia, y buscar el Santuario de mi maestro Anaximandro.
     
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    joseleg

    joseleg Usuario común

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    Camino a Grecia
    Dastan puso el cuerpo de su hermano en la cima de la torre más alta de Quios y dio órdenes de que nadie debería perturbar sus huesos por los próximos dos meses, y al hacerlo recordó los sucesos del día anterior.

    El rey se encontraba completamente rodeado, habían salido tropas persas como de la nada, era como si hubieran estado esperando en Quios por mucho tiempo esperando a su llegada.

    —Mi nombre es Dastan Arhasama, uno de los 10 000 inmortales de Gran Rey, y por la autoridad en mi conferida le ordeno que se rinda rey de los yauna.

    La voz era fuerte, aunque se notaba que se trataba de un hombre joven, su rostro estaba parcialmente oculto por el manto y la capucha, pero sus ojos castaños claros podían verse en medio de los incendios y las múltiples escaramuzas, todas las tripulaciones de la pequeña flota de Lysagoras se habían desperdigado en los hostales locales, por lo que eran presas fáciles.

    —¿Planea rendirse su alteza? —preguntó el capitán de la guardia Teotimos al rey, quien se encontraba debajo de su cama temblando de miedo, pero el rey no tuvo el valor para responder.

    —Le espera una buena vida como sirviente de Ciro—repuso Teo mientras suspiraba —pero para mí no cabe la posibilidad de servir a un bárbaro.

    Teotimos salió del pentecontero vestido para la batalla, su linotorax blanco era de la mejor calidad, se trataba de una armadura blanca hecha de lino prensado y varias escamas de bronce y hierro organizadas artísticamente, mientras que en el pecho podía verse una gruesa placa con forma de gorgona, su yelmo de bronce se cerraba sobre su cara con un segundo rostro de bronce, con una barba dorada que solo permitía acceso a sus ojos verdaderos. Sus grebas eran altas y gruesas, por lo que pocos hombres tenían la fuerza en las piernas como para moverse con ellas sin disminuir gravemente su velocidad o resistencia, en su mano derecha llevaba el xyston, la lanza clásica de grecia y a la izquierda un pesado hoplon hecho de capas de madera y bronce con la imagen de Escila en el con brillantes colores. En bandolera llevaba una espada de un solo filo de estilo espartano, a él se sumaron varios soldados, eran todos hoplitas, pero la calidad de sus armaduras era inferior, se unieron todos formando una línea de combate que impedía el acceso a los persas a la cubierta.

    —Si quieres llevarte a nuestro rey, ¡ven! — dijo Teotimos.

    —Eres valiente yauna —contestó Dastan — los ejércitos del Gran Rey siempre hay espacio para hombres como tú, ríndete y vivirás.

    Sin embargo, Teotimos no contestó nada.

    Dastan observó la formación hoplita, la afamada táctica de los lanceros griegos.

    —Tu táctica sería conveniente en un campo de batalla, contra campesinos incultos como los que comando yo, pero … —dicho esto Dastan tomó su arco pequeño recurvado, lo tensó apuntando con calma a una de las hendiduras en la formación imperfecta y disparó. El dardo se coló por una de las imperfecciones de la falange, pues los hoplitas de Mileto no solían practicar tanto como otras polis, así que su falange era imperfecta. El dardo atravesó un linotorax de pocas capas que llevaba uno de sus soldados, y la punta sea abrió paso capa a capa, luego por piel y musculo, no era una herida mortal, pero era lo bastante seria como para que el soldado se retorciera de dolor, dando tres pasos y soltando el escudo. La línea de hoplitas se cerró mientras el compañero se recostaba en la cubierta y partía la flecha respirando agitadamente.

    —Podría continuar toda la noche, pero dudo que tengas suficientes soldados —dijo Dastan —la idea es buena, pero me parece que tus hombres son inexpertos.

    Los hoplitas gritaban cobarde al inmortal que los asechaba desde lejos con un arma innoble.

    —¡Te propongo una batalla uno a uno! —dijo Dastan —si me matas en singular combate te juro por Ahura Mazda que te dejaré ir, con tu señor a las tierras yauna más allá del mar, pero si te derroto, entonces tus hombres se rendirán y entregarán al rey.

    Teotimos dio una señal con la mano, y aunque varios de sus hombres le aconsejaron que no lo hiciera, el decidió aceptar.

    —Probaremos que tiene de cierto el mito de los inmortales —dijo Teo quien avanzó con tres grandes pasos al puerto y allí avanzó hasta que estuvo a cuatro pasos de Dastan. Puso su escudo en frente y la lanza en el borde superior, mientras bue Dastan arrojó su arco al suelo, tomó su escudo, el cual era más ligero, se trataba de una estructura ovalada con hendiduras en la parte media por lo que tenía la forma de uno 8, lo que le permitía poner la lanza a una altura media apuntando a los costados de su enemigo, pero en su lugar colocó su lanza en una posición semejante a la que realizó el hoplita.

    Los dos campeones avanzaron, y entonces Teo notó que el inmortal llevaba debajo de su traje una armadura pesada, pues al chocar pudo notar la densidad de su enemigo, además podía notar como sus botas se deformaban al realizar cada pisada. Entonces el inmortal le empujó y con una zancada enorme dio un salto golpeando con un puntazo de su lanza hacia la yugular de Teo, pero este antepuso el escudo, y aun así el impacto fue lo suficiente para hacerle retroceder.

    —Imposible —dijo Teo mientras se ponía en posición de combate, el inmortal había ejecutado un movimiento de combate típico de las más altas técnicas griegas, ese movimiento se denominada Pies Ligeros, y se creía que era una técnica que había creado el propio Aquiles.

    Teo era el mejor lancero de Mileto, así que realizó lo propio, pero él debía realizar el movimiento en tres zancadas para dar el salto, y luego con un puntazo de su panza atravesó de plano el escudo del inmortal, pero este en lugar que esperar la muerte simplemente levantó su escudo y bajó su torso haciendo que Teo siguiera derecho golpeándose estrepitosamente contra el suelo. La lanza de Teo se partió en aquel movimiento, además el escudo salió rondando, por lo que tuvo que echar mano de su espada corta mientras que el inmortal avanzaba rápidamente realizando varios embates con la lanza, sus movimientos eran precisos, como una coreografía perfectamente planeada, por lo que a Teo se le acabaron las ideas defensivas en cierto punto, así que fue inevitable terminar con la punta de la lanza del inmortal atravesada de plano en la parte derecha de su vientre. Teo sostuvo la lanza y levanto su espada, pero el inmortal la soltó y como una centella desenvaino su daga ceremonial con incrustaciones de oro y plata y la atravesó justo al costado de la axila donde el linotorax no cubría, el corte destrozo los músculos que daban fuerza a su brazo, por lo que este se desplomó soltando la espada sin que Teo pudiera hacer nada, simplemente cayó de rodillas mientras la hemorragia hacia que su vista se cerrara en un sueño eterno.

    —Descansa en paz yauna.

    En aquello momento llegó un mensajero, pues uno de los tres comandantes inmortales que habían sido apostados en Quíos había muerto mientras seguía uno de los magos de Mileto.


    La galera en la que Dio y compañía habían terminado no era tan grande, pero aun así era más que suficiente para atravesar las diferentes islas del Egeo, el verdadero problema es que no tenían todo el personal, muchos remeros habían terminado capturados en los hostales, por lo que los tres jóvenes terminaron en los bancos de remos, incluso el capitán de la nace estaba remando en el banco de la derecha.

    —¡Remen!, ¡remen sabandijas si quieren vivir para siempre! —gritaba el capitán mientras comenzaba a entonar una canción de marinos, se trataba de un poema rítmico y repetitivo, en el que los remeros debían ejecutar coros de manera común, con el fin de mantener los ritmos del remeo. El objetivo era claro, alejarse lo más posible de Quíos para evitar cualquier posible flota persa, el objetivo de llegada era Andros, una de las islas que se encontraban en el mar Egeo, desde allí posiblemente deberían ir a Naxos la ciudad que se ubicaba en la isla del mismo nombre, y capital de la liga de las Cíclades, una confederación dedicada a la pesca y a la piratería.

    Sin embargo, a medida que se adentraban en el mar la luz del día no aparecía, esto debido a densas nubes de tormenta. El mar se embraveció y Dio pudo ver por primera vez lo que podía hacer el agua. Durante la mayor parte de su vida el solo había visto al agua como una sustancia que daba vida, además no había sucedido ninguna inundación del rio cercano en su memoria, esta era la primera vez realmente en que podía ver el agua como una bestia inmensa que convertía a aquella galera en solo una astilla en comparación de las olas.

    Anax por su parte recordó el poder de las tormentas y como el viento podía arreciar hasta destruirlo todo a su paso, y se dio cuenta que su técnica no era ni una fracción de lo poderosa que debería ser.

    Todo el día remaron y remaron, algunos orinaron en sus banquillos, aunque igual era irrelevante, pues la lluvia era horrible y todos estaban mojados, la verdad a Antio le parecía un verdadero milagro que aquella pequeña galera se mantuviera a flote y mayormente intacta después de las olas que les habían impactado todo el día. Hubo un momento en que la tripulación entró en pánico, fue justo en un momento en que la luz del Sol y de la luna se filtraron lo suficiente como para permitir ver detrás de una ola, y lo que allí vieron fue una enorme criatura vermiforme que avanzaba junto con las corrientes, era una bestia enorme, más grande que cualquier edificio o palacio que hubieran conocido.

    Muchos comenzaron a gritar abandonando los remos, pero entonces Dio se exasperó y con voz tonante los sentó a todos, no había nada en verdad que los hiciera obedecer, pero así lo hicieron, pues sus palabras no poseían ni un ápice de temor ni flaqueza.

    Después de que la criatura se perdió en las profundidades, la tormenta arreció aún más, y las visiones del agua y del aire enardecidos quedaron fijos en las mentes de Dio y Anax, el mástil de la galera se rompió, y varias tablas se quebraron como astillas, hubo un momento en que en verdad pensaron que naufragarían, pero de un momento a otro el mar se calmó.

    Habían remado un día y una noche completa, y todos, absolutamente todos durmieron dejando la galera a la deriva. Cuando se despertaron no sabían bien donde estaban, hasta que uno de los remeros señaló tierra firme, la isla no era Andros, sino Eubea, pero deberían atracar en la playa si querían vivir, pues varios tablones habían cedido cuando estaban dormidos y la nave estaba haciendo agua. Remaron y remaron tan rápido como pudieron, pero al final todos tuvieron que arrojarse al mar y nadar, o tomar un tablón para flotar con más facilidad. Así les tocó a Dio, Antio Y Anax, pues tenían que cargar las piezas de la armadura del inmortal.


    Tales fue llevado como parte de la corte personal de Ciro, mientras que el resto de su gente fue enviada a Babilonia, donde, para bien o para mal, sería su destino después de que la guerra contra el rey de Frigia terminara. Tales montaba un fino camello bactriano de doble joroba, sobre el cual había sido instalada una estera increíblemente cómoda, a su alrededor iban sirvientes de múltiples naciones que vigilaban que estuviera fresco y contara con agua y alimento en todo momento. Cuando el ejército ascendió por un promontorio Tales pudo ver aquel enorme gusano que conformaba el ejército persa, constituido por muchas etnias, que murmullaba con las palabras de 100 lenguas, y se preguntó si no sería mejor que todo el mundo estuviera gobernado por un solo rey, uno que los gobernara a todos, uno que se encargara de mantener una paz universal.
     
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    Plumas de Cuervo

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    Saludos, me paso a ponerme al día con tu escrito.

    Listo el capítulo de Inmortal, no sé que capítulo es porque no está numerado.
    Fue un capítulo interesante, veo que cuidas los detalles aunque algunos me dan la impresión de no estar bien ubicado en tiempo y espacio. Los catafractas que describes parecen mas bizantinos, los persas no usaron ese tipo de caballería regularmente. Al igual que el uso de los pantalones que correspondían más a tribus barbaras de la época. En general fue un buen capítulo, la historia poco a poco va tomando forma. No hay mucho que agregar por ahora, a medida que lea coy editando este post con los otros comentarios.
     

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