Acción La Carrera de la Vida

Primer relato que decidí publicar en mi inicio en esta comunidad, ¿Por qué? Porque denota un defecto que tengo y que estoy trabajando en corregir, la impuntualidad. De esta forma, aunque lo ideal sería primero mostrar mis virtudes ante todos, pues decidí mostrar un defecto antes, ya iré mostrando mis virtudes o no si mis relatos son del agrado de los lectores xD

Título: La Carrera de la Vida
Duración: One Shot
Género: Acción
Comentarios adicionales: No es una de mis mejores obras, de hecho la escribí hace aproximadamente 6 años con unos ligeros retoques hace casi 2 años, pero si iré publicando poco a poco las demás. Sin mas ni menos, empecemos.
Sinopsis: Todos tenemos errores o malos hábitos que se nos hacen difíciles de arreglar ya que los cometemos día a día y se vuelven parte de nuestra vida, el de algunas personas es el mal carácter, el de otras es la irresponsabilidad, y en otros casos es la impuntualidad, entre otros, sin embargo, ¿podría ser que estas actitudes erradas podrían salvarte la vida alguna vez o llevarte a la muerte?. Esta es la historia de Akisame, un joven estudiante talentoso, pero con un terrible mal hábito, ser impuntual.



La Carrera de la Vida
​

Por una calle, a plena luz del día, a eso de las 11:45 a.m. se encontraba corriendo un joven de cabello negro, corto y en puntas, de edad entre 19 y 20 años, que vestía un pantalón casual color negro, y una camisa blanca, manga largas, con las mangas remangadas hasta los codos, llevaba un bolso completamente verde oscuro en su espalda, su rostro tenía una expresión de miedo, y por la carrera, estaba apartando a las personas, para escapar de algo o alguien. Justo detrás del joven, se encontraban dos hombres altos y corpulentos, cuyos rostros no se detallaban por la cantidad de personas que estaban en la calle y unos oscuros lentes que llevaban que cubrían sus ojos, sólo se veía que vestían unos blue jeans, uno de ellos llevaba una chaqueta beige de y el otro una chaqueta negra, ambas chaquetas de cuero y ambos sujetos eran calvos.

-Ha…Haaa… - Respira agitadamente un joven de cabello negro que mantenía una fuerte carrera- Esta… si… que es… la carrera de la vida – Cruza por un callejón-

Los dos sujetos entran por el mismo callejón que el joven, resulta que era uno sin salida. –Bien… - Dice el sujeto de chaqueta negra, quien tenía un cigarrillo en su boca, ya bastante consumido y a punto de terminarse - El momento de tu asesinato llegó, jovencito – Dice el sujeto de chaqueta beige, el cual sonríe sádicamente y luego comienza a sacar una navaja de su pantalón-

-Uf... Chicos, si que son persistentes… - Dice el chico de cabello negro, cuyos ojos eran de color marrón café, quien por el cansancio se inclinaba un poco hacia delante apoyando sus manos sobre sus rodillas haciendo que su cuerpo tomara una postura similar a la letra C.

-Tuviste la osadía de quitarnos el negocio del día… te metiste con nuestros ingresos, sabandija - El sujeto que portaba una navaja sonreía mientras se acercaba al joven que se encontraba a unos pocos metros de el, manteniendo la navaja hacia delante, listo para apuñalar a quien se le atravesara.

-Maldición… mi vida siempre ha sido una carrera, esperaba que esto algún día terminara… pero bueno... ¿es este tu destino, Akisame?... Aún recuerdo esos días… - El chico retrocede hasta toparse con una pared que marcaba el final de la calle, y quizás el de su vida…

3 Años Antes.​

Ya había amanecido… y eran las 6:49 a.m. se supone que por la distancia entre la escuela y mi casa tendría que haberme levantado a las 6:00 a.m. tomando en cuenta que entro a las 7:15 a.m. … Igual… era tarde, sólo me quedaba una cosa… correr como siempre o más bien, pedalear.

-¡Qué Fastidio!... que jodido es esto de los horarios… vaya si tan sólo pudiera entrar cuando yo quisiera… ahora que recuerdo, me dijeron que si volvía a llegar tarde, me expulsarían – Dije en tono de flojera, nunca he sido puntual en mi vida, al menos siempre lo he intentado, pero pocas son las veces que lo he conseguido.

Como era costumbre, me vestí lo más rápido que pude, tomé el desayuno que había preparado la noche anterior, precisamente por mi impuntualidad, salí, me monté en mi bicicleta y a toda velocidad pedaleé. De nada sirvió, llegué a las 7:29 a.m. eran muy estrictos, aunque mi mala suerte en cuanto a las situaciones que me rodeaban hacía que tuviera que hacer de mi vida una carrera, se compensaba con mi buena labia y suerte para escapar de situaciones difíciles o apretadas.

-Le pido de por favor que me disculpe, usted sabe que soy buen estudiante, y con mi abuelo enfermo en casa, me toca cuidarlo y eso me retrasa para salir – Me incliné para pedir disculpas al profesor Ichimaru, quien era el coordinador de turno. Por suerte para mí, eso de mi abuelo era una excusa que llevaba tiempo montando, y por alguna razón, además de por mis buenas calificaciones en la tareas, exámenes y trabajos, me daban “otra oportunidad”, aunque siempre, bajo la típica amenaza…

Mi nombre es Akisame y tengo 17 años, aunque siempre me decían “Akisame, El Impuntual”, algunos compañeros jodedores me jodían con frases como: “Akisame, súbete a mi moto y muévete”, daaah retardados, ellos eran mediocres como estudiantes, y yo era muy bueno en todas las clases, pero como siempre, mi impuntualidad me jodía mucho.

Ese era mi último año en la escuela, antes de ir a la universidad… hasta a la graduación llegué tarde… por motivos ajenos a mi voluntad… pero bueno, por poco no me dan el título. Después de todo eso, llegué a mi cama y me eché, tenía mucho sueño.

Pasaron unos meses, el día de ir a la universidad a presentar la prueba de admisión llegó y yo llegué tarde, nuevamente me quedé dormido, tengo el sueño pesado y un despertador no me es suficiente, quizás sea porque cuando me acuesto me vuelvo una persona extremadamente floja, en fin… por falta de tiempo no logré culminar la prueba, cosa que me restó muchas oportunidades para ingresar… vaya que no ingresé, a esperar 6 meses más.

El tiempo llegó, estaba cansado de siempre tener que hacer de mi vida, una carrera tortuosa y fastidiosa, me levanté temprano, me preparé, estaba completamente listo. Salí de casa en mi bicicleta, era realmente temprano… llegaría a tiempo… pero…

-¡Qué desgracia! – Justo en el camino, en la calle por la que tenía que pasar para llegar a la Universidad, había ocurrido un espantoso choque, por ende, todo el lugar estaba rodeado con una banda de seguridad. Tuve que salir del lugar y comenzar a rodear todo el lugar, eso me tomó muchísimo tiempo, si bien estaba con el tiempo a mi favor, más no las circunstancias, cuando estaba a punto de llegar, tropecé y caí fuertemente junto a mi bici… quedó un poco estropeada, pero reparable, la dejé en un rincón y corrí al salón donde se hacía la prueba. Terminé llegando 25 minutos después de que el examen había iniciado, tuve que rogar para poder presentarlo. Todo iba bien, no me faltaba mucho pero el tiempo había acabado.

-Entreguen las pruebas, si no las entregan no se van a recibir, todos vayan saliendo y me van dando la prueba – El profesor encargado se paró justo en la puerta del salón para recibir las pruebas.

Era obvio, todos entregarían, presentar la prueba ya era bastante difícil como para jugársela y no entregarla… no obstante yo me acerqué al profesor cuando todos se habían retirado, con mi prueba en la mano.

-Profesor, yo llegué más tarde que el resto de los estudiantes porque en la ruta que tomo para venir hubo un choque y eso me retrasó, le pido por favor que me dé esos 25 minutos que perdí para culminar esta prueba… enserio, es muy importante para mí – Pedí con una mirada muy triste, mirándolo a los ojos… no era fingido, realmente era de vida o muerte, una segunda oportunidad, no podía perder 6 meses más de mi vida.

-Ummm accederé sólo porque sé que lo que dices es cierto, incluso tengo entendido que varios alumnos de los que toman esa ruta no pudieron venir… pero sólo 25 minutos – Dijo el profesor bastante serio, pero en tono amable y comprensivo.

Únicamente dispuse de 20 minutos de los 25 que tenía, culminé la prueba con éxito. Tras ir a donde había dejado la bicicleta, observé que ya no estaba –Genial… no sé si reprobé y me robaron la bici - .A los 6 meses, ya me encontraba nuevamente recorriendo los pasillos de la universidad, pero no para presentar la prueba, si no como estudiante que estaba a punto de culminar su primer semestre de actuación.

Actualidad (1 hora antes del inicio):​

-Vaya… que tranquilidad que hoy faltó un profesor, así podré ir más temprano a casa y jugar algunos videojuegos que tengo pendientes -mantenía un monólogo mientras caminaba-… me pregunto cuando podré tener otra bici… aunque volví al pasado, donde tenía que correr a pie, además, ya me volví a acostumbrar a las carreras a pie – Me reí, aunque igual, no me imaginaba lo que vería ni lo que sucedería cuando entrara por la siguiente calle tras salir de mi universidad.

-Pequeña, ven con nosotros – El fuerte sujeto, que llevaba una chaqueta negra sujetaba a una pequeña niña de algunos 5 años, que tenía cabello marrón, y peinado en dos colas, que iba una a la derecha y otra a la izquierda y vestía un suéter rosa y una faldita azul.

-No quiero… quiero a mi mamá – La niña lloraba y trataba de no ser llevada por los dos hombres que la querían tomar.

No se de que manera, pero igual me entró el valor suficiente y tomé un trozo de madera que se encontraba tirado en la calle y salí corriendo hacia los sujetos y los golpeé fuertemente en la cabeza a cada uno, tomé a la niña y salí corriendo.

Llegué hasta un módulo policial, decidí dejar a la niña ahí y reportar a los dos sujetos… todo había ocurrido en tan sólo 1 hora, ya faltaba menos de media hora para las 12 y quería ir a mi casa a almorzar, reposar y jugar un poco “Soul Calibur 4 para Xbox 360”, pero de pronto… esos dos sujetos me avistaron, estaba lejos del módulo policial como para regresar… así que como toda mi vida he hecho… volver mi vida, una carrera.

……………….​

En fin, es así como terminé en esta jodida situación de vida o muerte… -Tipos, creo que podemos dialogar esto un poco – Dice el chico en un tono de mucho miedo, tratando de convencerlos.

-Claro, dialogarás con la navaja de Suotsu – Se mofa el sujeto de chaqueta negra quien tiraba su cigarrillo al suelo, sacaba la cajetilla y de ahí un cigarro y un encendedor para poder fumarlo. Con su pie derecho pisaba el cigarro que se desvanecía en el frío suelo de la calle.

-Ese golpe nos dolió, maldito niño – Pasa su lengua por los labios, el hombre de chaqueta beige, quien tenía una barba tipo candado y mantenía la navaja en su mano derecha, a pocos pasos del joven de cabello negro – ¡¡Muere!! –Rápidamente empuja su navaja hacia delante con dirección al pecho del joven–

La navaja no terminó en el pecho del joven, si no clavada en su mochila, la cual se quitó para protegerse.

-Cerca… si bien…y tengo mala suerte y me ha tocado hacer la carrera de mi vida con ustedes… - Patea fuertemente en el entrepierna de su agresor – Pero… - Se sube a unas cajas y empieza a trepar por el muro dejando al sujeto tirado en el suelo sobándose de dolor mientras el otro emprendía carrera contra el chico.

-Imbécil, vas a morir – Saca una pistola de debajo de su camisa y comienza a disparar, aunque el joven había logrado trepar el muro y saltar. - ¡¡MALDITO!! - .

-Aquí estoy… nuevamente… corriendo… aff aff – El chico respiraba muy agitado manteniendo la carrera aunque volteando hacia atrás a ver si alguno de los sujetos lo seguía, en efecto, el del arma de fuego estaba saltando del muro para perseguirlo y dispararle.

El chico de cabello negro logró resistir la carrera y llegar a una calle más transitada, aunque el sujeto que lo perseguía era persistente, al parecer no le importaba mucho perseguirlo a la luz del día, sin embargo aquél sujeto mientras corría se puso un pasamontañas.

-Ahh… ahh… - El joven resbala y cae fuertemente contra el suelo, haciendo que el sujeto con la pistola lo alcance.

-Atrapado como una cucaracha jeje – El sujeto de chaqueta negra se para frente al joven de cabello negro, apuntando su arma hacia abajo, donde se hallaba el chico tirado, preparado para disparar a su cabeza.

-Pero… Pero a pesar de mi mala suerte que me hacen involucrarme en situaciones así, confío en mi buena suerte para salir ileso de situaciones difíciles como esta – El joven sonríe y mira al sujeto desde abajo.

A los pocos segundos un fuerte disparo se escuchó, junto a los gritos de dos mujeres que presenciaron la escena. Sin embargo, ahora el sujeto que tenía el arma estaba en el suelo desangrándose e inmóvil, mientras el joven comenzaba a levantarse del suelo mirando hacia delante.

-G…gracias – Dice el joven mirando a un oficial de policía que estaba a unos metros de él, con una pistola en su mano derecha.

Todo salió bien, el policía era uno de a los que yo les había reportado el caso, no se realmente que podría ser lo bueno de todo esto, aunque comienzo a cansarme de que mi vida sea una carrera, aunque me sirvió para correr y terminar a salvo o alargar todo, probablemente lo destacable de todo esto, sea que convertí mi mala suerte en buena, o que simplemente no me concentré tanto en mi mala suerte, si no en que mi buena suerte aparecería… si no hubiera sido así… ya no estaría en este mundo… sin embargo… deseo poder llegar a tiempo a los lugares desde ahora…

5 Años Después​

Por las calles de una transitada ciudad, un sujeto de cabello negro, corto y puntiagudo se encontraba corriendo a toda velocidad de cinco sujetos que se encontraban persiguiéndolo con armas largas.

-¡Bastardo, no te escaparás! – Uno de los sujetos comienza a disparar a toda velocidad hacia el hombre que perseguía sin embargo no logra atinarle pues entra en un edificio justo a tiempo.

Los 5 sujetos entran al edificio y se dispersan para buscar al hombre al que perseguían.

Detrás de un muro se hallaba el sujeto perseguido, observando a dos de sus persecutores, en cuanto estos dos tomaron algo de distancia uno del otro, uno de ellos cayó el piso repentinamente con un cuchillo enterrado en el centro de su frente.

El otro sujeto con un arma larga voltea y ve a su compañero muerto en seco.

-¡Arg, ese maldito de Keith no se saldrá con la suya!

-¡¡CORTE!!- Grita un hombre desde el fondo del sitio.

Se trataba de una escena de una película de acción que estaba siendo grabada para estrenarse dentro de 5 meses la cual tendría como título “La Sombra de las calles”.

El joven de cabello puntiagudo se acerca a una cava que se encontraba fuera del set de grabación, tomó una botella de agua, la abre y bebe de ella hasta el final.

-Bueno, aquellos días de carrera se terminaron, al menos en mi vida real, ahora solo los reservo para mis escenas de acción o para mi entrenamiento diario – El joven se ríe consigo mismo mientras toma otra botella de agua de la cava y se regresa al set.

​

FIN​

Bueno, eso es todo por ahora, seguiré publicando otras obras en lo que escribo mi actual relato.

Saludos