Historia larga LOVETION

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Ruriel, 28 Abril 2014.

  1.  
    TYNX

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    Waaa, me tomé el tiempo para leerme el Fic entero >.<

    Está muy bien hecho, pero cada capítulo tenia unos pocos errores ortográficos. Los cuales eran muchos por la cantidad de capítulos que hiciste XD

    Me gusta como va pasando la historia y algunos detalles que le pones, además de las personalidades de cada uno... Espero más *-*

    Nos leemos!
     
  2.  
    Ruriel

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    Gracias, te avisaré cuando publique el próximo capítulo y le daré mas argumento a la historia, planeo hacerla larga pero atrayente a la vez. Por cierto el personaje de Sanako me inspire en Hatsune Miku para hacerla, como también fui tomando personalidades de distintos personajes de anime para los demás.
     
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  3.  
    Mercedes White

    Mercedes White Grumete

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    Hola, ya me leí el primer capi.
    Aunque la historia no me llama la atención, debo decir que el problema NO son los errores ortográficos.
    1-El espacio es exagerado, hay demasiado espacio entre párrafos, por favor, intenta cortarlos.
    2-No siento nada con la historia, el narrador nos explica los hechos rápidamente, sin detenerse a dar detalles, no le transmite nada al lector, ni ansiedad, ni intriga, nada.
    Gracias por invitarme a leer tu fic ;) Besos!
     
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  4.  
    TYNX

    TYNX Entusiasta

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    Es cierto, pero con eso de los detalles es un poco confuso. Aveces dice muchos detalles en un momento y en otro se corta totalmente.

    Con lo de los espacios ella quiso escribirlo así y así es como me lo leo (mi opinión). Y con los errores ortográficos es que, cuando una historia no llama demasiado la atención yo al leer más lentamente y revisar todo bien le encuentro incomodo ver esos errores...
     
  5.  
    Ruriel

    Ruriel Usuario común

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    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
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    28
     
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    Capítulo 19: escapándose del infierno



    Misa y su hermana Nanako se ocultaban de los demás chicos, ya que constantemente eran atormentadas por ellos. Solamente la ayuda de la tierna Yukari les hacia posible mantenerse allí con la comida y la leche que ella les conseguía para que se alimentaran. Pero en uno de esos días, Tatsui el niño más problemático del lugar y el resto las encontraron.


    — ¡Miren aquí es donde se ocultan! — Tatsui les señalaba a sus compañeros en donde estaban las chicas.


    — ¡Bien hecho Tatsui, sabíamos que la atraparíamos tarde o temprano! — respondía Keita algo agitado por venirse corriendo.


    — Y esa tontarrona de Yukari era la que les traía la comida. — agrego Eiichi.


    — Eso veo, parece que tendremos que encárganos de ella también — reía con satisfacción mientras movía en su hombro el bate de béisbol que traía consigo.


    — ¡¿Qué piensas hacer con ese bate?! — Misa se puso en alerta temiendo que fuera a golpearlas con esa cosa — ¿Acaso ni siquiera tienes el valor para pelear a mano limpia infeliz?


    — ¡Cállate! ¿Quién te crees que eres para decirme eso?


    Nanako y Yukari estaba con mucho miedo, no podían casi ni decir una palabra, y mucho menos intervenir para ayudar a Misa.


    — Permanezcan detrás mío, estos idiotas no tendrán el valor de hacernos nada — se paraba Misa delante de su hermana y su amiga para protegerlas.


    — Jejeje, ¿quieres apostar? — sonreía con satisfacción, cosa que preocupo a Misa que sospechaba que algo no estaba bien, la ausencia de la en cargada Sameshita, el maltrato constante que ellas recibían allí, algo tenia muy mala olor.


    — ¿Qué quieres decir con eso? — preguntó desconcertada, pero Tatsui solo reía sin decir palabra alguna.


    A misa solo se le ocurrió hacer de carnada para su hermana menor y Yukari enfrentándose a los chicos, y dejar que ellas averiguaran con Sameshita que era lo que estaba pasando.


    Fue así que Misa se abalanzo sobre los chicos, haciéndolos caer al suelo y dándole paso a Nanako y Yukari que rápidamente se fueron corriendo, dirigiéndose a la oficina de Sameshita, cuando ellas estaban llegando allí notaron que la encargada charlaba con alguien, por lo que las chicas se ocultaron para escuchar detenidamente y averiguar algo que les pudiera servir a su problema.


    — No me convence, creo que debemos pedir mas dinero — Exclamaba Sameshita a la persona que la acompañaba.


    — Yo sigo pensando que debemos aceptar su oferta, pedir mas por esas chiquillas seria abusar de su generosidad — la persona que charlaba con Sameshita no alcanzaron a verla, ya que la puerta justo le tapaba su cuerpo, pero esa voz les resultaba familiar a las niñas.


    — Esa voz…siento que la he escuchado antes — comentaba Nanako al escucharla, se trataba de una mujer fue solo después que sus dudas se despejaron al ver que esa persona se puso ante sus ojos, y grande fue su sorpresa a descubrir su identidad


    — Es la asistente social — dijo con sorpresa Yukari, pero rápidamente Nanako le tapaba la boca para que guardada silencio.


    — Ten cuidado o no descubrirán, te pareces a mi a la hora de meterse en problemas — Recordando que Misa hacia poco le había dicho lo mismo a ella.


    — Es que me extraña que la señora asistente este aquí, ¿entonces por que será que no viene a visitarnos? — Se preguntaba Yukari, a quien se le dijo la misma promesa que a las hermanas, al ser dejadas en el orfanato por parte de aquella mujer.


    — Lo se, yo también estoy sorprendida, a nosotras nos prometió lo mismo cuando llegamos al orfanato.


    — ¿Y que crees que este hablando con la señora Sameshita?


    — No lo se, creo que deberíamos escucharlas para averiguar.


    — Pero…tú onee-san esta en peligro, ahora mismo ella esta…


    — Estoy aquí — contestó Misa quien estaba detrás de Yukari, a la que casi le agarra un infarto por el susto.


    — ¿Q-Que haces aquí? — Yukari estaba sorprendida, pensando que Misa había recibido una paliza por aquellos chicos.


    — Vinimos a traerles las novedades


    — ¿Vinimos? — preguntó Nanako cuando noto que los chicos que las habían estado molestando todos los días estaban detrás de su hermana, pero cada uno de ellos con serios moretones en sus rostros — ¿Y ustedes que hacen aquí? ¿Y esos golpes? Parece que les hubiera pasado un camión.


    — Mas que un camión, quien nos paso por encima fue tú hermana — respondió Tatsui tomándose la cabeza que aun sentía los dolores de los golpes de Misa.


    — Jamás me imagine que una niña fuera tan fuerte — decía frustrado Eiichi, que solamente había sido derrotado por Tatsui hasta el momento.


    — Si, sus golpes fueron incluso más duros que los que nos daba Tatsui — Exclamo Keita molestando a su líder que le dio un coscorrón.


    — De todas formas no entiendo que haces con ellos Misa — Nanako seguía sin entender el por que de la presencia de ellos con su hermana.


    — Creo que lo que van a escuchar por parte de la encargada Sameshita nos quitara cualquier duda — Le respondió Misa y se acerco a la puerta para oír la conversación de esas dos mujeres que obviamente tramaban algo.


    Y aquellas mujeres seguían charlando, sin darse cuenta que lo niños de ese orfanato las escuchaban atentamente.


    — Está bien, tienes razón, supongo que podríamos exigirles mucho mas por esas hermanitas — le respondía la asistente social a Sameshita.


    — Perfecto, entonces me pondré en contacto con ese hombre. El sujeto es un viejo degenerado que solo busca diversión con chiquillas — Sonreía Sameshita — Así que cualquier precio que le pidamos le parecerá poco.


    Nanako y Yukari estaban sorprendidas y pese a que no se dijo ningún nombre en la charla, definitivamente estaban hablando de las recién trasferidas.


    — Onne-san, ¿de que están hablando?


    — Prostitución infantil — contestó Misa con seriedad — Esa dos mujeres pretenden vendernos con algún pedófilo millonario.


    La cara de Nanako lo decía todo, ella no caí en la situación en la que se encontraban hasta ese entonces, una respuesta tan cruda como la que Misa le dijo fue devastador para una niña como ella.


    — La encargada Sameshita trabaja en conjunto con aquella asistente social — Comenzó a hablar Tatsui que en ese momento parecía estar de su lado — Ellas han estado haciendo este tipo de trabajos a ocultas de la policía, han usado este orfanato como un centro de contrabando para chicos.


    — Nosotros cuando descubrimos que era lo que tenían pensado hacer ideamos un plan — agregó Eiichi.


    — ¿Un plan? — les pregunto Yukari sin lograr entenderlo aún.


    — Nos comportamos mal a propósito, para así nadie quiera llevarnos — menciono Keita orgulloso, ya que el había ideado esa estrategia — Pero cuando quisimos explicarle a Misa nuestra idea, ella solo se dedico a pegarnos sin parar.


    — Nos costo mucho hacerla entender — mencionaba con enfado Tatsui, mirando de reojo a Misa.


    — De todas formas esa idea es absurda — Misa convencida descreía que algo tan descabellado fuera a funcionar, menos con personas tan malvadas como esas mujeres — ¿De verdad creen que una tontería así detendrá a esas dos? La realidad es que nuestra suerte solo dependerá de lo que nosotros hagamos.


    Pero Nanako casi pasaba la charla por encima, ella después de escuchar que seria vendida a un desconocido quedo shockeada y con los ojos desorbitados pensando que pasaría con ella.


    — No quiero…


    — ¿Huh?


    — ¡Me niego a aceptar esto! — gritó con fuerza, inevitablemente ya era imposible seguir ocultándose de sus esclavistas quienes se pusieron atenta luego de escucharla.


    — ¡¿Quién anda ahí?! — preguntó enojada Sameshita, temiendo que su plan fuese escuchado.


    — Maldición, nos escuchó — Misa se levanto rápidamente y tomando de la mano a su hermana le pidió al resto que se marcharan de allí cuanto antes — ¡Debemos darnos prisa!


    — Parece que tenemos unas ratas chismosas aquí — menciono la asistente social al ver a los chicos que se escondían detrás de la puerta.


    — Tendremos que darles una lección a estos niños — Sameshita tomaba su teléfono para llamar a la seguridad privada que estaba trabajando para ella — Tenemos a unos niños fisgoneando en mi oficina, ¡venga a hacerse cargo de ellos enseguida! — les ordenó fastidiosa.


    — No es necesario que los llames, yo misma me ocuparé de esos malditos niños — la asistente social fue tras los chicos, sacando una navaja de su bolso.


    — ¡Tan sólo no los mates, necesitamos sacar dinero por esos rufianes! — le advertía Sameshita preocupada por su mercadería, al menos de esa forma veía a los chicos del orfanato.


    Los chicos corrían por los pasillos, agitados y asustados, pero lo hacían con todas sus fuerzas, intentando escapar del infierno del que se encontraban.


    — ¡Tenemos que liberar a los demás niños! — Misa sabia que dejarlos ahí seria la muerte para los chicos.


    — ¿Pero como… lo hacemos? Nosotros mismos estamos en problemas ahora — Tatsui tomaba algo de aire tratando de seguirle el paso a Misa quien tenia un buen ritmo a la hora de correr


    — Separémonos y juntémonos todos en la entrada de atrás del orfanato, díganle a ellos que los sigan.


    — ¿Y si no quieren hacerlo? — le preguntaba Nanako.


    — Lo harán — sentencio Misa confiada en lo que decía.


    — ¿Y tú como lo sabes? — Tatsui dudaba de ella, quien parecía tener todo bien calculado como si tuviera la certeza que no fallaría.


    — Porque somos niños, los niños siempre hacemos las cosas sin pensar.


    Tatsui no tuvo mas remedio que hacerle caso, así que el y sus amigos se separaron de las hermanas y de Yukari y fueron directo a los cuartos de los chicos a hacer lo que le habían encomendado.


    Tal cual había predicho Misa, los chicos sin pensar siguieron a Tatsui y se dirigieron a la salida de emergencia del orfanato, donde unos cinco hombres de seguridad los esperaban con unos machetes en sus manos.


    — ¡Nos han bloqueado la entrada! — Tatsui veía que por ahí seria casi imposible pasar a no ser de que se diera un milagro.


    Misa analizaba la situación, ya casi estaban cara a cara con los de seguridad del orfanato, hasta que de pronto algo se le ocurrió sobre la marcha.


    — ¡Arrójense al piso! — le dijo ella a los demás que la siguieron, fue así que pudieron traspasar por entre las piernas de aquellos mastodontes musculosos quienes veían como se escurrían por debajo de ellos ese grupo de niños, todos a excepción de Keita que había quedado atorado con uno de esos hombres a causa de su barriga que no lograba pasar por ahí.


    — ¡Ayúdenme por favor! — les pedía angustiado el regordete Keita.


    — ¡Oh no, tiene a Keita! — Tatsui planeaba volver a ayudarlo, pero antes de que lo hiciera Misa salio en ayuda de Keita y con una patada casi karateca golpeo en la pierna izquierda del seguridad que se quedo arrodillado, maldiciendo a la niña que le pego.


    Los chicos iban huyendo todos juntos por los terrenos bastantes extensos que tenia ese orfanato, querían llegar cuanto antes hasta la ruta y poder alejarse lo mas posible de aquel hueco endemoniado, pero cuando ya casi podían divisar la ruta, la señorita asistente social se interpuso en su camino.


    — Ustedes no avanzaran mas de acá — les dijo sacando la navaja que siempre llevaba con ella en su bolso.


    — ¡Tú…nos estuviste engañando todo el tiempo! — Misa no disimulaba su enojo por la forma vil de engañarlas que tuvo esa persona, que incluso dudaba de su cargo como asistente.


    — Eres astuta chiquilla, tengo que reconocerlo, jamás me hubiera imaginado que una pequeña de ocho años me diera tantos problemas.


    La asistente se dirigió a ellos para tomar a uno como rehén, pero de forma temeraria Misa se interpuso para defender a sus compañeros. Esta acción le causo gracia a la asistente que no podía creer la desfachatez de aquella niña en querer hacerle frente, incluso cuando portaba una navaja consigo.


    Pero nada de eso intimido a Misa, ella tomo una rama de un árbol para pelear mano a mano con esa despiadada mujer. Los movimientos veloces de la chica confundió a la asistente que solo atinaba a mover la navaja de un lado a otro sin resultado alguno.


    — ¡¿Es que acaso eres una maldita rata?! Deja de moverte — ya la asistente tenia la impresión que pelaba con más de una persona. Los ágiles movimientos de la pequeña desconcertaban a cualquiera y cierto mareo le provoco una caída haciéndole soltar la navaja, Misa aprovecho esta situación para apoderarse del arma y esta vez cambiar sus circunstancias a su favor.


    — Como ves ahora yo tengo el control — Misa sostenía con sus dos manos la navaja, apuntándole a la asistente que estaba sentada en el suelo.


    — Jajaja no me hagas reír mocosa, ¿acaso sabes si quiera usar un arma? — le desafiaba pensando que una pequeña seria incapaz de hacerlo, pero se equivoco. Misa movió la navaja en tres oportunidades, logrando hacerle una marca en la cara, el pecho y los brazos de la asistente quien emitió unos gritos de dolor desgarradores — ¡Maldita seas! — trataba de detener la sangre de las cortaduras que le causo la niña usando sus manos, pero no consiguiendo que se detuviera el sangrado


    — Pensaste que no sabría como usarla — la miraba con ojos de asesina, algo que impresiono incluso a esa mujer adulta tan cruel. La asistente aterrada reculaba para atrás por temor a lo que Misa la hiciere, pero la chica solo la desmayo tras golpearla con su pierna directamente al rostro.


    Los chicos asombrados de la fuerza de Misa la elogiaban casi olvidándose que en ese mismo momento estaban escapando. De inmediato todos siguieron su rumbo, lamentablemente cada uno tomo caminos distintos buscando salvar sus vidas de esa malvadas personas. El valor de ellos les había dado una oportunidad, en especial la valentía de esa niña de ocho años que se atrevió a enfrentarse a una mujer armada. Pero ahora venia otra faena, el sobrevivir ella y su hermana menor a la vida en la gran ciudad.



    Fin del Flashback


    — Fue así que nos escapamos de aquel orfanato — terminaba de contar su historia Misa ante la mirada de sus sorprendidos compañeros de grupo.


    — ¡Es increíble Misa, incluso de chica eras así de fuerte! — Exclamaba Narumi asombrada.


    — Y dime, ¿después que hicieron? ¿Fueron con la policía? — preguntó Sayoko intrigada.


    — No, al principio había pensado en ir a la comisaría más cercana. Pero luego supuse que ellos también podrían estar implicados con aquella mujer Sameshita, por lo que desistí de ir allí.


    — ¿Pero entonces que hiciste Misa?, ¿Cómo lograron sobrevivir Nanako y tú? — se mostraba Tobei muy interesado en saberlo.


    — Eso lo logramos gracias…a dos ángeles que se nos cruzaron en el camino.


    Falshback:


    Las niñas estaban en una plazoleta cubriéndose del frío invierno con unos diarios viejos que habían sacado de la basura, cuando un hombre mayor con sombrero se les acercó cuidadosamente para hablar con ellas.


    — Díganme niñitas, ¿no tienen un lugar donde ir? — le pregunto el hombre a lo que la niña le dijeron que no moviendo sus cabezas — Entonces no les gustaría ir conmigo a mi casa, allí no tomaran tanto frío.


    — ¿Como podemos confiar en ti? — ya después de todo lo que había pasado Misa no se confiaba de absolutamente nadie.


    — No puedo hacer que lo hagan, solo es cuestión de que habrán su corazón y crean en mi — le explico sonriéndoles con una calidez que ellas no habían sentido desde que murieron sus padres.


    Misa y Nanako están a punto de comenzar una nueva vida.



    Fin del capítulo 19
     
    Última edición: 1 Diciembre 2016
  6.  
    Ruriel

    Ruriel Usuario común

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    Capítulo 20: la familia Takaoka



    Misa y Nanako deambulaban por la gran ciudad, algo desconcertadas ya que ellas jamás habían estado solas en un lugar tan grande. Caminaban por esas calles calurosas debido a las altas temperaturas de un ardiente verano que para una persona con hogar y sin hambre era fastidioso pasar, ni que decir para ellas que solo era un agregado a su doloroso destino.


    Recorriendo los negocios, sobre todo restaurantes y cualquier lugar en donde se sirvieran algún alimento, ellas hurgaron entre la basura, incluso como último recurso discutían los trozos de carne que los propios perros ingerían, esa era su situación, ese era el destino al que dios las obligo a recorrer solas.


    Tan solo una mano bondadosa se les ofreció ayudarla, aquel noble hombre de unos sesenta años le brindo su ayuda, a lo que la hermana mayor mostró su negativa dudando de él. No era nada extraño su desconfianza ya que venían de vivir un infierno al que una supuesta mujer de valores las había llevado.


    Ya con ciertas dudas sobre su supervivencia, la hermana menor le expreso sus dudas a Misa.


    — Onee-san, tengo mucha hambre — se tomaba su estomaga que hacía berrinches casi como si se tratada de un pura sangre dentro de su barriga.


    — Lo sé Nanako, créeme que estoy tratando de hacer lo mejor posible — Misa sabiendo la situación critica en la que estaban intentaba darle esa cuota de esperanza que su hermanita necesitaba para seguir confiando en ella y en las decisiones que tomaba.


    — Debimos haber aceptado la ayuda de aquel hombre — Nanako reconocía la mala idea que fue el rechazar su apoyo, pero también entendía que su hermana estuviera tajante de cualquier acercamiento ajeno después de lo que vivieron.


    — ¿Como podíamos confiar en él? — Insistía Misa en su forma de pensar, era crítico pero de haber aceptado posiblemente hubiesen terminado en un lugar similar u peor que el mismo orfanato.


    — Se que no lo conocíamos onee-san, pero a este paso moriremos de hambre — Nanako no podía pensar con la misma claridad que su hermana, en ella al parecer primero era su estomago quien tomaba las decisiones y después lo hacia su mente.


    Misa entendía que de seguir dándole vueltas al asunto, seguramente no llegarían a nada. Quizás sufrirían una muerte casi segura, o por hambre o por algún ataque de maleantes o cualquier cosa peligrosa que puede sucederle a dos menores solitarias en la ciudad. Así que casi resignándose y agachando la cabeza acepto que en este caso solo tenía una única solución.


    — Esta bien Nanako, me contactare con ese hombre — Misa le había dado quizás la mejor noticia de su vida a su hermana menor, q ue de hecho en su corta edad pocas cosas le habían parecido tan gratificantes.


    — ¡Sabia que aceptarías onee-san! — la niña pegaba un salto de emoción, sentía que ir con ese veterano supuestamente generoso le solucionaría su vida o mas bien le arreglaría por empezar sus problemas para conseguir alimentos y un techo en donde pasar las noches.


    Si bien Misa no estaba con esa misma seguridad, no le quedaba otra que aceptarlo. Afortunadamente aquel hombre les había dejado un trozo de papel con una dirección, incluso hasta les dibujo un mini mapa que les ayudaría como guía para no perderse. Fue así que las chicas se fueron a paso semi ligero rumbo al hogar de aquel señor, se puede decir que la suerte en esta ocasión les fue favorable, notando la cercanía de su destino de donde se encontraban era casi de no creer, con decir que en solo media hora aproximadamente lograron llegar a la casa en cuestión.


    — ¿Con que aquí es? — Menciono Misa mirando de reojo la pequeña casa que estaba como encerrada entre dos complejos de departamentos, era evidente que en ese sitio no podía habitarlo más que una o dos personas cuando mucho — En fin — daba un largo suspiro como rezándole al cielo de que esta vez las cosas les salieran bien — Vamos allá — Misa le daba la señal a su hermanita que como de costumbre se ponía por detrás de ella acobardada, pese a que la de la idea de venir en un principio fuese la mismísima Nanako.


    Casi sigilosamente y temiendo todavía de que sorpresa pudieran tener a llamar a esa puerta, Misa golpeo suavemente pero con la fuerza lo suficientemente razonable como para que dentro del hogar pudieran escucharla.


    Lentamente la puerta dejaba ventilar una brisa, al parecer el aire acondicionado estaba prendido y bastante fuerte por cierto, permitiendo que los visitantes ya al pisar ahí sintieran esa refrescante caricia sobre sus cuerpos.


    No se podía negar que asombro fue lo primero que sintieron esas muchachas al ver que quien les atendió la puerta era una mujer en silla de ruedas y no aquel señor quien las había visto en la calle tapadas con los diarios y aceptando esos malditos cambios climáticos que sufría nuestro país, que de día ardía como el desierto y de noche se convertía en la antártida.


    — Disculpe señora, creo que nos equivocamos — obviamente fue lo primero que pensó Misa al ver a esa señora, pero fue rápidamente despejadas sus dudas cuando un caballero, mas precisamente el que las invito a su casa, se arrimo a la puerta para darle las bienvenida.


    — Ohh, con que finalmente se decidieron a venir — exclamo el hombre que se le notaba cierto cansancio, al parecer producto de un largo día laboral.


    — S-Señor, aceptamos su invitación a comer — fue lo único en lo que pensaba en esas alturas Nanako, quien se alegro de ver a ese hombre de nuevo. Misa en cambio quería mantener cierta distancia y mantenerse alerta ante cualquier posible cambio de actitud que llegara a tener.


    — ¿Quienes son ellas? — preguntó la señora que por lo visto era la esposa del hombre, sacaban esa conclusión luego de verlos besarse.


    — Ellas son las chicas que te mencione hoy a la tarde Michido — explicó ese sujeto que las invitaba a entrar a su casa abriéndole totalmente la puerta para que ingresaran — disculpen el desorden, es que acabamos de comer — aclaro al ver que su mesa aún tenia restos de comida y algunas bebidas a medio terminar.


    — No se preocupe por eso, nosotras no tenemos derecho a exigir nada — contestaba de forma amable, la hermana mayor pese a sus dudas no quería mostrar una imagen descortés como invitadas frente a estos completos extraños.


    — Que chica tan educada, se nota que te han criado bien tus padres — Michido quedo encantada con la forma de expresarse de aquella pequeña niña que mantenía las formas sin importar sus condiciones actuales como persona de la calle.


    Al notar que ellos ya habían acabado de comer, Nanako se desilusionó un poco pensando que ya hoy tendría que olvidarse de probar algún bocado, pero la señora con gran tacto se dio cuenta de la desesperación de la muchacha por llenar su hambre voraz, por lo que le dijo que tomara asiento y esperara a que le recalentara la comida que constaba de una chuletas de cerdo y puré de papas.


    — Compórtate Nanako — le reprochaba Misa a causa del vergonzoso comportamiento de su hermana, mientras se ubicaba en la mesa — Recuerda que estamos en casa ajena, cuida tus morales.


    — No la regañes, a nosotros no nos molesta en lo absoluto — el hombre reía de la escenita entre las hermanas y recordaba cuando él era joven y hacia las mismas cosas delante de su padre.


    Michido después de unos poco minutos trajo la comida a las niñas, no hacia falta decir que para ellas ver esos alimentos sobre la mesa era casi lo mismo que si un pirata encontrara un tesoro.


    — ¡Se ve delicioso! — a Nanako casi se le salían los ojos al ver esas delicias, pero de inmediato recordó que tenia que comportarse mejor ya que Misa la miraba con seriedad como esperando a que hiciera alguna tontería — ¿Ya podemos comenzar? — se calmo tratando de aparentar una paciencia que precisamente no tenia.


    — Por supuesto linda, sírvete lo que quieras — tras el permiso de la dueña de casa, Nanako se sirvió casi a la vez todo el puré y tomo los pedazos mas grandes de aquel cerdo tan apetitoso


    Misa ya estaba un poco cansada de repetir todo el tiempo el asunto de los morales por lo que hizo de cuenta que no había visto nada y dando las gracias correspondientes por los alimento, también comenzó a ingerir esa comida que tanto andaban necesitando.


    La señora Michido miraba atentamente como ambas niñas comían, cada una a su manera y no podía dejar de sentirse feliz de tener la compañía de ellas en su mesa, ya que por lo general la mujer solía comer con su marido u a veces sola a causa de las largas horas de trabajo que tenia el señor de la casa.


    — Estuvieron muy indecisas en venir ¿verdad? — el hombre intentaba sacarle algún tema de conversación para hacer mas amena la visita de las chicas.


    — Lo sentimos señor… — fue recién ahí donde Misa recordó no saber el nombre de aquel individuo ya que jamás se lo preguntaron.


    — Jejeje, es cierto, es la segunda vez que nos vemos y ni siquiera saben mi nombre — al señor parecía que todo le causaba gracia, incluso algo tan simple como esto — Mi nombre es Takaoka Shunpei y ella es mi esposa Michido — miraba a su amada como si fueran unos novios recientes, el amor que se expresaban era notable y Misa captó que esas personas eran realmente diferente a la señora Sameshita y la asistente social.


    — Señor — Misa hizo una pausa antes de decir lo que pensaba — la verdad es que dude de usted cuando nos encontró en la plazoleta, en verdad lo siento — se mostraba arrepentida por haberlo juzgado sin siquiera conocerlo.


    — No te preocupes niña, es normal que ustedes me miraran raro cuando me acerque, imagino que sus padres le habrán dicho que no hablen con extraños — Cundo dijo esas palabras, las niñas dejaron de comer notándolas muy triste casi con ganas de llorar — ¿Qué pasa? ¿Dije algo malo?


    — Nuestros padres…fallecieron — soltó Misa con un hilo de voz mientas su hermana estaba cabizbaja.


    El señor Takaoka se sintió responsable por hacerle recordar algo tan triste y mirándose con su mujer supo que tenía que disculparse.


    — De verdad lo siento, yo no sabia que…


    — No se preocupe señor, si bien los extrañamos mucho, Nanako y yo hemos decidido ser fuertes y seguir adelante con nuestras vidas.


    Shunpei Takaoka vio asombrado la entereza de ella y como podía ser que a su temprana edad le permitiera ser tan correcta y decidida. Por su parte su esposa Michido lloraba sintiendo tristeza por el presente de esas chiquillas.


    — No puedo creerlo, ustedes son muy valientes — la señora sacaba su pañuelo para secarse las lagrimas.


    — Niñas, les propongo algo…


    — ¿De que se trata señor? — Preguntó Misa con intriga.


    — ¿No les gustaría vivir acá con nosotros?


    Las hermanas se vieron mutuamente con sorpresa, esas personas que apenas conocían les abrían las puertas de su casa.


    — Usted… ¿habla en serio?


    — Por supuesto, será todo un honor tenerlas aquí con nosotros, ¿verdad querida? — la señora decía que si con su cabeza al oír la pregunta.


    Misa y Nanako no pudieron ocultar su felicidad y casi de un salto se levantaron de la mesa para abrazarse aliviadas por encontrar esas maravillosas personas.


    — ¡Tenemos una casa onee-san, tendremos comida!


    — ¡Estamos salvadas Nanako, realmente nos hemos salvado!


    Así se dio y no paso demasiado tiempo para que las niñas se adaptaran a sus nuevas vidas. La amable pareja cuido de ellas como si fueran sus propias hijas, dándole comida, brindándoles un techo, llevándolas a la escuela e incluso cumpliendo con algunos caprichos de las pequeñas, en especial de Nanako.


    Michido y su esposo se habían encariñado mucho con las pequeñas, y sentian que todavía tenían que hacer algo mas para que ese vinculo fuera mucho mas fuerte que hasta ahora. Con esa idea en mente, Shunpei y su mujer se sentaron en la mesa con las niñas para hablar de un tema importantísimo que era clave en la vida de todos ellos.


    — Niñas, yo les llame para decirles algo muy importante — comenzó a hablar con cierto nerviosismo por saber la reacción de ellas.


    — Es raro que nos llame tan de repente señor, justo acabamos de venir de la escuela, ¿Qué sucede?, ¿paso algo malo?


    — No, No, No, querida no paso nada malo, yo diría que todo lo contrario, Shunpei y yo queremos darles una noticia que espero les guste — mencionaba la señora que se veía emocionada por lo que estaba por comunicarles.


    — Señora, estamos intrigadas con el misterio, es algo bueno ¿verdad?, ¿nos trajeron algún regalo?


    — Jajaja, Nanako, creo que se podría decir que esto es un regalo.


    — ¡¿En serio?!, ¿y que es?, ¿es algún vestido o algún juguete?


    — No es nada de eso.


    — ¿Entonces?


    Luego de reunir el valor, Shunpei dijo las palabras…


    — ¡Queremos adoptarlas! — mencionó emocionado demostrándolo con una enorme sonrisa.


    Las chicas quedaron con sus enormes ojos abiertos y con una gran sorpresa por las palabras del señor Takaoka, quien después de poco tiempo de convivencia les ofrecía ser sus hijas.


    — ¿Dijo…adoptarnos? — Misa era la mas sorprendida, ni remotamente esperaba que les dijera algo semejante, ahora solo no sabia que pensar, tampoco tenia idea de que responderle — Esto...nos toma por sorpresa.


    — Eso lo se querida, pero Shunpei y yo lo hemos estado hablando, y de verdad nos sentiríamos muy felices de que aceptaran ser nuestras hijas de corazón — la mujer tomaba la mano de Misa y Nanako tratando de expresar con ese gesto el cariño que ella les tenia.


    — Es que…no se que decir…


    — ¡¿No sabes que decir?! — Se levanto molesta Nanako ante las dudas de Misa — ¡¿Cómo que no sabes que decir?!


    Misa creía que ella había saltado así por querer que aceptara sin dudar a la oferta, pero se equivoco rotundamente con las intenciones de su hermana.


    — Les agradecemos su propuesta — Nanako se agachaba haciendo una reverencia ante los dueños de casa — Pero no podemos aceptar esto.


    — ¿Qué?, ¿Por qué estas tomando la decisión tú sola Nanako?


    — ¡Lo hago porque nosotras ya tenemos padres! ¡Y ellos ahora nos están mirando en el cielo! — Lloraba con tristeza, recordando la ausencia de su papá y mamá — Como podría aceptar a otros padres, eso seria casi como si me olvidara de ellos.


    Nanako no dejo que se le dijera nada mas, tan solo atino a levantarse de la mesa y se dirigió a su cuarto para intentar descansar. Misa quien se disculpó por ella con el señor Takaoka y su esposa hizo lo mismo media hora más tarde para poder hablar con su hermana en privado.


    Antes de que la noche pasara y el sueño les ganara, Misa intento llevar la charla hacia lo ocurrido esa misma tarde


    — Hoy te volviste a comportar como una niña caprichosa — le reclamo mientras observaba el techo del cuarto meritando sobre lo ocurrido.


    — No me digas eso — hacia muecas de fastidio — parece que tú ya quieres tener una nueva familia.


    — ¿Qué estas diciendo? Mi familia es y será siempre la misma, es por eso que digo que eres una niña caprichosa — Nanako se sentó en la cama para tratar de mirarla a los ojos y saber porque le seguía diciendo eso.


    — Soy una niña Misa y tú también lo eres.


    — Si lo soy… — ella se dio vuelta dándole la espalda a su hermana — pero esto que hemos vivido me ha hecho madurar a la fuerza.


    — ¿Entonces aceptas cambiar de padres tan fácilmente? — miraba la espalda de su hermana ya que la misma no se volteaba para responder.


    — No, lo que estoy aceptando es…esta nueva oportunidad — luego de decir eso Misa cerro sus ojos, el cansancio y el estrés mismo le habían agotado, ese día fue muy largo, como los que venían teniendo últimamente.


    Nanako por su parte no pudo conciliar el sueño, la idea de ser adoptada la había descartado totalmente por más que aquellas personas fueran generosas. Pero esas palabras de Misa la hicieron recapacitar un poco y dejar un margen de dudas en su opinión inicial.


    Y en la mañana siguiente, la menor de las hermanas esperaba por el señor y la señora Takaoka y por Misa, ya que tenía algo muy importante que decirles.


    — Nanako, que sorpresa verte levantada tan temprano — estaba extrañadísima sabiendo lo mucho que les gustaba dormir hasta tarde.


    — Es que…hoy es un día especial — se sentía nerviosa pero a la vez contenta.


    — ¿De que se trata Nanako-chan? — preguntaba impaciente la señora Michido.


    — Si, ¿hay algo que te molesta? — continuo el señor Takaoka, preocupado por la niña.


    Misa que estaba ya fastidiosa por el suspenso la apresuró de un grito


    — ¡Habla de una buena vez Nanako, ¿Qué es lo que pasa?!


    — S-Si ya voy no me apures. Lo que yo quería decir era…era…si aun quieren adoptarnos — dijo con vergüenza, juntado sus brazos y con su cabeza gacha.


    Ellos se quedaron fríos por un momento, pero de inmediato tomaron con suma felicidad las palabras de Nanako. El señor Takaoka la abrazo con fuerza agradeciéndole la oportunidad de que fueran sus hijas, lo mismo hacia la señora Michido que lloraba pero esta vez de alegría con la noticia.


    Misa quien estaba apartada miraba con sorpresa hasta que Nanako se le acercó.


    — Es cierto…Nanako — aún dudaba que lo escucho fuera real.


    — Si onee-san, tu tenias razón, yo también quiero…tener una nueva oportunidad.


    Era algo caprichosa, pero esa decisión le hizo sonreír a Misa después de mucho tiempo, incluso compartiendo lagrimas de alegría al igual que la señora Michido, algo que era muy difícil de ver en Misa que siempre trataba de ser fuerte ante cualquier circunstancia.


    Con unos tramites que duraron algunas semanas, Misa y Nanako pasaron a formar parte de la familia Takaoka. Cuando la hermana mayor salio como mejor alumna y compañera de su clase, ellos fueron a recibir el agasajo que le hizo la escuela como su verdadera hija.


    La vida de las dos muchachas había cambiado rotundamente, eso lo sintió sobre todo Misa, que después de aquello ocurrido se encontró con una personita también muy especial ya en el tercer grado de escuela.


    Misa les ayudaba con la tarea a unas niñas de su clase, cuando una pequeña de coletas en ambos lados se le acerco con una pelota de goma.


    — Chicas, no quieren jugar conmigo — la pequeña estaba embarrada luego de haber pateado la pelota durante toda la tarde en la tierra mojada, eso si en total soledad, ya que por algún motivo las niñas no le prestaban atención.


    — Otra vez tú — se quejaba una que ya parecía conocerla — ya te hemos dicho que jugar a la pelota es para los niños.


    — Si, si quieres estar con nosotras trae tu muñeca o el juego de maquillaje y te aceptaremos.


    — Pero mi abuelito me dio esta pelota para que jugada con mis amigas, él no tiene dinero para comprarme mas cosas y además que esos juegos de chicas son muy aburridos — se defendía de las otras atacando sus juegos.


    — Entonces olvídalo, aparte que estamos ocupada haciendo la tarea.


    — Pero…


    — ¡Que no insistas, vete ya y déjanos estudiar! — la chica se puso triste y se daba la media vuelta para seguir jugando sola, ella sabia que ninguna niña de su escuela la acompañaría en un entretenimiento para chicos, pero...


    — ¡Espera! — Misa la detuvo antes de que se fuera — Dime ¿Cómo se juega?, jamás lo he hecho antes.


    — Quieres decir que…


    — Si, si quieres jugaré contigo, me llamo Misa — le hacia una reverencia, pero la chiquilla de coletas respondió abrazándola y colgándose de su cuello le dijo…


    — ¡Gracias, muchas gracias! — la niña parecía un monito colgado de Misa, pero esta trato de calmarla para que dijera aunque sea su nombre.


    — No es para tanto — la separo de su cuello — además aún ni me has dicho tu nombre.


    — Jejeje, es verdad, me llamo Sanako y me gusta mucho la comida y la música. — la chica era rara, pero a Misa le parecía graciosa y ese día comenzó una relación que hasta hoy seguía perdurando.


    Fin del Flashback:


    — Y así fue como paso todo — explico Misa mientras miraba a Sanako haciendo intentos fallidos por tocar la guitarra — Y como conocí a esta pesada — señalando a la vocalista.


    — Misa, lo único que entiendo es que tú y Nanako son muy unidas, deberías ir por ella, no pueden seguir enojadas — Tobei luego de escuchar su historia creyó que una rencilla tan tota no podía separarlas.


    — Déjala — decía con indiferencia — ya se le pasara — por mas que no lo reconocía, ella tenia su orgullo y no quería salir a pedirle disculpas por un berrinche de ella.


    — Entonces déjame que hable con ella — le propuso Tobei


    — ¿Tú?, pero que tienes que ver en esto


    — ¡Si, déjanos a nosotros! — Se acercó Sanako colgándose del cuello de Tobei — Nosotros traeremos de regreso a Nana-chan.


    ¿Misa dejará que sus compañeros de grupo se hagan cargo del asunto?



    Fin del capítulo 20
     
  7.  
    Ruriel

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    Capítulo 21: la hermana caprichosa



    Tobei y Sanako le habían prometido a Misa que traerían de vuelta a Nanako para que conciliaran sus diferencias, y pese a no estar muy segura de mandarlos, la hermana mayor acepto y el par se dirigió hacia una casa de juegos de maquinitas.


    — Vaya no creí que existieran lugares como esto todavía, es como volver a los ochenta — dijo con sorpresa Sanako que pensaba que las maquinitas de arcade eran parte de la prehistoria.


    — Las maquinitas eran muy entretenidas Sanako, acaso nunca jugaste al ¿pacman o el tetris? — mencionaba con emoción recordando viejos tiempos.


    — Pan… ¿Qué?


    — Pacman Sanako, es uno de los juegos mas famoso de todos los tiempos, no puedo creer que nunca hayas escuchado nada de eso — decía con fastidio por desconocer su existencia.


    — Jajaja, discúlpame Tobei-kun, es que yo no soy tan vieja, jamás he jugado a nada de eso — llevándose una mano en la nuca — pero creí que tú y yo éramos de la misma edad, ¿acaso has repetido mucho de año?


    — ¡Claro que no! — reaccionó con enfado — pero aun recuerdo cuando mi hermano mayor me llevaba de pequeño a este tipo de lugares, creo que nunca lo olvidaré.


    — ¿En serio? ¿Y como se llamaba ese lugar al que ibas?


    — Eehhh — se quedo pensándolo — creo que ya lo olvide — reía avergonzado, pero Sanako le pego un coscorrón en su cabeza por su memoria.


    — Y después soy yo la torpe ¿no?


    — Auch — se sobaba la cabeza con algo de dolor — no era necesario que hicieras eso.


    — No te pegue tan fuerte Tobei-kun, además estamos yéndonos del tema, se supone que Nanako-chan esta en este lugar.


    — Si…eso dijo Misa — dijo recobrándose del golpe que le propino su representara.


    — Es extraño — se quedo mirando con detenimiento el lugar — no parece la clase de sitios a los que acudiría Nanako-chan


    — Pero Misa no puede estar equivocada ¿no?, es su hermana después de todo, debe conocer sus gustos.


    Flashback:


    Sanako estaba muy molesta tratando de convencer a Misa que la dejara ir por su hermana, fue tanto el agotamiento psicológico que a la Takaoka no le quedo otra que decirle que si fuera.


    — Por favor, déjame ir Misa-chan, dime que si, ¿eh?


    — Ya te dije que lo dejaras Sana, no te pongas tan densa — se tapaba los oídos para tratar de no escuchar su voz, pero sin conseguir resultado.


    — No seas gruñona Misa-chan, no te cuesta nada, please — Sanako le jalaba de la manga de su suéter lo que fastidio a Misa que le quito la mano de encima de ella — Basta ya Sanako, esta bien, tú ganas — dijo resignada.


    — ¿En serio? ¿Entonces puedo ir?


    — Si puedes ir — respondió agotada.


    — ¡Que bien, veras que no te arrepentirás! — le levantaba el pulgar, aunque Misa dudaba de no haber cometido un error por dejarla ir con su hermana.


    — Dinos Misa, donde crees que pueda estar Nanako ahora — le preguntó Tobei.


    Misa se quedo pensando y de inmediato se le ocurrió un lugar perfecto para que su hermana se marchara.


    — Mmm, sabiendo como es ella, posiblemente este en el lugar de los juegos de maquinitas — dedujo en el momento.


    — ¿Maquinitas? ¿Y que es eso? — preguntó Sanako mostrando tener muy poca calle.


    — En verdad no sabes lo que son las maquinitas — Sanako le demostraba con su cara de desentendida que ni siquiera tenia idea lo que era eso.


    — Caray, ¿has jugado alguna vez a los juegos en la compu? — pregunto para tratar de darle algún ejemplo


    — Si, y son muy divertidos


    — Pues esto seria algo parecido, solo que en vez de usar la computadora íbamos a lugares con aparatos grandes en los que usabas fichas y cada uno tenía un juego — explicaba con paciencia, aunque dudando que a Sanako le quedara algo en la mente — Igual, no es tan importante que sepas lo que son, pero lo extraño es que en verdad Nanako este en un lugar así — miraba a Misa descreyendo de su suposición.


    — Entiendo que desconfíes Tobei, Nanako no da la impresión de ser una chica con esa clase de gustos, pero créeme que a ella le fascina eso sitios. De pequeñas solíamos colarnos de la escuela para jugar con las maquinitas.


    — Pero entonces por donde buscamos, suponiendo que este en un lugar como ese.


    — Bueno, actualmente solo existe un lugar así en la ciudad y ese es…


    Fin del Flashback:


    — ¡Don King Kong World! — exclamaron ellos en frente del sitio.


    — Bueno, tendríamos que entrar y no perder mas tiempo — Tobei miro a Sanako y ella asintió, ya dentro notaron que muchos adultos de unos treinta años rondaban por el lugar, habiendo muy pocos niños en el mismo.


    — ¿Estas seguro que es un lugar para chicos? — le preguntaba Sanako viendo a muchachos ya grandes con barbilla y algunos incluso con canas en sus cabellos.


    — Supongo que en su momento toda esta gente fueron niños — reía nervioso dándose cuenta que el gustaba de un hobby algo antiguo para un chico de su edad — Igual, busquemos a Nanako, ella debe estar jugando en algunas de estas maquinas.


    Los dos se pusieron a buscar en los distintos juegos, bueno en realidad solo uno de ellos, ya que Sana se quedo entretenida jugando al arcanoid.


    — Oye Sanako, se supone que vinimos a buscar a Nanako no a jugar — le reclamaba viendo como se entretenía como una niña.


    — Espérame un segundito Tobei-kun, este juego es muy divertido — respondía mientras hacia maniobras para que no se le cayera la pelotita.


    Tobei conociéndole un poco las mañas a su compañera y representara, dejo que siguiera divirtiéndose mientras él continuo en su búsqueda de Nanako por el resto de los juego, hasta que finalmente dio con ella que justamente estaba usando el juego de carreras compitiendo contra la maquina. El joven al ver que la maquina de al lado se encontraba desocupada se sentó junto a ella para hablarle.


    — ¿Cómo estas Nanako? — le saludo sonriente ante el asombro de ella.


    — ¿Que haces tú aquí?, ¿acaso me seguiste? — lo miraba con enojo


    — Espera un poco, no te enfades antes de tiempo.


    — ¿Qué no me enfade? ¿Es que aún no te has dado cuenta que yo te detesto? — le preguntaba sin dejar de mirar el juego.


    — Este…no creí que me tuvieras tanta bronca Nanako, pero vine para que trates de hacer las paces con Misa — mostrando un gesto de seriedad.


    Cuando le dijo eso Nanako se desconcentro y su auto del juego choco dándole fin al mismo y haciendo que la chica le prestara mas atención.


    — ¡¿Y quien eres tú para meterte en esto?! — se encabronó mirándolo con seriedad a los ojos.


    — Oye, no es necesario que me grites, solo intento ayudar


    — Nadie te pidió tú ayuda así que lárgate de aquí y déjame tranquila.


    — Lo siento, pero no puedo hacer eso — respondió con firmeza.


    — ¿Qué?


    — Misa nos contó algo sobre su pasado y… — al momento de decir eso Nanako llevo su mano casi a la cara de Tobei para que se detuviera.


    — Espera, ¿dices que Misa te contó de nuestro pasado? — aún sin creerlo.


    — S-Si, ella nos dijo sobre lo que paso en el orfanato.


    Nanako abrió los ojos a más no poder, no entendía los motivos que podría llegar a tener su hermana para hablarles de algo tan triste de su pasado.


    — No es posible…por que les dijo eso…


    Ante la confusión de ella Tobei le respondió diciéndole su parecer.


    — Escúchame Nanako, Misa de seguro quiera que su ambiente sea mas amplio, es por eso que ella habrá decidido contarnos, posiblemente este necesitada de una mano amiga.


    — Ja, no me hagas reír — decía con ironía — ¿tú ayudarnos?, ¿eso es un chiste?, ¿a quien puedes ayudar si ni siquiera te las arreglas solo? — afirmo con certeza.


    — Hablas como si me conocieras.


    Nanako se cruzo de brazos y piernas y reía con malicia, molestando aún mas a Tobei.


    — ¡¿Qué te causa tanta gracia?! — dijo molesto.


    — Nada — respondió con indiferencia — solo que me tome el tiempo para averiguar de ustedes.


    — ¿Eh?


    — Crees que no averiguaría sobre las personas que pasan tanto tiempo con mi onee-san, luego de verlos me puse a investigar con los chicos de la escuela sobre todos ustedes y déjame decirte que son un grupo bastante curioso — menciono al recordar los reporte que sus compañeros le habían conseguido a ella.


    — ¿Por que dices que curioso? — preguntó sin comprenderlo.


    — Déjame que te conteste — se le quedo cara a cara mirándolo con sus bellos ojos verdes — Por ejemplo de Narumi, me han dicho que ella era la atleta mas fuerte de su antigua escuela y que por eso tuvo muchos problemas para relacionarse con los demás, en especial con los chicos. Sayoko es junto a su hermano Keisuke los herederos a la fortuna del imperio Otsuka, el clan más famoso y rico de todo Japón. Sanako es amiga de onee-san de hace ya un tiempo y por lo que he visto ella es despistada, torpe y carente de sentido común — cuando termino de decir las cualidades de la vocalista, la misma estornudo repentinamente.


    — Achuu!! Caray, alguien debe estar hablando bien de mi — se frotaba su nariz mientras seguía concentrada en el arcanoid.


    Pero Nanako no precisamente la había elogiado, es mas solo destaco sus defectos, pero aun tenía a alguien más a quien le hizo un análisis detallado.


    — Y… ¿Qué hay de mí? — le pregunto Tobei al notar que el todavía no había sido examinado como a los demás.


    — No me hizo falta analizarte — respondió sin darle importancia.


    — ¿En serio? — dijo él con alegría creyendo que había zafado de que sus defectos fueran revelados.


    — Supe que eras un idiota dese el primer día que te vi — sentencio ella, dejándolo al chico como si se le hubiese caído un yunque en la cabeza.


    — Veo que para ti todos nosotros somos insignificantes.


    — Disculpa que te lo diga pero así es, mi onee-san es demasiado buena para perder el tiempo con ustedes.


    — Si la quieres tanto entenderías como se siente.


    — ¿A que te refieres?


    — Misa ha encontrado algo que le gusta, algo que de verdad le interesa hacer, porque no quieres entenderlo.


    Nanako estaba enojada con todo, en especial con Tobei. Seria un asunto de personalidades dispares, o tan solo de piel, pero la realidad era que la chica odiaba la sola presencia del joven manager, sobre todo cuando su onee-san esta involucrada.


    — ¡Quién eres tú para decir lo que a ella le gusta o no! — decía con enojo.


    — Sé que no hace tanto tiempo que conozco a tu hermana, incluso diría que fue muy poco, pero… — mientras que Tobei charlaba con Nanako, no se dio cuenta que Misa quien había ido a ese local para ver que estaba pasando escuchaba lo que decía oculta detrás de una maquinita — Lo poco que he hablado con Misa me dejo darme cuenta que ella es una persona muy ocupada en los sentimientos de los demás. Ahora mismo ella esta interesada en ser una gran bajista de eso estoy seguro, pero también note que al principio solamente se había unido por ayudar a Sanako en su sueño y créeme que eso solo lo hace una persona generosa, una persona…única — haciendo una pausa y riendo con cierta nostalgia.


    Misa estaba extrañada de las palabras de su manager, ella no se imaginaba que él tuviera esa imagen sobre ella y su manera de ser.


    — Muy nostálgico, que palabras más sensibles — decía en forma burlona Nanako, escúchame bien Haga Tobei, no creas que permitiré que te acerques a mi hermana — esas palabras descolocaron a Tobei, que pensó que Nanako había tomado mal su declaración.


    — ¿Que intentas decir? — preguntó confuso.


    — No te hagas el tonto, me doy cuenta perfectamente lo que pretendes de ella — desconfiaba de las intenciones del muchacho — a ti en realidad te…


    Pero Nanako no termino la frase al ver a su hermana parada detrás de Tobei.


    — Onee-san


    — Misa, ¿Cuánto haces que estabas aquí? — dijo con sorpresa Tobei al verla atrás suyo.


    — Lo suficiente — respondió para luego ver a su hermana — Nanako, lo que dijo Tobei en parte es cierto. Yo al principio quise ayudar a Sana en conformar el grupo, pero luego me di cuenta que esto de la música era en verdad algo interesante y decidí seguir adelante y tratar de que las personas escuchen nuestras canciones. Pero hay algo en lo que si se equivoco.


    — ¿En que me equivoque Misa?


    — Yo no me creo ser la persona que dices que soy Tobei-kun, pero igualmente — sonrío levemente — te agradezco que digas algo así sobre mi, muchas gracias.


    Tobei se sonrojo con el cometario de Misa y Nanako en cambio aun seguía molesta por lo ocurrido, pero tenia intenciones de hacer las paces con su hermana, aunque aún había algo que la incomodaba y eso era la relación que comenzaban a tener el manager y la bajista.


    — ¨ ¿Qué te esta pasando onee-san?, tú jamás le habías sonreído a un chico antes, no será que…no, no puede ser.¨ — no le cabía en su cabeza que Misa tuviera algún tipo de sentimiento especial por ese muchacho tan simple, por lo que dejo de atormentarse con sus dudas, aunque solo fuese por un tiempo.


    Nanako finalmente acepto ir a la sala de música y esperar a que su hermana terminara el ensayo, pero por otro lado… ¿Qué esta haciendo Sanako?


    — ¡Vamos dinosaurio, sigue escupiendo esas burbujas! — ella seguía entretenida jugando a los jueguitos y derrotando a los niños de treinta años que estaban a su alrededor. — ¿Y bien, quien mas va a competir conmigo?, hoy es mi día de suerte.


    Su amiga Misa junto a su hermana y Tobei la miraban sin entender que era lo que hacia, o si acaso ya se había olvidado para que estaba ahí.


    — Ella no colaboró en nada — se quejaba Tobei con su cabeza baja.


    — Anímate, cuando la conoces mas ya te acostumbras a este tipo de cosas — le explicaba Misa dándole palmaditas en la espalda.


    Pero ese gestito seguía generándole inquietud a Nana-chan por lo que tuvo una idea para evitar que esto continuada creciendo aún más.


    — Onee-san, tengo que pedirte un favor


    — Huh, ¿de que se trata?


    — Quiero unirme a su grupo, quiero ser una de las chicas de Lovetion — dijo apretando el puño y con gran decisión.


    — ¿Tú…quieres estar con nosotras? — se extraño con la petición de su hermana.


    ¿Nanako será una nueva integrante del grupo?



    Fin del capítulo 21
     
  8.  
    Ruriel

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    Capítulo 22: la nueva guitarrista



    Luego de algunas idas y vueltas, finalmente Nanako acepto reconciliarse con su hermana mayor, aunque al principio era algo que de una forma u otra ella lo iba a hacer igualmente. Pero notando cierto acercamiento de Tobei con Misa (según ella) la pequeña Takaoka tuvo una idea para hacer marcaje de cerca de esos dos.


    En la sala de música


    — ¡¿Qué?! Nanako quiere unirse al grupo — dijo con asombro Narumi


    — Si, Nana-chan se el ocurrió ayudarnos, a mi me parece buena idea — mencionaba feliz Sanako al tener una nueva integrante.


    Sayoko por su parte no estaba del todo convencida. Una por que dudaba de que esa pequeña tuviera alguna idea de cómo tocar algún instrumento. Otra que de algo que despreciaba en un momento, de un día a otro se había convertido en una meta para Nanako, eso era algo como para levantar sospechas, por lo que decidió interrogarla.


    — ¿No estarás tramando algo? — le preguntó sin recelo o con toda la inquietud posible que un ser humano podía demostrar con un gesto físico como también en su tonada al preguntarlo.


    — ¿A-A que te refieres? ¡Y déjame de mirarme con esa cara de sospecha! — el nerviosismo en su respuesta, ese toque de tartamudeo en responder, Nanako no solo no pudo despejar las dudas de Sayo ( como le decían sus amigos) sino que incluso se las acrecentó aun mas, incentivándola a continuar preguntando, pero Misa no estaba de acuerdo con ese cuestionamiento hacia su hermana menor y se lo hizo saber.


    — Detén este hostigamiento Sayo — la chica de largo cabello negro reprochaba ese acoso sobre su hermana fastidiosa, solamente ella creía tener el deber moral de ponerla en su lugar cuando tenia algún tonto capricho, mas si estos involucraban a los demás.


    — Onee-san defiéndeme, yo estoy muy capacitada para formar parte del grupo — Nanako ni tonta ni sonsa ya había tomado la guitarra, casi adueñándose de ella cuando ni siquiera tenia idea de cómo sujetarla ya que la tenia al revés. Pero la vocalista no tenía intenciones de que esa pequeña a la que de principio le cayó bastante bien no teniendo un sentimiento reciproco del lado de la menor de las Takaoka, no deseaba que su instrumento (aunque tampoco fuese de ella) fuera usurpado por una recién llegada, por lo que tomo de un extremo el instrumento comenzando a tironear con Nanako.


    — Dejen de hacer eso, la romperán — Tobei en lo que pensaba era en el artefacto en si, la sala de música no contaba con demasiados instrumentos como para que ellas en una lucha casi absurda las destrozaran. Pero se temía en la relación de estas chicas, sus personalidades con congeniaban en lo absoluto, incluso la suya misma no era si quiera parecida a la de ninguna de ellas, quizás un poco se asemejaba a Misa, pero solo en un pequeño porcentaje. No pareció raro que él mucho acudiera siempre que pudiese a los consejos que le podía darle esa hermosa mujer que tenía como compañera de clase y eso mismo hizo al ver que las cosas con sus representaras no iban del todo bien — Oye Misa, crees que deberíamos interferir, a este paso no ensayaremos nunca. — le susurro al oído, mientras ella veía la pequeña pelea de su hermana con la vocalista.


    — ¿Te parece?, no creo que con tu intromisión fueras a ayudar en algo — era sabido que ante los ojos de su hermana menor Tobei era por decirlo…un completo idiota, si dejara que fuera a intervenir en la discusión que se estaba llevando a cabo posiblemente aumentaría el conflicto pero por otro lado el morbo que le generaba ver que podría pasar si lo hacia se volvió muy tentador — pero si te sientes capaz de hacer algo, entonces adelante.


    El joven no lo sabia, pero desde ese mismo momento desconocía el haberse cavado su propia tumba.


    — Chicas por favor cálmense, si seguimos así no vamos a ningún lugar — Se había puesto en el medio de ellas, casi en los brazos de ambas que no dejaban de sostener la guitarra férreamente — Tranquilícense — sentía la presión de las muchachas, era increíble la fuerza que hacían, Tobei casi acurrucado entre los pechos (por así decirlo ya que ninguna de las dos dotaban de un busto decentemente grande) asfixiaban al manager que se encontraba sonrojado por el poco aire pero también por la vergüenza.


    La rabieta contenida de Nanako, que solía explotar con bastante facilidad, estaba emergiendo lentamente. El chico que tanto odiaba en especial después de notar cierta atracción por su hermana mayor, lo veía casi respirando entre su planicie, donde las mujeres suelen tener ciertas cosas llamadas pechos.


    — Tú...maldito degenerado, ¿Qué crees que haces? — se mordía los dientes, sin darse cuenta había dejado la guitarra, cosa que aprovecho Sana que la abrazaba casi como a su novio y reía mostrando que ella era la ganadora, como siempre en su mente competía por todo, en general por ridiculeces.


    — Espera un momento Nanako, yo por que querría besar tus pechos, además ni los sentí — lo consiguió casi sin buscarlo, precisamente en esa simple oración produjo que el volcán llamado Takaoka Nanako explotara, pero no en llamas sino de rabia.


    — ¿Ni los sentiste?, deduzco que es por mi pequeño busto ¿verdad? — No era presumida y mucho menos detallista en lo físico, pero por alguna razón cada vez que mencionaban el volumen de su delantera su humor cambiaba por completo y de forma brusca.


    — Veras…en realidad quise decir que… — Casi por instinto el se atajaba poniendo sus manos por delante, prácticamente adivinando que un fuerte puñetazo podría llegar a venir de esa delicada pero violenta joven.


    — ¡Eres hombre muerto imbécil! — plaff sonó con un retumbe que daba miedo incluso a los que rodeaban al dúo de combate, el puñetazo que esperaba Tobei se convirtió en una fuerte patada en sus genitales, unas victimas ya constante de esa niña malcriada que había hecho de sus piernas un arma letal para cualquier hombre.


    Su querida hermana Misa dándole cero importancia se puso a leer un libro cómodamente sentada en una silla y cruzada de piernas. Sanako buscaba su colaboración pero esta ya muy agotada con esa repetida escena de violencia decidió dejarlo pasar y que se la arreglaran ellos mismos.


    — Misa-chan esta en plan de quietud, ¿y ahora que hacemos? — Sanako no ocultaba su nerviosismo, moviéndose de un lado a otro, casi suplicando que alguien hiciera algo ya que ella era incapaz de solucionar problemas por su propia cuenta.


    — Ya cálmate Sanako, no creo que ella lo mate — La millonaria chica del clan Otsuka no le daba tampoco mucha relevancia a lo acontecido con ese par, al contrario ya comenzaba a replantearse si había hecho bien en aceptar formar parte de un conjunto en donde era tan difícil ensayar como se debe.


    La negación en colaborar de Sayo hizo que la vocalista buscara por el lado de su baterista Narumi, que por porte, especialmente debido a su gran estatura, imaginaba que tenia la fuerza suficiente para detenerlos.


    — Naru por favor, eres mi última esperanza, te suplico que los detengas, no quiero cavar dos tumbas sin siquiera participara en un recital — casi estaba al borde del llanto, aunque lo hacia exageradamente mas que nada para que alguien le hiciera caso a su pedido, esta suplica pareció dar efecto en Narumi que con algo de fastidio acepto ayudarla esta vez.


    — Esta bien, solo quédate aquí a mirar, como siempre haces Sanako — la enorme Narumi (así la llamaban algunos de sus compañeros, quizás debido a su altura fuera de lo normal en un alumno de su edad) corrió hacia un costado a su torpe y casi inútil líder de grupo para acercarse a la riña callejera en donde Tobei estaba perdiendo por afano.


    Nanako lo tenia revolcado en el suelo, estaba todo pisoteado como si fuera casi un balón de fútbol.


    — Discúlpame Nanako-chan, podrías para un poco — le pidió amablemente, por lo menos hizo ese primer intento de detenerla de forma educada pero no daba resultado — Nanako — siguió llamándola aumentado levemente su tono de voz, pero aún nada — Nanako…te he dicho… ¡que pares la mano! — con furia sujeto con un solo brazo a la muchachita conflictiva que movía sus piecitos como si aun estuviese en tierra firme.


    — ¡Suéltame Narumi!, ¡¿Qué crees que haces?, déjame darle su merecido! — su deseo era continuar con el show de patadas, pero en caso de seguir así el pobre manager estaría mas desfigurado que un rompe cabeza.


    — Ya has hecho suficiente Nana-chi, ¿es que no le ves? — Narumi la acerco aun colgando de sus pies al piso donde el joven estaba hecho añicos.


    — ¡Ahh!, que feo que esta — gritó escandalosamente notando los moretones y chichones que tenia en sus rostro Tobei, sin querer hacerse cargo de que ella fue la que lo dejo en ese estado.


    — Él no estaba tan feo hasta que comenzaste a comportarte como kung fu, ¿Quién te has creído que eres?, Jackie Chan — la miraba de reojo teniéndola cerca de su rostro. Nanako por fin se daba cuenta que se le había ido la mano.


    — L-Lo lamento Narumi, yo no quise llegar tan lejos — ahora si que se veía arrepentida, solo atinó a agachar la cabeza pidiendo disculpas a todas sus compañeras, y también con la necesidad de hacerlo con su molesto manager quien fue su victima.


    Pese a soberana paliza, Tobei no le reprochó nada a Nanako. Sabia bien que ella y él no tuvieron el mejor comienzo al momento de conocerse, por lo que tendría que trabajar duro para ganarse su confianza de acá en adelante.


    Las aguas estaban ya mas calmas, lo que dejaba que ellas se concentraran de pleno en el ensayo que apenas era el tercero que hacían y el primero con la nueva integrante Nanako, quien finalmente se quedo con la guitarra, dejando a Sana únicamente como vocalista del grupo.


    — Bien, comencemos — indicaba animada Sanako, las primeras notas que producía Nana-chan con la guitarra eran más parecidas a una tortura que a una nota, era esperado siendo su primer contacto con el instrumento. Eso era un obstáculo más, lo que hizo que las muchachas ayudaran en lo que pudiesen a la novata, todas excepto su propia hermana quien se encontraba ocupada atendiendo a su manager malherido.


    — Ya deja de moverte Tobei-kun, pareces un niño llorón — Misa pasaba con suavidad unos trozos de algodón sobre su rostro que tenia algunos cortes leves, esta vez si Nanako fue demasiado agresiva con él — lo lamento, al final mi hermanita siempre termina castigándote.


    — No te preocupes Misa, creo que me voy acostumbrando de todas formas — Ponía su mano en la nuca aparentando no sentir nada, pero los golpes de esa niña si que le afectaba.


    — Es que no deberías acostumbrarte a esas cosas, la violencia nunca lleva a nada bueno.


    — Jajaja, imagino que tienes razón, me pregunto si alguna vez dejara de existir la violencia — mencionaba pensativo — ya que eso…convive con el ser humano.


    Fuera del salón de música y de la escuela, un par de camionetas negras se aproximaban al lugar en donde los chicos cumplían con sus actividades escolares. Bajándose de ellas, un grupo de chicas, aproximadamente cinco se pusieron en fila una al lado de la otra observando a la secundaria Arcadia.


    — Que lugar tan patético — daba una ligera observación una de esas chicas mirando de reojo todo el lugar. A simple vista se veía como una escuela común y corriente, y lo era pero una poderosa razón las había llevado a tal sitio a estas jóvenes misteriosas — dime algo Natsumi, ¿estas segura que no te equivocaste de lugar?


    La chica de cabello liso hasta su cuello de color café y ojos amarillentos sonreía por dentro, no tenía ninguna duda de haber encontrado finalmente el lugar en donde se hallaba su objetivo.


    — No hay ningún error, es aquí donde mi joven amo me dijo que estaba esa chica, esa persona especial…


    De nuevo en el salón de música


    La guitarra lloraba, mejor dicho sonaba de la mano de Nanako que después de algunos consejos de sus compañeras, comenzó a tener un poco mas clara la idea de cómo tocar su instrumento, claro todavía con muchísimo por aprender pero todo fuera por estar cerca de su hermana, por evitar que esta se acercara a su molesto manager.


    — Estoy aprendiendo rápido ¿eh? — decía convencida, claro que únicamente ella pensaba así.


    — S-Si lo estas haciendo muy bien Nana-chan — con piedad Narumi disimulaba la realidad, no era quien para bajarle de un hondazo las ilusiones de esa chica, menos cuando ella también era novata.


    — Créeme que si quieres ahuyentar a los perros esas notas van a servirte Nana chi — reía maliciosamente la millonaria Sayo, que a diferencia de Narumi no le interesaba demasiado los ánimos que Nanako tuviese, mas que la rubia consideraba a Misa su rival en popularidad en la escuela, por ende difícilmente le caería simpática su hermana menor.


    — No te quiero escuchar rubia engreída, tocar el teclado no tiene ningún chiste, cualquier idiota lo haría — giro su cabeza mirando a Tobei — Incluso él lo haría — menciono sin dejar de señalarlo, pero notó que su querida onee-san estaba al lado de el chico curando de sus heridas — Tú — lo miraba con fuego en los ojos — buscas siempre la chance de acercarte a Misa ¿verdad?


    — Oye oye oye, estas confundiendo las cosas Nana-chan — Tobei se encontraba sumamente acobardado de ser victima de los golpes de esa chica, ya debía denunciándola, aunque nadie saldría del ridículo de ser constantemente machacado por una chica incluso menor que él.


    — Aquí no hay confusión y además ¿quien te dio permiso de llamarme Nana-chan?


    — Espera, todos te llaman así — seguía reculando sabiendo lo que podría venirse en cualquier momento.


    — Solo la gente que estimo puede llamarme así, ¡tú eres mi máximo enemigo! — era sin duda una declaración de guerra, la amistad entre los dos estaba lejos de algún día concretarse, pero Misa esta vez si interfirió entre él y su hermana.


    — Vamos Nanako, no seas aguafiestas, solo estoy curándolo de los golpes que tú le hiciste — decía con algo de gracia por la situación.


    — ¡No lo defiendas onee-san! Y si es así, tendré que hacerle heridas nuevas para que aprenda a comportarse.


    — Que es lo que te molesta tanto Nanako, solo estoy ayudándolo.


    — ¡Que estas muy cerca de él! No sabes que hay mucha gente pervertida, quizás quiera aprovechar a la minima oportunidad para acariciarte o quien sabe que.


    Esa inquietud le dio una buena idea a Misa para darle su merecido y hacer que dejara de meterse en todo.


    — Estas exagerando, si quisiera ser mas cariñosa haría algo como esto — fue entonces que Misa le tomo de la cara y le brindo un suave beso en la mejilla, tomándolo por sorpresa y dejándolo en shock con un sonrojo total en su rostro, mientras que Nanako quedo como una piedra sin respuesta.


    Pero la insólita decisión de Misa de besarle la mejilla no solo dejo pasmada a su hermana, el resto de la banda se encontraba de la misma forma mirándose entre si y dando leves comentarios de lo que pasaba, o pensaban que sucedía.


    — Genial, que tortolitos tan lindos — decía con emoción Sanako, pensando torpemente que esa insignificante acción era suficiente para formarlos como pareja.


    — ¿Qué pasa con Misa?, ¿por que hizo eso? — Sayoko desconocía que una mujer tan bella a la que considera su rival tuviese la necesidad de ser cariñosa con un sujeto como Tobei.


    — No creo que sea nada malo, quizás ella solo busca molestar a Nanako — explicó Narumi buscándole fundamentos firmes.


    Mientras ocurría esto, la puerta de la sala era golpeada, alguien llamaba a la entrada, cosa extraña ya que generalmente era siempre destruida por quienes entraban ahí. Cuando Narumi abría la misma, notó con sorpresa la presencia de tres chicas que jamás había visto por la escuela.


    — Buenas tardes, ¿se les ofrece algo?


    — Hola, estamos buscando a una chica y sabemos que esta en esta clase.


    — ¿Ah si? ¿Y a quien buscan? — le preguntó Narumi un tanto seria, por algún motivo esas chicas no le agradaban del todo.


    — Takaoka Misa — respondía una de las chicas, la aludida tomo con asombro que fuera por ella por quien venían por lo que se acercó para saber de quien se trataba.


    — Discúlpenme, ¿ustedes me buscaban? — se paro frente a esas muchachas aunque a ninguna de ellas las conocía.


    — ¿Tú eres Takaoka Misa? — preguntaba Natsumi, pero por dentro sabia que se trataba sin duda de ella, más viendo la belleza que era, tal cual se lo había comentado su amo.


    — Si, soy yo…pero ustedes ¿quienes son?


    — Somos partidarias de un grupo que hará historia en el mundo de la música, y nuestro amo nos ha pedido que te unas a ellos — sentenció Natsumi ante la mirada de Misa quien seguía confusa por ese extraño pedido.


    Esas desconocidas vienen con una rara propuesta para Misa, ¿pero quienes son realmente? ¿Quién será ese amo del que hablan?



    Fin del capítulo 22
     
  9.  
    Ruriel

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    Capítulo 23: entre el pasado y el presente



    Casi finalizando un nuevo ensayo de la banda y con el aliciente de su nueva guitarrista Nanako, otro día parecía finalizar normalmente hasta que la visita de tres misteriosas alumnas cambio el rumbo repentinamente.



    — Ellas se quieren robar a Misa-chan — comentaba Sanako preocupada.


    — Eso dijeron, ¿pero quienes son? — Tobei miraba a Misa que también parecía desconocer la respuesta a la pregunta.


    Misa observaba y no tenia dudas de que jamás había visto con anterioridad a esas muchachas, en cambio estas al parecer sabían mucho sobre ella.


    — Te ves confundida Takaoka Misa


    — Como no estarlo, vienen de repente tres personas que nuca vi en mi vida y dicen que quieren llevarme con su amo que tampoco se quien es — quizás era por una corazonada, pero ellas no parecían ser gente confiable y Misa lo sabia.


    — No te alarmes Takaoka, como ya te lo dije, hemos venido únicamente a traerte esta proposición de mi maestro y amo — la chica se acercaba a Misa cuando se tropezó con una estatua de piedra o mas bien… — ¿que hace esta cosa acá en medio del camino? — preguntaba extrañada al ver una escultura en la entrada de la sala.


    — ¡Esa no es una estatua! — Respondía Sanako de inmediato — Es Nana-chan en modo de petrificación.


    — ¡¿Qué?! — Quedo algo asustada — ¿esta cosa es una persona?


    — No la molestes, si la despierta nos matará a todos — y se acercó a Tobei que quería mantenerse al margen del nuevo conflicto — en especial a ti amigo Tobei-kun.


    — No jodas Sanako y déjame tranquilo — contestó algo malhumorado, en especial con la vocalista que vivía atormentándolo.


    Las tres misteriosas chicas miraban con atención el comportamiento de esa banda y no podían creerlo que su amo las enviaran a buscar a alguien que perteneciera al mismo, notando los tontas y ridículas que se veían todas ellas.


    — Creo que el amo te dio la dirección equivocada — le dijo una de sus acompañantes a Natsumi quien la aparto con el brazo enfadada.


    — ¡Cierra la boca, mi maestro jamás confundiría una dirección, no es tan torpe como ellas! — hablaba evidentemente de Sanako y compañía que seguían con su ridiculez habitual, no obstante Misa permanecía seria buscando respuestas.


    — Sigo esperando que me digan quienes son — ya impaciente exigió Misa


    — Veo que te estas enfadada — Natsumi noto el cambo de animo de Takaoka por ende decidió presentarse como era debido — Kitamura Natsumi — señalándose con el pulgar.


    — Mi nombre es Hurst Caroline, soy de Inglaterra — era una chica de cabello rubio y ojos azules, quien vestía con una camisa blanca que dejaba ver bastante sus pechos debido a los botones que tenia desabrochados y un pantalón negro.


    — Yo soy Williamson Grace y soy de Escocia — esta chica tenia una cabello rojizo ondulado y traía consigo un típico sombrero escocés y su habitual falda también.


    — Inglaterra, Escocia, Japón que extraña combinación para tres adolescentes como ustedes, ¿quienes son realmente?, me han dicho sus nombres pero sigo sin reconocerlas.


    — Ya te lo dijimos, nosotras no sabemos lo suficiente sobre ti, solo lo que nos ha comentado nuestro amo, él si que te conoce bien — decía Natsumi.


    — ¿Y quien es tu amo?, eso aún no lo has dicho — buscaba explicaciones, saber algún nombre que le diera indicios sobre esa persona que mencionaban.


    — El amo me dijo que solo te dijera su nombre, que con eso te bastaría para recordarlo, él se llama….James — al decirle el nombre Misa supo inmediatamente de quien se trataba, aunque por lo visto por su reacción era alguien que no esperaba tener noticias.


    — No puede ser — Misa tenia sus bellos ojos abiertos a más no poder, realmente le extraño conocer sobre la aparición de esa persona — Creí que jamás volvería a saber de él.


    — ¿Quién es ese tal James? — Le pregunto Tobei a su bajista, pero esta estaba muda sin palabra alguna por decir — ¿Misa?


    En los recuerdos de Misa le aparecía un momento de su pasado, no muy atrás, hace casi tres años cuando ella viajo a Estados Unidos como estudiante de intercambio.


    Flashback:


    Estado de Florida, Estados Unidos


    Una joven e inteligente muchacha proveniente del lejano Japón era presentada ante sus nuevos compañeros de colegio, lugar donde estaría pasando unas semanas como estudiante de intercambio. Los alumnos la veían con un poco de recelo al comienzo, pero fue rápidamente que ellos aceptaron a la chica, especialmente los muchachos notando la preciosura que era la misma.


    — Hola, soy Misa Takaoka, espero llevarme bien con todos ustedes y aprender mucho durante mí estaría aquí — saludaba a los demás chicos haciendo una reverencia, como lo hacia siempre en su escuela en Japón, claro en un país con una cultura totalmente diferente esto se veía extraño, aunque todos sabían con anterioridad sobre algunas costumbres japonesas como en este caso el saludo.


    — Bueno como eres nueva aquí tomate tu tiempo para repasar conceptos y todo lo demás, al menos veo que tienes un buen manejo de nuestro idioma — mencionaba con algo de sorpresa su profesor al ver con la naturalidad con la que se comunicaba, casi como si fuese americana.


    — Si, intento de expresarme de la mejor manera posible, es un idioma un tanto accesible para aprender así que no es la gran cosa — decía Misa con modestia, algo apenada por el elogio de su nuevo maestro.


    — Jajaja, no seas modesta, se nota que eres bastante inteligente, además ya me han pasado tus calificaciones de tu escuela allá en Japón, sinceramente debo decir que me has dejado sin palabras, tienes un coeficiente muy alto.


    Misa tenia mucha vergüenza, estaba completamente sonrojada mas al notar como sus compañeros miraban sonriendo, la situación era un poco incomoda para ella.


    — ¡Oiga profesor, porque no se casa con ella, parece que le gusta todo lo que hace! — se burlaba uno de los estudiantes a lo que el resto acompaño con carcajadas.


    — ¡Guarden silencio! — Grito molesto el profesor — yo solo dije lo excepcional que son sus calificaciones, así que dejen de armar este alboroto y pónganse a estudiar. Ustedes tendrían que aprender a respetar a sus compañeros.


    La intervención de aquel maestro no ayudo demasiado a la estudiante de intercambio, solo logro que algunos de sus compañeros tuvieran celos de ella y usaran eso como escusa para molestarla. Después de ese pequeño bullicio, Misa fue asignada a un asiento casi al fondo de la clase, había otras sillas desocupadas pero varias chicas no querían que esa mimada del maestro se sentada a su lado, por lo que casi todas ponían sus pertenencias en esas butacas vacías para impedir que se sentara a su lado.


    Un poco preocupada la estudiante japonesa se ubico en su lugar esperando a continuar con la clase, fue allí donde se dio cuenta que en ese lugar donde ella se sentó el escritorio estaba lleno de ralladuras, algunas con letras que parecían ser de canciones, cosa que le llamo la atención.


    — Que extraño, pareciera que aquí se sienta alguien, acaso este lugar le corresponde a otro estudiante.


    Su pensamiento no era del todo erróneo, otro alumno solía ubicarse ahí, pero ¿quien era? Esa pregunta resonaba en su cabeza, más que nada por esas letras que estaban escritas, no cualquiera escribiría con ese tipo de sentimiento, al menos eso pensaba Misa.


    Mientras la clase trascurría, algunos de los alumnos se estaban complotando entre si para hacerle una jugarreta a la nueva, en mención de Misa.


    — Esa japonesita engreída, se cree la gran cosa


    — Debemos darle su merecido para que aprenda a ubicarse, ¿no lo creen?


    Con una idea excesiva de ellos por tomar venganza sobre esa muchacha tan capaz que venia del exterior, ese grupo de más o menos seis chicos y chicas comenzó a idear su plan de ataque. Uno de los estudiantes preparaba unos proyectiles de papel, rellenos con restos de comida que le había sobrado de su almuerzo, mientras que otra chica entretenía a Misa haciéndole preguntas y dejando que su rostro estuviese bien visible para que fuese victima fácil.


    — ¿Y que mas debemos hacer aquí Misa? — preguntaba esa estudiante que era cómplice de las fechorías de aquellos chicos mientras enseñaba su libro de texto como pretexto para acercársele.


    Filas delante uno de los chicos se preparaban para arrojarle aquello bollos de papel, quería aprovechar que el maestro se encontraba de espalda dando la explicación de la clase, era la oportunidad perfecta para dar fruto a su plan.


    — Ya vera esa asiática como le va quedar ese lindo rostro cuando le arroje esto, le voy a dar un tratamiento facial gratuito con la porquería que cómo todos los días — ya estando a punto de arrojarle, un zapatazo que fue lanzado desde la entrada del salón golpeo la cabeza de ese muchacho, a lo que todos en la clase se quedaron mirando al autor de ese hecho.


    — Solo un cobarde arrojaría cosas a una dama — ese joven estaba recostado sobre la entrada del salón y con uno de sus pies descalzos.


    — ¡Como te atre…! — el joven que fue agredido al reconocerlo sintió un miedo inmediato, deteniendo su queja, por lo visto conociendo bien quien era esa persona.


    — Joven Morrison, llega tarde ¿y que hace con un solo zapato? — su maestro que no se había dado cuenta de lo que hizo ingenuamente le preguntaba.


    — Lo siento profesor iba corriendo tan rápido para llegar que se me salio uno cuando entre a la clase — y miraba a la victima de su ataque — ¿verdad amigo?


    — S-Si así es, se le cayo aquí de casualidad — respondía con miedo notándose por su tartamudeo.


    — De todas formas debe tratar de llegar mas temprano, ahora ubíquese en su lugar — tras eso el joven Morrison se acercaba a su lugar, no sin antes buscar su zapato y de forma burlona despeinando a su agredido. Pero su gesto se hizo mas adusto al ver que su defendida estaba en su lugar — Me parecía que habías ocupando mi asiento — miraba de reojo a Misa aunque ella ni se inmutaba y solo atinó a decir una palabra


    — Gracias — soltó sin más, no había otra cosa que decirle a ese joven que no conocía aun.


    — Ja, no me des las gracias chica, solo que no me gusta ver a ese tipo de aprovecharos con niñas indefensas — explicaba mientras ocupa la butaca al lado de Misa, por su parte la chica se la vio algo molesta con ese comentario machista


    — Mi nombre es Misa — dijo con seriedad — y no soy una niña indefensa — respondía sin levantar la cabeza ya que se mantenía leyendo el libro de historia.


    — ¿Ah no? ¿Y que hubieras hecho si no salía en tu defensa? — acababa de decir eso que otro pedazo de papel ensalivado se dirigió a ella, pero esta vez Misa lo detuvo atajándolo con el libro que estaba leyendo.


    — Defenderme — respondió muy segura y esta vez dejando ver su rostro al muchacho quien se sorprendió por la belleza de ella.


    — Vaya, eres muy linda — Misa no se tomo el tiempo de responder a ese elogio, ese tipo de cosas no le interesaba, menos a su edad tan tempranera para el romance y sobre todo por no querer tener ningún tipo de relación con este joven alborotado — ¿Siempre eres así de fría con la personas que te elogian?


    — No soy fría, pero tampoco me gusta los elogios de un desconocido.


    — Huh, veo que eres muy complicada — dijo mientras se levantaba de su asiento haciéndose sonar sus nudillos, como si estuviera por empezar una riña.


    — Espera ¿a donde vas?


    — ¿Qué a donde voy? Voy a hacerme cargo del imbécil que arrojo ese papel — Morrison se dirigía al supuesto culpable pero Misa lo detuvo sosteniéndole de su polera y mirándolo a los ojos le dijo…


    — Detente, no comiences una pelea ahora estamos en clases.


    — Ja, como si eso me interesada


    — A ti tal vez no, pero a mi si, ahora soy tu compañera de asiento así que si quieres pelear tendrás que hacerlo fuera de clase donde yo no este implicada.


    — Déjame en paz — le dijo soltándose con cierta violencia — yo no necesito sermones de una niñata estudiosa, soy libre y hago lo que quiero.


    Esa mini discusión no paso desapercibida por el maestro que les llamo la atención.


    — Ustedes dos, ¿Qué es lo que pasa? ¿Algún problema? — Morrison iba a responder de la forma que siempre lo hacia, marchándose de la clase sin darle importancia a nada, pero esta vez las cosas serian diferente estando Misa a su lado como compañera de asiento.


    — Es mi culpa profesor — se culpo a si misma — Mi compañero solo se exalto porque le dije que era lindo.


    La clase entera no creía lo que oía, la desenvoltura que mostraba Misa siendo una recién llegada y encima del extranjero era increíble, mas para decir incluso que le parecía lindo el revoltoso de la clase. Era claro que Morrison también desconocía las intenciones de ella y por que se culpo de algo que fue totalmente al revés.


    — ¿Qué intentas hacer? — decía Morrison en voz baja.


    — Devolviéndote el favor — explico ella mientra mantenía su mirada al pizarrón — no me gusta deberle nada a la gente, meno a alguien que se mete en líos siempre.


    A Morrison no le interesaba nada estar o no en clase, era algo verdaderamente molesto, pero por alguna causa sus padres le obligaban al menos a hacer acto de presencia, pese a todo él sabia muy bien que su rumbo estaba muy alejada de la ciencia o la literatura, su mundo era totalmente diferente y mas allá de su juventud ya tenia en su mente que era lo que quería. Sin embargo esta chica forastera, algo en ella le había llamado mucho la atención y por esa vez quizás la primera, él obedecía el consejo de una desconocida.


    — Esta bien — agacho la cabeza con algo de arrepentimiento — me haré cargo del idiota cuando termine la clase. — Era agresivo, pero a Misa le simpatizaba algo al menos ese rebelde chico, del que solo sabía su apellido.


    — Soy Misa Takaoka — se presento luego de volver a ocupar su lugar y esperando la misma respuesta de él, aunque no decía nada haciéndola desilusionar un poco.


    — Soy James…James Morrison — y se sentó junto a ella, ninguno de los dos lo sabia pero esa tarde comenzaría una gran amistad entre ambos que por poco que fue el tiempo que estuvo la estudiante japonesa en América, fue mas que suficiente para crear un fuerte lazo.


    Fin del Flashback:


    — Nuestra amistad duro poco tiempo, yo semanas después me retorne a Japón y nuca mas supe sobre él…hasta ahora — concluía Misa quien se tenía guardado aquel recuerdo incluso de su propia hermana.


    — Onee-san, jamás supe nada sobre eso — comentó Naanko que ya había dejado de ser de piedra


    — Eras muy pequeña Nanako casi igual que ahora, no te interesaría una relación de amistad como esa.


    — ¡Que cruel eres onee-san! — se enfado por la burla de su hermana mayor.


    — Igualmente mi amo no ha olvidado aquella conexión que tuvo ese breve tiempo contigo, fue por eso que nos mando a buscarte, él siente que eres necesaria para su nuevo proyecto.


    Sin mucho pensar Misa dio una respuesta, claro tenia cierta nostalgia con volver a ver a aquel muchacho conflictivo que le había llamado la atención en aquel entonces, pero ahora ella contaba con un nuevo grupo de amigos a los que no podía y no quería fallarle por nada del mundo y por eso su respuesta fue…


    — Lo lamento, pero dile a James que yo…ya he encontrado algo que realmente me interesa — se ubico juntos a sus compañeras de grupo y su joven manager a quien se le puso muy cerca — y este cabeza hueca — diciéndolo por Tobei claro — él será quien nos cumpla el sueño de todas nosotras.


    Misa se ha decidido por sus amigos actuales dejando el del pasado atrás en su vida, ¿Cuál será la respuesta de James ante esta negativa?



    Fin del capítulo 23
     
  10.  
    Ruriel

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    Capítulo 24: el joven que lo quiere todo



    La respuesta de Misa a la proposición de esas tres forasteras fue contundente y concisa, ella se quedaba en Lovetion, no dejaría a sus amigas con las que recién comenzaban su camino en la música. Natsumi una de esas muchachas forasteras si bien se sorprendió por la negativa de la chica Takaoka, por otro lado ella lo vio de forma favorable el hecho de que no aceptara, ya que realmente le molestaba toda esa lluvia de elogios que su amo había dicho sobre la joven.


    — Con que…te niegas ¿eh? — dijo Natsumi


    — Lo que oyeron, voy a quedarme con ellas — con determinación


    Natsumi personalmente deseaba escuchar eso, creía que seria una buena chance de hacer que su amo se olvidara definitivamente de ella.


    — Je, magnifico, entonces esto da por finalizada nuestra charla — ella se daba la vuelta como dirigiéndose a la salida de la sala de música, cosa que le llamo la atención de sus compañeras.


    — Natsumi, ¿A dónde vas? — le pregunto Caroline, la chica inglesa.


    — Ya la escucharon, ella no vendrá con nosotras — decía Natsumi estando aun de espaldas a ellas


    — ¿Pero que la vas a dejar así como así?, el amo nos pidió que… — se extraño la chica de escocia Grace al ver la poca insistencia que tenia su compañera para persuadir a Misa


    — Se lo que nuestro joven amo nos pidió Grace, pero eso no cambia la decisión que ella tomó — y miro a Misa con detenimiento — a mi no me gusta suplicar ni nada por el estilo Takaoka, el joven amo esta solamente obsesionado con un recuerdo pero pronto se le pasará — y de nuevo comenzaba a caminar hacia la salida — sayonara Takaoka Misa


    Tras marcharse sus otras dos compañeras del extranjero le siguieron los pasos. En tanto el grupo de Lovetion seguía pensando en lo que acababa de ocurrir.


    — Misa-chan, debes haberle dejado tu huella a aquel chico para que mande personas de tan lejos a buscarte — comentaba Sanako


    — No es así Sana, como lo dijo esa chica Natsumi, James solo esta obsesionado con el pasado. Ese chico de lo poco que lo conocí siempre fue un rebelde sin causa, aunque debo reconocer que si tenia talento para escribir letras de canciones.


    La mente de Misa aun recordaba esos tiempos con aquel muchacho, pero no solo ella lo hacia él mismo desde su lugar también sentía esa nostalgia por lo vivido.


    Estados Unidos


    Se terminaba un recital con muchos fanáticos exaltados tras ver la presentación de sus ídolos, en este caso de su gran ídolo un joven de unos veinte años que demostraba tener un gran talento en la canción y sobre todo una avasallante personalidad que no pasaba para nada desapercibido.


    — Joven, otro gran show como de costumbre — le decía una asistente tras alcanzarle una toalla para secarse la transpiración.


    — No es la gran cosa Amanda, esto es solo el comienzo, mi meta esta más allá de esto — miraba como hacia el horizonte quizás pensando en sus planes futuros — solo espero que ella acepte mi propuesta.


    — ¿Ella señor?


    — Olvídalo — respondió arrojándole la toalla — y tráeme algo fuerte de beber estoy sediento.


    xXx


    Tobei se preocupo bastante con lo ocurrido en la mañana, pero la decisión de Misa en quedarse le hizo quitar ese peso que podría significar su salida del grupo, cuando aun este estaba recién creando sus cimientos en el mundo artístico.


    — Fue un alivio que Misa rechazara la oferta de esas chicas — hablaba para si mismo mientras caminaba por la parte mas céntrica de la ciudad — Pero ahora esto me da la obligación de hacer lo mejor para ellas, Sanako confío en mi para este puesto así que tendré que esforzarme.


    Mientras se animaba así mismo noto bastante movimiento en una sucursal de música, se veía que muchas chicas estaban con afiches y fotografías de cierto grupo juvenil que se tomaron la molestia de firmar autógrafos para sus fans.


    — Vaya son muy populares — decía el joven manager con asombro notando la gran fanaticada que había acudido al evento.


    — ¿Que vives en una burbuja? — Preguntaba una de las fanáticas que estaba a los empujones con otras chicas —Star Light es el conjunto pop del momento, que falta de respeto.


    — Si, si no entiendes de música no vengas aquí — expreso otra chica con algo de molestia, sintiendo que subestimaban a su grupo favorito.


    Tobei mira a ese grupo de jóvenes, eran cinco en total, justamente como Lovetion y él se imaginaba dentro de unos años a sus compañeras de clase en la misma situación que estos muchachos.


    — Seria genial que a las chicas…les fuera tan bien como a ellos — ese pensamiento lo puso en una irremediable necesidad de esforzarse mucho mas por el bienestar del grupo, por lo que se prometió así mismo conseguirle su primera oportunidad para mostrarse y si bien era pronto para hacerlo, necesitaba ver cual era la aceptación del público.


    ¿Pero como conseguir esa oportunidad? Esa era una pregunta sin respuesta para Tobei, él jamás había estado en el mundo artístico y desconocía por completo como manejarse en él. Era necesario encontrar la ayuda de alguna persona que tuviera cierto manejo en el ambiente por lo que se le ocurrió el preguntarle a esos chicos tan famosos la manera de meterse en algún show o con quien debería hablar para conseguirlo.


    Con mucha dificultad Tobei se abrió paso entre la gente, casi todas mujeres exceptuando ciertos chicos con gustos muy femeninos por la música que se ponían en rabieta al verlo colarse de las filas.


    — ¡Hey tú, espera tu turno no te pases de listo! — reclamaban algunas de las chicas cuando Tobei ganaba posición para acercársele a la banda


    — Estas tontas creen en verdad que estoy interesado en conseguir el autógrafo de esos niños lindos, por favor prefiero quedarme sordo a oír su música.


    Pero su esfuerzo le dio buenos resultados, Tobei estaba casi al frente de los chicos de Star Light, con bastante vergüenza notando las miradas de esas miles de chicas que aguardaban su turno.


    ¨ Maldición lo que tengo que hacer por ellas, pero se lo merecen ¨ Hola yo necesitaba pedirle un favor — dijo volviendo a la tierra.


    — ¿Huh? ¿Pedirnos un favor? — Respondió Josh el mas joven de los integrantes del grupo, pero pese a su edad era el líder de la misma — Chico estamos firmando autógrafos por si no lo ves, si no viniste a eso entonces déjale lugar a las chicas, el tiempo es oro.


    — Lo sé Lo sé, por eso necesito de su ayuda, mire yo soy el manager de un grupo de chicas que quieren ser parte del mundo de la música al igual que ustedes, se llama Lovetion es por eso pensé que ustedes podrían decirme con quien contactar para conseguirles un show.


    — Chico, ¿Qué parte de lo que te dije no entendiste? Te acabo de decir que estamos ocupados, si no lo entiendes entonces tendremos que sacarte de aquí — la respuesta de ese artista molesto mucho a Tobei, notaba cierto aire de grandeza casi rozando la soberbia en las palabras de él y sobre todo por la manera descortés de expresarse.


    — Oye, espera un segundo, yo solo quería pedirles un consejo no era necesario responderme así.


    — Te respondo como quiero, ¿tienes algún problema? — ya ese tono desafiante le provoco casi como una erupción a los nervios de Tobei que de verdad tenia muchos deseos de golpearlo en su bonita cara de niño mimado.


    — Escúchame bien niñito sin talento, solo te pedía un consejo y si tengo un problema quiero bajarte todos los dientes.


    Los gorilas que tenían como guardaespaldas se acercaron abruptamente a Tobei, el joven manager estaba en problemas con mucha dificultad aguantaría medio minuto con esos monstruos musculosos. Pero cierta persona que lo siguió como si tuviera cierta intuición acudió a defenderlo


    — Suéltenlo — mencionaba esa chica que vigilaba a Tobei.


    — Vos no te metas niña, o te va a ir igual que a él.


    Tobei vio a la persona que defendía su salud y no era otra más que su amiga y bajista del grupo Lovetion, Misa Takaoka.


    — M-Misa, ¿Qué haces aquí?


    — Te vi llegar a este lugar y no pude evitar seguirte, lo siento.


    — No te preocupes por eso Misa, pero no te metas en problemas, ellos podrían golpearte si los provocas.


    — Podría ser…aunque… — una sonrisita se dibujaba en el rostro de la bella bajista, un grado de confianza invadía su ser.


    Los guardaespaldas se acercaron a Misa, claramente tenían intenciones de llevárselas a la fuerza junto con Tobei hasta fuera del local, pero ella al primer contacto tomo del brazo de unos de ellos, un hombre robusto de color que se notaba era muy fuerte y lo tiro al suelo haciendo sonar el piso por el impactante golpe.


    Esa increíble demostración de valor y fuerza dejo mudos a todos, fanáticos, guardaespaldas y el mismísimo grupo que miraban sorprendidos a esa maravillosa chica.


    — ¿Viste eso? — le pregunto Gael a unos de sus compañeros de grupo


    — Que fuerte es, es increíble que con ese cuerpo que parece tan frágil haya podido tirar a Simon.


    — Ni me lo digas, yo aun no entiendo como lo hizo.


    — Esa chica es muy fuerte y también — miraba a la hermosa chica que se defendía del resto de los de seguridad — es tan atractiva.


    — Oye no te vayas a enamorar Josh, esa chica se ve que es muy diferente a nuestras fanáticas, tan solo mira su rostro de seriedad, seguramente ni siquiera nos conozca.


    Igualmente Josh no le quitaba los ojos de encima, Misa le interesaba y no mucho, muchísimo, era sin duda la primera vez que sentía una sensación similar en su corta vida adolescente y eso que él conocía muchas chicas pero esta se notaba que era diferente.


    Viendo como sus guardaespaldas eran derrotados y antes de que las cosas se pusieran aun peor, Josh decidió detener este conflictivo momento llamando a su seguridad para que se detuvieran.


    — Es suficiente muchachos, déjenlo así — se paro del asiento donde se sentó para la firma de autógrafos y lentamente se acercaba a donde estaba Misa y Tobei — Simon, tú y los demás ayúdenme a quitar a estas chicas.


    Los guardias comenzaron a retirar a las chicas, con la sesión de autógrafos a medo terminar algo que molesto al resto del grupo que no entendían las pretensiones de su compañero al detenerlo.


    — ¿Por qué cortaste todo Josh?, ¿que es lo que pretendes?


    — Tranquilízate Gael, se lo que estoy haciendo — dijo sin detener su andar hasta la chica que le llamo tanto la atención — si que eres problemática — le hablo con pose de conquistador.


    — Lo soy cuando se meten con mis amigos — respondió ella de manera cortante y ayudando a Tobei a levantarse.


    — Mis disculpas por el comportamiento de Simon y su gente, pero ellos solo hacían su trabajo.


    — Y yo también hago el mío que es limpiar la basura.


    La manera tan tajante de responder le indicaba claramente a Josh que ella no seria una chica fácil de conquistar, pero ese desafío más que achicarlo lo incentivaba a intentarlo aun más.


    — ¿Siempre te expresas de esa manera?


    — No se de que hablas, ¿acaso no te estoy hablando bien?


    — Un poco agresiva, veo que sabes defenderte tanto en la fuerza como con la palabra.


    — Supongo que si, en fin Tobei y yo tenemos que irnos — Misa iba a retirarse pero Josh no quería desistir de invitarla a salir por lo que ideo una estrategia para retenerla.


    — Escuche de tu amigo que necesitan de ayuda para su grupo ¿no? — le hablo captando la atención de la muchacha que se detuvo a escucharlo.


    — ¿Y tú como sabes eso? — miro a Tobei buscando una respuesta


    — Lo siento Misa es que intentaba conseguirles un show para que puedan mostrarse al público, la verdad no sabia por donde empezar y se me ocurrió pedirles ayuda a ellos.


    — Tendrías que habérnoslos dicho, nosotras somos tus representadas.


    La cara de Tobei mostraba su sentir, estaba realmente apenado, pero por su mente corría la idea de comenzar a hacer las cosas por su cuenta y no dejarles todas las responsabilidades a las chicas, Misa entendiendo esto si bien se molesto por no consultarla, también sintió cierta felicidad por la preocupación que él demostraba por ellas.


    Misa tomo de las manos a Tobei, intentaba calmarlo para que se diera cuenta que su nueva tarea no tenia que impedirle el pedir ayuda cuando fuera necesario, en cambio él solo sintió un cierto cosquilleo en su estomago era algo inevitable ya que cualquier contacto con las chicas solían ponerlo tenso, mas aun cuando esa chica era tan bella como lo era la joven señorita Takaoka.


    — Misa me da un poco de pena, además tendríamos que irnos, armamos mucho alboroto en este lugar van a llamar a la policía — tenia mucha preocupación por lo que pasara si seguían permaneciendo en ese lugar, mas cuando Misa había arrojado al suelo a los guardias de seguridad logrando romper algunas cosa que estaban en venta en ese local de música.


    — Tu amigo esta en lo cierto — interrumpió Josh — con lo que hiciste aquí podríamos detenerlos a los dos tranquilamente, pero podemos hacer un trato.


    — ¿Qué clase de trato? — preguntó Tobei de inmediato al ver una oportunidad de escapar de la ley.


    — Ustedes buscan un show, nosotros podemos conseguirles los contactos para participar en uno en donde serán el evento principal, ¿Qué les parece?


    — No gracias — dijo Misa sin pensarlo


    — Oye espera Misa, es una buena oferta porque no tomarla.


    — Por esa misma causa Tobei, es demasiado generosa la oferta para que no haya algún precio caro que pagar.


    Misa estaba en lo cierto, Josh tenia algo en mente en lo que la involucraba excluidamente a ella.


    — ¿Qué es lo que quieres a cambio de eso? — Tobei seguía pareciéndole buena la proposición pese a lo dicho por Misa.


    — Algo sencillo, solo necesito una salida con ella — Josh al fin había conseguido una idea para lograr su cometido, salir con Misa y el hacerla una de sus tantas conquistas amorosas.


    — ¿Salir…con Misa? — Tobei miraba a su compañera tratando de averiguar a través de sus ojos si a ella en verdad le interesaría salir con alguien como él.


    — No me mires así Tobei, no pienso salir con este sujeto por nada del mundo.


    — ¡Oh vamos!, no seas orgullosa, ¿sabes cuantas chicas quisieran estar en tu lugar? — decía en forma egocéntrica creyéndosela por demás.


    — Olvídalo eso jamás pasara — sentencio ella retirándose lentamente pero Tobei sentía que esa simple salida les vendría bien para evitar problemas, problemas que él mismo había tenido mucho que ver.


    — Misa espera — la tomo de un brazo con algo de pena — piénsalo bien, es solo una salida y ya esta, podremos salir de problemas de hacerlo.


    Misa al escucharlo se sintió algo desilusionada, no deseaba por nada del mundo salir con un sujeto como Josh pero si eso le servia a Tobei para sentirse mas tranquilo, ella no se negaría, era algo extraño pero de hacia ya un tiempo que la bajista trataba de cumplir con los deseos de su manager aunque ni ella misma entendía el motivo.


    — ¿Tú quieres que me vaya con él? — dijo con un hilo de voz con clara muestra de tristeza.


    — Bueno...no es que quiera pero… — la respuesta titubeante solo le hizo a Misa aceptar el pedido de Tobei y aceptar la cita con Josh.


    Misa mirando a Josh aceptó su propuesta y saldría con él, luego de hacerlo se marcho sola sin decirle palabra alguna a Tobei quien se quedo mirándola sin hacer nada por detenerla, el manager sabia en el fondo que lo le había pedido a su compañera fue injusto aunque ya era tarde para dar marcha atrás y eso también era una realidad.


    — Perdóname…Misa — susurro viéndola irse y sabiendo de su error.


    La chica más popular del colegio Arcadia saldrá con uno de los jóvenes talentos de la música ¿Qué hará Tobei al respecto?



    Fin del capítulo 24
     
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  11.  
    Eri Sawachika

    Eri Sawachika Iniciado

    Capricornio
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    Me pregunto si Tobei siente algo por Misa, todo parece indicar que si, ojala continúes pronto y me da gusto volver a leerte
     
  12.  
    Ailine

    Ailine Nico Nico Nii

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    Mi primer comentario, esta historia por alguna razón me hace acordar mucho a Vocaloid, será porque hay personajes similares en algunos rasgos como Sanako ( miku), Misa ( Luka, quizas) y Sayoko ( Rin, sólo por ser rubia jejeje) me llama la atención la historia, no soy quien para corregir nada, no hasta que publique mi propia historia, solo te pediría que haya romance al final del fanfic, porque me ha pasado que en muchos que leí en otros foros después nadie quedaba con nadie, Besitos!!!
     
  13.  
    Ruriel

    Ruriel Usuario común

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    Capítulo 25: la primera cita de Misa



    Tras conocer al líder de una famosa banda juvenil Star Light, Misa debió aceptar de mala gana una invitación a salir con ese arrogante chico, todo por causa de los disturbios que ella provocó en ese local de música tras salir en defensa de Tobei.


    Josh, el engreído niño de la música pop había logrado salirse con la suya, pon fin tendría la oportunidad de estar a solas con esa mujer que desde un primer momento le llamó la atención. Lo primero que hizo fue infórmaselo a sus amigos e integrantes del grupo.


    — Con que esa chica Takoka acepto salir contigo — decía uno de sus colegas que sentado en el sillón miraba como se cambiaba de ropa.


    — Sip, ¿no es fabuloso? — demostraba ciertamente la emoción que tenia, casi como un chico en su primera cita.


    — Hey cálmate mi amigo, parece como si fuera la primer chica con la que sales.


    — Déjame decirte que me siento de esa manera — Josh estaba en lo cierto, sin duda que esta chica le despertaba en él un sentimiento que jamás había sentido por ninguna otra muchacha de las que conoció con anterioridad.


    — Mmm — se quedo pensando su amigo — no te niego que era muy hermosa, es mas aun la recuerdo de aquel incidente en el local, realmente se veía muy sexy y misteriosa.


    — ¡Espera un momento! — Lo detenía Josh — no sigas con tus cumplidos, recuerda que yo la vi primero — termino diciendo a la vez que se ponía una camisa nueva mirándose por un espejo de cuerpo entero.


    — Tranquilízate mi amigo se que tú tienes la prioridad entre nosotros, ¿pero que hay de ella?


    — ¿A que te refieres? — preguntó desconcertado.


    — Crees que una mujer como ella este sola, es casi seguro que tenga un novio por ahí, quien sabe tal vez…su representante, parecía muy atenta con aquel chico.


    Esa insinuación de su amigo le provoco largar la risa.


    — Jajajaja, ¿estas bromeando?


    — ¿Y por que no? — pregunto su amigo con ingenuidad.


    — ¿Es que ya te olvidaste como era ese sujeto? el chico era de lo mas simple, mal vestido, sin atractivo alguno y encima note la torpeza que tenia, ¿de verdad crees que esa mujer saldría con un tipo así?


    Su compañero recordaba al manager de Lovetion y terminaba dándole la razón a Josh sobre lo que opinaba sobre él.


    — Puede que tengas razón que no tiene nada que ver con ese tipo, pero eso no quita la posibilidad de que ella salga con alguien — de nuevo su amigo le causaba intranquilidad a Josh, pero pese a ello él se tenia muchísima confianza en su lado seductor.


    — No importa si ella tiene novio o no, mientras yo este en su camino ningún otro tipo tendrá chance alguna — se dijo así mismo con mucha confianza.


    xXx


    En la casa de las Takaoka, Misa también se arreglaba para acudir a dicha cita, con su hermana menor como espectadora de ella, ya que siempre solía meterse a su habitación para hablar con ella.


    — Onee-san, ¿de verdad vas a salir con alguien?


    — Ya te dije que si Nanako, es la cuarta vez que te lo repito — mencionaba cansada por la insistencia de su hermana.


    — Es que es muy extraño, fue todo tan repentino.


    — Tengo dieciséis años Nanako, no le veo lo raro a que salga con algún chico a pasear por ahí, es de lo más natural.


    — Si pero…


    — Eres molesta en serio, ahora que estoy alejada de Tobei me insistes por saber con quien salgo, decídete ¿que es lo que quieres? ¿Que este cerca de Tobei o que salga con alguien mas?


    Obviamente Nanako no dudo en responder con claridad a esa pregunta.


    — Por supuesto que prefiero que te mantengas alejada de ese idiota, él te perjudica en todo sentido — reafirmo mientras se cruzaba de brazos.


    — Entonces estate tranquila, hoy estaré totalmente alejada de Tobei, así que deja de molestarme — menciono con algo de tristeza y furia al mismo tiempo, cosa que Nanako notó.


    — ¿Paso algo Onee-san? ¿Estás muy distinta que en otros días? — Pregunto preocupada al notarle gestos raros en ella — ¿No me digas que ese manager de pacotilla te hizo algo malo?


    — No tiene nada que ver con Tobei, salgo con este chico solo para remediar algo que hice, no es más que eso — respondía a la vez que peinaba su largo cabello negro.


    Pero había otra cosa que le hacia sospechar a Nanako y eran las pocas ganas que demostraba su hermana por acudir.


    — No te ves muy entusiasmada con esto onee-san


    — En lo absoluto, pero no me queda otra


    — ¡¿Y entonces porque vas?! Quédate aquí y no salgas, puedes solucionar el problema de otra manera que no sea esta.


    Misa se quedo un rato callada meritando la respuesta hasta que le dijo…


    — Lo hago por que él me lo pidió — soltó sin mas


    — ¿Él? — dijo confusa


    — Tobei quiso que yo saliera con este muchacho para salir del aprieto en que nos metimos.


    — ¡¿Qué?! — Reacciono de manera escandalosa — ¡¿Cómo que él te lo pidió?!


    — Ya deja los gritos Nanako — se tapaba los oídos de miedo a que se lastimaran con la irritante voz de su hermana — ¿Acaso no puedes hablar sin gritar?


    — Pero es que…


    — ¿Te parece raro que Tobei me pidiera eso? — Nanako decía que si moviendo su cabeza — A nuestro manager le pareció buena idea apaciguar las aguas con esos chicos, si no lo hubiéramos hecho de esta manera probablemente estaríamos detenidos en alguna comisaría.


    — ¡¿Pero por que solamente tú debes sacrificarte?! ¡¿Él no hará nada al respecto?, también tuvo la culpa de lo que paso!


    — Puede que sea así, pero Tobei lo hizo por nosotras — comentó algo melancólica — Nanako, ¿sabes porque él estaba en ese local?


    — No, ni idea


    — Él estaba buscando accesoria para conseguirnos una presentación, incrédulamente pensó que estos chicos lo ayudarían de buenas a primeras.


    — Bueno, él es nuestro manager se supone que debe hacer esos trabajos para nosotras — respondía quitándole importancia a las acciones de Tobei.


    — Es cierto pero recuerda también que Tobei acepto ser manager a pedido de Sanako, él no tenia intenciones de hacerlo incluso esta totalmente descolocado de un rubro así, su sueño era ser cantante no representante.


    — ¿Y por que no renuncia? Nadie lo obliga a hacerlo.


    — Si…podría hacerlo pero… — recordaba unas palabras que tuvo con él tras el incidente del local de música, mientras se dirigían a sus casas


    Flashback:


    Tobei y Misa caminaban juntos dirigiéndose a sus respectivos hogares que estaban muy cerca una de la otra, sin embargo durante la caminata no se emitía sonido alguno sobre todo por parte de la muchacha.


    — M-Misa… ¿sigues enfadada? En verdad que lo siento yo no quise…


    — ¿Por qué lo hiciste Tobei-kun? ¿Por qué viniste aquí a hablar con esos chicos?


    Él con su cabeza gacha le respondió lo que tenia en mente.


    — Creí que seria bueno para el grupo Misa, nunca quise que terminara de esta manera, no pensé que esos chicos serian tan agresivos.


    — Son gente famosa Tobei y muchas personas como ellos te miran por arriba sintiéndose superior a los demás.


    — Debí sospecharlo pero es que…tenía tanta ilusión de verlas a ustedes rodeadas de fanáticos al igual que ellos. Deseo de verdad que les vaya bien, también seria una manera indirecta…de cumplir mi propio sueño.


    Misa seguía molesta pero aun así escuchaba atentamente su explicación y comenzó a entenderlo un poco más. La verdad era que Tobei solo pensaba en ellas y pese a meter la pata, todo la había hecho con buenas intenciones y ella eso lo valoraba.


    — Je realmente metes la pata seguido Tobei — dijo con una risita en sus labios — Si no fuera que estoy acostumbrada a lidiar con los problemas a los que me involucra Sanako yo en verdad te haría pagar lo que hiciste.


    Tobei se sentía mal por no hacer más que complicar las cosas, le solía pasar seguido pero nunca metiendo a otros en sus embrollos, Misa quien aún lo veía cabizbajo le quiso levantar el ánimo.


    — No te preocupes manager — le dijo deteniéndose para verlo de frente — No estoy enojada contigo, aunque será un fastidio salir con ese pesado — De repente ella levanto su mano para tocarle la mejilla del muchacho — Pero tampoco te preocupes por eso ya que yo…no pienso enamorarme de él — guiñándole el ojo y avergonzando a Tobei.


    — ¡¿P-Por qué me dices eso?! — le dijo todo apenado sin saber de que disfrazarse.


    — Jejeje, solo lo decía por si las dudas


    Fin del Flashback:


    — Con sus errores Tobei solo piensa en el bienestar de los demás — término diciendo Misa.


    — ¡¿Pero por que tuviste que acariciarle la mejilla onee-san?, no te hagas la desentendida es la segunda vez que lo haces! — se mostró con enfado Nanako al notar la nueva costumbre de su hermana mayor.


    — ¿En serio? No me había dado cuenta de eso — haciéndose la que no sabía.


    — Tsck en fin, pero aun me parece mas extraño que pese a coquetear con ese bueno para nada aun así salgas con un desconocido.


    — Ya te lo dije Nanako, no lo hago porque quiera no me quedaba otra — luego de decirlo se levantaba de la silla, ya lista para salir — de todas formas se me hará tarde, no me esperes hasta la noche, no se cuanto tiempo mío quiera malgastar ese sujeto.


    — Espera onee-san aun no te he…


    — En otro momento Nanako, adiós — Misa se retiro de la casa dejándole la palabras en la boca a Nanako, quien estaba muy intranquila con esa cita por lo que solo tuvo una idea para cerciorarse de que todo estuviera bien y para ello necesitaría de la colaboración de…


    Y en la escuela…


    — ¿Quieres seguirlos? — pregunto Tobei ante la consulta de la menor de las Takaoka.


    — Schh, ¿quieres que todo el mundo te oiga? — lo callo notando a los otros alumnos pasar por al lado de ellos — No quiero que esto se vuelva tema de conversación en la escuela.


    — Pero no entiendo el motivo que tengas para seguirlos — dijo Tobei en voz baja.


    — ¿Qué no lo entiendes? ¿De quien te parece que es la culpa de que ella tenga que hacer eso? — le preguntó con la misma tonada de voz.


    — Un momento, ¿tú me culpas a mí de esto?


    — ¿Y quien fue el primero en ir a ese local a molestar a ese grupo? Tienes que hacerte responsable.


    — Pero es que yo…


    — Deja de titubear y ayúdame, ¿entiendes?


    Tobei en la manera que se lo pedía no tuvo mas opción que hacerle caso y seguirla en su plan, más también porque en realidad era cierto que él fue el causante de todo el problema.


    — Está bien — contestó con resignación — imagino que debo ayudarte.


    — ¡Bien! Entonces sígueme — Nanako tomo del brazo a Tobei y salieron corriendo hacia el lugar en donde se haría la cita, dejando la escuela de lado. Lo que no notaron fue que Sanako los vio irse, justamente cuando ella como siempre llegaba tarde al colegio.


    — Esa es Nana-chan y Tobei-kun, ¿pero por qué se irán con tanta prisa? ¿Acaso no pensaran asistir al colegio? — era curioso para la vocalista ver a sus compañeros marcharse así, mas teniendo en cuenta la poca paciencia que le tenia la pequeña Takaoka al manager como para ahora irse de la mano — Sospechoso, esto es muy sospechoso — Sanako estaba en una disyuntiva, no sabia si ir a la escuela o si por el contario seguirlo y hacerse la rata al igual que esos dos. Como era de esperarse el chisme era demasiado fuerte para su ser y dejarlo pasar seria un verdadero pecado por lo que… — muy bien, no tengo mas opción que seguirles — dijo para si misma como dándose ánimos (vamos esto le venia de diez para echarse el faltazo)


    La cita iba a llevarse a cabo en la plaza principal, lugar que había escogido Josh, de haber sido por Misa ella hubiese elegido algún sitio más tranquilo en el que nadie los viera o simplemente hubiese querido ni ir, pero no tenia remedio, se había comprometido a hacerlo y mas ayudarse a ella misma y a Tobei, y si era por apoyar a su inútil manager ella lo haría.


    El cantante que era furor en esos momentos consiguió llegar con muchísima anticipación, tanto que su llegada fue una hora antes de lo previsto, cosa que demostraba el gran deseo que tenia por verla en verdad la sensación que había despertado ella en él era algo que jamás había sentido, necesitaba saber que podía significar ese sentimiento que crecía tan rápidamente dentro suyo.


    — Se está demorando — miraba de reojo su reloj, quizás mas de la cuenta teniendo en cuenta que él jamás se preocupaba por el tiempo, pero en esta ocasión eso cambio rotundamente — rayos, ¿ella estará jugando conmigo? — su lógica lo única que le decía era que ella no llegaba, cuando en realidad aun faltaban como cuarenta minutos para la hora prevista.


    Ya con su impaciencia al tope, la hora por fin llegaba, Misa se arrimaba al lugar de la cita con un vestido enterizo color azul marino, muy ligero debido al calor agobiante que se pasaba por esos tiempos de verano. Si bien no era una ropa súper formal para un evento tan importante (bah, en realidad era una simple salida por compromiso) Josh veía a Misa como a una princesa, la mujer mas bella que sus ojos vieron, y no tenia intenciones de dejarla escaparse de sus manos, esta seria su oportunidad para hacerlo.


    Casi a media cuadra de ahí y ocultos detrás de unos arbustos se encontraban dos espías que se fugaron del colegio con la intención de seguir los pasos de esa novedosa pareja.


    — Ahí están, vaya el chico es muy guapo — Nanako no le quitaba los ojos de encima al dúo, no sin cerciorarse del atractivo físico de aquel chico que quería cortejar a su hermana mayor — No hay dudas que ese chico tiene muchas mas virtudes que tú — sentenció la chica observando a su compañero y manager Tobei, quien venia camuflado con un saco largo y un sombrero estilo Al Capone.


    — No me molestes Nanako, te lo he dicho miles de veces, entre Misa y yo no hay nada, recuerda que ahora mismo estamos aquí porque tú lo quisiste — decía Tobei mientras secaba su transpiración con su pañuelo, ya que con toda esa ropa que llevaba puesta le hacia sufrir casi tres veces mas el calor infernal de la ciudad.


    — No te excuses, si ella esta en esta cita obligada es por tú culpa ¿o no? — comentó haciéndole recordar lo pasado el día anterior.


    En esos instantes Misa y Josh empezaron a caminar cambiando de rumbo hacia sabe donde, Nanako al alertarlo enseguida tomo a Tobei de la mano y siguió los pasos de ellos para no perderlos de vista, no quería ni pensar lo que podría llegar a ocurrir en caso de descuidarlos aunque sea un poco.


    — ¿Dónde crees que vayan? — ella preguntaba con total desconocimiento, mas si tenia en cuenta las palabras de su hermana antes de acudir a la cita, el terminar con esta inmediatamente y no darle posibilidad de nada a Josh, ¿habría cambiado de parecer Misa? Eso era muy raro que sucediese pero podía darse esa posibilidad.


    — No se, quizás a Misa no le caiga tan mal como pensábamos ese chico — esa idea le refutó en la cabeza de Nanako y se paro con una determinación mas que elocuente en su postura y en la mirada — Oye ¿Qué haces por qué te paraste de golpe?


    — ¡Bien, no pienso arriesgarme!


    — ¿Eh?


    — ¡Sígueme inútil, iniciaremos el plan salvemos a onee-san! — lo dijo con tono fuerte, dando a entender que no daría marcha atrás con este plan aunque por otro lado Tobei…


    — ¿El plan qué…?


    Ahora Nanako sigue a su hermana que esta en la cita con uno de los chicos mas sexy, ¿Qué pasará con ella y Tobei? ¿Misa cambiara de opinión acerca de Josh?



    Fin del capítulo 25
     
  14.  
    Ruriel

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    Capítulo 26: corazones cruzados



    Caminaban uno al lado del otro, era inevitable que llamaran la atención, la belleza física de ambos chicos era mas que evidente y cualquier persona que los mirada se daban cuenta de que ellos realmente eran llamativos ante los ojos de todos.


    — Espero no te sientas incomoda por ser el objeto miradas de todos — alucia Josh con bastante arrogancia a algo que a él le sucedía a menudo, obviamente por su fama, pero lo que no sabia era que Misa sin ser conocida tenia también mucha atención del publico. Eso también lo notaba al escuchar los murmullos de la gente que elogiaban quizás más a ella que a él mismo.


    — Vieron que chica tan guapa


    — Si, y esta al lado de ese niño tonto — diciéndolo por Josh que debido a su forma de vestir tan juvenil y su apariencia infantil no demostraba su verdadera edad.


    — Quisiera salir con ella


    Muchos comentarios como estos lograban enfadar a Josh, no pensaba que siendo él una estrella de la canción, fuera a pasar casi desapercibido al estar junto a Misa Takaoka.


    — ¨ No hay dudas de que esta chica es en verdad única, sino no me explico que nadie hable sobre mí ¨


    — ¿Sucede algo? — preguntó ella quitándolo de sus pensamientos


    — ¡No, nada!, ¿Qué podría pasar? Jejeje — intentando disimular su preocupación por no ser el centro de atención.


    — Sabes para ser alguien que esta acostumbrado a salir con muchas chicas, en verdad eres muy aburrido — esa acotación de Misa lo defenestro, le hería a su orgullo como galán y artista.


    — Oye, ¿no estas siendo muy ruda? Ninguna chica antes me había dicho algo semejante — dándole a entender la facilidad que tenia por conquistar chicas.


    — Siempre hay una primera vez para todo, deberías acostumbrarte a que alguien te diga que no en algún momento, nadie gana siempre.


    Pero precisamente esa era la teoría de vida que tenia Josh, el ganar siempre, el desconocía la palabra no, era algo que nunca había oído con algo que él quisiese.


    — Para serte franco a mí por lo general me va bien en todo. Soy de la idea que si no puedes conseguir algo en la vida eres un fracasado y debes renunciar de inmediato a seguir intentándolo.


    Josh no lo sabia, pero esa frase que había dicho, prácticamente acababan con las pocas posibilidades de que esta cita terminara en buenos términos.


    Mientras tanto Nanako y Tobei iban disimuladamente por detrás de ellos tapándose lo más que pudieran sus rostros, ambos llevaban revistas para fingir la lectura en caso de que la pareja los descubrieran, más que estaban a una corta distancia de Misa y Josh.


    — ¿Qué crees que estén hablando ahora? Parece que mi hermana esta muy seria — diciendo por el gesto de molestia que veía en Misa.


    — No se, a lo mejor ese tal Josh le dijo algo de mal gusto a Misa, en verdad se la ve enojada.


    — Si, me parece que Misa-chan en cualquier momento le va a dar una bofetada — le comentaba una chica que estaba al lado de Tobei, alguien que ellos conocían.


    — ¡Waa! Gritaron los dos, haciendo que Josh lo notara, pero con rapidez los tres se taparon con las revistas, logrando que el joven no les diera importancia — ¿Pero que estas haciendo aquí Sanako? — Tobei de nuevo se veía en problemas al estar al lado de su complicada vocalista.


    — Oigan, acaso no pensaron que solamente ustedes se iban a colarse de la escuela, me pareció buena idea y los seguí — les respondió sonriente por haber escapado, sobre todo ese día que tenían examen de aritmética y ella no había estudiado nada.


    — Tonta, nosotros no lo hicimos por gusto — aclaro muy molesta Nanako


    — ¿Ah no? ¿Entonces?


    — Estamos vigilando a onee-san


    — ¿Vigilándola? ¿Y para que?


    — Ah, tú nunca entiendes nada, ese chico esta tratando de cortejar a mi onee-san — habló con bastante fastidio por la incapacidad de entendimiento de Sanako.


    — Sanako, nosotros seguimos a Misa porque ella se vio forzada a tener una cita con ese chico, en realidad fue culpa mía — reconociendo su error lo admitía Tobei.


    — ¿Culpa tuya Tobei-kun?


    — Si, es una larga historia pero Misa… — él observaba a la bajista como se la veía incomoda con la situación que estaba pasando — ella esta pagando por mis errores — termino diciendo mientras contenía su bronca apretando sus dientes.


    Por otro lado Misa callada seguía al lado de Josh, que aunque sea necesitaba una palabra de su parte para que esta salida no fuese un desastre.


    — Así que… ¿Cuánto hace que formaron su banda? — pregunto Josh, recordando que Tobei había dicho que necesitaban ayuda para su grupo musical, en cual formaba parte Misa.


    — Mas o menos un mes — respondió ella antes de beberse una lata de gaseosa que compro a la pasada.


    — ¡¿Qué?! ¿Tan solo un mes?


    — Si, no grites, ¿Qué tiene de malo eso?


    — Y con solo un mes de existencia tú estúpido manager quería un contrato jajaja, ese tipo si que es único, la verdad deberías replantearte ser representada por alguien como él — ya la burla había colmado las paciencia de Misa quien finalmente hizo lo que Sanako predijo minutos antes, una fuertísima cachetada, dejándole todos los dedos marcados al engreído cantante y sin dejar de mirarlo con furia.


    — Escúchame bien, nunca hables de las personas que no conoces de esa forma tan insultante. Tobei puede ser alguien que recién se inicia en esto, incluso comete errores, pero eso no me quita lo que yo pienso y pensaré de él hasta el final, Tobei es…el mejor chico que conozco — la firmeza de sus palabras dejo aun mas sorprendido a Josh que incluso la misma cachetada que recibió, esa mas bien parecía una confesión que una expresión de virtudes y Tobei quien la escucho claramente, no dejaba de mirar la defensa férrea hacia su persona que hizo su hermosa bajista.


    — Misa es…


    — Caramba, no creí que la tenias tan loquita por ti Tobei-kun — Sanako le decía pegándole pequeños codazos.


    — No molestes Sana


    Pero la discusión de Josh con Misa no terminaba aún, y el cantante le hizo una propuesta algo familiar para ella, ya que hacia poco le ofrecieron lo mismo.


    — ¡Renuncia a ese grupo tuyo y únete a Star Light! — dijo Josh con firmeza intentado aunque sea por ese lado acercarse a ella.


    La propuesta de Josh puso en alerta a sus compañeros que los escuchaban


    — Josh quiere llevarse a mi onne-san a su grupo


    — ¿Eh…? Esto es terrible Nana-chan, tenemos que detenerlos — dijo escandalizada Sanako


    — Si no nos apresuramos quizás pueda convencerla — reafirmo la pequeña Takaoka mientras Sanako la observaba como si esperada que ella tomara cartas en el asunto — No me mires a mi, onee-san jamás me hace caso — y ahí Nanako miro a Tobei — ¡¡¡el único que puede convencerla eres tú idiota!!!


    — Tobei-kun, es cierto — acompaño a la afirmación Sana


    — No se preocupen, ese tal Josh se nota que le gusta Misa, así que solo quiere usar eso para acercársele.


    — Pero… ¡¿Qué pasara si Misa acepta unirse a su grupo?! Mi onee-san ya estaba tomándole el gusto a ser bajista.


    Tobei quedo en silencio y solo dijo…


    — Eso…depende de Misa, no podemos obligarla a que haga algo que no quiera Nanako, Sanako.


    Misa seguía con su frialdad ante Josh, por primera vez sentía de verdad lo que era un rechazo por parte de una chica, pero aun no se daba por vencido.


    — Eres muy buena, resististe todo este tiempo a mis encantos — continuaba presumiendo, sin darse cuenta que esa manera de ser complicaba las cosas con la joven Takaoka.


    — ¡Deja de decirme tonterías tonto presumido! — le dijo con fuerza — ¡dame ese contrato para Tobei y déjame en paz!


    — ¡Q-Que cuerdas vocales!, realmente deberías unirte a mi grupo — él enceguecido por ella la tomo de los brazos, casi con ganas de abrazarla, de nuevo hacia algo verdaderamente molesto para Misa.


    — Realmente eres muy buena Misa, si te unieras a Star Light, si practicaras como vocalista nuestra seguramente serias la segunda mejor del grupo después de mi.


    — ¡¡Dame el contrato!! — respondió lo mismo y otra vez ignorándolo.


    ¨ No me escucho…¨ — ya la falta de atención comenzaba a volverse exasperante para ese presumido cantante — Entra a mi banda y entonces tendrás el contrato.


    — ¡¡Bien, ahora si que me canse!! — se subía las mangas, casi con ganas de pelearse con el sujeto que era todo un fastidio, no podría entender el motivo para que las chicas enloquecieran por él, mas allá de su atractivo físico.


    Misa de repente desapareció de la vista de Josh, eso era por que ella se agacho para agarrar al chico y levantarlo con todas sus fuerzas


    — ¿Huhh? — Josh se vio sorprendido por la acción de la muchacha.


    Las personas que pasaban por ahí y obviamente los amigos de Misa también veían con asombro lo que hacia la bajista al arrojar al suelo a ese engreído.


    — ¡Mi onee-san lo levantó como una bolsa de papas!


    — E-Es… — Sanako recordaba las veces que hacia fastidiar a Misa y pensó que tendría que dejar de hacerlo.


    — ¡Aaahh! — cuando Josh se dio cuenta, él ya estaba en el suelo mirando desde ahí a la persona culpable de que estuviera en ese estado.


    Era una situación inesperada, la gente que pasaba, los espectadores que eran los del grupo Lovetion, todos no creían lo que veían sus ojos y mucho menos Josh quien lentamente se levantaba del suelo con bastante dolor.


    — Dame el contrato — repitió Misa casi por enésima vez.


    — Ahhh… ¿y que tal? ¿Te gusto tocarme?


    — ¿Eh? — Misa lo observaba sin comprender por la insistencia a que se le uniera o a decir tantas idioteces.


    — Te uniste a esa banda Lovetion para gustarle a ese manager de pacotilla, ¿no? — diciéndolo por Tobei, que no creía lo que escuchaba — Si lo haces solo por eso no lograras avanzar mucho, forzarte a practicar una actividad que no te gusta solo hará infeliz a ese muchacho.


    Misa lo escuchaba con atención, y esa idea no era del todo equivocada, tenia que admitirlo que era verdad absoluta, ella se había enamorado de Tobei y era la primera vez que le pasaba eso con alguien. Pero en otro punto Josh si estaba equivocado.


    — Entra a mi banda Takaoka, y juntos seremos estrellas mundiales.


    Los compañeros de Misa estaban expectantes a la respuesta, sobre todo Tobei luego de lo que escuchó.


    — No…


    — No seas testaruda Takaoka.


    — Yo seré la bajista — respondió ella.


    — ¿Eh?, ¿por qué? — Josh no lo dejaría a no ser de escuchar una sólida argumentación.




    — Porque yo pertenezco al grupo Lovetion — se dio la media vuelta ya sin siquiera pedir el contrato, ya no le interesaba, ella y sus compañeros harían todo lo posible por conseguirlo por su cuenta.


    Tobei quien se sentía tan culpable por lo que le hizo pasar se quedo muy conmocionado, pero a la vez feliz, ella realmente le gustaba formar parte de la banda, y a ella realmente le gustaba él.


    — One-san, ella es tan directa en lo que piensa — Nanako lloraba como loca de la emoción, y dejando su pañuelo totalmente empapado.


    — Misa-chan — Sanako acompañaba el concierto de llanto de Nanako pero un tanto más exagerada — ¿Esto es muy bueno verdad, Tobei-kun?


    — ¿Lo crees así manager inútil? — Nanako aun recordaba parte del discurso de su hermana y como también reconocía que le gustaba Tobei.


    — Mmm, esto es una perdida de tiempo, mejor vámonos es malo espiar a la gente — se retiraba con mucha pena y transpirando mucho al recordar a la bajista, Nanako y Sana que lo veían irse, reían al notarlo tan nervioso y poco sensato con sus sentimientos.


    — ¡Vamos a practicar, el tiempo es oro! — les dijo Tobei a la distancia y ambas chicas dijeron que si con muchas ganas y siguiéndoles los pasos.


    Misa parecía que se iba a ir de regreso otra vez hacia donde se encontraba Josh, pero…


    — ¿Qué paso?, ¿no me digas que cambiaste de opinión y vendrás con nosotros? — se hacia ilusión de tenerla finalmente.


    — ¡Claro que no!


    — ¿Entonces?


    — ¡Dame ese contrato! — extendía la mano esperando a que se lo diera.


    — Pensé que no lo aceptarías, que intentarían conseguirlo ustedes mismos.


    — Es verdad, pero cuando me puse a pensar mejor me dije, es mucho más sencillo si lo obtenemos de un tercero, al menos al principio — guiñando el ojo — y por otro lado… ¡esto era parte del trato, así que dámelo!


    Saliéndose con la suya Misa regreso a su casa con el contrato en la mano y mucho mas tranquila por el deber cumplido con esta fastidiosa cita.


    Esa imprevista y no buscada salida de Misa Takaoka con el juvenil líder de Star Light Josh, resulto en cierta forma ser bastante productiva, ya que la joven consiguió el contrato para su grupo y también le ayudo para afianzar algo que tenia en su corazón y que esa molesta persona que la acompaño le obligo a confesar casi sin buscarlo.


    — ¨Fue sin querer, pero terminé aceptando de forma natural que Tobei me gusta¨ — Misa pensaba para si el momento en que esto ocurrió, ella que jamás le dedico mucho espacio al amor ahora aceptaba sus sentimientos por su compañero y manager — ¨ ¿Ahora que haré? ¿Me comportaré como siempre con él? ¨ — ya sabiendo lo que sentía, ella tenia que imaginarse cual seria su forma de proceder de ahora en más, pero tendría que tener cuidado porque el corazón de Haga Tobei estaba ocupado por otra persona y esa persona era…


    Ya en la mañana en una esquina cerca de la casa de Tobei, el joven en cuestión se dirigía como de costumbre hacia la escuela, algo tarde como de costumbre y después de unos días de ausencia una persona muy especial para él lo esperaba para ir juntos hasta allí.


    — ¡Buenos días Tobei-kun!


    — ¡Buenos días Midori-chan! — saludaba con gran alegría a su amiga de la infancia después de no verla recientemente, aunque para él ese corto tiempo fue una eternidad.


    — Lamento no haber venido por ti en estos días, he tenido ciertos asuntos que…


    — No tienes que explicarme nada Midori-chan, me pone feliz de verte así que es suficiente para mi — dijo con total sinceridad.


    — Me alegra mucho oír eso — le respondió ella con una sonrisa, algo que le encantaba a Tobei y una de las cosas que hizo que el manager desde hace mucho tiempo sintiera eso que sentía por su amiga.


    ¨ Nunca voy a reprocharte nada Midori, ya que tú desde siempre…me has gustado. ¨


    Dos personas enamoradas pero con sus sentimientos en suspenso, ¿Podrán Misa o Tobei estar con las personas que aman?



    Fin del capítulo 26
     
  15.  
    Ruriel

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    Capítulo 27: ensayo de voz



    Sanako se estaba cambiando en el vestidor de chicas de la escuela, como ella frecuentemente llegaba tarde era la única que estaba allí. Mientras se ponía su uniforme escolar recordaba lo que había pasado el día de ayer con Misa y aquel chico del grupo Star Light.


    — Waa, tengo mucho sueño, debe ser que ayer dormí poco — ahí recordó a su amiga Misa — me pregunto como habrá amanecido Misa-chan, ella si que tendrá un día interesante hoy, me pregunto quien se pensó ese creído de Josh como para querer conquistar a mi amiga de esa forma tan poco sutil, ella no es una persona tan influenciable por los rasgos físicos de la gente, para ella lo mas importante es… — también se acordó de lo dicho por Josh y que supuestamente a ella le gustaba Tobei — Me pregunto si será cierto lo que dijo ese joven, ¿acaso Misa esta enamorada de Tobei-kun? — esa pregunta rondaba por su mente y no podía esperar a encontrase con su compañera para preguntarle, aunque…¨ Porque me preocupa tanto, seria bueno para Misa-chan estar con Tobei-kun así que debería ponerme feliz pero… ¿por qué…me pone tan triste?¨


    Sanako se dirigió a la sala de música aún con muchas cosas en su mente.


    — De todas formas no importa tanto, ya que todavía se desconoce lo que siente Tobei-kun, ¨ un momento, yo no debería pensar en ello, no es de mi incumbencia, eso seria meterme mucho en su intimidad ¨


    Ya cuando llego en la sala vio al susodicho Tobei-kun parado en la entrada de la misma, viendo lo que ocurría en el ensayo que estaba demorado.


    — ¡Ooooh, ahí esta Tobei! — Se mostró contenta por verlo, cosa que le sorprendía — ¨ creo que ser amiga de él es mucho mejor, es una persona muy agradable ¨ — Tobei… — salio alegre a saludarlo pero…


    — ¡Llegas tarde Kobayashi! — la recibió Narumi con un golpe en la cabeza.


    — Jirafa — así le llamaba Sanako por la estatura de su compañera


    — Hishikawa — Tobei abrió sus ojos viendo lo hecho por Narumi


    — ¡Comencemos a ensayar! ¡Reúnanse! — Misa también estaba súper entusiasmada, cosa que le llamo la atención a Sayoko — ¡Vamos Lovetion! — gritaba con ganas logrando contagiar a sus amigas.


    — ¡¡Si!! — acompañaron las demás también siguiéndole sus ganas.


    Misa ponía gran énfasis en sus notas musicales, inesperadamente demostraba mucho mas emoción que la desenfrenada Sana quien casi siempre era la más enérgica en cuanto los ensayos, pero hoy era al revés, la joven Takaoka se veía muy vitalizada y Kobayashi comenzaba a agotarse de tanto memorizar lo que le pedía su bajista.


    — Vamos chicas, se que pueden dar mucho mas no se rindan — exclamaba Misa dándole muy poco respiro a las muchachas.


    — Que le pasa a Takaoka, ¿le paso algo bueno? — preguntaba Sayoko


    — No lo se — respondió Nanako, aunque era mentira, ella si sabia los motivos de esa actitud de su hermana mayor


    Flashback:


    — Yo seré la bajista — respondió Misa.


    — ¿Eh?, ¿por qué? — Josh no lo dejaría a no ser que escuchara una sólida argumentación.


    — Porque yo pertenezco al grupo Lovetion — se dio la media vuelta ya sin siquiera pedir el contrato, ya no le interesaba, ella y sus compañeras harían todo lo posible por conseguirlo por su cuenta


    Fin del Flashback:


    — ¨ Mi onee-san esta muy animada por ese tonto manager ¨


    En eso una profesora ingresaba al salón, ella vestía como una mujer de unos cuarenta años, un tanto como decirlo…nerd, ya que en su apariencia sen lo demostraba a causa de sus gafas de gran grosor y su peinado recogido y un tanto despeinado, demasiado poco femenino y casi nada atrayente ante los hombres.


    — Oh muchachas, ¿ya han comenzado? — preguntaba la maestra al verlas ensayar y acompañada de su asistente.


    — Profesora — respondió Misa.


    — Buenas tardes — saludaron Narumi, Sayoko y Nanako, pero por su parte Sanako no contestó con muchas ganas, ya que no reconocía a la persona que estaba en frente.


    — ¡Más fuerte! — Narumi de nuevo regañaba a Sana pegándole un coscorrón en la cabeza — ¡¡Tienes que saludar con mas emoción!!


    — ¿Por qué siempre me pega a mi? — se quejaba Sanako tomándose la cabeza.


    — ¡¡Buenas tardes!! — Saludo Narumi enérgica siendo esta vez acompañada por el resto.


    — ¡¡Buenas!! — Saludo también de la misma manera Tobei no queriendo ser menos.


    — Jajaja buenas a todos… — Saludo la profesora con bastante menos exageración que ellos.


    — ¿Qué esta pasando aquí? — se preguntaba Sanako todavía sin saber quien era esa mujer.


    Tras ese breve corte para los saludos, las chicas siguieron en lo suyo tratando de pulir todo lo que pudieran su forma de tocar para mejorar antes de su primera presentación.


    Un grupo de admiradores de Misa Takaoka también estaban parados en frente de la sala, esperando ver a su ídola tocar el bajo, claro solo que lo único que en realidad les interesaba era verla a ella.


    — Miren, ahí esta Misa-chan.


    — Sii, es preciosa.


    Era la hora de continuar con el ensayo de vocalización, y pese a la primera impresión que habían tenido los chicos de la clase sobre Sanako, esta en realidad no había pegado una nota y solo fue disimulada por la clara admiración que le tenían los chicos a ellas por sus atributos físicos y no por su talento.


    — Practica de vocalización, eso quiere decir que tendré que apartarme de nuevo — menciono Sana ya que las últimas veces había dejado su lugar a Misa para que cantara y viera como se hacia — ¿Cuándo podré cantar yo?


    — No te quejes Sanako, ya tendrás tú momento de hacerlo — la calmaba Tobei aunque por dentro sabia que llevaría algo de tiempo para que eso sucediera pero, ese día Narumi tuvo una idea y se la comento a la profesora de música que llego hacia poco.


    — Profesora Ikeda, creo que es el momento de enseñarle a cantar a Kobayashi.


    Sanako y Tobei también lo tomaron por sorpresa, ya que no se esperaban que llegara tan pronto esa oportunidad para la chica con coletas.


    — ¿Q-Que le pasa a Narumi-chan? — preguntó Sana


    — ¡¡¿Escuchaste lo que dijo?!! — menciono Tobei igual de sorprendido.


    Sanako aun no creyéndolo se acerco a su compañera Narumi y le estiraba la mejilla, creo que era su manera de cerciorarse de que fuera ella. Con tanto cargoseo que Hishikawa termino haciendo lo mismo que antes y le propuso un coscorrón en la cabeza (ya parecía balón de fútbol).


    — Si, es la verdadera — acepto Sanako frotándose la cabeza que tenía un chichón.


    Narumi de nuevo se dirigía a su superiora, a quien le tenía mucho respeto.


    — ¿Qué opina profesora…?


    — ….. Jejeje ¨ Narumi finalmente acepta que soy una estrella, si eso debe ser¨


    — Me parece bien — contestó calmadamente la profesora.


    — Gracias — solo eso podía decirle Narumi, sabía que su maestra de música no aceptaba tan fácilmente las cosas, pero esta vez si lo había hecho.


    — Muy bien — dijo en forma de celebración Kobayashi — ¨ Finalmente podré lucirme, finalmente podré demostrar mis dotes a Tobei y me prestara mas atención que a las demás ¨ — por alguna razón la opinión de su manager y mas precisamente su atención se habían vuelto sumamente importante para ella y lo demostraba al saludarlo con mucha euforia tratando de quedar bien.


    — ¿Por qué Kobayashi actúa de esa forma tan extraña? — Dijo uno de los admiradores de Misa — Simplemente es una loca, mira esa cara y ese peinado tan ridículo.


    — Es una rara — le respondió otro del club de fan de Misa Takaoka.


    — Y además siempre intenta superar a Misa o a Sayoko, aunque por supuesto nunca podrá, es una idiota.


    — Debería renunciar al grupo.


    Era lógico que tantos comentarios defenestrantes hacia Kobayashi hicieran que saltara Tobei a defenderla.


    — ¡Hey ustedes! — les habló Tobei con enfado.


    — ¿Eh? — ellos quedaron como congelados


    — No deberían hablar así, Kobayashi se esfuerza mucho por tratar de mejorar, deberían sentirse avergonzados.


    Atentamente lo escuchaban ese grupo de muchachos y algunos compañeros de clase más que solo fisgoneaban ahí.


    — Espera Haga — lo trataba de detener uno de sus compañeros de clase.


    Esa escena era observada por el asistente de la profesora, el joven Otani Soseki quien se reía por la gracia que le causaba.


    — ¡Hey Takaoka, enséñale como se hace! — Le pidió Sayoko a la bajista, precisamente una chica con la que menos quería recibir consejos en esta ocasión Sana — al escuchar que Takaoka iba a intervenir, los chicos de su grupo de fans hicieron a un lado a Tobei casi a los empujones.


    — Estos tipos son de lo peor — se quejaba Tobei.


    — ¿Estas bien Haga? — se preocupo su compañero de clase que fue a mirar.


    — ¡Siii, Misa-chan! — eufóricos decían sus admiradores cuando la vieron tomar el micrófono.


    — ¡Grr…dejen de gritar malditos! — reclamaba Sanako.


    — Observa como lo hace Sanako — se le acercó Sayoko para que la viera atentamente como hacia para tomar aire y vocalizar bien.


    — ¡No quiero oírte Misa-chan! — Sanako tenía otras intenciones, por eso tomo un ratón que justamente se paseaba por el piso de salón y se lo arrimo a Misa logrando asustarla.


    — ¡Basta! — la golpeaba Sayoko para que dejara de hacer tonterías.


    Misa dijo solo algunas estrofas de una vieja canción, pero fue más que suficiente para que sus admiradores enloquecieran y también Tobei, que dejo mudo a sus amigos.


    — ¡Eres fabulosa Misa-chan! — gritaban a coro los muchachos.


    — ¡Genial Misa, lo haces muy bien! — la euforia de Tobei le llamo la atención a sus compañeros de clase que lo veían igual de exagerado que los admiradores de la millonaria.


    — Oye, pareces una porrista Haga, cálmate.


    — Ahora intenta cantar la misma estrofa que Takaoka — le decía Sayoko.


    — Tsk, ¿para que molestarse?, no tengo porque hacer algo tan simple, yo con mi voz puedo ganarme al público — presumía aunque sin ningún justificativo para sustentarlo.


    — Ah…otra vez esta fanfarroneando — se lamentaba Nanako conociendo el temperamento de Sayoko.


    — Sayoko se va a molestar — opinaba Soseki el asistente de la maestra que estaba cerca de Nanako.


    Sayoko algo estresada dijo…


    — Tonta, saber cantar no es algo tan sencillo, hay que empezar de cero para corregir errores de entonación.


    — Que molesta, otra vez con cosas básicas. No veo lo importante de esto, mientras el publico te aplauda es suficiente, no importa si practico o si lo hago en frente de la gente.


    — En los conciertos habrá mucha gente exigente con la entonación, no tendrás posibilidad de lucirte — ya la calma de Sayoko se estaba terminando — Te lo dije antes, si no sabes los conceptos básicos de la música no servirás en un concierto.


    — Ahh…entiendo…ser una cantante es muy complicado — menciono Sanako dándose por vencida y aceptando la sugerencia de Sayo.


    — ¡Esa es la actitud!, para ser una buena cantante primero debes aprender bien las cosas básicas.


    Nanako y el asistente Soseki ya respiraban más aliviados, imaginándose que esto pudo haber terminado en desastre.


    — Comencemos — señalo Sayoko, dándole espacio a su compañera para que iniciara.


    — Cantar esa sencilla estrofa con tonada suave ¿no? Está bien lo haré — Sanako se preparaba a recitar las notas, pero noto como su manager la observaba y una tonta idea se le paso por la mente — ¨ Tobei me esta mirando, no puedo cantar suave frente a él, debo impresionarlo con mi tonada de voz, aquí va ¨ — Sanako cantó con su aguda voz en alto, totalmente lo contario a lo que le pidió su compañera Sayo, las venas se divisaron también en la frente de Narumi, que molestísima le arrojo su propia mochila, usándolo de proyectil.


    — ¡¡Pedazo de estúpida!! — le reclamo la Narumi con enfado.


    — ¡¡Ahhh!! ¿Qué haces? — se sobaba la cabeza que comenzaba a sentir el rigor de los golpes de sus amigas.


    — ¡¡Cállate estúpida!! ¡¡Sigues siendo la misma idiota de siempre!!


    — ¿Qué te pasa? Tienes muchos cambios de humor, es difícil entender a una jirafa — se defendía la chica de coletas.


    — ¡¡¿A quien le dices jirafa?!!


    — Ouch — Nanako le dolía de solo ver los golpes de la gigante de Narumi.


    — Siempre terminan igual… — pensaba Sayoko para si.


    — Ah… — Tobei no sabia que hacer, la verdad que la facilidad que tenia Sanako para meterse en problemas era realmente llamativa.


    — Ves, es una idiota — se burlaban los fanáticos de Misa que precisamente estaba en un rincón ya harta de tanto quilombo.


    ¨ Gran tonta…¨ — pensaba la bajista viendo el escándalo.


    Las oportunidades de Sanako las sigue desaprovechando. Ahora su testarudez no le permite aceptar consejos de sus compañeras, menos de su mejor amiga Misa a quien parece querer tenerla como rival en la música ¿ y en el amor? Eso solamente la vocalista lo sabe.



    Fin del capítulo 27
     
  16.  
    Ruriel

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    Capítulo 28: primeros pasos de la estrella



    Esa tarde de ensayo tres amigas de la clase de Sanako decidieron acudir a la sala de música, tenían muchísimos deseos de oír cantar a su querida compañera pero cuando vieron lo que estaba sucediendo ahí no pudieron evitar soltar la risa. Eso fue a causa de las estrofas que entonaba la vocalista que en verdad eran desastrosas, un verdadero dolor de cabeza para los que la escuchaban.


    — Hahahahaha — se morían de la risa ellas eran Takeshita Mineko, Takata Miyo , Inaba Oriana y Umehara Naho — Eres un desastre Kobayashi, no has pegado ni una nota, no has dejado de desafinar — seguían diciendo sin dejar de mofarse de su amiga.


    — ¡¡Silencio!! Fuera de aquí grupo de tontas — se expreso con enojo la vocalista que en vez de recibir apoyo de sus compañeras de clase, solo era motivo de burla — demonios… — se mordía los dientes de la bronca.


    Sanako Kobayashi después de mucho esfuerzo a podido formar un grupo musical, incluso le eligió el nombre. Luego de varios días de práctica ha mejorado en cuenta gotas algo su forma de tocar la guitarra por ejemplo e incluso algunos pasos de baile para hacer durante los conciertos y ahora mismo esta tratando de vocalizar.


    Sin embargo como buena cabezota que es, esta obsesionada con entonar en alto, cosa que le ha prohibido por el momento Sayoko y las demás debido a su aguda voz que no era para nada atractiva en ese tipo de sintonía. Pese a ello Sanako sigue insistiendo que hacer entonación en bajo es aburrido y sencillo, aunque…


    — ¿Que pasa Kobayashi? Es una vergüenza que no puedas decir una pequeña estrofa sin desafinar, ¿no lo crees? — Sayoko que tenia mayor experiencia que ella en la música le hacia pagar derecho de piso, mas por ser tan testaruda y querer hacer lo que se le antoja.


    — Grrr…maldita — se enojaba Sanako — ¨ Es que no puedo entonar bien ¿Qué estoy haciendo mal? Es raro…¨


    Los fanáticos de Misa se seguían haciendo el postre con la incompetencia de la muchacha refregándoselo en el rostro del manager.


    — ¿Ves? esa de Kobayashi no puede hacer nada.


    — Solo es una chica con peinado ridículo — por el parecido a Hatsune Miku al menos por su cabello, ella era vista siempre de esa forma.


    — ¿No lo ves?


    — Ah… ¡No es cierto! Es que nadie nace sabiendo cantar — la defendía el manager — Ni siquiera Misa era tan hábil cuando comenzó a vocalizar.


    Esa comparación puso de los pelos a los fans de Misa


    — ¡¿Qué dijiste de Takoaka?! — le empujo a Tobei unos de los fanáticos


    — ¡No permitiré que digas eso estúpido! — respondió otro.


    — Ahh!! No hace falta ponerse violeto — dijo mientras retrocedía — Ni siquiera entienden lo importante de un ensayo para un grupo musical, solo se la pasan gritando Misa, Misa, solo son unos estúpidos — le confesaba a uno de sus compañeros que se arrimo a ayudarlo.


    — ¿Estas bien Haga? — le pregunto su compañero de clase a lo que Tobei le respondió que si.


    — ¡Hey Takoaka, muéstrale otra vez como se hace la tonada a Kobayahi! — le pidió Sayoko intentado por todos los medios que la chica aprendiera lo básico en la música.


    La nueva participación de Misa logro de nuevo enloquecer a sus fanáticos y también al manager Tobei que tenia deseos de oírla cantar otra vez. Esa reacción tan ridícula de él le hizo pensar solo una cosa a su compañero de clase.


    — Tonto — era lo único que podía decirle después de querer aparentar seriedad para luego comportarse como un payaso.


    — Aahh, Tobei…!!! — Sanako lo miraba molesta por perderlo como su hincha personal — No puedo dejar que Misa-chan siga luciéndose…


    Nota del autor:


    Recibe entrenamiento vocal.Una manera importante de ser un mejor cantante es recibir entrenamiento vocal. Así como sucede con los deportes o el ejercicio, tu voz es un músculo que debes ejercitar para que se desarrolle. Si tienes un profesor de canto profesional podrás aprender técnicas que mejorarán tu voz. Esta es un instrumento, como el piano, que un instructor puede ayudarte a mejorar.[1]

    · Piensa en tener lecciones particulares con un profesor de canto que pueda ayudarte con técnicas que desarrollen tu voz única.[2]

    · Si estás en la escuela, piensa en unirte al coro. Pertenecer a uno es una gran manera de convertirte en un mejor cantante pues te ayudará a aprender a cantar con otras personas y leer partituras, y puede darte confianza pues no tendrás que cantar solo.


    Volviendo a nuestras estrellas…


    En el momento de que Misa iba a entonar un almohadazo golpeo a la bajista (por lo visto se trajeron varias de su casa para descansar)


    — Argh — Misa miraba a la culpable con fuegos en los ojos y esa persona era su buena amiga Sanako.


    — Ah, perdón se me resbalo — se disculpaba falsamente tratando de ocultar sus intenciones, claro que Sayoko si sabia que no era de casualidad.


    — Boba, ella te esta enseñando como hacerlo — la reprendía golpeándole ¿en donde? Si en la cabeza.


    — Es que se me resbalo — mostrando sus manos, pero no lo creía ni Sayoko que la miraba feo ni tampoco ella misma — ¡Bien, esta vez lo lograré! — de nuevo era el turno de Kobayashi para cantar (o intentar hacerlo)


    — ¡Pues yo apuesto a que no! — Le gritaba desde la entrada su regordeta amiga Miyo y las otras compañeras le seguían con las carcajadas.


    — ¡Cállense, no me desconcentren! — Sanako era bastante alterable cuando recibía las cargadas de sus amigas de clase — Sanako tomo un poco de aire, se concentro lo mas que pudo o mas bien lo que mayormente le permitía su cabecita — ¨ ¿Cómo puedo fallar en algo tan simple?, esta vez lo lograré ¨ — y comenzó a cantar y… — el sonido irritante arruino casi el oído de todos, aunque aun así el fans Group de Misa se divertían de lo lindo.


    — Hahahahaha — se mataban de la risa el grupo de admiradores.


    — Kobayashi — Decía Tobei lamentose por el fallido.


    — Que divertido — dijo Misa, pero en su cara se veía más fastidio que alegría.


    — La garganta le dolerá aparte de nuestros tímpanos — Comentaba Miyo al ver el nuevo fracaso de su amiga.


    — Además de hacer el ridículo — le siguió al comentario Oriana, sintiendo algo de pena por ella.


    — Pobre…levanta mucho la voz, ¿no se como no se da cuenta? — suspiraba Mineko notando sus fallas.


    Mientras tanto su amiga que estaba ensayando rezongaba de frustración.


    — ¡Demonios! ¡¿Por qué no puedo lograrlo?! — se quejaba Kobayashi sin encontrar respuestas.


    El asistente Soseki se acerco a la maestra para pedirle un favor al ver los problemas de Sanako.


    — Maestra ¿no debería darle un consejo a Kobayashi?


    — Mmm dejemos que lo logre sola, seguro podrá hacerlo.


    Sayoko por su parte le reprochaba a Kobayashi por su error.


    — ¿Ahora entiendes Kobayashi? — Le preguntaba Sayo cruzada de brazos — No debes tomar la música a la ligera.


    — Grrr… — Sanako escuchaba poco y nada, ya que seguía con su bronca.


    Increíblemente Nanako quería poner tranquilidad al asunto por lo que interfirió con el asunto.


    — Observa bien como lo hace onee-san — le pedía la menor de las Takaoka — ¡Hazlo de nuevo onee-san! — se dirigió a su hermana mayor.


    — No necesito escucharla — se quejaba Sanako por tener de nuevo que ver la capacidad en cantar de su amiga de la infancia.


    ¨ Otra vez… ¿solo para que entienda esa idiota? ¨ — con algo de razón Misa se quejaba de la ineptitud de su amiga Sanako, igualmente decidió hacer de nuevo la vocalización para que entendiera como hacerlo, claro muy fastidiosa — ¨ Que torpe que eres Sana ¨


    Con Misa tomando algo de aire para continuar cantando, de nuevo un proyectil impactaba, esta vez en su nuca y en esta ocasión fue un oso de peluche lo que la había golpeado y de nuevo quien la golpeo fue…


    — ¡Ah! Se me escapó — se justificaba de nuevo y por supuesto nadie le creía, mucho menos Misa.


    Esa constante agresión de la vocalista hacia enfurecer a los fanáticos de Misa que le gritaban llenos de ira.


    — ¡Ahhh!


    — ¡¿Qué demonios haces?!


    Se oían las quejas de los fans, mientras también veían complicada la situación el asistente Soseki y Tobei. Por otro lado Misa en silencio se guardaba su bronca, ¿pero hasta que punto lo haría?


    — ¡Bien, las anteriores veces no cuentan, ahora si cantaré en serio! — decía Sanako (claro que otra le quedaba, las pruebas recientes fueron bochornosas) pero en ese instante una mochila le dio vuelta la cara a la niña de coletas haciéndola reaccionar con furia rápidamente.


    — ¡¿Que demonios?! — Sanako buscaba con la mirada al culpable, fue ahí donde alguien se disculpó por lo ocurrido.


    — Se me escapó — dijo a secas Misa, una reacción que no se esperaba nadie, pero nadie ya que todos maestros, alumnos, fans quedaron inmutados.


    — Grrrr… — Sanako se mordía la boca, estaba por estallar, nunca antes se sintió tan enfadada y menos con su amiga Misa, pero la razón ni ella se lo explicaba.


    Era un cruce de miradas fulminantes entre la vocalista y la bajista del grupo, Nanako de nuevo intercedió (¿que le pasó? ¿Se volvió pacifista de repente?)


    — Bien…no dejemos que esto pase a mayores, ¿está bien? Tranquilas las dos. Relájate un poco más Kobayashi, con tu figura y tú simpatía puedes deslumbrar a la gente. Sólo debes llegar bien con los acordes vocales, es algo simple pero a la vez difícil, pero se que si te concentras podrás lograrlo — Le explicaba Nanako.


    — Deja de intentar lucirte boba — le reclamo Sayo.


    — Grrr — Sanako mientras seguía enfurecida con todo pero más que nada con Misa.


    — No te sientas frustrada por no hacerlo igual que Misa, en realidad no debes fijarte tanto en el estilo de los otros.


    Sanako quizás con algo de arrepentimiento fue hacia donde estaba Misa.


    — Hey, ¡Misa-chan!, perdón…me frustre por no poder hacerlo bien, lo siento.


    — Ahhh — sus amigas de clase tomaron extraño ese pedido de disculpas, no concordaba para nada con el temperamento de Sana.


    — Kobayashi… — decía feliz Nanako viendo que las cosas se podían calmar ahora.


    — Muéstrame de nuevo como se vocaliza…por favor — Sanako parecía una verdadera santa pidiendo ayuda de su mejor amiga quien la observaba muy diferente en ese momento.


    — …..De acuerdo — le respondió Misa bastante alegre sintiendo que ella por fin había recapacitado.


    — Muy bien Kobayashi! — la felicitaba Tobei contento por la madurez de su compañera aunque…


    Misa tomaba el micrófono con mucha calma sin darse cuenta que cierta persona estaba lista para hacer algo no muy bueno que digamos.


    — ¡Todas estas cosas también se me escaparon! — Sanako en esta oportunidad le arrojo con todo lo que tenia a disposición, mochila, osos de peluche, almohadas, billetera, todo le venia bien para acribillar a su amiga — ¡Eres una estúpida Misa-chan! ¡Toma esto imbécil!, ¡creída! — Sanako seguía arrojándole proyectiles sin parar, esta vez Misa tampoco pudo contener su furia y con mirara de asesina le contesto.


    Cortinas, toallas, ropa interior, libros, era muy variable también la cantidad de misiles que uso Misa para contrarrestar los ataques de Sanako. Se había vuelto una batalla campal que parecía que nadie iba a detener.


    — ¡Aahh! Eso dolió — se quejaba Sana.


    — Imbécil — Misa seguía sus ataques, estaba muy molesta la había sacado de quicio, mas allá de haberse acostumbrado a las estupideces de Sanako, siempre la chica de coletas lograba sorprenderla con una tontería nueva e irritante.


    Ya esta riña no tenia solución, hasta que Sayoko exploto al igual que ellas.


    — ¡¡¡Deténganse!!! — les grito con fiereza, haciendo que la pelea se frenase de una vez por todas, no sin antes causarle un chichón a la rubia tras recibir un sillaso al estar en medio de la confrontación.


    — Ahora si no podrás desfilar en la pasarela rubia teñida — menciono Sanako al verla arruinada a la millonaria.


    Ese día se le prohibió a Kobayashi practicar la vocalización…el camino de una cantante es muy duro.



    Fin del capítulo 28
     

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