Historia larga World of Fantasy: El dominio de la oscuridad

Introducción
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Existe un mundo muy especial, un mundo tan fantástico que está muy lejos de lo llamado "Planeta tierra". Este mundo es el mundo de Dandrémia, un mundo cuyo planeta es muy similar a la Tierra, pero sin ríos, lagos, mares u océanos. El mundo está dividido en 12 reinos los cuales conforman todo el territorio del planeta; estos reinos están en constante lucha por lo que no es un mundo muy pacífico, allí reina la magia, los poderes especiales, los dones y las ventajas de raza. Los 12 reinos están gobernados por los llamados "Aprovechadores" (humanos) por ser los únicos seres que no tienen elementos específicos y por ello aprovechan los dones de cada raza dependiendo de su elemento, por ejemplo, cada reino debe tener una raza propia de agua o magos que puedan utilizar magia "Hidro" para que los ciudadanos tengan agua.

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Todos los reinos tienen algún tipo de elemento que predomine. En total hay 9 elementos como el agua, las plantas, el fuego, la tierra, el hielo, la sangre, la luz, la oscuridad y el elemento legendario llamado "elemento gris" (por combinar los elementos más fuertes que son la luz y la oscuridad). El único elemento que no se encuentra en ningún reino es el elemento de la oscuridad, ya que este tiene su propio mundo que es conectado con Dandrémia por medio de portales llamados "Grietas oscuras".

Otro elemento que sí se encuentra en el mundo de Dandrémia pero que no lleva vínculos con los reinos del suelo es el elemento de la luz, cuyo reino se encuentra en una gigantesca formación de nubes que actúan como suelo pero que mantienen su forma gaseosa, permitiendo así a este reino estar en el aire, haciendo este que sean 13 reinos en total (es el único que no es gobernado por Aprovechadores).

Las guerras siempre han sucedido y los pobladores ya no les temían, simplemente veían las violentas batallas como algo que debía suceder y no era una amenaza para Dandrémia, pero últimamente las batallas han aumentado de una enorme manera, debido a que la influencia de la oscuridad en ellas ahora está presente. Los encargados de cuidar los sueños de la gente y hacer que tuvieran "dulces sueños" era la raza de Ángeles que solo se encontraba en el reino de la luz, estos tenían una batalla infinita contra los seres de la oscuridad a los que se les llama Pesadillas, siendo estos responsables de los "malos sueños" y dando así el equilibrio al mundo.

Las pesadillas se hartaron de la interminable pelea y decidieron dejar la batalla de los sueños un poco de lado para aprovechar las Grietas oscuras y así dominar los reinos con el poder de la oscuridad. Los Ángeles al no tener una gran influencia en el mundo de los Aprovechadores no pudieron hacerles frente a las pesadillas, y estás con el dominio de 2 reinos enteros lograron vencer a los Ángeles en la batalla de los sueños, creando pesadillas en casi todas las personas de Dandrémia, siendo este el comienzo de un caos.

El jefe de las pesadillas era el rey Érebo el cual tenía un poder desconocido ya que nadie nunca lo había enfrentado; tiene 3 hijos, uno de ellos se llama Ray y es el general de las tropas de batalla de su padre, el otro se llama Tynx el cual heredo gran poder de su padre y se dice que podría acabar con un reino completo el solo, por lo que es la única referencia al poder de Érebo. Pero a Tynx no le gustaban los Malos sueños y tenía una mala idea del mundo de su padre, por lo que fue rechazado de la sociedad oscura y desterrado al "Mundo de la Nada", del cual Tynx con su gran poder logró escapar. Tiempo después Érebo tuvo otro hijo, solo que este era diferente a los otros 2, se trataba de una copia "exacta" de Érebo, el cual quería criar para que cuando él muriera este se quedara con su trono ya que Ray no tenía la fuerza necesaria y Tynx no quería serlo.

Tynx se enteró de la creación de su nuevo hermano que aún no tenía nombre, así que regreso al mundo de las pesadillas y en silencio como una sombra logro raptar al nuevo hijo de Érebo. Por desgracia fue descubierto y se encuentra en persecución...

 

Capítulo 1:
El destino​

— ¡Maldición, me están alcanzando! — Decía Tynx corriendo por un bosque con un grupo de hombres armados tras de él.

— Gwaa... ¡Gwaaaaaaaaaa! — Lloraba cada vez más el pequeño niño.
Tynx casi sin ninguna esperanza solo podía pensar en que fallaría en su misión y lo torturarían por años si llegaran a capturarlo. Pero por suerte divisó un río cercano y corrió hacia él sin pensarlo.

Los hombres se dieron cuenta de lo que quería hacer y empezaron a disparar flechar de parálisis a las piernas de Tynx, pero este aún con el enorme dolor no se detenía. Cojeando por la parálisis siguió hasta el río, este ya no resistía más y empezaba a caerse. Con todas sus fuerzas Tynx lanzó al niño hacía el río gritando:

— ¡Cumple tu destino hermano mío! —

El niño cayó en el veloz río siendo llevado por la corriente. Los guardias rápidamente someten a Tynx contra el suelo, el cual es levantado y llevado por aquellos hombres donde se encontraba Érebo.

Después de un largo viaje Tynx llegó al castillo de Érebo donde fue trasladado a la habitación principal donde se encontraba el temible rey de pesadillas.

— Pero miren quien está aquí, no es nadie más que mi hijo. — Érebo se acerca a Tynx y lo levanta por el cuello. — Acaso no puedo estar por un momento en otros asuntos, porque pasan solo 2 horas y me entero de que mi hijo es raptado, minutos después me encuentro mirando tu feo rostro y no el de mi hermoso bebé... ¡Porque está perdido!—

— No es mi culpa que seas tan débil que no puedas rescatar a tu propio hijo — Comentaba Tynx frente a Érebo.

— No me vengas a hablar tu de debilidad, porque sabes perfectamente que pudiste acabar con esos guardias que envié sin ningún esfuerzo... pero... tenías que ser diferente... Tynx, eres solo un estorbo. Esta bien que te hayas llevado a mi hijo porque ya no importa, me volveré tan poderoso que no necesitare un heredero ya que tendré vida eterna. Por eso y porque eres mi hijo te dejaré ir, pero solo con una condición... no te permitiré interferir en el destino de mi propio hijo, a ver si resulta ser el la futura persona que me acabará... o tal vez terminará siendo mi marioneta. Dejemos todo a la suerte. — Respondió Érebo a Tynx.

— Perderás esta apuesta padre — Afirmó Tynx

— Ya lo veremos maldito — Respondió Érebo mientras los guardias llevaban a Tynx hacia otra habitación.

— ¡Esto no significara nada! — Grito Tynx mientras se cerraban las puertas.

El pequeño niño aún se encontraba en peligro, siendo el río cada vez más estrecho y con piedras más afiladas. Por suerte un niño logro ver al bebé y rápidamente dijo a su padre que estaba cerca:

— Papá, ¿desde cuando los bebés nadan? — Pregunto a su padre.

A lo que el padre responde:

— Jhon, los bebés no nadan y menos van nadando por ríos —

— Entonces como explicas eso — Dijo Jhon señalando al hijo de Érebo.

— Santo Lyanux, ese niño esta en problemas — Dijo el padre de Jhon, saltando este al río intentando salvar a Érebo.

El hombre logró agarrar al bebé, pero se dio cuenta de la fuerte corriente que no le permitía moverse y estaba apunto de chocar contra afiladas rocas (lo que significaba la muerte). Sin más opciones el hombre decidió recurrir a un último recurso.

— (No me quedan más opciones... tendré que hacerlo) — Comento en su mente el padre de Jhon.

En ese momento sus manos comenzaron a brillar, él comenzó a frotar la una con la otra creando un humo negro el cual se unió invocando a una gigantesca criatura parecida a un pájaro hecho de sombras, del cual el hombre se aferro mientras sostenía al bebé. Al salir del río el pájaro desaparece y el hombre comienza a respirar exhausto.

— Papá, papá. Eso fue increíble — Comento Jhon.

— Sí hijo... solo coff coff... llama a tu coff... madre — Decía el padre de Jhon con mucho sufrimiento y tos.

Jhon salió corriendo a buscar a su madre, pero su padre no podía hacer más que reír. Agarró al hijo de Érebo y le dijo:

— Te he salvado pequeño amigo, pero... ¿A que costo?... la verdad es que nada importa ahora, moriré y mi esposa e hijo solo verán mi cadáver junto a ti — Dijo el hombre llorando y cayendo al suelo sin fuerzas.

El hijo de Érebo podía contemplar como el pobre hombre comenzaba a morir y solo pudo llorar. Las lágrimas cristalinas del niño caían gota a gota en la mano del cadáver del hombre, raramente éstas comenzaron a subir sobre su brazo y a dejarle franjas azules reviviendo el cuerpo lleno de oscuridad. El padre de Jhon despertó con el bebé junto a él diciendo:

— Esto es un milagro, se suponía que iba a morir por usar esa técnica oscura... pero tú... tú me salvaste pequeño amigo. — Decía el hombre frente al niño muy feliz.

El padre de Jhon muy feliz cargó al hijo de Érebo y espero a que su esposa e hijo llegaran , para después llevar a el bebé a su casa y contar todo lo sucedido a su familia.

— Anna, este niño me salvo la vida. Por qué no podemos cuidar de él — Decía el padre de Jhon.

— Frank, sabes muy bien que ya tenemos un hijo y que trabajamos como mineros de ese horrible tirano llamado Érebo, por lo que apenas podemos mantener a nuestro hijo con lo poco que ganamos —

— Cariño, todo va a estar bien. Te lo aseguro — Respondió Frank a su esposa.

Frank decidió quedarse con el niño y lo llamó Kyu que significa "Salvador".

Un tiempo después Kyu logro adaptarse a la familia. En poco tiempo Kyu se volvió el mejor amigo de Jhon y éste logro aceptarlo como hermano, eran inseparables el uno del otro. Jhon comenzó a interesarse por las armas de larga distancia (como los arcos, bayonetas, etc) y por el otro lado Kyu se interesó en las armas de cuerpo a cuerpo (Lanzas, espadas, hachas). Ambos decidieron que era buena idea alistarse para el ejercito de Érebo y así cumplir sus sueños de ser guerreros además de poder brindarles apoyo económico a sus padres.

Por esa precipitada decisión Frank decidió sentarse a hablar con los chicos, a contarles que casi todas las personas que entraban al campo de batalla perecían, y que si llegaran a alistarse deberían prometer que se cuidarían. Kyu y Jhon sin prestar mucha atención a lo que les dijo su padre comenzaron a entrenar, dando todo de si mismos cada día durante los últimos 11 años.

Transcurrido ese tiempo de intenso entrenamiento Kyu y Jhon se habían convertido en los protectores del pueblo minero en el que vivían, siendo ellos los que evitaban que feroces bestias atacaran a los habitantes y también con la responsabilidad de cazar para ayudar al pueblo. Ambos ya con la edad de 17 años estaban listos para entrar en la armada por lo que, después de su aceptación por medio de cartas tuvieron 10 días para despedirse.

Pasaron rápidamente los 10 días y Kyu comenzó a despedirse de sus padres al igual que Jhon.

— Ahí mi pequeño Kyu... si solo te hubiera conocido aún más estos 11 años que estuvimos juntos, no tengo idea de por qué paso — Dijo Anna.

— Fue porque pase esos 11 años entrenando mamá, es mi culpa y por ello te prometo que volveré... volveré como un héroe para tener una larga vida junto a mis padres — Respondió Kyu a su madre.

— Solo mirarte me lena de orgullo Jhon, ver como el tiempo paso volando y ya eres todo un hombre. — Dijo Frank.

— Tranquilo papá, aún sigo siendo tu pequeño hijo... — Le respondió Jhon.

Los dos hermanos se despidieron se sus padres y se dirigieron a la ciudad donde se encontraba la armada de Érebo.

— Vamos hermano, hacía nuestras nuevas aventuras — Le dijo Kyu a Jhon.

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