Long-fic de Naruto - Ella está prohibida

Tema en 'Fanfics de Naruto' iniciado por vawee, 24 Enero 2017.

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    vawee

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    Ella está prohibida
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    1691
    PROLOGO ​


    “Semana de exámenes finales” podía leerse en el título del papel que sostenía un joven estudiante entre sus manos, más un horario detallado de cada uno de los exámenes que habría esa semana. Apenas era lunes y ya había pasado por dos terroríficos exámenes y sin mucha suerte, salió de ellos con la mitad de las preguntas contestadas. Su segundo año de universidad estaba siendo un completo desastre, no lograba encontrar nada que lo animara o motivara, era realmente frustrante. Ya ni siquiera estaba seguro si entrar a la universidad había sido buena idea. Siguió caminando por el estrecho pasillo del campus mientras arrugaba el calendario y lo lanzaba a un basurero a su paso. Se puso los audífonos en los oídos y se sentó en lo alto de las escaleras del segundo piso. Observó cómo los estudiantes iban y venían de un aula a otra, pero realmente no le ponía atención a nada ni a nadie. Si tan solo algo interesante pasara, si tan solo algo lo motivara a levantarse cada día, quizás las cosas empezarían a ir mejor. Pero por más que esperaba nada pasaba.

    Los exámenes del primer año habían sido sencillos incluso para él, que no era ningún genio, pero el segundo año hasta ahora había sido un verdadero reto, un reto al cual no quería seguir dando batalla. Para rematar había terminado con su novia el año pasado, él ya lo estaba superando, pero ella seguía apareciendo en su vida a ratos, siempre para fastidiarlo. Por donde lo viera el desafío de avanzar se hacía tortuoso.

    Cerró los ojos por un momento para descansar, cuando escuchó un ruido extraño, al abrirlos buscó el origen de este sonido y vio como una chica se había tropezado con el basurero en el que anteriormente había desechado ese trozo de papel. La chica era hermosa, de piel pálida y tersa, cabello largo y obscuro con reflejos azulados y una figura esbelta pero curvilínea. Llevaba un sencillo vestido blanco con tirantes que le llegaba hasta la mitad de sus firmes muslos. Podría ser por eso, que un par de pervertidos que parecían de último año la estaban arrinconando contra una pila de loquers.

    - Oye preciosa, ¿De qué carrera eres? No te había visto por aquí

    - Deberías venir con nosotros, vamos a beber algo al final del campus, acompáñanos - Uno de ellos la tomó por la muñeca y la jaló hacia él.

    - E… espera yo – Alcanzó a protestar antes de sentir como un brazo le rodeaba los hombros y al mismo tiempo el chico que la agarraba con fuerza de la muñeca, era golpeado con un ágil movimiento que hizo que la soltara de inmediato.

    - ¿Te hice esperar amor? Lo siento – Dijo el chico, evidenciando la “relación” que tenían.

    El par de pervertidos se miraron y como si se comunicaran por telepatía, ambos se dieron la vuelta y se largaron rápidamente del lugar, con unas caras de evidente fastidio.

    - ¿Estás bien? ¿Te hicieron daño? – Le preguntó preocupado antes de sacar su brazo.

    La joven elevó su rosto para ver a su salvador y se topó con un atractivo joven de tez tostada, ojos azules y brillantes como el cielo veraniego y preciosos cabellos rubios. Quedó impresionada por el apuesto joven y solo pudo responder – A… Arigato.

    Naruto tuvo que bajar un poco la mirada para corroborar que la preciosa chica estuviera bien, examinó con detenimiento su rostro, solo con la intención de descartar cualquier agresión que esos idiotas pudieran haberle causado. Pero cuando vio si pulcro rostro nívea, sus puros ojos opalinos mirándolo y esos labios rosados agradeciéndole con ternura. Su mente quedó en blanco, esa chica no solo tenía un cuerpo de infarto, también tenía la cara de un ángel.

    - De nada, me alegro que no te haya pasado nada – Le dijo apartando la mirada, si la seguía mirando tan fijamente, temía que ella pensara que otro pervertido la hubiera abordado, pero cuando volvió a mirarla, se dio cuenta de que ella observaba hacia ambos lados con impaciencia - ¿Esperas a alguien? – Preguntó mientras sacaba el brazo de sus hombros, pero sin aumentar la estrecha distancia entre ellos.

    - No, mas bien, todo lo contrario – Dijo mientras continuaba haciendo guardia con la mirada.

    - ¿Evitas a alguien? Entonces ¿qué haces aquí?

    - Vine a buscar un formulario de inscripción para el simulacro de exámenes de admisión. Ya me iba cuando esos chicos se me acercaron, creí que estaba pasando desapercibida.

    - (Una chica como tú no pasaría desapercibida en ningún lado) – Pensó para sí Naruto mientras miraba como la cara de la joven se trasformaba, palideció de repente mientras miraba hacia su lado izquierdo.

    En ese momento pasó lo que tanto temía Hinata, se había quedado en un mismo lugar por mucho tiempo, saliendo de un aula con sus libros en la mano, estaba a quien tanto había evitado encontrarse. Hablando animadamente con una chica, el apuesto joven de cabello blanco, ojos grises y distinguida figura, empezaba a caminar en su dirección.

    Naruto consternado por la faz de la chica, volteó la cara hacia donde ella miraba, pudo divisar a un joven alto a la distancia, pero no pudo examinarlo más, ya que la preciosura que tenía en frente lo agarró de borde del escote de su camiseta y lo jaló hacia ella. Solo pudo escuchar como ella le decía “Lo siento” Antes de que esos suaves y rosados labios se unieran a los suyos.

    Naruto quedó en Shock pro unos instantes, pero no tardó en entender el significado de ese sorpresivo beso, ella quería darle celos a otra persona que los estaba viendo en ese preciso momento. Y aunque no le gustaba nada ser utilizado de esa forma por una desconocida, si iba a comportarse como héroe, lo haría hasta el final y con estilo.

    Hinata abrazó el cuello de su cómplice acercándolo más a su cuerpo, siendo acorralada contra los casilleros a su espalda. La sorpresa que provocó al chico hizo que él abriera levemente sus labios para lanzar un suspiro de exclamación, lo que aprovechó para llevar el beso al siguiente nivel. Si iba a actuar para poner celoso a Tonery, lo haría con todas sus armas. Hinata aprovechó la oportunidad e introdujo su lengua en la boca del guapo chico, quien al parecer no pretendía cortar la actuación. Sus lenguas se frotaban con insistencia mientras sus cuerpos se acercaban más el uno contra el otro.

    No era más que un acto, pero ambos jóvenes empezaron a sentir como la temperatura del lugar aumentaba, sus labios se separaban por instantes y la lengua de Naruto salía al asecho para recuperar esos cálidos labios femeninos, empezó a sentir como la joven se estremecía contra su cuerpo y se movía deliciosamente contra su pecho. Las manos de Naruto se posicionaron en las amplias caderas de la joven y lentamente recorrió sus curvas hasta llegar a su cintura. Quizás estaba siendo un poco atrevido, pero sentir las espectaculares curvas de esa mujer lo descontrolaron notoriamente. Lamentó tener que sacar una de sus manos de la cintura de la joven para acariciar su sedoso cabello y deslizar su mano hasta la nuca de Hinata para empujar su rostro y profundizar el beso. Sus lenguas se rozaban descaradamente, los besos cada vez eran más húmedos, calientes y descontrolados, de alguna forma llegaron a un punto donde el propósito inicial de ese beso había sido olvidado y los dos disfrutaban enormemente de esas caricias.

    Ninguno supo cuánto tiempo había pasado, pero los candentes besos los estaban dejando sin aliento y pausadamente bajaron la intensidad de este para separarse mirándose a los ojos, un fino hilo que quedó entre ellos fue la prueba de la intensidad de su furtivo encuentro.

    Los dos respiraban agitadamente y no podían dejar de mirarse el uno al otro, la chica se sintió abrumada por las fuertes sensaciones que ese hombre despertó en ella con ese beso y avergonzada no puso mirarlo más mientras trataba de regular su respiración.

    Mientras que el chico, que aun abrazaba la cintura de la joven lo único que deseaba era seguir con lo que estaban haciendo, si ella lo deseaba podían sacarle celos a ese desgraciado durante horas.

    Cuando Hinata se vio más tranquila tomó la mano que Naruto aún tenía en su cintura y lo guió hacia las escaleras, ambos bajaron precipitadamente, y al momento de girar por ellas, Hinata se atrevió a mirar por donde había visto anteriormente a Tonery, el chico estaba en el mismo lugar, perplejo, mirando como se marchaba con otro hombre. Con una pequeña sensación de victoria, la chica sonrió descaradamente, pero volvió a la realidad al mirar a su cómplice.

    - Lo lamento, no debí haber hecho eso así sin más. No quisiera meterte en problemas – se disculpó la joven apenada y con las mejillas sonrojadas.

    - (Pero si no hay nada que lamentar, fue algo increíble) – Pensó para si - No te preocupes, no me metiste en problemas ni nada.

    - ¡Pero, si tu novia se llega a enterar!

    - Jajaja Tranquila yo no tengo novia ni nada parecido.

    - Ya veo, es un alivio – Dijo más tranquila – Bueno muchas gracias, fuiste todo un héroe hoy, me gustaría agradecerte apropiadamente, pero ya tengo que irme a casa.

    - Adiós – Se despidió con una sonrisa encantadora, mientras pensaba que era imposible haber recibido un mejor agradecimiento que ese apasionado beso.

    - Adiós – Dijo mientras se alejaba despidiéndose con la palma de su mano y dándole una cálida sonrisa a su salvador.

    Naruto vio como la hermosa chica se alejaba rápidamente de su vista y la miró hasta que desapareció de su campo visual. Ese día definitivamente había sido en mejor de todo el semestre, se planteó que quizás pasar a tercer año de universidad no sería tan malo, si es que podía ver a esa chica nuevamente. Con eso en mente, dio media vuelta y entró en el edificio para ir a buscar el arrugado calendario de exámenes.
     
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    Un reencuentro inesperado

    El sol se filtraba por las desteñidas cortinas de la habitación, haciendo que unos azules ojos se abrieran con dificultad por el intenso resplandor. Todavía era muy temprano para levantarse, la alarma no había sonado y las sabanas de su cama eran tan cálidas y suaves.

    Pero algo interrumpió esa apacible mañana, el pitido intermitente de un camión retrocediendo llamó la atención del chico cómodamente acostado. Hoy era lunes, el camión de la basura no pasaba ese día, entonces ¿Que era ese ruido tan molesto que no lo dejaba dormir?

    Fastidiado por la interrupción elevó sus sabanas por el aire y saltó a regañadientes de la cama para gritar por la ventana a quien fuera el causante de su despertar. Caminó con paso firme hasta la ventana, abrió las cortinas y agarró con violencia un extremo de la ventana para empujarla hacia el otro lado. Cuando estuvo a punto de gritar al desconsiderado conductor del camión de mudanza que estaba al frente de la puerta de su residencia, paró en seco al ver una pequeña figura al lado de este. Acaso esa no era… ¿La chica de la facultad? Vió como su hermoso y largo cabello era iluminado por los rayos de sol de la mañana, las mejillas de Naruto se colorearon levemente y el acontecimiento pasado recorrió su mente como si lo hubieran golpeado en la cabeza.

    A diferencia de la vez pasada, ella llevaba un atuendo mucho más casual y también un poco más atrevido, era un diminuto short de mezclilla que dejaba ver unas torneadas y largas piernas. Un top de radiante blanco que era muy simple, pero ajustado y dejaba a la vista un estremecedor escote.

    Naruto solo la vio por un par de segundos, pero todo su cuerpo se estremeció al recordar el apasionado encuentro de la última vez. Tanto que quedó paralizado mirándola desde el segundo piso con su ira desvanecida, mientras que sus ojos registraban cada curva desvergonzadamente. La mujer que creyó poder tener entre sus brazos solo por una vez, estaba ahí en frente, hermosa y radiante, como la última vez que la vió. No podía perder esa oportunidad, tenía que ir tras ella.

    Entonces, el sonido del golpe de la ventana contra la pared se dejó sentir con fuerza y el rostro de la chica que hasta ahora había estado mirando cómo se abrían las puertas del camión, se giró hacia el segundo piso de la casa, divisando a un joven semidesnudo que la miraba fijamente.

    A Naruto le entró el pánico, avergonzado se apartó de la ventana rápidamente, arrastro las cortinas de un tirón y se escondió tras ellas. No podía quitarse de la cabeza esos opalinos ojos que conoció y observó con tanta profundidad tras el beso robado de esa chica. Cerró los ojos con esa imagen en mente para tratar de calmar su corazón, que iba a mil por hora. En ese momento sintió un ruido cien veces más molesto que el anterior. Varios golpes en la puerta hicieron que abriera los ojos de golpe y una voz que venía del otro lado le hicieron reconocer que no tenía mucho tiempo.

    - ¡Hey! ¡¡Dobe!! Levanta tu trasero y ven a ayudar con la mudanza.

    - ¿¡¡¡Y quién va a querer ayudarte a ti con la…!!!? ¿he? ¿Mudanza? ¿A dónde te vas teme?

    - ¿¡¡Cómo me voy a ir yo idiota!!? Es la prima de Neji, ¡llega hoy! ¿Se te olvidó? Lo dijo ayer en la noche.

    - Ayer….?

    Entonces Naruto empezó a recordar, ayer en la noche, estaban todos abajo en la sala común, bebiendo, como era de costumbre en esa casa. Él estaba sentado en su sillón de un cuerpo preferido, ya con su quinta cerveza de la noche y varios cortos de licor en el sistema, escuchando como los demás hablaban de trivialidades. Sakura decía que estaba harta de ser la única chica del grupo, mientras sacaba otra cerveza del mini bar. Posicionado estratégicamente para no tener que desplazarse a la cocina cada vez que les diera sed en las noches de fiesta, tardes de convivencia, o mañanas de resaca. Y Neji le respondió calmadamente que eso no duraría mucho tiempo más. A Naruto no le importaba realmente, estaba acostumbrado a su pequeño grupo y Sakura siempre había encajado bien en él. Aunque solo hubiera llegado a este por querer un poco de la atención de Sasuke. Porque por mucho que él la hubiera invitado a ir de fiesta a su residencia, ella no había aceptado hasta que por casualidad se encontró con Sasuke en el Campus. Cuando Naruto los presentó, los ojos de sakura brillaron como verdaderas esmeraldas e inmediatamente aceptó la invitación de Naruto. En ese momento se dio cuenta de que no tenía ninguna oportunidad mientras Sasuke estuviera cerca, pero aun así, no podía evitar sentirse profundamente atraído por la belleza exótica y perspicacia de la joven mujer.

    Recordando ese suceso, la mente de Naruto divagó durante varios minutos, mirando a la nada y terminándose hasta la última gota de su cerveza. Cuando recuperó la conciencia ya estaban todos dirigiéndose a sus habitaciones, Sasuke ofrecía ir a dejar a Sakura a su casa y ella aceptó tan feliz que parecía que vomitaba arcoíris. Ambos salieron para montar la motocicleta del azabache.

    Sobre la mudanza… Bueno, no podía recordar nada. Absolutamente nada, ¿Cómo era posible?

    - ¿Qué tanto haces? - Los golpes en la puerta se convirtieron en fuertes patadas – Baja rápido, no voy a hacer esto solo.

    - Ya voy teme – Dijo mientras tomaba uno de sus viejos jeans que estaba tirado en el suelo.

    Escuchó como Sasuke bajaba las escaleras y respiró aliviado, y por fin pudo pensar claramente. Si la prima de Neji iba a vivir con ellos, eso significaba que la hermosa chica del beso ¿Era la nueva inquilina de la casa? ¿Cómo podía ser tan malditamente afortunado? ¡Tenía que tener el mejor Karma del mundo! Él se hubiera conformado con solo poder verla una vez más en el campus, pero no, ahí estaba ella, en la entrada de su casa, esperando a que él le abriera la puerta, era todo un sueño. Empezó a ponerse nervioso nuevamente, agradeció no haberle gritado hace unos minutos, hubiera sido un horrible reencuentro. Abrochó su cinturón y de nuevo trató de recordar la noche anterior. Pero nada, no sabía su nombre, de donde venía, donde estudiaba, podía adivinar que tendría unos 17 años por estar presentando el examen de admisión. Seguro que Neji había explicado todo de ella con detalle, pero como no había escuchado nada, era completamente ignorante. Sin pensar más en tonterías, se puso una camiseta limpia y salió por la puerta.

    …………………………………………………………………………………………………………………………………………………........

    Hinata estaba enfadada, su padre había sido demasiado desconsiderado esta vez, irse en un viaje de negocios durante un año completo y dejar a su hija a la deriva. Solo se preocupó por llevar consigo a Hanabi, que por supuesto se fue feliz de la vida con él. Ella por otra parte no podía hacer lo mismo, estaba en su último año de escuela preparatoria y no podía darse el lujo de perder un año en el extranjero. Quería entrar a la misma universidad que su primo el año siguiente, y para eso, necesitaba estar en el país y estudiar para el examen de admisión. Así pues, sin nada más que hacer decidió irse a vivir por una temporada a la casa de estudios que administraba Neji, en ella solo residían estudiantes de universidad, pero su primo le aseguró que nadie la molestaría y empezaría a acostumbrarse al ambiente universitario, y si el viaje de su tío se alargaba, podía seguir viviendo ahí y estaría cerca de la universidad.

    Hinata siempre había querido mucho a su primo que era muy protector con ella, parecía su hermano mayor, por su actitud y extraordinario parecido. Por esto no dudó en irse a vivir con él. Pensaba la chica mientras miraba por la ventana del asiento del copiloto. Había tenido que contratar un camión de mudanza, porque a pesar de que Neji le había dicho que la casa era muy grande, las habitaciones desocupadas estaban completamente bacías. Así pues, empacó toda su habitación y pretendía dejarla instalada ese mismo día en su nueva residencia.

    Examinaba con detenimiento el camino mientras recorrían las estrechas calles de su nuevo vecindario, a pesar de que su miraba estaba un poco perdida y carecía de ánimos para llevar una conversación con el conductor.

    - Ya llegamos Jovencita – Avisó el conductor mientras paraba frente a una enorme casa de estilo occidental, tres pisos de alto y proporciones cuadradas que se unían unas con otras en los lugares menos esperados. Parecía que la habían remodelado muchas veces construyendo nuevos cuartos. La casa se veía un poco descuidada y vieja, pero tenía su encanto, Hinata sintió que se adentraría a un temible laberinto.

    - Puede pasar al patio – Dijo Hinata al comprobar el número de la residencia. La casa tenía un extenso patio frontal con suelo de tierra, solo el portal tenía algunas flores bajo los ventanales. La entrada era una gran perta de madera obscura que coronaba unos cuantos escalones de blanco desteñido y sucio.

    Después de estudiar un poco el lugar, Hinata se dispuso a esperar que uno de los compañeros de su primo abriera la puerta principal, después de todo el ruido del camión les abría avisado de su llegada.

    Esa mañana Neji había tenido clases muy temprano, así que no se encontraba presente en la mudanza, así que la noche anterior dejó avisados a Naruto y a Sasuke del acontecimiento, para que la asistieran y dieran la bienvenida a su querida prima.

    A pesar de que había llegado hace unos minutos aun nadie había salido de la casa, le pareció extraño porque su primo aseguró que abrían personas a su llegada. Además había visto a un chico en el segundo piso mirándola por la ventana. Solo lo vio por un par de segundos y no lo divisó bien, pero supuso que bajaría pronto. Por si acaso decidió ir a tocar el timbre de la entrada, no sin antes tomar un par de cajas de la parte trasera del camión. Una de las cajas le llegaba a la altura de la cabeza y le impedía ver con claridad el camino, así que se acercó lentamente al portal.

    De pronto, algo se interpuso en su camino y se detuvo bruscamente, golpeándose la nariz con una de las cajas, la cual repentinamente fue levantada.

    - Te ayudo con esto – Dijo la voz de un chico frente a ella, cuando Hinata abrió los ojos tras el golpe, quedó perpleja. Era el mismo joven apuesto de la facultad, cabello rubio como rayo de sol, preciosos ojos azules y encantadoras marcas en sus mejillas, era inconfundible.

    - Tu…. Tu eres… – Dijo tímidamente, lo que a Naruto le pareció adorable.

    - Hola otra vez – Respondió con una enorme sonrisa en su rostro.

    - ¿Vives aquí? - Preguntó con duda en su rostro

    - Ha… al fin te levantaste dobe – Escucharon ambos desde la puerta. Sasuke estaba apoyado en el marco de la puerta con un café en la mano - Bienvenida Hinata, somos los roommets de Neji – Dijo sin moverse de su lugar.

    “Hinata” Pensó para si Naruto mientras miraba embelesado el rostro de su nueva compañera de casa.

    - Mucho gusto – Dijo Hinata a Sasuke y luego miró a Naruto, él le sonrió y con jovialidad dijo “Soy Naruto” – Mucho gusto Naruto-kun – Devolviéndole la sonrisa con la nariz un poco roja.

    Naruto se dió la vuelta con la caja en sus manos y miró a Sasuke con un puchero de descontento – ¿No me estabas molestando para que me levantara a ayudar? ¿Qué haces tomando un café tan tranquilo?

    - Yo no funciono sin mi café de la mañana – Dijo con sonrisa irónica.

    - En fin ¡Mueve el trasero! – Naruto resignado pasó a su lado, ya que importaba, después de todo gracias a su poca consideración, había podido sorprender a Hinata – Oye teme ¿Cuál es el cuarto de Hinata?

    - El que está frente al tuyo dobe – te lo dijeron ayer.

    - ¡Ha! Sí, Claro, claro, vamos Hinata te mostraré tu cuarto – Hinata que se había quedado atrás, se apresuró a entrar a la casa cuando escuchó su nombre.

    La habitación a la que Naruto la llevó era espaciosa, con una gran ventana que daba al patio trasero. Tenía lindas pero descuidadas molduras de madera por todo el borde de la ventana, la puerta y el cielo de la habitación. Era encantadora, pero necesitaba una buena limpieza antes de colocar sus cosas.

    Naruto dejó la caja en medio de la habitación y se volteó para mirarla.

    - Me sorprendiste mucho, estaba tan dormido cuando te vi por la ventana que pensé que estaba soñando.

    - Yo… lo siento – Dijo si mirarlo a la cara y con la caja aun entre sus manos – Cuando salí el campus estaba ¡tan avergonzada! No pensé que te volvería a ver.

    - Bueno, si me sorprendiste mucho. Pero tranquila, tampoco es para tanto – Mintió, porque el recuerdo de ese beso le había estado rondando toda la semana.

    - ¡Claro que lo es! Yo nunca había hecho algo como eso, me sentí como una niña tonta después de lo que pasó – Dijo sonrojándose notoriamente – Pero, tengo que aceptar que me sentí un poco mejor después de eso, ese chico era mi ex novio, hace mucho que no lo veía y francamente no quería toparme con él. Así que lo único que se me ocurrió fue montar esa escena, yo… solo espero que no te hayas sentido pasado a llevar.

    - Escucha, no es que no me guste besar a chicas lindas como tú, pero tampoco me gusta que me utilicen así… - Dijo mientras alborotaba sus cabellos – Solo puedo decirte que, ese tipo debió sentirse como la peor escoria del planeta al verte en los brazos de otro – Dijo sonriendo abiertamente a su nueva vecina.

    Hinata lo miró fijamente por unos segundos y después soltó una encantadora risa que dejó a Naruto embobado.

    - Muchas gracias, Naruto-kun.

    Naruto salió de la habitación con una sonrisa boba en el rostro, pensando en lo estúpidamente feliz que se sintió al hacer reír a Hinata.

    Mientras bajaba la escalera, Naruto se cruzó con Sasuke, que llevaba una pesada caja a la habitación de la nueva inquilina y no pudo evitar ver la estúpida sonrisa de su amigo. Inmediatamente lo supo, no podía engañarlo, las expresiones de Naruto era tan obvias y simples, igual que su personalidad.

    Era exactamente la misma expresión que tenía cuando le presentó a Sakura un día soleado en el campus, Naruto la revoloteaba como un picaflor y era olímpicamente ignorado por la pelirosa. Ho cuando salía con Shion, a acosadora en potencia. En serio estaba a punto de catalogar a Naruto como el más mujeriego de la casa, pero esta vez se metería en más problemas que un rechazo o una lapa de ex novia. Si Neji se enteraba que siquiera tenía alguna pequeña intensión de pretender a Hinata, estaría de patitas en la calle de la noche a la mañana.

    - Teme, ten cuidado con lo que haces – Dijo Sasuke sin apartar su vista del camino. Naruto se detuvo en seco, miró a su amigo con una expresión muy diferente a una sonrisa bobalicona y no pronunció ni una sola palabra – Ella está prohibida – Sasuke solo sigió caminando en dirección a la habitación de Hinata, dejando a un frustrado Naruto, solo en las escaleras.
     
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    Luix

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    Adore, en serio adore tu fic. La manera en la que relatas, en cada pedazo se transmiten las emociones de los protagonistas, ¡Hermoso!

    La narración es fluida y atrapante. Y la trama símplemente me encanta ♡

    Espero la continues y me invites a leerla, ¡Saludos!

    Luix~
     
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    vawee

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    <3 Gracias Luix, me encanta cuando me comentan ^^ con esto me dan ganas de seguir escribiendo y pensar en giros nuevos ^^
    Y claro que te invitaré cuando suba el nuevo capitulo, pero primero descubriré como hacerlo jajaja, besos <3
     
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    InunoTaisho

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    No soy fan de Naruto al cien pero tu historia ha sido divertida en un mundo alterno, así que tal vez la siga... saludos, nos leemos
     
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    vawee

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    El huracán Hinata


    La residencia al fin estaba en paz, el camión de mudanza se había vaciado e ido del patio delantero, dejando marcadas las huellas de los pesados neumáticos en la tierra. Todos los muebles y cajas estaban mal distribuidos por el segundo piso, mientras que su dueña se preocupaba de sacar todo el polvo de su nueva habitación.

    Sasuke ya había cumplido con su función y había acabado con la cuota de amabilidad de una semana después de haber acarreado cajas por casi una hora. Así que tomó uno de sus libros de la escuela y empezó a leer en la sala de estar junto con su segundo café de la mañana. Mientras Naruto, que ya iba atrasado a su primera clase de la semana, se daba vueltas por el segundo piso. Habitación, mochila, sala de estar, libros, cocina, cuadernos, baño, ducha, tercer piso, llaves, todo estaba por todas partes y se demoró más de 20 minutos en estar listo para salir, aunque la verdad no quería hacerlo. Cada vez que pasaba por la habitación de Hinata se detenía unos segundos o caminaba alargando el cuello para ver por la estrecha abertura de la puerta.

    - ¿Estas segura de que no quieres ayuda? – Le preguntó por última vez antes de bajar las escaleras.

    - Segura, no quiero molestarte, además, si algo es muy pesado para mi le pediré a Kiba-kun que me ayude cuando llegue – Dijo mientras se sentaba en el suelo y abría una caja, rompiendo la cinta adhesiva con sus llaves.

    - ¿Conoces a Kiba? – Preguntó intrigado

    - ¡Claro! Fuimos compañeros en el club de béisbol en mi escuela, hasta que se graduó el año pasado. Nos conocemos desde pequeños.

    - Ya veo…. – Kiba era un chico que había llegado a la residencia el año pasado, él y Naruto se parecían mucho, tanto físicamente como en personalidad. Se llevaban bastante bien, siempre se quedaban bebiendo hasta tarde y hablando de la vida, pero él nunca le había hablado de su preciosa amiga de la infancia, porque si lo hubiera mencionado él lo recordaría ¿no? Realmente ya no estaba seguro de nada – Bueno, ya me voy, llegaré en la noche, nos vemos más tarde – Dijo mientras se despedía con la mano en el aire. Naruto se dirigía a las escaleras cuando sintió unos pasos detrás de él.

    - Naruto-kun, Espera – Hinata se había levantado rápidamente, saltó la caja frente a ella y con un par de zancadas llegó a la espalda de Naruto, cuando él se dio media vuelta, ella se acercó y besó suavemente la mejilla izquierda del chico – Gracias por todo, que tengas un buen día – Dijo con una inocente sonrisa en su rostro y un leve rubor en las mejillas.

    Naruto quedó un poco sorprendido, sus ojos estaban más abiertos de lo normal y un rubor casi imperceptible espesaba a aparecer en sus mejillas, así que se dió la vuelta rápidamente para que Hinata no viera su reacción.

    - Claro, nos vemos – Dijo con la mano extendida en el aire y dándole la espalda a la chica – Hinata quedó un poco desconcertada. Por lo poco que conocía a Naruto, sabía que era un joven muy agradable y alegre. ¿Quizás ella no le simpatizaba del todo? o Quizás se sintió incomodo porque recordó el beso que se dieron en la facultad. Probablemente debería ser más cuidadosa con la forma en la que trataba a Naruto, no quería incomodarlo, o hacerlo sentir utilizado de nuevo, le caía muy bien y quería llevar una buena relación con sus nuevos compañeros.

    - Tendré más cuidado – Dijo antes de entrar nuevamente a su habitación.

    ………………………………………………………………………………………………………………………………………………………

    -¿Y? ¡¿Cómo es ella?! – Preguntó eufóricamente la peli rosa, mientras se sentaba al lado de su amigo.

    -¿Qué? – Naruto se sorprendió, la clase aun no comenzaba. Él estaba cómodamente sentado en una de las últimas filas del aula, con la mirada perdida pero fija en el pizarrón, mientras que una de sus manos acariciaba y sostenía su mejilla izquierda. Los alumnos empezaban a llegar a la clase y hacían ruido sordo en sus oídos. Estaba concentrado en revivir los acontecimientos de esa mañana. Pero Sakura lo liberó del hechizo con una pregunta, demasiado complicada de responder para su gusto ¿Cómo es ella? ¿Cómo es Hinata? Pues es preciosa, adorable, intrigante, es atrevida, pero un poco tímida, endemoniadamente sexy y algo manipuladora – ¡Ha! Es… normal.

    -¡¿Qué tipo de respuesta es esa?! Dime algo más, ¿Es linda?

    -Hem… si, es linda…

    -¡¿Es más linda que yo?! ¿Qué pensó Sasuke-kun de ella?

    -¿Y cómo voy a saber qué piensa de ella? ¡No leo su mente! – Naruto se arrepintió inmediatamente de lo que había dicho, cuando los ojos siempre animados de Sakura se ensombrecieron levemente – Solo la ayudó con las cajas y se fue a leer, no me dijo nada… si es linda, pero es de un estilo muy diferente al tuyo Sakura-chan.

    -¿Cómo diferente? – Sus ojos volvieron a brillar por la pura curiosidad.

    -Pues diferente… es un poco tímida, quizás más reservada. Aunque no me guste admitirlo, creo que se parece un poco a Neji…

    - ¿Aunque no te guste admitirlo? ¿Qué quieres decir? – Sakura acercó su cara a la de Naruto, para mirar sus ojos de cerca – No me digas que….

    ¡Atrapado!

    - Todos sentados – Dijo el profesor desde la puerta, imponiendo el orden a todos los alumnos en el salón.

    ………………………………………………………………………………………………………………………………………………....

    Naruto trabajaba en el taller industrial como ayudante para los alumnos de primer año, con el dinero se pagaba parte de la carrera y sus materiales para los talleres de infraestructura. Así que se quedaba trabajando hasta que oscurecía tres días en la semana y debía ir a eventos especiales que tocaran los fines de semana. A pesar de que su carrera no lo tenía muy cautivado, el taller le gustaba, conocía todas las maquinarias y se sentía útil al ayudar a los nuevos estudiantes, creía que había encontrado un buen lugar donde sentirse cómodo.

    - ¡Naruto! – Escuchó de repente, abriendo los ojos y casi cayendo de su silla - ¡¿Qué crees que haces idiota?! – Gritó Iruka, quitándole un pedazo de madera de las manos y de paso, apagando la cierra de mesa.

    - Iruka-sensei, Gomen.

    Naruto había estado trabajando en modo zombie toda la tarde, ni si quiera sabía si realmente había estado pensando en Hinata o en otra cosa. Literalmente se le estaba fundiendo el cerebro y no tenía una razón de peso para estar así. Necesitaba ponerse en orden o alguien acabaría perdiendo una mano.

    - Te contraté para que ayudaras a que los de primero no se cortaran las manos, ¿Por qué ahora tengo que evitar que tú no lo hagas?

    - De verdad lo siento – Dijo mientras se levantaba las gafas de protección alborotando sus cabellos - Te juro que no sé qué me pasa hoy.

    Iruka lo miró preocupado, no por nada Naruto era su alumno preferido, era uno de los chicos más revoltosos que había pasado por su salón, pero también uno de los más inspiradores. Naruto era un genio con las herramientas del taller, aun cuando algunas de ellas no las había usado antes de llegar a la Universidad, se esforzaba practicando y aprendía rápido. Quizás no era el mejor en las asignaturas de estudio, de hecho, siempre era el peor de todos, pero en el taller personal, siempre salía con temas interesantes. Esto hizo que Iruka se interesara cada vez más en él, hasta que una noche de clases, cuando ya estaba por cerrar el taller de máquinas y vió a Naruto sentado en un rincón, con una pequeña ampolleta iluminando su trabajo, concentrado 100% en su labor, cuidando los detalles y barriendo con sus manos cada pequeña viruta de madera que quedaba impregnada en su trabajo. Iruka decidió quedarse. Mirando, observando, estudiando al pequeño muchacho que no se había dado cuenta de que todos los demás se habían ido hace horas y que su maestro lo examinaba detenidamente desde lejos. Observaba su sutil sonrisa, una muy distinta a la que veía todas las mañanas en clases cuando charlaba y bromeaba con sus amigos, no, ésta sonrisa era diminuta, casi imperceptible e inconsciente, era esa sonrisa que pones cuando amas lo que estás haciendo, cuando pones hasta el último gramo de tu ser en una pieza, tan personal y única que terminas dándole una parte de tu ser a ese objeto inanimado, que termina teniendo vida y sentimientos solo para ti.

    Iruka terminó recordando sus años en la escuela, reviviendo cada momento con impresionante lucidez. La primera vez que entró a ese mismo taller como estudiante, la confusión, el miedo y la satisfacción de aprender lo que creías imposible. Así fue como se dió cuenta de que deseaba ser profesor. Y ahí mismo donde estaba sentado, en las penumbras de su taller, supo que aún le faltaban toda una vida de nuevos conocimientos y emociones inexploradas.

    De repente, al dar un vistazo por la diminuta ventanilla del taller, pudo ver como todas las luces del edificio estaban apagadas, dio un vistazo rápido a su reloj y no cupo en su sorpresa. Las 02:38, él había retrocedido en el tiempo, pero este siguió corriendo constante. El sobresalto que le dió por la sorpresa, hizo que se levantará de la silla alta en donde estaba sentado, tropezándose con las patas de esta y haciéndola caer, el metálico sonido inundó la sala y llegó a los oídos de Naruto que se encontraba sentado en exactamente el mismo lugar. Se sacó los audífonos y miró a su profesor.

    - Iruka-sensei, ¿Qué hora es? – Preguntó desorientado. Iruka simplemente lo miró y se empezó a reír solo.

    - Jajajajajajajajaja, son las 02:40 – Dijo sin parar de reírse.

    - ¿¡¡¡QUEEEEEEEE!!!? – Naruto se levantó sorprendido, de la misma forma que hizo su profesor, golpeando la mesa con sus rodillas haciendo que su trabajo tambaleara, Naruto se agachó y con sus dos manos sostuvo su obra para que no le pasara nada. Miró a su sensei y simplemente dijo – Creo que me pasé – Con una amplia sonrisa.

    - ¿¡Tú crees!? Jajajajajajaja – Soltó sin más, con una carcajada más entusiasta que la anterior, hasta que sus ojos lagrimearon de tanta risa. Cuando al fin pudo parar, Naruto lo miraba con la cabeza levemente ladeada, como si preguntara, ¿Por qué te ríes tanto? A lo que Iruka solo pudo responder – Te lo cuento con una cerveza, vamos al bar de la esquina, debe seguir abierto.

    - ¡Claro!

    Desde entonces Naruto e Iruka-sensei fueron confidentes, su relación llegó más allá de ser solo alumno y maestro. Se reunían una vez a la semana para ir al Bar después de clases, o a cenar al puesto de ramen que estaba cerca de la facultad. Su confianza era total y absoluta, tanto que en la temporada de exámenes finales del primer año de estudios de Naruto, necesitaba quedarse toda la noche usando las maquinas del taller para terminar su entrega final. Iruka sin pensarlo le dió las llaves del taller a su alumno, con la condición de que el próximo año sería el nuevo ayudante del taller, ya que el actual se graduaría. Así fue como Naruto consiguió su trabajo.

    - No es bueno que trabajes si tienes cosas en la cabeza que te distraen, ¿Por qué no te tomas el resto del día libre? – Le dijo con el semblante más tranquilo y con tono conciliador.

    - Tal vez no es tan mala idea – Naruto se levantó de su asiento, tomó su mochila del costado de la mesa, se la puso en el hombro y caminó a la salida.

    - ¡Hablemos de esto con una cerveza la próxima vez!

    - ¡Claro! – Respondió con una sonrisa un poco forzada. Cosa que Iruka reconoció al instante.

    Naruto salió de la facultad con la mirada fija en el cielo aun azul, pensó que estar en el taller sería bueno, que le ayudaría a distraerse, para no pensar en lo que pasaba en su casa, pero no fué así. Resultó peor, casi pierde una mano, ¿Qué mierda pasaba con él? Nunca había estado tan distraído. Cuando terminó con Shión lo peor que le había pasado fué que casi perdió un dedo, pero el meñique, así que no hubiera sido tan malo… Pensó en volver temprano a casa, pero era obvio que eso no ayudaría, si volvía ahora terminaría ayudando a Hinata a organizar sus cosas y pasaría toda la tarde con ella, eso no lo ayudaría en nada a superar los eventos, necesitaba mantenerse alejado, al menos por una tarde. Poner sus pensamientos en orden y crear un plan de acción para no ser expulsado de la pensión ni perder la cabeza en ese tortuoso año que se le venía encima. Así pues, Naruto se puso en marcha, comer en Ramen Ishiraku siempre lo hacía sentir mejor, y después de eso, bueno, ya vería en donde se escondería.

    Mientras tanto, en la pensión una peli rosa se debatía internamente en si debía entrar o si debía irse por donde había llegado. Por un lado estaba terriblemente curiosa de saber cómo era la nueva chica del grupo, por mucho que se había quejado de ser la única mujer, la verdad era que le agradaba ser el único centro de atención femenino ante los ojos de Sasuke, aunque fuera solo dentro de la casa. Aunque esto no significaba poco, ya que Sasuke no salía mucho, a parte de las clases y algunos viajes a la biblioteca municipal, él no salía a fiestas fuera de las de la pensión, y ahí Sakura podía tener pleno control de las chicas se le insinuaban. No estaba muy orgullosa de ello, pero más de una vez había tenido que espantar a chicas, en su opinión, demasiado atractivas para estar ahí. Como lady de la casa tenía algunos derechos, decía siempre en broma en las reuniones con los chicos, todos aceptaban su pequeña y virtual coronación, así que nadie se quejaba si Sakura siempre terminaba siendo la chica más hermosa de la fiesta. La única que tenía ciertos privilegios era Ino, la amiga de la infancia y compañera de clase de Sakura. Por razones obvias, Ino también iba a las fiestas de la pensión, aunque no pasaba tanto tiempo en la casa como Sakura. Además era una de las únicas chicas que no dejaba que Sakura la opacara y eso merecía respeto.

    Y por otro lado, se daba cuenta de que el puesto de Lady le había sido arrebatado brutalmente, por mucho que se pasara varios días a la semana en esa casa, ella no vivía ahí. Y si resultaba que Hinata era más hermosa que ella, más agradable o más inteligente, Sasuke podría preferirla antes que a ella misma. Despues de todo, por mucho que lo conociera hace varios meses, Sasuke aún no había demostrado mayor interés. Aunque la llevaba a su casa cuando era tarde, esa no era una razón contundente para pensar que tenía segundas intenciones, Naruto también la llevaba a veces. Se sentía un poco resignada, pero definitivamente no se rendiría tan fácilmente. Por eso tenía que saber todo de la nueva chica, que le estaba robando el lugar que tanto tiempo le había costado hacerse. Ya decidida, puso la llave en la cerradura, y en cuanto la giró, la puerta se abrió sin siquiera haberla empujado. Una linda chica de cabello obscuro estaba del otro. ¡Tenía que ser ella! ¡No había duda!

    - ¡Hola Hinata! es un placer conocerte, soy Sakura Haruno – La peli rosa extendió la mano a la nueva inquilina, con la mejor sonrisa que pudo poner, a pesar de los sentimientos que se debatían en su interior.

    Hinata se sorprendió al encontrarse con alguien al otro lado de la puerta, llevaba un par de bolsas de basura en su mano izquierda, de cosas que no sabía cómo habían llegado a sus cajas. Era un buen momento para deshacerse de lo inservible. Cuando abrió la puerta se encontró con una despampanante chica de pelo rosa frente a ella, le pareció que su cara estaba un poco sonrojada, pero tenía una perfecta sonrisa.

    - Mucho gusto Sakura-san – Dijo mientras abría la puerta hasta su tope, quedando las llaves de Sakura incrustadas en la cerradura y dándole la mano que la chica le ofrecía - ¿También vives aquí? – Preguntó con una leve inclinación de cabeza.

    - ¿He? No, que va, solo vengo muy seguido, por eso tengo una llave – Dijo señalando las llaves que habían quedado fuera de su alcance - soy amiga de los chicos. Pero bueno, no seré la única intrusa que veas por aquí, te lo aseguro.

    - ¿Intrusos?

    - Te lo explicaré todo, ¡pero primero vamos de compras! – Dijo mientras agarraba a Hinata del brazo y la arrastraba hacia afuera.

    - Eto… Claro, ¿Qué necesitas? – Hinata dejó las bolsas de basura a un lado de la puerta y se volteó para sacar las llaves de Sakura y entregárselas en las manos.

    - ¡Necesitamos! Esta noche es tu fiesta de bienvenida y soy la encargada de las guarniciones, y es mucho para mi sola.

    - Puedo acompañarlas si quieren – Se ofreció Sasuke, que había presenciado el encuentro de las dos madonas de la casa, se levantó del sillón para tomar las llaves que estaban sobre la mesita de café.

    - ¡No! – Sasuke se detuvo en seco al escuchar la negativa de Sakura – He… esto, quiero decir, gracias Sasuke-kun, pero quiero una charla de chicas con Hinata.

    - Ha… soo – Dijo mientras volvía a sentarse.

    - Entonces - ¿Nos vamos, Hinata?
     
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    vawee

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    Gracias por tu comentario, lee el nuevo capitulo, y dime si te convence, Saludos <3
     
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    Luix

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    Haha ya me imagino a Naruto casi cortándose una mano y a Sakura esperando allí sin saber que hacer :')

    Hermoso capítulo, fue muy divertido. La ortografía va muy bien y gracias por invitarme ♡

    Saludos~

    Luix ♡
     
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    InunoTaisho

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    Jejeje, te dije que tal vez la siga... bueno, por ahora puedo decir que lo que más me gustó aunque suene cliché es la parte de los celotes de Sakura pensando que Hinata puede robarle a su precioso Sasuke... ☺ ─nada personal contra el Uchiha pero no acaba de agradarme demasiado─. Todo lo demás ha sido divertido a su modo y eso me agrada pues la comedia me atrae. Un saludo y continúa escribiendo aunque no recibas un comentario mío, que lectores ya has ganado.
     
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    vawee

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    Ella está prohibida
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    2776
    Los presuntos contrincantes

    Después de un buen plato de ramen, el cuerpo y corazón se siente más cálido, un poco más protegido y completamente lleno. Naruto caminó por el borde del rio Sumida con el estómago repleto, buscando un buen lugar donde reposar tranquilamente. Un poco más allá de un puente, encontró un pedazo de césped que aún no había sido cortado y se lanzó a la suave cama de pasto con las manos en la nuca. Soplaba una tenue brisa que hacia ondear su camiseta, la levantaba levemente y acariciaba su abdomen, era una sensación realmente relajaste, cualquiera podría quedarse dormido en paz con el arrullo de los pájaros que revoloteaban alrededor y la sombra que daban las nubes sobre él. Pero Naruto no se daba cuenta de lo relajante de la situación por los pensamientos que le rondaban por la cabeza.

    ¿Por qué se sentía así con la llegada de Hinata? Estaba tan confuso, deseaba llamar la atención de la chica, pero no sabía cómo, pero para empezar ¿Por qué quería llamar su atención? Acaso ¿Le gustaba Hinata? ¡Pero si acababa de conocerla!, a lo sumo había pasado una hora hablando con ella, no sabía prácticamente nada, ¿Qué cosas le gustaban, porqué terminó con su ex, porqué se fue a vivir con ellos, que quería estudiar, en que escuela iba? Aún tenía que preguntarle muchas cosas para saber si le gustaba o no. Pero no sabía cómo empezar, y además, que pasaba si terminaba conociéndola por completo, ¿Qué pasaría si se diera cuenta de que la chica era grandiosa y caía rendido ante ella? Neji nunca dejaría que fueran algo más, si la tocaba estaba muerto, de patitas en la calle y sin dinero suficiente para pagar por otra habitación. No podía vivir en el taller de la Universidad, claro quizás una semana o dos, pero lo terminarían descubriendo, y ni siquiera Iruka-sensei lo podría salvar de esa.

    Pero ¿Qué tal si Hinata no era tan genial como pensaba? Todo el mundo tiene defectos, quizás terminaba descubriendo que no era del todo su tipo. En ese caso todos los problemas se solucionarían, podría verla solo como una amiga, solo como su linda vecina - Una linda vecina que por las mañanas saldría del baño con nada más que una toalla, o que se pasearía en camisón de dormir por la casa los fines de semana, o… ¡Ya te estas desviando del tema Naruto! ¡Un poco de madurez por aquí y menos hormonas! ¡¡Por favor!! – Pensaba el rubio mientras se balanceaba en la pendiente en la que estaba acostado y se golpeaba la cabeza repetidamente.

    Aunque Hinata resultara ser una chica no tan perfecta, el hecho de que fuera tan atractiva no se podía evitar. Y si bien Naruto ya no se sentía tan descontrolado como cuando era adolecente, cuando se ponía a observar a Hianta con detenimiento, fuertes sensaciones se apoderaban de él, el corazón le latía más rápido, la imagen de ese delicioso beso le recorría la mente y se sentía como un animal asechando a una indefensa presa al ver la blanca y suave piel de la chica frente a él.

    Naruto no podía imaginarse intentando ser amigo de una chica como ella, tarde o temprano algo pasaría y podría quedar como un completo idiota.

    Hay personas en este mundo con las que simplemente encajas, no tiene sentido ni explicación. No es raro sentirse atraído por una persona que acabas de conocer, normalmente es por su aspecto, su forma de hablar o porque tienen cosas en común, pero hay otras que simplemente son un misterio. Solo necesitas unos segundos para sentir una extraña atracción, un sin sentido, una intriga profunda. Eso era lo que Naruto sentía, intriga, estaba profundamente intrigado por esta avasalladora chica que volvía locos sus sentidos sin siquiera proponérselo. Ese aspecto tan tranquilo y sereno no hacían que pasara desapercibida, su aparente fragilidad llamaba su atención y deseaba protegerla de lo que fuera. Si en ese momento alguien quisiera hacerle daño a esa dulce chica, él haría todo cuanto estuviera en sus manos para evitarlo, aun cuando eso significara ensuciarse las manos. Y siendo sinceros era ridículo sentirse así de protector, de sentirse con el derecho de ser el único capaz de protegerla, porque quizás ella ya tenía a alguien que la cuidara. Y si realmente había alguien así, entonces tenía que hacerse a un lado o simplemente ignorarlo.

    Es como cuando terminas con alguien, tienes dos opciones, intentar ser amigos y mantener una relación saludable como adultos maduros. Aunque claro esto no es lo que suele pasar, la segunda opción es siempre la más común, terminar la relación, ya sea con llanto o gritos, borrar su número telefónico, su correo, eliminarse de Facebook, messenger, twitter, snapchat, youtube, fotolog y básicamente cualquier red social que esté de turno, y si tienes la mala suerte de encontrarte con esa persona en la vida real, debes usar toda tu fuerza de voluntad para no correr a sus brazos llorando y suplicando perdón. Si no, reír y hablar con normalidad, como si fuera el mejor segundo de tu vida. Sí, eso es lo que suele hacer la gente en una situación normal de rompimiento, pero, ellos dos no habían terminado, ni siquiera habían empezado algo, ¿Cómo se supone que iba a ignorar a Hinata así nada más si estaban viviendo en la misma casa? Y seguro que si ella se sentía mal por eso y Neji se enteraba, su primo querría intervenir y ver que rallos pasaba.

    Empezaba a obscurecer, el cielo estaba matizado en tonos naranja y rojizo, decidió levantarse y emprender rumbo a casa, con una nueva determinación, no servía de nada preocuparse tanto por las cosas, lo que tenía que hacer era ocuparse de conocer un poco más a Hinata y poner en claro que era lo que sentía por ella, descubrir que lo estaba volviendo loco. Esa era su nueva misión en terreno.

    …………………………………………………………………………………………………………………………………………………………............................................................................................................

    Las dos chicas caminaban por las calles del vecindario, no había mucha gente en las calles, en la zona residencial solo habían algunos negocios de verduras, abarrotes, una licorería y una escuela secundaria, así que podían verse a algunos estudiantes volviendo a casa después de un largo día de escuela. Hinata volteaba la cabeza de un lado a otro, registrando cada esquina del lugar, no había tenido tiempo de salir de la pensión así que un paseo le venía bien, pero no podía disfrutarlo del todo, porque se sentía un poco intimidada por la presencia de Sakura, que a pesar de parecer muy simpática, sentía que la estaban estudiando en silencio.

    Sakura no había dicho nada desde que habían salido de la casa, definitivamente la charla de chicas no iba muy bien, pero no sabía cómo comenzar a hablar, si era muy directa podría asustar a Hinata, y siendo sinceros, la chica se veía inocente y tranquila, un poco como dijo Naruto, pero claro al idiota se le olvidó decir, que Hinata tenía unas increíbles piernas, larguísimas, y unos pechos que podían evitar que hasta ella misma la mirara a los ojos. Los observaba rebotar a cada paso, espiando por el rabillo del ojo, la envidia la corroía, miraba su propio pecho y volvía a mirar el de Hinata ¡Eso no era justo! Con esa ventaja Sasuke podría irse de sus manos. Ya con los ojos llorosos por la rabia se decidió a actuar, ¡tenía que saber la opinión que tenía Hinata sobre Sasuke! En ese momento dos jovencitas de instituto pasaron a su lado y recordó que Hinata seguía en la escuela.

    - Y…. ¿Hoy no fuiste a la escuela Hinata? – Preguntó cómo último recurso.

    - No, hoy quise quedarme ordenando todo, mañana volveré.

    - Y ¿Qué te pareció la pensión? ¿No te molesta estar rodeada de solo chicos?

    - No, los chicos son muy amables conmigo, no creo que sea un problema, me acostumbraré.

    - Sí, es verdad, todos son muy amables, especialmente Sasuke-kun – Empezó a indagar la peli rosa, esperó una fracción de segundo para identificar la reacción de la joven. Por toda respuesta, Hinata movió sus ojos en dirección al cielo y dijo.

    - Hem… claro, me ayudó con las cajas esta mañana – No quería menospreciar la ayuda de Sasuke, pero la verdad es que Naruto había sido el que más la había ayudado esa mañana, y claro unas semanas antes, pero eso era algo que no podía mencionar, ni a Sakura ni a nadie, de hecho aún no le había pedido al mismo Naruto que no lo mencionara. Si ese evento llegaba a los oídos de Neji, iba a estar en serios problemas. Tenía que hablar con él lo antes posible.

    Sakura no podía adivinar lo que estaba pensando Hinata y sus expresiones la confundieron terriblemente, esperen, ¿Se estaba sonrojando? ¿Ósea que, si le gustaba Sasuke?

    - ¿Y no tienes novio Hinata? - Ultima esperanza.

    - He… no…. Terminamos hace unos meses – Genial, una hermosa y frágil chica durmiendo en la habitación contigua, esto no podría ser peor. Pensaba Sakura a punto de descompensarse.

    - No te habrás ido a vivir ahí porque te interesa alguno de los chicos ¿no? – Preguntó ya sin fuerzas para disimular sus verdaderas intenciones.

    - ¿Qué? ¡No! ¡Claro que no! – Dijo al instante poniendo las manos entre ellas para gestual izar su negativa – Jamás haría algo así – Dijo después de unos segundos, convenciéndose de que la imagen del rubio no había aparecido en su mente cuando Sakura hizo esa insinuación - Yo ni siquiera sabía quién vivía en la casa antes de llegar, exceptuando a Neji-niisan y a Kiba-kun.

    - ¿De verdad? ¿Entonces no te gusta ninguno de los chicos Hinata?

    - Claro que no, los acabo de conocer ¿Por qué te preocupa tanto?

    - Yo…. ¿Me veo preocupada? – Preguntó con la cara roja.

    - Más que eso.

    - ¿Soy muy obvia verdad? Es que…. No puedo evitarlo, él me gusta mucho, estoy empecinada con él, es que, es tan guapo, tan amable, es como un príncipe para mí.

    - ¿Te gusta Naruto-kun? – Preguntó un poco estupefacta .

    - ¿He?

    - ¿He? Es que… tu estas describiendo a Naruto-kun, ¿no?

    - ¡Claro que no! Estoy hablando de Sasuke-kun ¿Por qué pensaste que hablaba de Naruto?

    - Es que…. Pensé que Naruto-kun concordaba más con tu descripción. Ya sabes, por lo de príncipe, porque es rubio y de ojos azules, ¡Como un príncipe Azul de Disney!

    - Solo espera a que lo conozcas – Dijo con la mano sosteniéndose la frente – Naruto es lo menos parecido a un príncipe, será apuesto y todo, pero es un caso de chico.

    - Creo que es muy lindo…. Pero tú los conoces mejor que yo.

    - Ya verás que tengo razón, pero bueno, me siento mejor al saber que no estás interesada en Sasuke-kun, no sabes la cantidad de competencia que hay cuando se trata de él.

    - Es cierto que es un chico muy guapo, no me extraña que sea tan popular.

    - A todas Sasuke-kun les entra por la vista, la verdad es que cuando lo conocen mejor suelen desilusionarse un poco, y es que él no es un hombre fácil de tratar.

    - Entonces ¿Por qué te gusta tanto? ¿Están saliendo? – Preguntó Hinata con una sonrisa de complicidad

    - Que va, no salimos, la verdad es que ni siquiera me ha invitado a tomar un trago a ninguna parte, él siempre es tan cerrado, nunca sabes lo que está pensando, pero aun así es muy atento conmigo y tengo la esperanza de estar en un lugar especial en su corazón. Quizás es que soy demasiado competitiva y quiero ganarme su amor a como dé lugar.

    - Eso suena a una meta muy difícil de alcanzar – Dijo Hinata mientras abría la puerta de vidrio de un mini market al que habían llegado después de unos minutos de caminata, dejó que Sakura pasara primero y la siguió directo al pasillo de las bebidas alcohólicas.

    - ¡Se lo que estás pensando! ¿Cómo puedo considerar un sentido de competitividad con amor?

    - No te estoy juzgando – Se apresuró a decir.

    - Pero sabes, el sentimiento del amor puede despertarse de muchas formas, a veces ni siquiera te das cuenta de lo que ha pasado y ya caíste. Mi carrera no es contra las otras chicas, sino contra mí misma. Quiero demostrarme que soy lo suficientemente atractiva para conseguir a alguien como Sasuke-kun. Aun cuando pueda llegar el momento de darme cuenta que no soy quien deseo ser.

    - No te entiendo muy bien Sakura-san

    - Lo que quiero decir es que no voy a cambiar mi personalidad o mi cuerpo por ser del gusto de un hombre, quiero impresionar a Sasuke-kun por quien soy. Y si no puedo hacerlo, supongo que tendré que rendirme.

    Hinata ya no supo que responder ante eso, solo miró a Sakura por unos segundos, preguntándose qué debería hacer en una situación así. Era la primera vez que alguien se abría de esa manera con ella, ni siquiera sus amigas del instituto le habían hablado así, pero no puedes comparar las historias y romances de chicas de instituto con las de una mujer más experimentada.

    - Pero bueno, ya podremos seguir hablado de esto, ¿Qué bebes Hinata? ¿Prefieres cereza? No creo que te gusten los tragos muy fuertes ¿no? ¡Ha! Por cierto, puedes llamarme Sakura, ¡no te enrolles!

    - Eh… Ok, hemm…. Si cerveza estará bien.

    Después de estar una media hora eligiendo productos en la tienda, las chicas salieron del mini market con 12 bolsas repletas de cerveza, algo de tequila, vodka y un montón de frituras y aderezos de todos los sabores posibles.

    -Creo que si debimos aceptar la ayuda de Sasuke-kun – Dijo Sakura arrepentida – ¡¿No podía aguantarme el interrogatorio para la noche?! ¡¿Tan débil soy?!

    -¡¿Qué?! ¡¿Todo eso fue planeado Sakura?! – La increpó Hinata tan cargada que no podía levantar los brazos

    - ¡Te juro que te lo compenso Hinata! ¿Qué quieres? Solo dilo, puedo invitar a mis amigos de la facultad de medicina.

    - ¡No quiero eso! ¡Estoy en pausa del amor! Solo sácame la copia de la llave, hay que subir al segundo piso de la tienda.

    -¿Con estas bolsas? ¡Eso es cruel!

    …………………………………………………………………………………………………………………………………………………………............................................................................................................


    Cuando Sakura y Hinata llegaron después de las compras encontraron un ambiente muy movido dentro de la casa, risas y música a todo volumen se escuchaban desde el exterior. Las dos chicas se miraron incrédulas, no pensaron que la gente ya habría empezado a llegar. Hinata abrió la puerta con su nueva y brillante llave, pasaron a la sala de estar y se encontraron con un animado grupo de jóvenes.

    - ¡¡Sakura!! Al fin llegaste – Grito una linda rubia de pelo largo y ojos celestes. Que estaba sentada entre dos chicos que Hinata no había visto antes.

    - Vaya Ino, no sabía que venias, Hola chicos – Saludó Sakura a los dos muchachos – Hinata te presento a Sai y Shikamaru, son amigos de la universidad, Sai estudia en la facultad de Bellas Artes y Shikamaru está estudiando administración de empresas e Ino es mi compañera de clase.

    - Es un placer, soy Hinata, la prima de Neji – Dijo sonriente mientras se acercaba y ponía las bolsas de cerveza y bocadillos en la mesa.

    - ¡¡Hinata!! – Se escuchó desde arriba de las escaleras la voz de Kiba, que gritaba eufóricamente.

    - ¡¡Kiba- kun!! – Le respondió con el mismo ánimo y corriendo al pie de la escalera.

    Kiba saltó la escalera con tres zancadas y abrasó a Hinata con todas sus fuerzas, la levantó para dar vueltas con ella en sus brazos. Ella le respondió el abrazo rodeando el cuello del chico y aferrándose lo más que podía, para no salir volando, Hinata reía por el entusiasmo de su amigo y porque estaba realmente feliz de verlo nuevamente.

    En ese momento fuera de la casa, una sobra observaba la tierna escena de los amigos dentro de la casa. Peo a él no le pareció enternecedor, estaba enfadado y celoso, de cómo Kiba la tomaba entre sus brazos sin reservas y del como Hinata apegaba su curvilíneo cuerpo a él. Naruto no podía tomarse tantas confianzas con ella y eso lo estaba matando, quizás Sasuke al fin no le había tomado la delantera con una chica, pero estaba horriblemente atrás en cuanto a Kiba. Su determinación de tomarse las cosas con calma se desmoronaba poco a poco, giro a giro. No podía explicar porque lo enfurecía tanto ver a Hinata en los brazos de Kiba, solo sabía que sentía un deseo intenso por estar cerca de ella, tocarla, abrazarla, besarla, hacerla suya. Y no iba permitir que nadie se interpusiera en su camino.
     
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    Hola, si a alguien le interesa seguir leyendo la historia, por motivos del reglamento del foro, mi historia seguirá actualizándose en mi blog.
    Que estén todos muy bien.
     
  12.  
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    teokun

    teokun Iniciado

    Acuario
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    ESTA BUENA, NO DEJES DE ESCRIBIR
     
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  14.  
    vawee

    vawee Iniciado

    Libra
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    Título:
    Ella está prohibida
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
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