Faster

Tema en 'Fairy Tail' iniciado por Golda, 25 Marzo 2015.

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    Golda

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    Acción/Épica
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    16: Isla Garuna (Gray)

    Isla Garuna era bastante pequeña, un puerto fronterizo que vivía de la pesca y las aduanas extranjeras que pasaban por ahí. Parecía bastante tranquilo para lo que se le venía encima, hacía ya medio año.

    Por lo que los chicos habían investigado, un grupo encabezado por Lyon, llamado Ice Make, tomaron el control de la isla y la convirtieron en su base de operaciones por aquel tiempo, aunque sus motivos no estaban claros.

    Gray suponía que su amigo de la infancia intentaba recaudar dinero lo más rápido posible para ejecutar una venganza personal contra él y que, de algún modo, había llegado a un pacto para controlar la zona con las autoridades. Sin embargo, Lyon no debería tener poder suficiente para eso. Además, existen zonas que podrían aportarle más dinero, y más rápidamente, si pretendía enriquecerse con todo esto, de modo que el joven y sus compañeros estaban confundidos.

    —Entonces, ¿nos separamos para buscar información, o vamos todos juntos?

    —Ya he hecho reserva en un hotel, podemos separarnos para buscar más rápidamente —contestó Loki.

    —Mándanos la ubicación y empecemos de una vez —se exasperó Gray.

    De modo que los tres chicos se separaron. Natsu se dirigió a una taberna de aspecto antiguo que vieron cerca del puerto, mientras que Loki salió a darse una vuelta con el coche para examinar la situación. Era lo que se le daba bien, la discreción, estar atento a los detalles. Podían confiar en que volvería con alguna información valiosa para entender la situación. Mientras tanto, Gray estaba siguiendo a unos chicos, más o menos de su edad, a los que había pillado hablando de su “jefe”.

    —Últimamente no nos estamos moviendo para nada...

    —Y que lo digas —continuó el otro—. Desde que los nuevos llegaron a la ciudad, el jefe ha perdido toda su autoridad. Ni siquiera sale de casa.

    —Pues a ver quién es el valiente que se lo dice a la cara. Vamos a tomar algo, anda.

    Los siguió por un rato más hasta la misma taberna en la que Natsu había entrado. Gray entró, fijándose en la decoración, pasada de moda. Una barra desgastada se colocaba a la izquierda, mientras que unos antiguos cuadros, suponía que de los dueños, adornaban el local. Encontró a Natsu al final de la barra, aunque no se acercó a él. No obstante, se aseguró de que su amigo lo viera antes de sentarse y pedir una cerveza.

    El moreno continuó observando a sus perseguidos hasta que estos salieron del bar. Le hizo un leve gesto a Natsu y salieron tras ellos. Instantes después, un golpe sordo se oyó en el callejón tras el bar.

    —¿¡Quién coño es tu jefe!?

    —¡Oye! -se dirigió Natsu hacia Gray.

    —Vas a llevarme hasta él ahora —prosiguió su amigo, ignorándolo.

    —¡N-no sé dónde está! ¡Antes se acercaba al muelle 17 todas las noches! ¡Es todo lo que puedo decirte!

    —No -intervino Natsu—. También puedes decirnos su nombre.

    Una hora después, se reunieron con Loki en el hotel. Durante todo ese tiempo, Gray estuvo callado. Al entrar a la habitación, Loki fue el primero en hablar.

    —Supongo que ya lo sabéis, ¿no?

    —Sí.

    —No puede ser —anunció Gray, consternado—. Lyon nunca...Lyon nunca se aliaría con Deliora.
     
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    17: Enmascarado (Natsu)

    Caída la noche, ya pasadas las once, Natsu estaba listo. Estaba harto de este asunto. Un tipo que llevaba...¿cuánto? ¿Diez, doce años, desaparecido? Alguien que no ha dado señales de vida a su amigo de la infancia en todo ese tiempo...¿cómo reclamar nada a estas alturas? Gray estaba muy tocado por culpa de ese Lyon, y sus amigos no querían permitirlo más. Lo harían recapacitar, por las buenas o por las malas.

    Y luego estaba Deliora. Que ellos supieran, había sido una figura del crimen en el norte en la época en la que Gray quedo huérfano. Él y su grupo exigían unos impuestos desquiciados a la población, y cuando no podían pagar...sucedía lo mismo que con el pueblo de Gray. Por eso mismo, no podía ser verdad que Lyon se hubiera aliado con él.

    -Gray -comenzó Loki-. Sé que es difícil, pero, ¿crees que estén juntos?

    -Es simplemente imposible -contestó él, más calmado que antes-. Ese hijo de puta destrozó nuestro hogar y mató a nuestras familias. Aquí hay gato encerrado.

    -De cualquier modo, ¿que pintaría Deliora aquí, en esta isla sureña? -inquirió Natsu.

    -Hasta hace dos años seguía con sus actividades en el norte, así que no sé qué decirte.

    Mientras hablaban por el manos libres llegaron al puerto, dónde los subordinados de Deliora dijeron que podían encontrarlo.

    -Es aquí, el muelle 17.

    Un pequeño barco, aunque de aspecto cuidado, se encontraba ahí.

    -Muy bien. Adelante -instó Gray.

    Caminaba delante, así que fue el primero en poner un pie sobre el pequeño puente hacia la embarcación. Sin embargo, cuando Natsu y Loki lo hicieron, una sombra los atacó, algo que, hace un segundo, no estaba ahí.

    -¡Me temo que el acceso está restringido, chicos! -les advirtió.

    -¿Pero qué...? -Gray se giró rápidamente.

    -¿¡Quién cojones eres tú! -quiso saber Natsu.

    -Un mero esbirro. Una sombra -dijo, instantes antes de continuar atacando.

    Cuando salió a la zona a la que la luz de las farolas llegaba, haciendo retroceder a Natsu y Loki, pudieron fijarse bien en él. Llevaba un abrigo negro largo, y una extraña máscara que no dejaba ver más que su sonrisa descarada, ocultando también su cabello.

    -Ya os lo he dicho, solo Fullbuster puede pasar al interior.

    Natsu se disponía a lanzar un golpe en respuesta, cuando...

    -¡¡Parad!! -vociferó Gray-. Entraré solo. Deja a mis amigos en paz.

    -Chico listo -comentó el misterioso enemigo.

    De modo que, aunque con reticencias, Gray entró solo. Durante aproximadamente treinta minutos, estuvieron en silencio, Natsu, Loki y el enmascarado, sentado en la entrada del barco, en señal de que continuaba protegiendo su puesto. Todo cambiaría en un minuto.

    -¿Qué demonios están haciendo ahí dentro? -se desesperó Natsu.

    -Aguarda, chico, si intentas entrar otra vez...-le avisó desde la entrada el hombre misterioso.

    -No te preocupes, Nat...-la voz de Loki se vio interrumpida por un estruendo ensordecedor. Un sonido inconfundible, que hizo saltar todas las alarmas entre los presentes.

    Un disparo.

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    Hechas las presentaciones, pasemos a la acción. ¿Acertó el disparo? ¿A quién iba dirigido? ¿Quién es el misterioso acompañante de Lyon? Todo esto y mucho más, en el próximo capítulo: Disparo.
     
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    18: Disparo (Gray)

    Aunque tenía que dejarlos atrás, Gray Fullbuster no se preocupaba de que a sus amigos les ocurriera algo. Ese extraño subordinado de Lyon y Deliora era fuerte, pero ellos también. Más bien no podía parar de pensar en qué encontraría dentro.

    Al principio, la fuerte luz lo deslumbró, ya que sus ojos se habían habituado a la oscuridad de aquella fría noche. Cuando pudo ver mejor, se fijo en la estancia. Una sobria decoración, cabría decir. Muebles recios de gran calidad, una cristalera con muchas copas y licores. En el centro, una gran mesa, tras la cual había una ventana con las cortinas echadas. Y sentado a la mesa...

    -...¿Lyon?

    -Siéntate, por favor. ¿Has cenado?

    -Se supone que venía a por Deliora. ¿Qué haces tú aquí? ¿Y qué es eso de que estás trabajando con él? -el tono de voz de Gray subía a medida que hablaba, inculpando a su interlocutor.

    -Gray, Gray, Gray. No entiendes nada, ¿eh?

    -La verdad es que no.

    -No me andaré con rodeos. Deliora está muerto -acalló a Gray antes de que pudiera decir nada sobre eso-. No, no lo maté yo, aunque no me habría importado. El muy idiota se suicidó justo cuando encontré su base aquí. La policía lo estuvo presionando un tiempo y por eso tuvieron que esconderse en Isla Garuna. Cuando llegué, fui el primero en descubrir el cadáver. Era cuestión de tiempo que lo pillaran, pero no creí que estuviera tan al borde. Mi socio, que se encuentra fuera con tus nuevos amigos, y yo, lo tapamos de forma que sus inútiles secuaces creyeran que seguía con vida.

    -¿Durante tanto tiempo? ¿Y qué esperas ganar con todo esto? Además, ¿por qué la policía que seguía a Deliora no os persigue ahora a vosotros, que habéis retomado su puesto?

    -Tenemos contactos Gray. Zalty se encarga de esos detalles. Sobre lo que quiero, ya te lo dije. No he podido cobrarme venganza por Deliora, pero tú, que abandonaste tu pueblo natal y no has vuelto, y vives tan feliz en Magnolia...-la cara de Lyon se tornó sombría, mostrando una ira contenida y, a la vez, desmedida- ¡...me enfermas!

    -Lyon, yo no...

    -¿No has podido volver? ¿¡Ni siquiera una vez!? ¿¡A la tumba de Ur, que murió por nosotros!?

    -¡¡Yo no tengo la culpa de nada!! -la reacción de Gray a ese nombre no pudo ser otra.

    En un momento, se abalanzó contra Lyon, y ambos cruzaron un par de puñetazos. Gray consiguió encajarle un golpe directo que lo tumbó en el suelo, pero, al levantarse, Lyon tenía en la mano una pistola semiautomática.

    -Se acabó. Quería hacerte sufrir antes de esto, pero no mereces más de mi tiempo.

    -¡No!

    Y el disparo sonó, tanto dentro, como fuera de la embarcación.

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    Another nigga. Si tenéis la sensación de que la historia no ha avanzado es porque...no ha avanzado xDDDD. ¿Contaré la perspectiva del disparo desde el punto de vista de más personajes? ¿Cómo acabará todo este tinglado? Todo esto y mucho más en el próximo capítulo: Evacuación.
     
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    19: Evacuación (Loki)

    Fueron unos segundos muy extraños. Loki, e inclusive Natsu, se quedaron paralizados. Incluso el rocambolesco aliado de Lyon, que, finalmente, fue el primero en reaccionar.

    —¡¡Qué demonios, Lyon!!

    —¡¡Gray!! -Natsu avanzó hasta el puente del barco, pero fue golpeado de inmediato.

    —Esto no cambia las cosas. ¡Nos vamos! —anunció.

    Acto seguido, procedió a encender los motores del barco ante la mirada de los jóvenes.

    —¡¡Mierda, mierda, mierda!! —se desesperó el chico de pelo rosa—. ¡A los coches!

    Se montaron inmediatamente, cada uno en el suyo.

    —Natsu —llamó Loki—. Tienes que calmarte. Avanza hasta el final del puerto y espéralos allí. Yo seguiré el barco.

    El plan era simple. Loki podría vigilar qué pasaba mientras que Natsu les cerraría la huida. Sin embargo, el pelirrojo se dio cuenta del fallo en cuánto tuvo tiempo de pensarlo un poco más. Y así sucedió. Instantes después, el barco comenzó a separarse cada vez más de la línea del puerto, adentrándose en el mar. Natsu estaba ya muy adelantado. Tenía que hacer algo, o se llevarían a Gray.

    El 4C Concept de Loki tenía buena velocidad punta, y su forma era muy deportiva, muy bajo. Confiaba en que podría hacerlo si conducía lo suficientemente bien. Estaban ya a la altura del muelle 11, y su velocidad era de 130 Km/h. Vio que el muelle número 7 cogía una dirección un poco más diagonal que los anteriores, por lo que no tendría que girar tanto para hacer la locura que pretendía realizar, y por tanto, perdería menos velocidad.

    De modo que frenó un poco para dejar que sus perseguidores se adelantaran lo suficiente, en el muelle 9 aceleró hasta los 145 kilómetros por hora aproximadamente, y en el 8, encaró el coche hacia su objetivo, activando al mismo tiempo el óxido nitroso para aumentar el empuje. El pequeño barco se había separado unos once o doce metros ya de los astilleros, pero, por fortuna, Loki consiguió su objetivo.

    Sin duda había destrozado su coche, su preciado automóvil, en el proceso, pero no se arrepentía de haberlo hecho por su amigo. Se había golpeado en la frente al estrellarse con el barco y sangraba bastante, pero simplemente se puso la camiseta alrededor de la cabeza y salió a buscar a Gray. Cuando entró a la estancia dónde todos estaban, el panorama era desolador.

    Zalty, que controlaba los mandos, se giró en el acto al oírlo entrar. Lyon ya estaba de cara a él, aún con su arma en la mano. Mientras, Gray estaba tirado en el suelo, tenía una herida de bala en un costado y estaba inconsciente.

    —¡¡Gray!!

    Lyon apuntó su arma hacia él, pero lleno de furia, Loki se la quitó, golpeándolo varias veces. Zalty intentó abalanzarse sobre el pelirrojo, pero inmediatamente éste lo apuntó con el arma.

    —Lleva el puto barco a la isla. Ahora.

    Tal debió ser la expresión en su rostro, que su enemigo lo hizo sin rechistar. En cuanto se aseguró de que se dirigían allí, Loki comenzó a atender a Gray. Hizo lo que pudo, limpiando la herida y echándole un poco de alcohol. Después, hizo un torniquete alrededor usando la camisa de Gray.

    Cuando llegaron a la costa, Natsu hubiera matado a Lyon de haberlo dejado. Sin embargo, Loki lo convenció para llevar a Gray rápidamente al hospital antes de eso, a lo que accedió dado el estado de su amigo.

    Aun así, mientras se montaban en su Lancer, se giró hacia Lyon para advertirle.

    —¡¡Mañana, a a las 10:00 PM, en la carretera de la cumbre de la montaña!! ¡Si faltas te juro que quemaré toda la maldita isla!

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    Wow. Badass Loki. A todos nos gusta. So...¿cómo saldrá Gray de esta? Más importante, ¿cómo saldra Lyon de esta? Todo esto y mucho más en el próximo capítulo: Bocabajo.
     
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    Golda

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    20: Bocabajo (Natsu)

    Fue una noche larga. El hospital de Garuna era público, una sanidad como la de cualquier otro sitio. En Magnolia quizá hubieran sido más rápidos o hubieran pedido un tratamiento mejor para su amigo, pero el lo importante es que Gray estaba bien.

    Lo dejaron durmiendo y vendado en el hospital, mientras que Natsu y Loki marcharon a la montaña, como el chico de pelo rosa exigió la noche anterior. Habían estado dándole vueltas y llegaron a la conclusión de que sus rivales pedirían una carrera entre Zalty, Lyon y el propio Natsu. Estando en su territorio, no podían negarse. Además, Natsu no lo habría hecho incluso si pudiera.

    Cuando se encontraron con sus adversarios, la tensión era palpable. Como se esperaban, se sugirió un modelo de 2 vs 1, que Natsu aceptó sin problemas. Deseaba aplastarlos en su territorio y en solitario. Así pues, montaron en los coches. Lyon y Zalty conducían ambos un BMW M3 negro. Incluso eran iguales, lo que dificultaría que su rival identificara quién es quién. Natsu rozó con la punta de sus dedos su amuleto. “Faster”. Un modo de vida.

    Loki comenzó la cuenta atrás. El primero en llegar abajo, ganaría. Unos 5 kilómetros de carretera a través de un sendero completamente rural. Una salida en una curva acabaría sin duda en un accidente grave.

    Tres...dos...uno...

    —¡Esperad!

    No hizo falta el grito para que pararan la salida de la carrera, pues las luces de otro vehículo iluminaron la zona.

    —¿Gray?

    —¡Vuélvete al hospital maldito imbécil! —le espetó Natsu, que, sin embargo, estaba extremadamente preocupado por su amigo hace unas horas.

    —No me jodas, queriendo correr solo. ¡Te van a echar a la primera curva!

    —¡Cómo si tu pudieras llevar tu propio coche!

    —¿¡Y cómo te crees que he llegado aquí!?

    Todos los miraban sorprendidos por su capacidad innata para discutir cualquier cosa en cualquier momento. Loki tosió para llamar su atención.

    —Gray, yo conduciré tu coche —le propuso seriamente.

    —Ni hablar. No dudo de ti, pero es MI coche, lo conozco mejor de nadie —se giró hacia Lyon—. Además, este asunto debo resolverlo yo.

    A pesar de las réplicas de sus amigos y sus intentos por pararle los pies, Gray ya estaba montado en su Skyline, listo para participar. Natsu lo miró fijamente y montó en su propio coche en silencio, al igual que Lyon y Zalty.

    Loki se puso frente a ellos, contó atrás, y anunció la salida. Inmediatamente los cuatro coches lo adelantaron. Natsu se había colocado el primero, mientras que Gray estaba tercero, detrás de uno de los dos BMW, aunque ellos no podían distinguir quién era el conductor.

    Era, como habían previsto, una carretera accidentada y difícil de practicar. De hecho, llamarla carretera era cuestionable. No obstante, se las arreglaron de algún modo para ir delante. Natsu continuaba primero desde el inicio y, en un cruce, Gray consiguió adelantar a uno de sus rivales y ponerse segundos.

    Como la mayoría del tramo era estrecho, los adelantamientos no podían hacerse más que en zonas muy concretas, y ellos no sabían dónde estaban dichas zonas. Sin embargo, el equipo de Lyon sí que debía saberlo, por lo que ir primeros no era tanta ventaja como podría pensarse en esa situación.

    Izquierda, derecha, una curva en forma de horquilla, seguida de otra a la derecha.

    —¡Gray, zona abierta! —advirtió Natsu, el primero en verla, al llegar a una recta.

    Al fin se encontraban otro posible paso para adelantar. Tenían que defender la posición.

    El chico de pelo rosa miró por su retrovisor para comprobar la situación. Lo usual sería que Gray y él se pusieran a la misma altura; de ese modo, ser adelantados sería prácticamente imposible. Su amigo estaba adelantando un poco, mientras que él frenaba, para conseguir esto, pero de repente, se dieron cuenta de que algo iba mal. Uno de los dos BMW se dirigía directo hacia el coche de Gray.

    Natsu palideció. En sus condiciones actuales, otro accidente, y más un golpe directo de otro coche a esa velocidad, podía matarlo. No le quedaba más remedio. Para evitar que Gray fuera el golpeado, su compañero aumentó la frenada, interponiéndose entre el coche rival y su Skyline. Se supone que frenar en medio de una carrera iba contra sus principios, pero...

    —Gray, acelera.

    —¿¡Qué coño haces!?

    En ese momento lo vio venir. Gray redujo una marcha, ganando un empuje momentáneo que le permitió esquivar el accidente, y aumentándola a sexta de nuevo un segundo después. El estruendo resonó por toda la montaña. El coche de Natsu quedó bocabajo, mientras que el otro se había incrustado en un árbol. El moreno no tenía más remedio que seguir. Loki lo sacaría de allí.

    Al fijarse, observó que el rival que quedaba tenía el cabello blanco. Lyon.

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    Y llegamos a la recta final de la saga Garuna. ¿Cómo estará Natsu? ¿Y Zalty? Todo esto, y mucho más, en la conclusión de esta saga, en el próximo capítulo: Gray Vs Lyon.

    ¡Y por supuesto, si te gusta la historia, no olvides dejar un like (?) o comentar!
     
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    21: Gray vs Lyon (Gray)

    Quedaba, más o menos, un kilómetro de distancia hasta la meta. Quizá algo más. Gracias a la locura de Natsu, Gray podía seguir en la carretera y Lyon había tenido que esquivar forzosamente el choque, por lo que tenía una situación bastante cómoda. No obstante, nadie, en toda la competencia, había usado óxido nitroso aún.

    La peor parte de esto era que, obviamente, Gray no conocía para nada la zona, lo que significaba que no sabía dónde sería mejor usar el empuje de N2O. Si lo usaba demasiado pronto, o, por el contrario, demasiado tarde, Lyon aprovecharía y ganaría la carrera. Así pues, la opción más viable sería esperar a que Lyon accionará el suyo, y entonces, el moreno lo usaría también. Sería momentáneamente adelantado, pero conseguiría ganar.

    Y así fue como lo hizo. Lyon le recortaba en las curvas, permitiéndose arriesgar más por su conocimiento del terreno, al mismo tiempo que arremetía con ligeras embestidas al Skyline de su amigo de la infancia. No tenía claro si quería ganar, echarlo de la carretera o ambas. En todo caso, llegó el momento en que, efectivamente, usó su sistema nitro.

    Gray era un piloto más experimentado que Lyon, y eso estuvo claro en este tramo final de la carrera. Su plan funcionó a la perfección y adelantó al albino limpiamente. Venció, y bajó de su coche, a duras penas, pues seguía dolorido del disparo.

    -¿Estás más calmado?

    -¡¡Cállate!! ¡Esta estúpida carrera no ha valido para nada! ¡Tu amigo, el del pelo rosa, se empeñó, y Zalty accedió! -gritó, enfurecido-. Pensó que podríamos quitarlo de en medio, o que quizá si ganábamos, se retirarían de aquí, y tú te quedarías aquí, para que yo completara mi venganza.

    -¿Pretendías hacer a Natsu retirarse? Ese idiota casi se suicida ahí atrás, ¿o no lo has visto?

    Solo el silencio contestó a las palabras de Gray.

    -La verdad es que yo tampoco sé qué pretendía con esto. No es como si sirviera para algo. Supongo que es la forma en que mejor se expresa, o quizá, la única que conoce. Es nuestro estilo de vida, al fin y al cabo.

    Más silencio.

    -Ya. ¿Sabes? Debería ser yo el que estuviera molesto. Me has disparado, bastardo. Duele. Pero no duele ni la mitad de lo que dolió en su día perder a todo el mundo. He vivido creyendo que tú también estabas muerto. Yo...-hizo una pequeña pausa-. ¿Por qué? ¿Por qué no viniste simplemente a decirme que estabas bien? ¡No tiene ninguna lógica! ¡Yo no hice nada, Lyon!

    -No has vuelto en todos estos años.

    -Es cierto. No he vuelto. Aquella tierra es todo sufrimiento para mí, y pensaba que seguía bajo el dominio de Deliora. No he querido acercarme allí porque no quería buscar problemas innecesarios. En Magnolia estoy con mis amigos, mis compañeros. Créeme, iré a visitar las tumbas de nuestras familias en cuanto vuelva.

    Eso era todo. Había contestado sinceramente, dejando rencores de lado.

    -No vas a contestar, ¿eh? Voy a ver cómo está Natsu, ya que el mamón de tu compañero casi lo mata.

    -¡Gray! -el moreno se dio la vuelta-. Zalty...el tipo de la máscara. Me confundió. Yo...no sé cómo. El me convenció de que tenías la culpa y...no...no lo sé. No sé como lo hicieron.

    -¿Hicieron?

    -No puedo darte detalles, porque no los conozco, pero...estoy seguro de que pertenece a algo más grande, más poderoso. Una organización en las sombras, o algo parecido. Se acercó a mí ofreciéndome ayuda.

    -Una organización...

    -No sé nada más, así que ten cuidado. Ah, y...lo siento.

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    Comienzo de año, y fin de saga. Espero que todos hayáis pasado unas felices fiestas y que sigáis leyendo mi historia (?). A partir de aquí, Faster entra en una etapa mucho más interesante, ya veréis. Y...sin más dilación...¿qué ocurrirá, ahora que tanto Natsu como Loki tienen sus coches destrozados? ¿Qué ha sido de nuestras chicas, que llevan tanto sin salir? Todo esto y mucho más en el próximo capítulo: Mist Gun.
     
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    2: Mist Gun (Erza)

    Aquella mañana, Magnolia amaneció fría y nublada, pero sin restos de nieve, aunque una perpetua y débil llovizna caía sobre la ciudad. Erza se levantó más temprano que de costumbre. Se vistió y salió de su habitación en la residencia universitaria. Bajó a la cafetería de la universidad, dónde presentó su tarjeta de universitaria (sin necesidad, pues los empleados la conocían bien) y pidió café y tostadas.

    Vislumbró a Levy y Lucy sentadas en una mesa cerca de la calefacción del edificio, y se sentó con ellas.

    -¡Hola Erza! -saludó Levy, agitando su cabello azul, que aquella mañana llevaba recogido.

    -Buenos días -musitó Lucy, en parte adormilada, aunque daba la impresión de que la pelirroja aún le causaba un poco de ese terror que inspiraba también a Natsu y Gray.

    -¿Cómo estáis? He recibido un mensaje de Loki esta mañana, ya están de vuelta hacia Magnolia.

    -¡Estupendo! -se alegraron sus amigas, con un claro deje de alivio en la voz de Lucy.

    Erza sabía, por su comportamiento de los últimos días, que la rubia estaba preocupada por los chicos. Le hubiera gustado tranquilizarla acompañándolos, pero sus labores como presidenta del Consejo de Estudiantes y los exámenes no la dejaron embarcarse con ellos.

    -Llegarán en un par de días. Natsu está que echa fuego por la boca, por lo visto.

    -¿Por qué? ¿Le ha ocurrido algo? -de nuevo, ese ligero matiz de pavor en la voz de Lucy.

    -Qué va a pasarle a ese. Seguro que le han rallado el coche o algo, eso le pasa por llevárselo -intervino Levy.

    -Pues...sí, algo así. La verdad es que tuvo un choque tan tremendo que su Lancer ha quedado inservible. ¡Pero él esta bien! -se apresuró a aclarar-. A Loki le pasó algo parecido, también se ha quedado sin coche.

    -Justo lo que él temía...-murmuró Lucy, mientras cogía su taza de café y daba un pequeño sorbo.

    -¿Cómo dices? -preguntó Erza, perpleja.

    -Ya sabes, todo el rollo ese del festival Fantasía...Natsu estaba preocupado de que algo malo pasara justo antes de eso...dijo algo de que este era su año y un tal Luxus...o...Lexus...

    -Laxus. Lexus es una marca de coches, Lucy -interrumpió Levy, divertida por su confusión.

    -¡Bueno, siempre está hablando de coches, y los nombres se parecen, es normal! -se defendió ella.

    Erza y Levy rompieron a reír, y Lucy, sonrojada, finalmente se unió también a las carcajadas.

    [***]

    La despampanante pelirroja salió de la biblioteca tras un par de horas de intenso repaso de sus apuntes para el último examen, que tendría al día siguiente. Lo tenía perfectamente preparado ya, aunque por la tarde le dedicaría otro par de horas, solo por si acaso.

    Para despejarse, decidió hacer una visita a Mira. Fue hacia el aparcamiento de la universidad, para montar en su Jaguar. Escuchó el sonido de las puertas al ser abiertas con el mando a distancia de las llaves, y vio las luces encenderse y apagarse rápidamente. No obstante, cuanto más se acercaba, más le parecía ver una silueta que no debería estar allí.

    Apoyado sobre su Lotus Exige S, se encontraba Mist Gun. Sin sobresaltarse, Erza se dirigió a él.

    -¿Qué hace aquí uno de los 10 pilotos más buscados del país?

    -Ya conoces la respuesta, Erza Scarlet.

    -¿Entonces, vas a correr en Fantasía de verdad? -preguntó Erza, con un destello de rivalidad en los ojos.

    -Supongo que uno no puede evitar que los rumores corran. Será en South Gate Park -añadió, montándose en su automóvil.

    *.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*

    Y de este modo, entramos en la saga de Fantasía...¿o no? Bueno, ya lo veremos. ¿Qué les espera a Natsu y los demás? Lo veremos en el próximo capítulo: Buscando coches.
     
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    Golda

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    23: Buscando coche (Natsu)

    —¿Y qué vas a hacer? —preguntaba Gray.

    —No lo sé —respondió Natsu malhumorado.

    —¿Tienes lo suficiente ahorrado para uno nuevo? —propuso Loki—. Mira, podemos conseguir algunas buenas ofertas por un M3, y también...

    Llevaban así desde la hora de la comida. Loki, con aire misterioso, aseguraba que no tenía problemas para participar en Fantasía, y no quiso revelar a sus amigos qué haría para obtener un coche, prepararlo y acomodarlo a sus muy exigentes gustos en sólo tres semanas.

    Por otro lado, Natsu estaba en las mismas, pero, al contrario que el pelirrojo, no tenía un plan. Estaba todo el día cabizbajo y no sabía cómo conseguir un coche. Tenía una cantidad que le permitiría poner a punto un coche casi tan bueno como era su Lancer antes de destrozarse, pero...ya sabía que eso no era suficiente.

    Si no calculaba mal, el vehículo que podría preparar con todos sus ahorros y las tres semanas hasta el festival, sería más o menos igual de competente que el que utilizó en la última competición. Eso, por supuesto, no era suficiente para vencer a Laxus o Erza, como quedó demostrado, y mucho menos lo sería para doblegarlos un año después, con todas las mejoras que hubieran podido introducir en sus coches. Además corría el rumor de que ese año Mist Gun estaría en la carrera...

    —Bueno, no tiene que quedar muy bonito. Mientras sea veloz, y tenga buen agarre, y un sistema directo de nitro...—decía Gray.

    —Aún suponiendo que no toquemos del aspecto exterior más de lo necesario para mejorar la velocidad del coche...—contestaba Loki. Natsu solo escuchaba la conversación a ratos.

    En ese momento, una preciosa rubia de ojos marrones entró en Fairy Tail, seguida de una chica más bajita, con el pelo azul y una mochila a la espalda. Lucy se quitó la bufanda mientras se dirigía al lugar en el que estaban sentados los tres chicos. Tenía un largo abrigo, cuya buena calidad podía apreciarse, y bajo el vestía con un sencillo jersey y unos vaqueros. Levy, por su parte, había ido con un vestido, bajo el cuál llevaba unas medias negras, y, obviamente, también portaba una chaqueta, la cuál ya se había quitado. No se podía andar por Magnolia en pleno diciembre sin abrigarse, aunque dentro del pub hacía bastante calor.

    —¡Hola! —saludó Lucy alegre. Había terminado los exámenes esa misma mañana.

    —¿Ya tienes coche nuevo, Natsu? —inquirió Levy, fijándose en la revista de automóviles que tenía Loki en la mesa.

    —No —respondió con voz queda él. La verdad es que empezaba a pensar que contaba con una única opción con posibilidades ganadoras, pero no le hacía ninguna gracia—. Bueno...

    —¿Qué? —se interesó rápidamente Gray.

    —Podría usar el coche de mi viejo —dijo, en voz muy baja, y rápida, como si solo pensar en ello fuera una profanación al nombre de Igneel.

    —¿El Mustang? ¡Pues claro! ¿Cómo no lo hemos pensado antes? Tiene mucho motor y...—conforme hablaba, Gray se dio de algo—. Pero...¿dónde esta? Aquí, en Magnolia, no...y vuestra casa en la costa...

    Un silencio se hizo en el grupo. Casi ninguno conocía muchos detalles de la vida de Natsu con su padre.

    —No, esa casa ya no es mía -contestó con incomodidad para romper el silencio—. Pero el coche no estaba allí. Si no recuerdo mal, él se lo dejó a un viejo amigo para que lo guardara cuando vinimos a Magnolia.

    —Bueno, no pierdes nada por preguntar si aún lo tiene. ¿Cómo se llama? —quiso saber Loki, que siempre se encargaba rápido de encontrar a las personas que buscaban.

    —No lo encontrarás tan fácilmente —le informó Natsu—. Tendremos que ir a la costa oeste en persona a verlo, y aún así puede que no demos con él. Es Gildarts Clive —dijo por fin, ante las miradas atónitas de sus dos colegas, y la expresión de ignorancia y curiosidad que se dedicaron Lucy y Levy la una a la otra.

    —No -dijo inmediatamente Gray.

    —Imposible —reafirmó Loki.

    —No intentes jodernos.

    —¿Quién es Gildarts Cl...? —fue a preguntar Lucy, que fue interrumpida por los tres al mismo tiempo.

    —¡Es el número uno entre los corredores de todo el país, y el más buscado! —contestaron los tres, mirándola como si hubiera preguntado cuánto suman dos más dos.

    —¿Tu padre era amigo de Gildarts Clive? ¡Es una leyenda! Nunca ha bajado del top 3 de los más buscados incluso ahora, que está inactivo.

    —Bueno, el viejo Igneel tampoco era moco de pavo, así que, pensándolo bien, no me extraña tanto...—recapacitó Gray, pensativo.

    —¡En fin! No quiero usar su coche, pero no me va a dar tiempo a conseguir uno mejor en tan poco tiempo. Será solo por esta vez —afirmó seriamente Natsu, y a continuación preguntó con una sonrisa—. ¿Quién se viene a la playa?

    *.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*

    Yo meto a Gildarts cuando quiero, he dicho XD. Los dos siguientes capítulos son los que más me ha gustado escribir de toda la serie, así que espero que os gusten tanto como a mí. ¿Conservará el coche de Igneel Gildarts? ¿Rondará el espíritu de su padre a Natsu por usarlo? Todo esto y mucho más en el siguiente capítulo: Lo siento, viejo.
     
  9.  
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    24: Lo siento, viejo (Natsu)

    Al día siguiente, el grupo al completo de Fairy Tail fue a la estación de Magnolia para coger un tren. Erza, repentinamente emocionada, no quiso perderse por nada del mundo el conocer al famoso Gildarts. Por otra parte, Gray no paraba de decir que prefería haber ido en coche, pero ni Loki ni Natsu tenían los suyos, y, de cualquier modo, tuvo que reconocer que la línea de alta velocidad llegaría más rápido que un coche por la autopista.

    De modo que, una vez tuvieron comprados los billetes, y tras parar en la cafetería de Mirajane para desayunar y hacer tiempo, montaron en el tren, en el que enseguida cogieron un compartimiento espacioso en el que todos cabían.

    Se sentaron, y comenzaron a charlar tranquilamente, animados ante la perspectiva de conocer a una leyenda en poco más de tres o cuatro horas. Lucy y Levy comentaban sus respuestas a exámenes de asignaturas que tenían en común, mientras Erza, preocupada, les contaba que creía haber cometido un error en su último examen, arriesgándose a que su nota media de sobresaliente pasara a ser un mundano notable.

    Natsu y Gray, por otro lado, comentaban sus recuerdos sobre Igneel, y cómo ganaron su primera carrera cogiéndole el coche “prestado”.

    —¡Maldito loco, casi nos matas! —acusó Gray a su amigo mientras éste reía a carcajadas—. Oye, ¿crees que le dejó el coche a Clive a raíz de aquello?

    —Es posible que lo ayudáramos a tomar la decisión, pero creo que lo hizo para no destacar mucho y poder vivir tranquilos -contestó.

    Cuanto más se alargaba el viaje, más se agotaban los temas de conversación. Faltaban más o menos unos cuarenta y cinco minutos para llegar a su parada cuando Natsu se inclinó sobre el ordenador de Lucy, curioso.

    —¿Qué haces?

    —¡Na-nada! —contestó la rubia, sonrojándose y minimizando ventanas a diestro y siniestro.

    —¿Es que estabas viendo cosas...deshonestas? ¿Tal vez...? —comenzó a bromear el joven.

    —No molestes a Lucy, Natsu. ¡Está trabajando en su novela!

    —¡¡Levy!! -chilló—Lucy, desesperada.

    El chico volvió a su asiento, pues la literatura no le interesaba, aunque, de vez en cuando, lanzaba miradas de soslayo al portátil de Lucy. Erza, Loki y Gray, hablaban de las últimas noticias.

    —Ya lo creo. ¿Y habéis visto lo de ese Iron Gajeel? Lo han subido un puesto en la “Black List”.

    —¿Eso quiere decir que está el...octavo?

    —Así es —contestó Loki—. No me extraña, por supuesto. Aunque destaca por ser un corredor callejero, y según dicen, excepcional, está metido en muchos más asuntos, muchos de ellos muy turbios. Por lo visto, últimamente está especialmente descontrolado, me imagino que por eso han aumentado su ratio de peligro.

    —Dicen que su zona de acción no esta lejos de Magnolia. Espero que no se le ocurra meterse en nuestros asuntos —comentó Gray.

    —Si lo hace, le patearemos el trasero, como hacemos con todo el mundo que nos molesta —declaró rotundamente Natsu.

    —¡Mirad, se ve el mar! —anunció Levy.

    Todos quedaron embelesados por la vista de la playa desde el tren, y, poco después, bajaron del tren, dispuestos por fin a conocer a uno de los ídolos del mundo de las carreras ilegales en Fiore.

    —Tú diras, Natsu. ¿Hacia dónde nos dirigimos?

    —Bueno, creo recordar que Gildarts tenía su taller en un caladero privado en la playa. Allí hacen fiestas, carreras (no siempre de coches, también de motos acuáticas), apuestas...Es como un Fairy Tail al aire libre —explicó él.

    —Eso suena bien. Deberíamos plantearnos reformar el tejado para hacer una especie de terraza —propuso Loki, despertando su instinto para los negocios.

    —Ya lo hablaremos cuando volvamos, que eso debe costar una pasta —intervino Gray—. De momento, vamos para ese caladero. Aunque no me explico que la policía no dé con él. No es que se esconda, precisamente.

    —Bueno, si es una propiedad privada, no pueden hacer mucho sin una orden de registro —razonó Lucy.

    —Sí. Además, Gildarts siempre ha tratado muy bien a los encargados de la policía y los tribunales aquí, no sé si me explico —les contó Natsu, con una sonrisa pícara—. Y no me extraña, a veces provoca unos accidentes demasiado llamativos.

    —Le dijo la sartén al cazo —se burló Gray.

    Continuaron hablando, dirigiéndose sin prisa a su destino.

    —¿Cambiarás entonces tus acoples delanteros por unos nuevos, Gray? —se interesó Loki.

    —Pues sí. Los pedí el otro día, así que supongo que me llegarán dentro de un par de dí...

    —¡¡Y no vuelvas, desgraciado!! ¡Nadie arma follones en mi taller!

    El grupo de amigos enmudeció al instante para observar la pintoresca escena. Un hombre, al parecer, bastante borracho, se hallaba en el suelo, frente a otro, alto, pelirrojo y de aspecto descuidado. Llevaba el pelo bastante largo y lucía barba de tres días. Llevaba una camiseta de manga corta (en aquella zona la temperatura era bastante más cómoda que en Magnolia), manchada de lo que parecía ser grasa de motor, y detrás suya estaba una joven chica que miraba al hombre del suelo muy asustada.

    —¿Estás bien? Perdona, siempre entra este tipo de escoria a joder, pero nos encargamos de ellos enseguida. Pasa de nuevo, pasa, me gustaría invitarte a algo...

    Natsu tosió, y aquel hombre se giró hacia él.

    —¿No ves que estoy...? Espera. ¿Natsu?

    —Hey —saludó el chico del pelo rosa, contento de ver a Gildarts.

    —¿Qué haces aquí? ¡Pasad dentro!

    Natsu y sus amigos cruzaron al interior, y enseguida comprendieron lo que su amigo les estaba contando antes. Pudieron ver dos coches haciendo espectaculares y peligrosos derrapes a unos veinte metros de la entrada. Enseguida, Gildarts les fue pasando Coronitas que cogió de una barra que se encontraba a su derecha.

    —¿Sois amigos de Natsu? ¡Coged las que queráis! ¡Eh, vosotros, las apuestas cierran en cinco minutos, yo me daría prisa! —les espetó a un par de jóvenes que pasaban detrás suya.

    El grupo se fue presentando ante el desconocido (y a la vez tan conocido) Gildarts. Se sentaron juntos y Natsu comenzó a explicar a Gildarts lo que ocurrió en Isla Garuna. Cuando le contó lo que sucedió con su propio coche, el hombre lo interrumpió, con cara de haber comprendido todo.

    —Ya veo. Y estamos a...¿21 de diciembre? Claro, es obvio. Fantasía es dentro de tres semanas, ¿no? Y supongo que no puedes preparar un coche lo suficientemente bueno en tan poco tiempo.

    —Lo has pillado. ¿Aún lo tienes no?

    —Por supuesto. Lo sigo manteniendo, aunque cada vez tengo menos tiempo para dedicarle...—entonces se volvió hacia Gray—. Tú debes de ser el que ayudó a este cabroncete a birlarle el coche a Igneel una noche, ¿no?

    Gray sonrió y comenzaron a hablar de aquello, y también de otras peripecias que habían cometido, tanto ellos, como Gildarts e Igneel.

    —Como os lo cuento, me perseguía la recién fundada Patrulla de Alta Velocidad —algunas risitas despectivas salieron del grupo de Natsu—. Sí, nunca han destacado por su velocidad —admitió—. Pero no os hagáis una idea equivocada, tienen destacamentos muy bien preparados. Si os persiguen alguna vez, tened cuidado, porque se han quedado solo con los mejores, y creed lo que os digo, pueden haceros pasar un mal rato. El gobierno les ha dado una buena partida de dinero para que equipen hasta arriba sus coches con las mejores piezas. Entonces...

    Cuando Gildarts concluyó su relato, que incluyó varios bancos de un parque destrozados, cincuenta coches de policía y dos helicópteros dejados atrás, Natsu se atrevió a preguntar.

    —Bueno...¿puedo verlo, Gildarts?

    —Ah, claro. Seguidme.

    Él los condujo, bordeando por fuera la zona dónde todo el mundo estaba de fiesta, hasta su propio taller. Allí vieron su Dodge Challenger, imponente, junto a una cochera cerrada. Gildarts la abrió, y Natsu no tuvo tiempo de mentalizarse.

    Por un segundo, le pareció verlo allí, en su asiento, como tantas veces lo vio. Parpadeó, y su padre dejó de estar en el que fue su querido coche, pero no dejó de sentir la opresión en el pecho. Se sujetó la bufanda con fuerza. Hacía calor y se la quitó, aunque no por la temperatura, sino para verla una vez más dónde Igneel siempre la ponía, en el asiento del copiloto. Dio una vuelta alrededor del coche...lo conocía todo de él, ayudó a su dueño original a repararlo en incontables ocasiones. Ese pequeño arañazo en la llanta, que Igneel no quiso cambiar...el tirador que siempre se quedaba atascado...(“Nadie se monta en los asientos traseros, ¿para qué voy a cambiarlo?”, sostenía siempre el padre del chico)...

    Gildarts se acercó y le ofreció las llaves. Natsu las cogió y se sentó en el sitio de su padre. Colgó su amuleto, que el propio Igneel le regaló, en el que estaba escrita la palabra “Faster”. Fue de las pocas cosas que pudo recuperar de su Lancer. Y, por segunda vez en su vida, arrancó el Mustang Boss de Igneel.

    Escuchó, con los ojos cerrados, olvidándose por un momento de que estaba rodeado por sus amigos, el rugido de su motor. Gildarts decía la verdad, había estado cuidándolo, y no había perdido una pizca de fuerza. Pudo oír entonces su voz de nuevo, en su interior. “¿Te parece que está perdiendo fuelle, Natsu?”. Sonrió. Le preguntaba eso a menudo, siempre con esa falsa cara de preocupación. Y Natsu siempre le decía lo mismo. “Si ya no te parece lo suficientemente potente, déjame heredarlo, viejo”.

    —Lo siento, viejo. Solo será hasta el final de Fantasía...

    *.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*

    Precioso, lo sé, pero demostradlo con comentarios. ¡Sé que estáis ahí, malditos! Nah, es bromita. ¿Será realmente solo hasta el final de Fantasía? ¿Es que no piensan ir a la playa, ya que están allí? ¿Será una playa nudista a la que vaya Gildarts? Todo esto y mucho más (o no), en el siguiente capítulo: Nochebuena.
     
    Última edición: 23 Enero 2016
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    25: Nochebuena (Natsu & Lucy)

    Como había prometido, Gildarts les dejo quedarse en un par de habitaciones que tenía libres. Se quedarían dos días, lo justo para ultimar con el viejo amigo de su padre el coche, y llegar a tiempo a Magnolia para recoger el pedido de piezas que Gray había hecho.

    El primer día se dedicaron a repasar la capa de pintura (manteniendo los colores originales, un negro brillante, y un vinilo de llamas que hacía una bonita degradación entre naranja, rojo y amarillo), así como engrasar el motor y diversas partes. Cambiaron el tirador de la puerta que siempre se atascaba, y le pusieron todas las ruedas nuevas.

    El segundo día lo dedicaron, desde muy temprano, a desmontar todo el sistema NOS del coche, ya obsoleto, para ponerle un nuevo. Era lo más costoso y difícil, así que prácticamente perdieron el día en ello. No obstante, al acabar, solo unos detalles restaban para que Natsu estuviera totalmente satisfecho.

    —Bien, de vuestros sistemas de manos libres, y la centralita, te encargas tú en Magnolia, ¿no? —Natsu asintió—. Entonces...solo queda probarlo.

    La sonrisa excitada de Gildarts y Natsu contrastaba enormemente con las caras de sorpresa de los demás. Enseguida, Erza, Loki y Gray comenzaron a soltar improperios por no haber traído sus propios coches, perdiendo así la oportunidad de tener una carrera en contra de una leyenda como Gildarts Clive.

    Cuando, casi al atardecer, el pelirrojo subió en su Challenger, y Natsu en el Mustang Boss de Igneel, todos contuvieron la respiración. Era un formato de competición muy simple, había que recorrer toda una recta de 500 metros (partiendo ambos coches de un giro al comenzar), dar la vuelta a unos bidones vacíos de gasolina y volver. Un kilómetro en total para probar el nuevo coche contra el mejor rival posible.

    Al salir, ambos vehículos parecían igualados, aunque se notaba que el Dodge de Gildarts había tenido más atenciones a lo largo de su vida. Seguramente, el motor fuera algo más potente, y por supuesto, no llevaba tanto tiempo parado como el Boss de Igneel. No obstante, el momento en que Natsu perdió la carrera fue en el giro para iniciar la vuelta. Gildarts ya se había procurado colocarse en el lado limpio de la curva, y ejecutó el drift con suma precisión, a pesar de conducir uno de los coches con los que más difícil resultaría ejecutar ese movimiento. Al Mustang de Natsu tampoco le resultaría fácil, pero enseguida se notó que era la primera vez que el joven intentaba eso con su nuevo coche, pues le salió un derrape muy sucio y tuvo que tirar de óxido nitroso para intentar alcanzar a Gildarts. Por supuesto, éste simplemente necesitó un empuje del N2O, que aún no había usado, para recuperar su ventaja, y venció sin miramientos.

    Después de la carrera, Erza y los demás cogieron de nuevo el tren para volver a Magnolia, mientras que Natsu decidió ir con el coche para familiarizarse con él. Gildarts los despidió asegurando que estaba ahí para cualquier cosa que necesitaran, y contempló con orgullo como el hijo de su mejor amigo se iba de la ciudad en su coche.

    ***

    A la mañana siguiente, Lucy despertó en su habitación de la residencia universitaria, como de costumbre. Bajó a desayunar como todas las mañanas, con Levy. Ese día la cafetería estaba menos ocupada que de costumbre, pues muchos alumnos ya se habían marchado de vacaciones a sus hogares, si eran de otras ciudades, o simplemente habían llegado ya a su casa en Magnolia para celebrar la Nochebuena con su familia.

    —Ahora que me doy cuenta, no te he preguntado ¿Qué harás esta noche, Lucy?

    —Bueno, voy a quedarme en Magnolia, eso lo sé, pero no he planeado nada.

    —¡Genial, así podrás venir a Fairy Tail con nosotros a celebrar! Al menos por fin estamos tranquilas, sin tantos locos de otras ciudades persiguiendo a los chicos, y con dos semanas de descanso hasta Fantasía...

    —Me parece perfecto —replicó la rubia con una sonrisa—. ¿Y qué haremos?

    —Bueno, supongo que cenaremos en el reservado con Erza, Natsu, Gray y Loki, y a las 12, que es cuando abrirá de cara al público el pub, bajaremos a la fiesta de Nochebuena.

    —De eso nada —sonó una voz a sus espaldas—. Vosotras también tenéis que ayudar a decorar Fairy Tail, y luego vendréis a cambiaros. Y entonces sí, haremos lo que ha explicado Levy.

    —¡Pero Erza! —dijo la pequeña chica, agitando su cabellera azul al girarse para observar a la recién llegada.

    —¡Quién no ayude no cenará! —se impuso la pelirroja tiránicamente, y Lucy vislumbró esa parte de su personalidad que aterraba a sus amigos.

    ***

    —¡Gray, ayúdame con el maldito árbol! —Loki prácticamente suplicaba, pues el susodicho árbol de navidad debía medir tres metros y poco a poco se le estaba cayendo encima.

    El moreno corrió a salvar a su amigo, mientras que Levy y Erza colgaban tiras de adornos de una pared, y Lucy llevaba una caja llena de copas, las cuáles iban a endulzar para la fiesta poniéndoles azúcar en el borde. En ese momento, tropezó, y Natsu la sujetó antes de que la caja se volcara lo suficiente como para que las copas se cayeran.

    —Eh, ten cuidado —le sonrió.

    ***

    —A ver, cerebro de estufa —le decía Gray—. Ahora que se han ido las chicas a vestirse podemos hablar. ¿Qué vas a hacer?

    —¿Qué?

    —Que qué vas a hacer con Lucy —aclaró Loki, repentinamente interesado en la conversación.

    —Ah, pues no lo...¡pero a vosotros qué os importa! — indignó el muchacho al darse cuenta de lo que estaba a punto de admitir.

    ***

    —Oye, Lucy —la llamó Levy.

    —¿Sí?

    —¿Vas a decirle a Natsu que te gusta hoy?

    —¿Qu-qu-qu...? —Erza se había puesto tan sumamente roja que parecía que Levy le había preguntado a ella.

    —¡Levy! —por supuesto, Lucy no estaba menos ruborizada que la pelirroja.

    Sin embargo, mientras cada una entraba en su habitación para arreglarse, se lo preguntó. Sí, creía estar segura de que no sentía lo mismo por Natsu que por los demás, pero...Bueno, sí, podría decirse que le gusta...¿Pero qué sentía Natsu? A veces daba la sensación de que lo único en el mundo en lo que pensaba era en coches...

    ***

    Cuando la vio llegar, Natsu creyó que se le había parado el corazón. Qué importaban Fantasía, Laxus, Erza, Mist Gun, qué importaban las burlas de Gray y Loki. Lo único que existía en ese momento era ella, sus ojos de color chocolate, su vestido verde, vaporoso...

    Una vez recuperado de la impresión, se fijó en el escotado vestido de Erza, que combinaba con su pelo, y en Levy, que vestía de dorado, lo que contrastaba con su pelo. Creyó escuchar una risita de Gray a su lado, pero qué mas daba.

    La cena transcurrió con normalidad. Picotearon gran variedad de cosas, bebieron refrescos y, cuando comieron el pavo, lo acompañaron de un exquisito vino que había llevado Loki. Todos se sorprendieron cuando Lucy lo identificó antes de que el pelirrojo pudiera terminar de decir la cosecha de aquella botella.

    —Lo he leído en la etiqueta, chicos —se excusó ella riendo, aunque las letras que identificaban el origen del vino no se veían desde dónde estaba sentada.

    —Bueno, ya se oye bastante gente fuera —comentó Gray—. Son las 11:48...Ya va siendo hora de que bajemos a abrir. Ah sí, ¡feliz navidad!

    —¡Feliz navidad chicos!

    —¡Felices fiestas!

    ***

    —¡Muy bien! ¿Quién es el próximo? —bramó Natsu después de su tercera partida de billar por parejas acabada en victoria. Acto seguido, dio un largo trago a su copa de Jack Daniels.

    —No, no, yo paso de otra, Natsu —dijo Gray.

    —Aburrido...—murmuró su compañero, aunque la música ocultó por completo el sonido de su voz.

    Por lo tanto, volvieron, victoriosos, a su rincón favorito, dónde estaban las chicas y Loki. Erza conversaba con Lucy, y de vez en cuando, Levy aportaba su granito de arena, cada vez menos lógico, pues su estado de ebriedad iba en aumento con el tiempo.

    —Bueno, creo que ya me he decidido —anunció Loki, y cogiendo su copa, se levantó—. ¿Vienes, Gray?

    —Sí, ¿por qué no? —se animó el moreno.

    —Erza, tu pelo es tan rojo...—comentaba Levy, mirando su cabello ensimismada.

    —Creo que es mejor que te dé un poco el aire —decidió la pelirroja en ese momento, entre preocupada y divertida.

    Otra vez solos. Natsu le dedicó una mirada nerviosa a Lucy, pero esta contestó con una sonrisa.

    —¡Oh, me encanta esta canción! ¡Vamos a bailar! —sugirió ella.

    —¿Qué? Yo...¡espera! —obstante, ya estaba siendo arrastrado por ella a la pista de baile, cogidos de la mano.

    Posteriormente, Natsu no llegaría a recordar con exactitud cómo fue aquel baile. Daban vueltas, se separaban, se volvían a juntar...en un par de ocasiones vio a Gray hablar con una chica con el pelo azul, quién pensó que era Levy, pero luego se dio cuenta de que su amiga no era tan alta. Loki por su parte estaba rodeado de tres o cuatro chicas más.

    Él no sabía cuánto tiempo había pasado con Lucy, ni le importaba. Cuando finalmente pararon de danzar, ella vio un mensaje de Erza, que había llevado a Levy a su habitación. Ya era bastante tarde.

    —Yo te llevo —se ofreció Natsu.

    —No, no, has bebido, no quiero que cojas el coche...

    Estuvo a punto de replicar que si intentaban multarlo no lo cogerían; no obstante, dijo:

    —Pues te acompaño andando —pensándolo bien, era incluso mejor, así pasaría más tiempo con ella.

    La chica volvió a cogerle la mano y se echó sobre su hombro, presa del cansancio. Natsu estaba en una nube de felicidad, de la que solo lo bajó el temblor que detectó en Lucy.

    —¿Tienes frío?

    —No...—sin esperar una respuesta, el joven se quitó la chaqueta y se la puso sobre los hombros. Loki habría aprobado tal caballeroso gesto, estaba seguro. Lucy comprendió que no había nada que discutir y volvieron a la posición en la que estaban antes.

    Caminaban en silencio por las calles de Magnolia. Hacía mucho frío. Parecía que había caído una ligera nevada, aunque en ese momento solo había una ligera niebla. Ambos vislumbraron la esquina del campus entonces. Cuando llegaron a la verja, ella se giró, y puso una mano en el pecho del chico.

    —Lo he pasado muy bien —fue casi un susurro, y sin embargo, él la escuchó claramente.

    —Me alegra saberlo...—"Bésala, maldito idiota".

    Lucy hizo un ligero movimiento, como si fuera a separarse de él, pero no quisiera. Natsu la atrajo hacía sí de nuevo, inclinándose al mismo tiempo hacia abajo. Sus labios rozaron los suyos tímidamente, pero ella no lo rechazó, y entonces se unieron. Se besaron con unas ganas inusitadas, como si llevaran tiempo esperándolo. Sentían el frío invernal de Magnolia, pero a su alrededor no parecía para tanto. Y, al igual que el baile, ninguno supo exactamente cuanto tiempo estuvieron así.

    Cuando al fin se separaron, ella solo le dio las buenas noches con una sonrisa, y se marchó hacia dentro. Natsu la observó hasta que se perdió de vista. Entonces se llevó los dedos hacia los labios, como si no creyera lo que acababa de pasar.

    —Buenas noches...

    *.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*

    Dejaré que lo leáis sin más. Capítulo favorito ever. Próximo capítulo: Secuestro.
     
  11.  
    Golda

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    26: Secuestro (Natsu).


    El 26 de Diciembre, Natsu Dragneel se levantó de muy buen humor. Un humor excepcional. Despertó a las doce de la mañana (temprano, para la hora a la que se acostó), hizo café, tostadas, salchichas...Gray se despertó a la misma hora, y, al principio, no reparó en el humor de su compañero.

    —¿Ha llegado Loki?

    —Ni idea. ¿No ha dormido aquí?

    —No he ido a mirar a su cuarto, pero me figuro que no —sonrió divertido el moreno.

    —Estará bien. ¿Salchichas?

    —Eh...sí, gracias —en este momento Gray reparó en el comportamiento extraño de su amigo—. ¿Qué tal te fue anoche, entonces? Estuviste bailando con ella un buen rato, ¿eh?

    —Oh sí, bien. ¿Y tú? Te vi hablando con una chica, pelo azul, ojos grandes, buenas te...—el sonido del timbre interrumpió la voz de Natsu, y, a la vez, a un atragantado Gray ante su comentario. Se levantó a abrir—. Es Loki.

    —A ver qué tal vuelve. ¿Te acuerdas de la noche que solo trajo los calzoncillos? —se acordó, y comenzaron a reír a carcajadas.

    —Qué bien os veo. ¿Qué tal anoche? —interrumpió el pelirrojo, entrando por la puerta.

    —Hablábamos de eso, ¿qué tal tú?

    —Pues -comenzó, cogiendo una tostada—, un caballero no habla de esas cosas.

    —Venga ya —lo instó Natsu—. Estabas con cuatro o cinco al mismo tiempo, ¿cuál de todas ellas probó al Gran Loki?

    —Todas -admitió, al final-. Pero no preguntéis por los detalles también, que estoy reventado. ¿Y vosotros?

    Gray les contó como habló con aquella chica de pelo azul, cómo se acercó a ella y que se sonrojó de inmediato. Por lo visto, era una trasladada de otra universidad para el segundo semestre del curso.

    —Quizá podamos hacerla amiga de Levy y Lucy —comentó Loki—. Oh no, pero si Gray se lleva a la nueva, y Natsu a Lucy, ¿tengo que quedarme con Levy?

    —Puedes intentar algo con Erza —comentó uno de sus amigos.

    Ante la cara de horror de su compañero, Natsu y Gray comenzaron a reír de nuevo.

    —Vale, bien —dijo, cuando al fin pararon de mofarse—. Ya sabemos que estuvo haciendo Gray. ¿Y tú, Natsu?

    En ese momento, el joven del pelo rosa, asumiendo una postura solemne, dijo, imitando a su amigo:

    —Un caballero no habla de esas cosas —Gray rió, y Loki lo ignoró completamente, clavando su mirada en él, dando a entender que quería respuestas reales—. Bueno, la lleve a la residencia universitaria, fuimos andando y eso, porque yo había bebido y ella no quería que cogiera el coche —sus dos interlocutores asintieron—. Cuando llegamos, nos despedimos, pero después nos besamos.

    Gray silbó en señal de aprobación, y Loki casi se cae de la silla.

    —¡Natsu besando a una chica! ¡Debe ser un milagro navideño!

    —Bueno, navideño...—intervino el moreno—. Quiero decir, tontean desde el primer día de Lucy en Magnolia.

    —¡No tonteamos!

    —¿Entonces es algo serio? —cuestionó Loki, con un tono de voz entre el asombro y el desmayo.

    —N-no lo sé...no hablamos más.

    —¡¡Pues llámala!! —le gritaron sus dos amigos.

    Él, avergonzado, intentó zafarse de tamaño problema argumentando que ella estaría dormida, que tenía que ir a por su coche, porque lo había dejado en el pub la noche anterior, que no quería molestarla...Durante un divertido momento, intentó, sin éxito, trasladar la conversación hacia la chica con la que Gray había estado ligando, pero ninguno de sus amigos estaba dispuesto a dejar el tema. Finalmente, Natsu accedió.

    —Vale, vale, la estoy buscando, pesados...

    —No te hagas el interesante, fijo que la tienes en favoritos.

    —¡Cállate! Aquí está —el aire se llenó de tensión y expectación a partes iguales durante unos instantes. Entonces, el joven se despegó el teléfono del oído—. “El número marcado no existe”.

    Gray lo miró perplejo. Loki se acercó y comprobó que Natsu había llamado correctamente. Entonces concluyó:

    —Debe haber cambiado de línea, o algo así. De no ser así, habría saltado el contestador. Quizá anoche perdió el móvil y esta mañana ha llamado para que desactiven ese número.

    —Claro, seguro que es eso. Voy a decirle a Levy que vayan para el pub y así de paso coges tu coche —propuso el moreno mientras tecleaba—. Levy dice que las recojamos en su residencia. Por lo visto Lucy no ha despertado aún.

    Sí, desde luego. Todo sonaba muy lógico en la cabeza de Gray y Loki, pensaba Natsu. Después de una gran fiesta como la de anoche, no sería raro perder el móvil. Más aún cuando estuvo bailando tanto rato. Incluso le habían confirmado que ni siquiera estaba despierta aún. “Entonces, ¿qué es este mal presentimiento?”. Los argumentos racionales no iban con el joven de cabellos rosados. Él sabía perfectamente que Lucy no había perdido su móvil, y que Levy, después de una fiesta, jamás se levantaría antes que ella. Quizá por eso metió prisa a Gray durante todo el camino a la residencia de las chicas.

    —¿Qué? ¿Aún no está lista Lucy?

    —Ni idea, no he querido molestarla, por eso no he entrado en toda la mañana a su habitación, pero se hace tarde —contestó Levy, presa de una evidente resaca—. Iré a buscarla.

    Pero, cuando volvió, no trajo a la rubia. Natsu notó preocupación de inmediato en su rostro.

    —No puedo abrir la puerta, chicos, ni siquiera con la llave de repuesto que ella me dio.

    —Su propia llave debe estar puesta en el otro lado —dedujo rápidamente Loki.

    —Ya estoy harto.

    —¡Natsu!

    Haciendo oídos sordos, el joven derribó con facilidad la puerta de la habitación, para no encontrar nada más que una estancia vacía y...sospechosamente desordenada. Una silla en el suelo, un póster medio rasgado en la pared, al menos una treintena de libros esparcidos aquí y allá, ropa tirada, entre otros, creaban un entorno contrario a lo que el chico esperaba encontrar ahí, impropio de la chica ordenada y pulcra que él conocía. Levy no hizo más que confirmar sus sospechas.

    —¿Pero qué...? ¿Qué ha pasado aquí? ¡La habitación de Lucy siempre está perfecta!

    —¡Hay una nota!

    Gray leyó la pequeña nota al menos dos veces, y miró en la cara posterior buscando más información.

    —Dame eso, Gray.

    —Cálmate, no sabemos si realmente...

    —¡Dámela! —Natsu prácticamente arrebató la nota de la mano que su amigo comenzaba a tenderle.

    En el papel se leía una simple palabra: “Phantom”.

    Incluso Loki y Gray fueron intimidados por Natsu en ese estado. Su rostro, ensombrecido. Pura furia se desprendía de cada sílaba que salió de su boca. No los miró, ni siquiera se giró hacia ellos. Dirigía su mirada aún a la nota, aunque no parecía seguir leyendo su contenido. No gritó, no alzó la voz, no le hizo falta, aunque sus amigos habrían preferido ese tipo de reacción, probablemente. Arrugando la nota en su mano derecha, simplemente dijo:

    —Que se den por muertos.
     
  12.  
    Golda

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    27: Guerra total

    Un par de horas bastaron. ¿Para qué? Para organizar un total ataque contra el centro de operaciones de Phatom Lord, donde, suponían, habían llevado a Lucy. De alguna manera, Erza había logrado calmar a Natsu lo suficiente para convencerlo de que, en su estado de rabia, no debía involucrarse en los preparativos para el ataque. No obstante, sus amigos por supuesto contaban con su opinión para trazar el plan, aunque, cuando le preguntaron, él se limitó a darles una sencilla directriz:

    —Quiero una guerra. Una guerra total contra esos cabrones.

    Así puestos, Erza, Levy y él esperaban en Fairy Tail, mirando mapas y buscando la ruta más rápida para llegar al territorio de Phantom Lord. Enseguida se dieron cuenta de que cada segundo contaba.

    —La ciudad está a unos ciento veinte kilómetros de Magnolia...eso quiere decir que, como máximo, habrán tardado una hora en llegar allí...

    —Y ni siquiera sabemos en qué momento exacto de la noche se la llevaron de aquí —puntualizó Levy—. No tiene buena pinta.

    —La dejé aquí como a las tres, quizá las cuatro de la madrugada —reconoció Natsu. La mirada de sorpresa en el rostro de sus amigas se vio rápidamente empañada por la situación—. En cualquier caso, no creo que esos tipos vayan respetando los límites de velocidad, han debido tardar menos en llegar allí.

    —Posiblemente —admitió Erza—. Pero, ¿qué puede querer Phantom de Lucy?

    —Quizá quieren una guerra contra Fairy Tail y esta es su excusa. Ya sabemos como son sus métodos.

    Parecía un razonamiento lógico, pero algo fallaba para Natsu. Si Phantom Lord quería luchar abiertamente contra Fairy Tail, podrían haber usado muchísimos más métodos. Para el contexto de una banda callejera como esa, relacionada con la venta ilegal de coches, drogas o incluso armas, Lucy no era significativa. No habría por qué atacarla directamente.

    El joven recordaba perfectamente que la última banda atacada por los tipos de Phantom acabó mucho peor: desde frenos saboteados en sus coches, hasta una pequeña sorpresa en forma de bomba en el lugar de reunión de la susodicha banda. El secuestro encajaba dentro de sus brutales métodos, pero solo hasta cierto punto. No tenían necesidad de ser tan indirectos, de dar un rodeo para llegar a la batalla. De cualquier modo, no podía saberlo, y sólo podía sumirse más en esos pensamientos hasta que llegaran Gray y Loki.

    En esos momentos, el pelirrojo y el moreno se encontraban recabando información y adquiriendo algunos útiles que podrían ser necesarios para combatir contra tipos tan agresivos y, por qué no decirlo, locos. Los iban cargando en el Skyline de Gray.

    —Veamos —comenzaba el recuento Loki—, ya hemos conseguido algunas armas y munición, hemos ido a conseguir refuerzos para la parrilla delantera de los coches, en el taller tenemos neumáticos de mayor grosor...

    —Quizá deberíamos conseguir chalecos antibalas, ¿sabes? Con el último balazo que me llevé voy servido.

    —Supongo que sí, es buena idea —concedió su interlocutor—. Pasaremos por la armería del casco antiguo antes de volver al gremio.

    —¿Cuánto tardaríamos en añadir un sistema de sujeción más seguro a los asientos de los coches? ¿Una media hora por coche?

    —No sé si Natsu querrá esperar tanto tiempo, pero, en cualquier caso, mi nuevo coche ya tiene cualquier extra de seguridad que pueda necesitar. Sólo tendríais que ponerlos en los vuestros.

    —Desgraciado, con un V12 Vantage, cómo no vas a tener lo último de lo último—Loki sonrió ante esto—. Ya me contarás con que maldita ricachona lo has hecho esta vez para comprar eso.

    Como de costumbre, Loki guardó un sepulcral silencio ante los intentos de los demás de sonsacar algo sobre la procedencia del Aston Martin que había adquirido. Así pues, con todas las compras y preparativos pertinentes hechos, Gray llamó a Erza para decirle a Natsu que podía comenzar a reforzar su coche por su cuenta para ahorrar tiempo.

    Para cuando Gray y Loki llegaron a Fairy Tail, Natsu había terminado de sobra y se encontraba sentado frente a su coche, moviendo las piernas en señal de impaciencia por la espera. “Debe ser duro para él”, pensó Gray para sus adentros.

    —¿Dónde está Erza?

    —¿Nos vamos? -los ignoró Natsu.

    —Dame solo un segundo y le haré los mismos refuerzos a mi coche que tú al tuyo.

    —En ese caso, me adelantaré.

    —¡Espera, Nats...! —pero su compañero, ansioso, ya había arrancado su coche y lo vieron salir por la rampa del taller hacia el exterior.

    Sus amigos se quedaron perplejos durante un segundo. Levy, frente a la salida del sótano, reaccionó de forma similar. La única posibilidad era seguirlo, cuanto antes, mejor.

    —Mierda. Vamos, te ayudo con eso, Gray, tenemos que darnos prisa.

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    Bueno, un nuevo capítulo y comienzo más o menos oficial de Phantom Lord. Recuerda que si te ha gustado el capítulo, puedes dar a Me Gusta y dejar un comentario si tienes alguna corrección u opinión que dar. Sin más, nos vemos en el siguiente capítulo: Iron Gajeel.
     
  13.  
    Golda

    Golda Iniciado

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    28: Iron Gajeel

    Natsu conectó el GPS para calcular la ruta más rápida nada más salir del sótano de Fairy Tail. Esta ruta, lamentablemente, lo llevaba justo por la entrada principal de la Comisaría de policía de Magnolia, pero no podía permitirse perder ni un segundo, así que tomó ese camino.

    Empezaban a invadir su cabeza ciertos remordimientos por no haber esperado a sus amigos, y las dudas surgían en su cabeza. Si iban los tres juntos, era prácticamente imposible que los pillaran por sorpresa. Sin embargo, se había lanzado él solo a la carretera y, si Phatom Lord quería lanzar sobre él un ataque conjunto, le costaría caro.

    No obstante, la sola imagen de Lucy encerrada en una lúgubre celda, generada por su imaginación, le bastó para despejar cualquier ápice de duda que pudiera tener. Como siempre, la única alternativa que tenía era clara: conducir, o morir.

    Cada kilómetro que conducía, doblando el límite de velocidad permitido en vías urbanas, lo acercaba más al centro de toda la actividad policial en Magnolia. Cuando pasara la calle en la que se encontraba en ese momento, giraría a la izquierda y se encontraría de frente con la Comisaría.

    El Mustang de Natsu (o, más bien, de Igneel) se echó encima del giro con una rapidez vertiginosa. El joven cambió su pie derecho de pedal a una velocidad casi idéntica a la de su coche, frenó con maestría, apretó un segundo después el embrague y bajó de cuarta a tercera marcha. Soltó en ese momento los pedales, al tiempo que con su mano izquierda viraba completamente el volante, mientras que la otra mano la mantuvo en el cambio de marchas.

    El coche giró siguiendo las directrices de su conductor, que inmediatamente rectificó la trayectoria del volante para volver a dejar el coche recto. Inmediatamente, volvió a pisar el acelerador, y al pasar el coche de las cuatro mil revoluciones, aumentó una marcha, liberando el motor. Su objetivo con estas maniobras era pasar lo más rápido posible la calle de la Comisaría, en la que esperaba una gran presencia policial.

    No se encontró, sin embargo, ningún coche de policía. Un par de agentes desayunaban en una terraza en la acera, y no tuvieron tiempo de dar el alto a Natsu cuando ya los había pasado. Éste continuaba avanzado a unos noventa kilómetros por hora hacia la entrada de la Comisaria, donde giró a la derecha para encarar su coche hacia una salida de la ciudad.

    En ese momento, el chico miró hacia la entrada de la comisaría para confirmar si había muchos efectivos del cuerpo en la calle. Únicamente pudo ver tres: uno que estaba entrando a las dependencias policiales, otro que, a su vez, salía de ellas, y un tercero que lo miraba fijamente. Éste último tenía una constitución realmente fuerte, grandes músculos y una altura considerable. Contaba con una cicatriz en un ojo, y su pelo, albino, se erizaba hacia las nubes. Era Elfman...¿vestido de policía? Natsu estaba seguro de que lo había reconocido, pero antes de dar tiempo a ninguna reacción, ya se había alejado mucho.

    -Así que has aprobado el examen, ¿eh, Elfman?

    Durante su infancia, Elfman había sido un buen amigo de Natsu y Gray, pero desde el incidente que tuvo su hermana menor, Lisanna, se habían distanciado. Lo último que Natsu supo de él, haciendo memoria, era precisamente que quería convertirse en policía. “Bien por él”, pensó.

    De todos modos, no tenía tiempo que perder con Elfman. Acababa de coger la última rotonda antes de la salida este de la ciudad, y esa era la señal que estaba esperando. Una vez Natsu vio delante suya su paraje preferido, la amplia autopista, pisó sin contemplaciones el acelerador, y subió hasta sexta marcha.

    -Veamos, Erza dijo que la base de esos cabrones está a ciento veinte kilómetros. Es decir, que si voy a 240 Km/h, estaré allí en media hora -resolvió con simpleza, y acto seguido apretó más el pedal del acelerador.

    Por suerte, la carretera parecía bastante vacía ese día. Apenas se encontró tráfico, dos o tres coches durante los primeros treinta o cuarenta kilómetros de trayecto. Pese a la velocidad, se tornaba aburrido conducir en completa soledad por el asfalto.

    O eso pensaba, hasta que coche apareció a través de una salida de la autopista intentando impactar con el Mustang de Natsu, al que interrumpió un sonoro bostezo.

    -¿¡Pero qué coj...!?

    El coche que intentó golpearlo era un GTO Chevelle, de color gris metalizado con agresivos faldones. “Todo un clásico”, se vio obligado a reconocer Natsu. Ambos vehículos se pusieron a la par y entonces el joven pudo reconocer un rostro familiar. No lo conocía personalmente, pero todo conductor callejero tenía bien grabados en su mente los nombres y caras de los integrantes de la conocida como Black List, la lista de corredores más peligrosos y perseguidos por la policía.

    Tenía ante él a Gajeel Redfox, alias Iron Gajeel, el octavo miembro de tan prestigiosa lista. Tenía alguna cicatriz visible, el pelo negruzco y algo sucio largo hasta la cintura, y numerosos piercings. Le sonrió burlonamente a través de la ventanilla.

    -¡¡Desgraciado!! ¡Dime dónde esta Lucy!

    Por supuesto, Gajeel no podía oír a Natsu a través de las ventanas, a gran velocidad y en mitad de una autopista, pero debió imaginar lo qué decía. Su respuesta no fue otra que acelerar. Mustang y Chevelle se entrecruzaban en lo que podría interpretarse como una feroz batalla tanto como un precioso baile. Natsu no sabía exactamente a dónde quería llegar su oponente, pero le siguió el ritmo esperando acercarse a donde fuera que ocultaban a Lucy.

    No obstante, como era de esperar por parte de Phantom, le habían preparado una trampa. Cuando la autopista se ensanchó de dos a cinco carriles, dos Subarus BRZ y un Focus ST aparecieron. Ahora tenía cuatro oponentes, que lo habían encerrado justo en el carril de en medio. En cualquier momento, vaticinaba, se lanzarían sobre él y poco podría hacer por sobrevivir.

    -¡-su! ¡Natsu! -oyó espontáneamente por su radio.

    -¿¡Loki!?

    -¡Por fin! Sabemos por dónde vas por los transmisores. Estamos en una carretera secundaria por encima de la autopista, a unos cinco kilómetros.

    -¡Daos prisa! ¡Me tienen encerrado entre cuatro! ¡Ese Redfox está aquí también!

    -¿Iron Gajeel está aquí? -preguntó Gray-. Llegamos enseguida, aguántalos.

    Efectivamente, poco después vio, a través de un puente superior a la autopista, los coches de sus dos amigos. Estos ejecutaron una perfecta maniobra de drift para bajar hacia dónde estaban Natsu y los miembros de Phantom, pero en lugar de correr en el mismo sentido que ellos, se dirigieron directos hacia los coches rivales.

    Los dos Subaru y el Focus frenaron en seco, mientras que Gajeel siguió de frente hacia Gray. Loki viró con precisión para poner el coche en el sentido de Natsu, al igual que el moreno, que no tuvo un grave choque con el Chevelle por poco. Los reflejos de Gray lo redujeron a un roce en la parte trasera y el piloto trasero izquierdo destrozado.

    -¡Joder, está loco! -exclamó.

    -Si la mitad de lo que dicen de él es cierto, estaba claro que no iba a frenar -afirmó Loki.

    -¡Que le jodan! ¡Poneos cada uno en un lado, me pondré delante y tendrá que frenar!

    Sus amigos hicieron caso de las instrucciones de Natsu, que frenó súbitamente delante del coche de Gajeel, quien, por acto reflejo, lo imitó. Para que no tuviera escapatoria, Gray y Loki tuvieron que ejercer exactamente la misma frenada que su enemigo, de tal modo que quedara verdaderamente encerrado y sin posibilidad de maniobrar.

    En cuanto los cuatro coches estuvieron completamente detenidos, Natsu bajó del suyo y se dirigió hacia Gajeel, que en ese momento también se encontraba desmontando.

    -¡Tú debes de ser Salamand...!

    El puño de Natsu interrumpió a media frase las palabras del joven desgarbado que tenía enfrente, quien no cayó al suelo, sino que le propinó una patada aprovechando al inercia del golpe de su rival. Éste, a su vez, la detuvo, lanzando a Gajeel hacia atrás. En ese preciso momento, el octavo de la Blacklist giró sobre su propio eje, dificultando la visión de Natsu con su larga cabellera, y, a continuación, lo golpeó una, dos y hasta en tres ocasiones con sus puños.

    Natsu se defendió de todos los golpes, parando el último. Su mirada se encontró con la de su contendiente, y, sin pensarlo dos veces, lo golpeó fuertemente en el pecho con la planta de sus botas. Esta vez, Gajeel sí cayó al suelo, y Natsu se abalanzó sobre él, propinándole una serie de fuertes puñetazos al tiempo que le gritaba.

    -¡¡Cabrón!! ¡¡Cabrón!! ¡Devuélvemela!! ¡¡Dime dónde está Lucy AHORA MISMO!!

    Mientras, Gray y Loki observaban impasibles la escena. A Natsu no le hubiera gustado que lo ayudaran. Ambos se sorprendieron cuando, por toda respuesta, Iron Gajeel le mostró una burlona sonrisa a su amigo.

    -No está mal, ¿eh? No tienes mala pegada -un nuevo golpe cayó sobre su rostro-. Je, ¿me estás diciendo que no te imaginas por qué hemos secuestrado a tu amiguita? ¿Es que no sabes quién es su padre? ¿Tan estúpido eres?

    -¿Su...padre?

    -¡Ja, ja, ja, ja! ¡No me extraña que lo guardara en secreto, debió parecerle mucho más cómodo!

    En ese momento, Natsu recordó una ocasión en la que, de no haber sido interrumpidos, Lucy le habría contado algo que era estrictamente secreto para ella. ¿Era aquello de lo que hablaba Gajeel? Sin tener tiempo para nuevas cuestiones, éste aprovechó los momentos de duda del chico para quitárselo de encima y dirigirse a su coche.

    -¡Imbéciles! ¡¡Su nombre es Lucy Heartfilia!! ¡Es la hija de un gran multimillonario! -les reveló, sonriendo ampliamente, formando un gesto grotesco, de tremenda y malvada satisfacción-. ¡Si de verdad queréis recuperarla, dirigíos a la tercera salida desde aquí y seguid el sendero! Pero antes, ¡tendréis que sobrevivir!

    -¿Sobreviv...?

    -¡Al suelo, Natsu!

    Gray lo empujó hacia la carretera antes de que pudiera darse cuenta. Alzó la vista y vio, a los lados de la autopista, entre los árboles que la rodeaban, decenas de individuos apuntándolos con armas de fuego. Gajeel salió disparado con su coche, y Loki se encontraba subiendo al suyo también. Ambos muchachos iniciaron, rápidamente, la marcha hacia sus propios vehículos, agachados y tratando de esquivar las balas. Una de ellas rozó ligeramente a Natsu en el muslo, pero logró subir al Mustang y escapar de aquella situación prácticamente ileso junto con sus dos compañeros.

    Sólo le quedó ver como Gajeel se iba de allí a toda velocidad.

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    Y la cosa se va poniendo interesante...me gustaría subir los capítulos más a menudo, pero lamentablemente no puedo garantizar una periodicidad. Espero que aún haya gente que lee esta historia, y si es así, ¡me encantará saber vuestras opiniones y sugerencias!
     

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