One-shot de Naruto - Una situación problemática [ShikaTema][GaaMatsu]

Sinopsis: "Las situaciones difíciles se presentan siempre en la vida, pero a veces no todos saben cómo enfrentarse a estas situaciones, y difinitivamente para Shikamaru Nara, esto era nuevo."

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Una situación problemática​

Todos siempre se han referido a Shikamaru como un vago problemático que no le toma importancia a nadie, ni a nada; pero nunca se imaginaron estar completamente equivocados en ello. A él si le importaba alguien en específico, y también se preocupaba por algo que era sumamente importante.

Puede que fuera tranquilo e intentara por todos los medios posibles evitar los problemas –excepto si tenían que ver con cierta rubia problemática que le alegraba el día con sus discusiones sin sentido–; pero esta vez, estaba preparado para ser él mismo el causante de una batalla campal con dos de los mejores ninjas de Suna, y debía admitir que sólo por esa ocasión, se declaraba culpable.

Era irónico pensar que la mayoría de las veces recurrían a él para hacer de intermediario y solucionar cuestiones que ni lo involucraban, pero ahora había sido él quien tuvo que recurrir en busca de ayuda de otros para afrontar esa situación.

—¿Y bien? —le había preguntado a Naruto una vez que le expuso su situación, en la espera de que (irónicamente) esta vez fuera el rubio quien le diera consejo a él, y no al revés.

—Bueno... —Pareció pensarse un rato su respuesta—. No te mentiré, amigo; será difícil.

—Dime algo que no sepa —ironizó.

—La verdad, yo hubiera preferido una y mil veces enfrentar a Madara, a Kaguya, además de enfrentarme a la furia de la vieja Tsunade y Sakura-chan jumtas antes que tener que pasar por eso —admitió ciertamente avergonzado, de que de alguna manera, esa situación lo hubiera sobrepasado en algún momento a él también.

—Vaya, tú sí sabes como reconfortar a alguien —comentó sarcástico—. Qué problemático —dijo soltando un suspiro.

—Te daré los consejos que Kakashi-sensei me dio a mí cuando pase por ello. —Ofreció, a lo que el Nara pudo ver como una luz se encendía al final del camino. Seguramente los consejos del peliplateado le servirían mucho más—. Son unos muy sencillos pasos que deberás seguir para intentar salir vivo de ésta.

Y ahí se encontraba, en una situación sumamente problemática que le causaba dolores de cabeza aún en sus momentos de paz y relajación, que eran cuando dormía. Eso tal vez era más de lo que podía soportar, ya que le parecía excesivamente problemático. Todo lo que tuviera que ver con ella, lo era.

Sus pensamientos lo distraían mientras caminaba por la aldea de Suna con las manos en los bolsillos, tropezando de inmediato con alguien en el camino.

—L-Lo siento, no veía por donde iba. —Se disculpó apenada la persona con quien había tropezado, reconociendo esa voz y el tono castaño de su cabello.

—No te preocupes, Matsuri —respondió con parsimonia. Desde sus frecuentes visitas a la Aldea de la Arena, le era común encontrarse con ella en algún momento o verla de paso.

—Oh, Shikamaru-san; que alegría verlo de nuevo. —Lo saludó con su habitual sonrisa—. ¿Se dirige a ver a Temari-san? —cuestionó.

—Sí, así es. Y ya te dije que no es necesario que utilices el san. —Pidió, por décimo quinta vez. Ciertamente ella no perdía la costumbre de tratarlo con tal respeto a pesar de habérselo comentado varias veces.

—D-De acuerdo. —Accedió con un débil tartamudeo y un ligero sonrojo, le era extraño hablarle de esa forma tan informal siendo que nunca lo había tratado mucho.

Él asintió ante la respuesta de la chica y comenzaron el camino juntos en silencio. Para Matsuri era normal hablar de esos temas con él, de cualquier forma ella sabía que el Nara era de confianza, y aunque siempre era discreta con los asuntos de la aldea, sabía que él debía de estar al tanto de ello por Temari y no habría problema alguno.

Como se le había hecho costumbre últimamente al Nara, se había ensimismado en sus pensamientos y esto la pelicastaña lo notó.

—¿Sucede algo? —le preguntó, preocupada por la expresión tan sumisa que poseía, además de la obvia intranquilidad y molestia en su mirada.

—¿Eh? —musitó ido—. Yo, bueno...

Lanzó un suspiro al aire, «¿Qué más daba si se lo contaba a alguien más?». Luego de aquel pensamiento le comentó a Matsuri lo que le sucedía, incluyendo los consejos que el Uzumaki le había dado.

—Está difícil —respondió ella.

—Lo sé.

—Sé que Gaara-sama puede parecer un poco frío a veces, pero creo que no te irá tan mal. En el fondo él es una muy buena persona, y sabrá aceptarlo. Lo que le importará es la felicidad de Temari —comentó con una sonrisa, dándole apoyo. A lo que él sonrió de vuelta, ciertamente sus palabras lo alentaban un poco.

—Gracias.

—No hay de qué. Además, son buenos consejos; al menos los primeros —continuó, haciendo referencia a lo que le había aconsejado Kakashi a Naruto.

Una vez pasada su conversación, se encontraban frente a la puerta que daba paso a la oficina del Kazekage de Suna. Siendo Matsuri quien la tocó dos veces levemente, en espera de una respuesta, debido a que a él habían regresado los nervios. Era hora.

«Adelante».

Escucharon la voz seria y demandante de Gaara, lo cual les dio a ambos la señal de que podrían pasar. Abriendo de manera lenta la puerta, Matsuri fue la primera en adentrarse a la instancia, seguida de Shikamaru.

—Gaara-sama, aquí le traigo los papeles que solicitó —informó, con un suave pero notable sonrojo en sus mejillas.

—Gracias, Matsuri. Puedes retirarte —respondió el pelirrojo con un asentimiento de cabeza una vez que ella dejó los informes en su escritorio; despidiéndola con una casi imperceptible sonrisa para cualquiera, a excepción de para sus hermanos que también se encontraban en la oficina, y para Shikamaru, que percibió este gesto.

Temari y Kankuro habiendo visto eso, le sonrieron a más no poder a la chica por el gran logro que había hecho. No todos sacaban una sonrisa de su hermano todos los días.

Ella aún más sonrojada que antes aún sin entender el porqué de sus sonrisas para con ella, se despidió de ellos con una leve reverencia de cabeza.

—Suerte. —Le deseo la pelicastaña al Nara una vez que pasó por su lado, quien hasta el momento sólo se había mantenido en silencio observando la escena. Ahora era su turno, y no sólo estaba el pelirrojo, sino que también Kankuro.

«Problemático», pensó.

Asintió ante las últimas palabras de Matsuri y la vio irse sin más luego de aquello. Definitivamente ella era una buena chica, y no dudaba que los hermanos Sabaku No pensaban lo mismo de ella, en especial Gaara. Ella le tenía mucho aprecio, algo que notó desde el primer día; pero ése no era el punto en dado caso.

La mirada de Temari se lo decía todo: «Habla con él, ya».

Después de tanto tiempo conociéndola no hacían falta las palabras.

La rubia soltó un suspiro, no podía negar que esa situación le divertía de algún modo, así que por ésta vez, le daría un empujoncito al Nara. Era él quien tenía que decírselos después de todo.

—Gaara, Kankuro —llamó—. Shikamaru tiene algo que decirles. —Completó, ganando la completa atención de sus hermanos, quienes de inmediato voltearon a ver al susodicho.

La mirada de ambos hermanos lo ponían nervioso y muy en el fondo quería matar a Temari por ponerlo en una situación como esa, la cual parecía que le divertía, supuso por la sonrisa que ella llevaba en el rostro.

—¿Y bien? ¿Qué querías decirnos? —preguntó el ojiazul con su habitual expresión seria cuando notó que Shikamaru no hacia ademán de comenzar.

Paso 1: Mantén la calma.Le había dicho Naruto.

Respiró profundo e intento aparentar la misma serenidad de siempre.

—La verdad, la razón de mi visita se debe a que quería comunicarles algo importante —habló por fin, intentando no sonar nervioso.

—¿De qué se trata? —cuestionó el castaño con una mirada inquisitiva, temiendo hacia dónde iría esa conversación, al igual que Gaara (muy en el fondo).

Paso 2: Dilata el tema. Intenta prepararlos para el impacto de la noticia, que no se vea tan mal.

—Pues, como sabrán, Temari y yo llevamos ya un tiempo saliendo y siendo una pareja —comenzó—. Hemos logrado de alguna forma hacer un buen equipo aún con nuestras diferencias...

—Shikamaru... —interrumpió Temari para que apresurara un poco las cosas.

Paso 3: Elogiarlos. A todos les gusta que al decirles algo hablen bien de ellos.

—Sé que Temari los considera una parte muy importante de su vida y que por ello...

—Al grano. —Detuvo su palabrería esta vez Gaara.

—Bueno, es que yo... Nosotros...

—Estoy embarazada. —Soltó Temari.

Paso 4: ¡Corre!

Y tal como sus instintos se lo dijeron al percibir la tensión del lugar y el aura de sus acompañantes, salió corriendo a la primera oportunidad que vio.

—¡¡Nara!! —gritó fuertemente Kankuro, saliendo detrás de Shikamaru—. ¡¿Cómo rayos te atreviste a dejar embarazada a mi hermana?! —exclamó nuevamente a los cuatro vientos siguiéndolo. Así fue como toda la aldea de Suna se enteró de que Temari Sabaku No estaba embarazada de Shikamaru Nara; y sinhabersecasadoantes, se decían entre sí indignadas las ancianas ambiguas que escuchaban dicha noticia.

El pelirrojo se mantenía aún en su asiento sobándose las sienes y con su hermana sentada aún frente a él. De algún modo se lo esperaba, pero aún así la noticia hacia estragos en él. Sería tío.

—Así que... estás embarazada —repitió.

—Así es —respondió con una sonrisa, aunque un poco temerosa por lo que diría su hermano.

—¿Estás bien con ello? —cuestionó para cerciorarse de que eso era lo que ella quería.

—Sí, lo estoy —dijo con un brillo de ilusión en su mirada. Tendría un hijo de Shikamaru. Nada podría hacerla más feliz.

—Pues si tú lo estás, yo también. —Acepto al fin, sabiendo que por mucho que él quisiera proteger a su hermana y evitar que otro hombre formara parte de su vida, además de ellos que eran sus hermanos, no podría—. Felicitaciones.

—Gracias —le respondió feliz—. Iré a asegurarme de que Kankuro no mate a Shikamaru —comentó divertida, a lo que él asintió.

—Eh... Temari —interrumpió Matsuri llegando al lugar, aún con la puerta abierta por como habían salido corriendo ambos chicos.

—¿Sí, Matsuri?

—E-Este... Kankuro-san está usando sus marionetas contra Shikamaru y los aldeanos están un poco inquietos por el alboroto que están causando. —informó apenada.

—Esos dos... —masculló enfadada. Ya vuelvo —dijo dirigiéndose a la salida para detener el show que de seguro estaban dando esos dos.

—Por cierto —murmuró la chica haciendo que Temari detuviera su paso—. Felicidades —Le dedicó una sonrisa al felicitarla, del mismo modo en que lo hizo con el Nara.

—Muchas gracias, Matsuri —le respondió con otra sincera sonrisa de felicidad, yéndose.

Ahora la oficina se había quedado en un silencio sepulcral luego de tantas emociones por un solo día.

—Bueno, yo... Me voy. Adiós, Gaara-sama. —Se despidió, a lo que él asintió viendo como se alejaba. Pero antes de salir por completo del lugar, Matsuri se volvió en su lugar para mirarlo.

»Gaara-sama —llamó, obteniendo su atención—, felicitaciones. Sé que será un buen tío.

—Gracias —respondió en un susurro con una sonrisa más perceptible que la anterior, aunque sabía que ella no lo escucharía.

Esas sí que habían sido muchas emociones para un solo día. Y de alguna forma, estaba claro que esos pasos no servían del todo con los Sabaku No, al menos tomando en cuenta los primeros; él ultimo había sido fundamental para la supervivencia del Nara.