El devorador de sueños

Tema en 'Archivo Abandonado' iniciado por Syel, 27 Julio 2014.

  1.  
    Syel

    Syel Extraña

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    Escritora
    Título:
    El devorador de sueños
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    1019
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    Bueno...será la primera historia que comience en este foro, igual si no comentan seguiré con esta historia hasta terminarla. No será muy larga -o al menos quiero creer eso-. Me gustó esa canción así que decidí hacer el fic.
    En este capítulo....se podrían decir que las cosas son normales y lentas, es más bien como una introducción. Ya saben los comienzos las mayorías de las veces son aburridos, pero a partir del próximo las cosas se pondrán un poco más rápidas -espero-. Sin más los dejo con el capítulo, es corto pero mejor así que hacerlo muy extenso para su aburrimiento xD



    Capítulo 1


    Despierto y lo primero que hago es mirarme en el espejo que cuelga en la pared del baño.

    –¡Demonios! –digo en voz baja mientras recorro con mis manos las sombras oscuras que cubren la parte baja de mis ojos. Me recargo en el lavamanos con la cabeza gacha; no he podido descasar… De nuevo. Antes de que pudiera caer rendida el sol ya había salido avisándome que debía levantarme.

    Suspiro, no tengo ánimos siquiera de bajar las escaleras de la entrada pero tengo que hacerlo si no quiero llegar más tarde a la escuela de lo que he estado acostumbrando los últimos dos meses. Con pesimismo me desnudo y abro la ducha.

    –¡Ah! –grito cuando el agua fría se encuentra con mi piel. No es que me guste, es solo que es la única que me mantiene despierta. Una vez termino, me visto con el uniforme y peino mi cabello en lo que yo quiero llamar “dos coletas” aunque noto que algunos cabellos saltan y se salen de su lugar, sin embargo no les tomo importancia.

    –Bien Miku, debes verte bien– me digo frente al espejo de la puerta, golpeo con ambas palmas de las manos mis mejillas y forzó una sonrisa que –al menos para mí- parece natural. Respiro hondo y abro la puerta para salir. El sol brilla tanto que me quema los ojos. Volteo para poner llave a la puerta.

    –¡Buenos días Hatsune-san! –escucho a lo lejos. Hubiera jurado que la voz venía de mi casa pero en ella no hay nadie; me gustaba la soledad por lo que le había pedido a mis padres me dejaran vivir sola a lo que accedieron sin ningún problema. Sigo pensando que les hice un favor– ¿Cómo has dormido?

    “¿Enserio me estas preguntando eso? Solo mírame, ¿es el rostro de alguien que ha dormido bien?” Me gustaría responder pero me trago las palabras y volteo para encontrarme con su rostro excesivamente sonriente.

    –¡Buenos días Kagamine-san! He dormido un poco mejor –trato de esbozar una sonrisa que parezca agradable. Ella me mira fijamente.

    –No luces muy bien

    “Gracias por recordármelo”

    –¿Enserio? Parece que tengo que dejar los dramas nocturnos

    –¡Pero si son muy interesantes! –sonríe con demasiada alegría y siento un poco de envidia de que ella pueda descansar, algo que no he podido hacer.

    –¡Tienes razón! –siento que mi cuerpo en cualquier momento caerá en cualquier tramo de banqueta en la que caminamos. La rubia camina a mi lado contándome de los hermosos sueños que ha tenido –los cuales ignoro completamente- y yo solo miro al frente con el objetivo de alcanzar el autobús sin ningún percance. Ella sigue hablando tan animadamente que me molesta. A decir verdad casi no la conozco, se mudó hace como… ¿2 meses? Ni siquiera lo sabía, es más, ¿por qué le había hablado?

    Estaba a punto de entrar a mi casa cuando la llegada de un camión interrumpió mi atención. Me quede un momento en mi lugar para ver a donde se dirigía. Nada más ni nada menos que al frente de mi casa. Las puertas se abren y del camión descienden tres hombres que comienzan a bajar los muebles entre amarillos y cafés que vienen atados a la parte trasera. Otro carro viene a los pocos minutos del primero. Es negro y brilloso, lo miro sorprendida ya que carros así no se ven siempre.

    Como sea, es algo que no me incumbe Me encojo de hombros y meto mi llave a la cerradura para abrir la puerta, tan solo pensar en la tarea me da sueño.

    ¡Hola! escucho una voz femenina. Miro a los lados, no hay nadie, debió haber sido mi imaginación. Me centro en la puerta y justo cuando abro escucho una risita, esta vez volteo y me encuentro con una rubia de ojos verdes, es pequeña y hasta cierto punto tierna.

    ¿Ah? Holacontesto apenada con una sonrisa.

    Soy tu vecina del frente

    Ya me di cuenta

    ¿Eh? Ah, por supuesto creo que soy obvia Me contesta con un sonrojo en sus mejillas. De pronto me mira¿Es ese tu uniforme? ¡Iremos a la misma escuela!

    La miro, se ve tan inocente que me agrada pensar que ahora tendré a alguien que me acompañe a la escuela. Le sonrío.

    ¡Sera grandioso! Mi nombre es Hatsune Miku hago una reverencia para mostrar mi amistad

    –¡Lo mismo digo! Me llamo Kagamine RinElla sonríe y creo que será bueno tenerla como amiga.

    Bueno, eso es lo que pensaba hace dos meses. Por fin llega el camión y subimos, ella dando saltitos -literal- y yo con los pies arrastrando. Genial, no hay asientos, tendré que irme de pie, mi única esperanza es que ella se alcanzó a sentar lejos, podré tener un viaje en silencio y cuando lleguemos a la escuela, ella se ira a la clase de primeros mientras me voy a los de tercero. Sonrío –por primera vez- de manera sincera.

    “Al menos algo ha empezado bien Miku”
     

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    Última edición: 20 Noviembre 2016
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    Syel

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    Capítulo 2

    El reloj parece ir más lento de lo normal. Podría cerrar los ojos y tomar una siesta, si tan solo el profesor no estuviera frente a mí. Sabía que sentarme hasta delante era un error: malditos sorteos que se creaban, ¿no podíamos sentarnos como quisiéramos?

    —Oye Hatsune, ¿estás bien? —pregunta Shion Kaito, un chico que me ha gustado desde siempre. Trato de sonreírle pero por su rostro, sé que ha parecido todo menos una sonrisa.

    —Sí, solo estoy cansada —digo y un bostezo me acompaña para darle acreditación a mi frase. Él sonríe y sacude un poco mi hombro, pero nada más. Al menos podría preguntar un poco más.

    —Tranquila, faltan 20 minutos para que la case minutos —lo miro con una sonrisa. ¿Entendía el significado de lo que decía? 20 minutos quizá para él no eran nada pero para mí era como permanecer en el infierno.

    Él se gira y me ignora , ¿enserio? ¿Cuál es el sentido de que me hable si solo me va a decir eso? Quisiera llorar pero incluso mis ojos se niegan a hacer eso…En verdad estoy súper cansada.

    No anoto nada en la libreta, solo puedo mirar el reloj: tic toc, tic toc…¿Algún día se detendría? ¡Mis ojos se cerrarían si no llegaban al final las clases! Y como si el cielo hubiera escuchado mis plegarias, la alarma sonó.

    —¡Al fin! —Sin dar tiempo siquiera de que el profesor me detenga para regañarme por no prestar atención a sus clases, salgo corriendo. Tal parece que he sido la primera ya que no hay nadie en el pasillo. Debo correr si no quiero encontrarme con Kagamine-san.

    La suerte está de mi lado, el autobús pasa tan pronto consigo salir de la escuela. Subo y pago el pasaje, ahora no me importa que no haya lugares. Lo único que quiero es llegar a “dormir”.



    Mis ojos comienzan a cerrarse antes de abrir la puerta de mi casa. Aviento mis cosas sin darme cuenta donde aterrizan y voy directo al baño para mojar mi rostro, tengo que soportar hasta terminar la tarea, pero no puedo…Mis ojos pesan cada vez más. Decidida, comienzo a caminar a mi habitación, ni siquiera me quito el uniforme, lo único que deseo es poder tener un sueño, uno solo que me ayude a recuperarme de esta larga espera de poder dormir.

    Sí, dormir es en lo único que puedo pensar. Me aviento en el colchón, no me molesta tener la venta abierta ya que los rayos del sol iluminan mi rostro, arrullándolo. Suspiro y cierro los ojos con la esperanza de que esta vez, las pesadillas no aparezcan.

    —Vamos Miku…podemos hacerlo —me animo. Estoy segura que si muchos se enteraran de que hablo sola, nadie se acercaría a mí. Comienzo a sentir la cabeza y el cuerpo ligero y poco a poco me dejo sumergir en la inconsciencia.

    La niebla cubre mi alrededor, esta no es mi casa, ni la escuela, ni ningún lugar que conozca. Miró el suelo, hay un río de sangre que comienza desde mis pies. Me sobresalto y trato de salir de ahí pero, como si se tratase de arenas movedizas, la sangre me engulle. Comienzo a asfixiarme, nadie puede salvarme. Si abro la boca, se llenaran mis pulmones de ese líquido viscoso.

    “Necesito que alguien…me ayude” Pienso, pero sé que nadie puede escucharme, ni siquiera verme. Estoy sola, cierro los ojos y estiro una mano para dejar ir mi última esperanza.

    “…rita” Escuchó a lo lejos, ¿será que alguien me vio caer en este río?

    “…rita” ¿Rita? No entiendo que es lo que dice

    “Señorita” Estiro la mano y siento como unos dedos se entrelazan entre los míos.

    Abro los ojos, incluso esta pesadilla fue tan diferente a las otras. Trato de llevar mi mano a mi rostro para enfocarme a mí alrededor pero la siento estirada y me doy cuenta de que alguien está entrelazando mis dedos.

    Ni siquiera puedo gritar, el chico rubio me mira con una sonrisa cegadora. Sus ropas son tan extrañas…como si no fuera de este país, viste elegante. Incluso con guantes y sombrero negros

    —¿Q-quién eres tu? —preguntó sorprendida, ¿de dónde salió ese chico? Él me mira confundido

    —Tu…me has llamado, ¿no? —Su voz es tan suave y seductora que me hace sonrojar.

    —No —es lo único que digo sin dejar de mirarlo.

    —Oh señorita, estoy seguro que sí…Tienes problemas para dormir, ¿verdad? —Me suelta la mano y se sienta al lado de mi cama. Me incorporo y me niego a contestar, ¿cómo es que sabe eso? —No te preocupes, tengo un hechizo que te ayudara —sonríe y un ligero temblor recorre mi cuerpo.

    No puedo dejar de mirarle pero sacudiendo un poco mi cabeza logro articular:

    —¿Quién eres? —mi voz no tiene emoción.

    —¿Eh? ¿No me he presentado? ¡Que descortés de mi parte! —Y como para traerme más confusión comienza a volar frente a mis ojos, toma mi mano y la besa— Mi nombre es Shirokuro Baku pero para los humanos…Len —Me mira de manera seductora pero yo no puedo siquiera procesar eso— Apuesto que te he sorprendido.

    —Sí

    —Ja, eso provoco siempre —dice y regresa a sentarse a mi lado—. Como sea, vengo a alejarte de esas pesadillas que te acosan —su voz ya no es juguetona, sino seria. Sus palabras me envuelven.

    —¿Pu-puedes ayudarme? —me levanto y me coloco a su lado, eso saca una sonrisa de su parte.

    —¡Claro! Pero…tienes que sellar un pacto conmigo —dice, posando sus ojos celestes en mí, sonriendo de manera maligna. El terror se apodera de mí…¿qué debo hacer?

    —De acuerdo— digo hipnotizada por sus palabras. Espero no arrepentirme después.
     
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    Capítulo 3

    Shirokuro Baku

    La miro, no puedo negar que es bella y lamento haberle hecho aceptar este trato pero no tengo otra alternativa… ella esta esperando por mí.

    —¡No! —grita entre sueños y ahí esta lo que espero: su dulce pesadilla que reluce como una nube negra en su cabeza. Me acerco hasta la parte superior de su cama y extiendo mi mano haciendo que la nube negra se enrolle en la misma como una serpiente, extrayendola de su mente.

    Me apasiona este momento, cuando el rostro de la persona cambia a uno de total serenidad, donde reina el silencio y la paz. Sonrío, este es el mejor momento para introducir los sueños que ella realmente desea.

    —Cariño, dime que quieres soñar —habla dulcemente en su oído, es algo como la hipnosis pero que surge mucho mejor efecto.

    —Dulces —contesta ella con los ojos cerrados y una sonrisa tímida. Era de esperarse de una chica tan joven. Estoy decepcionado, creí que pediría soñar con un chico, ya que ese es el patrón que siguen todos.

    —Bah, algo más elaborado no caería nada mal de vez en cuando pero, ¿qué se puede hacer? –chasqueo los dedos de la otra mano (la que no sostiene la pesadilla) haciendo que aparezca una chispa entre ellos y tocó su frente. La luz atraviesa su cabeza y se deposita donde debe ir—Dulces sueños…literal—pronuncio, miro la pesadilla no es tan grande como pensé pero tengo hambre así que me resigno, peor es nada.

    Llevo uno de los extremos de la pesadilla a mi boca y la absorbo como si fuera un trozo de espagueti, hasta el ultimo trozo…Debo aceptar que me equivoqué pues el sabor es exquisito. Miro de nuevo a la joven de la que ni siquiera conozco el nombre y la verdad es que no me interesa mientras me alimento así que camino alrededor de la habitación.

    No hay nada especial, lo normal en el cuarto de un adolescente.

    Tu solías ser un adolescente.

    La voz que me ha acompañado tantos años resuena en mi mente y no sé si es la poca consciencia que me queda o una voz que trata de ayudarme a no olvidar. Sacudo la cabeza y sigo con mi exploración. Las paredes son azules, esperaba que fueran rosas; hay libros de la escuela y otros que no conozco, quizá su pasatiempo es la lectura; también hay discos de música, un escritorio, un sofá, un baúl y fotografías.

    —Ja, ¿esto es bonito? —Me pregunto tomando un retrato colocado encima del escritorio donde sale ella y una chica de cabello verde haciendo muecas horrorosas. Una punzada recorre mi cuerpo, sé que comienzo a sentirme culpable otra vez pero la culpa es un sentimiento con el que he crecido así que no presto atención en ello.

    Debo concentrarme en mi trabajo.

    —Lo siento, te descuide —Le digo a la chica que duerme frente a mi— ¿Quieres seguir soñando con dulces? —asiente así que chasqueo los dedos e introduzco el sueño en su cabeza, esta vez con un toque de diversión: columpios y resbaladillas gigantes hechas de caramelo. Esta a punto de amanecer por lo que debo aprovechar al máximo su petición.

    Ella sonríe y abraza su almohada, seguro la esta pasando muy bien. Me quedo mirándola por largos minutos, la culpa crece pero el sentimiento de volver a estar con la que me espera crece más. Antes de que me de cuenta, el canto de las primeras aves comienza a escucharse.

    —Cariño, es hora de marcharme, promete que me devolverás mis sueños sin rechistar —La chica frunce el ceño. Suspiro, esta es la parte más difícil del trabajo, hacer que se desprendan de ellos. Lo tendré que hacer a la fuerza—. Lo siento pero debo irme antes de que el sol aparezca y no es que sea un vampiro sino que debo dormir —Estiro la mano, colocándola en su frente, las luces regresan a mis manos y desaparecen; su ceño fruncido se acentúa— Si hubieras dicho que sí no hubiera sido tan radica l—Sé que cuando arrebato los sueños de la nada, las pesadillas regresan pero… vamos, así tengo más comida— Nos vemos en la noche cariño— Me despido, voy a la ventana y salgo como un ladrón. Me gusta esa expresión. Desaparezco antes de que el sol aparezca.

    MIKU

    La sangre… el cuchillo… mi familia… Despierto.

    Alzo la mano y froto mis ojos, ¿qué paso? Estaba saltando entre nubes de algodón de azúcar, resbalando sobre caramelo, columpiándome en asientos de chocolate y de pronto la pesadilla que regularmente he soñado aparece, como si alguien la hubiera llamado de la nada.

    —¿Hola? —pregunto a la nada y exactamente eso es lo que me contesta: nada. No hay rastro del devorador de sueño, probablemente se marchó después de que cayera dormida. Me doy cuenta de mis palabras, “cayera dormida”… ¿He dormido? Miro el reloj, son las siete en punto, recuerdo que la ultima vez que lo vi fue a las once de la noche.


    —No puedo creerlo— me digo. Me pongo en pie con la cabeza confundida y sigo mi rutina del día, esta vez con un poco de lentitud. No puedo creer que haya dormido, así que él cumplió su palabra, sin embargo dijo que se comería mi pesadilla pero justo cuando comenzaba a disfrutar del sueño ésta ha aparecido de repente.


    “Al menos he dormido. Debo agradecerle”. Me miro al espejo, la ojeras siguen ahí, recordándome lo que antes soñaba y no puedo lamentarme, no puedo borrar en una noche lo que me ha pasado dos meses. Me baño (con agua caliente esta vez), me cambio, desayuno (como no había pasado desde que comencé con las pesadillas), peino mi cabello y salgo con tiempo de sobra hacia la escuela.

    —Es un buen día para caminar— Es verdad, el sol parece que brillará a todo lo que da. Miro sin querer a la casa de la chica rubia, probablemente aún este tomando un baño o, ¿por qué no? Quizá siga durmiendo. Total, aún no estoy tan de humor para aguantar su vitalidad.
    Camino con una sonrisa en el rostro, quizá el trato que he hecho con el Shirokuro Baku no se tan malo como la voz en mi cabeza gritaba.

    Lo es.

    Es una voz tan clara que volteo, no hay nadie. Un escalofrío recorre mi cuerpo, ¿no estará soleado como imaginaba? No puedo regresar a la casa pues ya llevo bastante camino recorrido. Ignoro lo que paso y continuo caminando, no hay nada de que lamentarse… ¿o sí?
     
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    Yoko Higurashi

    Yoko Higurashi Usuario común

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    ¡Yoko-chan se reporta a la ardua tarea! *saca sus lentes y libreta de notas*
    De hecho veo tu escrito sin mucha gente leyendo, sé que es difícil y un poco decepcionante y más cuando las dos hemos estado tan ausentes del foro, aún así siempre es un placer leerte Syel y si regresas, me gustaría seguir leyendo esta historia.

    Empezando por lo técnico (narración y ortografía) debo decir que tu narración es excelente, por no decir que admirable, es ordenada, ágil y usa palabras sencillas que dan velocidad en la lectura; de hecho estoy sorprendida de que hayas empezado tu relato desde la perspectiva de Miku (por no decir que es casi todo, exceptuando la parte del devorador de sueños en el capítulo 3), será algo psicológico pero a mí me choca escribir sobre Miku o en su perspectiva, yo hubiera empezado directamente con Len (a él y a mí, nada ni nadie nos separará) por eso me admiro mucho como representas a Miku y que la manejes bien. Sobre la ortografía, pues vi unos dedazos a partir del capítulo 2, la verdad muy insignificantes que si les das una lectura rápida los encontrarás de inmediato, así que no vale la pena mencionarlos.

    Sobre la historia, bueno, ¿Qué te digo? A decir verdad soy fan de esta canción (de todas las de Len, de hecho) entonces puedo decirte que estás haciendo un buen trabajo; me gusta la forma en que estás guiando a Len sobre que antes era un adolescente y me gustaría ver como explotas esa parte del personaje que alguna vez lo hacía humano, sobre Miku (por lo que leí) lleva dos meses teniendo pesadillas, me gustaría saber qué es lo que le causa dichas pesadillas o cuál es la tensión que tiene para inducirlas (digo, que es lo que cambió hace dos meses para no dejarla dormir). En lo demás, vas a un ritmo adecuado, ni muy rápido ni muy lento y eso se agradece.

    <3
    ¡Me ha encantado Syel! Me gustaría que cuando regreses, lo continuaras y claro me invitaras directamente a mi perfil (luego que uno se ausenta mucho, estas cosas no dan todas las notificaciones pertinentes) porque me gustaría leer esta historia. Siempre me ha sido grata tu forma de escribir y quiero que sea algo que nunca cambie.

    =X
     

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