Historia larga Crónicas de una Maho Shoujo

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por George Asai, 19 Agosto 2015.

  1.  
    Andrea T

    Andrea T Iniciado

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    Listo, ya no estes llorando jaja.
    Un cap relajado c: pero cool. Por que siempre excluyes a wendy ;-; hablas de todos y de ella es de quien menos escucho ;-; okya jaja
    Estuvo genial, la verdad me sorprende que rance sea hechicero :0 eso no me lo esperaba. Espero que sea poderoso como lo dice cc: y Gracia, yo hubiera salido corriendo xDD dale buenos poderes >:3
    Igual tambien me sorprendio que conociera a magical luz :0 a como habias narrado antes, no hubiera creido que la comocieran :0 pero que genial, aunque para esme debe ser raro jaja
    Bueno, en general me agradó, ya te quiero ver a ti tomandote selfies en los probadores de la tienda xD que quede claro que no todos lo hacemos jaja.
    Bueno, espero el siguiente cc:
     
  2.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

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    Título:
    Crónicas de una Maho Shoujo
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    51
     
    Palabras:
    5331
    Traigo capítulo nuevo, espero les guste :3



    Historia 29: Nuevas raíces

    Rance y Pablo Casanova continuaron peleando sin cuartel, el joven de cabello blanco se la pasaba lanzando estacas congeladas hacia todas las direcciones posibles. Una estrategia algo caótica para alguien tan metódico, Pablo supo de inmediato que había gato encerrado detrás de ese combo absurdo.

    “No le dicen Rance, el poderoso por nada”

    Pablo bloqueó dos estacas más con un simple movimiento de su espada, la velocidad de los mismos tampoco parecía ser la gran cosa y hasta el momento el flujo del combate que Rance estaba llevando se limitaba a lanzar proyectiles y esquivar los tajos que Casanova lanzaba.

    —Debo evitar que siga alejándose, ¡corte electrizante! —La katana del muchacho comenzó a brillar con un resplandor blanco, posteriormente se tornó rojo como el color de su cabello —. ¡Me decepcionas, Rance! —Tras dos segundos de preparación, la técnica final tomó forma de un relámpago y acabó por dirigirse hacia el pecho de Rance.

    —¡Muralla de hielo! —Rance tomó otra acción defensiva, en vez de intentar cargar de frente contra Pablo decidió bloquear su hechizo con una barrera lo bastante fuerte para resistir el relámpago energético. Llevaban apenas cuatro minutos de batalla, pero Casanova lo sentía más pesado, ¿acaso la estrategia de Rance consistía en el desgaste?

    No, no podía ser así, de lo contrario Rance hubiese aprovechado las propiedades del bosque y habría corrido con la intención de crear alguna emboscada táctica.

    —¿Qué pasa?, ¿ya te cansaste? —La provocación del hechicero solo intrigó más a Pablo, lejos de caer en su juego psicológico se vio realmente interesado por descubrir el plan de Rance.

    —Apenas estoy calentando —respondió, los dos detuvieron sus movimientos para verse fijamente, ambos conservaban sus vestimentas intactas y ninguno tenía consigo heridas de gravedad, incluso el brazo falso de Pablo seguía indoloro por el momento. Pero aquello no era más que una ilusión, en cualquier momento la verdadera pelea daría comienzo y las heridas caerían como gotas de lluvia en pleno verano. Sí, una analogía estúpida pero adecuada para esta situación.

    Los siguientes cuatro minutos continuaron el mismo tenor, Casanova atacando y Rance bloqueando, quizá el único cambio significativo fue que Rance por fin retrocedió y se dirigió directo a las arboledas más espesas. Un movimiento coherente, ya que el follaje de los árboles dificultaba la vista de Pablo y también sus movimientos con la espada.

    —Es el momento de empezar la diversión, ¡runa de viento: tornado de la muerte! —De la nada, cuatro árboles que rodeaban a Pablo fueron cortados por un tornado repleto de cuchillas invisibles, era la única forma de describir a ese fenómeno natural tan bizarro. Casanova utilizó el hechizo de refuerzo en sus piernas, posteriormente dio un enorme salto de cuatro metros en el aire, lo suficientemente pargo para evadir el hechizo creado por Rance.

    Fue ahí donde por fin notó su verdadero plan: ¡El uso de runas!, Rance dominaba el elemento de hielo por naturaleza, pero el joven tenía acceso a más poderes elementales con el uso de runas antiguas, un tipo de hechicería muy raro que solamente ciertos individuos podían dominar. La mente del pelirrojo procesó la información en tiempo record, ¡por eso Rance estaba evadiendo tanto!, él buscaba llenar la arena de batalla con diferentes runas y así tener una ventaja de campo considerable.

    —Parece que por fin empezamos a pelear, ¡vamos, Rance! —La katana de Pablo volvió a combinar las energías del medio ambiente con las de él, al hacerlo un imponente rayo salió disparado en dirección a su adversario —. ¡Corte electrizante!

    —¡Runa de sangre: Explosión trágica! —Una sustancia roja salió del suelo y luego tomó la forma de una lanza, de inmediato el hechicero utilizó su nueva arma como pararrayos para desviar el ataque de Pablo hacia los costados —. ¡Eres mío! —Cuando Pablo cayó al suelo su enemigo ya estaba cargando directo contra él, Rance mandó una puñalada certera hacia el brazo derecho de Casanova y éste como mero acto de reflejo bloqueó el golpe usando la parte blanda de su katana.

    —¡Vamos! —Pablo ejecutó varios cortes diagonales y verticales contra la humanidad de su rival, Rance tuvo que tirar la lanza al suelo e invocar rápidamente dos espadas de hielo en sus manos. A duras penas el hechicero pudo mantener a raya los embates del espadachín, Rance odiaba admitirlo, pero en técnica de espada era muy inferior a su rival, por ende, se vio en la necesidad de retroceder y lanzar nuevamente las estacas para ganar distancia.

    —¡Runa de tierra: Roca ardiente! —Del piso salió una enorme roca que medía cuatro metros de diámetro, además, estaba repleta en llamas carmesí y derretía todo a su paso —. ¡Es mi victoria, Pablo Casanova!

    —No lo creo… ¡Arondight! —En ese momento el cuerpo de Pablo sintió un dolor horrible, la prótesis mágica comenzó a fallar y lo mismo pasaba con su cerebro, aquella espantosa sensación era igual a ser aplastado por un camión de bomberos una y otra vez, durante cuatro días seguidos —. ¡Soporta el dolor!, ¡soporta el dolor! —gritó para sí mismo, en ese momento la segunda espada apareció sobre su mano izquierda (la normal) y rápidamente fijó su mirada en la tremenda roca que amenazaba con aplastarlo.

    El pelirrojo sonrió ante el desafío que se avecinaba, en su mente solamente quedó la imagen de Gilberto Casanova, el hombre que debía derrotar a toda costa, ¡esa roca no se comparaba con el martirio que le hizo pasar!, Pablo juntó las dos espadas y les dio forma de equis, en seguida acumuló cantidades absurdas de energía mágica en ellas y al cabo de medio segundo acabó por lanzar un doble corte electrizante directo a la piedra.

    —¡Imposible! —Rance no esperó que su oponente partiese la piedra en dos, pero no había tiempo para sorprenderse ya que Casanova cargó con sus dos armas en mano —. ¡Barrera de hielo!

    —¡No escaparás! —Las espadas rompieron el muro congelado que Rance forjó, por fortuna, el hechicero tuvo tiempo suficiente para retroceder y así recuperar la respiración.

    Vaya, ninguno de los dos se imaginó pelear al máximo de sus habilidades. Pablo Casanova dio un rápido vistazo a su condición… Justo como él creyó, estaba hecho un desastre, la cabeza le ardía y su mirada parecía perderse en el horizonte por culpa del dolor, sin embargo, lo peor aún estaba por venir, ya que al bajar ligeramente su semblante vio como una estaca de hielo atravesó su prótesis mágica y por consecuente, le provocó un sangrado peligroso.

    —Realmente estás luchando a matar, ¿verdad? —Pablo Casanova habló con la poca cordura que le quedaba, el dolor lo estaba volviendo loco, de hecho, el chico deseaba tirarse al piso y retorcerse por todo el maldito calvario que sufría. Si ya de por sí la prótesis lo tenía al borde de la locura el hecho de tenerla dañada empeoró las cosas todavía más.

    —Claro que sí, ¿no lo recuerdas?, dijiste que deseabas pelear al máximo.

    —¿Y quién se está quejando?, es por esto que decidí pelear contigo, Rance, el poderoso. —Casanova tuvo que forzar su cerebro para sonreír, un simple gesto cotidiano le costaba muchísimo trabajo mental, ahora imaginen el tener que luchar…

    —Es así como debe ser una verdadera pelea. —Rance tampoco estaba en la mejor condición, ese último ataque fue devastador para él también, a pesar de haber reducido el daño letal con su barrera las ondas energéticas perforaron todo su abdomen, rompiendo la gabardina que tanto le gustaba. El hechicero tuvo que quitarse las ropas destruidas, al hacerlo Pablo pudo ver el terrible daño que su doble corte provocó.

    Los pectorales de Rance yacían rajados y cubiertos de sangre, lo mismo con sus costillas, espalda y estómago. Pero el daño no se detuvo ahí, Pablo vio como el torso desnudo de su oponente se tornaba morado por la inflamación y los hematomas internos que las ondas de energía provocaron en ese último ataque.

    Rance no era un súper humano ni alguien inmortal, si perdía mucha sangre podía morir como todos los demás, incluso Pablo corría ese riesgo en aquel momento.

    En resumen, los dos estaban severamente lastimados, pero ninguno quería retroceder. Nada tenía que ver el espíritu guerrero, honor o cualquier palabra bárbara usada por los hipócritas heroicos, simplemente no deseaban tener remordimientos al final de la batalla.

    —¡Hechizo de refuerzo! —Rance creó dos sables de hielo y Pablo volvió a cargar con las mismas espadas, lo que pasó después fue sorprendente, ambos se movieron a velocidades sobrehumanas y lanzaron diversos cortes, estocadas y puñaladas hacia los órganos vitales de su oponente. Fue un espectáculo increíble, las armas no podían verse con la percepción humana, se necesitaba tener un hechizo especial en los ojos para seguirles el paso.

    Eran como dos relámpagos chocando una y otra vez, las cuchillas de Rance se rompían en cada impacto y éste las volvía a crear, pues ninguna de sus creaciones heladas podía competir a largo plazo contra un arma legendaria como Arondight. Pablo en cambio resistía todo el martirio que la reliquia provocaba, su nariz sangró cantidades exorbitantes del vital líquido y su mente ya ni siquiera podía pensar con claridad.

    Este encontronazo duró cerca de un minuto, durante ese lapso nadie retrocedió, los cortes continuaron siendo bloqueados y rehechos en menos de un parpadeo, aun así, el nivel de Gilberto era mucho mayor al de los dos, incluso haciendo equipo los jóvenes no podían vencerlo.

    Pablo Casanova logró romperle cuatro costillas a Rance de un solo golpe, esto sucedió porque las espadas congeladas de su adversario no se crearon a tiempo y por ende Arondight cortó el flanco izquierdo del hechicero.

    —¡Mierda! —Rance vomitó sangre y de inmediato retrocedió para evaluar los daños, al parecer ya no podía moverse con tanta libertad y seguir de pie poco a poco se convertía en una odisea —. Necesito algo más grande, ¡más fuerte!, ¡Runa de hielo: Gran espada de batalla!

    —Oh… —Pablo ya no podía hablar con claridad, aquel gruñido fue todo lo que pudo decir cuando vio la monstruosidad que Rance invocó. Era una espada de hielo gigante, como las que usaban los soldados alemanes pero mucho más exagerada, medía tres metros de alto y ni siquiera deseaba imaginar el peso.

    ¿Cómo demonios le hacía Rance para sostener un arma tan pesada?

    Casanova reaccionó rápido, el chico desapareció la katana y centró su atención en Arondight, luego depositó la energía del dragón dentro de ella y terminó por mezclarla con el medio ambiente. Aquella espada legendaria aceptó de inmediato el poder que Pablo guardó en ella, al hacerlo comenzó a brillar con un resplandor morado.

    —¡Corte del dragón! —El joven abusó de nuevo del refuerzo y sin más demora corrió en dirección a Rance, éste también lanzó un tajo pesado contra la humanidad del espadachín, el resultado fue una colisión de poder a poder, donde ambos metieron el máximo de su energía con tal de romper la defensa del oponente. Arondight y la espada helada se mantuvieron parejas por un instante, para ser exactos cuatro segundos. En ese lapso todos los árboles a la redonda fueron arrancados de raíz y cientos de troncos salieron volando en diferentes direcciones, como si estuviesen atrapados en un tornado.

    Por suerte no había ningún animal cerca, ni siquiera insectos.

    —¡Vamos! —gritaron los dos, finalmente la superioridad de Arondight se hizo notar cuando la espada de hielo mostró grietas por todo el mango y parte del filo superior.

    —¡No lo permitiré! —Rance realizó una jugada de último minuto, antes de perder el control del hechizo su espada tomó la forma de cuatro estacas cercanas al metro de largo, la distancia entre los dos no superaba los dos metros cincuenta centímetros, por ende, estos trozos de hielo se clavaron en Pablo y terminaron por tirarlo al piso con un baño de sangre bastante alarmante. Sin embargo, la onda de energía que Arondight liberó golpeó al hechicero y lo mandó a volar contra unos troncos quemados que yacían acumulados cerca de la maleza calcinada. Rance vio como sus huesos eran destrozados por la potencia expansiva y al mismo tiempo, perdió el sentido del oído temporalmente por la explosión.

    —Supongo que ya no podemos pelear más, ¿verdad, Rance? —Pablo se arrastró por el piso con las estacas de hielo clavadas en su espalda, éstas desaparecieron cuando Rance tronó sus dedos, o al menos, lo que quedaba de ellos. Al verse con más detenimiento el joven hechicero vio que apenas podía mover sus extremidades, seguramente por desgarres musculares y roturas graves.

    —Concuerdo contigo, arrástrate hasta acá.

    —Lo intentaré. —Pablo estaba igual de mermado, además del dolor sepulcral que su brazo derecho le brindaba también tenía que soportar los desgarres musculares y el sangrado. Después de unos minutos igual de sofocantes como la pelea anterior Pablo Casanova se acostó junto a Rance.

    —Toma. —Rance utilizó el hechizo de levitación para mover un frasquito de cristal directo a la boca de Pablo —. Esta es una poción regenerativa, yo mismo la hice con sangre de vampiro, te ayudará a regenerarte rápido.

    —Gracias —respondió, Pablo tomó el contenido del frasco y luego se dejó caer totalmente rendido con la mirada hacia el cielo —. Creo que puedo pelear usando mi prótesis mágica, pero no es tan cómodo como pensé.

    —¿Por qué peleas?, no eres como las vigilantes mágicas de la ciudad, pero podrías serlo. —Rance no comprendía del todo a las Maho Shoujo o a Pablo Casanova como tal, el hechicero siempre peleó por dinero, su campo de especialidad se centraba en personas con poderes psíquicos o marcas de nacimiento. Nunca tuvo preocupaciones por nadie, cada misión era simplemente eso, un trabajo donde sus sentimientos nunca formaron parte.

    —Peleo por mí mismo, no soy una buena persona, Rance, reconozco que mi entrenamiento ha sido intenso y poseo los conocimientos de mi clan, pero no tengo interés en ser un héroe de la justicia. Sería hipócrita de mi parte, odio a muchas personas, este pueblo se me hace una verdadera basura, siempre aprisionado por los recuerdos del pasado y con solo memorias agrías de sus habitantes, ¿por qué tendría qué arriesgar mi vida?, ellos no me deben nada y yo no les debo nada a ellos. Tampoco soy un imbécil deseando atención o ser reconocido por las masas ignorantes. —Pablo Casanova decía la verdad, el chico no guardaba amor ni sentimientos positivos hacia la humanidad en general, su sinceridad fue algo que agradó a Rance, ya que él tampoco tenía fantasías retrogradas relacionadas al heroísmo —. ¿Y tú, por qué peleas?

    —Ya te lo dije, por dinero, no soy diferente a un mercenario, si alguien me paga yo iré y haré el trabajo sucio. Las personas con poderes de nacimiento son seres lamentables, no hay forma de controlar sus poderes ya que, a diferencia de los hechiceros, ellos no tienen a alguien capaz de manejar sus energías natas. Por ejemplo, si alguien me pide matar a un niño esper porque provocó una masacre en una primaria entonces lo hago. No poseo remordimientos ni consciencia moral cuando tengo un trabajo que hacer. —Rance era un hombre muy distinto a Pablo, el muchacho tenía una voluntad de hierro y una firme convicción al momento de ejecutar cada misión, por más cruel o violenta que fuese —. Me centré en ellos porque son personas que rara vez conservan su humanidad, no lloran, no gritan y normalmente están locos cuando entro en contacto con ellos. Sus mentes están podridas y nada puede salvarlas, lo mejor es matarlos antes de que cometan masacres.

    —Eso suena terrible, ¿no te da remordimiento matarlos? —preguntó Pablo.

    —¿Has visto a una viejita matar pollos para cocinar?, yo hago lo mismo, pero con humanos, los esper no merecen vivir. No es crueldad, es la verdad, ellos pierden la razón por culpa de sus poderes y se transforman en máquinas de asesinato, ¿recuerdas la guardería qué se quemó hace meses?, no fue ningún accidente, uno de los niños tenía pirokinesis y en un ataque de ira quemó la escuela entera, simplemente porque era incapaz de manejar sus poderes a una edad tan temprana. Se perdieron más de cincuenta vidas inocentes y eso que apenas era un niño, ¿te imaginas a un hombre adulto?, alguien que ha vivido enloquecido más de treinta años por sus mismos poderes, incapaz de vivir en sociedad y con un resentimiento monstruoso dentro de su corazón. —Rance hizo una pausa a su discurso para tomar aire, en ese lapso Pablo sintió como sus heridas sanaban a una velocidad increíble, pero todavía resultaba doloroso moverse —. Además, dan mucho dinero por cazarlos y exterminarlos, con esos billetes me pago los estudios y salgo adelante, es un trabajo como los demás, quizá no tan honrado, pero un trabajo a fin de cuentas.

    —En verdad eres alguien despreciable, Rance, quitar vidas por dinero es algo cruel, pero no soy nadie para juzgarte, amigo mío. —Pablo habló con un tono amistoso, el hecho de que su amigo aceptara su propio ser sin buscar excusas morales le hizo sentirse cómodo.

    —Lo mismo te digo, tienes el poder de salvar la ciudad de muchas amenazas, si quisieras podrías acabar con todos los villanos en un solo día. Pero no lo haces porque te da flojera, en ese sentido matas más gente que yo, aunque sea indirectamente. —Rance también se mostró amistoso, el tener como amigo a un ser tan miserable pero sincero fue una bocanada de aire puro para su alma. Ya que no se escudaba en hipocresías baratas ni mentiras de auto convencimiento.

    —Somos dos personas carentes de virtud, ¿verdad?

    —Sí, no tenemos remedio —afirmó Rance.

    Pablo Casanova y Rance no tenían problemas con sus identidades, ellos no seguían ningún código moral como Esmeralda de la Luz. Desde un inicio los dos reconocieron que no eran buenas personas, a pesar de tener personalidades amables y proteger a sus seres queridos (en el caso de Pablo) dentro de su corazón no nacía el deseo de ayudar a la gente. Lo mismo ocurría con Rance, la razón por la cual nunca se mostró ante las Maho Shoujo fue porque nadie le ofreció dinero para cazar a los criminales que Esmeralda encerró durante su carrera como heroína.

    —Esta sustancia funciona rápido. —Al cabo de una hora, las heridas de los chicos por fin sanaron y estos rápidamente se reincorporaron.

    —No te confíes, si bien nos dimos golpes muy dolorosos mi poción no es capaz de sanar heridas mortales. Además, en una batalla prolongada, no vamos a tener una hora de recuperación. —Rance sabía que la pócima solo debía usarse para entrenamientos, ya que depender de ella en una situación real no aseguraba un cien por ciento de supervivencia.

    —Aunque no me quitó el dolor del todo, bueno, fue un placer haber luchado contigo. —Pablo extendió su puño izquierdo, posteriormente sonrió galantemente, como todo buen caballero al momento de terminar un desafío.

    —Lo mismo digo. —Rance chocó su puño derecho con él y luego le devolvió la sonrisa con la misma gallardía —. La siguiente vez habrá un ganador.

    —Nos vemos en el club.

    Los dos peleadores tomaron caminos diferentes para volver a casa, sin embargo, la satisfacción que Pablo tuvo al ver que podía pelear con la prótesis artificial fue absoluta. El chico aún se moría del dolor, todavía le daban ganas de retorcerse en el piso por los terribles temblores que su brazo daba, pero ni siquiera la agonía constante de ser “acuchillado” por sus propios nervios musculares podía opacar la felicidad que sentía.

    No controlarás mi vida, Gilberto.

    Con ese pensamiento en mente Pablo Casanova se dirigió a su hogar.

    Mientras tanto, en la habitación de Gracia…

    —Ahora si estamos solas, ¿qué me ibas a decir? —Gracia no se sentía amenazada por la presencia del espejo, un gesto extraño, pues cualquiera se asustaría si un objeto parlante entrase de la nada a sus vidas.

    —Pequeña, antes que nada nuestro encuentro no fue producto del destino ni la casualidad, yo busqué por mucho tiempo a un humano digno, alguien capaz de portar el poder de las hadas del norte con bondad en su corazón. Escucha, necesito que me ayudes en una misión, desconozco cuándo será ni cómo ocurrirá, solo sé que pronto el mundo correrá peligro y tú puedes marcar la diferencia en los acontecimientos futuros. —El hada del espejo por fin salió del objeto, Gracia trató de describir mentalmente al curioso ser que volaba por toda su habitación, era una mujercilla delgada, de piel blanca como la nieve, cabellera del mismo color y zapatillas rojas, que contrastaban con el azul claro de su vestido largo. Sin embargo, el rasgo más distintivo del hada eran las dos alas que salían de su espalda. La diminuta presencia se colocó sobre el hombro izquierdo de Gracia, ésta no sintió el peso de la criatura, de hecho, parecía no estar ahí realmente.

    —¿Eh?, ¿quieres qué te ayude a salvar al mundo pero no sabes cómo ni cuándo? —cuestionó Gracia —. ¿No es un poco sospechoso?, una vez vi una serie donde un animalito lindo engaña a las chicas para hacer un pacto malvado, ¿cómo sé qué dices la verdad?

    —Eres bastante precavida, admiro eso, pero las hadas del norte no mentimos, como prueba de ello te daré la siguiente visión. —El hada voló de nuevo y ahora se colocó sobre la cabeza de Gracia —. Prepárate.

    —¿Prepararme para qué?

    —¡Para esto!

    De repente el mundo se tornó oscuro para Gracia, la chica vio todo negro a pesar de tener los ojos abiertos, su cuerpo parecía flotar en un espacio infinito y al mismo tiempo, distintas imágenes de épocas diferentes fueron reemplazando a la oscuridad inicial. Desde edificios del siglo XIX, hasta los gigantes castillos medievales, cada escena iba en retroceso hacia una fecha desconocida y la jovencita solamente podía mirar esos destellos fugaces a través de la historia.

    —¿Qué pasa?, ¿por qué puedo pensar pero no hablar? —cuestionó Gracia.

    —Calma, no va a pasarte nada, esto es una visión astral, es una técnica que solamente las hadas podemos hacer, ya que en nuestros cuerpos existe la memoria del planeta tierra, por ende, tenemos acceso a todo tipo de visiones del pasado. Ya lo verás con tus propios ojos.

    —Este día se pone cada vez más loco.

    El paisaje fue moldeándose de acuerdo a la época, en un principio la confundida jovencita vio muchos árboles y un cielo azul repleto de nubes carentes de contaminación, además, no encontró ningún pueblo o ciudad a la redonda. El escenario siguió cambiando, las estrellas rápidamente aparecieron, mostrando así todas las constelaciones sin estorbos de luz eléctrica.

    —Esto pasó hace mil años aproximadamente, no hay electricidad ni rascacielos como en las ciudades actuales.

    —¿Y en qué país? —cuestionó Gracia.

    —No lo recuerdo, yo no sé nada de geografía humana, digamos que esto sucedió en algún lugar del mundo hace mil años. Verás, en ese entonces un ser de intenciones ambiguas apareció. —El cielo dejó de tener estrellas y en su lugar aparecieron varias nubes negras que oscurecieron los bosques y planicies de aquel desconocido país —. Su nombre era Alastor, se llamaba a sí mismo la otra cara de Dios, desconozco los detalles, pero su poder estaba fuera de dudas, si él lo deseaba podía crear mares, invocar relámpagos, controlar criaturas divinas y también jugar con las fuerzas de la naturaleza a voluntad. Su presencia omnipotente le provocó al planeta grandes temores, muchas hadas tratamos de detener su llegada pero no tuvimos éxito, su poder nos superó sin dificultad, aún las hadas más poderosas cayeron como moscas ante su energía. —En medio de la oscuridad una figura ensombrecida apareció caminando en las veredas abandonadas, Gracia trató de enfocar su visión en él, pero no pudo verlo, su cerebro se negaba a procesar dicha información por su propia seguridad.

    —¿Por qué no puedo ver a ese hombre?, ¿acaso pasa algo malo?

    —Sí, en este momento no eres capaz de verlo todavía, tu mente se bloqueó para evitar tu muerte.

    —Qué miedo…—susurró Gracia —. Continua.

    —El planeta tierra tuvo que recurrir a su último recurso, crear un avatar de Gaia, es decir, un ser humano con la capacidad de controlar su poder. En esa época fue una mujer cuyo nombre ya se ha olvidado en los anales de la historia, lo malo de nosotras las hadas es que olvidamos nombres y lugares, al ser inmortales nos es imposible memorizar a todos los humanos que han vivido en la historia. ¿En dónde me quedé?, ah, sí, este avatar logró vencer a Alastor y en vez de sellarlo simplemente lo asesinó, frustrando así sus ambiciones. —Imágenes de la batalla aparecieron rápidamente en la planicie nocturna, Gracia notó como dos figuras volaban por los aires y se intercambiaban técnicas de muy alto nivel, fue un espectáculo atronador, a pesar de ir en cámara rápida la sucesión de escenas fue tardada.

    —¿Cuánto tiempo duró la batalla?

    —No lo recuerdo.

    —Tú no recuerdas nada —comentó bromeando, el hada simplemente soltó una carcajada amistosa, pues en parte no se equivocaba.

    —Ya que has visto esto, volvamos a la época actual. —Y de repente Gracia se vio a sí misma en su habitación, el tiempo seguía siendo el mismo y los relojes continuaron su marcha normalmente. La joven todavía tenía miles de preguntas en su cabeza, pero decidió callarse y seguir escuchando el relato del hada —. El por qué necesito tu ayuda será más fácil de entender ahora, Gaia ha creado un nuevo avatar y probablemente tenga tu edad, necesito que me ayudes a buscar las amenazas que están presentándose en esta ciudad. No es normal que tantas energías negativas se junten en tan poco tiempo.

    —Disculpa, pero no te estoy entendiendo nada, ¿podrías ir más lento?, yo no sé nada de esto sobrenatural ni de magia. —Gracia ya ni siquiera sabía si el hada jugaba con ella o realmente hablaba en serio, para una civil normal toda esa información resultaba difícil de creer.

    —¡Ay!, perdón, me emocioné explicando las cosas, te lo diré de la manera más simple, ¿quieres ser una Maho Shoujo?, como las chicas que has estado admirando recientemente. Yo puedo darte el poder, siempre y cuando luches por una causa justa, ¿no es ese tu deseo? —La pregunta clave por fin apareció, Gracia llevó su mano diestra al mentón para reflexionar un poco la oferta que se le presentó.

    De haber sido más joven habría aceptado rápidamente, ¿no era el sueño de toda chica tener poderes y salvar al mundo?

    Pero la vida real no era tan sencilla, ¿qué haría con sus estudios?, ¿su familia?, el hecho de involucrarse en lo sobrenatural podría ser un error que le costase la vida. Gracia sabía distinguir entre la realidad y la ficción, además, como dijo alguna vez cierto cómic famoso: Un gran poder requiere una gran responsabilidad.

    —¿Por qué yo?, ¿por qué yo soy la elegida? —cuestionó Gracia un tanto desanimada —. No me malinterpretes, estoy feliz de que me hayas escogido, solo necesito una razón.

    —Porque eso es lo que más deseas, Gracia, puedo leer tus sentimientos con facilidad, quieres marcar la diferencia en el mundo. Ansías dejar de ocultarte detrás de los demás y quieres convertirte en una chica de acción, alguien capaz de cargar el peso de las personas y seguir sonriendo. No te habría seleccionado si no lo quisieras, la pureza de tu corazón es algo de lo que carecen los hechiceros, tú me ayudarás a encontrar la razón detrás del avatar y yo seré tu aliada contra el mal. ¿Es un buen trato, verdad?

    —Y-Y-Yo —. Gracia no iba a retroceder, por supuesto estaba asustada y su sentido común le decía lo contrario a sus deseos, pero aquella oportunidad no podía ser desaprovechada, la chica recordó la foto de Magical Luz y de inmediato sonrió. A pesar del miedo y el dolor ella seguía adelante, ¡no era momento de acobardarse! —. ¡Acepto la oferta!, trabajaremos juntas de ahora en adelante, eh… ¿Cómo te llamas?

    —¡Sabía qué aceptarías!, oh, no te preocupes por mi nombre, las hadas no necesitamos uno.

    —Eso no funciona, ¡te pondré uno!, serás Toñita de ahora en adelante, ¿no suena genial? —Gracia tomó a Toñita de las alas y la acomodó en su hombro izquierdo, el hada simplemente sonrió un tanto avergonzada por el nombre raro que le pusieron.

    —No tengo objeciones, Gracia, de ahora en adelante trabajaremos juntas para hacer de este mundo un lugar mejor.

    —¿Y cómo me prestarás tus poderes? —Aquella pregunta era más que obvia, el hada simplemente volvió a volar frente a la chica con tal de mirarla directo a los ojos.

    —De esta forma, ¡vamos a fusionarnos! —Toñita brilló rápidamente con un resplandor plateado, de inmediato Gracia sintió como grandes cantidades de energía atravesaban su cuerpo y le daban una forma diferente. No había forma de describir el cambio, simplemente pasó, carente de lógica o detalles científicos, cuando la jovencita abrió sus ojos y se vio al espejo no reconoció su silueta, traía consigo un vestido plateado, muy parecido a los que usaban las bailarinas de ballet clásico, portaba unas zapatillas rojas que no hacían buen juego con el resto del conjunto y por supuesto, dos alas de hada que salían directo de su espalda.

    —¿Eh?, ¿y mi cabello no cambia de color? —cuestionó Gracia un tanto decepcionada, ya que su cara seguía siendo la misma.

    —Soy un hada, no una estilista, pero tienes razón, para guardar tu identidad secreta haremos esto. —La voz de Toñita solo podía ser escuchada por Gracia, al menos dentro de la fusión —. No me pidas mucho, que la aparición de objetos no es mi especialidad. —El rostro de Gracia fue cubierto con un sencillo antifaz rosado que alcanzaba a disfrazar su verdadera identidad, no era la mejor máscara, pero prefería eso a tener que andar mostrando la cara contra los villanos más peligrosos.

    —¡Oh, no está nada mal!, ¡ya soy una Maho Shoujo! —exclamó Gracia con un rubor en sus mejillas —. Ahora falta la parte más importante, ¿sabes cuál es, Toñita?

    —¿Probar tus poderes?

    —¡Sí!, pero antes de eso necesito pensar un nombre para mi alter ego, la identidad secreta es algo muy importante para los súper héroes o chicas mágicas.

    —Ok, piensa en un nombre rápido para ir a las arboledas, ahí probaremos nuestras habilidades en conjunto.

    —Vamos a ver, ¿qué tal Magical Silver?, ya que nuestro traje es plateado.

    —Nah, demasiado cliché, busca otro.

    —¡Magical Fairy!

    —¿Acaso quieres qué nos demanden por derechos de autor?, busca otro.

    —Ay, buscar un nombre de súper héroe es muy difícil, pero debo pensar para no ser el hazmerreír de las Maho Shoujo, ¡eso es!, ya se me ocurrió un nombre que seguro me hará la más popular de todas las heroínas de este cuento: ¡Fairy Smile!, porque estoy fusionada con un hada y me encanta sonreír, ¿no te parece genial el nombre? —cuestionó Gracia, Toñita lo pensó por un momento y luego de reflexionar las cosas dio su veredicto.

    —No suena mal, usemos ese alter ego por ahora, ¡muy bien, Fairy Smile!, vamos a probar nuestros poderes.

    —¡A la carga!

    Toda la vida de Gracia cambió desde ese momento, ni en sus más locos sueños se habría imaginado los últimos hechos que sucedieron. La jovencita creyó que vería lo sobrenatural desde la distancia, como una experiencia pasajera capaz de contar a sus nietos. Sí, en cierto modo ella siempre fue una espectadora, endeble a tomar partido o hacer un cambio importante en el mundo.

    No era una mala forma de vida, miles de personas vivían sin modificar nada realmente, envueltos en una cortina de satisfacción y seguridad que traía consigo un confort hermoso. Pero Gracia sentía que podía cambiar, ya no deseaba ser un testigo de la realidad, ella buscó el protagonismo desde un inicio y fueron esos deseos los que trajeron consigo este resultado.

    En fin, ¡prepárate, Juan Álvarez!, porque una nueva heroína llegó a la ciudad y su nombre es… ¡Fairy Smile!

    Fin de la historia 29

    ¿Qué les pareció el capítulo?
    ¿Qué opinan de la nueva heroína?

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  3.  
    J.Nathan Spears

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    Dejo comentario rápido antes de irme a trabajar :V

    La pelea entre Rance y Pablito fue emocionante, y me gustó que incluyeras las runas en el repertorio de Rance. Digo yo, meter mitología escandinava y celta es algo genial :B. Pero también me doy cuenta que eres REALMENTE cruel con los personajes... me imagino cómo quedaron ese par de tontos y me dan escalofríos. Uuuuhhh... ni siquiera yo soy tan morbosamente específico al narrar.

    Después tenemos un lindo contraste... ahora la pequeña Gracia es Fairy Smile, una nueva Maho Shoujo. Espero que eso ayude a que Esme recupere su propia sonrisa. Al menos una conversación previa funcionó aunque fuera un poquito n_nU. Y me pregunto cómo se llevará con Mágical Fénix... las dos parecen ser más hot blood que racionales :V. En fin, espero que pronto todo salga bien...

    ¡Y que alguien mate a Gilberto, por el amor de Arceus! D:<
     
  4.  
    Aglicht

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    Ja, ja, ja que Maho Shoujo tan exigente xD
    Me gustó la pelea de Rance y Pablo, creo que fue sensacional, y ahora sí hay un mejor manejo de Arondight, espero que sigan creciendo en sus habilidades. Y es una lástima que Rance no haya nacido en la época en que Gilberto nació, para exterminarlo xD, pero como gran villano "aparente" tiene peso en la historia y sin él, supongo no crecerían los chicos, en fin.

    Y seguimos esperando el regreso de Esme como Maho shoujo. Gracias por la invitación y nos seguimos leyendo.
     
  5.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

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    Como tengo problemas de conexión y no sé cuando se vuelva a ir, dejo el cap recién terminado y sin editar. Disculpen las molestias.



    Historia 30: Regresos y presentaciones

    Gracia se paró en el patio trasero de su casa ya con la transformación activada, la chica suspiró profundamente antes de realizar su siguiente acción: Volar, en un principio ella creyó que el proceso iba a ser complicado, ¿y cómo no iba a serlo?, el volar por los cielos sin ayuda de máquinas siempre fue un sueño que la humanidad compartió a lo largo de los siglos.

    Sin embargo, el secreto que Toñita le reveló fue relativamente decepcionante.

    —Solo debes desearlo, eres una Maho Shoujo y tus poderes vienen de nuestro pacto, yo soy un hada, no me guio de las normas establecidas por los hechiceros humanos. —La voz de su compañera resonó dentro de ella, no obstante, Toñita estaba en lo correcto, las hadas volaban porque así habían sido diseñadas, al igual que los pájaros ella no se preguntaba cosas absurdas como su origen o el porqué de su capacidad.

    Simplemente lo hacía y ya.

    —¿Acaso los hechiceros pueden volar también?

    —Sí, existe una técnica para hacerlo, pero es muy difícil y peligrosa. Las hadas volamos por instinto, no necesitamos ningún hechizo ni nada extra, simplemente basta con imponer nuestra voluntad sobre la naturaleza, así que olvida la lógica, el entendimiento y la razón humana. En este momento eres una conmigo, no nos regimos con las leyes mágicas ni nada por el estilo.

    —Ok, te haré caso a ver qué sucede. —Gracia dejó de lado todos los prejuicios y limitaciones que su madre le dio cuando apenas era una niña, sí, instrucciones básicas como: “No saltar de la ventana”, “no hables con extraños” y demás órdenes cotidianas para mantenerla segura. La lógica también era un estorbo, Gracia debía sacarse de encima todos esos pensamientos tan ordinarios y dejar su mente en blanco, abierta a las posibilidades infinitas de su nuevo pacto —. No hay limitaciones, no hay lógica, solo la existencia… —susurró, poco después se imaginó a sí misma volando por los cielos, moviendo sus alas y recorriendo grandes distancias en pocos minutos.

    La visión de las nubes infinitas y los edificios pequeñitos desde el aire calmaron su mente, ni siquiera en sus sueños más locos creyó ser capaz de ver algo así.

    De repente, las alas de Fairy Smile comenzaron a moverse rápidamente y en menos de un segundo los pies de Gracia se despegaron del suelo. Fue una sensación increíble, Gracia no pudo evitar sonreír abiertamente cuando logró flotar cuatro centímetros del suelo.

    —Ahora imagina que vuelas alto, no te pongas un límite, simplemente visualiza la meta y no toques el porqué. Recuérdalo de nuevo, no eres una hechicera, la lógica y los procesos avanzados no son tu especialidad.

    —¿Acaso debo pensar como una idiota? —preguntó Gracia un tanto confusa, ya que no le explicaban nada complejo.

    —Básicamente, sí, olvida las razones y solo mira lo que tienes al frente. Los humanos son complicados porque tratan de encontrar la razón de todo lo que hacen y por ende, descuidan sus deberes más obvios. Piensa como una idiota, destruye las cadenas mentales que tienes por herencia, Gracia.

    —Pensar como idiota, ¿no podrías decirlo de una forma menos altisonante? —cuestionó Gracia con una gotita invisible detrás de su cabeza.

    —Piensa como una niña.

    —¡Así está mejor!, a ver… —Fairy Smile destruyó todas las ideas racionales de su joven mente, de inmediato sus pies se despegaron más del suelo y en menos de un minuto la chica ya estaba volando veinte metros por el cielo —. ¡Lo hice!, mis alitas se mueven y no tengo problemas para darle dirección, ¿no me verá la gente? —cuestionó Gracia, lo último que necesitaba era ser confundida con un OVNI y tener que recibir visitas de programas paranormales.

    —No, las personas normales no pueden verte, solo aquellos con habilidades mágicas o muy buena percepción lo harán. Despreocúpate, ninguna cámara podrá captarte.

    —Vienes muy preparada, ¿verdad, Toñita? —cuestionó Gracia.

    —Olvídate de eso y vamos a la arboleda abandonada, nadie pasa por ahí.

    —Lo que usted diga, jefa —respondió cómicamente. En fin, Fairy Smile voló hacia la arboleda donde hace unos minutos Rance y Pablo Casanova tuvieron su combate, las secuelas del encuentro aún yacían ahí, pues una zona del lugar estaba destrozada, carente de troncos enteros y con el suelo brutalmente erosionado. Fairy Smile agudizó un poco sus sentidos, ya que todavía sentía energía mágica corriendo por el lugar.

    —Mantente alerta, alguien fuerte estuvo rondando por aquí, no sabemos si es amigo o enemigo. —Toñita asustó a Gracia con su tonalidad seria y carente de empatía, la chica ni siquiera había probado sus poderes y ya se encontraba en un territorio desconocido.

    —Eh, ¿no veníamos a entrenar nada más?

    —Sí, pero no contábamos con la presencia de alguien poderoso, lo siento, pero tendrás que entrenar sobre la marcha.

    —Básicamente me mandas a la guerra sin fúsil. —Fairy Smile voló hacia la rama de un árbol lejano para tener mejor visibilidad, ahí la chica notó varios cortes en los troncos, probablemente hechos por una espada. A lo lejos vio charcos irregulares distribuidos por toda la zona, producto de los hechizos helados que Rance usó durante la contienda —. No parece haber nadie aquí, a lo mejor se fueron ya.

    —Es una posibilidad, regresamos al entrenamiento, baja.

    —Ya voy… —Gracia bajó al suelo nuevamente —. ¿Qué debo hacer ahora?, ¿acaso tengo poderes geniales?

    —Probemos algo simple, esta técnica se llama: “Disparo de hada”, consiste en lanzar energía mágica de tus manos directo a un objetivo. Me ahorraré el procedimiento teórico de cómo lo hago, simplemente grita en voz alta: ¡Disparo de hada! Y la técnica se efectuará solita, solo tienes que darle forma al rayo y poner de tu fuerza vital para lanzarlo.

    —¿Eh?, ¿fuerza vital?, no me digas que si lo uso mucho moriré. —Gracia había visto demasiada televisión que ya sabía los clichés de estos poderes, normalmente las técnicas fuertes o costosas tenían consigo un alto precio que pagar.

    —Ay mi Dios, Gracia, la fuerza vital no tiene nada que ver con tu vida, aunque el nombre diga lo contrario. Esta energía va más relacionada a tus sistemas energéticos y no a las funciones vitales del organismo, si la usas mucho te vas a desmayar o sufrirás una enfermedad normal. Es como hacer ejercicio.

    —Ah, ya entendí… ¡Disparo de hada! —Fairy Smile apuntó con su brazo izquierdo a un tronco rebanado, posteriormente cerró sus ojos e imaginó un rayo purpura saliendo de su palma con la forma de una estrella. Gracia no entró en detalles como Toñita le ordenó, simplemente dejó que su mente fluyera como si estuviese navegando en un río caudaloso. Todo el poder llegó a su mano y en menos de un segundo el ataque ya había destruido el tronco justo como Gracia lo imaginó.

    —Nada mal, lo hiciste a la primera. Pero vamos a hacerlo más difícil, usa tus dos manos y destruye esos troncos muertos de allá.

    —A la orden… ¡Disparo de hada! —Gracia realizó el mismo procedimiento, pero esta vez usó las dos muñecas y sin ningún problema logró disparar un rayo doble que destruyó los objetivos fácilmente —. ¡Lo volví a hacer!

    —Bien hecho, la suerte de las hadas es que no tenemos que moldear la energía, solo usarla. Otros poderes tuyos incluyen la curación, manipulación menor de los animales y la naturaleza en general. También tienes acceso a la espada sagrada de las hadas del norte, pero no te recomiendo usarla.

    —¿Por qué no?, ¡quiero verla! —exclamó Gloria ilusionada, la chica deseaba ser capaz de usar un arma tan elegante y magistral, el solo escuchar la palabra “sagrada” le hizo fantasear con escenarios imposibles. Por ejemplo, ella misma salvando la ciudad junto a sus heroínas favoritas, mientras blandía esa espada misteriosa con todo el honor del mundo.

    —Ok, no digas que no te lo advertí. Solo di, ¡aparece, gran espada sagrada!

    Gracia repitió la frase de Toñita con una sonrisa, de inmediato una imponente espada dorada apareció en sus manos, el arma realmente lucía imponente, su filo dorado y repleto de runas mágicas le daba un aire divino. El mango estaba compuesto por el metal más fino jamás construido dentro de las hadas norteñas, solo verla era un espectáculo majestuoso digno de enmarcar en cualquier libro humano.

    Solamente había un pequeño problema…

    —N-No puedo moverla. —¡Gracia no podía sostenerla!, la chica ni siquiera fue capaz de levantar la espada del suelo, sus pobres manos trataron por todos los medios de mover el arma, pero fue en vano, la majestuosa espada parecía no querer ser usada por voluntad propia —. ¿Son las espadas tan pesadas?

    —La transformación te permite volar y lanzar conjuros, pero no modifico en nada tu fuerza física o resistencia ante los impactos. Es obvio que una chica de preparatoria sea incapaz de mover esa cosa y aún si lograses hacerlo, tendrías que entrenar por años el impecable arte de la espada para siquiera salir viva de una confrontación. Podré darte poderes y algunos secretos, pero tampoco hago milagros, es imposible aprender a usar una espada en poco tiempo, peor cuando no eres capaz de moverla.

    —Entonces si recibo una herida mortal, ¿puedo morir? —Esa pregunta caló hondo en el corazón de Toñita, el hada por un momento trató de ponerse en los zapatos de Gracia, la chica solo se preocupaba por sus tareas y calificaciones hasta hace unas horas. Ahora tenía que lidiar con poderes, hechos sobrenaturales e incluso su propia muerte, ¿cómo podía explicarle sin asustarla?

    —Sí, puedes morir y yo moriré contigo de pasar eso. Cualquiera tiene peligro de morir, Gracia, incluso los ajenos a lo sobrenatural pueden tener accidentes o ser víctimas de algún delincuente. Pero te prometo que no morirás conmigo como tu compañera, puedes confiar en mí.

    —¿No eran las hadas inmortales? —cuestionó Fairy Smile a Toñita, dentro de su cabeza.

    —Lo somos, pero en este momento no somos un hada, sino Fairy Smile, mientras esté fusionada contigo soy mortal y puedo morir como tú.

    —Entonces las dos compartimos el riesgo, ¿verdad?

    —Exacto.

    —Gracias por hacerme sentir mejor, Toñita, en verdad me asusté al ser incapaz de mover esta espada. —El arma desapareció bajo una nube de humo, pues ya no había nada que hacer con ella —. Estoy en el mundo sobrenatural ahora, pero no tengo porque caminar sola, tú estarás conmigo en esta aventura…

    —Sí, las dos lucharemos juntas para cumplir nuestras metas, Gracia.

    A pesar de tener poco tiempo juntas Gracia y Toñita pudieron leer sus corazones mientras estaban fusionadas, las dos poseían un sentido innato de la curiosidad y también un deseo ferviente por hacer las cosas bien. Viéndolas desde cualquier punto de vista neutral eran una combinación perfecta. Por desgracia, su viaje de reconocimiento se vio interrumpido cuando Fairy Smile sintió una presencia abismal, la chica comenzó a temblar y a sudar fríamente.

    —Hey, esto no es bueno, ¡alguien se acerca! —La voz de Toñita le hizo regresar a la realidad, Fairy Smile voló unos centímetros para ver a la persona que se acercaba a ella.

    —¡Quién está ahí! —gritó Gracia un tanto alterada, el simple hecho de tener una confrontación en su primer día le hizo entrar en pánico.

    —Sentí una energía extraña hace poco, ¿eras tú? —El individuo finalmente se mostró…

    —¡Cuidado!, ese hombre es peligroso, ¡Gracia, debemos correr! —alertó el hada, sin embargo, Gracia soltó un suspiro cuando vio la identidad de esa persona.

    —No te preocupes, él no es ninguna amenaza, lo conozco —respondió Gracia.

    —Oye, ¿con quién hablas? —Pablo Casanova volvió al bosque para investigar los ruidos extraños que Gracia hizo al entrenar, el joven no venía con malas intenciones y tampoco cargaba consigo alguna de sus armas —. Eh, ¿eres otra chica Mágica? —preguntó interesado.

    —¿Conoces a este sujeto?, bueno, entonces está bien. —Toñita volvió se relajó al ver la seguridad de su compañera, tras analizar bien al pelirrojo el hada llegó a la conclusión de que no tenían ningún peligro.

    —¡Sí!, soy Fairy Smile, la nueva heroína de esta ciudad. Bueno, heroína en entrenamiento, es mi primer día apenas.

    —Un momento, esa voz… ¡¿Gracia!? —Y sin tardarse mucho, Pablo Casanova descubrió su identidad secreta, tanto que Gracia tuvo una caída estilo anime por haber sido desenmascarada tan pronto.

    —¡Eh!, no puede ser, ¡sabía que debíamos hacer algo con mi voz! —exclamó Gracia muy sonrojada, la chica pasó del miedo a la vergüenza en un santiamén.

    —¿Debíamos?, ¿acaso hay alguien más contigo? —preguntó Pablo.

    —Es difícil de explicar, solo te diré que estoy fusionada con un hada y ella lee mis pensamientos. Como sea, ¡me descubriste!, creí que mi secreto iba a durar más.

    —Te conozco desde hace un tiempo y pasamos mucho tiempo en el club de karate, es obvio que me haya grabado tu voz. No reconocerte habría sido algo idiota, además, esta no es una serie Shoujo donde los protagonistas basan la trama en la identidad secreta de los personajes. —Pablo recitó el ejemplo de una serie famosa que era mejor no mencionar, pues los fanáticos de la misma podrían querer darle un zape al escritor.

    —Tiene sentido —reafirmó Toñita.

    —Ok, ya que perdí el glamour me toca preguntarte a ti, ¿qué hacías en este lugar? —Fairy Smile creyó que ahí no había nadie, sus sentidos desarrollados no percibieron a nadie más hasta toparse con el pelirrojo. Toñita por su parte seguía en guardia por si las moscas.

    —Estaba entrenando, ya que eres una Maho Shoujo no tiene caso que te lo oculte, yo también puedo manejar hechicería, pero no me dedico a salvar gente como tú. Fue una coincidencia que hayamos estado en el mismo sitio abandonado. —Casanova explicó su punto sin mayor sorpresa, el hecho de ver a sus amigos involucrados en asuntos sobrenaturales ya no era nada nuevo para él.

    —¡Impresionante!, una pena que no seas un héroe justiciero como yo, bueno, aún no he atrapado a ningún malo, pero lo haré pronto. ¡Mira mis alitas! —Gracia cómicamente voló alrededor de Pablo, éste solamente asintió feliz por ver a su amiga divirtiéndose.

    —Interesante, es la primera vez que veo a un hada fusionada con un ser humano. En fin, si tú eras la energía que capté no hay más razón para que esté aquí, te veré en la clase de karate.

    —Claro, ¡cuidado en llegar a casa! —Gracia se despidió dulcemente del muchacho y luego retomó su entrenamiento. El resto de la rutina consistió en dispararle a los troncos, volar a distintas velocidades, maniobrar en el aire y muchos consejos de batalla que Toñita le dio a su compañera. Por desgracia, el hada no tenía mucha experiencia de combate y todo lo que sabía se limitaba a conocimiento teórico que aprendió de libros o viendo a otras personas pelear.

    Para esa misma noche Toñita y Gracia deshicieron la fusión, para sorpresa de la chica su cuerpo resintió el cansancio del entrenamiento.

    —¡Que cansancio! —exclamó luego de tirarse sobre la cama.

    —Nada mal para ser tu primer día, ya afinaremos detalles. Por cierto, Gracia, ¿de dónde conoces a ese hombre? —Toñita retomó el tema de Pablo Casanova con un poco de inseguridad, no obstante, nuestra inocente jovencita mal interpretó el cuestionamiento.

    —¡Eh!, ¡él no es mi novio! Tampoco me gusta, digo, está guapo y tiene un corazón gentil, p-pero a una de mis mejores amigas ya le gusta y él parece que ya tiene a una chica. P-Pero, p-pero si se da la oportunidad y Esmeralda no puede o decide enamorarse de otra persona, y-yo con gusto podría, digo, m-me gustaría ser su novia.

    Gracia soltó la sopa, en verdad sabía que a Esmeralda le gustaba Pablo o al menos eso creyó hasta hace poco, su conversación reciente abrió en ella una pequeña luz de esperanza. Por desgracia, Pablo parecía estar enamorado de Esmeralda también y estaba haciendo todo lo posible por conquistarla. Meterse en una futura relación de dos queridos amigos no era algo que agradase a Gracia del todo.

    —¡No me refería a eso, tonta! —Toñita le dio un pequeño zape a Gracia.

    —Auch, ¿entonces a qué? —susurró sonrojada por haber dicho algo indebido.

    —Ya fuera de bromas, ese hombre es realmente peligroso. La familia Casanova es conocida por ser una de las más fuertes del mundo, cuando llegué a la ciudad rápido lo detecté y puedo afirmar que es la persona más poderosa de la ciudad, más que Magical Fénix y Magical Luz. ¿Estás mil por ciento segura qué podemos confiar en él?, si Casanova lo deseara podría matarnos de un solo ataque y sin esforzarse, aún con nuestra fusión.

    —N-No digas cosas tan aterradoras, no sé nada de los Casanova y su familia, pero el Pablo que conozco sería incapaz de hacernos daño. ¡Él es mi amigo! —Gracia nunca fue buena haciendo amigos durante su infancia, ella siempre pasaba el tiempo sola escuchando música o mirando al cielo, imaginaba los paisajes y los retrataba en su libreta. Sí, aquellos bocetos olvidados que mostraban la soledad de una chica tímida.

    Su mente creaba grandes ideas, proyectos dignos de enmarcarse, pero nadie la escuchaba. Quería darse a conocer, cambiar al mundo y hacerlo mejor para todos, por desgracia… Las palabras nunca salían de su boca.

    Ahora las cosas eran diferentes, Gracia tenía amigos en quien confiar y poco a poco fue abriendo su mente hacia las posibilidades. Ya no le asustaba hablar en público, podía hacerles frente a las abusadoras, entre otros logros pequeños que antes jamás hubiesen sido posibles.

    —Ya veo, perdón por dudar de tus amigos, Gracia —concluyó Toñita —. ¡Pero si te gusta no debes rendirte!, en el amor y la guerra todo se vale.

    —E-Eh… ¡No quiero ser una roba novios!

    —Nada de eso, ¿acaso ya se besaron?, ¿ya se tomaron de las manos?, ¿ya se juraron amor eterno?, ¡no!, aún son amigos. —Toñita entró en modo regañona, el hada había visto muchísimos romances humanos en la vida real, gracias a ello su conocimiento del amor era bastante teórico —. Serías roba novios si ligases al chico cuando ya son pareja, ¡pero aún no lo son!

    —Esmeralda es mi amiga, no quiero traicionarla —respondió sonrojada.

    —¡No es traición!, ¡es seguir a tu corazón! —Toñita voló por toda la habitación riéndose a carcajadas por la encrucijada romántica de su nueva amiga, Gracia por su parte se sonrojó todavía más y empezó a lanzarle cojines al hada para silenciarla —. Dejando de lado la advertencia, el chico está guapo, ¡ya conquístalo!

    —¡Noooooooo!

    —¡Sí!, imagina que lo citas debajo de un árbol mientras el sol brilla a todo dar, luego le confiesas tus sentimientos, él acepta y finalmente se dan un beso, ¿romántico, verdad?

    —D-Deja de darme fantasías…

    Fue así como Fairy Smile vivió su primer día con sus nuevos poderes, aún le quedaba mucho por practicar, pero como decían los sabios de la montaña: “La práctica hace al maestro”

    Los siguientes días estuvieron llenos de calma para el grupo, la rutina seguía como de costumbre; iban a clases, luego a karate y después a casa. Ya en su hogar Esmeralda meditaba las palabras de Gracia, sonaban tan convincentes que por un momento deseaba caer en la hipocresía y abrazarlas para arreglar todos sus problemas.

    De hacerlo ya no tendría que soportar más dolor ni tampoco el peso psicológico que Gilberto le puso en su última batalla. Solo debía aceptar el hecho de que ayudaba para agrandarse a sí misma y no por el sentimiento de realmente ayudar a los demás. Una hermosa mentira de auto convencimiento es todo lo que necesitaba para ser feliz.

    Entonces… ¿Por qué no hacerlo?

    ¿Por qué aferrarse tanto a la idea de la honestidad?

    —Creo que saldré a dar un paseo. —No había nadie en casa, el eco de su voz resonó por toda la sala hasta desaparecer en el olvido —. Estoy empezando a hablar sola. —Esmeralda salió rumbo al parque abandonado con la mirada baja, sus emociones eran un caldo de cultivo interesante, por un lado estaba feliz porque ya estaba viviendo la vida escolar que tanto soñó. Sin pelear ni problemas, solo sonrisas, actividades en el club y unos cuantos eventos típicos de una colegiala. No obstante, otra parte de ella deseaba abrazar la hipocresía y mandar a la mierda su realidad con tal de volver a la vida que tanto ansiaba.

    En ese momento, el celular de Esmeralda sonó con su típico sonido estándar.

    —¿Bueno, quién habla? —cuestionó la chica sin mirar el contacto.

    —Soy yo, Pablo, hoy casi no hablamos en la clase de karate y quería ver si estabas bien. ¿Algo te preocupa? —La relación entre los dos se distanció considerablemente, Pablo se acercaba para hablarle y pasar tiempo juntos, pero Esmeralda estaba incómoda. Si bien su sola presencia provocaba rubores con solo verlo a los ojos, el peso de la culpa y su auto desprecio le impedían disfrutar de sus sentimientos al máximo.

    —Sí, algo me preocupa —respondió de forma cortante, Esmeralda quería darse un buen golpe en la cabeza por hablarle así a Pablo, sin embargo, el muchacho no se molestó ni ofendió.

    —¿Qué pasó?, ¿puedo ayudarte en algo? —La voz del pelirrojo sonaba preocupada, en lugar de fastidiarse por el tono de Esmeralda.

    —No te preocupes, es algo que yo deberé arreglar sola eventualmente. Tú sabes, una de esas pruebas de valor personal. —Nuestra adorable heroína no mentía, solamente ella podía resolver aquella encrucijada privada. Los consejos ajenos de nada servirían, pues nadie conocía los detalles de su sentir.

    —Entiendo, yo también he tenido que solucionar cosas solo, supongo que no puedo hacer nada más. Espero que encuentres tu camino, Esmeralda.

    —Gracias, en verdad eres muy amable, Pablo, saber que te preocupas por mí me hace feliz.

    —E-Eh, b-bueno, hablamos más tarde. —Casanova se sonrojó desde el otro lado de la línea, en seguida colgó, dejando a Esmeralda sonriente por su corta conversación.

    Mientras tanto, a las afueras de la ciudad…

    —Imposible, imposible, imposible, ¡no puede ser!, ¡no puede ser!, y-yo no puedo terminar así, ¡no puedo! —Un hombre encapuchado y con el rostro cubierto en vendas se estaba retorciendo por la arboleda abandonada, el sujeto tenía un aire intimidante a su alrededor, ni siquiera los insectos se atrevían a acercarse —. ¿Cómo pude terminar así?, ¡cómo pude terminar así! —Y sin ningún tipo de cordura el vendado golpeó su rostro contra un árbol repleto de espinas. El resultado no se hizo esperar, lo primero en romperse fue su nariz, seguido de sus labios, lengua y frente. Tras azotarse a sí mismo por casi diez minutos las vendas se tornaron rojas por el exceso de sangre que salía de ahí.

    Aun así… No había muestras de dolor.

    El sujeto siguió golpeándose sin piedad, al mismo tiempo sus carcajadas locas se fueron mezclando con el crujir de sus huesos.

    —¿Por qué?, ¿por qué?, ¿por qué? —continuó susurrando —. ¡Mi hechizo fue un fracaso!, ¡la esfera de tiempo era perfecta!, oh, pero falló, entonces no es perfecta, ¡pero sí lo fue!, ¡mi control de tiempo es absoluto!, pero fallé, por lo tanto no lo es. Requiere más práctica, más control, mejor impacto, ¡requiere más!, ¡pero no lo requiere!, ¡soy la perfección en persona!, ¡ah! —El monologo incomprensible siguió su curso por casi dos horas, durante ese lapso sus músculos sufrieron desgarros al doblarse de forma inhumana que era mejor no describir.

    Sí…

    La identidad de ese hombre era nada más ni nada menos que Vortex, hechicero del tiempo. El fracaso de su experimento fue un golpe duro del que jamás se recuperó y probablemente nunca lo hará, pues dedicó todos los años de su carrera como hechicero a dicha investigación. Cuando Esmeralda y Wendy frustraron sus planes ya no quedó nada para él, solamente una vida vacía sin rumbo alguno que fue lentamente consumida por una locura insana.

    —Magical Luz es la culpable, ella rompió mi esfera de tiempo… ¡Merece morir!, morir, morir, morir, ella debe estar muerta. No hay otro camino, no hay otras opciones, su muerte es necesaria, morir, morir, morir, morir, ¡morir!, ¡morir! —Pero un pensamiento cuerdo quedaba en lo más profundo de su subconsciente: Venganza, su odio hacia Esmeralda solamente aumentaba día tras día, cada noche soñaba con su cadáver destrozado en pedazos mientras él lo devoraba gustosamente, desde la cabeza a los pies. Una fantasía enferma que estaba dispuesto a cumplir.

    Fin de la historia 30

    Espero les guste c:
    ¿Qué partes les gustaron más?

    ¿Fairy Smile, Magical Fénix o Magical Luz?

    ¿Os gusta Toñita?
     
  6.  
    J.Nathan Spears

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    Buen episodio, mi pana :D. Esta Toñita realmente es un hada loquilla, y Gracia realmente tiene un revoltijo de emociones ahora. En cuanto controle sus poderes podrá ser una gran heroína n__n. Esme sigue con dudas, Pablito sigue preocupado por ella... lo normal :V. No ha cambiado mucho en estos días... pero vaya que es perceptivo como para detectar que Gloria es Fairy Smile :3. En fin, supongo que eso ya los hace casi iguales en el grupo de seres con poderes místicos n_n

    Vortex reapareció y se volvió lunático... ¡Oh, mierda! ¡Las cosas se pondrán feas! Me tinca que él de alguna forma reconocerá a Magical Luz en Esme sin necesidad que ésta se transforme. Definitivamente las cosas se pondrán color de hormiga n_nU

    ¿Que si me gusta Toñita? Pos sí, me cae bien...
    ¿Elegir entre las tres Maho Shoujos? Me quedo con Magical Fénix... no sé n_nU
     
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  7.  
    Aglicht

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    Hola, por fin he leído el chap, me gusta, parece que Gracia ha tenido su primer día y ha sido ligero, excelente para empezar. Aunque su identidad secreta no duró nada ja, ja, ja.
    Vortex volvió, no me lo esperaba, quisiera saber quién fue el extraño personaje que lo hirió antes de concretar su plan, porque si no mal recuerdo no fueron Wendy ni Esmeralda. Lástima que su sentido de la perfección lo está volviendo loco xD

    ¿Que chica mágica me gusta? Ya te dije, Magical Fénix <3 y a ver cuándo la haces aparecer, y de paso a Magical Luz también. Hasta el próximo episodio ;)
     
  8.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

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    Traigo nuevo capítulo, seguro les gusta a todos c:



    Historia 31: Valor y fortaleza


    Esmeralda llegó al parque abandonado tras una pequeña caminata por el vecindario, segundos más tarde su semblante se mantuvo centrado en los columpios oxidados que apenas podían moverse debido al óxido que traían sus cadenas. De todos los sitios posibles ella eligió uno de los más deprimentes, no se escuchaba ningún canto de las aves o risas infantiles por los alrededores, ni siquiera los automóviles pasaban por ahí, era como si estuviese en una dimensión diferente.


    —¿Por qué no han remodelado este lugar? —Había pasado tantas veces por ahí y siempre se hacía la misma pregunta, ¿por qué la ciudad seguía sin alterar el parque?, pudieron haber hecho tantas cosas bonitas como un centro comercial, o algún restaurante familiar que albergara momentos felices entre las familias. Pero no, el terreno parecía maldito de alguna forma, los inversionistas temían a la reputación del parque, durante su infancia los rumores de apariciones siniestras alejaron incluso a los delincuentes que solían operar por aquella zona.


    En realidad, los rumores no eran más que una excusa barata para ocultar el miedo sobrenatural que esas tierras provocaban. Esmeralda no era estúpida, ella sabía muy bien el porqué de este sentimiento tan aterrador: Instinto de supervivencia…


    Los seres humanos descendían del género homo y como buenos primates todavía conservaban algunos instintos básicos para sobrevivir. Conocimientos que pasaron de generación en generación a lo largo de milenios y que todavía continuaban usándose. Hasta la persona más ignorante podía comprender lo peligroso que era realmente el parque abandonado, esto se debía a la desmesurada cantidad de energía oscura que ahí se acumuló durante muchos siglos y para tratar de explicar algo que desconocían sus débiles mentes inventaron todo tipo de rumores, como apariciones fantasmales, cuentos de asesinos y más recientemente, creppypastas por Internet.


    —Siempre termino llegando a este sitio, parece que algo me ata. —Esmeralda habló consigo misma, no era nada nuevo para ella visitar el terreno más macabro de la ciudad. Además, desde su pelea contra Gilberto Casanova sus visitas espontaneas incrementaron más de la cuenta —. Debo decidirme pronto.


    —¡Hey, Esmeralda! —Una voz fuera de lugar llamó a nuestra protagonista desde el otro lado de la calle —. Por fin te alcancé. —Gracia sonrió dulcemente por haber llegado junto a Esmeralda, la jovencita cargaba un cuaderno de dibujo en sus manos y también traía consigo una mochila rosada.


    —¿Gracia, qué haces aquí?


    —Estaba dibujando unos paisajes para enmarcarlos después, ¡Juan Álvarez parece una ciudad de artistas!, cada callejón y espacio tiene una historia oculta que vale la pena contar. Con mis trazos quiero ser capaz de apreciar todavía más mi bella ciudad, ¿no crees lo mismo? —Los ojitos de Gracia brillaron como dos estrellas fugaces, tanto que Esmeralda no fue capaz de llevarle la contraria.


    —Tienes razón, me gusta vivir en Juan Álvarez, no es una ciudad perfecta pero no me imagino viviendo en otro lado. Ni siquiera Paris o Nueva York podrían igualar la calidez que me ofrece este bello pueblo.


    —¿Un oasis de la globalización?


    —Algo así, la verdad nunca había pensado en ello —comentó Esmeralda.


    —Yo sí, el mundo actual está conectado por redes y noticias que resulta imposible apreciar del todo nuestro entorno. Pero Juan Álvarez es diferente, a pesar de modernizarse como las demás ciudades sigue manteniendo su esencia humana. Al menos quiero creer que las cosas funcionan de esa manera. —Nuevamente Gracia volvió a mencionar el auto convencimiento, al parecer a ella poco o nada le importaban los ideales y el honor. Simplemente vivía para ser feliz, sin tener que cuestionarse cosas más allá de su entendimiento.


    —¿Siempre piensas todo en beneficio tuyo, Gracia? —La pregunta de Esmeralda no llevaba malicia alguna, de ser otra persona la cuestionada se habría ofendido por las palabras que nuestra dulce heroína dijo. Por fortuna, Gracia la conocía muy bien y de inmediato supo que su curiosidad era genuina.


    —Claro que sí, ¿no es normal para los humanos buscar la felicidad?, si una X situación me hace feliz no le doy más vuelta al asunto. —Otro punto simplista que Esmeralda se negaba a entender, la respuesta ya estaba frente a ella y podía tomarla cuando quisiera. Pero no lo hacía, su mente continuaba ahogada en dudas y remordimientos


    ¿En verdad estaba bien ayudar para satisfacerse a sí misma?


    Por desgracia, todos sus pensamientos fueron interrumpidos de raíz cuando un automóvil estacionado salió volando en dirección a las chicas. Esmeralda reaccionó justo a tiempo, tomó a Gracia de los hombros y de un solo jalón la tiró al piso salvando su vida de una muerte inesperada.


    —¡Cuidado! —exclamó nuestra heroína, al levantarse pudo ver al responsable del ataque. Inicialmente no pudo reconocer al hombre encapuchado y demacrado que caminaba a paso lento hacia ellas, sin embargo, al acercarse bien recordó de inmediato a esa persona tan aterradora —. Es imposible —susurró para sí misma.


    —Eh, ¿qué está pasando? —Gracia había combatido con villanos de poca monta en su experiencia como chica mágica, pero ninguno de ellos se comparaba al hombre maniaco que acortaba la distancia entre los dos. Su estómago se revolvió, la chica instintivamente empezó a temblar del miedo por la brutal aura asesina que emanaba ese sujeto.


    —Estamos en peligro, ¡debemos correr! —Esmeralda tomó a Gracia de la mano y rápidamente emprendió la huida en dirección a su casa.


    —Inútil. —Pero otro automóvil estacionado a lo lejos les impidió el paso, aquella demostración del hechizo de levitación fue sublime, a pesar de ser una técnica básica el hechicero psicópata la manejaba muy bien —. ¿Creíste qué podías escapar?, no, no lo creíste, lo pensaste, pero ya no pensarás nunca más, porque hoy vas a morir. Sí, hoy morirás asesinada, como una rata inmunda que no puede escapar de una trampa, una trampa, sí, una trampa, ¡una trampa! —El parloteo demencial fue haciéndose cada vez más ruidoso, Toñita no tenía palabras para describir lo aterrador que se veía en aquel momento.


    —¡Gracia, debemos huir!, no somos rivales para ese hombre. —El hada lanzó una advertencia global que solo Gracia pudo escuchar, pero el miedo de la chica le impidió moverse.


    —Maldición, ¡Gracia, vámonos! —Esmeralda no quería transformarse ni luchar, el simple hecho de volver a toparse con lo sobrenatural la llenó de pánico. Nuevamente los recuerdos de su combate con Gilberto aparecieron, ¿y si ahora Gracia sufría por culpa suya?, ese pensamiento alteró por completo el juicio de la chica, cuyo rostro apenas podía distinguirse.


    Escapar era lo más sensato, Vortex aún en la locura podía ser un rival de mucha envergadura para las chicas mágicas. Hace tiempo fueron capaces de vencerlo gracias a su lesión y a una emboscada que él mismo no esperaba, pero ahora las cosas cambiaron, Vortex iba con el objetivo fijo de matarlas ahí mismo. Sin planes secundarios o hechizos que lo limitasen.


    Sí, definitivamente nadie las vería mal si tomasen la huida como opción. Aun así…


    —No voy a escapar, Esmeralda, crearé una distracción para que puedas ponerte a salvo. —Gracia se prometió a sí misma no huir ni usar el camino fácil, desde el momento en que aceptó ser compañera de Toñita sabía que tarde o temprano se vería atrapada en esta situación. No fue una sorpresa como tal.


    —¿De qué hablas?, ¡esto no es un juego! —La regañó Esmeralda, pero Gracia sonrió llena de confianza.


    —No estoy jugando, Esmeralda… ¡Toñita, es hora de fusionarnos! —Gracia se transformó en Fairy Smile sin importar revelar su identidad secreta, la secuencia de cambio apenas pudo notarse y de no ser por los brillos que salieron de su vestido la transformación habría sido inmediata —. ¡Yo soy Fairy Smile!, el hada mágica que protege a los ciudadanos de esta ciudad, ¡no retrocederé ante el peligro!, aunque tenga miedo y ganas de huir jamás voy a darme por vencida.


    Esmeralda quedó estupefacta por lo ocurrido, ella nunca imaginó a la pequeña Gracia como una gran heroína. Sí, sus poderes no eran ni la sombra de los suyos, en una pelea probablemente no duraría ni un minuto contra Vortex, pero… Ella seguía ahí, parada con la mirada en alto y el semblante orgulloso.


    —I-Increíble…


    —¡Corre!, ¡disparo de hada! —Fairy Smile voló dos metros sobre el suelo y de inmediato disparó sus proyectiles mágicos contra Vortex, éste no se inmutó ante el ataque y simplemente formó una barrera mágica que bloqueó los impactos.


    —¿Es en serio?, genial, otra chica mágica, pero, pero, pero, ¡pero!, mi único objetivo es Magical Luz, ¡tú eres un estorbo!, ¡muere! —De sus manos salió un poderoso rayo en dirección a Gracia, la chica tuvo que maniobrar hacia la derecha para evadir una muerte segura.


    —Aprovecharé. —Esmeralda se escondió detrás del auto volcado que cayó por el hechizo de levitación, Gracia por su parte se movía de un lado a otro mientras evadía los pedazos de concreto que Vortex le lanzaba mientras se carcajeaba profundamente.


    —No me divierto contigo, vamos, ¡dame dolor!, ¡lastímame más!, luchemos a muerte, muerte, muerte, ¡muerte!


    —Gracia, eres increíble. —Esmeralda vio a su querida amiga morirse del pánico, carecía de técnica, experiencia, entrenamiento y poderes para hacerle frente a semejante monstruo. Pero ahí estaba ella, dispuesta a morir por el bien de su amiga.


    ¿Quién necesitaba ideales?


    ¿Para qué decidió luchar en un principio?


    —¡Muere! —Fairy Smile volvió a evadir otro golpe mortal, no tenía tiempo de contraatacar, sus movimientos eran lentos y predecibles, bastaron solo diez segundos de batalla para que Vortex pudiese adivinarlo todo. A la pelea le quedaban cuando mucho dos minutos, quizá menos.


    —Oh, no… ¡Toñita, que hago! —exclamó en voz alta, Gracia vio venir un pedazo de concreto gigante hacia ella e instintivamente cerró sus ojos esperando lo peor.


    —¡Nada de eso! —Por fortuna, el concreto ardió en llamas mientras dos bolas de fuego intentaron acorralar a Vortex —. Bien hecho, novata, los refuerzos ya llegaron. —Magical Fénix apareció justo a tiempo con su postura de batalla, a pesar de contar con el elemento sorpresa sus bolas de fuego terminaron por apagarse al chocar con la barrera mágica que Vortex seguía manteniendo.


    —Magical Fénix, ¡tú también morirás!, pero, pero, ¡pero!, Magical Luz, ¿dónde está?, ¡en dónde está, Magical Luz! —Vortex vertió su ira en la falsa pelirroja, incluso en un estado tan berserker todavía podía reconocer a Wendy como una terrible amenaza.


    —No es necesario que aparezca Magical Luz para vencerte, ¡tus oponentes somos nosotras! —Magical Fénix cargó de frente contra Vortex, la chica lanzó una serie de patadas rápidas hacia su rostro, todas iban de lado o con giros rápidos. Gracia en cambio voló por los cielos y disparó sus proyectiles de cristal para brindar apoyo a los movimientos de Magical Fénix, disminuyendo así el rango de acciones que podía realizar Vortex.


    —Tontas, tontas, tontas, ¡tontas! —El hechicero malvado rápidamente evadió las primeras cuatro patadas que Wendy le lanzó, pero fue incapaz de bloquear dos puñetazos que rompieron su nariz —. Oh, el dolor, ¡que agradable!, ¡que placentero!, oh, sí… —En menos de un parpadeo el maniaco se teletransportó diez metros hacia atrás y nuevamente lanzó los enormes trozos de concreto que salieron volando por el impacto del coche anterior.


    —¿Hechicería de tiempo?, ¿aún puedes hacerla en un estado tan deteriorado? —Wendy tuvo que replantear su estrategia, atacar a máximo poder no les garantizaría la victoria si Vortex todavía tenía acceso a sus mejores movimientos.


    —Claro que puedo, yo soy el tiempo, el tiempo soy yo, tan real es mi afirmación como la futura muerte de Magical Luz, la mataré, la mataré, ¡la mataré! —Y nuevamente el hechicero desapareció y reapareció frente a Gracia —. ¡Muere!


    —¡Escudo de hadas! —Antes de que su pecho fuese atravesado por la mano del maniaco un potente escudo de cristal protegió a Gracia de la muerte.


    —Fairy Smile, retrocede, quédate en la retaguardia y no dejes espacios para que aparezca cerca de ti. ¡Vamos a luchar a distancia!


    El plan fue reformulado, las dos chicas mágicas retrocedieron para no verse atrapadas en las desapariciones del enemigo. Fairy Smile estaba algo perdida, no sabía que hacer así que limitó sus movimientos a lo que Wendy le dijera. Magical Fénix por otro lado no veía a su compañera como una carga, más bien, le ayudaba el hecho de que atacara a distancia mientras ella realizaba sus cargas suicidas.


    —¡Bola de fuego!


    —¡Disparo de hada!


    Las dos técnicas chocaron con la muralla mágica y desaparecieron al unísono, Fairy Smile se desanimó al verlo, pero Wendy aprovechó la pequeña abertura que Vortex dejaba en su defensa para cargar rápidamente con un puñetazo hacia el esternón del monstruo.


    —¿Eh? —Vortex cubrió su abdomen con ambas manos y de inmediato contraatacó con un mordisco directo a la oreja izquierda.


    —Mierda. —Por suerte, Wendy evadió el contraataque rodando por el piso y reincorporándose en menos de un segundo.


    —Morirán, morirán, morirán…—La mente de Vortex cada vez se deterioraba más, sus ojos parecían perdidos y ya ni siquiera las miraban como tal. ¿Cómo pudo volverse tan loco en poco tiempo?, incluso los hechiceros más descabellados tardaban toda una vida de tragedias para perder la razón de ese modo.


    Wendy respiró profundamente mientras analizaba su situación, la distancia entre los dos era de ocho metros, incluso Vortex necesitaría de dos segundos para recorrer esa distancia. Había gato encerrado detrás de aquel comportamiento tan inhumano, más porque Vortex solía ser una persona orgullosa y muy pedante de sus habilidades. El rebajarse a un adefesio de animal era algo que no se veía muy coherente a primera vista.


    Gracia en cambio no sabía qué hacer, la chica continuaba volando y obedeciendo los comandos que Wendy o Toñita le daban, ella carecía de instinto de combate o alguna técnica especial para momentos difíciles. Pero trataba de compensarlo con su entusiasmo y adaptación.


    —¿Qué hago ahora, Magical Fénix? —Fairy Smile habló un tanto aturdida por los pequeños temblores que sufría debido al pánico.


    —Mantén tu distancia, vamos a atacar otra vez.


    —Es inútil, ustedes dos nunca me ganarán. —Por un instante la mente de Vortex volvió a la normalidad, sus orbes desalineados volvieron a tener forma humana y el tono de su voz también se hizo más audible —. Yo he venido aquí por Magical Luz, ¡váyanse a la mierda!, ¡ah! —Pero su momento de lucidez acabó muy rápido, el hechicero se retorció como si estuviese sufriendo una convulsión.


    —¡Es el momento! —Gracia lanzó un rayo plateado contra su oponente agonizante, Wendy abrió sus ojos en par y rápidamente negó con la cabeza.


    —¡No te precipites!


    Fue demasiado tarde, el ataque de Gracia golpeó a Vortex y lo mandó a volar dos metros hacia atrás. La jovencita celebró abiertamente el impacto directo, no obstante, Wendy le lanzó una mirada reprobatoria por su acción. Justo cuando Fairy Smile iba a preguntar el porqué de su regaño vio levantarse al hechicero con algo diferente sobre su cuerpo.


    —No puede ser… —El ataque de Gracia enfureció más a Vortex, tanto que ambos brazos se transformaron en cuchillas gigantescas con forma de gancho. Su abdomen también sufrió una mutación asquerosa para la vista, pues varios tentáculos pequeños se movían como fideos colgando de un tenedor e igualmente expulsaban un líquido amarillezco que no daba buena pinta.


    —¡No hagas acciones imprudentes!, estamos enfrentando a un enemigo desconocido para nosotras. —La inexperiencia de Gracia salió a flote, incluso el hada Toñita era una novata en el arte del combate, por ende, era comprensible que cometiesen errores como esos.


    —Lo siento…


    —¡Acá voy! —Vortex volvió a usar indiscriminadamente su control del tiempo, el sujeto apareció detrás de Gracia y sin piedad le propició un corte frontal a toda su espalda. Por suerte, los cristales mágicos salieron justo a tiempo para protegerla de un daño más severo —. ¡Morirás, morirás, morirás! —Pero el embate no se detuvo ahí, Vortex continuó centrando sus ataques en Fairy Smile y ella a duras penas podía bloquearlos con su pequeña muralla cristalizada.


    —Gracia, ¡mantente firme! —Toñita intentó motivar a Gracia para seguir peleando, pero ella comenzaba a cansarse de ser la víctima constante. Magical Fénix cargó directamente contra el hechicero malvado y luego concentró una gran cantidad de fuego carmesí sobre sus puños.


    —Tonta. —Desgraciadamente su enemigo fue más rápido, antes de que Wendy pudiese hacer contacto con él volvió a desaparecer llevándose a Fairy Smile consigo —. ¡Mataré primero a esta novata! —Los dos aparecieron a diez metros de Wendy con la misma sintonía: Vortex atacando y Gracia bloqueando, ahogada en desesperación.


    —Maldito, ¡metete con alguien de tu tamaño! —Magical Fénix volvió a lanzarse de lleno a la guerra, pero Vortex agarró a Gracia de los hombros y nuevamente la teletransportó consigo.


    —Esto no pinta nada bien. —Esmeralda continuaba escondida y analizaba la situación desde la seguridad de su cobertura. El rostro de su amiga no lucía nada bien, su mirada se desviaba hacia otro lado y jadeaba constantemente con tal de crear barreras de cristal capaces de soportar los golpes del enemigo. Pero ella no estaba bien entrenada, lo único que la mantenía consciente era su adrenalina y espíritu de supervivencia.


    —¡Déjala en paz!, yo soy tu oponente. —Magical Fénix no era lo suficientemente rápida para detener los embates de Vortex, cuando ella apenas flexionaba sus piernas para cargar, el hechicero yacía en otro lado con Gracia a su merced.


    —N-No… —Uno de los escudos de Fairy Smile se rompió y Vortex aprovechó ese momento para provocarle un corte profundo en el estómago —. ¡M-Me duele!, Toñita, e-estoy sangrando…—Era la primera vez que la herían de esa manera, Gracia vio como la sangre se escurría por su vestido y al mismo tiempo sintió un terrible dolor que le dificultaba la respiración.


    —¡Tienes que resistir! —exclamó Toñita desde su mente.


    La situación empeoraba cada vez más, Esmeralda temió por la vida de su nueva amiga y también se maldijo a sí misma por no tener el valor de enfrentar a Vortex.


    “¿Podré hacerlo bien?”


    “¿Qué tal si me da un ataque de pánico y me desmayo?”


    Todos esos pensamientos inútiles recorrieron su mente, nuestra adorable heroína estuvo a punto de salir corriendo en busca de ayuda, pero entonces, un recuerdo olvidado golpeó su mente. No era nada relacionado al incidente de Gilberto o su madre, nada de eso… Aquella memoria distante no era la gran cosa como tal y probablemente no la recordaría nunca más, pero…


    En ese momento era todo lo que necesitaba para salir adelante.


    Esmeralda tenía trece años de edad y las consecuencias de haber perdido a su madre todavía seguían presentes. La chica iba calladita a la escuela, casi no hablaba con sus compañeros y en las tardes entrenaba sus habilidades mágicas con la madre Joaquina o combatía villanos como Magical Luz.


    No obstante, ese día no entrenó ni peleó con nadie, la jovencita simplemente caminó por el parque abandonado y miró al cielo suspirante de respuestas.


    ¿Por qué estoy acá?


    ¿Hacia dónde irá mi vida?


    Fue entonces cuando un extraño sujeto le habló sin interés alguno, Esmeralda lo vio de reojo para ver si era alguien sospechoso, pero el desconocido no emanaba ninguna hostilidad hacia ella. Aquel hombre vestía una túnica negra con cruces plateadas por todo el cuerpo, su cabello era castaño y su cara yacía cubierta con una máscara negra.


    —Hey, Magical Luz.


    —¿Quién eres?, ¿por qué sabes mi identidad? —cuestionó Esmeralda sin alterarse, el hecho de que descubrieran su verdadero rostro no le molestó en lo absoluto, quizá porque la apariencia del extraño también era misteriosa y escondía mucho más secretos que ella.


    —Escuché que ahora tomaste el rol de Victoria como la defensora de esta ciudad, ¿estás satisfecha? —La pregunta del enmascarado fue directa, por un instante nuestra heroína quiso responder lo políticamente correcto y mentir, pero también deseaba desahogarse y hablar con alguien respecto a su nueva tarea.


    —No lo estoy, ¿cómo puedo estarlo?, mi madre murió hace un año y ahora todos esperan que sea la gran defensora. Es difícil, ¿qué tal si no cumplo las expectativas?, seguro todos se decepcionarán de mí, de hecho, ni siquiera sé si deseo convertirme en una Maho Shoujo.


    —¿No sabes si deseas convertirte en una Maho Shoujo?, creo que es un poco tarde para preguntar eso ahora, ya lo eres. —La voz del sujeto no dejó de ser calmada y serena, a pesar de estarla regañando sus intenciones carecían de malicia o burla.


    —Todo pasó tan rápido que no tuve tiempo de elegir, pero siendo sincera, el ayudar a las personas me hace feliz. Las veo sonreír y me agradecen mis servicios, supongo que es gratificante, me hace sentir útil, que tengo un lugar en el mundo aún si solo relleno el espacio que mamá dejó.


    —¿Ayudar a la gente te hace feliz? —preguntó su acompañante.


    —Sí, me encanta verlos sonreír, pero sigo dudando de mis capacidades y mi actitud. Siento que no soy lo bastante heroica para el trabajo. —Esmeralda bajó su semblante y tuvo que aguantarse las ganas de llorar, para ella la vara que dejó su madre parecía inalcanzable. El simple hecho de ser comparada con Magical Victory le causaba estrés y otros malestares mentales.


    —Entonces te daré un consejo, ayuda a la gente, conviértete en una chica mágica fuerte y capaz de luchar por el bien. No tienes por qué ser una segunda Magical Victory, nadie tiene derecho a reclamarte nada y aún si lo hacen debes ignorarlos. Es tu vida la que pones en riesgo, son tus habilidades las que darán cara a tu reputación, el resto viene sobrando. —Y con esa última frase el misterioso sujeto continuó su camino hacia el otro lado de la ciudad, Esmeralda quería detenerlo y agradecerle por sus palabras.


    Pero no lo hizo, simplemente vio su enorme espalda alejándose hacia el horizonte, mientras la puesta de sol iluminaba la imponente silueta que cargaba. Nunca supo quién era o cómo se llamaba, pero aquel encuentro le hizo reflexionar más su situación actual.


    —Creo que lo entiendo ahora. —Esmeralda volvió a la realidad, sus ojos se enfocaron en la pelea y por primera vez decidió dar un paso hacia adelante, saliendo así de su escondite —. ¡Hey, Vortex!, ¿tanto quieres pelear con Magical Luz?, ¡pues ven!


    El hechicero dejó de torturar a Gracia y retomó toda su atención hacia Esmeralda, la expresión en su rostro mostró una locura desenfrenada, carente de humanidad o cualquier otro sentimiento empático. Vortex reconoció rápidamente a la chica y de inmediato soltó una carcajada demencial.


    —¡Sí!, sí, sí, sí, ¡por fin!, vienes para morir, Magical Luz.


    —¡Esmeralda, corre!, yo estaré bien. —Gracia retrocedió diez metros en el aire y se mantuvo lejos de las garras enemigas, el hecho de ver a su amiga en peligro le devolvió las energías para continuar peleando. Claro, ella no sabía el verdadero secreto de Esmeralda.


    —Ya era hora…—susurró Wendy.


    —No voy a huir más de mi destino, es cierto, hacía todo para auto complacerme a mí misma. ¡Y lo acepto!, soy una mala persona que necesita llenarse el ego para sentirse bien, ¡soy una desgraciada!, ¡una mierda!, ¡una pendeja!, lo reconozco, pero… ¡Seré una escoria si no hago lo que deseo por simple culpa! —Esmeralda activó su transformación luego de varios meses, curiosamente el traje cambió, ya no era blanco sino dorado, su vestido de una sola pieza se hizo ligeramente más corto y con bordados rojos en las mangas y las orillas inferiores. Pero lo que llamó la atención de Gracia fue el cambio que tuvo su cabello, de negro pasó a ser rubio.


    —¡Por fin apareces, Magical Luz! —gritó Vortex.


    —Sí, ¡es hora de darte tu merecido! —El hechicero usó su dominio del tiempo para recortar distancias y quedar solo a medio metro de la chica, por suerte, Esmeralda bloqueó su corte con una muralla de madera que salió del suelo. La chica no estaba para nada oxidada, sus habilidades seguían siendo las mismas de siempre —. ¡Golpe de Gaia! —exclamó, al hacerlo una rama gigantescas golpeó a Vortex con tanta fuerza que salió volando siete metros hacia atrás.


    —Increíble, ¡Esmeralda era Magical Luz todo este tiempo! —Fairy Smile puso ojos de fangirl, ¿y cómo no iba a ponerlos?, ¡la heroína que tanto admiraba resultó ser su mejor amiga!


    —Luego fantaseas, tenemos una batalla que ganar. —Wendy atacó a Vortex también con un puño llameante, no obstante, el antagonista evadió su movimiento con la teletransportación —. Me alegra verte de vuelta, Magical Luz. —Wendy caminó a lado de su amiga y sonrió galantemente, el dúo dinámico por fin estaba de regreso, bueno, trío de ahora en adelante.


    —Ya sé, lamento la tardanza. Gracia, también debo agradecerte, de no ser por ti jamás me habría dado cuenta de las cosas.


    —¡No soy Gracia!, soy la gran Maho Shoujo, ¡Fairy Smile!


    —Ya tendremos tiempo para hablar, tenemos que concentrarnos en la pelea. —El comentario de Magical Fénix no podía ser más acertado, la batalla estaba muy lejos de acabar.


    Vortex reapareció a diez metros de distancia, su sonrisa forzada y mirada destruida solo incrementaban más su fealdad. A pesar de tener una desventaja numérica el tipo simplemente comenzó a reírse, como si estuviese burlándose de su propia fortuna. No, aquella risa era más terrorífica que las anteriores, al punto de casi perder ambos globos oculares por unos feos gusanos que empezaron a salir de todo su cuerpo.


    —Interesante, interesante, ¡muy interesante!, Magical Luz por fin está aquí, ¡ustedes no son necesarias! —gritó, no obstante, Wendy no se dejó intimidar por tan pesadas palabras.


    —Somos un equipo, ¡tú nunca nos vencerás! —exclamó la pelirroja.


    —Oh, ¿y quién dice qué pelearé yo? —De nuevo la cordura volvió a Vortex durante un breve periodo de tiempo, de hecho, cuando volvía a su vieja forma de ser parecía una persona totalmente distinta —. Solamente quiero pelear contra Magical Luz, ustedes dos son innecesarias.


    Una figura negra fue materializándose poco a poco a lado del hechicero malvado, Esmeralda sintió un terrible hedor que alteró por completo sus sentidos. Apestaba muchísimo, el simple hecho de oler aquel aroma podía afectar severamente la salud de alguien no entrenado para las bombas de olor. Segundos más tarde la silueta por fin tomó forma humana, las tres chicas vieron con terror el bizarro espectáculo que se presentaba frente a ellas. Miles de gusanos se juntaron hasta formar tejidos, estos a su vez fueron construyendo músculos, órganos y sangre.


    —No puede ser… —susurró Wendy, sus orbes se abrieron como platos ante aquella demostración de horror.


    —Esa figura es, ¿Pablo?, ¿Gilberto? —La materialización por fin terminó, el sujeto que apareció tenía el cabello rojo, piel pálida y ojos verdes, justo como Pablo Casanova. Pero había algo distinto en él, su musculatura era superior a la del muchacho, pero inferior a la de Gilberto, entonces… ¡No era ninguno de los dos!


    —Esta persona es el hermano de Gilberto Casanova, debido a mi fracaso como hechicero del tiempo decidí probar una rama parecida, ¡necromancia!, la teoría de este arte es casi igual a la que usé para crear mi esfera de tiempo. Pero me da resultados mucho más inmediatos, ¡observen! —Vortex tronó sus dedos, al hacerlo el zombi fue equipado con su atuendo de batalla clásico, es decir, una chaqueta negra de cuero con la insignia de la familia Casanova en la espalda, pantalón de mezclilla azul, deportivas blancas y una espada romana en su mano derecha.


    —Esa ropa se parece a la que usa Pablo —comentó Fairy Smile.


    —Es obvio, ¡este imbécil revivió a su padre! —Wendy se molestó mucho, por alguna razón odiaba cuando la gente jugaba con las almas de los inocentes.


    —Vortex, ¡te convertiste en un nigromante!, no lo puedo creer, eso explica porque te has vuelto loco. La necromancia es un arte prohibido por el gremio central y el Vaticano, todo aquel que la practique perderá la cordura y no será diferente a un animal. —Esmeralda estaba en lo cierto, desde la edad antigua los nigromantes fueron estrictamente censurados por las órdenes mágicas de aquel tiempo.


    El hecho era simple: Gran poder, un nigromante de altísimo nivel podía fácilmente levantar hordas de esqueletos normales y usarlos para crear ejércitos inmortales o al menos, carentes de emociones. Los vampiros y licántropos también practicaban estas artes con mucha más eficiencia que los humanos, ya que sus almas de por sí eran negras y no sufrían desgastes como los hechiceros comunes.


    Sin embargo, revivir a una persona con sus conocimientos, experiencia y poder era un asunto diferente a simplemente mover sus huesos. Vortex fue mucho más allá que un nigromante básico, en vez de centrarse en la cantidad de sirvientes prefirió reproducir al máximo las habilidades del fallecido.


    —Exacto, no me importa volverme loco, ¡ah! —El nigromante sujetó su cabeza y empezó a gritar, posteriormente su cuerpo se pudrió más, el hecho de traer a un sujeto tan poderoso como Pablo Casanova I resultaba demasiada carga para su cuerpo desfalleciente y mente destrozada —. No estoy loco, no estoy loco, no estoy loco, no estoy loco, no estoy loco, ¡no estoy loco! —Y nuevamente su cordura desapareció, Vortex golpeó su cabeza contra el suelo en repetidas ocasiones, mientras el hechizo de resucitación terminaba de completarse.


    —¿No deberíamos atacar? —sugirió Gracia.


    —No, si lo atacamos puede lanzarnos un contraataque letal, no sabemos a qué nos enfrentamos. —Wendy volvió a tomarse las cosas con calma, un gesto raro en ella, pues su principal estrategia consistía en cargar tontamente contra el enemigo.


    La necromancia era un milagro incompleto, su origen se remontaba al primer grupo de hechiceros que caminaron por la faz de la tierra. Para entender el funcionamiento de esta magia falsa debíamos remontarnos al año 60 después de Cristo. Para ese momento los primeros 10 magos enseñaron los conocimientos de su mentor a los humanos, pero ellos no eran divinos como él, por lo tanto, fueron incapaces de enseñar perfectamente los papiros sagrados y técnicas milagrosas que ellos sí dominaron por las enseñanzas de Cristo.


    Entre los primeros hechiceros del mundo había uno que era sobresaliente en la hechicería curativa, su maestro le enseñó a curar todo tipo de enfermedades y heridas, se decía que él mismo podía aliviar a toda una ciudad con sus incansables conocimientos médicos.


    Pero luego una terrible guerra azotó la ciudad donde vivían y el pueblo ya no contaba con más defensores. Los aldeanos rogaron a este noble curandero que usara la hechicería médica para revivir a los muertos, de lo contrario un enorme ejército contrario saquearía la ciudad. El hechicero lo intentó como pudo, trató de recrear la magia que su mentor intentó enseñarle, por desgracia… Falló.


    “¿Por qué no puedo revivir a los muertos como mi maestro?” pensó, a diferencia de la magia, la hechicería no podía romper las leyes naturales. De haberse rendido muchas tragedias se habrían evitado en el futuro, por desgracia, no lo hizo, estudió e intentó replicar el milagro de la magia con los cadáveres que ahí estaban. Y lo consiguió, en menos de seis meses la ciudad tenía un ejército de muertos vivientes caminando sobre las murallas improvisadas. Los soldados enemigos no tuvieron el valor de enfrentarse a esa horda de carne muerta y salieron despavoridos.


    La historia no terminó bien, el hechicero fue consumido por su obsesión de vencer a la muerte y el alma noble que alguna vez tuvo desapareció. Él fue la primera persona en practicar la necromancia y sus conocimientos fueron pasando de generación en generación, incluso en el siglo XXI los usuarios de este arte todavía seguían merodeando por las calles oscuras o los pueblos abandonados. En busca de cadáveres que reanimar para convertirlos en sus sirvientes.


    —Este es mi verdadero poder, ¡soy Vortex, el nigromante! —Pablo Casanova realizó unas cuantas maniobras con su espada, de inmediato, Gracia y Wendy encararon al zombi con firmeza.


    —Chicas, no siento una gran energía de ese zombi, pero tengan cuidado.


    —T-Tú pelearás conmigo, Magical Luz, d-d-d-deja que tus amigas jueguen con mi zombi. —Vortex recuperaba su mente por segundos y luego volvía a caer en el abismo, tener a un oponente tan cambiante podía ser favorable para Esmeralda, sin embargo, también representaba una desventaja.


    —No te preocupes por nosotras, Magical Luz, pelea contra Vortex y demuéstrale quien es la jefa. Fairy Smile, ¿estás lista para un segundo round?


    —Sí, ¡me esforzaré! —exclamó Gracia.


    —Está bien, nigromante, ¡lucharemos cara a cara! —Y fue así, como Esmeralda retomó su vida heroica, dejando atrás las dudas filosóficas que estuvieron molestándola por los últimos meses.


    Fin de la historia 31

    ¿Qué les pareció el capítulo?
    ¿Cuál escena les gustó más?
    Magical Luz ha vueltooooooooooooooooo
     
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    J.Nathan Spears

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    ¡Buena conti! Al fin aparece Magical Fénix para pelear... aunque Fairy Smile solo quería distraer al ahora nigromante, terminó inmiscuyéndose en una pelea completa. Y bueno, ese Vortex ya perdió la cordura luego de intentar aprender lo que es la Necromancia. Qué lata que en tu universo todos los nigromantes deban perder su cordura y volverse prácticamente unas bestias incontrolables y sedientas de destrucción... en otros universos uno no tiene que pasar por ese pequeño calvario (Seh, yo jugaba Diablo II xD)

    Tuviste un dedazo al poner "Creepypasta" en los primeros párrafos... pusiste "creppypasta" :V. Vigila eso man :B

    Volviendo a la historia en sí, el episodio me pareció cargado de acción y me levanta la interrogante de... ¿Quién terminó por convencer a Esme-chan? Me tinca que fue Ryo -w-U

    En fin, a esperar el siguiente episodio n__n

    Ah, y una última cosa... ¿Tan rápido se repuso Gracia de la herida en el pecho que Vortex logró hacerle?
     
  10.  
    Andrea T

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    Magical luz ha vuelto
    Y yo igual
    Ahh jajajaja. Ya leí ya puedo vivir en paz.
    Vi algunas faltas ): como cuando pusiste gloria en vez de gracia como hace tres capitulos, y como otros dos errorcitos en total, pero todo muy bien c;
    Que genial! Pero el nombre de fairy smile esta bien simple para mi XD pero es tu decisión
    Cuando pablo descubrio a gracia XD lograste burlarte como habias dicho XDDDDD
    Jajajaja, como cuando cambias a carlos por rance </3 traelo de vuelta, lo quiero.
    dime que el hombre con el que hablo esme-chan cuando tenia trece era argus!! Tiene que ser el!!! Ahh
    La batalla con vortex esta bien intensa c: vas bien sigue asi :3
     
  11.  
    Aglicht

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    Pues como dijo Wendy, ¡Ya era hora! xD
    Me gustó mucho, añoraba la aparición de ambas en combate, aunque ahora sean 3, y me deja intrigada, quién habrá sido el sujeto que recordó Esmeralda. Y también, me pregunto cómo será el padre de Pablo, digo si es que Vórtex lo revive como zombi.
    Creo que tendremos más acción para rato. Nos leemos en el siguiente.

    PS: Me alegra que Wendy parezca más madura, pero ojalá no haya dejado del todo su carácter ja, ja.
     
  12.  
    George Asai

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    Les traigo capítulo especial: ¡Una boss Fight!, es decir, batalla de jefe, que la disfruten.



    Historia 32: Nigromante

    Magical Fénix y Fairy Smile encararon a su temible adversario, el zombi no tenía ninguna intención de atacarlas o realizar algún movimiento. Sí, a decir verdad Wendy sospechó desde un principio sus intenciones.

    —¿Atacamos? —cuestionó Fairy Smile.

    —Espera, ese muerto viviente parece estar más a la defensiva. —Esmeralda y Vortex se alejaron unos metros para empezar a pelear, por ende, la misión del revivido era mantener a las dos chicas alejadas de la contienda —. Tenemos que derrotar a este sujeto para volver con Magical Luz.

    —Comprendo, estoy a tus órdenes. —Gracia no quería cometer el mismo error otra vez, lanzarse sin un plan o estrategia contra un enemigo tan poderoso no era distinto a un suicidio. La distancia entre ellas y Casanova no superaba los diez metros, aun así, el zombi podía recortar el espacio con solo un salto.

    —Mantén la calma y regenera tus heridas, ¿puedes hacerlo, verdad?

    —Sí, me cuesta un poco pero mis heridas sanarán si me mantengo calmada. —Gracia vio como pedacitos de cristal mágico cubrían las heridas sangrantes, al mismo tiempo, Wendy sintió como una débil brisa golpeó su rostro. La jovencita soltó un suspiro y luego retomó su atención en el villano.

    Gracia solo vio a un hombre parado sin hacer nada, pero Wendy tenía una visión totalmente distinta: La chica trataba de buscar una abertura o un fallo en su defensa que les permitiese hacer el primer movimiento, no obstante, Casanova continuó estoico y sin bajar la guardia. Los segundos siguieron transcurriendo, Fairy Smile empezó a impacientarse por la calma tan venenosa que ahí crecía, sus cabellos suavemente ondeaban de un lado a otro y su respiración se fue haciendo cada vez más rápida.

    Síntomas de nerviosismo.

    —Este sujeto no tiene ningún punto muerto —concluyó Wendy —. Vamos a tener que aceptar su invitación.

    —¿A qué te refieres?

    —Escucha, Fairy Smile, voy a lanzarme de frente para estudiar al enemigo, quiero que te mantengas segura y me apoyes a la distancia. Por ningún motivo te atrevas a entablar combate cuerpo a cuerpo, ese sujeto te matará en menos de un parpadeo.

    —Ok, lo que tú digas —asintió Gracia.

    —Aquí voy.

    Wendy flexionó suavemente su pierna izquierda y colocó ambas manos a la altura de su pecho, la chica almacenó toda la energía que pudo en sus miembros corporales y luego soltó ese poder de un solo golpe.

    —¡Venga! —Magical Fénix cargó a toda velocidad contra su oponente, la jovencita lanzó cuarenta puñetazos llameantes contra la humanidad del zombi, éste usó su espada para bloquear todos los impactos dirigidos hacia él. Wendy no se sorprendió por eso, pero su compañera sí.

    Gracia no creyó lo que sus ojos vieron, los movimientos de Magical Fénix parecían sacados de una película, se movía tan rápido que los ojos humanos ni siquiera podían captarla. Lo único que notó fueron pequeños destellos rojos que salieron de sus brazos y el sonido del metal ardiente que rechinaba con molestia cada vez que impactaban un ataque.

    Casanova no perdió el tiempo, de inmediato contraatacó a base de estocadas y golpes con su arma. Wendy tenía experiencia luchando contra espadachines, por lo tanto, no le fue difícil desplazarse hacia sus costados y salvar su pellejo. Pero el asalto no terminó ahí, el zombi se deshizo de su espada y la cambió por una lanza ornamentada y con la punta dorada.

    —¡Cuidado! —advirtió Gracia.

    —¡Lanza de la legión! —exclamó Casanova, su voz no sonaba humana, en vez de ello parecía una grabación barata de los años sesenta, pues no alcanzaron a distinguir bien su tono. Al ser un cadáver sus cuerdas vocales no estaban del todo arregladas, ya que hablar resultaba innecesario para una marioneta.

    —Ya lo vi. —Una muralla de fuego se levantó frente a Wendy, la protección natural le permitió calcinar el arma fácilmente y ganar algo de distancia con su antagonista —. ¡Apóyame! —exclamó, al hacerlo la chica lanzó dos enormes bolas de fuego en dirección a Casanova, éstas medían dos metros de diámetro y destruían todo a su alrededor.

    —¡Disparo de hada! —Fairy Smile atacó desde otro costado, sus rayos mágicos no eran tan fuertes como las llamas de Wendy, pero sí tenían el poder suficiente para causar daños considerables.

    Desgraciadamente, el nigromante también reprodujo toda la experiencia en batalla que Pablo Casanova I tuvo, al verse acorralado por dos técnicas fuertes el pelirrojo rápidamente corrió hacia las dos llamaradas, Wendy creyó que había perdido la razón, después de todo, nadie podría sobrevivir a dos llamaradas tan fuertes. Pero se equivocó, las dos bolas llameantes dejaron un pequeño espacio de apenas veinte centímetros entre ambas.

    —¡Hechizo de refuerzo! —Una ventaja de estar muerto era la inexistencia del dolor o limitantes físicas, Casanova reforzó al máximo sus piernas, posteriormente usó su velocidad sobrehumana para pasar en medio de las dos llamaradas. Obviamente no salió ileso, partes de su rostro, espalda y abdomen fueron parcialmente quemados, de haber sido una persona viva ya estaría revolcándose de dolor por las quemaduras de tercer grado.

    No obstante, la carencia de sensaciones le hizo llevar a cabo una jugada totalmente absurda, pero efectiva.

    —Esto no se ve bien —comentó Wendy, la chica seguía asombrada por aquella evasión perfecta, de no haber aprovechado esa oportunidad las llamas habrían destruido su cuerpo en un santiamén.

    —Es fuerte, ¡pero podemos vencerlo! —Fairy Smile trató de animar a su compañera con una radiante sonrisa, a pesar de no comprender la gravedad del asunto la jovencita siguió firme a sus creencias.

    —Fairy Smile, no lo entiendes, Vortex reprodujo la experiencia de Casanova y para colmo, lo hizo consciente de su situación. Él era un profesional entrenado, la evasión anterior no pudo haber sido hecha por un amateur o un monstruo carente de pensamientos.

    —Eh…

    Gracia trató de procesar la información que le acababa de ser suministrada, claro, el padre de Pablo fue un guerrero sorprendente y muy hábil. Se podría decir que era la persona fallecida más poderosa enterrada en Juan Álvarez, además, al estar muerto no sufría de fatiga o desgaste mágico por invocar sus mejores armas o realizar las técnicas más devastadoras.

    El poder no lo es todo en una batalla” pensó, si ese sujeto solo traía grandes cantidades de poder entonces debían superarlo con estrategias y…

    Experiencia.

    Fairy Smile comprendió todo, Pablo Casanova I sabía perfectamente que era un zombi, aún si su voluntad desapareció todo el conocimiento ganado a lo largo de los años funcionaba de manera automática. Y peor aún, la familia Casanova tenía el poder de conectar su memoria genética al pasado y así extraer las armas o habilidades de sus antepasados.

    Claro, una persona viva moriría de un derrame cerebral o un infarto antes de poder extraer grandes cantidades de conocimiento. Pero esta persona ya no sufría esas limitantes, por lo tanto, extraer aleatoriamente habilidades de otros Casanova era una posibilidad latente. En resumen, no solo se enfrentaban al padre de Pablo, las dos chicas mágicas corrían el riesgo de luchar contra la memoria del clan.

    —¿Ya lo comprendiste? —preguntó Wendy.

    —E-Entonces… N-Nosotras….

    —Así es, ganar esta pelea es imposible —concluyó Magical Fénix —. Pero la guerra todavía no está perdida, si este muerto intenta realizar una técnica avanzada o accede a los recuerdos del clan la carga de energía será tremenda y el nigromante no podrá soportarlo. No importa que tan fuerte sea la persona invocada, si el invocador es derrotado volverá a ser un montón de huesos.

    —Pero este zombi no nos dejará ayudar a Magical Luz en su pelea.

    —No tenemos que ayudarle —aclaró —. Solamente aguantaremos a la defensiva hasta que nuestra compañera haga su trabajo, ¿crees poder seguirme el paso, novata? —Wendy sonrió codiciosamente, a decir verdad estaba asustada, su mirada valerosa escondía un sigiloso miedo por enfrentarse a un inmortal con energía infinita. Pero no podía flaquear su determinación, de lo contrario, Gracia sería asesinada en menos de un parpadeo.

    *POV: Esmeralda*

    Mis compañeras se alejaron de nosotros para luchar contra el zombi, a decir verdad me alivió ese detalle, no deseaba enfrentarme al padre de Pablo en una pelea. Vortex mantuvo su distancia, el nigromante no cargó ni tampoco trató de recortar los metros que nos separaban. Un detalle extraño, ya que me estaba dando la ventaja.

    —¿No vas a atacar? —intenté provocarlo para buscar una abertura, no obstante, Vortex me ignoró y siguió viéndome con una intensidad asesina. Sus ganas de matarme eran gigantescas, al punto de ser el único pensamiento coherente que su corrompida mente lograba mantener.

    Pasaron otros cuarenta segundos y ninguno de los dos se movió, pude sentir como una suave brisa movía mis cabellos de un lado a otro, como si fuese una bandera erguida en el asta más grande. Sin embargo, la hostilidad que Vortex emanaba bastaba para ahuyentar a los testigos de este combate, en cierta parte me alivié, pues no tenía que preocuparme de civiles involucrados.

    —Morirás. —Fue todo lo que dijo mi oponente, al hacerlo vi como un pequeño humo rojo salió de su brazo izquierdo. Por más insignificante y débil que parezca tomé ese movimiento como una clara muestra de agresión.

    —¡Te tengo! —No valía la pena seguir esperando, Vortex deseaba claramente ser atacado, entonces decidí responder a sus expectativas con todas mis fuerzas —. ¡Golpe de Gaia! —Una enorme rama salió del suelo y rápidamente cargó contra los pies del nigromante con toda la intención de romperle los huesos.

    Creí que mi ataque furtivo dio resultado, pero no, Vortex dio un salto sobrehumano de dos metros en el aire, posteriormente su figura desapareció y reapareció detrás de mí, a tan solo cinco centímetros de distancia.

    —¡Muere! —El antiguo hechicero del tiempo tenía consigo una espada hecha de hueso, no tardó ni un milisegundo en lanzarme un corte directo al cuello. De no ser por la barrera mágica que levanté en el último segundo me habrían decapitado, no obstante, su espada rebotó en la barrera, dándole así la oportunidad de volver a atacarme.

    Vortex lanzó una estocada hacia mi estómago, pero nuevamente fui capaz de evadir gracias a mis barreras mágicas y a la velocidad de mi mente. ¡Tenía que alejarme lo más rápido posible!, un combate a corta distancia no me convenía para nada. De inmediato invoqué dos enormes ramas del suelo, a pesar de su tamaño no servirían de nada si las usaba como ataque, por ende, les di un uso distinto.

    El hechicero creyó que lo iba a golpear, debido a ello se alejó un poco y me dio tiempo suficiente para realizar mi maniobra. Las dos ramas golpearon el suelo destruyendo el concreto que había debajo, entonces aproveché la onda expansiva para saltar y así ganar quince metros de distancia entre nosotros.

    —De alguna manera lo conseguí, ¡toma esto! —No había tiempo para relajarse, Vortex todavía controlaba el tiempo en menor medida, eso le permitía transportarse por todo el campo y atacar desde distintas direcciones. La única estrategia que se me vino a la mente fue atacar antes de que él pudiese pensar en evadirme. Lancé varias púas de madera lo suficientemente afiladas para atravesar la piel humana y provocar grandes daños en los huesos, eran en total cuarenta proyectiles que se movían a la velocidad de una bala nueve milímetros.

    Desgraciadamente, Vortex fue más rápido, su cuerpo entero desapareció y mi técnica pasó de largo.

    —¿Es qué no hay forma de pegarle? —susurré, creí que él iba a reaparecer de inmediato y retomar el intercambio de movimientos, pero no. La calma retomó mi cuerpo y por unos momentos fui capaz de relajarme.

    Esta confrontación apenas duró treinta segundos y mi respiración ya estaba agitada, comencé a sudar mucho, al punto de sentir mareos por deshidratación. ¿Tan mal estaba físicamente?, no, esto no tenía nada que ver con algo físico, el simple hecho de sentir la energía oscura que emanaba era suficiente para provocarme esta repulsión.

    Los nigromantes eran personas horribles, seres que jugaban con la muerte al precio de sus propias almas, Vortex en este punto ya ni siquiera podía ser tomado como humano. No obstante, seguía con vida, aunque su cuerpo estuviese más podrido que los cadáveres que controlaba, él aún quería existir en este mundo.

    —Magical Luz, Magical Luz…—El hechicero llamó mi nombre con demencia, ¿por qué no me atacó?, bien pudo emboscarme sin problemas. Desgraciadamente, cuando vi su rostro pude entenderlo.

    La cara de Vortex empeoró, varios gusanos negros salían de sus mejillas y entraban a sus ojos expulsando así un montón de pus repugnante. Pero eso fue solo la punta del iceberg, el contenido de mi estómago casi salió de golpe cuando vi aquellas laceraciones aberrantes en su cuello, lo mismo pasaba con sus brazos, su carne se abrió y dejó ver el hueso y las venas funcionando como una máquina a punto de romperse.

    Vortex perdía racionalidad y salud con cada momento que pasaba, el mantener al zombi con vida seguro le estaba costando demasiado. No, desde antes de la pelea su cordura ya había muerto, lo único que mantenía con vida a este hombre eran las ganas de matarme.

    En resumen, no me enfrentaba ya a Vortex, el hechicero del tiempo, o al nigromante asesino con sed de venganza. No… Mi único adversario era un animal salvaje agonizante, cuyos respiros finales no se detendrían hasta acabar conmigo.

    —¿Tanto me odias, Vortex? —cuestioné, pero el sujeto no dio respuesta.

    ¿Cómo podía darla en ese estado?, llegó a darme lástima el pobre hombre, llevado a la locura por sus más viles impulsos. Del hechicero orgulloso y calculador ya no quedaba nada.

    Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando la bestia moribunda cargó de nuevo contra mí, en su otra mano apareció una espada de hueso idéntica a la que ya usaba. No había técnica en aquellos movimientos, simplemente fuerza bruta e instinto asesino.

    —¡Hechizo de reflejo! —Permití que Vortex se acercara a mí, luego levanté una barrera mágica con forma de espejo y dejé que el hechicero se matase a sí mismo usando su propia fuerza. ¡Pero no sucedió!, sus espadas chocaron con el espejo y obvio, el daño reflejado le provocó dos heridas tremendas en los hombros. No obstante, Vortex continuó atacando ignorando el daño y las heridas graves que tenía.

    Me desplacé en reversa para evadir el doble tajo, sus espadas pasaron tan cerca de mi cuerpo que por poco no sobrevivía. Aun así, nuestra distancia no se alargó mucho, debido a ello, Vortex continuó atacándome sin darme la oportunidad de levantar el reflejo nuevamente.

    —¡Rayo de Gaia! —Tres sellos mágicos aparecieron detrás de él y sin pensarlo dos veces los disparé para sacármelo de encima.

    —¡Magical Luz! —A pesar de recibir mis ataques su asalto no cedió, al verlo de cerca pude entender por qué… ¡Los gusanos y las moscas se amotinaron en su espalda para mantenerlo vivo!, era como un último recurso de supervivencia creado naturalmente, sin necesidad de hechicería. Esos insectos lo protegían por instinto, reacción normal de dichas criaturas para conservar su fuente de alimento.

    Vi venir un golpe hacia mi cabeza, traté de evadirlo pero rápidamente deseché esa idea, aún si usaba el hechizo de refuerzo no había garantías de salir viva. Por ende, me fui para la otra opción, ¡atacar!, liberé una rama espinosa del suelo y la coloqué sobre mi cabeza para retener su hueso.

    —¡Te tengo! —Mi rama atrapó su primer arma y de un rápido movimiento la mandó a volar hacia atrás, sin embargo, Vortex conservaba su segunda espada en mano —. ¡Maldición! —No tenía tiempo de invocar otra rama a tan corta distancia, en un último intento llevé mis manos hacia mi rostro y cubrí las partes más blandas de mi cráneo.

    ¡El golpe letal venía!

    ¿O tal vez no?

    Vortex comenzó a vomitar sangre y a retorcerse dolorosamente en el piso, soltando así el arma para limpiarse la boca. No dudé ni tampoco mostré piedad con él, hacerlo sería entregarle mi vida, de inmediato lo golpeé con otra rama que salió del suelo para ver si podía romperle los huesos.

    Pero Vortex no cayó, el nigromante dio una voltereta en el aire justo antes de ser golpeado y retrocedió cinco metros, distancia suficiente para replantear mi estrategia. Me había salvado por un pelito de rana, al parecer mantener al zombi en este mundo le estaba causando gran dolor.

    No, ya ni siquiera sentía dolor, en este punto su piel y sentido de la cordura estaban por debajo del nivel humano. Asumir que mi oponente conservaba piscas de humanidad era un error que no estaba dispuesta a cometer, después de todo, ¿cómo podías llamar humana a una cosa qué se pudría por dentro y por fuera?

    A lo lejos pude oír una explosión, seguramente Gracia y Wendy también estaban teniendo problemas contra el padre de Pablo.

    *POV Esmeralda, fuera*

    La situación para nuestras dos heroínas era precaria, Fairy Smile apenas podía mantenerse consciente por el dolor que le causaban sus heridas anteriores. Magical Fénix, en cambio, logró mantenerse a la defensiva contra los brutales ataques de Pablo Casanova primero.

    —Fairy Smile, ¡ahí viene! —Los apagados sentidos de la chica volvieron a encenderse como fuego en un incendio, de inmediato voló por los aires y lanzó rayos de cristal hacia las piernas del enemigo. Su intención era detenerlo por un momento para darle a Wendy el tiempo suficiente de atacarlo con sus llamas.

    Desgraciadamente, el zombi vio venir aquella buena jugada, Pablo I reforzó sus piernas y después dio un salto de ocho metros en el aire.

    —¡Martillo meteoro! —Gracia abrió sus ojos en par, la espada del pelirrojo desapareció y en su lugar vino una cadena con una bola metálica atada en la punta, la esfera medía lo mismo que cualquier pelota de fútbol soccer, pero estaba repleta de púas metálicas. Además, Casanova I le metió gran cantidad de energía mágica para incrementar su fuerza y velocidad.

    Sí, definitivamente no había ningún error…

    ¡Era una reliquia del clan!

    Wendy no iba a llegar a tiempo, la chica se vio totalmente superada por su adversario e imposibilitada de salvar a su compañera.

    —¡Cuidado! —Fue lo único que pudo decir, el martillo meteoro golpeó a Fairy Smile directo en el pecho, de no ser por la muralla de cristal que Toñita logró crear en el último momento, Gracia habría sido asesinada de una forma espantosa. Aun así, el impacto destruyó la barrera y la esfera terminó incrustada en la humanidad de su compañera.

    —E-Eh…—La jovencita perdió su transformación, fue tanto el dolor que ya no pudo mantenerse sincronizada con Toñita, su estómago tenía cinco agujeros por donde salía un montón de sangre y para colmo, iba cayendo en picada hacia el suelo.

    —¿Gracia? —Wendy aún no había notado la verdadera identidad de Fairy Smile, verla caer inerte y aparentemente, herida de muerte, le revolvió la cabeza. Magical Fénix logró atraparla en brazos antes de pegarse, Toñita rápidamente revisó los signos vitales de su compañera.

    —No va a morirse por esta herida, pero debe ser atendida de inmediato.

    —¡Un hada! —Toñita se hizo visible a voluntad para que Wendy pudiese tratarla, no era tiempo de hacer preguntas ni de sorprenderse por la presencia de un ser sobrenatural —. Ok, la pondré a salvo. —Wendy dio dos saltos en reversa, posteriormente dejó a Gracia recostada bajo un árbol lejano.

    —L-Lo siento, Magical Fénix, n-no creo poder continuar esta pelea. —Gracia abrió sus ojos levemente, a pesar de tartamudear por la pérdida de sangre y mantenerse mareada la chica todavía tenía voluntad de luchar.

    —No te preocupes, Gracia, para ser tu primera pelea de peso lo hiciste muy bien, déjamelo a mí.

    —¿Cómo sabes mi nombre?

    —¿Acaso no me reconoces?, ¡soy Wendy!, mi voz es prácticamente igual. —Para calmar a la chica, Wendy decidió revelar su verdadera identidad, de todos modos lo habría descubierto estando más calmada.

    —Oh, ya veo, Toñita, ¿estás bien? —Gracia se estaba desmayando, antes de cerrar completamente sus ojos escuchó un susurro que decía: “Sí, lo estoy”, posteriormente perdió el conocimiento y tuvo que retirarse de la pelea. Wendy encaró a Casanova padre mano a mano, aquel zombi continuaba cargando el arma legendaria y realizando maniobras típicas de las artes marciales chinas.

    —Martillo meteoro, un arma antigua que usaban los antiguos soldados chinos. Vaya, no sabía que Pablito tuviese parientes en varias partes del mundo. —Magical Fénix intentó conversar con el zombi, pero éste la ignoró, su voluntad ya no existía y lo único que cargaba dentro de su mente eran los conocimientos del clan —. Veo que a los muertos no les gusta hablar.

    Wendy sabía muy bien que no tenía forma de vencer a una reliquia sagrada, sus poderes mágicos y trozos de fénix no eran suficientes para sobrepasar el nivel de su oponente. No obstante, existía una forma de luchar a la defensiva por un breve periodo de tiempo, una técnica que usó contra Gilberto Casanova, pero no le permitió durar demasiado.

    —No tengo opción, ¿verdad?

    Casanova todavía no atacaba, seguramente sintió la hostilidad de Magical Fénix y por tal motivo, mantuvo su expectación.

    —Pilares de realidad… —Wendy liberó una cantidad de energía mágica considerable, el suelo poco a poco comenzó a moverse y en seguida, ocho pilares de acero aparecieron de la nada. Medían ocho metros de largo, además, tenían inscripciones arcaicas pintadas por todos lados, cada uno emitía una sensación diferente, como si pertenecieran a dimensiones distintas. Estos se colocaron alrededor del campo de batalla, rodeando así a los dos contendientes en un diámetro de quince metros.

    Este era el hechizo definitivo de Wendy, una versión debilitada e incompleta que aprendió de su maestro durante su entrenamiento en la secta del mundo nuevo.

    Pablo Casanova I lanzó un golpe con su arma legendaria directo al pecho de la chica, el pelirrojo muerto deseaba causar el mismo impacto que la vez anterior. Sin embargo…

    —¡No funcionará! —Wendy literalmente se teletransportó hacia la derecha, evadiendo así un ataque imposible de esquivar. Sí, normalmente habría sido una muerte directa para ella, por más entrenamiento y velocidad que adquiriese, aún con el hechizo de refuerzo, le resultaría imposible esquivar un golpe como ese, entonces… ¿Cómo logró burlar a la muerte una vez?

    La respuesta era sencilla, los pilares de realidad le permitían alterar la lógica y los conceptos del mundo dentro de ese espacio cerrado. No obstante, la versión de Wendy era imperfecta y no siempre podía realizar tales maniobras, el simple hecho de emplear los pilares requería mucha concentración y un alto desgaste mágico.

    —¡Bola de fuego! —Las llamas no recorrieron mucha distancia, de hecho, el concepto “distancia” fue eliminado en el momento que Wendy recitó su hechizo. La chica manipuló la realidad para destruir cualquier barrera, física o mágica que se interpusiese en su hechizo y el objetivo.

    En teoría, el cuerpo del zombi debió ser calcinado molécula por molécula, pero no fue así, Casanova predijo el ataque y antes de que Wendy pensara en recitar el hechizo, éste saltó rápidamente cinco metros en el aire gracias al hechizo de refuerzo. Las llamas solo quemaron un espacio en blanco y de inmediato, el muerto viviente lanzó una serie de cuarenta golpes con el martillo meteoro.

    Wendy no se sorprendió demasiado, si fuese tan fácil derrotar al zombi habría usado los pilares desde un inicio. La falsa pelirroja tuvo que modificar la realidad nuevamente, en esta ocasión lo que ella eliminó fue el concepto de “impacto”, por ende, cada vez que el martillo meteoro estaba a punto de pegarle su cuerpo desaparecía y reaparecía a pocos centímetros de distancia. Este proceso se repitió las cuarenta veces hasta que Casanova decidió retroceder, quizá porque no había enfrentado nunca una técnica como esa.

    Pero era cuestión de tiempo, Casanova I poseía un instinto abrumador, aun estando muerto su mente podía buscar alguna forma de neutralizar los pilares de realidad.

    Wendy comenzó a jadear ruidosamente, mantener el hechizo le costaba mucho esfuerzo, de hecho, su transformación de Magical Fénix desapareció y ahora luchaba en sus ropas de civil. Igual, el color rojo de su cabello y atuendo extravagante era mera apariencia, la peleadora no podía desperdiciar ni un poquito de su poder en ocultar su identidad.

    —¡Vuelo del fénix! —Wendy manipuló la realidad de nuevo, en esta ocasión destruyó el concepto de “espera”, por ende, el hechizo se completó en menos de un parpadeo. Su cuerpo se llenó de fuego carmesí y obviamente, también reforzó sus articulaciones, piel y pulmones para resistir la futura carga brutal.

    Casanova no movió ni un músculo, el zombi cambió su guardia a una defensiva, señal de que deseaba recibir el ataque y no esquivarlo. ¿Acaso los muertos también podían crear planes?, bah, ya nada de eso le importaba a Wendy.

    La chica tardó apenas un cuarto de milisegundo en recorrer ocho metros, lo que ella pensaba hacer era taclearlo con todo el peso de su cuerpo y calcinarlo hasta volverlo cenizas. Total, si no podía morir al menos destruiría sus miembros para detener la pelea.

    —¡Eres mío! —exclamó Wendy.

    Grande fue su sorpresa cuando el zombi la tomó de los hombros y resistió la carga, su cuerpo comenzó a quemarse por la intensidad de las llamas que Wendy emitía, todo parecía ir de acuerdo al plan hasta que la rubia notó su error fatal. No, llamarlo un error sería incorrecto, ni siquiera los genios más grandes serían capaces de predecir la jugada que Casanova I realizó.

    El padre del pelirrojo dejó de hacer fuerza en el agarre y en vez de ello dio un salto de un metro ochenta, posteriormente se colocó detrás de Wendy con la cadena del martillo meteoro en ambas manos. Cuando la chica sintió las cadenas era demasiado tarde para alterar la realidad, pues ya se encontraba atada.

    —¡Mierda! —exclamó, la jovencita sintió miedo, en medio de su desesperación trató de modificar la realidad para desaparecer las cadenas. Por desgracia, nada sucedió, estaba tan asustada que ya no podía pensar adecuadamente, el verse encadenada en menos de un parpadeo fue un golpe mortal a su moral.

    ¿Es en serio?, ni siquiera mi control limitado de la realidad puede ponerme a la cabeza”, con ese pensamiento en mente Wendy apreció a su rival, incluso con el rostro cubierto de quemaduras y la ropa hecha trizas, Pablo Casanova padre no mostraba signos de humanidad, era un títere bien manejado cuya única misión consistía en matarlas.

    Casanova invocó otra espada más sencilla, a diferencia del martillo meteoro el arma no poseía ninguna característica especial, era un simple artefacto usado por algún antepasado al azar. Los pilares desaparecieron y Wendy cayó arrodillada sin poder realizar ningún movimiento.

    —Supongo que es el final. —La jovencita cerró los ojos y esperó a que Casanova I le diese el golpe de gracia, ya no sentía miedo ni tampoco nervios por la muerte que se acercaba, como guerrera fue un auténtico placer caer contra un miembro del clan más poderoso del mundo. Quizá le hubiese gustado hacer las paces con su pasado, terminar la preparatoria y concluir el romance pendiente.

    “No viví mal” pensó.

    *POV Esmeralda*

    Ya no le quedaba mucho tiempo, Vortex dio un salto hacia atrás y empezó a reunir la poca energía que le sobraba. Su cuerpo se infló como si fuese un globo de agua, no había otra manera de describirlo, sus músculos explotaron, dejando una gran marca de sangre por los suelos. Cinco segundos más tarde la transformación terminó, el hechicero parecía un golem de carne muerta, medía dos metros de alto y posteriormente soltó un temible rugido carente de humanidad.

    —¿Y esa transformación? —susurré, ver a semejante criatura me hizo sentir nauseas, ¿y cómo no iba a tenerlas?, el simple hecho de ver esa aberración podría desmoralizar a cualquiera, incluso a guerreros veteranos acostumbrados a tratar con este tipo de gente. Sí, debía reconocer a Vortex por haber conseguido un dominio de la necromancia tan basto con muy poco tiempo, normalmente los hechiceros tardaban más de setenta años en llegar a este nivel de locura, incluso los registros de Londres no mencionaban nada relacionado a la necromancia física, es decir, deteriorar el cuerpo para hacerlo sentir como si estuviese muerto en vida.

    —¡Magical Luz! —Con una voz casi robótica, Vortex me reconoció como su enemiga, aparentemente aún sentía las corrientes de energía y por ese motivo era capaz de detectarme.

    —Ya veo, tendremos que acabar la pelea en el siguiente intercambio de movimientos. Muy bien, Vortex, el nigromante del tiempo… ¡Si quieres mi cabeza ven por ella! —Alisté más de ocho barreras mágicas frente a mí con tal de resistir la futura carga suicida, no sabía si este poder era suficiente para bloquear sus movimientos por un tiempo, pero no lo sabría hasta intentarlo.

    Pasaron dos segundos y la bestia no atacó, seguramente estaba reuniendo energía o su mente ya no le daba para moverse. Para este punto, Vortex no era diferente a un animal salvaje, las tácticas y planes elaborados resultaban imposibles para él.

    —¡Muere! —exclamó.

    Vortex cargó con una fuerza equivalente a la de dos lanzacohetes, tanto era su poder que todo el suelo que pisaba terminaba agrietado, no obstante, mis barreras lograron detenerlo por un segundo, tiempo suficiente para llevar a cabo la segunda parte del plan.

    Justo cuando la bestia atravesó mi barrera final una enorme rama espinosa amenazó con tomarlo de las piernas, Vortex rápido se dio cuenta de la artimaña y saltó cinco metros en el aire, evadiendo así mi hechizo. ¡Sin embargo!, ¡cayó por completo en mi trampa!, otra rama apareció levitando en el aire, ésta era dos veces más grande que la anterior y también yacía repleta de espinas mucho más filosas.

    —¡Súper golpe de Gaia! —Vortex todavía seguía cayendo en picada, sus sentidos extremos no fueron suficientes para reaccionar al terrible golpe que mi rama gigantesca le provocó. Fue desastroso para él, su enorme musculatura desapareció y en su lugar solo quedaron las heridas sangrantes de antes y el nido de insectos que lo mantenía vivo a causa del dolor —. Esta es mi victoria, Vortex.

    *POV Esmeralda, fuera*

    El golpe letal nunca vino, Pablo Casanova I se desvaneció a pocos centímetros de Wendy, su espada todavía estaba empuñada y los ojos vacíos del pelirrojo aún apuntaban a la heroína debilitada. Fue cuestión de suerte, si Esmeralda se hubiese tardado unos segundos más en ganar su vida habría sido cosa del pasado.

    —En verdad me salvé —susurró Wendy, la chica dejó caer su cuerpo de espaldas y suspiró aliviada.

    El zombi desapareció sin decir palabra alguna, su cuerpo terminó convertido en cenizas, al igual que las cadenas mágicas que atraparon a Wendy. No obstante, Esmeralda de la Luz todavía no terminaba el trabajo.

    —Voy a arrestarte y mandarte con los del gremio, ellos sabrán que hacer contigo.

    Vortex elevó su mirada, a pesar de no tener cordura en ellos nuestra heroína pudo sentir un poco de amargura y frustración, seguramente por haber perdido.

    —Volveré. —Y sin decir nada más, Vortex, desapareció también, dejando a las dos amigas con la mirada perpleja, no hubo insultos, ni gritos, tampoco lamentaciones por la batalla pasada. Todo terminó tan rápido que Esmeralda aún no superaba la situación, su cerebro se mantenía a la defensiva por si Vortex intentaba algún otro movimiento.

    —¿Hemos ganado? —preguntó Wendy.

    —Sí, lo conseguimos —respondió Esmeralda.

    —Ya veo, Esmeralda, ¿volverás a ser una chica mágica? —Wendy caminó lentamente hacia su amiga, su mirada continuaba siendo seria y decidida, nada que ver con la jovencita alegre y bromista que era fuera de batalla.

    —Sí, ya descubrí mi propósito, podrá sonar egoísta y absurdo, pero me hace feliz ayudar a la gente, siento placer cuando me admiran, me alegra sentirme útil para los demás, aún si ellos no van a reponerme nada y peor aún, si no siento de corazón el hecho de ser una Maho Shoujo. ¿No te molesta eso, Wendy?

    —No me molesto en pensar esas cosas, mientras pelees a mi lado todo estará bien. —Wendy no le dio más vueltas al asunto de los ideales, además, si Esmeralda luchaba y era feliz no tenía ninguna queja. Después de todo, nuestra adorable rubia tampoco tenía una vida libre de pecados, incluso dos lindas jovencitas como ellas cargaban un peso difícil de sostener.

    —Entonces está decidido, ¡seremos equipo nuevamente! —exclamaron al mismo tiempo, las dos jovencitas atendieron a Gracia y retornaron su camino a casa, no había más que decir ni contar, la decisión de Esmeralda era definitiva y unánime.

    Lo que pasó esa noche con las chicas ya sobraba de contar, Gracia despertó poco después y tras mencionarles todas sus aventuras con Toñita decidió unirse al equipo de Maho Shoujos escolares, Esmeralda le estuvo agradecida por abrirle los ojos y enseñarle la determinación de querer ser feliz, sin importar los estigmas de la sociedad o los mismos ideales auto impuestos que ella misma clavó en lo más profundo de su alma.

    Y fue así, como la paz en Juan Álvarez volvió, al menos por el momento.

    Mientras las chicas celebraban cómodamente en casa, Vortex aún seguía arrastrándose por la arboleda de la ciudad, su cuerpo mermado y tatuado de laceraciones apestosas continuaba en aumento. Probablemente no pasaría una o dos semanas cuando mucho, pero incluso en ese estado continuaba siendo peligroso.

    La arboleda silenciosa, con troncos vacíos y carentes de hojas, daban un aspecto lúgubre al lugar. El nigromante dio unos cuantos pasos más hasta toparse con un pequeño montículo de piedras, grava y otros residuos del bosque. Ya no había nada que hacer, su mente no aguantaría más tiempo y los gusanos estaban a pocos centímetros de alcanzar la corteza cerebral, una vez ahí todo terminará.

    Venganza, odio, rencor, humillación”, aquellos sentimientos aún existían en su corazón, de no ser por ellos ya se habría rendido al dolor desde hace mucho, por desgracia, ni siquiera tenía la voluntad de auto infligirse daño para mantenerse cuerdo.

    Entonces, a diez metros de distancia, un hombre yacía parado sobre otro montículo de piedras, tenía el cabello rojo, piel moreno clara y portaba una chaqueta de cuero negra. Vortex tuvo un lapsus mental cuando lo vio, si bien reconocía a la persona en cuestión sintió que lo había conocido antes.

    —Oh, es cierto. —Vortex recordó algo muy importante, su mente funcionó por un milagro divino, quizá porque la memoria que volvió definitivamente marcó la diferencia en sus planes, o simplemente fue mala suerte.

    Cuando el plan de la esfera temporal aún estaba en proceso, Vortex fue emboscado por un guerrero misterioso, un hombre de cabello rojo y chaqueta negra, ¿cómo pudo olvidar algo tan importante?, se concentró tanto en vencer a Magical Luz que pasó por alto la verdadera causa de su derrota.

    Pablo Casanova… —susurró, los sentidos de Vortex volvieron, su mente dejó de estar consumida por gusanos y de nuevo, la hostilidad retornó a él.

    Vortex recordó todo, aquella tarde en la esfera de tiempo, cuando Pablo Casanova lo emboscó e hirió de gravedad. Los detalles le eran confusos y la escena en sí no duró demasiado para ser registrada por sus memorias, no obstante, el hecho de que fue atacado por Casanova Pablo era tan real como la vida misma. De no ser por él, su plan habría sido un éxito…

    Esmeralda y Wendy no eran rivales para él en su estado más poderoso, incluso Casanova corría el riesgo de perder si luchasen uno a uno. Pero no, Pablo usó una emboscada para acortar las diferencias y así dejarle el trabajo fácil a Magical Luz.

    —Fuiste tú, ¡tú arruinaste todo! —Vortex elevó su brazo derecho y preparó el hechizo de transformación corporal, pensaba convertir ambas extremidades en cuchillas huesudas y luego correr contra Pablo, claro, aquellos fueron simples pensamientos que jamás se cumplieron.

    Casanova lo decapitó.

    Fue un movimiento brutal, preciso y sin piedad, Pablo reforzó su cuerpo e invocó una katana en menos de un milisegundo, en el siguiente instante recorrió los diez metros sin darle la oportunidad de defenderse o realizar algún hechizo. Cuando Vortex quiso reaccionar ya había sido asesinado de un solo tajo al cuello, su cabeza cayó hacia adelante mientras un enorme baño de sangre pintaba el suelo seco del bosque.

    —¿Realmente pensabas qué te iba a dejar vivir?, imbécil —Esas fueron las últimas palabras que Vortex, el nigromante del tiempo escuchó en su vida.

    Resultaba irónico, que pudiese controlar el cuerpo del padre, pero haya sido asesinado tan fácilmente por el hijo.

    Fin de la historia 32

    ¿Qué les pareció el capítulo?

    Espero les haya gustado c: se vienen más arcos argumentales, pues cada vez andamos más cerca del climax final.
     
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  13.  
    J.Nathan Spears

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    Esta ha sido una de las Boss Battles más emocionantes que he leído jamás. Imaginarme a Vortex como poco más que un cadáver reanimado, mientras imaginaba a Pablo Casanova I, el hermano de Gilberto, a punto de matar a Wendy... o sea, ¡WOW! Magical Fénix no la cuenta dos veces... bueno, mejor dicho, tres veces xD. Porque también usó esos ocho pilares contra Gilberto, pero igual perdió n_nU.

    En fin, no sé qué más tengo qué decir... la ironía del final también fue sabrosa. Pablín decapitó a Vortex como quien corta una torta de cumpleaños... ¡Al infierno contigo, Vortex! Y bueno, al menos se demostró que Pablo es muy astuto, al menos fuera de cámara :L

    A ver con qué más sigues esta historia y la de Rosita n__n. Nos vemos, pana.
     
  14.  
    George Asai

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    Crónicas de una Maho Shoujo
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    Fantasía
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    Bueno, les dejo este capítulo interesante, disfruten.



    Historia 33: Merezco ser feliz


    Esmeralda decidió salir al distrito comercial para comprar la despensa semanal, en un principio pensó en ir a la tiendita que se encontraba a pocos metros de casa, no obstante, nuestra dulce protagonista prefirió caminar un poco para hacer ejercicio y mantenerse en forma. Bueno, esto último no tanto, en realidad quería checar precios de juegos y demás tonterías en la plaza.


    —Me pregunto si ya tendrán los nuevos modelos que tanto me gustan. —Esmeralda planeó dejar las compras hasta el final, pues no tenía ganas de estar cargando bolsas por todo el paseo. El reloj marcaba apenas las cuatro de la tarde, por ende contaba con tiempo suficiente para revisar cada tienda de su elección, comprar su despensa e irse a casa antes del anochecer. Aquel era el plan ideal y no tenía intenciones de desviarse, ¿o sí?


    Tras pasar media hora hostigando a los clientes en la tienda de electrónica y preguntando por ofertas al por mayor, Esmeralda se dio cuenta de un detalle curioso. Frente a la fuente del distrito comercial yacía Ryo, su compañero de escuela y miembro fundador del club de karate.


    —¿Qué estará haciendo aquí? —Susurró en voz baja, Esmeralda trató de ir a saludarlo, sin embargo, otra persona llamó su atención —. Eh, no puede ser. —Esmeralda los observó desde lejos, a una distancia segura, ya que sus ojos no creían lo que estaban viendo. Emily, alías Magical Blade, saludó a Ryo como si fuesen viejos amigos o peor aún, ¡enamorados!, se dieron un tímido beso de introducción que dejó a Esmeralda un tanto confundida.


    ¿No los japoneses eran más discretos para mostrar sus emociones?, ¿entonces por qué aceptó saludar a Emily tan cordialmente?


    —Lamento llegar tarde, tuve unos problemas con mi vestuario. —Emily se veía distinta a como Esmeralda la recordaba, sus lentes eran más claros y menos tenebrosos. Además, la mirada fulminante que dejaba congelados a sus enemigos ya no estaba y en su lugar, Esmeralda vio unos orbes dulces.


    —No te preocupes, igual acabo de llegar. —Ryo no mentía, un rasgo que aprendió de Emily fue su torpeza para vestirse o que algo le quedase bien, en los meses que llevaban siendo amigos fue viendo muchas características que jamás imaginó de la chica justiciera.


    —E-Entonces que quede claro, esto es solo una salida informal, n-no es que sea una cita. —Emily volteó su cabeza hacia otro lado con un rubor en sus mejillas, Esmeralda abrió su boca hasta el piso, ósea… ¡Era en verdad la misma Emily!, la chica amargada y destructora que juró acabar con la maldad y ser fiel al código heroico.


    —Lo que usted diga, alteza. —Ryo le guiñó el ojo cariñosamente, gesto que a Emily nuevamente le sacó un rubor mucho más grande que su propia sangre.


    —Me alegra que lo entiendas, ahora vamos, que tengo hambre. —Los dos caminaron hacia una cafetería cercana, no era muy cara, pero tampoco lucía mal, un lugar ideal para los estudiantes preparatorianos y universitarios. Esmeralda olvidó por completo sus planes, poniendo como prioridad el espionaje de esta cita sin sentido. ¿Cómo demonios pasó esto?, Ryo nunca les dijo que mantenía contacto con Emily, no obstante, a lo mejor él no sabía la verdadera profesión de la chica, sí, eso debía de ser, pensó Esmeralda.


    —Voy a llegar al fondo de esto. —Y así, nuestra adorable stalker comenzó su invasión de privacidad.


    —¿Qué vas a pedir, Emily? —Ryo vio el menú sin mayor prisa, todas las opciones le parecieron aceptables, así que esperó a su compañera para tomar una decisión.


    —Creo que un asado de carne con papas, ¡me encantan! —Nuevamente Emily volvió a sonreír, su radiante expresión contrastaba con su actitud de vengadora solitaria.


    —Entonces pediré lo mismo que tú.


    —E-Eh, no tienes que hacerlo, pide lo que más te guste —susurró Emily.


    —Confío en tus gustos culinarios, además, eres de este país y seguro sabes más de la gastronomía que yo. —Los dos llamaron a una mesera y ésta los atendió amablemente, tras pedir las órdenes la pareja quedó sentada frente a frente, por un momento hubo un silencio incómodo, situación que calmó un poco a la protagonista —. ¿Y cómo te va en tu nueva escuela? —preguntó Ryo.


    —No me va mal, aunque casi no hablo con nadie. —Emily aún conservaba esa aura intimidante que repelía a las personas normales, no obstante, Ryo decidió ignorarla. Debido al incidente de los recuerdos confusos, el joven ganó cierta resistencia ante los impulsos naturales de querer rechazar lo sobrenatural, una habilidad inútil y con más desventajas que ventajas, pero al menos podía estar cerca de Emily sin sentirse intimidado.


    —Deberías sonreír más, seguro tendrías más amigos si lo hicieras. —Ryo le dio palmaditas suaves en la cabeza, gesto que a Emily no le desagradó en lo absoluto.


    —No necesito más amigos —sentenció.


    —¿Entonces conmigo te basta? —Aquel comentario fue dicho con otro guiño en el ojo, gesto que Emily no pasó de largo y naturalmente, se sonrojó.


    —¡Eh!, c-claro que no, pero tú eres el que insistió acercarse a mí.


    —Buen punto, eso no te lo discuto. —La comida les llegó pocos minutos después (qué rápidos), posteriormente la pareja empezó a consumir sus alimentos lentamente, Emily comía de forma reservada y Ryo trataba de actuar conforme a las reglas de la etiqueta. Esmeralda esperó que los dos empezaran a discutir algo importante, es decir, por qué se habían reunido. La jovencita se negaba a creer lo que ocurría, alguien tan rota y pecadora como Emily no merecía el tipo de trato que Ryo le daba.


    “Lástima”, pensó Esmeralda, Ryo era un joven bondadoso, alguien que no dejaría a su suerte a las personas tristes. Por lo tanto, nuestra heroína pensó que su amigo sentía lástima por Emily, aquella suposición no debería estar equivocada, si el mundo fuese un lugar justo la respuesta anterior habría sido la indicada. Pero no, Esmeralda comprendió desde un inicio que Ryo Yamamoto no sentía lástima por nadie.


    Él no era capaz de ayudar a alguien simplemente para llenarse el ego.


    —Oye, ¿qué hacemos luego de comer? —preguntó Emily, un tanto avergonzada por no tener que combatir ni nada.


    —Podemos dar un paseo por el distrito comercial, siempre vengo por acá, pero la gente de los negocios a veces me saluda y pasamos un buen rato.


    —Oh, ¿en verdad eres tan conocido?


    —Hm, yo no diría conocido, más bien ellos me ven y yo los saludo, es cuestión de educación, supongo. —Los dos continuaron comiendo hasta que terminaron sus platos, en seguida, el japonés pidió la cuenta y la mesera llevó los papeles correspondientes. Para ese momento, Esmeralda se sentó en un negocio cercano con la vista perfecta hacia la cita, pero lo bastante lejos para no ser captada con las manos en la masa.


    —Me pregunto a donde irán. —La pareja caminó alrededor del distrito comercial, en un principio no platicaban mucho y simplemente se limitaban a mirar las tiendas sin nada especial. No obstante, Emily tímidamente quería acercar su mano a la de Ryo, como si fuese uno de esos mangas Shoujo baratos, donde la chica siempre tenía miedo de hacer el primer movimiento con su interés romántico.


    “Esto no puede ser”, volvió a pensar.


    —No seas tan tímida. —Ryo tomó su mano de un ligero apretón, Emily no se resistió ni tampoco sacó su mano bruscamente, en vez de ello dibujó una pequeña sonrisa que la hizo ver realmente hermosa —. ¡La tarde es joven!, ¡vamos al centro de juegos!


    Como si se tratase de una escena cliché, Ryo y Emily corrieron juntos en dirección a los juegos, a los dos no les preocupaba nada en aquel momento, simplemente disfrutaban del clima y la felicidad de estar juntos. Emily no lo aceptaba, pero en ese instante no era una vengadora ni tampoco la heroína de corazón fulminante. Simplemente era una chica disfrutando el sentimiento más placentero de la vida: El romance.


    Esmeralda no era ninguna estúpida, hasta su densidad podía reconocer fácilmente que los ojos de Emily eran los de una mujer enamorada. ¿Cómo rayos llegó a suceder tal injusticia?, alguien que realmente no merecía ningún gramo de felicidad la estaba desbordando con su sonrisa.


    —No es justo… —susurró, ¿por qué una pecadora como ella podía ser feliz?, alguien que mató muchas vidas indiscriminadamente por una palabra tan ambigua como la justicia. El peso de sus pecados debería estar aplastándola, que ella estuviese divirtiéndose tan tranquilamente era una prueba real de la injusticia mundial.


    Mientras Esmeralda se lamentaba por la felicidad de su rival, Emily gozaba de las maquinitas del establecimiento. La chica sonreía como nunca antes lo había hecho en toda su vida, primero jugaron al baloncesto en miniatura, Ryo anotó los tres balones en fila, mientras que Emily falló dos de sus tres disparos.


    —Eh, no me gusta el baloncesto —bufó Emily.


    —Pero si es muy divertido, ¡juguemos de nuevo! —Ryo encestó los balones uno tras otro, como si fuese un jugador de la NBA en una exhibición matutina.


    —¡No perderé! —Pero Emily esta vez no pudo encestar nada, sus mejillas se inflaron y luego hizo un pequeño pucherito —. Ah, mejor juguemos ese. —La chica señaló un juego de tiro al blanco, su acompañante asintió con la cabeza y luego de recoger los tickets que salieron del juego se dirigieron a la siguiente atracción.


    Emily le disparó a todos los objetivos con los ojos cerrados y sin ningún problema dio en el blanco, Ryo se quedó con la boca abierta al ver semejante demostración de habilidad, incluso los otros jugadores aplaudieron como si estuviesen viendo a una ídolo en su debut. El intento de Ryo no fue malo, pero quedó corto con el performance de Emily.


    —¡Gané! —exclamó Emily.


    —Así parece… Continuemos jugando.


    La feliz pareja jugó hasta que dieron las siete de la tarde, Esmeralda no se despegó ni un momento de su misión, la chica no se dejó ver y como si se tratase de un evento sobrenatural usó sus poderes para pasar desapercibida y no ser notada por las personas comunes. No era tan difícil repelerlos, simplemente debías poner un tanto de energía mágica alrededor de ti, luego, crear una barrera ligera que repeliese a los humanos sin defensas contra la hechicería. El resto era historia.


    Con los tickets que ganaron alcanzaron a canjear un pequeño osito de peluche, no era la gran cosa, pero su apariencia adorable pareció gustarle a Emily, por ende, Ryo se lo regaló.


    La cita poco a poco llegaba a su fin, Ryo y Emily caminaron tomados de las manos sin decirse mucho más, sin embargo, no había necesidad de hacerlo, el simple hecho de estar juntos bastaba para responder cualquier interrogante que Esmeralda tuviese que hacer.


    “¿Y ahora qué?“


    Esmeralda en un principio pensó salir de su escondite y decirle a Ryo que clase de persona era Emily, no tanto porque estuviese preocupado por su amigo, más bien, no deseaba aceptar que alguien como ella estuviese tan feliz. Su instinto de Maho Shoujo se lo decía fervientemente.


    Aun así, el verla tan feliz luego de haberla humillado con la verdad tampoco le daba muchas razones para actuar así. No era su incumbencia, con solo darse la vuelta e ir a casa podría darle fin al asunto. Y en ese momento, la prueba de fuego ocurrió.


    —¡Ayuda, me han robado! —Una voz femenina gritó desde la distancia, Esmeralda vio a un hombre con pasamontañas corriendo en dirección a la pareja. No había duda alguna que era un ladrón, llevaba consigo una navaja para pelar frutas y la bolsa recién robada. Ryo no previno lo que pasó después, Emily se colocó frente al ladrón y lo miró con un semblante tan oscuro que paralizó al ratero rápidamente.


    —¡Eres mío! —Emily no tuvo piedad, cuando el ladrón entró a su área de alcance fácilmente le quitó el cuchillo con una llave de judo, posteriormente jaló su brazo derecho y de una sola maniobra lo rompió, provocándole un dolor horrible al carterista.


    —¡Ah! —exclamó el ladrón, al no poder soportar el dolor cayó al suelo de cara y quedó inmóvil por el agarre de la agente —. E-Espera, m-me rindo —rogó, pero Emily no lo escuchó y sin más demora tomó su otro brazo.


    —Espera, Emily. —Incluso Ryo quedó paralizado, él ya sabía de este lado temible de su querida Emily, pero era la primera vez que lo veía en persona. De la adorable chica que jugó con él toda la tarde no quedaba nada, al parecer, la vengadora seguía viviendo en lo más profundo de su corazón.


    —¡No me detengas, Ryo!, estos hijos de puta son una escoria de la sociedad, no merecen perdón, ¡nadie lo merece! —Hablando de hipocresía, Emily también cometió muchos crímenes, pero hasta hace unos minutos vivía como una doncella enamorada. Esmeralda sonrió placenteramente, ahora Ryo había visto la verdadera cara de Emily, era cuestión de tiempo para que le diese la espalda.


    —Pero, ¿no era esto lo que deseabas evitar, Emily? —Ryo recuperó rápidamente la cordura, no era tiempo de andar asustado, más cuando la cordura de Emily volvía a balancearse peligrosamente.


    —Lo sé y lo entiendo, ¡pero no puedo negarlo!, dentro de mí corazón, sé que soy una heroína. —Emily levantó al criminal con sus manos desnudas y en seguida lo pateó en la cabeza, noqueándolo en el acto. Ryo tampoco pudo evitar aquella muestra de brutalidad tan certera, Emily le rompió la nariz y posiblemente provocó un daño irreparable a su rostro.


    ¿A cuántas personas más no habrá robado?, ¿hirió a un inocente en el pasado?, Emily no sabía nada, simplemente actuó de acuerdo a sus sentimientos justicieros y el odio hacia la escoria en general. Esmeralda continuó viendo aquella escena lamentable, el joven japonés yacía parado sin encontrar algo que decirle a su preciada compañera, ¿cómo iba a responderle?


    Sus palabras siempre fueron convincentes para los demás, desde niño nació con un carisma especial capaz de conmover a la gente. Pero Emily era diferente, ella no se negaba a escucharlo, pero tampoco le hacía caso, más que nada por esa ideología tóxica de querer ser una justiciera. Pero más que eso, lo que a Emily realmente moldeó su personalidad fue la sociedad donde vivía.


    A la mayoría de los niños mexicanos se les enseñaba a hacer el bien porque solo así podían encontrar la felicidad, por ejemplo: “Si te portas bien, te compraré X cosa”, con ese condicionamiento ideal, las personas crecían para volverse miembros productivos de la sociedad, ganando recompensas iguales al esfuerzo empleado para conseguirlas. ¿Utópico, no?, por desgracia, la vida real estaba repleta de injusticias.


    Personas que no deberían ser felices lo eran y santos repletos de bondad encontraban finales horrendos. Este mar de contradicciones terminó por hundir a Emily en un abismo de desesperación, siempre atada por una doble moral que la acosaba desde las sombras. No había mayor remedio para ella, desde el momento en que aceptó unirse a los cazadores selló su destino. Al menos, eso debía ser lo ideal, el camino correcto a recorrer para no sentirse culpable consigo misma.


    Pero… Ahí estaba ella, jugando a la hipocresía, saliendo con Ryo y sonriendo como si estuviese libre de pecados.


    —Emily, ¿en verdad piensas eso?, ¿qué no deberías ser feliz? —preguntó Ryo.


    —¿Es qué no lo ves?, Ryo, tú eres una persona maravillosa, yo no debería tener el derecho ni de mirarte a la cara. Quería jugar esta mentira, aceptar estos lindos sentimientos de mi corazón, pero… Simplemente no puedo dejar todo atrás, el peso de mis pecados es demasiado y no me arrepiento de ello. Jamás me disculparé ante estos imbéciles, podrán quitarme todos los miembros de mi cuerpo y yo seguiré riéndome de sus muertes. La escoria sin valor no merece vivir, yo lo hago con gusto y placer, aún si termino viviendo una vida de calvario jamás me arrepentiré. Es por eso que somos personas diferentes, Ryo, tú deberías odiarme.


    —¿Y por qué tendría qué hacerlo?, yo no te odio, Emily, comprendo que no quieras perdonarte a ti misma. Sin embargo, yo… —Ryo no pudo continuar, no porque fuese callado por alguna fuerza externa, simplemente no encontró que decir. Emily sonrió mientras dejaba al criminal en el suelo, la chica realmente sintió el aprecio de Ryo, por desgracia, aquellos sentimientos también le hacían daño.


    —No digas más, con que no me hayas insultado me siento feliz, creo que esto no funcionará. Quise mentirme a mí misma por un momento y lo conseguí. Vivir la vida de una colegiala como cualquier otra, salir a una cita, enamorarme de un chico imposible de obtener. Sí, viéndolo desde un punto de vista neutro, jugué el papel de una heroína Shoujo, me hubiese gustado seguir mintiendo así, sin embargo, no importa que tan placentero sea un sueño… Éste desaparece al despertar.


    Emily se dio la vuelta y caminó unos cuantos pasos para alejarse de Ryo, aquel momento era la despedida, Ryo sabía que si no pensaba rápido podía perderla para siempre.


    ¿Y qué razones tenía él para detenerla?


    Ryo ayudaba a todos los que podía simplemente por buena voluntad, no obstante, tampoco era un ególatra en busca de aceptación. El querer salvar a Emily era un capricho más que una muestra de generosidad, sí, al chico realmente no le importaba la Emily del pasado, él quería estar con la jovencita tsundere que odiaba perder en los videojuegos y mostraba expresiones graciosas.


    “Aún si estoy enamorado de un mentira, ¡me esforzaré para volverla realidad!”


    Con ese pensamiento en mente, Ryo hizo lo imposible, el chico dejó atrás todas sus dudas y de inmediato agarró a Emily de la muñeca antes de que pudiese alejarse más. La chica realmente se sorprendió mucho, sus ojos se abrieron en par como dos grandes esferas, pues ni en sus más locos sueños imaginó que alguien la detendría de esa manera.


    —¿Qué pasa? —susurró Emily.


    —No te vayas, Emily, entiendo que no puedas perdonarte a ti misma. Para ser sincero y no hipócrita, si hubieses dañado a alguien que me importa seguramente te odiaría y ninguna disculpa sería suficiente para recuperar mi cariño. ¡Pero no lo has hecho!, no me importa si no puedo perdonar tu pasado, al menos, déjame perdonar a la chica que está junto a mí. —Ryo abrazó a Emily suavemente, ella ni siquiera se resistió, dejó que los brazos del muchacho la rodearan como un escudo protector contra la tristeza —. Te quiero, Emily, aún si es una mentira, yo me esforzaré para que empieces a amarte nuevamente.


    —E-Eh, ¿en verdad está bien?, no lo merezco, y-yo no lo… —Y en ese momento, Ryo la silenció con un beso, aquella muestra de afecto fue suficiente para salvarla, desde el momento en que sus labios se juntaron su destino fue sellado. A pesar del dolor, el arrepentimiento y el desprecio, Emily sintió por fin lo que significaba ser amada.


    La pareja continuó besándose por unos segundos, concluyendo de esa forma la cita e iniciando su romance. Todo parecía estar bien, salvo para Esmeralda…


    —D-Debe ser una broma…


    Esmeralda no aguantó más la hipocresía de Emily, la chica salió corriendo del lugar sin importarle la pareja besándose o el ladrón noqueado en el piso.


    —¡No puede ser!, ¡no puede ser! —Nuestra heroína realmente estaba molesta, ¿cómo no iba a estarlo?, alguien que no merecía ser feliz por fin encontró el máximo placer de la vida. Esmeralda corrió por toda la ciudad hasta que sus pulmones le exigieron un descanso, cuando la jovencita elevó su mirada se encontró a sí misma parada en la arboleda donde lucharon contra Vortex, el nigromante del tiempo.


    —Es que no puede ser, no puede ser, ¡esta mierda no puede estar sucediendo! —La chica invocó varías ramas de la nada y en un arrebato de furia destrozó los troncos muertos que todavía quedaban en pie —. ¿Por qué?, no lo entiendo, simplemente no puedo entenderlo.


    Esmeralda continuó destrozando el bosque por otros diez minutos, sus ramas imponentes aplastaban los árboles caídos con una furia extrema. La chica lloró de frustración y envidia, su madre le decía a cada momento que debía ser una chica buena para poder ser feliz y tener éxito en la vida. No, aquel simple pensamiento no era la causa de su enojo.


    El amor de Ryo era genuino y hermoso, un sentimiento tan puro que incluso Esmeralda sintió celos. ¿Por qué alguien tan pecadora como Emily podía recibir dichas emociones?, mientras que Esmeralda se torturaba a sí misma con la justicia ideal de las Maho Shoujo.


    Sí, la verdadera razón por la cual Esmeralda odió a Emily fue la siguiente: Envidia, ella se rehusaba a tener más contacto con Pablo Casanova porque sabía que no era digna de estar a su lado, desde un principio le mintió y lo puso en peligro cuando Gilberto Casanova los atacó, además, su presencia solamente le causaba dolor al pelirrojo.


    —Yo no lo merezco, no es justo para nadie que estemos juntos. —No era un berrinche nada más, sus palabras estaban bien fundamentadas, en primer lugar, porque Pablo nunca tuvo a una persona que lo amara desde la infancia, bastaban pocas muestras de afecto para ganarse su frágil corazón. Si había un Dios justo en este mundo, debería evitar cualquier acercamiento entre Pablo Casanova y Esmeralda de la Luz, era lo justo, lo correcto…


    Sin embargo, el beso de Ryo y Emily todavía seguía grabado en su interior, aquella muestra tan hermosa de afecto le terminó de convencer.


    —Es cierto, ya soy una Maho Shoujo por mero placer, no tengo obligación ni tampoco estoy atada al código de mi madre. Entonces… —Y de repente, Esmeralda comenzó a reírse, fueron carcajadas repletas de lágrimas y enojo, pudo haber gritado o seguir destruyendo el bosque, pero prefirió reírse, no solo de su destino, sino de toda la ideología que había estado defendiendo hasta hace media hora —. Entonces, si una pecadora como Emily puede ser feliz, yo también merezco serlo, ¿verdad? —Sus ojos perdieron el brillo hermoso que los caracterizaba, claro, ese momento de locura fue momentáneo, al cabo de cinco segundos volvió a la normalidad y sus risas pararon.


    Ryo y Emily se hicieron pareja en ese instante, los dos consumaron su romance sin percatarse de las terribles cosas que iban a pasar en el futuro. Ryo estaba tan enamorado que por su mente nunca pasó la siguiente interrogante: ¿Fue la elección correcta?, en vez de ello, sonrió por el resultado sin importarle el proceso.


    Esmeralda por otro lado, se propuso luchar nada más por su felicidad y retomó la iniciativa en su relación con Pablo Casanova. Ya no le importaba si era moral o no, lo mismo con su trabajo como Maho Shoujo. En pocas palabras, Esmeralda se contradijo por voluntad propia…


    Fin de la historia 33

    Bueno, eso es todo, desde aquí comienzan nuevos arcos argumentales que nos acercan cada vez más al climax, espero les haya gustado c:
     
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  15.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

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    Wow... primero que nada, me gustan los palos disimulados que le das a los Shoujos baratos :V

    En segunda... creo que Esme, a pesar de sentir una envidia enorme por Emily (Magical Blade), al fin está entendiendo que ella debería buscar su propia felicidad y ya. Yo hubiese razonado igual, pero sin destrozar troncos y posiblemente animalitos habitando adentro n_nU

    No pensaba concordar con esto... hasta ahora. Nuevamente Wendy brilla por su ausencia y debería golpear la cuarta pared hasta volverla arena y ripio -w-U. O sea, espero que un día salga de la computadora y te noquee xD jajaj... perdón, ya sé que Esme es la prota y esas webadas, pero igual n_nU. Y sí, ya sé que le dedicaste un Gaiden o algo así hace mucho en la época en donde todavía no terminabas Flores Entrecruzadas... pero estaría chido que lo repitieras acá xP

    Volviendo al episodio, mi escena favorita (aunque no lo preguntases, te lo diré igual) fue cuando Emily hizo mierda al ladronzuelo. Mira que así comienzan los políticos de hoy. Digo... la verdad es porque no me gustan mucho los episodios pastelosos centrados en el romance, así que un poco de acción es bienvenida :V

    Nos vemos en otra, compadrito
     
  16.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

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    Crónicas de una Maho Shoujo
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    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
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    51
     
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    Bueno, capítulo nuevo y arco argumental inédito, no digo más c:



    Historia 34: La secta


    La calma regresó al pueblo por un breve periodo de tiempo, Esmeralda de la Luz poco a poco retomaba su relación con Pablo, al principio solamente caminaban juntos a la escuela como antes, pero al cabo de dos semanas, nuestra dulce heroína por fin le tomó la mano. Ambos caminaron sonrojados hasta las puertas de la escuela, posteriormente se soltaron y avanzaron a paso lento hacia el aula.


    —B-Bueno, demos lo mejor de nosotros en clase. —El comentario de Esmeralda funcionó para romper el silencio, pues habían estado casi dos minutos sin decirse nada.


    —Claro, todo sea por aprobar —respondió Casanova.


    Aquella escena matutina era todo lo que deseaban, una pequeña paz que vino a costa de muchos sacrificios y momentos de reflexión. A Pablo no pareció molestarle la decisión de Esmeralda, el joven no era nada posesivo ni celoso, si ella era feliz con sus actividades mágicas entonces la dejaría ser. Eso sí, Pablo no era ningún ayudante de la justicia ni nada parecido. Para ser exactos, la plática que tuvieron respecto al tema fue apenas la noche anterior, durante varios días, quedaron con ese pendiente, ya que ninguno tenía el valor de romper el hielo entre ellos. Lo curioso fue que ambos decidieron hablar al mismo tiempo.


    —Pablo, tenemos que hablar. —La noche de su discusión no era diferente a las que solía tener aquella ciudad, las estrellas se ocultaban bajo las nubes y el smog que la ciudad producía. Esmeralda decidió ir a la casa del pelirrojo para tratar el asunto, no obstante, lo encontró en la puerta de su hogar listo para caminar hacia su vivienda.


    —Oh, yo pensaba lo mismo, ¿hablamos, entonces?


    —Sí, en tu patio está bien.


    —¿Vas a continuar siendo una Maho Shoujo? —preguntó Pablo, el chico fue directo al grano, sin rodeos ni especulaciones.


    —Sí, esto me hace feliz, lo pensé mucho y no puedo dejar todo lo que construí por una sola derrota. Sé que soy egoísta y hago daño a la gente que quiero, pero no puedo evitarlo, necesito esta vida. —Esmeralda no se explicó mucho, simplemente dijo el contenido de su corazón sin reservarse. Pablo Casanova soltó un suspiro y luego sonrió.


    —Ya lo sé, si algo te hace feliz no debería molestarme. —Pablo le dio unas palmaditas en la cabeza en señal de afecto —. Haz lo que más placer te dé, si tú eres feliz yo también lo seré.


    —¿Eh?, ¿en serio? —preguntó Esmeralda, visiblemente sonrojada.


    —Sí, eres una persona preciada para mí, lo que más quiero es verte sonreír. Sin embargo, no puedo ayudarte a combatir a los criminales, a menos que me afecten como individuo o tu vida esté en severo peligro. Advierto que no trataré de arrestar a los villanos como lo haces tú, si los encuentro, acabaré con ellos, ¿estás bien con eso?


    —De acuerdo, pero tengo una pregunta, Pablo, ¿por qué no deseas convertirte en un vigilante?, eres la persona más poderosa de la ciudad y también un peleador habilidoso. Podríamos luchar juntos para ayudar a mucha gente, seríamos la sensación… ¿No te llama la atención mi idea? —Esmeralda sabía de antemano la respuesta de su amigo, no obstante, nada perdía con preguntar.


    —No, este pueblo me trae solo malos recuerdos, cuando estaba solo nadie se acercó a darme la mano. Me compararon con Gilberto y en lugar de conocerme dieron un juicio de valor contra mí. Lo siento, Esmeralda, no soy una buena persona, la gente de esta ciudad me trató muy mal, por ende, no tengo ganas de protegerlos ni ayudarlos. Cada quien se esfuerza como puede, estas personas no merecen mi ayuda, además, el trabajo de vigilante se me daría mal. Pero mis amigos son distintos, si uno de ustedes estuviese en grave peligro no dudaría en ayudarlos, solo espero que esa situación nunca llegue. —El chico sonrió con dulzura con ese último comentario.


    Esmeralda entendió sus razones, Pablo Casanova no era una persona generosa en ese sentido. Moralmente hablando, él no tenía la responsabilidad de usar sus poderes por los habitantes de Juan Álvarez, su decisión no podía ser tachada como egoísta.


    —Ya veo, si no quieres serlo nadie puede obligarte, tú entiendes mi pensamiento y yo entiendo el tuyo. Lo respeto, Pablo. —Esmeralda extendió su mano tímidamente hacia el muchacho.


    —También comprendo el tuyo, por eso te admiro mucho, Esmeralda, alguien capaz de dar su tiempo y energía para ayudar desconocidos merece reconocimiento. Aún si lo haces para subir tu ego, en el fondo sigue siendo una buena acción, las intenciones pasan a segundo plano con la realidad. Eres alguien que jamás podré alcanzar.


    —G-G-Gracias —comentó, visiblemente apenada —. N-No es para tanto, yo también admiro tu fuerza y poder.


    —Entonces, E-Esmeralda. —Pablo tartamudeó un poco, de hecho, su rostro se tornaba cada vez más rojo con el pasar de los segundos —. ¿Podemos volver a caminar juntos a clase?


    —¡Nada me haría más feliz! —Ni siquiera lo pensó, nuestra heroína moe respondió al instante con un brillo hermoso en sus ojos, el mero hecho de caminar junto al chico que le gustaba era suficiente para conmover sus sentimientos.


    —¡Está decidido entonces! —Y con esa última exclamación, los dos estrecharon sus manos, retomando así la relación que tenían antes del incidente.


    Volviendo al presente…


    Las clases ya estaban llegando a su punto final, quedaban pocos meses para la graduación y los alumnos de último año revisaban sus futuras universidades o intentaban terminar las tareas más relevantes del parcial. Esmeralda como siempre logró quedar en los lugares más altos de su clase y Wendy, bueno, ella tenía salud.


    —¿Por qué no puedo hacer nada bien? —cuestionó la rubia con lágrimas en sus ojos y un examen de matemáticas reprobatorio —. ¿Para qué demonios me van a servir estos números?, ¡no entiendo nada! —bufó, Esmeralda le dio unas palmaditas para animarla.


    —Te servirán para graduarte, Wendy, ¡animo!, no eres la única reprobada, si estudias lo suficiente podrás recuperarte en el primer ordinario. —Más de la mitad de la clase reprobó la prueba, por ende, el profesor les dio una segunda oportunidad para mejorar su nota, o al menos, aprobar la materia.


    —Mira quien lo dice, señorita notas altas.


    —Deberías quejarte menos y estudiar más, de lo contrario estarás atrapada en esta escuela un año más.


    —Gracias por los ánimos, supongo —comentó Wendy con cierto sarcasmo, Esmeralda le guiñó el ojo y sacó su lengua burlonamente.


    —Para eso están las amigas.


    —¡Ni loca!, voy a estudiar como una máquina y aprobaré el examen, ¡lo juro! —La determinación de Wendy estalló, si algo la distinguía como persona era su espíritu de lucha, no solo para los combates. Con un brío renovado, nuestra candente heroína se puso a repasar sus apuntes sin entender un carajo. Al menos, murió intentándolo.


    En fin, cuando la campana de salida sonó, Esmeralda y sus dos amigas salieron juntas por la puerta principal. A decir verdad, ninguna de las tres tenía ganas de entrenar karate ese día, por ende, prefirieron caminar por ahí durante la tarde que tener que aguantar los sermones de Rance y Ryo acerca de la marcialidad.


    Las calles se veían relativamente activas por el distrito comercial, muchas tiendas y restaurantes estaban repletas de clientes, la mayoría simples trabajadores del centro que aprovechaban sus ratos libres para comer o despejarse de las labores. Gracia notó que el número de estudiantes disminuía cada vez más, ni siquiera los típicos grupitos de chicos sociales podían verse en las plazas y cines de la ciudad.


    —Qué raro, normalmente vemos más personas de nuestra edad por acá. —El comentario de Wendy fue acertado, no obstante, tampoco prestaron atención a ese detalle, cerrando el tema de conversación con un simple: ¡Ajá!


    Las tres jovencitas comieron juntas en un pequeño restaurante familiar, posteriormente vieron algunos vestidos y luego terminaron comparando precios en una tienda de juegos. Nada fuera de lo normal sucedió, para las seis de la tarde ya no había nada por hacer, poco a poco el sol se ocultaba en el horizonte como si estuviese diciéndoles que ya era hora de ir a casa.


    —Vámonos —comandó Esmeralda, sus acompañantes simplemente asintieron con la cabeza y retomaron el rumbo a la intersección.


    —Por cierto, Wendy, ¿por dónde queda tu casa? —preguntó Gracia.


    —Oye, yo también quiero saber. —Esmeralda tampoco sabía en dónde vivía su amiga, detalle extraño, ya que nuestra heroína no sabía muchas cosas de Wendy, pero ella sí conocía toda su vida a máximo detalle. ¿Por qué nunca habló de ella misma antes?


    —Pues nunca preguntaste, yo vivo más allá de la carretera, posiblemente a veinte minutos de la casa de Pablo. No me molesta caminar ni nada, de hecho, me ayuda a relajarme y acomodar mis ideas, como es una zona silenciosa nadie interrumpe mis pensamientos.


    —¿Caminas esa distancia todos los días?, impresionante —afirmó Gracia.


    —No es para tanto, a veces me detengo a mitad del camino para sentir la brisa matutina o los respiros finales del crepúsculo. A pesar de vivir intensamente cada segundo de mi vida, hasta yo sé cuándo debo detenerme y tomar un respiro, de lo contrario, acabaría calcinándome a mí misma en preocupaciones, ¿no creen?


    —Tienes razón. —Gracia comprendió a Wendy, a lo mejor ella tenía circunstancias especiales y por ende no quiso preocupar a sus amigas. Esmeralda, por otro lado, solamente sonrió dulcemente, el hecho de imaginar a Wendy relajada y sin andar saltando por ahí se le hizo difícil de creer.


    —Hey, ¿me estás imaginando con un atuendo de yoga o algo así? —preguntó la rubia, visiblemente fastidiada.


    —¿Cómo lo supiste?, ¿acaso ya lees la mente?


    —No necesito leerte la mente para adivinar lo que piensas, tu rostro habla por ti —bufó Wendy, posteriormente sacó la lengua de manera graciosa.


    —Ustedes dos deberían dedicarse a ser un dúo de comedia, en verdad me hacen reír con sus bromas. —Gracia disfrutaba el pequeño show que se montaban sus dos amigas, Wendy actuaba como la tonta del grupo y Esmeralda la chica seria/inteligente, no obstante, a veces cambiaban de papeles, provocando así resultados muy curiosos.


    —¡Seríamos un éxito!, ¿verdad, Esmeralda? —La chica rubia abrazó a su amiga y la estrujó.


    —S-Sí, pero no me aplastes o nuestro grupo se hará un monologo en menos de lo que canta un gallo.


    Las cosas parecían pacíficas y tranquilas hasta ese punto, sin embargo, ninguna de las tres pudo notar la presencia que apareció frente a ellas. A diferencia de la intromisión pasada, este nuevo individuo no tenía ninguna intención asesina o ganas de pelear, simplemente estaba parado junto a un poste de luz que poco a poco se iba prendiendo por la oscuridad que lentamente abrazaba la ciudad. Esmeralda no sintió hostilidad hacia él, por lo tanto, decidió ignorarlo, Gracia hizo lo mismo, seguramente era un simple peatón más que pasaba por ahí.


    Pero… Wendy no lo hizo, la chica se le quedó viendo perplejamente, como si estuviese viendo a un fantasma.


    —¿Sucede algo, Wendy? —preguntó Esmeralda.


    —N-No puede ser, esto no puede ser posible, ¿por qué estás aquí, Carlos? —La chica rubia se dirigió al hombre que estaba parado sin voltear a verlas, éste giró su rostro hacia ellas y sonrió amargamente, sus orbes cafés y piel blanca lo hacían ver relativamente normal para aquella comunidad. El muchacho tenía el pelo negro, una complexión parecida a la de Pablo y vestía un pantalón deportivo negro, también portaba una camisa china común, como las que usaban los artistas marciales de dicha región.


    —He venido por ti, Wendy, ¿acaso ya lo olvidaste?, no puedes abandonar nuestra promesa. —Esmeralda y Gracia no sabían lo que pasaba, ambas quedaron totalmente boquiabiertas ante la inesperada revelación. ¿Promesa?, ¿de qué rayos hablaba ese hombre?, pensaron a la vez.


    —No la olvidé, pero no tengo intenciones de cumplirla nunca más. Lo siento, pero si el maestro te mandó aquí perdiste tu tiempo, Carlos. —La respuesta de Wendy fue fría, lejos de ser la chica sonriente y bromista que hace rato jugaba con Esmeralda.


    —Eh, ¿qué pasa?, no sé quién eres pero no puedes venir a reclamarle a Wendy eso. Vete, antes de que llamemos a la policía. —Esmeralda valientemente se puso frente a su amiga, la chica pensó que se trataba de algún tipo de acosador o algo parecido.


    —¿No les contaste nada de mí?, supongo que tampoco les contó nuestro pasado en la Secta.


    —¡No digas más!, chicas, él tiene razón, yo no les conté porque no quería recordar mi tiempo ahí. —Wendy puso su mano en el hombro de Esmeralda, posteriormente apartó a su amiga sin lastimarla ni tampoco faltarle el respeto —. Yo se los contaré, no se preocupen. Carlos, si el maestro no te ha mandado, ¿por qué sigues insistiendo?


    —Esto no tiene nada que ver con él, tú y yo éramos los mejores de la Secta, todos te extrañan, el ya no tenerte sonriendo con nosotros es doloroso, sobre todo para mí. Wendy, ¿lo olvidaste?, los momentos que pasamos juntos y las promesas interminables que nos realizamos. Estoy seguro que no.


    —¿Cómo olvidarlos?, no voy a negar que mi pasado en la Secta tuvo momentos buenos, pero lo que hacían estaba mal. No estoy de acuerdo con la ideología de la Secta, ahora soy Magical Fénix, una Maho Shoujo que ayuda a las personas de esta ciudad. Esa es mi nueva meta, Carlos, lamento que lo nuestro no vaya a funcionar, si dejaras al maestro y te unieses a nuestro equipo, seguramente nuestro romance florecería.


    —Entiendo, ¿no podré convencerte con mis palabras, verdad? —Carlos bajó su cabeza y suspiró resignadamente, el chico parecía estar preparado psicológicamente para ser rechazado, pues no dijo nada más.


    —Ya sabes que soy una cabeza dura sin remedio —bromeó Wendy.


    —Por eso me gustas mucho, Wendy, siempre tan firme con tus decisiones, a pesar de estar equivocada vas a defender tu punto hasta el final. Es una pena que nuestro amor no vaya a funcionar, yo jamás abandonaré al maestro, tú no retrocederás ante tus palabras. Menuda situación más complicada. —Carlos se cruzó de brazos, al parecer, no tenía intenciones de iniciar una pelea con las chicas.


    —Lo siento, Carlos, sabes que te amo, pero no podemos estar juntos. Tú y yo tomamos caminos diferentes desde que dejé la Secta, seguramente la siguiente vez que nos veamos trataremos de luchar mutuamente. Pero… Siendo sincera, preferiría no tener que pelear contra ti.


    —Digo lo mismo, tienes más amigas y amigos, probablemente acabaré peleando con uno de ellos. Entonces, solo para estar seguro, ¿no vas a volver, verdad?


    —No, pero gracias por venir, para ser sincera deseaba verte una última vez. —Wendy caminó hacia el muchacho lentamente, ambos quedaron frente a frente, sus miradas no se despegaban y por un instante, los jóvenes recordaron sus memorias, aquellas noches sin descanso bajo la tutela del maestro, las fiestas con los demás miembros y por supuesto, el eterno sueño de querer cambiar al mundo.


    —Es una pena, en verdad… Es una pena. —Carlos soltó unas cuantas lágrimas de arrepentimiento, el muchacho no fingía ni tampoco se hacía la víctima, sus sentimientos eran reales. Gracia trató de usar sus poderes empáticos junto a Toñita para ver la veracidad de sus palabras, el resultado fue sorprendente: Carlos en verdad estaba sufriendo, las lágrimas que salían de sus ojos no paraban de brotar, en aquel instante, sus orbes parecían cascadas de cristal repletas de tristeza y dolor.


    —Es la primera vez que te veo llorar y eso que te conozco desde hace muchos años.


    —Tienes razón, esta es la primera vez que lloro. —La voz estoica de Carlos no se rompió a pesar del llanto, el muchacho sintió como una parte de su alma se destrozaba de forma irreparable —. Mi madre se suicidó y mi padre murió cuando era joven, en ese entonces no podía entender el sentimiento de perder a alguien, simplemente fue algo que pasó y no pude evitar. Pero contigo es diferente, eres la persona más preciada de mi vida, Wendy, perderte de este modo es demasiado triste, hasta para mí.


    —También es difícil para mí, fuiste la persona que me salvó aquella noche de invierno, de no ser por ti jamás habría llegado hasta aquí. Pero… Mis convicciones valen más que el amor, no volveré con el maestro nunca más.


    —Este es el adiós. —Carlos besó la mejilla de Wendy por última vez, ella no correspondió el beso, de hacerlo acabaría por sucumbir en la tentación de amarlo y posiblemente viviría arrepentida toda su vida. Por consiguiente, nuestra rubia favorita simplemente sollozó en silencio, como si estuviese cortando manualmente todos los lazos de su pasado —. Cuídate mucho, Wendy, no hace falta decir que somos enemigos ahora.


    —Espero no volver a verte nunca más —susurró Wendy.


    —Deseo lo mismo, sería una tortura tener que luchar a muerte contigo, luego de todo lo que pasamos me dolerá mucho. En fin, chicas, a ustedes no las conozco, pero veo que son amigas de Wendy, quiero agradecerles por darle un lugar a donde pertenecer, aún si ella abandonó a la secta, me alegra saber que hubo personas capaces de entenderla y acogerla. Lamentablemente, el destino quiso que fuésemos enemigos, si las vuelvo a ver, acabaré con ustedes también. —Esa última amenaza estuvo carente de hostilidad, por un momento Carlos imaginó un mundo diferente, donde pudiese estar con Wendy sin tener que estar atado a su código de honor y lealtad hacia el gran mentor.


    Pero aquello era solo eso, un delirio de tristeza que poco a poco iba desapareciendo.


    Carlos se fue sin dejar rastro alguno, Wendy estuvo de pie por unos segundos sin saber que decir, lo mismo ocurrió con Esmeralda y Gracia. ¿Qué podían decirle?, ¿cómo podían preguntarle lo qué pasó?, todo fue tan repentino que las jovencitas necesitaron algunos minutos para entender el encuentro.


    —¿Puedo ir a tu casa, Esmeralda?, ya no tiene sentido seguir ocultándolo. Les contaré mi historia.


    —No tienes que obligarte a contarnos, a veces es mejor dejar el pasado atrás —comentó Gracia.


    —Lo entiendo, pero realmente necesito decirlo, ya no soporto más guardar este maldito secreto que me destruye por dentro. Esmeralda, Gracia, ustedes son mis mejores amigas y considero justo que sepan la verdad detrás de mí…


    —Comprendo, vamos a mi casa entonces, ahí nos dirás lo que deseas contarnos.


    Las tres chicas caminaron a la casa de Esmeralda sin decirse ni una palabra, quizá porque estaban algo ansiosas por conocer la verdad. Wendy nunca habló de ella misma antes, siempre respondía con generalidades o cosas comunes que cualquier persona podría decir con solo mirar. No sabían el nombre de sus padres, su familia, de donde obtuvo sus poderes ni el entrenamiento marcial.


    “¿Cómo podía llamarme amiga de Wendy si no conocían nada de ella?” pensó Esmeralda.


    Fin de la historia 34

    Bueno, es todo por el momento, querían Wendy, pues ahí tienen Wendy, su arco argumental empieza ya.
     
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  17.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

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    DAFUQ!? Buena historia, compa o-oU... ya me preguntaba qué había pasado con Carlos que en Flores apareció pero aca, ni rastro de él... hasta hoy o_o

    Wow... en cierta escena de un capítulo anterior comencé a pensar que Wendy ocultaba algo. Ahora al fin se amplió esa parte de la historia.

    Por otra parte, me reí bastante con ciertas frases que usaste... en especial el "bueno, tenía salud" xD. Qué buena aplicación de las frases de memes actuales :V jeje...

    Y sí, yo quería saber un poco más de Wendy, y no me arrepiento :V. Solo espero que esto lo hayas tenido planeado desde hace un rato y no estés haciendo fanservice como Kishimoto xD

    Nos vemos, ¡Y que chinguen a su madre el América y Sasuke Uchiha! :P
     
  18.  
    Andrea T

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    Jaja io.

    Cuando te pedi que aparecier carlos no te pedi esto ;-; me parte el alma.
    Me puse a llorar, fue demasiado sad.
    Cuando vi el nombre carlos hubieras visto mi reaccion xD estaba feliz, pero me arruinaste ;-; pobre carlitos el de verdad la quiere *cries x1000* es muy sad :( por queeeeeee me haces estooooo? Carlos es la vida :c no lo hagas sufrir!! Todos sufren mas en maho que en flores xD
    Bueno, nos vemos! :)
     
  19.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

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    Capítulo nuevo, fuerte y poderoso, disfruten.



    Historia 35: Fénix caído

    La ciudad estaba devastada, cientos de bombas caían del cielo como gotas de agua y al explotar, destruían los edificios pobres y las carreteras mal construidas. Era un infierno terrenal, las personas corrían por sus vidas sin preocuparse por los demás, después de todo, nadie quería convertirse en una víctima sin voz ni rostro en aquella interminable guerra.

    Pero no era algo raro para ellos, los países de medio oriente siempre tuvieron problemas bélicos a través de la historia, desde pequeños se les enseñaba a los niños una cosa: Sobrevivir, el resto venía sobrando, las comodidades y felicidad eran solo lujos acaudalados que no podían permitirse.

    Los aviones continuaron bombardeando por dos días continuos, luego las tropas de infantería comenzaron a realizar asaltos por todas las calles destruidas y las avenidas ruinosas. Había enfrentamientos sangrientos a cada hora, militares contra rebeldes, mercenarios y milicianos, la gente dejó de ver a los bandos como seres diferentes y los clasificó a todos como asesinos. Claro, ¿qué entendían ellos de ideologías políticas?, ¿de recursos naturales y grandes sumas de dinero?

    Nada, definitivamente nada.

    Los pobladores no entendían por qué eran atacados desde hace generaciones. Tampoco podían culparlos, su día a día consistía en esquivar bombardeos y balas, el hecho de salir a la calle era una actividad riesgosa que ni siquiera en sus casas estaban a salvo. Sin embargo, aquel día hubo un bombardeo mayor, las personas que corrían despavoridas fueron las primeras en terminar pulverizadas en medio de una lluvia de metralla.

    —¡Mierda! —El grito de un hombre adulto alertó a los pobladores de una segunda oleada de bombas, ¿pero qué podían hacer?, las casas de mala calidad no soportarían un ataque más, salir a la calle era un suicidio y los militares rebeldes acribillaban a todo civil que encontrasen en las calles. Menudo infierno vivían…

    Cuando el bombardeo terminó solo quedaron cenizas, escombros y miles de cadáveres desparramados por todos lados. En medio de aquella escena surrealista caminaba una niña pequeña, era rubia y sus ojitos infantiles carecían de algún color. Su pequeño cuerpo delgado por la desnutrición y los moretones le impedía avanzar más rápido.

    —Hey, parece que hay alguien vivo. —La niña escuchó una voz masculina detrás de ella, con sus pocas fuerzas pudo ver a un soldado corriendo rápidamente hacia su dirección. De inmediato sintió peligro, las intenciones de ese hombre eran malas, incluso un infante medio muerto podía entenderlo.

    No obstante, correr era imposible, el hombre verde agarró a la chica del cabello y de un jalón la llevó consigo hacia la base militar donde acampaban los rebeldes. No hacía falta decir que la pobre pequeña tuvo que ser arrastrada, ya que el malhechor disfrutaba verla sufrir y llorar por la pérdida de su libertad.

    Ellos eran un grupo de mercenarios encargados de traficar con armas y brindar sus servicios a las fuerzas de insurrección o gubernamentales. Rifles de alquiler, por así decirlo, personas que crecieron entre la guerra y no sabían otra cosa más que dispararle a la gente para hacerlos sufrir. Dentro de su base había más niños, todos de cinco a nueve años de edad, la mayoría huérfanos de guerra o pequeños abandonados por sus padres en medio de los tiroteos constantes que azotaban el país.

    La pequeñita volteó a ver a su alrededor en búsqueda de un amigo, confidente o alguien que le hiciera compañía. No obstante, nadie la volteó a ver, esos niños estaban igual de rotos que ella, sus esperanzas de vivir terminaron en el momento en que fueron capturados por los mercenarios.

    De ahí en adelante transcurrieron meses infernales, los niños eran forzados a trabajar contra su voluntad, ya sea cargando municiones, complaciendo a los soldados o simplemente sirviendo como catarsis para descargar sus frustraciones. Hubo un pequeño que fue asesinado de un tiro a la cabeza solo por tropezarse frente a su captor, otro murió de inanición al no ser alimentado por tener mal aspecto. Varios enfermaron y apenas podían moverse, claro, este detalle solo hizo que incrementase la carga de trabajo.

    Ocho meses resistieron, hasta que cierto día el líder de los mercenarios simplemente se aburrió, ya no consideró entretenido mantenerlos vivos, pues debían trasladarse a otra ciudad para continuar peleando una guerra sin final. Un soldado sugirió abandonarlos en el desierto, pero el jefe de ellos rápidamente negó esa idea, el tener que llevarlos a dicho lugar implicaba gastar gasolina y recursos importantes, inversión que no estaban dispuestos a realizar.

    —Pues mátenlos y listo —concluyó.

    A las ocho de la mañana, los quince niños sobrevivientes hicieron una línea con las manos y piernas atadas, todos ellos estaban cabizbajos porque conocían ya el destino que les aguardaba. Su verdugo era un hombre con pasamontañas y rifle de asalto AK-47, el arma típica de los revolucionaros.

    —Fue un placer tenerlos con nosotros, ya mueran. —El primer pequeño fue ejecutado de un disparo en la frente, no gritó ni tampoco mostró miedo, simplemente aceptó la muerte como un final indigno a su corta vida.

    Los demás también se resignaron, ninguno tenía ya ganas de vivir…

    Pero…

    ¡Era injusto!

    La pequeña elevó su mirada para ver los cuerpos de diez ejecutados, quedaban solo cinco y ella era la última. No podía aceptarlo, ella no hizo nada malo para terminar así, los pocos recuerdos que almacenaba de sus padres eran amargos, siempre escondiéndose de los bombardeos o corriendo para salvar su vida. Nunca tuvo la oportunidad de ir a la escuela o conocer amigos, ¿era así como iba a morir?

    No, definitivamente no.

    La niña cerró sus ojos fuertemente y pidió un deseo a la nada: “Deseo cambiar al mundo, esto definitivamente está mal”, ese pensamiento se repitió en su mente muchas veces hasta que finalmente, un milagro inesperado ocurrió. La bala que debía matar al décimo niño se detuvo en el aire, como si alguien hubiese puesto pausa a un video.

    —¿Qué demonios? —preguntó el verdugo.

    —¿No es el mundo un lugar injusto?, parece que he llegado justo a tiempo, pequeña niña. —Un hombre apareció de la nada, vestía un traje de gala antiguo color negro y una capa del mismo color, su apariencia contrastaba mucho con los equipamientos militares que traían los mercenarios —. A ustedes no los necesito.

    Y tras decir eso, el cuerpo del ejecutor ardió en llamas hasta volverse cenizas, fue tan rápido que el hombre ni siquiera tuvo tiempo de gritar. Los demás soldados salieron de su escondite y rociaron al sujeto con una lluvia de balas, no obstante, ninguna logró tocarlo, los proyectiles pasaban a lado de él o por encima, como si estuviesen evitándolo conscientemente.

    —¡¿Qué demonios es ese monstruo?! —exclamaron.

    —¿Monstruo yo?, creo que ustedes realmente no me conocen. —De sus manos salieron dos enormes llamaradas contra la humanidad de los militares. Estos no tenían defensas mágicas ni la velocidad suficiente para esquivarlas, por ende, terminaron calcinados en un santiamén sin tener la oportunidad de gritar o lamentarse por sus horribles muertes —. Niños desafortunados, les doy la oportunidad de unirse a mi secta para cambiar este mundo, ustedes han sufrido en carne propia las injusticias que nos rodean y también habrán notado que las cosas no están para nada bien. ¿Era la opción correcta matarlos?, sí, lo era, esos tipos iban a seguir matando gente inocente si no los detenía, pero… ¿Vale la pena cuidar un mundo donde la opción correcta es el asesinato?, piénsenlo bien, miren a su alrededor todas estas ruinas tan desoladas. ¿En verdad quieren conservar esto? —Las palabras de ese hombre sonaban mesiánicas, las mentes jóvenes de los pequeños hicieron clic rápidamente con su discurso, después de todo, aquel misterioso sujeto no estaba equivocado.

    —¿Y tú, quién eres? —preguntó la niña rubia, cuyos ojitos desconfiados trataban de mantenerse firmes.

    —Yo soy un mago y puedo conceder milagros. —El suelo sangriento desapareció en un abrir y cerrar de ojos, llevándose consigo los cadáveres apestosos de los militares, en su lugar un montón de flores y árboles comenzaron a crecer mágicamente y sin ninguna explicación lógica —. Mi nombre es Wiccato, ahora necesito su respuesta, sobrevivientes, ¿vendrán conmigo?

    No había necesidad de preguntar, los cinco niños asintieron de inmediato y abrazaron al sujeto como si fuese su propio padre. Los siguientes meses transcurrieron con rapidez, la niña rubia tuvo un nuevo nombre: Wendy, Wiccato vio en ella un potencial increíble para su hechicería especial, por ende, la tomó como aprendiz principal dentro de aquel grupo que salvó.

    Claro, Wendy al principio no tenía esa personalidad explosiva y candente que la caracterizaba, sino todo lo contrario, la chica siempre veía de lejos a los demás miembros de la secta, no hablaba con nadie, salvo con Wiccato. Su mirada parecía perdida en el tiempo, como si fuese un cadáver reanimado por alguna especie de magia.

    Nada tiene sentido

    Wendy se iba a dormir todas las noches con ese pensamiento, la pequeña necesitaba un impulso que reanimase sus ganas de continuar viviendo para servir a la secta. Y fue entonces cuando lo encontró.

    —Oye, niña, apuesto a que puedo hacer las formas mejor que tú. —Un niño de cabello negro y complexión delgada la llamó por detrás, cuando Wendy volteó su rostro vio al infante imitando sus movimientos con una precisión brutal. De hecho, Wendy pensó que estaba haciendo magia.

    —Oh, lo haces muy bien, ¡pero yo puedo hacerlo mejor! —Wendy también incrementó la firmeza de sus katas, por un momento, la jovencita abandonó su propio aburrimiento para centrar su atención en aquella insignificante competencia de formas. Los dos estuvieron así el resto de la tarde, hasta que decidieron dejarlo en un empate.

    —Muy bien, ¿cómo era tu nombre? —preguntó el jovencito.

    —Ah, yo soy Wendy, ¿y tú? —cuestionó la infante.

    —Me llamo Carlos, tengo algo de tiempo en esta secta, de hecho, vivo aquí.

    —Bueno, supongo que yo también vivo en este cuartel. —Wendy quería terminar rápido la conversación, pero Carlos insistió en hablar un poco más, su mirada amable y gentil hizo que la rubia se fuese abriendo lentamente hacia los demás miembros. Pero este proceso no fue sencillo, durante el primer año que Wendy pasó en la secta solamente habló en contadas ocasiones con sus compañeros.

    Nadie podía culparla, el trasfondo de Wendy, junto a los otros cuatro niños que rescataron era uno de los más crueles dentro de la secta. En ella había chicos de distintas edades, incluso adultos que llevaban más tiempo trabajando junto a Wiccato.

    Las instalaciones eran gigantescas, como el mago creó una isla solitaria en medio de la nada, el gremio mágico y los purificadores del Vaticano ni siquiera sabían que existía. De hecho, Wiccato era muy conocido pero a la vez todo un misterio entre la comunidad mágica, la gente lo trataba más como una leyenda que una persona realmente viva. En fin, Wendy pasó sus primeros dos años callada y sin decir muchas cosas.

    —Wendy, vamos a ver tu progreso. —Cierto día, Wiccato llamó solo a Wendy al campo de prácticas, el mago lucía intimidante a primera vista, pero cuando hablaba con sus estudiantes su voz parecía la de otra persona, al mismo tiempo, el semblante malvado que usaba contra sus enemigos desaparecía.

    —Sí, maestro. —Wendy golpeó el aire con sus puños, al hacerlo, varias bolas de fuego salieron disparadas hacia todas las direcciones, para tener solo dos años entrenando aquel progreso fue digno de elogio, tanto que Wiccato aplaudió.

    —Interesante, parece ser que la hechicería de fénix va muy bien contigo. No es un fénix real, pero sí uno falso capaz de imitar sus poderes a la perfección, sabía que poner en tus venas la energía de esta criatura mágica era buena idea. En fin, quiero que vengas tú también, Carlos. —El mago llamó al pequeño que se escondía detrás de unas cajas de utilería, al parecer, el niño veía a Wendy practicar para mejorar sus propios movimientos con una rigidez superior —. No tienes por qué intentar imitar a Wendy, Carlos, tu estilo es completamente distinto.

    Wiccato sentó a Carlos junto a Wendy, posteriormente caminó hacia el centro de la arena para mostrar dos katas distintas, la primera poseía velocidad y reflejos, justo como la rubia solía hacerlo. No obstante, la segunda kata mostró mucho más pesadez, potencia y sobretodo, precisión, los golpes, patadas e incluso la respiración difería mucho, al grado de parecer un arte marcial distinta.

    —Impresionante —murmuraron ambos al mismo tiempo.

    —Wendy, tú poder es el fénix ardiente que radica en lo más profundo de ti, eres una peleadora rápida que puede usar hechicería elemental especial. Carlos, en tu caso manejas el chi, la energía natural que existe en todo el planeta, eso te permite mantener una precisión superior a cualquier defensa mágica existente. Ambos se complementan muy bien, por eso los considero los mejores de esta generación en la secta. —El mago acarició las cabezas de ambos niños a la vez, en seguida mostró una sonrisa amable que dejó a los pequeños un tanto ruborizados.

    —Es un honor ser halagado por usted, maestro —respondió Carlos.

    —L-Lo mismo digo —complementó Wendy.

    Desde ese día, Carlos y Wendy se esforzaron al máximo para llenar las expectativas del maestro, los dos mantenían una sana competencia entre ellos para ser los mejores y eventualmente, comenzaron a ser admirados por los demás miembros de su edad. La gente los llegó a llamar, el dúo dinámico, Wendy incluso copió de forma burda el movimiento especial de Wiccato y Carlos alcanzó un nivel de control energético digno de un maestro shaolin. Poco a poco se fueron volviendo poderosos a una edad relativamente joven.

    Años transcurrieron y las prácticas solo incrementaron su dificultad, aun así, Wendy no vio esas pruebas como un obstáculo, más bien, fue un desafío agradable que pasó con el apoyo de todos. La chica finalmente aceptó a los demás miembros de la secta como parte de su familia, ellos también la idolatraban como si fuese la princesa de un gran castillo. Todo iba viento en popa, aún si los planes de su maestro seguían siendo un misterio, Wendy confiaba plenamente en el hombre que le salvó la vida.

    Una noche antes de tener su primera misión real, Carlos y Wendy se miraron mutuamente frente al jardín del cuartel, los dos ya no tenían esa rivalidad infantil que compartieron durante su infancia, sin embargo, aún competían por trivialidades o simplemente coqueteaban como dos adolescentes normales.

    —Mañana vamos a tener una misión de verdad, ¿no estás emocionada, Wendy? —preguntó Carlos.

    —Mentiría si te digo que no, la secta quiere cambiar al mundo, así que haremos algo que ayude a las personas. ¡No sabes lo feliz que soy!, todo nuestro entrenamiento por fin dará frutos. Por cierto, Carlos, nunca te lo pregunté, ¿pero cómo llegaste a la secta?

    —Mi madre se suicidó cuando papá falleció, él era un soldado, la verdad desconozco bien lo ocurrido, pero Wiccato me recogió cuando me iban a botar directo al orfanato. Le estoy agradecido, apenas tenía cinco años de edad, pero todavía recuerdo bien el momento en que apareció. —Carlos cerró sus ojos por un momento, como si estuviese viviendo de nuevo aquel momento tan desgraciado —. Parecía una figura salida de otro mundo, me habló con una voz pesada pero condescendiente y me ofreció ir con él. La verdad no sabía si era una buena o mala persona, simplemente deseaba desaparecer y en cierto modo, lo conseguí, dentro de estas paredes no soy nadie, solo un miembro más de la orden. Por eso me esfuerzo tanto, porque comprendo que este mundo puede cambiar si me esfuerzo lo suficiente. —Carlos sonrió dulcemente a la chica, dicho gesto provocó en Wendy un ligero rubor en sus mejillas, de hecho, era la primera vez que se sonrojaba.

    —Sí que tienes bien puestas tus metas, ¡de acuerdo!, vamos a esforzarnos juntos para cambiar al mundo mañana, ¡es una promesa! —Los dos chicos estuvieron mirándose fijamente por un momento, habían pasado tantos años juntos que nunca se dieron cuenta de los cambios físicos que ambos tuvieron. Wendy ya no era la niña flaca y desgarbada de su infancia, sus hermosos ojos reflejaban esperanza y ya no vacío como en el pasado. La atracción natural era obvia, incluso los otros miembros de la secta bromeaban al respecto.

    Con aquella promesa de por medio, Carlos y Wendy comenzaron su primera misión al día siguiente.

    Wiccato mandó a un grupo de diez personas, entre ellos nuestro adorable dúo dinámico. La misión consistía en recuperar una serie de cristales mágicos, ubicados en una ciudad africana a media guerrilla. Los chicos se transportaron usando aviones militares, pagados por el mismo Wiccato, querían hacerlo durante la madrugada, específicamente las cuatro AM, esto para tomarlos desprevenidos y no llamar mucho la atención de los guerrilleros.

    Wendy sintió nauseas cuando bajó del vehículo, el aroma a plomo sangriento le hizo recordar las horrendas imágenes de su infancia. No obstante, ya no era una niña débil, ella tenía la fuerza suficiente para prevenir tragedias y cambiar al mundo, por ende, la rubia elevó su mirada al frente, sin miedos ni contemplaciones. ¡La Wendy del pasado ya no existía!

    —Muy bien, nuestros enemigos son un grupo de terroristas que usan brujería como arma, ellos tienen unos cristales muy raros que el jefe necesita. Tengan cuidado, no tenemos registros de las técnicas que usa el enemigo.

    Brujería, conocimientos arcanos que no estaban regulados por ningún gremio central, técnicas prohibidas o anticuadas, cuya efectividad ya no podía ser comprobada por ningún medio legal. El uso de estas costumbres para fines ajenos a la investigación estaba penado por la ley, no obstante, algunas tribus o países alejados de la civilización todavía usaban estas artes raras como parte de su vida diaria.

    —¿Tenemos qué exterminarlos si nos atacan? —cuestionó uno de los compañeros de Wendy.

    —No dejen a ningún hostil vivo. —La palabra del comandante fue certera, tras realizar unas cuantas planificaciones a la base enemiga, la misión comenzó. El cristal se encontraba en lo alto de un edificio viejo y desgastado, los grafitis en idioma desconocido para Wendy decoraban aquella reliquia de la civilización moderna. A lo lejos, autos destartalados ofrecían un refugio para los niños callejeros que día con día luchaban para sobrevivir, ya sea robando, trabajando de halcones o realizando tareas peligrosas, que ni siquiera la escoria más ruin se atrevería a hacer.

    —Tenemos que subir ese enorme edificio viejo. —Carlos se escondió a dos calles del objetivo, Wendy estaba con él, los equipos se dividieron en parejas y cada uno rodeó al objetivo en forma circular, así ningún enemigo podría escapar en caso de detectar a una sola pareja.

    —Así es, vamos. —Los únicos que hacían guardia en la fachada eran dos sujetos armados con rifles AK47, guerrilleros comunes que uno encontraba en cualquier esquina. Carlos corrió rápidamente hacia ellos, empleando un impulso de chi en sus piernas para no hacer ningún ruido, justo cuando los hombres notaron su presencia el muchacho los noqueó de una patada a la cara. Wendy sonrió al ver la habilidad de su compañero, en verdad todos esos años de entrenamiento los habían vuelto súper humanos.

    Al menos, a comparación de personas normales.

    Tras ocultar a los guardias en unos escombros, la joven pareja entró al edificio desgastado. Éste resultó ser mucho más grande de lo que aparentaba por fuera, ya que había un enorme agujero en el suelo, los chicos miraron hacia abajo y efectivamente, un camino subterráneo yacía escondido bajo aquella terrible fachada.

    —¿No el cristal estaba arriba? —preguntó Carlos.

    —Regla número uno de los informantes, siempre haz lo contrario a lo que te digan. El gran maestro quería este cristal, entonces debe ser importante y la gente no suelta información así nada más. En todo caso, vamos a meternos.

    —Ok, hagámoslo.

    Los chicos entraron al subterráneo de un solo salto, el lugar los recibió con unas pinturas rupestres muy extrañas, en ellas se veían a varios individuos bailando alrededor de una fogata, como si se tratase de una escena prehistórica. Carlos y Wendy no sintieron ninguna hostilidad por el momento, de hecho, el sitio parecía desierto, sin ningún guardia o centinela sobrenatural vigilando los alrededores.

    —¿Qué hacemos ahora?, ¿continuamos caminando o regresamos? —Carlos examinó de nuevo el camino, lo único que encontró, además de las pinturas, fueron piedras y concreto destrozado.

    —Vamos a ver a donde conduce esto —comentó Wendy.

    El escenario aterrador apenas iniciaba, poco a poco restos humanos iban invadiendo el suelo, la mayoría de esos huesos tenía más de medio siglo estando ahí, el resto fue introducido recientemente. Carlos llegó a esa conclusión por el estado del calcio y la forma de las osamentas distribuidas por las paredes y suelo.

    —Esto no me gusta para nada. —Wendy visualizó un objetivo a diez metros de distancia, era un adolescente de catorce o quince años, su piel negra repleta de quemaduras y complexión desnutrida no era una visión extraña en dicha región, donde la hambruna y violencia estaban a la orden del día. No obstante, algo en él lucía realmente fuera de lugar.

    Carlos no sintió hostilidad de él, de hecho, no sentía nada, incluso un maestro del chi como él podría reconocer la presencia de alguien con solo reunir la energía natural del medio ambiente. Pero aquel niño no emitía calor ni tampoco respiraciones, parecía una estatua parada en medio sin ningún movimiento. Wendy trató de acercarse con las manos arriba para no asustarlo, ¿era caso un prisionero de guerra?, ¿o un guardia?

    No, no podía ser un guardia, ¿cómo iba a defender este sitio con un cuerpo tan débil y desnutrido?

    —Oye, ¿e-estas bien?

    —Intrusos… —susurró, al hacerlo una enorme mano salió del suelo en dirección a Wendy, por suerte, la chica saltó en reversa y retomó su posición de combate. La mano estaba compuesta de huesos humanos desparramados por todo el suelo, el chico mantenía unidos los componentes gracias a un hechizo poco ortodoxo de manipulación.

    —¿Qué demonios le pasa a ese niño? —Carlos evadió un puñetazo gigante que iba con toda la intención de matarlo, sus movimientos precisos superaban por mucho la torpeza del puño desproporcionado. Carlos cargó de lleno contra el invocador, éste no tenía la fuerza ni la velocidad para esquivar el golpe al pecho que le propinó. Luego del impacto la mano desapareció y por ende, su invocador cayó al piso inerte.

    —Eh, n-no puede ser, ¿está muerto? —preguntó Wendy un poco aterrada, la idea de tener que matar niños no le agradaba en lo absoluto, menos si se trataban de pequeños en condiciones precarias.

    —Sí, al parecer sus cuerpos están muriendo lentamente, a este pequeño no le quedaban muchos días de vida. Mierda, odio pelear contra seres como ellos. —Carlos no le dio más vueltas al asunto, en una batalla a muerte no había lugar para contemplaciones. Todos los miembros del grupo enemigo debían morir, esas eran las órdenes del gran jefe.

    El dúo dinámico avanzó por las temibles catacumbas, de igual modo, vencieron a otros cuatro adolescentes guardianes con la misma apariencia y técnicas, de todos modos, no eran la gran cosa, ¿en verdad valía la pena tenerlos como guardianes?, pensó Carlos. Oponentes tan débiles no debían estar custodiando un objeto de alto valor, a no ser que algo más grande estuviese esperándolos más adentro de la base enemiga.

    —Esto apesta, Carlos, quiero irme —susurró.

    —No podemos, tenemos que terminar la misión. — ¿Y si aquellas batallas fueron puestas con la intención de desmotivar?, cualquiera estaría desanimado si tuviese que matar niños desnutridos para continuar la misión. No obstante, siempre existían personas enfermas, gente que amaba matar por mera diversión y normalmente esos individuos eran los que más realizaban misiones como la suya.

    —Pero no lo entiendo, ¿por qué nos hicieron pelear contra ellos?, sabían que vencerlos sería fácil para nosotros. ¿Acaso quieren qué nos confiemos? —Wendy trató de razonar como ellos, no obstante, le parecía totalmente fuera de lugar que mandasen chivos expiatorios a morir inútilmente.

    Entonces, la respuesta final apareció frente a ellos…

    Luego de haber caminado por casi un kilómetro el recinto finalmente mostró su verdadera cara. Había un altar gigantesco, hecho de huesos humanos y carne descompuesta, el hedor invadió los sentidos del dúo dinámico, cuyas miradas estuvieron clavadas literalmente en el sujeto que yacía sentado sobre un trono compuesto de cadáveres. Era un hombre musculoso, medía casi dos metros de largo y estaba semidesnudo, en sus manos cargaba un enorme báculo de madera con una punta de lanza pequeña, no obstante, el hecho más desgarrador no era la apariencia de aquel guerrero tribal, sino las pequeñas presencias ocultas entre la basura y mierda acumulada.

    Sí… Niños pequeños…

    Sus edades eran menores que las de los centinelas, no pasaban los nueve años de edad, todos lucían demacrados, desnutridos hasta los huesos y su número aumentaba. Salían de todas partes, cada escondrijo del lugar tenía al menos cuatro refugiados, cuyas miradas perdidas ya ni siquiera podían ser salvadas. Wendy pudo tener un destino similar de no haber sido por Wiccato.

    —¿Qué significa esto? —preguntó Carlos, el muchacho ni siquiera escondió su hostilidad hacia el guerrero marcado.

    —Parece que ese desgraciado de Wiccato mandó a sus perros de caza. No me molesta, ustedes no son rivales para mí. —Con un aire confiado y casi soberbio, el peleador de enormes bíceps caminó unos cuantos pasos hacia el frente —. ¿Quieren los cristales del cielo, verdad?, pues no se los daré, incluso yo sé que Wiccato está loco de remate.

    —¿Loco, Wiccato?, ¡mira a tu alrededor!, ¿qué hiciste con estos niños? —Carlos tronó sus manos como muestra de hostilidad, el ver a esos pobres infantes tan acabados y carentes de vida encendió la fibra sensible del muchacho.

    —Oh, estos inútiles solo son mi combustible, practico el arte de absorción vital, devorando la energía mágica de personas jóvenes mi cuerpo asciende sobre sus límites, permitiéndome tener hazañas sobrehumanas. ¿Cómo crees qué he sobrevivido en este país de guerra?, ¿cómo crees que obtuve los cristales del cielo?, ¡todo se trata de poder!, estos huérfanos no tenían futuro, a lo mucho eran contratados por mercenarios o hechos soldados para vengarse. Le ahorré a la sociedad ese problema y los convertí en algo provechoso, ¡mi alimento! —exclamó, Wendy negó con la cabeza repetidas veces. Esto no era lo que deseaba, en ningún momento quería terminar con vidas inocentes para ayudar a otros.

    Esos niños no podían ser salvados, aquello era una verdad autoevidente, Wendy lo sabía a la perfección.

    No obstante, el hecho de no poder intentar algo imposible, hizo que su corazón se replanteara cuál era su verdadera vocación.

    —La brujería dañina está prohibida —bufó Wendy, con toda la intención de elevar su voz.

    —¿Lo dice un miembro de una secta ilegal?, los dos somos partes ajenas del sistema, pequeña niña. ¿O acaso ustedes no saben las actividades de su glorioso maestro?

    —No le creeré a nadie que usa a niños inocentes para volverse más fuerte. ¡Danos los cristales por las buenas!, o tendremos que matarte aquí. —Carlos ya no deseaba seguir hablando, el artista marcial se colocó en posición de combate, mostrando una hostilidad absoluta e instinto asesino. Wendy hizo lo mismo, ambos observaron a su enemigo sin dejarle una sola abertura.

    A diferencia de sus entrenamientos, los dos tenían la libertad total de matar a su enemigo. Por ende, planearon una estrategia rápida y mortal…

    —¡Entonces mueran! —El guerrero cargó de lleno contra sus enemigos, la velocidad del sujeto sobrepasaba a una motocicleta, pues recorrió 15 metros en solo tres segundos, destruyendo el suelo a su alrededor. Wendy dio un salto hacia la izquierda, Carlos en cambio decidió encarar a su oponente de frente.

    —¡Venga! —El muchacho bloqueó cuatro puñetazos que pudieron haberlo asesinado, de no ser por la concentración de chi que fluía por todo su cuerpo habría muerto hace ya varios segundos. Wendy preparó dos bolas de fuego desde sus manos, posteriormente las lanzó en dirección al guerrero musculoso.

    —No lo harán. —Unos cuantos gemidos de dolor se escucharon a la distancia, al parecer, los pequeños estaban siendo absorbidos nuevamente. Gracias al nuevo impulso de energía, el brujo fue capaz de saltar hacia la izquierda y así esquivar las llamas que amenazaban con calcinarlo vivo —. ¡Grito de las almas! —El brujo clavó su vara en el concreto, de inmediato una enorme calavera negra salió del suelo. Ésta medía dos metros de largo y sus afilados dientes eran suficientes para destrozar cualquier capa de acero.

    —Maniobra defensiva. ¡Ya! —exclamó Wendy, los dos habían practicado esos movimientos por años que ya ni siquiera hacía falta decirlos. Carlos se colocó detrás de su compañera, en seguida, la rubia creó una enorme muralla de fuego lo suficientemente grande para resistir el impacto. Aquella calavera gigantesca terminó por convertirse en cenizas, de inmediato, Wendy convirtió la muralla en una lanza llameante que levitaba frente a ella.

    —¡Lanza del fénix! —exclamó, la chica arrojó su proyectil como si fuese una jabalina. El hombre musculoso rodó por el suelo para evadir la técnica de Wendy, no obstante, Carlos apareció frente a él con un puñetazo directo al estómago.

    —¡Qué mierda! —gritó, el impacto de Carlos fue certero, al punto de romperle algunas costillas por la mera onda del golpe. Gracias a la concentración de chi, el peleador creaba pequeñas vibraciones de energía que golpeaban el cuerpo de su oponente como si fuesen canicas dentro de un espacio cerrado.

    Carlos carecía del poder explosivo y bruto que Wendy tenía, no obstante, sus golpes casi siempre eran críticos, bastaban dos o tres impactos para terminar la pelea. Por sí solo era un artista marcial reconocido, pero con Wendy como aliada su potencial incrementaba todavía más.

    —¡Es hora de terminar! —Wendy dio un salto de dos metros y medio sobre el suelo, en seguida lanzó un golpe llameante contra el cuello de su enemigo. Los instintos salvajes del brujo rápidamente tomaron el control, ya que logró girar sobre sí mismo, imitando el movimiento de un trompo, luego se reincorporó y contraatacó a base de puñetazos desesperados. Aquella era la prueba definitiva de que había perdido el control de la situación.

    —Se terminó.

    Carlos liquidó la pelea en un solo instante.

    Le bastó solo con realizar una defensa básica exterior de cinta blanca y luego contraatacar con su mortal puño asesino al corazón.

    Aburrido pero práctico, Carlos mató a sangre fría sin preocuparse por los chorros de sangre que mancharon sus ropas.

    Segundos después los niños cautivos cayeron al piso muertos, quizá porque el dolor de perder el lazo forzado que los mantenía con el peleador fue demasiado para ellos. Carlos caminó hacia el cuerpo inerte de su rival, tras darle una patada repleta de resentimiento el chico le arrebató los cristales.

    —Misión cumplida —comentó.

    —Los niños murieron… —Wendy no quería llorar, la jovencita usó todas las fuerzas que le restaban para no ponerse a chillar y gritar como una niña pequeña.

    —No había nada que pudiésemos hacer para salvarlos —respondió Carlos.

    —Pero pudimos haberlo intentado, si no hubiésemos matado al guardián del grupo contrario tal vez podríamos llegar a una salvación. O tan siquiera hacer de sus vidas algo más fáciles.

    —Las órdenes del maestro eran absolutas, Wendy, no podíamos hacer nada.

    Sí, por primera vez Wendy se dio cuenta de la verdad: No estaba salvando a nadie, ni siquiera lo intentaban. La chica creyó ciegamente en las palabras del mago y nunca reflexionó por sí misma lo que realmente buscaba, ¿era acaso poder?, ¿fortuna?, ¿o algo más profundo?, sea lo que sea no le gustó, quiso entender el porqué de sus acciones, algún motivo para continuar viviendo de la misma forma.

    Pero no lo encontró.

    Es decir, ¿cuál explicación evidente podía cubrir el asesinato de infantes inocentes?

    Wendy cerró sus ojos y aceptó la realidad…

    No estoy salvando a nadie

    Tras esa misión, Wendy sufrió la misma decepción una y otra vez, cumplió misiones suicidas, mató a personas indiscriminadamente y al final, todo volvía a ser lo mismo. Nadie era feliz, ni ella, ni los demás.

    —Maestro, ¿por qué hacemos estas misiones?, ¿para qué existe la secta? —Cansada de tener preguntas sin respuesta, Wendy decidió hablar directamente con Wiccato, aún con todas las decepciones ella tenía un poco de fe, quizá el hombre que la salvó de ese infierno veía más allá de la realidad.

    —Ya te lo había dicho, queremos construir un mundo mejor, las cosas están mal y debemos hacerlo desde cero. Todo es parte de mi plan, ten fe, Wendy.

    —Pero hemos matado personas inocentes, cometido maldades y para ser sincera, no he visto a nadie feliz por nuestras acciones. Maestro, ¿en verdad ayudamos a la gente? —preguntó.

    —Nosotros no podemos ayudarlos, Wendy, no es nuestra misión. Lo que buscamos es crear un mundo nuevo, uno donde no exista necesidad de ayudar a nadie. Tú misma lo has visto, lo podrido e injusto que es este mundo, viviste en carne propia las injusticias y lo peor, te viste forzada a tomar una decisión correcta, pero inmoral. ¿En verdad vale la pena proteger una realidad así?, yo creo que no.

    —¡Pero podemos intentarlo!, maestro, ya no sé si tus métodos ayudan a la gente. N-No quiero seguir matando personas, quiero ayudarlos, hacerlos felices, convertirme en alguien diferente, alguien capaz de marcar la diferencia. Sí… Yo no quiero ser una heroína, porque eso es lo que he estado haciendo hasta ahora.

    —¿Entonces, qué deseas? —cuestionó Wiccato, sin molestarse ni tampoco mostrar agresividad.

    —Quiero ser como Magical Victory, una Maho Shoujo, leí lo que eran y me enamoré del concepto. ¡Ayudar a las personas y hacerlas sonreír!, he descubierto mi vocación. No quiero ser más un soldado ni tampoco un perro de ataque, lo siento, maestro, pero no puedo permanecer más con la Secta. —Wendy inclinó su cabeza en señal de respeto, a pesar de estar cortando lazos con él, la jovencita todavía le tenía mucha estima.

    —Sabía que este día llegaría, nunca fuiste alguien tolerante con mis métodos, lo supe desde que te recogí aquel día caluroso, en medio del desierto. Pero no te preocupes, todo marcha según mi plan.

    —¿Plan?, ¿a qué te refieres? —cuestionó Wendy, algo confundida.

    —Tú eres una muñeca para mí, Wendy, no importa lo que hagas, cada acción tuya fue pensada de antemano. Incluso el deseo de ser una Maho Shoujo es parte de mi plan maestro, así que adelante, vete, pronto nos volveremos a encontrar y verás cual es mi verdadera meta. Eso sí, ¿estás dispuesta a traicionar a todos tus amigos?, los miembros de la Secta que confiaron en ti y sobretodo, Carlos, el chico que te ama de todo corazón.

    —¿Una muñeca?, maestro, no lo puedo entender, ¿a-acaso usted sabía qué yo abandonaría la secta?

    —Por supuesto, ¿me crees tonto?, todo es parte del plan, eres una muñeca bailando sobre mis hilos. Ya lo verás, buena suerte despidiéndote de Carlos, la necesitarás. —Wendy no dijo nada más, la palabra muñeca quedó resonando en su cabeza, como si fuese una maldición que no deseaba escuchar. Sin embargo, una parte de ella sabía de antemano las manipulaciones de Wiccato, desde el primer momento en que lo vio supo que algo malo ocurría detrás de sus bienaventuradas intenciones. Aquella palabra clave… Muñeca, solo confirmaba su afirmación.

    Solo quedaba una cosa más por hacer, un último detalle para ser realmente libre de sus cadenas: Carlos.

    La jovencita no quería despedirse de él, desaparecer sin dejar rastro era la mejor manera de aceptarlo, saber que volvería a estar sola luego de muchos años en la Secta le destrozaba el corazón. Sin embargo, ya no había marcha atrás, ella tomó su decisión y no podía retroceder ante nada ni nadie.

    —¿Por qué te vas? —La persona que menos deseaba ver apareció detrás de ella, Wendy no giró su cabeza para verlo, su voluntad corría el riesgo de menguar si giraba el rostro para verlo. La expresión del muchacho era evidente, su semblante se vio inundado por una tristeza inimaginable. Sin embargo, no lloró, tampoco le suplicó volver con él, lo único que deseaba era una respuesta, algunas palabras sencillas que le diesen a entender el motivo de su traición.

    —Siento que puedo ayudar a la gente de otras formas, Carlos, no creo que lo entiendas, eres muy fiel a las enseñanzas del maestro.

    —Tienes razón, no lo entiendo, pero no puedo convencerte para que te quedes, ¿verdad? —El muchacho poco a poco rompía su voz, el siempre firme Carlos mostraba muestras de amargura y debilidad, gestos que Wendy desconocía.

    —Desgraciadamente no, ¿yo tampoco puedo convencerte para qué vengas conmigo, verdad? —Wendy deseaba verlo a los ojos por una última vez, pero su fuerza de voluntad resistió esa dulce tentación. Apreciar los orbes del chico más honesto y gentil que jamás conoció en su vida destrozaría cualquier determinación, incluso ella caería fácilmente ante la promesa de felicidad eterna.

    Por ende, no observó como la mirada de Carlos se destruía desde adentro, una parte de él estaba muriendo…

    —Yo no puedo traicionar al maestro, Wendy, ¿en verdad los ideales de la Secta no son para ti?

    —No lo son, ya te lo dije, yo encontraré mi propio camino y forma de hacer las cosas. Les estoy agradecida por todo lo que hicieron por mí, pero ya es el momento de partir. Este es el adiós. —Wendy corrió sin mirar atrás, la chica se fue con el corazón destruido mientras Carlos veía su silueta disiparse en el horizonte.

    Fue así como Wendy dejó la Secta y emprendió un largo viaje hasta la ciudad de Juan Álvarez.

    ¿Por qué eligió esa ciudad?, ni idea, Wendy simplemente se sintió atraída hacia ese pequeño municipio. Lo que pasó después ya lo saben, Wendy creó un alías para expiarse a sí misma de las atrocidades que cometió en el pasado, su nombre fue… Magical Fénix y al igual que esta maravillosa criatura, ella renació por segunda ocasión. Tras ayudar a Esmeralda con un monstruo acuático las dos se hicieron amigas y el resto es historia. O al menos, por ahora.

    Fin de la historia 35

    ¿Qué les pareció el cap?

    ¿Qué piensan de la Secta?

    El climax ya está acercándose.
     
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    J.Nathan Spears

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    Buen Gaiden, mi pana :P. Esta Wendy realmente sufrió muchísimo en su infancia O___o. Y el contraste con el otro Gaiden de Wendy en un fanfic aparte es TAN enorme... e irónicamente Pablín no cambió en mucho, pero las dos Wendys que conozco, pues... vaya, sí que tienen un aura distinta. Y ahora que estamos, las dos Esmes también son bien distintas...

    Claro que los dos Gilbertos sí que son unos hijos de George Soros xD

    Como sea, la secta es... bueno, es algo extraña. Ellos tienen su fin y está todo BIEN planeado por el gran maestro Wiccato. Ay, qué personaje más complejo... no puedo odiarlo así como así.

    Uff, cuánto sufrimiento hay. Tremendo Darkfic que te mandas.

    En fin OwO... toma tu tiempo con la conti xD. Nos vemos...

    Nunca podré imitar o superar esa habilidad para meter tanta oscuridad en los fanfics... no porque dude de mis propias habilidades, sino porque no me gusta todo ese concepto.

    Hasta la próxima xP
     

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