Primera parte Estaba ahí de pie, frente a ella, mintiendo de nuevo. Ha pasado mucho tiempo, casi cinco años; es imposible seguir con esta mentira. No soporto seguir guardando este secreto tan enorme, y menos a Amu. Lo saben pocos, nadie le ha dicho; todos han sido tan amables conmigo. Pero esto termina aquí. Me encuentro aquí con ella, otra vez con estas ropas y fingiendo esta voz semi-forzada: pero esta será la última vez que las use. —Estoy feliz de poder verte de nuevo, Nadeshiko. —Yo también estoy feliz de verte, Amu-chan. —¿Segura que este lugar está bien? —Claro. Dices que aquí venden un té estupendo. —Así es, espero que te sientas a gusto. —Mientras podamos hablar, el lugar importa poco. Bebimos un poco de té, comimos unas galletas; la dejé a ella contarme todo lo que tenía que decirme. Bueno, no "tenía" que decírmelo; a Nadeshiko quizá, pero "a mí" no. Aún así, la dejé disfrutar de la compañía de una gran amiga por última vez. Bueno... Yo no quiero que olvide que "yo" también soy su amigo. Espero que entienda y no se moleste conmigo... No importa que pase, ella tiene que saber. —¿Sabes? Creo que me pondré muy triste cuando tengas que volver a irte. —Por favor, no me digas eso. Recuerda que tienes muchas personas que te quieren y van a estar siempre a tu lado. —Hmm... —¿Qué pasa, Amu-chan? —Normalmente agregas algo como... "No me voy para siempre" —Es que... no puedo decir eso... porque esta vez sería una mentira. —¿Eh? —Ah...... Hay algo muy importante que debí decirte hace mucho tiempo... Debí decírtelo casi que desde que te conocí. —Pero... Nadeshiko por favor, me pones nerviosa. E-evita el suspenso y dime ¿qué es lo que pasa? —......Yo soy Nagihiko.— Al decir esto, volví mi voz a la normalidad. Amu no poseía ninguna expresión en su rostro; nos mirábamos fijo a los ojos. —¿Qué...? ... ¿Qué dices... Nadeshiko?— dijo ella. Me solté el cabello y me quité el poco maquillaje que traía. —No Amu... Nadeshiko no es mi hermana gemela; Nadeshiko soy yo. —Pero... ¿por qué? ¿Por qué vestirte así? ¿Por qué mentirnos? —¿Recuerdas las tradiciones de mi familia? Mi madre no pudo tener una hija, y cuando eso sucede educan a un varón para que viva como mujer y siga las tradiciones. Tuve que mentir... porque es raro... ¿o no? —Ja... De que es raro, es raro... Tus tradiciones no las cuestiono... Pero de verdad que... pudiste habérmelo dicho hace años. —Si tenía un motivo que me hiciera querer decírtelo... se me olvidaba. Porque ese motivo no... A estas alturas no sé si decírtelo o no... —¿Tienes algo más que decirme? —......Amu, yo... Continuará...
Segunda parte —Anda. ¿Qué otra cosa tienes que decirme? —¿Sabes? Ni siquiera importa... —Si, tampoco te importó ocultarme lo de Nadeshiko durante cinco años. —¡No es lo mismo! ... Mira, a diferencia de haberte revelado lo de Nadeshiko, nada va a cambiar si te digo lo otro.— Me puse de pie, dejé dinero sobre la mesa, me di la vuelta dispuesto a irme y le dije —Llámame cuando puedas asimilarlo... y hablaremos con más calma al respecto. Amu no se molestó en detenerme; no la culpo. Pasó una semana entera y no volví a saber de ella. No volví a saber de nadie: ¿será que se lo comentó a los demás y logró que todos se enfadaran conmigo? No digo que lo hiciera a propósito, pero quizás pensarían igual que ella: la diferencia es que ellos no entienden... no tienen idea de las tradiciones en mi familia. Un día, estaba sólo en mi casa (departamento, me mudé) y recibí una visita. —¿Amu? —Lamento la tardanza.— La invité a pasar, nos sentamos frente a frente en la mesa y le serví té. —Lo más difícil de asimilar es que no hayas podido contármelo. Fuera de eso... Yo no pienso haber perdido ni malgastado nada; no perdí el tiempo que pasé contigo o con Nadeshiko, no malgasté ninguna sonrisa que me provocaste, no perdí ningún buen recuerdo con cualquiera de los dos, no malgasté mi confianza en ambos por igual. Tuve una excelente amiga; ¿quién diría que en realidad se tratara de un lindo, inteligente y sensible chico? Todos los recuerdos que tengo son buenos, de nada me lamento; sólo me entristece que lo mantuvieras como un secreto —Lo supuse. Pensé en decírtelo varias veces, pero hasta que no lograra quitarme los ojos de mi madre de encima, tenía que seguir con las costumbres. No es que me molestara vestirme de mujer... tampoco que lo disfrutara... del todo. La gran molestia era tener que fingir con las personas que más me importaban. Con el tiempo, tú, Hotori-kun, Sohma-kun, Yaya, Rima... se fueron convirtiendo en lo más cercano a una familia para mi. No te estaba mintiendo, pero tampoco te dije la verdad. Lo que más me duele es haber tenido que retenerme de decirte la otra verdad que te estaba ocultando: pero me fue más difícil decirlo cuando hace un año tú y Hotori-kun formalizaron su relación... Los ojos de Amu brillaban; estaba al ras del llanto y su cara estaba ligeramente sonrojada. Al darme cuenta de que ya no había vuelta atrás para lo que estaba diciendo, estuve al ras del llanto también. Tomé su mano y sonreí como si fuera a decirle algo como "todo va a estar bien"; y entonces las sencillas y a la vez complicadas palabras salieron de mi boca. —Llevo enamorado de ti desde que nos conocimos. Nos quedamos así por unos segundos. Amu se puso de pie, fue conmigo y me abrazó; yo estaba inmóvil, fue un abrazo muy reconfortable al principio... o eso quería creer yo. Luego me abrazó más fuerte y suspiró. Comenzó a decir —Eres tan dulce... eres muy buen amigo... yo...— No la dejé terminar; le correspondí abrazándole muy fuerte y dejé fluir mis lágrimas sobre su hombro. Estaba triste; pero no quería que Amu lo estuviera. Dejé de formar el abrazo, y cuando lo hice ella me abrazó más fuerte. Ya no sabía que hacer o decir; simplemente me quedé ahí. Al poco rato simplemente ya no me era tan fácil verla a los ojos. —No quiero que dejemos de ser amigos...— dijo. —Descuida... sé que nunca seremos algo más... —... —Pero no olvides que, igual que antes, siempre estaré para ti. Me dió otro abrazó, uno de despedida. Se dirigió a la puerta; oí como se abrió y como se cerró. Me quedé ahí de pie, pensando... "Un novio es tu compañero de por vida que siempre estará a tu lado. Un amigo es un ángel que jamás va a abandonarte ni te defraudará. Soy suertudo de ser su amigo" FIN
