La ley de las calles

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Bast Draco, 27 Abril 2016.

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    Bast Draco

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    Título:
    La ley de las calles
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    2619
    2 Niñas pequeñas se encuentran jugando en un parque, no pasan de los 10 años, se logra escuchar las risas alegres de ambas, pero su rostro esta borroso. De un momento a otro, el alegre escenario del parque cambia a un infierno en llamas, y las risas cambian a gritos desesperados y de dolor...



    Capítulo I: Las sombras del pasado.



    Un joven como de 17 años, piel blanca, delgado y de cabellos negros y ondulados despierta en medio de la oscuridad de su cuarto,, "De nuevo ese sueño, ¿Pero, que significa?" Piensa el joven llevándose las manos al rostro, miles de cuestionamientos cruzan por su mente, vuelve a recostarse en su cama, aun con las manos en su rostro y así permanece por unos minutos hasta que decide levantarse. Una ráfaga de aire frío entra por a su habitación, lo que hace que voltee a su ventana para ver el paisaje nocturno.

    -*A pesar de esté en este asqueroso barrio, la noche sigue siendo hermosa.*- Pensó el joven mientras clava su mirada en la luna….

    - Christopher!.- Gritó una persona desde fuera de la casa.- Christopher, estas ahí?.

    -Ahora para que me busca?.- Dijo el joven mientras tomaba una playera negra que se encontraba en un ropero que estaba a un lado de su cama.

    Se puso la playera rápidamente y salió al encuentro de aquel que lo estaba llamando. Era una joven como de 15 años, tez morena, un poco baja de estatura, delgada, ojos café claro y con cabello castaño, lacio, largo y con unos rayos azules quien esperaba a Christopher con impaciencia.

    - Ahora que quieres, Zafiro?.- Preguntó El joven con un tono adormilado y entre bostezos.

    - No me digas que estabas dormido otra vez.- Dijo Zafiro con tono alegre.

    - Si, necesito descifrar que significa ese sueño que siempre tengo.

    - Y por eso duermes 28 horas al día?. Bueno, tu prometiste que hoy me prepararías esa comida que tanto me gusta.

    -Enserio te lo prometí?.- Dijo el joven rascándose la cabeza y con una mirada extrañada.

    -No te hagas el tonto!!, tu me lo prometiste!!.

    - Esta bien, esta bien, entra, ahora te la preparo.- Una ves terminando de decir eso, Christopher se hizo a un lado, para darle paso a la chica.

    Zafiro solo sonrió con entusiasmo y entro casi corriendo a su casa, mientras Christopher dio un vistazo rápido a la luna, que esa noche se miraba hermosa. “¿Qué significara ese sueño recurrente?” se preguntó de nuevo, miles de pensamientos y cuestionamientos volvieron a recorrer su mente, pero decidió dejar esas preguntas para después y entro a la casa.





    - No puedo creer que nos hayamos alejado del grupo, Armando.- Dijo una niña como de 13 años, cabello castaño largo, ojos verdes y delgada y vestía con un uniforme escolar, se encontraba con su hermano, quien tenía las mismas características, solo que él es niño, y tenía el cabello más corto. Caminando en un callejón oscuro de un barrio conocido por ser el barrio más peligroso de la ciudad.

    -Yo tampoco lo creo, Victoria, pero esto no hubiera pasado si hubieras puesto atención cuando el grupo se fue.- Dijo el niño con un tono de enojo.

    - Me culpas a mí? si yo no fui quien se detuvo a comprar en una tienda de dulces.

    - Lo sé, lo siento, es solo que este lugar me da miedo y por eso digo puras estupideces.

    - Yo también tengo miedo, pero tenemos que encontrar la forma de llegar a casa.

    Ambos niños siguieron caminando sin rumbo fijo con la esperanza de encontrar un camino a casa.







    -No entiendo, como un peleador como tu, puede cocinar tan delicioso?.- Dijo Zafiro dándole un bocado a un plato de arroz con una especie de salsa.- Enserio, ¿Dónde aprendiste a cocinar así?.

    -No me acuerdo... - Respondió Christopher mientras la observaba comer.

    -Aun me es un misterio el como es que olvidaste todo tu pasado, pero debió ser algo bueno, porque a pesar de todo lo que hemos y has vivido en este lugar, siempre has sido una buena persona, de hecho, gracias a ti ya no soy la misma chica agresiva que era antes.

    Christopher volteo a ver a Zafiro y de dedico una media sonrisa, mientras que Zafiro le dedicaba una sonrisa alegre con algunos granos de arroz pegados en sus labios y mejillas.

    -Ahora, deberías de comer un poco.- Menciono la joven dándole otro bocado más a su comida.

    -No puedo.-

    -Porque no?.-

    -Porque ya te lo comiste todo.- Respondió Christopher mientras le servía un vaso de agua a zafiro.

    -Vamos, no pude haber comido tanto.- Dijo Zafiro mientras se asomaba a la hoya para darse cuenta de que estaba vacía.- C-creo que si pude.- Una risa nerviosa se le escapó a la chica, mientras Christopher solo la volteo a ver con una media sonrisa.- Mañana yo te preparo el desayuno, ¿vale?.

    Una vez terminando de comer, Zafiro agradeció la comida y se despidió de Christopher con un abrazo, y salió en dirección a su casa, el joven la observo hasta que dio la vuelta en una cuadra y la perdió de vista, -"la noche es joven aún"- pensó mientras apagaba las luces de su casa y se disponía a salir.

    A unos minutos de estar caminando a través de las oscuras calles, decidió entrar a una pequeña tienda, a comprar un poco de pan, y al salir logró ver a 2 niños que caminaban temerosos en la oscuridad de la noche, por alguna razón, Christopher veía algo familiar en ellos, los vio pasando por la calle y de repente recordó su sueño, los rostros de las niñas se hacían un poco menos borrosos, pero aun no lograba distinguirlos bien, se quedó observándolos hasta dieron vuelta a la cuadra, el joven sacudió la cabeza un poco y decidió volver a casa e intentar olvidar lo que vio.









    -Victoria, viste a ese tipo que nos estaba viendo fuera de esa tienda?.- Mencionó Armando para intentar advertir a su hermana.

    -Sí, pero por más extraño que sea, no sentí ningún temor hacia el.- Respondió Victoria con una mirada pensativa.

    ….

    -Y a mi si me tienes miedo?.- Dijo una voz desde lo mas profundo de los callejones.



    Ambos niños se sorprendieron al escuchar esa voz que provenía de un joven que se acercaba a ellos desde las sombras. Era un joven alto, piel pálida, rapado de la cabeza, delgado, muy delgado y con una cicatriz enorme en el rostro cerca del ojo izquierdo.



    -Esos uniformes… ustedes vienen de la parte de la ciudad donde vive pura gente adinerada, no?.- Dijo aquel chico mientras se acercaba a ellos y de su bolsillo del pantalón sacaba una navaja.- Que les parece si me los llevo con mi grupo, y les damos hospedaje hasta que sus padres nos den un cierto dinero para dejarlos ir?.

    -Ni se te ocurra tocar a mi hermana.- Dijo Armando poniéndose en frente de Victoria y ponía sus puños frente a él, simulando una pose de pelea.

    -Está bien, entonces creo que tendré que llevarlos a la fuerza.



    Los niños se encontraban más que desesperados, Armando lanzó golpe que iba a la cara de su agresor, pero el chico pronto lo detuvo, y le lanzo un rodillazo que le impactó en el estómago de Armando, asiéndolo escupir sangre, para después caer al piso, cubriéndose la zona afectada con las manos. Victoria preocupada por su hermano, suplicaba para que no le haga más daño, pero a el chico solo le interesaba llevárselos para cobrar una jugosa recompensa, así que hizo caso omiso a las suplicas de la desesperada niña.



    -Tú decides niña, o vienen conmigo de la manera fácil o de la difícil.- Dijo el chico mientras enseñaba el filo de su navaja frente a los ojos verdes de Victoria, quien no pudo con la presión y termino cayendo al piso inconsciente.

    -Vic- toria.- Logró pronunciar Armando con dificultad.

    -Bueno, creo que eligió la manera fácil jeje.



    -No recuerdo que haya dicho algo.- Dijo una voz detrás del joven.- Que acaso nunca aprendes, Cesar?



    El Joven volteo hacia dónde provenía esa voz, era Christopher quien se estaba acercando tranquilamente hacia él.



    -Ahora estas atacando niños? no pensé que cayeras tan bajo.- Dijo Christopher mientras se ponía unos guantes de cuero negros en las manos.

    -Esto no te incumbe, así que porque no te vas?.- Respondió Cesar, mientras volvía a sacar la navaja.



    Christopher al ver esa acción, lanzó una patada directo a la mano haciendo que la navaja saliese volando, e inmediatamente después de eso lanzo otra patada que fue a impactar en la quijada de Cesar, noqueándolo al instante.



    -Aun no aprendes que este es mi territorio y no tolerare que haya integrantes de otros grupos haciendo vandalismo aquí.-Dijo Christopher al atontado Cesar quien no podía ni moverse, de inmediato volteo a ver a los niños, Armando apenas estaba logrando levantarse.- Están bien?

    -No, Victoria esta desmayada.- Respondió Armando poniendo la cabeza de su hermana en sus piernas con un gesto preocupado.

    -Permíteme revisarla… Esta bien, solo necesita un poco más de aire.- Termino de decir mientras le desabrochaba su suéter de escuela para que pueda entrar el oxígeno libremente.

    -Gracias por ayudarnos.- el niño no perdía de vista a su hermana.

    -Se está haciendo tarde, creo que deberían dormir hoy en mi casa.-Dijo Christopher mientras tomaba en brazos a Victoria.- Yo no les haré daño, además de que deben de tener hambre.



    Armando miro a su alrededor, y efectivamente, estaba oscureciendo más, así que pensó que sería lo mejor pasar la noche en su casa, se levantó con dificultad y siguió a Christopher mientras el llevaba a su hermana en brazos.



    No paso mucho tiempo para que los 3 llegasen, Christopher recostó a Victoria en un sillón que se encontraba a solo unos metros de la entrada, Armando exploraba con curiosidad la casa, que era muy pequeña, solo tenía planta baja que contaba con la sala en donde también estaba la entrada, una recamara, cocina, comedor, un baño y un pequeño patio en donde se encontraban creciendo 2 pequeños árboles.

    Victoria poco a poco fue despertando, su sorpresa fue grande al ver que ya no se encontraba en aquel callejón, volteo a ver hacia todas partes y al encontrar a Armando sonriente, sintió una ligera sensación de calma.



    -Armando, dónde estamos?.- Pregunto Victoria.

    -Victoria! que bueno que ya despertaste.- Dijo Armando alegremente mientras abrazaba a su hermana con alegría.- Veras, cuando el tipo feo ese estaba a punto de darme un último golpe, apareció otro tipo que nos salvó y nos trajo a su casa para pasar la noche y darnos algo de comer.

    -Y le preguntaste su nombre?.- Cuestiono Victoria.

    -Eemmm... Nop.- Respondió Armando mientras sonreía nerviosamente y se rascaba la cabeza.

    -Me llamo Christopher y por lo que escuche, ustedes son Armando y Victoria.- Dijo Christopher mientras salía de la cocina con un plato con galletas y 2 vasos de leche.

    -Gracias por salvarnos.- Dijo Victoria con cierta timidez.

    -No agradezcas, por ahora solo descansa y come algo.- Respondió Christopher y de inmediato se dispuso a entrar a su cuarto.- Arreglare la habitación para que ustedes duerman.



    Christopher sin más que decir, entro en la habitación, Victoria solo lo miraba extrañada por su actitud, ella logro percibir en los ojos del chico, que se estaba ahogando en un mar de dudas, como si estuviese pensando en algo, algo que ella quería saber, pero que no estaba segura si debía preguntar.



    -Deberías de comer algo.- Dijo Armando mientras le acercaba un vaso de leche y unas galletas a su hermana.

    -Ah! claro.- Respondió Victoria volviendo a la realidad y aceptando lo que su hermano le estaba dando.- Podrías decirme que paso cuando me desmaye?.











    -*Porque se me hacen conocidos?, ¿Qué acaso ya los habré visto en algún otro lugar?.*- Se cuestionó Christopher, mientras juntaba su cama con un sillón de su cuarto, en tal forma que pudieran dormir ambos niños.

    Los recuerdos borrosos de su pasado estaban empezando a desesperar cada vez más al joven, buscaba respuestas desesperadamente dentro de su nublada memoria, pero siempre que estaba a punto de conseguir algo, ese algo se le escapaba, dejándolo cada vez más confundido.



    -No sé ni para que lo intento, ya estoy más que seguro de que nunca voy a recordar nada sobre mi pasado.-Dijo en voz baja mientras se acercaba a su ventana.- Bueno, al menos la noche sigue siendo hermosa.









    -Ya veo, así que eso paso.- Dijo Victoria con un tono bajo.

    -Si, y estoy muy agradecido, si el no hubiera aparecido, ahora mismo tu y yo estaríamos aun en peligro.- Dijo Armando con su ya habitual sonrisa.



    Victoria se quedó pensando ¿Porqué nos salvó? y ¿Porqué sentía ese extraño sentimiento de confianza en el si ni siquiera lo conocía?. Interrumpió ese pensamiento cuando empezó a sentir hambre y ver a su hermano comer como si no hubiese un mañana, solo le daba más ganas de comer algo.



    -*Tal vez deba agradecerle invitándolo a nuestra casa.*- Pensó Victoria tras comer su primera galleta.-* Debería decirle a Armando para ver qué opina sobre esta idea.*



    Llamo a Armando para decirle lo que estaba pensando, pero al ver la cara de su hermano no pudo evitar reírse, de tan rápido que estaba comiendo se le había formado un bigote de leche y en las mejillas tenia dispersadas las migajas de las galletas que estaba comiendo tan apresuradamente. Victoria no pudo evitar reírse de su hermano.



    -Porque te ríes.- Pregunto Armando con curiosidad.

    Victoria tomo un pequeño espejo que se encontraba colgado en la pared detrás de ellos, y entre risas le contesto.- Pareces un pecoso bigotón.



    Armando al ver su rostro tampoco pudo evitar reír junto con su hermana. En ese momento iba saliendo Christopher, después de dejar todo listo para los niños.



    -Es bueno ver que se están divirtiendo.- Dijo Christopher con una media sonrisa.- Ya está listo el cuarto para cuando quieran ir a dormir.

    -Arigato.- Dijo Armando con entusiasmo.

    -¡La tuya!.- Respondió Christopher casi al unísono.

    -¿Qué? noo, eso significa "Gracias".- Responde Armando apresuradamente.

    - Bueno... Ya lo sabía..

    -Si te vienes a vivir con nosotros ustedes se llevarían muy bien.- Dijo Victoria intentando contener la risa.

    -No sería mala idea, me estas empezando a agradar.- Dijo Armando con su ya habitual sonrisa en rostro.

    -Ir a vivir con ustedes?.- Cuestionó Christopher con algo de sorpresa.

    -Ups creo que se me salió.- Dijo Victoria mientras se cubría la boca con las manos. Yo solo quería invitarte a comer en nuestra casa como agradecimiento por habernos salvado.

    -Ah… Bueno... Claro, me encantaría ir un día de estos.- *Menos mal*.- Ahora si me disculpan, estaré en el patio trasero

    Los gemelos lo observaron hasta que este cerrò la puesta de cristal tras de el.

    -Crees que le haya molestado lo que le dije?.- Le pregunto la niña a su hermano.

    -Tranquila, es sabe es una broma.- Le respondió el niño alegremente.- Bueno, ya me iré al cuarto que tengo sueño.- Armando se despidió de su hermana con un abrazo, y se fue al cuarto para poder dormir.

    Victoria solo vio a su hermano cerrar la puerta de madera tras de el.- Claro… Una broma…



    Continuara…
     
    Última edición: 1 Mayo 2016
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    Cotton Blue

    Cotton Blue Entusiasta

    Aries
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    Hace tiempo que no leía una historia original, y me ha gustado, a pesar de que es el primer capítulo, siento que cada personaje está bien definido y se ven agradables, también debo reconocer que pudiste escribir de manera muy interesante la pelea entre Christopher y Cesar, deduzco que por el nombre de la historia, habrán más de esos momentos. También me gusta mucho la forma en que cambias de escenario, no se lee molesto y me puedo ubicar bien en los personajes y momentos.

    Lo otro... tienes algunas faltas ortográficas y alguna que otra falta de tilde, así que recomiendo leerlo nuevamente para corregir esas partes. El otro detalle que no me gustó para nada fue el hecho de colocar "arigato", no es que me moleste que hayas incluido una palabra de otro idioma ni nada de eso, el problema es que se escribe "arigatou" o "arigatō", el punto es que cuando vayamos a escribir una palabra o frase en otro idioma, investigarla lo más posible para que no se cometan este tipo de errores ^^

    Pero bueno, la historia me dejó completamente enganchada así que espero el siguiente capítulo con ansias~
     
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  3.  
    Bast Draco

    Bast Draco Iniciado

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    Antes que nada, quiero darte las gracias por comentar, es un gusto saber que la historia fue de tu agrado.

    En cuando a los errores ortográficos, ahora mismo haré las correcciones, y por lo de "Arigato", solo fue algo random que pensé que quedaría bien y que se ajustaría al personaje, pero dicho error no se volverá a repetir en los próximos capítulos ^-^

    El aproximo capitulo "Últimos recuerdos de una mente nublada" sera pronto!! ^-^
     
    Última edición: 1 Mayo 2016
    • Adorable Adorable x 1
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    Bast Draco

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    Capitulo II

    Últimos recuerdos de una mente nublada.


    La noche se encontraba muy tranquila, pero algo le arrebataba el sueño a Victoria, puesto a que sabía que Christopher ocultaba algo. Por fuera era un muchacho tranquilo pero ella veía en sus ojos una profunda confusión, algo lo atormentaba, o por lo menos eso creía ella.

    El tiempo pasaba muy lento, y el silencio de la noche dominaba la habitación.-*Este lugar está muy ordenado*-. Pensó lo niña mientras observaba cada detalle del cuarto. La niña solo se limitaba a mover la cabeza en todas direcciones, observando nada, ella solo esperaba a que el sueño por fin hiciese acto de presencia.-*Creo que iré por un poco de agua*-. Con cuidado salió de la cama, ya que no quería despertar a su hermano, y al salir de la habitación, encontró una almohada y una cobija doblada en el sillón donde ella junto con su hermano estuvo hace unas horas.

    -*Parece que aquí es donde dormirá Christopher*.- Pensó Victoria, mientras se dirigía a por un vaso de agua.-Por cierto, ¿dónde estará el?.- Dijo en voz baja.

    Una vez hecho lo que necesitaba hacer, se dispuso a ir de nuevo a la habitación, pero algo la hiso voltear hacia el patio trasero, había visto de reojo unos pies que colgaban del techo, ella al instante recordó que Christopher había salido a ese mismo lugar horas antes, decidió salir con él, para intentar tener una plática puesto a que su curiosidad le exigía saber más sobre él.

    -¿Porqué me son tan conocidos?.- Dijo Christopher a sí mismo en voz baja, él se encontraba acostado en el techo de su casa con la cabeza recargada en sus manos.- Ellos y yo somos de sociedades distintas, no creo que en algún momento nos hayamos visto… pero, al ver sus rostros, siento algo familiar en ellos…

    Christopher se encontraba más confundido de que costumbre, ante la impotencia de no encontrar respuesta alguna, cubrió su rostro con las manos y permaneció inmóvil por un rato hasta que...

    -¿Christopher?.-Una voz llamaba al joven desde su patio.

    El joven volteo a ver a las escaleras que permitían subir desde el patio al techo, donde él se encontraba, era Victoria quien lo llamaba mientras subía por las escaleras.



    -No pensé que estuvieras despierta, Victoria.- Dijo Christopher con un tono algo extrañado.



    -Es solo que no puedo dormir.-Respondió Victoria.- ¿Puedo acompañarte?



    Christopher le dedico una media sonrisa y asintió con la cabeza, Victoria sonrió tímidamente y se sentó a un lado de él.



    -Puedo preguntar, ¿Cómo es que 2 niños que viven en el otro lado de la cuidad pudieron haberse perdido en este lugar?.- Cuestiono Christopher quien se volvía a recostar apoyando la cabeza en sus manos.



    - Bueno, pues.- Dijo Victoria mientras se recostaba en la misma posición que Christopher.- El año escolar acabo hace una semana y antes de que esto pasara nuestro jefe de grupo sugirió hacer una excursión a un parque que se encuentra atravesando este lugar.



    - ¿El parque del niño quemado?.- Inquirió el joven.



    -Sí, ¿Tú lo conoces?



    -Si, pero sigue contando tu historia.



    -Claro.- Dijo Victoria y siguió.- Pues hoy fue la excursión y a la hora que teníamos que regresar, sin querer Armando y yo nos separamos del grupo, estuvimos buscando por un tiempo, pero cuando encontramos el lugar en donde se encontraba el camión que nos había llevado, ya no estaba, se fueron sin nosotros, así que pasamos un tiempo dando vueltas intentando llegar a casa, pero nos perdimos.



    -Ya veo.- Dijo Christopher en voz baja.- Yo podría llevarlos a su hogar su ustedes quieren, he pasado tanto tiempo en la calle que se cómo llegar a la zona de donde ustedes vienen.



    -Me encantaría, Gracias.- Dijo Victoria con tono animado y alegre.



    Ambos quedaron en silencio por un tiempo, pareciese que estaban cómodos con la compañía del otro, con el tiempo, la noche se estaba volviendo más fría y Victoria empezaba a resentirlo, ya que su suéter escolar no era lo suficientemente grueso para cubrirla bien.



    -¿N-no crees que debamos entrar a la casa? ya está haciendo un poco de frio.- Dijo Victoria con voz temblorosa, ya que el frio la estaba empezando a afectar.



    Christopher la volteo a ver pero el aun no quería entrar, la luna estaba muy hermosa como para dejar de verla, así que se quitó una chaqueta que siempre llevaba, era una chaqueta negra de cuello alto.



    -Ponte esto.- Dijo Christopher mientras le ponía la chaqueta en los hombros



    Victoria se azoro un poco pero el frio hiso que la aceptara además de que ella quería estar más tiempo con él.



    -Christopher, ¿Cómo es que alguien como tu vive solo y en un lugar así?.- Pregunto Victoria mientras se sentaba para ponerse bien la chaqueta.



    - Eres la primera que me pregunta eso.- Respondió el joven mientras se sentaba de la misma forma que Victoria.- Es una historia algo larga, ¿De verdad quieres saber?.



    -Si.



    -Muy bien, entonces ponte cómoda, que esto es un poco largo.- Respondió el joven, mientras volteaba a ver la luna.









    - Je- jefe, he perdido la navaja que usted me dio.- Dijo Cesar con de miedo, se encontraba en una especie de cuarto oscuro, en frente de él había un hombre como de 30 años, alto, cabello corto y oscuro, ojos café claros, con los músculos muy marcados, el miraba a Cesar con un gesto de indiferencia.



    -¿Se puede saber quién te la quito?.- Dijo aquel hombre tranquilamente.



    -Fu- fue Christopher.



    -Es raro, el no ataca a nadie a menos de que alguien esté haciendo vandalismo en su territorio, si entraste ahí, debes de tener una buena razón.



    -Sí, encontré a unos niños que vienen de la ciudad, donde vive la gente adinerada, así que, pensé que si los traía podríamos cobrar una buena recompensa por su rescate.



    -Mmm… Parece que por primera vez en tu vida pensaste en algo bueno, en la mañana mandare a 2 hombres a la casa de Christopher, conociéndolo de seguro los llevo a pasar la noche en un lugar seguro, es bastante predecible, les ordenare que averigüen todo sobre esos niños para ver si vale la pena secuestrarlos.



    -Yo pensaba que sería mejor ir entre varios y llevamos a los niños a la fuerza.- Dijo Cesar un poco más seguro.



    -¡Idiota!, Christopher es muy hábil en la pelea, además de que él se volvió líder y un amigo muy cercano de todos los peleadores que viven en esa área, ir a atacar así sería un batalla perdida.



    -Pero, si usted va seguramente venceremos.



    -Qué más quisiera que volver a pelear contra el.- Dijo aquel hombre mientras mostraba su brazo izquierdo, se encontraba completamente vendado.- Pero en una batalla no todo es ataque a lo bestia, también hay que ser calculadores e intentar predecir los movimientos del enemigo. Eso lo aprendí de la manera difícil.



    El hombre termino de decir y salió de la habitación, Cesar se sobo la quijada, recordando la patada que había recibido horas antes, mientras se quedaba pensando.









    -No me acuerdo de casi nada de mi pasado.- Dijo Christopher.- Lo último que recuerdo fue que desperté, me encontraba acostado en la habitación en la que está durmiendo Armando, tenía el cuerpo completamente vendado de la cintura para arriba, estaba muy confundido, ya que no reconocía nada de la habitación, intente levantarme pero sentí un dolor agudo en mis costillas, no pude evitar gritar del dolor. Segundos después de haber despertado, entro Carlos, el fue quien me había hecho las curaciones, me recostó de nuevo en la cama diciéndome que tenía que reposar y hacer el menor esfuerzo posible ya que me había roto 3 costillas y me había dislocado el hombro derecho, además, de que tenía un golpe fuerte en la cabeza.



    -Eso es horrible.- Dijo Victoria con la mirada baja.- ¿Y no recuerdas nada de lo que paso anterior a eso?



    Christopher solo negó con la cabeza y se dispuso a continuar.



    -Carlos era un señor de más de 60 años, era algo bajo de estatura, no tenía cabello, siempre vestía con una playera verde y un pants negro, él me dijo que me encontró en un colegio católico, enterrado en algunos escombros, ese colegio se encontraba en el parque del niño quemado.- Dijo con una media sonrisa mientras volteaba a ver a Victoria, quien lo miraba con un gesto de asombro.- Intento preguntarme muchas cosas, pero no podía recordar nada, ni siquiera mi nombre, así que, durante un tiempo, el solo me decía "chico" cuando me llamaba, Carlos me decía que él siempre había querido un hijo, pero que nunca pudo tenerlo, ya que su esposa había muerto en un asalto en una tienda. Me decía que ella era la mujer más hermosa, que cuando ella cantada, podía sentir como lentamente el cielo le acariciaba las mejillas, solía repetirme mucho que ella le había prometido que si se separaban por azares del destino, la luna sería su punto de reencuentro, y que ahí lo estaba esperando.



    -Qué bonito.- Dijo Victoria.- Pero, si no sabías ni tu nombre, ¿Cómo sabes que te llamas Christopher?



    -A eso voy.- Respondió el joven mientras le sonreía con alegría a la niña, sentía como que por primera vez alguien lo escuchaba.- Una vez que mejoraron mis heridas, Carlos me llevo a donde me había encontrado, la mitad del colegio se encontraba destruido, pero cuando nos dispusimos a entrar, nos dimos cuenta de que habían muchos policías, y de seguro no nos iban a dejar pasar, así que esperamos a que anocheciera, para intentar infiltrarnos sin que nos vieran, esa vez tuvimos suerte y entramos, teníamos la esperanza en que la parte que se encontraba en buenas condiciones pudiésemos encontrar algo que sea útil para saber algo sobre mí, así que nos separamos para buscar, sabríamos exactamente cuáles serían mis documentos, ya que en cada uno de ellos era obligatorio llevar una foto tamaño infantil del estudiante.

    Tardamos mucho tiempo, pero al fin en una habitación encontré mi acta de nacimiento, así que regrese al punto de encuentro, donde estaba Carlos me esperaba con mi certificado de secundaria "¿Ya podemos regresar a casa, Christopher?", me dijo con una sonrisa.



    -Debe ser muy feo el no recordar nada de ti ni de tu pasado.- Dijo Victoria mientras bostezaba.- Pero aún me queda una pregunta ¿Qué le paso a Carlos?



    -Carlos era un viejo muy fuerte, siempre tenía energías para hacer lo que él quería, además de que era muy cariñosos y protector conmigo, me decía que yo era el hijo que nunca tuvo, y que se sentía feliz de haberme rescatado, el me enseño muchas cosas, me enseñoartes marciales, me enseñó a tocar diversos instrumentos, y yo le enseñe a cocinar.

    Pero un día el enfermo, no paraba de toser, su temperatura sobrepasaba los 40°, hasta que mi miedo se hiso realidad, una mañana lo encontré acostado, no tenía pulso y no respiraba… había fallecido, cuando la gente del lugar se enteró, lo enterraron junto a la tumba de su difunta mujer.

    Pase días en depresión, negando las ofertas de adopción de casi todas las familias que eran amigas de Carlos, y un día, arreglando el lugar en donde había muerto, encontré una pequeña nota de entre las sabanas:

    Querido Christopher, si estás leyendo esto, quiere decir que no logre superar mi último desafío, quiero agradecerte por todos esos momentos que compartiste conmigo, por ser el hijo que nunca tuve, por darle una última esperanza a este viejo cabeza dura. Quiero que sepas que yo, por este medio, te dejo todas mis pertenencias.

    Puede que estés triste por mi partida y créeme que a mí me entristece mucho el no poder pasar más buenos momentos contigo, pero deberías alegrarte un poco por mí, ya que por fin estaré a lado de mi amada esposa. Algo que me llena de melancolía el no poder estar contigo en tus logros y levantarte en tus fracasos, pero algo si te puedo prometer, que mientras yo viva en tus recuerdos, te estaré acompañando cada noche y cada vez que mires hacia la luna, yo te mirare a los ojos, tomare la mano de mi amada y diré: Ese el hijo que me hubiera gustado tener contigo. Por favor, cuídate mucho y cuida a aquellos a quienes quieras ATT: Carlos Villa...

    Me hubiera gustado estar junto a él, en el momento de su muerte, pero al parecer no quería que lo viera así.- Terminó de decir sin perder de vista la luna.



    -Es algo muy triste.- Dijo Victoria con voz baja.- ¿Te puedo decir algo?



    -Claro.- Respondió Christopher mientras la boletaba a ver.



    Victoria recargo la cabeza en el hombro de Christopher mientras bostezaba.- A pesar del poco tiempo que llevo de conocerte, siento que eres el único, aparte de Armando, a quien le tengo confianza.- Se había quedado dormida.



    Christopher la se quedó observando a Victoria con una cálida sonrisa por unos segundos.

    Con cuidado cargo a la niña para no despertarla y se dispuso a llevarla a la habitación para que pudiese dormir más tranquilamente.

    -Es la segunda vez en una noche que te tengo que cargar.- Dijo es joven en voz baja.- Espero que no se te haga costumbre.



    Continuara...
     
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    Capitulo III

    Un enemigo persistente​


    Armando y Victoria se encontraban jugando frente al colegio católico, que se encontraba en perfecto estado, cuando de un momento a otro, ambos se detienen y se voltean a ver con una sonrisa perturbadora mientras su piel empieza a descarnarse poco a poco.





    Christopher despierta sobresaltado y con la respiración agitada, soltando un grito ahogado que reprime al ver que, lo que vio, solo era un sueño.



    -¿¡Christopher estas bien!?- Preguntaron los gemelos casi al unísono con un notable tono preocupado.



    El joven volteo a ver a los niños y se sonrío levemente.



    -Sí, estoy bien, solo tuve una pesadilla.- Dijo Christopher mientras le sonreía a los niños.



    -¿Estas seguro de que solo fue una pesadilla?- Dijo Zafiro mientras salía de la cocina con un delantal lleno de manchas.



    -Sí, solo fue una pesadilla... ¿y cómo entraste?



    -Tengo mis trucos, además de que fue fácil entrar.



    -¡Yo le abrí!- Dijo Armando mientras levantaba la mano enérgicamente.



    -Le dije que no lo hiciera, nada más entro la chica y empezó de escandalosa.- Dijo Victoria mientras cerraba los ojos con notable sueño.- Me sorprende que no hayas escuchado.



    -Y ni escuchara.- Dijo Zafiro mientras se acercaba a Christopher.- Este tipo no duerme... ¡Entra en coma!



    -... ¿Se puede saber porque estás tan sucia?



    -Puesss… ¿te acuerdas que ayer te dije que te debía una comida?- Dijo Zafiro.



    -Sí, si recuerdo.



    -Pues yo ya hice de comer, ahora a ti te toca limpiar el desastre.



    Christopher solo se le quedo viendo a la joven mientras esta solo le sonreía nerviosamente y sacaba la lengua ligeramente.







    -¿Nos llamó, jefe?- Dijo un joven como de 18 años, delgado, piel blanca, cabello corto despeinado y ojos negros, junto a él se encontraba una chica como de 20 años, delgada, piel blanca, cabello largo de color castaño claro y ojos verdes.



    -Si... - Dijo el mismo hombre que había hablado con Cesar la anterior noche.- Necesito que vallan a la casa de Christopher e investiguen a los niños que protegió la noche anterior.



    -¿Pero si nos descubre? o si alguno de los del otro bando nos descubren?, estaremos en problemas.- Dijo la chica un poco alterada.



    -Sé que es una misión peligrosa, pero ustedes tienen experiencia en pelea y sus indicies de victorias son bastante altos, además de que son los mis reclutas más sigilosos, estoy seguro de que no tendrán muchos problemas.- Dijo el hombre intentando animar a la chica.- Además.- Continuo el hombre.- Si ustedes cumplen la misión satisfactoriamente, los recompensare mostrándoles el lugar donde descansan los cuerpos de sus difuntos padres.



    -Espero que no esté bromeando.- Dijo el joven con voz temblorosa.- ¡Prometa eso!- Exigió tras un corto silencio.- ¡Quiero que lo prometa!



    -Ese coraje me encanta de ustedes.- Dijo el hombre con una sonrisa que se podía notar apenas, ya que su cara estaba cubierta por el manto oscuro de las sombras.- Pero si fallan, aparte de la golpiza que les daré, también haré que vean como quemo las únicas fotos que tienen de ellos.



    Ambos se voltearon a ver, regresaron la mirada hacía el hombre y con firmeza dijeron "Aceptamos".



    -Excelente.- Dijo el hombre mientras salía del cuarto.- Espero sus informes pronto. Confío en ustedes, Julio y Vanesa. *Siempre han sido vulnerables con el tema de sus padres*.









    -No puedo creer que hayas ensuciado tanto mi cocina.- Dijo Christopher mientras dejaba un vaso de agua a un lado de un plato vacío en la mesa que estaba en frente de él.



    -De verdad lo siento, tu sabes que soy mala cocinando.- Dijo Zafiro mientras agachaba la cabeza.



    -Eso lo sé, si supieras cocinar no vendrías a mi casa cada noche solo para comer.



    -Pues si tú me enseñaras a cocinar ya no vendría tan seguido a comer.



    -Te he querido enseñar varias veces pero siempre te aburres a los 5 minutos y te vas.



    -Ustedes parecen novios.- Dijo Victoria mientras contenía una risita con la mano.



    -¡No somos novios!- Replicaron Christopher y Zafiro al mismo tiempo.



    -Hasta dicen lo mismo que el otro quería decir, hacen bonita pareja.- Dijo Armando de forma bromista.



    Una vez terminada la broma Zafiro dejo el puño encima de la cabeza de Armando para golpearlo pero no dañarlo.



    -Vuelve a hacer otra broma como esas y el siguiente golpe no será tan suave.- Dijo Zafiro dirigiéndole una sonrisa psicópata a Arando.



    Victoria no aguanto más y empezó a reír alegremente por la situación que le había hecho gracia, a la cual se unieron Zafiro y Armando, Christopher solo observaba con una media sonrisa, disfrutaba mucho el momento.



    -Bueno, creo que ya es momento de llevarlos a su casa.- Dijo Christopher mientras levantaba sus trastes.



    -¿No nos podemos quedar un día más?- Pregunto Armando.



    -No creo que sea seguro para ustedes quedarse un día más, además de que es un largo camino, mientras más pronto salgamos más pronto llegaremos.



    -Christopher tiene razón.- Dijo Victoria.- Pero, promete que nos vas a visitar de vez en cuando.



    -Eso tenlo por seguro.- Dijo Christopher dedicándole una media sonrisa a la niña.



    Una vez listos Se dispusieron a iniciar el viaje y Christopher fue el primero en salir.



    -¡¡Atento Christopher!!- Dijo una voz de forma sorpresiva, cuando Christopher reacciono ya había recibido una patada voladora en su costado derecho y haciéndolo caer al suelo.- Muy mal, siempre debes tener la guardia alta.



    -¡¡Se puede saber porque me atacas de esa manera, Antonio!!- Riño Christopher al chico que lo había atacado, era un chico de piel pálida, cabello castaño claro con rasgos rubios, delgado y ojos negros.



    -Muy mal, siempre debes tener la guardia alta.- Replico el joven.



    -Sí, pero en una pelea, ¡¡no en la entrada de mi casa!!



    -Si ya cállate.- Dijo Antonio poniendo una mano en la boca a Christopher



    -Christopher ¿ todo está bien?- Dijo Victoria quien apenas salía de la casa.



    -¡¡Una mini mujer saliendo de tu casa, Christopher!! - Dijo Antonio un poco exaltado.



    -Sí, estaba perdida y paso la noche en mi casa con su... -Intento responder Christopher pero...



    -Nunca llegue a sospechar eso de ti, ¡¡eres un pedófilo!!.- Interrumpió Antonio.- ¿Niña estas bien, no te hiso nada?



    Antonio hubiera seguido hostigando a Victoria con sus pregunta, pero Christopher lo detuvo dándole un golpe en la cabeza, haciéndolo caer al suelo.



    -Solo le ofrecí refugio a ella, y a su hermano porque se encontraban perdidos, ¿entiendes?.



    -Con ese golpe me quedo perfectamente claro.- Contesto Antonio mientras se sobaba la cabeza.









    Julio y Vanesa ya se habían puesto en marcha en la misión que les había otorgado su líder, tenían que ser inteligentes y no dejar que nadie los vea porque si eso ocurría, su misión podría verse en peligro.



    -Como lo supuso el líder, llevo a los niños a su refugio. -Le dijo Vanesa a Julio, ambos jóvenes estaban escondidos en un edificio que se encontraba en frente de la casa de Christopher, lo observaban por un pequeño orificio que se encontraba unos centímetros abajo de una ventana.



    -Así que él es el famoso líder del grupo sur, no se ve tan amenazante.- Dijo Julio con una media sonrisa en su rostro.



    -No te confíes, recuerda lo que le destrozo el brazo a nuestro líder, eso quiere decir que es un oponente de cuidado.



    -Si lo derrotamos crees que nos dé una compensación?



    -Es muy posible que sí, pero tenemos que planear una estrategia para poder derrotarlo.- Dijo Vanesa poniendo su mano en la barbilla mientras se ponía a pensar.



    Julio había regresado la mirada hacia donde estaban sus enemigos y se percató de que Zafiro y Armando ya se habían reunido con los demás, pero centro más su atención a Christopher ya que quería estudiar sus rasgos y reacciones, lo estaba observando detenidamente hasta que Christopher dirigió la mirada hacia donde estaba Julio, quien de inmediato se escondió.



    -¿Que sucede?- Inquirió Vanesa.



    -Creo que me vio.- Julio respondió con un gesto de impresión.



    -¿Pero cómo es posible? si lo estamos observando por una pequeña grieta.



    -No sé, pero tenemos que movernos.







    -Christopher, todo está bien?.- Inquirió Victoria al ver al joven ver seriamente el edificio que estaba en frente.



    -¿Emm?.. ¡Ah! si, todo está bien, es solo que me distrajo una mosca.- Respondió el joven mientras le dedicaba una media sonrisa a la niña.



    Victoria agacho la cabeza un poco azorada, puesto a que no estaba acostumbrada a que alguien sea así de amable con ella, Armando al ver a su hermana así, frunció el ceño y se puso en frente del chico y con cara de disgusto dijo.



    -Bueno, creo que ya es hora de que nos vallamos.- Dijo Armando con un tono medio molesto.



    -Está bien, vamos.- Dijo Christopher.



    -Esperen, yo voy con ustedes.- Dijo Zafiro quien se recargaba bruscamente en los hombros de Christopher.



    -No, ayer vi a un integrante del grupo norte, así que te voy a pedir a ti y a Antonio que avisen a los demás miembros para que estén alerta.



    -Porque no nos dijiste eso antes?.- Dijo Antonio mientras se acercaba a Christopher.- No querrás quedarte solo para aprovecharte de estos niños verd....



    Antonio no pudo terminar la frase, puesto a Christopher había golpeado en la cabeza, El chico solo se agacho mientras se sobaba la zona en donde había sido golpeado.



    -Otra vez no.- Dijo Antonio mientras reprimía el impulso de gritar.



    -Valla, 2 golpes en menos de 5 minutos, acaban de romper su record.- Dijo Zafiro en tono burlón.



    -Es el peor record de mi vida.- Respondió Antonio.

    Victoria se cubrió la boca para ocultar una risita, puesto a que el comentario de Antonio le había hecho un poco de gracia, Christopher por su lado le alegraba ver a Victoria reír ya que a algo dentro de él, le encantaba ver esa mueca de alegría. Unos momentos después de lo dicho por Antonio, los 3 jóvenes iniciaron su camino mientras Zafiro le decía a Antonio que la acompañara a avisar a los demás de la presencia de integrantes del bando rival en su territorio.







    El tiempo pasaba y los 3 jóvenes estaban apunto te llegar a la casa de los gemelos, ya habían cruzado las decrepitas calles de barrio para llegar a la moderna ciudad. Pues no era muy difícil burlar a los soldados que resguardaban la “frontera” que separaba “La civilización” de “Las bestias”.

    Pero algo incomodaba a Christopher, desde salieron de su barrio sentía que lo observaban, pero no sabía quién, ni de dónde.



    -Christopher.- Dijo Victoria, tomando suavemente al joven del brazo haciendo que dejara de pensar en lo que tanto lo preocupaba. Victoria se encontraba con la mirada gacha y con las mejillas un poco azoradas.- ¿Enserio prometes que nos visitaras de ves en cuándo?



    El joven volteo a ver a la niña, quien se encontraba cabizbaja y al niño, quien lo miraba atentamente esperando la respuesta. Apoyó sus manos en los hombros de ambos niños.- La situación que vivimos mis amigos y yo es muy delicada, tenemos enemigos muy peligrosos, y si vengo a visitarlos de forma frecuente, podría ponerlos a ustedes en peligro.



    -Pero tú dijiste que vendrías a visitarnos.- Dijo Armando un tanto disgustado.

    -Es cierto, lo prometiste.- Replico Victoria.

    -Claro que los visitare.- Respondió Christopher.- Pero no muy seguido, asa que cuando menos se lo esperen, me tendrán tocando a su puerta, ¿vale?



    Ambos niños, aceptaron la propuesta del joven, y siguieron su camino. Todo estaba aparentemente tranquilo, pero algo seguía inquietando a Christopher, y no fue hasta que vio de reojo un movimiento algo brusco en un arbusto que estaba a solo un par de metros de distancia. El joven reacciono rápido y tomo una pequeña piedra del suelo para lanzarla en dirección al arbusto.

    -¡¿Porque hiciste eso?!- Cuestiono Armando nervioso.



    -¿Saben cómo llegar a su casa desde aquí?- Pregunto Christopher mientras tomaba su cartera de un bolsillo de su pantalón.



    -Sí, de aquí ya conocemos.- Respondió el niño.



    -Bien, vallan a casa.- Dijo el joven mientras de su cartera sacaba un papel.- Este es mi número de celular, llámenme en 30 minutos.



    -Pero...



    -¡¡Háganlo ya!!



    Victoria dio un rápido abrazo a Christopher, y tomo la mano de su hermano para salir corriendo, como se lo pidió el joven. Mientras de los arbustos salían Julio y Vanesa, Julio tenía la piedra en la mano y miraba a Christopher con una sonrisa enorme.



    -Valla, tienes muy buena puntería y un excelente brazo.- Dijo Julio alabando a Christopher.

    -¿Quiénes son ustedes y que quieren?- Inquirió Christopher con tono serio.

    -Pues, vinimos por esos gemelos para llevarlos y cobrar un rescate, pero nos detuviste así que te castigaremos y haremos que hables para saber dónde viven.- Respondió Vanesa con una media sonrisa en su rostro.

    -Lamento desilusionarte.- Respondió el joven, mientras de su chaqueta sacaba unos guantes de cuero, los mismos que uso en su pelea contra Cesar.- Pero no puedo dejar que le toquen un pelo a esos niños.

    -Eres muy valiente, niño. -Dijo Julio.

    -Mi cuerpo estará frio antes de que me hagan hablar.-

    -Bien, entonces tenemos que demostrártelo.- Dijo Vanesa mientras corría rápidamente en dirección a Christopher, quien ya había puesto su posición de pelea.



    Vanesa atacaba insistentemente con patadas veloces y precisas mientras que Christopher solo se limitaba a esquivar, intentaba bloquear, pero la fuerza de las patadas de la chica era tal, que cuando impactaba con sus brazos hacían que el joven retrocediera un par de pasos y bajara la guardia, aunque sea por unos breves instantes. Patada tras patada y la chica no se detenía hasta que Christopher logro detener su pierna, y con su brazo derecho pudo golpear la boca del estómago de la chica, sacándole el aire y haciendo que caiga al suelo con los brazos cubriéndose el estómago, pero una vez dejando a la chica en el suelo, Julio ataco con fuertes y precisos puñetazos, no tan fuertes como las patadas de Vanesa pero su mucho más rápidos, varios golpes pudieron conectar en el cuerpo de Christopher quien se seguía limitando a loquear y esquivar.



    -¿Qué pasa? ¿Porque no atacas?.- Pregunto Julio mientras seguía lanzando golpes a diestra y siniestra.



    Christopher no respondió, pero no apartaba la vista de los ojos y hombros de Julio para anticipar sus movimientos.



    -*1 2 3.- Contaba mentalmente Christopher por cada golpe que esquivaba o bloqueaba.- 1 2, 1 2 3 4, 1 2 3, ¡Ya tengo su ritmo!*



    Julio lanzo un golpe recto, que iba directo al cuello de Christopher, pero el joven bloqueo, dio un paso hacia adelante con su pierna izquierda, y enrollo su brazo izquierdo en cuello de Julio, haciéndole una llave que le impedía moverse, ya que si lo hacía, Christopher apretaría más el brazo, contándole el suministro de oxígeno.



    -Julio, ¡no! - Grito Vanesa mientras intentaba levantarse para ayudar a su hermano.

    -Si te acercas, le romperé el cuello.- Dijo Christopher mientras apretaba un poco más el cuello de Julio impidiéndole hablar.

    -Por favor no, él es el único familiar que me queda.

    Christopher agacho la cabeza con una mirada triste. -Lo soltaré solo si me prometes que ya no buscaran a los niños.- Dijo el joven mientras aflojaba la llave que había aplicado en Julio, haciendo que pueda respirar con más facilidad.

    -Lo prometo, pero suéltalo.



    Christopher soltó a Julio quien de inmediato tomo todo el aire que necesitaban sus pulmones mientras tocía, y Vanesa hacía lo posible para acercarse a su hermano mientras luchaba con el dolor en su estómago debido al golpe.





    -Perdóname hermana, por mi culpa sufriremos el castigo del líder.- Dijo Julio con la mirada baja.

    -Lo que importa es que estas bien, el castigo es lo de menos.- Dijo Vanesa.- Gracias por no hacerle daño a mi hermano, líder del sur.

    -Está en contra de mis principios matar a alguien, y menos si ese alguien tiene a una persona que se preocupa por el.- Dijo Christopher.- Tengo entendido que el líder del norte los castigara por su fracaso.

    -... Si.- Dijeron los hermanos con un tono de miedo en sus miradas.- El líder nos golpeara y quemara la única foto de nuestros padres.- Dijo Julio con un pesar en su voz.

    -Ya veo.- Dijo Christopher mientras de su cartera sacaba un papelito y empezaba a apuntar algo con un lápiz que había sacado de su chaqueta.- Vallan a su guarida por la foto de sus padres y después vallan a esta dirección.- Dijo mientras les entregaba el papel a los jóvenes.- Muestren este papel a una chica llamada Zafiro o a un chico llamado Antonio, ellos les ofrecerán protección y refugio a cambio de que defiendan el área sur, en vez de la norte. Les estoy abriendo las puertas a mi grupo, pero si me entero de que me traicionaron, aunque valla en contra de mis principios, yo… los mataré.

    -Entendemos, pero, ¿Porque haces esto por nosotros?- Cuestiono Vanesa con tono de asombro.

    -Conozco perfectamente los castigos que aplica su líder, son tan crueles que hasta se puede perder la vida.

    -Sí, pero somos tus enemigos, porque te preocupas?.- Cuestiono esta vez Julio.

    -La familia es algo que no tuve la suerte de disfrutar, y si la tuve, mi memoria no es capaz de recordar, pero a la familia siempre hay que protegerla, cueste lo que cueste, además de que si aceptan mi oferta, no nos veremos como enemigos la próxima vez que nos encontremos.



    Los hermanos se miraron mutuamente para después sonreírle gratamente a Christopher, quien les devolvía una media sonrisa, Vanesa acepto la ayuda, y tomo el papel que este les estaba ofreciendo.



    -Gracias.- Dijo Vanesa, beso la mejilla de Christopher y junto con su hermano emprendieron camino de regreso a su refugio.



    Continuara...
     

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