La noche era oscura, ni una luz iluminaba el Bosque Prohibido. No había estrellas en el cielo, y la luna nueva apenas incidía sobre el castillo y el lago, dejando a parte el cúmulo de árboles, hogar de numerosas bestias, seres mágicos, tales como centauros, arañas enormes, quizá algún que otro gigante, y demás seres que jamás podrías imaginarte, seres que pueblan tus más terroríficas pesadillas. Y en lo más profundo del bosque, cerca de su corazón, alejado de todos los claros que existen, viven los hombres-lobo. Seres poco amistosos y solitarios. Ariscos, que viven en cuevas, comen de lo que cazan y no se relacionan. Nunca se acercan a la linde del bosque, su hambre de niños es saciada por cualquier animal incauto que trota despreocupadamente por entre los árboles, pero siempre esperan con ansia que un inocente joven se adentre en el bosque y llegue a parar a sus fauces. Antes fueron humanos, que, mordidos por otro licántropo, se convirtieron en seres monstruosos. Entonces sus vidas cambiaron para siempre. Aterrorizaban a los demás, y cada luna llena no podían evitar que el pelo les creciera por todo el cuerpo, que su cara se alargase hasta formar un hocico, sus manos y pies se tornaran en garras, y que la carne fuera el mejor manjar que jamás hubieran probado, siempre que esta estuviera viva. Entonces son repudiados por sus familias, amigos, conocidos y allegados, entonces no les queda más remedio que huir, esconderse en cuevas o en lugares alejados. Más tarde, los que son medio humanos medio bestias, viven alejados del mundo, con el estómago y el instinto pidiendo carne humana, instinto que su parte humana es capaz de guardar en un rincón de su cuerpo, pero eso no dura eternamente, llega el momento en que se abandonan a sus formas animales, y aunque sólo sean lobos dos días cada veintiocho, sus actitudes no cambian el resto del ciclo lunar. El gusto por la sangre les domina, el olor a carne de humano les vuelve locos, la rabia les invade y aúllan desesperados a la luna. Fenrir Greyback era un hombre-lobo, de los peores. La muerte era lo que mayor placer le producía. Era conocido por sus innumerables asesinatos, en los que la visión del cuerpo fallecido, o lo que quedaba de él era tan horrorosa que cualquiera que la miraba durante un segundo sufría exageradas arcadas. No es una visión agradable ver cuerpos mutilados, en mitad de charcos de sangre, con trozos de cuerpo esparcidos por los alrededores y zonas como los muslos o brazos en los que el mordisco es tan profundo se puede ver el hueso. Si alguien es capaz de mirar aun más, se ve la cara horrorizada con la que ha quedado la víctima. Los ojos abiertos y una mueca de terror que queda grabada para siempre. Fenrir no se preocupaba de las carnicerías que provocaba, en realidad disfrutaba al ver desde lejos el desconcierto que creaban sus asesinatos. Para él, solo eran muggles idiotas que no entendían nada del mundo que les rodeaba, que observaban incrédulos los cuerpos mientras forenses y policías se afanaban en buscar a la bestia que los producía. Pero la bestia rondaba entre ellos, ¿quien hubiera pensado que un hombre, por diabólica que fuera su mirada y por feroz que pareciera su sonrisa, podía ser capaz de tal crueldad? Eso no cabía en la cabeza de los sangre sucia, por lo que él salía airoso y divertido de esas situaciones. El momento en el que se alejaba del escenario, con una sonrisa de suficiencia mientras la sangre le caía por las comisuras de la boca, era para él, lo mejor del día. Cada veintiocho días se transformaba en lobo, pero quién podía resistirse a carne tierna aun siendo humano. Según él, nadie. Y los niños eran lo mejor que existía. Tenían la piel suave y joven, y por pequeños que fueran, eran un manjar no muy difícil de conseguir. Las madres eran muy confiada, y dejaban a sus criaturas en el parque lejos de su campo de vista, y, aunque eso fuera por dos escasos minutos, el mal ya estaba hecho. El grito aterrador del niño resonaba por todo el parque, o calle, o casa donde se encontraba, y cuando alguien llegaba hasta él, tenía profundas heridas por todo el cuerpo. En los mejores casos sobrevivía, pero en esas condiciones casi era preferible estar muerto. En realidad, el hombre lobo más sanguinario por excelencia de su época, disfrutaba creando más seres de su especie. Sentía que eran como sus crías, aunque su deseo de protegerlas era nulo, una vez creadas, que formaran un mundo de horror allá donde pisaran. Se unió al señor Tenebroso porque sabía que haciendo de perrito faldero (término que despreciaba), conseguiría numerosas presas, y adoraba ser carroñero. Él era el jefe de su grupo, hacían lo que él decidía, y sentía un gran satisfacción al observar las miradas de terror que se producían cuando pillaban a algún mago o ser que era buscado por su Señor, sus miradas suplicantes, a las que él respondía con una carcajada malvada, esa era su vida, una vida de sangre y horror. Simplemente al escuchar, por poco que sea, la historia de este hombre-lobo, de Fenrir Greyback, se te quitan las ganas de conocerle. Si alguna vez vas por las calles al caer la noche, no evites los lugares iluminados, pero una vez que estás al amparo de la luz de las farolas o de una tienda cualquiera, no te sientas a salvo todavía, vigila a cualquier persona que circula cerca de ti, mírale a los ojos, busca en ellos ese brillo amarillento y malvado característico de los licántropos, quizás una persona te sonría, y no te tranquilices, puede que detrás de esa sonrisa se esconda la cara de un asesino hambriento, que lo único que busca en ti es probar el sabor de tu carne. Si tiene demasiado pelo y unos colmillos afilados, cámbiate de acera, puede ser peligroso. Si oyes unos pasos o una respiración detrás de ti, sal corriendo por el camino más corto a tu casa, y una vez que llegues a ella, cierra con llave detrás de ti, aun con todo, refúgiate debajo de tus sábanas. Puede que alguna vez hayas oído la historia de Caperucita Roja, nada más cerca de la verdad, ¿quién te dice que nunca sucedió? Porque hay que temer al lobo feroz, te persigue allá a donde vayas con tal de calmar su hambre, porque su único deseo es probarte, sentir tu miedo, regocijarse con tu dolor. Y nunca lo olvides, quizás ahora estás sentada en una silla a oscuras, con una única luz que proviene de tu pantalla, si oyes algún ruido, no creas que no es nada, ¿quién te dice que no puede haber alguien detrás de ti? No digo que sea un licántropo, pero sólo te aviso, ten cuidado con los lobos, muerden
WOW. Que narracion tan buena. No es solo la narracion, sino la historia en general, muy bien hecha, escrita, narrada, todo. Me hiciste sentir en ese mundo donde un licantropo me acechaba... Fue escalofriante. Realmente una fantastica historia, y bastante grafica x) pero no me quejo, pues no se sale del contexto, nunca me habria imaginado leer algo de Fenrir Greyback.
Super bueno, Fenrir siempre me dio como asquito, era todo escalofriante y malvado. Su alma se fue degenerando hasta quedar en eso... Pobres niños :C
Menos mal que lo leí de día, haha xd Qué decir, Fenrir es repugnante. Esto me recuerda a cuando percibió a Hermione... fue escalofriante. Una buena narración, que mantiene el ritmo y con buena ortografía, eso hizo que la lectura sea fluida. Sin duda lo mejor fue el final, el último párrafo. Las criaturas podrían estar en cualquier lado, sonriéndole a un pobre y desprevenido muggle. Espero poder volver a leerte por aquí pronto. Saludos :)
Me ha gustado mucho. La verdad el tema de los licántropos no es que fuese muy abordado en las novelas de Harry Potter y en especial la historia de Fenrir. Yo es un personaje que desprecio con todo mi ser, aunque la verdad, los licántropos siempre se me han antojado interesantes. Eché un poco de menos que esta historia se sucediese mediante la acción de Fenrir, es decir, que se encontrase con alguien y describieses eso. Pero esto ya son cosas mías. xD Ha estado muy bien, la verdad y te felicito. Narras bien, tienes una ortografía y gramática impecable y eso siempre se agradece. Espero leer más cosas tuyas. :) ¡Un saludo! :D
Cuando empece a leer las palabras que escribiste iban dibujando el escenario de lo narrado, pintándolas como un cuadro en mi mente, lo que considero que es todo un éxito porque amo que los libros o textos en general me produzcan esas visiones a los mundos. me ha encantado tu narrativa tan equilibrada en la descripción de los hombre lobo así como la descripción psicológica de Fenrir, puedes realmente sentir como es.
¡Me gusto! Excelente narración, él es uno de los personajes que mas desprecie, esta demente y tu forma de describir lo despreciable que es fue fantástica. El final fue la guinda del pastel, me encanto esta frase "puede que detrás de esa sonrisa se esconda la cara un asesino hambriento", lo leí de día pero si hubiera sido de noche las ultimas frases serían aun mas inquietantes. Espero leer otro relato tuyo ¡Hasta la próxima!