Cánticos y goles

¡Hola a todos! Bienvenidos a este capítulo que está intenso, es el equivalente a cuando se destruye una casa para erigir una nueva y mejorada.

@Marina, también gracias a ti por contarme algunas cosas de su familia, sí que es lindo imaginarlos jugando; nosotros ya estamos pensando en buscarle compañía a mi niño, haber cuándo nos sonríe de nuevo Dios y cielos ¡lo que va a ser la casa!

Respecto a la historia, sí, mencioné que Mat no volvería a sonreír nunca más pero tampoco planeaba “darle cuello”. Ha sido un golpe duro pero él se dará cuenta que siempre hay alguien en “lista de espera”. En cuanto a la otra escena, ésta debía servir como contrapeso a la tragedia de Mat y qué mejor que ver a Javier sorprendiéndose por no sentir nada malo contra su ex amigo y a éste último con la alegría a flor de piel en clara muestra de que las cosas van bien aunque sí, en este capítulo, habrá un retroceso, es necesario, es inevitable.

@Borealis Spiral, hola chica universitaria. Entiendo ese desapego por las personas, mejor para ti, no sufrirás cuando se termine esta etapa y tendrás más claro los próximos pasos en tu vida, quizá ya tienes algo en mente, sí, eso debe ser, algo se advierte.

Abordando tus comentarios, gracias por querer a Mat, se lo diré por si le interesa, tal vez pueda llegar a haber algo, uno nunca sabe ¡¿Te gustan las escenas de celos?! Ja, ja, con razón me hacías sufrir tanto con Mina y Tare ¡lo juro! Yo quiero que terminen juntos y siempre hay una sombra acechando esa unión, haber cuándo se disipan. Gracias mil.

@Sara Vongola ¿de niña veías el Discovery Kids? En mi infancia lo máximo era el canal 5 así que ahora veo los canales actuales y me encantan, cien por ciento destinados para el entretenimiento infantil. Debió ser lindo tenerlos a los tres en la cama viendo la tele y comiendo golosinas, ay tu mamá, debe haberse henchido de felicidad, qué hermoso, ver a mi hijo sonreír es lo máximo así que la entiendo muy bien.

Respecto a tus comentarios, por el momento la boda entre Isaack y Lizeth está en gestación, nunca se me había ocurrido y creo que sería un buen tema para el próximo volumen de esta historia, voy a masticarlo… ya tengo en qué entretenerme para 2016. Muchas gracias por tu apoyo, se te estima mucho.

A todos los demás que leen, muchísimas gracias, que disfruten del episodio.



23

EL PODER DE LA SABIDURÍA


La vida no se detiene y continúa a pesar de todo. Mat se ha hundido sin remedio alguno, se le han escapado las fuerzas de su corazón, la alegría por jugar al futbol, prueba de ello es el perder la titularidad del equipo cediendo su lugar a Antonio quien no domina la posición pero el entrenador Villanueva ha sabido hacer los ajustes necesarios. Y ha causado dolor y preocupación la ausencia del 6 granate al interior del seno mexica, no obstante esto no ha mermado la competitividad del equipo mismo que se ha colado hasta semifinales de Copa, superando al Gigántic por 2-1 en el juego de ida celebrado en Aztlán y sacando el empate a 1 en la vuelta allá en la Sultana del Norte. Este hecho se ha vuelto todo un suceso en Autlania, específicamente entre la afición azteca que tras largos años de sinsabores ahora se deleitan con saberse cada vez más cerca de una final, de disputar un trofeo más, de ubicarse entre los cuatro mejores del país, y esto literal ya que en la Liga también han escalado en los últimos días hasta la tercera posición, ya con miras al ascenso. En este momento todo luce tan brillante, tan cálido, tan de ensueño, bueno, casi todo.

-¡Hey Mat! Ya vine ¿cómo has estado?

Habla fresco Ray que llega a casa de su amigo, trae unos cd’s.

-Bien ¿qué traes allí?

Se escucha un timbre débil en su voz, responde más bien para que no le estén preguntando a cada rato, para que no indague más, está harto de que todos lo quieran hacer.

-Oye, sé que ya la tienes pero de todos modos me la traje, es la saga de Hades doblada al español, carajo ¿eh? Tú la tienes en japonés ¿no? También pensé en traerme que’sque una nueva serie de Caballeros pero el mismo tipo de la tienda me dijo que no me la recomendaba, se me hizo tan raro ¿qué no se supone que debería hacer todo a su alcance por vender?

-Tal vez sea un fan de la serie y como tal te trata, no como un vendedor. La historia es un desastre y hasta pena ajena debe sentir por vender ese producto.

Habla melancólico el chico.

-Bueno ¿qué: nos la echamos? Me la haz contado y ‘ora le traigo unas ganas.

Se interesa el chico De la Plata por el bienestar de Mat, por ello finge afición por el ánime, desea levantar a su amigo, tenderle la mano, ayudarlo a superar lo que está ¿viviendo? “muriendo” diría el mismo Mat. Accede al pensar que de veras le pueda sentar bien echar una mirada a los Caballeros del Zodiaco. Ray pone el disco en el blue-ray y se tira sobre la cama mientras Mat se acomoda en una silla giratoria que usa para cuando trabaja en su computadora. Pronto, el cuarto se inunda de cosmoenergía; de pegasos y dragones; de polvo de diamantes y cadenas nebulares; de alas de fuego y cenizas; de armaduras de bronce, plata, doradas, sappuris y divinas; y de diosas y dioses.

Si bien al principio Ray fingía interés, ahora realmente, tras el primer capítulo se mete en la historia y aunque no quiere, pone pausa un par de veces para preguntar detalles de la serie a su amigo, sube el volumen a la pantalla y mira atento, absorto a Seiya y compañía. Apenas vistos dos capítulos ya entona el Pegasus Ryusei Ken, se maravilla del dibujo tan exquisito y en especial por Saori a quien llama “mamacita”.

Fuera de ese “mundo”, Vanessa escucha un tanto molesta los ataques de los Caballeros y apenas se acerca a la puerta de la habitación para ped… ¡exigir! que le bajen al volumen, repara en que eso le pueda estar sirviendo a su hermano y se arrepiente, mejor se mete a la cocina y en unos cuantos minutos regresa sin tocar para llevar a su enamorado y a Mat unas palomitas, duritos de papa y refresco. Los chicos agradecen en serio semejante gesto e invitan a la atractiva chica a que vea la serie con ellos, esta acepta y entonces los tres se acomodan en la cama, claro, con Mat siempre en medio y pasan un rato muy agradable después de ver 6 episodios más. Los dos aztecas sí que se emocionan y gritan ataques o recuerdan escenas del ánime, Vanessa menos afecta a ello se marcha pensando que Ray es un buen amigo el cual está haciendo bien su trabajo, sin embargo “algún defecto debía de tener”.

En otra parte de Autlania, en la 8 de Julio, Isaack y el entrenador Villanueva tienen una reunión en Presidencia. A pesar de querer contener la alegría y fingir seriedad y formalismo, el intenso gusto y placer por encontrarse en esta situación les suaviza el rostro y los incita a abrir un par de botellas de buen vino. Sueñan con conseguir sus metas, más que soñar las ven tan cercanas, tan tangibles, un poco más de trabajo y quizá un poco de buena suerte les podría ayudar a sonreír un poco más. Suspira Isaack y recuerda la situación tan sólo unos meses atrás y se siente relativamente satisfecho, en gran parte gracias al hombre que tiene a lado.

-Es un gran estratega, un genio en verdad Sr. Villanueva. Su trabajo ha sido excelente…

Dice Isaack a su acompañante, después toma un trago y Bruno lo imita. Después le da una fumada al habano y piensa, sintiéndose maravillosamente, en lo afortunado que es.

-Mi trabajo ha sido lo de menos, joven Anderson, aunque agradezco sus palabras. Pero siendo honestos, es usted el que más ha trabajado, se ha esforzado como ninguno en la institución. Sin todo ese empuje, ese coraje, esa iniciativa suya al principio de todo, esto estaría igual o peor y usted lo sabe. Enseguida vienen los chicos, ellos son los que ponen el talento, hacen su labor, corren, se parten el alma en los mismos entrenamientos… Mire, la verdad es que sólo he venido a poner un poquito de disciplina ¿mn? Casi nada en comparación con el resto de ustedes.

-No, no, insisto. Ha puesto a raya a Jhonny y compañía, eso no es nada fácil; Javier ya sabe cómo se trata un balón; Efrén está convertido en un crack; Fred ha adquirido un papel de talismán, de salvador y gracias a usted; Mat y Paul…

-De ellos no puede decir nada que sea por su propio mérito, en verdad, esos muchachos jugarían igual en un equipo de tercera división, no me deben nada. Perdón por la interrupción.

-Está bien, adelante. Bueno, pero no puede negar el resto entre muchas cosas más ¿Qué tal el desempeño de su Gigántic el torneo anterior?

Suspira el entrenador Villanueva al recordar su estadía en el equipo norteño y ese par de subcampeonatos en Liga y Copa. Isaack advierte el semblante de su acompañante y levantando la copa:

-Por los buenos tiempos, entrenador.

Acepta el brindis e inicia una larga charla acerca del pasado como técnico del Sr. Bruno, en lo que una botella es evaporada por completo y una más queda a menos de la mitad de su contenido, a pesar de ello, estos caballeros lucen muy frescos. Casi tres horas después alguien toca a la puerta, es Lizeth quien llega hermosa a la oficina. Saluda sonriente, se acerca a saludar de beso a su amado y percibe el olor a alcohol, entonces con ojos y boca abiertos “reclama” a ambos, enseguida sonríe maliciosa.

-Con razón no contestabas el celular, están muy ocupados. Y no se molesten ni se apuren ni se apenen, yo los dejo, en verdad Sr. Bruno, no se levante, ustedes continúen, no están haciendo nada malo. Yo sólo pasaba para saludar, ahorita voy a un mandado y te veo en una hora ¿ok?

Se refiere a Isaack quien muy como si nada pasara se despide de la maestra sin siquiera levantarse de su asiento. Finalmente abandona Presidencia dejando a los señores en pleno trago y se marcha a sus asuntos. En realidad asiste a una bien surtida papelería para hacerse de sus útiles para este próximo semestre que asoma a la puerta. Pareciera estar en un centro comercial, en una boutique, mira fascinada cada lápiz, borrador, sacapuntas, cuaderno, carpeta, corrector, marca textos, engrapadora, en fin… es casi adicta al material de papelería. Más de una hora después sale del lugar con bolsas llenas de útiles y accesorios, satisfecha y gastada, bueno, por así decirlo. Ha quedado con Isaack de verse en la plaza principal, cuando llega allí, éste ya la espera y tan pronto la ve, corre a ayudarle con las bolsas.

-¡Wao! Yo apenas uso un bolígrafo.

Dejan las cosas en el auto y luego se retiran a comer a un modesto restaurant, a petición e insistencia de Lizeth, “tengo ganas de algo con sabor y olor a pueblo”, diría la maestra. Comen milanesa de pescado con ensalada de nopales, guacamole, frijoles fritos y totopos, y agua fresca de jamaica. Isaack ya aprovechando el ambiente pueblerino, solicita a la encargada del lugar unas tortillas hechas a mano, encontrando pronta y sabrosa respuesta. El joven Anderson vaya que se satisface y tiene que aflojar un poco el cinturón.

-¿Te llenaste mi amor?

Pregunta cínica y traviesa Lizeth.

-Este día mi boca y mi estómago se han llenado de gloria ¡Qué día, qué delicia!

Charlan un buen rato más en el lugar sólo dando tragos pequeños a sus vasos de agua fresca, esperando que la barriga de Isaack disminuya. Finalmente la plática llega a Matthew. Ya no se incomoda tanto ni uno ni otro pero todavía hay algo.

-Va a pasarla mal tan pronto regresemos a clases. Tratará de evitarme, estoy segura, mi presencia lo incomodará, por fortuna ya no les daré clases pero de todos modos…

-Quizá ya lo superó.

Se da cuenta de inmediato en que lo que acaba de decir es imposible.

-No sé si debiera platicar con él.

-Claro que sí, pienso que sería lo mejor para ambos, pero deja que él te busque y si no pasa eso, pues el tiempo y la distancia harán su trabajo. Sólo son seis meses, pasarán pronto…

Vuelve a percatarse de lo que dice, es obvio que mientras Mat esté en el equipo y Lizeth ande con él, tendrán que verse con cierta frecuencia.

-Lo buscaré amor, por los tres. Puedo tolerarlo pero no me gusta vivir con una espina picando mi cabeza. No sé cuándo ni cómo pero mientras más pronto lo haga, mejor. Confía en mí.

-Lo hago, corazón. Ojalá que puedas ayudarlo, lo necesitamos al cien en el equipo ¿sabes?

Sonríen los enamorados y beben el último trago del vaso.

-¿Ya se te bajó?

-Listo para otro whisky, ja…



Una semana antes de regresar a clases.

Va en el camión mirando en su celular un video de jugadas fantásticas y goles espectaculares, con música de ambientación de Evanecense. Aún emocionado se baja en la parada del Parque Regional, ha quedado de verse allí con Javier y Alejandro que ya le esperan. Saludan a Paris que apenas los advierte.

-¿Y los demás, no quisieron venir?

Pregunta el chico Estrella saludando a sus amigos.

-Ya ves cómo son de apáticos. Nada más pude traer a este “pegoste”.

-¡Oye!

Se queja Javier. Después de bromear un rato entran al parque, desean relajarse un rato y darse una oportunidad de conocer este maravilloso lugar, un pedacito de sierra, de verdor, de frescura en la ciudad. Miran embelesados los paisajes, arroyitos y aves que cantan alegres, mientras ellos charlan sobre el regreso a clases, especialmente del caso del capitán azteca. Encuentran una pequeña fonda y desayunan chilaquiles, quesadillas, huevos con jamón, yogurt, fruta picada, jugo de naranja, zanahoria y café. Paris es el que come menos y tiene que esperar varios minutos más a que sus amigos terminen de saciarse. Todavía cínico dice Javier:

-Preparo mejor estos alimentos en el changarro.

-¿Entonces no te gustó? Me imagino si te hubiera gustado.

-No, si sí me gustó, pero creo que tengo mejor sazón.

-¡¿Tengo?! Pero si tú nada más cobras.

-¡¿Qué te pasa?! No me has visto, si yo también cocino ¿qué crees?

-No seas mentiroso ‘inche Javier, yo me la paso ahí un buen rato y nunca te he visto que agarres siquiera una cuchara.

-¡Oh pues! ¿Qué pretenden? ¿Quieren que me haga daño el desayuno? ¿Quieren quedarse sin capitán o qué?

-Ya hombre, qué delicado. Anda, acábate la fruta para que se te endulce el estómago.

Nada perezoso y muy obediente, Javier se devora el resto del desayuno ante la mirada pícara de sus acompañantes. De pronto, Paris recibe un mensaje con un tono bastante gracioso, casi fuera de lugar.

-¿Y eso? Paris, quién te viera, te creía más normalón.

-Vámonos ya.

Instantes después visitan la sala de artesanías y se toman su tiempo para comprar.

-Éste me gusta para Lupita.

Javier señala un curioso dije de un par de cisnes formando un corazón. Sus amigos lo voltean a ver sorprendidos.

-¿Lupita? ¿Qué Lupita? Cuéntanos de ella ¿es tu novia, andas tras ella?

Javier se toma su minuto de fama, se hace del rogar. Continúa mirando las curiosidades ante la sonrisa sincera de Paris y el semblante duro e inquisidor de Alejandro, éste último lo cuestiona sin cesar, ahora lo “amenaza”.

-Es sólo una chava que me gusta y me gustaría llevarle algo.

Se resiste a sonreír pero los ojos le lagrimean de placer. Se ve botana.

-¿Estás llorando? ¡Eh qué Javi! ¿Y luego: por qué te lo tenías tan escondido? No quieres que te hagamos carrilla (burla) ¿verdad, cabezón?

Paris de inmediato se acuerda de Georgette mientras Alejandro continúa “azotando” a Javier.

Un rato después los chicos prosiguen su camino con un montoncito de obsequios “en las manos”. Caminan cuesta arriba por una escalinata y se van topando con numerosas personas que andan hacia abajo. Paris luce raro, inquieto, como buscando a alguien o algo. Espléndidamente de repente se topan con varias chavas para taco de ojo de los aztecas, al parecer se trata de un equipo de volley ball o algo así. Llevan una sonrisota los chicos que es arrebatada de golpe por la presencia de Marco y Steven a quien encuentran inmediatamente después de las muchachas. El portero red y Javier hacen una mueca de total desagrado y se pegan lo más que pueden al filo, contrario por supuesto, de la banqueta para evitarse, eso no les vale de nada pues Marco y Paris cual viejos y grandes amigos se saludan de mano y comienzan a charlar dando la impresión de durar horas de esa manera. El resto aguardan pacientes en sus “trincheras”. Entonces Marco se dirige a los aztecas involucrándolos en la charla aunque a cuenta gotas pues no desean tener mucho contacto ni siquiera visual con Steven.

-Hey, Marco…

Le habla su compañero pero es interrumpido por Javier.

-¿Te importa? Estamos platicando.

-Oye, Chino, te espero allá abajo ¿eh?

-Ya lárgate.

Dice entre dientes el capitán mexica encendiendo a su rival.

-¡¿Qué dijiste, simio?!

Se calientan los ánimos, de inmediato Javier, Alejandro y el mismo Steven avanzan un paso reduciendo la distancia entre ellos, Marco alcanza a interponerse.

-¡Oigan, oigan, tranquilos! No pasa nada, Steven, por favor.

-Dile a ese indio que mant…

Alejandro no puede contenerse y se abalanza sobre el steeler sujetándolo de la camisa, Steven baja los brazos pero los mantiene tensos y preparados, infla el pecho, eleva la barbilla y muestra su típica sonrisa arrogante.

-¡Retira lo dicho o te parto la cara!

Javier ya lo “auxilia”, Paris lo hace en serio.

-No me avises ni me pidas permiso, sólo hazlo.

Habla odioso el portero red, Javier sí que se lo toma en serio y se apresta a golpearlo pero Marco lo contiene, mientras Paris solicita a Alejandro que suelte al ricachón logrando su objetivo, no sin antes lanzar una mirada de fuego a Steven recibiendo la misma agresión. Javier exige a Chino que lo suelte, que no hará nada y entonces lo libera. Alejandro y Javier se comportan como fieras enjauladas, Steven se acomoda la camisa y Marco y Paris se miran entre sí resoplando, se hacen algunos gestos y comentan algo apenas audible para ellos, Steven quien los veía, frunciendo el ceño habla:

-¿Qué, qué es esto? ¡¿Acaso ustedes lo planearon?! Chino, tú…

Javier y Alejandro también interrogan con la mirada a los chicos y la presión los hace admitirlo. Reniega en serio el otro trío.

-¡No puedo creerlo…! Marco ¿en qué estaban pensando? ¡¿Tú crees que yo…?! ¡Ja!

También los mexicas reclaman a Paris que resiente más el ataque.

-¡Lo que creímos es que es un desperdicio de tiempo, una tontería, un error, odiarnos… -Chino enfatiza esta palabra- …de semejante forma, al grado de… -se vuelve hacia Steven que lo ve de otra manera, advirtiendo que lo culparía por lo de Paul delante de Javier y Alejandro- …está bien no tragarnos, pero ¿odio?

-Se lo han ganado a pulso, Chino. –Interviene Javier que se coloca al centro.- Tú lo sabes mejor que nadie ¿cómo quieres que los vea? Te lo dije la otra vez: las cosas son como son, no quieras mover, acomodar nada. Una cosa es que intentemos renovar nuestra amistad y otra que me hagas saludar a “éste”. Eso sí no, no.

-¿Qué dices? –Ahora toma la palabra Steven- ¿Qué tú y Marco? Chino ¿eso es cierto: ya son amigos otra vez?

Antes de que Marco conteste, el capitán azteca se adelanta.

-¡En eso andamos! No cantes victoria todavía y menos con esto.

-¿Así que andas limosneando amistades? ¿Qué, no somos lo suficientemente buenos para ti? No cambiaste ¿verdad? Siempre los has estimado más que a nosotros ¿Te hemos faltado en algo, Chino?

-¿Qué te pasa Stevie, vas a llorar porque te quedaste sin amigos?

Se burla Javier. Steven alcanza a contenerse de decir algo pero amenaza con el dedo índice.

-Chicos ¿por qué no darse la oportunidad? Marco y yo lo hemos hecho y no nos ha afectado en nada.

Habla inseguro, Paris.

-Piensen, piensa bien las cosas, Chino, antes de hacerlas…

Habla Steven, se aguanta de hablar de más y se marcha camino abajo.

Marco le habla en vano, intentando detenerlo, sintiéndose mal, culpable.

-Creo que tienen cosas qué platicar.

Les dice Alejandro a Marco y Paris y se aleja también con Javier, camino arriba, molestos, incómodos, como si les hubieran tocado el alma mexica con una pluma de Fénix. Y allí se quedan los causantes de todo esto lamentándose y culpándose por no conseguir su objetivo, pensando que quizá sea mejor dejar todo cual está, dudando, el primer round lo acaban de perder, absoluto. Sin embargo la vida es curiosa, quizá caprichosa. Alejandro y Javier para no volver a encontrarse con Steven, Marco y Paris han dado una gran vuelta rodeando hasta llegar a la salida del parque. Allí hay demasiada gente, entrando y saliendo, tanta que se embotella y el avance es mínimo. De pronto, Steven camina con ellos pegado al hombro derecho de Javier. Todavía no lo advierten ninguno de los dos si no hasta que Javier voltea a ver a una chica guapa que va entrando y le pasa por un lado al portero red, al seguirla con la mirada es que se percata de la presencia de su rival, Steven también lo ve. Un chusco sobresalto los invade a ambos y a cual más tratan de salir de ahí. Alejandro quien no ha visto a Steven, recibe un par de codazos de su compañero al querer abandonar la fila apretada.

-¡Ora tú! ¿Qué traes?

Entonces Javier le señala al enemigo y la primera reacción de Alejandro es una risita irónica. Para entonces Steven ya intentó retroceder en vano pues hacia atrás es prácticamente imposible salir; meterse en la fila de los que ingresan al parque es una opción pues un sencillo barandal se interpone, podría brincarlo pero no se vería muy bien y él es de las personas a las que les preocupa el “qué dirán”; entonces como siguiente opción es ir hacia adelante metiéndose a codazos y empujones entre la gente pero eso es todavía más complicado pues delante de ellos, una pareja de viejitos también camina rumbo a la salida. Ni hablar, tendrán que ir juntos por los próximos 20 metros que les parecen kilómetros. Steven se siente como chica fresa y rica en un basurero; Javier se muere, casi se “hace del baño” de coraje, de frustración, de impotencia y Alejandro se ríe para no llorar.

Por fin están por alcanzar la puerta y a cual más quieren salir alejándose lo más pronto posible de su contraparte. Los desgraciados atropellarían al matrimonio de ancianos si hubiera menos gente que los viera. Para colmo, un paso antes de salir los dos señores tropiezan con un bordito en el piso, van a caer pero Javier y Steven por reflejo los ayudan. Los viejitos aferrándose al brazo de sus salvadores ríen divertidos y agradecen a los muchachos, además les piden que los ayuden a hacerse a un lado para no estorbar. La señora empieza a bendecirlos y a disculparse por la molestia que les están causando pero que ya abusando de su confianza les “pregunta” si sería posible que los llevaran a la parada del camión, no lejana pero de bajada y por eso el favor, además traen consigo unas bolsas que Alejandro ya carga gustoso de apoyar al matrimonio. Éste se muerde los labios para no reírse cuando el señor les pregunta a Javier y a Steven si son amigos pues “así lo parece y se ve que se estiman mucho” y entonces comienza a hablar acerca de la importancia, virtud, privilegio y don de la amistad, apoyado por su mujer que comenta acerca de lo inútil y lo terrible que es vivir peleados, con odios, con diferencias. Y cada palabra que brota de los sabios labios de aquel singular matrimonio sacude los corazones de los capitanes, oh sí que lo hace por imposible que parezca.

Ya para llegar a la parada del camión el señor les dice que “no han pronunciado palabra” y que “sería bueno al menos que dijeran sus nombres”. Los chicos obedecen y encienden cariñosas sonrisas en los viejitos, éstos a su vez ya no quieren seguir molestando ni retrasando a los chavos, vuelven a agradecer que los hayan auxiliado y ya para marcharse les ruega el señor que les prometan que nunca dejarán de ser amigos y les vuelve brevemente a comentar sobre el valor de la amistad. Dudan en responder los chicos y entonces tomando otra vez la palabra el señor les comienza a platicar una “vieja historia sobre una amistad” pero la señora interviene diciendo que el camión ya viene en camino. Ya sin esperarlo, los muchachos auxilian a los viejitos a subir al camión y todavía reciben los últimos agradecimientos y bendiciones.

El autobús se aleja y los chicos se quedan allí, dudosos, desnudos del traje de odio, quizá vistiendo sólo una prenda. Ni uno ni otro atina a hablar, tampoco a mirarse directo a los ojos. Finalmente Steven se retira también rumbo a su auto sin decir nada pero de inmediato se percibe otra aura alrededor suyo, como más limpia, más libre, otra. Similar sensación experimenta Javier que frota las yemas de sus dedos entre sí y abre y cierra su mano como comprobando su fuerza, después se vuelve hacia Alejandro y ambos advierten una mirada transparente en el otro como una ventana al interior y sonríen serena pero sinceramente y asienten con la cabeza. Toman su propio rumbo.

Paris llega a su casa dándole un aventón Marco que “necesita manejar un rato para pensar”. Merlín por su parte, pasa de largo por la sala y el comedor yendo hasta su habitación, se tira sobre la cama boca abajo, pareciera muy cansado y quizá sea verdad pues se queda dormido, despertará casi al anochecer y percibirá un mal sabor en la boca.

Al día siguiente, por la mañana, “una mañana hermosa” diría Javier, inmediatamente después de desayunar a las 7:30 am, llama al entrenador Villanueva… Enseguida se cambia de ropa, se asea, se despide de sus padres y se marcha. Pero no toma el camino rumbo a la 8 de Julio, se dirige a la avenida y toma el camión al centro. Baja y camina hacia Catedral. Entra al recinto. No va a misa, se dirige hacia el altar dedicado a la Virgen de Guadalupe y ora por instantes. Después le habla con el corazón en la mano y cuenta la leyenda que unas lágrimas escaparon de sus ojos. Acto seguido se pone de pie y despidiéndose de su Dama del Tepeyac nuevamente toma el camino. Ahora aborda la ruta hacia la Sierra de Cacoma y tiene que viajar durante casi una hora para llegar a su destino. Durante el recorrido mira atento y relativamente gustoso este lado de la ciudad que en su mayor parte desconoce, no es frecuente que se interne en estos rumbos. Camina hacia un complejo deportivo, moderno y sumamente estético, no entra, pareciera querer explorarlo antes. Pasan varios minutos para que pueda tomar alguna decisión, por fin se interna en un solitario callejón como para ocultarse y entonces sin ser visto por nadie se brinca la barda cayendo al interior del complejo. Mira a varias decenas de metros de distancia a unos muchachos realizando entrenamiento en una cancha rodeada por un pequeño muro que sostiene un alto alambrado. Si es precavido no se percatarán de su presencia, así actúa. Jamás duda de su objetivo, es firme y claro. Cuando por fin los chavos se percatan de Javier ya está entre ellos, con los pies bien clavados en el césped y con mirada dura más no agresiva. Ha llegado al entrenamiento del Fénix United.

¡Cielos! ¡¿Creen que salga vivo Javier de ahí?! La pelea deportiva cede terreno a la batalla sentimental entre estos dos equipos ¿quién ganará? Por si fuera poco, por fin aparece el verdadero villano de esta historia, conózcanlo en el próximo episodio ¡Muchas gracias por leer!

 

Hola hermanos fanficslandenses, vuelvo con un capítulo trascendente en la historia de estos prometedores jóvenes.

@Felina, hola linda minina, duele lo de Mat ¿eh? Es una suerte que cuente con amigos como los que le rodean, incondicionales, pero no me adelanto porque por lo visto desconoces la táctica de Ray para alivianarlo así que callo, callo. No sé qué te habré hecho recordar pero ojalá que tus terapias que consisten en esa bebida helada den buenos frutos y si no, pues ahí están esas ¿galletas de animalitos? Muy graciosa, ya no existen ¿o sí? Un abrazo, esto se acerca a su fin, recuérdalo, así que no te despegues mucho. Te quiero mucho, que tengas un hermoso fin de semana.

@Marina, qué bueno que te ha gustado tanto el capítulo, me emociona saberlo. Oye ¿estaremos hablando de la misma serie: Kuroko no Basket? ¿Kuroko, Kagami, la Generación de los Milagros? Me declaro fan del ánime, es buenísimo, una historia graciosa, inspiradora, un dibujo muy bueno… Lo de la comida es una lástima, te entiendo que anheles un platillo 100% mexicano ¿qué opinan tus hijos? ¿Se adaptan o sufren también? Aquí mi esposa se defiende bastante en la cocina, por fortuna, sabe tortear, hacer tamales, pozole o chilaquiles, es una bendición por donde se le vea. Lo del cambio de marea entre los equipos autlenses sólo lo veía transformado por algo muy poderoso y qué mejor que la sabiduría de unos ancianitos ¿eh? Muchas gracias por tu apoyo y tus deseos, de la misma manera les deseo que estén muy bien y que Dios les sonría en todas sus actividades, reciban un abrazo, hasta pronto.

A los demás lectores muchísimas gracias por su apoyo, como verán, son los últimos capítulos, que los disfruten.



24

DUELO DE TITANES


Más de la mitad de los steelers creen que es una ilusión, una aparición o bien, una broma de muy mal gusto. Sonríen realmente extrañados. Javier no ha dicho nada, no ha hecho nada. Ligero, Marco es quien actúa acercándose al capitán mexica.

-¡Que se largue, Marco, está profanando este suelo!

Dice alguien por ahí. Ya todos han volteado a ver a Steven pensando qué estará pasando por su cabeza.

-¿Qué haces aquí? Te van a matar.

Se preocupa en serio Chino.

-Tengo que hacer esto, no me voy a ir hasta que me escuchen.

-¡No lo molesten, déjenlo hablar!

Se eleva la voz poderosa del portero red. Camina lentamente hasta quedar a unos cuantos pasos de distancia. Ya no dice nada, con la mirada le indica a su némesis que la palabra es toda suya. Javier empieza titubeante.

-…B-bueno, no es fácil decir lo que tengo que decir… -algunos steelers sonríen burlescos, saben que su rival está muerto de miedo- así que… sólo lo diré… -ahora los mira directo a los ojos, sin complejo alguno- Nos hemos odiado desde siempre. No se sabe quién empezó ni por qué… –omite la verdad, sería incómodo para él y un insulto para los chicos: una goleada de 3-0 a favor del Cuauhtémoc fue lo que inició la guerra civil.- Pero creo que es cómodo adoptar cada quien su rol. Ustedes son los ricos y nosotros los pobres y ambos niveles se prestan para infinidad de burlas. Ustedes son más ganadores pero nuestro palmarés es sumamente envidiable y por eso nos metieron zancadilla.

-¡No fastidies, ve al grano!

Se molesta Armand pero a una señal de mano de Steven, calla.

-Nos odiamos chicos y creo que soy el primero en la lista de todo esto, creo también que soy el primero en lo que se refiere a las burlas… –sonríe y enciende risas en los presentes, irónicamente no burlescas- y, estoy cansado de ello… Vengo a solicitar una tregua… -Guarda silencio unos segundos como repasando lo que ha dicho, como asegurándose de lo que va a decir- Ninguno de mis compañeros sabe de esto, no le he dicho a nadie, no tomé consenso pero estoy seguro que si de aquí puedo salir con algún fruto en las manos, ellos pondrán de su parte para mejorar las cosas, los conozco muy bien y sé que así sucederá. –Vuelve a hacer una pausa, ahora más breve.- No les pido que seamos amigos, sería un hipócrita si lo hiciera, pero nos pido tolerancia y respeto, quizá no en el campo de juego pero sí en nuestras vidas. No sé qué pueda resultar de esto pero quiero intentarlo y si ustedes ponen su grano de arena quizá se reflejé en la ciudad, dividimos de feo modo a familias enteras, por si no se han dado cuenta.

Guarda silencio. Se siente bien, como si hubiera liberado el veneno que lo carcomía por dentro, también se engrandece por estar donde está y haber hecho esto, toda una hazaña, pero eso sí, sabe que no ha conseguido nada. Entonces Steven habla, presionado por todas las miradas de sus compañeros.

-Es claro lo que pides… y honesto. Osaste venir aquí… posiblemente donde has pisado no vuelva a crecer pasto, esas huellas serán el testimonio de lo que hoy se origina aquí… a ti en cambio se te deben estar quemando los pies, tampoco lo olvidarás nunca. –Mira a todos y cada uno de sus amigos como buscando su aprobación.- No obstante, no se puede ignorar tu gesto. Si tú haces este esfuerzo, creo que aquí todos imaginamos lo que debe estar pasando por tu cabeza, pues, lo menos que puedo hacer es corresponder a ello, no de corazón, la verdad, no por tus ideales, sino por no quedarme atrás, no vas a lucir como un héroe mientras yo permanezco con los brazos cruzados… En fin, como he dicho, corresponderemos a tu esfuerzo y a tu petición. Respeto y tolerancia has pedido… pues ya las tienes… -algunos reds se miran entre sí como queriendo rechazar lo que su líder ordena.- Habrá tregua por un tiempo, no sabemos cuánto durará ésta, no sabemos quién la romperá ni por qué, pero veamos qué sale de todo esto. Puedes ir a informar a tu equipo de este trato, el Fénix lo respetará, te doy mi palabra.

Inmóviles pero sacudidos por dentro, algunos steelers quisieran tomar la palabra, contradecir a su capitán pero la personalidad de Steven se impone y acatan y aguardan a regañadientes. Marco mira a Javier y sonríe satisfecho, el mexica, serio habla por última vez:

-Tienen un capitán honorable. –Mira a los steelers- A prueba de fuego, como el emblema que celosamente defienden y del cual se enorgullecen. Son afortunados, privilegiados, no se encuentran un sujeto así a la vuelta de la esquina…

Quiere decir “gracias” pero no puede, piensa despedirse cortésmente pero tampoco brotan las palabras, así que simplemente hace un gesto con la cabeza y se retira, ahora sí, hacia la puerta principal. Escucha a alguien aplaudirle, le sorprende y le agrada pero no voltea. Es Caballero su “admirador” quien aplaude después de la soberbia actuación que se ha mandado el azteca. Nadie lo imita, ni siquiera Marco, pero no le importa y continúa aplaudiendo ante la mirada inquietante de algunos compañeros, dice:

-Qué valor tiene ese tipo, le hace honor a su apellido. En mi vida conoceré a alguien que sea capaz de hacer lo que ha hecho.

Su voz se pierde entre los chavos que no rompen el silencio, analizando todo aquello. Steven especialmente digiere estas últimas palabras y un pensamiento surca su mente.

Javier ha cruzado la salida ante la mirada interrogante del guardia que se pregunta a sí mismo si no era el capitán azteca el que abandona las entrañas del ave. Una vez ya fuera del complejo a Javier se le aflojan las piernas y una sonrisa le brota en la boca como a alguien a quien todo le ha salido bien sin esperarlo. Toma su celular y llama mientras camina por el lujoso barrio. Todo ese día ya no tiene contacto visual con ninguno de sus compañeros, excepto con Alejandro que ha ido a su casa para la hora de la comida. Le interroga pero Javier no dice nada, esperará hasta mañana para hablar aunque se muere por soltarlo. Toda la tarde se encierra en el restaurant trabajando como pocas veces, aprovechando el permiso especial otorgado por el entrenador Villanueva. Y por la noche no puede dormir pensando una y otra vez en lo que dirá al amanecer, recordando lo acaecido. Se desvela. Al alba despierta con dificultades pero no tarda en ponerse alerta, en menos de lo que canta un gallo ya está vestido y en la cocina saludando a su mamá y ayudándole con el desayuno. Rato después, tomado el almuerzo y equipado con sus cosas de entrenamiento se marcha a la 8 de Julio. Es el primero en llegar pues no quiere que nada salga mal, así que da el último repaso a sus planes. Poco a poco sus amigos van llegando, también el entrenador Villanueva que interroga discretamente al capitán. Para las 9:00 am ya todo el equipo está reunido y se disponen a iniciar la sesión, sin embargo ni entrenador ni capitán hacen indicación alguna y eso sí que resulta extraño.

-Muchachos, antes de empezar, quisiera decirles algo. Es muy importante.

“Changos”, es la expresión de algunos aztecas, saben que Javier nunca se anda con esas cosas y definitivamente tiene que ser algo muy serio. Se disponen a escucharlo, algunos de pie con los brazos cruzados, otros sentados sobre el césped o los balones. Sin más ni más, Javier suelta la sopa y va dibujando diversas y cambiantes expresiones en los rostros mexicas: asombro, reprobación, incredulidad, gusto, coraje, admiración, entre otras.

-No hubieras hecho eso. No estamos para andar buscando la amistad de esos cabr… ¿Por qué ching… fuiste?

Se queja Damián. Son variadas las frases de los chicos a los que el entrenador Villanueva escucha sin intervenir. Es Paris el que habla:

-Pues a mí me parece correcto. Mis respetos para Javier pues supo hablar. No fue a buscar ninguna amistad, como ustedes dicen. Tampoco fue a humillarse, para nada, al contrario, me parece que en toda la historia del Cuauhtémoc alguien podrá jactarse de lo que ha hecho. Él sólo ha solicitado una tregua, yo me apunto, cuenta conmigo Javi, veamos haber qué sale de esto.

Es firme Merlín, como pocas veces y convence a varios de sus compañeros.

-Pero bueno… -Vuelve a tomar la palabra el capitán- Antes de que se diga más, he invitado a alguien para hablar aquí entre nosotros.

Ahora sí el signo de interrogación en los aztecas es enorme y pesado. A la distancia aparece entonces Steven caminando hacia ellos.

-¡No mam… Javier! Yo lo voy a sacar a patadas.

-¡Usted no va a sacar de aquí a nadie, joven Guerra. Guarda silencio y escucha a este chico.

Emerge la autoridad del entrenador Villanueva, a nadie le quedan ganas de parar el dedo aunque la presencia del steeler los electriza. Cuando se ha acercado al equipo se topa con rostros desencajados de ardor, odio y acidez contenidos. Saluda pero sólo recibe respuesta del entrenador, Javier y Paris.

-El día de ayer, su capitán Javier fue a “visitarnos” al entrenamiento. Lo menos que podía hacer era devolver la cortesía… -Está controlado más no es insensible y siente todas esas miradas agresivas y mala vibra.- Ya deben estar enterados de la tregua que hemos pactado entre ambas escuadras…

-¡Yo no he pactado nada!

Ruge Jhonny y discretamente lo apoyan algunos mexicas. Cesan rápido.

-(Suspiro)… Escuchen… sé que me odian y me odiarían más si supieran de algunas cosas… -Por un momento piensa mirar a Paul pero cree que se delatará solo y entonces sí no saldría vivo de la tribu, entonces mira hacia el pasto.- No sé si sea posible que me dejen de odiar, no sé cómo podría verlos de ahora en adelante. Todo esto es una incógnita, ni el más optimista podría asegurar que esto funcione, sin embargo podemos intentarlo…

-No me cabe en la cabeza… -habla irónico Jhonny, ubicándose al centro de la charla- …que ustedes dos hayan despertado un día queriendo ser amigos valiéndoles madre los colores, emblemas, historias y compañeros del equipo ¡¿Qué ching… les pasó?! ¡¿Se les llenaron de atole las venas?!

Es muy sincero y cierto el comentario del defensor y desnuda toda la escena. Steven retoma la palabra.

-Soy yo el más sorprendido de esto, déjame responder… -le pide a Javier que hacía ademán de intervenir- …La vida es irónica, no cabe duda… Javier, Alejandro y yo vivimos, sin desearlo, sin planearlo, una anécdota común, despiadada en cierto sentido pues nos despojó de los harapos que vestíamos y que presumíamos equivocadamente como nuestros colores. A mí en lo particular… -agacha la mirada- …creo que es un milagro… esta metamorfosis… Señor…

Ahora habla como para sí.

-¿Qué tanto ladras? Oye, no vas a conseguir que te crea.

-¡De todos modos va a cooperar, joven Lebeau, a no ser que desee salir del equipo! Esto se hará con o sin su ayuda, créalo, aunque le recomendaría que tratara.

Se hace un desconcertante silencio, la mayoría del equipo ya ha aceptado aunque no lo han expresado. Paris se vuelve hacia Javier y sonríe orgulloso, luego observa a Steven, está allí, callado, asombrosamente con la mirada en el césped, “desnudo”, humilde, evolucionando… De pronto se acerca a él y le tiende la mano obligando al steeler a subir la mirada… y a corresponder el gesto. El entrenador Villanueva, no se sabe si por sinceridad o para poner el ejemplo o para ser cortés, también se une al pacto, seguido de Javier, el cual ha sacado algo de su bolsa de entrenamiento. Se lo da a Steven.

-¿Qué es…?

Se sorprende el portero red.

-Pasto. –Dice natural el líder mexica.- Con él podrás cubrir mis huellas allá en tu campo. –Siente debilitarse Steven, este gesto lo ha desarmado por completo- Es muy fértil, no dudo en que prenda allá. Si lo aceptas, me sentiré mejor, es un mínimo detalle para compensar mi falta.

Se ha turbado el steeler y la humildad y la honestidad de los chicos “lo mata”, siente que se va a quebrar y no puede ser allí, entonces dice que ha cumplido con su parte y se dispone a marcharse, pero antes de hacerlo:

-…Podré pasarme la vida entera buscando símbolos, héroes, líderes incansables e intachables por todo el planeta futbol y nunca encontraré uno que se asemeje a Javier De León. Valórenlo y siéntanse orgullosos y privilegiados ¡Gran hombre, Javier! ¡Capitán!

Ha hipnotizado al equipo entero. Esas palabras les han gustado, los ha conmovido, los ha enorgullecido. Lo ven alejarse, callados, después las reacciones son variadas: Jhonny, Damián y Antonio se apartan del resto y charlan entre sí como dudando, definitivamente los más resistentes; Paris, Fred, Efrén, Al y Paul se acercan a Javier y Alejandro para preguntarle de la “anécdota”; Mat, Ray e Ian sacan conclusiones; y Álvaro e Ignacio, por separado siguen con la mirada aún en Steven. Y el entrenador Villanueva informa más tarde a Isaack acerca de lo que se gesta entre los chicos y aunque se confunde en un principio, luego se alegra sobremanera y advierte que apoyará en lo que sea necesario, que lo mantenga al tanto y que tan pronto le sea posible, los visitará al club.

Unir estas dos escuadras luce como revertir el curso de un río y sin embargo parece que el agua ya se va frenando, primer paso en la consecución de esta meta ¿Quién lo diría? Qué rumbo ha tomado esto ¿eh? Las cosas que se dan en la vida.

Días después, el regreso a clases ha llegado y aquí en la prepa, en toda Autlania, en México, ya nada volverá a ser como antes. En este tiempo Marco ha frecuentado a Javier, Paris, Alejandro y Paul con quien incluso, ya ha vuelto a jugar play y claro que gracias también a una nada despreciable colección de videojuegos de primera que Chino ha prestado al azteca. Éstos a su vez han solicitado información general de Steven tratando de que sea un tema cada vez más común en sus charlas, además, han enviado a menudo saludos a los jugadores del Fénix, siendo recíproco el detalle. Sin embargo, este primer día de clases la prepa no se ve engalanada ni por aztecas ni por steelers, concentrados en sus respectivas instalaciones para las semifinales de Copa que se jugarán a media semana, y permanecerán así hasta que sean eliminados de la competencia. La escuela ha cooperado ante el poder de los flamantes presidentes de los dos clubes y aparte claro, debido a la posibilidad de que sus jóvenes estudiantes lleven en alto el nombre de la ciudad y de la misma preparatoria. Los chicos por su parte no tienen pensado regresar pronto a la escuela y no por flojera sino para mantenerse en la Copa lo más que se pueda, la tercera semana de Septiembre (día de la Final) sería muy bueno y si volvieran uno u otro con el trofeo sería todavía mucho mejor.

Dos días después, el miércoles, el Fénix United en partido nocturno derrota 2-1 a su rival y dedican la victoria a Autlania, así han mostrado el mensaje en las playeras que usan debajo de la roja, siendo discretos aún en cuanto a lo de la tregua con el Cuauhtémoc se refiere. La Fundidora ha sonreído y vestido sus mejores galas. Una victoria más se suma a la espectacular estadística a su favor. Se recuerdan las palabras de Steven: “qué pocas lágrimas ha habido aquí, serían insuficientes para regar siquiera una sola vez la mitad del campo”. Y espera continuar con esta tendencia en la Final, la Copa se le ha negado, es ya una urgente necesidad tenerla y este año debe brillar aquí, debe levantarse aquí.

Al día siguiente los aztecas repiten la hazaña y en Aztlán propinan un 2-0 al campeón defensor: el Estrella Azul, con goles de Javier y Fred. Euforia total en Autlania, sus dos equipos se enfilan a la Gran Final y Dios, lo que sería esta ciudad si el clásico se repitiera en el partido decisivo y todo parece indicar que así sucederá, aunque para ello tendrán que esperar a la próxima semana, un suspiro y un siglo a la vez.

Cada equipo en sus instalaciones se regodea y festejan, saborean, anhelan y se ilusionan con el pase a la Final. El domingo se toman un pequeño descanso y en el caso de los mexicas reciben algunas visitas para aliviar la nostalgia (mucha que deben sentir) y relajarse un poco. Todos los presentes se encuentran en un área verde a la sombra de enormes árboles. Consumen los exquisitos alimentos preparados por los cocineros. Una pantalla gigante encendida que transmite un partido de la Premier es una opción más de entretenimiento. La multitud charla alegre y no cesa de consentir y felicitar a los muchachos que se dejan querer.

-Javier, te hablan en el gimnasio, que vayas ahorita.

Dice un miembro del cuerpo técnico al capitán. Éste agradece y aunque se le hace raro, se dirige al lugar. Todavía va comiéndose un taco. Al llegar ve primero a Paris, Alejandro y Fred, de pronto por la espalda lo alcanza Paul que pregunta que “¿Qué chow hay?” por allá. Entonces advierten a Marco y a Steven. Se sorprenden mas no se sobresaltan, de hecho sonríen.

-¡Ora! ¿Y por qué tan escondidos? Allá afuera hay música y una carne suculenta ¿ya comieron? Yo venía…

-¡Tragando! Si sí vi cómo le empacabas sabroso.

Interviene Paul aligerando el ambiente.

-Gracias, ya comimos. Además no queremos que nos linchen, je.

Habla Marco. Se saludan los chicos.

-Nos dieron un pequeño permiso en la concentración y decidimos darnos una vuelta por acá, espero que no haya problema. Pero como vemos que tienen fiesta, mejor…

-¡Claro que no! No todos los días podemos convivir un poco. Pero, vénganse aquí afuera a las bancas, de ahí no nos ven, no se apuren. –Salen los chavos y toman asiento- Paul, lánzate por unos tacos dorados, aunque sea eso prueben ¿no?

-¡Ah qué cabr…! ¡¿Y por qué no vas tú?!

-Pues porque soy el capitán, yo mando, tú eres un simple peón.

-Javier, gracias, estamos bien, sólo vinimos a platicar un rato.

-Bueno, pues… de todos modos lánzate, yo me los como.

Sonríen los presentes, Paul se defiende graciosamente.

-Se llevan bien ¿verdad? Ya una vez Marco me había platicado de cómo se tratan entre ustedes, pero, no los imaginaba así. –Intenta sonreír, suavizar, relajar un poco su lenguaje, Steven luce muy formal- Allá con nosotros no somos tan… así.

Todos se le quedan viendo expectantes.

-¿Payasos?

Pregunta Paul, provocando que el portero red se apene y se disculpe y que los demás se diviertan.

-Tranquilo Stevie, así somos nosotros, vete acostumbrando. Nada más que agarremos más confianza y no te la vas a acabar.

Advierte Fred al capitán steeler. En general pasan un buen rato platicando y bromeando. No se les suma ningún azteca más puesto que no todos tienen la misma disposición para convivir con los reds, de hecho sólo permanecen poco más de veinte minutos, entonces se disponen a retirarse.

-Bueno, pues se van porque quieren, nadie los corre.

-Sí, ya tenemos que regresar, ahorita va a ver algo de tráfico, en cuanto apenas vamos a llegar, ustedes sigan divirtiéndose. Otro día de estos nos damos otra vuelta, y también, cuando ustedes gusten ir por allá, sale, nada más nos informan antes.

Habla Marco despidiéndose ya, todavía una última broma se dice y aligera el momento. Cuando Steven se despide de Paul, por instantes no se sueltan, no se aprietan pero al steeler lo golpea toda la culpa y es primera vez que se topan desde hace buen rato.

-Paul, yo… escucha…

-Ey… todo está bien…

Asombrosamente Paul demuestra una humildad y un perdón ingentes, “una estupidez” dirían algunos, como sea, el alivio sacude al portero, todavía recibe unas palmadas tranquilizadoras.

-…Gracias…

Dice Steven provocando una mega sorpresa en los chicos “¡¿Gracias?!” Fue sincero el capitán red y muy fuerte al tener que pelear contra toda esa maraña de sentimientos para sacar esa palabrita. Los muchachos sonríen tiernamente entonces y un calorcito confortable se pasea por su corazón, así se marchan los steelers, entre un aura de paz, a lo lejos todavía saludan despidiéndose. Los aztecas regresan a la comida con un aire nuevo y cálido en sus pulmones y sonrisas de una inmensa alegría que, en el caso de Paris se ve opacada por el distanciamiento con Georgette, que incluso está aquí, en el club pero se mantiene al margen del mexica y éste tampoco la busca, no hoy, al menos no con tanta gente, piensa. Para su mala suerte la chica se retira temprano arrebatándole las posibilidades. “Bueno, ya será en otro momento”.




Los partidos de vuelta llegan después de todo y desde sus concentraciones los chicos más dispuestos a la amistad entre las escuadras, se desean suerte por teléfono y se juran que se enfrentarán en la Final donde advierten que ganarán. Bromean entre sí diciéndose unos a otros que les darán una paliza o que “esta vez no habrá chance”. Cabe señalar que al “grupo” se han unido del lado de los aztecas Ray, Mat, Ian y Efrén, y del lado de los steelers Caballero, Ernest, y Eddie. El curso del río se ha frenado por completo, falta revertirlo.

Por la noche, en un hotel de Bella Airosa donde jugarán al día siguiente con el equipo de la ciudad, el Estrella Azul, los aztecas se disponen alrededor de una pantalla en la estancia para ver la semifinal, algunos para mandar buena vibra a los reds y otros para verlos perder, aunque el entrenador Villanueva los invita a que analicen a los rivales. Se han preparado suficiente comida para saborear más el partido, esta vez ya no chucherías.

Miran por la pantalla al estadio de la Angelópolis repleto para apoyar al equipo local. Steven y compañía sufren ante la hostilidad de la afición pero piensan que saldrán avantes de ese lugar, craso error, el Fénix cae 3-1, global de 4-3 a favor de los locales para angustia, dolor y tristeza de los steelers así como su afición, y para sorpresa y cierto temor por parte del Cuauhtémoc, pues ignoraban que hubiera un equipo capaz de pasarle por encima, como ha ocurrido esta noche. Pudo haber sido peor si no hubiera sido por su capitán. Estupefactos, se van a “dormir”, Javier, Paris y compañía hubieran deseado llamar a los reds pero el entrenador no lo ha permitido al no considerarlo conveniente en este momento, los convence de que lo hagan por la mañana, a primera hora si lo desean. “¡No lo puedo creer!”, es la expresión general del equipo e imaginan cómo deben sentirse en el vestidor Marco y los demás, era su gran ilusión: ganar por primera vez la Copa y sobre todo enfrentarse entre autlenses. Eso tendrá que esperar.

Y en efecto, en el vestidor de los visitantes los steelers están destrozados, sobran las palabras, sólo decir que aquel lugar es un velorio. Hacía años que no se tenía una imagen así de estos chicos, pero, así es el futbol, media Autlania llorará esta noche.

Al día siguiente, tan pronto les es posible comunicarse con los steelers, los aztecas tratan de apoyarlos moralmente y aunque sin ánimos, los reds agradecen el gesto y desean suerte para el partido nocturno. Se encienden el coraje, la venganza y las ansias de ganar en los mexicas tan pronto cuelgan el teléfono y Javier promete que va por el verdugo del Fénix. Ya por la noche en la Bella Airosa, más que un inspirado, un equilibrado y controlador del juego, el Cuauhtémoc empata a 1 con gol de Álvaro y festeja como visitante su pase a la Gran Final. La otra mitad de Autlania celebra en grande el enorme mérito conseguido por su equipo, todavía no levantan el trofeo pero ya urgía un motivo para cantar y reír pues lo más cerca que habían estado de algo así ya era tiempo pasado, muy lejano en el sentir, especialmente el último título conseguido, allá por 1995. Resulta entonces bastante comprensible la felicidad y la algarabía desatada entre la afición granate esta noche, y si le aunamos la eliminación del rival pues vaya que los aztecas tienen motivos para ondear con orgullo su estandarte.

Con el paso de los días los steelers regresan a la preparatoria ante el apoyo de su numerosa afición pero también ante la burla de la mucho mayor población estudiantil: tanto aficionados mexicas como resto de los estudiantes antisteelers. Está mal que se diga pero la ley del karma es sabiduría absoluta, una sopa de su propio chocolate.

Mientras tanto en la concentración del Cuauhtémoc el aislamiento y la espera tiene a algunos muchachos tensos, desesperados o malhumorados. Y aunque se les den ciertas libertades como comunicarse una hora al día con quien cada uno desee, para algunos no es suficiente. Sólo se les permitirá una última visita el domingo para recargar fuerzas, motivarse y salir a levantar la Copa en el partido decisivo aunque para ello todavía faltan poco más de dos semanas. Las bromas que juegan algunos aztecas como Paul o Efrén ponen como energúmenos a varios de sus compañeros que les recriminan airadamente y el ambiente se vuelve pesado y asfixiante. De esa manera pasa más de una semana hasta que llega la Final de ida, en Angelópolis, así que tienen que viajar un día antes. Aquí cabe señalar que el partido de ida reglamentariamente debería ser en Autlania, por la razón de que el Cuauhtémoc hizo menos puntos que su rival, pero no cabe duda que las influencias importan y mucho, situación que ha movido y beneficiado a Isaack Anderson que recibirá el duelo definitivo en casa, donde espera alzar y besar la Copa.

Antes de partir a la Angelópolis, Javier, Paris y Alejandro reciben la visita de Marco y Steven. Aún se les nota la tristeza y el dolor pero se animan al asegurar que se quedarán con la Liga donde llevan ventaja de dos puntos sobre el segundo lugar a falta de tres fechas para cerrar el torneo. Comenta que si el Cuauhtémoc gana la Copa, entonces habrá una gran fiesta en Autlania, inolvidable, histórica.

-Muchachos, prométannos que van a ganarles a esos… Deben hacerlo por nosotros. Por favor, Javier…

Suplican los reds y desean toda la suerte del mundo a los aztecas antes de despedirse. Dos horas más tarde, el Cuauhtémoc viaja hacia su destino. Dentro del camión cada uno de los chicos va motivándose a su manera. Por su parte, Javier analiza a su rival: estadísticas, plantilla, palmarés, táctica y demás detalles importantes en estos momentos y todo ello resulta de cierto modo aterrador. Segundo lugar en Liga, justamente apenas detrás del Fénix y rival suyo en la Final de Copa ¿Qué clase de poderoso oponente tienen enfrente, cómo superar a este monstruo? Así es, ese es… el Euroarsenal…

Uuuy, por fin apareció el villano de la historia y ya verán cómo masacra en el próximo capítulo al Cuauhtémoc, sólo saldrán vivos gracias a un partido épico de Alejandro, quien se llevará los reflectores. Así que se viene la Final de ida ¡no se la pierdan!

 

¡Hola a todos! Regreso con la primera Final, una probadita de lo que será la definitiva en unos cuantos capítulos.


@Felina, varias veces me han emocionado tus comentarios y esta vez volvió a ocurrir. Será que tus palabras tienen la virtud de hacerlo, que provocan que me alegre tendiendo a las lágrimas, no a una sonrisa desbocada, no sé, es curioso, no sufro, me agrada, así que te agradezco que te mantengas al pendiente de la historia. Por cierto, se viene la parte que ya no te tocó leer y aunque ya te sabes el final, los capítulos intermedios a las dos finales los desconoces y ojalá que te gusten, siempre es un placer meter en líos a estos chicos. Te adoro mi hermanita, cada día que pasa le pido a Dios que te sonría. Un abrazote, hasta luego.

@Sara Vongola, qué agradable saber que tienes esa manía por coleccionar cuadernos y es que ¿quién no? son adorables las presentaciones, las texturas ¡maldita mercadotecnia! Hace como mes y medio estuve a punto de comprar una libreta de Minions aún cuando yo sabía que soy más de súper héroes, ya la traía en mis manos pero me arrepentí y la dejé, como consuelo me compré una de los Avengers, de todos modos tenía que salir con algo de la tienda. En cuanto a tus palabras te lo agradezco de corazón y mira, parece que me adelanté, pero el capítulo no se irá a ninguna parte, ya te pondrás al corriente y ojalá que te agrade el par de episodios.

@Borealis Spiral, ¿dónde andabas, eh? Qué bueno que te vayas un rato de “casa”, siempre es necesario y me alegro que como dices, haya valido la pena. Muchísimas gracias por tus comentarios, oye, me lagrimean los ojos de gusto, lo juro, es hermoso saber que aún disfrutas de la historia. En cuanto a Kuroko no Basuke, ésta fue la historia que me regresó al ánime después de como diez años de ausencia, me pegó con gran éxito y ahora que tengo a mi niño intento llevarlo poco a poco al mundo del ánime ¡es sensacional! Un abrazo.

@Marina, muchas gracias por tus palabras y tus buenos deseos. Mira, no sé tú pero yo veo a Kuroko junto a mi hermana (cada que podemos que no es muy a menudo pero vale la pena la espera) comiendo todo tipo de chatarra, vaya que disfrutamos de las aventuras de esos chicos. Disfruté mucho escribiendo este par de capítulos, claro, disfruto de todos pero estos dos son especiales porque repercuten en toda la historia, remueven, sacuden y obligan a cometerse actos impensados antes, pero bueno, deliro y ojalá que este delirio impregne los acontecimientos del episodio actual. Un millón de gracias, Marina, que Dios les bendiga.

A todos los demás muchas gracias por leer, por favor, pónganse cómodos que ya comienza el primer trago de adrenalina.



25

EL SUPLICIO DEL CUAUHTÉMOC


“Recordar el valeroso corazón”.


City of the Angels Park. Angelópolis.

La Final de Ida ya se juega en este Coliseo, mote que se ha ganado por la hostilidad de su afición. “Es un ambiente tan hostil, parecieran romanos viendo un espectáculo de gladiadores”, se dice de esta hinchada. Sus ídolos, su equipo son los predators del Euroarsenal, escuadra bastante competitiva, animador constante de la Liga, dueña de 5 títulos de Liga, 3 Copas México y 3 Copas Emperador Azteca, galardones conseguidos apenas a partir de 1994, año que fue parteaguas en la historia de esta respetable institución. Con fama de irreverentes, temerarios, radicales, despiadados y espectaculares. Se podrían decir infinidad de cosas de ellos pero no es la intención, tampoco de ellos, prefieren hablar sobre la cancha, es lo que mejor hacen y para muestra un botón: están aplastando 3-0 al Cuauhtémoc hacia el minuto quince del segundo tiempo.

Los aztecas han sufrido en serio los embates de los predators y la presión de la fanaticada, ahora comprenden cómo se sintieron los steelers aquí hace dos semanas. Ello no significa que el Cuauhtémoc no haya jugado o existido sobre el terreno de juego, también han tenido sus opciones de gol pero ni la puntería ni la suerte han estado con ellos esta noche. Equilibraron también el juego durante los primeros 25 minutos, hasta que cayó el primer gol local, después una serie de fallas y aciertos de uno y otro que han dado forma al actual marcador, aunque sí, hay que reconocerlo, estos primeros minutos han sido totalmente del Euro consiguiendo los otros dos goles haciendo ver muy mal a los visitantes, haciéndoles vivir una terrible pesadilla.

Pero como se decía anteriormente, los mexicas no habían sido del todo un cero a la izquierda pues generaron las siguientes cinco jugadas claras de gol, sin poder festejar una sola:

La primera ocurre apenas al minuto 4. En un tiro de esquina Álvaro remata de cabeza, no muy cómodo, el portero rechaza ágilmente pero deja la pelota a modo en el área chica para que cualquier azteca la meta. El afortunado es Fred que se apura por anotar, no se apoya bien en el césped ni conecta correctamente el esférico volándolo hacia las tribunas en un terrible oso.

La segunda es producto de un contragolpe al minuto 23 con jugada magnífica y fugaz de Ray sobre la pradera izquierda, éste se interna en el área y manda diagonal de la muerte y cuando Fred tiene toda la puerta abierta para anotar, termina golpeando nuevamente mal el balón saliéndole un tiro chorreado sin siquiera dirección a la portería, para reniego de sus compañeros y angustia suya.

La tercera es inmejorable. Al minuto 32 se marca un penal a favor de los visitantes. Fred sin consensar ni pedir nada, se adueña del balón para cierta molestia y preocupación de varios de sus compañeros. Inseguro, inestable y apresurado cobra la falta y le regala un bombón al arquero. Era el acabose, Fred se quería morir y sus compañeros lo querían matar. Isaack lo quería sacar del equipo pero el que sí lo considera seriamente es el entrenador Villanueva, mirando de reojo a Ignacio, ansioso por ingresar al campo y ayudar al equipo.

En la cuarta jugada, Paris con la furia y la urgencia en el rostro, encabeza un contragolpe más hacia el final de la primera parte. Va quitando rivales hasta con la mirada por el centro del campo y ya próximo a ingresar al área enemiga pasa el balón ante el cierre del paso que le representa un último defensor. El esférico camina hacia la derecha, al encuentro de Álvaro que llega solo, pleno, para fusilar al portero pero conecta horrible la pelota, demasiada parte externa para nuestro gusto y lanza su proyectil directo a la tribuna y sus rodillas al césped lamentándose con severidad. Es preciso señalar que durante esta jugada, Paris se lesiona al chocar contra el último guardián siendo el mexica el más perjudicado de los dos. Justo entonces termina la primera mitad y Paris es revisado por el médico quien informa que es un hecho que el azteca abandonará el terreno de juego. No puede seguir, es la orden del doctor. Y debido a la necesidad de cubrir el mediocampo, el entrenador Villanueva hace ingresar a la cancha a Paul en las condiciones que está, además indica a Ignacio que ocupe el lugar de Fred en la delantera. Por último hace unos ajustes tácticos y arenga a su equipo para que salgan a partirse el alma para el segundo tiempo. No le sirve de mucho, apenas al minuto 2 reciben el 2-0.

Por fortuna, inmediatamente en la siguiente jugada que representa la quinta de peligro, para acercarse en el marcador, Efrén filtra un gran pase a Ignacio que abre en diagonal hacia la izquierda y conecta cruzado a segundo palo venciendo al arquero mas no al poste donde se estrella el balón para después ser reventado por la defensa. Diez minutos después caería el pesadísimo 3-0, presente oscuro para los aztecas.

-¡Qué paliza le están dando al Cuauhtémoc! El Euro luce muy fuerte, Ramón ¿Usted cree que ya tiene sujeta la Copa, o todavía puede hacer algo el visitante?

-Rogelio ¿qué te digo? Esta noche a los aztecas se les salió la puntería de los zapatos… Y ahora tiene al chico Estrella lesionado y esta losa tan pesada. El panorama luce muy negro ya para el equipo. Creo que lo mejor que podrían hacer sería mantener el orden, echarse para atrás a que ya no les hagan otro y haber qué pasa para el partido de vuelta.

-¡Pero Ramón! ¡¿Qué dices?! ¡¿Echarte atrás?! ¡¿Tú harías eso?! No, no, estás mal. Para mí, el Cuauhtémoc debería ir aunque sea por un gol sino esto está liquidado. En lo que sí coincido contigo es en lo de la puntería ¡qué bárbaros! ¡Podrían incluso ir ganando el partido! ¡Esto podría estar 3-2 ó 4-3 a su favor! Pero… Y lo de Merlín qué lástima ¿eh?

-Sí, sí, podría perderse la Final de Vuelta, nadie quiere eso, aunque estés abajo en el marcador…

-Es cuando más te duele estar en la banca, impotente por no hacer nada. Ni hablar, son las cosas del futbol, suerte para Merlín…

Éste llora casi de la impotencia en el vestidor, mirando el partido por tv. Después del último gol predator agacha la mirada y se lleva las manos al rostro, siente cómo todo se viene abajo y de pronto piensa en Isaack.

El dueño del equipo por su parte observa con semblante desencajado el partido desde uno de los palcos. Siente cómo la cámara lo graba y pareciera arderle, de ser por él las destruiría a todas. No tiene muchas esperanzas. A sí mismo se repite “queda la Liga y el Ascenso” como consuelo. Tampoco tiene a Lizeth a su lado pues tiene que trabajar al día siguiente y se le ha juntado algo de chamba. Sufre el propietario de los mexicas y mucho.

Abajo, en la banca del visitante, el entrenador Villanueva sólo observa de pie el encuentro, ya no dirige, los ánimos se le han ido del cuerpo, al igual que a los chicos suplentes que ya sienten la derrota como un hecho, lo que anhelan y ansían es el final del partido ¡pero ya!

Y en algún lugar de Autlania, Lizeth con un ojo en los documentos y otro en la pantalla desearía estar apoyando moralmente a su amado. Ella como todos los demás comparte el dolor por la derrota parcial. También lo hacen Marco, Steven y algunos steelers más que ardían por cobrar venganza vía los aztecas, sin embargo parece que no se va a poder y ahora están fríos y desganados. Caso similar el de Georgette que mantuvo la pantalla encendida sólo para checar si decían algo más del estado de Paris, pero después del tercer gol ha apagado el aparato y ahora se pasea angustiada por su recámara sopesando la idea de marcarle o no a su celular pero no se anima y se frustra. Ha decidido en un arranque de ira que no escribirá nada de la Final ni en la Gaceta ni en el Diario.

Y similares sensaciones experimentan Tania, Vanessa, Cameron, Violeta, Christian, Román y demás familiares y afición del Cuauhtémoc. Nadie es muy optimista que digamos y sienten sus ilusiones desvanecerse.

El encuentro continúa con varias oportunidades más para los locales sin conseguir aumentar el marcador, incluso se lucen con jugadas que hacen maravillarse a sus aficionados. El Cuauhtémoc no existe. El mediocampo no recupera, ni tapa y menos genera algo; la defensa desorganizada, asustada y cansada ha perdido su razón de ser, son los más exhibidos; y la delantera no apoya a sus compañeros, “se lavan las manos” y sólo ven el desarrollo del partido y el avance del reloj; Alejandro en la portería ha tenido que soportar comerse tres goles. En un principio movía a su defensa a pesar de estar abajo en el marcador pero ahora ya no lanza un grito ni nada, está seriamente herido en su orgullo aunque continúa haciendo su trabajo, el único de los once. Ha salvado a su equipo fácilmente al menos de otros tres goles, ha visto de cerca y de frente más de lo que quisiera a Sunny, el goleador de los predators, autor de dos anotaciones esta noche, la otra a cargo de René, el otro delantero de apodo “pistolero”. A la delantera la completa Alexander con características similares a las de Ray; en la media, Carlo maneja los hilos del Euro, del nivel de Paris y Michael y puede generar tanto futbol gracias a dos pistones que rotan alrededor suyo: Jermain y Jamal, los corazones del equipo; abajo, Robbie es efectivo y sensacional en la lateral izquierda, mientras que en la derecha Efraín puede jactarse de ser el mejor lateral de la Liga; en la central Darío y Samuel son unas murallas y peor aún en la portería tienen a Daniel, un joven prodigio que ya se lo pelean los mejores clubes del orbe. Por donde se le vea, el Euroarsenal es tan fuerte como el Fénix o incluso más pues ya lo superó y ahora le está dando cátedra al equipo sensación de la Copa, realmente es un monstruo.

-¡Recuérdeme, Ramón! ¿Cuándo fue la última vez que perdió el Cuauhtémoc?

-Ya hace rato Rogelio. Fue… en la fecha 2 de la Copa, en el partido aquel que perdió por default por no presentarse en la Fundidora para enfrentar al Fénix allá a principios de Abril. Y a los dos días perdió en la Liga, también por default. Y desde entonces han transcurrido… aproximadamente como 22 partidos sin conocer la derrota.

-Hoy se les corta esa racha, puedo apostarle mi quincena. Y dígame ¿cómo va en la Liga?

-A falta de tres jornadas el Cuauhtémoc va 1 punto por debajo del líder de la competencia.

-Mnn, bastante esperanzador, digo, si se les niega la Copa, al menos pueden conseguir el título de Segunda y el Ascenso.

-Sí y recordemos que son dos equipos los que ascienden, el tercer lugar general, es decir, su amenaza está a cuatro puntos debajo del Cuauhtémoc así que sí es un objetivo muy cercano y esperanzador como usted dice.

-Sólo que me temo que el joven Anderson no se conformará nada más con el ascenso, él desea ganar la Liga.

-¿Y quién no? Y hasta la Copa quisiera ganarla, si fueran las tres cosas ¿qué mejor? Pero no se puede ganar siempre.

-¿Y el Barcelona qué acaba de hacer?

-Oh, bueno…

Transcurren casi quince minutos más rozando la media hora de juego en los que los destellos de los predators iluminan el estadio. Entonces ocurre la jugada clave del encuentro, el punto de inflexión aunque en un principio no luce así. El Euro vuelve a llegar al campo rival “con la mano en la cintura” vía Carlo, le bastan un par de fintas y algunos movimientos de los elementos de ataque para abrir un boquete en la defensa y filtrarle un pase a René que lo deja completamente solo, mano a mano con Alejandro. Es el gol de la puntilla, el que mata, el 4-0. René tiene toda la ventaja, Alejandro lleva todas las de perder, está tan desanimado que su achique es deficiente y muy lento, le regala prácticamente todo el lado derecho de la portería para meter la pelota y René no desaprovecha y dispara… Algo sucede entonces, algo que no tiene explicación, sencillamente es increíble. Se ignora de dónde Alejandro saca energías, que de hecho las puras energías son insuficientes para lo que hace. Inexplicablemente, Alejandro ya vencido debido a su deficiente postura de defensa, se recupera y se lanza espectacular hacia su derecha para desviar con las yemas de los guantes el disparo que va a dar al poste y retorna a él.

El estadio enmudece. Más que ahogar el grito de gol o hacer el típico “¡Ah!” de estas jugadas, la afición simplemente no da crédito a lo que ha visto. “Ya estaba tirado ¿cómo pudo?”, “No puede ser”, “Era gol ¿cómo la sacó?”, “No inventes ¿cómo lo hizo?”. Éstas y muchas más son las frases de incredulidad ante esta heroica hazaña del guardameta mexica. René que incluso ya había desviado la mirada de la jugada iniciando con el festejo, se sorprende cuando no escucha la celebración de la fanaticada, entonces se vuelve hacia la portería para ver cómo el balón regresa a su rival, y se lamenta.

Pero la sorpresa no queda ahí, apenas inicia, el término de heroísmo no se da tan a la ligera. Alejandro mismo, asombrado por lo que acaba de hacer siente cómo un calor le recorre el cuerpo y lo sobreexcita. No lo piensa, es mecánico, instintivo. Se desprende inmediatamente del balón lanzándolo unos pasos adelante y él trota detrás, pareciera que va a despejar, entonces se le adelanta un poco el balón y Alexander le presiona, pero Alejandro se lo quita de encima con frialdad y buena técnica. Se detiene un par de segundos y mira de cerca a algunos de sus compañeros y rivales, los primeros parecieran pedirle la pelota pero a la vez no quieren saber nada de ella; los segundos se frotan las manos de pensar que pudiera perderla allí y dejar completamente desguarnecida la portería. Un par de segundos, sólo eso, y avanza…

Empieza trotando pero pisa el acelerador poco a poco desviándose hacia la banda izquierda. Sus amigos piensan que se ha vuelto loco y estarían más temerosos por lo que pudiera pasar si no estuvieran tan cansados, “que pase lo que Dios quiera”, es ya el sentimiento general, excepto el entrenador Villanueva que mira incrédulo a su pupilo enfrentar a Jermain próximo en el ecuador de la cancha. Hace un gesto de pesimismo que se convierte en momentánea alegría al salir vencedor su muchacho, éste ha hecho túnel sobre su rival viéndose soberbio y animándose aún más, entonces rebasa la frontera… Ya allí, después de sembrar a dos predators, los aztecas por fin se dan cuenta de que ¡tienen que ayudarle! Álvaro e Ignacio ya hacen movimientos para recibir el esférico y jalar la marca; Paul va escoltando a Alejandro como todo un tacle; Efrén también se pone en posición de receptor en el círculo del campo; Javier e Ian custodian su portería por si las cosas salen mal y Jhonny pide a Damián y Antonio que se replieguen. Sólo Ray tarda en reaccionar, observando la jugada desde el otro sector, hoy lo han tronado, a falta de la protección de Mat por ese sector su trabajo ha sido desbordar por ambas bandas, demasiado.

Alejandro corre extasiado, sonriendo por dentro, sintiéndose libre. El factor sorpresa lo beneficia pues los predators dudan sobre quién debiera contenerle, apenas lo suficiente para pensar en posibilidades de gol para su equipo. Efraín le sale al encuentro y Alejandro inteligente hace pared con Álvaro que se bota para recibir. Efraín todavía intenta parar con falta al portero mexica pero Paul se interpone entre los dos como la humedad y es éste quien recibe la falta pero el árbitro aplica la ley de la ventaja, la pared es en corto y de inmediato Alejandro tiene que planear cómo burlar a Samuel, no es tan difícil, va encarrerado y con un ligero pero eficiente movimiento de cintura le quiebra al defensor la propia, pisando el borde del área enemiga…

Todo aficionado azteca donde quiera que sea que esté viendo el encuentro “le ordena” al portero que le tire, aún más asombrado que emocionado.

Las cosas se complican de repente cuando Darío hace una buena y rápida cobertura bloqueándole al portero mexica el disparo, situación que a Alejandro no le importa mucho pues no busca el gol propio sino el del compañero que sea, entonces cede la pelota para Ignacio completamente solo en la medialuna. Festeja el gol antes de hacerlo. La sonrisa se le borra cuando por confiado no controla el balón y se le escurre hacia la derecha, al encuentro de Robbie, aunque el azteca todavía tiene ligera ventaja. Ignacio se apresura y alcanza a disparar antes de que el defensa le tape. Conecta cruzado y abajo a la derecha de Daniel al que deja sin oportunidad pero por desgracia el balón pega en el poste, otra vez ¡maldito poste! dice Nacho. La suerte les sonríe a los aztecas cuando el esférico rebota débil en dirección a Alejandro que reacciona antes que Darío, entonces el guardameta mexica se tiende de palomita, toca la pelota, eso sí, llevándose accidentalmente una patadita del defensor, pero vale la pena pues el eterno infaltable entra sin ningún problema al arco del Euro.

El estadio enmudece aún más… Una pequeña barra de aficionados mexicas que hicieron el viaje gritan ruidosos en el recinto del enemigo. Alejandro se pone de pie ligero y grita eufórico su gol tensando cada músculo. No festeja el gol, más bien es su forma de arengar a su equipo, por su parte los aztecas, todos, se abalanzan alegres festejando la anotación como si fuera la de la victoria, se arremolinan sobre Alejandro abrazándose, motivándose, jalando las greñas al portero y dándole “palmadas” de apoyo y reconocimiento. Jhonny especialmente reconoce la tremenda jugada de su compañero a su lépera manera. En la banca los chicos se comportan igual que los de dentro, sólo que en un arrebato de felicidad, Fred da un empujón al entrenador Villanueva que disculpa a su pupilo nada más porque el momento lo amerita. Paris, en cambio también grita vehemente el gol en el vestidor y dice:

-¡Eso era todo! ¡Con eso basta! ¡Vámonos a casa!

Y similares reacciones ocurren a todo lo largo de Autlania y México enteros, por ejemplo Isaack olvida la formalidad y festeja exaltado como sus muchachos pero de pronto se tranquiliza y toma siento muy como si nada aunque por dentro sigue gritando como loco y sonriendo ilusionado. Los jugadores del Fénix se abrazan entre sí y animan a los mexicas a ir por otro gol, mandan toda la buena vibra posible. Steven especialmente admira a Alejandro después de lo que acaba de hacer, no se siente menos pero coloca a su “rival” a la altura de él y se promete al interior esforzarse más y ganar la Liga. En cambio Marco, desea en estos momentos estar allí con sus amigos, entre ellos, siendo parte del festejo. Sonríe satisfecho tanto por el gol como por el reencuentro, ya le tocará a él hacer algo por su equipo y ya después podrá felicitar personalmente a los aztecas y apoyarlos.

-¡¡ALEJANDRO, BENDITO SEAS!! ¡¡Señor, gracias por regalarnos este tipo de momentos!! ¡¡Puedo morir tranquilo y feliz!! ¡¡Qué gol señoras y señores!! ¡¡El Cuauhtémoc cae 3-1 todavía pero esta jugada, esta anotación pasarán a la historia, imposible olvidarlo!! ¡¡Este muchacho se ha convertido en mi ídolo, se los juro!! ¡Ramón, ya no sé qué decir! ¡¿Qué te pareció esta probadita de cielo?!

-¡Tremendo! ¡Este gol lo firma Messi! ¿Eh? Dejando de lado tantito el marcador, este gol vale el título, es impresionante lo que ha hecho este chico Alejandro, en mi vida volveré a ver un gol similar. Y pues volvió a la vida al equipo granate que hoy viste su segundo uniforme, si cuidan este 3-1 la vuelta puede ser espectacular, remontable, emotiva, porque la verdad con ese 3-0 en contra del Cuauhtémoc, el partido de la próxima semana se antojaba ya de mucha lucha pero de poco show, más de trámite que de real competencia. Lo que veo aquí es un partido sabroso para la vuelta allá en Aztlán, me lo saboreo de una vez, si es que, esto queda así ¡La Copa no está definida! ¡Cuidado con los aztecas!

-¡Lupillo, te encargo la entrevista con Alejandro tan pronto silbe el árbitro! Que no se te vaya a ir ¡que no te lo vayan a ganar!

El partido se reanuda con una atmósfera diferente. Los locales aunque ganan cómodamente, se han shoqueado por ese fabuloso gol, se han desmoralizado y lo han transmitido a su afición que sólo mira el encuentro, aún tienen material para hacer toda una fiesta pero no, callan, todavía escépticos, asombrados sobremanera, con una pizca de temor en el corazón, los han apagado. La afición más radical de la Liga ha sido contenida por la personalidad de Alejandro y una jugada de antología, épica, de esas que al rival lo matas anímicamente, y la sensación es general, no se encuentran en todo el estadio un grupo de fanáticos que griten, que animen a su equipo, excepto los fans de los mexicas. Todo ha cambiado. Abajo en el campo, los visitantes se apropian del balón y aunque no consiguen generar mucho peligro por la calidad de los predators, al menos saben que se irán de Angelópolis con una losa menos pesada. Faltan casi quince minutos para que finalice el partido agregando el tiempo de compensación, mero trámite, los locales son incapaces de recuperar el dominio del juego y del balón, se han auto incapacitado. Y los aztecas lo intentan pero ya no pueden, de hecho lo intentan a medias, no con toda la fuerza de que son capaces, están pensando ya en el partido de la próxima semana, en casa, con toda el hambre del mundo de querer ganar.

Así pasa el tiempo, así llega el reloj al minuto 45 y se termina el primer episodio, para el Euroarsenal victoria con sabor amargo, para el Cuauhtémoc, derrota con sabor a ilusión.

-¡Se termina la Final de Ida, 3-1 la victoria para el Euro! Buena victoria pero no definitiva, todo queda preparado para la vuelta ¡Promete ser un agarrón! ¡¿Quién levantará la Copa?! ¡No se lo vaya a perder! ¡Lupillo! ¿Tienes a Alejandro? ¡Vamos contigo!

Ha opacado el buen desempeño del equipo local con ese atípico gol. Los reporteros se han abalanzado sobre él, sólo unos pocos se acercan a los predators, no por interés real si no por perderse la oportunidad de entrevistar a Alejandro, entonces se dirigen resignados con los locales. Se cuenta una decena de reporteros acosando al portero mexica, Lupillo al frente lanzando la primera pregunta:

-¿Qué sentiste al anotar ese gol?

No está muy acostumbrado a que lo entrevisten, ya apagada la euforia del gol ahora está algo cohibido y responde muy someramente. Las preguntas continúan bombardeando al arquero: “¿A quién le dedicas este gol?”, “¿Qué significado tiene la anotación?”, “¿Qué pasó por tu mente cuando habías abandonado la seguridad de tu área?”, “¿Alguna vez te imaginaste anotando un gol?”. No le pueden sacar tanto jugo como quisieran a la jugada, al menos no de Alejandro, éste desea terminar ya con estos minutos de fama e ir a celebrar con sus amigos al vestidor.

-Yo que él, aprovechaba. De aquí directo al Bayern.

Dice Ignacio a Ray e Ian, cerca de la escena.

-Pues bien merecido que se lo tiene, nos volvió a la vida. Ha sido un honor y un privilegio jugar con un sujeto así. Qué webos tiene.

-¡Ora Ray! –Sonríen los chicos-. La neta tener a alguien así a tu lado te motiva un ching…, te da seguridad. Pues carajos, hay que ganar el miércoles ¿no? hay que alzar la Copa.

-¡Es un juramento cabr…! ¡Vamos a partirnos la madre! ¡Hagamos que Javier y Alejandro levanten a esa chulada!

-¡Juega, como que me llamo Ray De la Plata! ¡¡QUIERO SER CAMPEÓN!!

¡Así se habla Ray! Esa es la actitud cuando se quiere campeonar y en este equipo hay eso y más. Se vienen capítulos tensos previos a la Final de vuelta pero también un par de escenas que agradarán a quienes busquen romance y diversión. Muchas gracias por su apoyo, hasta la próxima.

 

Una disculpa por la tardanza en actualizar. Primero el huracán Patricia me detuvo, luego la aplicación y calificación de los exámenes, por si fuera poco sigue lloviendo desde ayer y uf... Mucha agua, mucha. Les dejo el capítulo antes de que se vaya a ir la luz, pronostican que la lluvia continuará todavía mañana ¡Cuánta agua!


@Sara Vongola, muchas gracias por tus palabras, como verás, la Final de Ida sólo fue una pequeña muestra de lo que será la Vuelta, que su extensión será mayor, espero que también en emociones. Antes vienen unos capítulos tranquilones en la víspera a ese decisivo partido, ojalá que no te aburran o desesperen pero es que considero necesario reflejar todo el entorno alrededor a un encuentro tan importante y crucial ya que es la inmortalidad o el olvido y los aztecas anhelan la eternidad “¿Qué es lo que todos los hombres quieren? Ellos sólo lo desean más”. Muchas gracias.

@Marina, no te preocupes por tu “tardanza”, para mí cuenta mucho que estés aún aquí, acompañándome. ¿También quieres matar a Fred? Ja, ja. Únetenos, ya verás cómo lo tratan en este capítulo. Y sí, Paris se ha lesionado y se perderá la Final de Vuelta pero ya verás cómo se entretiene de mientras, no desaprovechará un solo minuto. Qué bueno que te haya gustado el partido así que me esmeraré para que no te decepcione el próximo encuentro. Un abrazo, Marina. Que estén muy bien.

@Felina, je, je, mencionar al Barcelona es hacerle justicia a un monstruo como sin duda lo es, que lo gana todo. Pero bueno, te gustó el partido y eso me satisface. A partir de aquí me parece que ya no sabes el destino de la historia por lo que me agrada saber que será nuevo para ti, por favor, disfrútalo. Y en cuanto a la protección de los dioses hacia los aztecas claro que se da, estoy seguro que Huitzilopochtli abriga con sus alas de fuego a estos chicos, o Tezcatlipoca, el temible dios-jaguar intimida a todo aquel que osa voltear siquiera a los chicos, o el mismo Quetzalcóatl, el dragón mesoamericano infundiendo inteligencia en las cabezas mexicas… Todo el panteón mesoamericano está con ellos. Oye ¿quién no se desubica con este horario? Lo bueno es que una vez que nos acostumbramos sólo nos resta disfrutarlo, por acá es la mejor temporada del año.



26

RECLAMA LO QUE TE PERTENECE


Isaack, el entrenador Villanueva y Paris abandonan la enfermería no tan contentos como quisieran pues el médico ha indicado que se le dé descanso al azteca por lo menos tres semanas. “Demasiado tiempo, demasiado malo”, piensan los tres, sobre todo Merlín que ve que se le van la Liga y la Copa y le lagrimean los ojos de coraje.

-Tranquilo Paris, todo estará bien, lograremos todas nuestras metas y podrás festejarlo con los demás chicos. Disfruta del show, te lo mereces más que nadie.

Isaack trata de animar a Paris pero el muchacho no quiere otra cosa que no sea jugar, “recorrer a pie el último tramo”, bueno, aunque eso de ninguna otra cosa no es del todo cierto, en su cabeza late sin descanso el recuerdo de Georgette y el pendiente aquél. Podría aprovechar este obligado receso para acercarse a su amada de nuevo, esa idea sí que le arranca una sonrisilla ¡pero la Final! Hace berrinche el mexica.

-Ya, ya chaval. Entiendo cómo te sientes pero no hay nada qué hacer, tienes que digerirlo. Disculpen si soy demasiado duro pero es la verdad, a mí también me duele pero por lo mismo me esforzaré más, no deseo decepcionar a ninguno de los dos, tengo que hacerlos sonreír a toda costa. Ya muchacho.

Lo toma por los hombros, Paris desvía la mirada abajo, entonces llega Fred al lugar. No es muy bien recibido, Isaack y el entrenador le echan unas miradas de fuego provocando una sensación chusca de miedo en el delantero.

-¡Buenos días! ¿Cómo salió todo, vas a poder jugar?

-No mi buen amigo… no…

Fred no dice nada, sólo suspira.

-Vayamos al comedor, quisiera hablar con los chicos si me lo permite, entrenador.

-Son todos suyos, joven Anderson.

Literalmente. Isaack y el entrenador se adelantan, detrás de ellos Paris y Fred comparten sus penas, éste último dice:

-Vine a encontrarlos porque no quiero estar en el comedor… Paris, todos me odian por lo de anteayer, ya verás las miradas que me echan… Y lo malo que tienen razón, si hubiera metido al menos una, quizá estuviéramos más contentos.

-Fred, somos un equipo, nos apoyamos entre todos. Cualquiera puede fallar, todos hemos aportado nuestro grano de arena para llegar hasta aquí, incluso Efrén, je… -Sonríen- Es cierto que deben estar molestos pero se les pasará cuando recuerden todos esos goles que has hecho y todos esos momentos de suerte que nos has dado. Anda, vamos a desayunar algo, no creas, yo también... Me acaban de decir que no podré jugar en tres semanas… me quiero morir.

-Chale y creí que lo mío estaba grueso. Paris, te dedicaría un partido entero y un hat trick (tres goles) pero dudo que me vuelva a alinear el entrenador.

-Veamos qué pasa. Ya tenemos los dos trofeos al alcance de las manos, con alguno hemos de quedarnos, el destino no puede ser tan cruel.

Ya en el comedor, Isaack saluda uno por uno a los chicos no por formalidad sino por afecto real, por orgullo, el cual es recíproco. Los aztecas sonríen y cada quien va recibiendo alguna frase personalizada y un gesto de estimación. Pero cuando llega con Alejandro no puede contenerse de darle un fuerte abrazo. Después le solicita al equipo un fuerte aplauso para el portero y acatan gustosos y alegres. Entonces refiere algunas palabras a la bravura y al temple de Alejandro y comenta cómo vivió el gol, la jugada entera. Tiene mucho contacto con los chicos y de repente parecieran ser todos de la misma edad excepto por el entrenador Villanueva. Por un momento se disuelven las figuras de autoridad y brota un aire de camaradería en el que a cual más quieren expresar sus reacciones, hasta que le toca a Fred… De golpe, toda algarabía se apaga y miradas hostiles se dirigen hacia él que reía pero paulatinamente también se le borra cualquier indicio de alegría.

-Escuchen chicos, –toma la palabra Javier- yo sé que todos quisiéramos matar a este carajo, pero eso ya no sirve de nada. Ya falló, ya pasó, punto. A mirar hacia adelante, además, no hay que ser lacras, de no ser por Fred hubiéramos perdido algunos partidos y muchos puntos que hoy no nos tendrían tan ilusionados con el Ascenso como lo estamos. Hay que hacer memoria, es nuestro talismán, nuestro compañero, nuestro amigo. –Hay un silencio breve en el que las miradas van de aquí a allá, de un compañero a otro como para decirse que tiene razón su capitán.-Pero, si hay algún carajo que no acepte esto que digo, pues que levante la mano para echarme un tiro con él y hacerlo cambiar de opinión.

-Nada más que no se vuelva a repetir ‘uto Fred. Si vas a fallar tanto que sea en un méndigo partido de poca importancia ¿tenías que esperar a la Final?

Habla “gruñón” Damián para después sonreír e ir a tallarle el coco al susodicho. Álvaro y Efrén se unen al “apoyo” y pronto todo el equipo ya lo ha perdonado. Isaack y el entrenador Villanueva se miran entre sí y asienten ¡Esos son sus muchachos! No esperaban menos de ellos.

-¡¡Por la Liga, la Copa y el Ascenso!!

Raspa la voz Alejandro y el equipo responde eufórico cual ejército arengado por su general. Después Isaack vuelve a tomar la palabra agradeciendo a los chicos estos maravillosos meses. Les recuerda la situación que se vivía en Abril todavía y lo contrastante que es ahora, por fortuna. Los invita a buscar en el interior a cada quien, a buscar su destino, su gloria personal, los invita a hacer historia, a ser eternos. Después expresa que debe atender algunos asuntos y se despide, para su sorpresa entre aplausos y sonrisas de orgullo. Así, con tan buen ánimo los aztecas se disponen a devorar sus platillos. Buen inicio de día, esto sí es una verdadera familia.

Al mediodía, Paris y algunos mexicas más reciben la visita de Marco, Steven, Caballero y Eddie. El encuentro tiene lugar en la estancia y a él asiste casi todo el Cuauhtémoc, exceptuando a Jhonny, Antonio y Damián que tan pronto vieron a los steelers se les agrió el día y se retiraron rumbo a las habitaciones.

Marco llega ya como a su casa, Steven sonríe más y se le nota menos rígido, Caballero y Eddie esperan no ser sacados a patadas. Del lado de los aztecas todos actúan muy natural incluso Álvaro e Ignacio permaneciendo un tanto apartados, entre que ven la pantalla y atienden a la visita. El entrenador Villanueva aunque trabaja en su oficina, sabe de la reunión.

-¡Qué gol! ¡Qué gol te mandaste, carajo! ¡Eres un genio!

Marco le endulza el oído al arquero mexica.

-Ya bájale, Marco, no se le vaya a subir de más, ya hasta pidió un aumento.

Bromea Javier.

-Bien merecido se lo tendría. –Habla Steven- Acá estos desgraciados ya quieren que me reemplace en el equipo.

Sonríen maliciosos los reds.

-Ahí si te interesa la vacante, metes solicitud –finge hablar en secreto Marco a Alejandro-. No, ya en serio, en cuanto al partido ¡wao!... Es terrible el Euro ¿verdad? Nos sucedió algo similar a nosotros, nada más que ustedes todavía tienen vida.

-Es un equipo bárbaro, -dice Javier- pero de todos modos les vamos a ganar, nos vengaremos ahora por los dos. No saldrán vivos de Aztlán.

-Estamos seguros de que así sucederá. Tiene que ser, porque nos gustaría disputar el Penacho (ver nota) contra ustedes.

Lanza Steven un agradable comentario y una motivante invitación a la vez.

-¡Claro que sí! Aquí estamos los futuros campeones. Vamos a cimbrar a la ciudad ¡ah! y en ese partido…

Javier es interrumpido simultáneamente por Chino y Steven.

-Vamos a ganar.

Se alborotan los aztecas y hacen sentir su localía “amenazando” que ellos serán los dueños del Penacho de Oro. “Vamos a ganar con gol mío de último minuto”, “los vamos a hacer pedazos ahora sí”, “vamos a ganar 4-1”, son las frases que se dicen de uno y otro lado.

-Ya, ya caones, no vaya a brotar otra vez ese odio y entonces sí la que se arma, los linchamos méndigos, miren dónde están.

Bromea Paul.

-Qué curioso que tengamos como obstáculo al mismo rival ¿no?

Expresa Steven con seriedad.

-Lo haremos sufrir entonces, no le dejaremos nada, no le daremos ya ni un solo motivo para sonreír. Nos han causado suficiente dolor y se lo vamos a devolver todo. No tengamos piedad de ellos.

Habla Marco, sus palabras aunque sacuden los corazones de todos los presentes, no lo reflejan pues no están tan seguros de las cosas, una sombra se agita por Autlania aunque quisieran disiparla.

-Y a este dientoncito ¿de qué circo lo sacaron?

Habla nuevamente Paul imitando a Quico, refiriéndose a Eddie.

-Del mismo que te sacaron a ti, payaso chaparro ¡garbanzo!

Se ríen todos menos Paul que voltea a ver con ojos y boca muy abiertos a Steven pensando que algo ha tenido que ver, éste último niega “asustado” con la cabeza.

-Este tipo ya me cayó bien ¿cómo dices que te llamas tin-tin?

Dice Efrén acercándose al steeler y rodeándolo con el brazo.

-Ejto ej un compló.

Empiezan las payasadas con este trío… Rato después los chicos se han dispersado por aquí y por allá. Marco, Steven, Javier, Alejandro, Paris y Fred platican sentados cómodamente en la estancia; Ray y Mat entrevistan a Caballero fuera del comedor en una de las bancas dispuestas en las áreas verdes; Paul, Efrén, Al y Eddie también empiezan a conocerse.

-¿Me vería muy gay si te dijera que te admiro un chin…?

Le dice Ray a Caballero. Mat pone cara de asombro.

-No tú, para nada.

-Oh, no te pongas celoso ‘inche Mat, también te quiero hombre.

-Yo sí, tú quién sabe.

-No le hagas caso a este caón, Joseph ¿te puedo llamar así?

-Claro. Oye y ¿por qué me admiras?

La convivencia vaya que se da. Esto era lo que quería Marco quien deja por un momento la charla a Steven y voltea alrededor suyo. Mira a amigos viejos y nuevos platicar y bromear como si no hubiera rivalidad, como si no hubiera steelers y aztecas si no un solo equipo. Sonríe con el corazón y agradece al Señor. El agua comienza a correr lenta en sentido contrario…

Minutos más tarde los steelers se marchan entre un ambiente ligero y amigable, todavía antes de dar la media vuelta, Paul y Eddie se lanzan un último ataque y alegran inmejorablemente las cosas.

Ya de vuelta a sus actividades los mexicas, Paris se dirige a la oficina del entrenador Villanueva.

-Entrenador ¿me mandó llamar?

-Pasa, muchacho. Toma asiento –A Paris le resulta extraño que lo haya citado, aguarda sentado mientras el entrenador guarda algunos papeles y después se toma algunos segundos para hablar-. Puedes marcharte cuando quieras –Suelta la oración muy tosco sorprendiendo al azteca-. Con esa lesión… Puedes volver a clases, y claro con tu familia.

Paris agacha la mirada unos momentos.

-No es flojera, pero… todavía no quiero regresar a la prepa. En cuanto a mis padres, ellos lo entenderán, además vendrán el domingo ¿no? Me dice que puedo marcharme cuando quiera, pues quiero permanecer esta última semana con mis amigos, apoyarlos en lo que pueda si no es en la cancha. Por favor, entrenador, no me excluya, no me deseche, permítame continuar con ustedes, vivir todo esto…

Lo mira suplicante.

-No te estoy desechando, Paris, para nada, al contrario, daría una pierna para que pudieras jugar esa Final –hace una pausa y ambos se miran con respeto y profunda admiración-. Nadie es indispensable, cierto, pero me pesa tanto no contar contigo, uf… Nos vas a hacer tanta falta.

-No me presione más, entrenador o acabaré vendiéndole mi alma al diablo con tal de jugar ese partido.

-No, no, Paris, ni se te ocurra, con los únicos diablos que quisiera verte son con los del Manchester United. Pues, muchacho, la decisión es tuya, te quieres quedar, adelante, yo sólo pensaba en ti.

Paris sabe que la reunión ha terminado, se pone de pie y antes de despedirse dice un gracias sincero y poderoso y entonces se retira de la oficina, el entrenador Villanueva se asoma por la ventana y sonríe aliviado, esperanzado, soñador.

Por la tarde-noche llueve considerablemente y los aztecas refugiados en sus habitaciones se ponen nostálgicos o se desesperan. En la habitación de Fred, éste, Paris, Al y Paul pasan el rato charlando. Paris observa por la ventana.

-Ya, tranquis, cuñado, vamos a ganar.

-N-no… no es en el partido en lo que pienso.

-¿Georgis?

-No sé cómo vean, me le pienso declarar antes de la Final.

-Órale, para jugar con tod… ups, perdón. No me acordaba.

-Está bien, Fred, si no puedo jugar al menos espero poder festejar el título acompañado de mi novia.

Sonríe extasiado Paris, se sienta en la cama y agacha la mirada luciendo pensativo.

-¿Ya lo planeaste, el momento?

Pregunta Al y provoca el interés de los otros dos aztecas.

-Sí… -se le ilumina la mirada-. Le voy a regalar el mejor momento de su vida a tu hermana, Paul.

-¿Qué pasó? ¿Tan pronto? Siquiera espérate a que salgan la prepa.

-¡No seas sangrón! No me refiero a “eso”, para nada. Efrén, pásame una almohada.

-Ahí te va el zapato, suénale en la mera choya.

Sonríen los chicos, entonces alguien toca a la puerta y dice:

-¿Aquí ordenaron pizza: jamón, tocino, pepperoni, champiñones?

Se levanta a abrir Fred pero antes de llegar a la puerta, ésta se abre y aparecen Ray, Mat e Ian con una pizza cada uno.

-El entrenador nos dio chance, sólo por hoy, si no me creen pueden preguntarle. Tiene diarrea, va a estar en el baño un buen rato.

Dice Ray colocando la pizza sobre la cómoda y ya tomando una rebanada. Paris y compañía ni tardos ni perezosos se abalanzan sobre el manjar.

-¿Qué hacen canijos? Se ven medio sospechosos.

Habla Ian.

-Acá Messi que nos cuenta cómo va a conquistar a su princesa.

-¡¿Neta?! ¡¿Ya te le vas a lanzar, cuándo?! ¡Tomaste en cuenta todo lo que te dije! ¿Verdad?

-Hasta el último acento ¿cuándo? Antes del partido. No voy a entrar en detalles pero deséenme suerte.

-Claro, ya sabes que sí, pero, sigue contándonos más. Adelante.

-Jmn, ya los vi desgraciados, lo que pasa es que quieren comerse la pizza que me toca, nel, yo también quiero.

Se une a los demás que ya le hincan el diente a las pizzas.

-Préndanle a la tele ¿no está jugando nadie?

Dice Ian y se dispone a tomar el control.

-¡No, no, no, no, no, no, no! Cabr… ya ni la jodes ¡límpiate las manos! ¡Pero no en la sábana! Ahí están mis calcetines.

Habla Efrén.

-Ja, ja, ja –sonríe falso-. Güey ¿pues dónde quieres que me limpie? No tienen nada.

Se dirige al baño, tan sólo después de entrar inmediatamente sale asqueado.

-El responsable es Paul, entró hace rato.

-Por favor, no me adules. No es para tanto, pude mejorarlo pero no tuve tiempo.

-Asqueroso. Insisto ¿en dónde me limpio?

-¡Ya! Ahí te va una servilleta, enfadoso, irritante. Ya vete.

Dice Efrén.

-Me hubieran dicho eso antes de dejar la pizza, me la hubiera comido solo.

-Te hubiera hecho daño.

-¡No le hace! Por cierto, para que también se les indigeste, ni crean que somos tan buenos amigos. Nos van a ayudar a pagarlas.

-Ya se me hacía demasiado bueno para ser verdad.

Continúan los chicos renegando, comiendo, platicando, peleándose. Así demuestran su afecto y tooodavía les quedan varios días más encerrados y juntos, pobre del entrenador Villanueva, bueno, ya se estará acostumbrando.



El martes por la mañana, justo un día antes del partido, Paris se despierta temprano, se baña, se asea, se cambia pero no con ropa de entrenamiento. Se dirige a la oficina del entrenador y platica con él. Instantes después se dirige a la salida del complejo y se topa con Al y Antonio cotorreando con el guardia de entrada.

-¡Eah! ¿Y esa ropa? ¿Ya no vas a entrenar? ¿Vienes por nosotros?

-Muchas preguntas, una respuesta: al rato vuelvo, voy a la prepa.

-¿Y eso? Pues de una vez espéranos a nosotros, ya el jueves tendríamos que presentarnos, aunque si por mí fuera regreso hasta la otra semana.

Dice Antonio dirigiéndose al guardia.

-Yo sí, ya quiero regresar, extraño el ambiente ¡hey! Creí que nunca diría eso.

-Bueno, bueno. Desearía quedarme un rato más platicando pero debo irme ¿ok? Al rato regreso.

-Zaz, ahí me saludas a unos cuantos bombones, no les vayas a sacar.

-Sólo voy por uno, sólo uno. Chao.

Instantes después llega hasta su salón pero no se deja ver, se queda fuera. Espera hasta que alguien sale y le habla. No le reconocen sino hasta que dice su nombre, trae unos lentes color ámbar y un gorro para no ser reconocido, incluso se dejó crecer la barba por más de una semana, en verdad que no parece él. Le pide de favor que le dé un recado a Georgette y se devuelve de inmediato causando el agradecimiento del mexica. Un suspiro más tarde en el que Paris no duda un ápice, Georgette sale chiveada aunque trata de disimular. Ambos se contienen de darse un cálido abrazo. Se saludan de beso y fingen naturalidad hasta que el azteca repara en que es justo eso lo que no debe hacer.

-¿Te escapaste o…?

-Vine a verte –la interrumpe mirándola a esos hermosos ojos miel y plantándose firme-. ¿Cómo has estado, preciosa?

Le agrada y sonríe feliz.

-Bien… -habla mimada- aunque Seminario está aburridísima.

Sonríen los tórtolos. El mexica invita a la chica a caminar y se dirigen a la planta baja, a un pequeño espacio plantado de almendros, una primavera, rosas rojas, jazmines y orquídeas. Platican un tiempo sobre asuntos del nuevo semestre y el ambiente al interior del complejo.

-Si no tuvieras clase te invitaría a desayunar. Pero primero el deber. Vamos ya al salón.

Regresan callados, Paris con pesadez, Georgis chiveada. Se disponen a despedirse.

-Por cierto, qué guapo te ves así.

Se sonroja el azteca.

-¿Cuál look prefieres?

-Los dos están de diez.

Habla provocadora la chica y Paris se “infla” como un globo.

-Mañana tengo que regresar con los chicos ¿cenarías conmigo hoy?

-Qué romántico –habla irónica-. Ibas bien –susurra ahora y Paris pregunta qué dijo-. Nada. Mn, sí, claro que sí, tengo algo de trabajo pero sí.

-¡Te ayudo toda la tarde si quieres! No tengo nada qué hacer y si tú tienes mucho, pues…

-¡Ok! Pero ya tengo que pasar. Hasta al…

En eso el profesor de Seminario abandona el salón y pasa entre los tórtolos, camina lento, sin detenerse.

-Sé que mi asignatura es pesada señorita Garza, pero debería intentarlo. Y, cuidado, el amor la podría reprobar.

Sonríe travieso el docente. Los chicos con la boca abierta, se miran alegres. Varios compañeros comienzan a salir del aula.

-No sentí el rato, creí que…

Sonríe el azteca divertido.

-Ay, ni modo. Pero tú tienes la culpa, ahora me tienes que ayudar a ponerme al corriente.

Trata de ponerse seria pero sólo consigue la ternura de su enamorado.

-Bueno, se acabó la clase. Vamos a desayunar, anda.

Sonríe suplicante y a Georgette le parece irresistible y acepta tratando de parecer natural pero no puede conseguirlo ¡le encanta este muchacho!

Por la noche, otra pareja también se reúne para convivir unos momentos. Isaack ha dado la orden a los empleados del Anderson’s de reservar toda una sección del restaurant para él y Lizeth, no quiere que nadie los moleste en absoluto. La maestra luce un espectacular vestido azul que combina a la perfección con su ardiente cabellera y sus cautivadores ojos verdes. Isaack viste un fino traje blanco fiel a su costumbre, se ve impecable, elegante y poderoso. Cenan ligero y platican con abundancia aunque no hay muchas sonrisas. Del relax van pasando poco a poco a un momento de mayor tensión, es cuando Isaack ya no resiste y:

-Lizeth… -exhala-. Tú, me prometiste algo aquél… ¿recuerdas? Lo tienes aún presente ¿verdad? Quiero decir que hemos convivido estos siete meses y me he dado cuenta de que eres una mujer extraordinaria. Me he enamorado de ti… ¡Cielos, creí que nunca…! Lizeth, bebé, quisiera darle mucha mayor formalidad a nuestra relación…

-Espera, espera…

-Lizeth, quiero…

-¡No! Espera… Isaack, todo esto ha sido maravilloso, pero, ha sido como un hermoso sueño, no como algo real…

-¿Qué dices? Por supuesto que es real…

-Me asusta tu mundo… apariencias, falsedades, superficialidades, compromisos… No lo sé, calla. Me aturdes. Quizá nunca debimos…

Está de pie, frunce el ceño y su mirada pasa de aquí a allá sin posarse en los ojos de Isaack que la mira estupefacto.

-Toma asiento, preciosa.

-Isaack, sé lo que esperas de mí… es con lo que muchas mujeres sueñan, pero yo, soy tan tonta –apenas susurra las últimas palabras-. Me voy, a, a…

-Te veo mañana en el estadio.

No es una pregunta, la deja ir sin decir ni hacer nada. Sonríe con dulzura mientras se sienta y come un bocadillo. Piensa firmemente que ama a Lizeth y que no existe otra mujer con la que quiera compartir su vida, y se pregunta si no es muy pronto para pedirle, matrimonio…





Nota: El Penacho de Oro o simplemente Penacho es un trofeo que oficialmente se llama Copa Emperador Azteca y lo disputan a partido único el campeón de Liga y el campeón de Copa para demostrar quién es el mejor equipo nacional. En caso de que el mismo equipo repita campeonato en ambos torneos, automáticamente se le entrega.


¡Muchas gracias por leer! Continuarán los episodios relax, es menester dejar descansar a los chicos después de tan ardua batalla, no será mucho, esto ya casi acaba, ya se acaba... Hasta la próxima. Un abrazo.

 

¡Hola amigos! Regreso con un capítulo de romance y picardía ya a poco de la Final de vuelta, ojalá sea de su agrado.

@Felina, muchas gracias por comentar, sé que te gustará el episodio actual, de alguna manera busco no defraudarte, estar a la expectativa que te genera esta pareja de Georgette y Paris, también sé que te robarán un par de sonrisas o de ofensas unos chicos por ahí por sus formas bárbaras de moverse en la vida, en especial porque se llevan entre las patas a un inocente, jeje.

@Borealis Spiral, mil gracias por seguir acompañándome, sabes que no importa que llegues tarde, estás aquí y eso es lo que valoro, entiendo que los compromisos te absorban, ya vendrán las vacaciones para que descanses un poco. Por favor, disfruta del presente capítulo, intenté ser romántico pero creo que sencillamente no se me da, bueno, lo seguiré intentando. Que estés muy bien.

A todos los demás muchas gracias por leer, un abrazo.



27

ENAMORADOS Y AMANTES


A Fred le brillan los ojos de gusto y su sonrisa entre tierna y boba genera la sonrisa maliciosa de Al, su compañero de cuarto. Y es que Fred recibe en el whatsApp todo tipo de frases de amor y ánimo, emoticones por demás agradables, links de videos absurdamente divertidos o irreverentemente geniales, imágenes o fotografías de ambos tomadas en lugares que por el sólo hecho de haber estado ahí los vuelven mágicos y a la picture imborrable. El azteca se encuentra tumbado en la cama con el cel entre sus manos, con ropa cómoda y descalzo, su acompañante ha intentado matar el tiempo viendo la tv, perderse en el celular, leer, dormir, jugar a encestar, repasar si ya todas sus cosas están organizadas… Ha tenido durante todo ese tiempo que ver a su amigo pegado a su propio teléfono móvil, cerca de tres horas, “¿No se enfadan? ¿Qué tanto se dicen?”, se pregunta Al para sus adentros. Él no tiene a nadie con quién matar el tiempo, no por ahora se consuela, sabe que tarde o temprano también encontrará a alguien que lo haga sufrir y gozar.

Por su parte, Violeta ha convocado a reunión a las mamazitecas para ensayar y ultimar detalles previo al partido decisivo, pero nomás las vio a todas congregadas y las comisionó para que sacaran adelante la chamba mientras ella atendía “asuntos más urgentes”. Como fuera, por no necesitarla o por entenderla, el resto de las chavas llevarían a cabo los puntos señalados dirigidas por Cameron y Vanessa. Caso similar el de la Huitzilopochtli cuyos miembros también practican sus cánticos y coreografías, además revisan la mercancía comprada para decorar y ambientar Aztlán al día siguiente, repartiéndose el material y las responsabilidades para que todo salga a pedir de boca. Lucen nerviosos pero también emocionados por el juego del día siguiente, ellos harán su parte y haber qué pasa en la cancha, eso, a ellos no debe importarles, su chamba es desinteresada, su actitud en cierto modo debe ser humilde, primero dar, luego exigir.

En casa, Georgette está a punto de ir a la cita con Paris. Ha hecho su tarea y algo de quehacer y delegó el trabajo de la Gaceta a un compañero porque ella necesita darse tiempo para arreglarse de modo que su enamorado quede boquiabierto. En realidad, su vestimenta es sencilla pero le arrancará varios suspiros al mexica. Toma su bolsa y se dirige a la puerta, al abrirla descubre varios metros allá en la acera a Paris quien tan pronto la ve sonríe encantador. Ambos se deshacen por instantes: “Está guapísimo”, “es hermosa”, piensa uno y otro. Georgette avanza hacia su galán mientras elabora una frase, lleva la boca entre abierta.

-Creí que nos veríamos en el centro.

-No –mira de soslayo-, prefiero un lugar más tranquilo.

La saluda de beso y ambos pueden percibir los exquisitos aromas que brotan de sus cuerpos.

-Y ¿se puede saber dónde está ese lugar?

Habla coqueta y mimada.

-Justo aquí, ven.

La toma de la mano y se encaminan al patio trasero de la casa de los Garza por el callejón a la izquierda de la misma. Georgette no tiene idea de lo “que se trae” el azteca y busca a su alrededor y en la mirada misma de Paris con ansias. Para su bien no tiene que esperar mucho, de pronto sus ojos y su rostro se iluminan con el sueño lumínico que aparece ante sí como un hermoso espejismo: columnas cubiertas de flores de varios colores y de brillantes guías, una fuente de la que emanan saltarines y multicolores chorros de agua, una sección del pasto pintada de rojo en forma de corazón bordeado por destellos dorados que brotan de manguerillas eléctricas minuciosamente colocadas, una pequeña mesa redonda en el centro del lugar donde descansan dos copas y un hermoso y sutil arreglo con velas encendidas, todo este cuadro mágico coronado por una tenue música de fondo, obra del maestro Chamín Correa.

Georgette no lo puede creer, se tapa la boca con las palmas de las manos y trata de contener la emoción que brota de sus ojos en lágrimas de dicha, “¿Dónde está el patio trasero donde cuelgo mi ropa?” se pregunta, y afirma que debe haber llegado de una extraña manera a otro lugar, perfecto, de ensueño. Cierra los ojos y saborea el momento, “se esfuerza” en inmortalizarlo en su mente y corazón.

-¿Te gusta?

-¡Paris! ¡¿Cómo lo hiciste, cuándo?! ¡He estado toda la tarde en la casa! ¿En qué momento?

-No te apures por eso, vamos.

Le retira y luego le acomoda la silla con toda gallardía. Revisa unos platos y trastes colocados en otra mesita cercana. Parece que prepara los alimentos pero en verdad hace tiempo para que Georgette admire, escuche y huela toda la escena, la mira de reojo y sonríe triunfante, le sirve un poco de bebida y se la acerca.

-¿Qué le pusiste?

-Por supuesto que nada, sería incapaz de hacerte algo de eso… No te faltaría al respeto ni con el pensamiento.

-Dios mío, disculpa, lo sé. Pero es que todo esto es increíble…

-Increíble esto…

Paris se pone de pie, da unos pasos y mueve el dedo índice en el aire como escribiendo algo. Paulatinamente se materializan destellos carmesíes formando el nombre de Georgette, luego vuelve sobre sí tres pasos y repite los movimientos aunque tarda un poco más y esta vez unas líneas a manera de poema titilan invitando a la chica a leerlas. Con los ojos llenos de emoción lee en su mente:

“Sólo soy un loco poeta universitario,

que si no existieras, te habría inventado,

como la joya de mi escenario

por la luz de las estrellas, iluminado.

Probar tus labios sería dulce corolario

y eternizar ese instante divinamente saboreado,

mas pareces inalcanzable y mi corazón solitario

te anhela y sólo te pide ser amado.”

Las lágrimas de felicidad brotan de sus hermosos ojos y tintinean sobre su rostro cual perlas de plata. Pero no se deja ver, se cubre con las manos y se desahoga. Se retiraría para llorar “a gusto” pero no quiere que Paris la malinterprete y permanece sentada con el cuerpo inclinado hacia adelante. No se siente avergonzada, Paris le infunde una confianza ingente, éste se inclina ante ella, como un mítico caballero postrándose ante su amada princesa, la mira con ternura y observa su cabellera perfecta y su espalda estremecerse por el sollozo. Pone una mano sobre su hombro y dice:

-Te amo.

La violencia del llanto se multiplica y Paris repasa si dijo lo que sentía porque no esperaba esa reacción de su compañera, “¿me habrá entendido otra cosa?” piensa, pero en eso Georgette se levanta y le da la espalda, Paris titubea sobre qué decir.

-¡Estoy horrible! ¡Ya se me corrió todo el rímel! ¿Verdad?... snif… ¡Llevo años soñando con este momento!... y debo lucir fatal… snif…

Se lamenta graciosamente Georgette, no para ella y Paris sonríe sin malicia, se le acerca y la toma de los hombros.

-Eres perfecta.

-¡Y tú eres un brujo! ¿cómo hiciste eso?

El chico Estrella no esperaba esto y se apena, sólo por instantes, le vuelve la sonrisa al rostro y contesta.

-Mago, soy un mago, un hechicero como Merlín ¿recuerdas?

-¿Pero cómo hiciste eso? Es imposible.

Insiste Georgette buscando conseguir algunos segundos para limpiar su rostro, Paris se percata y le sigue el juego.

-No es tan difícil. Lo aprendí en Ciencia Mágica, en el Nat Geo y los ingredientes me los facilitó un amigo. Por cierto ¿qué le digo? ¿Funcionó?

Asiente sonriendo Georgis y Paris ya no resiste y la besa…

-Te amo tanto Paris. Cuando el Señor me llame a su lado, el último soplo de mi corazón te lo daré a ti, mi ángel de amor.

-Y cuando me mande rendirle cuentas, le diré que me disculpe por haber hecho una sola cosa en mi vida: amar con todas mis fuerzas al ángel llamado Georgette Garza… –se funden en un abrazo jurándose amor eterno, luego sienten la poderosa necesidad de mirarse a los ojos y…- Georgette ¿quieres ser mi novia?

Ella lo besa arrebatadamente, “yo creo que sí” piensa Paris y sabe que es el mejor día de su vida, por su parte, Georgette piensa que si de esta manera le pidió que fuera su novia, de qué manera le propondrá matrimonio. Su noviazgo es bendecido por un hermoso cielo nocturno despejado aún cuando se pronosticaba lluvia. Y aunque la noche es joven, démosle un poco de privacidad, lo merecen. Cuando nos esforzamos por llegar a una meta, queremos tomarnos un tiempo a solas para saborear de nuestra victoria. Dios bendiga al amor.


Los días continúan caminando y unen en definitiva a Paris y a Georgette quien se ha negado a ser su novia pues “sólo aceptará si el Cuauhtémoc gana la Copa”, esto no le ha afectado al azteca pues si la pierde que lo consuele y entonces puede aprovechar, además si ya esperó tanto tiempo puede esperar unos días más y sobre todo porque está a su lado en todo momento excepto claro, por las mañanas cuando Georgis está en clases, durante estos lapsos Paris convive con sus amigos en la concentración a quienes ya platicó un poco de su encuentro con la chica Garza “pero no ha conseguido nada”. Sin embargo su actuar despistado, su sonrisa a flor de piel y su mirada henchida de alegría provocarían la duda en los mexicas pues no era coherente con lo que su amigo les decía. Ian desde entonces observaría analítico a Paris tratando de descifrar palabras y comportamiento; en cuanto a Paul, éste luciría más inquieto pues no recibía muchas noticias ni de su hermana ni de su “cuñado” y le atormentaba imaginar otros escenarios.

Todas las tardes Georgette y Paris la pasaban juntos, haciendo tareas, trabajos, elaborando artículos para la Gaceta o el Diario, o bien saliendo a dar la vuelta y como sólo después de haber padecido se valora lo bueno, ni siquiera sienten lo empalagoso uno del otro, colmándose a placer, derritiéndose ante la más minúscula de las manías. Ya se lo merecían.

En cuanto a los aztecas, el tiempo se ha encargado de asfixiarlos poco a poco. Ya no resisten el encierro, tanto así que su mente delirante ha estado tentada en ¡tres ocasiones! a jugarle una buena broma al entrenador Villanueva, pero se han detenido a tiempo, siempre echados para atrás por alguno de ellos mismos.

Tal vez lenta e insoportablemente, pero el último día de concentración ha llegado incrementando los nervios a su máxima expresión ante el duelo del día siguiente. La jornada transcurre prácticamente normal, pero Jhonny, Antonio y Damián planean darse un gusto antes de tronar de estrés: saldrán un rato a tomar el aire por ‘ai. Esperan a la noche para que la oscuridad proteja su salida y sigilosos se alejan de las instalaciones acercándose a un enorme campo sembrado de alfalfa, frontera del club, a oscuras en este momento. Lo cruzan con convicción y llegan a la barda perimetral, ya muy lejos de las miradas de cualquiera, bueno, casi de todos. Ágilmente, Damián trepa el muro y cuando está por saltar al otro lado, una zona de zapaterías, todas ya cerradas a esa hora, una voz del interior de las instalaciones los sobresalta. Damián se tambalea en el filo del muro pero se rehace, entonces, al igual que sus compañeros se esfuerza por distinguir al recién llegado de entre las sombras. Jhonny no se anda con paciencias y exige que el individuo se presente… Es Mat el dueño de la voz, ha visto a los chicos acercarse al campo de alfalfa, le ha parecido sospechoso, ha imaginado lo que iban a hacer y los ha seguido.

-¡Devuélvete Mat! No es lo mismo tres que cuatro ausencias, es más visible y…

Jhonny es interrumpido por el aludido.

-Pero yo también quiero ir.

-Ni siquiera sabes a dónde vamos…

-A donde sea, yo los acompaño. Pero si quieren me regreso… y los delato.

Aspiran profundo, cierran los ojos y luego exhalan mientras piensan un par de “virtudes” del invasor, parecieran haberse puesto de acuerdo, pero pronto una idea brilla fugaz en la cabeza de Jhonny y le provoca una sonrisa que pasa inadvertida ahí, en las penumbras. Damián ya ha regresado al club.

-Mati, a donde vamos no puedes seguirnos: vamos a ver mujeres… ya sabes a dónde.

-¿Qué tal si sí quiero ir?

-¡¿Qué?! ¡Tú no eres de ese estilo! Creo…

-¡Ya, Jhonny! Perdemos tiempo, hay que llevárnoslo y allá él si se trauma.

Interviene Damián apurado, Antonio lo apoya.

-Vamos pues.

No pierden el tiempo, Mat sonríe alegre y si cualquier chava lo viera le provocaría ternura, en cuanto a Jhonny, éste sonríe malicioso sabiendo que en cuanto Mat entre al “lugar” y vea el show, querrá salir corriendo y por fin se librarán de él, por el contrario, si recibe con agrado tantas curvas contoneándose por doquier, se enorgullecerá de él y está dispuesto a pagarle su “primera vez”.

Los muchachos caminan por los barrios solitarios que hay: el tianguis, un inmenso estacionamiento y una unidad deportiva, todos cerrados o vacíos a esa hora. Van por la avenida mal iluminada, justo cuando una camioneta de lujo se les empareja y camina a su paso. Los mexicas, excepto Mat, nada miedosos se detienen y encaran al vehículo que lleva las ventanillas oscuras arriba. Pronto, estas descienden dejando ver a los tripulantes: las dos chavas aquellas con las que convivieran una noche en el auto de Jhonny, vehículo que quedaría atascado en el lodo de donde las obligarían a sacarlo penosa y trabajosamente. La primera reacción de Damián es de pena pues sabe que algo así no se olvida y menos por ese tipo de chicas así que elabora veloz unas frases para saludar y despedirse, pero Jhonny y Antonio sonríen como si hubieran quedado muy bien con ellas o tal vez se deba a la espectacular presencia y belleza de las jóvenes quienes sonríen encantadoras, cautivadoras. Los invitan a subir casi antes de saludar y en menos de lo que canta un gallo ya Jhonny y Antonio se aprestan a abordar para “angustia” de Damián que ahora duda pues las chavas se muestran muy accesibles y “a quién le dan pan que llore”. Es Mat el que no halla qué hacer y sus acompañantes piensan que ahí se va a quedar, en la banqueta y agradecen para sus adentros, ya abriendo las puertas de la camioneta para entrar. Pero hay alguien más, otra chica a la que no habían visto, sentada en el asiento de atrás, de aspecto tímido y hasta inocente, de inmediato se dan cuenta que no encaja ahí, como Mat y todavía el muy sinvergüenza de Jhonny al no considerarla tan atractiva como las otras dos chavas le dice:

-¿Te vas a bajar?

La chica dócilmente ve la pregunta como una orden y baja pero sus “amigas” le aconsejan que se suba atrás en la caja mientras Damián, Antonio y Jhonny se instalan lo mejor que pueden y se reparten el botín. La joven baja por donde aún Mat se encuentra de pie sin saber qué hacer y sus miradas se encuentran… El flechazo es inmediato… La chica baja la mirada pero sonríe con esa satisfacción de cuando crees haber sido correspondido, una risa linda, poderosa, que todo lo puede pero que tienes que borrar de prisa o esconder porque pareciera que su existencia puede arruinar el hermoso paisaje que ya se abre ante nuestros ojos. Mat, seguro en su idea de que nunca más volvería a conocer el amor, sonríe en su interior como si fuera incapaz de expresarlo y admirado, cautivado, sigue con la mirada a la chica. Tan pronto la ve subir, hace lo propio y se sienta muy cerca de ella inocentemente pero también con convicción, le cuesta despegarle la mirada, en especial de esos hermosos ojos negros. Su apariencia la completan un rostro de finas y bellas facciones, una cabellera azabache casi lacia peinada de manera sencilla, una hermosa boca que cuando sonríe lo ilumina todo, un cuerpo delgado de sutiles formas provocadoras y una irresistible piel canela…

Mat está hechizado y apenas le ha visto el rostro, es eso lo que le enamora de una mujer, eso y su forma de ser, el cuerpo es lo de menos, “si está casi esquelética, no importa, siempre y cuando tenga bonito rostro y modo” diría cuando Ray le preguntara por su tipo de chica. Ésta viste entre conservadora y juvenil y fiel a su vestimenta sí, luce tímida e inocente.

-Matthew Reyes, aunque puedes llamarme sólo Mat.

Se presenta fresco el mexica, no da por entendido que lo conozca a pesar de que media ciudad seguramente lo adora y la otra mitad lo desprecia.

-Anamaya… un placer.

Sonríe encantadora y Mat agradece al Señor que semejante y hermoso gesto sea dedicado para él. Ambos están sentados, recargados en el cristal trasero de la doble cabina uniéndose por un costado del cuerpo, esto causado por Mat, no por malicia sino por irresistible encanto sintiéndose también cómodo junto a la joven. Comienzan a platicar sobre cómo ambos llegaron accidentalmente ahí, sonriendo y obsequiando sus mejores gestos al otro. Luego pasan al tema de la escuela del que les sobran cosas qué decir y para sorpresa del azteca, Anamaya cursa el sexto semestre por la tarde también, en el grupo E, a escasos pasos de su propio salón. La charla continúa fluida mientras del otro lado del cristal el resto de los pasajeros vaya que se divierten incluyendo al conductor que ahora de nueva cuenta es Damián.

Casi una hora después las lenguas se tranquilizan y un instante de quietud y hasta de romance podría decirse, se da entre los lindos jóvenes. Mat saca los audífonos y el celular e invita a su acompañante a escuchar música, cada uno con un auricular y Anamaya acepta gustosa. Los temas más rítmicos son los que inician la sesión pero van pasando a títulos más tranquilos, rolas todas ellas disfrutadas a medias pues los chavos, uno u otro, siempre encuentra qué comentar y no se lo guarda encontrando pronta respuesta por su interlocutor. Tal vez inconscientemente, tal vez inspirado por el paisaje que domina a la ciudad en este momento, Mat pone el tema “Loco” de Enrique Iglesias y Romeo. Los chicos han guardado silencio al reconocer la canción y van desvaneciendo la sonrisa hasta convertirla en un gesto de inmensa paz, contrastando con el ambiente de sus acompañantes, de hecho encerrándose en su propia burbuja ignorando los sonidos y acontecimientos del “exterior”.

“Te pido de rodillas,

Luna no te vayas.

Alúmbrale la noche

a ese corazón

desilusionado

a veces maltratado…”

Después de esta última frase a Mat se le hace un nudo en la garganta. “Corazón desilusionado, a veces maltratado…” A veces maltratado… Un acontecimiento reciente ensombrece el rostro del mexica. A pesar de que Anamaya tiene su mirada abajo pareciera detectar la sensación de su compañero y en un arrebato de confianza extraño incuso a la chica misma, esta rodea con el brazo a Mat hasta completar el abrazo siendo correspondida no por aprovecharse si no por necesidad y por inocencia, de esas virtudes que ya casi ningún hombre puede presumir. Así escuchan toda la canción uniendo sus primeros instantes de amistad sólida, tierna y desinteresadamente…

Para cuando regresan a la Tierra el entorno en que se encuentran no es para nada conocido por los chicos extrañándose del rumbo tomado por los conductores. Entonces el vehículo se orilla y se estaciona frente a una especie de hotel mostrando sólo una presentable fachada pero sin que se aprecien las habitaciones o el interior del complejo. Aún se están interrogando con la mirada Anamaya y Mat cuando Jhonny y Damián bajan del auto y abordan a los chicos, de pie en la caja.

-Mat ¿podemos hablar, en privado?

El joven Reyes mira una vez más a su acompañante y luego baja de la camioneta y se aleja unos metros junto a sus amigos.

-Güey, vamos a quedarnos aquí con las viejas estas. No traemos mucha lana pero ellas nos van a hacer el paro. –Los dos aztecas lucen excitados y Mat digiere la información.- ¿Entras con nosotros? Veo que ya conseguiste chava. Aquí hay modo, nada más que el problema es la lana, si quieres…

-Déjenme ver si entiendo… este lugar es ¿…?

-Es un motel, Mati. Aquí sólo se viene a… -hace una seña obscena que provoca que Mat abra bien los ojos- No sé si seas virgen pero esta noche la puedes pasar muy bien. No tienes que compartir a tu chica con nosotros si…

-¡Basta! ¡Chicos! Tienen razón: yo no soy así… Me quedo fuera, por supuesto, ustedes... diviértanse.

-Como quieras Mati, pero ¿y tu chava? ¿Ya sabes si te va a acompañar a ti, o a nosotros?

Mat se queda helado de tan siquiera imaginar que… ¡ah! Su rostro expresa un rictus de dolor y el pesimismo comienza a invadir su mente, en menos de diez segundos ya ha imaginado todo un escenario en el que él es el único que sale perdiendo y se siente estúpido. “Ay corazoncito, cómo me haces sufrir” se queja de su órgano vital e inconscientemente posa su mirada en el suelo. Sus compañeros advierten todo ello e hipnotizados por las chavas que a su vez, han bajado a hablar con su amiga, dejan allí a Mat rumiando su miseria y se acercan babeando a las chicas, estas han platicado con Anamaya de lo mismo y también ella ha temido que Mat sea “así” y tener que quedarse allí sola en medio de la noche sin saber cómo regresar, sin dinero y viendo cómo se desvanece el sueño de su príncipe azul. Ni uno ni otro atina a mirarse, les aterra probar un trago amargo más, su pasado solitario o los rechazos sufridos los hace ser en extremo inseguros. Es hasta que los mexicas y las dos barbies suben a la camioneta y se adentran en el lugar y Anamaya y Mat reparan en que han quedado ahí separados por unos pasos, que se dan cuenta que su ilusión se mantiene aún viva. Casi simultáneamente ambos se dirigen la mirada, primero sonríen en su interior y luego reflejan su alegría tímidos al inicio, radiantes después. Es Mat el que se acerca a la joven ya fingiendo naturalidad.

-Qué lugarcito ¿eh?

-S-sí, no sabía que veníamos para acá…

-Ni yo. Creo que… Bueno ¿qué hacemos? ¿Podemos tomar un sitio y regresar… a tu casa?

Anamaya sonríe traviesa agachando el rostro y Mat trata de descifrar ese gesto.

-Ven, vamos a pasar tantito, aquí al jardín, así no estaremos expuestos a que nos vean. Tú eres una figura pública así que no es bueno para tu imagen.

Mat sigue a la chica quien toma asiento en una jardinera que rodea y protege a una jacaranda, iluminada esta por foquitos que irradian luces de diferentes colores intentando inútilmente de generar un ambiente romántico. Varios adornos florales más decoran el lugar que, como ya se dijo, sólo muestra una especie de oficina. Un acceso para automóviles se ubica a la izquierda de la construcción que cubre el resto de las instalaciones allá en el interior. Anamaya y Mat todavía alcanzan a ver a la distancia cómo se desvanece la silueta de la tremenda camioneta en que viajaban.

-¿Y esa sonrisa? ¿Todo bien?

Pregunta curioso Mat, se ha sentado junto a Anamaya quien no puede borrar su sonrisa y la disimula mirando hacia el suelo de pavimento.

-No sé si decírtelo… Podrías enojarte.

De nuevo Mat se ablanda por dentro, sabe que de alguna manera su acompañante está ligada a las chavas de la camioneta quienes no lucen muy decentes y comienza a hacerse una idea torcida de la chica, no es que lo quiera, es inevitable.

-No me hagas caso, mejoooor… ¿no te da cosa que el entrenador los vaya a cachar que no están en el club?

El mexica aguarda en silencio, no está seguro de con quién está, pero su formalidad se impone aunque contesta desganado, gélido.

-No pasa que nos castigue, pero después del partido, no puede prescindir de nosotros. Pero si ganamos todo quedará perdonado.

-¿Y si pierden?

-Que nos lleve el diablo entonces.

Anamaya ha notado el cambio de actitud del azteca y en verdad que le afecta, siente algo en su corazón y su garganta se cierra. No siente ninguna autoridad para pedirle nada, apenas lo ha conocido y claro, ella para él no debe representar nada, pero, esa mirada de hace unos momentos… Una chispa de convicción la anima a intentarlo, sin embargo un sujeto se acerca a ellos, ha salido de la oficina y ahora los aborda hablándoles conciliador, casi protector.

-¿Aún no se deciden a entrar? Sé que tengo justo lo que necesitan ¿Es su primera vez? Lo veo en sus ojos, no les defraudaré. Saben, hace una semana…

-¡Oye! Estamos aquí por accidente, no vamos a entrar. Regresa a tu, chamba, y déjanos en paz. Si quieres ayudarnos pídenos un sitio para largarnos de este asqueroso lugar.

Mat se ha desquitado con el sujeto quien retrocede y cuando parece que se va a ir en silencio, mira fijamente al mexica y suelta sus palabras calculadoramente.

-Eres popular, Matthew Reyes. Eres ídolo de muchos, no sería nada bueno para tu imagen que se supiera que has estado aquí. La gente morbosa y tus enemigos, que los tienes, aprovecharían para hacer todo un escándalo. Cuida tu boca.

El par de jóvenes más bien tímidos han quedado helados tras la advertencia maquillada del tipo que se aleja ahora sí ante la llegada de nuevos clientes, no sin antes lanzar una última mirada a manera de sentencia.

-Creo que no va a pedir el sitio.

La chica rompe el hielo con esta ocurrencia y Mat ahora sí que sonríe ya con el ánimo cambiado y la urgencia de irse de allí.

-Yo mismo pediré el carro, por cierto ¿para qué rumbo vives?

-Para la Ipevi, allá por la Cosío. Vivo con mi hermana, mi sobrinito y mi cuñado.

Esta rápida descripción le ha agradado al azteca, suena bastante decente para él. Y como profetizado por Anamaya, en las instalaciones del Club Deportivo Emperador Cuauhtémoc, el entrenador Villanueva hace su ronda por las habitaciones para asegurarse de que los chicos se acuesten temprano para descansar, sabe que necesitan de toda la energía para el partido de mañana. Ray, en su habitación que comparte con Mat no halla qué hacer para cubrir la salida de su amigo, lo que es peor, ni siquiera tiene idea de su paradero y angustiado lo ofende, le “agradece” que lo ponga en semejante lío ni más ni menos que frente al entrenador, uno de los pocos hombres a los que teme en su vida. Los pasos del técnico se detienen fuera de la habitación, Ray tiene el oído pegado a la puerta y los toquidos resuenan terribles en su cabeza.

-Buenas noches joven De la Plata, joven Reyes, abran la puerta por favor.

¡Aaah! ¡Los descubrirá de seguro! ¿Qué les va a hacer? ¿Un castigo ejemplar? ¿Qué pasará con los aztecas en ese lugar de perdición? Contrario a lo que piensan, prometí venganza de las jóvenes y venganza tendrán. ¿Y Anamaya y Mat? Qué lindura de jóvenes, pero ¿y esa sonrisa traviesa de la chica? ¿Qué se trae? Hasta el próximo capítulo, muchas gracias por leer. Dios les bendiga.

 

Hola a todos! Regreso con el último respiro antes de lanzarse al agua.

@Marina, muchas gracias por tu apoyo. Qué bueno que te agradaron esas escenas entre Paris y Georgette y Anamaya y Mat, son parejas lindas que merecen su espacio, sabes, de alguna manera me identifico con ellos, principalmente en mi juventud. Y bueno, para este episodio verás en qué acaba la travesura de Damián y compañía, te enterarás de lo que siente un aficionado antes de una Gran Final y descubrirás un secreto que por ahí se estaba guardando el entrenador Villanueva. No tengo nada más qué agregar, sólo volver a agradecerte y desearte que Dios les sonría a ti y a tu familia. Un abrazo.

A todos los demás muchas gracias por acompañarme, que disfruten del capítulo.



28

DEL ENCIERRO AL DUELO


Ray corre hacia la cama y de un clavado se acuesta y se echa encima la sábana. Recupera la respiración y habla fingiendo estar adormilado:

-Entrenador, buenas noches. Por favor, deje dormir si no es mucha molestia, apenas y me pude dormir, este cabr… estaba echándose unos gases enchilosos como el habanero. Ya me he desvelado lo suficiente.

-Claro, disculpen chicos, descansen. Hasta mañana.

Ray está que no lo puede creer ¡se salvó! Una expresión de felicidad y sorpresa mezcladas se dibujan en su faz y en ese estado de ánimo se pone de pie sobre el colchón y empieza a brincar y hacer toda una serie de chuscas maniobras. Pero, pronto recapacita que la guardia del entrenador no ha terminado y que de seguro llegará hasta las habitaciones de Jhonny y Antonio, y Álvaro y Damián percatándose de la ausencia de los chicos, travesura conocida por todos los aztecas a través del whatsapp al ser descubiertos por sus compañeros de cuarto. Entonces varias soluciones se presentaron pero sin llegar a haber una de peso para salvar a sus inquietos amigos. Ahora, el peligro latente de la cercanía del entrenador Villanueva a la habitación de Jhonny y Antonio pone nerviosos a Ray, Paul y Efrén, los otros mexicas instalados en ese sector del complejo deportivo. Pero la salvación e iluminación llegan mediante Al, alcanzando presuroso al técnico, con la preocupación en el rostro.

-¡Entrenador! ¡Entrenador! ¡Por favor, ayúdeme!

El entrenador Villanueva se gira para ver la angustia en el rostro de su pupilo, justo ya frente al cuarto de los ausentes.

-¡Jesús de Veracruz! joven Alberto ¿qué le ha pasado? ¿Y esas ronchas?

El técnico ha mordido el anzuelo y ahora Al se asegura de que no lo suelte. Le comienza a hacer toda una escena de dolor que convence al entrenador, entonces, urgidos se alejan rumbo a la enfermería. De momento, se han salvado. Ray desde su habitación agradece a Al para sus adentros y exhala aliviado, además tiene curiosidad por ver a su amigo pues ha escuchado a su mentor preguntar por ciertas “ronchas”, presto, toma su celular y pregunta a sus vecinos si saben algo pero no, están igual, además su ingenio les ha hecho crear algunas memes muy creativas acerca de esta escena, ya sean divertidas o laudatorias usando imágenes de los involucrados y demás personajes de ánime y caricaturas estadounidenses. “Qué veloces”, se sorprende Ray y se la botanea un rato antes de acostarse. Lo que ignoran él y los demás aztecas es que Al no ha fingido nada, se ha tomado una medicina que le ha provocado una severa alergia, sacrificándose por el bien de sus cuates, sabiendo que puede entretener al entrenador por toda la noche, pero, tarde o temprano llegará la mañana y sabe que ya no podrá hacer nada por detener al técnico, “haber si mientras llegan”, tiene la esperanza el chico Santana.

De regreso con Anamaya y Matthew, éstos viajan de regreso en sitio a casa de la chica. Mat ha dicho que se asegurará de que sea bien recibida por sus tutores y que de ser necesario intervendrá en su favor y que luego, se irá caminando a las instalaciones del club, no muy lejos de ahí, esto último rechazado por Anamaya quien asegura que le pagará el sitio de regreso le guste o no. Dicho y hecho, la hermana y el cuñado de la joven están despiertos esperándola. Los chicos entran a la casa y antes de que el regaño caiga como cuchillo, Mat se adelanta y ameno, respetuoso y claro da todos los pormenores de lo acontecido, está tan convencido de su éxito aunado a ser quien es que su tranquilidad es abrumadora. Pero parece que sus palabras cayeron en saco roto pues el cuñado le dice que desea hablar con él largo y tendido tan pronto su agenda se lo permita asegurándose al agregar: “pues supongo que de veras estás interesado en Anamaya”, y al no ser capaz Mat de negarlo se compromete a visitarles “al día después de la final estén las cosas como estén”.

Ya Anamaya a salvo, Mat se dispone a regresar al club pero la familia adoptiva de la chica se niega a permitirlo, entonces el cuñado presto se interna en su hogar y cuando parece que regresará con las llaves del auto para darle un aventón al mexica, saca una bicicleta dejando a Mat como caricatura. Recuperándose de inmediato acepta el gesto y se marcha despidiéndose otros minutitos de Anamaya, ah… el amorsh.

Los barrios de este sector de Autlania son bastante tranquilos y seguros por lo que Mat se toma su tiempo para llegar a la concentración. Mientras pedalea recuerda la charla con su “amiga” en el sitio aclarándole por qué sonreía. Mat sonríe también por la ocurrencia de aquellas chicas. Sucede que las jóvenes habían planeado encerrarse en un cuarto del motel con Jhonny, Damián y Antonio, “jugar” un rato, enloquecerlos, atarlos y amordazarlos como primer paso de una “experiencia inolvidable de una noche de amor salvaje”. Pero la intención real de las jóvenes era, una vez amagados los aztecas, botarlos allí y alejarse para no verlos nunca más asegurándose de que nadie los ayudara al ofrecerle una buena suma de dinero al administrador para que no rentara esa habitación y cuidar que nadie fuera en su auxilio en todo el día siguiente, eso sí, administrándoles vitaminas a través de inyecciones para evitar la deshidratación y la debilidad. Claro, Mat piensa que tan pronto amanezca hablará con sus amigos para hacer algo al respecto y poder contar con los traviesos para el partido nocturno, “de mientras que ahí se estén”, se la cura el buen Mat. Se dirige al acceso principal del complejo deportivo deseando entrar por ahí como si fueran las diez de la mañana. Saluda muy campante a los guardias nocturnos quienes se sorprenden y preguntan su paradero. Entonces Mat narra muy a grandes rasgos su versión de lo sucedido y argumenta que todo ha salido bien, que le permitan entrar antes de que el entrenador lo descubra intentando hacerlos sus cómplices, éstos al no querer meterse en problemas le dejan pasar. El chico les encarga la bicicleta y se marcha rumbo a su habitación dando un rodeo por zonas más discretas para pasar inadvertido. Ya ha avisado a Ray que va en camino y supone que en cuanto entre al cuarto se dará una especie de pleito entre esposa indignada y marido borracho regresando a casa. Toca la puerta esperando todavía que Ray le abra o bien que le diga “pasa”. Ni una de las dos y Mat ingresa a una habitación fría e inactiva, su amigo parece dormir en la cama cubierto por la sábana, todo está tan tranquilo que le da weba y emocionado por su reciente aventura se acerca al bulto, se quita el calzado y se acuesta travieso a un lado de Ray, trae una sonrisota y comienza a hablarle cariñoso a su compañero sin recibir respuesta, luego le pica las costillas y ahí sí que Ray respinga ocasionando la alegría del juguetón.

Ray se hace el ofendido y Mat se comporta rogón en una chusca escena de reclamo cual matrimonio en crisis.

-Si quieres que te perdone debes masajearme los pies.

-¡Uta! ¡Ya quisieras! Si no estoy tan desesperado, puedo aguantar sin que me dirijas la palabra otra media hora.

Y así continúan hasta dormirse, menos de lo normal pues aparte de que se acostaron a altas horas de la noche, la hora de desayunar es a las 8:30 am, ya cada quien sabe a qué horas se levanta, se baña y se cambia para llegar a esta hora al comedor. Pero el sueño es tal que se llega el horario señalado y ni sus luces de este par de chavos, completamente dormidos en sus respectivas camas, para su fortuna el entrenador Villanueva también se ha desvelado y ha solicitado que se le deje dormir hasta las 9:00 am y que se le lleve el desayuno a su habitación. Todo esto aunado a la ausencia de Damián, Antonio y Jhonny, crea todo un escenario poco usual en las entrañas del club, siendo testigos de ello los cocineros quienes advierten un comedor con varias ausencias y un ambiente por demás raro con cuchicheos y pocas sonrisas. Entonces Ray y Mat hacen su aparición y llaman la atención de todos en la estancia. Javier de plano se para frente a ellos, hace a un lado categóricamente a Ray y sienta bruscamente a Mat en el primer asiento que se encuentra, luego todos se abalanzan sobre el desdichado y comienza el interrogatorio. Mat aún no sabe por dónde empezar a contestar cuando Paul y Efrén, acomedidos y gentiles llegan con su desayuno y se lo tienden sobre la mesa animándolo a comer. Apenas va a tomar el primer alimento cuando Javier se adelanta y engulle el primer bocado, claro, invitando con la mirada y señas a Mat a hablar, resignado, explica todos los detalles de lo sucedido mientras los muy sinvergüenzas de sus amigos se devoran paulatinamente su platillo y para el final de su narración casi todos toman sus bebidas ya sea café o jugo de naranja saboreando al buen Mat.

-¿Ya me van a dejar comer?

-No tan pronto, Mati. Necesitamos idear la manera de traer a esos cabr… Sólo que ninguno de nosotros puede salir de aquí… Le llamaré a Marco.

-Llámale a quien tú quieras pero déjenme comer, ya cumplí con mi parte.

Causa la ternura entre sus amigos que se alejan quedándose sólo Ray pero al verse en esa situación, hace un chusco gesto de enojo y también se aleja haciendo evidente su aún persistente molestia por lo sucedido. Mat exhala y se saborea al menos la tranquilidad en que se encuentra dándose tiempo de recordar a Anamaya y así disfrutar más de su desayuno.

Javier ha hecho contacto con Marco quien no se extraña de la travesura de sus ex amigos y dice que se dará una vuelta por el susodicho motel y mantendrá informado a los aztecas en todo momento. Por su parte los mexicas planean cómo hacer que el entrenador Villanueva continúe sin enterarse de las tres ausencias, pero una parte de ellos consideran que no tienen por qué taparles nada a los indisciplinados y que se merecen que los esterilice el técnico.

Marco, por su parte viaja rumbo al lugar indicado, acompañado por Steven conduciendo flamante vehículo. Al llegar, bajan del auto luciendo lentes oscuros intentando no ser reconocidos, pero su treta no funciona pues en cuanto el administrador del lugar los ve, los reconoce y saluda fervorosamente, es fan de ellos y del Fénix United. Como pueden tranquilizan al sujeto y luego, con mucho tino le dan a conocer la razón por la que están ahí sorprendiéndolo, sencillamente el empleado no puede creer que sus ídolos pretendan apoyar y salvarle la vida a su acérrimo rival.

-Tal vez nos malinterpretas. No es que queramos salvarlos a ellos, queremos salvarte a ti. De seguro los aztecas ya han reportado la desaparición de sus amigos y dado que es en la víspera de la Gran Final, esto adquiere una mayor dimensión. Si los llegan a encontrar aquí y en las condiciones en que están, pensarán que ha sido un secuestro y te meterás en un grave problema, lo sabes ¿no?

-Claro, claro. Pero ¿todo esto qué tiene qué ver con ustedes? ¿Por qué ustedes?...

-Eso no importa, escucha, haz esto rápido y discretamente y te librarás de cualquier sospecha. Y por tu cooperación… bueno, pide algo y considéralo hecho.

-Pero son ustedes los que me están haciendo el favor. Permítanme ofrecerles una buena…

-Mira, sólo déjalo así. Ya nos vamos, no podemos permitirnos que nos vean aquí, si nos vas a pagar con algo que sea con eso ¿ok?

El sujeto acepta y ve cómo Marco y Steven se marchan haciendo sonar el poder del motor del vehículo. Ya a solas, viaja rumbo a la habitación donde los pobres chicos tan pronto escuchan los pasos se empiezan a mover furibundos exigiendo con la mirada que se les libere. El empleado finge no saber nada para no pagar ningún plato roto e inocente se acerca a los muchachos y les retira todos los amarres y por un momento quisiera no haberlo hecho, toda una letanía de groserías e insultos sale de la boca de los aztecas escuchándose por todo el motel, afortunadamente no destinadas a él si no a las chicas con las que se saboreaban yacer y que por el contrario dejaron en tan lamentables condiciones. Dentro de todo reconocen la labor del sujeto y le agradecen la liberación. Se visten y antes de abandonar el cuarto, toman de la camisa al empleado y lo amenazan de no decir nada de todo eso ignorando que está coludido con los bombones, pero a ellos les basta escucharlo decir que “será una tumba” y se retiran cuanto antes de allí.

-A pesar de todo, me ha agradado el lugar, creo que volveré uno de estos días. No solo, por supuesto.

Dice inmoral Jhonny. Los tres toman un sitio cuyo conductor es una inusual mujer de no poca sensualidad y belleza. Hambrientos como están, se la piensan para comunicar su destino, tentados a mentir y pedirle que los lleve a un lugar distante donde nadie la pueda salvar de su lujuria. Si esto fuera una caricatura se les representaría como a bestias babeando frente a un manjar. Afortunadamente la joven dice reconocerlos y que sabe a dónde debe llevarlos, luego hace una pausa en la que los desgraciados se imaginan devorándosela, entonces la conductora adivinando lo sucedido dado el lugar donde están, asegura que mantendrá el secreto, y conduce. Durante el trayecto la chica habla hipnotizante o eso les parece a los mexicas en su agonía tratando de controlarse, haciendo alarde de fuerza de voluntad, sudando y temblando al contener semejante energía. Entonces una pregunta los despierta de su letargo: ¿Son gays? Pues dónde están sus acompañantes. Ellos piensan simultánea y maliciosamente que les encantaría responderle con toda prueba pero la conductora se percata del lío en que se ha metido y se sale del laberinto diciendo que están por llegar. El taxi llega a su destino y la chava generosamente les dice que “la casa invita” mientras los chicos ya se esculcaban inútilmente los bolsillos, bajan del auto y todavía se acercan a la joven a agradecer el gesto y mirarle pervertidos el escote. El auto arranca y se aleja presuroso y los aztecas resignados se internan en el club por la puerta principal provocando la misma sorpresa de los guardias experimentada con Mat hace unas cuantas horas. Apenas han superado el enorme cancel sobreponiéndose a semejante experiencia cuando la pesada y soberbia figura del entrenador Villanueva les intercepta. Su expresión, furibunda; su aura, terrible, esto hace palidecer a los recién llegados que apenas y se habían recuperado de una vivencia por demás traumática.

El resto de los mexicas ocultos cerca de la escena poniendo cara de cuando vamos a recibir un golpe, escuchan la tormenta inclemente que sale de la boca del técnico contra los indisciplinados…

Por fortuna, siempre después de la tormenta viene la calma. Las actividades regresan a la normalidad, claro, una normalidad antes de disputar una Gran Final, los chicos tienen una hora libre para comunicarse con sus familiares, amigos y novias, después vendrá la hora de la comida para luego tener una última charla táctica, preparar sus cosas y dirigirse al estadio alrededor de las 5:00 pm y ya allí realizar el último ritual antes del partido más importante de su vida.

En la ciudad la acostumbrada rutina también es enrarecida, media Autlania está con la mente puesta en el partido nocturno pero como el comercio y la vida no pueden detenerse, deben ejecutar sus acostumbradas acciones, muchas de ellas destinadas a disfrutar de la final y apoyar a su equipo. El nervio no se compara al de un clásico aunque sea tan pasional como el que el Cuauhtémoc disputa contra el Fénix, esto es diferente, a una Gran Final, una oportunidad de eternizar tu nombre y alcanzar la gloria máxima del futbol, se llega muy pocas veces o nunca en la vida mientras que un clásico se repite dos veces al año y siempre se tiene la chance de vengarse. Por lo tanto la tensión es mucha, por más ilusionada y satisfecha que esté la afición indígena, el marcador es adverso por dos goles de diferencia y la calidad del rival es indudable. Inexorablemente la hora de partir a Aztlán se acerca y la fanaticada le pide humilde y respetuosa a los dioses mesoamericanos que les brinden la mayor de las alegrías, les imploran que suspendan la sequía de títulos iniciada a finales de los noventa y por favor les permitan por fin presenciar cómo un trofeo más se erige sonriente en las manos del capitán azteca colmado de orgullo. Luego se acuerdan de todos y cada uno de los jugadores y les envían buena vibra y los mejores deseos. En los hogares de tradición azteca las familias se unen estrechando los vínculos hasta el límite donde el hijo agradece al padre la herencia de la sangre futbolera y la playera granate y el padre se enorgullece de que su hijo, la persona más valiosa en su vida, haya decidido elegir los mismos colores que él; o esos matrimonios jóvenes donde cada uno de los enamorados vibra con el equipo contrario y que en este caso el ya derrotado fan del Fénix se entrega a su pareja apoyándola sin esperar el pedimento, entendiendo su tensión, “traicionando” a su amado Fénix por internarse en la intimidad del indigenismo por unas horas y desear con toda su alma que gane el Cuauhtémoc sólo para ver sonreír radiante a su eterna compañera. Los hay también que como Fred, poseen su propio santuario donde profesan su amor por su club y al que asisten una vez más a buscar la calma que no pueden encontrar en el exterior, deteniéndose frente a cierto amuleto, playera, curiosidad o imagen para desear éxito y pedir que se le permita disfrutar del sabor de la Copa al final de la extenuante jornada. Toda cábala se vale, todo comportamiento está permitido, toda locura vale la pena, es posible que este día nunca vuelva a repetirse, entonces ¿por qué guardarse algo? Hoy cada fan se entrega al mil por ciento en cuerpo y alma en donde quiera que esté: Aztlán, el hogar familiar, la empresa, el bar, la ciudad, la comunidad, el extranjero, hoy todos están hermanados como nunca antes, llorarán de dolor o inconmensurable alegría al final del partido en compañía de sus seres queridos los más afortunados o en la soledad de su compromiso laboral, no importa, cuando se vive algo como el campeonato incluso la persona más apartada del mundo se siente parte de una familia y llegan hasta su ubicación los cánticos de éxtasis, la algarabía de la gente, las voces de los jugadores, el calor de todos, la sonrisa del hermano… El futbol es hermoso, siempre…

En las entrañas del club, técnico y jugadores comparten sus últimos minutos antes de dirigirse a Aztlán. Aunque la sala es cómoda, el ambiente es tenso y de hecho hay quién está pálido de nervios, la idea de perder está presente, es una posibilidad y saben que deben estar preparados para ello pues si esto se prevé puede evitar un mal comportamiento de la afición en caso de ser derrotados, saber ganar y saber perder.

El entrenador Villanueva está frente a todos, de pie, de sus muchachos casi todos permanecen sentados excepto Álvaro y Antonio, por su parte Al aún exhibe los últimos vestigios de las ronchas, compartiendo el sofá con Fred.

-Muchachos… No tengo ajustes ya qué hacer, ustedes funcionan como una máquina bien aceitada así que eso no es parte de mi preocupación… Es su mente la que me inquieta o más preciso sería decir lo que el miedo puede generar en su cabeza. No hay marcha atrás, o alcanzamos el título o perecemos en el intento… Hay una historia que quiero permitirme contarles. Verán, a mí me gusta mucho la historia, como pocas cosas en mi vida, y… Hace tiempo, en la antigua Roma, existió un hombre, un general, Escipión, quien comandó a sus tropas hacia África para terminar con el dominio que Aníbal, general cartaginés, ejercía sobre ellos. La batalla final se dio en un punto llamado Zama. El ejército de Aníbal, en casa, dispuso aproximadamente treinta elefantes en su primera línea para barrer las filas romanas sin que los guerreros cartagineses entraran en acción siquiera. Por su parte los romanos no tenían con qué contrarrestar esa fuerza excepto su valor y la estrategia de Escipión. No había escape, era enfrentarse a esa ola de devastación paquiderma o correr en retirada decenas de kilómetros con el enemigo pisándoles los talones, sólo para llegar a un tímido refugio que tarde o temprano en el corazón de África, caería. –Los chicos atienden cada palabra y gesto de su líder, esta parte es crucial y lo valoran en su debida medida-. Aníbal dio la orden de que sus elefantes avanzaran, acelerando gradualmente hasta alcanzar la máxima potencia. Los romanos sólo podían mantener ordenadas sus filas y tratar de resistir y a sus ojos debió ser aterrador: treinta bestias barritando dirigidas y enfurecidas contra ellos levantando una inmensa nube de polvo tras de sí, haciendo temblar el mismo suelo, con mercenarios en sus mismos lomos… y detrás de eso un ejército temible completamente fresco dispuesto a exterminar a los sobrevivientes. A eso nos enfrentamos este día, al destino, sólo que en nuestro caso las cosas no son tan adversas, tenemos el talento, la calidad, el apoyo y la localía. Teman todo cuanto sientan, se vale, pero resistan y superen esa primera ola de destrucción, confíen en ustedes, confíen en sus amigos, hoy cambiaremos la historia de Autlania como aquellos soldados cambiaron la historia de la humanidad, después de hoy nada volverá a ser como antes, hoy vamos a ser campeones.

Las palabras del entrenador son vigorosas, su mirada decidida y su semblante no muestra un resquicio de debilidad o desconfianza. Los chicos no gritan como otras veces, a pesar del discurso se reservan sus expresiones aunque eso sí, los corazones se encienden y las quijadas y los puños se aprietan.

-Entrenador ¿cómo quedó la batalla… quién ganó?

Pregunta interesado Javier.

-Los romanos. Sólo tenían como salvación la victoria y se aferraron a ella, como nosotros.

-¿Cómo es que sobrevivieron a los elefantes?

-El valor y la inteligencia. Eso los sacó adelante. Acabando el partido le podré platicar toda la historia joven De León, por ahora hay que concentrarnos en el partido ¿sí?

Los aztecas piensan que se ha terminado la charla y algunos se ponen de pie preparándose a salir de la estancia. Pero el técnico dice en un tono de voz que no le habían oído antes que no ha terminado, obligando a los chicos a volverse extrañados y tomar asiento de nuevo.

-Por si todo esto no funciona y en unas horas les he decepcionado a ustedes, al joven Anderson, a sus familias y a la afición… Sé que no puedo abarcar tanto, por ello me conformaré con verlos sonreír a ustedes, em, verán… He estado haciendo un ahorro desde que fui contratado y conforme fuimos avanzando me comprometí a recompensarlos con creces, hoy día estamos a un paso del Ascenso y del título de Segunda División y el campeonato de la Copa, pero lamentablemente no tenemos garantizado nada, esa es la cruel realidad, así que, como sé que la tristeza puede ser mucha trataré de compensar un poco eso ofreciéndoles aquellas cosas que les embelesan como a cualquier chavo de su edad. Sus familias, amigos y novias me ayudaron a elegir puesto que yo no los conozco tanto como quisiera. –Los mexicas siguen extrañados intentando descifrar el sentido de la charla-. Les he comprado algunas cosas, se supone que les gustarán, eso me aseguraron sus seres queridos. Sé que es algo material pero también sé que lo anhelan y bueno, insisto, quiero verlos lo menos triste que se pueda así que si esto ayuda, pues…

El entrenador Villanueva se acerca a un costado de la sala y retira una cortina que tapaba numerosas cajas de los tamaños más variados. Los chicos que ni se las olían quedan asombrados y muchos enmudecen tras reconocer los logos que asoman las cajas, ante sí se yerguen los artículos que ni en sus sueños más guajiros pudieran concebir, más de uno contiene las lágrimas de emoción y agradecimiento hacia el entrenador, aunque también es posible que un sentimiento de culpa les afecte pues no sienten merecer semejante detalle. Casi todos ellos son hijos de obreros alimentados moralmente desde el vientre mismo, todos ellos han probado las consecuencias de una economía apenas suficiente para cubrir las necesidades básicas de la vida, aquí nadie tiene lujos, excepto en sus valores.

El entrenador Villanueva toma la primer caja, bastante grande aunque al parecer no tan pesada y sin mucho preámbulo se la ofrece a Javier. Éste camina hasta su mentor y recibe el paquete, agradece con un fuerte abrazo y luego regresa a su lugar para descubrir el contenido, mientras lo hace, el técnico continúa con otra caja y otro pupilo y la secuencia se sucede. Javier ha descubierto una buena cantidad de playeras originales de varios de los equipos más populares de México y Europa y sí, incluidas las playeras de Messi y Cristiano Ronaldo con su firma y dedicatoria de su puño y letra, seguramente cortesía de Isaack; Fred recibe una serie de figuras que se había perdido por falta de dinero, incluyendo una pieza de muy difícil adquisición; Paul sonríe feliz cuando abre una caja con una decena de ediciones especiales de los videojuegos de su predilección incluyendo toda la colección de la serie Arkham de Batman; Efrén recibe el teléfono celular de sus sueños con varios accesorios y complementos para un mejor disfrute y aprovechamiento del móvil; Al se derrite al ver un equipo de dibujo de la mejor calidad equivalente a más de mil piezas entre colores, lápices especiales, láminas, esponjas, acuarelas, pinceles, crayones, hojas de varios colores y texturas, entre otras curiosidades; Álvaro palpa incrédulo una guitarra eléctrica de exquisita manufactura; Ignacio recibe una cajita donde dentro viene un burdo papel con la leyenda: “vale por una cena con esa actriz por la que te mueres”, generando la sonrisa y la negación mezcladas… Varios mexicas están llorando a lágrima viva, con el obsequio entre las manos y los sollozos sacudiéndolos, no se sabe quién inició, pero varios más se contagiaron y la camaradería se muestra una vez más, hay quienes se acercan a los sentimentales y tratan de consolarlos, por ejemplo Javier se esfuerza por controlarse, avergonzado de derribarse no importa que sea entre sus amigos y Alejandro lo toma por el hombro sin decir nada, sólo haciendo sentir su presencia.

Cuando todos los regalos han sido entregados, el entrenador Villanueva se pone de frente de nuevo a los chicos y espera a recibir la atención debida. Hay varios aztecas que no lo miran erróneamente apenados por las lágrimas, pero le ponen la atención que solicita. El técnico se dispone a hablar pero entonces también se derrumba, el llanto fluye como manantial y las palabras que intentó articular quedan en el vacío… Bruno Villanueva, a su vez apenado por no mostrar un ejemplo de control, se cubre el rostro con las manos y resiste el embate del sentimiento… Y en un acto espontaneo Ignacio y Al se acercan a su mentor y lo abrazan, sólo unos segundos después el resto del equipo se deja llevar por el ejemplo, paulatinamente, y se funden en un gran abrazo en el que los más rudos se limitan a unir su mano a la masa de jóvenes quedándose detrás, todos inflados de orgullo hacia su líder, su padre, su maestro. Alguien supera el momento y se anima a exigir un juramento de que serán campeones y las razones son varias: el técnico, la afición, la familia, Autlania, ellos mismos… Démosles su espacio para que se recuperen de tanta emoción, exhibirse ante nosotros puede agotarles y deben estar al cien para el partido que ya inicia en escasas tres horas. Disculpen…




Para las 7:00 pm Aztlán está lleno a reventar, no vibra como en el clásico vivido esta temporada, hay más miedo que ilusión aunque nunca faltan los optimistas y gracias a ellos el ánimo existe, también gracias al tremendo ambiente que generan las Mamazitecas, derrochando belleza, encendiendo a la afición varonil, por favor, quién va a sentir miedo cuando se tiene a semejantes hermosuras enfrente, hay momentos en los que ni se ve el partido, sólo se tiene ojos para ellas. Violeta y compañía harán su mejor papel y dejarán el alma en la tribuna animando a los fans desde ya hasta el último minuto, al grado de que los muslos tiemblen por ya no poder más, los brazos no puedan alzarse, completamente rendidos, o la voz no sea producida sino sólo intentos roncos por invitar a equipo y afición a ir por la victoria, sudando hasta donde el asco y la sensualidad se confunden, arruinando los peinados y el maquillaje. Las mujeres en su eterna compañía con los guerreros en sus batallas vuelve a respetarse y he aquí el ejemplo.

La Huitzilopochtli cumple una función similar aunque sus miembros no puedan presumir cuerpos esculturales ni los rostros más bellos. Pero compensan estas carencias con mayor número de elementos formando un auténtico monstruo de mil cabezas, además su presupuesto y alcance es mayor haciendo bailar a todo Aztlán a su ritmo, decorando la casa con sus propias bellezas, fruto del trabajo de sus propias manos. Su tarea no se limita a cumplir con la afición si no ser el soporte del mismísimo Cuauhtémoc cuando las cosas se ponen difíciles, tal cual es el escenario actual, para ello tienen preparados un par de trucos, lo han planeado hasta el más mínimo detalle. Se supone que Huitzilopochtli debe recibir la sangre que los aztecas ofrecen, pero esta noche será al contrario, ellos derramarán su sangre para empujar a sus ídolos cuando las fuerzas los abandonen. Infaltables.

Por su parte, el Euroarsenal cuando salta al campo no se deja intimidar, son el equipo más despiadado del momento, juegan el papel de villanos y éstos no le temen a nada ni a nadie. Los predators se desenvuelven tranquilos mostrando su seguridad característica de ellos. Visten su uniforme de visitante, completamente en blanco con vivos en azul. Se disponen para la ceremonia inicial mostrando a su vez su hermandad, rodeando al compañero de al lado con el brazo, fijando la vista en la tribuna principal, inflando el pecho, soñando con levantar la Copa de frente a ellos, a escasos diez pasos…

El Cuauhtémoc completa la escena principal en la que todas las cámaras de México se concentran: ambos equipos flanqueando al cuerpo arbitral. Entonces mediante el sonido del estadio se solicita a la afición la postura adecuada para la entonación del Himno Nacional. Todos en Aztlán saludan al estandarte presente en el terreno de juego, mostrado en las pantallas gigantes y acompañan las gloriosas notas con emotivo furor: Mexicanos al grito de guerra… Cada corazón se colma de calor patriota ofreciendo un comportamiento irreprochable…

…Mas si osare un extraño enemigo, profanar con su planta tu suelo… La familia mexica se identifica con esta frase y el éxtasis se contagia por todo Aztlán…

…Y retiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del cañón. Los alaridos se desatan ensordecedores haciendo vibrar ahora sí a la casa ofreciendo el primer impulso para iniciar con todo el encuentro. Por si no bastara, la Huitzilopochtli ahora sí lanza su torrente de papelillos dorados y granas y el viento se encarga de esparcirlos a cada rincón del campo y de las gradas como si fueran una muestra de esperanza, además de imprimir ese toque festivo, causando un delirio colectivo…

Todo está listo, no falta nada ni nadie. A partirse el alma. Que empiece la Gran Final…

Para el siguiente episodio el 1er Tiempo, tanto el Cuauhtémoc como el Euroarsenal se comportan como dignos finalistas, prometo emociones y decepciones, héroes y villanos, cánticos y goles ¡Cánticos y Goles! Muchas gracias, que estén muy bien.