One-shot de Naruto - The Crew [Oficios al estilo Naruto]

Este escrito surgió para un concurso llamado Oficios al estilo Naruto un día miercoles por la tarde que aunque tenía dos exámenes por presentar al día siguiente y no iba a poder respirar por las dos semanas siguientes, decidí meterme en FFL y vi esta increíble actividad. ¡Pero que reto que fue esto! Espero que les guste. dedicado a @usuratonkachii porque nunca en mi vida me habían presionado tanto para que publicara una historia xD. Espero no decepcionarte :D



“The Crew”


El sonido seco de un gran portazo dio aviso a que el hijo mayor de los Uzumaki había llegado a casa. Kushina, su madre, se encontraba leyendo una revista acerca del cuidado de plantas, preguntándose qué clase de magia oscura hacía esa gente para poder tener un jardín como el que mostraban en las fotografías, cuando el estrepitoso ruido la sacó violentamente de sus pensamientos.

<<Otra vez llegando de mal humor. Este niño me va a terminar sacando canas verdes >>. Pensó enfureciéndose al darse cuenta de quién había sido el responsable de irrumpir con la paz de la casa. Claro, su esposo se encontraba en el trabajo, su hija menor en la escuela, en las clases especiales de la tarde, y el único que quedaba era su hiperactivo hijo de cabello rubio.

Recordó inmediatamente que esta mañana la habían llamado de la escuela diciendo que su hijo había baja drásticamente la notas.

<<Claro que nunca fue un alumno muy excelso tampoco >>. Se dijo en su mente mientras le comunicaban la noticia.

También le dijeron que últimamente se dormía mucho en clases, se escapaba, y andaba todo el tiempo cayéndose a puños con Sasuke Uchiha. Kushina no pudo evitar comenzar a sacar sus propias conclusiones y dejar de prestar atención cuando comenzaron a decir que también lo que hacía era normal porque tenía dieciseis años y todo ese asunto.

Muy decidida entonces, dijo que era tiempo de plantearse la posibilidad de hablar a solas con él, ya que había llegado inusualmente temprano, probablemente por una de las razones que antes le habían explicado. Con el simple recuerdo, le entró un enojo tremendo.

Sin embargo, todo cambió cuando al darse vuelta para decirle unas cuantas verdades, vio el rostro configurado en una mueca de tristeza y los ojos apagados de su hijo que se encontraba de pie en todo el medio de la sala sin mover un solo músculo. Toda la rabia que se encontraba dentro de ella a punto de salir se desvaneció como si se tratara de una chispa de fuego que se apaga con una lluvia repentina.

─¿Naruto? ¡Hijo! ¿Qué fue lo que paso? Dime quién fue… Apuesto que fue Sakura. Ya sabía yo que esa novia tuya no era muy confiable. Me sonaba demasiado buena, sospechosa ─dijo sin dejar decir al rubio ni una palabra.

Él se limitó a mirarla de manera desconcertante. <<¿Cómo hacen las mamás para averiguarlo todo? Pero sí, ojalá y sólo fuera eso>>. Se dijo.

─Sí, mamá ─admitió─. Sakura y yo terminamos esta mañana. Vino a visitarme al trabajo y me dijo que ya no quería salir más conmigo, que no se sentía cómoda ─finalizó sin poder evitar que la voz se le quebrara un poco al decir las últimas palabras.

─¿Y me puedes explicar por qué posible razón esa chica no se puede sentir cómoda contigo? ─dijo Kushina con un deje de incredibilidad─. Dímela, porque yo no la encuentro.

─Eso lo dices porque eres mi madre. Además, dijo algo sobre que ella sabía que yo le gustaba a Hinata y que no podía evitar sentirse mal al salir conmigo sabiendo que me amaba de una forma en la que ella no sería capaz de hacerlo. Me dijo que me quería muchísimo, pero que tal vez sobrevaloró sus sentimientos ─le dijo explicando rápidamente, como tratando de terminar con el tema lo antes posible.

La pelirroja no pudo controlar el hecho de que saliera a la luz su rostro más auténtico de incredulidad, sorpresa y confusión. Su hijo nunca, pero nunca le decía lo que sentía. Era de esas personas que preferían cargar con el peso de tres mundos encima sin decírselo a nadie, así que nunca estaba realmente segura hasta qué punto llegaban las emociones de Naruto. Aún así, se esforzó por dar la repuesta más, a su parecer, acertada, y falta de insultos hacia la chica de los ojos jade que hasta hace menos de veinticuatro horas había sido la novia de su hijo por dos años.

Entonces notó algo que no había visto antes. Su hijo cargaba puesta una cadena que parecía ser de oro en el cuello. A simple vista, cualquiera diría que era simple, y no tenía ningún dije, pero igualmente se dio cuenta de que era algo caro, y no recordaba haberle dado nunca algo así, ni su padre tampoco. Sin embargo, descartó la idea rápidamente cuando pasó por su mente la sugerencia de que pudo haber sido su amigo Gaara para su cumpleaños. Un poco a diferencia de ellos, su familia parecía tener una sólida situación económica. O por lo menos los hijos, porque cada vez que los veía, tenían puestos accesorios y zapatos de grandes marcas, además de que la chica, Temari, siempre vestía cosas que parecían de precios casi inaccesibles. Pero dejando todo esto de lado, simplemente decidió seguir charlando un rato con su hijo.

─A ver, cuéntame entonces, ¿cómo es eso de que Hinata te ama más que Sakura? Tenemos que hablar, Naruto ─dijo con un tono de voz que daba a entender que este iba a ser el comienzo de una larga conversación. O bueno, esas eran las intenciones.

─Mamá, de verdad que no tengo ganas de hablar de eso, no ahora. Además, acordé para salir con Kankuro hoy en un rato, ¿así que me podrías dar un poco de dinero para ir a comer? ─respondió cambiando rápidamente el tema. Después de todo, aunque no le gustara mucho la idea, sólo había ido a casa para pedirle dinero.

─¿Kankuro? Nunca recordé que fueran muy unidos ustedes dos, pensé que sólo era un compañero de clase. ¿Es que ahora se hicieron amigos? ─le cuestionó un poco confundida.

─Él es de un curso mayor, pero sí, nos hicimos amigos por su hermano Gaara que estudia conmigo, a él sí lo conoces.

─Desde luego que sí, se han unido muchos estos últimos años ustedes dos.

─Sí, es un gran amigo. En cuanto a la salida, mamá… ─trató de apresurar el tema, no se sentía muy cómodo con lo que estaba haciendo, pero tampoco es que tuviese mucha opción.

─Ah sí, el dinero ─dijo caminando hasta su cartera que había dejado en el sillón donde antes había estado leyendo─. Claro que te puedo dar dinero, a ver, dime ¿cuánto necesitas?

─No sé… 750 yenes quizá…

─Está bien. ¿Pero a dónde van a ir a comer? ¿A Francia? ─dijo divertida─. Además, 750 yenes me suena un poco exacto ─alzó la ceja con fingida suspicacia.

Naruto rió nervioso.

─No mamá, ojalá y fuéramos a comer a Francia, vamos al sitio de Barbeque que está en el mismocentro comercial que Ichiraku Ramen. ¿Sabes? Donde siempre comen Shikamaru, Ino y Chōji ─le dijo perfectamente consciente de que no le estaba respondiendo la segunda pregunta.

Ella lo miró por un segundo y se dio la vuelta para dejar la cartera donde había estado antes, al tiempo que le entregaba el dinero.

─Toma, aquí tienes. Te doy 900 yenes por si acaso, esos tipos te la ponen cada vez más cara─le dijo con un tono que Naruto percibió como que realmente parecía estar hablando de otra cosa que no era el restaurante, mientras le extendía la mano para dárselo─. Entonces no vuelvas muy tarde, ¿sí? No quiero que tu papá llegue preocupado por ti. Le diré a dónde fuiste. Vuelve bien, diviértete, pero con cuidado. Si haces algo lo sabré, las madres siempre saben ─finalizó divertida golpeándolo suavemente en el hombro.

─Sí mamá ─dijo un poco afligido por la genuina sonrisa de su madre─. Volveré antes de que oscurezca. Entonces voy a recoger mis cosas y me voy ─le comunicó para dirigirse a su cuarto a buscar las llaves de la casa y deja su bolso y agarrar otro un poco más pequeño.

Se dirigió entonces a la puerta sin ver a su madre, simplemente en estos momentos sentía que si lo hacía, no sería capaz de sostenerle la mirada. Cuando llegó, la abrió y se despidió sin volverse.

─¡Que te vaya bien hijo! ¡Diviértete! Y si ves a Sakura, mándala a comer mierda ─dijo y le guiñó el ojo, pero claro, Naruto no lo percibió.

─Sí, claro. Adiós entonces ─dijo algo divertido por el comentario.

Acto seguido la puerta se cerró dejando a Naruto afuera con un sentimiento de indescriptible culpabilidad.




Al llegar al centro comercial, lo primero que vio fue la tienda Ichiraku a la que tanto iba con su familia, y por alguna razón extraña, pidió al cielo no encontrarse a nadie conocido.

Luego se dirigió a la tienda de deportes del segundo piso en la que según un mensaje de texto, Kankuro le dijo que estaría. Subiendo las escaleras mecánicas no pudo evitar sentirse un poco nervioso y paranoico por lo que iba a ocurrir, y esto aumentó cuando, al llegar frente a la tienda, el chico de cabello castaño y ojos de igual color lo saludó con una amplia sonrisa.

─¡Uzumaki! Por fin llegas, te estaba esperando, loco ─dijo con un entusiasmo muy característico de él.

─Sí, perdón si me retrasé un poco, me perdí por el camino de la vida ─le respondió mientras se tapaba un ojo con la mano como si tuviera un parche.

Ambos rieron con energía por la referencia a su profesor de matemática.

─Por Kami-sama, estoy seguro que si Kakashi no fuera nuestro profesor de matemática, no tendríamos un promedio tan mediocre como promoción en la materia ─dijo el castaño terminando de reírse.

─Tienes razón, de cuatro horas que se supone que tenemos que tener de matemática a la semana, tenemos una hora y media y de broma, siempre anda llegando tarde, y terminando la clase temprano.

Los dos estuvieron bromeando y burlándose de todos los profesores por un buen rato, hasta que Kankuro decidió que ya era hora.

─Naruto, ¿por qué no vamos a los baños? Creo que tomé mucha malteada ─comentó de manera aparentemente casual el chico de diecisiete.

─E-está bien, vamos pues ─respondió el de los ojos azules siguiendo al castaño que ya había comenzado a caminar a toda prisa hacia los baños del segundo piso.

Llegaron rápidamente al lugar destinado y Kankuro, sin querer perder más tiempo, se dirigió al asunto de una manera que le hizo pensar a Naruto que ya había hecho esto más de una vez.

─Entonces Naruto, dime, ¿trajiste el dinero?

─Sí, aquí lo tengo. ¿Y tú trajiste lo otro completo, verdad? ─dijo un poco inseguro de sí mismo.

─Pues claro, ¿qué clase de persona crees que soy? Puedo estar en el negocio, pero no soy tan sucio─ le respondió su amigo sin más.

─Entonces, aquí está ─dijo Naruto mientras sacaba el dinero sujeto por una pequeña banda, una banda que su madre utilizaba para atarse el cabello─. 750 yenes, como me pediste.

─¿Qué? ¿750? No, amigo, cambiaron los precios, creí que te lo había dicho antes─ hizo una pausa mientras veía la estupefacta reacción del rubio─. Si te vas a meter en esto debes ir aprendiendo como son las cosas, todo cambia constantemente, pero si estás inseguro, te traje la misma cantidad de mercancía ─finalizó.

─Pero… ─se detuvo un momento con una sensación de inquietud ─ ¿Cómo es eso posible? ¿Te cambiaron el precio así de un día para otro? ─dijo con incredulidad.

─Ya sabes como es, Naruto. Estos tipos te la ponen cada vez más cara.

El chico sintió que todo el aire de sus pulmones lo abandonó de un solo tirón al mismo tiempo. Agradeció que estuviera recostado de una pared, porque al parecer así Kankuro no notó el modo en el que las piernas le fallaron. Las palabras retumbaron en su cabeza como un disco rallado grabado a fuego. <<Estos tipos te la ponen cada vez más cara >>. Las mismas palabras que le dijo Kushina antes de darle un dinero extra por si acaso. Tuvo que realizar un esfuerzo enorme para que las palabras abandonaran su garganta de una forma en la que pareciera que no le hubiese pasado nada.

─Sí, me lo dijo Kiba en una ocasión. Pero no pensé que fuera real. Entonces, ¿a cuánto aumentó la cosa?

─Ahora son 830 yenes.

─Muy bien, muy bien, menos mal que traje un dinero extra por si acaso ─dijo con una calma y resolución que él mismo no supo explicar de dónde salió.

Acto seguido, le entregó el dinero faltante, mientras Kankuro le daba la mochila asegurándole una y otra vez que todo esta completo.

─Tranquilo, amigo, yo confío en ti ─le dijo como para apaciguarlo un poco.

─En este negocio no se confía en nadie, Naruto. Tú eres tu único amigo ─le dijo con una seriedad que en cuatro años de haber estado conociéndolo, sólo había visto raras veces─. Pero de todos modos, procura venderla antes de que se te ocurra la gran idea de fumártela toda. Con cuidado. Créeme, me ha pasado ─agregó con un tono divertido. Esto hizo que el rubio sintiera como si toda la seriedad del momento nunca hubiera existido.

─Sí, claro ─respondió con una risa casi sin energía ─. Oye, ¿a quién llamas? ─cuestionó cuando vio al castaño marcando un número en su celular.

El chico esperó en silencio mientras Kankuro le decía a una voz masculina del otro lado, que reconoció como la de Kiba, unas frases que para cualquiera que pasara diría que son carentes de sentido, pero él sabía que lo hacía como una especie de código. Después de todo, era muy peligroso que alguien adivinara de lo que estaba hablando.

Cuando colgó la llamada, una sonrisa cargada de genuina alegría no tardó en aparecer en el rostro de su amigo.

─Ya está. Kiba viene para acá con los demás para celebrar ─dijo guardando el móvil en su bolsillo.

─¿Celebrar? ¿Kiba… y quiénes son los demás? ─cuestionó un poco intrigado.

Él pareció no advertir el hecho de que Naruto estaba más nervioso de lo que aparentaba.

─“The Crew” ─dijo, refiriéndose al modo en el que se hacía llamar el círculo de amigos a los que ambos pertenecían ─Ya sabes. Kiba, Temari, Ino, y Sai. Los de siempre.

─Ah sí, los de siempre. ¿Y “El Jefe” no viene? ─preguntó de manera un poco inocente.

─No. Ni “The Boss”, ni “The Colonel”. Imagínate lo raro que sería si la gente ve a seis chicos de dieciséis años con dos adultos de veinticinco andando por ahí. Además, si nos encontramos a alguien del colegio sería peor todavía que nos vieran a nosotros pasándonosla bien con nuestros profesores de física y matemática. A mi parecer levantaría sospechas. Kiba también piensa igual.

─Está bien entonces ─dijo después de pensar en lo mucho que tenía que aprender. Lo mucho que le quedaba por delante.

─¡Ah, por cierto! Hablé con Ino antes. Me quería decir que Kakashi ya consiguió las especiales que le había pedido. Como sabía que me iba a encontrar contigo, me dijo que te preguntara si querías unas ─le dijo de una forma tan casual, que Naruto tardó varios segundo en descifrar lo que realmente había querido decir.

─¿Especiales? ¿Cómo es eso?

─Son de esas que se usan para animar las fiestas y esas cosas. Son las que más le piden a ella. Su especialidad por así decirlo. También ayudan a bajar de peso. Aceleran el metabolismo y “te dan energía suficiente para toda la noche.” ─dijo la frase final con un tono agudo dando a entender que la estaba imitando.

─No, creo que no. Dile que muchas gracias. Pero si son su especialidad entonces no me quiero meter en eso. Tal vez piense que le quiero robar la clientela o algo así. Además, tú me dijiste que cada uno tiene su mercancía más solicitada y que no hay que meterse con la de los demás ─le respondió tratando de sonar de la misma forma en la que lo hacía su padre cuando tenía que discutir asuntos de la empresa con sus empleados.

─¡Eso es! ¡Ya vamos aprendiendo! Qué bueno es verte hablar así por fin, estuvimos esperando que te unieras a nosotros durante unos cuantos meses ya. Kiba y Temari por unos años ─lo felicitó complacido y un poco divertido al ver la mueca de sorpresa que se formó en el rostro de su amigo cuando escuchó la última parte.

─¡Ah, también se me había olvidado preguntarte! ¿Es cierto que terminaste con Sakura? Sai me comentó que Ino le dijo cuando nos reunimos esta mañana. Por supuesto, él ya lo sabía. Sabes que es medio espía ─dijo de una manera que le hizo cuestionar a Naruto la cantidad de veces que se reunía él con los chicos, más que lo de su novia.

─Sí, de hecho ella me terminó a mí ─dijo con algo de pesar─. Se enteró de que me había metido en esto. Una vez estábamos en mi casa a solas y yo fui al baño. Cuando volví, ella dijo que había revisado mi bolso porque estaba buscando un lápiz labial que una vez dejó en mi casa, y encontró las bolsas que me dio Kiba cuando me dijo que las vendiera para ver qué tal me iba.

El castaño no pudo evitar reír ante la situación un poco incómoda, pero a la vez graciosa.

─¿De verdad? ¿Justo antes de tener sexo? Se te arruinó la fiesta, amigo. ¿Y que tenías? ─inquirió.

Naruto sacó su celular a manera de respuesta y escribió algo rápidamente. Acto seguido, se lo mostró a Kankuro, y él pudo leer en la pantalla una única palabra que conocía muy bien. “Heroína”.

─¿Así que eso, eh? Sí, esa es la especialidad de Kiba. Pero qué mala suerte la tuya. Y lo peor es que ni si quiera había sido negocio, él sólo te las había dado para que probaras, ¿no?

─Así es, me las había dado gratis. Me dijo que me uniría en el momento en el que me diera cuenta que esto era algo divertido y que producía bastante dinero ─Naruto podía jurar que con todo esto casi se había olvidado de todo el pesar y aflicción que había sentido antes por traicionar a su madre de esa manera. Deseó con todas sus fuerzas que el famoso dicho: “Las mamás siempre saben” fuera mentira. Presurosamente, redirigió el tema hacia una pregunta que tenía en mente, y casi se le había olvidado hacerla.

─Ya va Kankuro. Antes dijiste que “The Crew” venía hacia acá para celebrar, y eso me parece excelente. ¿Pero para celebrar qué exactamente? ─preguntó con un poco de miedo a escuchar la respuesta.

─Por Dios, Naruto. Yo pensé que era obvio. Vamos a pasarla bien hoy todos. A celebrar que por fin completaste tu primer negocio. Y eso significa que ya estás metido. Ahora eres uno de nosotros. Antes también lo eras, claramente. Y ahora lo eres más. Pero eso ya lo sabías, ¿no? ─el castaño no esperó respuesta─. ¿Escuchaste, Naruto? Ahora eres uno de nosotros realmente, ahora tenemos un lazo que no nos va a poder separar nunca. Ahora “The Crew” siempre va a permanecer unida. Porque no nos vas a abandonar. Ya estás dentro del negocio. ¿No?

Naruto había dejado de escuchar después de que, irónicamente, le había preguntado si estaba escuchando. Imágenes de cómo serían las cosas de ahora en adelante no podían dejar de aparecer en su mente. Todo esto era un mundo nuevo; pero para él, nada malo. Simplemente tenía que explorar y aprender cómo se manejaban las cosas. Podría ahora sentirse que lo tomaban en cuenta, y que todo sería diferente. Ahora, cuando se acercara a Asuma-sensei, no sería solamente para decirle que tenía una duda sobre el tema de física que estaban dando. Ahora, tendría más de una razón para acercarse a las chicas. Ahora, todos en el colegio dejarían de despreciarlo, y pasarían a admirarlo, y a pedirle cosas. Todo en la escuela sería perfecto.

Pero luego recordó.

La escuela, aunque representaba gran parte de ella, no era toda su vida. Todavía tenía a su familia. A su padre, que trabajaba duro cada día para poder poner comida sobre la mesa y un techo sobre sus cabeza. Aquél, que aunque no siempre estuviera presente, podía sentir cómo contaba con su apoyo, aunque fuera en el corazón. Tenía a su hermana pequeña, que todavía estaba en primaria y era demasiado inocente; no tenía ni idea de la vida que le quedaba por delante. Pensó en su madre, en el “Habanero Rojo” que parecía siempre saberlo todo, y que era la persona más amable del mundo, pero que ni se te ocurriera hacerla enojar. Pensó en todo lo que quería a su familia, y en que sería capaz de ir hasta el fin del mundo por ellos. La idea de que lo que estaba haciendo tal vez no les gustara cruzó fugazmente su cabeza, pero luego fue desechada rápidamente. No había daño alguno si lo mantenía en secreto, ¿cierto?; si no los metía, si quiera mencionaba, de ninguna manera en estos asuntos. No sucedería nada, si utilizaba un poco el dinero que ganaría con esto para ayudarlos a mejorar su situación económica, ¿verdad?

No, claro que no.

Después de un largo silencio, Naruto por fin contestó.

─Por supuesto, Kankuro. De ahora en adelante, “The Crew” será totalmente inseparable, siempre estaremos unidos. Nada nos separará. Nunca. No lo permitiré ─hizo una pequeña pausa como para cerciorarse de que ya había tomado una decisión. Claro que lo había hecho ─. No pasará. Jamás.