Tres identidades

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por ojos de lobo, 1 Julio 2015.

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    ojos de lobo

    ojos de lobo Iniciado

    Piscis
    Miembro desde:
    16 Julio 2014
    Mensajes:
    11
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Tres identidades
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    898
    "Tengo miedo... todo lo que veo es mi peor pesadilla, ¡Maldición! no me puedo mover... estoy paralizada, lo único que veo son las llamas del fuego consumir el auto con mis padres dentro, siento como mis mejillas se mojan con mis lagrimas...."

    —...
    La encontré, descuida no está grave —

    La visión de la niña se hacia cada vez más borrosa y también la voz de aquel chico se hacia lejana... lo único que logro ver con claridad fue un cabello de color rojo... antes de que todo se viera oscuro y cayera inconsciente.

    "Perfecto... llévala al hospital, ¡rápido!"

    — S
    i, si.... cálmate que la niña está bien, lo único que ésta se ganará será un resfrío, está toda mojada ya que la encontré en el pasto húmedo— Dice con molestia por el celular.

    "Oye, no me..."

    —...Que molesto -susurra- muy bien ahora te llevaré al hospital — Apaga su celular, interrumpiendo a su "jefe".

    Guardo su celular en su bolsillo, cargando a la joven cuidadosamente en sus brazos -cosa que seria difícil- y llevándola a su moto, al subirse acostó a la niña delante suyo y se quitó su chaqueta, la puso en la cabeza de la menor, protegiéndola entre sus brazos y su pecho.

    —... Intenta no meterte en problemas tan rápido,¿si?—
    DESPUÉS DE TRES DÍAS
    Poco a poco empezó a recobrar el conocimiento, se sentía mareada y un pequeño dolor punzante molestaba por todo su cuerpo... no quería abrir los ojos, de hecho los mantenía fuertemente cerrados. Pero la curiosidad de saber donde se encontraba fue mucho mayor para ella, por lo que empezó a abrir sus ojos lentamente al principio no logró ver claramente, solo después de unos segundos empezó a ver mejor a su alrededor.

    Toda la habitación estaba pintada de blanco, con dos camas dentro de está... una estaba usando ella, estaba conectada con un artefacto que no paraba de dar un molesto pitido constante, la otra estaba vacía... y al fondo había una estantería cerrada.

    —...Un... Hospital -mira el techo- ¿Que... Que ha...—

    Fragmentos de recuerdos llegan a su mente y su cabeza le dolía cada vez más, era como si una película se pasara por su mente... de forma rápida y confusa... no, tenia que calmarse, se llevo sus manos a la cabeza e intento tranquilizar un poco la respiración pero eso solo incrementaba el dolor.

    Una enfermera entra a la habitación con una bandeja de comida pero al ver a la niña por poco se le cae.

    — Estas bien.... -se acerca a la niña y le acaricia la cabeza- cierra los ojos e intenta relajarte—

    La niña obedeció a la señora... cerro sus ojos con fuerza y empezó a tomar aire por la boca, después de un rato el dolor se fue y logro calmarse lo suficiente. La enfermera era una señora de unos 30 años, con cabello de un color café oscuro y sus ojos eran del mismo color que su cabello, parecía ser alguien amable y alegre.

    — Muchas gracias... sentía que podía caer inconsciente en cualquier momento.— Dice la pelinegra.

    —... De nada... por cierto, ¿Tienes Hambre? -la pelinegra afirma con la cabeza- Pues mejor empieza a comer antes de que enfríe... -le acerca la Bandeja- Ah, y si te lo preguntas me llamo Iriana, un gusto—

    —... Yo... no recuerdo nada... no sé quien soy -susurra- Pero por alguna razón siento que tampoco quiero saberlo...—

    — Tampoco te obligaría a que me lo digas... ¿sabes? por cualquier cosa solo dímelo, ¿si?—

    — Es-esta bien...-sorprendida- Gracias por todo—

    EN OTRO LUGAR.

    — Dime que ella no vio tu rostro -dice con cansancio un pelinegro- Sabes que esto es muy importante... ¿por que no te interesa todo esto? si sabes muy bien que no es un juego y... oye ¿me estas escuchando? -lo ignora- NO ME DEJES HABLANDO SOLO, IDIOTA.

    — ... Ah, ¿que? ¿me estabas hablando? -Se quita un auricular, y lo mira con burla- Deberías Hablar más fuerte.—

    — ... Te odio, Raphael -se da vuelta y lo mira- ¿como era su rostro?... ya sabes, dime como es ella.—

    — Pu-pues... no sé, tiene la piel clara, su cabello era oscuro y sus ojos eran claros y parecía tener no más de 10 años... -lo mira a los ojos- se parece mucho a ella si es lo que me quieres preguntar, Danil.—

    Raphael era un chico pelirrojo con ojos verdes de unos 16 años, es el hermano menor de Danil, él es un muchacho pelinegro con ojos azules con 17 años.

    — ¿Nos vamos? se está haciendo tarde y ya comprobamos que la niña está a salvo... oye, ¿me escuchas? -no recibe respuesta- ¿¡PUEDES PARAR DE IGNORARME DE UNA BUENA VEZ!?.

    — ... Tal vez, pero no prometo na...—

    Se escucha un grito.

    — ¿¡QUE RAYOS!? — Empieza a correr en dirección de donde provino el grito.

    — Raphael.... ESPERA — Lo empieza a seguir.

    Ambos muchachos corrieron lo más rápido que pudieron, para llegar a un callejón sin salida que al fondo se lograba ver a una señora estando a punto de ser atacada por tres hombres. El primero tenia una navaja en su mano izquierda, el segundo tiene un palo de fierro en su mano derecha y el tercero tenia una AK-47. Los dos sonrieron de lado, hace tiempo que no disfrutaban una pequeña pelea.

    — Aléjate de ella...-Raphael los mira fríamente- ¡je! No quiero tener que lastimar a nadie —Dice de una forma totalmente engreída.

    — Esto será bastante fácil...— Dice burlón el pelinegro.
     
    Última edición: 3 Julio 2015
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    ojos de lobo

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    Palabras:
    1718
    Todo fue muy rápido, dos de esos tipos corrieron hacia los chicos pero el que tenía un arma de fuego les dio la espalda a sus compañeros y se quedó quieto en su lugar evitando la huida de la señora. No pasó ni siquiera un minuto para que todo el callejón tuviera un silencio enorme. Era lógico para el ladrón saber quién había ganado… ¿o no?

    --- Muy bien chicos, terminemos con esto rápido antes de que llegue la poli…--- Recibe un golpe en la cara y cae al suelo.

    ---… Te dije que no quería lastimar a nadie, idiota.

    Si claro, eso sí que es mentira”… Piensa el mayor.

    El pelirrojo mira con el rabillo del ojo a los dos hombres en el suelo inconscientes por la paliza que recibieron… estaba más que satisfecho y su hermano no se quedaba atrás.

    --- ¿Qué harán con nosotros? –Pregunta asustado- ¿Llamaran a la policía?

    --- ¿Olvide decirte que somos la policía? – dicen al unísono.

    No estaban mintiendo… bueno… del todo.

    --- Son muy jóvenes –susurra- No me hagan reír… no soy idiota.

    --- Pues pareces –dice con burla el menor pero lo único que consiguió fue un buen golpe en la cabeza por parte de su compañero- ¡Solo bromeaba!

    --- ¿Puedes tomar esto como algo en serio alguna vez en tu vida? –dice con cansancio.

    --- Sabes que no… además ¿Qué haremos con estos tipos? –los señala con la cabeza.

    --- Pues… no lo sé, ¿Llamamos a la policía como lo dijo el anciano? O ¿los matamos y los tiramos a un puente? --- dice bromeando.

    --- Me gustó más la segunda idea –le sigue el juego- O mucho mejor, los matamos y después los enviamos a la policía.

    Los tres ladrones al escuchar a los chicos sudaron frio… no sabían si hablaban en serio o no, pero tampoco querían averiguarlo, poco a poco se fueron levantando hasta quedar de pie e intentar huir a toda costa… claro que estaban en desventaja por la paliza que recibieron por los muchachos.

    --- O podríamos hacer la vista gorda y dejar que escapen –sonríe con satisfacción- Hace rato que no me divierto tanto.

    Cuando salieron del callejón, se fueron a un estacionamiento a unas tres cuadras de donde estaban antes y cada uno subió a su automóvil, el pelirrojo a su moto y el pelinegro a su auto deportivo.

    --- ¿Qué haremos cuando le den el alta a…? –Raphael se quedó sin habla.

    Danil tenía la ventana de su lado abierta para hablar con su hermano como acostumbraba desde que dicen tener la mayoría de edad. Pero la pregunta de su compañero aunque no la haya terminado, sabía perfectamente porque había parado de hablar.

    --- Olvide decirte que la niña tiene un gran problema que tendremos que solucionar –frunce el ceño- Ella tiene tres identidades diferentes y no sabemos cuál es la verdadera ni porque las tiene, tampoco sabemos cómo se llama verdaderamente. Pero como sus padres son los Miller y como esa es su tercera “cara” sus padres le llamaron Noa… Noa Miller.

    --- ¿¡Se te olvido decírmelo por…. –intenta calmarse- por DOS AÑOS!?

    ---… ¿ups? –Lo mira burlón- si me escucharas lo sabrías pero como no lo haces mira lo que pasa.

    El pelirrojo no era precisamente una persona relajada y tolerante -para eso estaba su hermano- pero cuando lo hacían enfadar ni Dios sabe lo que es capaz… justo en ese momento sintió unas enormes ganas de golpear a su hermano pero mágicamente él todavía poseía control sobre sí mismo.

    --- Agradece que estás en tu auto porque si no ya te hubiera golpeado hasta que ni si quiera alguien pudiera reconocer tu rostro.

    --- …. Como si no hubiera escuchado eso un montón de veces.--- Dice triunfante.

    --- …. ¿Y alguna vez te has salvado de mí?

    En ese momento Danil no supo que decir pues su acompañante tenía razón… abrió la boca pero no salió nada de este, solo vio como Raphael se adelantaba con una de sus odiosas sonrisas que hacia Cuando se sentía superior a alguien. Un suspiro cansado fue su única respuesta, su hermano nunca cambiaría.


    EN EL HOSPITAL.


    La azabache empezó a tomar confianza de la enfermera desde que la conoció por primera vez, de hecho era la única a la que confiaba de todas las personas del hospital pero… ni siquiera a ella le daba aunque sea una sonrisa. Aunque viéndolo del lado bueno, sus ojos ahora tienen un brillo, no mucho pero lo suficiente como para saber de qué sigue en este mundo. Sumida en sus pensamientos no se dio cuenta de cuando Iriana había entrado a la Habitación.


    --- Noa pronto te van a dar el alta, ¿cierto?

    Ella todavía no se ha acostumbrado a ese nombre, después de dos días desde que despertó en el hospital, la enfermera empezó a decirle Noa… y al preguntarle la causa ella solo dijo que ese era su verdadero nombre. Por más que pasa el tiempo ella no se acostumbra.

    --- Si, pero todavía nadie dice que me conoce o algo, ¿verdad?

    Si alguien no llega a justificar de que es familiar o algún conocido de la familia de la niña pues será obligada a ir a un orfanato, quiera o no, y la enfermera no podía hacer nada ya que ella también tiene a su familia y la niña estaba más que decidida a no molestar a esa señora ya que es la única en la que siente que puede confiar.

    --- De hecho, hay una señora que dice ser la hermana de tu madre junto con dos muchachos que parecen ser solo un poco mayores que tú ---susurra, pero no lo suficiente para que no la escuchara.

    --- ¿Cómo se llaman? ¿Estas segura de que no están equivocados?

    --- ¿Eh? No sé cómo se llaman y de que si no están equivocados pues eso lo deciden ellos --- Dice tranquila respondiendo las preguntas de la menor.

    --- ¿Y cuando me van a recoger? ¿Falta poco?

    Iriana solo sonrío a las preguntas de la joven, ella sabía que ese edificio no era nada hogareño ni nada de eso… además de que Noa quiere saber cosas de su familia y su pasado -aunque no lo diga- cosas que era lógico ella no podía responder ya que no la conocía.

    --- Dentro de cuatro días ellos vendrán por ti…-recuerda algo- Uno de los muchachos un día vino a verte pero estabas durmiendo por lo que no te quería molestar y cuando lo vi me pidió que te preguntara algo.

    ---… ¿Qué?

    --- Pues… ¿Qué prefieres… irte en un auto o en moto?

    ---… ¿EH?

    No sabía que responder ella esperaba cualquier otro tipo de pregunta, no “esa” y más aun de que fuera precisamente una pregunta que para ella no tenía sentido alguno.

    --- Creo que…-traga duro- ¿Es en serio? ¿Está segura de que no escucho mal?

    --- Stk, ¡solo responde Noa! –Grita- Yo no me equivoque de eso estoy segura.

    Los cuatro días pasaron muy lentamente para la pobre pelinegra, estaba emocionada de saber cómo sería esa señora que la cuidaría de ahora en adelante.

    --- ¿Tienes todas tus cosas listas? --- Pregunta Iriana que internamente lloraba a gritos.

    ---… No tengo nada en este lugar… gracias por la ropa que me compraste, es muy bonita.

    Noa llevaba una sudadera naranja un poco grande para ella, unos jeans oscuros y unos deportivos azules. Iriana se lo compró días antes de que a la niña le dieran el alta.

    Llevaron a Noa en una silla de ruedas hasta la entrada del edificio aunque no era necesario ya que ella podía caminar perfectamente y no tenía heridas graves. Al llegar a su destino vieron que unos muchachos estaban apoyados en un auto sin moverse, solo la miraban con una simple sonrisa plantadas en sus caras. Un pelirrojo… que para ella se le hacía muy familiar.

    --- ¿Nos conocemos?...Se me hace haberte visto antes –

    El chico no sabía que responder por lo que miro a su compañero disimuladamente y este al notar lo que su hermano hacia frunce el ceño y niega rápidamente con la cabeza sin que ninguna de las mujeres se dieran cuenta.

    --- Para nada –sonríe- Solo me estas confundiendo con alguien más, me llamo Raphael y mi amigo solo llámalo “Don nadie”

    --- Me llamo Danil y soy el hermano mayor de este idiota.

    No faltaba mucho para que ellos se lanzaran a los golpes frente a la gente… pero decidieron controlarse solo para mostrar que se podían poner a cargo de la niña.

    ---… Me llamo Noa Miller –frunce el ceño- “No me acostumbro a ese odioso nombre pero no sé porque no me gusta simplemente siento que ese no es mi nombre… pero entonces cual seria”

    Los chicos se miraron, tendrían que solucionar ese pequeño problema de la niña pero no sabían dónde ni siquiera empezar pero eso se solucionaría después… tenían que llevarse a la niña a su nuevo hogar junto a ellos.

    --- ¿Nos vamos?

    --- Esta bien…

    Iriana se no había hablado en todo ese rato, estaba distraída buscando con la mirada a la señora que cuidaría de Noa.

    --- No pueden irse sin que su madre firme unos documentos.

    Ahora estaban en problemas ya que “su madre” no existía, no sabían que hacer… e repente sintieron que alguien estaba detrás de ellos y no estaba precisamente feliz.

    --- Disculpe por llegar tan tarde pero tenia unas cosas que hacer y por eso mande a mis hijos a buscarla.

    Los chicos sudaron frío conocían esa voz en cualquier lado y ella era la única que podía causar temor en ellos pero era mejor seguirla en el juego.

    --- ¿Es ella su madre chicos? --- Pregunta no muy convencida.

    Afirman con la cabeza rápidamente de verdad ellos querían salir vivos de esa.

    --- Bueno venga con migo por favor tiene que firmar algunas cosas.

    La supuesta madre de los chicos era una señora de 38 años y tenia el color de cabello rubio con ojos cafés oscuros parecía ser bastante buena y amable pero en realidad era demasiado exigente y fuerte hasta el punto de asustar con la mirada a los hermanos. Ahora si que todo se haría más difícil para ellos.
     

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