Zero no Tsukaima Academia de magia de Tristan

Rachel.

Cuando entre a mi habitación, busque con la mirada a Eli pero a la primera mirada no la encontré así que me dirigí a una maleta mía que estaba sobre mi cómoda y empece a buscar ropa en mi maleta, tras sacar varias pijama y dejarlas tiradas en mi cama encontré un atuendo el cual tome en brazos y lo deje a un lado antes de guardar las demás ropas en la maleta y cerrarla.

Tras terminar de guardar las cosas, me cambie de ropa para luego acercarme al espejo de la habitación y tome un cepillo antes de peinarme el cabello; luego de terminar levante mi varita y tras salir de mi habitación, moví la varita de un lado a otro y cuando la levante dije "Invocación" lo que hizo que un pequeño portal apareciera y de el salio Fire, el cual tenia algo en la mejilla.

—¿Estabas en el comedor?—Le pregunte y este asintió sonriendo antes de posarse en mi hombro, luego de guardar mi varita me dirigí al patio.

Cuando llegue a la entrada vi a unos chicos al lado de varios caballos, eran mas de 21 caballos; cuando iba hacia un caballo blanco que me recordaba al mio uno de los chicos se me acerco y puso una mano en mi hombro.

—Señorita, deberá esperar a los demás estudiantes para irse al pueblo—Me dijo, no le veía mas de 20 años al chico; yo solo suspire y asentí antes de sentarme en el suelo a esperar a los demás estudiantes.

 

Elizabeth.

Escuche el anuncio y sonreí mietras me levantaba de suelo, me despedí del chico con un gesto de mano.

Corrí a mi habitación y rápidamente me arregle el cabello mientras me cambiaba el atuendo.

Casi vuelo a la salida de la escuela, me encontre a Rae en el suelo y me pare frente a ella.

—¿Emocionada Rae?

 

Matthew

Me alejé tranquilamente por el patio de la academia [he de decir que no llevar la capa era mucho más cómodo] para llegar a los caballos y poder así llegar al pueblo mucho más rápido, creo que nadie estaría de humor para caminar tanto como para llegar a un simple pueblo, era mucho más fácil llegar a caballo. Antes de llegar a los establos llamé a Aqua con un simple silbido, abandonó su forma natural para hacerse mas pequeña y posarse sobre mi hombro, acaricié un poco su plumaje y abrí al puerta de mi corcel negro.

Un poco más lejos se encontraba Rachel al parecer siendo detenida por uno de los cuidadores, me monté sobre mi caballo e hice que trotara hacia ella — Estoy seguro que los demás estudiantes podrán llegar sanos y salvos —me acerqué a Elizabeth y le ofrecí mi mano para que subiera a mi caballo

— ¿Vas por un caballo, montas a tu familiar o viajas conmigo Elizabeth? — le pregunté riendo levemente esperando su contestación

 

Elizabeth.

Mire la mano que me extendió Matthew y luego al dueño, sonreí emocionada y tome su mano para subir a su caballo.

Una vez arriba me aferré de mi compañero para no carrme y lastimarme. Esperaba llegar rapido y que nada nos pasara.

—Gracias por ofrecerte.

 

Matthew

Sonreí, había aceptado mi oferta, al hombre que había retenido a Rachel no parecía querer importarle que continuáramos — Bueno Rachel, alcánzanos en el pueblo si gustas — di un par de golpes a mi caballo con uno de mis pies para que avanzara y el caballo comenzó a correr hacia el pueblo con rapidez

 

Primero el aver escuchado que una "cabellera morada" se husmeó , o mejor dicho se vio en el patio, por alguien que no tenia idea, me dio un suspiro grande, salí de los pasillos a mi habitación, a por los apuntes de salir al pueblo con los demás, si es que salían también, como me venia a la mente al cambiarme, era si la morada hubiera sido quien menos esperaba...

--Vale..Si se entromete en el pueblo, no quiero estar muerta...--susurré, al terminar de cambiarme.

 

Rachel.

Levante la mirada al escuchar unos pasos acercarse y cuando se paro frente a mi pensé que era uno de esos chicos que cuidaban los caballos y cuando le iba a decir un seco y amenazador "¿Que se te perdió?" o "¿¡Quieren dejarme tranquila?!" pero luego de escuchar la suave voz de Eliza y al escuchar el "Rae" (el apodo característico de Eliza hacia mi persona) levante la mirada con entusiasmo y cuando le iba a responder, Mattew se nos había acercado en un caballo y le ofreció a Elizabeth que lo acompañara en su caballo con el, montar en otro caballo o ir en su familiar.

Eliza eligió ir con el...esperen, esperen...¿¡Por que rayos a ellos dos no los detuvo el muy imbécil que me detuvo a mi?!

—"¡OK! me montare a mi caballo..."—pensé con un tic en mi ojo izquierdo, tras despedirme con la mano de Matt y Eliza me acerque a mi caballo blanco, que me esperaba en un esquina.

—White...¿Que haces aquí? ¿no estabas con mi mama?—White sonrió antes de levantar la cabeza haciendo que dejara ver una nota que colgaba del cuello de el, tras quitárselo empece a leer.

Nota:
Querida, me he enterado que irán al pueblo...¿¡Genial, no?! hace días que tu has querido ir al pueblo pero como no habíamos tenido tiempo nunca hemos ido (recuerda que vivimos muy lejos del pueblo).

Como sea, se que no querrías ir en un caballo desconocido así que te he mandado a White, tu fiel caballo, así que disfruta el tiempo con el porque luego tendrá que volver.
PD: espero que hayas hecho amigos como prometiste, Rach.
Att: Tu madre.

Tras leer la nota la guarde en mi bolsillo y de un salto me subí a White el cual sonrió antes de verme y tras yo hacerle una seña, este empezó a correr lejos de la academia hacia el pueblo.

 

La mano de Satoko intentó apartar mi rostro de su mejilla, pero los resabios del sueño (y del agotamiento de la intensa noche que pasamos juntos) entorpecían sus movimientos. Reí suavemente al escuchar el tono dulce con el que pedía cinco minutos más… Aunque no especificó para qué…

—¿Acaso quieres cinco minutos más de pasión? —repliqué en un tono seductor, mis manos traviesas jugando con la partes más curvadas de su cuerpo— El Lobo de Fuego está dispuesto a dártelos…

Pero justo en el instante en que me disponía a encenderla con unos besos certeros, un enorme cuerpo cubrió la ventana, bloqueando así la luz que entraba por ella.

Al mirar, me encontré con la cabeza de Bijesan, mi hermano dragón, observando atentamente lo que sucedía adentro de la habitación. Movía la cabeza de un lado a otro, en un claro gesto de negación, como diciéndome “Ya déjala en paz”. Le sonreí con un encogimiento de hombros.

 

Se valió de mi breve momento de distracción para cubrir sus senos con las sábanas y, de paso, pedirme que le alcanzara su varita. Bijesan, desde su posición en la ventana, se sonrió con suficiencia, sobre todo cuando notó mi sonrisa torciéndose en una expresión de desilusión…

—Está bien… —respondí, besando la frente de la chica antes de bajarme de la cama.

Caminé desnudo hasta el rincón donde habían caído nuestras ropas. Busqué el tacto de un objeto sólido y alargado entre las telas. Pasaron unos pocos segundos hasta que di con la varita de la Chica Conejo en el bolsillo de su falda… Pero una repentina idea hizo que me urgiera encontrar la mía, escondida en mi chaqueta.

Y ya que estaba, me coloqué los bóxers rojos antes de encaminarme a la cama, donde la chica me esperaba impaciente.

Fue entonces cuando notó que, de una de mis manos, pendían sus bragas y su sostén, prendas que habían quedado hechas una ruina en mis fauces. En mi otra mano, las dos varitas.

—Ten —le dije, arrojando la suya para que cayera sobre el colchón, cerca de sus manos. Fue entonces cuando enseñé en alto su ropa interior y anuncié:—. Si me permites… Conozco en buen hechizo para reparar vestimenta rota… —le dirigí una sonrisa encantadora—. Mira.

Blandí mi varita alrededor de las prendas íntimas de Satoko, rodeándolas de una leve luz blanquecina. El brillo duró unos eternos segundos. Hasta que, con un chasquido, tanto las bragas como el sostén desaparecieron de la faz de este mundo.

—Ups~

 

—Con total normalidad, pero con la diferencia de que te sentirás más liviana a causa de la falta de ropa interior —me colocaba los pantalones mientras repondía. Agregué:— Deberás tener cuidado de que el viento no te levante la falda, aunque —en mi cabeza se dibujaron fantasías variopintas— a mí no me molestaría en absoluto si llega a pasar —le guiñé un ojo, relamiéndome.

 

Contenido oculto

No lo había pensado. Conociendo a Bergren, habrán ido a parar a un sitio insólito Xd

—¿Te gustaría que fuéramos juntos al pueblo? —pregunté, mirando cómo sacudía su varita entre susurros— Solo, me aburriría.

Me puse de rodillas junto la cama y me incliné hacia adelante, para susurrarle al oído desde atrás:

—Si quieres, te presto uno de mis bóxers... Al menos hasta que puedas comprarte bragas nuevas en el pueblo —planté un beso delicado en su cuello—. Eso sí, te quedarán algo grandes: sentirás la brisa acariciándote donde no debe, y ni hablar de la sensación de cabalgar hacia el pueblo, cuando la montura te roce "allí".

 

Reí un poco cuando me golpeó la cabeza con su varita. Me entregué al placer de admirar el color que sus mejillas iban adquiriendo color, y de escuchar su tierna voz quejándose por el despojo que acaba de padecer...

Mis orejas se alzaron como las de un lobo, al sentir la frase siguiente:

"Todos saldríamos ganando si tú me haces un pequeño favor..."

—¿Sííííííí? —me acerqué a ella con una sonrisa y un brillo en los ojos— ¿De qué se trata? Todo sea por mi hermosa Chica Conejo...

 

Una vez ya estaba alistada, salí de la academia a caminata por Arkien, y encaminar al Pueblo, junto la mayoría que estaba por ahí.

—Vale, puede que no haya sido ella...Tal vez alguien idéntico...No lo se...—murmuré levemente, encaminando al Pueblo.

 

Alisson

El primer día en la Academia, fantástico, no seria demasiado difícil claro.

—Lo único malo es que no conozco a nadie—pensé mirando por todos lados mientras empezaba a caminar hacia la Academia

Mientras caminaba vi un momento detrás mio y el resplandor del sol, que si no me equivoco era lo que me daba fuerzas día a día. Cuando entre una sonrisa de oreja a oreja se poso en mi rostro, y lo malo era el arco que traía en mi espalada, ¿no seria un problema verdad? espero que no.

—¿Hola?—dije mientras caminaba, no veía a nadie lo cual era raro.

 

Jack.

Tras escuchar el anuncio del director, salí corriendo hacia mi habitación y al entrar no encontre a mi compañero, aunque no le preste atencion a eso y me dispuse a ambiarme de atuendo.

luego de unos minutos me di la vuelta y encontre una nota en mi cama, cuando la vi suspire un poco antes de salir de mi habitacion seguido de Alphonse.

Tras caminar un poco encontre a una chica, seguro era a la que ayudaria en el instituto.

—¿Hola?—le dije acercandome.