LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

Pido una disculpa pero no voy a poder publicar el capitulo 31 hoy, tal vez lo haga mañana o el viernes, todo depende de si lo termino o no u.u aunque ya no me falta mucho para terminarlo ^^U

Me despido

 

Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

Sorry por la tardanza pero por fin les traigo el siguiente capitulo ^^. Espero que les guste y no olviden poner sus comentarios ^^
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[FONT=Geneva, Arial, Sans-serif]CAPITULO 31: INCOGNITAS
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[FONT=Geneva, Arial, Sans-serif]- Porque no me buscaste - dijo una chica de largos cabellos rojos y grandes ojos negros dándole la espalda a un chico de cabellos azules y ojos azul turquesa
- Claro que lo hice, por dos años te busqué sin descansar, Nira
- entonces no lo hiciste bien - la chica giro su cabeza, se pudo ver resbalar libremente una cristalina lagrima - ¿Por qué no me encontraste a tiempo, Milo? - le reprocho al borde del llanto
- Yo...
- ¡Te odio! - gritó Nira, interrumpiéndolo y de pronto su cuerpo se cubrió con la armadura de Olympus mons - pagaras por haberme olvidado
- Yo nunca te olvidé
- Eso ya no importa ahora
Nira desapareció de su vista y Milo no dejaba de voltear a todos lados para encontrarla. De pronto sintió como era atravesado por una espada y rápidamente la identificó como Elliniká
- Te lo mereces... eso te pasa por haberme dejado caer - dijo Nira quien solo expresaba odio y desprecio en su mirada. Sin darle tiempo de nada, Nira sacó a Elliniká del cuerpo de Milo y rápidamente dirigió su espada al cuello de Milo... cortándole la cabeza...

Milo abrió los ojos de golpe. Ya pasaban de las 11:30 de la mañana cuando se despertó. Al momento de levantarse un fuerte dolor se le vino a la cabeza que lo obligó a quedarse un momento sentado sobre la cama, agarrándose la cabeza.
- Maldición... creo que desvelarme no fue buena idea... pero tenía que verla
Milo volvió a acostarse y se quedó mirando el techo pensativo y esperando a que se le pasara un poco el dolor para que al levantarse no se mareara. Después de cinco minutos de estar en esa misma posición, se levantó poco a poco y notó una gran mejoría en cuanto al dolor, por lo que se dirigió al baño y, del espejo, tomó un botecito con pastillas, colocando dos en su mano. Lo volvió a dejar en su lugar y se fue a la cocina por un vaso de agua y se las tomó, sentándose un momento en una silla del lugar
- Hola Milo, creí que ya no te iba a encontrar aquí - saludó alguien desde la entrada de la cocina
- Hola Camus, lo que pasó fue que me desperté tarde y me duele la cabeza - respondió Milo un poco cansado, Camus se sentó en una silla
- ¿Y ya comiste algo?
- No... y aun no tengo hambre
- ¿Ahora con que soñaste? - preguntó Camus de pronto. Milo se levantó rumbo al refrigerador, la escena de ella cortándole la cabeza se vino a su mente
- Nada - respondió y sacó una manzana - dormí como roca
- Mmm... Porque algo me dice que no estas siendo sincero conmigo
- Tú y tus especulaciones - Milo le lanzó una manzana y Camus la cachó
- Me has dado motivos de sobra para dudare algunas veces de tu palabra
Milo no respondió, solo se limitó a mirarlo un poco molesto y Camus se percató de que no estaba de humor para hablar de ese tipo de cosas. Se comieron la manzana en silencio y no fue sino hasta que se la acabaron que la platicó resurgió
- ¿Ya se te quitó el dolor de cabeza? - preguntó Camus
- Ya
Milo se levantó estrepitosamente de su asiento
- ¿Qué pasa? - preguntó Camus curioso
- Tengo que avisarle a mi maestro, se suponía que lo iba a hacer temprano
- ¿Vas a mandar a alguien a Milo o vas a ir tu?
Milo se quedó pensándolo por un momento. Ya tenía mucho tiempo desde que no iba a isla y la última vez que fue para allá fue para decirle a Andro sobre el accidente en Atos, ya era tiempo de volver y ahora seria con una buena noticia aunque acompañada de una mala y por el simple hecho de pensar en eso sintió una opresión en el pecho
- Voy a ir yo - respondió Milo después de un rato - ya es tiempo de que visite Milos, ¿no crees?
- Creo que tienes razón, además, quien mejor que tu para darle esta noticia a tu maestro
- Gracias - Milo sonrió
- Te dejo... ¿Cómo en cuanto tiempo regresas?
- Supongo que en dos o cuando mucho tres días
- ¿Y que vas a hacer si tu maestro no se encuentra?
- Esperarlo... aunque espero no tenga que hacerlo
- Te entiendo... nos vemos pronto, Milo
- Nos vemos
Camus salió del octavo templo con dirección al Coliseo o al menos eso era lo que Milo creía. En pocos minutos se arregló y sin más preámbulos se dirigió a la cámara del patriarca para pedir el permiso de salir esa misma tarde rumbo a Milos.

Mientras subía las escaleras y pasaba por cada uno de los cuatro templos que estaban después del él antes de llegar a la cámara del patriarca, no pudo evitar recordar ese mismo recorrido que hizo hacia cuatro años para pedir el mismo permiso: salir a Milos. La única diferencia era que en aquel entonces iba a dar una pésima noticia y ahora iba a dar una buena y una mala noticia, pero no por eso se sentía mejor. Pensar en eso le provocaba nuevamente dolor de cabeza así que decidió mejor pensar en lo que le diría al patriarca y, si se encontraba ahí, a Athena. Al llegar, tocó la puerta.
- Adelante - escuchó decir a Shion y entró; arrodillándose a escasos metros de él. Athena no se encontraba ahí y el patriarca no usaba su mascara, aun no la suplantaba por otra
- Santidad, he venido a pedirle permiso para salir a Milos - dijo Milo firme pero sin perder el respeto que le tenía
- ¿Con que propósito? - preguntó Shion
- Avisarle a mi maestro de los últimos acontecimientos
- ¿te refieres a la chica, verdad?
- Si, santidad
- ¿Cuándo partirías?
- Hoy mismo, santidad
- ¿Y regresarías?
- En dos o tres días - Milo no se escuchó muy seguro, Shion se percató
- ¿Qué tan seguro es que llegues en ese tiempo?
- No mucho... mi maestro suele salir y en caso de que no esté me gustaría esperarlo
- Ya veo... ¿y estas en condiciones de hacer dicho viaje, Milo? - el santo de escorpión se sorprendió ante esa pregunta, no se la esperaba
- Si, su santidad
- ¿Por qué no esperas a que se recuperen un poco mas?
- ¿Recuperen?
- Tu y ella... de esa forma llevarías solo una buena noticia y no una buena y una mala - Milo se quedó pensativo por un breve tiempo
- No puedo hacer eso, santidad - Shion se levantó de su asiento y caminó hasta quedar detrás de Milo, dándole la espalda
- Entiendo, tienes un pacto maestro-alumno - Milo se sorprendió al escuchar eso, Shion volteo a verlo - no te sorprendas, yo fui maestro alguna vez e hice un pacto maestro-alumno con Mu... así que entiendo porque quieres partir hoy y ni otro día... su pacto consiste en avisarse cuando uno de los dos encuentre a Nira, ¿no?
- Así es, santidad
- Como se que cualquier cosa que te diga no te hará cambiar de opinión, tienes mi permiso para que vayas a Milos, solo quiero que hagas una cosa a cambio
- Dígame, su santidad, ¿Qué quiere que haga? - Milo estaba consternado ante lo que pudiera pedirle el patriarca, pero no lo demostró. Shion se volvió a sentar en su silla
- Quiero que traigas a tu maestro contigo... yo se que eso no será problema para ti ya que estoy seguro que el querrá venir a verla - Milo no dijo nada, no sabia que responder - y dile que quiero hablar con él
- Así lo haré, santidad - Milo hizo una pausa, estaba inseguro si le preguntaba o no pero al final se armó de valor - ¿puedo preguntarle sobre que quiere hablar con él?
- no... Si te llega a preguntar sobre que quiero hablar con el tu solo dile que es importante
- Entiendo
- ¿Vas a ir solo?
- Si, santidad
- El barco sale a las 5:30pm... si eso era todo puedes retirarte
Milo hizo una reverencia y salió de ahí. Después de la rara conversación que había tenido con el patriarca se sintió mas abrumado que antes y es que no era para menos, tenía muchas cosas rondándole la cabeza: todo el asunto de Nira, como iba a reaccionar una vez que despertara, recordaría su pasado ahora que Ares ya no estaba, como reaccionaria su maestro ante tal noticia, le reprocharía el haberla herido de esa forma aun cuando esa no era su intensión y por si eso no fuera poco el patriarca quería hablar con su maestro y no tenía la menor idea sobre que y lo mas probable era que sería sobre él ya que no se le ocurría otra cosa. El dolor de cabeza volvió a hacerse presente, pero recordó lo que le había dicho Shion... “Tienes un pacto maestro-alumno”. Un pacto maestro-alumno consiste en una promesa que se hacen el maestro y el alumno y ambos tienen que cumplirlo, es algo sagrado que si alguno de los dos lo rompía era una afrenta para el otro, no importaba si era el maestro quien fallara.

Milo llegó a su templo y se quedó observándolo por un momento. En su mente afloró el recuerdo de cuando Nira lo vio por primera vez y no pudo evitar sentirse un poco mal. Decidió ir a visitarla antes de partir y pasó a través de la octava casa para así dirigirse a la fuente.

Cuando llegó, le sorprendió ver a Camus ahí, no esperaba verlo en la fuente sino que él lo creía en el coliseo o en su templo o en cualquier otro lugar menos en ese.
- Camus ¿Qué haces aquí? - preguntó Milo desconcertado
- Nada
- ¿Nada?... ¿viniste a ver a Nira?
- eh... si, claro, a ella vine a ver - Milo se le quedó mirando intentando ver cualquier señal de inseguridad que indicara que estaba mintiendo. De pronto salió una sacerdotisa de la fuente y se dirigió a Camus
- Joven Camus, ya puede pasar a verla
- ¿A quien? - le preguntó Milo curioso
- A la chica rubia - Milo volteo a verlo sorprendido
- Ahorita vengo - dijo Camus indiferente y entró. Milo seguía sin creerlo
- Supongo que viene a verla - dijo la sacerdotisa pero él no la escuchó - joven
- Sí - reaccionó
- Supongo que viene a ver a la chica pelirroja
- Si, así es... ¿pero como supo? - ella sonrió
- Porque soy la misma de ayer en la noche
- Oh, vaya... no la reconocí - dijo Milo un poco apenado
- Era de esperarse, usted ayer solo pensaba en verla además había muy poca luz
- Es cierto... ¿puedo pasar a verla?
- Claro, pase
- Gracias
Milo entró y se dirigió a la habitación en la que se encontraba Lunye. Vio a Elliniká sobre una de las camas vacías pero no le prestó mucha atención, solo estaba interesado en ella. Se sentó en la orilla de la cama en la que Lunye se encontraba
- Como me gustaría retroceder en el tiempo - dijo algo triste - retroceder al momento en el que me dijiste que vendrías conmigo al santuario... así yo te diría que no vinieras y que mejor te quedaras, preferiría mil veces mas que estuvieras enojada conmigo a tener que verte en este estado - Milo acaricio su rostro - no tienes idea de cuanto te busqué... eso hacia cuando el patriarca me llamó... cuando la armadura de sagitario desapareció del Santuario y si no hubiera sido por eso yo te hubiera seguido buscado hasta encontrarte
- Joven
Milo volteó hacia la puerta y vio a la sacerdotisa. Ella entró y tomo la espada aunque él notó que se le hacía pesada y batallaba para cargarla
- Dígame - dijo Milo
- Me dijeron que le entregara esto - la joven sacerdotisa le tendió la espada y Milo la tomó - según esa persona, le pertenece
- ¿Quién... quien le dijo tal cosa? - preguntó Milo sorprendido
- Lo siento, pero no puedo decirlo... me retiro, con su permiso
La sacerdotisa salió de ahí dejando al caballero con una pregunta más en la cabeza... ¿Quién le habría dicho eso y porque? Se quedó con ella hasta las tres de la tarde ya que tenía que comer y prepararse para su viaje a Milos...[/FONT]

 

Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

Jajajajaja, por como voy creo que facil llego hasta el capitulo 40 asi que todavia faltan capitulos por escribir y publicar jajajaja, pero bueno, la verdad si me urge terminarlo, de hecho ya tengo otro fic de SS en la cabeza pero ese todavia lo estoy desarrollando y viendo si lo hago colectivo o no, voy a necesitar muchos personajes y no creo poder sacarlos sola ToT.

Pero ya cambiando de tema y regresando a este fic, el capitulo 32 se esta escribiendo pero no creo publicarlo este miercoles ya que mañana comienzan mis clases de natacion y mi tiempo libre se vera reducido considerablemente U.U y aparte tengo que escribir la 10 parte de mi fic de vampiros y pues, ya se imaginaran como ando ^^U

Me alegra que te haya gustado el capitulo 30 Ikki y no tengas miedo de leer el 31 ya que todavia va para largo (pero no tanto ^^U) de todas formas cuando se acerque el ultimo capitulo avisare en el anterior ^^

Me despido

 

Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

Bueno, bueno, eso de que llega al capi 40 es una suposicion solamente ^^U pero eso si, todavia faltan varios mas no se cuantos, todo dependera de como ande de imaginacion ^^U

Me despido

 

Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

Si no me olvido :(, lo que pasa es que no se me ocurre nada, ademas la escuela me tiene algo presionada estos ultimos dias y para acabarla mi mama le ha dado por restringirme el tiempo en la compu ToT, pero yo espero que pronto termine de escribir el capitulo 32 (¡¡32!! ) porque la verdad ya me siento mal por hacerlos esperar mucho ToT

Me despido

 

Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

Les traigo una muy buena noticia :saltarin: al fin termine de escribir el capitulo 32!!!! (32!!! ) pero tal vez lo ponga mas al rato o si no mañana, despues ya no, ya fue suficiente tiempo de espera u.u, asi que pronto habra conti :D ;) :saltarin: :fiesta5: ya bien sea hoy o mañana ^^

Me despido

 

Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

Despues de mas de un mes aqui les traigo por fin el capitulo 32 (32!!! ). Yo se que meresco que me torturen por haberlos hecho esperar tanto pero nomas las ideas no querian salir de mi cabeza ToT. Pero bueno, agradesco a todos por su gran paciencia y no olviden poner sus comentarios, espero que no me pase lo mismo con el 33 u.u (33!!! )
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CAPITULO 32: DE REGRESO A MILOS. UNA BUENA Y UNA MALA NOTICIA
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[FONT=Geneva, Arial, Sans-serif]Siempre que había solicitado salir, el barco estaba listo para zarpar, pero por alguna extraña razón ese día fue la excepción. Mientras esperaba a que todo estuviera listo, Milo vio pasar a una mujer mayor que cargaba con una bolsa de mandado. Esa mujer él la conocía muy bien a pesar de haber vivido con ella durante poco tiempo y que por muchos años la había intentado olvidar y gracias al arduo entrenamiento en Milos lo había logrado. La mujer se dio cuenta de que era observada y volteó hacia él haciendo que Milo desviara rápidamente la mirada al suelo. La mujer, al verlo, dejó caer lo que traía en sus manos y solamente se le quedó viendo sorprendida. El joven caballero volteó a verla nuevamente y se sorprendió de verla aun ahí, parada, no creía que lo reconociera, al final de cuentas, ya habían pasado muchos años desde la ultima vez que se habían visto. Un soldado se acercó a él
- Ya todo esta listo para partir - dijo el soldado y Milo se levantó. La señora recogió sus cosas del suelo y se dirigió a ellos
- Espera, Milo - dijo la señora, Milo volteó a verla. Ahora que la veía mas de cerca se dio cuenta de que aun seguía conservando esa expresión dura y fría que siempre le infundaba temor cuando era un niño - ¿Qué acaso ya no me recuerdas?... soy tu madre - Milo cerró los ojos
- Lo siento señora, pero yo no tengo madre - respondió serio y cortante, el soldado solo miraba
- Pero que demonios estás diciendo, Milo - dijo la señora entre sorprendida y molesta ante la reacción de su hijo y dejó sus cosas en el suelo - no digas estupideces
- No digo estupideces... hace mucho que dejé de considerarte mi madre - la señora se sorprendió - lo siento pero tu te lo ganaste
Ella siguió sin creer que su hijo ahora fuera así. Desde que era pequeño, ella siempre lo había considerado un niño débil que era fácil de intimidar y manipular y que jamás se atrevería a alzarle la voz y mucho menos a decirle que ya no la consideraba su madre. Eso último, mas que dolerle, le molestó en sobremanera y sin previo aviso lo abofeteó
- ¿Cómo te atreves a hablarme así? - dijo ella enojada, Milo solo la miró con desprecio, como si se tratara de uno mas de sus enemigos. Poco a poco la mejilla de Milo comenzó a enrojecerse, pero él no dio señales de que le hubiera dolido, ni física ni emocionalmente, ya era algo a lo que se había acostumbrado con el correr de los años y lo que dijera e hiciera esa mujer no le importaba en lo mas mínimo
- Vámonos - le dijo Milo al soldado y se dio media vuelta para dirigirse al pequeño barco
- S-sí - dijo el soldado que estaba sorprendido por lo que acababa de ver. Se le adelantó a Milo e hizo una seña al capitan para que lo pusiera en marcha y subió
- ¡Milo! ¡Espera! ¡Aun no he terminado! - le gritó pero éste solo la ignoró siguiendo su camino - ¡¿A dónde demonios vas?!
- A Milos - le respondió y se subió, dirigiéndose a la orilla del barco a observar el muelle. No pudo evitar clavar su mirada en aquella mujer que se miraba la mano con la que lo había golpeado, nunca creyó que la vería de nuevo. La señora volvió a dirigir su mirada al barco que ya se encontraba a pocos metros del muelle, estaba realmente furiosa
- ¡Ojala y se hunda el barco! - gritó ella - ¡Ojala y te mueras ahogado en el mar para no volver a verte! - Milo se dirigió a la popa, perdiéndose de la vista de la ardida mujer. Al llegar, se recargó en el barandal y se sentó, colocando ambas manos en la cabeza... tenía otra vez jaqueca. El soldado se acercó
- Señor - Milo volteó a verlo - llegaremos a Milos alrededor de las 7 de la mañana
- Entiendo... gracias
El soldado se retiró, dejándolo solo. Se sentía realmente desganado y cansado y solo esperaba que el día siguiente fuera mejor aunque francamente no lo creía así; de hecho podría ser peor, todo dependería de cómo reaccionara su maestro ante la noticia que le iba a dar. Se quedó en ese lugar hasta ya avanzada la noche, observando las estrellas, pensando en las dos cosas más importantes para él en ese momento: en Nira, quien se encontraba entre la vida y la muerte luchando por su vida; y en su maestro, en lo que le diría y como reaccionaria. Se quedó dormido ahí, bajo el manto estelar que se cernía sobre el Egeo y afortunadamente para él, esa noche no hubo sueños que lo perturbaran y lo estresaran aun más.

A las siete en punto, el soldado se acercó a despertarlo. Se le quedó mirando por un momento ya que no sabia si despertarlo o dejarlo dormir y que pasaría si lo despertaba y él se molestaba por ello. Al final, optó por despertarlo
- Señor - le habló pero Milo no despertó, estaba profundamente dormido - ¡Señor! - alzó la voz pero el caballero siguió igual - Señor, hemos llegado a Milos - el soldado lo tomó por el hombro y lo meneo con algo de brusquedad
- ¿Qué? - preguntó Milo medio despierto, volteando a todos lados
- Hemos llegado a Milos
Como si se hubiera tratado de un balde de agua fría, Milo se levantó de inmediato y se dirigió a su camarote corriendo. Al llegar, se fue al baño y se hecho un poco de agua en la cara para despertar bien y al salir vio que la lancha que lo llevaría hasta la playa ya estaba lista para bajar al mar.

Al llegar a la playa de la isla se dirigió corriendo hasta donde se encontraba la casa de Andro, pero no pudo evitar detenerse en el lugar en el que la había conocido.
- Vamos Milo, tienes algo importante que hacer - se dijo y continuo con su camino. Al llegar a la puerta se quedó parado sin hacer nada por un buen rato
- ¿Milo? - le hablo alguien a sus espaldas y Milo volteó al escucharlo
- Maestro - dijo Milo algo sorprendido
- ¿Qué haces aquí? - preguntó Andro algo desconcertado ante la inesperada visita y se acercó a él
- Le traigo noticias
- ¿Qué... que clase de noticias?... ¿Es sobre Nira? - preguntó Andro sorprendido y a la vez un poco desesperado
- Si maestro
- ¿Son buenas... o malas noticias?
Milo se tardo en contestar aquella pregunta, Andro simplemente se le quedó viendo desesperado por saber la respuesta, había esperado tanto tiempo por saber algo de ella que los poco segundos que duro Milo en silencio se le hicieron eternos
- Son... ambas
- ¿Ambas?... ¡Vamos Milo, dime! - Andro lo tomo de la playera con brusquedad - ¿Qué es lo que vienes a decirme?
- Ella esta viva - respondió Milo, Andro lo soltó, estaba estupefacto ante esa respuesta - pero...
- ¿Pero?
- Esta muy grave...
- ¿Qué tanto?
- Mucho, su vida peligra - Milo apretó los puños del coraje
- ¿Qué?... ¿Qué fue lo que le pasó?
Milo volvió a quedarse callado, no sabía como decirle que parte de la gravedad de Nira se debía en gran medida a él.
- ¿Se acuerda de esa berseker que tenia a Elliniká? - preguntó Milo
- Si, ¿que hay con ella? - Andro se le quedó viendo y pronto supo la respuesta sin que Milo le contestara - quieres decir que esa berseker… era en realidad… Nira
- Si… ayer fuimos al lugar en el que se escondían… yo - Milo hizo una pausa
- ¿Qué te parece si me lo cuentas adentro, Milo? - dijo Andro acercándose a la casa y sacando unas llaves en el trayecto, abriendo la puerta - pasa
Ambos entraron y se dirigieron a la sala, sentándose cada uno en un sillón
- ¿Qué fue lo que pasó en ese lugar, Milo?... ¿Cómo fue que Nira terminó tan grave?... ¿Quién le hizo tal cosa?
Milo se quedó un momento viendo únicamente sus manos, ordenando sus ideas para que así salieran de la mejor manera y sin dejar nada importante en el olvido. Dio un profundo suspiro antes de comenzar, para armarse de valor
- Fui yo quien peleo contra ella - contestó Milo serio, no se atrevía a verlo a los ojos
- ¿Qué?
- Cuando llegamos al monasterio nos topamos con ella y nos explicó que dentro de ese lugar había cuatro puertas, la cuales, daban acceso a un salón cada una... yo di al de Olympus Mons... el salón que Nira protegía
- ¡Entonces... el responsable de que este al borde de la muerte... eres tu! - exclamó Andro sin poder salir de su asombro
- En parte
- ¿En parte?
- Si... yo le lancé las 15 agujas escarlata sin saber que ella era en realidad Nira y no fue hasta que apliqué Antares que su mascara se desprendió de su rostro... le detuve la hemorragia inmediatamente después pero era obvio que ya había perdido demasiada sangre. Cuando me fui de ahí, ella estaba muy débil y mal herida aunque su vida no peligraba pero... - Milo hizo una pausa
- ¿Pero? - Andro estaba realmente intrigado por lo que Milo le estaba platicando y estaba realmente ansioso por saber que era lo que había pasado en ese lugar
- Pero durante la batalla contra Ares, ella entró al salón principal y Ares... - Milo apretó los puños y una lagrima salió de sus claros ojos, rodando libremente por su mejilla - la humilló... se burló de ella... jugó con ella un rato... y finalmente... la atacó... ¡LA ATACÓ!... ¡SIN QUE YO PUDIERA HACER NADA POR PROTEGERLA! - Milo golpeo una mesita que se encontraba entre los dos, partiéndola en dos, pero eso a él no le importó. Se quedó un rato en la misma posición, estaba realmente devastado, se sentía terriblemente mal por todo lo que había sucedido en el monasterio. Las lagrimas comenzaron a salir con mayor frecuencia de sus ojos, en ese momento se odiaba a si mismo y si Andro llegaba a odiarlo también, se lo tenía bien merecido - ¡Yo tengo la culpa de todo!... ¡Yo tengo la culpa de que ella este así!
- No, tú no tienes la culpa de nada, Milo
Milo volteo a verlo sorprendido, en ese momento a Andro le pareció ver mas a un niño que a un adulto y eso lo hizo sentir peor. Desde que Milo había llegado a la isla se había encariñado mucho con él al igual que como lo había hecho con Nira y los había llegado a ver como dos hermanos que habían sido separados y que el tiempo se había encargado de reunirlos de nuevo.
- Milo... ¿no quieres un vaso de agua? - preguntó Andro mientras se levantaba de su asiento
- Si - respondió sin dejar de mirar el suelo
Mientras Andro se encontraba en la cocina, Milo permaneció en la misma posición, pensando en Nira, en como se encontraría y que pasaría cuando ella despertara. Cuando Andro regresó con el vaso de agua se le quedó viendo por un momento, no le gustaba verlo así y además podía notar que había algo mas que le preocupaba. Se acercó a Milo y le entregó el vaso
- ¿Pasa algo mas, Milo? - preguntó Andro, Milo se termino el agua y coloco el vaso vacío en el suelo
- Si... - Andro sintió como su corazón latía mas rápido, no imaginaba que podría ser eso otro que le preocupaba a su discípulo - el patriarca desea hablar con usted
- ¿Conmigo?... ¿ahora que hiciste, Milo?
- Nada, que yo sepa
- Pues eso espero... ¿no sabes sobre que?
- No
_ Mmm... Cuando menos ya no te pediré que me lleves al santuario - Andro sonrió un poco y Milo hizo lo mismo aunque la sonrisa no duró mucho - ¿Cuándo zarpas de regreso al Santuario?
- Entre mas pronto mejor
- En ese casi iré preparando mis cosas... saldremos hoy
- Sí
Andro se dirigió a su recamara mientras que Milo se puso a ver la casa en la que había vivido durante casi 10 años, recordando los momentos memorables de su entrenamiento. De pronto vio una foto, la única que había en la casa, eran su maestro y Nira, según la fecha era de hacía 5 años. La tomó con cuidado y la observó detenidamente: se podía ver que el mismo Andro había tomado la foto y con el otro brazo abrazaba a Nira; ambos se veían realmente contentos y eso lo hizo sentir mejor y a la vez peor. Se quedó viéndola hasta que escuchó a Andro salir de su habitación, dejando la foto donde mismo y regresando al lugar en el que había estado al principio
- Vámonos - dijo Andro y ambos salieron de la casa rumbo a la playa... [/FONT]