[capitulo once]: ¡hay trabajo que hacer!

Escuché una voz.

— ¿Luki-san? —antes de voltear limpié rápidamente mis ojos lagrimosos— ¿Qué sucede? —comenté tratando de no hacer puchero... ¿Acaso seguía enojado conmigo? ¿Me iba a a golpear? ¿Era por mí que todos se comportaban tan extrañamente de un momento a otro, me sentí molesto, me sentí extraño y sin evitarlo empecé realmente a llorar— ¿¡Yo!? ¿¡Yo!? —empecé a hablar sin sentido.

 

Cuando lo alcanzó se dio cuenta de que tallaba sus ojos hasta que de un momento a otro empezó a llorar sin control. No quería haber sido él quien lo hubiera alterado, no le gustaba ara nada verlo así. Sin pensarlo, lo jaló con cuidado por el brazo y lo abrazó contra su pecho. —...No sé exactamente que te suceda pero... Debo decirte que no estoy molesto contigo por lo de la cafetería— dijo en voz baja; le temblaron un poco los brazos. —¿Quieres decirme qué sucede?

 

Cuando Luki-san me abrazó no pude evitar moquear un poco y seguir llorando como un niño pequeño.

— ¡Es que todos están actuando extraño y no lo entiendo! —grité furioso mientras seguía llorando— en el aula de la nada Gakupo-san salió enojado mientras hablaba conmigo y ahora tú y Shion-san se comportan muy tensos, como si algo grave hubiera pasado... ¡No lo entiendo! ¡No puedo entenderlo! ¿¡Es acaso mi culpa!? —seguí llorando sin entenderlo, acaso estaban enojados, sin importar lo que dijera Luki-san, algo extraño sucedía.

 

Estaba mudo. Por un segundo decidió pasar los dedos por su cabello, despeinandolo un poco. —Len, no es tu culpa...— No quería mentirle a Len, pero tampoco quería decirle la verdad. ¿Cómo reaccionaría? ¿Bien o mal? Probablemente mal. ¿Para con quien? ¿Solo para con Mikuo, o se enojaría con Kaiko también? Decidió preguntarle para estar seguro. —Te aseguro que no es tu culpa, Len... dime ¿es que acaso no viste lo que ocurrió en el aula?

 

— Si, lo vi —lo vi curioso sin entender que tenía que ver ese suceso tan extraño— ¿Habla del beso? —cuando Gakupo-san y Maika se besaron, fue un suceso extraño pero no lo consideré tan grave como para que colapsara toda la situación, por ello no entendía el porque Luki-san ahora lo mencionaba, solo infle las mejillas y mire al suelo aún con lágrimas en los ojos— pero no entiendo que tiene que ver con que todos se estén comportando así.

 

—No... Es decir, no creo que hablemos del mismo beso... Fue más de un beso—. Por un momento dejó de abrazarlo y se llevó las manos al rostro, frustrado. Tomó a Len por las muñecas y lo miró a los ojos. —No quiero que sobreactués...— Igual y reaccionaba similar que él; entrando en trance. O como Gakupo; juraría que estaba molesto por ello. —Al rededor de la hora en que tocó la campana, Mikuo y Kaiko... se estaban besando una y otra vez...— Se mordió los labios al final, reprimiendolo todo, en negación.

 

— ¿¡Eh!? —mi rostro se enrojeció de solo pensarlo, me sorprendía más por el impacto en que Luki-san lo decía porque el evento ya se había dado anteriormente, ellos ya se habían besado varias veces, si mal no recuerdo— Luki-san... —dije limpiando mis lágrimas— no quiero sonar insensible, pero no considero que sea tan grave —mi rostro estaba rojo y en algún punto me sentí molesto, aún así traté de mantener calma— si es de Mikuo de quien hablamos, él tiene ya ese horrible habito, incluso ha habido personas que ha besado más de una vez sin intensión alguna, sean hombre o mujeres —comenté en seco— así mismo que sabemos que a Mikuo le gusta Megurine-san —no lo estaba defendiendo, mucho menos justificándolo, lo que había hecho, más si fue en el salón delante de todos, era imperdonable sabiendo los sentimientos de Luki-san, pero... tampoco consideraba que era algo a tomarse a pecho y que arruinara el humor de Luki-san o Gakupo-san— en todo caso hay que saber la causa por la que Mikuo besó a Kaiko, que es muy probable haya sido para molestar.

 

—¿Para molestar a quién?— dijo, terriblemente irritado por sus palabras y sonriendo como un psicópata. —No no... Pacto de amistad, prueba de heterosexualismo, restador de importancia ante otro pacto de amistad... Ya le he tomado esas tres excusas a Mikuo sin pestañear...— Antes de seguir hablando, volteó a asegurarse de que Kaiko no estaba cerca. —Ya a la señorita a la que no le gusta nadie...— No se atrevió a voltear a ver a Len mientras decía aquello; porque la sonrisa psicópata había vuelto a sus ojos mientras empezaba a llorar. —Si era para molestarla a ella, no se veía nada molesta correspondiéndole...— No se contuvo más y golpeó la pared más cercana, lastimando de nuevo sus nudillos. La otra mano se la llevó al rostro, reprimiendo sus sollozos. Se sentía como un completo idiota una vez más.

 

No pude hacer más ante las lágrimas de Luki-san, me encontraba un poco asustado, nunca había visto esa expresión, quizá porque para mi el amor era algo que nunca sería, todas las personas que ame nunca me amaron, quizá yo ya me había resignado, pero Luki-san no.

— ¿Sabe Luki-san? —empecé nuevamente a llorar mientras le daba un beso, inocentemente, en la frente y acariciaba su cabello— todos tenemos una forma diferente de ser y expresar amor, no estoy defendiendo a Mikuo ni mucho menos lo justifico, aunque no parezca estoy igualmente molesto, porque a veces pareciera que para él nuestros sentimientos son un juego, pero cuando lo miro a los ojos puedo ver que él sufre tanto como nosotros, ¿Nunca ha pensado como él es capaz de besar tantas veces sin sentir nada? A usted, a Gakupo-san y a mí... esos labios que no tienen valor —comenté— él mismo lo ha demostrado que no siente cuando besa, para él no son besos valiosos —comenté— si vamos a su lista, no solo ha besado a Shion-san —suspiré— y ahora en el caso de ella... algo que no hemos considerado, ¿Qué pasaría si a ella le gustara un poco Mikuo? ¿Qué tal si ella no lo sabe? Como ella nunca ha experimentado el amor, ella no sabrá cuando pueda amar, pero si le gustará otra persona que no sea usted ¿Sería realmente tan malo? —las lágrimas fluyeron más rápido por mis mejillas y agache a Luki-san para abrazarlo.

Pensar en Rin o en Lenka Onee-san, yo que nunca fui correspondido, yo que nunca recibí un beso, yo que nunca recibí un "Eres valioso", un "Me gustas", sabía ese vacío muy bien, de esperar y no recibir nada, por años.

— Si quiere entenderlo... ¿Por qué no hablar con ellos antes de la violencia? —comenté— hay que saber la historia para juzgar, si eso no es suficiente, tiene su derecho a estar todavía más enojado, pero intente ser racional.

 

Las palabras de Len realmente no sirvieron de mucho. ¿Acaso estaba el pelirosa quedando como el malo e insensible, entonces? Si había algo de lo que se pudiera quejar de su adorado compañero e habitación, era de su mala costumbre de "no defender a Mikuo". Suspiró con pesadez, retirándose las lágrimas del rostro. Antes de poder decir nada, Len lo había echo inclinarse para abrazarlo. Su rostro estaba ahora inexpresivo y los ojos casi sin brillo.

—No conozco a la perfección a Mikuo, pero no necesitabas recordarme todo aquello...— Se separó de él. —En cuanto a Kaiko... No puedo explicarlo. ¿Sabes? Yo tampoco había experimentado antes el que me gustara alguien, o el que me rechazaran. Ni siquiera recibí amor de mis padres; fuera porque los dejé o no dármelo. Sin embargo, no hago alarde al respecto. No es gran problema. Tengo 18 años y aún no puedo pensar con claridad sobre muchas cosas.— Respiró hondo antes de continuar. —Si Kaiko quiere sentir o ya siente algo por Mikuo, que me lo deje en claro, y dejaré de molestarla. Pero, vamos... Lo que hizo Mikuo para mi es trai-ción— dijo separando la palabra en sílabas, diciéndola lentamente. —"Bésala, bésala hasta que no quepa en su cabeza otro pensamiento sino tú" me aconsejó... Supongo que no me equivoqué en pensar y decir que a él le funcionaba mejor.— Rió. —Ahora, si para él no significan nada esos besos.... y para Kaiko llegaran a significar algo... pero Mikuo no dejara de profesar su amor por mi hermana, ¿quién es el maldito insensible?—

Si continuaba hablando, no se podría detener y golpearía el muro de nuevo. Dejó a Len sólo sin decir ya nada y volvió con Kaiko. Ya no le apetecía el helado, pero nola plantaría así.

 

Contenido oculto

No es por nada, pero triste drama de telenovela que nos estamos armando D:

Luki-san estalló en ira diciendo todo lo que le vino a la cabeza y se fue, no pude evitar llorar, puesto no sabía que decir.

— Lo siento... —susurré desde el fondo de mi corazón. Mikuo era un idiota y Shion-san una tonta, en todo caso... ¿Por qué el la tenía que besar tantas veces? El consejo que le daba a Luki-san sonaba ahora como la aplicación del mismo, así Shion-san... ¿Por qué se dejaba besar? ¿Acaso le gustaba Mikuo? No lo entendía ni quería entenderlo, al final me hice bolita bajo un árbol y me puse a llorar— ¿¡Por qué siempre soy un inútil cuando se trata de calmar a las personas!? —sin importar sus acciones para mi eran personas valiosas: Gakupo-san, Luki-san, Mikuo y Shion-san, me hacían sentir solo si se ponían a discutir.

¿Qué podía hacer? No podía justificar las acciones de esos dos, no había forma de que las entendiera del todo, yo que había hecho planes para apoyarlos, que intentaba verlos sonreír, ¿Qué pasaría si ya no pudiéramos ser amigos? ¿Tendría que escoger un lado? ¿Podría escogerlo? Mi cuerpo sentía frío y temblaba, mis ojos seguían llorando, volviéndose opacos... en algún punto sentía que todo era mi culpa, me sentía indefenso.

 

Pasé a la dirección y recogí un formulario a llenar para solicitar trabajo en el Maid Café que Kamui-kun me mencionó.

Nombre (desde apellido al nombre): Akita Neru
Puesto que se desea: Mesera
Motivación para el trabajo: Deseo conocer a la mayoría de mis compañeros de la Academia; Además, suena muy divertido la idea de hacer "cosplay".
Porqué deberíamos contratarlos: Tengo una alta capacidad de memoria para tomar los pedidos de la gente además de pies veloces y no torpes.

Me burlé de mi misma por el modo en que había llenado mi solicitud. La entregué en dirección y salí del edificio en busca de algo interesante que hacer. Quería hablar con Kamui-kun sobre lo que había pasado con Hatsune-kun y la chica de cabello azul, pero la Academia era inmensa como para ponerme a buscarlo. Entonces, a lo lejos, me encontré con Kagamine-kun sentado debajo de un árbol. Me acerqué a él con lentitud; parecía haber estado llorando. —¿Kagamine-kun? ¿Estás bien?

 

— ¿Ah? —no escuchaba bien la voz pero distinguía a una chica rubia de pelo largo... ¿Cuál era su nombre? Creo era Akita Neru, recordé eso vagamente, cuando la encontré en los comedores. Parpadee un par de veces sin poder decir palabra alguna, después de ello mi voz se volvió pausada para intentar no quebrarme— Si... estoy bien... —fue todo lo que dije mientras trataba de levantarme.

 

Mire la escena de Luki y Len, sabía que discutían por mi culpa, por lo que pasó con Mikuo. Era definitivamente una tonta —Luki... Lo siento — Lo mire cuando se acercó —En serio, lo siento — Tape mis ojos con mis manos.

 

Miró a Kaiko con una tristeza profunda. Todo el rastro de ira había desaparecido y se había convertido en una profunda tristeza. Tomó todo el valor que pudo reunir dentro de si e hizo que Kaiko se descubriera los ojos. —Estás perdonada, Kaiko...— dijo mirándola a los ojos con una pequeña sonrisa y con los ojos llorosos aún. —Pero... Me gustaría que fueras sincera conmigo— dijo mientras volvía a poner un semblante serio. —¿Te gusta Mikuo?— No iba a obligarla a hablar de lo que no quisiera, pero si las posibilidades que Len había planteado eran ciertas, Luki no quería que Kaiko saliera lastimada, ni él mismo tampoco.

 

Le tendí una mano, ofreciéndole mi ayuda para ponerse de pie. —Lo siento, sé que te conocí apenas ayer y no tengo porqué entrometerme pero... ¿en verdad estás bien?— Ahora que lo recordaba, en la cafeteria estaban todos en esa mesa: Kagamine-kun, Kamui-kun, Megurine-Kun, Hatsune-kun y la chica de cabello azul. ¿Kagamine-kun también estaría alterado por la escena del besuqueo de hace un rato? —De verdad, si te parezco una molestia, me voy. Pero sería mejor que no lloraras más...— dije ofreciéndole un pañuelo.

 

Tomé el pañuelo y sequé un poco las lágrimas.
— No es que este mal, solo me siento confundido —sonreí amable— ¿Nunca te ha pasado? Tener algo construido, algo pequeño, quizá sin valor, algo que costo mucho para hacerlo pero para ti es valioso —una amistad, tanto tiempo lo quise y ahora que los tenía...— pero en algún punto todo parece venirse abajo y tu sin saber que hacer... —no lloré, pero en el intento de reprimirme no pude evitar bostezar— me hace sentir solo.

 

Todo en mi interior se tranquilizo cuando el me perdono, sin embargo luego me pregunto sobre Mikuo-san — Yo no... A Mikuo-san... No tengo idea — Susurre — No se porque hice eso con él — Baje la cabeza.

 

Suspiré y miré el suelo, ¿había reaccionado bien? Ni siquiera era de mi incumbencia aquel tema pero, yo consideraba a Luki un amigo, ¿cómo no podía enfadarme por él? Sabía que Mikuo atravesaba por problemas pero eso no lo justificaba, ¿es que Luki debería haber estado con una sonrisa y decir "Pobre Mikuo, tiene problemas y sé que solo esta jugando, lo dejaré pasar". Por donde lo viera aquello no tenía sentido. Miré el reloj, faltaban cinco minutos para que el café abriera y Len aún no llegaba.

—Debo hacerlo— me quejé un poco. Tomé el traje de oso y traté de ponérmelo, me quedaba un poco pequeño ya que quedaba una parte descubierta de mis pies, suspiré, ni siquiera habían hecho uno de mi tamaño. Me coloqué zapatos del color del traje y salí a buscar al rubio—. ¡Hey Len! ¡Len! ¡No tenemos cocinero!

 

Escuchó una voz llamarme y veo a Gakupo-san corriendo con un extraño traje, mis ojos siguen rojos y no escucho una respuesta de Akita-san. Gakupo-san habla del hecho de que no hay cocinero, lo cual por momento me sorprende porque cheque mi horario varias veces y aún no me toca entrar a labor.

— ¿Gakupo-san? ¿Qué pasa? —comentó con cierta calma, intentando no llorar, intentando distraer mi mente— ¿No tienen un cocinero allá?