Habitación Evangelin Jones

Antes de entrar en la habitación puedes notar que posee una pequeña especie de tarjeta en la que está una pequeña figura de ti, pixeleada. Al entrar puedes encontrar un baño, con bloque, osea, que se puede cerrar con seguro. Esta es la diferencia entre las habitaciones de los hombres y mujeres, hahaha, ¿más seguridad? Quizás...
Además, una cama, un escritorio con su respectiva silla y en los cajones un juego de herramientas que podrás utilizar como lo desees...

En el escritorio puedes apreciar una pequeña nota blanca que dice:
>>Bienvenida, Evangelin. Pronto os saludaré debidamente, hue, hue.<<

Contenido oculto

@Liza White

 

Entré a la que sería mi habitación durante mi estancia en la academia y observé todo con detalle: las ventanas estaban tapadas y no entraba luz del exterior.

--Que extraño...--me dije dejando mi equipaje en la cama y acercándome al escritorio, donde una nota de bienvenida me esperaba.¿Quién seria el remitente?

Dejé pasar aquel detalle mientras miraba entre los cajones, y encontre un juego de herramientas, que no sabía para que iba a utilizarla. Tras echar un vistazo a todo, me recosté en la cama para descansar un poco del viaje.

 

Volví a la habitación tranquilamente para cambiarme la chaqueta y con un trozo de la lasaña en mano. Dejé mi blog y lapiz en el cajón y cierro para regresar a la cocina terminando la lasaña tranquilamente.

 

Llegué de nuevo a mi habitación tras dejar la última la cocina y me tiré a la cama para dormirme al acto.

 

Desperté horas después y miré a todos lados. ¿Cómo saber si es de dia si estamos aislados del exterior...?
Encendíl la luz y me cambié, quitándome el pijama y colocándolo ordenadamente de bajo de la almohada para mirar mi maleta aún sin abrir.

--Ains...no tengo ganas de abrirla. --dije en voz alta. La vaguéz me superaba.

Al decidir que me instalaria más tarde, y al notar que empezaba a tener hambre, decidí ir a la cocina y prepararme el desayuno y ¿por qué no? También el de los demás. Salí de mi cuarto cerrando bien y dispuesta a darles una sorpresa a los demás.

 

Llegué al cuarto y cerré la puerta con seguro para dirigirme al baño y darme una ducha. Quizás así podría quitar las miles de cosas que pasaban ahora mismo por mi cabeza. Al salir, ya cambiada pero aún sin ponerme el pijama, me senté en la cama y tomé mi blog de dibujo. Lo miré durante un rato. Solo éramos unos completos desconocidos. ¿Quién me aseguraba de que no podrían intentar matarme ahora mismo? Por primera vez, temía por mi vida.
Dejé el blog en mi cama y decidí salir dejando la puerta cerrada para ir a la cocina a beber algo.

 

Entré a mi cuarto y cerré con seguro para girarme y ver cómo mi cuarto seguía igual de cuando llegué. Yo aún sin colocar las cosas. Hmmm, habría que ponerse en ello.
Me tiré a la cama y abrí la maleta para empezar a sacar la ropa y cosas que me había traído. Abrí el armario y comencé a colgar las chaquetas, abrigos y demás. Luego me puse a meter mi calzado en el zapatero y el resto de prendas en sus respectivos lugares. Así me tiré un buen rato "entretenida".

 

Desperté con la ropa de ayer puesta aún y tirada en la cama sin siquiera haberla abierto. Me quedé dormida al parecer. Al sentarme en la cama solté un gran bostezo y me resfregué los ojos. Ahora me sentía más descansada.
Me levanté y cogí ropa de cambio, esta vez ropa más "moderna" y me fui a dar una ducha. Salí despierta totalmente y tomé mi blog de dibujo para ir a la cocina por algo para desayunar y luego a la alberca a tomar el aire y dibujar un rato.

 

Abrí la puerta de mi cuarto y me dirigí a mi armario para coger las 2 prendas que dejaría a Nix para doblarlas bien y dejar el blog allí ante el cambio de planes. Tras eso, decidí volver a la cocina cerrando bien la puerta y recorriendo los pasillos tranquilamente.

 

Caminé por los pasillos con bastante sueño y al llegar a mi cuarto me cambié y me metí en la cama para caer dormida en cuestión de segundos.

 

Me desperté de sopetón al sentir que alguien me observaba y miré nerviosa mi cuarto. No había nadie. ¿Entonces qué...? En ese instante recordé la cámara, y me di cuenta de que estaba mirándome justo en ese momento, no me equivocaba. Me levanté de mal humor y lancé mi almohada hacia esta, para seguidamente dar un portazo al entrar en el baño. Tomé una ducha, me cambié y salí del baño aún sin apartar mi vista del maldito aparato de mierda. Empezaba a hartarme que pudiera observarme todo el rato. Cerré con llave y me dirigí a la cocina para desayunar.

 

Volví en silencio de la cocina mientras todos hablaban, ya que no me quedaba nada que hacer allí, y entré en mi cuarto para estar un rato a solas. Saqué un libro y me puse a leer en la cama para pasar el rato. Tras unas horas, cuando mis ojos se entrecerraban por el sueño ya, mi ID electrónico empezó a sonar. Había información actualizada. Me levanté con pesadez y fui directa a por el aparato para comprobar de que se trataba. Al pulsar el botón, miré incrédula lo que había pasado. ¿¡Nix había muerto!?

—Esto debe de ser una broma, es imposible...n-no puede ser...—me decía incrédula y con una punzada en el pecho. —Nix...está muerta...

En ese instante, me sentía de una manera indescriptible. Al final alguien se decidió a matar, y Nix fue la primera. No podía creer que hasta hace unas horas la vi en la cocina, y que ahora ya no esté aquí. Sentí ganas de llorar, de gritar, de intentar salir de aquí, pero con todas las fuerzas posibles mantuve la calma. No solucionaría nada a parte de perder fuerzas. Decidí salir a investigar, con el ánimo por los suelos, pero con una cosa en mente: encontrar al culpable, y hacerlo por Nix.

 

Tras nuestra primera clase del juicio, entré en la habitación para ducharme y despejar la mente un rato, y después de eso fui a dormir. Al pasar las horas, desperté, ya siendo de día, aunque lo supe viendo la hora en mi ID, y comprobé con una pequeña sonrisa de que había habitaciones nuevas, y una de ella sospechaba de que sería mi favorita de toda la academia. Me cambié y fui rauda por los pasillo allá.

 

Entré a la habitación tras haber vagado un buen rato por la academia sin rumbo. No tenía sueño...no tenía ganas de nada. Me di una ducha y me cambié de ropa para sentarme en la cama y tratar de dormir, pero no, cada vez que cerraba los ojos la imagen de Alex cuando murió se me venía a la cabeza. Miré al suelo y llevé mis manos a la cabeza.

—A este paso vamos a acabar mal...—suspiré angustiada.

Tenía la concienzuda idea de que podria ser la siguiente en caer, y mis manos temblaban por ello. Mejor era salir de la habitación o me pondría peor así que decidí descargar mis emociones en los lienzos de la sala de pintura.

 

Nada más volver a la habitación me cambié y me tumbé en la cama para caer dormida de momento. Tras unas pocas horas, escuché voces y risas y me levanté muy somnolienta de la cama mirando a todos lados.

—¿Quién está haciendo tanto ruido a estas horas? —me pregunté con los ojos semicerrados y tomé un conjunto deportivo para cambiarme y salir a ver que ocurría en la planta de arriba.

 

Tras despertarme, al volver de la sala de música tan adormilada que ni me entreré de nada, me fui a cambiar de ropa y a tomar el desayuno. Volví a por mi blog al ver que un jardin estaba disponible en la tercera planta y me dispuse a ir allá a dibujar un rato.

 

Entré a mi habitación arrastrando los pies con pesadez y cerré la puerta para echarme en la cama mirando el techo. No me entraba el sueño, pero seguía con el mismo malestar de antes. Tomé el cuaderno de dibujo y comencé a dibujar, pero lo único que me salía eran raros dibujos muy parecidos a los que encontré en la sala de dibujo. Agité mi cabeza de lado a lado para alejar aquellas imágenes de mi cabeza y arrugué el papel del dibujo para lanzarlo hacia la papelera. Volví a empezar otro dibujo, pero tan solo me salía lo mismo de antes. ¿Qué me estaba pasando? Miré la cámara de mi habitación tras lanzar el siguiente papel a la papelera y me mordí el labio inferior. Los dibujos que se mostraban en la papelera, todos arrugados, eran personas cubiertas de sangre, cuchillos atravesándoles la piel, o degollados en el suelo. Todo este tiempo que estuve en la academia desde que llegué, traté de superar el tema de las muertes, pero debido al cansancio y a mi dolor de cabeza momentáneo, no dejaba de pensar en ello, haciéndome temblar, y recordando una por una las muertes de nuestros amigos fallecidos. Mi mente era un torbellino de recuerdos, ideas y sentimientos, que me hacían desear estar en casa, justo ahora que necesitábamos ser fuertes y evitar desesperarnos. Agarré el cuaderno con fuerza y lo sujeté contra mí, cerrando los ojos. Me estaba dando un ataque de ansiedad.

 

¿Cuánto tiempo llevaba encerrada en mi cuarto? ¿2...3 dias quizás? Ni yo misma lo sabía. La habitación estaba completamente desordenada: el suelo se había cubierto de blanco por la oleada de papeles arrugados que lo cubrían, la mesa manchada por las múltiples pinturas derramadas en ella, la cama sin hacer...en resumen, uno de mis arranques de ira. Me levanté de la cama con esfuerzo, al no haber comido casi nada estaba débil, por lo que pensé en ir a la cocina tan solo para coger algo para comer y volverme al cuarto, no sin antes ducharme y cambiarme. Tras hacer esto, me encaminé a paso tranquilo hacia la puerta y la cerré con la llave para dirigirme a por alimento.

 

Regresé de mi corta estadía fuera de ésta habitación y miré el lugar ya al cerrar la puerta. Decidí ordenarlo un poco, pero acabé poniéndome a hacer una limpieza general para así matar el tiempo.