Prologo. —Camina…— Me insistí. Mis manos comenzaron a temblarme, al igual que mis pies. Al llegar pare en seco ante el gran edificio frente a mí. Hoy comienzo la preparatoria en un Instituto nuevo. Hace apenas una semana me mudé con mi madre y mi hermano mayor a Greenville: una pequeña ciudad en Carolina del Sur, por el trabajo de mi madre. No soy una persona que se adapta rápidamente a un nuevo clima, panorama; a un nuevo cambio. Es muy pequeño, más de lo que acostumbro… en fin, me adentre por el terreno, pisando tímidamente. De inmediato la muchedumbre me invadió; por donde veía se encontraba la misma escena: unos hablando, riendo y bromeando en grupos. Lo típico y usual, respire hondo y seguí mi camino. Cuando llegue a la entrada, el enorme cartel me llamo la atención: “Instituto Collins”, deje escapar otro suspiro y entre. Ya adentro puedo ver que es como toda escuela secundaria, normal… Era más grande de lo que pude deducir al verlo desde afuera. Las paredes estaban pintadas de un color pardo, la poca luz le hacía juego. Los cerámicos eran de un atuel negro con diseño. Una escalera de madera de color neutro se encontraba justo a la mitad, frente a mí. Las barandas estaban abiertas desde el principio y se iban cerrando conforme a la altura. Camine unos metros más y me paré al reconocer a alguien… —Ah—. Deje escapar un grito. Un fuerte brazo me empujo y de un traspié caí de bruces al suelo. —Oh… lo siento—escuche una voz masculina. Luego vi una mano frente a mí, la tome; al pararme me encontré con el dueño de aquella voz. Baje mi mirada inmediatamente cuando sus ojos toparon con los míos. —Estoy bien, gracias—. Le digo para luego tomar mis coses e irme del lugar. Cuando estuve a metros de él, lo mire de re ojo y seguí mi camino. Tome el papel de mi saco y busqué mi habitación, es el 305C del tercer piso. Después de acomodar mis pertenencias en el amplio cuarto baje y me dirigí al salón. Ya en mi clase, me senté en el pupitre último. . . . 10:45 —Eso es todo alumnos, recuerden hacer el trabajo— el profesor finalizó la clase, el timbre del descanso había sonado. Todos los de mi clase salieron, por ultimo yo. Durante la clase la rodilla me había ardido, así que decidí ir a la enfermería. Tuve que preguntar a varios profesores para llegar. Cuando finalmente me encontraba frente a la puerta de la enfermería, mi vista se dirigió al pasillo que se encontraba a mi derecha. No veía nadie entrar o salir de ahí. Caminé, tenía curiosidad de ver que había. Lentamente me adelante más y más, cuando doble a la izquierda pude escuchar un murmullo casi inaudible, mi instinto me decía que salga corriendo, que me aleje… pero mi curiosidad no me lo permitía. Fue más fuerte, así que seguí el sonido, este me llevo a una especie de laboratorio donde pude escuchar mejor la conversación. La puerta se encontraba entre-abierta; entré, me fue fácil esconderme detrás del escritorio del profesor que solo se encontraba a unos dos metros de donde estaba yo. No me escucharon… —Esto está mal. No podemos permitirlo. —No, aún no podemos hacer nada. Quedémonos quietos. —Ihan, no podemos. Una de ellos esta acá, ¿Qué si nos descubrieron? — Oí, pude percibir a tres ¿De qué hablaban? Mi curiosidad no dejaba que me fuera. —Shh— silencio alguien, ¿Me habrán descubierto? —No hables. Mejor vámonos de este lugar. —Alexander, ¡Necesitamos esto! —Anthony… seguimos después. Vamos. —Vamos. —Alex… —¡Que nos vamos, maldita sea! —. El último gritó. Parecía estar nervioso, ¿Me descubrieron? Salieron los tres, uno detrás del otro. Un castaño, un morocho y un rubio… Espere unos minutos y no volvieron, salí de mi escondite. Empecé a mirar el lugar, parecía que el laboratorio no lo usaban ya que estaba en completo desorden y con demasiado polvo. Salí con cuidado, camine tratando de parecer lo más normal posible. Iba con dirección a mi salón cuando me cruce con los tres, estos me miraban… fijamente. Baje la cabeza y a paso apurado evadí las miradas… no soy una persona que admite sus errores, pero en este caso… juro que me arrepiento. Maldita curiosidad. Estos tres me descubrieron.
interesante, sera ella uno de esos 3? que iran a hacer ellos con ella? de que hablaban? , haber si estas preguntas son respondidas en el siguiente capitulo, dialogos bien y no veo faltas.
Capítulo 1 Ayer no fue precisamente el mejor “primer día de Instituto”, me siento aún avergonzada. Doy gracias a Dios que no me eh cruzado con esos tres, que no me hayan reclamado por estar espiándolos… es, probablemente, lo más estúpido que eh hecho en mi vida y eso que eh echo estupideces, y en ninguna me han sorprendido con las “manos en la masa”. Me encuentro en el salón de clases, en la hora de Ciencias. No puedo despegar mis ojos de la ventana, un hermoso día está detrás y yo acá. Escuché la puerta abrirse, alguien llegando tarde… —Joven Wells ¿Le han hablado acerca las llegadas tardes? —Lo siento. —Bien, siéntese. Logré escuchar eso, mi atención estaba completamente centrada en una pareja de pájaros en un árbol. Sentí unos pasos cerca, no le di mucha importancia. Cinco segundos después el asiento al lado de mi mesa se corrió, mire distraída y de un re-ojo me encontré viendo el perfil de un chico. Bien. Volví mi vista al paisaje. Me basto unos cinco segundos para congelarme completamente, no puedo verme, pero sé que mis ojos están abierto sobrehumana mente… di, involuntariamente, vuelta mi cabeza y dirigir mi mirada nuevamente al perfil. Quería confirmar mis sospechas, pero cuando lo hice me encontré directamente con unos ojos negros. —E-eh — un tartamudeo me salió de los labios. Pude notar una sonrisa por parte de él, ¿Qué le causa? Bien, hora de inventar una excusa. El profesor nos interrumpió advirtiéndonos de sacarnos de la clase. Primera vez que agradezco inmensamente que me llamen la atención. Baje la cabeza y no lo mire en todo lo que restó de la clase, no me iba a salvar… pero al menos un poco de tiempo estoy sacando. El timbre de cambio de hora sonó, me tocaba Lenguaje. Agarre mis cosas rápidamente y salí a toda prisa de ahí, un alivio enorme se me hizo presente cuando entre al salón de clases. La hora próxima fue bastante tranquila y aburrida. La profesora se presentó y todos los hicimos también, lo usual. . . . —Bien, pueden salir. No olviden leer el texto, nos vemos chicos —. Se despidió la profesora cuándo el timbre del descanso sonó alrededor de las diez y media. Tome mi cuadernillo y unos libros y salí, deje todo en el casillero. —Hola— alguien me hablo de atrás. Di un leve salto, me di vuelta y me quedé atónita. —¡Aarón!— le grite y salte a abrazarlo. Hace tiempo no lo veía. Les explicaré, él es mi amigo de infancia. Él fue a quien reconocí el primer día en las escaleras antes de que ese chico me empujara. —Emily…— me dijo separándose, acomodándome un mechón de pelo. Le sonreí y él hizo lo mismo. Lo abrace nuevamente, me hacía falta. —¿C-cómo?… —No me lo preguntes. Yo no lo sé— me calló antes de que terminara de preguntarle. Me separe de él entre risas. —Pensé que te habías ido a New York con tu familia. —Fue así, estuvimos allá por unos dos años. Luego mis padres se separaron y… vine a vivir acá con mi padre. —Oh…— me sentí mal por él. Pero era sabido, ellos se peleaban mucho. Cuando su padre consiguió un buen trabajo en New York se fueron. Yo tenía alrededor de once años. —No, está bien— parece que me leyó la mente. Lo mire y esbozo una sonrisa la cual yo regrese—No importa. —Bueno… cambiando de tema, ¿Cómo te ha ido? ¿Hace cuánto que no te veo? —Casi seis años. —Wo… mucho. —Me ha ido bien. Sin quejas— me sonríe. Caminamos por el pasillo hasta salir a fuera, paramos cerca de un árbol. —Tu turno. Cuéntame que has hecho todo este tiempo. —Eh, nada interesante. Lo usual, creo—dejo escapar una risa y no sé por qué me rio. Continuamos la charla, me contó acerca de él y yo le conté el por qué estoy en GreenVille. El timbre sonó y nos fuimos cada quién a su salón. Debo admitir que me sorprendió verlo y también me alegro mucho, ahora tendré alguien para hablar y bromear… . . . —16:57—me dije a mi misma al mirar la hora en mi móvil. Acabo de salir de la clase de Biología, es a última hora, la jornada terminaba por hoy. Estoy caminando hacia mi habitación, doblo uno a la derecha, no llegue a hacer cuatro más que una extraña mano me empujo dentro de una habitación. Caí al suelo una vez que me soltó, cielos que fuerza. Me sobe un poco el codo, me lo había golpeado al caer sobre él. Mire hacia arriba con una mueca de dolor. —Levántate— Me ordenó el que estaba parado frente a mí. —Gracias, que amable— le respondí con evidente sarcasmo. Me levante y me sacudí. —Antes de que hables…— me calló. Justo cuando abrí mi boca para decirle lo primero que se venía a la mente, me calló. —Debo de advertirte una cosa: Ten cuidado en donde estás y sobre todo, que escuchas. Parpadee unos minutos, en completo silencio. Una ola de nerviosismo sentí, no supe que decir. Estoy a-ca-ba-da. —E-h…— tartamudee, ¡Estúpida! Sabía que me habían descubierto, maldigo mi curiosidad. La maldigo, la maldigo… —Admito que nunca vi a alguien escabullirse de esa forma. Mierda, estoy más avergonzada que nunca en mi vida. Encima se está riendo en mi cara, ¡en mi cara! Cielos, será mejor que hable… —Oh, em…— sonreí avergonzada. Ahora mismo parecía una niña que acababan de atrapar haciendo una travesura —, sobre eso… lo siento. —¿Solo me dirás eso? — y soltó una sonrisa burlona. Fruncí el ceño… —¿Qué más quieres oír?— alce los brazos molesta y luego los cruce —Fue una estupidez, nada más. Si te preocupa qué oí te informo que nada. —¿Debería ser yo el enojado? Pero bueno, está bien. Escuche lo que quería saber…— se levantó de la mesa sin quitar la sonrisa. Lo seguí con la vista, paso por alado mío. Cuando creía que se había ido, sentí su aliento en mi oído —“La curiosidad mato al gato” — abrí mis ojos, lo escuché reírse. Luego la puerta se abrió —Por cierto, me llamo Ihan… un placer Emily— enfatiza mi nombre. Me dejo perpleja, ¿Cómo sabía mi nombre? ¿Quién se lo dijo? Al minuto reaccione dándome vuelta, pero no estaba. Dejo la puerta abierta. Salí del cuarto y me fui corriendo al mío. Al entrar mi compañera me miro extrañada, pase de largo y fui directamente a la ducha. Debo analizar lo que sucedió, el agua tibia puede que ayude. . . . Me quedé viendo el techo acostada. No puedo dormir, di unas doscientas vueltas en mi cama y no consigo pegar un ojo. Comencé a recordar lo que había sucedido, en como el idiota ese se burló de mí. Me salió un gruñido y me tape la boca rápidamente, no quería despertar a Amy: mi compañera de cuarto. Me di vuelta mirando a la ventana y cerré los ojos, obligándome a dormir. Inconsciente mi respiración comenzó ser pesada y mi cuerpo se relajó hasta el punto de quedar completamente dormida, aunque mis sentidos aún estaban despiertos. —Emily. La voz de alguien llamándome al oído hace que me despierte abriendo mis ojos de golpe. Me siento y comienzo a mirar todo a mí alrededor, buscando el dueño de aquella voz. No hay nadie, no veo a nadie… luego de tomar aire, me siento en la cama. Un escalofrió recorre mi cuerpo. —Emily. Me giro de golpe, puedo jurar que alguien estaba detrás de mí, justo frente a la ventana. Alcance a ver la sombra. No puedo parar de jadear y siento la garganta muy seca. Las manos y los pies no me responden. —Necesito agua —. Me susurré, me levanto y me dirijo a la pequeña heladera que está a unos metros de mi cama. La abro y saco una botella de agua y bebo. El frio liquido baja por toda mi tráquea disminuyendo el ardor. Me acosté nuevamente, dude unos minutos en cerrar mis ojos, pero al final el sueño me ganó.
Bueno, me intriga saber exactamente el significado de la conversación que nuestra protagonista escucho. Por cierto, no creo que el prólogo (que va con acento), sea un prólogo, se me ha figuró más como una introducción o el primer capítulo, pero bueno. Más que faltas, he notado que te equivocas en varáis palabras, cambiando las letras. Por ejemplo: el eh, es una expresión como de sorpresa. El he es que quería utilizar en esta oración: “Doy gracias a Dios que no me eh cruzado”. :D Te faltan acentos en varias palabras. Esbozó Alcé Frío Miró La historia creo que va algo rápido, pero también algo lenta, tal vez solo sea mi imaginación. Bueno, se lee interesante, así que esperare la próxima actualización, para saber qué es exactamente lo que sucedió con ella al final, ¿de quién era esa voz, esa persona?
Me encuentro en clases. Son apenas las diez de la mañana. Hoy tendría Matemáticas, luego Biología, después Lenguaje: dos horas. Ciencias por penúltimo y Arte a lo último. Hace una hora siento que mi cabeza explotará, parece que mi cerebro esta en cuenta regresiva por que hace varias horas escucho lo mismo: Tic, tic. Falta una eternidad para el descanso, quiero dormir. Anhelo acostarme, estar debajo de mis sabanas. Por Dios santo, me siento fatal. —Profesora— la calle a medio discurso. No aguanto el dolor —, necesito ir a la enfermería. Me duele demasiado la cabeza y el estómago. —Está bien, ve. Salí de la clase a paso lento. Unas punzadas me hacer retorcer cada siete pasos. Camine como pude murmurándome lo mismo: “— Va a pasar y solo debo concentrarme en llegar—”Cuando llegue a la bendita escaleta paré y la miré con dolor —¿Qué eh hecho para merecer este castigo? Comencé a subir parando cada dos segundos. En unos minutos más ya no puede, el dolor me domina y me comienza desespera, ¿Por qué rayos ponen una maldita enfermería en el tercer piso? ¿Quién fue el genio? Dios, Dios, Dios, ayúdame. —¿Necesitas ayuda? — alguien me preguntó detrás de mí. No diré que no me sorprendió, porqué mentiría —Gracias Dios— Gire un poco sin dejar de sostenerme la pansa. Y me encontré con el rostro de Ihan. Cuando iba a hablar una punzada en la cabeza me hace escapar un gruñido… un hospital, un médico, algo. —Sí, la necesito. Me apresure a decirle, tenía mi mano en mi cabeza e inconscientemente una lagrima resbaló por mis mejillas. Me senté en un escalón, luego él dejo ver su mano frente a mí incitándome a pararme; la tome y me levanté. Unos segundos después sentí como me empujaba hacía adelante, me deje. Mi cabeza aterrizo en su firme dorso… Si, me encontraba en la espalda de Ihan. Una sonrisa se me escapó, nunca en mi vida me hubiese imaginado esta situación con alguien como él. Un “chico bonito” con todas las letras. Lo siguiente fue algo como esto: La vos femenina de alguien chocó contra mi oído, parece que me preguntaba algo… no sé exactamente que fue. Luego sentí algo suave y pesado arriba mío, más voces y luego todo oscuro. Sí, me quedé dormida. . . . —¿Cómo está? —Está bien, cuando se despierte la revisare. —Gracias Esther. —De nada. Puedes quedarte unos minutos, luego tienes que irte. —De acuerdo, muchas gracias. La conversación me despertó. Me moví un poco molesta y luego abrí mis ojos. Cuando mi vista se hizo más clara me encontré con un techo de color blanco, mire a mis costados y habían camas. No me tarde mucho en deducir que estaba en la enfermería. —Aarón —Llame a mi amigo sentándome. Me costó al principio reconocer su voz, pero lo logré. Él se acercó con una expresión de preocupación. —¿Cómo te sientes? — me pregunto ya a mi lado. Se sentó en la cama de al lado. —Bien— Le respondí acomodándome el pelo en una coleta alta. El dolor de cabeza se me había ido pero aún sentía una molestia en el estómago. —¿Cómo supiste que estaba acá? — le pregunte con curiosidad. Me miro risueño. —Te busqué en tu clase, pero no estabas… así que le pregunte a la profesora y me dijo que te habías ido a la enfermería y… bueno, aquí estoy— se encogió de hombros sin quitar su expresión. Negué con la cabeza divertida y le sonreí. Me destape y me senté frente a él. Me puse las zapatillas, acomode un poco el uniforme y me pare lista para irme. Le agradecí a la enfermera y pase por delante de Aarón y él me siguió. Cuando iba a abrir la puerta esta se abrió de golpe y luego una voz se escuchó. —Veo que estas bien—Ihan me dice posando sus ojos a Aarón. Una sonrisa divertida se forma en sus labios. Confundida vi el rostro de Aarón, estaba serio… muy serio, ¿Se conocen? —Vamos— Aarón toma mi muñeca arrastrándome lejos del lugar sin antes empujar a Ihan. El solo retrocedió unos pasos, cuando se detuvo paso su pulgar en su labio inferior y rio. No hice nada, solo me deje hacer. Cuando bajábamos las escaleras me detuve con el ceño fruncido… estaba lista para el ataque. —¿Qué fue eso? No me diste tiempo a agradecerle por llevarme a la enfermería, Aarón— le espeté molesta. —¿Qué? — Frunció el ceño —¿Él te llevo? —Sí, él me llevo. Suerte que vino por que no hubiese llegado a la enfermería. —No te acerques a él, por tu bien. —¿Por qué? ¿Me escondes algo? —Emily— digo mi nombre a modo de ruego y resoplo después. —¿Lo conoces? — —No, Emily. No lo conozco— Me respondió luego de una breve pausa. Sus ojos me decía lo contrario, lo conozco demasiado como para no darme cuenta de cuando me miente. Rodeo los ojos molesta y parece que se dio cuenta. Se acercó a mí y me abrazo sorprendiéndome. —Emily… solo no te acerques a él. Prométemelo— me dijo casi en susurro. Asentí sin querer, la verdad es que ahora me intriga más, ¿Por qué se miraron de esa forma? Sentí la tensión entre ellos, parecían desafiarse con la mirada. Algo pasa y quiero saberlo. Se separó de mí, me sonrío y se marchó. Hice lo mismo, me fui del lugar. Fui al salón, tomé mis cosas y me dirigí a mi habitación, hoy me saltare algunas clases… tendré que pensar algunas cosas y lo extraño de todo esto es que desde que llegue a este bendito instituto, pienso. Hoy hace un mes que estoy en el Instituto. Desde que pise el suelo de este edificio me pasan cosas que no entiendo. En primer lugar, nunca pensé que encontraría a Aarón aquí o que Ihan me hablara, más aún, que me brindara su ayuda. En segundo lugar, esa extraña voz. No la eh vuelto a escuchar, pero cada vez que estoy en mi cama me da la sensación que alguien está justo frente a la ventana. Y en tercer lugar: ¿Aarón e Ihan se conocen? siento que algo está pasando detrás de mis espaldas o frente a mis ojos… y no me doy cuenta. “Hay gato encerrado” en todo esto, lo sé. Tengo preguntas que necesitan ser respondidas…
Pues sí que es extraño, ¿qué es exactamente lo que le sucede a ella? ¿Qué o de quien es la voz fémina que tanto escucha? ¿Será algún ente dentro de ella? Esa duda me carcome jijiji. Ahora otra duda me saltó encima, ¿qué sucede con Ihan y Aarón? *-* yo también. Note faltitas, aunque creo que no fueron tantas. Es callé, con tilde. A mi parecer se hubiera escuchado más decente, que dijera: “la interrumpí…” Y pues nada, espero el próximo capítulo. Pero antes, citaré algo que estoy en total de acuerdo con Emily. Ya somos dos :D Hasta la próxima.
—Emily. —¡Déjame! ¿Qué es lo que quieres de mí? —. Le grité a aquella voz. Me encontraba en un pasillo estrecho y oscuro. Apenas se podía ver cuán largo era. Quise correr pero esa vos me detuvo cuando lo intenté… esa voz ronca y sombría. Vi a mí alrededor, estoy a ciegas. Mi respiración es más pesada, siento que me desmayaré. Me sostengo de algo, comienzo a temblar. Siento a alguien detrás de mí, a solo centímetros de mi espalda. —Tu sangre. Un estruendoso ruido me despertó de la pesadilla, abrí de golpe los ojos y me levanté e intente respirar, mi jadeo me quitaba el aliento. Acomodé un poco unos mechones que estorbaban mi vista y miré todo a mí alrededor. Vi a mi compañera que se encontraba en la ventana en camisón. Mire el reloj, 9:24. —¿Qué fue eso? —le pregunté una vez que pude respirar. Ladeo un poco, me miro; parpadeo unos minutos. —El incendio parece—me informó luego de una pausa, como si fuera obvio. —¿Qué incendio? —Le pregunté algo confundida. —Parece que algo exploto en el edificio de al lado— me informo y volvió su mirada a la ventana. Me levanté para tomar un poco de agua. —Esto se está poniendo peligroso—. Dijo a voz alta, la miré. Por como tomo su saco y me miró supe que era más serio. Hice lo mismo. Fui a mi armario y me puse una campera de lana de color azul claro arriba de mi pijama que consistía en una musculosa blanca y un pantalón de algodón color gris. La seguí hasta la sala principal del Instituto. Nos encontramos con todos en pijamas, expectantes. —Alumnos— La voz del director Clapton interrumpió la charla a muchos —, el edificio para masculinos acaba de incendiarse por motivos que aún desconocemos. Les pedimos qué salgan del lugar en orden y en breve daremos noticias. Gracias— finalizó, la muchedumbre comenzó a salir. Empecé a caminar. Sentí un escalofrió y una sensación que no puedo describir, mire hacia atrás y me encontré con lhan Wells, sus ojos negros chocaron con los míos. Me quede viéndolo, parecía sonreírme. Estaba apoyado en la baranda, con ambas manos en el bolsillo. Luego de algunos minutos comenzó a bajar las escaleras dirigiéndose a mí sin quitar la sonrisa. —Todos…— Me dijo dejando la palabra al aire, no comprendí. Le mire confundida. —deben salir. —Supongo—. Le contesté. Él rio y luego paso de largo. Me di vuelta y me dirigí al patio del Instituto. Me acerqué a la gran multitud y escuché. Un bombero dijo: “— Fue producto a una falla de la electricidad en la habitación 123D. Se quemaron un total de tres habitaciones por lo mismo. —” a voz alta. Luego el director Clapton dijo: “Por precaución decidí que los alumnos deberán regresar a sus casas hasta el Viernes, un total de dos días. Verificaremos los sistemas de electricidad por prevención a otro incendio. Los alumnos del 122D, 123D Y 124D por favor deben hablar con migo en mi oficina. Llamaremos e informaremos a cada uno de sus padres, sin más nada que agregar, les pido que desenchufen artefactos eléctricos de sus respectivas habitaciones; empaquen y esperen a que sus padres vengan por ustedes.” Todos hicieron lo dicho, yo igual. Empaqué y desenchufé todo lo conectado a la electricidad. La verdad es que mi madre no podrá venir a buscarme, igual mi hermano. Pues, ella trabaja y él está en la Universidad. De todas formas mantengo cierta esperanza. Las horas pasaron y mi compañera fue la primera en irse. Era pasada de las once y nadie venia, eso significaba que no me iría a casa. —Señorita Scott— Me llamó el director entrando a la habitación. Lo sabía. —Tu madre me ha dicho que no podrá venir a recogerte hasta la tarde. Te pido que no enchufes nada. —Gracias Director Clapton. Le agradecí y luego se marchó. Bien, al menos podré irme. Me cambié (puesto a que aún tenía el pijama) con unos shin ajustados de color gris y una remera blanca, con unos zapatos bajos del mismo color y la misma campera de lana anterior. Ya peinada, tome mi laptop me dirigí al patio, el hermoso y enorme patio. Me senté debajo de unos árboles, prendí la laptop y comencé a escribir una especie de diario íntimo. Confío más escribirlo en la laptop que en un cuaderno. Luego de estar varias horas sentada afuera, finalmente apague la computadora para irme a mi habitación. No tenía hambre, así que iría a dormir un rato y luego esperar a mi madre. Me dirigí por la puerta principal. Subí las escaleras y luego caminé. Tarde algunos minutos en llegar, me saqué las zapatillas y me tire en la cama, solo al tocar la almohada caí dormida. Me desperté cuando golpearon la puerta. Me levante algo dormida, mi vista estaba algo nublada; estaba consiente. Cuando la abrí un rostro desconocido está a solo centímetros del mío. Luego todo negro. . . . Despierto en mi habitación, en mi casa. Lo más extraño es, ¿Cómo rayos llegue? ¿Qué paso? Mejor dicho, ¿Qué me paso? ¿Quién era? ¿Por qué me sonreía de esa manera? Me dolía fuertemente la cabeza, me la sobe. Me levante de la cama algo mareada. Abrí la puerta de mi habitación y me dirijo a la cocina a paso lento. Mi madre no estaba ahí, grito: “¡Mamá, ¿Estás?!” pero no hubo respuesta, quizá se halla ido. Bien, analicemos: una extraña pesadilla. Una explosión. Luego un incedio en donde tres habitaciones quedan en cenizas. Todos deben irse. Me iba a la tarde. Dormí. Me despertó unos golpes en la puerta, luego una cara. Una sonrisa y luego todo negro. Después en casa, ¿Qué mierda? En fin, esto no puede ir mejor. Agarre un pedazo de pastel que había en la heladera y me lo comí. Miré un rato televisión mientras me devoraba el pastel y después subí a mi habitación. Crucé por al lado del cuarto de mi madre, la puerta estaba algo abierta, entonces entré. No estaba, solo había una caja en su cama. La abrí, dentro habían muchas fotos familiares. Mi hermano en cada paso de su vida, mi madre en su casamiento, embarazada, mi padre, mis abuelos; pero no encontré ninguna foto mía. Curiosa revisé en su armario, desacomode un poco la ropa doblada al sacar un álbum. Se me cayó al suelo, lo agarré mal. Al levantarlo una carta cayó desde el interior, ¿Qué es? Lo levante. Dejé el álbum al lado de la caja, y abrí la carta: Ya te eh dicho todo lo que debía, no hay más. No insistas. Cuida bien de la niña. No puedo asegurarte nada, pero sé que pronto nos volveremos a ver. Damián.C
Por un momento me confundí, pero ya todo está mejor. Al parecer el incendio ocurrió en los edificios donde ella y su compañera comparten departamento, eso fue lo que pensé, pero es el instituto. Es que el capítulo anterior termino diferente, pero bueno. Aún sigo con la intriga de saber esa voz, ¿sangre? Me sorprendió escucharlo, ¿qué o quién es? Y definitivamente estoy algo… no sé ni cómo decirlo xD Es raro, ¿Qué es ella? ¿Quién es ese Damián? —por cierto, lindo nombre :D— ¿Es algo así un experimento? Pienso que la conversación que escuchó de esos chicos, anteriormente, tiene que ver con ella, ¿pero cómo? ¿Ellos saben que es ella? Tal vez ni siquiera lo sea. Bien, espero el próximo capítulo y de verdad, algunas respuestas sean dichas. Todavía, ¿Qué sucede con Ihan y Aarón?
Desde que empezó el fic y viendo el título ya me imaginaba para donde iba todo esto, claramente estas haciendo un fic sobre vampiros y seré honesta, ya estoy bastante harta de ellos... Al menos de estos vampiros modernos que dejan en total verguenza a sus predecesores :l , aunque no he visto ninguna melosidad en estos capítulos estoy casi segura de que habrá mucho romance, solo hace falta ver al chico ese. Sin embargo me gusta el giro de suspenso que le diste en esta ultima continuación, aunque me gustaría que fuera algo mas interesante que el que ella sea una vampira, pues aunque no dejaste nada en claro, es bastante posible que sea eso. Si no hay fotos de ella en su infancia, ni fotos de su madre embarazada u algo así, solamente nos da la idea de que la adoptaron sin que se diera cuenta y han tratado de darle una vida normal sin que ella este consciente de su propia "naturaleza. Si no acerté entonces que bueno, y tampoco digo que cambies toda tu historia. Pues yo solamente estoy dando mi opinión y lo que quieras escribir entonces está bien. Es tu historia, pero también aprovecha los recursos que tengas y dale mas cuerda a tu imaginación, dale emoción y giros inesperados.Por que muchas veces una historia con una trama demasiado vista puede llegar ser impresionante con un desarrollo bien elaborado, solo depende de ti como autora. Te diré que tu narración no es mala, pero tienes bastantes errores. Mas que nada con los tiempos, narras en pasado y de repente escribes en presente. Eso causa confusión y se ve muy mal. Decídete por cual tiempo te irás y quedate en ese, hay algunos tutoriales aquí en el foro que pueden darte muy buenos consejos para mejorar la narración. Tambien tuviste bastantes errores con la puntuación, palabras mal escritas y te faltaron muchas tildes. Eso me da la impresión de que escribiste todo muy rápido y no revisaste los capítulos mas allá de los errores que te permitió corregir el word. Ten cuidado con eso. Si quieres luego puedo señalartelos, pero supongo que podrás revisarlos tu misma n.n. Volviendo con la trama, tengo una pregunta. ¿En el incendio nadie salió herido?, se supone que todos estaban dormidos, o mas bien levantandose, entonces si se produjo una explosión grande y fué en los dormitorios de hombres me parece casi imposible que no haya ningun herido o muerto. Todos salieron muy tranquilos. Yo esperaba algo de pánico :l. Y ese tal Ihan luego se nota que no es una persona común y corriente, y me da la punzante impresión de que él se volverá el galán de esta chica. O tendrás un romance quien sabe e.e... la protagonista siempre se enamora del chico malo xD. Otra cosa es que el amigo, Aaron está mas que enterado de todo e_e. Es más, ¡a lo mejor el también es un vampiro! >:c. Bueno, mejor me espero a que continues la historia xD. Espero que mi comentario te haya servido un poco. Seguiré pasandome por aquí, saludos n.n.
—¿Quién es Damián? ¿Por qué está carta la tiene mi madre? —Pregunté en voz alta. Sorprendida. Luego de un rato —no sé cuánto tiempo paso exactamente—, guardé todo… pero la carta no. Después de debatirme si debía o no. Al final, opté por quedármela. Tuve el presentimiento de que hay algo detrás y que, de alguna forma, me involucra. Mi madre no llegó hasta sino después de la media noche. En ese momento estaba en mi cama dando vueltas pensando en la misteriosa carta e inevitablemente en Ihan y en Aaron. Mi madre entró en medio del debate y para evitar una charla —y mi curiosidad—, me hice la dormida. No lo notó y se fue minutos después. Al día siguiente todo fue normal. No le mencioné a mi madre sobre la carta, solo fingí normalidad y tranquilidad. Estuve en mi habitación durante toda la tarde sumergida en mis pensamientos, por unos momentos me quedé viendo fijamente el techo como si éste me diera las respuestas a mis preguntas y luego crispé cuando caí en cuenta que por más que la busqué, no la encontraría. —El misterio puede hacerme enloquecer—. Pensé. —Hija— mi madre me llamó dando leves toques a la puesta. —¿Qué sucede? — le dije. Ella solo entro vestida con su uniforme de trabajo. —Iré al trabajo. Te dejé dinero en la mesada de la cocina… no vendré hasta mañana. —De acuerdo. Suerte. —Gracias, cariño. Chau—. Me tiro un beso al aire y se fue. La tarde pasó rápido, no tuve noción del tiempo en mi habitación. Cuando me di cuenta la noche ya había caído. Me bañe, cene y luego me quedé viendo una película en la sala. Cuándo estaba a punto de terminar llamaron a la puerta. Algo confundida abrí y me encontré con Aaron. —Ey, hola— me dijo despeinándose el cabello con una sonrisa. —Aarón, ¿Qué haces? — le dije confusa —¿Cómo supiste mi dirección? —Contactos— me respondió sin pausa. Sonrió divertido. —Sabes que te expulsarán si se enteran— le dije sonriéndole. El solo se encogió de hombros. —Fue por una noble causa— puntualizó —Oye, ¿No piensas dejarme pasar? —Oh. Claro… pasa. —¿No te asusta? — me preguntó sentándose en el sillón de la sala. —¿Qué cosa? —Digo, esta todo obscuro y al parecer tu madre no está. —No. Sola estoy mejor— le dije dándole un vaso de gaseosa y luego me senté a su lado. —Emily— me llamó. —Mmm… —¿Estás enfadada? —Un poco. Sabes que odio que me oculten cosas, en especial tú. —Lo lamento— lo miré y pude ver su sinceridad. —Puede que te perdone si me cuentas que pasa, ¿Qué tras contra Ihan? —Solo me cae mal. —No me mientas. —Em… —Ves. Eso me enfada, ¿Por qué no quieres contármelo? — le interrumpí con enfado. El solo suspiro. —¿Te acuerdas de aquel día en que me escapé de mis padres para jugar en tu casa del árbol? —No cambies de tema, Aarón Nathaniel Miller— le espeté. —¿Te acuerdas? — me insistió mirándome a los ojos. —Sí, me acuerdo— le respondí rendida. —Ese día me di cuenta de una cosa… —¿De qué? — le pregunté con curiosidad sin quitar mis ojos de su rostro. —De que te amo… —… no juegues. —Emily, no quiero que nada te pase. —Aarón— me interrumpió con un beso en la frente, sentí su respiración agitada. Sus manos estaban en mis mejillas. Pude sentir que lentamente, como marcando una línea, bajo a mis labios dejando los suyos a una corta distancia. Esperando mi respuesta. No, eso no. —Aaron— le dije para que pare. El solo sonrío. —De acuerdo— entendió el mensaje. Se separó y luego se levantó —Lo siento. Te veo luego. —¿Solo vienes para eso? Aaron no te has tomado la molestia de entrar a la oficina del director a revisar mi ficha solo para esto, ¿Qué sucede? —Me conoces… —¿Qué pasa? —No. Déjalo, nos veremos el lunes… —Aaron. —No. Olvídalo, buenas noches— me sonrió con pesar, pude notarlo y me sentí mal. La verdad es que no sabía cómo tomar lo que me confesó. Es cómo mi hermano mayor… . . Lunes. Ese día las clases fueron normales. Aunque no pude concentrarme en ninguna, mi mente pensaba en Aarón… en aquella escena. Sacudí mi cabeza millones de veces pero la imagen de sus ojos no desaparece de mi mente. Cuando el timbre de descanso sonó salí rápido a buscar a Aarón. No lo encontré por ningún lado, necesitaba hablar con él. Necesitaba disculparme. Sabía que había actuado cómo el que me amará me daba completamente igual. —Emily debe de desaparecer. Escuché alguien decir eso, paré inmediatamente cuando las palabras se volvieron más clara en mi mente. Te traerá problemas. Lo sabes. —Alex no, aún no. No sabemos si ella lo sabe o no. El hacer eso puede significar nuestro fin, piensa. —No, no. ¡El que ella siga respirando significa nuestro fin, Anthony! Si él sabe que ella aún está viva se desatará la muerte para todos. No puedo, no. Debe morir, ella debe de desaparecer cómo tuvo que haber desaparecido hace diecisiete años. No puede, ¡No! —Hay tiempo, aún. Un maldito año más, solo aguanta. —No, ahora o nunca. John no tardará en darse cuenta de que aún vive, ¡No esperaré más! —¡Que no maldita sea! No morirá, no. —¡Cállate Ihan! Cierra la boca. Sabes muy bien que su existencia es gracias a tu piedad y a nuestra ayuda. —Alex, no. No morirá. —¡OLVIDALA! ¡YA DEJALA! —¡No! No dejaré que muera. —¡Dejen de discutir! Alguien puede escuchar. —¿Elijes su vida por encima de la tuya? ¡TE VOLVISTE ESTUPIDO IHAN! —Elegí su vida por encima de la mía desde el momento que descubrí quién era. No dejaré que esto terminé de esta manera. En ese momento quedé inmóvil, sin habla y no sabía que procesar o pensar. Muchas preguntas vinieron a mi mente. Solo quedé hay, quieta y mirando al suelo. —Shh…— una mano tapo mi boca y unos brazos me empujaron hacía atrás arrastrándome. Yo solo me deje aún con el shock. No te das cuenta de quién eras hasta que lo descubres. —Emily— escuché a Aaron llamarme pero no le respondí. Estaba perdida, traté de procesar todo. ¿Por qué quieren que muera? ¿Quién soy? ¿Por qué Ihan me conoce? ¿Qué sucedió exactamente hace diecisiete años? ¿Quién ese “él”? ¿Quién es Damián.C? Imposible, nadie puede responderte. Preguntas que me comían el cerebro. Y por primera vez en mi vida dudé de todo: de mi madre, de mi hermano, de mi padre, de mi existencia y el por qué me encuentro en Greenville.
Holap, bueno, a decir verdad me dio un poquito de desánimo el comentario de Nightfall :( Solo por el simple hecho de que comentó la palabra “vampiro” —cree que es de ese tipo. ¿Lo es? Es que siendo totalmente honesta no me gustan los vampiros, no pelis, no libros, no escritos, pero bueno, que va, seguiré con la historia y veré que tal. Bien, noté que este capítulo decayó un poquito. A mi parecer le faltó narración, más descripción en el momento donde Aarón se le declara y le da el beso, la manera en que ella se siente no me resulto muy… grata (?), como que se me hizo muy plano ese momento, cuando debería ser impactante o algo así. Tiene mucho diálogo y no es que sea malo, es solo que a veces harta leer solo dialogo. También noté faltas ortográficas, más que nada en los verbos en pasado y un "él" sin acento también, unaque este últimi creo que fue una equivocación. Cuando un personaje está gritando muy fuerte o está enojado, no es necesario escribir las letras en mayúscula. Tan solo se describe cómo fue que menciono eso. Bien, fuera de eso, tengo las mismas preguntas que la misma protagonista, espero que muy pronto se respondan.