Venganza Amorosa (SasuHina, ShikaTema, SasuSaku, GaaMatsu)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por Salem, 11 Diciembre 2011.

  1.  
    kaname Sabaku No

    kaname Sabaku No Entusiasta

    Aries
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    KIBA? aaaaaaaaaaahhh !!! el drama cada vez me mata más y mi mente dice: "MÁS MÁS MÁS" ok, no es para tanto.
    La cosa es que sería bueno ver una relación entre Hinata y Kiba, osea me lo imagino, pero me gustaría leerlo. No sé si me explico.
    Estaba taaaan ocupada asimilando lo que iba sucediendo que se me fue revisar faltas, pero por lo que leí no vi nada mal.
    Sin duda la trama es perfecta, me envuelme y me deja metida en el tema.

    Ahhhhhh, Shikamaru, Shikamaru! Yo de él espero que halla tenido varias novias porque es tan apuesto; baba, pero no Shiho T___T, es como odiosa, muy cargante jajajajaj xD
    Temari, aah amo esa mujer, es taaaaaaan ELLA. Su caracter es único. Sin duda SHIKATEMA ES LO MEJOR DE LA VIDA!

    Bueno después de desahogarme te dejo tranquila ._.
    Espero que me avises cuando tengaas la contii, estoy anciosa!!
    Un beso querida!! (:
     
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  2.  
    uchihaforever

    uchihaforever Iniciado

    Leo
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    hola!!!
    no se porque no me habia pasado por aqui antes!!!
    tu historia es increible y me dejas con muchas dudas y ganas de leer mas, tu narracion es tan buena que me puedo imaginar todo lo que escribes y la ortografia tambien, en fin todo es genial, me encanta tu historia y esperare el proximo cap
    sayo!!!
     
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  3.  
    Salem

    Salem Vieja sabrosa

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    Venganza Amorosa (SasuHina, ShikaTema, SasuSaku, GaaMatsu)
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    Perdón por la súper demora. Mis vacaciones no me permitieron subir el cap. Espero que les guste este.
    Capítulo 6





    —¿Has logrado reintegrarla, Sasuke? —preguntó un voz en la oscuridad. Se dirigía al joven azabache que se encontraba sentado en una silla, en medio de aquella habitación espaciosa y húmeda.



    —No. No aceptó, y tuve que recurrir a… otros medios—respondió él con la cabeza baja. Se tomaba las manos y mantenía una expresión fría en su rostro.



    —¿Amenazó a Clide?, ¿o qué sucedió en ese edificio? —volvió a preguntar Madara Uchiha.



    —Sí, amenazó con contar todo a las autoridades—volvió a hablar Sasuke. Ésta vez levantó la vista y miró hacia un punto vacío. Continuó con su mirada fija: — Lo que ocurrió en ese edificio ya lo sabes, ¿verdad? Zetsu estaba vigilándome. No soy tonto.



    —Quiero que tú me lo cuentes, Sasuke. Cuéntame qué sentiste al matar a tu novia. O, qué sentiste al matar a tu mejor amigo. Sí, sé que mataste a Naruto.



    —No es algo de lo que deba hablar contigo. Además, ¿no deberías preocuparte por el FBI? Según lo que sé, Sabaku No y Nara están en el caso. Ellos son muy buenos, y tienen un espía tras nosotros—contestó con un toque de enfado. Pero lo disimulaba bastante bien.



    —¿Sabaku No? Ah, la hermana de Gaara. Sí, sí; gran chica. Bastante inteligente. Y mucho más con su compañero Shikamaru Nara. Buenos agentes—comentó Madara. Su cuerpo no se distinguía en la oscuridad de la habitación, dando la apariencia de estar hablando con la nada—. De la espía ya nos encargaremos, pero primero debemos investigar.



    —Investigar significa hackear la red del FBI.



    —Así es. Nuestra mejor hacker era Hinata, y tú no conseguiste que se volviera a unir. La mataste. Así que tuvimos que conseguir una nueva—como una sombra se levantó. Aun así no se distinguía.



    —¿Una?, ¿es mujer? —preguntó Sasuke. Comenzó a sudar un poco, y se limpió la frente con la mano.



    —Karin, ven aquí—gritó Madara, y la puerta se abrió. Una chica no muy alta, de pelo rojizo y anteojos entró. Llevaba una blusa violeta de mangas largas y un pantalón corto negro. Los tacos de sus zapatos hacían eco en la habitación cuando caminaba.



    —¿Si? —preguntó ella. Se colocó las manos en la cadera y observó a Sasuke.



    —Déjame presentarte. Karin, él es Sasuke. Se ha incluido por segunda vez a Clide. Su ex y difunta novia era nuestra hacker, ahora, demuéstrale que puedes ser mejor que ella—le dijo Madara a Karin. Ésta se subió los anteojos y sonrió.



    —Será un placer—y dando media vuelta salió por la puerta—¡Sígueme, Sasuke! —dijo dulcemente y sonrojándose.



    Sasuke se levantó y caminó para poder seguir a Karin. Sin duda no quería seguirla, pero igual él deseaba mirar los archivos del FBI. Caminaron por un estrecho pasillo, que apenas era iluminado por tres lamparitas. Al fin, llegaron a una puerta y Karin la abrió.



    La habitación que se encontraba detrás de la puerta era espaciosa, y llena de computadoras. Tenías que levantar los pies para no pisar cables y resbalar. Había cuatro sillas dispuestas para las personas que se quedaran allí, pero la única que trabaja allí era Karin. La iluminación era pésima. Lo único que daba luz eran las pantallas de las computadoras. Sasuke tomó asiento y observó como Karin también lo hacía. Se percató que la mujer sabía que la estaba observando y vio un leve tono rosa en sus mejillas.



    Karin comenzó su trabajo. Sus dedos se movían a una velocidad increíble, y sus ojos iban mirando cada una de las pantallas. Algunas veces los anteojos se le caían y debía volverlos a colocar en su lugar. Al cabo de veinte minutos pudieron acceder a la red del FBI.



    —Bueno, ¿qué quieres ver primero? —preguntó Karin.



    —Archivos de Sabaku No y Nara. Será lo primero que veré.



    Karin buscó y encontró las fichas de los dos agentes. Ambas traían una foto de cada uno e información sobre ellos y sus casos.



    —Ya está. ¿Quieres ver algo en especial? —preguntó Karin sonrojándose un poco y bajando la cabeza.



    —Sí. ¿Cuál fue la última información que recopilaron del asesinato de Hinata y Naruto?



    —Veamos. —Karin buscó entre los archivos y lo encontró. Caso n° 123, asesinato, organización extremadamente peligrosa—. Aquí dice que mandaron forenses, una tal Yamanaka. Luego habla sobre un… Oh, Dios mío.



    —¿Qué?



    —Habla sobre un interrogatorio. Un interrogatorio a una víctima—contestó Karin mirando la pantalla. Su expresión era de terror y sus ojos estaban muy abiertos.



    —¿Qué víctima?



    —Hinata Hyuuga. Parece que no la mataste, Sasuke. —Se dejó caer en la silla y observó la cara de perplejidad de su acompañante—. Sigue viva. Y los del FBI van por ella. ¿Ya sabes lo que vas a hacer?




    -+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+



    —Buenas tardes. Soy la agente Sabaku No Temari, vengo a visitar a una paciente—habló la rubia mostrando su placa. Se encontraba en el hospital, hablando con la secretaria de la recepción.



    —Muy bien. ¿Nombre del paciente?



    —Hyuuga Hinata—contestó Temari.



    —¿Es usted pariente del paciente? —volvió a cuestionar la secretaria. Era una mujer alta, vestida de gris, pelo negro con rulos y muy bella.



    —Eh… sí, soy la… la prima de la tía de la madre de la hermana de Hinata. No pude venir a visitarla antes por culpa de mi trabajo en la policía local.—mintió rápidamente Temari. La mentira le salió muy fluida, y trató de adoptar una expresión de credibilidad.



    —Perfecto. Habitación 103, lado izquierdo del pasillo.



    Temari no se dignó a contestarle y salió corriendo. El pasillo era de azulejos blancos con una delgada línea roja horizontal. Ya estaba por llegar cuando escuchó una voz muy familiar a sus espaldas.



    —¿Pensabas dejarme atrás, problemática? —preguntó Shikamaru.



    Temari se dio vuelta y lo vio. Había puesto sus manos en los bolsillos y en su boca había un palillo. Con una media sonrisa y mirando hacia el piso, Temari contestó: —No, claro que no. Lo único que quería era que pasaras un poco de tiempo con esa chica.



    —Muy bien. ¿Vamos?



    —Como digas—dijo Temari. Siguió a Shikamaru que se adelantaba a ella y ambos caminaron un rato hasta llegar a la habitación 103. Golpearon la puerta y un médico les abrió.



    —Hola, somos agentes del FBI. Venimos a interrogar a la señorita Hyuuga—habló Shikamaru mientras mostraba su placa recién sacada del bolisillo.


    —Pueden entrar. Pero tengan cuidado, Hinata está muy sensible.



    Los dos agentes entraron a la habitación. Sin notar que el doctor Kabuto los miraba y marcaba un número en su teléfono.



    -+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+



    El lugar donde guardaban las escobas no era el mejor lugar para esconderse. Las arañas rondaban por todos los rincones, y el sitio era muy pequeño. Pero necesitaba hacer esa llamada.



    —¿Orochimaru? Soy Kabuto. Te tengo noticias para que informes a Clide. Hinata Hyuuga estaba embarazada.



    —Le avisaré a Deidara. El se encargará de avisar—habló una fría voz del otro lado del teléfono.



    —Y otra cosa… Sabuko No y Nara llegaron. Prepárense. Es el interrogatorio.


     
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  4.  
    Lincoqueo

    Lincoqueo

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    Me estaba yendo cuando vi la alerta. Omg, morí, te juro que morí. Antes que nada, lamento cerrar mi perfil. ^^'

    Bueno, no noté errores, como siempre. No se puede esperar menos de ti, Penny-chan. Bueno, no sé, pero creo que tienes un problema con el guion.

    Cita. Mi parte favorita y la que más me hizo reír.

    —Eh… sí, soy la… la prima de la tía de la madre de la hermana de Hinata. No pude venir a visitarla antes por culpa de mi trabajo en la policía local. [por lo que tengo entendido allí tiene que haber un espacio]—mintió rápidamente Temari. La mentira le salió muy fluida, y trató de adoptar una expresión de credibilidad.

    Fin de cita.

    Bueno, eso creo que es todo.
    ¡Saludos, linda! :3
     
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  5.  
    Temarii Juuzou

    Temarii Juuzou Maestre

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    Gracias por la invitacion, penny-chan XD
    La verdad no vi ningun error, pero tienes sólo una falta:


    —Hinata Hyuuga. Parece que no la mataste, Sasuke. —Se dejó caer en la silla y observó la cara de perplejidad de su acompañante—. Sigue viva. Y los del FBI van por ella. ¿Ya sabes lo que vas a hacer?

    A mi parecer ese punto no va ahí, en los libros que eh leido no se pone punto antes de un guión, sino despue XD

    Esso fue todo, espero el conti.
    Me encanto este capitulo... ya queiero saber que pasara Kya!!!!!!!!!!!!!!!!!
    Besos
     
  6.  
    Salem

    Salem Vieja sabrosa

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    Para Alfonsina (que tiene otro nick, pero bueno). Sé que la querías, y ¡aquí está!
    Les pido que si ven errores me los digan. Ya me he olvidado de casi todo en este tiempo que no he escrito.
    Capítulo 7

    —¿Quiénes son ustedes? —preguntó Neji levantándose. Observó a los dos individuos con preocupación y volvió a preguntar: —¿Quiénes son?


    —Disculpe por venir en este momento, señor Hyuuga. Somos agentes del FBI, enviados para interrogar a Hinata. Soy Temari Sabaku No y él es mi asistente, Shikamaru Nara—dijo la mujer adoptando una voz seria y tranquila. Miraba detenidamente la habitación, y sus verdes ojos se posaron en las cortinas cerradas.


    —¿Asistente? Yo no soy tu asistente, problemática—le contestó Shikamaru enojado.


    —Shh, ahora eres mi asistente—le susurró Temari al oído. Esto provocó que los pelos de la nuca del Nara se erizaran y que un leve sonrojo cubriera sus mejillas.


    —¿Acaso no ven que Hinata está en un momento delicado?, ¿cómo pueden venir? —saltó Hanabi con indignación. Tenía un vestido marrón que le llegaba a las rodillas, junto con tacones negros y el cabello recogido en una coleta alta.


    —Realmente nos disculpamos, pero es urgente. El FBI necesita la información para poder capturar a los Uchiha—le respondió Shikamaru mirándola fijamente.


    —Así que, por favor, ¿pueden retirarse? El interrogatorio será entre Hinata y nosotros, nadie más—. Temari se acercó hasta las cortinas y fue a descorrerlas, pero una mano la detuvo con firmeza. La Sabaku No se dio vuelta y vio a Neji Hyuuga.


    —Todavía no— dijo él—. Tengo que explicarle a Hinata lo que ustedes hacen aquí.


    —P-pero… no hacer falta. Lo haremos nosotros—protestó Temari. Neji la miró fríamente pero no contestó—. Está bien. Ustedes son los familiares, ustedes le explican. Esperaremos afuera—. Tomó del brazo a Shikamaru y lo arrastró hasta la puerta. Allí ambos salieron al pasillo, a esperar.



    -+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-



    Los dos hombres caminaban por el largo pasillo del hospital. Eran altos y fortachones; iban vestidos con trajes de negro y anteojos cubriéndole los ojos. Parecían serios y reservados, cosa que inquietó a varias enfermeras.


    —Disculpen, soy la encargada de las enfermeras. ¿Podrían decirme el motivo de su visita?—preguntó una mujer acercándose a ellos.


    —Venimos a ver a Hyuuga Hinata—contestó el hombre de la derecha con un tono amenzador. Con su fuerte y musculoso brazo corrió a la enfermera de un golpe, y con un movimiento de la cabeza, su amigo y él continuaron caminando hacia el pasillo en el que se encontraba Hinata.


    Allí afuera estaban los dos agentes, esperando que Neji les avisara para entrar. Shikamaru y Temari se encontraban hablando distraídamente, y esa distracción pudo costarle la vida a alguno de los dos.


    Sin que nadie lo viera, el hombre de la derecha sacó un arma de su bolsillo y disparó.


    -+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-


    La bala estaba dirigida hacia donde estaba Shikamaru, pero con un rápido movimiento, Temari empujó a Nara hacia el piso. Los hombres siguieron disparando a matar, sin importarles que hubiera niños y mujeres allí. Las balas pasaban rozando a los dos agentes del FBI que trataban de llegar hasta el pomo de la puerta en donde estaba Hinata para poder refugiarse.


    Al fin, con un millar de balas pasándoles por la encima de la cabeza, Temari y Shika consiguieron meterse dentro de la habitación. Adentro, se veían unas sombras detrás de la cortina que separaba a Hinata de los demás. Temari puso traba a la puerta, y tomó dos sillas, que colocó enfrente de la puerta, para que aquellos dos hombres no pudieran pasar.

    —¿Qué pasó? ¿Acaso no pueden esperar afuera? —Les dijo con furia Hanabi saliendo detrás de la cortina.


    —No hay tiempo para explicaciones, hay que sacar a Hinata de aquí—le espetó Temari y sacó un arma de su pantalón. La cargó y volvió a metérsela en un bolsillo.


    —Hanabi, ¿qué sucede? —Preguntó Neji mientras salía de donde estaba Hinata—.¿Qué hacen estos dos aquí? Les dije que esperaran afuera.


    —¡Shikamaru! ¿Dónde estás vago? —gritó Temari dándose la vuelta y encontrándose con el Nara sosteniendo las sillas y la puerta para que aquellos dos hombres no pasaran, ya que le daban fuertes golpeas a la entrada. Neji estaba tratando de correr un mueble muy pesado para trabar la puerta, junto con la ayuda de Hanabi.


    —¡Estoy ocupado, como verás! —gritó él mirando con furia a su compañera. ¿Acaso no veía que dos tipos del tamaño de gorilas los estaban amenazando?


    Temari ni se molestó en contestarle. Se dirigió directamente hacia donde estaba Hinata y abrió la cortina. La joven Hyuuga estaba allí, en la cama, con el rostro completamente demacrado.


    —Buenos días, Hina-san, soy la agente Temari, como verás…—Las patadas de los hombres que querían a entrar detuvieron la voz de Temari
    —. ¡Shikamaru! ¡Haz que se callen! No puedo hablar con tanto ruido.


    —¡Temari! ¡Si serás…! ¿¡Quieres que les diga: Oh, dejen de golpear por un momento así podemos luego ir a tomar un té!? —Shikamaru entrecerró los ojos mientras concentraba toda su fuerza para que los tipos no derribaran la puerta.


    —¿E-esos tipos son de Clide? —preguntó Hinata con voz alarmada y mirando a la rubia.


    —No lo sabemos, pero a juzgar por lo desesperados que están por entrar yo diría que sí. En fin… necesitas salir de aquí, Hinata. Shika no podrá resistir por mucho tiempo, y esos hombres vienen por ti, puedo asegurártelo.


    —¡No, no, no! No quiero ni pensar lo que me harán si me encuentran. ¡No quiero morir, ni tampoco quiero que me disparen otra vez! —gritó la joven Hyuuga sollozando y cubriéndose la cara con las manos. Tenía miedo, y se notaba.


    —Nosotros podemos sacarte de aquí, podemos con los tipos pero si quieres que te salvemos debes prometernos algo: hablarás con nosotros y nos contarás todo, pero todo lo que sabes sobre Uchiha; hasta el momento en que te disparó.


    Fue como si el momento se congelara. La puerta empezó a ceder, los golpes eran cada vez más intensos, los gritos de Shikamaru parecían en cámara lenta y astillas de la puerta saltaban por doquier. Hinata estaba allí, recostada en la cama, pensando y temblando de miedo. ¿Qué preferiría: morir o salvarse pero traicionando a su querido Sasuke?


    —Está bien, les hablaré de todo lo que sé pero ¡sálvenme! —contestó al final.


    Temari sonrió. Sabía que al final la chica cedería, por más que amara al Uchiha, no daría su vida por él. Era bastante blanda y dulce, pero por dentro escondía una fortaleza. Quizás sería de mucha ayuda.


    —¡Vago! ¡Señor y señorita Hyuuga! Tengo un plan. ¡Escúchenme atentamente, porque no lo repetiré otra vez! —gritó la Sabaku No. Algo se estaba tejiendo en su cabeza, un plan que quizás funcionaría, o quizás no.
     
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  7.  
    Lincoqueo

    Lincoqueo

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    Omg! Gracias por dedicármelo, Yisus :3.

    Me volví fangirl desde principio a fin, y la larga espera valió la pena :3. Fue cortito el capi, pero lleno de emoción y suspenso.
    La parte del ShikaTema me encanto *-* <3 <3.

    Narración hermosa, como siempre. Aunque sentí que en la primera parte faltó un poco de ella. La ortografía perfecta, pero -si no me equivoco- en la frase: ¿¡Quieres que les diga: Oh, dejen de golpear por un momento así podemos luego ir a tomar un té!?

    Los signos de exclamación deberían ir afuera, no adentro, porque parece que uno exclama lo que pregunta no pregunta lo que exclama. De seguro que está mal, pero bueh...

    Bueno, eso es todo :'D. Nos vemos n-n.
     
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  8.  
    Salem

    Salem Vieja sabrosa

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    Puf, no quería dejar este fic sin continuar, así que… ¡acá está el capítulo 8! Espero que lo disfruten.

    Capítulo 8



    En el capítulo anterior…

    Los agentes Sabaku No y Nara llegaron al hospital Bradley para interrogar a la joven Hinata Hyuuga, pero no todo salió como esperaban pues dos agentes de Clide llegaron y las cosas se pusieron complicadas…

    +-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+





    La familia Hyuuga estaba totalmente espantada, ¡dos hombres trataban de derribar la puerta! Uno de los agentes del FBI junto con Neji colocaba muebles y los apilaban, mientras que la otra mujer, esa rubia gritona, trataba de calmar a Hinata. Al fin, Temari descorrió las cortinas que rodeaban la camilla de la Hyuuga y sin razón alguna comenzó a tirar de ellas hasta arrancarlas de los barrales.



    —¡Atención! —gritó la rubia impaciente—. Tengo un plan, y se los explicaré rápidamente, así que atiéndanme, por favor. ¡Sí, tú también Shikamaru! Deja que el chico se encargue de contener la puerta. Usted, señor Hyuuga, junto con su hija Hanabi deberán sostener estas cortinas frente a la puerta, Neji comenzará a des apilar los muebles y dejará a los malotes aquellos entr…



    —¿¡Qué!? ¿Acaso estás loca o perdiste la cabeza? ¡Esos tipos quieren matarnos!—le espetó histéricamente Hanabi a Temari. Sin duda creía que ese plan no era el mejor de todos.



    —Tranquila, tengo todo bajo control, sé lo que hago. ¿Por dónde iba? Ah, sí; bien, cuando los dos idiotas entren, ustedes dos tomaran las cortinas y las arrojarán sobre ellos, así ganaremos tiempo. Shika y yo nos abalanzaremos sobre ellos en el momento en que estén inmovilizados y con éstas bebés—mostró unas esposas— los apresaremos. Si es necesario, tendré que usar mis habilidades y desmayarlos. ¿Listos?



    —Es el único plan que tienes, ¿verdad? —preguntó el padre de Hinata, Hiashi, preocupado.



    —¡Por favor, no es momento de discutir! ¡Apúrense! —gritó Neji desde la puerta, donde se podía ver que saltaban astillas por la fuerza de los hombres que empujaban del otro lado.



    —Muy bien, ¡a la carga! Tú, Hina-chan, quédate cerca de la ventana. Si las cosas salen mal, sal por allí y escóndete en la habitación continua, ¡no importa si ya hay alguien! —dijo Shika—. A la cuenta de uno, dos, Neji saca esa silla cuando diga tres… ¡Tres!



    Neji sacó la silla y corrió a un costado, los dos hombres entraron corriendo, Hanabi y Hiashi se abalanzaron hacia ellos con las cortinas, lo cual los detuvo un momento, en ese momento fue cuando Temari y Shikamaru entraron en acción. Shikamaru, forcejeando, sacó unas manos de por debajo de la cortina, eran las de uno de los agentes de Clide, y las esposó. Lo mismo hizo Temari, luego sacaron la cortina y se abalanzaron sobre los hombres, tirándolos al suelo, dejándolos inmóviles.



    —¡Hinata! Saca mi celular del bolsillo de mi chaqueta y llama al 911, ¡rápido! No podremos aguantar más tiempo… —dijo Tema-chan, y luego, dirigiéndose a uno de los hombres gritó—¡Cállate, cerdo!



    —Tranquila, Temari, no hace falta llamar a nadie—habló una voz desde la puerta. Todos levantaron la cabeza y vieron a Tsunade parada allí, frente a ellos, con una sonrisa en el rostro—. Acabamos de llegar, una enfermera llamó anteriormente y decidimos venir. ¡Lee! ¡Chouji! Lleven a estos tipos al cuartel, díganle a Tenten que los interrogue. ¡Rápido! No tenemos todo el día.



    —Muchísimas gracias por venir, jefa. Realmente se lo agradecemos —dijo Temari algo mansita.



    —Qué problemática, sólo falta que chupes las medias… ¡Tsk! —habló Shikamaru por lo bajo, mientras se levantaba del suelo. Por suerte, Temari no lo escuchó, o si no el pobre Nara se hubiera llevado una buena reprimenda.


    +-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+



    Ella corría por la calle como si no le importaran los autos que pasaban por su lado y tocaban bocina, y no le importaban, estaba centrada en un solo objetivo, y daría su vida para capturarlo. Logró visualizar la cabellera negra entre la multitud y se esforzó para no perder el aliento y continuar corriendo.



    Su cabello rosa se pegaba a su cara por el sudor, sus piernas ya no respondían y sentía que el pecho le estaba a punto de estallar. Comenzó a disminuir la velocidad hasta el punto de quedarse parada en medio de una calle. Furiosa, cerró sus ojos verdes y gritó, gritó por no haber podido cumplir la misión que le habían encomendado.



    Caminó hasta la vereda, en donde se sentó en un banco y se tranquilizó. “Bien, Sakura, calma. Es tiempo de pensar algún plan para atrapar a Uchiha.” Se levantó y caminó hasta un teléfono público, marcó un número y esperó. El tuu, tuu la desesperaba, entonces, una voz del otro lado habló.



    ¿Sí? ¿Qué ha sucedido, Sakura? —dijo una voz femenina y fuerte.



    —Perdí… perdí el objetivo, lo lamento, el auto se rompió… comencé a correr pero no fue suficiente… el aire me faltaba, casi me desmayo en medio de la calle—comentó Sakura en voz baja, aunque con el bullicio que había en las calles de Tokio, nadie la escuchaba en realidad.



    Tranquila, no pasó nada, vuelve al hotel. Creo que es hora de regresar a Estados Unidos y hablar con Tsunade. Hoy me llegó un mensaje, parece que Nara y Sabaku No tienen a la ex de Uchiha, quizás podamos ayudarlos complementando la información que tienen ellos con la que nosotros hemos recogido. Nos vemos al rato, ¡adiós! —y la voz desapareció.



    Sakura permaneció allí, inmóvil, con el teléfono en la mano, sumida en sus pensamientos. Había estado tan cerca, tan cerca de atrapar a Itachi Uchiha, y así quizás hubieran conseguido mucha más información de la que ya tenían. Algunas veces pensaba que había sido en vano ir hasta Tokio, ya que no habían conseguido muchas cosas importantes de las que informar a la sede del FBI.



    —Emm, disculpe, señorita, ¿va a seguir usando el teléfono?—preguntó una mujer de mediana edad a Sakura.



    —Oh, no, no… Lo siento, aquí tiene.



    La joven se fue, caminando a paso lento y pesado. Comenzaba a nota el cansancion, un dolor insoportable se extendía desde la punta de sus pies hasta su espalda. Un trueno la sobresaltó, una tormenta se aproximaba… más bien estaba sobre ella, pues al rato comenzó a llover estrepitosamente.



    Sakura oyó unos pasos. Se dio media vuelta y allí no había nadie…
    Entonces, una mano cayó sobre ella. Apretó contra su boca un pañuelo, y la Haruno cayó desmayada al piso.











    ________________________________



    Gracias por leer, comentarios buenos/malos/alguna crítica, todo es aceptado.
     
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  9.  
    NessieUchiha

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    Quien Le abra echo eso a sakuraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa? Aunque tengo una pequeña idea de quien es.. Por otro lado Oh por dios ¿MATASTE A NARUTO?
    pobre hinata ya debe ser malo que tu novio sea un asesino,pero que tu ex novio la persona a la que un día amaste este muerto debe ser mucho peor :(

    Me gustaria que la historia terminara Sasuhina creo que la pobre hinata a pasado por mucho como para que termine sola :(


    en fin me gusto mucho tu fanfic espero con ansias la conti
     
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  10.  
    Salem

    Salem Vieja sabrosa

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    Venganza Amorosa (SasuHina, ShikaTema, SasuSaku, GaaMatsu)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    12
     
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    1165
    Lo sé, luego de 10 meses, un nuevo capítulo. Sepan disculparme.

    Capítulo 9


    La cabeza le quería estallar. El mundo parecía girar a su alrededor y las figuras que se movían cerca de ella eran completamente borrosas; todo era como si sus ojos fueran vidrios empañados por una fuerte lluvia. Escuchaba voces lejanas, o tal vez cercanas, pero la confusión en la que se encontraba no le permitía distinguir bien. Una costilla le dolía y le costaba respirar, también pensar. Sentía que algo le oprimía las extremidades y trató de liberarse, pero no pudo, estaba fuertemente atada. A cada forcejeo sentía que una oleada de dolor corría por su cuerpo; quería gritar, pero no podía. Lágrimas caían de sus ojos rojos de tanto llorar, y su cuerpo estaba lleno de magulladuras.


    Estaba desesperada, tenía miedo, y no quería morir de esa forma.


    Sakura presentía que estaba perdida, y que mucho tiempo no le quedaba.



    .-.-.--.-.-.-.-.-.-.-.-.​



    Llegó a su casa cansado, el día había sido totalmente agotador. Había estado en el hospital a punto de interrogar a Hinata y ¡puf! Unos tipos habían llegado de la nada, con armas y deseosos de acabar con ellos. Gracias al plan de Temari se habían salvado, pero el desastre que habían causado en el hospital tendrían que pagarlo ellos mismos con sus sueldos. ¿¡A quién se le ocurriría semejante cosa!? Podría pagarlo el Gobierno, total, el FBI estaba para proteger al mismo y al país, así que algo deberían hacer por ellos.


    Suspiró y se recostó en un sillón. La tranquilidad de su hogar era una de las pocas cosas que lo calmaba. Estar tranquilo, observando el techo y dormitando, ¡eso era vida! Le gustaba su trabajo, pero algunas veces era agobiante. La gente siempre estaba estresada, corría por todos lados, gritaba y se enfadaba por nada. Si se calmaran, trabajarían con más eficiencia.


    Aburrido, prendió la televisión y comenzó a hacer zapping por los canales. Modelos, chismes, películas románticas, nada interesante. Dejó un canal local de noticias y se levantó a hacer algo de comer. Afuera el cielo retumbaba, había tormenta. El teléfono de Shikamaru sonó antes de que pudiera ponerse a hacer un sándwich.


    —¿Hola? —dijo Shika al contestar. Nadie le respondió—. ¿Hola?, ¿hay alguien ahí?


    Silencio otra vez. Y cortaron.


    —Por favor, que idiotas. ¿Para qué llaman si luego no van a contestar? —habló el moreno, mientras regresaba enfadado a la cocina.


    Y el teléfono sonó de nuevo. Refunfuñando improperios, fue a atender—. Sí, ¿quién es?


    —Soy Temari, me habías dicho que te llamara para ir a interrogar a Hinata, ¿lo recuerdas? —habló la voz de la Sabaku No desde el otro lado del teléfono. Sonaba cansada.


    —Ah, claro, claro; disculpa, lo había olvidado. Oye, ¿tú llamaste recién?, ¿por qué no hablaste? —. Shikamaru cogió el teléfono y se sentó con él en las faldas, mientras cambiaba canales del televisor.


    —¿Qué? Estás alucinando, yo no te llamé, esta es la primera vez que lo hago. Bueno, basta de bromas, ven rápido a las oficinas; ¡no demores ni te hagas el vago porque si no iré personalmente a buscarte! —y colgó.


    Bostezando, Shika se levantó. Fue hasta su habitación a buscar su abrigo. Esta era espaciosa, las paredes eran grises y blancas, y tenía una gran cama de dos plazas llena de almohadones. Perfecta para él. Luego de buscar su abrigo, cogió las llaves del auto y de la casa y su móvil. Salió apurado, dejando todo desordenado.


    Bajando las escaleras se encontró con una joven. Ella lo miró con esperanza y se abalanzó sobre él. Lo apretujó entre sus brazos mientras murmuraba cosas sobre “su amor verdadero”; “el abandono” y “la perra-linda-rubia”.


    —Tsk, Shiho… Suéltame, enserio.


    —¡Oh, Shika-kun! ¿Cómo podría soltarte después de tanto tiempo? ¡Tú sabes que te amo! —exclamó la aludida mirando a los ojos al moreno que, torpemente, trataba de zafarse del abrazo.


    —¿Podríamos continuar con esto más tarde? Ahora no tengo tiempo, adiós—. El joven Nara salió corriendo hacia la puerta de su edificio, mientras dejaba a la joven atrás, sola.


    Cuando Shikamaru se hubo alejado, Shiho sacó su celular y marcó un número.


    —¿Hola? Sí, ya salió de su departamento. Ajá, lo tengo todo controlado, no sospecha nada. Tengo las llaves, entraré. Adiós, Karin, suerte; te avisaré cuando tenga todo—y al decir esto, colgó. Volvió a mirar a su alrededor por si había alguien y subió las escaleras en dirección al establecimiento de Shika.




    .-.-.-.-.-.-.​




    La habían llevado al FBI. El médico de cabecera se había negado desde un principio, pero la señora Tsunade había sido muy clara: Hinata se iba con ellos. Una furgoneta negra había llegado a buscarlos, junto con siete agentes con chalecos antibalas y armas, dispuestos a protegerlos de cualquier peligro. Estaba tan débil que ni siquiera pudo subirse a la camioneta, por lo que tuvieron que alzarla y colocarla delicadamente en el asiento. Esto la había hecho sonrojar, estaba muy avergonzada.


    Y ahora, luego de todo el problema en el hospital, ella se encontraba cómodamente recostada en un sillón de la oficina de la jefa, esperando a los agentes que iba a interrogarla. Estaba muy cansada, desde la muerte de Naruto no tenía una aventura así. Había temido por su vida, por la de su familia y por la de la gente del hospital. Jamás pensó que todo eso pasaría, creyó en Sasuke, creyó en la falsa idea de una vida normal, fuera de los crímenes de la organización Clide, pero la habían traicionado. Su propio novio, aquel que tanto amó, se burló de ella y luego le disparó.


    Le disparó sin saber que en esos momentos, ella llevaba un hijo de los dos en su vientre.


    El bebé. Las lágrimas comenzaron a fluir de sus ojos. ¿Cómo pudo olvidarlo? Había estado embaraza, podría haber sido ser madre si sólo… si sólo… él no le hubiera disparado. Por dios, hasta podrían haber llevado una vida normal, juntos, como una familia. Todo le había sido arrebatado, todas sus esperanzas. Lo único que le quedaba era el odio y su sed de venganza. Las cosas no quedarían así, nadie más moriría en vano.


    La puerta de la oficina se abrió. Hinata cerró los ojos, no quería la vieran llorar, y tampoco quería ver a quien había entrado.


    —En estos momentos no estoy en condiciones de un interrogatorio, por favor, vuelvan más tarde. Les prometo que les daré descripciones detalladas, sólo váyanse—dijo la joven.


    —No me iré a ningún lado, Hinata. Vengo a hacerte una pregunta, la más simple—. Era una voz conocida, muy familiar para la joven.


    La chica se levantó y lo vio. Sus ojos siguieron derramando lágrimas, mientras que se llevaba las manos a la cabeza, y sollozaba.


    —Un pajarito amigo mío me contó que, supuestamente, yo era el padre de tu hijo. Dime, ¿por qué mentiste, Hina-chan? —dijo Kiba acercándose a la Hyuuga lentamente.
     
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  11.  
    Shoens

    Shoens Iniciado

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    uuuu después de tanto tiempo es verdad cuando empece recuerdo haberlo leído hace tiempo y si o si quería continuación, de veras estaba tan intrigante, sabes que?... a mi me encanta el Shikatema y todos los momentos que los mencionaste me agrado (pensaba la que le había llamado era Temari :()ya que bueno esta interesante no puedo creer que Shiho haya echo eso solo lo abrazo para sacarle las llaves pobre Shikamaru, noo!!! que le hará.

    No comprendo bien la ultima parte y no es que no explicaste bien al contrario es solo que yo lo leí mal y como fue hace tiempo que leí los anteriores capitulo, no pude comprender que; Hinata estaba embarazada de Kiba? yo crei que era de Sasuke
    mmm( debo volver a leerlo)
    Me gusta espero la conti...:rolleyes:
     
  12.  
    Salem

    Salem Vieja sabrosa

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    ¡Ta, tán! Ya está aquí el décimo capítulo. Felicidades a mí. (?)

    Shoens: Si te fijás bien, en el capitulo 5, Hinata le miente a Kabuto sobre el padre de su hijo, le dice que es Kiba.

    Capítulo 10




    —Hey, ¡hola! Tanto tiempo sin vernos, Tema-chan—exclamó Matsuri a ver a su amiga. La morena se encontraba en medio de las oficinas del FBI llena de maletas y bolsos, con un abrigo al brazo. Había llegado desde Tokio a las ocho de la tarde y su jefa no le había dado tiempo de ir hasta su casa para descansar. La había llamado pidiéndole que apenas bajara del avión se tomara un taxi hasta el edificio de la organización, pues necesitaba hablar con ella sobre un tema importante. Obviamente obedeció sin chistar.



    Matsuri era una excelente agente: responsable, comprometida y valiente, así como inteligente. Tenía una especial habilidad para el teatro que le jugaba a favor cuando debía “jugar” a ser otra persona. Había logrado completar con éxito más de docenas de misiones, siendo una de los miembros del FBI más confiable. Tsunade la había enviado a Tokio junto a Sakura y a Gaara, del cual se había separado en el camino, yéndose él a su departamento luego de bajar del avión.



    —¡Oh, por dios, si eres tú! —. Temari saltó de su silla y fue abrazar a Matsuri, casi tirándola al suelo—. ¡Me dijeron que volverías dentro de dos semanas! ¡Malvada, no me avisaste!



    —Lo siento tanto, de veras, pero Tsunade-sama nos llamó a tu hermano y a mí urgentemente, además de que quería darte la sorpresa. Por cierto, ¿dónde está Shikamaru? Oí que han avanzado mucho con el caso, felicitaciones.



    —Ah, ese vago. Lo llamé hace media hora para que viniera de inmediato, pero todavía no llega. Estoy un poco cansada de trabajar con él… Ya no lo soporto—. La joven rubia volvió a su silla y se sentó, con las piernas cruzadas y sosteniendo un archivo entre sus manos—. Estuve leyendo tus informes, son muy buenos. Nos has ayudado mucho, Matsu…



    —¡Matsuri! — Se oyó una potente voz desde la puerta. Era Tsunade—. No esperaba a que llegaras tan temprano, pero eso es mejor para nosotras, tenemos mucho para hablar.



    Encogiéndose de hombros y dejando su bolso y abrigo en su cubículo, la morena se alejó de su amiga, despidiéndose con una mano. Siguió a su jefa por el pasillo que conducía a la oficina principal, en la que había estado muy pocas veces. Al entrar, se dio cuenta de que muchas cosas habían cambiado. Había mucho desorden: papeles tirados sobre el escritorio y en el piso, basura acumulada; las persianas estaban torcidas y muchas, pero muchos vasos descartables estaban esparcidos por todo el cuarto. La joven reconoció que era de una cafetería cercana, lo que quería decir que Tsunade no había dormido por varias horas o días.



    La jefa se sentó detrás de su escritorio y comenzó a ordenar papeles mientras muraba “basura”, “no” y “este sí”. Debía de haber estado buscando algo importante porque demoró bastante. Al final, cuando ya tenía una gran pila de papeles enfrente suyo, levantó la vista hacia Matsuri, mirándola fijamente.



    —¿Por qué crees que te traje aquí, Matsuri? —preguntó rápidamente la jefa, sin apartar la vista de la chica.



    —No… no lo sé, Tsunade-sama. ¿Acaso he hecho algo mal? Si es así me disculpo, no era mi intención—. Matsuri hizo una pequeña reverencia, y cuando se agachó vio algo que la sorprendió y que no había visto en años: Tsunade llevaba su arma a la vista. La jefa del FBI era conocida porque nunca llevaba su arma, dado que era increíblemente rápida, y también diestra en las artes marciales.



    —No, no has hecho nada malo. Piensa, Matsuri, piensa.



    La joven se sentó en una silla en un rincón e hizo lo que Tsunade le ordenaba. ¿Por qué estaba allí? No había terminado su espionaje, Gaara no completó su misión, que consistía en seguirle la pista a la nueva hacker de Clide; y Sakura… Y Sakura no estaba con ella, no había vuelto; ni siquiera la había visto más de tres veces en su estadía en Tokio, ¿cómo era eso posible?, ¿cómo no lo notó? Había estado tan concentrada en sus problemas que se cegó completamente, no se dio cuenta de lo que sucedía a su alrededor.



    —Por dios, Tsunade-sama, ¿dónde está Sakura? —, preguntó la pobre chica, levantándose de su asiento y abrazándose a sí misma. Estaba angustiada, no había podido reconocer que su amiga faltaba. Ella podría estar sola, efectuando una misión extra difícil, o muerta…



    —Veo que te has dado cuenta. No quiero que te preocupes más de lo que debes, pero Sakura no ha reportado nada hace más de cinco días. Realmente creo que ella ha desaparecido, y temo por tu vida y la de Gaara, por eso los hice volver. No puedo contactar a Haruno de ninguna manera—. Tsunade se levantó y cargó con los pesados papeles para dárselos a Matsuri—. Escucha, quiero que vayas al supermercado, compres comida necesaria para unos ocho días y te quedes en tu casa. No puedo correr ningún riesgo, quiero que te escondas. Sabes mucho, Matsu-chan, ellos van por ti, lo sé y lo presiento. La mayor parte de la información sobre Clide la has recolectado tú, y sabes muy bien su modo de operar. Representas una total amenaza.



    —¡Pero…! Yo no puedo dejar mi trabajo ni a mis compañeros, ellos me necesitan; necesitan toda la información que he recolectado—exclamó Matsuri de pronto—. No puedo abandonarlos en un momento tan crucial como este.



    —¡Por el amor de dios, Matsuri! ¿Acaso no lo ves? ¡Puedes morir, muchacha! No quiero que tu vida corra riesgo.



    —Entonces no me envíe a mi casa. Tsunade-sama, pueden rastrear mi dirección, averiguar mi número de teléfono, ¡todo! ¿Y Gaara? Él también corre peligro, no puede enviarnos a los dos así como así a ocultarnos en nuestros hogares como… como cobardes.



    —Coincido en un punto contigo, Matsuri—, dijo Tsunade, caminando por la habitación—. No puedes quedarte en casa, ni tú ni Gaara, pero que se oculten de la muerte no los hace cobardes. Ambos deben salir de este lugar…



    —¿A dónde?, dígame. ¿A dónde podremos ir?, ¿tendríamos que adoptar nuevas identidades? ¿Deberemos dejar de ser miembros del FBI? —Matsuri estaba a punto de colapsar; todo sucedía demasiado rápido.



    —No, tienen que estar ocultos y al mismo tiempo sernos útiles. Creo que tengo el plan perfecto. Los enviaré a Italia—. La jefa le entregó a la morena la pila de papeles y se alejó.


    Petrificada en medio de la oficina, Matsuri comenzó a llorar.





    .-.-.-.-.-.-.​



    —Por dios, Hinata, ¡sólo te estoy pidiendo que me respondas una simple pregunta! —Gritó Kiba mientras se agarraba la cabeza con las manos. No creía estar en donde estaba. Dos horas antes se había enterado gracias a una vieja amiga que él podría haber sido padre—. ¿Era yo el padre del supuesto hijo que estabas esperando? ¡Habla!



    —No… yo, lo siento. Oh, lo siento tanto, Kiba-kun—. Hinata comenzó a hipar y a sollozar silenciosamente—. N-no quer-ría mentir tan descaradamente… Es s-solo que tenía tanto miedo. Un m-miedo que no había sentido en a-años.



    —Entonces era el hijo de Sasuke e inventaste todo para protegerte y protegerlo a él, ¿no?



    —¿P-proteger a quién?



    —A tu ex, obviamente; al que tanto amabas—dijo Inuzuka mientras se sentaba al lado de Hinata. La miró con cautela, observando su rostro rojo e hinchado.



    —No—. El semblante de la Hyuuga cambió, la furia se vio reflejada en su rostro—. Protegerlo jamás. Lo hice para… Se lo prometí, Kiba, lo hice, ¡debo cumplirlo!



    —¿Una promesa? ¿A quién?



    —A Naruto. Debo vengarme, por todo. Su muerte, el disparo y por todos los crímenes que cometió, comete en estos momentos y que cometerá. Y p-por… el hijo que perdí—. Hinata volvió a sollozar y apoyó su cabeza en el hombro de Kiba.



    —Hina-chan, estás loca. Sasuke… Él decidió su destino; no es como nosotros que decidimos cambiar, dejar de ser malas personas y convertirnos en algo que nunca fuimos, pero que intentamos ser. Recuerda que si te metes con él, te metes con Clide; es peligroso.



    —L-lo sé, pero quiero intentarlo, quiero vengarme. Sé que muchas oportunidades no tengo, dado lo delicado de mi salud, pero deseo intentarlo; voy a matarlo, Kiba, voy a matarlo—. La joven se levantó y fijó su mirada en el Inuzuka, que la observaba extrañado—. Necesitaré ayuda, eso sí.



    —Por Kami-sama, ¿estás pidiéndome lo que pienso?



    —Sí. Únete a mí, ayúdame a vengarme y vengar a todos los que Clide ha dañado. Gente como nosotros, Kiba. Por favor… no pienses que el disparo me ha dejado demente, estoy cuerda, más cuerda de lo que jamás estuve en mi vida.



    El joven lo meditó por unos segundos. ¿Volver a su antigua vida de fugitivo? Le gustaba la que tenía ahora, como veterinario. Era feliz, no necesitaba estar escondiéndose o huyendo, pero… Hinata lo necesitaba. Era su amiga, aunque alguna vez en su vida hubiera estado enamorado de ella.



    —Está bien, lo haré; pero sólo por la diversión—. Kiba guiñó un ojo y sonrió—. Así que… ¿qué quieres que haga primero?



    —Sácame de aquí antes del interrogatorio—dijo Hinata mientras tomaba la mano de su amigo.



    -.-.-.-.-.-.-​




    Karin estaba molesta. Sentada en una cómoda silla, se encontraba revisando unos papeles “importantes” que Sasuke le había dado. Sabía que no lo eran, no tenía ni un pelo de tonta; se los habían dado para que se entretuviese mientras vigilaba a la prisionera, era para que no se sintiera inútil. Bostezó y se acomodó un poco para leer mejor, aunque la luz roja que tenía la habitación era de lo peor. La iluminación apropiada no era algo que les importara a los jefes, total, mientras nadie los descubriera, iban a utilizar el jodido búnker asqueroso todo el tiempo que se les diera la gana.



    Comenzó a sentir golpes en la puerta del fondo. La tonta que habían secuestrado estaba despierta. Llevaba allí más de setenta y dos horas, y era una total molestia. Gritaba, golpeaba y no se dignaba a hablar. Prefería morir antes de delatar al FBI; una estúpida, no tenía oportunidad alguna de sobrevivir. Lo que le intrigaba a Karin era porqué el único que iba a interrogarla era Sasuke. Y este mismo no dejaba que nadie más se le acercase a la prisionera. ¿Acaso tenía un apego por ella? Imposible, a Sasuke le gustaban las morenas como él, por algo había salido con Hinata, ¿no?



    Sakura Haruno comenzó a gritar y a pegarle a la puerta que, además de ser de hierro, hacía que todos los sonidos retumbaran.



    —¡Oye, cállate! —Gritó Karin mientras golpeaba la puerta con un palo—. Aquí hay gente que trata de concentrarse y leer, ¿sabes? Estúpida.



    La chiquilla seguía haciendo su escándalo. Así duró por varios minutos, hasta que a la pelirroja se le acabó la paciencia. Dejó los papeles en un costado y tomó el palo que había usado. Abrió la puerta lentamente y allí la vio. Patética. Era una figura sucia y asquerosa, con el pelo rosa alborotado y grandes ojeras. Estaba débil, lo sabía, así que cuando Sakura se abalanzó hacia ella, una patada bastó para hacerla retroceder. La tonta cayó hacia atrás mientras se abrazaba el abdomen. Estaba sufriendo.



    —¡Cállate! Me tienes podrida con tanto chillido, ¿sabes? Nadie te oye salvo nosotros, así que deja de molestar. ¿Te cuento un secretillo? Nunca saldrás a menos que cooperes, y ya que estoy aquí… podría hacerte unas cuantas preguntas—dijo Karin observando la figura de la Haruno que se encogía en un rincón.



    —No… yo no… No contestaré—. La voz de Sakura era muy baja, apenas se escuchaba.



    —Lo harás si yo te obligo—. Con una sonrisa maliciosa, la pelirroja balanceó el palo delante de los ojos de la Haruno.
     
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  13.  
    Shoens

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    Ahh entonces fue así...:rolleyes: eso quiere decir que Kiba no es el padre, ya que Hinata le mintio a kabuto diciendo que Kiba es su padre.
    OOhh cuidado asociación Clide, Hinata va por ustedes :D (Hinata si que tiene una mente maquiavelica)

    oo no y los de Clide secuestraron a Sakura no puede ser, que le hara Karin...(no le hagas nada a Gaara:(, bueno eso es decion tuya no mia)

    Espero la conti......:rolleyes:
     
  14.  
    Salem

    Salem Vieja sabrosa

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    Capítulo 11



    Un golpe, dos golpes, tres golpes. La joven de pelo rosa cayó hacia atrás, gimoteando y sollozando. Su cara estaba hinchada y morada de los puñetazos que había recibido, y en la boca tenía el sabor a hierro reconocible de la sangre. Se sentía destrozada, como un vidrio roto; ya no tenía fuerzas ni para llorar. Estaba agotada y adolorida, moribunda; pronto se desharían de ella, la matarían por no hablar. Levantó la cabeza y divisó las sombras que se movían a su alrededor, con palos y fierros, preparados para atacar. Uno levantó el brazo, listo para asestar un golpe mortal en la cabeza de Sakura, pero se detuvo. En la puerta había una sombra oscura, alta. Avanzó hacia el centro de la habitación y allí se detuvo.


    —Idiotas, eso es lo que son. ¡¿Acaso di la orden de que la torturaran?! ¡No! —Gritó con voz potente, dirigiéndose a los hombres que estaban a su lado—. Dejen de golpearla o los mataré a ambos con mis propias manos.


    Aquellos que habían golpeado a Sakura salieron refunfuñando de la habitación, y solo quedó dentro el misterioso hombre. Éste se acercó lentamente a Sakura y la tomó del brazo, levantándola del suelo. La tomó entre sus brazos y la sacó de la oscuridad, cargándola. La Haruno se encontraba perdida: ¿quién era él?, ¿era un agente del FBI que venía a rescatarla?


    Caminaron por un largo y amplio corredor iluminado por luces rojas que llegaban a intimidar. Todo tenía un aspecto casi tétrico, perfecto para una casa de los sustos o algo parecido. Los pasos resonaban con fuerza y sus sombras se proyectaban largas y oscuras. Al final, llegaron a una pequeña habitación que constaba de una mesa y una cama. Todo estaba pulcramente limpio, y allí la luz era de un blanco puro. El hombre dejó a Sakura en la cama, y se acercó a la mesa. Por lo que la joven pudo ver, tenía un botiquín. Iba a curarla.


    —D-Disculpa… ¿quién eres tú? —Preguntó Sakura observándolo. Su vista estaba atrofiada, veía todo borroso, no podía distinguir bien las cosas.


    El tipo no contestó. Se limitó a permanecer en silencio, y a continuación se acercó a la joven; tomó su cabeza con una mano, y con la otra le limpió la sangre de los parietales y de la cara. La gasa con la que la limpiaba estaba húmeda, pero no ardía, no desinfectaría sus heridas todavía. Suspiró del alivio, quería retrasar la desinfección, pues con todas las lastimaduras que tenía sufriría, y mucho. No le había contestado quién era… no sabía nada sobre su salvador.


    Sakura se encontraba muy mareada, sus ojos se cerraban y abrían, y por momentos se perdía. Y al final el cansancio pudo con ella, se desmayó, perdió la conciencia. En sus sueños volvía a casa, con sus amigos, y se encontraba feliz.


    .-.-.-.


    Hinata ya estaba calmada, aunque su rostro seguía rojo de tanto llorar; a su lado se encontraba Kiba, sosteniendo su mano, consolándola. Ambos estaban sentados en un sillón, en una de las tantas oficinas del FBI. Esperaban a que llegara alguien a interrogar a la joven, pero nadie se aparecía. Ya habían pasado dos horas sin que nadie se dignase a ir a ver cómo se encontraban, y ya estaban hartos de esperar. El plan que habían ideado no salía como esperaban.


    —Kiba… ¿qué haremos si ellos no vienen? —Preguntó Hinata levantándose del sillón y dirigiéndose a la ventana. El sol daba en su rostro, haciéndole brillar el negro cabello y sus perlados ojos, era hermosa. —Si salimos de esta habitación los demás agentes nos verán y nos encerrarán en sitios distintos, estaremos incomunicados. La única forma que tenemos de escapar es seguir esperando a que venga alguien, pero ya me estoy cansando.


    —Oye… ¿y si dices que quieres ir al baño? —La Hyuuga lo miró y sonrió, la idea propuesta era buena y sencilla, ¿cómo no se les ocurrió antes? Hinata podría salir y decirle a alguien que iba al baño, y luego, silenciosamente, escapar sin ser vista.


    —No seas idiota, Kiba— dijo su compañera aun sonriendo. Se sentó sobre el escritorio y lo miró, hipnotizándolo con aquellos blancos y hermosos ojos. —Aquí hay un baño—. Señaló la puerta que estaba cerca del sofá y suspiró pesadamente. La frustración podía notarse en su rostro.


    —Bueno, una idea debía aportar. ¿Y qué tal si salimos y, no sé, les decimos que te sientes mal? —Volvió a sugerir el moreno sonriendo. —Admite que es una buena idea, además has perdido un bebé, obviamente debes estar débil, creo yo.

    —Tampoco, enviarían a un médico y se darían cuenta de que estoy fingiendo. Esto es un… desastre.


    Repentinamente, la puerta de la habitación se abrió. La mujer rubia, alta y hermosa que se encontraba en el marco de la puerta era nada más y nada menos que la jefa Tsunade. Entró y sus pasos resonaron con fuerza; los miró fijamente a ambos, con aquellos ojos fríos y calculadores de color marrón y le tiró a Hinata unas hojas en el regazo. Los dos jóvenes no sabían qué pasaba, no tenían la menor idea de por qué, justamente, la jefa había ido personalmente a verlos. ¿Acaso habían averiguada algo nuevo sobre Clide?, ¿o la dura líder haría el interrogatorio?


    —¿Ven esas hojas? —Les espetó con dureza Tsunade—. Claro que las ven, no son ciegos… En fin, todo eso es la información que la forense Ino Yamanaka recopiló del asesinato de Naruto. Cuando ella llegó a la escena del crimen, tú, Hinata, estabas allí, tendida en el suelo con un balazo en la cabeza. ¿Por qué?, ¿por qué tú estabas allí?


    —Yo… había ido a… a… —tartamudeó la joven; ya no tenía ninguna mentira con la que librarse de la culpa.


    —A ver a Sasuke, ¿cierto? —Tsunade observó con satisfacción como la joven se ponía pálida a oír aquel nombre. Había dado justo en el blanco, era tiempo de comenzar a interrogarla de verdad. Observó al idiota que estaba a su lado, que miraba a Hinata con compasión—, y tú, Inuzuka, ya no tienes nada que hacer aquí, ¡vete!


    Kiba observó extrañado y asintió; apretó la mano de la Hyuuga y le dedicó una intensa mirada para luego proceder a retirarse. Cuando el joven se fue la tensión incrementó en la habitación. Ambas mujeres se clavaban puñales con los ojos, esperando que una o la otra hablara para cortar el incómodo silencio que las rodeaba.


    —Bien, ahora que estamos solas podemos ir a lo importante, ¿no crees? Seguro pensaste que un agente común vendría a interrogarte ¿no? Escuché tu conversación con Kiba, niña, no soy tan tonta como para dejarte sola con él sin ningún tipo de vigilancia. Hay cámaras y grabadoras ocultas en esta habitación, así que pude escuchar exactamente lo que decías en cada momento que estuviste aquí—dijo la rubia firmemente mientras le sostenía la mirada a Hinata—. Sé que quieres irte y cobrar venganza, yo también he pasado por situaciones similares, pero…

    —¿Entonces qué quiere que haga? Sentada aquí no lograré absolutamente nada. Mientras parloteamos aquí los miembros de Clide están haciendo de las suyas… yo no puedo estar aquí sentada—. Hinata se levantó con decisión y caminó hasta la puerta, estaba por abrirla cuando Tsunade la detuvo en seco.


    —¿Crees que no sé nada sobre la organización? Llevo años en esto, años, sé tanto como tú. Y creo que en vez de buscar diferencias entre los objetivos del FBI y los tuyos podríamos centrarnos en las similitudes. ¿No quieres atrapar a Uchiha y darle su merecido? Ayúdanos y lo conseguirás, Hinata. Tendrás más apoyo que si lo hicieses sola—pronunció Tsunade en los oídos de la joven morena.


    La Hyuuga se quedó quieta por un momento, meditando lo que había oído. ¿Era posible que el FBI quisiese ayudarla? Giró su cabeza para enfrentarla a la de Tsunade y preguntó: —¿Cuál es el plan que tienen?



    .-.-.-.-.


    Había entrado al departamento sin problema alguno, ningún vecino entrometido había fisgoneado. Shikamaru no había regresado, y dudaba de que lo fuera a hacer, así que tenía el camino libre para proseguir. El departamento era espacioso, con todas las comodidades que el joven Nara necesitaba; Shiho sabía muy bien cómo era su ex novio, por algo Clide la había contratado.


    Vio armarios y comenzó a buscar papeles importantes, cuidado de luego dejar todo en orden, para que nadie sospechase. No encontró nada allí. Suspiró resignada y se dirigió a la habitación de Shikamaru. Al verla se sorprendió: estaba demasiado limpia; ¿acaso Shikamaru había contratado una empleada o vivía con una chica adicta a la limpieza? Blah, a ella no le tenía que importar, debía concentrarse en su trabajo. Abrió el placard y buscó entre las ropas que había allí, pero tampoco encontró nada.


    Ya enojada porque su búsqueda no daba frutos, pateó la cama con fuerza y escuchó un fuerte ¡toc! Sus ojos se agrandaron y se agachó para palpar el lugar que había golpeado. Bajo tantas sábanas y colchas la cama tenía cajones. Los abrió a todos, impaciente por descubrir qué había allí dentro. Su felicidad aumentó cuando vio sus contenidos; su misión estaba completa. Tomó todos los papeles guardados allí y la laptop que había encontrado, y dejando todo en su lugar se apresuró a salir de la habitación y, previamente, del departamento.


    Cuando hubo estado en su auto, sonrió. Le pagarían mucho por todo lo que había conseguido, vaya que sí…
     
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  15.  
    Shani

    Shani Maestre Comentarista empedernido Usuario VIP

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    Muevo el fanfic al sub foro de Historias en Proceso. ¡Saludos!
     
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