Digimon: A Different Story

Buenos días a todos. He decidido hacer una historia, algo diferente de las demás. NO es de amor como las cientas de muchas que vi en el foro, pero no se limitarán a eso para leerlo, ¿o sí? Este relato contiene datos generales inciertos, pero todo lo respectivo a Digimon es lo más acertado que encontrarán aquí. Utilizaré personajes originales, por lo que no esperen a ningún Tai, Davis, Takato ni nadie. Todo esto me ha surgido de una pregunta, que quizá pronto revelaré, hasta eso, espero que disfruten lo que les traigo.

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Ocho y media de la mañana. Era uno de esos días nublados que tanto le gustaban. Se despertó tranquilo, como siempre. No más se levantó de la cama fue a recorrer su casa para ver si había alguien despierto. Saludó a su madre. Tomó su típico desayuno a su velocidad de siempre, no más de diez segundos. Esa mañana pudo haber sido como cualquier otra, pero cuando volvió a su habitación, vio un extraño aparato en su mesa. Una especie de teléfono, pero mucho más pequeño. Tenía un color blanco, y era de forma curvada en la parte superior. Poseía dos pequeños botones debajo de una diminuta pantalla. Me estarán jugando una broma, pensó. Él ya sabía lo que era. Por definición, un “Digivice”, como se le conocía. Perteneciente a la serie de televisión Digimon, que también tenía historietas llamadas “Manga” y una alta gama de videojuegos. A él desde siempre le gustó Pokémon, pero Digimon le atraía aún más, pero no sabía el porqué. Pensó que era una broma de alguno de su familia, o de algún amigo, quizá.

En un momento, el llamado Digivice empezó a emitir una pequeña luz, con una flecha apuntando un lugar. Eran vacaciones y, como no tenía nada que hacer, se vistió y salió de su casa siguiendo la dirección que se indicaba. Él pensó que lo más probable es que tenga un rastreador de teléfono, y que eso que tiene en sus manos lo llevaría a donde sus amigos quieren terminar la broma. Caminando por la calle hacia la zona del centro, notó que ese día no había un solo auto recorriendo las concurridas avenidas de la ciudad. Era como si él fuera la única persona despierta en la calle. Después de tanto caminar, llegó al parque San Martín, muy conocido en Tucumán, donde él vivía. Como él lo esperaba de ese día, no había ni una sola persona en toda esa zona.

No obstante, la flecha indicaba que estaba cada vez más cerca, por lo que decidió seguir su camino. Llegando al centro del parque, vio que la flecha indicaba un arbusto cercano, donde pensó que estarían sus amigos para intentar asustarlo. Antes de que pudiera acercarse, una voz cercana exclamó: ¿Qué crees que estás haciendo ahí? Él logró distinguir una voz femenina, algo violenta, pero femenina aún así. Volteó, y vio a una chica de unos quince años, de cabello castaño, con los brazos cruzados como si estuviera a punto de regañarlo. Pero también vio a un rostro tapado por una capucha, y su cuerpo se cubría con un abrigo marrón. Se quedó sin palabras, sin duda no tenía nada que decir de aquella situación, pero utilizó la vieja excusa de que estaba buscando algo, ya que en realidad lo estaba haciendo de algún modo.


-¿Buscando, qué exactamente?

-Bueno, eso ni yo puedo saberlo.

-Simplemente buscas esperando encontrar cualquier cosa, no buscas nada en específico.

-Exactamente.

-¿Tu nombre?

-Tomás, pero mis amigos me llaman Tomy. ¿El tuyo?

-Alegra.

Recuerda que fue corta la conversación hasta que el encapuchado alertó a Alegra, señalando alguna especie de peligro en el arbusto en el que Tomy buscaba. Tomás se dio la vuelta y vio que la planta se movía, como cuando en las películas un animal salvaje acecha en la jungla. Se podían ver unos ojos amarillos, por lo que pensó que era una serpiente, pese a que no había de esas en esa zona de Argentina. El encapuchado era poseedor de un largo bastón, con lo que decidió acercarse. Al instante en el que se asomó por el arbusto se vio un movimiento rápido de lo que parecía ser un reptil. Una vez en el suelo sobre el encapuchado, Tomy –y Alegra también– lo distinguió inmediatamente. Era un enorme reptil rojo, con símbolos negros en lo que podríamos llamar manos y en la cabeza. Dotado de una enorme boca llena de afilados dientes, tratando de morder a nuestro amigo con capucha. Según los dos jóvenes, su nombre era Guilmon. Había sido por excelencia el digimon favorito de Tomy, ya que no sólo era grande, como a él le gustaba que fueran las bestias, sino que era muy fuerte a pesar de haber sido un recién nacido como el Guilmon de Takato, que aparecía en la serie de Digimon Tamers.

Pese a estar sorprendida, Alegra dio orden al encapuchado de matar a Guilmon. Al escucharla, Tomy sintió un golpe en su interior, quien había sido siempre su ídolo hablando de Digimon, se había hecho real y estaba a punto de ser asesinado. Antes de que el encapuchado asestara un golpe que matara al reptil, Tomás lo detuvo con sus brazos, lo que le permitió sentir la increíble fuerza que tenía ese hombre, lo único que lo salvó fueron sus escasas clases de natación a las que iba obligado a hacer algún deporte. Guilmon se tranquilizó un poco, pero el encapuchado lo retenía para que no hiciera ningún daño.


– No tenemos por qué matarlo, ¿es que no sabes lo que es?

– Creo que sé incluso mejor que tú lo que es, y sé que es muy peligroso.

– Sí, es peligroso, pero si lo tratas bien puede ser un buen compañero digimo-

–Interrumpió– ¡¿Cómo?! ¿Cómo puedes saber lo que es un digimon?

– Me gustan mucho la serie y los videojuegos, y conozco muy bien a Guilmon.



Alegra se quedó callada por un momento. Se dio cuenta de que Tomy sabía lo que decía, por lo que decidió contarle la verdad. Esto era sin duda algo que cambiaría su vida para siempre, por eso tuvo algo de precaución al decírselo.

Esto te sonará loco, pero hace unas semanas comenzaron oleadas de visitas del mundo digital. En todo el mundo hubo portales entre ambos mundos, pero ahora se han disminuido a uno, y va cambiando de lugar cada cierta cantidad de tiempo. Fue ayer el día en el que el portal dejó esta ciudad y cambió de dirección a Japón. Por lo que entre Argentina y Japón podría haber cientos de Digimon salvajes. Por eso es que nos hemos encontrado con este digimon aquí.

Tomás estaba, más que confuso y desorientado, eufórico. Todo eso que él amaba se había hecho realidad, ¡él mismo lo había comprobado! Un mismísimo digimon, no, el mismo Guilmon estaba frente a sus ojos. En ese momento se dio cuenta, él estaba destinado a que Guilmon fuera su compañero, por eso el Digivice apuntaba al arbusto, por eso había un Digivice mismo. Sin embargo, Alegra le dijo que es muy peligroso y no se haría su amigo con sólo pedírselo. Sorprendente fue la reacción de la chica al ver que Tomy también tenía un Digivice, y que no había sido coincidencia que él estuviese buscando algo allí mismo.


– Darcmon, suéltalo– dijo, revelando la identidad de la encapuchada.

– ¿Qué sucede, es que él fue elegido?

– Así parece, por lo que tenemos que dejarlo con su digimon.


Tomy se acercó a Guilmon ahora que no estaba siendo retenido, y le dijo que estaban destinados a estar juntos, a protegerse mutuamente. Como fue típico de la naturaleza de los Guilmon –que son muy escasos, realmente–, éste sonrió y obedeció a quien ahora sería su “Digimon Tamer”. En un instante el Digivice de Tomy comenzó a brillar y teñirse de un intenso color rojo, al mismo tiempo en que la flecha que apuntaba al digimon reptil desapareció.

Tomás sonrió también y abrazó a Guilmon. En ese momento se le pasaron un trillón de cosas por la cabeza, como irse de aventura al digimundo, incluso defender la justicia ayudando a bajar la criminalidad de la ciudad. Pero Alegra tenía una misión: descubrir el porqué de las oleadas. Descubrir por qué habían comenzado ahora y no hace diez años.


– No es tiempo de hablar ahora, te veo en mi casa esta tarde, pregunta por mí. Hasta eso, mantenlo oculto, y que nadie sepa que esto siquiera sucedió– dijo, entregándole un papel en donde estaba anotada su dirección, y su nombre debajo.


Esto seguramente era, el inicio de una gran aventura, pensamiento que hizo que el chico se entusiasmara muchísimo. Esa misma tarde debía ir a la casa de una chica –cosa que le hizo pensar la reacción de sus padres– para decidir el futuro de sus vidas. Para comenzar un épico viaje en busca de los secretos del Digimundo.
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Espero hayan disfrutado leerlo, ojalá les interese y les guste. Fue un poco corto, lo siento, pero habrá más. Si quieren comentar qué les pareció, no está de más, pero no los obligo a nada.

 

Bueno, llegó el segundo capítulo, que espero les guste. Mi sistema de publicación es hacer dos capítulos publicar el primero, hacer un tercero, publicar el segundo y así. Bueno, sin más vueltas.
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Eran ya las cinco de la tarde, cuando Tomy decidió irse en rumbo a la propiedad de Alegra. Quedaba más o menos cerca de su casa, pero hacía mucho calor–nada menos que 38 grados– y la caminata se hacía muy pesada. Decidió ir sin Guilmon, puesto que si lo atendía algún integrante de la familia de Alegra, probablemente se llevaría un buen susto. Mientras caminaba, se puso a pensar en muchas cosas, como en Darcmon, compañera de Alegra, o en el porqué del objetivo que tenía, de encontrar la razón de las oleadas de digimon. Pero a unas cinco cuadras de su destino, algo rompió su concentración. Una densa niebla se extendía por esa calle, pero sólo por esa calle, como si se tratara de una anomalía climática. Me resulta familiar, pensaba, ya lo había visto antes. Reinaba un silencio profundo, que aumentaba la tensión en el aire. Poco tiempo pasó hasta que se dio cuenta de que no era ninguna anomalía, sino que pensó que un Digimon estaba cerca de ahí.

Miró hacia la derecha–es diestro–, no había nada. La tensión al igual que el calor aumentó, y se volteó a la izquierda. En ese momento vio una figura extraña en la niebla, pero se distinguían un par de alas, por lo que era un ave. Enorme, con un par de cuernos, a los pocos segundos reconoció que era Aquilamon, un Campeón–superior a Novato– de atributo Datos. El digimon volteó hacia Tomy, y se abalanzó con gran velocidad. Un enorme golpe de suerte al tirarse al suelo y salir ileso, pero estaba lejos de Guilmon y su única alternativa era llegar a la casa de Alegra para que Darcmon lo defendiera. Corrió lo más rápido que pudo hasta la mitad de la cuadra siguiente, pero Aquilamon era más veloz y lo alcanzó en segundos. El ave asestó una cornada a unos botes de basura, rozando la cabeza de Tomás. Éste decidió dar la vuelta y esconderse en algún lugar, y encontró una especie de pila de bolsas de basura en las que podía esconderse detrás. Se sentó tras de ellas, y Aquilamon lo perdió de vista. El calor era notable, y cada vez se acercaba más a Tomy. Cuando el Digimon estuvo a punto de bajar la cabeza y verlo frente a frente, sintió un repentino–y muy poderoso– golpe que aumentó mucho su temperatura durante un momento. Se estrelló contra la pared de una casa en la esquina y, cuando miró–Tomy hizo lo mismo– hacia el frente, vio un dinosaurio rojo con la boca llena de humo. ¡Qué suerte, me encontró! Pensó en aquel momento. Pero Aquilamon no se daría por vencido fácilmente, y se levantó dispuesto a atacar a Guilmon.

Corrió velozmente hacia donde estaba, cercano a un poste de luz. Tomy se percató de eso y gritó desde lejos una orden de cortar la base del poste para que cayera justo cuando el ave lo alcance. Tomy era especialmente bueno en las estrategias de entorno, en aquellas que constan en utilizar todo lo que tengas alrededor para salir victorioso. La movida funcionó, dio el golpe justo en la cabeza de Aquilamon y, al estar aturdido, Guilmon utilizó su Bola de Fuego para neutralizar al salvaje. Y resultó bien, cayó rendido y se desvaneció como experiencia.

Cantaron victoria, y retomaron su camino a la casa de Alegra. Tomy se salvó gracias a que Guilmon lo había estado siguiendo a una distancia respetable, para que no se diera cuenta. Eso fue la clave para no morir en esa ocasión o, por lo menos, no salir herido. Entre la pequeña charla Tamer-Digimon, se escuchó un aplauso cercano a ellos. Miraron al frente y no era nadie más que Alegra felicitando la primera victoria de Tomás y Guilmon. Ella estuvo ahí, pudiendo haber ayudado todo este tiempo, pero su presentimiento de que un Digimon siempre está con su Tamer le permitió quedarse tranquila ante aquella situación de peligro. Un poco desilusionado estaba Tomás, porque de no ser por Guilmon, Alegra habría dejado que muera a manos de un Águila gigante. Dejaron atrás el tema e ingresaron a la casa de Alegra, recorrieron un largo pasillo hasta llegar al patio trasero, donde se pusieron a conversar.



– Siéntete halagado, eres el primer chico no perteneciente a mi familia al que invito a mi hogar.

– Gracias, supongo. ¿Para qué me trajiste aquí?

– Ella quiere hablarte del viaje que planea hacer cuando el portal se encuentre en un lugar más cercano– interrumpió Darcmon seriamente.

– Exacto. Como te he encontrado y tienes un Guilmon te considero útil en esta misión. Cuando el portal al Digimundo cambie a alguna zona de Sudamérica, cosa que se sabrá gracias a Darcmon, voy a llegar hasta allá y me adentraré en el mundo digital. ¿Qué dices, te interesa?



Hubo un pequeño silencio, lo que ella quería era algo grande, por lo que había que pensarlo bien. Pasó aproximadamente un minuto, hasta que Tomy se decidió. Será productivo, siempre quise conocer el Digimundo. Acepto. Ya lo habían decidido, pero hasta entonces debían proteger su ciudad de los Digimon salvajes que aparecieren, eso significaba que deberían entrenar, para no llevarse ninguna sorpresa más adelante. La desventaja de Tomy estaba en que Alegra competía en Tenis, y su mayor objetivo–hablando de Tenis– era vencer a sus compañeros varones, lo que demostraba que ella era muy competitiva, sin contar de que su Digimon compañera era Campeón contra el Guilmon Novato de Tomy. Éste le decía que no subestime a Guilmon, y con mucha razón, siendo que es un Digimon extremadamente fuerte para su nivel, capaz de derrotar a un campeón normal. Pero a Tomás se le metió una duda repentina, algo que cualquiera preguntaría menos él–no le daba mucha importancia a los detalles–.


– ¡Las redes que habrás tenido que hackear para saber todo este tema de los portales!

– Nada de eso. Darcmon tiene como una habilidad oculta o sexto sentido que le permite saber en dónde está el portal. Como habrás deducido, no lo sabe con exactitud, puesto que si no ya lo habríamos encontrado, pero por lo menos nos dice las cercanías. El resto es pura investigación.

– Qué conveniente.

– Deberías irte ya, oscurece.

Luego de aquella pequeña conversación, Tomás decidió marchar. Mañana lo esperaba un buen día–o eso creía él– y debía descansar bien.
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Bueno, comenten-si quieren- y corrijan. Espero que hayan sido resueltas algunas dudas, aunque sé que no totalmente.

 

Aquí está el tercer capítulo, que creo que va a despertar un poco de emoción en los que lo lean (a mí me gustó, personalmente). Espero que lo disfruten.
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Aquella había sido una noche interminable, ya que el joven se quedaba pensando en todo lo que le había pasado ese día, y en lo que le podía suceder en los demás. También se quedó pensando en la extraña habilidad de Darcmon para saber dónde está el portal, puesto que no veía conexión alguna entre una cosa y otra. Se quedó despierto de madrugada pensando en eso, le vinieron a la mente muchas teorías alocadas, pero al final desistió y cayó dormido.

Se despertó cerca de las nueve de la mañana, pero no recordaba si había soñado algo o no―lo que era raro porque casi siempre recordaba sus sueños―, sin embargo, no le importó mucho. Lo primero que hizo al levantarse es desayunar y llevarle algo a Guilmon―no sabía si los Digimon comían, pero Guilmon sí lo hacía―. Lo que notó es que ese día sí era normal; había gente en la calle y los autos andaban por allí, por lo que decidió llevar a Guilmon a escondidas por las calles menos transitadas. Llegaron caminando a un club deportivo, en donde vio dos personas jugando tenis, y un montón de espectadores alentando. Logró escuchar algo entre todos los gritos y el ruido: ¡Alegra! ¡Alegra! Sí, Alegra estaba jugando y era bastante popular entre el público. Se podía observar que estaba muy concentrada en el movimiento de la pelota. Si así juega, no me imagino cómo será a la hora de luchar, pensaba Tomy. Pero Alegra había mirado vagamente a la izquierda, y vio que Tomy estaba ahí―suerte para ella que él no se dio cuenta―. Retiró la mirada rápidamente y empezó a poner mucha más dedicación y concentración a su juego. No pienso perder contra un chico, frente a uno que conozco… Eso y su comportamiento revelaron que Alegra era muy orgullosa, y que no pensaba perder ante nadie. Se esforzaría tanto, que nadie estaría a su altura.

Poco después el partido terminó, Alegra había ganado―con un buen margen―. Antes que nada, tomó su botella de agua y fue a la reja desde la que Tomy había estado viendo todo el partido―o la parte más importante del mismo―.


― ¿Qué estabas haciendo? ―le preguntó, con la misma vos violenta que la primera vez.

― Pasé por aquí y te vi, así que me quedé a mirar el partido. De un momento a otro te pusiste muy agresiva con esa raqueta.

― Me acordé de algo que me inspiró.



Alegra le indicó a Tomy que la acompañe. Caminaron normalmente por una de las calles menos concurridas, para que nadie viera a Guilmon. Alegra notó que Tomy iba muy rápido, pues estaba adelantado un metro más que ella, y se detenía para que lo alcance. Alegra le preguntó por qué caminaba tan rápido, y Tomás respondió que era porque como nunca caminaba acompañado, estaba acostumbrado a no hablar y llegar rápidamente a su destino. Eso dio a pensar a Alegra que tenía una buena concentración en su objetivo, y que utilizaba los medios más eficaces para llegar a él. A pesar de ser flojo es bastante útil para algunas cosas, pensaba la chica.

Todo estaba tranquilo, era un buen día, lo único malo era el insoportable calor. Guilmon se detuvo un momento. Los jóvenes lo miraron y tenía sus ojos amarillos de “un digimon está cerca”. Más adelante vieron la niebla de lo que era un “campo de batalla”. Sin embargo, no se veía absolutamente ningún Digimon, pero uno sí los veía a ellos. En un instante la niebla desapareció, y Guilmon volvió a su actitud normal. Ese fue un momento extraño, pero ambos dedujeron que el Digimon escapó―no había otra posibilidad―.

Darcmon llegó corriendo a donde ellos estaban, preguntando si no había un digimon ahí. Ellos le respondieron que se fue, pero aquella acción hizo dudar a Tomy aún más, ¿cómo estaba tan absolutamente pendiente de todo aquello? Cada vez se le ocurrían diferentes teorías sobre la conexión de Darcmon hacia casi todas las cosas relacionadas con Digimon, pero no tenía forma alguna de comprobar siquiera la más simple. Lo único que le quedaba era esperar, ésa era la clave. Sólo debía esperar a que la niebla aparezca de nuevo, por lo que decidió irse para después volver en la noche. Alegra le dio una única advertencia: Una vez que tu Digimon cae, la presa pasas a ser tú. No estamos en un Videojuego.

Y sí lo hizo, volvió en la noche. Pero no encontró nada, se mantuvo vigilando la zona entre hora y media y dos horas, pero no obtuvo ningún resultado. Cada vez dudaba más y más sobre Darcmon. Llegó a pensar que ella alertó al Digimon salvaje para que se vaya. Y que son los mismos salvajes quienes le dan información sobre el portal. Decidió volver a casa, después de no tener nada. Mientras volvía, le prestaba atención a los edificios plagados de luces. Caminó por un rato, cuando estaba ya cerca de su casa, notó algo raro en lo alto de un edificio. Tenía muy poca visibilidad allá arriba. ¿Qué hace que veas borroso? Tomás se dio cuenta al instante, había una densa niebla en el techo de aquel edificio. Dudaba un poco, pero se armó de valor e ingresó al edificio esquivando cualquier mirada que sea dirigida hacia él o hacia Guilmon, no fue trabajo difícil, ya que había muy escaso personal trabajando esa noche. Ya en el último piso, subió lentamente la escalera que llevaba al techo. Dio un vistazo, pero lo único que vio es un alto pararrayos. Avanzó un poco más, a un paso lento, pero un rápido golpe inesperado dejó a Tomy al borde de caerse.

Se dio cuenta de una gran herida de garra en su brazo derecho. Levantó la mirada, y vio un demonio, no, un digimon demonio. Se estaba enfrentando a Devimon. Tú no eres al que estoy buscando. ¿Dónde está aquel que empuña la santa espada de Seraphimon? Le preguntó a Tomy. Sin embargo éste no sabía de qué estaba hablando aquel Digimon. En ese momento eran palabras muy confusas, pero al poco tiempo se percató de que Darcmon llevaba una espada además de su bastón.

Él sabía que ni Guilmon podía derrotarlo, pero se decidió por defenderse. Dio a Guilmon unas cuantas órdenes de atacar, pero Devimon era mucho más rápido y esquivó sus ataques, asestando él también golpes contra el dinosaurio rojo. Lo primero que Tomás recordó en aquel momento fueron las palabras de Alegra, “en cuanto tu digimon cae, tú pasas a ser la presa”.

Ni Tomy ni Guilmon estaban en una buena posición, Tomás llegó a pensar que nada podía salvarlo, Alegra no debería tener idea de lo que estaba pasando en ese momento. Los dos― tamer y digimon― estaban casi completamente inmovilizados por sus heridas, no había nada que se interpusiera entre Devimon y aquellos dos. Pero antes de que pudiera atacar, llegó Darcmon volando y dio a Devimon un golpe con su espada. Seguido llegó Alegra, para ayudar a quienes estaban tirados en el suelo. Devimon estaba algo herido, pero podía pelear. Usó sus garras para atacar a Darcmon, pero chocaron contra su bastón, permitiendo que esta última pudiera atacarle nuevamente con su espada. Pero Devimon no se rendía, se abalanzó rápidamente y dio un fuerte golpe a Darcmon, lo que le hizo caer―a Darcmon―. Sin embargo Alegra no se asustó, puesto que cuenta con cuatro alas perfectamente funcionales, y Darcmon las utilizó para regresar a la batalla. Alegra dio la orden de que acabe rápidamente, y Tomy se dio cuenta de que era tan sólo un juego de niños. Darcmon era mucho más fuerte de lo que parecía, y así como Alegra mejoraba en Tenis, Darcmon mejoró considerablemente sus movimientos. Saltó detrás de Devimon y, con un movimiento rápido, giró y cortó a Devimon con su espada. Devimon cayó y desapareció, pero un poco antes de hacerlo le dijo a Darcmon: Así que esa es la santa espada brindada a ti por Seraphimon…

Tomy alcanzó a escucharlo, pero sus heridas hicieron que quedara inconsciente… Alegra se lo llevó al parque y le dio unas hierbas medicinales que había llevado. Guilmon se recuperó mucho más rápido, pero la herida de Tomás era bastante profunda. En cuanto despertó, lo primero que vio fue aquella espada. Reluciente y, al parecer, muy afilada. Desde tiempos atrás se sabía que los Digimon considerados santos eran especialmente fuertes contra aquellos que se dedicaban a hacer el mal. Tomy le preguntó a Darcmon dónde había conseguido esa espada, pero lo único que hizo ella―si se le puede llamar así― es llamarse al silencio. Desde ese día el objetivo de Tomy fue descubrir los secretos que guardaba Darcmon, y su relación con Seraphimon, uno de los tres Grandes Ángeles.
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Bien, si han encontrado error, no duden en decírmelo, comenten los que quieran, den me gusta, lo que sea. Ahora se ha puesto más interesante la cosa, ¿eh?

 

Me demoré, sí, pero al fin se los traje. Este capítulo va a ser algo diferente de los demás. Es el capítulo tres pero desde otro punto de vista. En algún momento se darían cuenta, pero por si acaso se los aclaro ahora (esto NO es algún tipo de spoiler ni nada por el estilo que les arruine el capítulo, más bien, es más fácil de comprender con esto).
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Una vez dada su advertencia, Alegra decidió volver a su casa y dejar que Tomy haga lo que quiera. Aquella había sido una caminata realmente tranquila, sin ninguna preocupación. Eso pensaba Alegra, hasta que se puso a pensar cómo es que Darcmon supo que hubo un digimon en donde estaba Tomy en ese momento. Sin desconfiar, le preguntó a su Digimon. Éste le contestó que pudo sentir su presencia, y por eso acudió rápidamente a su ayuda. Sin embargo, eso no convenció a la chica, ella pensaba que había algo más profundo detrás de Darcmon.

Alegra fue al patio de atrás, para que nadie la vea charlar con su Digimon. Darcmon se escondía en el techo por si alguien venía, pero de repente la Digimon se quedó callada por un momento. Esto se debía a que Alegra le había exigido la verdad sobre todo lo que pasaba en ese momento. Darcmon suspiró, y decidió contarle a su tamer una historia.

“Hace mucho tiempo, el mayor de los Tres Grandes Ángeles, Seraphimon, se paseaba por el mundo digital. Decepción sintió al ver la maldad que habitaba en el mundo. Al no poder resistir tanta maldad, forjó una espada. Pero no era una común y corriente, era una Espada Santa. Aquella arma tenía un especial efecto en los Digimon malvados, ya que estaba hecha para repeler el mal del núcleo de los Digimon. Combatió con esa espada durante años, y al fin el mal se ocultó en lo más profundo del Digimundo. Seraphimon guardó aquella espada legendaria en el lugar más recóndito de su castillo, con la esperanza de nunca tener que volver a usarla en una batalla.”


― Fue Seraphimon quien me mandó a este lugar, él me dijo que aquí encontraría a un tamer que me ayudaría con mi misión.

― ¿Cuál?

― Acabar con el mal en el Digimundo. La razón por la que hubo portales es porque diversos Digimon malignos los han estado abriendo con el poder del Área Oscura. Se han reducido ahora a uno, debido a que quien lo está manteniendo abierto, es quien está al mando de toda esta operación.

― ¿Qué operación, y quién es ese tipo?

― GranDracmon, un Digimon demonio extremadamente poderoso. Seraphimon me dijo que si me lo encontraba, que me esconda y ruegue que no me encuentre. Es tan fuerte que necesitaríamos un ejército para poder vencerlo. Su objetivo es sembrar el mal tanto en el mundo digital como en el humano, para que ambos colapsen y la vida termine.

― Y, ¿cómo pudo vencerlo Seraphimon antes?

― La única forma de vencerlo es clavando la Santa Espada en su núcleo, Seraphimon no pudo destruirlo, porque está separado de él. Está en lo más profundo de su Castillo maligno. Por lo que si matas su cuerpo, lentamente revivirá a través de su núcleo.


Alegra ahora sabía el origen de todo el problema, por lo que básicamente su objetivo estaba cumplido. Pero ahora tenía uno nuevo: ayudar a Darcmon a derrotar a GranDracmon y restaurar la paz en el Digimundo―y evitar la destrucción del nuestro―. Para ello, debían entrenar más que nunca y volverse lo más fuertes posible. Pero en ese momento llegó un mensaje de Seraphimon a la mente de Darcmon, mensaje que anunciaría una nueva dificultad en su aventura.

“Darcmon, Darcmon… Malas noticias, mis informantes me dicen que en dos semanas el portal cerrará. Y hasta que ocurra, permanecerá en las costas de Japón, cercano a la isla de Okinawa. Debes partir allá en una semana, hasta eso, trata de volverte lo más fuerte posible, porque no sabemos dónde irás a parar una vez entres en el portal.”

Darcmon se lo contó a Alegra. Era decepcionante, porque primero deberían encontrar la forma de llegar a Japón, y dudaba que sus padres le dieran dinero para ir a Japón y salvar el mundo. Debían buscar cualquier medio posible para ir a Japón en una semana, cosa que sería tarea realmente difícil. Se puso a buscar por computadora, pero no encontró nada en unas dos horas. Esto probablemente iba a ser la tarea más tortuosa de toda su vida.

En ese momento, Darcmon pudo sentir una presencia maligna cerca de ese lugar, su mente captaba un poder enorme. Detectó que era muy cerca de donde Tomy y Guilmon estaban buscando un Digimon. Pero el poder era tan fuerte que dudaba en que Guilmon pudiera ganarle al desconocido. Le alertó a Alegra y le dijo que lleve unas vendas y unas hierbas medicinales que había traído del Digimundo, por si se encuentran heridos.

Corrieron velozmente por las oscuras calles de la ciudad, hasta que vieron aquel edificio con niebla encima. Darcmon fue volando hasta arriba, y Alegra tomó las escaleras y las subió a toda velocidad hasta el techo. Para cuando Alegra llegó arriba, Tomy y Guilmon estaban gravemente heridos, y Darcmon luchaba contra un Devimon. Sin darle importancia a lo último, Alegra fue a socorrer a Tomy y a su Digimon con las vendas. Cuando terminó los vendajes, le ordenó a Darcmon que acabara con aquella pelea, así pudieran llevar al Tamer y al Digimon a descansar lo más rápido posible.

Obedeció la orden, y terminó la pelea asestando a Devimon un fuerte golpe con la Santa Espada que le dio Seraphimon. Volvió con Alegra, y Tomy se había desmayado a causa de sus heridas. Los llevaron al parque para que pudieran descansar sin que pase alguien y vea los Digimon. Ahí Alegra aplicó las hierbas del Digimundo sobre las heridas de Tomás y las de Guilmon. Tenían un místico poder sanador, se notaba porque pocos segundos después de ser aplicadas, las heridas cicatrizaron y sanaron completamente, salvo la de Tomy, que era bastante seria. Los llevaron a la casa de Tomy, él estaba adolorido, pero una buena noche de descanso lo haría sentir mejor. Se despidieron― pues Tomy había despertado ya― y, antes de que pudiera cerrar la puerta, Alegra alcanzó a decir unas palabras…

Descansa bien, mañana será un día realmente agitado.​

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Bien, cada vez nos entrañamos más en lo que será esta aventura, y se va complicando más a medida que lo hacemos. Ni yo me esperaría lo que viene, pero sí habrá que esperar las ediciones finales del próximo capítulo, así que paciencia. Algo que me gustaría es que me digan su/s parte/s favorita/s, me gusta saber qué le interesa a quien me está leyendo. No es obligación, pero me gustaría. Saludos a todos, que la pasen bien en reyes, feliz año y navidad atrasados.

 

Buenas tardes. El capítulo tardó, pero se extendió el mínimo de palabras, así que tendremos un mínimo de dos mil. Antes era de mil. Sin más, aquí.
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Eran ya las diez de la mañana, cuando Tomy se despertó. Notó algo extraño, el dolor que había sentido la noche anterior había desaparecido completamente. Se miró en el espejo, y no tenía ni una simple marca. Fue extraño, tanto que hasta creyó que todo lo que había sucedido fue tan sólo un sueño. Fue a la cocina a desayunar y se quedó viendo el reloj. Pensó que había sido un sueño bastante bueno, o el mejor que había tenido. Interrumpiendo los pensamientos de Tomy, sonó el timbre de la puerta. Grande fue la sorpresa de Tomy al ver que no era nadie más que Alegra, y eso confirmó que no había sido un sueño.


― Espero que hayas descansado bien, porque hoy toca entrenar.

― ¿Qué clase de entrenamiento será?

― Uno especial: entrenamiento de batalla. Quizá Guilmon sea más fuerte de lo que creemos y tiene un espíritu de lucha escondido.

― Podría ser.


Alegra lo apuró y lo llevó a una zona en construcción abandonada, yendo hacia el campo. Había varias plataformas conectadas por escaleras, sin embargo eran quebradizas y muy inestables. Alegra le dijo a Tomy que debía orientar a Guilmon para que salga victorioso en una pelea sobre las plataformas, el primero que caía de ellas, perdía. Sin rodeos, Tomás aceptó con gusto. Este entrenamiento iba a ser sin duda productivo y muy beneficioso.

Guilmon y Darcmon subieron a las plataformas, y comenzó la pelea. Darcmon siguió a Guilmon, quien trataba de subir una escalera, pero lo tomó de la cola y lo golpeó contra el piso. Guilmon se levantó e intentó darle un golpe con sus garras a Darcmon, pero ésta lo esquivó y golpeó al dinosaurio con su bastón. Guilmon intentó golpearle con una bola de fuego, pero también la evitó. Sin embargo, Tomy descifró cómo golpear a Darcmon. Le dijo a Guilmon que la llevara a un lugar cerrado, allí lanzó una Bola de Fuego contra Darcmon, evitando el fuego y el riesgo de caída, saltó a su izquierda en una parte muy quebradiza. Allí Tomy ordenó que la golpeara con sus garras justo cuando caiga, antes de que pueda reaccionar. Golpe de suerte, lo esquivó también. Pero se dio cuenta de que más que suerte fue algo planeado: al chocar las garras contra la plataforma quebradiza, ésta se rompió y dejó caer a Darcmon al suelo.

Era otra prueba de que las armas más mortíferas de Tomy eran sus estrategias. Alegra lo felicitó, pero también le dijo que una estrategia puede fallar, y que no se puede valer sólo de ellas, también hay que ser fuerte. Y tenía razón, una estrategia no vale nada si no se puede ejecutar. La chica dio por finalizado el entrenamiento por hoy, ya que debía volver a casa con la compra para su madre. Pidió a Tomy que la acompañara, para que no sea tan aburrido como siempre.

Dejaron a sus Digimon allí en el “campo de entrenamiento” y partieron. Estaban yendo al centro de la ciudad. Siempre pasaba mucha gente por ahí y era difícil seguir el ritmo de quien iba adelante. Ya llegando a la zona del centro, Tomás giró la cabeza hacia la derecha y vio a lo lejos un humo negro. Alegra, al ver que Tomy estaba con la mirada fija en otra cosa, también dirigió sus ojos hacia el humo. Le dieron prioridad a esta situación, y fueron corriendo en dirección a lo que era un incendio. Venía de una estación de trenes. Estaban a una cuadra, y vieron las llamas azotando el establecimiento. El gas tóxico y el calor les impedían seguir, pero Alegra de repente vio algo entre el fuego.

Era una figura enorme, una bestia robusta que, al parecer, no se veía afectada por las altas temperaturas ni el humo. La sombra giró hacia la chica, y allí ella pudo contemplar sus grandes ojos rojos llenos de ira. En ese mismo momento la bestia salió corriendo en cuatro patas hacia la dirección opuesta, dejando a los jóvenes al otro lado de las llamas. Rodearon la estación, pero lo perdieron. Preguntaron a la gente pero ésta les decía que todo había pasado muy rápido. Decidieron volver, pero un comerciante callejero los llamó. Les dijo que había visto un gran oso azul, y ojos de un rojo profundo. También les dijo que se había ido en dirección a las vías que salían de la provincia.

Los dos intentaron recordar a un Digimon con tales características, pero no lo consiguieron. Volvieron al campo de entrenamiento y les avisaron a Guilmon y a Darcmon. Darcmon dijo a Alegra que había recibido un mensaje de Seraphimon, diciendo que no se acercara. Mientras tanto, Tomy aún estaba tratando de recordar. Había una pila de basura cerca, donde Tomy vio desde una distancia segura una revista que decía “World”. Sus recuerdos llegaron como un flechazo, sabía exactamente qué Digimon había atacado la estación.


― ¿Y, tienes algo? ― Le preguntó la chica.

― Sí, al ver esa revista World recordé. Es un Grizzlymon. Es un oso azul, nivel campeón.

― Bien, lo tenemos pero, ¿World?

― Me hizo acordar a Digimon World 3, donde puedes tener un Bearmon y evolucionarlo en Grizzlymon.


Era una forma rara de acordarse, pero era una forma después de todo. Fueron a las vías, como les habían dicho antes, pero no encontraron nada. Buscaron por todos lados, aunque no había muchos lugares dónde buscar. Puesto que era un terreno baldío con unas vías que conducían a Catamarca, y que después salían del país hacia Chile. Ambos se fueron al centro al terminar la compra, esperando que alguna vez llegara una noticia sobre aquel Digimon. Al terminarla, ya de noche, llegaron a la casa de Alegra, dónde ella le contó a Tomy toda la verdad sobre Darcmon. Se lo contó cautelosamente para no alarmarlo. También la historia de la espada de Darcmon. Por fin las dudas de Tomy se habían disipado sobre aquel Digimon. La situación era bastante sorprendente y emocionante, pero ambos sentimientos se vieron opacados por la decepción de que el portal nunca cambiaría de lugar.

Había un silencio profundo, ya que ambos estaban pensando que pasaría de hoy en adelante. Si intentarían buscar el portal allá en la otra punta del mapa, o si siquiera seguirían con esto. Pero el silencio se vio interrumpido por el ruido de la televisión. Escucharon justo lo que querían escuchar: se vio a Grizzlymon rondando por las vías del tren donde habían buscado. Era algo bueno y a la vez malo, lo encontraron, pero eso también podría tomarse a mal: habían encontrado al feroz Digimon que había incendiado la estación de trenes.

Dos policías se acercaron a las vías de tren esa noche. A lo lejos se veían las luces de la ciudad que te iluminaban la cara. Pero no era un momento para contemplarlo. Estaban allí porque llamaron diciendo que un extraño animal rondaba por aquellas vías. Los primeros minutos no vieron nada más que su entorno levemente iluminado par las luces en la ciudad. Pero un poco más tarde escucharon unos extraños sonidos, provenientes de quién sabe dónde. Se dieron vuelta, y vieron esos enormes ojos rojos.

Todo pasó muy rápido, al verle a los ojos la bestia se abalanzó sobre ellos y los dejó inconscientes dándoles un golpe con sus garras. El animal comenzó a destrozar el auto policíaco, llenándolo de marcas de garras y abollando las puertas. El ruido hizo que uno de los policías se despertara, pero trató de no llamar la atención de lo que creía que era un enorme oso. Escuchó un ruido de lo que parecían ser pasos en la tierra, y pensó que eran refuerzos que habían venido a buscarlos.

Pero no vio más que dos jóvenes con más animales extraños corriendo en dirección al enorme oso. Refuerzos eran, pero eran refuerzos especiales: los dos Digimon Tamer de la ciudad habían llegado para darle fin al monstruo. La batalla comenzó con unos golpes propinados por Guilmon, pero no parecieron afectarles a Grizzlymon y éste lo golpeó con sus grandes garras. A continuación, el Digimon del mismo nivel que el oponente, Darcmon, llegó con su bastón para darle al oso lo que se merece. Pero detuvo el golpe con su boca, y acertó más golpes de garras. Pese a esto ninguno de los dos se rendía, y Guilmon utilizó su técnica de Bola de fuego, que dio en el pecho de Grizzlymon. ¡Pero no se rendía! Era imbatible, por cada golpe que recibía, más furioso y agresivo se volvía. Darcmon intentó atacar con su espada, pero antes de eso Grizzlymon se abalanzó sobre ella y le dio un zarpazo en el rostro. Lo mismo sucedió para Guilmon, quien había ido en su ayuda. Para finalizar, los mandó a volar a ambos con fuertes golpes gracias a sus poderosos brazos.

Los dos Digimon estaban destrozados, y sus Tamer sorprendidos de que hayan perdido contra un solo campeón. Sin duda, Grizzlymon era muy fuerte. Antes de que pudiera dar el golpe final, se escuchó un estruendo. Al instante se vio el brazo derecho de Grizzlymon sangrando. No había sido nada menos que un balazo propinado por el oficial de policía, quien había estado presenciando toda la batalla. Se notó que había sido un golpe fuerte para el Digimon―más fuerte que los que le habían dado antes―, pero eso no hizo más que enfurecerlo más. El Digimon retiró la mirada hacia el policía, con la máxima expresión de furia que haya podido imaginar. Se acercó rápidamente al policía, tenía la cara pálida, temía que fuera su fin. Antes que termine su último día, el monstruo se detuvo. Pero esta vez no fue un golpe lo que lo detuvo, sino Guilmon sobre su espalda tratando de detenerlo. Una ayuda, por muy pequeña que fuera, sería recompensada por el leal corazón de los Guilmon. Grizzlymon logró sacárselo rápidamente, pero aquel sentimiento de lealtad y amistad fue lo que hizo despertar el verdadero espíritu de Guilmon.

A continuación, una enceguecedora luz roja estaba a punto de darle un giro a la batalla: la luz de la digievolución. Salió del Digivice de Tomy y apuntó a Guilmon. El cuerpo de éste último empezó a agrandarse por enormes dimensiones. Guilmon había dejado la batalla para dejar entrar a un nuevo combatiente: Growlmon. Era la digievolución campeón de Guilmon. Aumentaba mucho su tamaño, pero lo más notable era su enorme incremento de poder. La esperanza―así como la confianza― volvió a los Tamer, y esto abría paso al inicio de una nueva y definitiva batalla. Comenzó con un golpe de Growlmon, que dejó aturdido al oponente. Pero antes de que pudiera devolver como de costumbre, recibió otro golpe más. Esto no venció a Grizzlymon, ya que éste se lanzó contra el dinosaurio y empezó a atacarlo múltiples veces con sus garras. Sin embargo, el poder de Growlmon era demasiado grande, y contraatacó con su ataque Flama extenuante, que hizo que el oso no haga más que desaparecer.

Habían sido dos duras batallas, pero salieron finalmente vicoriosos. En cuanto a Growlmon, volvió a su etapa novata, Guilmon, muy exhausto. Lo primero que hicieron después del combate fue ver la situación de los policías. Uno estaba inconsciente, pero eso no dejaba de lado que ambos estuvieran gravemente heridos a causa de los ataques de Grizzlymon. En el auto había un paquete de primeros auxilios―no se había llevado un solo rasguño― que usaron para tratar las heridas de los policías hasta que llegara la ambulancia que después llamarían. El policía estaba asombrado por las extrañas criaturas que le habían salvado la vida, y recibió una detallada explicación de lo que sucedía. Se detuvo a pensar un momento, intentando procesar toda la información sin exaltarse mucho. Se puso de pie, y decidió hablarles a los jóvenes.


― Así que, deben llegar a Japón y no tienen dinero… hay una forma, pero es bastante arriesgado.

― Díganosla, por favor. Cualquier ayuda nos serviría―suplicó Tomy.

― Bien. Cada mes un barco de transporte se queda en Chile unos días, y de allí vuelve a Japón. Se lleva a cabo el 27 de todos los meses, por lo que aún están a tiempo. Sin embargo, la única forma de que puedan viajar en él es infiltrándose, no tiene más de cinco tripulantes, pues desembarcan gracias a mano de obra local. Mientras no se paseen por la cubierta y sean listos, no los descubrirán.

― Muchas gracias pero, ¿cómo sabe usted todo esto? ―preguntó Alegra.

― Mi padre trabajaba ahí, pero se jubiló hace unos años. A veces va a visitar el puerto, y me cuenta que a pesar de que haya pasado tanto tiempo, se hace siempre el mismo recorrido. Eso es todo lo que les puedo decir.

― Mil gracias. Pero le debemos pedir un favor más: todo lo que vio aquí nunca sucedió. No queremos tener problemas con el gobierno tampoco―le dijo Alegra seriamente.


El oficial asintió, y se comprometió con no decir nada acerca de lo que había sucedido aquella noche. Pero no prometió nada acerca de olvidarlo…

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* Digimon World 3 es un videojuego para la PSOne o “la play uno”.

** Como aclaré en el primer capítulo, hay datos inciertos. En este caso, las vías y la estación de tren son inventadas, pues no tengo información de su existencia en el lugar donde transcurre nuestra historia.

Bueno, volvemos con los datos inciertos. Qué sé yo si hay o no un barco desde Japón a Chile, quizá, pero no tengo la más mínima idea. Bueno, fuera de eso: ¡Ya tenemos la primera digievolución! Hasta yo me entusiasmé. Bueno, digan si les gustó, su parte favorita, ect. Nos vemos la próxima.