Long-fic de Naruto - Una niñera o ¿Algo más? [NeTen]

ola! bueno aqui vengo de nuevo con uno de mis fanfics. Ya casi estoy por terminar VIDAD POR VIDA, y he decidido empezar con otro, la tematica es diferente (segun yo es mas suave y relajada) espero lo disfruten y me dejen sus opiniones, Ya lo tengo algo avanzado, asi que espero no tardr en subir la conti

Mi niñera o ¿algo más?
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Capitulo 1​

Nuevamente me veía en la necesidad de buscar una niñera, era tan frustrante esa situación. Por alguna extraña razón las niñeras salían corriendo después de pasar tan solo pocas horas con mi pequeña.

Aun no lograba descifrar como es que las ahuyentaba tan rápido y de manera eficaz, debido a eso me vi en la necesidad de incrementar el sueldo para quien se animara venir, pero no sirvió de mucho, ya que en cuanto veían a mi hija rechazaban la oferta.

Di el último sorbo a mi café, baje el periódico que sostenía en mis manos para ver a mi hija, encontrándola sentada en su silla mientras daba grandes bocados para acabar su almuerzo. Sonreí al verla tan contenta, no tenia madre y verla tan animada me alegraba, indicaba que no era mal padre después de todo.

Ella nació como producto de una noche de copas en la que perdí el control, debido a eso me vi obligado a tomar la responsabilidad de ese error. Sin embargo su madre no lo vio así, ya que en cuanto nació nos abandono, alegando no estaba preparada para ser madre ni quería serlo.

—Amaya, Vamos es hora de ir al kínder—pronuncie secamente. No era que estuviese molesto, simplemente nunca fui, ni he sido expresivo.

Ella asintió con la cabeza y bajo de un brinco de su asiento.

Al bajar llevaba el uniforme de su escuela, un traje de marinerito, su larga cabellera castaña la llevaba sujeta en dos coletas adornadas con un listón. Apenas contaba con cinco años, era dulce y tierna. La luz de mi aburrida y gris vida.

La sujete de la mano para salir de esa enorme mansión en donde vivíamos los dos, subimos a el auto, conduje sin decir palabra alguna hasta llegar a su kínder donde la deje.

De ahí me dirigí directo a mi oficina, tenía mucho trabajo por hacer, pero lo que más me preocupaba era encontrarle una niñera a Amaya, pronto saldría de vacaciones y no podría cuidarla.

Tome mi celular y marque un número, espere a que contestaran, lo cual quería sucediera pronto.

—Bueno—pronuncio una voz a través del auricular.

—Soy Neji, necesito pedirte un favor, consígueme una buena niñera y que me dure más de un día.

—Mmm no te preocupes ¡tengo la solución perfecta para ti dattebayo!

Me sorprendió la rapidez con que me dio una solución.

—Dime.

—Debes ir a una agencia de niñeras, pero no a cualquiera, sino a la mejor. Ahí el teme conoció a Sakura su actual esposa.

— ¿La contrato para cuidarlo? —dije en tono de burla.

—No, Sasuke se había ofrecido a cuidar a su sobrino, pero no pudo controlarlo, así que decidió contratar a alguien y debido a las buenas referencias de esa agencia fue en busca de una, así conoció a Sakura.

No me interesaba saber la vida amorosa de Sasuke, pero conociéndolo él no iría a cualquier agencia, debía ser una buena o más bien dicho la mejor, además no perdía nada con intentar.

—Esta bien, pásame los datos.

En un papel en blanco anote lo que me dijo el Uzumaki y colgué. Cinco minutos después marque a dicha agencia. Debía ir la próxima semana acompañado de Amaya.

***​

Tenten

Caminaba apresuradamente por los pasillos del centro comercial, el celular que guardaba en mi bolso comenzó a sonar, lo saque para contestar, al ver el número suspire con pesadez.

—Bueno.

— ¿Dónde estas? ¡Llevamos media hora esperándote aquí! —exclamo una voz femenina.

—No seas exagerada Ino, apenas han pasado cinco minutos—respondí, sí mi amiga era una histérica, por cinco minutos de retraso armaba un escandalo.

— ¡Como sea date prisa!—ordeno y colgó.

Al llegar al restaurant donde acordamos vernos, sonreí contenta, ahí pude ver a todas mis amigas, hacia tanto tiempo que no las veía.

Inmediatamente se colocaron de pie y nos abrazamos como adolescentes. Todas ya tenían sus vidas formadas o al menos la mayoría. Todas nosotras algún día trabajamos, bueno yo aun sigo, pero las demás ya encontraron a esa persona especial con la que se casaron y ahora están formando sus hogares.

— ¡Aun no lo puedo creer! ¡¿Como que no te has casado?! Bueno es mejor así, por que si no te hubiera matado por no invitarnos—exclamo una rubia de orbes azules. Todas las demás asintieron con la cabeza. Sí todas ellas ya estaban casadas y con hijos, como Sakura tenía dos pequeñitos de la misma edad: un niño y una niña de cinco años.

Sinceramente me hacia ilusión algún día casarme y formar una familia, pero aun no encontraba a esa persona especial con la que pasaría el resto de mi vida.

Seguimos charlando por un buen rato, Sakura se retiro primero, quedando Ino, Temari, Matsuri y yo, sabia que tema seria el siguiente en tocar, mi vida sentimental.

—Entonces ¿estas saliendo con alguien? —interrogo curiosa la Yamanaka.

Yo asentí al dar un sorbo a mi bebida.

—y la boda ¿cuando? —interrogo la Yamanaka.

Mi reacción fue atragantarme, después toci y cuando me tranquilice las mire un tanto molesta.

—No creo que sea pronto, él no parece tomar nuestra relación seriamente y siendo sincera no creo querer pasar mi vida junto él—respondí lo más seria que pude.

Aunque no lo aparentaba en el fondo me dolía, pero era cierto, tal vez debía conseguir otra pareja más. Él no planeaba formar una familia y menos casarse ¿por qué seguía con él? Ni yo misma conocía la respuesta.

Mis amigas formaron un alboroto, cuestionándome sobre muchas cosas a las que ni yo misma tenia repuesta. Finalmente después de un rato se tranquilizaron.

—Bueno no importa, que tal si un día conoces a un hombre guapo para él que termines trabajando, te enamores y te cases—dijo pícaramente la rubia de orbes azules.

Yo me sorprendí ante su comentario, creo que veía las cosas de color de rosa.

—creo que sueñas mucho, además ¿como terminare trabajando para un hombre así? Para eso necesita tener una familia y no pienso destruir ninguna—sentencie tranquilamente.

Sí trabajaba como niñera para una agencia de gran prestigio, amaba a los niños. Sakura, Matsuri y Temari también fueron niñeras en su momento, pero lo dejaron al casarse.

— ¿Quién dijo que destruirás una familia? Él puede ser viudo o divorciado—Corrigió la castaña de melena.

—Como si eso fuera a pasar— respondí en burla.

—Créeme en este mundo todo puede pasar, veme termine casándome con un vago—intervino mi amiga de cuatro coletas.

Suspire y les di por su lado, así me dejarían en paz. Al dar las tres nos retiramos, pues todas ellas tenían cosas que hacer como atender a sus maridos o cuidar a su hijos, una de ellas era Temari, había dejado a su pequeño de tres años con su padre.

Yo decidí seguir dando vueltas por ahí, recordé uno de los mejores deportes para las mujeres ¡las compras! Ese era él mejor método para pasar el tiempo, después de todo no tenia nada que hacer.

Kidomaro mi novio había salido fuera o eso me dijo, realmente ya no le creía nada, varias veces me había engañado, siempre se la pasaba en fiestas y acotándose con cuanta mujer se le cruzara en frente, después de todo era él gerente de una de las empresas más importantes.

Por ello se consideraba el hombre más importante del mundo, en verdad una vergüenza como hombre entonces ¿Por qué seguía con él? Debía terminar con esa relación antes de salir lastimada.

En el centro comercial recorrí las tiendas maravillada por los nuevos diseños de ropa, rápidamente me vi acompañada de varias bolsas, cheque mi reloj, ya era las cinco de la tarde, debía irme a casa, pero antes una ultima parada final, la tienda de armas. Esperaba hubiese llegado mi encargo: una espada especial de doble filo. Seria parte de mi colección.

***​

Neji

Después de haber recogido a mi hija del kínder me pidió la llevara a comprar un peluche, ya había terminado mi trabajo en la oficina por ese día, así que no había problema por eso.

La lleve al centro comercial, pues era el único lugar que conocía donde pudiera encontrar lo que me pedía.

Al llegar ella comenzó a saltar emocionada y sin pensarlo se metió a la primer tienda que vio vendían ropa, la seguí desde lejos, cuando llegue a donde ella me percate de como veía fascinada los vestidos.

Me acerque a ella y dije escogiera el que más le gustara pues se lo iba a comprar, se giro a verme con una sonrisa, una empleada se acerco a ofrecernos su ayuda, mi hija le indico el vestido que quería y su talla, minutos después salimos con una bolsa donde se encontraba el vestido.

Sin embargo al salir de la tienda se fue corriendo a donde se encontraba una multitud de niños, perdiéndola de vista, de inmediato comencé a buscarla, pero entre tantos niños no la encontraba.

Seguramente estaría dentro de otra tienda de ropa, ahora debía buscarla de tienda en tienda hasta hallarla.

***​

Tenten

Ya me iba del centro comercial cuando al pasar por una tienda quede prendada de un hermoso peluche en exhibición, tenía la forma de un panda, en cada oreja un moñito rojo. Sabia que debía ser mío, no me lo perdonaría si alguien más me lo ganaba.

A paso veloz me encaminarme en dirección a esa tienda, nada me detendría o eso creía, hasta que vi como una pequeña niña lloraba desconsoladamente en el suelo, sin poder evitarlo me acerque a ella.

—Hola—salude amablemente al colocarme de cuclillas—. ¿Por qué lloras?

La pequeña al escuchar mi voz levanto su carita, sus mejillas estaban totalmente humedecidas por su llanto. Su piel blanca, cabellera castaña y ojos plateados, hacían un perfecto contraste.

La pequeña parecía no querer hablar, mas después de unos segundos lo hizo.

—Es que esos niños me empujaron al acercarme, yo también quiero ese juguete—dijo al señalar a una multitud de pequeños.

Fije mí vista en dicho juguete, una edición limitada de la mí serie de caricaturas favorita: los pandas arcoíris. Si muchos me han dicho que eso es para niños, y lo sé, pero me gusta y punto.

Era un estuche completo de todos los panditas arcoíris o al menos los más importantes, lo mejor era que estaban hechos de felpa. No podía dejar pasar esa oportunidad. Instintivamente me gire a la niña.

—Espérame aquí—dije para dirigirme a esa multitud de pequeños.

Con un gran esfuerzo logre llegar a donde el señor tenia los estuches, aunque había una multitud de niños, casi ninguno había los comprado, ya que esperaban a sus padres, quienes seguramente se los comprarían, como eran demasiados, no dejaban pasar a nadie, inmediatamente hacían lo posible por que los que llegaban se dieran por vencidos.

Pero ese no seria mi caso. Esa era una edición limitada, la cual no dejaría pasar. Tome dos estuches y con sonrisa triunfal me dirigí a las cajas, no sin sentir las miradas disgustadas de los niños, ya que seguramente algunos se quedarían sin su estuche.

Con una enorme sonrisa camine hasta la niña, que me observaba asombrada.

—Ten esto es tuyo—le dije al estirar mi mano con un estuche.

Ella lo tomo un tanto desconcertada, segundos después una sonrisa surco su rostro. Más desapareció al percatarse de la presencia de unos niños a mi espalda, de inmediato bajo su cabeza.

—Pensé que te habíamos dicho que tu no tendrías uno de esos estuches—pronuncio uno de los pequeños de manera desafiante.

La niña bajo aun más su cabeza, parecía fuese a llorar, lo más probable era que eso niños fuesen quienes la hicieron llorar cuando la encontré. Gire lentamente para encontrarme con tres pequeñitos.

—Y ¿quien dice eso? —interrogue molesta.

—y ¿usted quien es? ¿Su madre? —interrogo otro pequeño.

—Eso no les incumbe ¿fueron ustedes quienes la empujaron?

—y ¿que si lo hicimos? —interrogo de manera desafiante el que al parecer era su líder.

Esa actitud me fastidio por completo, debía darle un castigo y así fue, sin previo aviso lo tome de las mejillas y comencé a estirarlas sin parar, cuando lo solté estaba apunto de llorar.

— ¿Qué, piensas llorar? —interrogue a manera de burla y con superioridad.

El niño me dedico una mirada llena de reproche y coraje, yo sonreí victoriosamente, luego mire a su compañeros, quienes salieron corriendo al igual que su pequeño líder.

—Me voy pequeña—dije al darme la vuelta, aun debía comprar ese hermoso peluche de panda.

Avance unos pasos, pero alguien me sujeto de la falda, la voltear me encontré a la niña. Ella veía al piso, parecía avergonzada.

—Gracias—dijo en susurro.

—De nada—respondí con una sonrisa.

— ¡Amaya! —exclamo una voz a lo lejos.

Ambas volteamos, la pequeña soltó mi falda y se dirigido corriendo al dueño de dicha voz. Al verlo quede embobada jamás había visto a un hombre igual, sin embargo la niña lo llamo papá, debía estar casado y ser muy feliz.

Di la media vuelta y me marche de ahí, total yo tenia cosas que hacer como adueñarme de un hermoso peluche de panda. Cuando lo obtuve sentí como si me hubiesen propuesto matrimonio, aunque tal vez sea una exageración de mi parte. Minutos después me encontraba en mi departamento.

***​

Neji

Había estado buscando en todas las tiendas y no daba con mi hija, lo cual me empezó a preocupar ¿la habría perdido? Un poco de desesperación se apodero de mí. Más desapareció al verla a lo lejos. Sin embargo no estaba sola.

Conforme me acerque me di cuenta de que Amaya estaba sujetando la falda de una bella mujer esperen dije ¿bella? ¿Desde cuando pienso así de una mujer? Ni siquiera llegue a llamar así a la madre de Amaya. Sin darme cuenta quede prendado de esa mujer por unos segundos.

Llame a mi pequeña por instinto, quien al verme se lanzo corriendo a mis brazos, en cuanto la vi venir me incline para cargarla, lucia bastante feliz.

— ¿Por qué tan feliz, mi princesita?

—pues porque tengo ¡un estuche de lo panditas arcoíris! —respondió emocionada.

—Espera hay que devolver eso, aun no lo has pagado, esta mal tomar así las cosas—reprendí a mi pequeña.

—Te equivocas, este me lo regalo la mujer con la que estaba—dijo al apuntar la dirección donde se supone debería estar dicha mujer, pues ya se habia marchado sin dejar rastro.

Yo la vi con el seño fruncido ¿desde cuando las mujeres eran tan bondadosas? Sabia que mi princesita no mentía, pero quería estar seguro, me acerque al cajero e interrogue si dicha mujer había pagado él estuche, él confirmo lo dicho por Amaya.

— ¿Ya nos vamos princesita?

Ella asintió con una sonrisa. En mi camino encontré a varias mujeres a las cuales examine, extrañamente a ninguna llegue describir como bella. Subimos al auto, ella pidió ir en el asiento del copiloto, a lo que no me pude negar.

Minutos después fue vencida por el sueño, una cosa llamo mi atención, en todo el camino nunca soltó el estuche de peluches que le regalaron.

Las puertas de mi mansión se abrieron para nosotros, al bajar tome a mi pequeña en brazos y lleve hasta su habitación donde le quite los zapatos y acomode en su cama, aunque seguramente pronto se despertaría. Intente quitarle el estuche de peluches que cargaba, pero un pude, estaba aferrada a eso.

Seguido de eso me dirigí a mi habitación, aquella en la que yo estaba solo. Me recosté en mi cama y cerré mis ojos, de pronto la imagen de esa bella mujer vino a mi mente.

—Un ángel—susurre con los ojos cerrados.

Si eso era para mí. Aunque fue un momento tan fugaz y cotidiano ¿Quién diría que podría encontrar a un ángel en un lugar tan concurrido? Quería quedarme con esa bella imagen, pues jamás la volvería a ver. Nuevamente habia visto a un ángel.

Más tarde llamaron a mi puerta, me incorpore, una de las empleadas me comunico que la cena estaba lista, le agradecí y encamine a la habitación de mi pequeña, ahí la encontré aun dormida.

La desperté con leves movimientos, se sentó aun adormilada sobre su cama tallándose sus ojitos. Minutos después soltó su estuche de peluche para abalanzarse sobre mí con una sonrisa.

Yo la tome en brazos, luego la regrese a su cama, debía ponerse los zapatos. Nuevamente se abalanzo sobre mí.

—Sabes papi, soñé con la mujer del centro comercial, quiero volver a verla de nuevo—dijo muy contenta.

Sinceramente me sorprendió, era la primera vez que la escuchaba decir algo así, siempre despreciaba a las mujeres que la rodeaban a excepción de las empleadas de la casa y su maestra.

Yo no tenía ningún interés en particular por una mujer, nunca lo había tenido, pero esa castaña del centro comercial me había dejado con una sensación rara, nunca antes sentida.

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¿Y bien? ¿Que les parecio? ¿Les gusto? Se aceptan jitomatasos =)






att:himeko-chan♥

 

Ola! Bueno aquí les traigo el siguiente cap, me alegra que les guste mi nuevo fic, espero que asi continúe jeje

Capitulo 2​

Faltaba una semana para que Amaya saliera de vacaciones, el trabajo en mi oficina iba en incremento, pero gracias a dios había llegado el día en que iría a esa agencia, y no importaba como pero volvería acompañado de una niñera.

Podía leer la cara de insatisfacción en Amaya, siempre se ponía así al tratarse de una niñera nueva, las odiaba, pero no podía complacerla en todo, debía entenderlo, a mi tampoco me agradaba la idea de tener viviendo a una desconocida en casa.

Finalmente llegamos a un enorme edificio, entramos en el encaminándonos hasta la oficina de la directora de dicho lugar.

La recepcionista nos pidió esperáramos un momento, segundos después nos pidieron entráramos a la oficina.

Ahí encontramos a una mujer rubia de ojos color ámbar y exuberante pecho. Ella nos dio la bienvenida y se presento como Tsunade Senju, nos pidió le explicáramos las razones por las que estábamos ahí, analizo detalladamente nuestra situación.

—Creo tener la solución correcta ¡Shizune trae el catalogo A! —ordeno a su asistente.

Casi al instante nos entrego un catalogo grueso, lo abrimos y en el encontramos varias fotos de niñeras, cada una distinta en todos los aspectos.

—Escoge una pequeña—sugirió con una sonrisa la rubia.

Amaya comenzó analizar cada una de las niñeras que se mostraba en el catalogo, sin mostrar interés por ninguna.

—No me agrado ninguna—dijo al cerrar el catalogo Amaya.

Observe a Tsunade y pude ver como una sonrisa surcaba su rostro.

—Sabia que dirías eso, esas niñeras son de alta categoría, el siguiente catalogo tiene a nuestras mejores niñeras, aunque claro lo que cobran es elevado y no todos pueden pagarlo ¿quieres que te lo muestre? —dijo la Senju muy confiada.

—Muéstreselo—dije sin titubeos. El dinero no era problema, era un hombre de los más ricos del país.

Y si mi hija quería una niñera de ese catalogo la contrataría, por que definitivamente prefería pagar más a tener que irme con las manos vacías.

Mi pequeña recibió dicho catalogo, era dorado, y en cada pagina se mostraba a una niñera, todas ellas jóvenes y hermosas, se describían sus gustos y disgustos, carácter y cosas por el estilo, pero Amaya apenas y sabia leer, así que solo se fijaba en la apariencia.

— ¿Qué significan estas etiquetas rojas? —Dijo al señalar una de las páginas.

—Que esas niñeras están ocupadas o fuera de servicio.

Ella solo volvió su vista al catalogo, al dar vuelta a una de las paginas una sonrisa apareció en su rostro. Se paro de su asiento de un brinco, dirigiéndose al escritorio.

— ¡Quiero esta! —exclamo apuntando a una de las fotos sobre el escritorio de la rubia, quien la vio con una sonrisa.

—Muy bien esa tendrás ¿A partir de cuando quiere que empiece a trabajar?—interrogo lo ultimo dirigiéndose a mi.

—Si es posible a partir de ahora.

Ella asintió, tomo el teléfono que descansaba sobre su escritorio y marco un número. Mientras yo me acerque a mi pequeña para ver a la niñera que escogió, al ver la foto, entendí porque estaba tan emocionada.

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Tenten

Había despertado con gran energía, el timbre de mi puerta sonó, aun en pijama me dirigí a abrir, encontrándome con una sorpresa.

Frente a mi se encontraba Kidomaro con una rosa roja en su mano, llevaba su habitual ropa de trabajo, un traje sastre y corbata. Una sonrisa surco mi rostro, no por que él estuviese ahí, sino por ese detalle, con cosas tan sencillas como esas me enamoro.

Él al ver mi reacción sonrió de manera arrogante, yo le respondí con un beso y lo invite a pasar a mi departamento.

Lo deje esperando en la sala mientras yo me cambiaba de ropa, al salir de mi habitación lucia un vestido holgado hasta las rodillas de manga corta color beige, en el frente tenia botones, y unas zapatillas de tacón corto.

Al verme se levanto del sofá donde descansaba, me examino de pies a cabeza, acto seguido me sonroje, el me abrazo tiernamente, si ya lo he dicho antes, es un infiel, egocéntrico, pero conmigo siempre ha sido tierno.

Nunca ha intentado propasarse conmigo al contrario me cuida y me mima, me trata con respeto, y según él ya no es infiel gracias a mi, pero en fin.

— ¿Quiere mi dama acompañarme a salir un rato? —interrogo haciendo una reverencia.

Yo sonreí, en efecto sabia como encantarme cada día y sacarme una sonrisa. Lo tome del brazo y bajamos hasta el estacionamiento, donde subimos a su auto.

Me llevo a comer a un restaurante caro, pero donde vendían comida exquisita. Después caminamos por la plazuela mientras comíamos un helado, él me contaba acerca de como le fue en su reciente viaje de negocios.

Si en verdad disfrutaba de su compañía, era muy detallista y gracioso.

Mi celular empezó a sonar, vi a Kidomaro, esperando no se molestara y el solo me indico contestara.

Al colgar le dije me disculpara pero había sido contratada, y debía marcharme. Él me vio unos segundos y sonrió al acariciar mi cabeza.

—Vamos, yo te llevare—dijo al sacar sus llaves.

Yo sonreí y camine a su lado hasta llegar al auto, me abrió la puerta para que subiera, después la cerro y él abordo el auto.

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Neji

Amaya y yo esperábamos a que llegara la niñera. Ella no paraba de tararear una canción y jugar con sus pequeños pies moviéndolos de un lado a otro en su asiento.

Alguien toco la puerta, atrayendo la atención de todos los presentes, Tsunade le ordeno pasara y así lo hizo.

Volverla a ver fue realmente impresionante, si ninguna mujer antes había causado esa sensación en mi, era como sentir nervios y alegría, cosa rara ya que me distingo por ser una persona casi sin emociones.

—Hola soy Tenten Amma, gusto en conocerlos—se presento con una sonrisa.

— ¡Yo soy Amaya Hyuga! Y él es mi papá—pronuncio emocionada al señalarme.

Ella le dedico una linda sonrisa a mi princesa, luego me observo y por su expresión apuesto que se sorprendió bastante.

—Neji Hyuga—dije al estirar mi mano como saludo.

Ella estrecho su mano con la mía. Tsunade se encargo de explicarle la situación y como es que trabajaría.

A partir de ese momento viviría en mí casa, tendría un día descanso: el domingo. Se encargaría de llevar a Amaya al kínder hasta que saliera de vacaciones y la cuidaría tanto dentro como fuera de casa, aunque por un tiempo indefinido y podía renunciar cuando ella quisiera. Todo eso sería recompensado por un buen sueldo, claro si no renunciaba.

La castaña acepto gustosa. Cuando salimos de la oficina me dijo le diera la dirección, ya que debía pasar a su departamento a recoger sus cosas, nos alcanzaría después.

Apenas le iba a responder cuando Amaya se me adelanto, y le dijo emocionada que nosotros la llevaríamos, yo le dije lo mismo, ya que no suponía una molestia. Todos subimos a mi auto.

Al llegar al edificio donde vivía Amaya le pidió permiso para acompañarla a lo que accedió, yo me ofrecí a ayudarle con sus maletas agradeciéndome con una sonrisa.

Subimos en elevador y seguimos por un pasillo hasta una puerta donde se detuvo, saco sus llaves y entro pidiéndonos esperáramos en la sala, pero Amaya hizo caso omiso y la siguió.

Después de media hora salió con una gran maleta. Tome la maleta y comencé a caminar hacia la salida, seguido de ella y Amaya.

En el estacionamiento abrí la cajuela del auto y subí la maleta.

Ellas abordaron el auto mientras platicaban y reían. Sonreí de medio lado parecía que había encontrado una niñera que durara más de unas cuantas horas.

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Tenten

Hacia mucho tiempo que no me llevaba una sorpresa como esa, el hombre que vi y me cautivo con solo verlo sería mi nuevo cliente.

Ahora sería su niñera por tiempo indefinido, su hija era un encanto, muy diferente él, parecía tener en todo momento una expresión serena, como si nada le perturbase. Sin embargo era muy amable, me llevo hasta mi departamento por mis maletas y ayudo a cargarlas.

Me sorprendió saber que vivía en una enorme mansión, cuando la vi me quede con la boca abierta, había trabajado para familias ricas, pero no para ninguna como los Hyuga.

El auto paro en la entrada principal, bajamos todos, yo admiraba la hermosa arquitectura de la mansión cuando Amaya me tomo de la mano y jalo al interior de la enorme mansión. Neji nos seguía con mi maleta.

Al entrar había una enorme estancia vacía, lo que podría considerarse como un salón, en ese mismo lugar al fondo se encontraban las escaleras por las que en ese momento descendía una bella joven.

Amaya quien me iba jalando me soltó y se lanzo corriendo en dirección a esa mujer. Era de piel blanca, cabellera negra con destellos azulinos, orbes plateados de porte distinguido y presencia agradable. Lo mas seguro era que fuese la madre de la pequeña, eso de alguna manera me desanimo; pero ¿que más podía esperar? Él era un hombre guapo, inteligente y rico.

Esa mujer tomo a Amaya en brazos, no tardo mucho en alcanzarnos Neji quien esbozo una sonrisa al verla. Ella sonrió ampliamente al estar frente a él para luego abrazarlo.

Yo sentía sobraba en ese lugar, pero lo único que podía esperar era a que me presentara como la nueva niñera oficial de Amaya.

—Hinata ¿Qué haces aquí? —interrogo seriamente el genio.

Esa pregunta se me hacia realmente boba ¿caso no vivía ella ahí? Reflexione unos segundos, podría ser que hubiese salido de viaje.

—Vine de visita y ¿ella quien es? —dijo apuntándome discretamente.

— ¡Ella es mi nueva niñera! Es linda ¿verdad, tía Hinata?

Oír hablar a la pequeña me sorprendió ¿la había llamado tía? En ese momento me sentí tan avergonzada, quería me tragase la tierra.

—Así es, ella es Tenten nuestra nueva niñera y ella es Hinata mi prima—dijo el Hyuga al presentarnos.

—Mucho gusto, Tenten Amma para servirle—dije educadamente.

—El gusto es mío, Hinata Hyuga—se presento amablemente.

Cinco minutos después se despidió la pelinegra, ya que al parecer tenía un poco de prisa. Seguido de eso Neji y Amaya me condujeron a lo que sería mi nueva habitación, me indicaron subiera las escaleras, los seguí hasta que se detuvieron en una puerta.

— ¡Esta será tu nueva habitación! —exclamo efusiva la pequeña castaña al abrir la puerta.

Lo dicho por ella me dejo sin palabras, en todas las casa donde había trabajado siempre me quedaba en un cuarto de empleados, por primera vez me daban una habitación como a el resto de la familia.

Voltee a ver al castaño, mi cara reflejaba asombro total. Intentaba buscara una señal en él que me dijera era una mentira.

—Es cierto, será tu nueva habitación, a un lado se encuentra la habitación de Amaya y enfrente la mía, si vas a ser su niñera debes estar cerca de ella—sentencio como si nada.

No me quedo otra opción más que aceptar, el metió mi maleta y Amaya me ayudo a desempacar, me dijo estuviera lista para bajar a cenar cuando me llamaran.

La cena estuvo exquisita. Durante la cena nadie pronuncio palabra alguna. Al terminar me levante de mi silla, dirigiéndome a mi habitación, repentinamente alguien me detuvo, si nuevamente era Amaya.

—Espera quiero que me duermas—dijo en suplica.

Yo sonreí.

—Claro, pero aun no acabas con tu cena.

—Mentira, ya acabo. En cuanto se dio cuenta de que te paraste se metió todo a la boca—intervino el Hyuga.

Observe detenidamente el plato encontrándolo vacío, vi sorprendida a la pequeña, quien me miraba con una sonrisa triunfal. Nuevamente sonreí, la tome de la mano y emprendimos nuestro camino a su habitación.

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Neji

Cuando llegue a casa me sorprendió encontrar a mi prima, rara vez iba de visita, Como siempre se acerco a mí y abrazo, yo correspondí, pues era habitual en ella.

Me percate como Tenten nos veía con atención, creo que se sentía un tanto incomoda, y ¿quien no? Ya que apenas y nos conocía.

Cuando las iba a presentar mi princesita se me adelanto, oírla decir que era linda, me hizo sonreír internamente, al menos no era él único que pensaba así de ella.

Mi prima no duro mucho tiempo con nosotros, ya que tenia que ir con su esposo quien en esos momento cuidaba de sus hijos, Naruto Uzumaki. Uno de mis mejores amigos de la infancia.

Después de la pequeña interrupción seguimos con nuestro camino, la condujimos hasta su habitación. Al ver lo que sería su nueva habitación su cara se lleno de sorpresa y asombro, se giro a verme, esperando le diera una respuesta de si era cierto lo que Amaya le dijo minutos antes.

Confirme lo dicho por Amaya, dejándola aun más impresionada, deje su maleta en el centro de la habitación, para abandonar la habitación, no sin antes decirle estuviese lista para la cena.

La cena transcurrió normalmente con suma tranquilidad, cuando se levanto de su asiento, me sorprendió ver como Amaya terminaba con toda su cena en un instante. La alcanzo antes de que saliera del comedor pidiéndole la durmiera a lo que ella acepto con una sonrisa.

Termine mi cena tranquilamente, no pensaba apresurarme como lo hizo mi pequeña. Sin embargo quería ver como dormiría a mi princesa, muchas niñeras lo habían intentado antes, nunca lo lograron.

Subí las escaleras dirigiéndome a la habitación de Amaya encontrando la puerta entreabierta. Me adentre sigilosamente en la habitación recargándome en el marco de la puerta. Mi hija lucia un hermoso camisón rosa, su cabello lo llevaba suelto, Tenten la cubrió con las cobijas, para empezar a contarle un cuento.

A mitad del cuento el sueño hizo su trabajo en mi pequeña. Tenten se despidió de ella con un beso en la frente para encaminarse a la salida, apuesto a que por su expresión se sorprendió bastante al verme recargado sobre la pared.

—Señor Hyuga—pronuncio bajamente.

—Veo que se llevan muy bien. Eso me alegra—dije seriamente al apartarme de la puerta.

Ambos salimos de la habitación para adentrarnos en la nuestra correspondientemente.

—Buenas noche, Señor Hyuga—se despidió con una sonrisa de mi.

Yo quede embobado, aunque mis expresiones faciales no lo demostraran, su sonrisa me había atrapado totalmente.

—Buenas noches—respondí al adentrarme en mi habitación. Ella hizo lo mismo.

Dentro de mi habitación me cambie de ropa a algo más cómodo de dormir, sin embargo me sentía intranquilo di vueltas por toda la inmensa cama, hasta que fastidiado me levante de la cama, necesitaba aire fresco, saldría hasta él jardín.

Salí de mi habitación e indudablemente me dirigí hasta el jardín trasero. A esa hora todos los empleados ya deberían estar dormidos. Y así fue o al menos eso creí, ya que al llegar al patio trasero una grata sorpresa vislumbre.

En una de las bancas bajo la luz de la luna llena, se encontraba la castaña con su cabellera suelta y un hermoso camisón de tirantes blanco. Me acerque a ella, sentándome a su lado.

—Veo que no soy él único que no puede dormir—dije con la vista al frente.

—Señor Hyuga ¿a que hora llego? —Interrogo sorprendida, ver su expresión me hizo reír, aunque claro ella no lo noto— siempre es tan sigiloso y silencioso con sus movimientos—dijo observando la luna.

Un silencio invadió el lugar acompañado de una fresca brisa, que jugo por instantes con la larga cabellera de la Amma. En ese momento me pareció ver como le brotaban alas, sonreí de medio lado, pues solo eran alucinaciones mías.

—Supongo que no puede dormir porque extraña a la mamá de Amaya ¿no es así? —interrogo un tanto ¿triste?

Yo sonreí ampliamente, bueno no tanto, pero ella si lo noto esta vez.

—No, Amaya no tiene mamá desde que nació, soy padre soltero.

Note como la expresión de su cara cambio notoriamente, primero a una de lastima, luego a una como de alegría o confusión, la ultima no pude descifrarla.

— ¿Entonces quiere que lo duerma como a Amaya? —dijo con una sonrisa.

La voltee a ver confundido ¿qué pretendía? Buscaba una señal en su rostro que me lo dijera, pero solo podía ver su amplia sonrisa.

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Bueno hasta aquí les dejo, ahora pondré algunas preguntas para que contesten. Recuerden que son opcionales

¿Les gusto?

¿Hubo parte favorita?

Creo que debí preguntarles antes esto, pero ¿Les agrada Amaya?

Tenten se ha convertido en la niñera de Amaya ¿casualidad o destino?

¿Kidomaro un galán?

¿Tenten tiene el camino libre con Neji?


att:himeko-chan♥

 

Ola! bueno pues me disculpo por no haber traido al conti antes, tengo ya una semana de vacaciones, pero las he dedicado a vagar y dormir, y comer, y etc. asi que esta vez no tengo excusa, prometo actualizar tambien mi ff VIDA POR VIDA pronto, si es posible sera mañana o sino el Lunes :D

Espero les guste este cap, que creo es algo larguito, sin más, el cap:

Capitulo 3​

Nuevamente me levante para ir a la oficina. Me duche y rápidamente, me vestí con un traje sastre negro, una camisa blanca y corbata plateada, lo único que no llevaba puesto era el saco.

Baje al comedor directamente, ya que de ahora en adelante cuidar de Amaya sería el trabajo de Tenten.

Sonreí al ver a las dos sentadas en el comedor, ambas esperándome, tome asiento y comenzaron a servir los platos.

Sí, Tenten ya llevaba varias semanas con nosotros y seguramente duraría más o eso esperaba, me agradaba su compañía.

—Veo que durmió bien, Señor Hyuga—pronuncio risueñamente.

Yo simplemente desvié la vista, pronuncie un “hmp” como respuesta, un monosílabo que usaba con suma frecuencia. Al ver mi reacción emitió una pequeña risa.

El resto del desayuno estuvo lleno de risas y comentarios por parte de Amaya y Tenten. Sí fue un desayuno ruidoso, pero agradable.

Me despedí de ambas y marche a la oficina, tenía trabajo por hacer y bastante.

Aborde mi auto y conduje hasta él edificio donde trabajaba. Al pasar por los pasillos recibí los buenos días de todos los empleados con los que me encontraba, en especial las mujeres, las más jóvenes vestían faldas sumamente provocativas, en un intento por seducirme.

Debido al descaro de muchas incluidas todas las secretarias que tuve, decidí cambiarlas por Lee, mi mejor amigo. En ese entonces él era gerente de mi empresa, decidí cambiarlo como mi secretario debido a un incidente ocurrido en la oficina, que Amaya presencio.

— ¡Buenos días Neji! ¡Espero que tu llama de la juventud arda por fin este día! —exclamo un hombre de mi edad de cabello negro con peinado de tazón, vestía un traje negro, corbata naranja y camisa blanca.

—Bueno días Lee—dije sin mucho ánimo.

Me adentre en mi oficina, debía terminar de revisar unos contratos, sellar papeles, etc. Me quite el saco arrojándolo sobre un sillón que había en mi oficina.

Arrisque las mangas de mi camisa, y comencé a trabajar, minutos después entro Lee con mi taza de café, la tome y sorbí un trago de ella.

—Hoy te ves muy animado ¿te sucedió algo bueno? —interrogo Lee entusiasmado.

Yo lo observe con mirada fulmínate.

—Vamos Neji, ya dime, te conozco perfectamente.

Suspire, no tendría más opción que decirle, por algo era mi mejor amigo, fue del único que obtuve apoyo cuando supe que sería padre y más soltero.

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Tenten

Neji se fue a su trabajo dejándome a Amaya. Cheque mi reloj de mano, era hora de irnos a la escuela de Amaya.

Un chofer nos llevaría a ambas, ese chofer estaría a mi disposición para lo que se me ofreciera. Abordamos el auto y llegamos hasta el kínder. La primera vez que fui me lleve una sorpresa, durante un tiempo estuve trabajando para dicho kínder.

Bajamos, tome de la mano a Amaya quien contenta tarareaba una pegajosa melodía. Llegamos hasta su salón, le di un empujón para que se metiera, pero me llevo con ella.

—Espera Amaya, yo no puedo ir contigo—dije intentando parar.

— ¿Por qué no, señora? —interrogo una voz femenina detrás de mi.

Yo me gire sorprendida. Conocía esa voz, si era Karin mi antigua compañera de trabajo, llevaba su rojiza cabellera sujeta en una coleta alta, un pantalón café claro, playera morada y un mandil en la parte delantera.

— ¡Tenten!—exclamo con una sonrisa.

Lo siguiente que hizo fue posar su mirada sobre Amaya, quien le sonrió alegremente.

—Veo que si la trajiste, justo a tiempo—pronunció al ajustarse sus gafas.

— ¡Si! —exclamo Amaya.

—Bien ve a jugar—indico la pelirroja.

Yo me iba a retirar cuando me detuvo del brazo Karin.

— ¿A dónde crees que vas?

—Pues a mi casa, no tengo más que hacer aquí.

—Te equivocas en eso, no se si te informaron que hoy se realizara un festival para las madres. Así que no te puede ir o ¿dejarías sola a tu pobre hija? ¡Claro que no! —dijo al arrastrarme al interior del salón.

—Espera, es que Amaya no es…—mas no pude hablar, pues ya me tenía dentro del salón.

En el interior del salón pude ver a varias señoras sentadas, todas me saludaron con una sonrisa, por cortesía les sonreí. Me sentía cohibida, me había visto envuelta en una situación incomoda.

Dando grandes saltos y con una sonrisa Amaya se coloco enfrente de mí.

— ¿Amaya que es esto? —interrogue un tanto molesta.

—Perdón, es que… yo no tengo mamá y tenia que traer una, no quería que se siguieran burlando de mí, así que te traje a ti—pronuncio mientras sus pequeños ojos se cristalizaban.

Verla así hizo estremecer a mi corazón, ante los niños era sumamente vulnerable.

—Esta bien, te ayudare y fingiré ser tu madre, sólo por hoy—dije al abrazarla.

Ella correspondió mi abrazo sumamente feliz, luego se fue a brincar con sus demás compañeros.

Minutos después me vi rodeada de varias mujeres interrogándome sobre muchas cosas, entre ellas Amaya y Neji. Como pude respondí a todas ellas, la repentina aparición de Karin me saco del apuro.

—Muy bien señoras, ahora sus hijos les presentaron una pequeña obra teatral—dijo al colocarse frente a nosotras la pelirroja.

Todas pusimos atención en el pequeño escenario, la obra concluyo y el salón de aplausos se lleno, al bajar del escenario Amaya se dirigió corriendo hacia mi, yo la recibí con los brazos abiertos, para luego alzarla y felicitarla.

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Para Amaya ese momento fue uno de lo más especiales en su vida. Por primera vez supo lo que era ser recibida por una madre, si no era su verdadera madre, pero deseaba que así fuera, extrañamente se encariño con ella la primera vez que la vio.

Jamás tuvo interés en conocer a su madre o tener una además de que su padre nunca hablo sobre el tema. Pero conocer a la Amma le cambio su pequeño mundo. Ahora quería tener una mamá, pero no cualquiera, sino Tenten.

Amaba dormir por las noches soñando con una familia feliz. Cuando la vio en el catalogo de niñeras no dudo en escogerla, tal vez en el futuro su papá se podría casar con ella, y así sería su mamá.

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Neji

La tarde transcurrió tranquilamente para algunos, sin embargo ese no fue mi caso, tenía trabajo hasta por los codos, Lee me ayudo bastante, mas no era suficiente, esa noche llegaría tarde a casa. Saber que ya tenía una niñera para Amaya me quito un peso de encima.

Lee se retiro a las ocho de la noche, ya que tenia un compromiso. Yo me quede ahí, debía terminar el contrato que tenia en mis manos para mañana al medio día, y aun faltaban muchas cosa por revisar en el.

Sumamente molesto decidí dirigirme a mi casa, ya eran las dos de la madrugada, habia terminado de revisar y corregir ese contrato, al fin descasaría.

Llegue a mi mansión, el portero abrió las rejas para que pasara con mi auto, ningún empleado a parte se encontraba despierto, fatigado me dirigí a mi habitación, necesitaba dormir y también comer, no habia ingerido alimento alguno desde la mañana, pero eso era lo de menos.

Me adentre en la obscuridad de mi habitación, encendí las luces, me desvestí y arroje sobre mi cama.

El sonido de alguien tocando mi puerta me llamo la atención ¿Quién podría ser a estas horas? Me levante con pereza y abri, recargándome el marco de la puerta.

Lo que vi me sorprendió, frente a mi se encontraba Tenten quien se sonrojo al verme ¿ya tan pronto se habia enamorado de mi? Cosa que provoco sonriera de lado.

— ¿Se te ofrece algo?

—Em…bueno yo me preguntaba si quería que le calentara algo de comer—dijo desviando el rostro, solo me dedicaba fugaces miradas.

—Si, te lo agradecería.

—Bien en ese caso lo espero en la cocina y señor Hyuga, por favor póngase algo de ropa—dijo al marcharse.

Yo me voltee a ver, creo que por primera vez sentí mi rostro hirviendo, me encontraba en ropa interior, ahora entendía el porque ella se encontraba tan sonrojada y apenada. Pocas veces en mi vida me habia sentido tan estúpido como esa vez.

Baje después de ponerme un pantalon y playera para dormir. En la cocina pude ver a la castaña en la estufa al tiempo que tarareaba una canción, minutos después se giro con el que supuse seria mi plato.

—Aquí esta—pronuncio alegremente. Luego coloco una un vaso de jugo frente a mí.

Inicie a comer, en ese momento me di cuenta de lo hambriento que estaba, seguramente el cansancio habia suprimido esa sensación.

— ¿Estabas esperándome?

Ella negó con la cabeza.

—Me desperté al escuchar que habia llegado y pensé que se le podría ofrecer algo—respondió con una amplia sonrisa.

Termine lo que había en mi plato, ella lavo los trastes, se me hizo de mala educación dejarla sola, así que la espere, apago las luces y encaminamos a nuestra habitación correspondientemente.

Iba a ingresar nuevamente a mi habitación cuando me detuvo del brazo.

— ¿Gusta que le de un masaje? Se ve muy tenso—sugirió.

Yo lo medite unos momentos, era verdad estaba muy tenso, me sentía cansado, me dolían mis hombros, cuello y cabeza, una masaje no me caería mal.

Acepte su proposición dejándola pasar a mi habitación.

Me pidió me despojara de mi playera y recostara en mi cama boca abajo, lo cual hice. Segundos más tarde puede sentir como ella se sentaba aun costado mío, luego se posiciono sobre mis cederás e hizo mi cabello a un lado.

Sentí como sus suaves manos recorrían mi espalda con ligeros movimientos circulares. Ese contacto me hizo estremecer, mas la sensación era agradable y relajante.

De ante mano supe que era bastante buena con las manos, logro relajar todo mi cuerpo, cuando menos me di cuenta ya estaba profundamente dormido. De mi mente desaparecieron todas esas preocupaciones que me atormentaban.

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Tenten

El despertador logro abriera mis achocolatadas orbes, me incorpore al tiempo de bostezar, me coloque unos jeans y una blusa rosa con mangas de tres cuartos con unas sandalias de tacón blancas.

Llevaba varias semanas al servicio de los Hyuga, y no hacer nada además de cuidar a Amaya me hacia sentir inútil.

Me dirigí a la cocina, donde encontré a la cocinera preparando el almuerzo, me acerque a ella y salude amablemente.

Le pregunte el porque se habia levantado tan temprano, me respondió que el señor Hyuga habia llegado muy tarde de trabajar, eso indicaba que se despertaría demasiado temprano y de mal humor.

Yo le sonreí para decirle no se preocupara y mejor volviese a la cama, ya que el despertaría de buen humor, además de pedirle me dejara preparar el almuerzo de ahora en adelante, al principio se negó diciendo ese era su trabajo, mas no me iba a dar por vencida y logre convencerla.

Al final ella me agradeció con una amplia sonrisa, pues ya era una mujer grande de edad, y su cuerpo estaba agotado.

Cuando se marcho puse manos a la obra, debía poner en práctica todo lo aprendido sobre cocina.

Termine de preparar satisfecha el almuerzo, observe la hora en mi reloj, debía despertar a Amaya para ir al kínder.

Me introduje con cautela en la habitación de Amaya y desperté con leves movimientos. Abrió lentamente sus pequeñas orbes plateadas, seguido de una enorme sonrisa. La ayude a cambiarse, ya lista baje con ella de la mano.

Minutos más tarde Neji bajo al comedor, encontrando a los sirvientes un tanto nerviosos, inmediatamente comenzaron a servir los platos.

Pude notar que al dar el primer bocado se percato de que la comida tenía sabor diferente.

— ¿Qué tal sabe? —interrogue curiosa, quería saber su opinión.

— ¡Muy buena! —intervino Amaya sorprendiéndome.

—Cierto—dijo secamente—. María—llamo a la cocinera, quien nerviosa se acerco a él.

—Dígame joven—pronuncio al bajar la cabeza, parecía esperar sentencia.

—Me gustaría que de ahora en adelante prepares la comida de esta manera, me agrado el sabor.

Todos los sirvientes presentes se quedaron con la boca abierta, no podían creer lo que escuchaban. Ya que según sabía, cuando llegaba muy tarde del trabajo, amanecía de malas incluso con Amaya.

—No fui yo quien preparo la comida, fue la señorita Amma—respondió María.

Pude ver la sorpresa dibujada en su rostro, lo cual me provoco una pequeña sonrisa.

—Así es, entonces ¿Quiere que a partir de ahora yo prepare la comida?

—Si es que puede y no le causa mucha molestia.

— ¡Yupi! Ahora tu cocinaras la comida—dijo al apuntarme con su tenedor Amaya.

Sonreí como respuesta. Le pedí se sentara bien sobre su silla y no jugara con su comida o cubiertos de manera dulce y amable. Acato mis ordenes inmediatamente, en ese momento vi como en el rostro del Hyuga se dibujo una notoria sonrisa.

—Se ve bien cuando sonríe, señor Hyuga—dije con una amplia sonrisa.

Al darse cuenta de lo que hacia se giro un tanto avergonzado, Amaya comenzó a decirle que lucía muy apuesto con esa sonrisa, yo la apoye y nuevamente el almuerzo se lleno de risas y comentarios por parte mía y de Amaya.

El se marcho a su trabajo y yo a dejar a Amaya en el kínder. Cuando me iba a regresar Karin me detuvo, necesitaba charlar conmigo un momento acerca de Amaya; me conto su comportamiento en el kínder, era una niña educada e inteligente, pero se aislaba de todo el grupo, no tenia amigos, siempre actuaba de manera seria y fría como su papá.

De regreso no deje de pensar en esas palabras, como buena niñera debía arreglar esa situación, no podía permitir que siguiera así.

En la mansión me dirigí a la cocina, donde los sirvientes me recibieron con una sonrisa.

—Vaya señorita, tenía razón el joven se levanto de buen humor, incluso hasta sonrío, hace años que no lo veía hacer eso—dijo María emocionada.

Me sorprendí ante eso, yo si lo habia visto sonreír varias veces, aunque con distintos motivos.

—Es cierto, además parece que la señorita Amaya le ha tomado mucho cariño, regularmente era para que el señor Hyuga estuviese buscando otra niñera de nuevo—dijo otra más joven.

Las demás siguieron comentando sobre el cambio en Neji y Amaya, ahora veían la casa más animada, regularmente todas las comidas se llevaban a cabo de manera silenciosa, nunca habían risas ni alegrías, por el contrario.

—Parece que usted es especial—dijo María al sujetar una de mis manos.

Mi cara reflejaba consternación, no entendía a que se refería con que era especial, les interrogue sobre eso y solo comenzaron a reírse.

—Después lo descubrirá—dijo María al salir en compañía de las demás.

Tome un vaso y me serví un poco de jugo, con eso también llego una idea a mi cerebro.

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Neji

Esperaba ansiosamente la hora de llegar a comer, quería probar nuevamente la comida preparada por Tenten, era deliciosa.

Observe mi reloj y sonreía al ver la hora, si debía ir a casa a comer. Llegue y me sorprendió no ver a Amaya sentada en las escaleras esperándome, me dirigí al patio donde la divise a ella y Tenten, por lo que sonreí.

—Ya llegue—dije esperando ver su reacción.

Ambas se giraron con una enorme sonrisa, Amaya no dudo y se aventó sobre mí.

—Bienvenido, señor Hyuga, la comida ya esta lista pasemos al comedor—dijo educadamente, por instantes hubiese querido que ella se abalanzara también sobre mí.

Nos dirigimos al comedor, tomamos asiento y los platos fueron servidos.

Probar nuevamente la comida hecha por ella me alegro internamente. Amaya la lleno de halagos por su buen sazón, a veces quisiera ser igual que ella tan abierta y animada. La comida al igual que el almuerzo se lleno de risas.

Terminamos de comer y nos dirigimos al patio trasero a tomar aire fresco.

Fue entonces cuando me interrogo sobre varias cosas personales tanto mías como de Amaya; nuestro cumpleaños, pasatiempos, comida favorita, etc. Respondí a todas sin excepción.

La interrogue acerca de la razón de sus preguntas, mas no me dio respuesta, ya que Amaya llego y se la llevo a jugar. Daban vueltas y saltos sobre el césped.

El cielo se nublo totalmente y miles de cristalinas gotas cayeron del cielo. Mi reacción fue levantarme e ir por mi pequeña, no podía dejar que se resfriara o enfermara. Lo más rápido que pude me acerque a ella y tome en brazos.

Pude ver como su cara mostraba desconcierto. La lluvia nos mojo por completo, sino me apresuraba se enfermaría. Repentinamente se zafo de mis brazos y volteo a verme.

—No me quiero ir, quiero seguir jugando en la lluvia—dijo viéndome desafiantemente.

—No—dije secamente—. Te vas a enfermar y no lo permitiré, así que ven conmigo—ordene molesto.

Ella volteo su vista al suelo, no tenia intención de obedecerme, pero sabía que tenía razón. Me desespere al ver que no movía ni un musculo, la sujete del brazo sin delicadeza, ella se negaba y hacia berrinches aferrándose a no irse.

Harto de su actitud estúpida voltee a verla, estaba dispuesto a darle si era necesario una nalgada, cuando sentí una mano sobre mi brazo.

Voltee incrédulo, encontrándome con Tenten quien movía su cabeza de un lado a otro.

—Déjala—pronuncio sutilmente.

Al oírla hablar, la solté, Amaya corrió en dirección a Tenten con lágrimas en los ojos, eso me molesto, yo era su padre ¿Cómo podía hacerle más caso a ella?

Oí como se quejaba de mí con la castaña, lloraba porque nunca la dejaba divertirse. Cuando caía nieve la pasaba, nunca la dejaba salir a jugar con ella; si llovía la pasaba inmediatamente. Si hacia mucho calor igual se quedaba dentro de la casa, no podía requemarse o podría contraer cáncer de piel, si hacia demasiado frio, debía andar bien abrigada con chamarras gruesas, guantes y gorros, fue entonces que me di cuenta de que era un padre muy sobreprotector.

Y si, pero era lo único que tenia en este mundo, no la quería perder por nada del mundo, si le llegaba a pasar algo no me lo perdonaría a mi mismo.

—Amaya tu papá lo hace porque te quiere y te cuida, vamos pídele una disculpa—pronunció tiernamente a mi pequeña al bajarla.

Mi princesa me volteo a ver y con pequeños pasos se acerco a mí.

—Perdón, papá—pronuncio al intentar para las lágrimas que en ese momento brotaban de sus pequeños ojos.

Me incline hasta su altura y abrace fuertemente, al oído le susurre no llorara y que también lo sentía.

Tenten nos veía conmovida.

— ¡Ahora vamos a jugar! —exclamo la castaña de orbes marrones.

Ambos volteamos a verla, Amaya se fue corriendo con Tenten nuevamente.

—Este es el trato señor Hyuga, si atrapa a Amaya se pasara, hasta que no lo haga seguiremos jugando aquí—pronunció con una mirada retadora.

—No es justo que solo a mí me atrapen, también debes atrapar a Tenten, cuando nos hayas atrapado a ambas tu ganas—sentencio Amaya para salir corriendo.

Indudablemente sali en su caza, sabía que no habría otra manera de ganarles.

Tenten sujeto de la mano a Amaya al salir corriendo. Yo me quite todo lo que traía encima, solo quedándome con mi pantalon y camisa.

Mientras corrían pisaban los charcos salpicándome, ya que iba detrás de ellas. De risas se lleno el jardín, varias veces se cayó Amaya sacándome tremendo susto, mas me reponía al ver como se levantaba y seguía corriendo sin parar y sin emitir lágrima alguna. Estar con Tenten la habia hecho fuerte.

La primera a la que atrape fue a mi princesita, pero Tenten seguía corriendo, deje a Amaya sobre una banca del jardín de la cual más tarde se bajo para echarle porras a Tenten.

Ella corría sin detenerse mientras reía. Cuando la alcance la tome en mis brazos y alce por los aires dándole vueltas, la consecuencia fue que caímos al piso. Sin saber como o porque sentí la necesidad de reírme abiertamente y así lo hice.

Tenten y yo reíamos a carcajadas en el césped, luego Amaya se acerco abalanzándose sobre nosotros, segundos después los tres reíamos como locos en el césped.

Nunca nos percatamos de que la escena era vista por alguien más.

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Tenten

Después de jugar en la lluvia nos pasamos totalmente empapados, dejando un caminito de agua por donde pasábamos. Neji llevaba en brazos Amaya, quien lucia totalmente feliz.

Al llegar a las escaleras, María nos recibió con una enorme sonrisa y dijo: “el baño esta listo”. Cada quien nos dirigimos a nuestra habitación. Minutos después alguien llamaba a mi puerta, me encontraba en ropa interior así que sin abrir la puerta interrogue quien era.

Al escucharla hablar sonreí y dije pasara, era mi Amaya. Ella me vio con brillitos en los ojos.

—Wow ¿cuando sea grande tendré un cuerpo como el tuyo?—dijo al apuntarme.

Mi reacción fue sonrojarme, aun estaba en ropa interior. Y aunque fuera una niña su mirada en mi anatomía era muy intensa.

—Si o eso creo ¿dime que se te ofrece?

Me pidió la bañara, ya que cuando lo hacia sola siempre le entraba jabón en los ojos, incluso traía su toalla y ropa que se pondría. Con una sonrisa acepte.

Cuando termine de bañarla la envolví en la toalla que llevaba, la seque y cambie. Por ultimo seque su cabello con la toalla, para meterme a bañar yo o me resfriaría. Ella se quedo jugando con mi secadora.

Disfrute el baño totalmente, me estaba relajando cuando recordé que Amaya estaba en mi habitación, me di prisa y Sali del baño con una toalla envuelta en mi cuerpo.

Sonreí al verla dormida sobre mi cama. Me cambie tranquilamente, de sus pequeñas manos tome la secadora, pues se quedo dormida con ella y comencé a secar mi larga cabellera. Me puse mi pijama: una playera holgada y un pantalón de franela.

Alguien tocaba mi puerta, abri encontrándome con Neji, el sonrió al verme.

—Así que aquí estaba—dijo al posar su vista en el interior de mi habitación.

Sonreí e invite a pasar, el se acerco a Amaya y acaricio su pequeño rostro de manera tierna.

Nunca hubiese creído ver así al genio, siempre actuaba frío y en ocasiones arrogante, pero tenia un lado tierno.

—Debe intentar no ser tan sobreprotector y dejarla que se divierta—dije al cepillar mi cabellera.

—pero se…—intento hablar.

— ¿Qué? ¿Se enfermara? Dígame quien no ha estado enfermo una vez en su vida, si la sigue sobreprotegiendo la volverá más vulnerable y frágil—dije al interrumpirlo.

—Tratare—respondió sin despegar su vista de su pequeña dormida.

Amaya despertó minutos después abalanzándose sobre su padre.

—Vengan, vamos a la cocina, preparare un rico chocolate—indique al salir de mi habitación.

Ellos me siguieron, baje por las escaleras y dirigí al a cocina, donde me percate de que la lluvia seguía, ahora con más fuerza, se habia vuelto una tormenta.

Prepare el chocolate y serví en tres tazas.

— ¿Podemos a ver una película? —sugerí emocionada.

Amaya se emociono con la idea.

—Anda vamos, di que si, mañana es sábado y no voy al kínder—pidió con ojos de cachorro.

El suspiro y asintió con la cabeza. Nos dirigimos corriendo a la sala Amaya y yo, al llegar vimos un inmenso espacio que debía ser reducido.

Entre las dos acomodamos el sillón más grande cerca del televisor, mas no demasiado o podría dañarnos a la larga, la pequeña mesa que siempre se encontraba en el centro la colocamos frente al sillón.

De inmediato Sali corriendo a la cocina, en el camino me tope con Neji quien se dirigía a la sala. A mi regreso sostenía una bandeja con las tazas de chocolate y rebanadas de pan de nuez, la coloque en la mesa de centro y senté en el sillón.

Amaya se encontraba en medio de nosotros dos. La película era de caricaturas, pero con una buena lección de vida. Amaba esas películas en las que terminaba llorando.

Neji comenzó a burlarse de nosotras dos, pues estábamos llorando, ambas le dedicamos una mirada asesina, por lo que cayo.

Al concluir esa pusimos otra película, sin darnos cuenta nos quedamos dormidos ahí, al menos Neji y yo, pues Amaya aun tenía bastante energía.

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Neji

Tenten me enseño que estaba mal ser tan sobreprotector con Amaya, jugamos un rato bajo la lluvia y no se resfrió. Después de bañarnos vimos una película de caricaturas, la cual me aburrió, sin embargo a Tenten y Amaya las hizo llorar, por lo que empece a burlarme de ellas.

Como respuesta me dedicaron una mirada fulmínate ¿Quién las entiende? Primero quieren que me exprese y cuando lo hago se molestan. Sí en ocasiones Tenten me ha insistido en que debo sonreír como mínimo.

Me quede dormido a mitad de la segunda película. Cuando nuevamente me desperté sentía un peso sobre mi hombro, al girarme a ver la causa, sonreí de lado, era mi ángel: Tenten.

Estaba profundamente dormida. Mi princesita tenía su cabeza sobre el regazo de la Amma y sus pequeños pies sobre mí. Recargue mi cabeza sobre la de Tenten y me volví a dormir, de ser posible me hubiese gustado quedarme así.

Finalmente despertamos por la voz de mi pequeña llamándonos. Abrimos lentamente nuestros ojos, ella levanto su rostro, yo voltee a verla quedando nuestros rostros sumamente cerca.

Mi princesa comenzó a gritar “¡beso! ¡beso!” Entusiasmada por toda la sala.

Un notorio sonrojo invadió el rostro de Tenten haciéndola lucir hermosa. Mi vista permanecía fija en ella.

—Tranquilo no te la vayas a comer—pronuncio una voz masculina.

Ese comentario me irrito, pero más esa voz, pues sabia a quien le pertenecía.

—Lee ¿Qué haces aquí? —interrogue molesto.

—Vine a visitarte amigo mío y a traerte este documento que llego ayer cuando te marchaste de la oficina, pero no volviste así que aquí te lo dejo—dijo al estirar su mano con un sobre amarillo.

Revise el reloj que colgaba sobre la pared, aun era temprano ¿Por qué tanta urgencia por entregármelo?

Saque su contenido un tanto incrédulo, no podía creer que aun en este tiempo existiera eso de matrimonios arreglados.

Tenten me veía confundida, no se porque pero le extendí los papeles para que los viera también, ella los tomo e inicio a leer.

—Esto es…—pronuncio más incrédula que yo.

—Si, una invitación a cenar, para ver si es posible formalizar un matrimonio arreglado entre Amaya y su hijo, ambos tienen casi la misma edad.

— No, tu no iras a… —murmuro horrorizada.

— ¡Claro que no! ¡Ella decidirá con quien se casara en el futuro, no yo por ella! —exclame furioso al colocarme de pie.

¿Cómo se atrevían a hacer semejante invitación? ¿Eran estúpidos? La ira se apodero de mi, lo que yo anhelaba era que Amaya fuese feliz, creciera y se enamorara como una chica normal. No quería se viera envuelta en la alcurnia y esa cosas estúpidas y sin sentido.

Sentir las manos de Tenten sobre mis hombros me tranquilizo e hizo volviera a mi semblante frío.

Amaya nos veía preocupada, se acerco a mí, la tome en mis brazos y presione contra mi pecho.

—Vaya, vaya así que siempre si es ella la elegida ¡Nunca pensé que llegaría este momento! ¡Soy tan feliz! —exclamo Lee rompiendo la atmosfera.

Todos lo vimos con una gotita en la cabeza ¿A que se refería? No era capaz de entenderlo, lo mismo me habia dicho anteriormente cuando le hablaba de Tenten.

— ¿A que te refieres?

—Hn, no importa luego lo descubrirás, pero te aconsejaría lleves a Tenten a la cena o puede que las cosas terminen mal—dijo al darle un leve empujón a Tenten.

Ver que alguien más tocaba a mi ángel me provoco un malestar, nunca antes sentido.

Era cierto lo que decía Lee, Tenten era la única capaz de relajarme hasta el momento. Además de necesitar a una acompañante para ir a dicha cena, se nos pidió asistiéramos fuese cual fuese nuestra respuesta o si no lo considerarían una descortesía total. La cena era dentro de una semana.

Lee se retiro. Yo meditaba en mi cabeza las cosas, algo no cuadraba. De la nada resonó en mi mente como mi ángel me habia llamado con anterioridad—Neji—susurro.

Una sonrisa de medio lado apareció en mi rostro, me gusto como sonó cunado ella lo pronuncio. Era la primera vez que ella me llamaba así.


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Espero que les haya gustado, aquí les dejo algunas preguntas para que contesten. Recuerden que son opcionales

¿Les gusto?
¿Hubo parte favorita?
¿Tenten la madre de Amaya? ¿Cómo reaccionarían ustedes?
Hasta horita me doy cuenta, pero ¿Tenten es muy Metiche o muy acomedida?
¡Neji un padre sobreprotector! ¿Cambiara?
¿Neji comprometerá a su hija? ¿Qué sucederá en la cena de compromiso?
¿A que se referirán a que Tenten es especial?

att:himeko-chan♥

 

Ola! ...esa vez no tengo perdon, se que les debo el final de VIDA POR VIDA y pronto lo tendre, es solo qu aun no estoy muy segura de como terminarlo, es solo cuestio de afinar algunos detalles. Mientras tanto, aqui les traigo la conti de este fic, como un pequeño detalle este cap tiene un poco de accion, tal vez es muy fantasioso, pero aun asi quise hacerlo de esta manera, espero les guste :D

Capitulo 4​

Los días transcurrieron normalmente, hasta que llego el día de la cena. Me encargue de arreglar primero a Amaya, luego me dirigí a mi habitación para arreglarme.

Solté mi cabellera, puse rímel y delineador en mis ojos, labial y por ultimo una pequeña cadena de plata con sus respetivos aretes. Mi vestido era verde obscuro pegado al cuerpo, me llegaba hasta los tobillos, en la pierna derecha tenia una abertura. Mis zapatillas eran altas y plateadas.

Tome mi bolso y baje por las escaleras, al pie de ellas me esperaban Neji y Amaya.

Neji me pidió lo acompañara a dicha cena como la madre de Amaya. Me extraño su petición, pero al ver lo angustiado que estaba su cara no pude negarme.

Me pareció ver por instantes una mueca de sorpresa en su rostro. Cuando estuve con ellos, Neji abrió un arco en su brazo, para que pasara por ahí mi mano. Amaya nos seguía.

Abordamos el auto que nos llevaría hasta la casa de quienes nos invitaron a cenar.

La llegar los nervios me invadieron, antes de entrar en dicha mansión me sujeto del brazo y atrajo hacia él.

—Recuerda que ahora eres mía, señora Hyuga—susurro a mi oído con voz seductora.

Sentir su aliento me hizo estremecer, entrelazamos nuestros brazos y entramos en esa mansión. Fuimos recibidos por los sirvientes, quienes nos invitaron a pasar al comedor, donde nos esperaban sus amos.

— Sean bienvenidos a su humilde mansión—pronuncio un hombre bajo y regordete, tenia un bigote adornando su redonda cara y sus manso llenas de joyas—tomen asiento—indico al acercar su rostro en demasía a Amaya.

La pequeña retrocedió un poco sujetándose de mi vestido en un intento por ocultarse de ese señor.

Todos nos sentamos Neji aun lado mío y Amaya enfrente de mí. La esposa de ese señor era muy similar a él, de complexión robusta, su manera de vestir estaba fuera de contexto con la casa.

—Su esposa es hermosa—dijo al verme con una cara de pervertido, lo cual me aterro.

Neji le dedico una mirada fulminante y el viejo me dejo de ver.

Minutos después llego el pequeño con él que quería comprometer a Amaya. Me sorprendió que no se pareciese en nada a sus padres

Él era delgado, de porte elegante, se cabellera negra y orbes azul zafiro. Lucia un pantalon de vestir blanco y camisa azul marino. Se presento ante nosotros como Len Monokami.

La cena iba a dar inicio cuando me levante debía ir al baño, sentía que el cierre del vestido se estaba bajando.

Él pequeño se incorporo y sujeto de la mano, para indicarme el camino parecía querer decirme algo importante lo podía ver en sus angustiados ojos, mas su padre le indico se quedara, un sirviente me acompañaría.

Al salir del baño me termine extraviando entre los pasillos, no recordaba el camino de regreso, así fui a dar hasta la cocina donde escuche a los “trabajadores” discutir sobre cuanta medicina para dormir debían poner en la cena. Planeaban ponernos a dormir a todos, para secuestrar a Amaya y pedir una jugosa recompensa por ella. También oí mencionar donde tenían a los padres del pequeño.

Milagrosamente recordé el camino, como pude me dirigí corriendo al comedor, debía evitar que probaran esa comida o estaríamos perdidos. Cuando entre Amaya iba dar el primer sorbo a su sopa.

— ¡No! —grite desesperada.

Todos posaron su vista sobre mí. Fue realmente vergonzoso.

—Aun no te has tomado tu medicina Amaya—dije al reír nerviosamente.

Amaya y Neji me vieron confundidos, le hice señas para que se acercara a mí la pequeña Hyuga. Al tenerla cerca le advertí no ingiriera nada de la comida, que estaba envenenada. Ella regreso a su asiento.

Yo volví a mi asiento. Me acerque a Neji hasta su oído y susurre lo que habia escuchado. Inmediatamente note como se lleno de ira, lo tome de la mano logrando se relajara, debía pensar bien que haría.

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Neji

Cuando la vi descender por las escaleras me prende de su belleza, lucia más que hermosa, era todo un ángel.

Salimos de la misión, no sin antes recordarle que debía llamarme Neji. Antes de entrar en la mansión donde esa noche cenaríamos la atraje hacia mí, aspire su olor por unos segundos y susurre al oído que era mía, era la señora Hyuga o al menos por esa noche. Decirlo me hizo sentir tan bien.

Sentí como un tono carmesí adornaba sus mejillas. Nos adentramos en la mansión, los sirvientes nos condujeron hasta el comedor.

Me sorprendí ver a los señores de dicha casa, yo los recordaba más delgados y con más porte. Ver a su hijo me inquieto, a él lo recordaba y también a sus padres, y según yo esos no eran sus padres o ¿sí?

El viejo lanzo un alago a Tenten con una mirada que irradiaba deseo, era asqueroso, casi quería comérsela con la mirada. Divise la cara de asco que tenia Tenten. Sin dudar le dedique una mirada asesina al viejo rabo verde, si el quería comerse a Tenten con la mirada, yo quería matarlo con la mirada. Al parecer dio resultado, ya que dejo de verla.

Tenten se levanto diciendo iría al tocador, el pequeño se paro a acompañarla más su supuesto padre se lo impidió.

A su regreso llego alterada y un tanto histérica, lo cual trato de disimular al decir que Amaya no habia tomado su medicina ¿desde cuando mi pequeña ingería medicamento? Arque mi ceja al ver como le susurraba al oído a mi princesa.

Amaya regreso a su asiento, al igual que Tenten al suyo, quien se acerco a mi odio y susurro. Al saber lo que ella habia escuchado una ira inmensa se apodero de mí. Ella coloco su mano sobre mi logrando me tranquilizara al instante.

La supuesta cena dio inicio, todos comían alegremente o eso parecía, pues pude notar como Amaya, Tenten y Len se las arreglaban para simular que comían cuando no lo hacían, pues arrojaban su comida debajo de la mesa.

—Disculpen, necesito hacer una llamada—dije al incorporarme.

Nadie dijo nada, más el señor le indico con una seña a uno de sus subordinados me siguiera. Saque mi celular y marque a Lee, en mi vida habia estado tan ansioso de que contestara mi llamada.

El respondió como siempre, yo empece a hablar en ingles, él tipo que me espiaba seguramente no entendería ni una sola palabra. Se notaba a leguas que era gente inculta.

Termine mi conversación y regrese a mi al siento. El tipo que me seguía se acero a su jefe y susurro al oído. Lo cual me tuvo sin cuidado.

—Bien sobre la propuesta de matrimonio, la rechazamos rotundamente—indique seriamente.

Ellos me observaron con una sonrisa zurrona. Yo igualmente sonreí de manera arrogante.

— Eso es lo de menos, realmente no les invitamos para eso—indico el viejo.

—Lo sé.

Vi sus caras de asombro. Tenten observaba atenta la situación.

— ¿a si? Y ¿Qué harán?

—Nosotros nada, pero pregúntale a ellos—dije al señalar la puerta principal que minutos después fue derribada por varios policías bien armados.

— ¡Tomen a la niña y a la mujer! —ordeno al ponerse de pie el viejo.

Me levante de sobresalto, Amaya se encontraba muy cerca de ellos debía ser rápido o la perdería.

Él pequeño se coloco de pie e interpuso para que no tomaran a mi princesa, eso enfureció más al jefe, quien lo quito del camino con un fuerte golpe en la cara.

El niño cayó al piso. Cuando se disponía a tocar a mi hija se lo impedí con un fuerte golpe. Tirándolo al piso. Tome a Amaya en brazos junto al pequeño, quien tenia la cara llena de sangre y dirigí hacía Tenten, ella también estaría en peligro o eso pensé.

Pero al verla, la encontré con una sonrisa victoriosa en su rostro, junto a ella reposaba una pila de maleantes derrotados. Un maleante salió de la nada dispuesto a atacarla, ella esquivo perfectamente todos sus ataques, cuando me di cuenta el yacía sobre el piso derrotado, Tenten sabia artes marciales o algo por el estilo, eso me quedaba claro.

Su cara se lleno de preocupación al ver la cara llena de sangre del pequeño Len. De un tirón rasgo su vestido para limpiar el rostro del pequeño procediendo a darle primeros auxilios.

Nuevamente me cautivo, sabia de todo; era fuerte, delicada, segura, dulce, amable. Un ángel.

Los policías atraparon a todos los maleantes, una ambulancia llego al lugar y atendió a Len, junto a sus padres, quienes habían permanecido atados durante una semana en condiciones infrahumanas.

Sali junto a Amaya y Tenten de dicha mansión, abordamos mi auto y salimos de ahí. Me pidieron fuera a dar mi declaración la más pronto posible, le respondí que acudiría después acompañado de mi abogado, por el momento me retiraría.

Y así lo hice. Durante el trayecto Amaya no dejaba de quejarse a causa de no haber podido ingerir comida.

— ¿Tienen mucha hambre? —cuestione a ambas.

— ¡Si! Demasiado papi, ¡no sabes cuanta! —exclamo Amaya agitando su pequeños brazos.

—pues, si un poco—dijo Tenten.

Medite unos segundos, mas me fue imposible ya mi estomago pedía a gritos comida.

—Bien, cuando lleguemos a casa quiero que se cambien y bajen rápidamente, hoy cenaremos fuera.

Los gritos de mi princesa inundaron el auto. La Amma la tranquilizo sentándola en sus piernas. Llegamos a la mansión intentando no hacer ruido. Le dije al chofer se fuese a descansar hasta nuevo aviso. Él asintió contento, debía estar agotado.

Subí corriendo las escaleras y entre en mi enorme habitación. Avente el traje que llevaba puesto y cambie por un pantalon de mezclilla, una cómoda playera y sudadera. Al bajar encontré a mi princesa y ángel, quienes al parecer tuvieron la misma idea que yo.

Su vestimenta era un pantalon de mezclilla, tenis, playera y sudadera. Al verme sonrieron, les hice una seña para salir de la mansión, subimos al auto y nos fuimos. Amaya viajaba en el asiento trasero, Tenten en el copiloto y yo conducía.

Observe la hora mientras conducía, era muy tarde y no recordaba un lugar abierto hasta esa hora. Sin despegar mi vista del camino me dirigí a ellas.

— ¿A dónde quieren ir a cenar? Tomen en cuenta que son las dos de la mañana.

Ambas se pusieron a pensar, minutos después Tenten volteo a verme con una sonrisa.

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Tenten

Después de toda la conmoción ocurrida ninguno probo alimento alguno, nuestros estómagos gruñían desesperadamente.

Neji nos dijo llegáramos a cambiar y bajáramos inmediatamente. Al llegar a la mansión nos dirigimos emocionadas primero a la habitación de Amaya y luego a la mía. Nos pusimos algo simple, pero que pareciese a juego a petición de Amaya. Ambas recogimos nuestro cabello en dos trenzas.

Bajamos a esperar a Neji quien no tardo mucho en bajar. Al ver que su vestimenta era similar a la nuestra no pudimos evitar sonreí, el los hizo una señal para que abordáramos el auto.

Aborde el auto en el asiento del copiloto, Amaya en el trasero y Neji manejaba, esta vez el chofer no nos llevaría. Mientras conducía el Hyuga se veía pensativo, minutos después se giro a nosotras para interrogarnos.

— ¿A dónde quieren ir a cenar? Tomen en cuenta que son las dos de la mañana.

Puse a trabajar mi cerebro, recordando un lugar que sin duda estaría abierto a esa hora. Con una sonrisa voltee a verlo.

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—dos hamburguesas dobles extra grandes y una cajita para niños—ordene a la cajera del lugar.

—Entendido, repetiré su orden dos hamburguesas dobles extra grandes y una cajita para niños ¿su pago será en efectivo u otra alternativa?

Si, los lleve a una cadena importante de restaurantes de hamburguesas, ese establecimiento estaba abierto las 24 horas del día o al menos hasta muy tarde.

Neji saco de su cartera dinero con el cual pago.

—su orden estará lista en unos minutos.

Seguido de eso sujete a ambos y lleve hasta una mesa cerca de las ventanas para esperar. Neji veía fijamente la obscuridad de la noche y Amaya se sentía feliz y emocionada.

— ¡orden 521!

Esa era nuestra orden, me coloque de pie y fui por ella. A mi regreso deje la charola en el centro de la mesa, repartí a cada quien lo que le tocaba.

Neji observaba fijamente su comida, confundido me volteo a ver.

— ¿se supone que comeremos esto? —interrogo enarcando un ceja.

— ¿si algún problema?

Él quedo nuevamente callado.

Amaya quien veía divertida la escena hablo.

—Lo que pasa es que papá nunca ha comido esto—dijo divertida la pequeña.

Lo vi asombrada, el desvió la cara hacia la ventana un tanto apenado.

Toque levemente su mano para atraer su atención, así le indique como debía comer, el siguió mis instrucciones, el primer bocado no le pareció muy agradable, al segundo su rostro cambio hasta que acabo con toda su hamburguesa. Lo siguiente eran las papas fritas, sobre las cuales le indique nuevamente como debía comerlas. Todo el tiempo que pasamos ahí nos divertimos y reímos, en especial Amaya y yo, nuestros comentarios iban en torno a lo importante que era saber comer hamburguesas y demás.

Al terminar de comer salimos del establecimiento.

— ¿ya se quieren ir a dormir? —interrogo en el estacionamiento antes de subir al auto.

— ¡No! Llévanos a otro lugar, aun no quiero volver.

Neji sonrió de lado y abordamos el auto. Llegamos hasta un estacionamiento al bajar quedamos sorprendidas. Era una hermosa playa.

—No es un lugar divertido, pero si muy hermoso—dijo con una cara llena de nostalgia.

Yo me sorprendí, también conocía esa playa, estuve ahí una ocasión.

La playa estaba sola, mas lucia hermosa, sobre el mar se podía apreciar el reflejo de la luna, las estrellas brillaban con fuerza en el obscuro firmamento.

Sin dudarlo me quite los tennis y calcetas para salir corriendo y sentir la arena en mis pies. Amaya me imito, Neji nos observaba desde lejos. Me sorprendió ver que en una de sus manos sostenía una cámara digital con la cual nos filmaba.

A paso lento se acerco a nosotros. El seguía atento a nuestros movimientos.

— ¿Por qué filmas? O más bien dicho ¿de donde sacaste esa cámara? —interrogue frente a él.

—Eso no importa, ustedes sigan jugando, cuando sea grande se lo mostrare a Amaya—respondió con una tenue sonrisa sin apartar la cámara de mi rostro.

Su sonrisa no se notaba a simple vista, pero convivir con el varias semanas me ayudo a conocerlo mejor, ahora conocía sus gustos, gestos y movimientos a la perfección.

Una sonrisa se dibujo en mi rostro, una amplia y grande, muy grande, pude ver como la cara de Neji mostraba sorpresa, al parecer el también habia aprendido a descifrar mis sonrisas.

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Neji

Después de cenar hamburguesas, las lleve a uno de mis lugares favoritos. Una hermosa playa.

Saque mi cámara digital, siempre la cargaba para si se presentaba el momento grabar a mi princesita en sus momento más alegres. Sin que se dieran cuenta también las grabe en el establecimiento de hamburguesas, en la playa no vi necesidad de ocultarlo.

Tenten se acero a mi cuestionándome acerca de la cámara, les dije siguieran jugando y me ignoraran, fue cuando ella mostro una enorme sonrisa. Eso indicaba que tenia algo entre manos, conocía cada una de sus sonrisas.

En un ágil movimiento tomo la cámara de mis manos e inicio a correr, yo la perseguí sin pensar, los zapatos me estorbaban así que me los quite y sentí la arena en mis pies. Cuando la alcance caímos al suelo, ella protegió la cámara, Amaya quien nos veía desde lejos se acerco corriendo nosotros, Tenten estiro la mano con la cámara dándosela a mi princesa.

Mi pequeña corrió con la cámara mientras reía, me pare dispuesto a alcanzarla, para caer casi al instante, Tenten me sujeto del pie antes de correr, caí de bruces sobre la arena, ella se acerco a ver si estaba bien, gracias a que cerré mis ojos y boca no me entro arena.

Estaba bien, mas no por eso me levante, la castaña se coloco a mi lado preocupada, en cuanto la sentí cerca me gire atrapándola en mis brazos, tirándola conmigo a la arena. Ella me reprocho con un puchero el hacerla preocuparse, para ver su sonrisa comencé a hacerle cosquillas.

Seguimos correteando por toda la playa, hasta que cansados decidimos sentarnos a admirar la hermosa vista que nos ofrecía esa noche la naturaleza.

Amaya se sentó entre nosotros dos, luego se subió sobre nuestras piernas, no sin antes pedir que nos juntáramos más. Como niños pequeños la obedecimos. Desde que tuvo la cámara en sus manos no la soltó. Así que terminamos tomando una gran cantidad de fotos los tres juntos.

— ¡Ahora sonrían para la cámara! —exclamo al presionar el flash. Lo único que sabia hacer con la cámara era tomar fotos a cualquier cosa así fuese una roca.

Minutos después un silencio invadió la playa, una fresca brisa meneo nuestros cabellos. Amaya habia quedado dormida con una sonrisa muy notoria. Al parecer no fue la única, pues sentí como caía sobre mi hombro la cabeza de mi ángel.

Sonreí, retire la cámara de las pequeñas manos de Amaya y coloque en dirección de nosotros tres, debía tomar la foto definitiva del recuerdo.

Con cuidado recosté a Tenten sobre la arena, tome a Amaya en brazos y lleve hasta el auto, ahí la recosté en el asiento trasero. Regrese a la playa por Tenten, la cargue en brazos y también lleve al auto, a ella la coloque en el asiento del copiloto.

Las examine detalladamente y ninguno de ellas llevaba zapatos, yo los traía puestos debido a que tuve que pisar asfalto. Regrese a la playa por su tennis y aborde al auto.

Llegue a mi mansión a las cuatro de la mañana, ya cerca de las cinco. La primera a la que baje fue a mi princesa, después Tenten. Fue extraña esa sanción de llevarla y dejarla sobre su cama fue como si dejara algo que no quería, sentí un vacío en mis brazos.

Al terminar me dirigí a mi habitación, caí exhausto sobre la cama, en mis manos y brazos aun tenía la sensación que ella habia dejado, tenía ganas de regresar y abrazarla fuertemente. Me reí ante tal pensamiento, era patético, estaba confundido por una mujer, no sabia que era esa sensación que sentía cuando estaba junto a ella. No era simple atracción eso era seguro, entonces ¿Qué era? Debía consultarlo con la almohada.

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Al despertar recordé que era domingo, el día de descanso de Tenten. Fui a la recamara de Amaya aun estaba dormida, ahora quería saber si Tenten se habia quedado o ido.

Con cautela abrí la puerta de su recamara, encontré la cama bien tendida y ningún rastro de ella. El no encontrarla ahí me desanimo mucho, y más el no saber por que.

Desde que llego mi casa se lleno de alegría, Amaya era más extrovertida. Todos los domingos sin falta se salía, a no se donde, pero lo hacia. Regrese a la habitación de Amaya para despertarla, bajamos a la cocina encontrando un nota de Tenten. Nos habia dejado listo el desayuno para ese día.

Eso me levanto los ánimos, no se habia olvidado de nosotros después de todo.

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Tenten

Me levante con mucha pereza. Algunos rayos del sol entraban por la ventana, abri por completo las cortinas, sonreí ante el hermoso día. Recode que era domingo, revise el reloj, habia quedado de ir a almorzar con Kidomaro, en realidad lo hacía todos los domingos. Aun era temprano.

Me desvestí rápidamente, aun llevaba la ropa de la noche anterior, al hacerlo una rara sensación invadió mi cuerpo. Era como si alguien me hubiese abrazado, aun sentía un calor corporal distinto al mío.

Me duche rápidamente y vestí con unos jeans ajustados, una blusa de tirantes y unas sandalias de tacón pequeño. Despues de secar mi cabello lo recogí en dos chongitos, como comúnmente acostumbro.

Baje a la cocina, les dejaría listo el desayuno para que solo lo calentaran y comieran. Me coloque el mandil y lo prepare con agilidad. Termine y me retire, al salir me fui en un taxi.

Llegue a la plaza donde habíamos acordado vernos, el ya estaba esperándome, sonreí si que era puntual, aun faltaba tiempo para la hora en la que habíamos acordado vernos.

Llegue con sigilo por atrás, le iba a tapara los ojos cuando el se volteo y me atrapo entre sus brazos, besándome tiernamente, correspondí de inmediato, después de todo era mi pareja.

— ¿Lista para irnos?

Asentí con la cabeza mostrando una sonrisa, el me tomo de la mano. En ese momento me percate de que algo no andaba bien, era mi pareja, pero… algo dentro de mi comenzaba a rechazarlo.

— ¿Qué tal te ha ido en tu trabajo?

—Muy bien, me llevo de maravilla con la niña.

—Y… ¿el papá? —interrogo intentando disimular la molestia que sentía.

Medite mi respuesta, debía decir la verdad, pero no toda o ¿sí?

—También, aunque el casi no esta en la casa—si eso era cierto, el casi no estaba, aunque si iba a comer y en ocasiones se quedaba la tarde a jugar con la pequeña.

—Ya veo, me alegra que disfrutes tu trabajo.

Seguimos charlando sobre sus futuros viajes, dentro de unos meses se iría a Inglaterra, me pidió lo acompañase, le pedí me dejara pensarlo y el acepto, tenía como fecha límite una semana antes de que se fuera. Si no llegaba a darle una respuesta lo tomaría como que no acepte.

Estaría en Inglaterra por tiempo indefinido. Le pedí me llevara a mi departamento, debía verificar que todo estuviera bien, al entrar lo constate, decidí quedarme un rato más ahí. Kidomaro me hizo compañía por un tiempo, ya que debía irse a arreglar unas cosas de su trabajo.

Hice una limpieza rápida, el polvo ya habia hecho acto de presencia. Agotada me avente sobre mi cama, el viaje a Inglaterra era tentador, demasiado tentador, pero si lo hacia debí renunciar a mi actual trabajo, y no quería, simplemente esa idea de tener que alejarme de Amaya me causo un poco de dolor, pero más cuando a mi mente se vino la imagen de su papá.

¿Qué era lo que sentía? ¿Por qué mi pecho comenzaba a doler cuando pensaba en cosas así? Sacudía mi cabeza y mejor pensé en la noche anterior, tan agitada y divertida, sobre todo lo de la playa.

Sonreí al recordarlo. Me levante de un salto de mi cama, apague las luces y me marche, no tenia nada más que hacer ahí, extrañamente ya no lo sentía mi hogar.

Llegue a la mansión cerca de las ocho de la noche, al entrar fui recibida por Amaya quien al verme bajo corriendo las escaleras con los brazos abiertos, para atrapar en un pequeño abrazo mis piernas.

—Que bueno que volviste—dijo al levantar su carita para verme.

— ¿Ya cenaron?

—Aun no—dijo moviendo la cabeza.

Curiosa le interrogue por la razón. Ella agacho su cabeza.

—Por que te estábamos esperando—pronuncio una voz masculina que me provoco escalofríos—. No quiso cenar hasta que llegaras tú, además de estar esperándote toda la tarde sentada sobre las escaleras—pronuncio al ir bajando las escaleras.

Me quede sorprendida, ella oculto su rostro, seguramente estaría avergonzada. La obligue a que me soltara y me coloque de cuclillas, seguía sin mirarme y agachaba más su cabeza.

—Esta mal que no cenes por mi, imagina si no hubiera llegado hoy—reprendí amablemente—. Pero gracias por esperarme—dije con una sonrisa.

Ella volteo a verme con una sonrisa, sus ojitos estaban crispados. Se abalanzo sobre mí y comenzó a llorar, diciendo que no quería que la fuera a dejar o me olvidara de ellos. Cuando la tranquilice nos dirigimos a la cocina, les prepare algo sencillo.

Me lleve a Amaya a dormir, debía estar agotada, más después de haber llorado tanto. La recosté en su cama y cante una canción de cuna, siempre me pedía le cantara la misma, a los pocos minutos caía rendida, esta vez no fue así.

—Tenten ¿te quedaras con nosotros verdad? N-no, no nos abandonaras ¿Cierto? —dijo con sus pequeñas orbes plateadas crispadas.

—No, siempre estaré para ti—dije al darle un beso de buenas noches.

Ella sonriso, se tallo sus ojos y los cerro, para quedar en lo brazos de Morfeo.

Nunca pensé que esa promesa se volvería realidad y tan importante en mi vida.


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att:himeko-chan♥