Long-fic Inuyasha y su nuevo amor [Inu&Kag]

Prologo

Inuyasha era un ser inmortal (un hibrido)que sin importar que fuera un mitad bestia mitad humano... ... de todos modos es un ser inmortal.

El conoció una mujer (humana) que cambio su destino. Pero por culpa de alguien ese amor no llegó a ser.... pero también conocerá a su nuevo amor



Capítulo I "Como la conocí".

Era un día en la noche en donde un ser peli plateado de ojos dorados saltaba de edificio en edificio... ... en uno de los edificios más altos se paro y se puso a observar el paisaje que se podía observar desde aquel lugar.

Casa no tenia. Lo único que tenia era arboles para dormir. El siempre andaba solo, siempre caminaba por las calles de la gran ciudad.

Hasta que un día caminaba por una cafetería y se tropezó con una mujer de Mirada fría, cabello largo que le llegaba hasta un poco más abajo de la cintura, tenía ojos medianos.

-Disculpe no vi por donde caminaba.- Dijo aquella mujer agachándose a recoger lo que había tirado (que eran unos libros)

- Fhe -

- Me llamo Kikyo Kosho ¿y usted? -Le extendió la mano a Inuyasha

- Inuyasha Taisho - Se volteo e ignoro que Kikyo le había extendido la mano.

- Bueno ya me tengo que ir - Dijo Inuyasha apurado. Inuyasha se fue caminando con prisa, dejando a Kikyo muy confundida por aquella reacción.

Kikyo se dio la vuelta y se fue a su casa.

Inuyasha se fue a uno de los arboles que mas visitaba (este árbol se llamaba sengoku) se subió a este y se sentó en uno de los arboles a pensar todo lo que había sucedido con Kikyo y así fue como le fue llegando el sueño... hasta que se quedo totalmente dormido. Cuando ya estaba completamente dormido empezó a soñar (lo siguiente):

Era un día soleado estaba en un campo con muchas flores y arboles. En ese momento se vio Inuyasha (llevaba un haorí rojo) hablando con Kikyo (ella llevaba puesto un traje de sacerdotisa).

-Esa perla la quiero para convertirme en un demonio completo - Dijo Inuyasha.

- Por qué no la utilizas para convertirte en un humano y quedarte a mi lado - Dijo Kikyo con alegría en sus palabras

Inuyasha se sorprendió por su comentario y en ese momento en el que él le iba a responder se despertó por el sonido de una flecha lanzada, la cual se dirigía así el lugar donde él estaba pero un poco más abajo. La flecha se clavo en el árbol. Inuyasha se acerco a ver la flecha y en esta vio un papel enrollado él lo agarro y lo empezó a leer y decía lo siguiente:

¡Cuida lo que te rodea! Inuyasha.​

​

Atte.: Tu peor enemigo​

Inuyasha se quedo pensando en quien pudo haber sido esa persona que le haya mandado ese escrito. No se le ocurrió alguna persona que se lo haya mandado.

Después de esto salió a dar una vuelta y se encontró con Kikyo (la cual iba para la misma dirección).

-Hola Inuyasha – Dijo Kikyo la cual llevaba una bolsa de pan.

- Fhe – Dijo Inuyasha metiendo sus manos en su pantalón

- Oye ¿eres un hibrido verdad?- Pregunto Kikyo con un toque de frialdad en sus palabras.

- ¿Porqué lo preguntas?- Respondió el en forma de pregunta.

-Porque tienes orejas y tienes un color dorado en tus ojos y… - Dijo ella hablando tranquila.

En ese momento Inuyasha la interrumpió al decirle:- Si ya no tienes que decírmelo, si soy un hibrido- . Dijo Inuyasha un poco fastidiado.

-Si lo sabía, pero sabes no puedo seguir hablando contigo…. Hibrido.- (Esto último lo dijo casi en un susurro en sus palabras), el cual Inuyasha pudo oír.

-Fhe- A Inuyasha le dio igual y se fue.

Pero lo que no iba a saber es que a partir de ese momento su vida iba a cambiar.

 

Bueno espero que me siguan apoyando, gracias por tus consejos Love Temari de verdad gracias.

Bueno a continuación voy a subir el siguiente capitulo, coméntenme sus dudas, consejos o sugerencias yo las aceptare con gusto

Capítulo II.
Ya habían pasado 2 meses, a partir de ese día ya casi siempre se encontraba con Kikyo, ella siempre hablaba con Inuyasha con tranquilidad aunque ahora ya no le decía Inuyasha si no le decía hibrido, a este ya le daba igual como le decía Kikyo… con tal de verla o tener alguna conversación con ella.
Inuyasha ya no se acordaba de aquella nota que le llegaron a enviar.
Un día en la tarde se encontró con Kikyo en un parque abandonado y empezaron una conversación:
- Has llegado a escuchar sobre la perla de Shikon- Dijo Kikyo, viendo el atardecer.
-La perla de ¿….?- Dijo Inuyasha un poco confundido.
- Bueno, la Esfera de las Cuatro Almas- Dijo Kikyo siguiendo viendo el atardecer.
- Ah, esa perla si la tuviera en las manos ya me hubiera convertido en un demonio completo- Inuyasha pronunció estas últimas palabras con un toque de egoísmo.
- Por qué no la utilizas para convertirte en un humano y quedarte a mi lado - Dijo Kikyo con un toque de alegría en sus palabras.
Al acabar de decir esto Kikyo recordó aquel sueño que tuvo un mes antes, y justamente tuvo la misma reacción de sorpresa por aquel comentario.
-Lo voy a pensar… … … … pero a lo mejor y si- Dijo esto último en un susurro.
- Espero y tomes la mejor decisión.- Dijo Kikyo, ahora sin el mismo toque de alegría en sus palabras.
Inuyasha noto eso.
– ¿Kikyo tu quieres que me quede contigo?- Pregunto Inuyasha volteando su cara para que Kikyo no viera su sonrojo.
-Inuyasha en estos dos meses yo he empezado a sentir algo por ti- Dijo Kikyo muy tranquila.
Inuyasha al escuchar esto se alegro mucho, porque el también había empezado a sentir algo por Kikyo.
-Kikyo yo también eh empezado a sentir algo por ti-Dijo Inuyasha con un leve sonrojo.
Los dos se voltearon a ver y se empezaron a acercar, ya que estaban casi sintiendo la respiración del otro……………
Una flecha paso rozando sus caras, provocando que se separen, aquella flecha llevaba un papelito enrollado, la cual se clavo en un árbol.
Inuyasha agarro el papel y leyó:

Esta es tu segunda advertencia:​

¡Cuida mucho lo que te rodea Inuyasha!​

​

Atte.: Tu peor enemigo.​

​

Inuyasha arrugo el papel y lo tiro, Kikyo decidió no preguntarle y se despidió y se fue.
Inuyasha se quedo solo y empezó a pensar en qué pasaría si mataran a Kikyo. Entonces decidió proteger con cuerpo y alma a Kikyo sin importar las circunstancias.

Ahora más que empezaba a sentir algo por ella, y ella también empezaba a sentir algo por él.
Así empezaron a pasar los días y meses y ellos ya se habían declarado su amor y habían empezado su relación. Todo estaba bastante bien hasta que un día Kikyo le decidió llevar la perla para que se convirtiera en un humano.
Al día siguiente se reunieron, pero cuando Kikyo le iba a dar la perla una flecha le dio a Kikyo. Inuyasha no había visto de donde había llegado esa flecha. Pero trato de quitarle la flecha a Kikyo, también le empezó a decir:
-Kikyo, no te mueras sabes que yo te amo. Por favor no me dejes.-
-Inuyasha, no me queda mucho tiempo, por favor sigue tu vida, sin importar las circunstancias acuérdate que siempre estaré ahí contigo.-
-Kikyo no digas eso, tu vivirás siempre conmigo….-En ese momento fue interrumpido por Kikyo.
-Inuyasha, quiero que quemes esta perla por favor, quémala con mi cuerpo….- En ese momento dejo de respirar.
-Kikyo, Kikyo, abre los ojos por favor, Kikyo.-Grito Inuyasha con todas sus fuerzas.
En ese momento en el que Kikyo murió, él la cargo y la llevo hasta un campo de flores, después de llevarla ahí la llevo al crematorio y ahí puso la perla entre sus manos.
Asi quemaron a Kikyo, en ese momento se fue a llorar al árbol Sengoku, en ese momento una flecha le traspaso su ropa y cuerpo y se quedo sellado en ese árbol.

 

Aquí esta la continuación de la historia
Espero que sea de su gusto si no le cambio algo.

Capítulo III.
Han pasado 500 años desde aquel suceso. Aquel híbrido aun seguía sellado en el Sengoku. Cerca de ese árbol habían construido el Templo Higurashi, es este templo vivían 4 personas: El abuelo Higurashi, Naomi Higurashi, Sota Higurashi y Kagome Higurashi.
Un día Kagome iba rumbo a la escuela cuando sintió que la veían, ella volteaba a el lado derecho e izquierdo y no veía nada, empezó a aumentar su volumen de velocidad en su forma de caminar, así fue que llegó a el Sengoku, ahí encontró a un joven sellado con una flecha en aquel árbol, el tenia cabello plateado, orejas de perro y estaba dormido. Siempre que pasaba por ese árbol, nunca había llegado a ver a ese joven o si no era que no le había puesto mucha atención. Se fue acercando a ese joven, cuando se iba acercando en su pecho por donde estaba su corazón algo en su interior empezó a brillar. En ese momento Kagome sintió una pulsada en el corazón y en ese momento salió la perla con un resplandor enorme. Cuando la perla salió de su pecho, fue cuando despertó el joven peli plateado.
Inuyasha al despertar miro a su alrededor y lo único que vio fue una joven con un aroma muy peculiar, llevaba el pelo de color azabache, el cual era lacio y al final del cabello lo tenía ondulado, era medio alta, tenia ojos que expresaban alegría los cuales eran de color chocolate, estos eran medianos… ella llevaba la perla de Shikon.
- Es ella no me puedo equivocar – (Pensaba Inuyasha… cuando una voz le saco de sus pensamientos)

- Disculpa ¿tú eres?

- Que no me reconoces Kikyo, soy yo Inuyasha.


- ¿Kikyo? – Dijo la joven de cabello azabache.

- Enserio no me reconoces- Le dijo Inuyasha un poco desanimado.

La joven de mirada, negó con la cabeza también le dijo:
- Mi nombre es Kagome Higurashi.

- ¿Ka-go-me?- Pregunto Inuyasha confundido.


- Si así es- Dijo la joven, dedicándole una sonrisa.

- Oye y me podías sacar esta flecha- Dijo Inuyasha medio frustrado por que no se podía mover mucho, esto lo dijo señalando la flecha.


- Está bien lo intentare- Dijo Kagome.

Kagome se acerco, agarro la flecha con la otra mano desocupada, (con la otra mano agarraba la perla) al agarrarla la flecha la empezó a sacar poco a poco. Después de haberla sacado, metió la perla en un bolso de la chamarra y dejo la flecha a un lado del árbol.
Vio a Inuyasha que empezó a sangrar un poco, y Kagome puso una mano en aquella herida, al hacer esto empezó a brillar su mano, porque lo estaba curando con sus poderes espirituales. Kagome se fue separando de Inuyasha y este último pregunto:
- ¿Qué rayos paso?

- No tengo la mínima idea. – Dijo sin ponerle atención a Inuyasha


Esto provoco que Kagome se confundiera, porque esto también paso cuando salió la perla de su pecho.
Los dos no volvieron a hablar y tuvieron un silencio un poco incomoda el cual lo interrumpió…:
- Bueno ya que me presente me retiro, nos vemos luego Inuasha- Dijo la azabache, dedicándole una sonrisa llena de ternura y bondad, justo después de esto se retiro.

- Inuyasha, tonta- Dijo Inuyasha enojado, esto lo dijo ya cuando se había ido Kagome. Cuando se dio cuenta…:


- Esa tonta me deja hablando sola y aparte de eso se parece mucho a… … … … … … … … … Kikyo- Esto último lo dijo con una mirada triste.

 

Hola, espero que les guste el capitulo de a continuación.



Capítulo IV.

Rumbo a la escuela, Kagome pensaba en Inuasha y en aquella perla que salió de su pecho. Se toco el pecho y no sentía ningún dolor y ardor, retiro su mano y siguió su camino

Unas dos cuadras antes de la escuela en un sótano de un edificio apareció una sombra de una mujer ciempiés. Kagome pasó por ese edificio y fue cuando la mujer ciempiés la arrastro hacia el sótano, la mujer ciempiés mencionaba:

- Dame la perla de Shikon.


- Pero yo no tengo nada de eso– grito Kagome


- ¡Tú la tienes!- Dijo la ciempiés.


Kagome en ese momento pensó en la perla que tenía en el bolso de la chamarra y pensó:

¿Sera esta la perla de la que me habla?​

Kagome metió la mano en su bolso y sintió la perla, la agarro y apretó esa mano.

En ese momento cerca del árbol Sengoku….

- Un monstruo – Dijo el peli plateado un poco furioso.


Mientras en el sótano.

- ¡No te hagas la tonta y dámela! – Grito la ciempiés


- No te la voy a entregar y aunque no la tuviera, nunca te diría su ubicación – Dijo Kagome molesta.


- Niña, dame de una buena vez la perla – Grito enfurecida la ciempiés.


En ese momento la ciempiés la muerde donde estaba la perla. Kagome saco la otra mano y empujo al ciempiés, en ese momento hizo mitad del cuerpo del ciempiés pedazos, esa mitad del cuerpo quería reconstruirse, pero en ese momento alguien dijo:

- ¡Desaparece! – Dijo Inuyasha haciendo el ataque de garras de acero

Así desapareció la mujer ciempiés. Después de esto:

- ¿Tú tienes la perla de Shikon?- Dijo Inuyasha sorprendido.- Como una mocosa como tú la puede tener si ni siquiera eres la mitad de lo que era Kikyo.-


- Para tu información me llamo Kagome no mocosa y si así es yo tengo la perla.- Dijo Kagome enojada por el comentario de Inuyasha.


- Haber muéstrame la perla. –Dijo Inuyasha.- No confió en tus palabras, así que muéstramela.-



- Haya tu si no me crees a mi me da igual – Dijo Kagome, a punto de retirarse de ahí.



- Vete mocosa insolente. – dijo Inuyasha, para que Kagome volteara.


Así fue Kagome voltio y saco de su bolso la perla y se la mostro a Inuyasha diciendo:

- Mira aquí está contento- Dijo Kagome, mientras Inuyasha veía la perla con ojos de egoísmo.



- Dame esa perla, que me pertenece- Dijo Inuyasha para así poder devolver a la vida a Kikyo.


- No te pertenece a ti. –Dijo Kagome frustrada de esa absurda conversación.- Además yo la tenía guardada en mi pecho, así que mejor te dejo porque si no se me va a hacer tarde para la escuela.- Dijo ella dando media vuelta y retirándose de ahí.



- Ahora si no te voy a dejar que te vayas y me dejes con la palabra en la boca.- Dijo Inuyasha tomando el mismo camino por donde se fue Kagome.


Kagome ya se había adelantado mucho, Inuyasha entre tantas personas no la podía ver así que uso su olfato para llegar en donde estaba Kagome.

Por fin Inuyasha había encontrado el olor de Kagome y empezó a seguir su olor, el cual lo llevo hasta la escuela.



En la escuela.

- Higurashi, quédese afuera por llegar tarde.-Dijo la profesora Kaede. La profesora Kaede era una maestra que les enseñaba sobre la historia. Ella siempre les contaba sobre yokais, híbridos y sacerdotisas.



- Está bien.- Dijo Kagome saliendo al pasillo.



Kagome se quedo afuera, pero después empezó a escuchar unos pasos de una persona descalza. Kagome volteo para ver quién era y se sorprendió por ver a Inuyasha.

- Vete por favor, si no me van a castigar, porque traje a un desconocido a la escuela.- Dijo Kagome.



- Fhe, a mi me da igual, pero lo único que quiero es la perla de Shikon y te dejo vivir. – Dijo Inuyasha provocando que Kagome empezara a correr por aquel pasillo.



- No huyas mocosa, que eso no te va a servir de nada.- Dijo Inuyasha empezando a perseguir a Kagome.



Esta conversación no paso desapercibida por una persona…

 

Disculpen la tardanza es que no me llegaba inspiración pero aquí les traigo el capitulo salido del horno. Espero lo disfruten


Capitulo V:

Aquella persona se asomo por la puerta del salón en el que estaba dando clases y lo que observo fue a Kagome y a ese joven de atuendos rojos discutiendo sobre una perla, esa persona prefiero intervenir en esa discusión:

- Srta. Kagome, que usted tenga el mejor promedio de esta escuela, no significa que tenga que tenga que discutir con alguien que no es de este instituto y mucho menos que haga tremendo escándalo.- Dijo él.



- Disculpe Profesor Onigumo, esto no se volverá a repetir se lo aseguro.- Dijo Kagome cabizbaja.





- Está bien esta vez se lo pasare, porque es la primera vez que le llamo la atención pero para la otra no se la pasare en alto.- Dijo el profesor Onigumo.



El Profesor Onigumo daba clases de química, era muy estricto y se decía que hasta llegó experimentar con su cuerpo con muchas sustancias, que si lo llegan a hacer enojar se muestra como es realmente… como un mutante.



- Srta. Me puede hacer el favor de retirarse a su salón, mientras hablo con el joven.- Dijo el profesor.



- Si profesor.- Dijo Kagome, retirándose a su salón para espera que le dejaran pasar.



Mientras Kagome se retiraba el profesor Onigumo le dijo al joven:



- ¿Cómo te llamas?- Dijo el Prof. Onigumo.



- Fhe, que le interesa.- Dijo Inuyasha sin prestarle la mínima atención al dueño de aquella persona que le pregunto.



- No permitiré que me hablen así, le pido el favor de que se retire.- Dijo el Prof. Onigumo a punto de perder la poca de paciencia que le quedaba.



- A mí nadie me da órdenes.- Dijo Inuyasha subiendo la voz, a tal punto provocando que el profesor Onigumo perdiera la poca paciencia que le quedaba.



- Por favor retírese de aquí a no ser que quiera ver mi verdadera identidad y casi ninguno la ha visto, ¡así que tú decides!- Respondió Onigumo, en el momento en el momento en que sus ojos de color café se convertían de color verde oscuro.



- Acaso quieres pelear.- Dijo Inuyasha en posición de posee para pelear.- Tú eres poca cosa para mí, yo eh peleado con otros monstruos y ninguno me ha vencido.- Dijo Inuyasha con un toque de orgullo en sus palabras.



- ¿Estás seguro de lo quieres?- Pregunto Onigumo cuando le empezó a salir un tipo erizo de piedra por la espalda.



Inuyasha ‘s Pov.

En ese momento sentí que estaba en problemas y en graves problemas y lo primero que se me ocurrió por la mente fue decirle.

- Aquí no es el lugar indicado para que iniciemos una pelea así que… ¿por qué no vamos afuera?- Que patético soné. Pero era cierto, el lugar era muy angosto para iniciar una pelea.



- Está bien salgamos.- Dijo el sujeto que estaba frente mío el cual ya no sonaba como hablaba en un principio ahora su voz era más ronca.



Narradora ‘s Pov.

En ese momento Onigumo se echo a correr por las escaleras rumbo abajo para poder salir de aquel edificio… Inuyasha no se quedo atrás e hizo lo mismo.

Mientras con Kagome.



- Profesora me permite la entrada.- Le dice Kagome desde la entrada del salón, ella llevaba su mochila la cual la había dejado al borde de la puerta.





- Está bien alumna pase, pero que esto no se vuelva a repetir.-Dijo la maestra Kaede, la cual a la clase de Kagome le daba las primeras dos horas.

Kagome toma asiento a lado de su mejor amigo Miroku y él le pregunta:

- ¿Qué te pasó?- Le pregunto el susurrándole.



- En el recreo te cuento todo, porque si nos cacha la maestra es capaz de que nos saca de la clase.- Dijo Kagome susurrando.



- Está bien.- Le dijo Miroku resignado porque quería saber lo que le había pasado a su amiga.

En ese momento en el patio…



- Acaso me tienes miedo.- Dijo Onigumo el cual ya no parecía un humano si no parecía todo un monstruo.



- ¡¡¡No y mucho menos a alguien como tú!!!- Dijo Inuyasha el cual hablaba con un toque de egoísmo en sus palabras.



Onigumo empujo a Inuyasha, el cual choco con el edificio en donde estaba Kagome. En el salón de clases se sintió un movimiento muy leve que paso por desapercibido e septo por tres personitas.

- ¿Kagome, sentiste eso?- Pregunto Miroku a Kagome en un susurro.



- Si, aparte de que tengo un presentimiento….- Dijo Kagome un poco preocupada, cuando alguien los interrumpió.



- Alumna Higurashi y Alumno Furikimoto, vayan a la oficina del director.- Dijo la profesora Kaede, interrumpiendo su conversación.



- Si profesora.-Dijeron los dos al mismo tiempo.



Miroku y Kagome salieron del salón y se dirigieron a la oficina cuando Kagome le pregunto:

- ¿Ya se te curo la herida de la mano derecha?- Le pregunto Kagome preocupada por la herida que tenía su amigo desde nacido



- No, Kagome lo que yo tengo ya no se puede quitar hasta que… encuentre al responsable.- Dijo esto último en un susurro el cual Kagome no llego a escuchar.- Dicen que es un vórtice y que si lo llegó a abrir provocara grandes problemas.- Dijo Miroku, dejando intrigada a Kagome.



- Entiendo… oye ¿para qué crees que nos llame el director?- Le pregunto Kagome tratando de cambiar de conversación para no hacer sentir incomodo a su amigo.



- No tengo la mínima idea, a no ser que la profesora nos haya escuchado y por eso.- Dijo Miroku.



Los dos llegaron a la oficina y el que los recibió fue el director el cual les dijo:

- Bienvenidos alumnos, los traje aquí porque está pasando lo que menos me esperaba y para eso necesito de su ayuda.- Dijo el director Fujitaka.



- ¿Qué tenemos que hacer?- Pregunto Kagome



- Necesito que detengan la pelea entre el joven hibrido y el profesor Onigumo. Me preguntaran porque pero los dos ya saben lo que tienen que hacer así que es mejor que se dirijan de una vez al patio… Miroku utiliza tu vórtice y tu Kagome utiliza tus poderes espirituales- Dijo el director antes de que se retirara Kagome y Miroku.



Salieron de la oficina y se dirigieron al patio, ahí se encontraron con lo menos inesperado… se encontraron con Inuyasha lastimado y el profesor Onigumo enojado como nunca antes.

- ¿Qué hacemos?- Pregunto Miroku preocupado.



- ¡Hagamos lo que nos pidió el director… utiliza tu vórtice! Antes de que sea tarde.- Dijo Kagome preocupada.



- Está bien.- Dijo Miroku, quitándose su guante y utilizando su vórtice, el cual traga todo lo que lo rodea.



El profesor Onigumo empezó a sentir un fuerte aire y volteo a ver quién era el culpable de esto.

Cuando volteo vio a Miroku y se dirigió hacia él y lo empezó a atacar como si no hubiera un mañana, Kagome al ver esto se puso entre los dos y soltó un brillo de sus manos, el cual convirtió a Onigumo de nuevo a una persona normal y a Miroku le cerró el vórtice.

Inuyasha al ver esto sintió furia al ver como una simple mocosa trataba de derrotar a aquel monstruo. Y si así lo hizo Kagome después de esto corrió hacia Miroku y le pregunto:

- ¿Estás bien?



- Si no te preocupes.- Exclamo Miroku un poco exhausto.



- Dejen de preocuparse y váyanse de aquí.- Grito Inuyasha enfadado.



En ese momento Onigumo se levanto y vio con ojos de furia a Inuyasha pero voltio a ver a Kagome y a Miroku y les dijo:

- Gracias.- se retiro de ahí.

Kagome y Miroku se levantaron y se marcharon a la enfermería, ya se iban a dirigir a la enfermería cuando alguien los toco del hombro y les dijo:

- Chicos es mejor que se retiren, ya fue todo por hoy y los quiero ver bien recuperados, porque a partir de pasado mañana ya no será lo mismo.- Les dijo el director el cual ya había visto todo.



- Está bien director.- Dijeron los al unisonó, los dos se retiraron al salón por su mochila y luego a la enfermería para después irse.



El director le dijo a Inuyasha:

- Tú también puedes retirarte muchacho, pero para ti también va a cambiar tu vida.- Dijo el director marchándose.



- Fhe, que personas tan extrañas.- Dijo Inuyasha dándose la vuelta y marchándose a descansar a el árbol Sengoku.

 

Capítulo VI.
Mientras Kagome y Miroku se dirigían a la casa de Kagome, iban platicando sobre lo sucedido:

- Me parece extraño que el profesor se transformara en el patio sin importar que alguien lo viera ¿No crees Kagome?-Dijo Miroku, dirigiendo su mano al atributo de la chica.


- Si.- Dijo Kagome, sin percatarse de lo que iba a suceder a continuación.

Cuando el moreno toco el atributo de Kagome, se escucho un grito y una cachetada…

- MIROKU.- Grito la azabache rodeada de de una aura negra.

- No todo menos eso… te pido disculpas pero no lo hagas…- Dijo Miroku cuando lo interrumpieron un par de manos picándole las costillas.- Jajajaja, no por favor para ya no, te juro que ya no lo hago.- Decía Miroku mientras seguía riéndose.

- Te lo mereces porque siempre dices lo mismo y nunca lo haces Miroku.- Decía Kagome con un tono que provocaba miedo al más valiente, mientras seguía haciéndole cosquillas a su amigo.

Después de que Miroku recibiera un buen cargamento de cosquillas siguieron su camino rumbo a la casa de Kagome y luego a la de Miroku para hacer la tarea que les habían dejado.
Al día siguiente Miroku y Kagome se dirigieron a la escuela pero lo que vieron les sorprendió. Ellos vieron…
_____________________________Al día siguiente______________________________________
En una esquina cerca de la casa de Kagome
- Despiértate y acuérdate de lo que tenemos que hacer.- Dijo un hombre que se escondida entre las sombras, el era alto, no era ni gordo ni flaco, su pelo color plata.

- Si ya voy amo.- Dijo una personita que también estaba ahí solo que este era más bajito

°- °- °-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-En casa de Kagome -°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-°-

Los dos ya estaban listos, tomaron rumbo al aeropuerto pero lo que no sabían era que tres personitas las observaban… uno con ojos de confusión por todas las modernidades que había en aquel país y por lo que iban a hacer aquellos dos jóvenes en un lugar lleno de monstruos mecánicos. Mientras que los otros dos ojos los veían con sorpresa.
Miroku y Kagome ya habían llegado al aeropuerto…
- Cuídense muchachos y por favor si hay alguna emergencia llámenme.- Decía la mamá de Kagome.

- No se preocupe señora yo la voy a cuidar.- Decía Miroku con una sonrisa picarona.

- Si, como no.- Decía Souta.

-Pasajeros del 411 rumbo a Inglaterra, por favor de abordar el avión.- Dijo la voz del aeropuerto.
- Bueno ya nos vamos, se cuidan.- Decía Kagome a sus parientes.

- Hasta luego señora.- Decía Miroku.

Los dos se dieron la vuelta y se fueron rumbo al avión, en el avión se sentaron en sus asientos y no hablaron en el avión hasta que…

- Disculpen me puedo sentar aquí.- Decía un joven de pelo largo y plateado, tenía un tatuaje en su frente y era el de una luna, pero parecía de verdad, señalando el asiento que estaba al lado de Kagome el cual estaba desocupado.

Kagome solo movió la cabeza en forma de afirmación, puesto se moría de sueño y no entendía lo que decía.
Cuando el se sentó sintió un cuerpo recargándose en su hombro, el se volteo y vio a su amada.

- Mi querida Kikyo, ahora que yo te tengo aquí junto a mi… no te dejare ir.- Dijo aquel joven viendo fijamente a Kagome, con unos ojos de amor y a la vez de rencor.