Ojos...Él la miró y la miró, por horas estuvo observándola, analizándola y escrutándola. Ella no entendía y no quería entender. Él sonrió cuando sus miradas chocaron y se contempló a sí mismo en ese mar de miel que, dulce, le invitaba a explorar la profundidad del alma de la joven. Sus ojos eran normales. No sobresalían, no eran hermosos orbes azules que quitaban el aliento, ni ojos pardos que hechizaban al más mínimo mirar, ni mucho menos pozos negros que electrizaban y prendado te dejaban. No, sus ojos eran normales, de un tono café no definido, ni claros ni oscuros, pero que aún así eran los más hermosos a su modo de ver, ya que a pesar de su penetrante mirar, tenían más expresividad y sentimiento que orbes azules, ojos pardos y pozos negros. Y eso, era invaluable. <<Los ojos son la pasarela al alma.>> —Herman Melville.
Muy lindo, das a entender que de verdad la quiere. Sólo por curiosidad, en qué situación te imaginaste que están?
Maravilloso. Un estilo de poesia definida que me ha calado el alma. Bien, porque estoy completamente de acuerdo en eso de que los ojos normales y aparentemente poco llamativos -teniendo en cuenta los azules o verdes- son mucho mas, como expresas aqui, vivos y llenos de sentir verdadero y eso los hace unicos en su especie. Excelente en verdad, queda claro lo que quieres dar a ententer de manera fluida y sin forze a pesar de lo corto, lo que agradezco en gran medida. Sigue asi. Espero leero otro como este. Hasta otra.
Algo normal, la verdad es que me paso mucho por la biblioteca, quizás en un choque accidental de miradas... Ah, soy una romántica sin remedio... Muchas gracias por el comentario, realmente ver apreciaciones verdaderas es algo valorable, gracias por el comentario. ¡Nos leemos!