La luz de mi oscuridad Capítulo 1 Desear algo es asombroso sin importar las consecuencias, mi único deseo es encontrar el amor; alguien que me quiera como soy pero tan solo soy una sombra… una sombra lo que ella fue. Antes mis ojos son risas y alegrías para los demás, en cambio yo soy una rosa marchita que nunca fue regada pero en un momento encontré una lagrima o una luz que es la más hermosa. En verdad su belleza sobresale, sus cabellos plateados y esos ojos tan dorados que puedes ver el oro fundiéndose delante de ti; su tez casi blanca con un ligero de color y su nombre sobresale ante las paredes que a veces siento que se extrémese las paredes de la escuela, en ocasiones siento que decir su nombre es un delito. - ¡Inuyasha! – grito su mejor amigo Miroku mientras se acercaba entre dos mujeres muy hermosas - pensé que no ibas a llegar a tiempo – dijo Inuyasha sonriendo ante su amigo Las dos mujeres lo rodearon principalmente una llamada Yura, siempre le toca ese cabello plateado y no ha parado de sonreír – Inuyasha esos cabellos son tan hermosos – - Lo sé siempre me dices eso, cada vez que te veo – dijo Inuyasha, algo nervioso ya que Yura una vez se declaró pero esa relación no duro tanto tiempo – Por cierto Yura debes sentarte muy pronto vendrá el profesor – - está bien – mientras se sentaba todos pero yo nunca dejaba de ver a Inuyasha era mi luz dentro de mi oscuridad y dentro de mi sombra, de pronto Inuyasha me miro y yo desvié mi mirada hacia la ventana. - ¿Quién es ella? – pregunto Inuyasha hacia su amigo Miroku que se sentaba alado - ¿Ella? ¿La que esta hacia tras? – pregunto dudosamente Miroku - Si, nuestra compañera que usa lentes y su cabello es largo y desordenado – dijo Inuyasha algo desesperado para saber mi nombre - creo que se llama Kagome - dijo Miroku - Kagome – pronuncio mi nombre - Si fuera tú no tendría interés ante ella, es rara, jamás se arregla y aparte nadie ha escuchado que hable sin contar que ella no desea tener ningún amigo – Al terminar las clases como siempre me iba a mi casa, aunque no fuera el hogar que tanto deseara ir, siempre estoy sola aun estando en mi casa, mire mi celular que tenía un mensaje de mi madre que no vendría dentro dos semanas o más. Entonces aproveche vestirme pero siempre que veo mi reflejo recuerdo a ella… a mi hermana gemela. - Si tan solo no fuera tu gemela sería feliz además ¡Porque tuviste que morir! Me prometiste que siempre estaríamos juntas – mientras me miraba mi reflejo Recuerdo de Kagome…. Siempre sentía el odio y el desprecio de mi madre mientras tanto Kikyo mi gemela tenia todas las atenciones pero ella siempre notaba que era muy infeliz. - ¿Otra vez llorando? – me pregunto mi hermana - Kikyo ¿Por qué mi madre me odia? ¿Porque no quiere estar conmigo?– le respondí a mi querida hermana Kikyo cuando tenía 8 años de edad - Kagome siempre estaré contigo no solo porque soy tu gemela, sin importar que encuentre un príncipe jamás te dejare sola – - enserio – me puse feliz - si pero promete jamás te enamoras de mi príncipe – dijo Kikyo con una sonrisa - imposible jamás tocaría tu príncipe – le conteste Fin del recuerdo… Sin darme cuenta me encontraba en el parque, los niños jugando felizmente, muchas veces recuerdo a mi hermana Kikyo, ella no solo hermosa, era inteligente, honesta, dulce y principalmente los niños deseaban estar con ella. - Kikyo… - mire a los niños una vez más – si estuvieras aquí estarías jugando con ellos sin importar tu edad – Siempre me imagino a mi hermana jugando con los niños del parque y yo no he cambiado porque tan solo observarla me hacía feliz, ella era felicidad. - ¿Qué ese ruido? – me pregunte, un par de gemelos estaban llorando de golpe no sabía que pasaba pero nadie se acerba a ellos entonces yo sabía que Kikyo no vendría a calmarlos, por primera vez hice el primer paso hacia la luz. Ahí estaba yo con ellos… delante de ellos, sus ojos me vieron con esos ojos dorados, ambos lo tenían, note que era uno niño y la otra era una niña a la vez me hacía tan familiar a alguien. - ¿Mamá? – me dijeron ellos dos, yo sabía que no era su madre pero no quería verlos llorar entonces sonreí y por primera vez hable. - No se preocupen aquí estoy de nuevo con ustedes – mientras lo abrazaba - ¡Mama! – - ¡Yasha! ¡Izayohi! Perdón por la demora – dijo Inuyasha Sin darme cuenta, Inuyasha estaba enfrente de mí con esos ojos dorados entonces eso explica porque esos niños me hacían recordar a una persona.
owww que lindo otra personalidad de Kagome que casi nunca es usada eee enserio es lindo mmm no note faltas de ortografia fataron dialogos seria genial si podria poner el punto de vista de como ve Inuyasha a Kagome sies bonitafea o como es vale esta muy bien espero me avises del proximo si hay ya quiero ver que sucede es una muy buena trama suerte
Capítulo 2 No podría creer que ella estaba ahí con mis dos hijos, sabía que ser papá soltero era muy difícil más si la persona que amo murió. - ¡Hola! – la salude mientras intentaba agarrar mis gemelos, por alguna razón no se suelta – al parecer no te quieren soltar – Ella solo me miro con esos ojos achocolatados que me hacían sentir nervioso, a la vez sentía que su mirada era tan fría que podrías sentir la oscuridad de ella. - Perdón ¿Tu eres Kagome mi compañera? – pregunte dudosamente aunque sabía quién era Ella no me dijo nada, solamente me dio de golpe a mis gemelos, se dio la vuelta pero tan solo hacerlo mis bebes comenzaron a llorar es como si el momento tan corto que tuvo con ella fue un largo tiempo. - ¡Mama! – gritaron Ella se volteo y los sujeto como si fuera su verdadera madre, ante mis ojos ella solamente sonríe ante mis gemelos, por alguna razón me sentía tan triste y nostálgico… en mi corazón por primera vez sentía un agujero. Sin darme cuenta deje caer una lagrima, dejando ver la herida de mi corazón – Perdona… puedes venir a mi casa – Ella no se negó, al contrario solo afirmo su cabeza, caminamos unos pasos ya que mi casa está cerca del parque, mis dos hijos estaban felices y no paraban decirle mamá y mi hijo la sujetaba con fuerza. Entramos a mi hogar, ella no se sorprendió menos pidió permiso en pasar o para sentarse en el mueble. - ¿Disculpa Kagome eres muda? – le pregunte Kagome movió su cabeza negando que era muda y comenzó en comunicarse en señas, lo único bueno que cuando era pequeño aprendí ese lenguaje gracias a mi madre. - Perdona por no comunicarme con mi voz por una situación no poder comunicarme contigo como se debe – dijo Kagome con su lenguaje de señas - entonces no eres muda ¿Acaso te operaron? – le pregunte - No, odio mi voz y otras cosas además Inuyasha ¿estos gemelos son tus hijos? – dijo Kagome - Si – le respondí, recordando el pasado – Ellos son mis dos amores… soy padre soltero – mire la hora no podría creerlo ya era demasiado tarde – Kagome te puedes quedar y cuidar a mis bebes tengo que trabajar – - no hay problema pero… - Por primera vez, no quería escuchar un pero, solo salí corriendo a trabajar aparte tengo que buscar a su hermana gemela de la mujer que amo. Recuerdo de Inuyasha… Siempre la veía en su departamento sin importar qué; pero por primera vez me preguntaba ¿Quién es ella realmente? ¿Si tenía hermanos o una mascota? La única cosa que sabía que era mi novia y la amaba con todo mi corazón. - ¿Inuyasha que piensas? – Me pregunto mientras se veía el espejo – ¡Hola! – mientras se saludaba ella misma Mire al otro lado – En ocasiones olvido que eres tan extraña me pregunto si lo olvido por tu belleza o el amor que tengo hacia ti – Ella se carcajeo lo que había dicho, ella sabía que siempre la había visto como un bicho raro, aunque nuestra relación no fluyo como se debe menos el comienzo de nuestra amistad. Ella se miró otra vez es el espejo mostrando una sonrisa y notaba fácilmente esos ojos achocolatados que siempre me han robado el corazón junto con sus palabras. - ¡Hay Inuyasha! Si me veo en el espejo no es porque soy vanidosa es porque tan solo verme recuerdo a mi hermanita – dijo ella - dudo que tu hermanita se parezca tanto a ti – le afirme sin que me importara tanto lo que había dicho – sigo pensando que eres rarita – - No soy rara, mi hermanita no me lleva por años sino por segundos - Por primera vez tuvo curiosidad y tenía toda mi atención - ¿Por segundos? ¿Es una mentira? – - No Inuyasha tengo hermana gemela idéntica a mí – Estaba aturdido lo que me había dicho - ¿Gemela? – acaso hay dos en este mundo, en ese momento comprendía todo porque era así Se me acerco y me tomo las manos – ¡Mi gemela es hermosa como yo! Prométeme que un día me ayudaras a buscarla sin importar que – - Te lo prometo Kikyo – Fin del recuerdo… De ese momento no he parado de buscarla, tal vez debería haber preguntado más sobre ella sobre su familia pero solo tuve una información su gemela vive en esta ciudad. Al terminar el trabajo me fui directamente hacia mi casa pensando que rayos había hecho dejándola sola con mis gemelos. Al entrar supe que todo estaba limpio, los juguetes levantados solo entre al cuarto donde estaba Yasha y Izayohi; ahí estaba con Kagome sentada en el sillón toda cansada. Me acerque más y más ¿Quería comprender porque se odia tanto? A pesar que es desalineada y sombría y usa esos lentes, tal vez no es tan mala persona como otros piensan. - Kagome levántate – le dije pero estaba muy profundamente dormida entonces pensé que sería bueno quitarle esos lentes, moví mi mano para quitárselos pero ella me sujeto – Lo siento – - No te atrevas a quitármelo o tendrás grandes consecuencias – dijo Kagome - dije lo siento pero pensaba que si te lo quitabas serias más hermosa – Ella me miro con odio lo que había dicho tal vez le ofendí solo se marchó y me dejo solo sin solucionar el problema. Kagome… Ya era de mañana no podría creer lo que había dicho ese Inuyasha, no soy hermosa y si lo fuera solo sería una copia de mi hermana Kikyo. No quería verlo tan temprano en la universidad aunque me sorprendí que nadie supiera que Inuyasha sea padre soltero menos Yura. - ¿Me pregunto si por eso no duro la relación con Yura? – - ¡Hola Kagome! ¡Por fin te encuentro! – Dijo Inuyasha viendo esos ojos dorados que en ocasiones ciento que me roba el aliento – gracias por cuidarlos aparte perdón si te ofendí – - No me has ofendido solo estaba sorprendida por tus palabras – le conteste Inuyasha solo se carcajeo lo que había dicho, es como si por primera vez lo viera así tan alegre – en verdad eres graciosa yo preocupándome si te ofendí por cierto Kagome no le digas a nadie que tengo hijos no quiero que nadie se acerque o busque esa oportunidad para estar conmigo – - Lo entiendo – en ese momento comprendí porque Inuyasha no duro mucho relación por el bien de sus hijos - Yasha y Izayohi quieren verte ¿Puedes cuidarlos hoy también? – Me sentía tan feliz y sin darme cuenta había sonreído ante Inuyasha, sus pequeños son más lindos y tiernos, al parecer Inuyasha se quedó asombrado o estaba en shock por mi sonrisa. - ¿Te encuentras bien? – le pregunte - Si – se levantó del asiento – Deberías sonreír más a menudo y cuando hables espero ser la primera persona en escucharte – Me sorprendí lo que había dicho y solo pude notar como Inuyasha se alejaba de mí dejando un agradable sentimiento.
Ho valla me encanta como está yendo el tramo de la historia.... Es muy interesante ver el papel de chica tímida que está tomando Kagome... me quede algo sorprendida haber leído que Kikyo y Kagome son hermanas gemelas... hay ese tonto de Inuyasha no se da cuenta que kagome es la gemela de Kikyo has este hombre necesita usar lentes y no kagome :p ... Esperare con ansias la continuación :D
Capítulo 3 Estaba de nuevo en la casa de Inuyasha jugando con sus hijos, en ocasiones siempre llegaba tan cansado pero siempre tenía fuerzas para jugar con ellos o leerles un libro. Inuyasha siempre se disculpaba conmigo siempre que llega tarde y quedamos que si necesitaba ayuda siempre estaba disponible, solo tenía que enviarme un mensaje por celular. Hasta que hoy; un día de fin de semana me pidió que viniera, estaba toda desarreglada, tenía un pantalón negro de mezclilla y una blusa holgada de color blanco, sin olvidar que tenía una gorra negra y esos lentes. Tan solo tocar el timbre Inuyasha me abrió rápidamente y me sujeto la mano - ¡Por fin llegas! – - ¡mamá! – gritaron esos par de gemelos y yo como siempre lo abrazaba con todo mi amor - al parecer te ven como su madre – me dijo Miroku mientras se levantaba del mueble – deberías hablar con ellos y con todo el mundo si no la gente te desaprobara por tu actitud – - ¡Miroku! – Grito Inuyasha con un tono de enojo – Si te invite no es para crear una discusión, Kagome es buena con mis hijos y eso me hace feliz – - ¿entonces ya la olvidaste? – pregunto Miroku - No aún sigue aquí en mi corazón – contesto Inuyasha Por alguna razón me sentía dolida lo que había dicho Inuyasha, el amor de su vida aún sigue ahí para él. Inuyasha cargo a sus hijos - ¡Vamos Kagome! Vamos al zoológico – No paraba en pensar ¿Cómo era su pareja? Inuyasha no habla mucho de ella prácticamente no tiene fotografías de ella en ningún lado de la casa. Además no quiero hacerlo sufrir pero tan solo pensar en ella e Inuyasha me hizo sentir que no puedo estar en su corazón. Entonces comprendí que yo amo a Inuyasha pensaba que solo lo admiraba pero me equivocado estaba enamorada de él y no sé cómo paso menos el momento. Al llegar al zoológico Inuyasha se asombró juntos con sus hijos principalmente que vimos un león, el par de gemelos junto con Inuyasha imitaba los sonidos de los animales dependiendo del recorrido. Hasta que llegamos a ver un lobo blanco – Es hermoso ¿verdad niños? – Tan solo escucharlo decir eso me sorprendí y sin darme cuenta le había jalado la camisa para llamarle un poco de atención. - ¿Qué ocurre Kagome? – dijo Inuyasha, por primera vez quería hablar pero Miroku mi interrumpió en ese momento Inuyasha lo noto y le ordeno que traiga agua y jugos para todos. Todos estamos sentados y tranquilos tanta tranquilidad me está matando hasta que Inuyasha hablo para romper el silencio. - Perdón lo que hace Miroku y no pienses que es mala persona… - Inuyasha sonrió - lo que ocurre que ella le encanta venir al zoológico sin importar las consecuencias o es porque es algo rara – Cuando más la escucho no quiero hablar a la vez quiero hablar entonces me comunique en señas – A mi hermana y a mí nos gusta ir al zoológico pero desde que nos separamos no tenemos oportunidad para ir – Inuyasha se sorprendió - ¿Se separaron? – Yo lo mire fijamente – nuestros padres se separaron, ella se quedó con mi madre y yo con mi padre – - eso debe ser triste o malo – mientras se rascaba la cabeza pensando algo más que decir - no es malo, es malo si me quedo con ella principalmente si ella me ve – le comente - vaya si te ve yo te cubro – dijo Inuyasha riéndose Esas palabras me hicieron muy feliz, el tiempo que estuve en el zoológico con Inuyasha me hizo muy feliz, sin darme era el comienzo de la semana por alguna razón cuando llegue a la escuela sentía que me miraron a la vez no paraban de ver sus celulares. Sentía como sus miradas estaban clavadas en mí, ese sentimiento me rodeaba algo malo y pensaba en mi madre. Cuando llegue al salón estaba Yura esperándome y sonriendo junto con sus amigas – Hola Kagome por fin llegas – camino hacia mí – necesitamos hablar sobre un asunto - El momento de escalofrió era alto pero no tal alto como mi madre. Yura la chica tan hermosa de la escuela no paraba de intimidarme en ocasiones tenia deseos de hablar pero no quería en ese momento me mostro lo que todos estaban viendo. Todos pensaban que tengo una relación con Inuyasha a escondidas de todos. - hasta hora lo he aguantado pero ¡desaparécete! ¡No quiero verte junto con Inuyasha! – Me entendiste mientras me sujetaba el cabello – ¡entendiste! – Por primera vez estaba tan enojada quería hablar – al parecer no hablas mocosa – - ¡Basta! ¡No te soporto! – grite con todo pulmón mientras la lanzaba hacia el suelo – No te soporto y no intentes amenazarme – Inuyasha apenas llego cuando hable la última frase, es como si se sorprendiera lo que había visto, más si ves tus compañeras huir y tu ex novia tirada en el suelo. Tan solo verlo me disculpe – Perdón Inuyasha no quise… - tan solo verlo intentar sonreír sentía que Inuyasha no quería verme menos hablar conmigo. - Que bonita voz tienes Kagome – dijo Inuyasha ocultando la tristeza. Tal vez llego triste o recordó a su amada y quería hablar conmigo pero al ver eso se sorprendió – deberías hablar más a menudo – - Gracias –
Capítulo 4 Jamás en vida pensé que la hermana gemela de Kikyo estaría muy cerca, tan solo escucharla me sorprendí demasiado, no paraba de estar sorprendido, sabía bien que tenia deseos de verla pero no era solamente por la promesa solo quería ver la misma imagen de mi amaba. - ¿Inuyasha te encuentras bien? – Me pregunto Kagome con su voz tan tímida, en verdad eso me hacía reír y sentirme nostálgico - ¿Por qué te ríes? – - nada solamente que tu voz o tu forma de hablar es algo temerosa pero eres capaz de lanzar a mi ex novia como si fuera una almohada – le respondí ocultando mi tristeza mientras comía mi coctel de frutas que me prepare para la hora del almuerzo Kagome bajo su mirada – perdóname… yo… yo hace tiempo que no hablo menos con un hombre excepto de mi padre – Comencé acariciar el cabello note que se puso roja como un tomate o eran sus nervios ya que es la primera vez que la trato así, desde que Kagome sabe que tengo un par de gemelos me ha ayudado mucho. La mayor parte me dedico a trabajar para sobrevivir junto con mis hijos ya que mi padre ya no me reconoce como su hijo y yo como mi padre; tan solo luchar por un amor que tan poco tiempo me fue rebatado. Mis lágrimas fluyeron y Kagome lo había notado y sin darme cuenta susurre – La extraño – - es la primera vez que te veo llorar – dijo gentilmente Kagome – pero me encanta ver esos ojos dorados fundiéndose enfrente de mí – Tan solo escucharla me sorprendí – gracias… aunque antes odiaba mucho el color de mis ojos – me levante y la mire – me tengo que ir si alguien pregunta ya sabes que decir – - Si lo sé – respondió Kagome Ya no podría aguantar más, cada vez que habla me recuerda a Kikyo, su voz es algo diferente pero ya no quiero sufrir, ya había olvidado su voz pero no quiero olvidarla aun. - La amo demasiado – me dije a mi mismo mientras entraba a mi casa – si estuvieras aquí en mi lado yo sería feliz – mientras sacaba un collar de corazón donde tenía adentro la foto de Kikyo y mía – Fui adentro de mi cuarto a la vez estaba enviando un mensaje a Miroku que buscara a mis hijos ya que hoy no se lo pedí a Kagome por el temor de verla. Me acosté a la cama y recordé aquellos donde iniciaba mi preparatoria; en realidad si no fuera ahí nunca te hubiera conocido y jamás tuviera esas bendiciones que has dejado en mí. Recordar el pasado mientras cerraba mis ojos es como comenzar el sufrimiento. Recuerdos de Inuyasha… La escuela Shikon no Tama es una preparatoria muy reconocida entre la gente rica o millonaria al igual entre los pobres ya que son escasos que alguno tenga una beca completa hasta terminar el ciclo escolar. La gente pobre sueña que al entrar saldrán de su pobreza al encontrar un millonario pero no es así, los pobres no aguantan o terminan en suicidio. También reconocida por sus excelentes dormitorios y muy pocos tenían uno propio y yo era uno de ellos, odiaba tanto compartir o escuchar a Miroku durante las 24 horas sobre mujeres o fiestas. Hasta que un día de primavera llego ella enfrente de nuestra escuela caminando como si fuese la reina del lugar sin olvidar esos cabellos negros y largos o esos ojos achocolatados que muestran una fina e inmensa alegría que cualquiera podría cautivarse. Todo el mundo se le quedaban viendo y yo sin darme cuenta no me había percatado hasta que Miroku me hablo. - ¡Inuyasha mira! ¡Una nueva alumna! – dijo Miroku algo emocionado pensando que será su nueva novia Yo solo la mire de reojo y tan solo verla es como encontrar la luz de la oscuridad pero aun no quiero encontrarlo o hablar con ella – seguro es de la pobreza – - espero que no porque sería algo muy malo – dijo Miroku mientras entrabamos en la escuela En ese momento no sabía ¿Quién era o su estatus social? Todos la trataban igual a la vez se preguntaron ¿Quién es ella? Y otros se olvidaban esa pregunta por su belleza. - Soy Kikyo Higurashi es un placer conocerlos – dijo Kikyo con esa sonrisa Todos estaban embobados para mí que tiene de bueno conocerla, seguramente es otro dolor de cabeza. - espero que su belleza sea al igual de su estatus social si no sería un gran problema – dijo Tsubaki quien estaba atrás de mi - siéntate alado de Inuyasha Taisho – dijo el profesor de clases Ella se acercó hacia mí – espero que seamos buenos amigos – Yo ni siquiera la mire y le dije fríamente – yo no deseo ser tu amigo – lo único que supe que la clase continuo Al día siguiente, ella se había quedado sola, todos no se atrevían a saludar o hablar con ella, los hombres solo se quedaban viéndola como si fuera un tesoro principalmente mi amigo Miroku. Hasta los días se volvieron un mes y solo escuchaba quejas sobre Miroku y el tema discusión es la nueva compañera llamada Kikyo. - Pobre de ella sufriendo cada día – dijo Miroku – sé que es pobre pero tiene una exquisita belleza - ¡Basta! – Mientras golpeaba mi escritorio con mi mano - ¡Si vas a seguir hablando de ella mejor invítala salir! – - ¡imposible! - Mientras salía de mi departamento – ¡excepto que encuentre un novio muy poderoso! – A pesar que es una nueva mañana parecía que hoy comenzaba un comienzo de una tragedia, no podría creerlo lo que me había pasado. - ¡No puede pasarme esto! – grite mientras de desmoronaba enfrente de un árbol - eso no es tan malo, no hicimos equipo desde que te conocí en la primaria – dijo Miroku - ¡El problema no eres tú! ¡Es ella! – mientras la apuntada con mi dedo - ese es tu problema Inuyasha – dijo Kikyo algo arrogante - ¡Como te atreves hablarme con mi nombre! ¡No somos amigos ni novios! – mientras la veía con una expresión de queja - Mi nombre es Kikyo Higurashi soy una becada – cuando sonrió enfrente de nosotros yo no sabía si congelarme como Miroku o pensar que es una tonta – Y quien dijo que sería tu amiga si tu rechazaste mi amistad en el primer día – - Que bueno que lo captas Kikyo – le respondí sarcásticamente - Además ni loca seria tu novia ni que fueras tan atractivo ni que fueras el último hombre de la tierra – contesto Kikyo Estaba terminando mi última gota de paciencia y entre dientes - Tú… quieres vivir o morir – Kikyo soltó una carcajada parecía que le hacía sentir gracia mi amenaza y en ese momento comprendí que esta mujer no es normal o es una sicópata – ¡entonces esto es una amenaza! ¡Es tan gracioso! - - Creo que esto se pondrá divertido por primera vez – comento Miroku viendo la situación - ¿Divertido? – Me dije en mis adentros que no quería perder mi tiempo por esta mujer loca – Yo diría que espero que no me contagia su locura o su rareza – - ¿Me pregunto si ella sufrió esto? – dijo Kikyo con tanta alegría En ese momento tan solo decir ella sufrió esto tuve curiosidad de que hablaba pero no quería tener su amistad solo que tenerla en mi equipo sentía un gran peso encima. Las clases pon fin terminaron y era el fin de semana; la mayoría se van a sus casas y otros se quedan en cambio yo apenas he comenzado la guerra y la batalla. - ¿Inuyasha que haces? – pregunto Miroku - ¡silencio! ¡Si por su culpa tengo nota baja! ¡Los mato! - los amenace Kikyo solo le daba gracia – entones eres un perfeccionista como yo – - ¡no me compares contigo! – le grite - qué bueno porque yo odio serlo – dijo Kikyo tranquilamente El tiempo trascurrió hasta que por fin lo terminamos no podría creerlo, ella entendía bien mis indicaciones en ocasiones me ayudaba al no estresarme. Miroku ya estaba muy cansado y fue el primero en irse, solamente estaba Kikyo y yo en mi departamento sin darme cuenta le había preparado chocolate caliente para beber y encima le puse 5 bombones. - gracias – dijo Kikyo ella miro los bombones y se comió uno – ¡ahora es perfecto! – - en verdad eres una perfeccionista – le comente tan solo verlo - no me gusta mucho los impares solamente mi hermanita – comento Kikyo - siempre hablando de ella te pareces a Miroku que no sale de un tema – le comente luego que había tomado un poco de chocolate caliente - lo hago porque ella es muy importante en mi vida – dijo Kikyo Los días pasaron la presencia de Kikyo no me molestaba mucho, en ocasiones molestarme con ella era una forma de relajarme o parar mi tiempo que fuera algo divertido hasta que nuestras miradas se toparon muy de cerca. - ¿Inuyasha? – susurro Kikyo - ¿Kagome? – susurre su nombre a la vez sorprendido ya que es la primera vez que nuestras miradas se toparon tan de cerca - ¿Tus ojos?... – Toque mi rostro no tenía ni lestes negros y mi fleco no taparon mis ojos dorados - ¿Mis ojos? Yo… - - ¡Me gusta tus ojos dorados! ¡Me encanta! – es la primera vez que alguien decía eso sobre de mis ojos además Kikyo estaba tan emocionada que no se dio cuenta nuestro alrededor menos que estamos en el salón de clases – ¡Tus ojos son tan dorados es como si viera el oro fundiéndose! – se acercó más a mi rostro - es ver el oro fundiéndose delante de mi o son como dos soles ¡Inuyasha me gusta tus ojos! ¡Hay que envía yo quisiera tener tus ojos! ¡Seria genial si tuviera un par de gemelos con esos ojos dorados! – La última parte no sabía si era una confesión además Miroku había escupido su bebida, yo solo estaba tan rojo lo que había dicho que me levante de golpe. - yo… me marcho – es lo único que dije para salir - ¿Hice algo malo Miroku? – pregunto Kikyo - si es la primera vez que alguien le dice que le gusta sus ojos por lo general odia el color de sus ojos – - ¿Enserio? Si son tan hermosos – pregunto dudosamente Kikyo Miroku guardo sus cosas para salir el receso – Kikyo debes tener cuidado partir de ahora tal vez antes nadie te había hecho nada por tu belleza pero al decir eso fue el primer error principalmente en delante de Inuyasha – - No lo creo, mi error es conocerlo – dijo Kikyo mientras se iba - Si tu error es conocerlo lo pagaras muy caro – dijo Miroku antes que se fuera pero solamente Kikyo sonría Mientras tanto yo estaba tan atónico lo que me había dicho Kikyo, por general me molestaba tan solo que alguien se fijara o decía algo de mis ojos pero eso se debía que mi niñez se burlaba mucho el color de mis ojos. En cambio ella se emocionó tanto pero mis pensamientos pararon al tener un mensaje de mi padre. - un mensaje – dijo Miroku - si… un mensaje de mi padre – le comente luego lo mire – espero no tardar tanto amigo mío – Miroku solo sonrió aunque sus ojos mostraban tanto dolor, si solo pudiera ayudarle ese sufrimiento me decía a mí mismo pero las decisiones solo son tomadas por mi padre. - No hagas nada malo que no te guste – es lo único que dijo Miroku en el día que estuve con él - tratare no hacerlo – le respondí a mi mejor amigo En la noche ya había llegado a mi casa que era una gigantesca mansión, lo que me gusta de este hogar son los jardines que son cuidados por mi madre Izayohi, ella no solo era mi madre también es reconocida en todo el mundo como la mujer más hermosa al igual de sus dotes. Mi madre aunque tuviera una inmensa belleza es reconocida también por su voz ya que antes era cántate al igual tocaba instrumentos como el piano, flauta y el violín si olvidar que es una gran diseñadora de ropa. Mi madre aunque tuviera todo ella veía lo que tienes adentro y eso me hacía muy feliz pero ahora con el paso del tiempo no me atrevo a verla a los ojos. - Joven amo por fin llega, sus padres quieren verlo – dijo un señor de 45 años que su nombre es Mioga - ¿dime esta toda la familia hasta hay invitados? – le pregunte - Si señor hasta su novia está aquí – me respondió Solo había entrado y sabía que había una pequeña fiesta por el éxito que tuvo mi padre por la ayuda de la familia Omaha, son una de las familias muy importantes pero yo espero no dar el siguiente paso. - ¡Inuyasha! – mientras corría hacia mí y luego me abrazaba – Te extrañe mucho – - Yo también te extrañe mucho Sango – mientras le correspondía su abrazo - Inuyasha no vas a saludar a tus padres – decía mi padre Inutaisho y alado estaba mi madre. Ella me miraba con esa miraba que me hacía sentir culpable lo que hacía. - ¡Hola padre! ¡Hola madre! Si me permiten tengo que bailar con mi novia – le respondí Mi padre me dio un abrazo pero me susurro algo en el oído – tienes que dejarla ya no es tan importante para nuestros negocios – Así es Sango era mi novia además la había conocido en la secundaria, siempre había conocido sus sentimientos hacia mí aunque al principio al conocer a Miroku todo cambio Sango estaba tan confundida por sus sentimientos que me hacía sentir feliz ya que no solo quería quitármela enzima también Miroku esta tan enamorado de ella. Por mala fortuna mi padre necesitaba apoyo a pesar que aún era poderoso sin tenerlo él no se arriesga tan fácilmente y me pidió incluyo me presiono, me obligo tener relación con ella. Yo sabía que esto iba pasar al igual que mi hermano fue casado por la fuerza por un matrimonio que no quiso. Lo peor de todo que al saberlo Miroku se sintió traicionado por alguna razón, él no me mostro odio o resentimiento, el solo mostro una sonrisa y al día siguiente todo volvió a la normalidad, tal vez él ya lo sabía que el dinero es lo más importante para mi familia que el amor. - ¿Inuyasha te encuentras bien? – me pregunto Sango - No – le respondí Antes que se acara la fiesta solo tenía un deseo ser libre esto y que Miroku me perdone por romper el corazón de la mujer que amo tanto hasta el día de hoy. - ¿Estas muy distinto? – me pregunto Sango - Lo siento pero esto se acabó - le respondí Sango se me acerco y se aferró hacia mí con sus lágrimas – esto no es cierto, esto no puede terminar… nos amamos – Yo la mire fijamente y le sonría fríamente – me canse de jugar este juego, me canse de jugar contigo y fingir que te amo – - Inuyasha… ¡Te odio! – mientras me daba una cachetada después salió corriendo Yo baje mi mirada, no quería que nadie me viera sufrir… solo quería estar solo pero en ese momento Kikyo estaba en mi mente. - Estoy loco en pensar en ella – La noche paso tan corta y a la vez tan larga, me sentía tan mal por lo que había hecho además Sango no es la primera mujer que le hago sufrir. En la mañana solo deseaba escaparme pero antes de partir ahí estaba mi madre – Deber ser duro hacer esto y no ser sincero en tu corazón – - perdóname madre pero en este mundo lo mueve el dinero – le respondí - espero que tu mundo y tus amistades no sean por negocios o por dinero- dijo mi madre Yo solo le sonreí y recordé a Kikyo – Tal vez mi mundo esté cambiando al igual mis amistades – El tiempo transcurrió y por fin estaba en clases, jamás en mi vida me sentía tan bien en venir, en ese momento apareció Miroku. - ¡Hola Inuyasha! – me saludo Miroku Me sentía tan horrible lo que había hecho por otro lado me sentía aliviado que el infierno se acabe - ¡Hola Miroku! – en ese momento había algo muy extraño por lo general siempre estaba Kikyo con nosotros - ¿Dónde está Kikyo? – - Ella llegara tarde – dijo Miroku - ¿Enserio? – dude lo que había dicho ya que Kikyo es muy puntual sin olvidar que es rara Las clases transcurrieron hasta que por fin había llegado, pero ella lucia tan diferente – ¿Miroku siempre luce así Kikyo? – - Seguro es tu imaginación – me respondió Me sorprendí cuando Kikyo no me hablo, siempre me saludaba aunque no le respondiera o la bienvenida hasta había momentos que me sujetaba y me decía cosas sin sentido. Sin mirarme solo se sentó y yo estaba a punto de sujetarla pero no me atreví hacerlo ella no es alguien. Entonces los días pasaron y yo la miraba aunque tuviéramos trabajo en equipo, no hablaba menos me miraba aunque sintiera que lo hacía. Hasta que un día mientras la miraba que entraba en el salón de clases quería que me sujetara… quería escuchar su voz o que me mirara pero solo paso sin saludar y en ese momento le sujete la mano. - ¡Basta! ¡Me canse esperar que me saludes! – mientras explotaba y me maldecía lo que había hecho Kikyo me miro y note sus ojos achocolatados una expresión de asombro - ¿Inuyasha? – - ¿No dijiste que te gusta mis ojos dorados? – mientras la miraba directamente y podría ver algo en Kikyo – En ese momento considere tus palabras y tu amistad sin darme cuenta te volviste alguien importante como Miroku – - yo… - en ese momento Kikyo no pude decir nada ya que el profesor había llegado en la hora del desayuno Kikyo salió corriendo antes que pudiera sujetarla o decirle algo. - ¿Inuyasha te encuentras bien? – me pregunto Miroku - ¡Claro que no! – le grite. Estaba tan enojado que solo pensaba en Kikyo y en pocos segundos me calme - ¿Qué le ocurre? – Miroku me miro – Últimamente Kikyo ha tenido problemas con sus fans o el hecho que de golpe se volvió tan popular – - ¿Popular? – me sorprendí tanto - Kikyo es tan popular entre los hombres después que te fuiste y enseguida comenzaron a declararse pero Kikyo no ha parado en rechazarlos y entre las mujeres tiene un problema – - ¡¿Qué clase de problema!? - - He querido saberlo pero Kikyo no habla – me respondió Miroku - ¡Vamos a buscarla! – mientras nos marchamos a buscarla Corrimos rápidamente para encontrarla hasta que nos encontrábamos una bola de chicas y podríamos escuchar la voz de Kikyo. - ¡Deténganse! – mientras corríamos hacia ellas y veíamos como Kikyo era golpeada en nuestros propios ojos hasta que una de ellas me araño el rostro y sentía que corría la sangre. - Malditas… - estaba tan enojado pero Miroku me interrumpió - recuerda que son mujeres – dijo Miroku mientras intentaba ayudar a Kikyo - ¿Inuyasha estas sangrando? – Dijo Kikyo preocupada pero antes que pudiera hablar Kikyo las miro a sus enemigas – podría aguantarlas pero no se los perdonare por lastimar a Inuyasha – No sabía si sentirme ofendido lo que dijo o agradecido por defenderme por un rasguño – Kikyo no es nada – - ¡Que no es nada! – Pero una de ellas se aventó a Kikyo para lastimarla y en ese momento Kikyo dio una patada - ¡No me subestimen! ¡Podre ser una becada y soportarlas! ¡Pero a mis amigos nadie los lástima! – Miroku y yo aplaudimos y a la vez pensamos que Kikyo no necesitaba ayuda de nadie menos ser rescatada y en unos minutos esas chicas tuvieron su paliza de parte de Kikyo en ese momento no sabía qué hacer cuando todo termino. - ¿Inuyasha estas bien? – Dijo Kikyo mientras me tocaba mi rostro donde estaba el rasguño – Tu bello rostro… - Sin darme cuenta la había abrazado - … Inuyasha – - Estaba tan preocupado por ti – Desde ese día, me sentía tan raro aunque nuestra amistad sea la misma me sentía tan raro no paraba de pensar ella y olvida por completo lo que tenía que hacer. Aunque admitía que siempre había hombres que se declaraban a Kikyo y eso me ponía algo inseguro y a la vez celoso. - Perdón por tardar – dijo Kikyo - ya pensaba que ya andabas con alguien más – - perdónalo se pone inseguro – dijo Miroku - ¡Qué bueno que te pongas así! – mientras sonreía Kikyo Hasta que ese momento fue arruinado por completo cuando mi celular comenzó a sonar como loco y tuve una mala noticia. - ¿Qué ocurre? – pregunto Miroku mientras tenía una cara de susto - Sango quiso terminar su vida y ahora está en el hospital – le respondí En ese momento salimos corriendo para ver cómo estaba y sin darnos cuenta habíamos arrastrado a Kikyo hacia el hospital. - Inuyasha ¿Quién es Sango? – pregunto Kikyo Esa es la pregunta más difícil y más si me ve así con esos ojos achocolatados buscando una respuesta y más que ahí estaba Miroku. - ella… - contrabajo pude decir algo pero Miroku sabía que esto algún día iba pasar - Ella es nuestra amiga de la secundaria también conocida como la novia de Inuyasha para más detalles yo sigo amando a su novia hasta hubo un tiempo que peleamos por su amor pero él gano su corazón antes de conocerme – dijo Miroku seriamente pero yo notaba que admitirlo le dolía tanto - Sango ya no es novia… - mire a Kikyo – porque jamás la ame solo seguí las ordenes de mi padre y seguirá así hasta que me case y muera – Al entrar a la habitación Sango se puso tan feliz al verme que no noto la presencia de mis amigos - ¡Inuyasha viniste! – Mire sus venas y tenía razón su hermano quiso quitarse la vida – No lo hagas de nuevo – - Pero Inuyasha – mientras lloraba – tú tienes la culpa por dejarme y yo lo hice por amor ya que sin ti no vale la pena vivir – En ese momento Kikyo le dio una cachetada a Sango y a la vez estaba tan enojada - ¡No digas tonterías! – - ¡¿Quién te crees para levantarme la mano?! – dijo Sango - Soy la amiga de Inuyasha y te lo digo ¡No hagas tonterías! ¡Menos chantajees a Inuyasha! Si quieres terminar tu vida hazlo pero ¡eso no es amor! – - ¡Tú qué sabes de amor! – - ¡Es porque yo también amo a Inuyasha! ¡Y me gusta mucho! – Miroku y yo nos quedamos en shock lo que había dicho Kikyo de esa confesión y yo no podría creerlo. Kikyo me miro y dio unos pasos hacia mí – Inuyasha ¡Me gustas mucho! Por favor no digas nada solo quiero que lo sepas y que sigas mi amigo porque yo sé que nuestro nivel es diferente y es imposible que te fijes en mi – - Está bien – mientras la miraba con una sonrisa y le acariciaba su cabeza y la despeinaba como una niña pequeña Los días pasaron, cuando salió del hospital se disculpó lo que había hecho, en realidad eso me hacía sentir mejor pero en ese momento tenía otro mensaje de mi padre que no paraba de enviarme. - Quiero ser libre – mientras miraba a Kikyo que corría hacia mí El tiempo transcurrió y cada vez me sentía tan raro cuando estaba con Kikyo había en ocasiones que en mi mundo solo estaba ella y comprendí que me había enamorado de ella completamente. - Deberías declararte – dijo Miroku - ¡Que! Yo solo soy su amigo – - un amigo que le gusta su amiga y ella siente lo mismo ¿No crees que es una tragedia que no salieran? – dijo Miroku - ¡Tu maldito bastardo! – mientras le tiraba la almohada en ese momento había llegado Kikyo - ¿al parecer hay tanta diversión? –comento Kikyo - sí y mucha – respondió Miroku luego se marchó dejándome a Kikyo a en mi departamento - ¿Kikyo no extrañas a tu familia? Siempre te quedas hasta los fines de semana y me hace sentir mal por dejarte sola en esta escuela tan grande – mientras la miraba - por eso tú también te quedas – me respondió con esa mirada tan dulce que me puse tan rojo como un tomate - ¿Por qué están sonrojo? – Me sentía tan avergonzado y agarre su cabeza luego comencé a despeinarla a lo loco pero de pronto sujeto mi mano y rápidamente alzo su cabeza y en ese momento nuestras miradas se vieron podría escuchar mi corazón y la de ella. - Inuyasha – susurro En ese momento, no podría aguantar más y mucho menos ocultar mis sentimientos por Kikyo – Kikyo - me acerque más para darle un apasionado beso y entregando mis sentimientos. Cuando nos separamos note que Kikyo estaba tan feliz – ¿Estoy soñando? – - Kikyo me gustas por favor se mi novia – En ese momento Kikyo salto de alegría, en ese momento todos se quedaron boca abiertos ya que es la primera vez que alguien tan pobre cazaba un hombre tan millonario pero para mí es todo lo contrario. Kikyo ha tenido paciencia en esperar que el amor sea mutuo además ella se volvió la luz de mi oscuridad y sé que sigo así encontrare una luz y una calidez tan inmensa que nadie podrá separarnos Hasta que un día por fin había vuelto esa mansión ya que mi padre no paraba de llamar y enviar mensajes. Cuando decidí verlo ahí estaba junto con unas personas y ahí estaba mi compañera Tsubaki. - ¿Qué se celebra? – le pregunte Mi padre se me acerco junto con Tsubaki – tu compromiso con Tsubaki – - ¿Mi compromiso? – me sorprendí. Ahí comprendí que no podría escaparme de mi padre y sus deseos y solo pensaba que pasara con Kikyo. - Al parecer estas muy feliz – dijo Tsubaki mientras me daba un beso en la mejilla luego me susurro – Te dije que tuvieras con cuidado con quien andabas – - escuche que tenías una amiga que es una becada y le diste tu protección – dijo Mi padre buscando una prueba de los rumores - Ella… - me dolía tanto lo que iba a decir - solo es una conocida… disculpe tengo que retirarme – No podría aguantar esta situación sentía que la oscuridad me atrapada, no quería perderla pero si no digo esas palabras… si no termino con ella su vida sería un infierno en la escuela y afuera. Mi padre es capaz arruinarle su futuro junto con su hermana que la quiere tanto, en ese momento apareció mi madre. - Kikyo no es solo tu conocida menos tu amigas, es tu novia – dijo mi padre Me sorprendí lo que dijo - ¿Cómo sabes eso? – mientras la miraba directamente - soy tu madre – acaricio mis cabellos plateados – Cuando luches lo que quieres te apoyare Inuyasha solo recuerda esto si en verdad la amas lucha por ella – Al día siguiente ya estaba en la escuela, no sabía que decir entonces se lo dije a mi mejor amigo lo que ocurrió ayer. - ¡En verdad te hace tu vida imposible! – Dijo Miroku muy enojado - ¡Te hace hacer cosas no quieres! – Baje mi mirada - Lo sé pero tengo que decirle a Kikyo que lo nuestro se acabó – - ¡No! ¡Lucha! Tu madre también es tan poderosa como tu padre si le pides ayuda ella te ayudara – dijo Miroku mientras me sostenía con sus brazos - Pero… - pero Miroku no me dejo continuar - si la amas de verdad lucha por ella y se feliz – dijo Miroku Sus palabras me sintieron también al igual lo que dijo mi madre, aunque yo me separe de mi madre porque no me gusta lo que me convertí, ella sabía que esto iba a pasar… sabía que yo amo Kikyo pero es la primera vez que me levanto de mi padre y no obedezco lo que dice. En ese momento Kikyo apareció con su sonrisa tan radiante y supe que nadie me quitaría la felicidad que tengo, entonces le explique lo que había ocurrido, ella lloro y me explico que sus lágrimas no son de tristeza sino de alegría. Fuimos juntos a la escuela y todos no podrían creerlo y ahí estaba Tsubaki acercándose y tenía una mirada tan enojada. - Perdona Kikyo pero él es mi prometido – Antes que Kikyo hablara yo hable con ella enfrente de todos – No soy tu prometido, menos te amo ni te quiero la persona que amo es ella – mientras le daba un beso en la mejilla. - ¡Así es! ¡Quien intente entrometerse en nuestra relación se verá conmigo! – dijo Kikyo desafiando y mirando a todos, en ocasiones siento que no ando con una mujer y en ese momento siento que esa respuesta sonó como si fuera mi novio en vez que yo lo sea Había momentos que me preocupaba la reacción de mi padre pero más cuando estoy en la escuela. Después que pasó eso, Kikyo tuvo que sufrir mucho pero jamás mostro tristeza sino una inmensa alegría al estar conmigo hasta que un día pasó lo que tenía que pasar. - ¡Kikyo! – mientras tiraba al suelo que no se lastime por los vidrios que estaban cayendo ya que el vidrio de la ventana se había roto - ¿Te encuentras bien Inuyasha? ¡Y porque hiciste algo tan peligroso! – - en ocasiones olvido que eran tan raro y no eres tan delicada – le comente Kikyo me jalo mis mejillas – Entonces te hubieras enamorado de mi hermana… ¿Mi hermana? – Kikyo salió corriendo hacia su habitación y lo único que encontró era su habitación todo un asco y roto y las chicas salieron de golpe tan solo verla. - ¿Kikyo te encuentras bien? – - Mis cosas… mi hermanita – Kikyo comenzó a llorar y me abrazo de golpe en ese momento quería terminar todo pero si no fuera por esas palabras hubiera terminado con ella – Seguro me odio mi hermanita – me soltó – y al parecer aún tiene esa fuerza que es imposible que la domen – - y yo andaba preocupado – me dije a mi mismo y cuando la mire - ¿Qué clase de familia tendrán? ¿Hasta la hermanita salió muy violenta? Después de eso nadie nos molestó y la escuela era muy diferente, nadie discriminaba por el estatus social; mi padre perdió la batalla contra mi madre y gracias a ella puedo estar con Kikyo. Hasta que un día Kikyo me regalo una cajita yo estaba tan agobiado por una noticia que mi madre tuvo que enfrentar por meses ella estaba muriendo lentamente por una enfermedad llamada cáncer en la medula ósea. - ¿Qué esto le pregunte? – ya que mi mejor amigo estaba conmigo - al parecer la sorpresa ya viene – dijo Miroku Tan solo abrirlo me sorprendí había dos pares de calcetines y ropita de niño y otra de niña – tendrás más hermanitos – - Claro que no, mis padres están divorciados – - lento – dijo Miroku - ¡serás papa Inuyasha! Seguro tendré un par de gemelos y tendrán el color de tus ojos ¡ha! Me emociono seré mamá – - eso explica todo los síntomas que has tenido pero antes que nazca nuestros hijos había pensado algo por mucho tiempo – saque un anillo de compromiso – te casaras conmigo – - ¡Sí! – grito locamente En ese momento nuestras vidas fueron tan felices, tuve una gran noticia tendría un varón y una niña, mi madre aunque estaba enferma fue a nuestra boda junto con mi hermano Sesshomaru y su familia. Al volver a la luna de miel mi madre había muerto, en verdad ese momento fue el peor de todos ya que no vio nacer a mis hijos; hasta que Kikyo tuvo una gran idea para recordarla le pondríamos Izayohi a nuestra pequeña por su honor, su cariño y su gran ayuda por estar juntos. Hasta que nuestra vida cambió por completo, Kikyo murió; todos decían que era un suicidio hasta los policías y los detectives pero adentro de mí corazón no podría creerlo… Kikyo era feliz conmigo y sus dos hijos… ella nunca lo harían. Fin del recuerdo…. En ese momento apareció Miroku junto con mis dos hijos – Al parecer se divirtieron junto con su tío Miroku – - ¿Inuyasha estas bien? – me pregunto Miroku - No, descubrí que Kagome es la hermana gemela de Kikyo – le comente mientras intentaba que no me salieran mis lágrimas – Y tengo miedo escucharla y más que decida cambiar su apariencia sombría – Miroku solo puso su mano en mi hombro y solo guardo silencio por unos segundos – debes ser fuerte por tus hijos y por la memoria de tu difunta esposa – En ese momento apareció enfrente de mí, mi hermano mayor Sesshomaru – al parecer llegue un buen momento – - ¡Que quieres Sesshomaru! Aun insistes que vuelva con nuestro padre – le conteste muy grosero - en un parte pero ¿Sabes quién es Naraku? – me pregunto mi hermano - No ¿Quién es él? – - Solo te diré esto al parecer tu esposa fue asesinado por Naraku y espero que no encuentre a la gemela de Kikyo – Kagome Estaba corriendo velozmente hasta que la lluvia me atrapo y sin darme cuenta había chocado con un joven de ojos rojos como la sangre y cabello largo e negro, por alguna razón me sentía que lo había conocido antes. - Perdona no me fije mientras corría – mientras intentaba levantarlo - Kikyo – dijo ese muchacho – ha perdona olvide que Kikyo murió tú debes ser Kagome – - Si ¿Quién eres tú? – le pregunte dudosamente - Naraku –
Capítulo 5 El ambiente era más como familiar, la mayor parte de mí alrededor era personas con hijos y rara vez alguien come como parejas pero por alguna razón me siento extraña estada enfrente de él. Sus ojos rojos como la sangre, sentían que buscaba algo dentro de mí a pesar que no soy Kikyo entonces comprendí lo que él quería. - No soy Kikyo – le advertí tragando mi timidez Naraku solo se rio delante de mí luego me mostro su sonrisa – Perdona solo pensaba que eres totalmente diferente a Kikyo a pesar que eres su gemela idéntica – No sabía tomarlo como un cumplido o era un insulto – Soy su gemela – - Lo sé pero son totalmente diferentes – comento Naraku luego tomo un poco de café negro Me sorprendí por su respuesta siempre he querido que alguien me lo dijera principalmente Inuyasha – gracias por cierto ¿cómo conoces a mi hermana? – - que pregunta tan fácil la conozco desde el primer día y el primer día me exigió que sea su amigo pero ella nunca paraba de hablar de ti aunque tengo que decirte que tuve tanta curiosidad de ti cuando más hablaba tu hermana – Note que sus palabras eran tan sinceras pero por alguna razón me hacía sentir inquieta, pasaron los días me volví una amiga de él, podría hablar con normalidad como hacia mi hermana Kikyo cuando estaba viva pero jamás le he dicho una información de mi vida privada. - ¡Perdón por llegar tarde! – grite a Inuyasha mientras entraba Inuyasha solo me sonreía y a la vez ocultando el dolor – no hay problema, si buscas a mis hijos están con mi hermano mayor – cuando me di estaba empacando como si estuviera mudando pero tenía miedo preguntar - Te puedo ayudar – - claro – mientras me ponía enfrente de mí una caja luego me miro directamente – sé que esto debí decírtelo desde el principio pero estabas tan contenta que yo… - No deje que Inuyasha continuara - ¿Cuándo te mudaras? – Inuyasha bajo la mirada – la próxima semana viviré en la casa de mi padre pero me pregunta ¿si tú estás de acuerdo que me vaya? – - Jamás estuve de acuerdo que mi hermana se fuera de mi lado pero no podría hacer nada con las decisiones de mi madre hasta que ella dijo que no volvería por mí – - ¿Ella te dijo eso? – - sí; estaba tan enojada en ese día que la insulte jamás supe si la herí o la ofendí solo sé que ese día fue el último que escuche su voz por eso yo te deseo lo mejor – Inuyasha no supo que decir, solo me abrazo y sentía como mi corazón latía tan rápido por él, yo sabía que él ama con todo su corazón a su esposa, tenía hijos y si me confieso ahora lo perderé todo hasta nuestra amistad. En un instante me soltó – Lo siento – - ¿Qué piensas tú de mí? – le pregunte Inuyasha se sorprendió mi pregunta – al principio no sabía de tu existencia, ya que la mayor parte estoy ocupado con mis hijos y rodeados de chicas hermosas pero si no fuera por ese día jamás me hubiera percatado y te trataría mal por estar con mis hijos aparte eres la niñera de hijos – No era de extrañar que me diera esa respuesta pero me gustaría ser algo más per el momento solo puedo callar hasta que sin darme cuenta me vi el espejo. - debe ser genial estar con tu padre – le comente Inuyasha solo se rio – en verdad no, él no estaba de acuerdo que yo me casara con ella y nacieron mis hijos y no recibí nada él – - me encantaría conocerle también a tu esposa – le respondí con una gran sonrisa Inuyasha solo se sonrojo y bajo su mirada yo sabía claramente que su esposa debe ser alguien muy importante para él ya que le robo su corazón y no ha dejado que nadie entre menos yo. - ¿Quieres salir? – me pregunto Inuyasha con esa mirada apúrate dame una respuesta - Si – contrabajo ya que enfrente de él era tímida Salimos ya que es una fecha importante hay eventos y los fuegos artificiales muy pronto se mostraran por alguna razón Inuyasha me mostraba con una gran sonrisa. -¡te comprare un algodón de azúcar! Esperarme – mientras salía corriendo y ya no era visible entre la multitud hasta que alguien me empujo y me caí en el suelo. Al mirar de frente me sorprendí tanto – ¿Kikyo? – me asuste tanto que no podría creérmelo pero era tan solo mi reflejo del espejo que nunca me di cuenta que estaba atrás de mi - ¿Mis lentes? – pero eso no era importante aún no paraba en mirarme y sin darme me había entrado la casa de los espejos y había tantas imágenes de Kikyo que eso me asustaba tanto. - Lo siento… ¡perdóname no era intención! ¡No quise que murieras! – cerré mis ojos y al abrir ahí estaba Inuyasha todo sudado al instante me sujeto mi mano. - ¡Jamás te vayas así! – Algo enojado en sus palabras luego me abrazo – me asusté mucho que desaparecieras – - yo jamás voy a desaparecer excepto que tú lo desees – En ese momento comprendí que debo dejar atrás las cosas del pasado para que yo de el primer paso del presente porque sigo así terminare muriendo y me dije a mi misma no soy Kikyo soy Kagome Recuerdo de Kagome… - tú no eres yo tú eres mi hermana Kagome; aunque seamos gemelas idénticas somos totalmente diferentes compréndelo Kagome – Fin del recuerdo… Al parecer mi hermana siempre tuvo la razón hasta que el evento se terminó y pude hablar – Inuyasha gracias – - ¿Ha?... no gracias a ti, hace tiempo que no salía – dijo Inuyasha mientras caminamos hacia mi casa - No gracias por ti por salvarme y volver a notar que existo – le comente y llegamos enfrente de mi casa - ¡Kagome! – Mientras salía de golpe mi padre y miro a Inuyasha - ¿Quién eres tú? ¿Su novio? - luego me miro – Sabes que está prohibido mostrar o llevar ambos géneros a la casa incluido a tus amigos – - perdón yo le suplique que me mostrara su casa ya que era demasiado tarde para dejarla irse sola – - ¡¿Y tú quién eres?! ¡Para meterte en nuestra discusión! – - Soy Inuyasha Taisho su amigo – respondió con una cara seria - ¿Inuyasha? Ya que es tarde quieres tomar un poco de chocolate caliente – dijo mi padre dando la bienvenida en nuestra casa, al principio me sorprendí mucho pero por ahora tenía mucho sueño que dudaba si podría seguir despierta. Al entrar todos nos sentamos en la sala, por primera vez sentía que los muebles se sentía muy cómodos o era que Inuyasha estaba a mi lado… hasta que mis ojos se cerraron lentamente y caí un profundo sueño. Inuyasha - ¡Kagome traigo sus bebidas! – Mientras lo decía una forma feliz pero yo sabía que él me conocía – se durmió – me miro – aquí tienes – - gracias – le respondí mientras sujetaba la bebida - espero que no veas a Kagome como Kikyo porque si lo haces ella nunca te lo perdonara – dijo el papá de Kagome - al principio no sabía que era la hermana de Kikyo hasta que la escuche hablar – le comente El padre de Kagome me miro – ella es la única hija que tengo, si tu estas cerca – miro hacia la ventana – él debe estar mucho más cerca – - ¿él? ¿Quién es él? - él jamás tuvo el coraje de aceptar su relación por eso mato a Kikyo, por favor aléjate de Kagome no quiero perder otra hija – respondió su padre - yo… - baje la mirada – sé que es difícil perder a alguien no se preocupe – la mire y pude notar en ella a mi amada pero yo sabía que ya no estaba en este mundo – solo déjame llevarla hacia su cuarto – La lleve en mis brazos, completaba su rostro es idéntica a Kikyo, si no fuera así su apariencia, si se arreglara todos la mirarían y su belleza sería igual que Kikyo. - ¿Qué te ocurrió? ¿Por qué acabaste así? ¿Por qué te tormentas? – mire en su escritorio había una libreta y adentro tenía como si fueran códigos, los mismos códigos que Kikyo usaba, me pregunto si son gemelas tienen palabras secretas. Me retire de su casa, me sentía intranquilo por todo, mi esposa está muerta y su gemela podría estar en peligro por mi culpa pero no puedo rendirme y dejar todo. - Quiero vengarme… destruir lo que te hizo Kikyo – Kagome El día que Inuyasha se mudó a la casa de su padre, sentía que mi corazón se partía aunque en realidad no avance mucho a pesar que cuidada a sus hijos, seguro solo me veía su niñera aunque solo iba sin saber su pasado, yo solo sabía que tenía una difunta esposa y tiene 2 hermosos hijos que ya no volveré a ver. Al día siguiente no sabía qué hacer, si podría saludarlo como antes o solo era amigable o dulce por ser la niñera de sus hijos. En ese momento las rumores crecían demasiado, algunos decían que Inuyasha dejaba la escuela para ir una escuela de ricos y millonarios. Y las compañeras hacían que mi cabeza se llenaba de ideas locas, en ese momento no aguantaba más solo quería salir y sin darme cuenta había corrido hasta que por error había escuchado una discusión de Inuyasha y Miroku. - ¡Estás loco Inuyasha! ¿Cómo te atreves volver con tu padre? – grito Miroku - es la única solución, quiero saber la verdad de la muerte de Ki… - pero Inuyasha no pudo terminar ya que Miroku le dio un golpe - Eres un idiota, tu padre puede tener el poder pero que precio debes que pagar – Inuyasha bajo la mirada – ya tuve el precio cuando fue asesinada y el dolor lo tengo aun en mi corazón – No podía aguantar más lo que había pasado y solo quise desparecer, corrí sin rumbo hasta que pon fin sentí las manos de alguien que me detendría en mis grandes miedos. - ¿Naraku? – me sorprendí y desilusionada ya que en mi mente estaba Inuyasha - si corres por correr puedes morir – dijo Naraku. Yo solo lo abrace y llore por mi mala suerte ya que mi amor no es correspondido. Las horas pasaron y pude tranquilizarme, Naraku me llevo a su casa ya que yo no quería volver a mi casa y ver a mi padre y mucho más si se entera que fui la casa de un hombre no quiero discutir por ello. - toma un poco té, te ayudara – mientras me lo daba - gracias – respondí, note rápidamente que Naraku tenía algunas fotos de él y de Kikyo – Al parecer fueron grandes amigos – Naraku agarro una de las fotos que tenía en su mesita y la miro – En verdad era mi gran amiga hasta que un día se enamoró y dejo todo – - al parecer no eres el único que está enojado por eso – le comente, Naraku se sorprendió y vi esa mirada porque llorabas – perdón por llorar… solo lloraba por un amor no correspondido – Naraku se sorprendió y a la vez estaba enojado – puedo saber ¿quién te ha hecho llorar? – - no es nadie… es idiota – le respondí - Kagome eres mi nueva amiga y enserio quiero saberlo para hacerlo pagar porque ya has sufrido tanto – dijo Naraku - lloro por Inuyasha – le respondí Naraku no podría creerlo, su mirada cambio por completo, estaba tan enojado que tiro todo lo que tenía en la mesa. - ¡Porque este idiota se mete en mi camino! Primero me quita a Kikyo de mi lado y ahora hace sufrir a su hermana – - ¡Cálmate Naraku! – intentando calmarlo - ¡¿Cómo quieres que me calme si ese hombre se ha burlado de ti!? Y seguro ni te ha dicho nada – - ¿Qué quieres decir? – le pregunte Naraku se tranquilizó y me miro a los ojos – siéntate – nos sentamos y Naraku me miro directamente y supe que la noticia que me iba a dar no será nada bueno – Tu Inuyasha Taisho es un idiota y te ha mentido cuando supo quién eras – - ¿Qué quieres decir? – le pregunte de nuevo - Inuyasha Taisho y tu hermana Kikyo fueron novios en la preparatoria, se casaron y formaron una familia con 2 hijos prácticamente te enamoraste del esposo de tu hermana Kikyo – Sentí como la noticia fue grande para mí, me sentí que se habían burlado de mí, por eso se comportaba así, por eso se mudaba y por eso se fijó en mi porque yo la recordaba, el fingió ser mi amigo por eso sus hijos no paraban decirme mamá. El shock fue tan grande, sentía enojo y no quería ver a nadie, menos a mi padre y seguro no se enojó tanto porque lleve a Inuyasha porque él ya lo sabía, yo solo fui su burla... un sustituto. - Naraku me puedo quedar contigo – - ¿y tus padres? – pregunto dudosamente - mi madre no me quiere y si es posible no quiero verla nunca más igual a mi padre… yo solo puedo confiar en ti -
Capítulo 6 Mi única luz era Inuyasha desde que lo conocí ahora es mi oscuridad, perdí a toda mi familia y Naraku me apoyaba intentando alegrarme la vida. Me sentía sin fuerzas y solo miraba la luna y sin darse cuenta me atreví salir del departamento de Naraku y volví esa casa. - Porque tengo fe en ti si me traicionaste – mientras lloraba por mi mala suerte – si tanto me odiabas me hubieras matado y no a mi familia – Me di la vuelta y aun llorando vi a unos sujetos que nunca había visto jamás, sacaron sus navajas y otro su pistola al parecer era el jefe. Por primera vez quería que mi vida terminara. - Si me van a matar háganlo inmediato antes que este cuerda – les comente El muchacho se enojó, me golpearon y otro me cortó en una gran herida en mi hombro, sentía como mi vida terminaba. - no entiendo porque el señor Inuyasha quería destruirla si la vemos bien tiene un buen cuerpo – - sería una pena que se fuera al otro mundo sin que nadie lo toque – dijo el muchacho Cerré mis ojos, sabía que algo peor iba a pasar así quise terminar mi vida, recordé a mi padre y madre al igual a mi hermana y por ultimo… Inuyasha. Porque pienso en él si me hizo tanto daño, mato a mi hermana por su culpa mi hermana no me busco, él nos separó, el mato a mis padres, me dejo sola en este mundo y me muero por su culpa. - No quiero morir… hasta verlo sufrir y respirando sus último aliento de vida – Cuando vi la luz tenia miedo estar muerta por suerte era la luz de nuevo día y un nuevo comienzo y ahí estaba Naraku a mi lado durmiendo. - Naraku – Naraku abrió sus ojos y al parecer estaba muy feliz de verme pero al parecer la herida de mi hombro no le gustaba para nada. - Perdóname por no llegar antes – respondió Naraku con suma tristeza - no te preocupes – le dije con una sonrisa - no enserio esa herida lo tenía Kikyo cuando la encontraron – Acaricie el rostro de Naraku – no te preocupes, esa herida es un recordatorio que debo matar a Inuyasha y hacerlo sufrir – - Naraku… mi querido Naraku ayúdame destruir a Inuyasha y yo seré tuya – - Pero… - sin dejar que continúe le di un beso y Naraku lo acepto. Pasaron solo 3 días que me fui del hospital, Naraku quería que me quedara más tiempo ya que mis heridas eran serias y podría abrirse la herida pero él tiempo no me ayudaba al contrario hacia que mi venganza sea lenta. - Kagome traje tu nuevo uniforme – mientras abría la puerta pero se sorprendió tanto que parecía ver a un muerto - ¿Que pasa Naraku viste a un muerto? o ¿soy tan idéntica a Kikyo? – le comente - para serte sincero eres idéntica pero solo yo se la diferencia, una vez tu hermana trajo fotos tuyas quería que adivinara quien era ella y tú para que me cortara mi cabello y fuera al baile como los demás pero perdió – Naraku siempre me cuenta de Kikyo y sobre mí, no sabía cómo agradecerle todo lo que hizo para mí y sin darme cuenta le había dado un beso en sus labios. Al día siguiente ya estaba lista para comenzar el juego.