Final Fantasy Golden

Bueno, como dije en mi presentación, no podía aguantar a empezar a escribir.

Antes de nada, soy nuevo en el foro, pero estoy enterado de su funcionamiento, reglas y demás. Creo que este sub-foro sería el más adecuado para mi “historia-extraña-interactiva” (?); en cualquier caso, de equivocarme, ruego que me perdonen.

Este fic es un fic basado en la saga Final Fantasy. ¿Por qué en literatura experimental? Aquí viene lo difícil de explicar: yo escribiré la historia, pero vosotros, los lectores, decidiréis la evolución, habilidades y demás de los personajes. Al final de cada capítulo pondré los datos relevantes de los personajes que hayan participado (el aumento de nivel, de haberlo; las nuevas magias y técnicas aprendidas, de haberlas, etc…). ¿Qué decidiréis vosotros en concreto? Luego lo explicaré. Primero, una introducción de algunos de los personajes y demás.

PERSONAJES (aparecerán más a lo largo de la historia, pero estos serán los principales)

-Lionell Strength: llamado Leo o simplemente León por sus amigos, es un chico huérfano de 19 que apenas recuerda nada de sufamilia. Se crió cambiando constantemente de orfanatos, hasta que, con tan solo 11 años, escapó y vivió en las calles. Ahora, es un ladronzuelo muy perspicaz que sabe bien como sobrevivir, y vaga de ciudad en ciudad, sin prestarle mayor atención a la gravedad de la situación política.

---OFICIO: Mezcla de mago temporal, ladrón y luchador; yo lo llamo “Rapaz”

---ARMAS: usa dagas, cuchillos, espadas de una mano, katanas y sables. (Arma por defecto=Daga)

---TÉCNICAS POR DEFECTO: “Atacar”, “Robar”, “Freno”

-Laia René: Joven niña residente de la ciudad de Zambia, hija de padres magos, y, como tal, maga blanca principiante.

---OFICIO: Maga blanca.

---ARMAS: Varas, bastones, arcos. (Arma por defecto=Vara)

---TÉCNICAS POR DEFECTO: “Atacar”, “Cura”

-Mog: Moguri que vive aislado en la montaña por razones desconocidas. No se siente a gusto consigo mismo, pero aún así es un experto en magia negra elemental.

---OFICIO: Mago negro.

---ARMAS: Estoques, varas, bastones (Arma por defecto=Estoque)

---TÉCNICAS CONOCIDAS: “Atacar”, “Piro”, “Hielo”, “Electro”.



Pues esos son los personajes que aparecerán en los primeros momentos. Desde ya, con que comenten y digan “Quiero X personaje”, ese personaje, su desarrollo y su avance en la historia, será responsabilidad vuestra (en un principio sería un solo personaje por persona, pero en función de como avance esto, podrían ser más)

Al final de cada capítulo, como dije, pondré algo tal que así:

LIONELL (forero X)

Guiles: 100+ 200

Arma: Daga (Atq: 3; Mag:0)

Nivel: 1 -> 3

Aprende: “Prisa”

LAIA (forero Y)

Guiles: 0+250

Arma: Bastón (At: 1; Mag: 3)

Nivel: 1 -> 2

Aprende: Nada.

Armas en tiendas: Espada larga (At: 4; Mg: 1)-> 300 guiles



En fin, ¿complicado? Lo explico: podéis hacer varias cosas después de cada capítulo.

-Lo más importante: Combinar técnicas.

Las magias y técnicas que poseen los personajes no serán las habilidades que usarán los personajes en el fic. Usarán habilidades que SU DUEÑO haya creado PREVIAMENTE. ¿Cómo? Mezclando tres (ni más ni menos) técnicas y magias. Puede que surja una habilidad que usará en futuros capítulos. Ejemplo, usaré a Mog. Su dueño, en el comentario, me dirá: “Piro+Atacar+Atacar”, y yo le diré qué habilidad (si es que existe) surge de ahí. En este caso “Onda ígnea” (lanza con su arma una onda de fuego). Las habilidades que creéis serán usadas por los personajes; si no las creáis no las usarán. Y puede ser decisivo para el destino de los personajes conocer ciertas habilidades en ciertos momentos.

Por cada capítulo podréis intentar crear DOS habilidades. (Ah, y no penséis que me invento sobre la marcha si la habilidad existe o no xD Lo tengo preparado de hace tiempo y os prometo que seré objetivo. Además, normalmente las combinaciones tienen su lógica)

-Otra cosa que podréis hacer es comprarle armas a los personajes. Los guiles que ganéis dependen de la actuación del personaje en ese capítulo, y ésta, en gran parte, depende de las habilidades y vuestras decisiones. Tened en cuenta que tener un buen arma o un arma adecuada para la situación también influirá en la historia.

-A veces los personajes se encontrarán en encrucijadas, decisiones. En ese caso, el forero dueño del personaje indeciso tendrá que elegir, entre las opciones que le dé yo, una. EJEMPLO: Leo no sabe si escoger el camino de la izquierda o el de la derecha, ¿qué hace? A- Derecha; B- Izquierda; C- Da media vuelta (ejemplo extremadamente simple xD normalmente serán decisiones mucho más complicadas)

Todo esto condicionará la actuación en el siguiente capítulo, así como la experiencia y guiles obtenidos. Así que elegid bien…

Por ahora, necesito que tres foreros elijan cada uno a Leo, Laia o Mog. Recordad, un personaje por lector. Simplemente escoged; aún no debéis elegir nada. ¡El primero que diga qué personaje quiere, será su dueño indefinidamente!

Dicho esto, espero vuestra colaboración, ya que sin vosotros esta historia interactiva no podrá existir. Y, como no, un prólogo antes de acabar esta explicación:



PRÓLOGO:

El reino de Gehov, un lugar gobernado por los humes, la raza dominante. Pocos rincones del espeso mundo están habitados por otras razas tales como los moguris o los bangaas, y la mayoría de ellos son colonias del gran Imperio.

Un Imperio hume encabezado por el gran y benevolente rey Claude, quien trajo paz y prosperidad durante todo su reinado. Por desgracia, ese reinado iba a terminar…

--Zex –dijo con tono bajo el rey, con la mirada fija en la ventana principal del castillo--, acércate, quiero hablar contigo.

El escolta del rey, capitán del ejército, portando una gran armadura y un ostentoso yelmo que impedía ver su rostro, caminó lentamente hacia su alteza.

--¿Sucede algo, señor?

El rey agachó la cabeza.

--Tengo miedo –suspiró--. Me temo lo peor. La reciente muerte de mi esposa… no sé qué pensar.

--Su esposa se suicidó, señor. Fue una desgracia para todos.

--Conozco a Alice, y creo ciegamente en que ella amaba su vida. Nunca la terminaría tan prematuramente.

--¿Qué insinúa, alteza?

--Ah, mi querido Zex, ¿acaso tú no lo sospechas? Mi mujer fue asesinada. Y yo soy el siguiente.

Con un gesto, el capitán alzó su yelmo y dijo en voz firme:

--Mientras yo esté aquí para protegerle, eso no pasará. Daría mi vida por vos.

--Y de buena fe lo sé –dijo el rey--, mas tú no podrás evitarlo; el asesino sabe bien lo que se hace.

--¿Acaso… acaso su excelencia cree saber la identidad de…?

Él solo asintió.



Mientras tanto, en alguna dependencia del palacio, un joven niño de apenas catorce años, vestido de forma lujosa y ostentando una pequeña corona de platino, meditaba en su alcoba.

Aburrido de pensar, una sonrisa se dibujó en su rostro cuando llamaron a la puerta.

--Adelante –dio paso él. Un hombre rubio y de tez morena, con vestimentas oscuras y capa blanca, entró en la habitación--. Te esperaba, Nergal. ¿Todo listo?

Él sonrió.

--Listo príncipe. Aquí tiene lo que me pidió.

El chico se levantó de su asiento y agarró el objeto que el otro le ofrecía: un frasco lleno de un líquido rojizo.

--Perfecto –sonrió malévolamente el niño mientras observaba el frasco--. Es todo demasiado fácil –rió--. Bien hecho, Nergal. Cuando mi yo sea el rey, tendrás tu recompensa.

--Todo para complacerle, prínci… no. Rey –alabó Nergal sonriendo con pericia.



Hoy en día, el gran rey que una vez gobernó nuestras tierras ha muerto. Todos anuncian un suicidio, a pesar de las habladurías. En cualquier caso, ahora su único heredero, el príncipe Blaith, es quien gobierna, bajo la tutela del ministro Nergal por su minoría de edad, las tierras del Imperio.

No se puede decir que el chico lo haga mal, pero no es su padre. Poco a poco, comienza a dejar ver sus intenciones, creyendo que el pueblo es tonto, y que el pueblo no sabe nada. Y me avergüenza admitir que así es. El pueblo nunca se dará cuenta de las intenciones del príncipe.

Es posible que, con sus políticas de extracción de Esencia, esa energía que mana del interior de nuestro mundo y gracias a la cual podemos usar magia, el mundo corra un grave peligro. La Esencia es un bien que no debe ser explotado. Es un bien para el uso colectivo.

¿Un niño, puede tener oscuras intenciones? ¿O es ese ministro quien mueve los hilos?

En cualquier caso, a mí no me importan los asuntos imperiales. A mí me da igual lo que este niño pretenda. Con sobrevivir día a día, yo ya tengo hecha mi guerra.

Ahora, tras atravesar una extensa llanura, he llegado a otra ciudad nueva; un buen sitio para vivir, solo hasta que le pongan precio a mi captura, claro. No me es difícil robar lo que puedo, saltar por los tejados, y he encontrado una mata de paja que me hará las veces de cama. Sí, Zambia es ahora el nuevo hogar de un servidor, de Lionell Strength. Espero que esta vez sea mi hogar por un tiempo…





¡ESO ES TODO! Recuerden, quien esté dispuesto, ¡elija un personaje! ¡Cuento con vuestra colaboración!

 

CAPÍTULO 1

Sí, Zambia era una ciudad muy tranquila. Aunque también algo pobre, aun teniendo en el mismo núcleo una fuente de Esencia. Sin duda, al Imperio le interesaría explotar esa concentración de Esencia. Me extrañaba que no hubiesen aparecido para extraerla aún… aunque poco me importaba.

La Esencia es un bien natural que nos ha regalado nuestra naturaleza. Una sustancia que está presente en tierra, mar, aire, en todas las cosas. Suele concentrarse en algunos puntos, especialmente en zonas agrietadas de la tierra, donde se materializa como una sustancia sólida y brillante, cuyo color, cambiante, suele ser azul o rojo fuertes.

Se dice que el núcleo del mundo está formado de Esencia.

Es gracias a esta energía por lo que podemos usar magia. Desde pequeños, la esencia forma parte de nuestra vida. Al caminar, al respirar, al beber, al comer; casi todo lo que hacemos nos aporta Esencia. Y aprendimos a usar esa energía que se acumula en nuestro cuerpo como magia. Fuego, Electricidad, energía sanadora, energía oscura, y quien sabe qué más cosas somos capaces de hacer con la magia. Sin duda, supone un gran avance tecnólogico; podemos cocinar, crear luz, curar enfermos, todo con la magia. Aunque eso sí; no está permitido, sin tener autorización para ello, usar magia en plena calle, ¡imaginad! Todos lanzando conjuritos por las calles, sería un caos.

Aunque, bueno… las reglas están para saltárselas, ¿no?



El joven de castaños cabellos, complexión delgada y ojos verdes andaba con sigilo por los tejados de la ciudad. Vistiendo unas desgastadas prendas, tejanos rotos, chaqueta negra y algo sucia, y un peculiar cinturón marrón oscuro donde llevaba amarrada una daga de afilada hoja, el joven de nombre Lionell puso su mirada en un puesto de pan que había en la calle bajo el tejado donde se apostaba. El panadero sacaba barras de pan casi congeladas y, generando fuego de sus manos, con la magia Piro +, las tostaba en un santiamén.

—Tche, los comerciantes si tienen permitido usar magia en la calle, ¿no? —decía Lionell a sí mismo, mientras se relamía. Sacó su daga y apuntó con ella a la barra de pan que compraba una mujer en ese momento— pues yo —la arrojó con fuerza y, como una flecha, atravesó la barra, arrebatándosela a la clienta de sus manos y quedando clavada en la parte de debajo de un poste. De un salto, se dejó caer del tejado, y agarró ágilmente la daga con la barra de pan—, ¡no voy a ser menos! —salió corriendo mientras la clienta comenzaba a perseguirle, gritando: “¡al ladrón, guardias!”.

Leo corría por las calles mientras daba bocados al ensartado bollo. De repente, unos guardias se le aproximaron por ambos lados en una bifurcación. Viéndose acorralado, sonrió y, mirando a un guardia, dijo:

—¡Freno! —y de su mano brotó una energía rojiza que tocó al guardia. Éste comenzó a correr como a cámara lenta— Gracias, campeón —cogió la cartera del guardia “frenado” mientras huía en esa dirección.



Y así pasó el tranquilo día. Recostado estaba Lionell en el mato de paja de un establo de chocobos, los cuales dormían plácidamente junto a él.

La luz azulada, que se tornaba rojiza y de nuevo azul, para volver a tornarse rojiza, en un continuo ciclo, le daba paz a Leo. Era la luz de la Esencia condensada de la plaza central. Una profunda grieta había en ésta, rellena de una sustancia sólida y brillante, la cual era esa Esencia materializada.

Pero de repente, un ruido rompió su tranquilidad. Gritos de los transeúntes nocturnos le alarmaron. “¡¿Estáis locos?!” “¡No podéis!” “¿¡Pero por qué!?”, gritaba la gente. Curioso, se incorporó y subió a los tejados. Desde allí pudo ver como un gran vehículo extraño, custodiado por varios soldados Imperiales, y éstos al mando de un hombre vestido de rojo, trataban de extraer la Esencia, frente a la indignación de los presentes.

—¡No os llevéis la Esencia! ¡Es la base de nuestra energía! —se quejaba una mujer.

El hombre de rojo, con ojos de igual color y rostro inexpresivo, dijo con voz monótona:

—Poco importa lo que valoréis justo o injusto. Son órdenes del rey Blaith.

—Ese niño… ¿por qué? —se preguntaba Leo desde el anonimato del tejado.

De repente, la mujer que antes se quejó dio un paso al frente, colocándose en el camino del vehículo extractivo.

—¡No os lo permitiré! Nuestra electricidad, nuestro fuego, ¡nuestra medicina! En una zona desértica como esta, la esencia escasea, ¡si nos quitáis este cúmulo, estaremos arruinados!

—Tranquilos —dijo sin alterar su rostro el hombre de rojo—. El rey ha pensado en eso, y le ha puesto solución. Para evitar el empobrecimiento de esta ciudad, la destruiremos.

Los habitantes se sobresaltaron.

—¿Qué…? —repitió la mujer.

—Aparta —dijo el de rojo, extendiendo la mano y generando una onda blanca que golpeó a la mujer y la empotró contra un edificio.

—¡¡Están locos!! —gritó Leo, desde lo alto del tejado.

—¡Mami! —decía una niña de unos doce años, que colocó sus manos en la barriga de su madre, de la que brotaba sangre—. ¡Cura! Grnh… ¡¡Cura!! —insistía, al ver que las heridas no sanaban.

La mujer moribunda sonrió apenada.

—Laia, hija… vete…

—¡No! —insistió Laia.

—Vete, ahora que puedes, ¡hazlo por mí…!

Mientras todo sucedía, la máquina ya había extraído el cúmulo de Esencia. Dicha máquina dejo ver varios cañones.

—Esta ciudad es historia. Fuego —ordenó el hombre de rojo, y la máquina comenzó a lanzar misiles.

Entre llamas y escombros, aquella niña trataba inútilmente, por la ausencia de Esencia, de curar a su madre, ya muerta sin ella saberlo.

—Dios mío… —suspiró Leo, que saltó del edificio que se derrumbaba, mientras veía marcharse a los Imperiales.

Se acercó a la niña, ofreciéndole su mano. Multitud de cadáveres y escombros había en la plaza.

—¡Corre, chica! ¡Tenemos que salir de aquí, es peligroso!

—¡¡No!! —exclamó, agarrando fuertemente a su madre muerta.

—¡Vamos, ven aquí! —Leo agarró a la niña a la fuerza, que pataleaba en sus hombros. Salió a correr, huyendo de la ciudad, que se derrumbaba.

Los días de Zambia estaban contados.

LIONELL

Guiles: 0->500

Nivel: 1->2

Arma: Daga (At: 3, Mg: 0)

Técnicas/Magias conocidas: “Atacar”, “Robar”, “Freno”

Aprende: Nada

Habilidades conocidas: Ninguna



LAIA

Guiles: 400

Nivel: 1

Arma: Bastón (At:1, Mg: 3)

Técnicas/Magias conocidas: “Atacar”, “Cura”

Aprende: Nada

Habilidades conocidas: Ninguna



Armas en tienda: Espada ancha: 300 guiles (At: 4, Mg: 0) ; Bastón Blanco: 200 guiles (At: 1, Mg: 4); Arco corto, 350 guiles (At: 3, Mg: 2)

¡Por favor, que alguien colabore en el fic! Ya saben, deben escoger a un personaje de los dos que acaban de aparecer, y ese personaje será vuestro “jugador”. ¡Quien se anime puede probar a crear hasta dos habilidades con su personaje y comprar el arma que sea con el dinero que tenga su personaje! Recordad que las habilidades suelen tener una lógica (como el ejemplo que expliqué, Piro+Atacar+Atacar=Onda Ígnea).

De verdad necesito su colaboración; sino, no podré continuar con el fic.