Un duro entrenamiento y un nuevo sentimiento [SesshoxKago]

Bueno les traigo un nuevo capítulo se que he sido mala en no actualizar rápidamente, pero me entró un lapso de bloqueo pero por fin terminé este capítulo.
Gracias a todos por leer mi fic y Gracias Orkus por apoyar mi historia créeme me has dado buenas ideas, pero no puedo adelantarte nada, aunque en el próximo capítulo Sessho y Kagome ya viajaran solos.
Se que me han preguntado que pasará con Inu, pero les diré que a sus fans no les agradará mucho lo que tengo planeado para él.
Bueno sin más por el momento los dejo leer el sig. capítulo.

Los personajes de Inuyasha no me pertenecen y esta historia la escribo sin fines de lucro.

Capítulo XV: Planeando Estrategias

Kagome observó como la flecha destruyó a varios demonios, pero en un instante Alcot, logró herirle el brazo, con el filo de su espada.
—Jajaja, no pienses que te dejaré salir ilesa de esta batalla, tengo la misión de llevarte con mi amo aunque estés moribunda—decía Alcot, mientras atacaba de nuevo a Kagome.

—Bueno se que estás impaciente por llevarme con tu amo, pero da la casualidad que no intento ir a ninguna parte contigo—decía Kagome mientras le propinaba una buena patada en el estomago a Alcot, haciendo que este se estrellara con los arboles que estaban detrás de él.

Mientras tanto, los chicos corrieron a gran velocidad para ver el origen de esa flecha, claro que Inuyasha, estaba seguro que se trataba de Kikio, pensaba que tal vez Kamisama le había dado la oportunidad de vivir otra vez, para que ayudara a vencer a Lucifer.

Mientras se acercaban Sesshomaru, pudo sentir esa gran energía, y casi se comparaba con la que había sentido hace tres días, cuando mandó a Jaken a investigar el origen de esa, cerca del volcán donde vive el viejo herrero.

Al llegar los tres se quedaron atónitos por lo que veían sus ojos, una mujer de pelo azabache peleaba al par con el demonio del inframundo y al parecer le estaba dando una buena pelea.

Kagome al sentir la llegada de los tres hombres, no tuvo más remedio que alzar otro campo de protección, no tenía la intención de ver a Inuyasha todavía, además sería arriesgado si los ataques llenos de poder alcanzaran alguno de sus amigos.

Inuyasha, vio como se levantaba el campo y decidió atacar con colmillo de acero para ayudar a la que creía que era Kikio ya que tenía un traje de sacerdotisa parecido solo que el hakama era negro, solo que al lanzar al ataque nada pasó así que sin más gritó:

—Maldición Kikio, quita de inmediato este campo, yo te protegeré de ese bastardo—gritaba encolerizado Inuyasha

Todos quedaron absortos, con tal declaración, Seiya se acerco a Inuyasha y le dio un gran golpe en la cabeza.

—Si serás un gran baka, ella no es la sacerdotisa Kikio, ella es Kagome grandísimo animal—le dijo Seiya a Inuyasha mientras la propinaba el golpe.

Sesshomaru, observaba la pelea y le sorprendía los movimientos tan precisos y rápidos que hacia Kagome al pelear, parecía como si fuera un youkai, de pronto hubo una gran explosión y sin dudarlo Sesshomaru desfundó a tenseiga y abrió un poco el campo de energía y se adentró en el.

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Kagome se distrajo un momento por el grito de Inuyasha, ahora si estaba claro que él nunca olvidaría a Kikio, pero su descuido le costó demasiado, Alcot había lanzado una gran bola de energía color roja hacia ella con su espada, y al no reaccionar a tiempo, no pudo esquivarla y está logró pegarle en su costado izquierdo, cuestión que la había dejado mal herida y tirada al piso por la gran explosión.

—Ya vez ni siquiera has podido herirme gravemente, eres un fracaso—decía Alcot mientras se acercaba lentamente a Kagome.

—Siento desilusionarte, pero, no voy a rendirme, no he luchado tanto para nada y dale un mensaje de mi parte a tu amo, dile que pronto nos veremos y más le vale que no me subestime tanto como tú—dijo Kagome mientras lanzaba una bola de energía hacia Alcot, la cual se impactó en su pecho el cual empezó a sangrar, ya que la energía lo estaba purificando, el grito de dolor que dio él dios del inframundo, dejó congelados a todos los que estaban fuera del campo.

—Kagome—gritaron al unísono todos.

—Nos volveremos a ver Kagome—dijo Alcot antes de desaparecer.

Kagome sabía que la batalla todavía no había terminado, y tan pronto desapareció Alcot, Kagome se propuso ir hacia el pozo devora huesos, pero fue interceptada por el lord de las tierras del Oeste.

—Humana, ¿Ahora qué pretendes hacer?—decía Sesshomaru al ver que se dirigía al pozo.

—YA lo verás, tomó del brazo a Sesshomaru y se teletransportó al pozo, en donde observaron que Alcot estaba punto de traspasarlo.

—Noooooooooooooo—gritó Kagome mientras lanzaba una flecha y decía unas palabras en un idioma desconocido para al Taiyoukai, aunque este también no se quedó con los brazos cruzados y lanzó un ataque con bakusaiga.

Pronto se vio solo una gran nube de polvo, Kagome y Sesshomaru estaban atentos a cualquier ataque, pero nunca llegó, al limpiarse la nube de polvo, el taiyoukai observó que ya no había nada del pozo ni siquiera el hoyo.

—¿Qué haz hecho miko?—preguntó algo molesto el Taiyoukai

—He tenido que destruir el pozo, y sellarlo definitivamente para que no pueda causar más problemas, aunque dudo que las batallas se acaben, este es el inicio—decía triste Kagome, ella había decidido que si vivía, después de la batalla contra Lucifer, ella abriría el pozo por última vez y se iría a su época ya que su estancia en el sengoku siempre había traído problemas para otras personas, pero ahora ya destruido y sellado, jamás podría volver.

—Eres muy descuidada ¿que tal si ese demonio pudo atravesarlo antes de que lo sellaras?—dijo frio el taiyoukai

—Dudo que haya podido pasar, cuando estuve aquí hace tres días puse un campo imperceptible y no dejaría pasar a nadie, me imagino que el campo, detuvo a Alcot y tanto al ataque de bakusaiga y mi flecha lo han de haber herido más, así que tuvo que irse, ahora ya no posee a su ejercito y si quiere luchar, simplemente iba a morir ya que lo atacaríamos todos—Kagome estaba un poco cansada, pero al sentir la esencia de Inuyasha decidió irse inmediatamente de ahí.

—NO veremos Sesshomaru, ¿espero que verte aquí signifique que has decidido ayudarme a derrotar a Lucifer?— le dijo Kagome dándole una gran sonrisa y guiñándole un ojo, pero antes de que se fuera el taiyokai la tomó del brazo y los dos se teletransportaron.

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Inuyasha casi volaba hacia el pozo devora huesos, en donde pudo sentir la gran explosión que se llevó a cabo, pero al llegar ya no vio a nadie.

—Maldición Kagome, ¿por qué siempre te vas antes de hablar conmigo?—gritaba furioso Inuyasha, y palideció al ver que ya no existía el pozo.

—Así que decidió destruirlo—decía el maestro Taiyokan, mientras se acercaba hacia donde alguna vez estuvo el pozo devora huesos.

—¿Tú sabías que ella lo haría?—preguntaba sorprendido Inuyasha.

—La verdad no, pero tenia mis sospechas, el pozo era un gran peligro y me imagino, que ella prefería cuidar de ustedes y de su familia que está al otro lado del pozo—decía Taiyokan, mientras examinaba si efectivamente ahora ya no había forma de rehacer el pozo.

—Mas te vale llevarme a donde está Kagome o si no, no responderé de mis actos, de seguro se encuentra herida, puedo oler su sangre en el aire—decía molesto Inuyasha mientras intentaba tomar del cuello al maestro Taiyokan.

—Entiéndelo de una vez, Kagome está predestinada a luchar desde el momento de su nacimiento, tu no puedes cambiar su destino, y en ese futuro tú no estás incluido, ella es la guardiana de la luz del otro mundo y no puede perder el tiempo con un ser insignificante como tú, se lo mucho que la has lastimado, nunca has superado la muerte de la sacerdotisa Kikio, sin en cambio siempre la confundes o la comparas, sin importarte el daño que le haces, Kagome siempre te ha querido tal y como eres, pero eres un ser egoísta, que solo la quieres tener a tu lado para no sentirte solo, pues déjame decirte que ya es tarde, ella jamás volverá a ti—decía Taiyokan, mientras era atacado por Inuyasha, el cual estaba furioso, no quería que alejaran a Kagome de su lado, además pensaba que ella tenía que cumplir su promesa de estar con él para siempre.

El maestro Taiyokan le dio un fuerte golpe a Inuyasha el cual lo dejó inconsciente, el hanyou estaba tan cegado por la ira que no era un difícil contrincante.

Sango, Miroku, Shippo y los demás maestros Yamabushi vieron el enfrentamiento, entre Taiyokan e Inuyasha, y sin decir nada más Miroku fue por su amigo.

—Por favor díganle a Kagome que la queremos y la esperaremos—decía Sango al ver como se iban los cinco maestros Yamabushi, sin decir ni una sola palabra.
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—Mmmm, Sesshomaru ¿se puede saber por que me seguiste?—preguntaba la miko al ver a Sesshomaru sentado enfrente de ella.

—Tenemos una conversación pendiente miko—decía serio el taiyoukai, mientras veía a Kagome fijamente, podía ver las severas heridas en su brazo y en su costado izquierdo.

—NO creo que tengamos mucho de que hablar, se que has aceptado mi propuesta, y además se que siempre cumples con tu palabra—decía Kagome mientras se acercaba a un riachuelo para limpiarse la sangre seca de sus heridas y así impedir que tuviera alguna infección.

—Tú estuviste con Totosai hace tres días—no era una pregunta si no una afirmación, Sesshomaru no podía confundir ese gran poder.

—Si—Kagome no quería dar más información de la visita hecha a Totosai

— ¿Para qué fuiste a verlo?—Sesshomaru quería respuestas y no se iría sin que se las contestaran

—Mmm de hecho fui a ver a Mioga, tenia que hablar con él sobre Inuyasha, eso es todo—dijo Kagome aunque dudaba que Sesshomaru le creyera.

—Las mentiras me hacen enfadar miko, más te vale decirme la verdad, no creo que esa gran expulsión de poder espiritual, solo fue por ir hablar con la vieja pulga—Sesshomaru no estaba de buen humor para perder el tiempo, tenía muchas cosas en que pensar, ahora la miko era muy fuerte y por ende una gran amenaza en el futuro, no se podía fiar de ella, al menos que la convirtiera en su mujer, cosa que había estado pensando estos tres últimos días.

—Mira no puedo decirte todo lo que hice ahí, solo te diré que expulsé toda esa energía al querer que Totosai me reparara mi arco, el me pidió que arrojara una flecha para ver de que material tenia que hacer la cuerda y eso es todo—dijo Kagome mientras rezaba por que Sesshomaru le creyera.

Sesshomaru no le creía ni un poco.

—¿Por qué no te curas las heridas?—dijo el taiyoukai al ver que no hacía el mínimo intento de curarse.

—Se necesita mucha energía para curar estas heridas, por ahora he gastado mucha, al pelear con Alcot, además si cualquier persona, youkai o hanyou recibiera estas heridas morirían, ya que no hay forma de curarlas—decía Kagome al sentarse debajo de un árbol para descansar un poco antes de partir rumbo al norte.

—No le veo nada extraño a esas heridas—decía Sesshomaru al ver lo débil que eran los humanos para reponerse de unos simples cortes.

— Bueno eso es lógico tu no puedes ver el alma de las personas, los ataques que me dieron no solo son físicos, sino que atacan al alma y un alma herida es difícil de sanar—decía Kagome mientras cerraba los ojos y se acomodaba bien en el tronco del árbol.

Sesshomaru nunca había escuchado que se pudiera herir un alma con un ataque y si eso era cierto ¿ella pronto moriría?, se preguntaba mientras la observaba.

—Deja de observarme tan fijamente, no me voy a morir por lo menos no todavía, mi entrenamiento ha sido muy arduo y me han preparado para esto, por eso es que mis maestros me habían prohibido estar en esta batalla no querían que Lucifer supiera que tan fuerte me he vuelto, pero no pude quedarme con los brazos cruzados—Kagome cerro sus heridas físicas pero las del alma le llevarían mucho tiempo en sanar.

—Humana tu vendrás conmigo y no quiero negativas—ordenaba Sesshomaru mientras se ponía de pie.

—En primer lugar mi nombre es Kagome, y debo recordarte que haz perdido una apuesta y si no me equivoco el llamarme por mi nombre es una cláusula de la misma, en segundo lugar yo no voy a ir a tu palacio ya que tengo otras cosas que hacer, antes de regresar a las montañas—decía enojada Kagome mientras veía como se acercaba Sesshomaru a ella.

El taiyokai llegó a ella en un parpadeo y la sujetó del brazo que no estaba lastimado levantándola bruscamente del piso.

— KA-GO-ME, si no quieres que te arranque el brazo más vale que me sigas—le dijo Sesshomaru cerca de su oído, con una voz profunda y varonil, lo cual provocó que Kagome se sonrojara y sintiera una gran carga eléctrica por todo su cuerpo, aunque no fue la única en sentir algo, Sesshomaru, pudo oler de cerca su esencia y el instinto de su bestia se despertó y deseaba a la mujer que tenia enfrente , cosa que hizo que Sesshomaru la soltara y Kagome cayera al piso.

—Andando—dijo Sesshomaru y Kagome solo lo observó cuando se dio la vuelta y empezó a caminar hacia el oeste.

—Qué te vaya bien Sesshomaru, nos veremos en tres meses —dijo Kagome mientras se despedía moviendo su brazo diciendo adiós.

Sesshomaru se dio la vuelta, y vio como la miko le regalaba una sonrisa y se despedía de él.

—No me gusta repetir las cosas Kagome, así que apresúrate—decía molesto el Taiyoukai .

—Lo siento Sesshomaru pero debo de declinar tu oferta, tengo que volver a las montañas del Yin y el Yan, que tengas buen viaje—por primera vez en mucho tiempo le agradó molestar a Sesshomaru, aunque sabía que no debía tentar a su suerte, pero verlo perder los estribos le divertía, quien diría que una simple humana llegara a exasperarlo más que su medio hermano.
Sin avisar el taiyoukai la cargó como si fuera un costal y empezó a caminar.

—Bájame, en este mismo instante, si no quieres que te de un choque de energía —gritó a todo pulmón Kagome haciendo que a Sesshomaru lo dolieran los oídos.

—Kagome más te vale que te calles si no quieres que te mate en este mismo instante—Sesshomaru no podía creer como esta mujer lo retaba.

—Bueno si tu lo dices—Kagome no tenia ni el mínimo interés de ir al castillo, así que sin pedir permiso los telestransportó hacia las tierras del norte al palacio de Koga.

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Sesshomaru no podía creer que la miko lo teletrasportara sin su consentimiento, enojado la tiró al piso sin importar que ella se encontrara todavía herida.

— Creo que eres una humana tonta, si te digo que caminas, caminas y se te digo que vendrás conmigo, eso es lo que harás ¿entendido miko?—decía Sesshomaru ya al borde de su paciencia, sabía que la miko era de temperamento obstinado pero hoy no estaba para juegos, además donde rayos lo había traído.

— Mira taiyoukai, me importa un reverendo rábano tus planes, déjame decirte que no puedo acompañarte por que si no llego en unas cuantas horas a las montañas yo me veré en grandes problemas—le gritó Kagome, en primer lugar no tenia ganas de pelear, por eso trató de ignorar las ordenes de Sesshomaru, pero como siempre el nunca aceptaba un no por respuesta se había puesto agresivo y ella no dejaría que la tratara mal ya no era la chica de antes que se dejaba lastimar por cualquiera, ahora ella había madurado y si Sesshomaru deseaba que ella hiciera algo tenía que pedírselo como se debe y no llegando dándole ordenes.

— KA-GO-ME—dijo Sesshomaru con un tono que le heló el cuerpo a Kagome—mas te vale que me des una razón para no matarte por interferir en mis planes—decía un muy furioso taiyoukai mientras la levantaba abruptamente del piso.

—¿Que demonios te pasa?, mira Sesshomaru, no puedo acompañarte, pero si quieres tu puedes acompañarme a hacer dos visitas, no tengo mucho tiempo—dijo Kagome mientras miraba fríamente a Sesshomaru, ella tenia planeado visitar a Koga, y había dos razones, 1 decirle a Koga que Sesshomaru ya había aceptado ayudarla y dos dar a conocer su plan de mandar monjes y sacerdotisas a cada aldea humana, solo esperaba que el aceptara.

Sesshomaru estaba absorto, en el modo en que le hablaba la miko, era desafiante y sin en cambio empezaba admirar su valentía, claro que debía ponerle un alto, ya que el era de la realeza y de una especie más poderosa, sin en cambio decidió acompañarla, el tenía que tener cuidado no podía bajar la guardia, además no podía confiar plenamente en ella.

—Nos encontramos cerca del castillo del Norte, voy a ir a ver a Koga tengo asuntos que tratar con él y después tengo que ir a ver a Mioga y a Totosai, si gustas puedes acompañarme o quedarte en este lugar—Kagome se dio la media vuelta y caminaba rumbo al castillo de Koga, y una sonrisa se reflejo en su rostro cuando sintió que Sesshomaru la seguía.

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—Koga ¿crees que la señorita Kagome se encuentre bien?, no hemos tenido noticias, además ella iría a ver al Lord del as tierras del Oeste, y no creo que la halla recibido muy bien—decía Ginta, al ver como su amigo y amo entrenaba duramente.

—Gracias por preocuparte por mi Ginta, pero debo decirte que me encuentro muy bien—decía Kagome mientras entraba al dojo del palacio.

—Kagome ¿Qué haces aquí?—decía feliz Koga mientras se acercaba a Kagome y le daba un abrazo.

—Tenemos asuntos pendientes, además ha venido conmigo el Lord del oeste—decía Kagome haciendo referencia del demonio peliplata que estaba en el marco de la puerta del dojo.

—Me alegro de que lo hallas convencido, espérenme un momento en la sala de reuniones mientras llamo a mis generales —dijo Koga mientras le hacia señas a Ginta para que los llevara a ese lugar.

Al llegar a la sala, Kagome tomó asiento, estaba muy cansada después de la pelea con Alcot, además todavía estaba preocupada por el castigo que le impondrían sus maestros, Sesshomaru se sorprendió al ver la forma de sentarse de la miko ella se sentó en seiza, y eso la hacia ver mas elegante y sofisticada, el procedió hacer lo mismo, a él no le gustaban mucho las formalidades, pero al estar en el palacio de otro Lord, la etiqueta era primero.

A los pocos minutos de haber entrado a la sala de reuniones un sirviente les llevó té, Kagome dio la orden de que podía retirarse y dejarlo en la mesita de centro.

Sesshomaru vio como Kagome servía elegantemente el té en dos taza ofreciéndole una, la cual aceptó sin decir nada, solo dio un asentimiento de gratitud.

—Siento mucho la tardanza, espero que estén siendo atendidos apropiadamente—decía Koga mientras entraba al salón y detrás de él los generales de su ejercito.

—Muchas gracias Koga, perdón por mi rudeza pero no cuento con mucho tiempo y todavía tengo que ir a ver a Totosai—decía Kagome mientras ponía la taza de té en la mesita.

—Tienes razón, bueno dime en que te puedo ayudar Kagome—decía Koga mientras se sentaba

—Bueno como sabes hoy hubo una batalla en la aldea de Musashi, y bueno conocí a uno de los generales del inframundo, es sumamente fuerte, pero al igual que todos los demonios es afectado por los poderes espirituales, así que pensé que sería bueno mandar a monjes y sacerdotisas a cuidar las aldeas de tus tierras y el de los demás, pero como podrás comprender tengo que pedir permiso a cada uno de los Lords, no quiero que mal entiendan mis acciones y traten de atacar a cada monje y sacerdotisa que pise sus tierras—decía Kagome mientras servía una taza de té para Koga.

—Humm, pues yo no le veo ningún problema, pero eso si, también enviaré a algunos soldados para ayudarlos, solo espero que entre ellos no existan conflictos—decía Koga, aunque también pensaba que habría algunos problemas no era muy común conocer monjes o sacerdotisas que se llevaran bien con demonios.

—Entiendo tu preocupación pero mandaré solo a los más calificados, y ten por seguro que yo respondo por todos ellos—decía Kagome mientras veía como los generales la veían con odio.

—Mi señor, debo advertirle que no debe confiar en esta humana, además ya lo ha traicionado al no elegirlo como su pareja—decía uno de los demonios lobos.

—Para tu información, ella nos ayudo a derrotar a las aves del paraíso y gracias a ella fue derrotado Naraku, sin ella tal vez ahora seríamos esclavos de ese Hanyou—dijo molesto Koga.

—Entiendo su preocupación, pero sin la unión de nuestras fuerzas, jamás podremos derrotar a Lucifer—dijo Kagome mientras se levantaba y se dirigía junto al demonio lobo, estaba segura que muchos se opondrían a tal cambio, pero era necesario si querían tener un futuro pacífico.

—Tú eres una humana débil, jamás podrías vencer a un demonio, tú solo lograste tu cometido gracias al hanyou perro Inuyasha—dijo despectivamente el demonio lobo, aunque tuvo que tragarse las demás palabras que iba decir al ver el enojo en los ojos del Lord del oeste.

—Ikun, cállate en este preciso momento, es mi elección y mi decisión el que se haga lo pedido por la sacerdotisa Kagome—gritó enérgicamente Koga.

—Déjalo Koga, es normal la postura que toma, pero debo decirle algo Ikun-sama, sin la unión de nuestras fuerza, su clan, su especie y su futuro terminará en unos cuantos meses, es su elección elegir la ayuda que se le brinda o buscar su perdición por su obstinación—dijo fríamente Kagome y con una mirada neutral cosa que a Koga y a Sesshomaru los tomó por sorpresa, la miko siempre había sido algo tímida y ahora con esa postura y decisión se veía intimidante.

—NO se diga más Kagome, dime ¿Cuándo los mandarás?—dijo Koga, solo había traído a sus generales para que se enteraran de las tácticas que se llevarían a cabo en su territorio no para que pusieran en duda su forma de gobernar.

—En tres días los tendrás en tus territorios, habrá un monje y una sacerdotisa por aldea, espero que no halla problema alguno—decía Kagome mientras tocaba el hombro de Ikun, y curaba una vieja herida de guerra.

—No desconfíe de mi y de mis alumnos, le aseguró que lo que menos quiero es que la gente muera o sufra, confíe en mi que no lo defraudaré—dijo Kagome mientras se alejaba y se sentaba de nuevo al lado de Sesshomaru.

—Kagome, también irán los monjes a mis tierras—no era una pregunta si no afirmación, Sesshomaru, sabía que no sería fácil derrotar al demonios del inframundo sin poderes espirituales.

—Si usted está de acuerdo Sesshomaru-sama así se hará—dijo Kagome mientras daba una reverencia, sabía que enfrente de otros tenía que tratar a Sesshomaru con todo el respeto posible—hablando de otra cosa, me podrías decir, ¿si ya has mandado algún mensaje al Lord del sur?—dijo Kagome al dirigirse a Koga.

—De hecho Kagome, mande a Hakkaku, y me imagino que la respuesta será afirmativa, pero se lo tendré confirmado en dos semanas, mientras tanto, mandaré a Ginta para que alcance a Hakkaku y de nuevas instrucciones, solo espero que todo salga bien por el bien de todos—dijo Koga mientras daba un movimiento en la cabeza para que Ginta se preparara para el viaje.

—Bueno eso era todo lo que venía a decirte Koga, te doy las gracias por tus atenciones, por ahora estoy escasa de tiempo, pero te prometo que tendrás noticias mías dentro de poco tiempo— dijo Kagome mientras se levantaba y daba una reverencia, todos a su alrededor también se despidieron de la sacerdotisa con una reverencia y la vieron salir de la sala seguida del Lord del Oeste.

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Kagome no dijo ni una palabra mientras salían del castillo de Koga, ahora tenía que ir a ver a Totosai, tenía que preguntarle muchas cosas después de la última charla que tuvo con Sesshomaru en su castillo, en cuanto a el Lord del Oeste, este iba pensando sobre la táctica de ataque de la sacerdotisa, no era muy común que demonios y monjes trabajaran juntos, podría haber algunos problemas, pero esperaba que no tuviera que preocuparse por insignificancias.

—Sesshomaru, ahora trengo que ir a ver a Totosai, ¿quieres acompañarme o quieres regresar ya a tu castillo?—preguntó Kagome al verse algo lejos del catillo de Koga.
—Andando, está muy lejos el volcán del viejo herrero—dijo Sesshomaru mientras apresuraba el paso.

—No cuento con tanto tiempo, como para caminar—dijo Kagome mientras tomaba del brazo a Sesshomaru y se telestrasportaran.

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—Maldición, ya es muy tarde y Kagome ¿Dónde estás?—decía Seiya mientras cumplía con su castigo por desobedecer a los monjes Yamabushi, el tendría que meditar y entrenar por tres largos días sin más alimento que agua, aunque eso no le molestaba, ya que más joven lo hacía seguido por su desobediencia, pero ahora le preocupaba Kagome, el maestro Taiyokai, estaba muy molesto, al ver que Kagome no estaba en el templo cuando ellos regresaron de las tierras de Musashi, no se quería imaginar el castigo, pero le temía mas al demonio peliplata que también desapareció junto con la joven miko.

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—Humana, si te atreves hacer eso de nuevo ten por seguro que dejarás de respirar en ese preciso momento—decía un muy enojado taiyoukai.

—Lo siento pero es que ya tengo que regresar al templo y si caminábamos nos tardaríamos como tres o cuatro días—decía una apenada y apurada miko, mientras se sobaba la muñeca que el Taiyoukai le había lastimado al verse teletrasportado otra vez sin su consentimiento.

—Totosai—gritó Kagome al entrar a la cueva.

—Kagome ¿Qué haces aquí, te esperaba en unos tres meses?, no soy tan rápido—decía un muy cansado herrero.

—No es por eso que he venido, si no que tengo algunas preguntas que hacerle—decía Kagome mientras veía como Sesshomaru, entraba a la cueva también.

—¿Qué haces con Sesshomaru?, no pensé que fuera fácil convencerlo de unirse a tu causa—decía Totosai mientras tomaba asiento.

—Totosai, no tengo mucho tiempo, solo he venido para preguntarte ¿Cómo puedo llegar a la tumba de Riu-Taisho?—decía Kagome mientras se sentaba y a lado suyo se sentó Sesshomaru.

—Aunque te diga su ubicación, no podrás entrar si no eres acompañada del sucesor de Oeste, y solo podrás llegar a ella en un viaje de 2 semanas, de nada sirve tu teletrasnportación, además solo puedes entrar si no deseas la espada que está en la tumba—dijo el viejo herrero mientras se levantaba y buscaba algo entre sus cosas.

—Herrero, más te vale decir la verdad o yo mismo te mandaré al otro mundo—decía Sesshomaru, al parecer hoy era el día en que todo mundo le decía que no podía tener todo lo que quiere, y eso era un gran insulto para alguien que siempre obtiene lo que desea.

—Solo el árbol sabio puede decirte como entrar y como poseer a Senkoseiga, pero te advierto que no te gustará el método que tienes que usar—decía el viejo mientras extendía un pergamino y se lo daba a Kagome.
—Kagome lamento darte esto, pero han sido órdenes de Kamisama, hace mucho tiempo, el me pidió entregarle este pergamino a la guardiana de la luz, ya lo había olvidado por eso no te lo di hace tres días, pero por favor solo úsalo si ya no hay remedio—decía Totosai triste al ver que la vida de su amiga estaba marcada por el destino, y sabía que después de la batalla contra Lucifer ya no la vería otra vez.

—¿Pero como sabias que necesitaba esto?—Kagome estaba asombrada, hace dos noches ella había soñado con Hirushi la antigua guardiana de la luz del otro mundo, y le dijo que tendría que buscar, el pergamino donde viene la canción que debe de sellar a Lucifer hasta el fin de la humanidad.

—¿Así que también venias por ese pergamino?—dijo fríamente el taiyoukai al verse ignorado por ellos, así que le quitó el pergamino a Kagome y trató de leerlo, pero al tomarlo, le dio una gran descarga de energía que le dejó una gran quemadura.

—Al parecer, no todos pueden ver lo que contiene el pergamino—dijo Kagome mientras se ponía de pie y se marchaba.

—Detente, me dirás que hay en ese pergamino o lo lamentarás—dijo muy decidió Sesshomaru. ya estaba harto de este día, y no se iría la miko sin que le respondiera las dudas que tenía.

—Sesshomaru, cuando aprenderás que si quieres, obtener respuestas debes pedirlas sin amenazar cada tres segundos—dijó Kagome mientras salía de la cueva, claro que le diría de que se trataba todo, pero le era molesto que la amenazara a cada rato, tendría que aprender el taiyoukai que aunque ella era humana, también merecía ser respetada.

Sesshomaru cargó a Kagome y salió corriendo, ahora ella tendría que hablar seriamente con él, y al parecer ese día lo odiaba puesto que empezó a caer una gran tormenta.
El lord del Oeste entró a una cueva y tiró a al piso a Kagome, que había permanecido en silencio durante todo el camino.

—Eres despreciable—dijo Kagome mientras se levantaba del piso y se sobaba sus pompis.

—Ahora tendrás que hablar ya no hay nada ni nadie que nos interrumpa—dijo el Taiyoukai, mientras se sacudía el agua que estaba en su cabello y ropa.

—Ya que por tu culpa tendré que lidiar con mis maestros y te aseguro que te maldeciré durante tres largos años, pero eso si me desquitaré contigo cuando te vea otra vez—dijo Kagome mientras le daba una mirada fría y retadora a Sesshomaru, cosa que al taiyoukai, no le gustó, pero no quería perder el tiempo peleando con la miko.

—Habla de una buena vez.

—Está bien, mira en primer lugar desobedecí a mis maestros, y me pondrán un gran castigo ,por eso no quería tardarme mucho pero eso fue imposible, en segundo lugar, necesitamos la espada de tu abuelo, para poder sellar a Lucifer, tercero, no puedo dejar de entrenar en las montañas para estar bajo tu eterna vigilancia, ya que hice un pacto con los monjes Yamabushi y si los traiciono y no cumplo con mi promesa yo me muero, en cuarto lugar, espero me ayudes a convencer al Lord de las tierras del este para unirse con nosotros, en quinto lugar, el pergamino que me dio Totosai, es un conjuro que me ayudará abrir las puertas del infierno y solo yo puedo usarlo, en sexto lugar, entreno en un lugar donde el tiempo corre rápido, es decir un mes es un año, por eso he mejorado mucho, en séptimo lugar, no sé cuando se llevaran a cabo las demás batallas, y dudo mucho que paren hasta que yo esté totalmente preparada para la gran batalla contra Lucifer, me puedes decir que mas me falta en decirte, porque creo que hablamos mucho en tu castillo la última vez—Kagome no deseaba hablar más ella estaba cansada, hambrienta y débil la batalla la había cansado y no ayudaba mucho el haber usado la teletransportación varias veces.

—¿Cuándo regresarás de tu entrenamiento?—dijo pensativo Sesshomaru.

—Dentro de tres meses aunque muchas cosas van a cambiar te lo puedo asegurar—dijo Kagome al pensar en el ritual para convertirla en la guardiana de luz del otro mundo en otras palabras en convertirla en una diosa.

—Tres meses es mucho tiempo, pero tendré todo preparado, al finalizar tu entrenamiento iremos a ver al árbol sabio, y después iremos a la tumba de mi abuelo—dijo Sesshoamru mientras se acercaba a Kagome—además, ten en cuenta que tu vida es mía—al decir estas palabras Sesshomaru colocó una brazalete de oro en la muñeca izquierda de Kagome, la cual le diría la ubicación de la miko en cada momento mientras la tuviera puesta, y solo se la podía quitar el taiyoukai.

—¿Porqué me has puesto esto? y ¿Que quieres decir que mi vida es tuya?—decía sorprendida la miko, el brazalete tenía la misma marca de la luna creciente que tenía Sesshomaru en su frente

—Me dirá en donde estás y tu vida me pertenece cuando te atreviste entrar a mi territorio si mi permiso—fué su simple respuesta, aunque no solo esa función tenía, el brazalete era un promesa de unión, eso quería decir que Sesshomaru, cortejaría a Kagome como su clan lo indicaba.

—Mmmm, no me lo puedo quitar, tal vez si lo purifico, podre quitármelo y ponérmelo—pensaba Kagome y al parecer Sesshomaru pudo leer sus pensamientos.

—Solo yo puedo quitártelo, así que aunque lo intentes no lo lograrás—decía Sesshomaru mientras salía de la cueva para ir por algo de comer.

Kagome vió la oportunidad de irse y así lo hizo, sabía que cuando regresara Sesshomaru, era capáz de obligarlo a ir a su castillo, además tenía malas noticias que darle a los maestros, el pergamino que le dio Totosai, solo podría utilizarlo una vez, es más tenía que convertirse cuanto antes en una diosa para poder utilizarlo, y al hacerlo ella dejaría de existir, si serían los tres años más largos de su vida y tal vez los últimos., pensaba Kagome mientras se acercaba a las puertas del templo.

Continuara……………………